Cambó

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V CULTURA

La voz de Francesc Cambó


Francesc Cambó fue uno de los personajes más Gobierno central español, sea cual sea el régimen
polémicos y controvertidos de la política y el signo del Gobierno de Madrid. AdemEs>7~
española de su tiempo. Provocó admiraciones y junto con Prat de la Riba y las gentes de : a
odios equitativamente repartidos e igualmente Lliga, Francesc Cambó fue uno de los má» I
m
radicales. Para conocer al hombre existían hasta significativos representantes de lo que, no 3Ín2 m
la fecha dos libros capitales: el gran reportaje menosprecio, llaman «burguesía catalana» o 70
biográfico de Josep Plá y el importante, Una burguesía que financió el noucentismc y».~ O —K
admirable, libro de Jesús Pabón. Ahora una de las eclosiones económicas y culturales¿¿ m
aparecen en Alianza Editorial sus Memorias, más fantásticas de la historia de España. n
escritas, y ya publicadas, en catalán. Como Baste recordar que confiaron su política cultural
tantos hijos del Ampurdá, Cambó también era a un tal Eugeni d'Ors, el gran Xenius de aquella
un lletraferit (un loco de la escritura). época, el del Glosari y La ben plantada.
Es hora de situarlo en su verdadera dimensión CAMBIO 16 publica aquí fragmentos
histórica. Ante todo, él trató de dar solución a del capítulo 18 de las Memorias,
un problema que sigue irresuelto: el de las precisamente por su actualidad. Se titula: La
relaciones estructurales entre Cataluña y el campaña por la autonomía.
L día 15 de noviembre dirigir una comunicación
E de 1918 me llamó
Alfonso XIII y cele-
bré con él una larga entre-
al Consejo Interaliado pa-
ra que adelante la fecha
prevista para la ocupación
vista. ¡Esta sí que podría de Bruselas, a fin de evi-
llamarla yo una entrevista tar que se inicien saqueos
histórica! El Rey, que, en y asesinatos, que podrían
el fondo, había sido siem- alcanzar proporciones es-
pre germanófilo, que ex- pantosas.»
perimentaba una fervien- El segundo telegrama
te adoración por el Empe- era de Polo de Bernabé,
rador Guillermo y se sen- embajador de España en
tía mucho más Habsbur- Berlín. En él se decía que
go que Borbón, había el Príncipe Max de Bade
quedado abatido con la había dimitido y habían
terrible derrota de los Im- tomado el poder los socia-
perios Centrales. listas, sin participación de
En aquel momento, sin ningún elemento burgués,
embargo, sus preocupa- y que amenazaba la revo-
ciones eran más inmedia- lución espartaquista.
tas: giraban alrededor de El tercer telegrama era
la situación de España y de Viena, no recuerdo
de los peligros que podía ahora el nombre del emba-
correr su Corona y su di- jador. En él se decía que la
nastía. Le preocupaba la tropa insubordinada hacía
agitación que se había ini- causa común con obreros
ciado en algunos cuarte- y presos liberados, y se te-
les, donde los soldados mía que, de un momento
leían, a la luz de los faro- a otro, se iniciara el saqueo
les, cómo la revolución de la ciudad. El Cuerpo
que se extendía por Euro- Diplomático —añadía—
pa se expresaba en la pide al Consejo Interaliado
constitución de comités de que, con las tropas más
obreros y soldados. CAMBO. El político catalán, pintado por Zuolaga. próximas, se ocupe la ca-
El Rey temía que un es- pital de Austria.
tallido revolucionario se produjera en cualquier momen- El cuarto telegrama procedía de Berna y se mandaba
to y, para explicarme la gravedad de la situación, me dio desde Ginebra. En él, el representante diplomático es-
a leer cuatro telegramas que había recibido aquella pañol decía que toda la Suiza alemana estaba subleva-
mañana. da. Las fábricas hacían huelga y los ferrocarriles ha-
Uno procedía de Bélgica; lo enviaba el marqués de Vi- bían parado. Podía decirse que el Gobierno estaba ase-
llalobar, ministro plenipotenciario de España y decano diado en Berna. De los Cantones de habla italiana y
del Cuerpo Diplomático en Bruselas. En este telegrama, francesa salían por carretera tropas incontaminadas
que se había procurado hacer pasar a través de las líneas para liberar al Gobierno y restablecer el orden en el
alemanas, venía a decirse esto: «El ejército alemán está país.
en plena derrota; los soldados persiguen a los oficiales, «Estas noticias —dijo el Rey—, cuando sean conoci-
que tienen que escapar en automóvil, y, mezclados con das, y lo serán dentro de uno o dos días, acentuarán la
la chusma de Bruselas, van por las calles borrachos y agitación que ya hay en los cuarteles y se extenderá a las
cantando. Reunido el Cuerpo Diplomático ha acordado fábricas. Yo temo que venga un estallido revolucionario
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en Cataluña; que los obreros se unan a los soldados y se Después de agitadas sesiones
cree en la capital catalana una situación anárquica, pró- cae el Gobierno García-Prieto
logo de la anarquía en toda España. No veo otra mane-
ra de salvar situación tan difícil que satisfacer de un gol- Gobierno Romanones
pe las aspiraciones de Cataluña, para que los catalanes El Gobierno dimitió y Romanones fue encargado de
dejen de sentirse en este momento revolucionarios y formar gobierno. Inmediatamente después de jurar yo
mantengan su adhesión a la Monarquía. Esta mañana he conferenciaba con Romanones, el cual me expresaba su
hablado con el marqués de Comillas para que, deprisa y propósito de llegar rápidamente a una solución satisfac-
corriendo, prepare su palacio a fin de que la Reina y yo toria del problema catalán. Fueron aquellos días de in-
nos podamos hospedar en él, al objeto de evitar a los ca- tensa actuación en Madrid para conseguir ayudas y li-
talanes la mala impresión de tener que vernos alojados mar hostilidades. Tuve, sin embargo, noticia de que San-
en la Capitanía General, institución para la que no han tiago Alba, con toda su enorme capacidad de acción y
sentido nunca simpatía. Hay que dar la Autonomía a Ca- de intriga, se había lanzado a una furiosa ofensiva, en
taluña inmediatamente.» la que le estimulaba el rencor a mí tanto o más que el
«Usted, con su actuación desde el Gobierno, ha des- rencor a Cataluña. Los efectos de su acción, para la cual
hecho todas las prevenciones y ha ganado la confianza encontró abundantes concursos, se dejaban sentir por to-
y la simpatía de todos, empezando por la mía, tanto a das partes: algunos diarios que hasta entonces eran fa-
su persona como a sus ideas. Es preciso que usted vaya vorables de que se aprovechara el momento en que se
a Barcelona en seguida para provocar un movimiento iba a una transformación del mundo para resolver el pro-
que distraiga a las masas de cualquier propósito revolu- blema de Cataluña comenzaron a cambiar de tono. El 7
cionario.» «¿Entendidos?», me dijo el Rey alar- de diciembre, al llegar a Barcelona los parlamen-
gándome la mano y estrechándola con fuerza. tarios y el Consejo de la Mancomunidad, se nos
«¡Entendidos!», contesté yo. «Lo que es pre- hizo una acogida triunfal; dos días después,
ciso —dijo el Rey— es que sobre lo que día 9, por las calles de Madrid estalló la
acabamos de convenir guardemos los manifestación anticatalanista organiza-
dos el mayor secreto en tanto sea po da por el Círculo de la Unión Mercan-
sible.» «Conforme», le contesté. til, gobernada por amigos de Santia-
Yo no quiero echar sobre Alfon- go Alba. Se abrió el Parlamento
so XIII la responsabilidad de mi para que Romanones pudiera ex-
actuación en aquellos momen plicar la crisis que le había lleva-
tos. do al poder. Se suscitó un deba-
A mí y a Ventosa nos corres- te en el cual no se trató más
ponde por completo, y hasta que del pleito catalán y de las
diré que a mí, en mayor me- reivindicaciones formuladas
dida. Nuestra decisión estaba por Cataluña.
tomada cuando fui a Pala- Niceto Alcalá Z a m o r a . .
cio. Por otra parte, yo sabía que años después tenía que
cómo podía fiarme de la pa- defender y firmar el Estatu-
labra del Rey. Estoy con- to de Cataluña, fue el encar-
vencido de que, al hablar- gado de combatir las aspira-
me, decía lo que entonces ciones más modestas que se
pensaba y sentía... como en formulaban entonces. El fue
el momento en que mandó la quien impugnó mi discurso
carta y la rosa a Dato pocos en el que las defendía. Su dis-
días antes de darle la patada curso provocó gran emoción,
que le a r r o j ó del G o b i e r n o artificiosa en unos, sincera y
cuando la Asamblea de Parla apasionada en otros. Yo he de re-
mentarios. conocer que hizo un gran discur-
La convicción de que, con la vic- so, seguramente el mejor de su vi-
toria aliada, los 14 puntos y la auto- da: después de impugnar toda mi ar-
determinación, era llegada la hora de gumentación me lanzó una estocada
Cataluña, era general: los unos, con resig- personal de gran efecto y qué, en el fon-
nación; los otros, con simpatía. Lo proclama- do, expresaba una gran verdad. Dijo poco
ALFONSO XIII
ban en el Congreso diputados de todos los par más o menos esto: «Tenéis que escoger entre ser
tidos. Y fuera del Congreso, la opinión, en las tertulias el Bolívar de Cataluña o el Bismarck de España, pero es
madrileñas, estaba plenamente de acuerdo. imposible que queráis ser las dos cosas al mismo tiem-
Ventosa y yo, como ya lo teníamos previsto, salimos po.»
aquella misma noche hacia Barcelona. De lo que había El discurso de Alcalá Zamora acentuó el ambiente pa-
hablado con el Rey le dije poco, sin precisar, para man- sional alrededor del problema catalán, haciendo más di-
tener la palabra que había dado. vergentes y contrapuestas las posibilidades en pugna de
Aquella mañana había hablado yo con la duquesa de Cataluña y Castilla.
Dúrcal, la cual me dijo que el día antes había cenado
Un error de Maura
con el embajador inglés, Mr. Harding. Este le había di-
cho: «Esta es la hora de Cataluña. Ahora ha llegado el El día siguiente habló Antonio Maura. Tenía el pro-
momento de que los ingleses borremos la mancha que en pósito de buscar la concordia entre las dos posiciones.
nuestra historia pusieron los ministros de la Reina Ana Por desgracia, como tantas veces me había ocurrido, la
al traicionar a Cataluña. Diga a sus amigos catalanes que frase desvió el pensamiento y pronunció unas palabras
Inglaterra no consentirá ahora que se les atropelle si re- que levantaron contra nosotros y contra Cataluña un
claman su autonomía: ellos han estado con los aliados formidable estallido de aplausos y de gritos de casi to-
durante toda la guerra, mientras en el resto de España dos los diputados no catalanes: mauristas, conservado-
la inmensa mayoría estaba con Alemania.» res datistas, liberales de toda guisa y algunos republica-
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CULTURA

nos; guardaban silencio la mayoría de los republicanos tico izquierdismo) quedaron anonadados al ver aparecer
y los socialistas. A los aplausos y gritos inarticulados se una fórmula que podía llevar a una solución de concor-
mezclaban los «¡Viva España!» lanzados como proyec- dia que les privara de seguir aprovechando el problema
tiles de infamia. Naturalmente, los que ovacionaban, ro- catalán para sus propósitos revolucionarios. Pero, no
deando con mayor fervor a Maura, eran albistas, gase- atreviéndose a ser ellos los que hicieran fracasar una so-
tistas y algunos liberales de García Prieto: los que se ha- lución tan favorable para Cataluña, se dirigieron a los re-
bían cruzado siempre en medio de su camino; los que ha- publicanos catalanes diciéndoles que si entraban en la
bían organizado contra Comisión desligaban a
él la manifestación «de Cataluña de la causa de
la moralidad»; los que la República. A los re-
ovacionaban a Juan Sol publicanos catalanistas
y Ortega cuando este el argumento, tal vez,
mal hombre y mal cata- no les habría hecho im-
lán levantaba contra él presión, pero a los Do-
la furia senil de los se- mingo, Layret, Com-
nadores acusándole de panys y otros republica-
fomentar el separatis- nos catalanes que nun-
mo en C a t a l u ñ a ; los ca habían sido catala-
que le habían echado nistas, les convenció
del poder en 1909... plenamente y éstos se
Maura, pasmado, sin impusieron al resto. He
recordar muy bien lo de declarar que Carner
que había dicho, con- y Coromines proclama-
templaba con alarma el ron, desde el primer
estrago que había cau- hasta el último momen-
sado y quería repararlo: to, que consideraban un
todo fue inútil. deber de lealtad hacia
Ya no había discusio- Cataluña aceptar un lu-
nes, ni razonamientos; gar en la Comisión des-
ya se había llegado al de la cual se le po-
punto que tantos desea- día hacer el mayor ser-
ban: a la total ruptura vicio.
entre los catalanes que No pudiendo yo
pedían la autonomía y abandonar ni un mo-
el Parlamento de Espa- mento Barcelona, re-
ña, que se levantaba er- querí a los jefes de las
guido, f o r m a n d o un izquierdas españolas
bloque casi compacto que se tomaran la mo-
de todos los no catala- lestia de venir a verme:
nes para impedirla. Pa- vino Luis Zulueta en
ra algunos se había con- nombre de Melquíades
seguido algo que toda- ALCALÁ ZAMORA. Su discurso enconó la tensión entre Cataluña y Castilla. Alvarez, y Largo Caba-
vía deseaban más: ¡una llero en nombre propio
incompatibilidad y de Pablo Igle-
entre noso- sias. Du-
tros y Mau- rante horas
ra! discutimos,
Al cabo ellos p a r a
de dos ho- convencer-
ras, el estra- me de que
go que Mau- nosotros te-
ra había pro- níamos que
vocado en el rechazar
Parlamento nuestros car-
se extendía gos en la Co-
por Madrid y misión; yo,
por toda Espa- para conven-
ña. cerles a ellos de
que tenían el
Se forma una deber de acep-
comisión extra- tarlos si es que
parla- realmente que-
mentaria con rían servir a Ca-
mayoría favora- taluña y a la
causa de su au-
ble al Estatuto LARGO CABALLERO Y MAURA. La izquierda criticaba tonomía. La dis-
y— a Cambó, mientras la derecha contribuía a crear un clima anticatalanista. cusión no condu-
Despeche de las izquierdas jo a ningún resultado. ¿Cómo podía alcanzarlo si los
propósitos y finalidades de ellos nada tenían que ver con
Pablo Iglesias, Francisco Largo Caballero y Melquía- los propósitos y finalidades que yo perseguía?
des Alvarez (entonces, este último, en periodo de frené- Con el recuerdo de las concesiones que habíamos te-
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CULTURA

nido que hacer a las izquierdas para mantener la unidad el nombre «Generalitat» al Gobierno autónomo de Ca-
del movimiento durante la tramitación de la Asamblea taluña, para enlazarlo con la tradición histórica. El día
de Parlamentarios, los hombres de la Lliga estábamos 14 de enero de 1919 la Comisión extraparlamentaria pu-
decididos a no ceder en aquella ocasión. so fin a su tarea y entregó al Gobierno las Bases del Es-
tatuto Regional.
Finalmente... ... ¿Quién llevaría la representación catalana en esta
empresa casi temeraria? Entonces, como tantas veces ha-
Yo pensé que, de la Comisión Extraparlamentaria, al- bía ocurrido en el periodo de Solidaridad Catalana, los
go de provecho podía salir. Romanones siguió mi con- que habían dado el mal paso pedían que fuera yo el que
sejo y yo no tuve ocasión de arrepentirme de él. los sacara de él. Resistí tanto como pude, porque tenía
plena conciencia del fracaso que acompañaría al esfuer-
El proyecto de la Mancomunidad y el otro zo. Fue, sin embargo, tan fuerte y tan unánime la insis-
tencia que, al final, tuve la debilidad de ceder. A mí me
Entonces, a fin de dar un sentido al movimiento pa- tocó la misión desagradable de defender una causa per-
sional desencadenado en Cataluña y conservar su con- dida de antemano. Lo hice una y varias veces con el re-
trol, propuse que, mientras la Comisión extraparlamen- sultado negativo que era de esperar: todos los diputados
taria elaboraba su Estatuto de Autonomía, se reuniera catalanes y extremas izquierdas me aprobaron, pero el
la Asamblea General de la Mancomunidad, con la cola- Gobierno y todos los partidos gubernamentales de Espa-
boración de los parlamentarios de Cataluña, para elabo- ña estaban enfrente.
rar el Estatuto de Cataluña tal como los catalanes lo que- El 28 de enero de 1919 yo planteaba al Congreso el
ríamos, se sometiera después a plebiscito, y, caso de ser problema catalán de una nueva manera: como un pro-
aceptado, en nombre del principio de autodeterminación blema de voluntad abonado por el principio wilsoniano
que figuraba en uno de los puntos de Wilson, ¡se pre- —entonces en el punto más alto de su prestigio— de la
sentara al Parlamento es- autodeterminación. Me
pañol para que fuera san- aplaudieron los represen-
cionado! tantes catalanes, pero el
La música era revolucio- resto de la Cámara, con-
naria pero la letra, si bien tenida por el tono sereno
se mira, era conservadora. de mi discurso, se mostró
El fijar una tarea a hacer, netamente hostil.
que duraría días, calmaba Durante días se atacó
las pasiones y quitaba a las nuestra pretensión y se en-
izquierdas la dirección, tró al fondo del problema.
porque ellos no tenían ca- Entonces, dejando el as-
pacidad para llevar una ta- pecto que podríamos lla-
rea constructiva. Y si al re- mar procesal, acepté la ba-
dactar un Estatuto de Au- talla en el terreno que se
tonomía de Cataluña llegá- me planteaba y el 7 de fe-
bamos a un acuerdo todos brero hice el mejor discur-
los partidos catalanes, que so parlamentario de mi vi-
fuera también aprobado da, y creo, sinceramente,
por las izquierdas españo- que la mejor defensa que
las, quedábamos cubiertos se haya hecho en el Parla-
—¡hasta dónde es posible mento español de las aspi-
cubrirse en política!— de raciones catalanas. Consti-
peticiones maximalistas in- CATALUÑA. Cambó quiso normalizar las relaciones con Madrid. tuyó un gran éxito perso-
sensatas que en el pervenir nal, pero un gran fracaso
formularan las izquierdas, con propósitos exclusivamente político. Y es que en política, como en la guerra, jamás
saboteadores de toda solución que no fuera a base de la un éxito táctico puede salvar una mala posición estratégica.
República y la revolución social. No era necesario hacerse ilusiones: la campaña proau-
Inmediatamente de constituida, la Comisión extrapar- tonomía integral había fracasado en el Parlamento.
lamenteria se reunió. Se nombró Presidente a Antonio Desde aquel momento tuvo el propósito de prepararlo
Maura y Secretario a Niceto Alcalá Zamora. Maura fue todo para utilizar otra vez el arma de la desobediencia
a ella con la inmensa Buena te de siempre y con el deseo civil que había utilizado en 1899, cuando el cierre de ca-
de borrar los estragos que habían hecho unas palabras jas, que tuvo un fracaso táctico, pero que nos propor-
imprudentes de las cuales, al pronunciarlas, no midió las cionó el inmenso triunfo estratégico de prepararnos la
consecuencias. Como Maura era un gran trabajador, lle- primera victoria electoral y la catalanización de toda la
vó a la Comisión una ponencia hija de todos sus traba- burguesía barcelonesa.
jos sobre autonomía de municipios, provincias y regio- ... Después de la huelga de la Canadiense, en que to-
nes que, desde hacía mucho tiempo, la ocupaban. El con- do Cataluña sintió el escalofrío del peligro que había
tenido autonómico que había en la Ponencia Maura que- corrido, se inició una honda reacción conservadora. De-
dó muy reducido en los debates de la Comisión, en la jó, simultáneamente, de hablarse de autonomía catalana
cual estaban ausentes los vocales autonomistas, figuran- tanto en Madrid como en Barcelona, y en Cataluña em-
do en cambio los mayores adversarios de Cataluña y de pezaron a adquirir fueza y a recoger adeptos los elemen-
la Autonomía, unos por honda convicción, otros por al- tos de Unión Monárquica Nacional.
gún despecho o por el recuerdo de algún agravio. Entre Comprendí que durante un periodo no tenía papel ni
ellos, Alcalá Zamora, el que el año 1932 tenía que traer en la política general ni en la política catalana. Tenía que
a Cataluña el Estatuto de Autonomía, fue en 1919 uno dejar pasar un tiempo para que se borrara la impresión
de los que, con más eficacia, procuró reducir el alcance de un fracaso político en el cual nadie ponderaba el con-
de la Ponencia Maura. Hay que recordar el hecho curio- trapeso del inmenso servicio social que yo había hecho
so que fue la Ponencia Maura la que puso en circulación a Cataluña. •
138/CAMBI016 N.° 810/8-6-8;

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