Empoderamiento

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Significado del empoderamiento

Como empoderamiento se conoce el proceso por medio del cual se dota a un individuo,
comunidad o grupo social de un conjunto de herramientas para aumentar su fortaleza, mejorar
sus capacidades y acrecentar su potencial. Todo esto con el objetivo de que pueda mejorar su
situación social, política, económica, psicológica o espiritual.

Empoderar, pues, significa desarrollar en una persona la confianza y la seguridad en sí misma, en


sus capacidades, en su potencial y en la importancia de sus acciones y decisiones para afectar su
vida positivamente.

De ahí que el empoderamiento se refiera, sobre todo en las ciencias sociales, al proceso de
conceder poder a un colectivo, comunidad o grupo social que se encuentre en situación precaria
en términos económicos, políticos o sociales, por lo general marginado o excluido por diferentes
motivos )sexo, origen, raza, religión, preferencias sexuales, etc.).

La finalidad última del empoderamiento social es que dicho colectivo sea capaz por sí mismo,
trabajando y organizándose, de mejorar sus condiciones de vida.

Asimismo, en el plano individual, el empoderamiento se refiere a la importancia de que las


personas desarrollen capacidades y habilidades para que puedan hacer valer su rol y mejorar su
situación en términos de derechos sociales y políticos, así como en lo referente a la actividad
económica y productiva.

Empoderamiento de la mujer

Se llama empoderamiento de la mujer al proceso por medio del cual estas adquieren todo tipo de
herramientas y capacidades que les permiten asumir una participación más destacada y activa en
la sociedad, tanto a nivel personal, como a nivel político y económico.

El empoderamiento femenino consiste en infundir en la mujeres mayor autoconfianza, seguridad y


poder para tomar decisiones, para resolver problemas y para organizarse y cambiar situaciones
que las afecten directa o indirectamente.
El Empoderamiento Como Proceso

El empoderamiento es también concebido como un proceso cognitivo, afectivo y


conductual. Rappaport (1984) refiere que el empoderamiento implica un proceso y
mecanismos mediante los cuales las personas, las organizaciones y las comunidades ganan
control sobre sus vidas. En su formulación del empoderamiento los procesos y los
resultados están íntimamente ligados. Por su parte, Cornell Empowerment Group (1989)
define el empoderamiento como un proceso intencional, continuo, centrado en la
comunidad local, que implica respeto mutuo, reflexión crítica, cuidado y participación
grupal, a través del cual personas carentes de un compartir equitativo de recursos
valorados ganan mayor acceso a, y control sobre esos recursos.

Para Mechanic (1991) el empoderamiento es un proceso en el que los individuos


aprenden a ver una mayor correspondencia entre sus metas, un sentido de cómo lograrlas
y una relación entre sus esfuerzos y resultados de vida.

Por su parte, Montero (2003) prescinde del neologismo empowerment para referirse a su
significado con el término "fortalecimiento", propio de la lengua castellana y de uso
anterior a la aparición del concepto empowerment. Señala que existe una
correspondencia casi total entre ambos términos. Lo define como:

"El proceso mediante el cual los miembros de una comunidad (individuos interesados y
grupos organizados) desarrollan conjuntamente capacidades y recursos para controlar su
situación de vida, actuando de manera comprometida, consciente y crítica, para lograr la
transformación de su entorno según sus necesidades y aspiraciones, transformándose al
mismo tiempo a sí mismos" (p.72).

Zimmerman (2000) y Rappaport (1988) coinciden en que el empoderamiento es un


constructo que relaciona fortalezas individuales y capacidades (competencias), sistemas
naturales de ayuda y conductas proactivas con asuntos del cambio social y de política
social.
El Aporte de Zimmerman

Zimmerman (2000) integra los elementos mencionados por los autores (Cornell
Empowerment Group, 1989; Mechanic,1991; Rappaport, 1984), tales como la relación
entre el esfuerzo y el logro de metas (Mechanic, 1991), la reflexión crítica (Cornell
Empowerment Group 1989; Montero, 2003; Zimmerman & Rappaport, 1988), el acceso a
recursos y control sobre la vida (Cornell Empowerment Group,1989; Montero, 2003;
Rappaport 1984; Zimmerman & Rappaport, 1988) en una teoría que plantea la necesidad
de diferenciar niveles, procesos y resultados de empoderamiento. Al respecto distingue
tres niveles, que son el individual, el organizacional y el comunitario y advierte en cada
uno de ellos dos aspectos, que son proceso y resultado. Sin embargo, la diferencia que
este autor establece entre proceso y resultado es conceptualmente poco clara. Por
ejemplo, "experiencias de ejercer control por medio de la participación en la toma de
decisiones o resolución de problemas en su ambiente inmediato" y "manejo de recursos"
(Zimmeman, 2000, p. 47), si bien están formulados por Zimmerman como proceso,
también pueden ser entendidos como resultado. A su vez, la definición como variable de
resultado: "uso de habilidades analíticas para influir el medioambiente social y político" y
"realizar acciones para ejercer control participando en organizaciones comunitarias o
actividades" (Zimmerman, 2000, p. 47), "comportamientos participativos" (Zimmerman,
2000, p. 47) puede entenderse igualmente como un proceso. A nivel organizacional,
Zimmerman (2000) formula como variable de resultado el hecho que ésta ofrezca
alternativas efectivas de servicios, compita efectivamente por recursos y trabaje en redes
con otras organizaciones, lo que conceptualmente puede interpretarse como un proceso.
A nivel comunitario, este mismo autor describe a la variable de resultado, que sería la
comunidad empoderada, como aquella en la que también se puede interpretar que se
viven procesos de empoderamiento, como señala la frase: "inicia esfuerzos para mejorar
la comunidad" (Zimmerman, 2000, p. 54), o "donde las personas y grupos trabajan juntos
para definir las necesidades de la comunidad, desarrollar estrategias y acciones para
satisfacerlas" (Zimmerman, 2000, p. 54). De hecho, el autor utiliza verbos, acciones. Cabe
la pregunta: ¿Dónde terminan los procesos y comienzan los resultados? Pensamos que
esto sucede por una dificultad de definir lo que es un proceso y un resultado, y esto
porque ambos no son intrínsecamente o esencialmente diferentes, sino que constituyen
parte de un devenir en el que la definición de lo que es cada uno es relativa. De hecho, el
Diccionario de la Real Academia define proceso como "acción de ir hacia delante",
"conjunto de las fases sucesivas de un fenómeno natural o de una operación artificial"
(Real Academia Española, 2001). Esta definición indica, por una parte, el elemento de la
acción, y por otra, la presencia de fases sucesivas. Esto último puede implicar resultados
entre cada fase que concluye. Es importante tener presente que concebimos el
empoderamiento como un fenómeno dinámico, donde proceso y resultado se genera en
las interacciones entre personas, en las que en ocasiones el resultado es justamente el
comienzo de una nueva fase del proceso de empoderamiento.

Pensamos que la diferenciación de los términos proceso y resultado depende de la lectura


que se da a una situación. Vamos a ejemplificar lo dicho por medio de seis situaciones:

1. Hay procesos que conducen a un logro, por ejemplo, la comunidad que se organiza para
evitar la instalación de un vertedero, y el resultado es la no instalación de éste. Vamos a
suponer la situación hipotética que allí finaliza el proceso.

2. Hay procesos que, dependiendo desde donde se enfoca, son procesos y a la vez logros.
Por ejemplo, organizaciones que trabajan en coaliciones para mejorar la calidad de vida de
la localidad: a nivel organizacional, lograr un trabajo en coaliciones es un resultado, y a la
vez constituye un proceso de trabajo en equipo, planificación, etc. para lograr mayores
objetivos de bien común. También es el caso del "pluralismo tolerante": puede tratarse de
un proceso en construcción, como de un resultado después de talleres de trabajo,
asambleas, etc.

3. Hay procesos más globales con metas de largo alcance que integran acciones parciales y
resultados parciales, por ejemplo, un movimiento de personas "sin casa" que logran
pequeñas metas que no son aún obtener su casa, pero por ejemplo, obtener permiso para
residir en un lugar determinado sin ser expulsados.

4. Hay situaciones que desde una mirada que hace un corte transversal en el tiempo
pueden ser calificadas como resultado, por ejemplo, jóvenes de Escuelas de Rock que
logran organizar un buen recital, pero que desde un corte longitudinal, aquel evento no
fue más que parte de un proceso que continuó más allá.
5. La percepción de empoderamiento, de haber logrado mayor control, es relativa a la
interacción en un momento dado: ante ciertas personas nos sentimos empoderadas y
ante otras, "en proceso de...". Por ejemplo, un joven músico que ante su profesor se
siente "en proceso de..." y ante jóvenes sin la misma oportunidad formativa, se siente
empoderado.

6. El proceso de empoderamiento incluye acciones, pero además, cogniciones,


motivaciones, sentimientos (Zimmerman, 2000) y por lo tanto, los resultados también.
Una persona puede estar realizando acciones, pero percibiendo resultados
empoderadores a nivel de sus sentimientos, más que a nivel de hechos.

Son seis situaciones en las que difiere lo que se puede leer como proceso o resultado.
Pensamos que la diferencia entre proceso y resultado es difícil de establecer en términos
objetivos, desde afuera, como agente externo y en términos absolutos. Pero pensamos
que es útil y posible realizar una distinción analítica, definida desde los actores sociales
mismos que establecen, desde su perspectiva subjetiva, el tipo de metas hacia las que se
encaminan y ante las cuáles evalúan los resultados. No es posible determinar
"objetivamente" dónde termina el proceso y dónde comienza el resultado. Esto es
coincidente con las formulaciones de Foster-Fishman et al. (1998), que plantean que las
necesidades y experiencias de empoderamiento difieren en los distintos contextos, y por
ende, también lo que entienden por procesos y resultados. Es a su vez coincidente con
Rappaport (1981) que invita a dejar en manos de las comunidades las soluciones
paradojales: así también, es el punto de vista de las comunidades el que hay que asumir
para definir los criterios de lo que es un proceso y un resultado. El investigador o
colaborador tiene la tarea de examinar y comprender lo más rigurosamente posible cuál
es la mirada de la comunidad respecto de sus metas y procesos, para, a partir de ello,
plantear su investigación o su colaboración mediante una intervención.

Si se diferencia proceso de resultado, habría que aceptar que este proceso en ocasiones
no condujera a un resultado empoderador, por ejemplo, una lucha contra el vertedero
que no tiene éxito. Pero, ¿podría hablarse de proceso de empoderamiento, si éste no lo
generó? Pensamos que no, y esta es una segunda utilidad de la diferenciación: evaluar la
existencia de procesos frustrados. Al final, no se trata de distinciones esenciales entre
proceso y resultado, sino funcionales, cambiantes y complejas de acuerdo a la perspectiva
y objetivos a lograr por parte de los sujetos implicados en un proceso de
empoderamiento.

En lo que a resultados respecta, no sólo debemos considerar metas derivadas de acciones,


sino que pueden ser motivaciones, cogniciones, sentimientos que se han suscitado en un
proceso y que en un momento dado pueden ser identificados como resultados por parte
de los implicados en dicho proceso.

El estudio de "resultado" también puede tener sentido en relación a variables distintas al


proceso de empoderamiento mismo, como por ejemplo, la definición de la identidad en el
caso de los jóvenes, o la satisfacción de vida en los adultos. Por definición el término
"resultados" implica efectos de un proceso, en este caso de empoderamiento, sobre una
variable, es decir, fenómenos en que puede postularse una dirección causa-efecto. En el
caso del empoderamiento podemos postular efectos en ambas direcciones. Por ejemplo,
los valores de un joven o sus sentimientos de autoeficacia lo pueden impulsar a
experimentar procesos de empoderamiento y no a la inversa. Por la naturaleza
interaccional del proceso de empoderamiento, parece más sostenible un planteamiento
sistémico más que de causa-efecto unidireccional, pero este punto que requiere de mayor
investigación en estudios futuros.
El Empoderamiento Como Proceso en un Contexto

Algunas definiciones de este concepto destacan la importancia del contexto en el que se


desarrolla el proceso. En este sentido, Rappaport (1981) menciona la relevancia de
entornos o espacios de encuentro entre las personas, la acción de expertos que actúan
como colaboradores, que entre otras cosas aprenden de las experiencias de las
comunidades, apoyan la habilitación de éstas para encontrar sus propias soluciones y
difunden estas experiencias. Maton y Salem (1995) apuntan al rol del contexto y enfatizan
el papel de las estructuras institucionales en cuanto a su capacidad de proporcionar un
sistema inspirador de confianza en las personas que la componen, un sistema de liderazgo
compartido que beneficie tanto a las personas como a la organización, un espectro de
oportunidades para el ejercicio de múltiples roles en función del desarrollo de destrezas
diferentes y finalmente un sistema de apoyo social generador de una identidad social. La
atención a aspectos del contexto aparece claramente en la perspectiva ecológica de
contexto. Trickett (1994) señala que la cultura y el contexto afectan la definición misma
del concepto de empoderamiento, vale decir que el empoderamiento cobra sentido como
tal cuando responde a la diversidad de condiciones y necesidades dadas por el contexto
local, que tiene un trasfondo histórico, sociopolítico y sociocultural. Es decir, varían las
actividades, criterios de logro, etc., que pueden ser catalogados como empoderamiento, y
aquello que es más relevante como expresión de empoderamiento para ciertos grupos,
puede no serlo para otros, por la diversidad de metas, valores, preocupaciones, tópicos de
interés y circunstancias de vida. Por lo tanto, es fundamental atender a las condiciones del
contexto local para poder hablar de empoderamiento. Foster-Fishman et al. (1998)
refuerzan esta concepción, agregando que no solamente existe un contexto, sino varios
contextos subculturales con sus normas y oportunidades de empoderamiento.

Por su parte, Zimmerman (2000) plantea que las acciones, actividades o estructuras
pueden ser empoderadoras. Esta formulación contiene implícitamente dos elementos
diferentes: las acciones y las estructuras. Estas estructuras proveedoras de recursos y
oportunidades empoderadoras merecen una terminología para referirse a ellas, que en
este artículo denominaremos contexto empoderador. Por ejemplo, una banda de jóvenes
puede vivir un proceso de empoderamiento en las interacciones que inician y mantienen
en los cursos de las Escuelas de Rock, ofrecidas por un contexto empoderador
institucional que es la Municipalidad y la División de Organizaciones Sociales de un
Ministerio. De hecho, cuando Zimmerman (2000) se refiere a la comunidad empoderadora
y la organización empoderadora, se está refiriendo a entornos, aunque sin definirlo de esa
manera en su modelo, sino que como uno de los dos aspectos de lo que denomina nivel.
Para una comprensión más exhaustiva de este punto se recomienda leer el artículo de
Zimmerman (2000).

Por lo tanto, en este artículo se propone distinguir explícitamente este elemento que es el
contexto, diferenciándolo del proceso que ocurre en cada nivel del agregado social
(individual, organizacional, comunitario). En síntesis, sugerimos entonces la introducción
de una categoría más en el modelo de la teoría de empoderamiento que es la de los
entornos potenciadores de procesos de empoderamiento en los tres niveles, que hemos
denominado contexto empoderador, entendido como ambiente ecológico con entornos
desde más inmediatos a más distantes, en -y entre- los que se producen complejos de
interrelaciones (Bronfenbrenner, 1987).

Esta explicitación de la categoría contexto permite describir y diferenciar mejor los


contenidos propios de cada nivel en el modelo de Zimmerman, como veremos en la
siguiente sección que introduce una discusión sobre cada nivel de análisis de Zimmerman.

El Empoderamiento Como Proceso en un Contexto en Diferentes Niveles del Agregado


Social

El empoderamiento puede ser experimentado por a) individuos solos o agrupados, b)


organizaciones y c) comunidades geográficas enteras (Zimmerman, 2000). Son tres niveles
del agregado social que deben ser diferenciados teóricamente. Este autor, si bien no
define lo que entiende por nivel, describe en cada uno de ellos elementos que aluden a
procesos que allí se viven, resultados y contextos.

En este artículo entenderemos por nivel del agregado social a una unidad de análisis que
tiene sus metas, recursos, procesos, interacciones y un contexto en el que está inmerso.
Pueden ser individuos, una organización, una comunidad geográfica. Así, en el caso del
nivel organizacional, por ejemplo, esta unidad propia es más que la suma de los individuos
que lo componen; como unidad nueva tiene sus características, procesos y metas
organizacionales que superan a aquellas de los individuos que las integran. Es importante
destacar que en tal sentido no entenderemos un nivel del agregado social como un
entorno de los individuos, sino que como una unidad propia, un nuevo "todo" que es más
que la suma de las partes. Diferenciamos así el entorno del nivel. Cada nivel del agregado
social experimenta sus procesos de empoderamiento en uno o varios contextos
estructurales que lo enmarcan y que le ofrecen mayores o menores oportunidades de
desarrollo.

El Nivel Individual

De la descripción de Zimmerman (2000) se deduce que en el nivel individual la unidad de


análisis son los individuos, solos o en grupos. Este nivel incluye creencias acerca de la
propia competencia, esfuerzos para ejercer control y una comprensión del ambiente
sociopolítico:

"Procesos de empoderamiento a nivel individual pueden ser logrados a través de la


participación en organizaciones o actividades comunitarias, participando en equipos de
gestión laboral, o aprendiendo nuevas destrezas. Procesos tales como trabajar con otros
en función de una meta común, pueden todos tener potencial empoderador" (p. 47).

Zimmerman postula que estas personas experimentan procesos de aprendizaje en la toma


de decisiones y en el manejo de recursos. Señala que el proceso tiene un componente
intrapersonal (percepción del locus de control, de autoeficacia, motivación de control en
el ámbito personal, interpersonal y sociopolítico), un aspecto cognitivo que apunta a cómo
las personas usan sus destrezas analíticas para influir en su medioambiente y un
componente de comportamiento que implica realizar acciones para ejercer control,
participando en organizaciones y actividades de la comunidad (Zimmerman, 2000).
Zimmerman (1995, 2000) alude al contexto al mencionar la importancia de las
organizaciones comunitarias o estructuras mediadoras (como iglesias, grupos de vecinos,
organizaciones de servicios), las cuales ofrecen oportunidades para adquirir nuevas
herramientas, desarrollar un sentido de comunidad, construir un sentido de control y
confianza y mejorar la vida comunitaria (Zimmerman, 1995, 2000). Sin embargo, no
distingue el contexto como un componente o pieza en su modelo teórico, que comprende
los componentes de proceso, resultado y nivel. Para él, las oportunidades forman parte
del proceso empoderador.
Sin embargo, la descripción de Zimmerman de lo que constituye el siguiente nivel del
agregado social, que es el nivel organizacional, contiene elementos propios de un
contexto empoderador de los individuos de acuerdo a este artículo, aun cuando este
autor no los presenta como elementos del componente contextual del nivel individual,
sino como elementos de otro nivel: el organizacional. Estos aspectos figuran en la
caracterización de lo que Zimmerman denominó organización empoderadora, y se ilustra
mediante la siguiente cita: "Organizaciones que proveen oportunidades a las personas de
ejercer control sobre sus vidas son organizaciones empoderadoras" (Zimmerman, 2000, p.
51). Por lo tanto, en este artículo se asumirán los elementos de la organización
empoderadora de Zimmerman (2000) como elementos del contexto empoderador que
ofrece oportunidades de empoderamiento en el nivel individual dentro de una
organización. Es así también como lo comprenden los autores Speer y Hughey (1995) en
su análisis sobre el desarrollo del empoderamiento a través de la organización y la
adquisición de poder social: "Organizaciones empoderadoras sirven como contextos para
desarrollar empoderamiento individual, mientras que organizaciones empoderadas
ejercen poder social" (Speer & Hughey, 1995, p.737).

Otro contexto es aquél que figura en la descripción del nivel comunitario de Zimmerman
(2000), como comunidad empoderadora, que tal como allí se describe, se puede entender
como las oportunidades ofrecidas por la comunidad local a los individuos, es decir,
contexto empoderador de individuos. Tal como señala Montero (2003), la concepción del
nivel individual de Zimmerman no incluye de manera explícita el contexto social y el
colectivo específico en el cual se desarrolla el empoderamiento. Es decir, en parte la
descripción de los niveles organizacional y comunitario son en realidad contextos del
primer nivel, al menos de acuerdo a su descripción de la organización y la comunidad
empoderadora.

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