Cambó
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nos; guardaban silencio la mayoría de los republicanos tico izquierdismo) quedaron anonadados al ver aparecer
y los socialistas. A los aplausos y gritos inarticulados se una fórmula que podía llevar a una solución de concor-
mezclaban los «¡Viva España!» lanzados como proyec- dia que les privara de seguir aprovechando el problema
tiles de infamia. Naturalmente, los que ovacionaban, ro- catalán para sus propósitos revolucionarios. Pero, no
deando con mayor fervor a Maura, eran albistas, gase- atreviéndose a ser ellos los que hicieran fracasar una so-
tistas y algunos liberales de García Prieto: los que se ha- lución tan favorable para Cataluña, se dirigieron a los re-
bían cruzado siempre en medio de su camino; los que ha- publicanos catalanes diciéndoles que si entraban en la
bían organizado contra Comisión desligaban a
él la manifestación «de Cataluña de la causa de
la moralidad»; los que la República. A los re-
ovacionaban a Juan Sol publicanos catalanistas
y Ortega cuando este el argumento, tal vez,
mal hombre y mal cata- no les habría hecho im-
lán levantaba contra él presión, pero a los Do-
la furia senil de los se- mingo, Layret, Com-
nadores acusándole de panys y otros republica-
fomentar el separatis- nos catalanes que nun-
mo en C a t a l u ñ a ; los ca habían sido catala-
que le habían echado nistas, les convenció
del poder en 1909... plenamente y éstos se
Maura, pasmado, sin impusieron al resto. He
recordar muy bien lo de declarar que Carner
que había dicho, con- y Coromines proclama-
templaba con alarma el ron, desde el primer
estrago que había cau- hasta el último momen-
sado y quería repararlo: to, que consideraban un
todo fue inútil. deber de lealtad hacia
Ya no había discusio- Cataluña aceptar un lu-
nes, ni razonamientos; gar en la Comisión des-
ya se había llegado al de la cual se le po-
punto que tantos desea- día hacer el mayor ser-
ban: a la total ruptura vicio.
entre los catalanes que No pudiendo yo
pedían la autonomía y abandonar ni un mo-
el Parlamento de Espa- mento Barcelona, re-
ña, que se levantaba er- querí a los jefes de las
guido, f o r m a n d o un izquierdas españolas
bloque casi compacto que se tomaran la mo-
de todos los no catala- lestia de venir a verme:
nes para impedirla. Pa- vino Luis Zulueta en
ra algunos se había con- nombre de Melquíades
seguido algo que toda- ALCALÁ ZAMORA. Su discurso enconó la tensión entre Cataluña y Castilla. Alvarez, y Largo Caba-
vía deseaban más: ¡una llero en nombre propio
incompatibilidad y de Pablo Igle-
entre noso- sias. Du-
tros y Mau- rante horas
ra! discutimos,
Al cabo ellos p a r a
de dos ho- convencer-
ras, el estra- me de que
go que Mau- nosotros te-
ra había pro- níamos que
vocado en el rechazar
Parlamento nuestros car-
se extendía gos en la Co-
por Madrid y misión; yo,
por toda Espa- para conven-
ña. cerles a ellos de
que tenían el
Se forma una deber de acep-
comisión extra- tarlos si es que
parla- realmente que-
mentaria con rían servir a Ca-
mayoría favora- taluña y a la
causa de su au-
ble al Estatuto LARGO CABALLERO Y MAURA. La izquierda criticaba tonomía. La dis-
y— a Cambó, mientras la derecha contribuía a crear un clima anticatalanista. cusión no condu-
Despeche de las izquierdas jo a ningún resultado. ¿Cómo podía alcanzarlo si los
propósitos y finalidades de ellos nada tenían que ver con
Pablo Iglesias, Francisco Largo Caballero y Melquía- los propósitos y finalidades que yo perseguía?
des Alvarez (entonces, este último, en periodo de frené- Con el recuerdo de las concesiones que habíamos te-
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CULTURA
nido que hacer a las izquierdas para mantener la unidad el nombre «Generalitat» al Gobierno autónomo de Ca-
del movimiento durante la tramitación de la Asamblea taluña, para enlazarlo con la tradición histórica. El día
de Parlamentarios, los hombres de la Lliga estábamos 14 de enero de 1919 la Comisión extraparlamentaria pu-
decididos a no ceder en aquella ocasión. so fin a su tarea y entregó al Gobierno las Bases del Es-
tatuto Regional.
Finalmente... ... ¿Quién llevaría la representación catalana en esta
empresa casi temeraria? Entonces, como tantas veces ha-
Yo pensé que, de la Comisión Extraparlamentaria, al- bía ocurrido en el periodo de Solidaridad Catalana, los
go de provecho podía salir. Romanones siguió mi con- que habían dado el mal paso pedían que fuera yo el que
sejo y yo no tuve ocasión de arrepentirme de él. los sacara de él. Resistí tanto como pude, porque tenía
plena conciencia del fracaso que acompañaría al esfuer-
El proyecto de la Mancomunidad y el otro zo. Fue, sin embargo, tan fuerte y tan unánime la insis-
tencia que, al final, tuve la debilidad de ceder. A mí me
Entonces, a fin de dar un sentido al movimiento pa- tocó la misión desagradable de defender una causa per-
sional desencadenado en Cataluña y conservar su con- dida de antemano. Lo hice una y varias veces con el re-
trol, propuse que, mientras la Comisión extraparlamen- sultado negativo que era de esperar: todos los diputados
taria elaboraba su Estatuto de Autonomía, se reuniera catalanes y extremas izquierdas me aprobaron, pero el
la Asamblea General de la Mancomunidad, con la cola- Gobierno y todos los partidos gubernamentales de Espa-
boración de los parlamentarios de Cataluña, para elabo- ña estaban enfrente.
rar el Estatuto de Cataluña tal como los catalanes lo que- El 28 de enero de 1919 yo planteaba al Congreso el
ríamos, se sometiera después a plebiscito, y, caso de ser problema catalán de una nueva manera: como un pro-
aceptado, en nombre del principio de autodeterminación blema de voluntad abonado por el principio wilsoniano
que figuraba en uno de los puntos de Wilson, ¡se pre- —entonces en el punto más alto de su prestigio— de la
sentara al Parlamento es- autodeterminación. Me
pañol para que fuera san- aplaudieron los represen-
cionado! tantes catalanes, pero el
La música era revolucio- resto de la Cámara, con-
naria pero la letra, si bien tenida por el tono sereno
se mira, era conservadora. de mi discurso, se mostró
El fijar una tarea a hacer, netamente hostil.
que duraría días, calmaba Durante días se atacó
las pasiones y quitaba a las nuestra pretensión y se en-
izquierdas la dirección, tró al fondo del problema.
porque ellos no tenían ca- Entonces, dejando el as-
pacidad para llevar una ta- pecto que podríamos lla-
rea constructiva. Y si al re- mar procesal, acepté la ba-
dactar un Estatuto de Au- talla en el terreno que se
tonomía de Cataluña llegá- me planteaba y el 7 de fe-
bamos a un acuerdo todos brero hice el mejor discur-
los partidos catalanes, que so parlamentario de mi vi-
fuera también aprobado da, y creo, sinceramente,
por las izquierdas españo- que la mejor defensa que
las, quedábamos cubiertos se haya hecho en el Parla-
—¡hasta dónde es posible mento español de las aspi-
cubrirse en política!— de raciones catalanas. Consti-
peticiones maximalistas in- CATALUÑA. Cambó quiso normalizar las relaciones con Madrid. tuyó un gran éxito perso-
sensatas que en el pervenir nal, pero un gran fracaso
formularan las izquierdas, con propósitos exclusivamente político. Y es que en política, como en la guerra, jamás
saboteadores de toda solución que no fuera a base de la un éxito táctico puede salvar una mala posición estratégica.
República y la revolución social. No era necesario hacerse ilusiones: la campaña proau-
Inmediatamente de constituida, la Comisión extrapar- tonomía integral había fracasado en el Parlamento.
lamenteria se reunió. Se nombró Presidente a Antonio Desde aquel momento tuvo el propósito de prepararlo
Maura y Secretario a Niceto Alcalá Zamora. Maura fue todo para utilizar otra vez el arma de la desobediencia
a ella con la inmensa Buena te de siempre y con el deseo civil que había utilizado en 1899, cuando el cierre de ca-
de borrar los estragos que habían hecho unas palabras jas, que tuvo un fracaso táctico, pero que nos propor-
imprudentes de las cuales, al pronunciarlas, no midió las cionó el inmenso triunfo estratégico de prepararnos la
consecuencias. Como Maura era un gran trabajador, lle- primera victoria electoral y la catalanización de toda la
vó a la Comisión una ponencia hija de todos sus traba- burguesía barcelonesa.
jos sobre autonomía de municipios, provincias y regio- ... Después de la huelga de la Canadiense, en que to-
nes que, desde hacía mucho tiempo, la ocupaban. El con- do Cataluña sintió el escalofrío del peligro que había
tenido autonómico que había en la Ponencia Maura que- corrido, se inició una honda reacción conservadora. De-
dó muy reducido en los debates de la Comisión, en la jó, simultáneamente, de hablarse de autonomía catalana
cual estaban ausentes los vocales autonomistas, figuran- tanto en Madrid como en Barcelona, y en Cataluña em-
do en cambio los mayores adversarios de Cataluña y de pezaron a adquirir fueza y a recoger adeptos los elemen-
la Autonomía, unos por honda convicción, otros por al- tos de Unión Monárquica Nacional.
gún despecho o por el recuerdo de algún agravio. Entre Comprendí que durante un periodo no tenía papel ni
ellos, Alcalá Zamora, el que el año 1932 tenía que traer en la política general ni en la política catalana. Tenía que
a Cataluña el Estatuto de Autonomía, fue en 1919 uno dejar pasar un tiempo para que se borrara la impresión
de los que, con más eficacia, procuró reducir el alcance de un fracaso político en el cual nadie ponderaba el con-
de la Ponencia Maura. Hay que recordar el hecho curio- trapeso del inmenso servicio social que yo había hecho
so que fue la Ponencia Maura la que puso en circulación a Cataluña. •
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