Los Mochicas y Sus Diferentes Nombres

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Mochicas y Sicanes : una civilización, con


diferentes nombres para la arqueología

Por: José Maeda Ascencio

e-mail: joseeduardomaeda@gmail.com

Introducción:

Este trabajo aborda dos etapas de diferenciación cultural de la civilización Mochica,


arqueológicamente dividida y diferenciada con diferentes nombres desde hace 3,000
años; aquí sus contextos tanto espaciales como temporales de estas dos etapas de
documentadas como las culturas pre-incaicas: Mochica y Cicán o Sicán (o
“Lambayeque”) y sus dos representantes arqueológicos: el “Señor de Sipán” y el
“Señor de Cicán”; en este artículo, el autor, investigador de temas arqueológicos y
etno-históricos, autor de la denominación “Sicán” o “Cican” de la “Cultura
Lambayeque”(desde Junio 1982), nos da nuevos derroteros acerca de estas culturas
nor costeñas de Perú y por primera vez se revelan acontecimientos respecto a los
descubrimientos de estas famosas tumbas prehispánicas; el autor abre la posibilidad
de que la cultura pre-hispánica que tuvo por centro-capital al área boscosa de Pomac
en Batán Grande, no centró su adoración exclusivamente a la luna, sino,
principalmente, al sol; es más, afirma que la palabra “Sicán” o “Cicán”, no es muchik
sino Sec (lengua de los antiguos sechuranos) y que no significa “Casa o Templo de
la Luna” como se ha difundido; afirma que significa “Hermano” y que en realidad, la
palabra XIANG pronunciada “Sian”(un solo lexema, no compuesto) significa “sol” y
no “Casa de la Luna”; estos nuevos planteamientos seguramente llevarán a revisar la
tesis de la adoración solar en la teocracia Cicán.

LOS MOCHICAS Y EL “SEÑOR DE SIPÁN”

(100-550 d.C.)

1.-ORIGEN:
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Se desarrollaron en los valles de Moche, Virú, Santa, Nepeña, Casma y Chincha por
el Sur; por el Norte, estuvieron en Lambayeque y Piura; Sus descendientes étnicos,
aún habitan en las áreas rurales de estos departamentos conservando antiguas
costumbres y tecnologías; su origen deviene de la evolución de los estilos
Cupisnique, Salinar y Gallinazo.

2.-SU NOMBRE: Fue bautizada en 1899 por el arqueólogo alemán Dr. Max Uhle,
pues, sus hallazgos los hizo en “Huaca de la Luna” en Moche y la dató como estilo
anterior al Chimú.

Posteriormente, en 1938, el investigador trujillano don Rafael Larco Hoyle, tras un


lúcido estudio de su gran colección de alfarería (“huacos”), la clasificó en 5 fases
observando su diferenciación morfológica; hoy en día se les conoce como
“mochicas”, “moche” o “muchik”.

3.-SU ORGANIZACIÓN POLÍTICA:

Se creyó por mucho tiempo que los mochicas gobernaron desde lo que hoy es La
Libertad; lo cierto es que, a través de todas sus fases, desde las más tempranas,
centraron sus élites gobernantes y de liderazgo en los valles mencionados,
conformando “gobiernos regionales”, los que según algunos arqueólogos,
estuvieron confederados agrupando los gobiernos señoriales del norte y del sur,
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respectivamente; su economía, básicamente agrícola, tuvo caracteres de


reciprocidad o intercambio y distribución desde los núcleos estatales regionales.

La cabeza de cada Señorío Regional, la constituía el Ciec–Quic (“Gran Señor”), el


líder, que representaba al sumo sacerdote, al jefe militar y el jefe político; por los
estudios arqueológicos sabemos ahora que éstos eran jóvenes (ejm. el “Señor de
Sipán”), cuyo deceso fue a los 30 ó 35 años de edad, aproximadamente, excavado y
estudiado por Walter Alva Alva y su equipo del Museo Brüning desde 1987.

Es posible que los llamados “segunda persona” o “curacas de segunda”-en la


colonia-fueran líderes que estaban inmediatamente debajo del “Gran Señor”; en el
idioma muchik, se les conoce como ALOEC; según los datos etnohistóricos sabemos
que éstos funcionarios de la élite mochica, eran hermanos o hijos de los Ciec Quic,
jerarquía que se respetó en los sobrevivientes cacicazgos o señoríos, aún en el siglo
XVIII, que la escribanía colonial denominó “FILLCAS”.

La nobleza o élite gobernó desde los centros seculares constituidos por grandes
construcciones de adobe, estructuras piramidales (truncadas) que hoy conocemos
como “huacas”; la población común y corriente, residía en áreas adyacentes a los
terrenos agrícolas, en viviendas de caña y barro que los campesinos de hoy en día,
conservan en todas sus características (paleotecnología); contrariamente a la
creencia de que los templos monumentales eran residencias, los líderes seculares
solo los utilizaban para la realización de las trágicas e impactantes ceremonias, que
casi siempre incluían rituales con sacrificios humanos.

4.-SU RELIGIÓN:

La religión Mochica, de las más impresionantes por su ritualidad en el mundo


andino, fue el instrumento más eficaz para imponer una especie de “dictadura
religiosa” a modo de una “religión estatal”; el estudio de su iconografía o
simbología(dibujos), plasmada en ceramios, murales, textiles, etc , ha sido la fuente
más rica para la aproximación a su caracterización ritual, que por cierto, es bastante
compleja; hay muchos personajes y actitudes, que los investigadores no coinciden
en todo acerca de su significado e interpretación; las escenas muestran rituales con
sacrificios humanos (Hocquenghem: 1989), en donde se combinan una serie de
personajes antropomorfos con figuras de águila, zorro, búho, etc. (Gölte:1994).
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El Dios mochica fue AI-APAEC o “Gran hacedor del mundo”, deidad humana con
atributos felínicos caracterizados por grandes colmillos (Kauffman 1970:299); sus
ojos desorbitados nos hacen relacionarlo con el efecto alucinógeno del cactus
conocido como el “San Pedro” o “Huachuma”; recientes excavaciones arqueológicas
en los sitios de “Huaca de La Luna” y “El Brujo” en Trujillo, han documentado el Dios
moche con diferentes expresiones y lo han llamado, quizá inapropiadamente, “El
Degollador”. Los mochicas acostumbraron enterrar sus templos para luego
abandonarlos en una suerte de “enterramiento templario”; una tradición que la
practicaban culturas anteriores (en el Horizonte Formativo: ca.1,000 a. C)) y la
continuaron los Cicanes; para Jurgen Gölte, las escenas iconográficas que suman
alrededor de cien, muestran en las fases IV y V (son cinco en total), el conflicto entre
dos divinidades: una ligada con el día y la otra, con la noche y el mar; los mochicas,
que adoraron a la luna, finalmente dejaron esta divinidad, cambio ideológico
ocasionado por las lluvias de “El Niño” ocurridas por el año 550 d.C., que inicia la
caída de los gobiernos regionales mochicas, especialmente el más importante
ubicado en el centro arquitectónico de Pampa Grande, unos 20 kms, al Este de Sipán;
está interpretación estaría corroborada por nuestras investigaciones de índole
lingüístico que confirman que los herederos étnicos de los mochicas prehistóricos,
que conocemos arqueológicamente como “Cicanes”, no adoraron a la luna ni fue
ésta la Diosa principal, como lo han afirmado diferentes arqueólogos incluido Izumi
Shimada.

El antropólogo Richard Schaedel, estudioso de la tradición etnográfica y


arqueológica de los moche, cree que su arte iconográfico, era dedicado casi
exclusivamente a representaciones realistas (Schaedel: inf. personal); la explicación
de la evocación del “mundo de los vivos” y “el de los muertos” ha sido planteada por
Anne Marie Hocquenghem (1989), la creencia en la “otra vida” está plasmada, no
solo en su arte, sino, en las evidencias encontradas en sus tumbas: alimentos,
sacrificios humanos con pies amputados, etc , como en el caso del mausoleo de
Sipán ; parte importante de la religión mochica, serían los llamados “combates
rituales”, que eran ejecutados entre bandos o ejércitos de diferentes señoríos con el
trágico resultado de uno de los líderes caído; se cree que era además, un medio de
control demográfico.

5.-SU ALFARERÍA:

Fueron maestros en el arte y técnica de hacer “huacos”; no solo destacan en la


plasticidad del moldeado a mano, sino en un peculiar estilo pictórico, con formas
muy expresivas; básicamente, utilizaron dos colores: el crema y el ocre (rojo);
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pintaron en positivo tanto con rojo como con negro. Don Rafael Larco Hoyle,
hacendado autodidacta trujillano clasificó la alfarería mochica en cinco fases, y lo
hizo años antes que Frank Leaby descubriera el método de datación de
radiocarbono, que se aplicó desde 1945; las dos primeras fases corresponden a
ceramios con decoración incisa (utilizaron la uña, un elemento punzante, etc. en el
ceramio aún fresco, antes del cocimiento) y elementos decorativos que persisten
como influencia de los Cupisnique y otros estilos formativos regionales (1,000 a.C.);
estas dos fases corresponderían a los siglos I y II después de Cristo; las subsiguientes,
a los siglos III, IV y V respectivamente.

Los mochicas fueron especialistas en la fabricación de “huacos” escultóricos,


principalmente cuando hacían rostros humanos; por éstos sabemos de sus
enfermedades y otros datos de interés antropológico; hicieron ceramios rojizos
(quemados con horno abierto: “oxidación”) y negros o grises (quemados con horno
cerrado: ”reducción”); el asa estribo es más delgada que en la de estilos anteriores o
más tempranos; desde su tercera fase, ya no se utiliza el borde grueso, como pico
de botella; en su gollete, utilizaron también el molde; en Piura, los alfareros moche,
combinaron su estilo con el de los Vicús de Chulucanas, que los arqueólogos
identifican como fase “Vicús -Moche”, posterior a la llamada “Vicús - Vicus”, sucedida
con la dominación de los mochicas en el alto Piura, que se convirtió, después de los
valles lambayecanos, en importante señorío moche.
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6.-PINTURA MURAL:

Los mochicas fueron artistas extraordinarios; en los años cincuenta, los huaqueros
dejaron al descubierto el famoso “Mural de Pañamarca”, que estudió R. Schaedel en
el valle de Nepeña; posteriormente lo estudiaría Duccio Bonavia; en 1910 en la
“Huaca de la Luna” de Moche, Eduard Seler descubrió otro mural mochica; en “Huaca
Pintada” de Illimo, el periodista Lorenzo. S. Orrego V. reportó un mural polícromo
(1927), que después fué estudiado- utilizando las fotografías de E. Bruning- por R.
Schaedel (1978);pero, antes ya había sido observado por Wendel C. Bennett (1939),
doctorado en Yale junto a Schaedel; la “huaca” se conserva como un pequeño
montículo ubicado a escasos metros de la carretera Panamericana que une a Túcume
con Illimo; el arqueólogo James Ford y Oscar Fernández de Córdoba encontraron
otro en la “Huaca Facho” o “La Mayanga en Pomac (Batán Grande), al parecer de la
fase de transición Moche-Cicán ; en estos murales se caracterizan a personajes
alados de perfil y los colores casi siempre son los mismos: rojo, amarillo, negro y
blanco; recientemente ( 1995) arqueólogos peruanos han descubierto un mural en
“Huaca de la Luna”, en donde el personaje central es el llamado “Dios degollador” o
“Felino luminoso”, del año 300 d. C; se conserva aquí, el mural combinado con figuras
en alto relieve (friso) que sindican el sitio como centro ritual mochica, funerario y
cultismo para propiciar la fertilidad agrícola, incluyendo sacrificios humanos y de
animales, para luego, sepultar el templo y construir uno nuevo sobre el anterior,
hasta llegar a seis edificios superpuestos en un lapso de 600 años (“enterramiento
templario” mediante cámara y relleno o “chamber and fill” ); en “Huaca El Brujo”,
también de Trujillo, se ha descubierto otro gran mural durante los trabajos del
arqueólogo Regulo Franco Jordán, con personajes antropomorfos con cabezas
felínicas, serpientes, etc ; son de las fases I y II (100-200 d.C.) sin presencia de frisos
o figuras en alto relieve, habiéndose comprobado la contemporaneidad de los
templos “El Sol”, “La luna” y “El Brujo”, que fueron los centros directores de la política
moche quizás, hasta su cuarta fase; por el año 550 d.C su capital fue Pampa Grande
(Lambayeque), último emplazamiento de los jerarcas moche según los resultados de
los arqueólogos que dirigió Kent Day de la Universidad de Toronto(Canadá) en 1975.

7.-INGENIERÍA Y ARQUITECTURA:

Los arqueólogos han descrito las construcciones monumentales refiriéndolos como


ejemplos de “arquitectura” pre-hispánica, cuando en realidad, es admirable la
ingeniería de la construcción en primer orden de importancia; los templos erigidos
con adobe, combinan una serie de cálculos estructurales, en donde el elemento
resistente de las cargas verticales es el algarrobo (Prosopis pallida); también se le
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encuentra dispuesto como columna haciendo trabajo antisísmico, o sea, soportando


fuerzas horizontales; también se encuentra al algarrobo (conocido por los mochicas
como “ong”) trabajando como dintel o viga; el autor define a los elementos unidos
perpendicularmente, formando “parrillas de algarrobo”, como “zapatas”, elementos
estructurales que se colocaban en la parte inferior y superior de cada unidad o
plataforma construida, recibiendo las cargas (pesos) superiores y transmitiéndolas a
la parte inferior, hasta llegar al suelo; cada plataforma fue hecha con cámaras o
recintos se parados por muros gruesos de adobe, estas cámaras fueron rellenadas
con tierra, arena y deshechos con abundante “conchita” marina (Donnax), que por el
tiempo, el viento y el agua, ahora las vemos diseminadas en las “huacas” que indican
también haber sido principal recurso en la dieta alimenticia; en Batán Grande, he
descubierto construcciones subterráneas, que por su poquísima profundidad,
descarto provisionalmente que se trate de tumbas (¿acaso pasadizos ceremoniales
secretos?)que nos recordarían a los construidos en el Formativo, como el caso del
Templo de Chapín de Huantar; las grandes construcciones eran accesibles hasta la
plataforma superior, mediante rampas (planos inclinados), aunque sabemos que
conocieron la escalinata desde el año 1,000 a.C, como es el caso de huaca “La Lucía”
de Pomac (Batán Grande) en donde se limpió en 1979 un formidable edificio de 24
columnas y una escalinata de 16 mts de ancho, 10 de profundidad y 5 mts de altura,
nada menos que con 24 pasos o escalones; el hallazgo fue hecho, como es frecuente,
por huaqueros, entonces financiados por el Sr Oswaldo Aurich Bonilla-nuestro
informante- en los años sesenta; los ingenieros étnicos muchik, que por esta época
formaban parte de la política Cupisnique- aproximadamente unos 1,500 años antes
de que los “mochicas arqueológicos” constituyeran la pirámide de Pampa Grande-
también erigieron 24 columnas cilíndricas en “La Lucia” de 1.20 mts de diámetro
utilizando adobes cónicos de 5 kgs. de peso cada uno; la tecnología de la contrucción
monumental fue progresiva, complementada con fastuosas cámaras funerarias;
en huaca “La Capilla” o “Huaca Fortaleza” de Pampa Grande, en 1925- durante las
catastróficas lluvias- el campesino José Wenceslao Díaz (”Cunca”) descubrió en un
fardo funerario los siete famosos jaguares de oro de estilo mochica con repujado
de pallares en el cuerpo( inf. Pers. 1982: Víctor Baca Aguinaga); los
constructores moche hicieron gala de sus conocimientos en ingeniería en este
edificio de 300 mts por 155 mts. en su base Y 55 mts de altura que data del año 550
d.C; el proceso constructivo era el siguiente:
1. Construían la plataforma base, parecida a una gran caja de cerveza vacía, estas
cámaras de adobe y muro ancho eran rellenadas con tierra, arena y material de
desecho (abundante “conchita” marina-Donnax).
2. Se colocaba luego una “parrilla de vigas de algarrobo (Prosopis pallida) como
soporte o “zapata” de la segunda plataforma superior, y así sucesivamente.
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3. En la parte superior se dispusieron columnas cuyo fuste y basamento se colocaba en


cajas de adobe llenas de arena, dando la impresión de ser elementos antisísmicos.

Las cajas basamento de las columnas de algarrobo han sido encontradas en huaca
“El Corte” (Shimada: 1985), templo Cicán; en la “Huaca Grande” o “La Capilla”, a la
que los norteamericanos han pretendido cambiarle de nombre (“La Fotaleza”),
hemos encontrado losetas de arcilla cocida de 0.50 x 0.50 m x 4cms de grosor, que

aún se utilizan como cubierta de pisos en viviendas tradicionales que hemos visto en
Ferreñafe y Mórrope; las plazas ceremoniales están conformadas por la disposición
de templos formando una “U”.

7.1.- GEODESIA EN LAS PIRÁMIDES MOCHE: MEDICIONES REVELADORAS.

( Mediciones y cálculos originales del autor )


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Desde el Horizonte Formativo, la ubicación y disposición de las construcciones


rituales (templos) tuvieron una planificación relacionada a las constelaciones de la
vía láctea y con planimetría geodésica (topografía en gran escala); en el caso del área
lambayecana, hemos podido comprobar el alineamiento casi perfecto de las
construcciones monumentales mochicas; para tal efecto hemos utilizado los mapas
(cartas geográficas) del Instituto Geográfico Militar del Perú (escala: 1:100,000)
uniendo las cartas “14 d- Chiclayo” y “14-C Chongoyape”; la alineación se da incluso
uniendo “huacas” distantes unos cincuenta kms entre sí; las alineaciones a veces, no
salen desde un mismo punto; el objetivo parece haber sido, seguir el movimiento
del Sol, de tal manera que, en un mapa, las “huacas” se unen formando
triangulaciones:
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Huaca “ La Capilla ”

EN Pampa Grande, último centro de dirección política Moche (6° 45´27” Lat. Sur-79°
28.62´ Longitud Occidental-Greenwich), se encuentra distante 12.8 kms al nor-este
de Sipán (Huaca “Rajada” (6° 47.85´ Lat. S-79° 35.76´ Longitud Occidental); ésta se
encuentra en el mismo alineamiento (Oeste 17° Sur) con huaca “Sinán” de Eten (6°
53.02´ lat. Sur-79° 50.2´ Longitud Occidental.), a una distancia de 30 kms; las dos
huacas “La Capilla” y “Rajada”, con ocupación mochica III, IV (ca.350-700 d.C.),
parecen ser puntos de referencia más tempranos que “Sinán”; tomando como
referencia “La Capilla, con rumbo Oeste-20° Norte, el alineamiento pasa exactamente
por el centro del complejo de Cintu en cerro Pátapo, “cortando” el sitio de Tambo
de Posope, magnifica construcción de adobe del período Inca Provincial, o quizás,
reconstruido en ésta fase (35 m x 46 m); estos sitios, están en contexto espacial
cercano con puntos estratégicos como las tomas de control de agua del antiguo
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canal Taymi (del muchik “Taymexu”, que fue un apellido nativo) que unió los ríos
Chancay y La Leche (o Lamcarlech: “Cabeza de agua”, según muestra
deducción);la huaca “Sinán” que E. Brüning fotografió casi intacta en 1904, conserva
aún su volumétrica arquitectura; se alínea con el templo de Colluz en un rumbo de
N° 36° E, distantes 13.5 kms (Colluz: 6° 46.86´lat. Sur-79° 46.42´ long. Occid.) y se une
a través de 13 kms con el mismo rumbo con un vértice cercano al cerro de Luya de
ocupación mochica; tenemos entonces un triángulo isósceles cuyos dos vértices
restantes serían precisamente “La Capilla” y “Sinán”; desde aquí, con rumbo N° 39° E
se forma un triángulo inscrito en el primero, con el vértice en el cerro “Dos
Tetas” de, contemporáneo con Sinán, y su otro vértice al Este, en “La Capilla”, pasa
por dos pequeñas “huacas” denominadas “La Humedad” y “Huaca Brava” ( 6°
45.16´ Lat. Sur- 79° 40´ Long. Occi. (6° 45.16´ Lat. Sur- 79° 40´ Long. Occ. ), cercanas
al pueblo de Pucalá, unos 2 kms al Sur.

Huaca La Capilla en Pampa Grande

Otro triángulo inscrito se forma con los vértices en “La Capilla”, “Sinan” (pasando por
“Huaca Rajada”) y “Colluz”, el que se une, en un alineamiento que pasa por dos
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pequeñas huacas conocidas como “Arbulú” y “Santa Rosa” (6° 46.04´Lat. Sur- 79°
38.13 Long. Occ.), en donde los huaqueros aseguran haber, encontrado tumbas
mochicas; las huacas “Arbulú” , “Brava” y “Santa Rosa” se unen también en un
alineamiento de N° 56° W a partir de “Huaca Rajada”; desde aquí, con alineamiento
N 81° W encontramos a huaca “Alto Perú” y “Colluz”; similares orientaciones
astronómicas hicieron los descendientes étnicos muchik: los Cicanes; las mediciones
hechas por el arqueoastrónomo Gary Urton de la Universidad Colgate de Nueva York
en Enero de 1985 -a quien acompañe con sus 15 estudiantes norteamericanos-, dan
ya un derrotero conciso de la reproducción geodésica-arquitectónica de algunas
constelaciones en el complejo Cicán de Pomac en Batan Grande, como “Las
Cabrillas”, que Urton observó en aquella oportunidad y que Shimada ha planteado
10 años después (1995). Casí mil años después de la hecatombe del gobierno Moche
en la Costa Norte del Perú y casi 300 de la desaparición del Estado Secular Cican, los
incas tuvieron también la técnica de alinear sus “huacas, formando largas líneas
imaginarias llamadas “Ceques” que partían de un solo punto (Coricancha) como
rayos de una bicicleta; los “Ceques” tenían una función astronómica en el sistema
calendario inca (Zuidema: 1964; Urton: 1984); similar sistema pudo existir desde el
formativo tardío: en huaca “La Soledad” en un muro se encontró un dibujo que
recuerda a los Ceques cusqueños o, como dice su descubridor, “a las misteriosas
marcas del desierto de Nazca” (Shimada: 1981:
41).

8.-EL SEÑOR DE SIPAN Y SU DESCUBRIMIENTO:

En 1987 los vendedores de “Huacas” en mercado modelo de Chiclayo, ofrecían


máscaras funerarias mochicas de bronce oxidado y ceramios cuya procedencia era
aún desconocido.

El fotógrafo Heinz Plengue se encargó de publicar parte de la historia huaqueril


(1987;1990): que el pequeño mausoleo mochica fue huaqueado por un sipaneño
llamado Erniel Bernal Samamé ; años después, por propia narración del fallecido
agricultor ferreñafano Agustín “Kiko” Torres Pérez, me enteré de que Bernal, cuando
oficiaba de chofer en la ruta a la selva peruana, se hizo compadre de Torres; a él le
encargó un par de costalillos “llenos de piezas de oro y huacos” que los colocó
debajo de la vieja escalera de la casona “Townsend” que ocupaba en la Plazuela Elías
Aguirre de Chiclayo; yo vi en 1994 un hermoso ceramio de un personaje mochica
tuerto (con un ojo cerrado), que era la única pieza, que por superstición, el agricultor
ferreñafano aceptó como obsequio: él estaba convencido del infausto final que
tenían los saqueadores de tumbas prehistóricas; en aquel año, los arqueólogos del
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museo Brüning empiezan a excavar el pequeño montículo, en donde se sabe, se


habían saqueado por lo menos, dos tumbas de Ciec Quics mochicas que fueron
vendidas al comerciante y coleccionista italiano Enrico Polli que logró “legalizar” su
colección mal habida durante el primer gobierno de Alan García con el aval legal de
la abogada Laura Bozo, entonces, funcionaria del I.N.C; entre las piezas extraídas por
los Bernal se cuentan las máscaras de oro representando a la luna llena con cara de

felino, colmillos de nácar; se dice que los moche idealizaron la representación felínica
en la luna; he logrado documentar algunas fechas de aparición de luna llena y
demuestro que en realidad, que los moches no “idealizaron” el rostro del felino, sino,
que lo vieron en la misma luna; esto se puede comprobar si observamos la luna por
ejemplo, en las siguientes fechas(en el Oriente): 22 de Enero(2005),14 de
Abril(2006),13 y 14 de Mayo(2006),12 de Junio(2006),10 y 11 de Julio.

Cuando el equipo del Museo Brüning bajo la dirección del arqueólogo Walter Alva
Alva intervino el mausoleo descubierto, los arqueólogos encontraron una
importante tumba a cuyo personaje central se le conoce ahora como “El Señor de
Sipán”, que en un inicio la prensa equivocadamente le llamó “El Guerrero” (Maeda:
1987).

8.1.-EL CIEC QUIC O GRAN SEÑOR DE SIPÁN:


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Sipán es un pueblo que se ubica a escasos 20 minutos de Chiclayo; aquí en su


campiña “Huaca Rajada” se alzan imponentes sus pirámides truncadas; una de ellas,
de 50 x 70 mts. y 5m. de altura es el mausoleo que ha albergado a varios personajes
de élite del Gobierno de Estado Regional mochica en el valle Chancay-Lambayeque;
el mas promocionado, “El Señor de Sipán”, fue sepultado en una cámara funeraria
de adobe de 5 x 5 mts, en cuyo fondo se colocó el féretro en un ataúd de madera
de algarrobo, armado con grapas de bronce arsenical; el “Señor de Sipán” vivió en el
siglo III (300 d.C.) y tuvo investidura militar y religiosa.

Los rituales seguramente se celebraban por varios días siendo sepultado el Gran
Señor, ya momificado, adornado con fastuosa ornamentación en donde
predominaron el oro, tumbaga (aleación de oro y cobre), bronce arsenical, cuentas
de piedras semipreciosas, etc. En un nivel superior de ubicación 1137 vasijas,
ofrendas con patética representación de personajes mochicas; cerca de la cobertura
de madera de algarrobo de 17 vigas que protegía al ataúd, se encontró el esqueleto
de un guerrero con los pies amputados, un anciano en posición fetal fue sacrificado,
como especie de “guardián espiritual”.

8.2.-EL SARCÓFAGO Y EL SEÑOR:

El Señor de Sipán fue envuelto en un fardo y adornado con prendas y ornamentos


con simbología de su alta investidura; pectoral de “chaquiras”, orejeras de oro y
turquesas, un cubre mentón de oro, etc. Se encontraron hasta 11 pectorales de
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concha de diversos colores, un collar de esferas de oro, un impresionante collar de


20 monis (10 de oro a la derecha -Este- y 10 de plata a la izquierda-Oeste); en la
mano derecha portaba un cetro de plata en la mano izquierda al igual, que dos
lingotes sólidos de oro y plata, respectivamente; la posición del oro al Este y plata al
Oeste, representaría el sentido de equilibrio; el sol y la luna, la vida y muerte, el día
y la noche, el bien y el mal, etc.

Como ofrendas humanas se exhumaron los esqueletos de un jefe militar, tres


mujeres jóvenes de unos 20 años de edad, un niño de 10 años y un vigía: el séquito
que acompañaría honrosamente al gran Señor hacia es otro mundo, según la
concepción moche también se colocaron dos llamas sacrificadas (Lama sp. ) y un
perro con pelo corto (Cannis peruvianus) y piedras como el lapislázuli de Chile,
conchas spondyllus ecuatoriana, oro explotado de los lavaderos de los ríos de la
cuenca del marañón, etc ; según el Dr. John Verano, antropólogo físico del Instituto
Smithsoniano de EE.UU, la osamenta del Gran Señor de Sipán, presenta un cuadro
de artritis aguda; entonces, la imagen recreada de este personaje por los artistas
asesorados por los arqueólogos del Museo Brüning, de un hombre fuerte,
musculoso, etc; está muy lejos de la realidad: un famélico hombre de unos 1.65 mts.
de estatura que frecuentemente era cargado en andas de madera, su proceso
artrítico, aun cuando no tenía unos 28 ó 30 años de edad, fue ocasionado por la falta
de ejercicio continuo, aun en la época colonial, los curacas descendientes de estos
personajes, acostumbraban ser cargados en hamacas o en andas, era un sacrilegio
pisar el suelo; se sometían a largos períodos de ayuno con la consiguiente
descalcificación de sus huesos y disminución proteínica en sus tejidos; su posición
echado con la cabeza hacia el Sur y los pies al Norte, es típica en los entierros
mochicas; el mausoleo de Sipán fue repositorio de tumbas de otros personajes: “El
Viejo Señor de Sipán” del siglo I d.C. y “El Sacerdote” del siglo II d.C., atestiguan una
periódica sucesión de gobernantes que fueron parte de una misma familia,
posiblemente de legendario origen.
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LOS CICANES DE POMACH EN BATÁN GRANDE,


FERREÑAFE, PERÚ

1.-SIGNIFICADO DE LA PALABRA “CICÁN”

El estudioso alemán don Enrique Brüning Brookstedt (1922-23) al estudiar los


expedientes de los títulos de propiedad de la antigua hacienda “Cican” que los
escribanos coloniales escribieron en “C” y hasta con “Z” afirmó que traducido del
mochica, significaba “Casa o templo de la Luna”, con la siguiente partición: SI= Luna,
AN = Casa o templo; esta aseveración la han aceptado otros investigadores desde
los años 20 hasta hoy. Izumi Shimada, llevado por esta hipótesis, ha continuado
asegurando que la Cultura Cicán-llamada por él “Lambayeque” hasta 1983, tuvo una
religión que erigió como Diosa a la luna, poco enfatizada en su iconografía; nosotros,
tras un análisis del vocablo con datos etnohistóricos (ver: Revista “Umbral nº9-10
UNPRG ), proponemos lo siguiente:
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1. Que la palabra original en la muchik sería XLLANG, que pronunciada sería “SIAN”
según el diccionario matriz de Don Fernando de la Carrera y Daza (1644) titulado
“Arte de la lengua yunga”; la palabra “Xllang” significa SOL; la encontramos por
ejemplo en el antiguo nombre del río “Lambayeque”: FAXLLANG (A); la
pronunciación “Sian” fue escrita con la “C” y la “P” al centro; no sería una palabra
compuesta como sugiere Brüning.
2. Entre 1782 a 1785 el Obispo Baltasar Jaime Martínez de Compañón y Bufanda hizo
un programa de investigación y recopilación de datos de diferentes materias,
incluyendo la lingüística dentro del antiguo Obispado de Trujillo; él recopiló 43
palabras castellanas con sus respectivas traducciones en las siguientes lenguas:
Quechua, yunga (o muchik), Sec (Sechura); Colán (de Piura), Catacaos (o Tallán); Culli
(Huamachuco), Hivita (Huaylillas) y Cholón ((Dpto de San Martín); en la lengua
sechurana encontramos que la palabra SICANNI significa “HERMANO”;
efectivamente viejos documentos que datan del año 1536 dan cuenta del indio
principal llamado “Sicani” o “Cani”, el mismo que diera su nombre a la estancia que
desde 1565 se llamó “Cican” y que, con el transcurso del tiempo, se conocería como
“Batán Grande”; creemos que el personaje nativo vino de Sechura, como muchos de
sus paisanos en esa época y que, después de servir al Cacique o Señor de Xayanca
por el año 1530, marcho con 200 indios a Guambos tal como atestiguaban el cacique
Focollape y otros nativos jayancanos en la “Visita de Jayanca y Pacora” que hizo don
Sebastián de la Gama en 1540.

2.-CARACTERÍSTICAS DE LA CULTURA CICAN:

2.1.- ÁREA DE INFLUENCIA:

Aún existe la red de caminos prehistóricos


(pre- incaicos) que unían a Batán Grande
(Cicán) con diferentes regiones con las que
el estado secular de Pomac, (que ahora
denomino POMACH, atendiendo su
nombre original POGMACHAECH,
consignado en los “Títulos de la Hacienda
Cicán o Batán Grande” desde 1595) que
mantenía dinámica interrelación cultural y
comercial, a través de diferentes pisos
ecológicos; así, desde Pomac, el grupo
gobernante estatal logro controlar esta
dinámica desde la región de La Tolita en la
20

parte norte de Ecuador hasta Pachacámac en el actual Departamento de Lima; por


el Este se unía con Jaén, Chachapoyas, Moyabamba con acceso a la cuenca del
Marañón, en especial, al río Chinchipe, de donde trajeron grandes cantidades de
pepas de oro nativo para ser procesado en el complejo metalúrgico de los batanes
grandes (Cicán); por el Sur-este había una ruta que mantenía intensiva comunicación
con Cajamarca y Huamachuco; podríamos decir, que durante el Horizonte Medio, en
su fase clásica (800-1,000 d.C.) Batán Grande fue la capital religiosa y centro del
poder político del área andina. Un símbolo de esta cultura prehispánica es el Tumi
con ídolo de Oro, que fuera encontrado por el huaquero illimano Hipólito ganador
y el “minador” Augusto Bances Cajusol, a fines del año 1936 en el cementerio del
lado Este de la huaca “Las Ventanas”; este magnífico ejemplar del arte y tecnología
orfebre Cicán fue destruido en 1977 por vandálicos delincuentes; 927 gramos y 40.7
cms de altura; robado junto con otras 37 piezas arqueológicas.

2.2 LA JUNGLA ARIDA DE POMACH

El gran bosque seco de Pomach abarca un área de aproximadamente 13,400


hectáreas; por Decreto Supremo 031-91-ED se le intangibilizó como Reserva
Nacional y el 4 de Junio del 2001, se le eleva a categoría de Santuario Histórico;
hemos encontrado que Pomach deviene de la palabra muchik POGMACHAEC que
significa “Idolo de Piedra” (PONG = piedra; MACHAEC = El idolo), según se puede
constar en los diccionarios de Don Fernando de la Carrera y Daza (1644: “arte de la
Lengua Yunga” y en el Ing. Federico Villareal, basado en la fuente citada (1921: “La
lengua yunga o mochica según el arte publicado en Lima en 1644 por el Lic. don
Fernando de la Carrera”; Lima); su significado (“Idolo de Piedra”) tendría relación con
la conocida leyenda de “Ñamlap” o “Naymlap” rescatada por don Miguel Cabello de
Balboa en 1586 (“Miscelánea antártica”; Lima: 1951), que relata que en el palacio de
Chot (¿Chot-ñam-cap?):

“……pusieron con devoción un ídolo

que consigo traían a semejanza en el rostro

de su mismo caudillo este era labrado

en una piedra verde a quien llamaron Llampallec, que quiere decir figura y estatua
de Naylamp.”
21

El relato nos lleva a plantear de que el “ídolo de piedra” (verde), haya sido venerado
en el escondido y exótico paraje de Pomac; éste ídolo quizás, pudo ser similar al
célebre y clásico “Tumi con Idolo de Oro” de Batán Grande”.

En el año 800 d.C. la jungla enmarañada de Pomac, era simplemente, inamisible para
el ser humano; la ruta secreta era solo privilegio de los incógnitos sacerdotes que
desde muy jóvenes habían sido sometidos a las ceremonias de iniciación del camino
de la milenaria sabiduría andina; esta formalidad ritual de antiguas culturas del viejo
mundo (Europa, África y Asia), no pudo haber sido muy diferente en las culturas
prehispánicas de América.
22

2.3.- Huaca Las Ventanas

Aquí, en 1936 los huaqueros illimanos Hipólito Granados y Augusto Bances Cajusol
profanaron la tumba de un gran “Señor Cicán” que como ofrenda llevaba, entre otras
joyas, el destruido “Tumi de oro de Batan Grande”; Hipólito, tuvo un sobrino llamado
Agustín Granados, también hábil huaquero; Hipólito fue prácticamente, el
descubridor de los ricos cementerios pre-históricos de Pomach, empezando por
Cerro Sapamé y la desaparecida huaca “Las Mercedes”.

De esta construcción monumental se han extraído de sus tumbas los famosos Tumis
de Oro, que son de exclusividad de los cementerios prehispánicos de Pomach.

Esceribí sobre su hallazgo hace algunos años; aquí reproduzco el artículo.


23

Hallazgo del Tumi de Oro de Batán Grande,


Perú.

Artículo publicado en La Industria en 1982, Chiclayo.

Boletìn de Lima nº 189 vol XXXIX, 2017

https://www.boletindelima.com/2017-189.html

Presentado en marzo del 2019 en el Museo Tumbas Reales de Sipàn, Lambayeque por el
Director de El Boletìn de Lima, Dr Ferdinand Villiiger.

Por: José Maeda Ascencio

E mail: joseeduardomaeda@gmail.com

Largo recorrido a través del frondoso bosque de Pomach, que alguna vez se llamó
Pomachaech o “Idolo de Piedra” conforme lo traduzco; era Agosto del año 1983; en el sector
Moyocupe en la jurisdicción de Illimo logré ubicar a don Augusto Bances Cajusol, el minador
que conjuntamente con su compadre Agustín Granados Salcedo, sobrino de Hipólito
Granados, habían excavado una tumba prehispánica en el lado sur-este de “Las Ventanas”; a
Hipólito lo documenté por primera vez en algunos artículos del diario “La Industria” de
Chiclayo; con palana en mano y alforja en el hombro solía llegar a Illimo cargado de objetos
de oro que luego vendía en Chiclayo al joyero Rivera; se emborrachaba y se hacía acompañar
por una banda de músicos, costumbre que después imitaría el afamado chamán tucumano
24

don Santos Vera Sandoval; Hipólito había descubierto entonces, por los primeros años de la
década del treinta, que la llamada huaca “La Merced”o “Las Mercedes” escondida en el
bosque de Pomach en la hacienda Batán Grande, hasta donde lograba ingresar
clandestinamente, albergaba tumbas ricas en objetos metálicos; sabía también de las tumbas
en cerro “Zapamé”, que excavara después don Enrique Bruning; alguna vez lo acompañaría
su sobrino Agustín, apodado “Cuchillo” en alusión a los famosos tumis de oro que
descubriera con Bances en 1936, y seguro con la direcciòn del minador Hipòlito Granados,
el maestro.

Testimonio de Augusto Bances Cajusol

El octogenario tucumano nos recibe cortésmente en su ramada de Moyocupe, sector


Torromotal, cerca a Illimo; el mote y la chicha de jora en poto hizo mas amena la
conversación; nos cuenta que Agustín “Cuchillo” Granados y él fueron contratados por Jorge
Quiñónez Arizona, el oficial FAP Ergasto Silva Guillén y el médico Carlos Muñoz Romero
con diez peones de apoyo eligieron la parte sur-este de la huaca “Las Ventanas”; el médico
había conocido a un fundidor de nombre Benjamín Guerrero en la hacienda Batán Grande,
quien le mostró algunos objetos metálicos provenientes de las huacas del bosque; este hecho
lo animó a emprender la empresa furtiva de excavar en Pomach; la intuición de los minadores
los llevaron correctamente a excavar alrededor de la colosal estructura de adobe y algarrobo
y no dentro de ella; sabemos ahora que los muchiks del Horizonte Medio (750-1200 d.C) que
el suscrito denomina por primera vez, “Sicán” desde el 3 de Abril de 1983 (La Industria,
Chiclayo), ubicaron sus féretros de élite fuera de la construcción ciclópea de adobe; Bances
narra con lujo de detalles a pesar de su apariencia de cansado campesino, casi calvo y el
rostro envejecido y curtido por el incesante sol illimano; “ mientras huaqueábamos, nos
custodiaban los avioneros (soldados)” ; esto fue en huaca La Merced, llamada por los
lugareños de antaño Las Mercedes en alusiòn a ¨trìo y¨, en realidad, se trataba de tres
montìculos que los arqueòlogos han elucidado en los años ochenta. Acaso haya alguna
relaciòn con la constelaciòn Tres Marìas.

Entonces el huaqueo no estaba previsto en Ley alguna; consiguieron un permiso “ de


búsqueda de tesoros ocultos” que les concedió el Ministerio de Educación Pública; la
excavación empezó con una trinchera de 6 por 4 metros; los tiestos y restos de conchas
marinas empezaron a salir; ya a una profundidad de aproximadamente 4 metros , Granados
empezó a “minar” – o a excavar horizontalmente- por un lado y Bances por el otro; éste
último encuentra un ídolo de oro- en realidad, tumbaga, aleación de oro y cobre- sin pedestal
o tumi.

Se llenaron 38 sacos de objetos metálicos, entre oro y bronce (arsenical) en la excavación.


Bances precisa que el Idolo con pedestal, que fuera robado del Museo Antropológico de
Pueblo Libre en Lima en 1987, no fue encontrado en esta excavación; éste apareció en enero
de 1937 en una exhibición realizada en la Casa Welsch en Lima en donde el Dr Julio C.Tello
Rojas quedó impresionado por su belleza que lo hiciera venir a Illimo para
excavar en la jurisdicción de la hacienda Batán Grande en 1937.

Creo que el famoso Tumi de Oro- después aparecerían otros más- fue encontrado por el viejo
Hipólito Granados en 1936 en huaca “Las Ventanas” antes de la incursión de los tres socios
25

mencionados que contrataron a Bances y “Cuchillo”; Bances confiesa haber sido ayudante
de Hipólito, quien ya había excavado en “Las Ventanas” después de abandonar “La Merced”
o “La Meche” como cariñosamente la denominaba mi padre; por entonces Hipólito contaba
con mas de 70 años de edad; un viejo batangrandino, capataz de la hacienda, don Moisés
Díaz Relaiza, que falleciera a los 103 años de edad, me conversó que conoció a Hipólito y
alguna vez le mostró el referido Tumi de Oro; lo cierto es que esta pieza maestra de la
orfebrerìa Siicàn Medio fuE llevada a Lima y terminò exhibièndose en la joyerìa Casa Welsh
y luego, en el Museo de Arqueologìa y Antropologìa de Pueblo Libre.

Don Augusto Bances aseguraba que los ídolos se ubicaban uno en cada esquina de la tumba;
en 1985 el Congreso de la República resolvió denominar a la famosa pieza orfebre Sicán
como Símbolo Nacional Precolombino del Perú, antes de su desaparición del museo y
consecuente dolorosa destrucción; la sustentación fue hecha por el Diputado ferreñafano
Gustavo García Mundaca; Hipólito Granados, su sobrino y Bances, murieron pobres y
olvidados, extraño y coincidente final de los profanadores de tumbas prehispánicas; sabemos
que Hipólito tuvo un hijo llamado José María que falleció a los 56 años de edad, quien
conjuntamente con su también huaquero tìo Tiburcio, hermano de su padre, solían
aventurarse en la bùsqueda de tesoros de huaca.

Julio C. Tello excava en Batán Grande

Con apoyo del gobierno y el Director del Patronato de Arqueología don Luis .E. Valcárcel ,
el Dr. Tello llegó a Illimo acompañado de su inseparable asistente don Toribio Mejía Xesspe
y el huarasino Elifio Huapaya; ahí se hospedaron, pues, los hacendados Aurich no permitían
el ingreso a sus feraces tierras; el estudioso contrató los servicios de la dupla Bances y
Agustín Granados y excavó primero en “La Merced” haciendo una gran trinchera sin
resultado positivo alguno; en “Las Ventanas”, la suerte no fue mejor, excavación que Tello
detalla en entregas en El Comercio de Lima, fechados el 22 de Enero, dividido en tres partes
con el título “Los trabajos Arqueológicos en el Departamento de Lambayeque”; se refiere a
la trinchera de “Las Ventanas” que los huaqueros hicieron; el estudioso escribe que el 5 de
Enero de 1937 se descubrió el ídolo mejor elaborado; pero, al parecer, la pieza orfebre fue
encontrada antes, a fines de 1936, comprada por el Dr Muñoz Arizola y exhibida en Lima; el
mismo Dr. Tello escribe: “…supe de los trabajos realizados hace tres semanas…” y firma el
artículo el 22 de Enero de 1937; en la actualidad pensamos que están en exhibición unos
treinta Idolos con pedestal, incluyendo algunos de plata y bronce arsenical; la cercana ruta
que emprendiera Tello desde el pueblo de Illimo hasta las huacas de Pomach, lo hizo
denominar equivocadamente a estos objetos precolombionos como “Tumis de Illimo”.

Lo cierto es que, todos los tumis de oro de la orfebrerìa Sicàn (ca. 750 a 1,100 d.C), han sido
encontrados en las tumbas de èlite del Bosque de Pomac, hoy, de aproximadamente 5,500
hectàreas intangibles.

Pomach estaba ya en la jurisdicción de Batán Grande desde el año 1596 según consta en el
expedientillo de Composición de la Estancia de Sicán y otras estancias emprendida por el
capitán don Francisco de Barbarán que el autor ha publicado en la Revista UTOPÌA de la
UNPRG de Lambayeque.
26
27
28

.
29
30

Moneda Sol de Perù, diseñada con el Tumi de Oro de Batàn Grande.


Idolo Sicàn Medio, sin tumi o pedestal.
31

.
32
33

Tumi de la època Moche s. V d.C


Detalle de la cabeza con màscara ciega y tocado del personaje de èlite muerto.
34

Moneda Sol de Perù, diseñada con el Tumi de Oro de Batàn Grande.

Idolo Sicàn Medio, sin tumi o pedestal.


35

Huaca “ Las Ventanas “

2.2.- Huaca El Loro

Debe su nombre a un desaparecido mural policromo de un loro cabeza roja (Artinga


waglori), típico del área boscosa que se ubicaba en un muro en la parte superior del
templo; así mismo, en 1951 Mario Florián (“Un icono mural en Batan Grande”,Lima)
pública otro mural ubicado en parte superior; aquí los huaqueros excavaron una
tumba por el año 1971-2 a una profundidad de 10 mts, el mismo que abandonaron
porque llegaron a la napa freática cuyo nivel subió con las lluvias de “El Niño” de
aquel año; el inspector arqueológico del I.N.C, Sr. José Maeda Montenegro llevó en
más de una oportunidad al autor a observar el gran foso; nuestro interés y sospecha
de la existencia de una tumba aún intacta hicieron que el diario “El Comercio” de
Lima publicara sendos reportajes al autor: “Los tesoros del gran bosque de Poma”
(11/04/91) y “Invaden y saquean los tesoros de Poma” (14/06/91); en estos reportajes
realizados por don Carlos Manuel Vereau, el autor señala- en una fotografía- el lugar
de huaca “El Loro” como el sitio de la tumba aún no excavada que podría ser parte
de un conjunto de tumbas ubicadas entre las pirámides truncadas de “El Loro” y “Las
36

Ventanas”; en Octubre de 1991, sorprendentemente, Izumi Shimada anuncia el


“descubrimiento científico “de una tumba en huaca “El Loro” que los periodistas
bautizaron como “El Señor de Sicán”; era el mismo pozo que los huaqueros
abandonaron entre 1971-72. El templo mide 70 mts x 70 mts en la base con
una altura de 45 mts.

2.2.3.-“La Rodillona”:

Es la más alta del conjunto templario; fue construida en la fase Cicán Tardío (ca. 1100
d.C.); huaqueada en 1941 en donde se encontró un precioso collar de 40 esmeraldas
unidas con hilo de oro (información personal de don José Aurich Bonilla: 1985), sus
medidas son: 100m x 100m y 35 m de altura, constituyéndose en la mas voluminosa
del conjunto; curiosamente, en Moyobamba hay un cerro con el mismo nombre; es
posible que en el futuro se compruebe el mismo patrón de ubicación de tumbas
como las encontradas en “El Loro”, a ambos lados de las esquinas formadas por la
unión de la rampa principal y la base.

2.2.4.-“El Moscón”: se ubica en la parte central de la plaza ritual Cicán; también la


llaman “La Colorada” por su superficie quemada.

2.2.5.-“Las Mercedes”:

Debe su nombre a que fueron inicialmente tres estructuras, que por tradición, por
ser tríada, los lugareños le bautizaron así; también se le conoce como “La Merced”,
“La Meche” o “Huaca de la Cruz”; fue el huaquero Hipólito Granados el primero en
profanar clandestinamente sus ricas tumbas; el río La Leche (conocido en la colonia
como “Lamcarlech “o” “Cabeza de agua”) prácticamente terminó de destruirla
durante “El Niño” de 1983.

2.2.6.-“El Corte”: llamada inicialmente “El Ingeniero” por la incursión Huaqueril del
Ing. López de Castilla en 1936-37; posteriormente, en la década del 60, con
maquinaria pesada se profanaron varias tumbas con ricos ajuares metálicos; fue
construida entre los años 850 al 1000 d.C.; el autor ha podido tener acceso a unas
fotografías mostradas por don Oscar Fernández de Córdoba, en donde se puede ver
37

a huaqueros que extraen varios tumis con ídolos de oro; en 1980 se develó aquí un
mural policromo Cicán medio; su plataforma superior tenía 48 columnas cuadradas
pintadas dispuestas en cuatro hileras de 12 columnas cada una; fue contemporánea
con “Las Ventanas” y “Las Mercedes”.

2.2.7.-“La Soledad”: tiene cinco estructuras piramidales de adobe totalmente


cubiertas con arena (“enterramiento templario”); se han encontrado tiestos del
horizonte temprano y del intermedio tardío, así como vidrio colonial; según refieren
los documentos coloniales de los títulos de propiedad, fue el asentamiento de la
antigua estancia Cicán o muy cerca de esta “huaca”. La familia Vidaurre de la Parra
explotó “el salitral de La Soledad” por el año 1750 (Títulos de la hacienda Cicán),
principal recurso natural extractivo por entonces, de la hacienda.

2.2.8.-“La Mayanga”: consta de cuatro estructuras piramidales sepultadas; a las tres


que están juntas también la dicen “Facho” y se ubica al sur del canal de Pacora; en
1958 el arqueólogo James Ford y don Oscar Fernández de Córdoba calcaron un
mural policromo del Cicán temprano (ca. 650-800 d.C.) con hombres de perfil y el
característico “Ojo alado”; data su construcción de inicios del Horizonte Medio.

2.2.9.-“Santillo”: tiene dos estructuras piramidales precedidas por un recinto de


120 mts x 64mts; fue huaqueada desde el año 1940 descubriéndose ricas tumbas
con ornamentos metálicos; su nombre podría derivarse de algún ídolo adorado en
este templo prehispánico; data del período tardío del horizonte medio (ca. 1100-
1250 d.C.)

2.2.10.-“La Castañeda”: tiene tres estructuras piramidales cubiertas con arena, de


baja altura pero extensa; ha sido erosionada por el canal de estiaje que une el canal
de Pacora en el Río La Leche.

2.2.11.-“Las Botijas”: tuvo posiblemente 3 ó4 estructuras; su nombre se debe al


hallazgo de once botijas de plata; nuestro informante asegura que un hombre adulto
cabía dentro de una de ellas; en la “Feria del Pacifico” se exhibió en los años ochenta
una botija con las misma descripción; posiblemente procedente de este templo.

2.2.12.-“El Abejero”: llamado también huaca “Del Gringo” por haber vivido en sus
inmediaciones el prestigioso profesor Karl Weiss Shereiber, que fuera director del
colegio “San José” de Chiclayo; aquí instaló una colmena de abejas, cuya miel la
38

exportaba a Alemania y Canadá; el Profesor Weiss recibió en arriendo una fanegada


de terreno (aprox. 3 hás.) “con el fin de y explotar dentro de ellas un colmenar por el
plazo de diez años y la merced conductiva de cincuenta soles oro anuales….” (1943:
tomo 30 del Diario de Registros Públicos de Chiclayo); el arriendo lo firmó don Juan
Aurich Bonilla; actualmente, la casa del célebre Prof. Weiss ha sido restaurada.

2.2.13.-“La Lucía”:

Construida aproximada en el año 1,000 a.c. se descubrió durante un huaqueo


realizado por el año 1960; una columna cilíndrica de adobe descubierta en un forado,
fue publicado por el investigador Sr. Jorge Rondón Salas (1966: “Ferreñafe
Prehispánico”; Rev. “Firruñap” N° 25) ; en 1979 I. Shimada realizó excavaciones
sistemáticas y develó un formidable templo formativo, con caracteres constructivos
únicos en el área andina:
Una escalinata de 22 pasos o escalones de 16m. de ancho, 10 m. de profundidad y
5m.de altura.
24 columnas cilíndricas de adobe de 1.20m. de diámetro con una altura de 2m.
dispuestas en 6 filas de 4 columnas cada una. Cada columna fue erigida disponiendo
unidades modulares cilíndricas o discos de 30 cms de altura que fueron construidos
con 10 adobes cónicos: 9 rodeando a uno central; se les cubrió con una capa de
arcilla de 15 cms de espesor; aunque el adobe cónico es común en el Horizonte
Formativo, el caso de “La Lucia”-Chólope” es único, al haberse utilizado como
elemento estructural en las columnas que soportaron un techo de algarrobo, barro
y caña; fueron pintadas de color rosado; el autor diseñó una maqueta a escala del
“Templo de las columnas de La Lucia” que se exhibe en el museo arqueológico
“Miguel Justino Ramírez Adrianzen” de Piura.
El templo fue sepultado conforme a un milenario ritual andino que ha permitido la
excelente conservación del mismo; durante el proceso de “enterramiento “con arena,
se colocaron dos sellos sólidos de arcilla: el primero en la plataforma superior y el
segundo en el 13avo escalón contando desde arriba; las capas son de 2 a 10 cms.
dispuestas horizontalmente.
La escalinata tiene, según nuestra medición basada en un plano de I. Shimada, una
orientación de N° 19° E.

3.- “EL SEÑOR DE CICÁN”

Un gran foso habían dejado los huaqueros en la esquina que forma la rampa norte
con la plataforma base de la pirámide “EL Loro”; era el año 1971 y, como
39

consecuencia de las lluvias de aquel año, los socios Ridout y Edmundo Aurich Bonilla
decidieron abandonar la faena; el foso se había llenado de agua a los 10 mts de
profundidad de los cuales, los primeros metros los financió el curandero Santos Vera
Sandoval. En 1974, acompañé a mi padre Sr José Maeda Montenegro quien invitó a
Walter Alva y al fotógrafo Baldomero Puelles Vera (de Pucalá), y algunos funcionarios
de Pucalá; Puelles tomó unas vistas en blanco y negro del forado, que por la
sedimentación, tenía escasos 3.5 mts; incluso conservo algunas de estas tomas
fotográficas; cuando en 1979 llego a Batán Grande el arquólogo Izumi Shimada-por
segundo año consecutivo-para iniciar un proyecto de excavaciones arqueológicas,
mi padre lo llevó hasta la trinchera dejada por los huaqueros; recuerdo que Shimada
se impresionó por el forado, Maeda insistió en que la excavación no había sido
terminada; mi padre, intuitivo investigador, conocía bien que las tumbas Cicán
frecuentemente se ubicaban más allá de los 10 mts; los años pasaron y en los dos
reportajes de “El Comercio” citados anteriormente, el autor reafirma la existencia de
tumbas cicanes de élite aún intactas; con las lluvias que cayeron en 1983, detectamos
más de una docena de asentamientos (hundimientos) en la Plaza Ceremonial Central,
entre las huacas “Las Ventanas” y “El Loro”, en donde se confirmaría después que se
trataban de tumbas encuentra de la dinastía Cicán, quizás, la evidencia de la
veracidad de la leyenda de Ñamlap; meses después de las declaraciones muestras
en el diario limeño, Shimada excava la esquina de la rampa de 120 mts de largo de
“El Loro”, es decir, el forado que le mostró mi padre; amplió el área de excavación en
la superficie y mediante escalinatas llegó hasta el nivel que los huaqueros dejaron
en 1971; dos metros más abajo se produjo, efectivamente, el hallazgo de la tumba
de una mujer de unos 20 años de edad y posteriormente se llegó al personaje
central que se conoce como el “Señor de Sicán”.

Finalmente, I. Shimada logró encontrar dos tumbas, una en 1991 y la otra en 1995,
que se exhiben en el Museo de Ferreñafe; la primera es, precisamente, la tumba que
el arqueólogo negó enfáticamente hasta Octubre de 1991, pero cuatro años
después declaró aquellos hallazgos desconocidos entonces por la comunidad
nacional; en Diciembre de 1995 se llega a la tumba del otro personaje del Cicán
medio, ubicado en una posición simétrica, opuesta a la tumba excavada en 1991.

3. LA TUMBA EXCAVADA EN 1991 EN HUACA “El LORO”:

Se construyó en la esquina de la rampa principal con la plataforma base del templo-


lado Este-; le dieron forma tubular logrando una estructura de 6m. de ancho por
10m. de largo en la parte superior, con 20 mts. de profundidad, constituyéndose en
la más profunda en su género; el personaje central fue sepultado sentado con 12
40

ofrendas humanas de sexo femenino, tenía una máscara con tocado frontal de oro y
plata fue acompañado de vasijas cerámicas, tejidos de algodón nativo (Gossipium
barbadense); al frente del gran señor se ubicaron dos guantes de cobre uno de los
cuales, el de la derecha prestaba un vaso ceremonial de cobre repujado; al “Señor
de Cicán” se le sentó sobre una estera en donde se depositaron huesos de llama
costeña ya extinguida (Lama sp), vasijas de cerámica y moluscos tropicales como el
Spondyllus pictorum y el Conus sp.

La tumba es ancha en la boca y angosta en la base, hoy, completamente cubierta de


tierra por el proyecto arqueológico norteamericano; la tumba se empezó a limpiar
el 10 de Julio de 1995 terminándose en Diciembre del mismo año.

Los arqueólogos excavaron simultáneamente en 1991 dos tumbas: una en “Las


Ventanas” y la otra, en “El Loro” ; la primera había sido disturbada por huaqueros; en
la segunda se descubre la primera tumba del llamado “Señor de Cicán” en un
sarcófago tubular en la esquina de la plataforma y la rampa norte de la pirámide; el
arqueólogo Izumi Shimada confirma nuestro relato así: “Esta tumba no pudo ser
saqueada debido a las inundaciones producidas por el desborde el río La Leche… en
1978; cuando el equipo del Proyecto Sicán llegó a la zona, el forado estaba a la vista,
pero la tumba no era accesible porque el agua aún la cubría ;el año 1983 con las
torrenciales lluvias, el pozo se llenó con la tierra arrastrada por el agua.(diario “La
Industria”; “Una tumba Sicán intacta”, por Mariana Vásquez Díaz: 1991); la verdad es
otra: Shimada visitó por primera vez la tumba, no con miembros de su proyecto,
sino, guiado por José Maeda Montenegro y, el nombre del proyecto, en 1978, no
era “Sicán” como asegura el arqueólogo, pues tal nombre lo adoptaría recién en
1983, años después de nuestra propuesta en varios artículos; incluso en sus informes
y artículos seguía utilizando la denominación de R. Larco (“Lambayeque”); por
entonces-desde 1978 hasta 1983- el proyecto se denominó “Batán Grande –La
Leche”. La tumba se excavó desde Julio de 1991 aprovechando la fuerte sequía que
afectó Lambayeque en aquel año; encontraron en Octubre un personaje femenino
con tocado con especie de alas, objetos trabajados en cadenas laminadas de
tumbaga (aleación de oro y cobre), un collar de felinos sentados trabajados en oro
y cobre con muchos colgantes formaban parte de una “camisa” ritual hecha con
algodón nativo.

Todo este ajuar funerario pertenecía a una joven sepultada de unos 20 a 25 años de
edad en un sarcófago de 45 cms. de altura; la tumba fue rodeada por hornacinas o
nichos labrados en las paredes laterales, conteniendo ofrendad de bronces arsenical;
41

las hornacinas estaban selladas con una capa de barro; los periodistas bautizaron a
esta dama sepultada hace unos 1,000 años como “La Princesa de Cicán”.

La tumba de 3m x 3m se continuó excavando más allá de los 12m. de profundidad:


los huaqueros habían abandonado el foso a escasos centímetros de la primera
tumba hallada por Shimada; por el año 1,000 d.C. muchos obreros excavaron con
barretas de bronce el duro y árido suelo de Pomac; pusieron el cadáver de un niño
en el primer nivel, de unos 10 años de edad, sentado con una pierna flexionada; su
rostro fue totalmente pintado con cinabrio (rojo) orientado hacia el Este de la cámara
funeraria “mirando” la hornacina principal, al cadáver de otro personaje adulto en el
lado norte de la cámara, le acompañaban varios paquetes de puntas de bronce; cada
paquete tenía entre 18 a 11 puntas de 35 cms. de longitud; en el lado Sur
Este encontró “un notable montón” (Shimada:”La riqueza de la élite Sicán”; supl.
Dominical de La Industria; Chiclayo, Dic. 1991) de trozos de cobre dorado recubierto
por una fina lámina metálica; en el lado Sur Oeste del primer nivel se encontraron “al
menos cinco coronas de tumbaga” (op. cit) decoradas con calados de olas marinas
y diseños escamiformes y otros objetos para adornos de la cabeza.

Lamentablemente, estas tumbas no las podemos observar, pues están totalmente


cubiertas con tierra; en el futuro, abrigamos la posibilidad de que se reconstruyan
con réplicas para su exhibición in situ y que la comunidad batangrandina obtenga
algún beneficio con el turismo.

El “Señor de Cicán” fue solo uno de los tantos señores cuyas tumbas han sido
profanadas por docenas; a diferencia de un Señor Mochica, que gobernaba uno o
dos valles contiguos; un Señor Cicán tuvo poder de gobierno de varios valles,
evidenciándose su dominio desde Pachacámac en Lima hasta Ecuador y el Nor
Oriente Peruano; futuras excavaciones darán cuenta de las aún intactas tumbas en
las esquinas de la rampa de “La Rodillona” y en la Plaza Ritual Central, entre “Las
Ventanas”, “El Moscón” y “El Loro”, en donde el autor sostiene, se ubican varias
tumbas de élite esperando por ser descubiertas.

VOCABULARIO

1.- Fase temprana : fase más antigua de un estilo o de una cultura.

2.- Ciec Quic: “Gran Señor”, que en la época colonial, los


42

cronistas denominaron Cacique (vocablo antillano) o Curaca (vocablo quechua)

3.- Aloec: llamados también “Caciques segunda persona”;

eran señores de élite conocidos también como “Fillcas”.

4.- Radio carbono : Método para calcular la antigüedad o edad de material


orgánico (hueso, madera, etc.); se basa en la desaparición progresiva del carbono 14
(C-14) de todo ser vivo; cada 4,500 años se pierde el 50% del total acumulado y así
sucesivamente hasta su desaparición total en un período promedio de 45 o 50 mil
años.

5.-Zapata : elemento estructural de acero utilizado en la construcción moderna (con


acero); se trata de “parrillas” que se colocan debajo de la cimentación o basamento
para uniformizar la distribución de cargas verticales y transmitirlas al suelo.

6.- Tumbaga: aleación de oro y cobre; los objetos mochicas y cicanes que se exhiben
en colecciones y museos, no son de oro puro generalmente, metal que puro, es
quebradizo; aleado con cobre se torna más maleable.

7.-Lapislázuli: piedra semipreciosa de color azul, su nombre mineralógico es


Lazurita.

8.-Arqueoastronomía: estudio del conocimiento de la astronomía de antiguas


civilizaciones y culturas.

9.- Algodón nativo: (Gossipium barbadense), algodón peruano de colores pardo,


marrón, crema (ante), lila (fifo), etc.

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12.- Shimada, Izumi

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14.- Zuidema, Tom

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