4 . - La Culpabilidad

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COLEGIO DE ABOGADOS Y

ABOGADAS DE COSTA RICA

MSc, Didier Mora Calvo

2012.
Cuando la conducta acusada ha cumplido
con los dos estadios anteriores de la
Teoría del Delito, es decir, la acción es
típica y antijurídica, se procede al análisis
de la Culpabilidad
La Culpabilidad se puede definir como el conjunto de
presupuestos que fundamentan, frente al sujeto, la
reprochabilidad personal de su conducta.

para ello se verifican tres requisitos:

que la persona acusada sea imputable,


que tenga conocimiento de la ilicitud o antijuricidad

y que le sea exigible un comportamiento distinto


al que realizó.
El principio de culpabilidad es uno de los principios rectores
del Derecho Penal y Limita la actividad sancionatoria que
ejerce el Estado de dos maneras:

Al establecer que, mediante pruebas idóneas, se acredite


que la persona sometida al proceso penal es la autora del
hecho investigado, (plena demostración de culpabilidad, que
regula el artículo 39 Constitucional)

Una vez establecida la responsabilidad por el hecho acusado


(autoría)se determine el quantum de la pena por imponer de
acuerdo con los principios de Proporcionalidad y
Razonabilidad.
La teoría Psicológica de la Culpabilidad: Considera que
el autor es culpable cuando está psicológicamente
vinculado con el hecho cometido. Esta relación puede ser
dolosa (si quiso causar el daño) o culposa (si infringió un
deber de cuidado).

Por su parte La teoría Normativa: Argumenta que la


mera relación psicológica no es lo que permite elaborar
el concepto jurídico de Culpabilidad, sino el análisis de
las circunstancias del hecho y la capacidad de
imputación de la persona acusada, es decir, la
posibilidad de establecer el juicio de reprochabilidad.
La Sala Tercera señala que la teoría Normativa de La
Culpabilidad es la que se aplica.

En contraposición con el criterio Psicológico de Culpabilidad,


que hacía depender el quantum de la pena del dolo o la
culpa con que hubiera actuado el agente, modernamente se
sigue el concepto Normativo, en virtud de la cual el reproche
de Culpabilidad, depende de la mayor o menor exigibilidad
para que el agente —en la situación concreta— actuara
conforme el Derecho esperaba.

Indica además, que al interpretar el Código Penal se


concluye que el dolo y la culpa son parte del Tipo penal y no
de la Culpabilidad.

Véase en este sentido, el fallo número 131-F-94 Sala Tercera.


La Sala Tercera acoge el concepto de Culpabilidad Normativa
del autor Juan Córdoba Roda, quien la define como :

“... el juicio de reproche personal que se dirige al sujeto por la


razón de que, no obstante poder cumplir las normas jurídicas,
llevó a cabo una acción constitutiva de un Tipo Penal; es decir,
en atención a que realizó una conducta prevista como delito
pese a que estaba en situación de actuar de modo distinto...”
“A nadie se hará sufrir pena sino por delito,
cuasidelito o falta, sancionados por ley anterior y en
virtud de sentencia firme dictada por autoridad
competente, previa oportunidad concedida al
indiciado para ejercitar su defensa y mediante la
necesaria demostración de culpabilidad.” Art. 39
Constitución Política.
“Toda persona inculpada de delitos
tiene derecho a que se presuma su
inocencia mientras no se establezca
legalmente su culpabilidad.” Art. 8, inciso

2 de la Convención Americana de Derechos Humanos.


Como explica Enrique Bacigalupo Zapater, la comprobación de la
realización de una acción típica, antijurídica y atribuible no es
suficiente para responsabilizar penalmente a su autor.

La responsabilidad penal o criminal depende de que el autor haya


obrado culpablemente.

El fundamento de la Culpabilidad se sustenta en señalar que


actúa culpablemente quien comete un acto antijurídico pudiendo
actuar de un modo distinto, es decir, conforme a Derecho.

Por tanto, la Culpabilidad constituye el conjunto de condiciones


que determinan que el autor de una acción típica, antijurídica y
atribuible sea criminalmente responsable de ésta.
La dogmática penal sustenta el concepto de Culpabilidad en el
criterio de que la persona pudo actuar en forma distinta a como lo
hizo, es decir, optando por la no comisión de la conducta delictiva.

El autor Francisco Muñoz Conde considera que este concepto es


científicamente insostenible, ya que se basa en argumentos
racionalmente indemostrables: la capacidad de poder actuar de un
modo distinto a como realmente se hizo. Para el autor es algo en lo
que se puede creer, pero que no se puede demostrar.

A pesar de las críticas, los detractores, como Muñoz Conde,


tampoco dan una solución que parezca más acorde con las
circunstancias y que explique, de manera coherente, cuál debe ser
el fundamento de la Culpabilidad.
MUÑOZ CONDE, Francisco, Teoría General del Delito, Bogotá, Colombia, Editorial Temis S.A.,
2004, p. 100.
Imputabilidad del agente
Conocimiento de la ilicitud o de la
Antijuricidad

Exigibilidad de la Conducta conforme a


Derecho
Se define la imputabilidad como aquellos supuestos que se
refieren a la madurez psíquica y a la capacidad de la persona
para motivarse racionalmente, lo cual se relaciona con
aspectos como edad, enfermedad mental, etc.

Al analizar la Culpabilidad, se cuestiona la capacidad


psicológica que tuvo la persona para comprender la
desaprobación jurídico penal del acto que realizó y para dirigir
su comportamiento de acuerdo con esa comprensión. MUÑOZ CONDE,

Francisco, Teoría General del Delito, Bogotá, Colombia, Editorial Temis S.A., 2004, p. 104.
 Comprender la desaprobación jurídico

penal

Dirigir el comportamiento de acuerdo con

esa comprensión
Art. 42:
“Es inimputable quien en el momento de la acción u omisión
no posea la capacidad de comprender el carácter ilícito del
hecho o de determinarse de acuerdo con esa comprensión,
a causa de enfermedad mental, grave perturbación de la
conciencia, sea ésta o no ocasionada por el empleo
accidental o involuntario de bebidas alcohólicas o de
sustancias enervantes.”
“Se considera que actúa con imputabilidad
disminuida quien, por efecto de las causas a que se
refiere el artículo anterior, no posea sino
incompletamente, en el momento de la acción u
omisión, la capacidad de comprender el carácter
ilícito del hecho o de determinarse de acuerdo con
esa comprensión.”
De modo que por enfermedad mental debe comprenderse todos
los trastornos patológicos, innatos o adquiridos, permanentes
o pasajeros, que tienen o no un origen somático, que afectan
más al entendimiento o a la voluntad, a la vida afectiva o
instintiva del individuo...”
http://www.unifr.ch/derechopenal/obras/mdp/mdpel5.htm#110
De acuerdo con la doctrina nacional, entre las
enfermedades mentales determinantes de
inimputabilidad están:
Retraso mental en sus grados de moderado a severo
Esquizofrenia que ha llegado a psicosis franca
Paranoia en forma de delirio
Epilepsia en situación de demencia, crisis convulsiva o
episodio epiléptico
VARGAS ALVARADO, Eduardo, citado por: CAMACHO MORALES, Jorge, MONTERO MONTERO, Diana, VARGAS
GONZÁLEZ, Patricia, La Culpabilidad: Su aplicación en el Tribunal del Segundo Circuito Judicial de San José, 1998-2002,
Tesis para optar al título de Máster en Ciencias Penales por la Universidad de Costa Rica, 2005, p. 38.
Constituyen imputabilidad disminuida las siguientes
enfermedades:

Locura incompleta con disminución de funciones cognitivas y


volitivas, sin llegar a privar completamente de ellas

Retraso mental grave y leve

Esquizofrenia cuando no ha alcanzado el grado de psicosis


franca

Paranoia
Según la doctrina nacional, la norma es abierta porque
acoge tanto la posibilidad de la existencia de una base
patológica (enfermedad mental), como el efecto
psicológico o choque psíquico, los cuales producen
determinados estímulos inductores a que el sujeto
reaccione de una manera anormal.
PRIMERO: señala quién es inimputable

SEGUNDO: interpretado “a contrario sensu”,


señala que es imputable quien posea la
capacidad para comprender el carácter ilícito
del hecho y de adecuar su comportamiento a
dicha comprensión.

EL KHOURY JACOB, Henry Issa y CHIRINO SÁNCHEZ, Alfredo,


Metodología de Resolución de Conflictos Jurídicos en Materia Penal, San José,
Costa Rica, ILANUD, p. 165.
Se dicto sentencia condenatoria en un caso en el
cual el imputado se encontraba con imputabilidad
disminuida, por la presencia de un padecimiento
mental, aún así:

Se le decreto autor responsable de los hechos


Se le impuso una pena de prisión y cumplirla en
un Centro Penal Cerrado. Y:

se ordeno la inscripción de la condenatoria en el


registro de Delincuencia
Si en la especie quedó claro que la capacidad de comprensión del carácter
ilícito de sus actos del señor Segura Miranda se encontraba disminuida por un
padecimiento mental, la conducta por él desplegada -carente entonces de
culpabilidad- no podría de ningún modo calificarse como delictiva, de donde no
era legalmente posible declararlo autor responsable de los hechos;
condenársele a sufrir una pena; ni mucho menos ordenar la inscripción de la
condenatoria en el archivo Nacional de Delincuencia

Se mantiene la medida curativa de internamiento en un hospital psiquiátrico


ordenada por los jueces de mérito, con la salvedad de que evidentemente la
misma no podrá ni deberá cumplirse en un centro penitenciario sino en una
institución idónea a dichos efectos. El tribunal de instancia debe procurar el
inmediato traslado de L. A. S. M. a una institución de salud mental que pueda
dar cumplimiento a lo que en esta resolución se ordena.

. Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, Voto número 1254-1999 de las


catorce horas con treinta y seis minutos, del año mil novecientos noventa y
nueve.
Una de las causas de inimputabilidad es la grave perturbación de la
conciencia, sea ésta ocasionada o no por el empleo accidental o involuntario
de bebidas alcohólicas o de sustancias enervantes, regulada en el artículo
42 del Código Penal.

En doctrina se explica que se trata de un concepto acuñado por la


nomenclatura forense para aproximarse al trastorno mental transitorio. De
hecho, la psiquiatría no define características propias ni límites precisos,
sino que utiliza el término en los vacíos zonales que, a menudo, se producen
entre los diferentes grados de una conducta inconsciente, desde la absoluta
de la epilepsia, hasta la imperfecta de la ebriedad del sueño.

CAMACHO MORALES, y otros, Op. Cit. P.39


Las amnesias lacunares: son trastornos en los cuales afloran
recuerdos del hecho con interrupciones de la continuidad del curso
de la memoria.
La persona recuerda imágenes aisladas, las cuales adquieren la
forma de flash que iluminan, por instantes, algunos fragmentos de
un suceso.

Obnubilación de la conciencia:
La obnubilación de la conciencia es una forma menor de confusión
mental. Se refiere a cualquier trastorno de la conciencia en el cual la
persona no está totalmente despierta, alerta y orientada.
Se caracteriza porque se debilita la función perceptiva, por lo cual el
medio circundante se forma difuminado, y se sufre de desconcierto
total y perplejidad.
Conciencia crepuscular
La conciencia crepuscular, también llamado estrechamiento de la
conciencia, es un trastorno que se caracteriza porque la persona se
circunscribe sólo a ciertas manifestaciones de la vida psíquica.

En este trastorno, el paciente es tomado por un afecto exaltado.


Éste tiñe de tal manera su campo vivencial que da la impresión de
que toda su actividad psíquica se concentra sólo en aquello que
tiene relación con su rabia, angustia, odio o éxtasis.

Los estados crepusculares, en general, son breves, de minutos


hasta días. En raras ocasiones duran semanas o meses.

CAMACHO MORALES, y otros, Op. Cit. P.39


Como señalamos, el concepto “grave perturbación de la conciencia” se
aproxima al “trastorno mental transitorio”.

Se define a este último como una forma de manifestación concreta del


concepto de alteración o anomalía psíquica (grave perturbación de la
conciencia).

características de este trastorno son:


Limitada duración

No es exigible ni esencial una base patológica

Desaparece la capacidad de comprensión de lo ilícito y de dirigir la propia


conducta según ese conocimiento

ARIAS MADRIGAL, Doris María, El Trastorno Mental Transitorio y sus consecuencias en la imputabilidad, con especial
referencia al trastorno de estrés post-traumático y la violencia doméstica, en Revista Latinoamericana de Derecho Médico y Medicina
Legal, Volumen 7, diciembre de 2002 y Volumen 8, junio 2002.
Sí tenemos claro que el ser humano está dotado de cierto poder de
reflexión, el cual le permite actuar sabiendo lo que hace.

Si circunstancias particulares perturban esta reflexión, de manera que


la persona pierde la noción de lo que acontece y, por ende, no tiene el
dominio de sus propias acciones, estaremos frente a una perturbación
de la conciencia.

Como esta perturbación no siempre tiene un origen patológico, se


consideran ejemplos de ella: los estados intermedios de ebriedad, la
profunda fatiga y la hipnosis.

Recuerde que, el legislador emplea la expresión “grave alteración de la


conciencia” y no “ausencia total de conciencia”, pues si falta ésta no
hay acción, ya que la voluntad no existe sin conciencia.

http://www.unifr.ch/derechopenal/obras/mdp/mdpdel5.htm#110
La actio libera in causa o actio libera in sua causa
es una locución latina que puede traducirse como
“acto libre en su causa”. Es utilizada dentro de la
Teoría del Delito en el momento del análisis de
Culpabilidad.

La actio libera in causa (alic) reconoce que la


persona no era conciente en el momento del injusto
(acción típica y antijurídica), pero señala que ese
estado fue creado por ella misma. Por eso, se
analiza la Culpabilidad en el momento anterior al
estado de inconsciencia, para determinar si actúo
con dolo o culpa. ttp://es.wikipedia.org/wiki/Actio_libera_in_causa
Francisco Muñoz Conde destaca que todas las categorías
del delito se analizan en el momento de la comisión del
hecho y, en este sentido, la imputabilidad no podía ser
una excepción.
Está claro, indica, que la cuestión de si el autor posee la
capacidad suficiente para considerársele culpable o no, se
refiere al instante en que sucede el hecho.
Sin embargo, la actio libera in causa constituye una
excepción a este principio, pues considera también
imputable a la persona que, en el momento de cometer
sus actos no lo era, pero sí cuando ideó ejecutarlos o puso
en marcha el proceso causal que desembocó en la acción
típica.
MUÑOZ CONDE, Francisco, Teoría General del Delito, Bogotá, Colombia, Editorial Temis S.A., 2004, p. 116.
La actio libera in causa plantea que el hecho
delictivo se realiza cuando la persona se
encuentra en un estado de inimputabilidad,
pero que ha sido propiciado. Por ello, se
analiza la actuación del imputado antes de
ponerse en esa condición.
La finalidad es determinar si se colocó, de
forma dolosa o culposa, en la situación de
inimputabilidad, en la cual realizó la
infracción penal.

COBO DEL ROSAL, (M.) y VIVES ANTÓN (TS), Derecho Penal, Parte General, Valencia,
Tirant lo Blanch, 1991, p. 450., Véase en igual sentido: Voto 311-98 de la Sala Tercera
En el Voto 311-98 de la Sala Tercera admite que
el imputado es un alcohólico crónico y se sabe
que el alcoholismo es una enfermedad que se
manifiesta como adicción.

Sin embargo, esa instancia rechazó el recurso


planteado por la Defensa, con el argumento de
que un alcohólico crónico no puede ni debe
consumir licor, precisamente, por la posibilidad
de que, en tal estado, cometa actos delictivos.
El Tribunal de Casación anota que el hecho de
que el imputado estuviera ebrio, en el momento
de cometer la acción delictiva, puede hacer que,
de acuerdo con las circunstancias del caso
concreto, se determine que existía
inimputabilidad.

Agrega que ésta puede darse aun cuando el


imputado haya ingerido, voluntariamente, el
licor, siempre que no lo haya hecho para cometer
el delito.
En el fallo 3411-92 , la Sala Constitucional
plantea un criterio diferente al de la Sala Tercera,
pues señala que no se podrá tener como doloso un
hecho que ha sido cometido sin propósito.

Así respondió a una consulta sobre si puede


hacerse reproche de Culpabilidad a quien se
embriaga, voluntariamente, y, con una
alcoholemia de 350 gramos por ciento e incapaz
de comprender el carácter ilícito de sus actos,
comete un delito doloso sin que haya sido esa su
intención.
Otra de las causales que tiene incidencia en la
imputabilidad es el estado de emoción violenta,
aunque no como una causa de exclusión de la
imputabilidad o de imputabilidad disminuida,
sino tan sólo como una causa de atenuación de la
responsabilidad penal . Sobre la cual el Código
Penal, no refiere una definición, por tanto, se
debe acudir a lo que señala la doctrina.
Es un estado psíquico fugaz, durante el cual el individuo
actúa con obnubilación del juicio crítico y disminución del
control de impulsos. Se le ubica dentro de las formas del
trastorno mental transitorio incompleto.

La diferencia con la demencia, agrega Vargas, estriba en


que, mientras el demente actúa sin querer actuar, en la
emoción violenta se actúa queriendo, pero impulsado por
la ruptura de los frenos inhibitorios.

Por esta razón, se le ha considerado una causal de


atenuación de la pena, desde luego siempre que el
individuo se encuentre en este estado en el momento del
hecho, no antes ni después de él. VARGAS ALVARADO, Eduardo,
Medicina Legal, Tercera Edición, Costa Rica, Librería Lehman, 1983, p. 341.
A pesar de que el estado de emoción violenta es un
trastorno mental transitorio, se le establecen
diferentes consecuencias con respecto a este: el
estado de emoción violenta sólo atenúa la pena, en
tanto el trastorno mental es una causa de
inimputabilidad disminuida por lo que excluye el
reproche. Una diferencia que atendiendo a la
naturaleza de ambos, no tiene razón de ser.
Por lo que la doctrina nacional indica que, desde el
punto de vista legal, el trastorno mental transitorio
excluye la responsabilidad penal, mientras que la
emoción violenta sólo atenúa la pena.

Desde la perspectiva psicológica, dice la doctrina, la


diferencia entre uno y otro es cuantitativa y se refiere al
grado de perturbación.
Sala Tercera de la Corte Suprema de
Justicia, Voto número 323-F-96, de las
nueve horas con veinte minutos, del
veintiocho de junio de mil novecientos
noventa y seis.

En cuanto a la no configuración del estado


de emoción violenta puede analizarse:
Es fundamental tener clara la diferencia entre la
imputabilidad disminuida que produce una enfermedad
mental o un grave trastorno de la conciencia y la
atenuación de la pena que causa un estado de emoción
violenta.
El conocimiento de la Antijuricidad constituye un
segundo elemento de la Culpabilidad y resulta
fundamental para establecer si, sobre la persona
acusada, se debe realizar el juicio de reprochabilidad.

La norma penal sólo puede motivar al individuo en la


medida en que éste pueda conocer, a grandes rasgos, el
contenido de sus prohibiciones.
El autor Francisco Muñoz Conde señala que si
una persona desconoce que su actuar está
prohibido, no tiene razón para abstenerse de
realizar dicha conducta. “La norma no lo motiva
y su infracción, si bien es típica y antijurídica,
no puede atribuírsele a título de Culpabilidad.”
“La posibilidad de comprender la antijuricidad
del hecho es una condición esencial de la
existencia del delito: ello se desprende del
principio de culpabilidad penal. Quien no tiene
la posibilidad de saber que su conducta está
prohibida no puede motivarse en la norma. Por
esa razón, la imposibilidad de conocer la ilicitud
elimina la culpabilidad y consecuentemente, el
delito.”
SILVESTRONI, Mariano H, Teoría Constitucional del delito, Argentina, Editores del Puerto
s.r.l., 2004, p. 340.
El conocimiento de la Antijuridicidad
determina si se realiza el juicio de reproche de
la conducta imputada.
Ahora bien, ese conocimiento puede darse en
circunstancias denominadas anómalas, por lo
que el juicio de reprochabilidad no se verifica o
se hace de manera parcial.
Lo anterior se sustenta en la existencia de
causales de inculpabilidad, las cuales tienen
como efecto eliminar la posibilidad de imponer
una pena, o se impone, pero atenuada.
La conciencia de la Antijuricidad puede
verse afectada por diversas circunstancias
que inciden en el nivel de comprensión de la
acción ejecutada.

Por ello, el juicio de reproche no sólo debe


considerar el conocimiento del carácter
ilícito del hecho, sino la interiorización de la
prohibición que realiza la norma.
“…si el autor de un hecho típico y antijurídico (un
injusto) ha realizado la conducta pero carece
totalmente de la comprensión del carácter ilícito
del hecho (…) por alguna razón que, bien puede
ser psicopatológicamente inducida o
culturalmente condicionada, no se le puede
reprochar la conducta típica y antijurídica que ha
realizado y, por ende, no es posible imponer una
pena.”

Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, Voto número V-166, de las catorce
horas treinta minutos, del dieciséis de abril de mil novecientos noventa y tres.
Los autores nacionales Henry Issa y Alfredo
Chirino definen el error de prohibición como
aquel que recae sobre la comprensión de la
Antijuricidad. Por ende, es un problema de
Culpabilidad.
error de prohibición vencible

el invencible; y

el error culturalmente condicionado.


Se llama error de prohibición al que recae
sobre la comprensión de la antijuricidad de
la conducta. Cuando es invencible, es decir,
cuando con la debida diligencia el sujeto no
hubiese podido comprender la
antijuricidad de su injusto, tiene el efecto
de eliminar la culpabilidad. Cuando es
vencible, para nada afecta a la tipicidad
dolosa o culposa que ya está afirmada al
El error de prohibición es directo si recae sobre
el conocimiento de la norma prohibitiva.

El error de prohibición es Indirecto cuando la


persona parte de una falsa suposición de la
existencia de un permiso que la ley no otorga,
ejemplo me defiendo cuando creo estar siendo
víctima de una agresión ilegítima que en
realidad no existe (justificación putativa).

ISSA EL KHOURY, Henry y CHIRINO SÁNCHEZ, Alfredo,


Asimismo, el error de prohibición se regula en los
artículos 34 párrafo final y el artículo 35, ambos del
Código Penal:
Error de hecho:
Artículo 34: Las mismas reglas se aplicarán respecto de
quien supone erróneamente la concurrencia de
circunstancias que justificarían el hecho realizado.
Error de derecho:
Artículo 35: No es culpable, el que por error invencible cree
que el hecho que realiza no está sujeto a pena.
Si el error no fuere invencible, la pena prevista para el
hecho podrá ser atenuada, de acuerdo a lo que establece el
artículo 79.
… Cuando el Código Penal dice en el artículo 35 que el error
invencible debe recaer sobre la situación o hecho que se realiza no
está sujeta a pena, quiere significar directamente que el sujeto
debe creer falsamente que el hecho no está sujeto a pena, lo que
puede suceder cuando: a) El sujeto actúa sin saber que lo que
realiza se encuentra dentro del ámbito prohibitivo de la Norma; b)
el sujeto que actúa considera que el Ordenamiento Jurídico le
concede un permiso para su actuación; c) El sujeto que actúa
piensa que está dentro del ámbito de una causa de justificación
cuando en realidad no lo está. Estos tres supuestos están incluidos
en la fórmula legal concebida por el Código, por lo que no parece
haber problema alguno para incluir aquí los elementos del error de
prohibición directo e indirecto.
Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia.
Voto número 446-F-92, de las quince y cuarenta minutos, del veinticinco de septiembre del año
mil novecientos noventa y dos.
En esta nomenclatura, plenamente compatible con
nuestro Código, el error directo recae sobre el
conocimiento de la Norma prohibitiva (el No quitarás el
terreno a otro ciudadano, norma penal antepuesta al
tipo penal de usurpación, por ejemplo), mientras que el
error indirecto, viene a significar la falsa suposición de
la existencia de un permiso que la ley no otorga, y los
problemas de justificación putativa. Sala Tercera de la
Corte Suprema de Justicia.

Voto número 446-F-92, de las quince y cuarenta


minutos, del veinticinco de septiembre del año
mil novecientos noventa y dos.
En el voto 486-97 de la Sala Tercera, el marco fáctico indica que el
imputado, solicitó a un juzgado civil que un dinero que él mismo en su
calidad de abogado había depositado, con el fin de afianzar costas, le
fuera entregado a efecto de cubrir sus honorarios, lo cual efectivamente
hizo el despacho y procedió entonces a retener el mencionado dinero,
con dicha finalidad.

Su argumento de defensa, cuando fue acusado por el delito de retención


indebida, se sustentó en el sentido de que había actuado ajustado a una
causa de justificación, concretamente el ejercicio legítimo de un
derecho. Y precisamente, atendiendo a su condición de mandatario
judicial, estaba facultado para retener los bienes entregados, hasta tanto
se le cancelara la deuda originada en el conflicto de honorarios. Se le
dio la razón en cuanto a su alegato, pero en forma parcial, pues se
consideró que no existió tal justificante, sino más bien la creencia
errónea en que concurría tal causa de justificación. En la especie se llegó
a concluir de esta forma, pero se consideró que al ser el imputado de
profesión abogado, por ende, conocedor de la ley, su error era vencible
y no invencible.
Se verifica la existencia del error de prohibición, cuando
el agente supone falsa o erróneamente la existencia de
los elementos objetivos de la causa de justificación y, por
ello, no está sujeto a pena. Esta situación se puede dar
conforme a tres presupuestos: a) El sujeto actúa sin saber
que lo que realiza se encuentra dentro del ámbito
prohibitivo de la norma. b) El [sic] sujeto que actúa
considera que el Ordenamiento Jurídico le concede un
permiso para su actuación. C) El sujeto que actúa piensa
que está dentro del ámbito de una causa de justificación,
cuando en realidad no lo está.

Véase S ala Tercera de la Corte Suprema de Justicia. Voto número 052-F, de las nueve
horas con cuarenta y cinco minutos, del veintinueve de enero de mil novecientos noventa y tres.
Desde este punto de vista, el error de comprensión es una forma de
error invencible de prohibición. El error de comprensión puede ser
culturalmente condicionado cuando el sujeto que actúa pertenece a una
cultura diferente a la del grupo que genera la norma, ha interiorizado
valores y pautas diferentes a las de aquél grupo, y a pesar de que le es
exigible conocerlos no podemos exigirle que las interiorice, que las haga
suyas. Por supuesto que éste es, en primer lugar, un problema de
prueba, y también de valoración judicial de una serie de factores como lo
son la educación formal del sujeto, el tipo de legislación que ha de ser
conocida (en cuanto a la oscuridad de su descripción), el grupo cultural al
que pertenece, el grado de conocimiento (antropológico y sociológico)
acumulado en relación a las pautas de conducta y a los valores de ese
grupo, etc., todos estos aspectos vuelven a subrayar la necesidad de
establecer el concepto de culpabilidad como un concepto altamente
graduable, referido a las condiciones personales del sujeto que realizó el
injusto.
Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia. Voto número 446-F-92, de las quince horas cuarenta minutos, del
veinticinco de septiembre de mil novecientos noventa y dos.

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