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° 97953
Magistrado ponente
STL8358-2022
Radicación n.°97953
Acta 19
La Sala resuelve la impugnación que instauró AGROPECUARIA JANNA S.A.S. contra la sentencia
proferida el 11 de mayo de 2022 por la Sala de Casación Civil de esta Corporación, dentro de la
acción de tutela que promovió contra la SALA CIVIL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE BOGOTÁ,
trámite al que fueron vinculados el Juzgado Cuarenta y Siete Civil del Circuito de la misma ciudad y
demás intervinientes en el proceso declarativo civil número 11001 31 03 047 2020 00088 00.
I. ANTECEDENTES
La promotora del presente mecanismo lo instauró con el propósito de obtener el amparo de sus
derechos fundamentales al debido proceso, seguridad jurídica, igualdad y acceso a la justicia,
presuntamente vulnerado por la autoridad judicial convocada. Por consiguiente, solicitó que se
invalidara el numeral primero de la sentencia de segunda instancia para que, en su lugar, se sostenga
el fallo proferido por el a quo.
Para respaldar su petición refirió, en síntesis, que la Agencia Nacional de Infraestructura adelantó
proceso de expropiación contra Agropecuaria Janna S.A.S. para que se decretara la expropiación del
terreno identificado con la ficha predial CAS T2A 126A, con un área requerida de superficie de
42.519,57 metros cuadrados, con sus respectivas mejoras, la cual hacía parte del predio ubicado en
el barrio Ranchería de Sahagún, Córdoba, identificado con el número 148-48258 de la Oficina de
Registro de Instrumentos Públicos de ese municipio; ordenara el registro de la sentencia
correspondiente, junto con el acta de entrega anticipada del inmueble, en la mencionada oficina de
registro de instrumentos públicos; dispusiera la inscripción de la demanda en el folio de matrícula
del inmueble aludido y cancelaran los gravámenes que afectaran el área de terreno objeto de
discusión.
En las etapas procesales correspondientes se presentaron varios dictámenes periciales por las partes
demandante y demandada, así como dos peritajes de oficio en aras de sustentar la oferta de compra,
la resolución de expropiación por vía administrativa y el valor por el cual consideró que debía
despacharse lo correspondiente a lucro cesante y daño emergente dentro del proceso.
Luego de agotarse el trámite concerniente a los avalúos presentados y la diligencia del artículo 399
del Código General del Proceso, por sentencia 23 de junio de 2021, el Juzgado Cuarenta y Siete
Civil del Circuito Bogotá dispuso:
2.) Ordenar el registro de este fallo en el folio de matrícula inmobiliaria No. 148- 48258 de la
Oficina de Registro de Instrumentos Públicos de Sahagún (Córdoba).
3.) Cancelar la inscripción de la demanda y los gravámenes que afecten el bien expropiado. Ofíciese.
Dicha determinación fue apelada por la demandante y, mediante fallo de 22 de febrero de 2022, la
Sala Civil del Tribunal Superior de esta ciudad modificó el numeral cuarto de la providencia de
primera instancia, en el sentido de «que la AGENCIA NACIONAL DE INFRAESTRUCTURA
deb[ía] pagar a favor de AGROPECUARIA JANNA S.A.S., por concepto de indemnización por
expropiación judicial, la suma de $357.178.799, de los cuales la entidad pública ya canceló
$258.628.230 por concepto de entrega anticipada».
Con fundamento en el escenario expuesto, la tutelante afirmó que el ad quem incurrió en defecto
fáctico, defecto sustantivo o material y en defecto procedimental al «[...] acoger un dictamen
basándose más en su apreciación respecto del valor determinado por el A Quo -que consideró
excesivo», cuando este último basó su determinació en una prueba pericial.
De otra parte, aseguró que la decisión atacada servía para develar que «el interés del accionado -más
que llegar a la convicción del justo precio del bien expropiado- era el de reducir el monto de la
indemnización que en cuanto al valor del metro cuadrado de tierra hicieron los otros tres peritos que
aportaron sus dictámenes al proceso».
El Juzgado Cuarenta y Siete Civil del Circuito de Bogotá adjuntó copia digital del expediente
y se limitó a afirmar que se atenía a «lo que obra[ba]» allí.
Inconforme con lo decidido, la sociedad accionante insistió en las anomalías que, a su juicio,
se estructuraron en el fallo de segunda instancia.
En suma, refirió que el Tribunal accionado se inclinó por una prueba y decidió inaplicar la
reglamentación urbanística correspondiente al uso de suelo, basándose no en la
determinación que sobre el uso de suelo efectuó el municipio donde se encuentra el bien
expropiado, sino la destinación económica que se le dio al mismo.
Debe recordarse que la acción de tutela es un mecanismo de orden constitucional que tiene
por objeto la protección inmediata de los derechos constitucionales fundamentales de la
persona, cuando quiera que estos resulten vulnerados por acción u omisión de cualquier
autoridad pública. Y que, en tal sentido, esta Sala de la Corte ha entendido que la dicha
protección cabe predicarla respecto de cualquier persona, natural o jurídica; así como en
frente de providencias judiciales, cuando constituyan verdaderas vías de hecho, por ser
incuestionable que tanto para su forma como para su contenido el juez debe acatar el orden
jurídico en su conjunto, y servirse, de ser necesario, de los criterios auxiliares previstos en la
normativa constitucional o en cada una de las particulares disciplinas del derecho. De esa
manera es que, de ser procedente, se conjuran arbitrariedades, caprichos o mal entendidos
arbitrios judiciales fundados en conceptos errados de autonomía e independencia del
juzgador, mayormente, cuando quiera que respecto de una particular decisión o no existen
mecanismos procesales de corrección o éstos se hubieren agotado infructuosamente.
Pues bien, al revisar la providencia que definió la controversia jurídica planteada, esto es, la
sentencia de 22 de febrero de 2022, se recuerda que el Tribunal Superior de Bogotá centró su
estudio en analizar si el avalúo acogido por el a quo para determinar el valor de la
indemnización en el proceso de expropiación cumplió los requisitos previstos en la
normatividad o si, por el contrario, se debía aceptar la valuación presentada por el Instituto
Geográfico Agustín Codazzi.
Siguiendo tal derrotero, citó el marco normativo que regía la materia, es decir, el
artículo 58 de la Constitución, el 10 de la Ley 9 de 1989, sustituido por el 58 de la Ley
388 de 1997 y, en especial, sobre la estimación de la indemnización para el propietario
afectado trajo a colación el artículo 61 ibidem que reza:
El precio de adquisición será igual al valor comercial determinado por el Instituto Geográfico
Agustín Codazzi, la entidad que cumpla sus funciones, o por peritos privados inscritos en las
lonjas o asociaciones correspondientes, según lo determinado por el Decreto-ley 2150 de
1995, de conformidad con las normas y procedimientos establecidos en el decreto
reglamentario especial que sobre avalúos expida el gobierno. El valor comercial se
determinará teniendo en cuenta la reglamentación urbanística municipal o distrital vigente al
momento de la oferta de compra en relación con el inmueble a adquirir, y en particular con
su destinación económica.
PARAGRAFO 2o. Para todos los efectos de que trata la presente ley el Gobierno Nacional
expedirá un reglamento donde se precisarán los parámetros y criterios que deberán
observarse para la determinación de los valores comerciales basándose en factores tales
como la destinación económica de los inmuebles en la zona geoeconómica homogénea,
localización, características y usos del inmueble, factibilidad de prestación de servicios
públicos, vialidad y transporte.
Así, destacó que el Gobierno expidió el Decreto 1420 de 1998 con la finalidad de
establecer las normas, procedimientos, parámetros y criterios para la elaboración de los
avalúos por los cuales se determinaría el valor comercial de los bienes inmuebles, para
la ejecución de los siguientes eventos, entre otros, la («) Adquisición de inmuebles a
través del proceso de expropiación por vía judicial´, el cual fue desarrollado por medio
de la Resolución 620 de 2008, emitida por el IGAC, en la que se definieron los
procedimientos para los avalúos ordenados dentro del marco de la Ley 388 de 1997».
De esa manera, estimó pertinente recordar que el artículo 23 de la Ley 1682 de 2013
dispuso que el «avalúo comercial para la adquisición o expropiación de los inmuebles
requeridos para proyectos de infraestructura de transporte será realizado por el
Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) o la autoridad catastral correspondiente
o las personas naturales o jurídicas de carácter privado registradas y autorizadas por
las Lonjas de Propiedad Raíz» y que «el avalúo comercial, de ser procedente, incluirá el
valor de las indemnizaciones o compensaciones que fuera del caso realizar por afectar
el patrimonio de los particulares».
Bajo esas anotaciones, se refirió a los antecedentes que rodearon la negociación del predio y
precisó que, ante la falta de aceptación de la oferta formal de compra, la Agencia Nacional de
Infraestructura expidió la Resolución n.° 1980 del 28 de diciembre de 2016, en la cual
decidió que por motivos de utilidad pública e interés social, iniciaría el trámite judicial de
expropiación de la franja de terreno requerida pues, aunque en el segundo avalúo comercial
elaborado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi se tuvo en cuenta la modificación del
POT del municipio de Sahagún, no se obtuvo respuesta positiva a la oferta formal.
De esa manera, se refirió a los diferentes avalúos aportados al decurso y advirtió que la
valuación comercial acogida por el Juzgado fue excesiva y no se ajustó a los lineamientos
que la normatividad y la jurisprudencia han decantado sobre esa reparación cuando procede
la expropiación judicial de bienes de particulares por motivos de utilidad pública o interés
social.
Así las cosas, al revisar el estudio realizado por Instituto designado por ley dijo lo siguiente:
[...] el a quo desechó el peritaje hecho por una entidad pública encargada de esa labor, con
base en que no estaba vigente para cuando se presentó la demanda de expropiación,
comoquiera que el parágrafo segundo del artículo 24 de la Ley 1682 de 2013 disponía que el
³avalúo comercial tendrá una vigencia de un (1) año, contado desde la fecha de su
comunicación o desde aquella en que fue decidida y notificada la revisión y/o impugnación,
de modo que para el 28 de diciembre de 2016, fecha en que la entidad pública demandante
emitió la resolución de inicio de procedimiento de expropiación judicial, carecía de vigor la
valuación cuyos reparos formulados por el propietario fueron resueltos el 17 de marzo de
2015 por el INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI.
Sin embargo, ese argumento no era suficiente para desestimar de plano la valuación
comercial hecha por la Administración Pública, en razón a que (i) se debía examinar su
pertinencia para determinar el valor justo de la indemnización que le corresponde al
propietario del bien expropiado y (ii) su expedición en el año 2014 no conllevaba
obligatoriamente a la aceptación de la experticia elaborada por el señor CABRALES
RODRÍGUEZ, dado que esta también debía someterse a un análisis exhaustivo de su
pertinencia.
[...]
En esa dirección, examinó minuciosamente el avalúo del arquitecto Siervo Antonio Cabrales
Rodríguez y concluyó que:
[...] no fue preciso ni tampoco se ajustó a la normatividad sustancial y procesal que regula la
materia, en razón a que: (a) el señor CABRALES RODRÍGUEZ no presentó de forma
conjunta con el arquitecto RAFAEL VERGARA SEVERICHE el dictamen que fue
decretado de oficio por el juzgado de conocimiento en auto del 1.° de febrero de 2018; (b) si
bien el POT de Sahagún señala que el predio expropiado es urbano, lo cierto es que ese
terreno tenía una destinación agropecuaria, por lo que debía tenerse en cuenta ese factor para
la valuación comercial, de conformidad con los artículos 61 de la Ley 388 de 1997 y 37 de la
Ley 1682 de 2013, de modo que no podía afirmarse que el valor del metro cuadrado de ese
inmueble debía obtenerse con el método residual a partir del planteamiento de un hipotético
proyecto de vivienda de interés social, lo que implica que se trataría de un daño incierto,
puesto que, se itera, la franja estaba dedicada a actividades agropecuarias y no urbanísticas;
(c) no se descontó el monto correspondiente al mayor valor generado por el anuncio del
proyecto u obra que constituyó el motivo de utilidad pública para la adquisición, al tenor del
parágrafo primero del artículo 61 de la Ley 388 de 1997, para lo cual debe advertirse que, a
pesar de que la entidad pública demandante no adelantó el procedimiento previsto en el
Decreto Reglamentario 2729 de 2012 para descontar el valor de la plusvalía, lo cierto es que
aquella omisión de la Administración Pública no conlleva a la inaplicación de una norma de
orden pública, la cual exige que se deduzca del avalúo comercial el mayor valor que provoca
la obra de utilidad pública; (d) no se consideró la forma cómo afectaba a la valuación
comercial del predio la faja de retiro obligatorio o área de reserva o de exclusión que impedía
cualquier tipo de construcción o mejora, de acuerdo con la Ley 1228 de 2008, máxime que el
terreno se hallaba ubicado al lado de una carretera de la red vial nacional, que exigía de 15 a
30 metros a cada lado del eje de la vía, lo cual resultaba trascendente en este caso, pues la
franja de terreno tenía una dimensión de 13,55 metros en el lindero Norte y 36,34 metros en
el lindero Sur, de manera que cualquier proyecto de vivienda hipotético debía realizar un
estudio del porcentaje de área que debía cederse únicamente por el factor de la faja de retiro
obligatorio o área de reserva o de exclusión; (e) el avalúo comercial se efectuó para la
vigencia del año 2018, tal como lo reconoció el arquitecto, pese a que la finalidad de aquel es
establecer el valor que tenía el inmueble cuando se decretó la expropiación, puesto que la
oferta formal de compra data del 28 de diciembre de 2016 y la entrega anticipada se produjo
el 25 de agosto de 2017, lo que supone que los fundamentos de la pericia no corresponden al
momento material en que el propietario perdió los derechos de uso y goce del bien, sin que
para tal fin fuera pertinente acudir a un operación de corrección monetaria, como lo sugirió
esa persona en la audiencia del 14 de noviembre de 2019, dado que para el año 2018 ya
existía la doble calzada construida por la AGENCIA NACIONAL DE
INFRAESTRUCTURA, es decir, los predios contiguos a esa vía ya habrían obtenido un
mayor valor por esa obra de utilidad pública, que debía ser descontado por imperativo legal
[...].
Posteriormente, revisó los estudios realizados por Humberto Zapata Gómez y Rafael Vergara
Severiche, que tuvieron la misma suerte del anterior dadas las evidentes falencias advertidas,
que impiden determinar con claridad y suficiencia el valor de la franja de terreno expropiada,
en especial por la falta de estudio del mayor valor que generó la obra de infraestructura de
utilidad pública, la cesión de la faja de retiro obligatorio o área de reserva o de exclusión
ordenada por la Ley 1228 de 2008 y la destinación agropecuaria que tenía el bien hasta
cuando el propietario lo entregó a la entidad pública
De cara a lo expuesto, estimó que:
[...] el valor que más se ajustó a las condiciones reales en las que se encontraba el predio
objeto de expropiación fue la realizada por el INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN
CODAZZI, puesto que resultó más precisó el monto de $6.000 m2 de terreno no urbanizado
para el 2014, que los de $45.192 m2 para el 2018, $36.000 m2 para el año 2019 y 49.500 m2
para el año 2017, hechos por los señores CABRALES RODRÍGUEZ, VERGARA
SEVERICHE y ZAPATA GÓMEZ, respectivamente, debido a que, se insiste, en los
peritajes hechos por ellos se omitieron unos factores trascendentales que habrían disminuido
considerablemente el valor del metro cuadrado, los cuales no pueden obviarse en atención
que ello comportaría una afectación grave del presupuesto público al incrementarse en más
de un 600 %, e incluso en más de un 800 % en el caso del dictamen aportado por la parte
pasiva, la valuación que fue estimada, en un primer momento, por la Administración Pública.
De ahí que la indemnización que debe ser reconocida a AGROPECUARIA JANNA S.A.S.
deba consultar, no solo sus intereses particulares, sino también los de la comunidad en
general, máxime que el derecho de propiedad tiene una función social y ecológica en el
marco del Estado Social de Derecho, de manera que se debe acoger el avalúo comercial
hecho en septiembre de 2014 por el INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI, en
el que se indicó que el monto que debía ser reconocido al propietario era de $258.628.230,
correspondiente al avalúo comercial de la franja de terreno y las mejoras por cultivos y
especies vegetales.
Por último, explicó que como ese «peritaje» no era actual y en «aras de la justicia material»,
se debía aplicar la «corrección monetaria de ese valor hasta agosto de 2017, momento en que
se llevó a cabo la entrega anticipada del bien expropiado y del depósito judicial por la suma
de $258.628.230 a favor del extremo pasivo, puesto que para aquel momento esa cifra de
dinero no tenía el mismo poder adquisitivo que en septiembre de 2014».
En tales condiciones, resulta evidente que la posición de la parte accionante no va más allá
de querer reabrir un debate jurídico ya dirimido y finiquitado, por no haberle resultado afín a
sus intereses, por ello debe decirse que la naturaleza de la tutela no radica en la generación de
un escenario adicional, en el que la parte interesada pretenda imponer su posición frente a la
de los jueces naturales, pues si la decisión del conflicto no resulta descabellada debe
descartarse la violación de garantías constitucionales, por ende, la intervención tutelar.
Debe insistirse en que, por mandato constitucional y legal, los jueces naturales están
revestidos de autonomía en la formación de su convencimiento, del cual bien se puede
discrepar, sin que implique necesariamente violación de derecho fundamental alguno, de tal
suerte que la intervención del juez de tutela únicamente es viable cuando lo proveído es
desproporcionado y arbitrario, lo cual, sin lugar a dudas, no se configuró en frente a la
decisión atacada.
Así las cosas, como en realidad no se advierten que las falencias endilgadas hayan ocurrido,
esta Sala confirmará la decisión impugnada.
IV. DECISIÓN
RESUELVE:
SEGUNDO: NOTIFICAR a los interesados telegráficamente o por cualquier otro medio expedito.
Presidente de la Sala
[1] CSJ STC, 16 Jun 2011, Rad. 01192-00; 25 Ene de 2012, Rad. 00001-00, entre otras
SCLAJPT-12 V.00