Poesia de La Independencia
Poesia de La Independencia
Poesia de La Independencia
INDEPENDENCIA
PROLOGO
I. HISPANOAMERICA
INTRODUCCION: E L MARCO H ISTO RICO
tigo pan y cebolla (escritas en España); y La madrina, La hija del payaso y Estela, o
el padre y la hija (escritas en México). La edición titulada Teatro escogido (dos
tomos, Bruselas, 1825) corresponde, claro, a obras escritas en España. Una reseña de
la edición apareció en El repertorio americano, de. Londres (1827, III, págs. 78-93).
Antonio Alcalá Galiano elogió, en 1834 a Gorostiza (ver Literatura española. Siglo X IX ,
trad. de Vicente Lloréns, Madrid,, 1969, págs. 116-117). Ver, en fin, mi libro El
Romanticismo en la América Hispánica, II, 3^ ed., Madrid, 1975, págs. 63-64.
Como he dicho, Gorostiza volvió a América en 1833. Por ese dato importante y
por el carácter de su obra, queda fuera de nuestro cuadro. Con todo me ha parecido justo
dedicarle esta nota complementaria.
En fin, creo que la repercusión del momento político-social — momento
de indudable trascendencia— alcanza decisivamente al fenómeno literario
y explica con claridad los rasgos que apunto.
LA “ DECLARACION” DE BELLO
G EN ERO S Y TEMAS
VERSO Y PROSA
8 Una vez más me parece justo decir que al hablar de "verdadero nacimiento”
no desconozco la existencia de novelas hispanoamericanas anteriores (verdaderas nove
las, relatos novelescos, o con contactos novelescos). Simplemente, marco con Fernández
de Lizardi un jalón fundamental y el principio de una continuidad que antes, por
diferentes motivos, no existe. Y, no menos, la presencia del libro que se "lee” como
novela (que aún se sigue leyendo). Cosa que difícilmente se da en ejemplos prece
dentes (de Sigüenza y Góngora, Pineda y Bascuñán, Bramón, etc.).
Sin establecer una separación total con Lizardi, hay otra prosa abun
dante en la época. Es la prosa de los escritos, manifiestos, proclamas,
ensayos, etc. (prosa con intención más o menos literaria), de los “ escritores
proceres” o “ proceres escritores” . Es el párrafo que procura servir a los
ideales de libertad, a la lucha política, a las urgencias de la hora, y que
encuentra su cauce más adecuado y rápido en una frase de movimiento
amplio, oratorio, con más de un acierto expresivo. Lo prueban, Bolívar,
Mejía Lequerica, Valle, Moreno, Monteagudo, V id a u rre ..., y prefiero
dejar aquí a un lado a aquéllos que tienen un más nítido perfil de
“ escritores” .
TEMAS: PRECISIO N ES
7 En realidad fueron varios los versos de Quintana que gozaron de notable difu
sión. Recuerdo también ecos del tropo "Virgen del Mundo”, aplicado, por supuesto, a
América.
Tema y caracteres se imponen, pues, de manera indudable. Entre
muchos ejemplos, respaldan lo que afirmo dos colecciones del Río de la
Plata. Se trata de la primera antología poética argentina, La lira argentina
(1 8 2 4 ), y El Pamaso oriental, primera antología hecha en el Uruguay
(1835-1837), que recogen composiciones de la época y que muestran con
holgura los rasgos señalados.
El tema patriótico aparte, los demás temas (especialmente después de
1830) sirven más bien para matizar aquel predominio, o como ramifica
ciones y complemento.
Así, el tema del indio, de las antiguas culturas o pueblos abatidos por
la Conquista, que comienza a manifestarse aquí, pero que se expandirá,
sobre todo, con el romanticismo. En la época de las Revoluciones se
vincula, claro está, al tema de la independencia. Veamos ejemplos: Here
dia (A los habitantes de Anáhuac, Placeres de la melancolía, Himno al
Sol, A Bolívar, tema parcial), Olmedo (Canto a ]unín, tema parcial), Bello
[Alocución a la Poesía, tema ocasional), Florencio Varela (Al 25 de mayo
de 1830, tema parcial), Carlos G. Villademoros (En el 25 de mayo de
1836), Fernández Madrid (Elegías nacionales peruanas — 1825— , Guati-
moc, tragedia — 1827— ), Vargas Tejada (Sugamuxi, Doraminta, trage
dias), Camilo Henríquez (Lautaro, Camila o La Patriota de Sudamérica,
dramas), José María Moreno (América mexicana libre — 1823— , Xico-
tencatl, Mixoac — 1823— , tragedias), Luis Ambrosio Morante (Túpac
Amaru, Siripo y Yara en el Campo de la Matanza, dramas), José Manuel
Sánchez (Arauco libre — 1818— , El nuevo Caupolicán — 1815), Manuel
Belgrano (Molina, drama, inspirado en Marmontel). También, las diferen
tes imitaciones de Atala (Olmedo, Heredia, Fernández Madrid). En fin,
y más que como tema, el acento indígena de los Yaravíes de Melgar.
Más raramente aparece entonces el tema del abolicionismo y, en gene
ral, el motivo social. Por lo menos, dentro de la amplitud en que debe
entenderse la denominación de “ social” . El tema del negro apenas si se
encuentra, tempranamente, en versos de Francisco Acuña de Figueroa y
de Domingo del Monte. En los dos casos, poetas blancos que encaran,
sentimentalmente, el problema de la esclavitud. Acuña de Figueroa atiende,
en forma separada, a lo pintoresco y lo dramático de la vida del negro.
Veamos dos poemas de El Parnaso oriental:
Compañelo di candombe
pita pango e bebe chica,
ya le sijo que tienguemo
no se puede sé cativa:
Po leso lo Camundá,
lo Casanche, lo Cabinda,
lo Banguela, lo Monyolo,
tulo canta, tulo glita. . .
8 No resulta casual la persistencia del tema en una región como Cuba. Por eso,
aparte de José Antonio Saco, recuerdo igualmente testimonios en los Aforismos de
José de la Luz y Caballero.
Larriva y Ruiz (“ El fraile Larriva” ), de punzante ingenio, con José Pérez
de Vargas y Felipe Pardo y Aliaga, en sus comienzos literarios; en el Río
de la Plata, con Francisco Acuña de Figueroa, Prego de Oliver, Lafinur,
Juan Cruz Varela, el padre Castañeda. . . 9
En un lugar especial, por filiación y por las conexiones que es nece
sario establecer, la fábula. Su aporte es igualmente nítido (cf. Navarrete,
García Goyena, Lizardi, Melgar, Azcuénaga, fray Cayetano Rodríguez,
Mora, español y americano, Pérez de Vargas, Bello y otros).
Aun estableciendo diferencias, como digo, entre los primeros años del
siglo y los años de las revoluciones de independencia, esta vena no se
interrumpe. En todo caso, y para marcar cambios perceptibles, la nueva
etapa se caracteriza por la irrupción de la sátira política, especie nueva
que nacía, sobre todo, en medio de abultados tanteos, indecisiones y
fracasos de los nacientes gobiernos. Los tiempos exigían, es indudable,
tributos más severos que aquellos que nacían del humor y del ingenio,
pero de ninguna manera el tema burlesco desaparece.
L a h isto r ia del Brasil durante el siglo X IX es, en sus líneas más gruesas,
paralela a la de las antiguas colonias españolas: un primer momento mar
cado por la época de la Independencia, y un extendido momento poste
rior, como ratificación de este estado. También, en sus líneas gruesas,
es explicable que subrayemos las diferencias fundamentales: la Indepen
dencia incruenta, la proclamación del Imperio y, ya a fines del siglo, la
República.
Como vemos, hay semejanzas y diferencias. En el caso particular de la
primera época (la que señalamos con el nombre de Revolución de Inde
pendencia) conviene igualmente destacar, por un lado, semejanzas en el
proceso inmediato anterior. Como en Hispanoamérica no faltan anuncios
en la segunda mitad del siglo X V III: las sublevaciones brasileñas tuvieron
entonces significación; de manera especial, la encabezada por Tiradente.
Entrando en el siglo X IX , no puede desconocerse la propaganda de
las logias masónicas (inspiradas, especialmente, en Francia e Inglaterra) y,
no menos, la Revolución de Recife, de 1817, que determinó la República
de Pernanbuco 10. La Revolución fue sofocada y sus principales promo
tores fueron ejecutados (El P. Juan Ribeiro se suicidó).
Es posible que el proceso brasileño hubiera estado signado — como
el hispanoamericano— por la lucha sangrienta: la Revolución de Recifes
fundamenta esta sospecha. Sin embargo, el traslado a América de la corte
portuguesa con motivo de la invasión napoleónica, cambió, en buena
parte, el proceso. La corte portuguesa en el Brasil significó para la Colonia
una época muy distinta a la anterior. Particularmente en lo que se refiere
a la difusión de ideas liberales, y otros adelantos (sobre todo los de carác
ter económico). La vuelta de Juan VI a Portugal corta parcialmente esta
situación. Pero queda en la Colonia el Príncipe Don Pedro. Precisamente,
Don Pedro proclamará, en 1822, la ruptura con la metrópoli y la Inde
pendencia del Brasil.
En realidad, tampoco faltó aquí la oposición de fuerzas realistas (en
Bahía, Pará, Montevideo, Maranhao). Pero comparado con lo que ocurrió
en las antiguas colonias españolas, puede decirse que no hubo mayores
derramamientos de sangre.
Don Pedro I fue consagrado Emperador del Brasil el 1° de diciembre
de 1822 y promulgó la Constitución en 1824, de tipo liberal (respon
diendo a las ideas de Benjamín Constant). El breve gobierno de Don
Pedro I fue, más bien, de afianzamiento, si bien no le faltaron problemas
PERIO DO Y NOMBRES
E m il io C a r il la
II
Unas palabras con respecto a la disposición de esta antología. He dispuesto su conte
nido en las dos partes previsibles: Hispanoamérica y Brasil.
En la selección propiamente dicha, he atendido a un caudal de autores y obras
que me parece defendible, sobre todo en un libro dedicado especialmente a la época.
Dentro de la abundancia de versificadores que caracteriza al momento, no creo que
resulte exagerado el número de diecinueve autores hispanoamericanos y de siete brasi
leños. De igual manera, la proporción que se establece (aunque la parte brasileña aparez
ca, comparativamente, algo exagerada).
Dentro del sector hispanoamericano, creí también justificable disponer la selección
en tres niveles. (Niveles ya anticipados en un estudio anterior).
En relación a los textos, he procurado seguir los más fidedignos, con las aclaraciones
y notas pertinentes. Por mi parte, agrego una necesaria tarea de revisión, a fin de
evitar los errores y erratas que suelen acompañar la reproducción de diversos textos.
En fin, las bibliografías, que responden, igualmente, a una medida selección y a una
— creo— adecuada puesta al día.
E. C.
HISPANOAMERICA
José Joaquín de Olmedo
( 1780- 1845 )
Textos:
Estudios:
CANTO A BOLIVAR
* Los físicos han procurado explicar el equilibrio que guarda la tierra a pesar
de la diferencia de masas en sus dos hemisferios. ¿El enorme peso de los Andes no
podrá ser uno de los datos para resolver este curioso problema de geografía física?
de libertad y de victoria heraldos,
que con eco profundo,
a la postrema edad dirán del mundo:
* El pabellón de Colombia lleva los principales colores del iris; el del Perú
lleva un sol en el centro.
* * El primer encuentro de nuestra caballería con la enemiga en el campo de
Junín nos fue sumamente desfavorable.
* * * El general Necochea, natural del Río de la Plata, venció en Chacabuco
mandando los famosos granaderos de a caballo, y ha sido celebrado en el poema de
“América”, de que se han publicado algunos fragmentos en la Biblioteca Americana.
La Patria y la buena literatura ya culpan la tardanza de esta bellísima composición.
Ya el formidable estruendo
del atambor en uno y otro bando 150
y el son de las trompetas clamoroso,
y el relinchar del alazán fogoso,
que erguida la cerviz y el ojo ardiendo
en bélico furor, salta impaciente
do más se encruelece la pelea, 155
y el silbo de las balas, que rasgando
el aire, llevan por doquier la muerte,
y el choque asaz horrendo
de selvas densas de ferradas picas,
y el brillo y estridor de los aceros 160
que al sol reflectan sanguinosos visos,
y espadas, lanzas, miembros esparcidos
o en torrentes de sangre arrebatados,
y el violento tropel de los guerreros
que más feroces mientras más heridos, 165
dando y volviendo el golpe redoblado,
mueren, mas no se rinden. . . todo anuncia
que el momento ha llegado,
en el gran libro del destino escrito,
de la venganza al pueblo americano, 170
de mengua y de baldón al castellano.
Oh capitán valiente,
blasón ilustre de tu ilustre patria,
no morirás, tu nombre eternamente
en nuestros fastos sonará glorioso,
y bellas ninfas de tu Plata undoso 200
a tu gloria darán sonoro canto
y a tu ingrato destino acerbo llanto. *
* Cuando se escribía este poema todos creían que eran mortales las muchas
heridas que Necochea recibió en Junín. Hoy la Patria se goza en poseer a este ilustre
defensor cubierto de honrosas cicatrices.
* * La caballería peruana mereció por las hazañas de este día que el Libertador
le diese el nombre de Húsares de Junín.
*** Hasta ahora se creía que en el Perú, especialmente los hijos de Lima, eran
poco hábiles para las artes y fatigas de la guerra, acaso porque se había dicho en
Italia (quizá no sin verdad) que
En torno de la lumbre,
el nombre de Bolívar repitiendo
y las hazañas de tan claro día,
los jefes y la alegre muchedumbre
consumen en acordes libaciones
de Baco y Ceres los celestes dones.
* La peana del Inca era un edificio en que solía descansar cuando atravesaba
el gran camino de la Cordillera. Sus ruinas, o más bien los vestigios de sus ruinas,
están muy cerca del campo de Junín.
Reina el silencio; mas de su alta nube
el Inca exclama: “ De ese ardor es digna
la ardua lid que os espera; 475
ardua, terrible, pero al fin postrera.
Ese adalid vencido *
vuela en su fuga a mi sagrada Cuzco,
y en su furia insensata,
gentes, armas, tesoros arrebata, 480
y a nuevo azar entrega su fortuna;
venganza, indignación, furor le inflaman
y allá en su pecho hirvieron, como fuegos
que de un volcán en las entrañas braman.
Marcha; y el mismo campo donde ciegos 485
en sangrienta porfía * *
los primeros tiranos disputaron
cuál de ellos solo dominar debía
— pues el poder y el oro dividido
templar su ardiente fiebre no podía— , 490
en ese campo, que a discordia ajena
debió su infausto nombre y la cadena
que después arrastró todo el imperio,
allí, no sin misterio,
venganza y gloria nos darán los cielos. 495
¡Oh valle de Ayacucho bienhadado!
Campo serás de gloria y de venganza. . .
Mas no sin sangre. . . ¡Yo me estremeciera
si mi ser inmortal no lo impidiera!
* Sucre fue nombrado por el Libertador general en jefe del ejército unido y
mandó la acción de Ayacucho. En los años de 1821 y 1822 ganó dos acciones contra
los españoles, una a orillas del Yaguachi, tributario del Guayas, y otra en las faldas
del Pichincha.
* * No es posible hacer mención de todos los Cuerpos que se batieron y triun
faron en Ayacucho. . Bogotá, Voltijeros, Pichincha, Rifles y Caracas; los batallones
l 9, 29 y 39 del Perú, la Legión Peruana, Los Granaderos, los Húsares de Colombia y
los de Junín, todos se distinguieron sobremanera.
Allá por otra parte,
sereno, pero siempre infatigable, 540
terrible cual su nombre, batallando
se presenta La Mar, * y se apresura
la tarda rota del protervo bando.
Era su antiguo voto, por la patria
combatir y morir; Dios complacido 545
combatir y vencer le ha concedido.
Mártir del pundonor, he aquí tu día:
ya la calumnia impía
bajo tu pie bramando confundida,
te sonríe la Patria agradecida; 550
y tu nombre glorioso,
el armónico canto que resuena
en las floridas márgenes del Guayas
que por oírlo su corriente enfrena,
se mezclará, y el pecho de tu amigo, 555
tus hazañas cantando y tu ventura,
palpitará de gozo y de ternura.
Lo grande y peligroso
hiela al cobarde, irrita al animoso.
¡Qué intrepidez! ¡qué súbito coraje 560
el brazo agita y en el pecho prende
del que su patria y libertad defiende!
El menor resistir es nuevo ultraje.
* Quince generales españoles había en el Perú; reunidos por una feliz casua
lidad en Ayacucho para hacer más gloriosa esta jornada, se rindieron y capitularon
en el campo. Todos con toda su fortuna han vuelto ya a su Patria. La capitulación
fue pedida y otorgada después de la derrota del grueso del ejército real, y cuando
sólo quedaba por batir un cuerpo de reserva de poca consideración. Parece que nada
falta a esta conducta para ser el rasgo característico de un pueblo.
Las voces, el clamor de los que vencen,
y de Quinó las ásperas montañas *
y los cóncavos senos de la tierra
y los ecos sin fin de la ardua sierra,
todos repiten sin cesar: ¡Victoria!
* Pacha-Cámac era una divinidad invisible, cuya imagen era el sol. Este nombre
se compone de Pacha, universo, y de Cámac, participio del verbo cama, animar; y
significa, en la lengua de los Incas, Animador del Universo. Era tenido en gran
veneración y el pueblo no osaba pronunciar su nombre. Su culto era interior, y no
tenía más templo que el corazón de los hombres. Cuando aquí se cita el templo del
gran Pacha-Cámac, se entiende el templo del Sol, bajo cuya magnífica imagen aquél
era adorado. — ¡Cuántos pueblos que se jactan de su antigua civilización no han
alcanzado estos bellos principios de teología natural!
* * Los haces en las antiguas repúblicas eran la principal insignia de las magis
traturas civiles.
* * * Nuestros hermanos del Norte han sido los primeros en reconocer la inde
pendencia de los pueblos del Sur, a la que los excitaron con su ejemplo y ayudaron
con su amistad. El pabellón de la República lleva tantas estrellas como son los Estados
de la Unión. El Estado de Virginia tiene sobre todos la gloria de ser la patria de
Washington.
con el tridente abriendo la carrera,
la Reina de los mares, la primera. *
* Manco-Cápac fue el primer Inca, el primer legislador del Perú, descendido del
cielo, y venerado siempre como una divinidad.
* * Aquí concluye el vaticinio del Inca, que será acaso censurado por su dema
siada extensión, y no sin justicia. Pero ¿no se perdonará a un Inca que antes de
pronunciar el grande oráculo, objeto de su aparición, exhibe algunas quejas al ver
por la primera vez los lugares que fueron el teatro de los horrores de la Conquista?
¿No se perdonará a un buen padre y a ufl buen rey lamentar antes de todo la suerte
de sus hijos y de su pueblo? ¿No se perdonará a un guerrero alentar el valor de las
tropas con el recuerdo de agravios pasados, aunque sean sucesos muy conocidos de la
historia de su país? ¿No se perdonará a un anciano el ser prolijo en sus discursos, y-
a un sabio de edad el no perder la ocasión de dar consejos a los hombres? ¿No se
perdonará, en fin, a un sacerdote prolongar un tanto la expectación del pueblo al
anunciar los oráculos del cielo?
Los oráculos comúnmente eran breves y sentenciosos, es verdad: pero la victoria
de Ayacucho es de la mayor importancia, como que ha fijado los destinos del pueblo
americano; y no estaría bien cantada si no se celebrasen todas las circunstancias que la
hacen memorable. Además, esa misma prolijidad de circunstancias da mayores aparien
cias de verdad a la predicción. Por esto se ha escogido un profeta inspirado que lo
prevea todo, un anciano que no omita nada de cuanto prevé, y un Inca que mire con
interés cuanto contribuya a la gloria del imperio. Por otra parte, la mención que hace
de todos los jefes que debían distinguirse en Ayacucho sirve de nuevo estímulo a su
valor, ya por la anticipada alabanza de sus proezas, ya por la segura esperanza de la
victoria.
Se dirá, en fin, que el Inca de este canto sabe más de lo que pudo saber en su
tiempo. Pero ése era un Inca dotado de espíritu profético y que, según las antiguas
tradiciones, predijo la invasión de los españoles, el establecimiento de una nueva religión
y el hado del imperio. Sobre todo, no debe extrañarse que tenga ideas justas de religión,
de legislación y ciencia del siglo quien habita las regiones de luz y de verdad.
al Inca como a Sumo Sacerdote,
en gozo santo y ecos virginales
en torno van cantando
del Sol las alabanzas inmortales.
* El río Magdalena corre al mar por las cercanías de Bogotá, como el Eurotas
por las cercanías de Esparta. El Rímac atraviesa Lima, como el Tíber a Roma.
Fecunda, ¡oh Sol! tu tierra, 800
y los males repara de la guerra.
BIBLIO G RA FIA
E s t u d io s :
D iv in a Poesía,
tú de la soledad habitadora,
a consultar tus cantos enseñada
con el silencio de la selva umbría,
tú a quien la verde gruta fue morada,
y el eco de los montes compañía;
tiempo es que dejes ya la culta Europa,
que tu nativa rustiquez desama,
y dirijas el vuelo adonde te abre
el mundo de Colón su grande escena.
También propicio allí respeta el cielo
la siempre verde rama
con que al valor coronas;
también allí la florecida vega,
el bosque enmarañado, el sesgo río,
colores mil a tus pinceles brindan;
y Séfiro revuela entre las rosas;
y fúlgidas estrellas
tachonan la carroza de la noche;
y el rey del cielo entre cortinas bellas
de nacaradas nubes se levanta;
y la avecilla en no aprendidos tonos
con dulce pico endechas de amor canta.
* México
** Nación Americana, fundadora de México.
el abismo voraz sepulta el resto.
Tú cantarás cómo indignó el funesto
estrago de su casi extinta raza
a Nenqueteba, hijo del Sol; que rompe * 125
con su cetro divino la enriscada
montaña, y a las ondas abre calle;
el Bogotá, que inmenso lago un día
de cumbre a cumbre dilató su imperio,
de las ya estrechas márgenes, que asalta 130
con vana furia, la prisión desdeña,
y por la brecha hirviendo se despeña.
Tú cantarás cómo a las nuevas gentes
Nenqueteba piadoso leyes y artes
y culto dio; después que a la maligna 135
ninfa mudó en lumbrera de la noche,
y de la luna por la vez primera
surcó el Olimpo el argentado coche.
* Catuche. Riachuelo que corre por la parte de Caracas en que hizo más estragos
el terremoto de 1812.
por el furor se vio de la pantera
o del caimán el suelo en sangre tinto;
cuál selva tan oscura, en tu recinto,
cuál queda ya tan solitaria cima,
que horror no ponga y grima,
de humanas osamentas hoy sembrada,
feo padrón del sanguinario instinto
que también contra el hombre al hombre anima?
Tu libertad ¡cuán caro
compraste! ¡cuánta tierra devastada!
¡cuánta familia en triste desamparo!
Mas el bien adquirido al precio excede.
¿Y cuánto nombre claro
no das también al templo de memoria?
Monteverde.
pues aún postradas por la muerte guardan
el orden triple en que a la lid marcharon.
¡Dichoso, si Fortuna tu carrera
cortado hubiera allí, si tanta gloria 750
algún fatal desliz no oscureciera!
¡S a l v e , fecunda zona,
que al sol enamorado circunscribes
el vago curso, y cuanto ser se anima
en cada vario clima,
acariciada de su luz, concibes!
Tú tejes al verano su guirnalda
de granadas espigas; tú la uva
das a la hirviente cuba;
no de purpúrea fruta, o roja, o gualda,
a tus florestas bellas
falta matiz alguno; y bebe en ellas
aromas mil el viento;
y greyes van sin cuento
paciendo tu verdura, desde el llano
que tiene por lindero el horizonte,
hasta el erguido monte,
de inaccesible nieve siempre cano.
T exto s:
E s t u d io s :
Todo perece
por ley universal. Aun este mundo
tan bello y tan brillante que habitamos,
es el cadáver pálido y deforme
de otro mundo que fue. . . * 100
Tales ya fueron
tus monarcas, Anáhuac, y su orgullo,
Muda y desierta
ahora te ves, pirámide. ¡Más vale
que semanas de siglos yazcas yerma,
y la superstición a quien serviste
en el abismo del infierno duerma!
A nuestros nietos últimos, empero,
selección saludable; y hoy al hombre
que ciego en su saber fútil y vano
al cielo, cual Titán, truena orgulloso,
sé ejemplo ignominioso
de la demencia y del furor humano.
NIAGARA
¡Niágara poderoso!
¡Adiós! ¡Adiós! Dentro de pocos años
ya devorado habrá la tumba fría
a tu débil cantor. ¡Duren mis versos
cual tu gloria inmortal! ¡Pueda piadoso
viéndote algún viajero,
dar un suspiro a la memoria mía!
Y al abismarse Febo en occidente,
feliz yo vuele do el Señor me llama,
y al escuchar los ecos de mi fama,
alce en las nubes la radiosa frente.
PLACERES DE LA MELANCOLIA
Yo lloraré, pero amaré mi
Y amaré mi dolor.
Q u in t a n a
FRAGMENTOS
II
III
IV
VI
V II
A LA ESTRELLA D E VENUS
BIBLIO G R A FIA
T exto s:
E s t u d io s :
Jurando la Independencia
tenemos obligación
de ser buenos ciudadanos
y consolidar la Unión.
Cielo, cielito, cantemos,
cielito de la unidad,
unidos seremos libres,
sin unión no hay libertad.
El cielito de la Patria
hemos de cantar, paisanos,
porque cantando el cielito
se inflama nuestro entusiasmo.
CHANO
CONTRERAS
Lindamente a su servicio. . .
¿Y se vino del tirón? 10
* Se supone recién llegado a la Guardia del Monte el capataz Chano y el diálogo
en casa del paisano Ramón Contreras (que es el gaucho de la Guardia).
CHANO
CONTRERAS
CHANO
CONTRERAS
CHANO
CONTRERAS
CHANO
CONTRERAS
CHANO
CONTRERAS
CHANO
RELACION
que hace el gaucho Ramón Contreras a Jacinto Chano de todo
lo que vio en las fiestas Mayas de Buenos Aires, en 1822
CHANO
CONTRERAS
CHANO
BIBLIO G RA FIA
T extos :
E studios :
(ELEGIA II)
BIE N PU ED E EL M U N D O ENTERO C O N JU R A R SE
SONETO A SILVIA
YA MI TRISTE DESVENTURA
(YARAVI V III)
ya m i triste desventura
no deja
Esperanza de tener
alivio;
y el buscarlo sólo sirve
de darme
el tormento de mirar
lo perdido.
BIBLIOGRAFIA
TEX T O S:
A L BELLO SEXO A R G EN T IN O
ODA
1 Aquí alude el poeta a las expresiones de Virgilio que lleva por epígrafe esta
composición:
deus nobis haec otia fecit.
(Egloga la. v. 6.)
2 El Centinela, n° 46, Colección de Poesías Patrióticas, Págs. 250-258.
(Notas de Juan María Gutiérrez).
La juventud se agolpa a vuestros pasos,
y, ciega, arrebatada, 20
cae en los blandos amorosos lazos
en que se engríe de mirarse atada.
Os formó el mismo Amor; y los abrazos
de la diosa sin par de la hermosura,
con otras tan ingrata, 25
colmaron de belleza y de ternura
a las hijas del Río de la Plata.
EN H O NO R D E BU EN O S AIRES
SOBRE LA IN V EN C IO N Y LIBERTA D
D E LA IM PRENTA
BIBLIOGRAFIA
TEX T O S:
EST U D IO S:
A l f o n s o R ey e s, Prólogo a su edición.
J. M . M iq u e l i V e r g é s y H u g o D ía z -T h o m é , Advertencia a su edición.
Luis G. U r b in a , P e d r o H e n r íq u e z U r e ñ a y N ic o lá s R a n g e l, Antolo
gía del Centenario, M éxico, 1910 (U rbina, Estudio preliminar, I, P ri
mera parte, págs. CLXIX-CXCVI; Rangel, Bibliografía e iconografía,
I, Segunda p arte, págs. 417-424).
Luis G. U r b in a , La vida literaria en México y la literatura mexicana duran
te la Guerra de la Independencia (reproducción del estudio anterior),
México, 1946, págs. 209-403.
R a im u n d o R am os, prólogo a Memorias y autobiografías de escritores mexi
canos (México, 1967, págs. XV-XXI).
G e r m á n A r c in ie g a s , “ Fray Servando” (en América Mágica. Los hombres
y los meses, Buenos Aires, 1959, págs. 255-279).
SUEÑO POETICO
(FRAGMENTO)
a Jovellanos
SONETO
t u v e indulto y capitulación
en Soto, y mi equipaje me robaron;
por traerme con grillos me estropearon
un brazo; de ahí fui a la Inquisición.
BIBLIOGRAFIA
TEX TO S:
E ST U D IO S:
BIBLIOGRAFIA
T E X T O S:
EST U D IO S:
Dos n o t a s , no muy acordes, han servido sobre todo para dar vaga perma
necía al nombre de José María Gruesso, versificador colombiano nacido
en Popayán.
Por un lado, el episodio biográfico que lo liga a un amor desdichado
(con la novia que muere en víspera de la boda). Y, como consecuencia,
la entrada de Gruesso al estado religioso. Hay, además, repercusiones lite
rarias en su obra, con ecos de Young.
Por otra parte, el conocido dato de que Gruesso, en su poema Lamen
taciones de Pubén, fue el primero que, en Hispanoamérica, utilizó el adje
tivo romántico. Adjetivo aplicado al paisaje y como eco, sin duda, de un
primer sentido literario. (Eso sí, conviene aclarar que la bibliografía vincu
lada a este poema no suele presentarse con mucha precisión)
Fuera de estas noticias llamativas, es justo decir que, en el conjunto
de su obra, Gruesso aparece como uno de los muchos autores neoclasicistas
de la época, autor de anacreónticas, elegías, himnos escolares y homenajes
patrióticos. Con algunas resonancias prerrománticas; sobre todo, en la visión
de la naturaleza y el tema sepulcral. Su valor es mediano.
De manera especial, ha sido el fervor de José María Ver gara y Vergara
el que ha mantenido el recuerdo de este autor poético y orador, ligado
particularmente por vida y obra a su ciudad de origen, Popayán.
En síntesis, es posible que fuera del dato sobre el uso del vocablo,
Gruesso estaría hoy completamente olvidado, como lo estuvo en muchas
antologías colombianas. Por mi parte, no lo rescato con relieve especial,
sino como nombre que contribuye más bien a una visión de conjunto.
BIBLIOGRAFIA
T E X T O S:
EST U D IO S:
(FRAGMENTOS)
a l l í l o s río s, p o r lo s v a lle s h o n d o s
co n su a v e y d u lce m u rm u ra r co rrien d o ,
a q u í y a llí fe c u n d id a d lle v a b a n
co n su a p a c ib le y d e lic io so riego .
El Cauca, sobre todos majestuoso,
Yo así prefiero
la pobreza y miseria y las desdichas,
por pisar de Payán el triste suelo,
para ofrecerle mi sensible llanto,
para abrazar sus desdichados restos,
para hacer un sepulcro de sus ruinas
y mi vida acabar con sus recuerdos.
ANACREONTICA
Ni males, ni peligros,
ni angustias, ni trabajos,
ni la fortuna adversa 15
ha podido apartarlos.
BIBLIOGRAFIA
T E X T O S:
EST U D IO S:
SATIRA
¿ en qué consiste, mi señora Musa,
que todos pueden hoy ser escritores?
¿Será este siglo el de la ciencia infusa?
¿Será que los talentos son mejores?
¿O será que el orgullo y la ignorancia
nos dan la presunción y petulancia?
EL BO CH IN C H E
SATIRA
¿ q u é c o sa es el bochinche? “ Un alboroto” ,
el buen Salvá responde. Mas no es esto:
es cosa muy distinta. ¿Salvá acaso
voto pudo tener en la materia,
sin ser autoridad? ¿En dónde ha visto
el filólogo aquel que lo define?
BIBLIOGRAFIA
estu d io s :
BIBLIOGRAFIA
TEX T O S:
EST U D IO S:
SONETO
¿ d ó n d e e s t o y ? ¿Qué. es de mí? ¿Yo que podía
ser el libertador del mundo entero,
mísero y desgraciado prisionero
entre estas rocas?. . . Mas la culpa es mía.
No el manto reluciente,
por las divinas artes fabricado;
ni la corona rica de tu frente;
ni tu cetro de hierro, aunque dorado;
ni de tus ciencias el acento grave;
ni de tus dulces musas la suave
voz armoniosa, plácida y festiva;
América te envidia, Europa altiva;
porque bajo tus pies se halla un abismo
de servidumbre, lágrimas y horrores,
y el feroz despotismo,
áspid mortal, se oculta entre las flores.
¿Y podrá la ignorancia
triunfar de la razón? Si al mundo todo
con torrentes de luz llenaste ¡oh, Francia!,
¿cómo te unes al vándalo y al godo,
que en honda oscuridad y noche umbría
intentan sumergir el Mediodía?
Abranse al ocio muelle los conventos;
eríjanse de nuevo los tormentos
del feroz tribunal, y sus hogueras,
siendo la única luz que alumbre al mundo,
ciencias y artes extingan sus lumbreras;
sepúltense del hombre los derechos
en olvido profundo,
y quedaréis, tiranos, satisfechos.
No ¡brote combatientes
el suelo de la antigua Carpetania,
y de Gama los dignos descendientes
vuelvan su honor perdido a Lusitania!
¡Abrácense los pueblos como hermanos,
únanse como se unen sus tiranos;
y regadas con sangre generosa,
reverdezca la palma victoriosa
que ha de orlar a los libres algún día!
Al escuchar sus cánticos triunfales
¡huya la tiranía,
desparezcan sus huestes criminales!
Despierta, Italia, y libre
alza del polvo tu abatida frente, 100
y en medio de su pueblo el Dios del Tíber,
majestuoso, aparezca nuevamente.
¿Cómo te has olvidado de tu gloria?
Abre los ojos ¡mira! la memoria
de tus héroes, tus ciencias y tus artes, 105
inmortal se conserva en todas partes.
Muéstrate digna de tus grandes nombres,
torna otra vez a tu esplendor perdido:
¡Italianos, sed hombres!
¿No veis cómo la Grecia ha renacido? 110
De su sangrienta cuna
triunfante me parece que la veo
alzarse y destrozar la media luna.
¿Ese canto de guerra es de Tirteo?
Es el mismo Demóstenes que clama:
¡Al arma, griegos, que la patria os llama!
Y aquel gallardo joven extranjero
que celebra la lid ¿es un guerrero?
¡Vedlo cómo, expirante a la sonora
arpa su voz sublime acompañando, 120
en favor de la Grecia al cielo implora!
¡Ay!, por la Grecia llora,
y el cisne de Albión muere cantando.
BIBLIOGRAFIA
TEX TO S:
EST U D IO S:
EPITAFIO
BIBLIOGRAFIA
TEX T O S:
EST U D IO S:
Eran apacibles
sus ojos y vivos,
a veces locuaces,
y a veces dormidos.
Su rostro era feo,
mas no desabrido,
sino que inspiraba
confianza y cariño.
Tuvo algunas veces
defectos y vicios,
mas su alma era noble,
su pecho sencillo.
Un lunar tenía
con vello crecido,
fijado en el medio
del diestro carrillo.
Su acento era suave
y asaz expresivo,
mas una dolencia
lo puso ronquillo.
Usaba antiparras,
tomaba polvillo
y era con las damas
atento y rendido.
No era su carácter
adusto ni esquivo,
y así era de todos
amado y bienquisto.
Contaba mil cuentos
con sus ribetillos,
dejando lo exacto
por lo divertido.
Formaba renglones
largos y chiquitos
que se le antojaban
versos peregrinos.
No invocaba a Apolo
por ser masculino,
y sólo a las Musas
pedía su auxilio.
ni poesía,
n o h ist o r ia ,
ni ciencia estudies, Fabio;
quien más charla ese es más sabio,
lo demás es bobería:
en pomposa algarabía
hable con gran petulancia;
y ya es hombre de importancia.
Organo de la opinión
llame a cualquier periodista
con mucho de socialista,
luces, progreso y fusión;
carta, y no constitución,
dirá al estilo de Francia;
y ya es hombre de importancia.
No se deje en el tintero
a la clase proletaria,
con lo de acción trinitaria,
receta y mes financiero;
apanaje y flibustero,
den a su asunto sustancia;
y ya es hombre de importancia.
Retrógrado ha de decir,
statu quo, y feudalismo;
que el siglo marcha al cinismo,
y que es nuestro el porvenir;
sueño de oro ha de embutir,
y talismán y elegancia;
y ya es hombre de importancia.
Fracasar, cotización,
casación y aprendizaje,
masacre, ojivo y carruaje,
adornen su locución;
y en larga lucubración
dé a luz una extravagancia;
y ya es hombre de importancia.
Mutua solidaridad,
e impulso emancipatriz
son voces que harán feliz
a una notabilidad;
y en misteriosa ansiedad
haga votos por la infancia;
y ya es hombre de importancia.
LA MADRE AFRICANA
(Oda)
Tairai-je ces enfants de la rive africaine
Qui cultivent pour nous la terre américaine?
Différents de couleurs, ils ont les memes droits,
Vous memes, contre vous, les armez de vos lois!
(Delille, Poema La Desgracia y la Piedad, canto l 9).
Al punto, encadenados,
los cautivos se miran,
y al fondo del bajel desesperados
los lanzan sin piedad, y ellos suspiran;
mientras que la infeliz desde la peña
se arroja y da un lamento,
que en pos de la alta popa lleva el viento. * 45
sentados a la margen
de babilonio río,
allí, Sión, tu nombre
recordamos llorosos y cautivos.
* "Estos versos los publiqué en execración del bárbaro comercio de los negros,
que en contravención de la ley de libertad y abolición de este tráfico, seguían haciendo
varios especuladores; y muy especialmente el buque llamado el Aguila, que con bandera
oriental fue a la costa de Africa a tan reprobado comercio” .
Yerta mi lengua, y fija 25
al paladar indigno;
si de ti me olvidare
pásmese inmóvil con letal deliquio.
Si no te antepusiere,
o si indolente y tibio, 30
Jerusalén no fuese
de mi alegría el móvil y principio.
¡Oh, bienaventurado 45
el que a tus parvulillos
logre alzar con sus manos,
y en la piedra estrellarlos vengativo!
BIBLIOGRAFIA
T E X T O S:
EST U D IO S:
N A PO LEO N E N EL M AR RO JO
BIBLIOGRAFIA
T E X T O S:
E ST U D IO S:
BIBLIOGRAFIA
T E X T O S:
EST U D IO S:
CANTO ELEGIACO
BIBLIOGRAFIA
T EX T O S:
EST U D IO S:
II
¡Oh, tú, que de los cielos producida
destierras de mi seno la amargura,
y el desabrido cáliz de mi vida
conviertes en dulzura!
III
El lucero matutino
coronaba el horizonte,
y de la aurora vecina
despuntaban los albores.
La modestia y el recato
la van siguiendo conformes;
dos iris lleva en sus cejas
y en sus mejillas dos soles.
IV
de la excelsa cordillera
d e sc ien d e
al valle profundísim o el camino,
trozando bosques de laurel y pino
que revisten sus cumbres y ladera.
V I. EL VIENTO SUR
ESTUDIOS:
J osé C aicedo R ojas , Noticia biográfica sobre Vargas Tejada (en Anuario
de la Academia Colombiana, I, Bogotá, 1874, págs. 140-181).
J. M. V ergara y V ergara , Historia de la literatura en Nueva Granada,
III, ed. de Bogotá, 1958.
M. M e n é n d e z P elayo , Antología de poetas hispanoamericanos, III, ed.
de Madrid, 1928.
A n t o n io G ó m e z R estrepo , Historia de la literatura colombiana, III, ed.
de Bogotá, 1957, págs. 334-347.
P. F é l ix R estrepo , Astros y rumbos, Bogotá, 1957.
C a r lo s A r t u r o C a p a rro so , D os ciclos de lirismo colombiano, Bogotá,
1961.
R afa el M aya , Estampas de ayer y retratos de hoy, Bogotá, 1954, págs.
135-147.
RECUERDOS
AL ANOCHECER
ya m u e r e el claro día
tras la cumbre empinada de los cerros,
y en rústica armonía
saludan su esplendor que se despide
los sencillos pastores.
Los zagales y perros
conducen el ganado a la majada;
el tardo insecto que la tierra mide
de su morada oscura,
por gozar de la brisa
de la noche, a salir ya se apresura.
Ostenta su hermosura,
en medio al tachonado firmamento,
la cándida lumbrera
que desde su alto asiento
refleja suavemente
la luz que esparce la encendida esfera.
¡Ay, de cuán refulgente
brillo refleja ufana
su tersa faz galana!
¡Mírala, Clori! En su belleza mira
la imagen del hechizo lisonjero
que tu semblante inspira.
¡Qué lánguido suspira
el céfiro ligero
que los arbustos mueve,
mientras sus ramas baña
el fresco aljófar que la tierra embebe!
Allí la blanda caña
hacia la fuente su cabeza inclina,
y a la avecilla que en su mimbre posa
su propia imagen sin cesar engaña
retratada en el agua cristalina.
Cierra la tierna rosa
su cáliz perfumado,
y esconde ruborosa
el ámbar deseado;
¡ay, cuanto más se oculta es más hermosa!
Vamos a la colina
que baña suave la sidérea lumbre,
al pie de aquella encina
que erguida allá se empina,
coronando del cerro la alta cumbre,
o allá donde el torrente,
saliendo de la breña,
por el peñón tejado se despeña.
Allá nos sentaremos, Clori mía,
y disfrutando las tranquilas horas
que mece en su regazo la alegría,
nuestro tímido acento juntaremos
a las voces canoras
con que el bosque resuena;
allí repetiremos
la tierna cantinela
que afables entonaron los pastores,
cuando, concluida mi gravosa pena,
coronó la fortuna mis amores.
EL BUEY DE CARGA
Desparpaja y acornea
todo cuanto encuentra al paso, 50
y cual toro jarameño
en una plaza encerrado,
corre tumbando estudiantes
por el patio y por los claustros.
P ocas son las noticias que se tienen de este autor salvo la referida a su
origen (era mulato) y resonancias de una vida accidentada donde se alternan
las armas y la religión.
Caldas Barbosa nació en Rio de Janeiro, pero pasó parte de su vida en
Portugal. En la metrópoli escribió casi toda su obra y murió en Lisboa, en
1800. Ello ha determinado opiniones diversas de la crítica acerca de si per
tenece a la literatura portuguesa o a la literatura brasileña. La disputa ós
un tanto gratuita, si tenemos en cuenta el momento histórico del Brasil a
fines del siglo XV III, todavía decididamente “ colonial” .
Por otra parte, tampoco sirve de mucho apoyarse en el carácter de su
poesía y en la retórica que Caldas Barbosa aplica. Al margen de los elemen
tos comunes que lo vinculan con los versificadores que escriben en América,
la lengua de Caldas Barbosa es también elemento decisivo que lo aproxima
más a los autores de este lado del océano. En particular, por su sintaxis y
sus regionalismos.
Caldas Barbosa cultivó los géneros lírico y dramático, si bien el signo
de su supervivencia (no muy firme) está en su obra lírica, representada en
la recopilación que tituló Viola de Lereno (1? ed., Lisboa, 1798).
La característica fundamental de la obra de Caldas Barbosa (sobre todo
la que podemos rastrear en Viola de Lereno) es, claro, su arcadismo. Pero
un arcadismo sencillo, con marcado ritmo musical, y donde, también, apa
rece cierto erotismo que lo acerca a los románticos que vendrán después.
Como he señalado, si no de manera muy nítida, Caldas Barbosa aparece
como un autor que, dentro de las leyes brasileñas, tiene por lo menos rasgos
que ayudan a fijar un límite borroso de época. Límite borroso pero límite
al fin.
BIBLIOGRAFIA
TEXTOS:
EST U D IO S:
NAO ENGANAR
NO ENGAÑAR
(Viola de Lereno)
No me fatigo en disfraces,
digo Amor si empiezo a amar,
me aceptan o no me aceptan,
a nadie quiero engañar.
Si la ingrata, mi adorada,
a otro da señas de amar,
no admito amores de otros,
a nadie quiero engañar.
(Viola de Lereno)
T E X T O S:
EST U D IO S:
AO HOMEM SELVAGEM
AL HOMBRE SALVAJE
Severo volteando
as azas denegridas, nao lhe pinta
o nublado futuro em negra tinta
de males mil o bando,
que, de espectros cingindo a vil figura,
do sabio tornam a morada dura.
Severo volteando
los negros escuadrones, no le pinta
el nublado futuro en negra tinta
de males mil el bando,
que, de espectros ciñendo vil figura,
del sabio vuelven la morada dura.
TEXTO S:
EST U D IO S:
p o r tu g u e z e s ! A nuvem tenebrosa,
qu’offuscava a razao desaparece,
Desfez-se o cahos que a discordia tece:
já se encara sem medo a luz formosa.
VI
VI
BIBLIOGRAFIA
T E X T O S:
A m érico E lísio , Poesías avulsas (1* ed., Burdeos, 1825; 2? ed., publicada
por Joaquim Norberto de Sousa e Silva, Río de Janeiro, 1862).
J osé B on ifacio de A ndrada e S il v a , Cantigas baquicas, (Río de Janeiro,
1838).
J osé B on ifacio de A ndrada e S il v a , O pensamento vivo d e . . . (Presen
tado por Otavio Tarquínio de Sousa, San Pablo, 1944). Util para
conocer las obras en prosa.
ESTU D IO S:
S ilvio R omero , Historia da literatura brasileira (1? ed., Río de Janeiro,
1888; ver 3- ed., Río de Janeiro, 1943, II, págs. 211-223).
R onald de C a r v a l h o , Pequeña historia da literatura brasileira (5? ed.,
Río de Janeiro, 1935, págs. 193-197).
O távio T arquín io de So u sa , José Bonifácio (Río de Janeiro, 1945).
S ergio B u arqu e de H o landa , Prefácio a las Poesías de José Bonifácio
(Río de Janeiro, 1946, págs. VII-XIV).
J osé A deraldo C astelo , Manifestaqóes literarias da Era Colonial (1500-
1800/1836), San Pablo, 1959, págs. 217-220.
NÁo os que enchendo váo pomposos nomes
da adulado aboca;
nem canto Tigres, nem ensino a Feras
as garras afiar, e o agudo dente:
minha Musa orgulhosa
nunca aprendeu a envernizar horrores.
ODE AOS BA IA N O S
ODA A LOS BA H IA N O S
F reí F ran cisco de S ao C arlos nació en Río de Janeiro en 1768. Tomó los
hábitos religiosos en la orden de San Francisco y su vida transcurrió en San
Pablo, Minas Gerais y Río de Janeiro.
Se destacó en la “Academia Franciscana Fluminense”, y tuvo también
prestigio como orador sagrado en la Capilla Real de Río de Janeiro, funda
da por el rey Juan VI.
Como versificador, alcanzó su culminación a través de un poema dedi
cado a la Virgen María: A Assuncáo da Santissima Virgem, publicada en
1819. En esta obra confluyen, como era previsible por el tema, motivo re
ligioso y retórica neoclasicista.
En realidad, A Assungáo es un poema relativamente extenso, dispuesto
en ocho cantos, con estrofas de dimensión variable y versos decasílabos pa
reados. El tema surge limpiamente del título general: la Asunción de la
Virgen y su glorificación.
Particulariza los versos de Sao Carlos, por un lado, la presencia de re
conocibles modelos (Camoens, Sannazaro), pero, por otra parte, su deseo
de evitar la ornamentación mitológica de dichos modelos. Algo parecido
ocurrió después con la obra de Gonqalves de Magalháes.
En fin, como reflejo inmediato de sucesos políticos, Sao Carlos alude en
su poema a una unión “luso-brasileira”, y, particularmente, a una monar
quía luso-brasileña. (No olvidemos que, desde hacía años, el Brasil era la
sede de la corte portuguesa y que Sao Carlos era miembro de la Capilla Real
de Río de Janeiro, fundada por Juan VI).
Otra novedad, quizás más llamativa, y paralela a la que vemos en otros
autores de la época, es la presencia, en su poema, de la naturaleza ameri
cana. No muy marcada, pero lo suficiente como para que aparezca como
resonancia creciente de la época.
BIBLIOGRAFIA
TEXTOS:
ESTU D IO S:
ESTUDIOS:
París, 1806
BIBLIOGRAFIA
TEXTOS:
Já da apollinea chama
acceso turbilhao me desee ao peito!
Como um tropel de idéas magestosas
a mente me confunde!
eu vejo, eu nao me engano, o Delio Numen, 15
que aos ouvidos me entóa altivos hymnos:
ó Pindaro! esmorece!
Tu já tens um rival no amor da patria,
no canto, que aos heroes dá nome e vida.
Ya de apolínea llama
baja a mi pecho ardiente torbellino!
Como un tropel de ideas majestuosas
la mente me confunde!
Sin engañarme veo el numen delio *5
que el oído me entona altivos himnos:
apénate, Píndaro!
ya rival tienes en el amor patrio
y en el canto que eternidad da al héroe.
Desmorona os redutos:
e de sangue, e de gloria, e pó coberto,
entre impios ossos caros ossos piza.
démosle nuestra fama,
y vida al héroe que se dio a la patria.
Peloiro penetrante,
rompendo o peito forte, foi beber-lhe
as fumantes entranhas inda quentes,
e envolvido em troféus do seu triumpho.
Na campiña mavorcia teve a morte.
Porém quando se chega ao céu da gloria
a existencia é pezada:
Assim Turene sobre o campo expira.
la existencia ya pesa.
Así Turena sobre el campo expira.
Oh patria mía y suya! seca el llanto:
murió pero te ha dado
la libertad y vive hoy en mi canto.
Inda hoje a sombra sua
te cérca a todo o instante,
e co’os olhos em ti, assim te brada:
— “exulta, ó Pernambuco!
Dei a vida por ti— foi doce a morte!
Nâo te falta o meu braço,
tu genios inda tens, que me assimilham” .
ó jovens brazileiros.
Descendentes de heroes, heroes vos mesmos,
pois a raça de heroes nâo degenera,
eis o vosso modelo;
o valor paternal em vós reviva;
a patria, que habitaes, comprou seu sangue,
que em vossas veas pulsa;
imitai-os, porque elles do sepulchro
vos chamem com prazer seus caros filhos.
SONETOS
I
“ f i l h o s da pàtria, jovens brasileiros,
que as bandeiras seguir do màrcio nume,
lembrem-vos Guararapes a esse cume,
onde brilharam Dias e Negreiros.
Jóvenes brasileños,
descendientes de héroes, también héroes,
pues la raza de héroes no declina,
he aquí vuestro modelo;
el paterno valor en vos renazca;
la patria que habitáis compró su sangre
que en vuestras venas late;
imitadlos, y así desde sus tumbas
os llamen con placer sus caros hijos.
SONETOS
II
II
1808 Juan V desembarca en Bahía, decreto del príncipe regente Don Juan
declara abiertos los puertos brasileños a las naciones amigas; inicio de
relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y el monarca portugués
refugiado en Brasil. Propuesta del Ayuntamiento de ciudad de México,
apoyado por el virrey Iturrigaray, para tomar una Junta local
de gobierno, destitución y prisión del virrey Iturrigaray y toma el
gobierno Don Pedro Garibay (16/IX). Arango participa, y es electo
como vocal, en el fracasado intento del marqués de Someruelos y
otros para erigir en Cuba una Junta Superior de Gobierno, similar a
las de España. Belgrano participa en las gestiones para coronar a la
Infanta Carlota en Río de la Plata. Recuperación de la parte española
de Santo Domingo (7/XI). Una delegación del gobierno de José Bona-
parte arriba a La Guaira (Venezuela) en busca de apoyo y reconocimiento.
Manifestantes protestan contra ellos y vitorean a Fernando V II. Organi
zada en Caracas Junta para preservar los derechos usurpados a Fernando
VII por Napoleón. Andrés Bello, secretario político de la Junta de
Vacuna (22/III-9/IV).
1817 Traslado del congreso a Buenos Aires; manifiesto al mundo del congreso
de Tucumán. San Martín inicia campaña libertadora de Chile, triunfa en
Chacabuco; declaración de la independencia de Chile; gobierno de O’Hig
gins. Abolido el monopolio estatal del tabaco en Cuba. Triunfo de
J . A. Páez en Yagual y Mucuritas, Venezuela. Campañas de Bolívar en
Guayana y de Piar y Mariño en Oriente. Consejo de Estado en Angos
tura. Fusilamiento de Piar, quien no acataba el mando de Bolívar
Nace Ezequiel Zamora.
Juan Crisóstomo Lafinur se radica en Buenas Aires. Primera biblioteca
pública en Brasil, fundada en Bahía. Academia de San Alejandro en
La Habana. J. C. Varela: La Elvira. J. G. Roscio: Triunfo de la libertad
sobre el despotismo (Filadelfia). José Luis Montaña: Avisos importantes
sobre el Matlazahuatl. El Diario de México deja de publicarse. Muere
José Mariano Baristáin de Souza. Nacen José Eusebio Caro, Julio Arbo
leda y José Victorino Lastarria.
1818 En Venezuela, Bolívar y Páez inician la Campaña del Centro. Los patrio
tas son derrotados en La Puerta (6/II). Morillo derrotado en la batalla
de Calabozo (12/11). Victorias de los españoles, quienes hacia mediados
de año dominan todo el norte del Orinoco. Se convoca a un Congreso.
Crece la resistencia en Casanare, llanos orientales (Colombia). Santander,
enviado por Bolívar, organiza las fuerzas. Decadencia de la lucha insur
gente en México. Resistencia de Guerrero en las montañas del sur; los
realistas toman los fuertes de los Remedios y de Jaujilla. Pagóla, presi
dente de la juñta subsidiaria nacional, fusilado en Huetamo. San Martín
triunfa en la batalla de Maipú (5/IV). Proclamada la independencia de
Chile (18/IX). Gobierno de Boyer en Haití. Legalizado el libre comercio
con extranjeros en Cuba.
Se inicia la publicación del Correo del Orinoco, vocero de la ideología
republicana, fundado por Bolívar y dirigido por F. A. Zea, integrante
del Consejo de Angostura. F. de Elhúyar y Zubide: Indagaciones sobre
la amonedación en Nueva España. B. Hidalgo: Cielito de la acción de
Maipú. Riva Agüero: Manifestación histórica y política de la revolución.
Juan Cruz Varela: Oda a la victoria de Maipú. Nacen José Mármol y
Cecilio Acosta. Muere Manuel del Socorro Rodríguez.
HISPANOAMERICA
I
José Joaquín de Olmedo 3
La Victoria de Junín 8
Andrés Bello 34
Alocución a la Poesía 40
La Agricultura de la Zona Tórrida 60
José Marta Heredia 70
En el Teocalli de Cholula 75
Niágara 78
Placeres de la melancolía 82
Vuelta al Sur 90
A la estrella de Venus 91
II
Bartolomé Hidalgo 94
Cielito de la Independencia 97
El gaucho de la Guardia del Monte contesta al manifiesto de
Fernando V II, y saluda al Conde de Casa-Flores con el si
guiente cielito en su idioma 99
Diálogo patriótico interesante entre Jacinto Chano, capataz de
una estancia en las islas del Tordillo y el gaucho de la Guar
dia del Monte 103
Relación que hace el gaucho Ramón Contreras a Jacinto Chano
de todo lo que vio en las fiestas Mayas de Buenos Aires en
1822 113
Mariano Melgar 121
¿Por qué a verte volví, Silvia querida? 124
¡Oh, dolor! ¿Cómo tan distante. . .? 126
Bien puede el mundo entero conjurarse 127
Ya mi triste desventura 128
Juan Cruz Varela 130
La corona de mayo 133
Al bello sexo argentino 135
En honor de Buenos Aires 137
Sobre la invención y libertad de la imprenta 141
III
BRASIL