Tejiendo Derechos-Reparación A Los Pueblos Indígenas
Tejiendo Derechos-Reparación A Los Pueblos Indígenas
Tejiendo Derechos-Reparación A Los Pueblos Indígenas
TEJIENDO DERECHOS
La reparación a los pueblos indígenas
Primera edición septiembre de 2011
© Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad - DEJUSTICIA
© Organización Nacional Indígena de Colombia - ONIC
Contenidos
Natalia Orduz Salinas (coord.)
Ana Manuela Ochoa
Yukyan Lam
Luis Fernando Arias
Guías pedagógicas
Juan Camilo López
Michael Cruz
Aportes de:
Comisión de Apoyo Técnico
de la Mesa Permanente
de Concertación:
Belkis Izquierdo
Julio César Estrada
Wimer Trujillo, y
Diana Carrillo
Gloria Amparo Rodríguez
Fernando Vargas Valencia
Juan Manuel Zarama
Diana Mendoza
Diseño e ilustraciones
Alejandro Ospina
Este trabajo se realizó gracias a apoyo del Reino de los Países Bajos
Impresión
City Print
ISBN 978-958-99142-5-0
Impreso en Colombia
¿Qué se repara? 16
Así, las medidas de reparación que se tomen tienen como objetivo garan-
tizar la pervivencia de los pueblos en condiciones dignas, seguras y autóno-
mas, de acuerdo con la voluntad de los pueblos.
La ONIC, por su parte, en el informe “Palabra Dulce Aire, de Vida” reveló que
muchos pueblos están tan amenazados que su población es muy reducida.
Al menos 32 pueblos tienen menos de 500 personas y, entre ellos, 18 tienen
menos de 200 y 10 menos de 100.
Artículo 11
2. Los Estados proporcionarán reparación por medio de mecanismos efica-
ces, que podrán incluir la restitución, establecidos conjuntamente con los
pueblos indígenas, respecto de los bienes culturales, intelectuales, religio-
sos y espirituales de que hayan sido privados sin su consentimiento libre,
previo e informado o en violación de sus leyes, tradiciones y costumbres.
Los daños a los pueblos indígenas afectan distintos aspectos de sus vidas.
Por ejemplo, un daño territorial puede tener impactos en la cultura y en el
equilibrio espiritual. Aunque es necesaria una mirada integral a los daños,
proponemos la siguiente caracterización que puede ayudar a identificar los
distintos daños sufridos:
a. Pérdida o amenaza a la vida y a la integridad física
• ¿Qué función tiene cada una de las personas del grupo en la comuni-
dad y en el pueblo?
b. Pérdidas del disfrute del territorio como ámbito
de vida cultural, social, económico y espiritual
Los pueblos indígenas tienen derecho a disfrutar del territorio que cons-
tituye su ámbito social, económico, cultural y espiritual. Este derecho no
se limita a los territorios titulados, sino que se expande a aquellos que los
pueblos indígenas ocupan o usan de alguna manera.
Como si fuera poco, las violaciones a los derechos de los pueblos indígenas
pueden repercutir en las prácticas y saberes relacionados con la economía
indígena, como los sistemas tradicionales de producción, el alimento
propio y las artesanías.
La reproducción de la cultura
e. Daños a la integridad social y económica
Afectaciones sociales
en el conflicto armado
f. Daños a la integridad política u organizativa
Las medidas de reparación deben servir para que estas esperanzas se man-
tengan vivas y puedan hacerse realidad.
Reflexionar para avanzar…
Las mujeres, los niños y los mayores son con frecuencia víctimas invisibles
de violaciones muy graves y diferenciadas a sus derechos. El impacto que
la violencia genera en hombres y mujeres, y en cada uno de los grupos po-
blacionales indígenas (jóvenes, niños, niñas y mayores), es diferenciado y
obliga al Estado a dar respuestas distintas.
Las cifras del conflicto armado muestran, por ejemplo, que crímenes como
la desaparición forzada, las ejecuciones extrajudiciales y las masacres han
estado dirigidos, por lo general, contra los hombres (esposos, hijos, herma-
nos y padres) mientras que las mujeres son víctimas de actos de violencia
que afectan de manera directa sus derechos y libertad sexual y repro-
ductiva, y, en general, su derecho a gozar de una vida libre de violencia.
En el marco del conflicto armado, las mujeres pueden ser víctimas de daños
a su integridad sexual y de todas las consecuencias que ello causa, como
embarazos indeseados, secuelas físicas y psicológicas, susto y temor.
Adicionalmente, las mujeres han tenido que soportar cargas despropor-
cionadas, como tener que hacerse cargo de familias enteras en lo mate-
rial y en lo emocional.
Los niños y niñas y los jóvenes sufren como consecuencia de los recluta-
mientos forzados, pero también por todas las demás afectaciones que
repercuten en sus derechos a la educación, a la salud, a la alimentación
y a una vivienda digna.
Por otro lado, las mujeres, niños y niñas indígenas desplazados sufren con
frecuencia una gran discriminación que puede llevar a la explotación la-
boral, la prostitución forzada, malos tratos y otras vulneraciones, espe-
cialmente, en contextos de desplazamiento forzado.
Cualquier medida que afecte a los pueblos indígenas debe ser consultada.
Sobre todo en aquellos casos en que una medida o actividad amenace la
pervivencia de los pueblos indígenas, debe obtenerse el consentimiento
libre, previo e informado de los pueblos afectados.
Solo los pueblos indígenas y sus organizaciones conocen cuáles son los da-
ños que han sufrido por las violaciones a sus derechos y solo ellos saben
cuáles medidas podrían ser efectivas para restablecer el equilibrio, la armo-
nía o la reproducción de sus sistemas culturales con autonomía.
Por ejemplo, si una persona sufre una violación a sus derechos, ella y su
familia tienen derecho a la reparación.
Una reparación integral busca llenar, en lo posible, todos los vacíos que de-
jan las violaciones a los derechos humanos. Estos vacíos cambian de perso-
na en persona y de pueblo en pueblo.
Como vimos, los daños que se pueden generar son muchos y muy distin-
tos. Por eso, también existen muchas formas distintas de reparación.
Sin embargo, la mayoría de los daños son invaluables, es decir, que el dine-
ro por mucho que sea, no los puede compensar. En estos casos, las indem-
nizaciones pueden ser útiles para diseñar y ejecutar medidas o proyectos
que ayuden a llenar los vacíos que dejó el daño en la forma en que la perso-
na o el pueblo afectado lo considere conveniente.
Satisfacción
La satisfacción implica medidas para develar la verdad de los hechos, sin im-
portar hace cuánto tiempo ocurrieron. Los pueblos indígenas, sus integrantes
y toda la sociedad tienen derecho a saber quiénes fueron los autores y cuáles
fueron las circunstancias que permitieron que ocurrieran las violaciones a sus
derechos. Entre estas medidas también está el reconocimiento de las injusti-
cias históricas y la reconstrucción de la historia desde la mirada indígena.
En esta materia, las Naciones Unidas han señalado en los Principios y direc-
trices básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones manifiestas
de las normas internacionales de derechos humanos y de violaciones gra-
ves del derecho internacional humanitario a interponer recursos y obtener
reparaciones (Principios básicos):
La satisfacción ha de incluir, cuando sea pertinente y procedente, la totalidad
o parte de las medidas siguientes:
a ) Medidas eficaces para conseguir que no continúen las violaciones;
Tras las violaciones de los derechos humanos, las víctimas requieren apoyo
para superar las dificultades y volver a disfrutar de sus derechos. A veces
quedan secuelas físicas o psicológicas que es necesario atender, a través
de tratamientos o terapias. Por ejemplo, una persona herida por una mina
antipersonal podría volver a caminar luego de un apoyo suficiente.
En otros casos, por ejemplo, para reclamar derechos ante los jueces o ante
los funcionarios, se necesita el apoyo de un abogado.
Si se realiza una reparación con todas las medidas descritas y hay una som-
bra de amenaza y de riesgo de que vuelvan a ocurrir los hechos que vulne-
raron los derechos del pueblo indígena y sus integrantes, las medidas de
reparación pueden no ser muy útiles. Las víctimas continuarán con miedo
y no podrán disfrutar de su vida de manera libre, segura y digna.
Por esta razón, una medida muy importante de reparación son las garan-
tías de no repetición que buscan generar las condiciones para que los he-
chos no vuelvan a ocurrir.
a ) El ejercicio de un control efectivo por las autoridades civiles sobre las fuerzas
armadas y de seguridad;
El caso de Urrá
Los hechos
En el Río Sinú, al sur de Tierralta y muy cerca al
Parque Nacional Natural Paramillo, en territorio
del pueblo Embera Katío del Alto Sinú, se planeó
desde los años cuarenta la construcción de dos
grandes represas: Urrá I y Urrá II. El proyecto se
consideró como una obra importante y necesa-
ria para producir energía y ayudar a controlar las
inundaciones en la cuenca del Río Sinú.
Sin ningún acercamiento con los indígenas, en 1993
fue autorizada la construcción, pero no el llenado,
de Urrá I. Como reacción, los indígenas protestaron
con el acto simbólico del Do Wabura, o despedida
del río, que fue la última vez que cientos de Embera
atravesaron en balsas el Río Sinú.
El impacto de la movilización del pueblo Embera fue tal que la empresa encar-
gada de la construcción de Urrá I y el Estado negociaron con el pueblo indígena
un Plan de Etnodesarrollo. Sin embargo, durante su negociación y ejecución,
el pueblo Embera comenzó a dividirse y a sentir los impactos del proyecto. El
primero de ellos fue la pérdida del bocachico, que por los muros de la represa,
ya no pudo volver a llegar a la parte alta del río para reproducirse.
Mientras todo esto ocurría, las presiones de los grupos armados continua-
ron. El 2 de junio de 2001 fue desaparecido el líder Kimy Pernía. Dos días
después, la CIDH otorgó medidas cautelares de protección a este pueblo.
Estas medidas aún están vigentes.
El pueblo Embera Katío del Alto Sinú ha sufrido grandes impactos en su terri-
torio, en la base de su alimentación y en sus costumbres. El pago de las indem-
nizaciones, además, ha contribuido a una mayor fragmentación del pueblo y a
la dependencia de los productos del mercado. Salvatore Mancuso confesó en
2007 la autoría de las AUC en la desaparición y asesinato de Kimy Pernía, pero
los responsables no han sido aún investigados ni sancionados por ello.
Con respecto a Urrá II, ahora llamada proyecto Río Sinú, tan pronto la empresa
solicitó la licencia ambiental para su construcción, el Ministerio de Ambiente,
Vivienda y Desarrollo Territorial respondió que dicho proyecto afectaba los te-
rritorios del Nacional Natural Paramillo que están protegidos por la Constitu-
ción. En consecuencia esta segunda represa por ahora no podrá ser construida.
Vocabulario Jurídico
Atentados de los
grupos armados
contra la comunidad
Construcción de la
represa sin realización
de la consulta previa,
libre e informada
División de las
comunidades
Inseguridad
alimentaria
Otros daños:
Daño colectivo Reparación colectiva
1. Investigación de los hechos
1. Dolor por la pérdida de un líder. y penalización de los responsables.
2. Pérdida de un líder y debilitamiento del pueblo 2. Indemnización colectiva a través de un fondo
para el fortalecimiento organizativo propio
México
Casos para saber más
El Caso de
Inés Fernández Ortega
Inés Fernández Ortega es una mujer indígena mexicana del Pueblo Me’phaa
(tlapaneco). En la época de los hechos tenía 27 años y su grupo familiar
estaba conformado por su esposo y cuatro hijos, todos ellos menores de
edad.
La señora Fernández, que se sentía muy enferma, fue llevada por un representante
de la OPIM a un doctor particular en Ayutla. Allí solo recibió unos analgésicos.
Pocos días después, acudió al Ministerio Público para interponer una de-
nuncia de los hechos. Allí no había un traductor que le permitiera una inter-
locución fluida, por lo cual, esta función la cumplió una persona de la OPIM.
Tan pronto la víctima narró que habían sido los militares los autores de los
hechos, el agente del Ministerio Público les indicó “que no tenía tiempo de
recibir la denuncia”.
El Ministerio Público pidió al médico legista del Distrito que realizara los
exámenes médicos a la señora Fernández. Debido a la ausencia de una mu-
jer que pudiera realizar la exploración médica, como lo solicitó la víctima, el
Ministerio Público la remitió al Hospital General de Ayutla.