Desafíos de Pensamiento Logico 3
Desafíos de Pensamiento Logico 3
Desafíos de Pensamiento Logico 3
Atletas y leones
En un juego de tirar de una cuerda, 4 atletas tiran tan fuerte como 5 personas que no practican
deporte alguno.
El león y tres no deportistas se enfrentan ahora a cuatro atletas. ¿Quién ganará en este último
caso?
2. Un problema de platillos
En una balanza, una jarra depositada en el platillo de la izquierda se equilibra con una botella
colocada en el platillo de la derecha.
3. Marta y Ana
Marta y Ana eran dos amigas que hacía tiempo que no se veían. Marta preguntó a Ana cuántos
libros tenía. Ana siempre explicaba las cosas de forma un tanto enigmática.
«No lo sé con exactitud —le contestó— si hago grupos de dos, de tres, de cuatro, de cinco o de
seis, me sobra siempre uno; sin embargo, si los junto en grupos de siete no me sobra
ninguno.» Marta adivinó el número de libros que tenía Ana. ¿Cómo lo dedujo?
Un club deportivo que cuenta con 60 socios decide organizar una comida para celebrar los
éxitos cosechados durante el año.
Dado que no tenían mesas grandes, los organizadores optaron por distribuirlos en pequeños
grupos.
El equipo ganador conseguía dos puntos; los que empataban, un punto cada uno, y los que
perdían, ninguno. Lo curioso es que cada uno de los equipos marcó un gol, y aun así la
clasificación fue:
A = 4 puntos.
B = 4 puntos.
C = 3 puntos.
D = 1 punto.
6. El torneo de tenis
La final de un torneo de tenis fue tan disputada que tuvo que jugarse a 5 sets entre los
jugadores A y B. El jugador B, finalista del torneo, le hizo a su contrincante las siguientes
consideraciones: «Ante todo, recibe mis felicitaciones. Pero no te sientas muy superior a mí, ya
que, habiendo jugado los 5 sets de 6 juegos, te he sacado 6 juegos de ventaja. Mejor dicho,
esos 6 juegos de ventaja hacen un set completo, y yo soy, por tanto, el vencedor moral del
campeonato».
Es preciso recordar que en tenis tiene que haber 2 juegos de ventaja. Jamás puede terminar un
set 6 a 5, si esto sucede, hay que seguir jugando hasta que existan dos juegos de diferencia, a
partir siempre de 6. ¿Qué sucedió? ¿Cuáles fueron los resultados de los sets?
7. Deportes y medallas
Juan, Antonio y Pedro se habían repartido las tres medallas (oro, plata y bronce) de los
campeonatos de atletismo. Un amigo les preguntó qué medalla había correspondido a cada
uno; y ellos, que además de grandes deportistas tenían una especial predilección por los
rompecabezas, le respondieron de la siguiente manera:
Juan contestó: «Si fui el tercero, Antonio no llegó después de Pedro; y si fui el primero,
Antonio no llegó antes que Pedro».
Antonio dijo: «Si yo hubiera sido el tercero, Pedro no habría sido primero; y si hubiera sido
primero, Pedro no habría sido el último». Y Pedro respondió: «Si yo no llegué el primero ni el
último, Antonio no llegó antes que Juan». ¿Cómo se clasificaron?
8. Un profesor de matemáticas muy listo
En cierta ocasión, un profesor de matemáticas propuso en clase la siguiente apuesta: «En esta
hoja he escrito un suceso que puede o no ocurrir durante la clase. Coged cada uno un papel y
escribid SÍ si creéis que ocurrirá, o NO si creéis que no ocurrirá. Yo los recogeré y los guardaré
en el cajón. A quien acierte, le daré 1 euro; y quien falle tendrá que darme 5 céntimos».
Acabada la clase, el profesor leyó lo que había escrito en la hoja y pidió que se acercara a
recoger las monedas de 1 euro quien hubiera acertado con su respuesta. ¿Se acercó alguien?
El palacio de Harezhamet era custodiado por las noches por tres feroces guardianes que se
situaban en diferentes puntos del mismo. En una ocasión, y debido al hambre que tenían los
habitantes de la ciudad, un ladrón llamado Beshain entró y robó un gran saco de cerezas.
Al tratar de salir del palacio, Beshain, el ladrón hambriento, fue interceptado por un guardián.
Éste lo detuvo y, en lugar de arrestarlo, le quitó la mitad de lo que tenía y cuatro cerezas más.
Al continuar su huida se topó con otro guardián, que tampoco lo apresó, pero sí le quitó la
mitad de las cerezas que le quedaban y cuatro más. Por último se encontró con el tercer
guardián, que se comportó como los anteriores; el ladrón le entregó la mitad de las cerezas
que le habían quedado y cuatro más. Si finalmente se quedó sólo con una cereza, ¿cuántas
había robado al principio el hambriento Beshain?
Salen de pesca dos padres y dos hijos. Al mediodía, cada uno había pescado una pieza.
Regresan al campamento en que se encontraban pasando el fin de semana y ponen sobre la
parrilla los tres pescados, producto de una calurosa mañana de trabajo, ¿A qué se debe el
número de piezas obtenidas, teniendo en cuenta que ninguno de los pescadores se deshizo de
su presa?
Un explorador se encontró con tres cazadores y les preguntó qué habían cazado.
Finalmente, el tercer cazador dijo: «1 elefante, 2 leones y 1 cebra». «¿Cómo puede ser que me
digáis tres cosas totalmente diferentes?», preguntó el explorador.
«Porque uno siempre dice la verdad, el otro siempre dice mentiras, y otro alterna una verdad
con una mentira (nunca dice verdades o mentiras seguidas)», respondió uno de ellos.
«Entonces, ya sé qué habéis cazado», afirmó el explorador. ¿A qué conclusión había llegado?
12. El aparcamiento de Juliana
Pregunté a Juliana, propietaria de un aparcamiento en la zona centro de una gran ciudad, qué
cantidad de vehículos tenía aparcados, y me respondió de la siguiente manera: «Si los agrupo
de dos en dos me sobra uno; de tres en tres, también uno; igualmente, al agruparlos de cuatro
en cuatro, de cinco en cinco, o de seis en seis, sigue sobrándome uno, pero de siete en siete no
me sobra vehículo alguno».
Juliana tiene bastantes vehículos, pero su aparcamiento puede albergar un máximo de 1 000
vehículos. ¿Cuántos vehículos tiene Juliana?
Al abuelo no le resulta nada fácil distinguir a dos hermanas gemelas, Rosa y María. Rosa, que
es muy traviesa, nunca dice la verdad. Sin embargo, su hermana es incapaz de mentir.
Cierto día, estando los tres en el salón, el abuelo preguntó a una de ellas si había pollo para
cenar. La chica musitó unas palabras y se marchó a la cocina. Como quiera que el abuelo era
algo sordo y no oyó la respuesta de la chica, preguntó a la otra qué había dicho su hermana, a
lo que ésta respondió: «Ha dicho que no hay pollo». ¿Podrías tú decir ahora si había o no pollo
para cenar?