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REALIDAD DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN EL PERÚ Y TENDENCIAS A

NIVEL INTERNACIONAL

1. Introducción

Es una realidad que la educación superior, que incluye los estudios universitarios y

técnicos, concierne directamente a casi un millón y medio de estudiantes peruanos. Se

inscribe en un entorno cada vez más complejo, por los enormes cambios generados por la

hipercomunicación digital, la globalización y la educación abierta, cuyo conjunto alimenta

la sociedad del conocimiento, en la cual nos desenvolvemos las universidades peruanas, y

que obliga a una gran creatividad. En este contexto, quienes estudian carreras universitarias

o técnicas tienen la esperanza de que, al culminar sus estudios, puedan encontrar fácilmente

un empleo o puedan utilizar sus conocimientos para distintos emprendimientos académicos,

empresariales o personales. Sin embargo, esto no siempre es posible porque existen dos

problemas. El primero es que las universidades e institutos no los preparan necesariamente

para acometer estos objetivos, tanto por la desigual calidad de la educación que imparten,

como por el tipo de carreras y especialidades que ofrecen. El segundo es que la economía y

la sociedad no tienen una demanda laboral suficiente para los egresados y, en buena parte,

existe un subempleo de las capacidades profesionales o técnicas adquiridas en

universidades e institutos. Pero, por otro lado, existe un fuerte consenso mundial en que el

desarrollo humano y económico de los países está estrechamente relacionado con los

niveles educativos promedio alcanzados por su población y, sobre todo, con la calidad

educativa y de formación de los trabajadores, en todos los niveles. Por ello, ampliar

sostenidamente el acceso y elevar los niveles educativos es una condición sine qua non para

el progreso civilizado y democrático. En el Perú, la ecuación educación desarrollo ha


estado en la agenda del Estado y del gobierno actual. Precisamente, la Ley 30220 ha ido en

esta dirección al plantear metas de reordenamiento, de licenciamiento y de acreditación

para todas las universidades. También está en proceso de aprobación la ley de institutos

superiores y escuelas técnicas. Pero la nueva normatividad y las nuevas instituciones que

está creando la ley no son suficientes

2. Objetivos

OBJETIVO GENERAL: El compromiso de esta monografía es conocer y discutir la verdad

detrás de las normas comunes que existen y la realidad educativa.

OBJETIVO ESPECÍFICO: Concientizar al lector con respecto a la problemática educativa

proyectado hacia el docente, siendo éste, considerado lo último en la escala laboral.

OBJETIVO OPERACIONAL:

Interpretar y discriminar la realidad educativa en las instituciones de educación superior.

3. Realidad educativa en las universidades del Perú

Misión

La misión de las universidades es solucionar los problemas que aquejan principalmente a

nuestra sociedad. A lo largo de la historia educativa, realmente mucho ha influido la

educación para un buen desarrollo de un país.

Desigualdad, calidad e investigación

Según cifras del INEI, entre 1996 y 2010, el número de universidades ha crecido de 57 a

100. De manera desagregada, el número de universidades públicas se incrementó un 25%,


mientras que el número de universidades privadas se incrementó un 124%. Esto resultó

naturalmente en un incremento en la cantidad de alumnos de pregrado en el Perú, la cual

creció un 6.2% promedio anual durante el período señalado.

Sin embargo, este acelerado incremento en la cantidad de instituciones de educación

superior y de alumnos ha marcado aún más un problema de desigualdad de oportunidades

al acceso de educación. Si bien Lima cuenta con aproximadamente el 27% de la población

del Perú, cifras del INEI señalan que un 41.7% de la población de estudiantes de pregrado

estudia en nuestra capital.

En segundo lugar se encuentra Arequipa, quien concentra tan solo el 6.9% de los

estudiantes. Existe también desigualdad respecto a la cantidad de universidades por región.

Lima cuenta con el 39% de las universidades que forman parte del directorio censado por

INEI en el 2010, mientras que las demás regiones la siguen de lejos. Esta centralización de

la educación superior en Lima significa un “escape de talentos” de las regiones hacia Lima.

Esto crea un círculo vicioso, que centraliza aún más la educación en Lima y hace que las

provincias pierdan talentos que podrían contribuir al desarrollo de sus regiones.

Pero eso no se resuelve “sembrando” universidades por doquier, como ha hecho el

Congreso en los últimos años. Si evaluamos la calidad de nuestra educación, nos

encontramos con resultados aún más preocupantes. En el índice de Desarrollo Humano de

las Naciones Unidas, Perú (0.891) está en el puesto número 71 de calidad de educación a

nivel mundial y en el número 7 de Latinoamérica, detrás de países como Cuba (0.993),

Uruguay (0.955) y Argentina (0.946). Así, no sorprende que ninguna universidad peruana
esté considerada dentro de las primeras 30 universidades de Latinoamérica en el ranking

desarrollado por Quacquarelli Symonds para el 2011.

También llama la atención la poca priorización de la investigación científica, crucial para la

innovación y el desarrollo de tecnologías. Tal como señalamos en el Semanario Nº 589, en

el 2009 las universidades nacionales contaban con un presupuesto de S/. 793 millones,

provenientes de la actividad minera, los cuales por ley debían ser destinados a la

investigación. El resultado que se obtuvo fue una ejecución de apenas el 8% del total

mencionado, y tan solo un 59% de lo ejecutado fue destinado a proyectos vinculados a la

investigación científica. Queda claro que el compromiso con la investigación y desarrollo

en el Perú es casi nulo.

4. Realidad en sudamerica

Nuestra región también cuenta con un problema de calidad en educación superior. Esto se

hace evidente al ver que, de todas las universidades de la región, solo la Universidad de Sao

Paulo forma parte de las primeras 200 universidades del mundo. Un artículo de The

Economist señala que esto se debe a medidas que obstruyen la mejora en los estándares de

calidad, como universidades públicas completamente gratuitas, en las que el alumno no

tiene incentivo económico de aprovechar los recursos ofrecidos, personal y profesores que

tienen estabilidad de trabajo absoluta, falta de incentivos financieros a los buenos

profesores e investigadores, entre otras medidas estructurales que obstruyen el progreso en

materia educativa.

La comparación con las universidades en Asia debe dejar lecciones muy claras. Un estudio

del Banco Mundial destaca que acceso a la educación superior en esta región se ha
incrementado dramáticamente en las últimas tres décadas y, además, los países vienen

promoviendo la investigación, para poder ganar competitividad. Esto se logra a partir de la

creación de un sistema en el que las instituciones deben estar conectadas entre ellas,

además de estarlo al sector privado, instituciones de investigación e instituciones que

impartan niveles menores de educación.

5. ¿Cómo lograr una mejora educativa en el Perú?

El Banco Mundial recomienda políticas públicas para mejorar la calidad de la educación

superior:

a. Financiamiento adecuado para investigación y becas.

b. Dar mayor autonomía en la toma de decisiones a las universidades públicas.

c. Dar incentivos al sector privado para que se involucren con la mejora de calidad en

las universidades.

d. Asegurar una comunicación asertiva entre las industrias y las universidades.

e. Tomar ventaja de las oportunidades ofrecidas por los mercados internacionales de

educación superior.

A la luz de estas recomendaciones, es hora que el Gobierno, el SUTEP y el sector privado

comprendan que deben trabajar juntos y no pelearse, en busca de obtener educación de

calidad.
6. Realidad universitaria en la historia

La realidad universitaria se ha demostrado a lo largo de cada generación que dura

aproximadamente cada quince a veinte años2. En la edad media la misión era simplemente

el cumplimiento, la obediencia y la reproducción de los conocimientos; es decir, no se

investigaba y como no investigaban se deduce que no se filosofaba sobre la contextualizad

que se vivía. Además, la educación era clasista solo estudiaban la tropel de clase alta o

burguesa3.

7. Actualidad educativa nacional

Desde su nacimiento, durante el tránsito entre los siglos XII y XIII, la universidad fue

concebida como una comunidad de personas con distintas preocupaciones, pero unidas por

un mismo fin: buscar y comunicar la verdad, lo cual suponía crear y desplegar el saber en

sus más diversas manifestaciones. La universitas ha sido, pues, el espacio privilegiado para

que el conocimiento pueda ser creado, preservado, trasmitido y enriquecido.

La labor de investigación en las instituciones de educación superior se enfrenta en nuestro

país con un panorama muy complejo.

La inversión estatal en el Perú en materia de investigación se halla entre las más bajas de

nuestro continente (0,1% del PBI), en relación con Brasil, México, Colombia o Chile (y ni

qué decir con los países del primer mundo: Israel está en el 4,7%, Japón en el 3,8%,

Alemania en el 2,8% y Estados Unidos en el 2,7%). Y es ahora parte de nuestro sentido

común, en la era del conocimiento, que una sociedad que no cuida ni pone énfasis en la

calidad de su educación, y que no produce conocimiento nuevo, es decir, que no investiga


ni innova, tendrá mucha dificultad para dejar atrás la pobreza, la desigualdad y las diversas

formas de injusticia.

Recientes estudios a nivel mundial sobre temas como competitividad –realizados por

entidades tan diferentes como el World Economic Forum, la OCDE o la CEPAL–, nos

dicen que tenemos problemas graves en educación superior (además de los ya conocidos en

la educación básica) y en preparación tecnológica, y gravísimos en innovación. La situación

en nuestro país, en términos de la famosa Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), es

incompatible con el crecimiento y el buen desempeño macroeconómico del que tanto nos

preciamos los peruanos o del que se precian nuestros gobernantes.

Nuestro sistema universitario –uno de los que más baja producción científica tiene en la

región está hoy en día dominado por universidades privadas sin mayor control de calidad,

con universidades públicas debilitadas y con poco financiamiento del Estado.

8. La problemática universitaria actual y una propuesta de solución

En principio, la Universidad no es una entelequia abstracta, alejada, desconectada de la

realidad sociopolítica, sino todo lo contrario: es una Institución Educativa que es parte de

un modelo sociopolítico concreto. Fue creada e instituida para lograr fines sociopolíticos

cuyas funciones académicas como la Formación Profesional, la Investigación y el Servicio

social, mal llamada Proyección social, no son más que medios que apuntan al logro de fines

y objetivos de tipo social. Ese es el carácter teleológico de la Universidad y lo que justifica

su existencia. Esta afirmación es concordante con la concepción y carácter de la educación

que es de carácter socioeconómico y político.


Es por eso que la educación universitaria, en la realidad social, está conectada, relacionada

estrechamente con lo ecológico-geográfico, económico, social, cultural, étnico-lingüístico e

ideopolitico que constituyen una totalidad cuyas partes están relacionadas en forma

interdependiente. Por eso que aislar, abstraer a la universidad de esta totalidad es un

sinsentido, contrasentido.

Pero, en la práctica la universidad fue reducida a lo meramente académico y dentro de esto

a lo simplemente profesional. Se decía y así se hizo en la práctica, la universidad fue

reducida a la función de la formación de profesionales relegando a un segundo plano la

investigación y a un tercer lugar el servicio social, la llamada Proyección social. Es decir, el

fin social, fundamental de la universidad fue relegado irresponsablemente al tercer lugar en

importancia y realización. Esto lo denuncio Darcy Ribeiro, y otros intelectuales peruanos y

latinoamericanos, en la década de los setenta en su libro La universidad Peruana, a cuyas

conclusiones y recomendaciones no se hizo caso ni se las aplico. Esto explica el por qué de

las carreras y del tradicional Plan de Estudios, residuo colonial.

La fragmentación, división del país se expreso y se dio hasta la fecha en la desarticulación

entre universidad y aparato productivo, universidad y sociedad, universidad y cultura real y

universidad y estado-gobiernos. En relación a este último punto la universidad devino en

una especie de Prometeo Encadenado, tal como la caracterizaron dos especialistas europeos

como Guy Neave y otro coautor del libro. Porque los gobiernos-estado no destinaban las

rentas necesarias a las universidades públicas y encima las intervenían cuando querían. De

ahí las protestas estudiantiles y las consiguientes movilizaciones, aparte de otras

motivaciones sociopolíticas utilizando las conquistas de la Reforma de Córdova y de toda

América Latina.
En relación a este punto el climax del intervencionismo autoritario se dio en el gobierno

dictatorial de Fujimori cuando empezó, lo que Noam Chomsky ha llamado “El asalto

Neoliberal a la Universidad” que dura hasta la fecha. Este asalto se ha dado desde EE.UU.,

América Latina y el Perú y otras partes del mundo. Se trastoco las estructuras organizativas,

académicas y se expulsaron a los mejores docentes universitarios más por vendeta interna

que por razones políticas como se pretextó. La tecnocracia se impuso a nivel organizativo y

académico. Dentro de este último fueron trastocados los Currículos de formación

profesional para formar solamente técnicos y tecnócratas en todas las carreras de las

universidades públicas. Se anuló la autonomía universitaria y se condiciono y manipulo el

funcionamiento de los consejos universitarios y la participación estudiantil. El

comportamiento docente, de autoridades y estudiantil, con muy pocas excepciones, se

mercantilizo hacia el logro de cargos directivos y rentables. La mercantilización se dio

también a nivel del tercio estudiantil, aprobación de cursos y obtención de grados de

Magisters y Doctores aumentando el nivel de la corrupción y de la inmoralidad.

El nefasto decreto N0 882 de Fujimori a favor de la inversión privada en la educación, vino

a acentuar la mercantilización, el afán de lucro, la corrupción y la baja y estrepitosa caída

de la calidad educativa. Las universidades privadas creadas al amparo de dicho decreto

tuvieron como objetivo no el servicio académico y social sino el lucro descarado y el

enriquecimiento ilícito. A pesar de esta situación anti-educativa fueron acreditadas y

aprobadas por los órganos respectivos desde la ANR, CONAFU, CONEAU, etc. A

sabiendas por ellos y la comunidad universitaria que no ofrecían una educación

universitaria de calidad. Como es que se les acreditaba? Como es que crecieron y crearon
filiales por todo el país? Cobraban menos y también pagaban sueldos miserables a sus

docentes, entre otras perlas.

9. SITUACIÓN DEL SISTEMA UNIVERSITARIO PERUANO

Regulando la calidad en la cantidad de la proliferación de universidades privadas sin

mayor control de la calidad docente que ofrecen, así como de la infraestructura

adecuada que permita brindar una formación óptima a las necesidades del mercado y

de las empresas, se ve agravada con la oferta de carreras sobresaturadas que descuida

la visión de desarrollo de un país y se nutre de un prestigio que la realidad no sustenta

en lo laboral. En estas líneas ofrecemos un diagnóstico cuantitativo de la presencia de

instituciones de educación superior en el Perú al amparo de una regulación que no ha

estado a la altura de los objetivos que competen a una formación profesional con

razonables expectativas de éxito.

Actualmente existen en el Perú 140 universidades, la gran mayoría (64%) privadas. Entre

los años 2010 y 2012 se crearon 37 nuevas, lo que explica que un alto 45% del total son

universidades en proceso de institucionalización. La población universitaria superó el

millón de estudiantes, el 70% de ellos perteneciente a una universidad privada. Los

docentes son cerca de 70 mil en total, en la universidad privada el 78% son contratados, la

mayoría a tiempo parcial. Las 10 carreras preferidas representan el 32% de la población

universitaria. En medio de todo esto entra en vigor la nueva Ley N° 30220, con el objetivo

de mejorar su calidad, proponiendo una serie de cambios.

6. Tendencias actuales en el mundo


Japón, Corea y Taiwán hace pocos años se comparaba la realidad educativa con la nuestra,

pero ellos dieron mayor apoyo al sector educativo, en la actualidad demuestran ser

potencias mundiales gracias al apoyo enorme al sector educativo. Por ejemplo, en Japón y

Taiwán el ingreso de PBI por año es tres veces mayor que de los países Latino Americanos.

La productividad es uno de los motores de la economía. De ella depende el uso eficiente de

los insumos para la producción de bienes y servicios de nuestro país. En un mercado

mundial tan competitivo como el de hoy, debemos incrementar la competitividad de

nuestras empresas, para que estén en condiciones de enfrentarse al resto del mundo.

Si para competir necesitamos productividad, para ser productivos necesitamos educación y

capacitación del capital humano. La calidad de la educación superior que una población

recibe tendrá impacto directo en sus habilidades profesionales y técnicas, ya que de estas

depende la producción, especialmente la de manufacturas de alto valor agregado.

A partir de la década de los 80, se presentaron muy importantes modificaciones políticas,

sociales y económicas que indicaban la presencia de nuevas tendencias y profundas

alteraciones en los sistemas educativos de la mayoría de los países de la región.

A diferencia de lo que ocurrió en otras latitudes del mundo, en donde los modelos de

educación superior se reconstituyeron bajo pautas de orientación hacia la diferenciación

institucional, en la región latinoamericana las tendencias y los cambios que se resintieron,

hicieron referencia a un largo periodo de contracción de los recursos económicos, que

provocó movimientos de adecuación constantes, que alteraron de manera definitiva la

relación de participación y de conducción de los sectores tradicionales de la educación


superior, los que deteriora- ron fuertemente la capacidad de legitimidad de los órganos de

poder, de sus propósitos y de sus estrategias.

A partir de esas fechas, dio inicio un largo periodo de contracción económica de carácter

general, conocido como el de las “décadas perdidas” de América Latina y el Caribe, que se

prolongó hasta el fin del siglo xx. Para entonces el ingreso real por habitante disminuyó de

Como lo indica Manuel Castells; “Estamos entrando en un nuevo estadio en el que la

cultura hace referencia directa a la cultura, una vez dominada la naturaleza hasta el punto

que ésta se revive (“preserva”) de modo artificial como una forma cultural: de hecho, éste

es el significado del movimiento ecologista, reconstruir la naturaleza como una forma

cultural ideal. Debido a la convergencia de la evolución histórica y el cambio tecnológico,

hemos entrado en un modelo puramente cultural de interacción y organización sociales. Es

el comienzo de una nueva existencia y, en efecto, de una nueva era, la de la información,

marcada por la autonomía de la cultura frente a las bases materiales de nuestra existencia”.

En contraparte, la transnacionalización de la educación superior en la región empezó a

cobrar auge impulsada desde las distintas sedes transnacionales de Estados Unidos, de

Canadá, de España y de otros países, con la multiplicación de programas de educación a

distancia, virtuales o en línea, con una oferta de títulos y grados que hicieron su aparición, a

menudo sin ningún control o regulación.

Sin embargo, las perspectivas económicas suscitadas por estas políticas no incidieron de

forma estructural en el mejoramiento de la calidad de vida, ni en el bienestar de las

mayorías de la región, ni en los indicadores generales de desarrollo humano, incluyendo el

de sus niveles educativos; éstos siguieron siendo precarios, por no decir menos.
Por otra parte, durante los primero años del siglo xxI, del total de instituciones de

educación superior de América Latina y el Caribe (8.756), existían 1.917 universidades de

carácter privado, y 1.023 de carácter público, así como poco más de 5.800 institutos de

enseñanza superior de todo tipo y nivel. Esto concentraba una matrícula de casi 14 millones

de estudiantes en toda la región, de los cuales 94. 995 se encontraban en la zona del

Caribe. En su totalidad, ello representaba la cantidad de 259 estudiantes por cada 10.000

habitantes, con una tasa bruta de escolarización de 28,5%. En la gran mayoría de países, la

participación femenina rebasaba ya el 50% de la matrícula, y en algunos países, entre otros

del Caribe, representaba más del 60%. En compa- ración, la tasa bruta de escolarización en

los países de América del Norte y Europa occidental alcanzaba el 57%, así como el 51.7%

de participación femenina.

El 60% de la matrícula de educación superior en América Latina y el Caribe, se concentra

en tres países: Brasil (28%), México (17%) y Argentina (14%). Le siguen en orden de

importancia: Perú (6%), Centroamérica (6%), Chile (4%), Bolivia (2%), Caribe (1%).

Los países que tienen una concentración de estudiantes de entre el 75% y el 100% en

instituciones de carácter público, son Cuba, Uruguay, Bolivia, Panamá, Honduras y

Argentina. Los que tienen el mayor porcentaje (de entre 50 y 75%) de estudiantes en

instituciones de carácter privado, son Brasil, Chile, El Salvador, Colombia, Costa rica,

Nicaragua y república Dominicana. En una situación intermedia, por así decirlo, esto es,

países que tienen concentraciones de estudiantes importantes tanto en el sector público

como en el privado, están Ecuador, México, Venezuela, Paraguay, Perú y Guatemala. Sin

embargo, debe notarse que la tendencia de incremento de la participación de las


instituciones de educación superior privadas ha ido en aumento en la región de forma

constante.

En términos de la distribución del número de estudiantes por áreas de conocimiento y

carreras, se mantiene una fuerte tendencia a la concentración en ciencias sociales,

empresaria- les y jurídicas, que llegan a abarcar entre un 35% (como en Argentina, Chile o

Surinam), el 40% (como en Brasil, Colombia, Guatemala, México y Panamá), y hasta el

50% (como en El Salvador). En ciencias, la media regional es de alrededor del 10% y en

algunos casos ligera- mente mayor. Las Ingenierías fluctúan entre el 7% (Argentina) hasta

el 29% (Colombia). No obstante, si se suman los porcentajes de estudiantes inscritos en las

áreas de Ciencias Sociales y de Administración y Leyes, con los de Humanidades, Artes y

Educación se llega a abarcar hasta más del 60% del total en la región.

El número de investigadores con los que cuenta la región, se ubican mayoritariamente en

las instituciones de educación superior, sobre todo en las universidades públicas:

65,1% del total, lo cual representa el 0,87% de investigadores por cada 1.000 integrantes de

la Población Económicamente Activa (PEA). En términos de las publicaciones cien-

tíficas, América Latina y el Caribe cubre tan solo el 2,6% del total de las publicaciones a

nivel mundial (ver anexos).

Con todo el incremento del número de instituciones y de otros agrupamientos, en los

últimos 10 años, las universidades públicas, nacionales y autónomas (las definidas como

“macrouniversidades”) fueron las instituciones que más crecieron en su tamaño, las que

reprodujeron un sitio privilegiado en el espectro de la diversificación y las que llegaron a


expresarse, a veces de forma exclusiva, como las únicas instituciones complejas, sobre todo

por su crecimiento en la investigación y el posgrado.

10. Comparación entre las tendencias mundiales y la nacional.

MARCO UNIVERSITARIO

Antes de ver cómo se imparte esta formación en el Perú y en Suiza, conviene señalar el

marco general en que se realiza. El Perú, con casi 28 millones de habitantes, en 2005,

cuenta con 79 universidades, de las cuales 47 son particulares. Las mismas eran 52 en 1990,

cuando la población era de 26'700,000. Lo que significa que en 15 años se han creado 27

(más del 50 % de las entonces existentes), en su gran mayoría particulares. En el año 2002,

el número de estudiantes de las universidades públicas era de 273 mil y el de las privadas

era de 189 mil. Cifras que hay que considerar teniendo en cuenta que, en el mismo año, los

estudiantes secundarios eran un poco más de dos millones. Lo que significa que la inmensa

mayoría de egresados de las escuelas secundarias quedaban fuera del sistema universitario,

al cual están, en principio, destinados (previo examen de ingreso).

En Suiza, con un bajo índice de natalidad, tenía, en 2004, un poco más de siete millones de

habitantes. El número de estudiantes universitarios alcanzó, el mismo año, el número de

109 mil, repartidos en diez universidades cantonales. El número de bachilleres federales,

con acceso directo a las universidades, en 2004, llegaba a 65 mil. Esto supone una selección

que no existe en nuestros países y que supone una formación especial para aquellos que

hayan satisfecho las exigencias para estudiar el bachillerato.

MASIFICACION de matriculas
Educación permanente debido al crecimiento del conocimiento, capacitación

Auge de las TIC. Equipamento de las universidades

Incremento vertiginoso de la movilidad academica, FUGA DE CEREBROS

Privatizacion de la educación superior en todo el mundo, solo en europa y africa existe

educacon publica.

Inequidad de acceso a la educación por motivos raciales y sociales.

Crisis de la poiblacion academica, profesores como empresarios del conocimiento y

consultores, baja la investigación y el estudio, corrupción academica

Impulso hacia el perfeccionamiento de procesos de gestión, acreditación no siempre son

positivos pues la burocracia es parte de procesos de privatización o reducción de fondos

estatales.

Carenceia de actualizaciones en las instituciones educativas y post grados, exceptuando a

univeridades publiocas y unas pocas privadas de calidad.

La creación de instituciones de baja calidad y pseudo universidades que ofrecen instrucción

y capacitación para aquellas personas que no tengan acceso a universidades de calidad.

Los rankings creados para medir los niveles de calidad en las universidades están basados

en parámetros muchas veces anticuados como es el caso del número de premios nobel,

profesores de la universidad con trabajos indexados, número de maestrías y doctorados y

avances relacionados a las universidades anglosajonas, con una clara fijación a las ciencias

formales y falta de atención a las ciencias sociales.


Otro problema importante es el de la desarticulación entre Universidad y Aparato

Productivo. Tanto los gobiernos de turno y los empresarios no han mostrado voluntad

política, educativa de realizarla en la práctica. Ahora, más bien, los empresarios quieren y

están ofertando servicios educativos como la de formación de técnicos tipo SENATI y

TECSUP del Señor Inchaustegui, arguyendo que la UNI y otras universidades e Institutos

Tecnológicos no los forman. La pregunta de cajón es: Por que los empresarios y el estado

no articulan esfuerzos, voluntades y políticas educativas teniendo en cuenta las necesidades

de profesionales de alto nivel-capital humano-que tienen o que necesitan.

11. CONCLUSIONES

La posición ideopolítica que debe predominar en las universidades sean públicas o privadas

es la que está dirigida a la transformación estructural e histórica del país en una dirección

teleológica socioeconómica, política- nacional y humana .No olvidar que el fin fundamental

de las instituciones universitarias es de carácter social y humana. Es hora que la universidad

contribuya a dicha transformación. Al poeta Vallejo con su imperativo de “hermanos hay

mucho que hacer” hay que contestarle “si hermano vamos a empezar a cambiar

radicalmente nuestro país y universidad tal como lo querías tu, también Arguedas y

Mariátegui entre otros”.

En relación a la relación de universidad y cultura, etnia y lengua, podemos constatar que

somos el país más rico del mundo en cuanto a riqueza cultural, étnica, lingüística y artística.

Esa es nuestra fortaleza, la diversidad de nuestra riqueza ecológica, geográfica, económica,

social, cultural, lingüística y artística. No somos pobres, somos ricos. La educación

universitaria debe tener en cuenta toda esta gama de diversidad cultural para formar a los

auténticos peruanos para desarrollarla, enriquecerla y hacer que los que viven en las alturas
sociales sepan valorarla y se sientan orgullosos de esa riqueza, porque es paradójico que los

extranjeros la valoren, la admiren y los occidentalizados urbanos que se atreven a

discriminarla y a sus sujetos creadores. También la universidad debe adecuarse y

desarrollar la riqueza étnica, lingüística y artística. El currículo universitario debe incluir

esta riqueza de la diversidad cultural y de la diversidad productiva. Si ya la tenemos para

que copiarse el concepto de competitividad del eurocentrismo y anglosajón. En la cultura

andina y amazónica existe y se da en sus comunidades la práctica de la emulación y

competencia grupal, comunitaria y no individualista como la del neoliberalismo, tal como

lo han estudiado los antropólogos peruanos y extranjeros como Jurgen Golten, John Earsl.

Esta es la base de la educación pluricultural, pluriétnica, plurilingüística, y plurilegal.

8. Bibliografía

http://www.monografias.com/trabajos88/realidad-educativa-universitaria-peru/realidad-

educativa-universitaria-peru.shtml#ixzz5FiJo6yIw

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