La Motricidad Fina y Gruesa
La Motricidad Fina y Gruesa
La Motricidad Fina y Gruesa
Actividades motrices
Actividades motrices
Tabla de contenidos
¿Qué es la motricidad?
La motricidad hace referencia al control que el ser humano es capaz de ejercer sobre su propio
cuerpo. Se trata de un dominio integral, puesto que participan todos los sistemas de nuestro cuerpo,
y va más allá de la simple reproducción de movimientos y gestos; la motricidad incluye aspectos
como la intuición, la espontaneidad, la coordinación ojo-mano o la creatividad. Tiene que ver con la
manifestación de intenciones y de la propia personalidad.
Antes del parto, los movimientos corporales del feto son masivos; éste comienza a moverse a partir
de la novena semana. Su movilidad que se ve incrementada durante la primera mitad del embarazo,
aunque disminuye al cumplir 20 semanas, a causa de las limitaciones espaciales en el útero.
Posteriormente, en el momento del nacimiento, la mayoría de las respuestas motoras del neonato
serán reflejas (más específicamente, nacemos con los llamados reflejos primitivos). Es decir,
patrones de movimientos automáticos e involuntarios que permitirán al recién nacido adquirir, más
adelante, habilidades motrices controladas deliberadamente. Dichas habilidades se dividen, como
veremos a continuación, en básicas y específicas.
Ahora bien, ¿cómo podemos saber si una habilidad motriz pertenece a la categoría de habilidades
básicas? Las habilidades motrices básicas presentan las siguientes características:
Locomotrices: Su particularidad es la locomoción. Por ejemplo, caminar, correr, trotar, saltar, reptar,
rodar, escalar, etc.
No locomotrices: Su característica principal es el control y dominio del cuerpo en el espacio. Entre
estas habilidades hallamos: balancearse, voltear, retroceder, colgarse, etc.
Proyección/percepción: Representados por la proyección, manipulación y recepción de móviles y
objetos. Están presentes en tareas como lanzar, atrapar, batear, etc.
actividades para mejorar la motricidad
Actividades para Mejorar de la Motricidad
Las habilidades gimnásticas, como sucede con las actividades deportivas, rítmicas, lúdicas o
expresivas, son beneficiosas para:
Fase 1
Comprendida entre los 4 y los 6 años, esta fase hace referencia al desarrollo de las capacidades
perceptivas de los niños. Quienes comienzan a entender su cuerpo y cómo se relaciona con el
espacio que le rodea. A estas edades es recomendable realizar actividades de exploración y
descubrimiento, así como tareas orientadas al desarrollo de la lateralidad.
Fase 2
Ocurre entre los 7 y los 9 años. Es el momento ideal para que los niños desarrollen la motricidad
básica, ya que los movimientos se vuelven más complejos y se van perfeccionando. En este período
es aconsejable llevar a cabo ciertas actividades lúdicas que requieran competencia.
Fase 3
Se da entre los 10 y los 13 años. En esta fase ya existen abundantes habilidades consolidadas en el
niño, así que es momento de relacionarlas con el desarrollo de actividades deportivas o expresivas.
Conviene que se trabajen las habilidades genéricas (combinaciones de habilidades básicas), que
pueden aplicarse a muchos deportes.
Fase 4
Por último, desde los 14 a los 17 años comienzan a pulirse las habilidades motrices específicas. Para
este autor, aquí podrían practicarse las habilidades gimnásticas o las deportivas de manera
extraescolar.
Motricidad y Movimiento
Motricidad y Movimiento
Destrezas motrices
Por un lado, las destrezas motrices se refieren a la capacidad para coordinar la movilidad en las
extremidades y/o diferentes segmentos del cuerpo, con el objetivo de conseguir una meta
específica. Aquellos movimientos que implican actividades cognitivas, sensoriales y motoras
(haciendo hincapié en estas últimas) son acciones de elevada destreza.
Un ejemplo son las destrezas deportivas, las cuales suponen un despliegue de habilidades genéricas,
aplicadas a la ejecución de un deporte en concreto.
Tareas motrices
Por otro lado, entendemos por tarea motriz el acto específico mediante el que desarrollamos y
ponemos de manifiesto una habilidad o una destreza. Luego, arrojar un balón a lo lejos sería una
habilidad motriz; lanzar un balón a canasta con la técnica específica del baloncesto sería una
destreza motriz; y la ejecución práctica de cualquiera de las dos, sería la tarea motriz.
Es decir, llevar a cabo tareas motrices sirve para perfeccionar tanto las habilidades como las
destrezas motrices.