Humedales de Ciudad

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Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes

Book · July 2022

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2 authors, including:

Mario Alberto Quijano-Abril


Universidad Católica de Oriente
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Humedales
de ciudad:
vivos, activos y resilientes
Un enfoque integrador
Humedales
de ciudad:
vivos, activos y resilientes
Un enfoque integrador
ACADEMIA COLOMBIANA DE CIENCIAS EXACTAS, FÍSICAS Y NATURALES
COLECCIÓN JORGE ÁLVAREZ LLERAS, Nº 44

Humedales
de ciudad:
vivos, activos y resilientes
Un enfoque integrador

Editores Académicos

Mario Alberto Quijano Abril


Maria de los Ángeles Castaño López
Diego Esaú Cardona Ramírez
David Echeverri López

Medellín, 2022
CATALOGACIÓN EN LA FUENTE

Quijano Abril, Mario Alberto (Ed.)

Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes / Mario Alberto Quijano Abril, María de
los Ángeles Castaño López, Diego Esaú Cardona Ramírez y David Echeverri López, editores
académicos.— Rionegro : Fondo Editorial Universidad Católica de Oriente, 2022.
ISBN: 978-958-52969-3-0
252 p.; 24 x 17 cm

1.Humedales urbanos - Antioquia. 2. Ecosistema acuático. 3. Educación ecológica. 4. –


Limnología. I. Quijano Abril, Mario Alberto (Ed.). II. Castaño López, María de los Ángeles (Ed.).
III. Cardona Ramírez, Diego Esaú (Ed.). IV. Echeverri López, David (Ed.). V. Título.

551.482

© 2022 Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales


© 2022 Universidad Católica de Oriente
© 2022 Corporación Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare–Cornare–

ISBN: 978-958-52969-3-0

Primera edición: junio de 2022

Corrección de textos:
Natalia Maya Ochoa

Fotografías de aves:
Armando Orrego

Ilustración de carátula:
Adriana Sanín

Diseño y diagramación:
Divegráficas S.A.S.

Editado por:
Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales

Impreso por:
Divegráficas S.A.S.
Carrera 50 N° 35-62 - PBX: 322 5096
Medellín, Antioquia
www.divegraficas.com

Impreso en Colombia - Printed in Colombia

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, en cualquier medio o para cualquier
propósito, sin la autorización escrita de Academia Colombiana de la Ciencias Exactas, Físicas y
Naturales, Corporación de las Cuencas, Universidad Católica de Oriente, Corporación Autónoma
Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare–Cornare–.
Proyecto
Conservación, recuperación y monitoreo de humedales
en el Oriente antioqueño
Convenio 298-2021,
Cornare – Universidad Católica de Oriente – Municipio de Rionegro

Coordinación científica del proyecto Autores


Mario Alberto Quijano Abril Mario Alberto Quijano-Abril
Universidad Católica de Oriente Maria de los Ángeles Castaño-López
Grupo de estudios florísticos Silvia Lucía Villabona-González
Mario Fernando Medina-Tombé
Mónica Tatiana López-Muñoz
Carlos Alberto Pérez-Vera
Valeria Henao
Valeria Echeverri
Equipo técnico Daniela Cardona-Alzate
Diego Esaú Cardona Ramírez Daniela Salazar-Suaza
Maria de los Ángeles Castaño López José Miguel Rojas-Villa.
Daniela Marín Henao Manuel Alejandro Guerra-Quintero
Andrés Felipe Arango Arias Arlex Marín-Ramírez
Luisa Fernanda Correa-Gómez
Daniela Salazar Suaza
Katerine Arcila Arbeláez
Monica Tatiana López Muñoz
Carlos Andrés Arango-Lopera
Paula Yulieth Vera Ramirez Daniela González-García
Johana Patricia Reyes Herrera Daniel Ospina-Hurtado.
Juan José García Duque Jonnattan Garcia Garrido
Carlos Alberto Pérez Vera Juan Franco Montoya
Valeria Henao Lopera Bernardo Andrés Patiño Valencia
Mario Fernando Medina Tombé Carlos Mario Vargas Restrepo
Viviana Sánchez Henao Diego Andrés Vélez Rivera
Bibiana Gómez Montoya Paula Vera Ramirez
Kathiana García Oladier Ramírez Gómez
Valeria Echeverri Diana Carolina Pérez
Beatriz Elena Arcila Salazar
Interventoría Cornare
David Echeverri López
Coordinador Bosques y Biodiversidad
Corporación autónoma regional de las cuencas de los ríos Negro y Nare

Interventoría Alcaldía Municipio de Rionegro


Andrés Felipe Arango arias
Subsecretario de Hábitat
Alcaldía del municipio de Rionegro
7

Tabla de contenido
Introducción 9

Capítulo 1.
Funciones y servicios biogeoquímicos y ecológicos de cinco humedales
urbanos en el Oriente antioqueño 13

Capítulo 2.
Los bancos de semillas como indicadores en los procesos de sucesión
natural de los humedales del altiplano del Oriente antioqueño y su utilidad 45
en la restauración ecológica

Capítulo 3.
Pulsos del agua de un humedal urbano en el altiplano del Oriente
69
antioqueño

Capítulo 4.
El valor paisajístico de los humedales urbanos del altiplano del Oriente
91
antioqueño

Capítulo 5.
Paisaje en tránsito: un acercamiento a las transformaciones históricas de
115
los humedales del sector de El Porvenir en Rionegro

Capítulo 6.
Imaginar el territorio: aproximación a los humedales desde la perspectiva
139
de los imaginarios urbanos

Capítulo 7.
Hilos del agua: una propuesta socioeducativa alrededor del humedal urbano 163

Capítulo 8.
Servicios ecosistémicos en humedales urbanos del altiplano del oriente
183
antioqueño: una visión económica y contable

Capítulo 9.
Los humedales en el ordenamiento jurídico colombiano. Propuesta de
225
categorización para su gestión, conservación y uso sostenible
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 9

Introducción
Pensar en ciudad es pensar en incontables y múltiples dinámicas. Pensar en ciudad,
es pensar en cientos de miles de personas construyendo su vida de maneras
diversas y en algunas ocasiones inverosímiles. En nuestro afán consumista, en
muchos casos no logramos observar nuestras ciudades con detalle, de esta
manera no logramos apreciar su magnitud, ni la forma como las hemos concebido
y transformado. Para algunos autores las ciudades podrían ser consideradas un
reflejo de la sociedad que las habita, el reflejo de la cultura, el conocimiento y en
algunas ocasiones hasta del sentimiento por estos espacios comunales. Espacios
abiertos, espacios compartidos, pero también desconocidos.

Nuestras ciudades están vivas, respiran y se transforman a una velocidad en


ocasiones abrumadora. Diferentes investigadores a nivel mundial han demostrado
que nuestros centros urbanos son ecosistemas y deberían ser pensados como
tal. Una buena pregunta sería: ¿Cómo hemos diseñado nuestras ciudades? Para
responderla, muy seguramente bastaría con asomarse por la ventana y mirar
nuestro entorno. Existe un concepto básico dentro del ordenamiento territorial
conocido con el nombre de Estructura Ecológica Principal (EEP). Esta tiene como
función básica la de sostener y conducir la biodiversidad, así como los procesos
ecológicos esenciales a través del territorio urbano y dotar al mismo de bienes
y servicios ambientales para el desarrollo sostenible.

Aunque bastante citada y referida en diferentes planes de ordenamiento a nivel


nacional, la EEP no está siendo determinante en las decisiones que transforman
nuestras ciudades hacia su desarrollo y crecimiento económico. Más grave
aún, muchas de nuestras capitales no conocen a fondo su EEP ni tampoco sus
dinámicas, las cuales en algunas ocasiones se hacen complejas de entender por
los gobernantes de turno y lo más importante, por los habitantes de nuestros
centros urbanos.

Cuando hablamos del término ecosistema, quizá lo más próximo que llegue a
nuestra mente sean los bosques prístinos de nuestras montañas, o los páramos
generadores de agua. Pocas veces pensamos que antes de fundar nuestras
grandes ciudades, en estos sitios existían este tipo de ambientes, los cuales
fuimos modificando paulatinamente hasta hacerlos “propios” y acordes a
nuestras expectativas. En algunas ocasiones, la naturaleza nos muestra que estos
10 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

territorios son uno de tantos “comodatos”, que se nos han dado por tiempo a
veces limitado, y en ocasiones por diferentes consecuencias de nuestro quehacer,
nos son reclamados con vehemencia por la naturaleza.

Vienen a nuestra memoria las numerosas veces que, por el desconocimiento


de las dinámicas de nuestra EEP, nos hemos convertido en el foco de desastres
ecológicos, hoy en día gran parte de estos atribuidos al cambio climático, el
cual se convierte en el chivo expiatorio de nuestros desaciertos ambientales. Es
importante aclarar que no somos los únicos habitantes de nuestras ciudades,
somos una especie de tantas que se articula a la compleja dinámica de estos
nuevos ecosistemas, los cuales hemos moldeado con nuestras propias manos y
que reposan sobre la EEP.

No todas las ciudades del mundo tienen la suerte de tener humedales. Para
que esto ocurra debe haber una combinación de factores bióticos y abióticos,
como una flora y fauna especial, así como una geografía y condiciones climáticas
específicas. Sumado a esto, en gran parte de los casos, una cuenca que de manera
constante y generosa los surta.

El altiplano del Oriente antioqueño es una de las zonas de mayor crecimiento


poblacional y urbanístico del país. Asimismo, es el centro de múltiples dinámicas
económicas, como producción agrícola y minería de diferente tipo. Estas
iniciativas se articulan con una compleja dinámica social y la pérdida paulatina de
la población campesina, la cual lentamente ha venido migrando al casco urbano
de sus principales ciudades. Así como otros visitantes foráneos, que ven en este
territorio oportunidades para una mejor calidad de vida.

Esta región pujante es irrigada por la cuenca del río Negro, la cual ha sido la
fuente para el desarrollo social y económico de sus habitantes. Paradójicamente,
las nuevas generaciones no reconocen que las oscuras aguas del río Negro, han
sido sinónimo de riqueza desde su descubrimiento por el hombre. Siendo hoy
en día, este importante afluente, el foco de diferentes impactos antropogénicos
y el protagonista de desastres ambientales.

El vínculo entre el río Negro y los humedales del altiplano es muy cercano y
tiene miles de años de historia. Tiempo en el cual se han tejido delicados lazos
entre las especies que los habitan, incluyéndonos. Muchas de estas relaciones y
especies, a veces invisibles a nuestros ojos, se han podido dilucidar y socializar en
los últimos años cuando se logra articular la academia con el Estado. Es de esta
manera que el presente trabajo busca dar continuidad a la primera fase de esta
iniciativa de delimitación y caracterización de estos ecosistemas estratégicos.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 11

Dos de las preguntas que se buscan responder en esta ocasión son: ¿Para qué
sirven y cómo funcionan nuestros humedales?, la respuesta no es fácil, ni posible
de abordar desde una sola área del saber. Es por esta razón que la información
generada en este trabajo es el resultado de la sinergia de diversas áreas del
conocimiento científico y social trabajando de manera transdisciplinar. Este
valioso aporte abre las puertas a un trabajo mancomunado entre diferentes
actores de la academia, la alcaldía de Rionegro y la Corporación Autónoma
Regional de las cuencas de los ríos Negro y Nare (Cornare).

A lo largo de los capítulos de este libro se abordará una temática que busca
comprender diferentes dinámicas funcionales de estos ambientes, que van
desde lo físico, organísmico, perceptual, educativo, económico, histórico y
normativo. Esperamos que la información que aquí se presenta pueda generar
nuevas preguntas, que nos permitan seguir profundizando en la dinámica
funcional de estos ambientes con miras a su adecuada gestión, conservación
y apropiación social.
Capítulo 1
Funciones y servicios biogeoquímicos y
ecológicos de cinco humedales urbanos
en el Oriente antioqueño.
Funciones y servicios biogeoquímicos
y ecológicos de cinco humedales urbanos
en el Oriente antioqueño
Silvia Lucía Villabona-González1, Mario Fernando Medina-Tombé2,
Mónica Tatiana López-Muñoz1, Carlos Alberto Pérez-Vera2,
Valeria Henao1, Valeria Echeverry1

Introducción

Recientemente se han identificado una serie de funciones y servicios, proporcionados


específicamente por los ecosistemas de humedales que pueden ser superiores
en cantidad e importancia a los de otro tipo de ecosistemas (Bobbink et al.,
2006). Estas funciones son clasificadas como físicas, biogeoquímicas, ecológicas
y sociales; además de proveer servicios únicos que benefician a la biota residente,
migratoria y a la sociedad per se (Backhaus et al., 2020; Pérez-Porras, 2009).

Entre las funciones biogeoquímicas del espejo de agua se incluyen la dinámica


de las sustancias suspendidas y disueltas que influye en el servicio de regulación
de la calidad del agua, así como procesos como la producción primaria, que
incide en el servicio de regulación del carbono (Akçakaya et al., 2020). Dentro
de sus funciones ecológicas, los humedales proveen el servicio de regulación a
la diversidad taxonómica y funcional de comunidades de hidrobiota, al ofrecer
gran cantidad de hábitats y permitir diferentes tipos de interacciones biológicas
(Backhaus et al., 2020) (Figura 1).

1 Grupo de investigación Limnología y Recursos Hídricos, Universidad Católica de Oriente.


2 Consultor independiente.
16 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

No obstante, el tipo de funciones que existe y su capacidad de operación en


los humedales varía dependiendo de la posición de estos dentro de la cuenca
hidrográfica, el tipo de humedal y los impactos a los cuales esté sometido
(Brinson, 1993). Particularmente, los humedales urbanos del Oriente antioqueño,
son de origen natural y en algunos casos, producto de excavaciones mineras
antiguas. Se inundan principalmente por la precipitación, acuíferos aledaños y por
algunas corrientes como las del río Negro y sus afluentes (Escobar et al., 2018).
De esta manera, se ubican en la cuenca media del río Negro, un territorio que ha
sufrido una intensa transformación en el paisaje en el último siglo.

Lo anterior ha llevado al incremento exponencial de actividades antrópicas como


el urbanismo, el movimiento de tierras, la canalización de cauces, la construcción
de vías y la ampliación de la frontera agrícola. Estas han generado impactos
en los humedales como la fragmentación de la cobertura vegetal y el aumento
en la concentración de sustancias suspendidas y disueltas que incrementan
la conductividad del agua y la carga de sólidos (García-Duque et al., 2018 a).
Dichos impactos pueden alterar el funcionamiento de los ecosistemas acuáticos,
aumentando la eutrofización y la productividad, cambiando las condiciones
abióticas y alterando la composición de especies (Begon et al., 2006).

En este estudio se evaluó la funcionalidad biogeoquímica y ecológica de cinco


humedales del Oriente antioqueño, en relación con los servicios ecosistémicos
ofrecidos en cuanto a la calidad del agua, de acuerdo con sus características
físicas, químicas y microbiológicas y a la regulación del carbono (producción
primaria). Así mismo, su funcionalidad en el mantenimiento de la diversidad de
hábitats y de la diversidad taxonómica y funcional del fitoplancton, zooplancton
y los macroinvertebrados acuáticos.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 17

Funciones ecosistémicas

Biogeoquímica: Ecológica:
Retención y exportación de Diversidad taxonómica y funcional
nitrógeno, fósforo y carbono de hidrobiota

Servicios ecosistémicos Servicios ecosistémicos

Regulación:
Regulación: Hábitat para especies
Carbono y calidad del agua Mantenimiento de la diversidad
hidrobiológica

Figura 1. Funciones y servicios ecosistémicos


evaluados en cinco humedales urbanos del Oriente antioqueño.
Fuente: Tomado y modificado de Backhaus et al. (2020).

Metodología

Diseño de muestreo

Entre el 23 de octubre y el 3 de noviembre de 2021 (temporada de alta


precipitación), se efectuaron muestreos limnológicos en cuatro humedales urbanos
ubicados sobre el área de inundación del río Negro (Piamonte, Guadalcanai, El
Llanito y Madre Vieja) y en un humedal ubicado en zona rural sobre el plano de
inundación de la quebrada La Marinilla (RTVC). Estos ecosistemas estratégicos se
encuentran ubicados a altitudes desde los 2.120 hasta los 2.250 msnm. Algunos
de ellos son naturales, mientras que otros han sido creados de manera artificial
por minería aluvial (García-Duque et al., 2018 a).

En cada humedal se establecieron tres sitios de muestreo a lo largo del eje


principal, en donde se estimó la transparencia Secchi y se tomó una muestra
integrada de todas las variables descritas a continuación:
18 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Funcionalidad biogeoquímica: servicio de regulación de calidad del agua


y carbono

En cada uno de los humedales se tomó una muestra subsuperficial integrando tres
puntos ubicados a lo largo del eje longitudinal. Se midieron in situ las variables
temperatura del agua, pH, turbidez, conductividad eléctrica, concentración y
saturación de oxígeno disuelto. Además, se tomaron muestras para análisis en
laboratorio de DBO5, DQO, coliformes totales, coliformes fecales (Escherichia coli),
sólidos totales (ST), sólidos disueltos totales (SDT), sólidos suspendidos totales
(SST), nitratos, nitrógeno amoniacal, ortofosfatos y fósforo total. Los métodos de
estas variables se describen en (García-Duque et al., 2018b). Para evaluar la calidad
física y química del agua se calculó el Índice de la Fundación para la Sanidad
Nacional (IFSN) (Tarradellas, 2006), donde:

n WQI: Índice de Calidad de Agua


WQI = ∑ SIiWi SIi: Subíndice del Parámetro i
i=1 Wi: Factor de Ponderación para el Subíndice i

Parámetro Peso (Wi)


Color Rango Significado
Oxígeno Disuelto 0,23
Demanda Biológica de 91 - 100 Excelente
0,17
Oxígeno
71 – 90 Buena
Temperatura del agua 0,16
Nitrógeno Amoniacal 0,16 51 – 70 Regular

Fósforo Total 0,16 26 – 50 Mala


Sólidos Suspendidos
0,13 0 – 25 Muy mala
Totales

Las Producciones Primaria Bruta (PPB) y Neta (PPN), así como la Respiración (R),
fueron estimadas in situ por el método de evolución del oxígeno en botellas
claras y oscuras (Gaarder & Gran, 1927). Las botellas (dos claras y dos oscuras)
se incubaron en la subsuperficie (por la poca profundidad del cuerpo de agua)
durante dos horas, en un ciclo diurno entre las 8:00 am. y las 18:00 pm. (8:00 am,
10:00 am, 14:00 pm, 18:00 pm). Los valores de producción y respiración se
registraron en mgC.m-3.h-1. Para la conversión de los miligramos de oxígeno a
miligramos de carbono se utilizó el factor 0,312 y un coeficiente fotosintético (PQ)
de 1,2 (Cole, 1983). A la misma profundidad que se colocaron las botellas claras y
oscuras se calculó la Biomasa (B) del fitoplancton, midiendo la concentración de
clorofila-a activa. Para ello, se usó el protocolo propuesto por Kruk et al., (2009 b).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 19

A partir de la medición de la profundidad del disco Secchi (Zds), se calculó la zona


fótica (Zf) y con el valor de esta medida y de la profundidad total (Zmax), se calcularon
también la zona afótica (Zaf) y la relación Zf/Zaf. Con los valores máximos de PPB,
PPN y Respiración (Res) y con la concentración de clorofila-a (B), se obtuvieron las
relaciones de PPNmax/Resmax, PPBmax/B y PPNmax/B.

Funcionalidad Ecológica: servicio de regulación en el mantenimiento del


hábitat y la diversidad hidrobiológica

Se tomaron muestras para el análisis de diversidad de fitoplancton, zooplancton,


y macroinvertebrados acuáticos. Los métodos de recolección y análisis de
estas variables se describen en García-Duque et al. (2018 c). Con los datos
de composición de los macroinvertebrados se calculó el índice BMWP/Col
(Roldán, 2003), modificado y adaptado por Álvarez (2005), con el fin de establecer
la calidad biológica del agua en cada humedal.

La diversidad alfa de las comunidades se evaluó mediante la riqueza específica


y los índices de diversidad de Shannon-Wiener (1949) (con Logaritmo Natural),
equidad de Pielou (1969) y dominancia de Simpson (1949), así como la diversidad
beta, mediante el análisis de similitud en la composición de taxones entre los
humedales, aplicando el índice de Jaccard mediante uniones simples. Los análisis
se corrieron en el programa Past V 4,03 (Hammer et al., 2021).

La diversidad funcional de las comunidades se evaluó de acuerdo con Kruk et al.


(2009 a) para el fitoplancton y Braghin et al. (2018) para el zooplancton. La de los
macroinvertebrados mediante las relaciones tróficas (o hábitos tróficos), basadas
en Merrit et al. (2008) para insectos acuáticos, complementado por Hanson et al.
(2010) para grupos como anélidos, platelmintos, ostrácodos e isópodos, y por
Linares et al. (2018) para moluscos.

Resultados y discusión

Funcionalidad biogeoquímica: servicio regulación de calidad del agua


y carbono

Calidad del agua

Los humedales estudiados presentaron bajas profundidades, en promedio de 0,88


m. De mayor a menor profundidad, los humedales se ordenaron así: Guadalcanai
(1,36 m), El Llanito (0,92 m), Madre Vieja (0,75 m), Piamonte (0,74 m) y RTVC (0,64 m).

La temperatura fluctuó entre 18,55°C, registrados en Piamonte y 22,93°C,


registrados en RTVC (Tabla 1). Este rango se encuentra dentro de valores comunes
en el trópico, es similar al reportado en humedales de este tipo (Jiménez-Ariza,
2017) y no genera limitaciones para el posible desarrollo de organismos acuáticos,
ni afectaciones a la calidad del agua.
20 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

El pH se mantuvo en un rango cercano a la neutralidad entre 6,04 (Madre Vieja)


y 6,90 unidades (El Llanito) (Tabla 1), indicando baja presencia de sustancias que
puedan acidificar o basificar en extremo el agua y es similar a los resultados hallados
en humedales urbanos, donde el rango es de 6,80 a 7,74 unidades (Jiménez-Ariza,
2017). Los valores encontrados posibilitan el mantenimiento de la fauna y flora de
estos ecosistemas y además reducen el potencial tóxico de algunos compuestos
y sustancias (Gualdrón-Durán, 2016).

La concentración de oxígeno disuelto osciló entre 1,54 y 3,38 mg/L, correspondientes


a valores de saturación de oxígeno entre 21,65% y 40,03% (Tabla 1). Concentraciones
de oxígeno disuelto entre 4,00 y 5,00 mg/L, aseguran la supervivencia de la
mayoría de especies de peces y comunidades acuáticas; mientras concentraciones
inferiores a 2,00 mg/L pueden causar la muerte de la mayoría de la fauna íctica
(García et al., 1998). De acuerdo con Pérez-Castillo & Rodríguez (2008), en el trópico,
el porcentaje de saturación de oxígeno ideal para la vida de muchos peces es
superior a 67%. Los bajos valores registrados pueden deberse a la descomposición
de materia orgánica por la actividad microbiológica y al movimiento lento de las
aguas, que disminuye el intercambio de oxígeno con la atmósfera, bien sea por
difusión o mezcla (García et al., 1998).

Lo anterior indica que, comparado con las condiciones de equilibrio ideales, los
humedales analizados se encuentran en condiciones de desoxigenación, que no
son funcionales para algunos organismos acuáticos, especialmente los de mayor
tamaño, como los peces (Pulido López & Pinilla-Agudelo, 2017). No obstante,
muchas poblaciones planctónicas, perifíticas y bentónicas logran adaptarse en
estos humedales (Quijano-Abril et al., 2018), al igual que en otros humedales
urbanos con rangos de oxígeno similares (1,30 - 4,20 mg/L) (Jiménez-Ariza, 2017).

La conductividad eléctrica registró valores entre 38,20 µS/cm (Madre Vieja) y


57,27 µS/cm (Guadalcanai), a excepción del humedal El Llanito, donde fue de
101,27 µS/cm (Tabla 1). En la mayoría de humedales existe un bajo nivel de
mineralización y de concentración de iones disueltos, que favorece el soporte vital
de muchas de las comunidades acuáticas (Gualdrón-Durán, 2016). En el caso de
El Llanito, cuyo valor estuvo por encima de los 60 µS/cm, puede indicar eutrofia
o valores elevados de producción (Roldán-Pérez & Ramírez-Restrepo, 2008).

La turbiedad presentó valores entre 18,63 y 46,00 UNT en los humedales RTVC,
El Llanito y Guadalcanai y entre 70,40 y 145,00 UNT en los humedales Piamonte y
Madre Vieja (Tabla 1). De acuerdo con el Decreto 1076 de 2015, el límite máximo
permisible de turbiedad para la destinación del recurso de consumo humano y
doméstico es de 10 UNT, valores superiores evidencian procesos de arrastre de
partículas que quedan suspendidas en el agua y reducen su transparencia; hecho
que podría afectar directamente a los organismos acuáticos, dado que perturban
su visibilidad; reduce la producción primaria y en consecuencia afecta el flujo de
energía dentro de la red trófica (Gualdrón-Durán, 2016).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 21

Las concentraciones de sólidos totales en el agua oscilaron entre 75,00 mg/L,


registradas en RTVC y 161,00 mg/L, extraída en Madre Vieja (Tabla 1). La fracción
que más aportó al total de sólidos en RTVC, Guadalcanai y El Llanito fue la de los
disueltos, mientras que en Piamonte y Madre Vieja fue la de los suspendidos. De
acuerdo con Wetzel (1981), en todos los humedales se encontraron concentraciones
bajas de los diferentes tipos de sólidos, con concentraciones de sólidos disueltos
inferiores a 72,70 mg/L y de sólidos suspendidos menores a 100 mg/L, excepto en
Madre Vieja (127 mg/L). Este fenómeno puede ser atribuido porque allí, además
de los fenómenos constantes de resuspensión, la baja cobertura vegetal de su
ronda hídrica retiene muy poca cantidad de sedimentos, en especial durante la
temporada de lluvias (Benjumea-Hoyos et al., 2018).

Una alta carga de sólidos suspendidos, sumado a los valores de turbidez hallados,
podría generar depósitos de lodos y condiciones anaerobias que disminuyan su
funcionalidad ecológica (Sierra-Ramírez, 2011), en especial teniendo en cuenta
que se trata de fuentes de agua someras, lo cual pone en riesgo a la biota acuática
al limitar el paso de luz y colmatar hábitats de desove y refugio para los peces
(Roldán-Pérez & Ramírez-Restrepo, 2008).

La DQO fue menor al límite de cuantificación del método (< 25,00 mg/L) en
Piamonte, Guadalcanai y El Llanito y varió entre 29,90 y 55,80 mg O2/L en RTVC y
Madre Vieja, respectivamente. La DBO fue detectada en todos los humedales y
presentó concentraciones entre 2,20 y 12,10 mg O2/L (Tabla 1). La resolución 0631
de 2015 establece que el límite máximo permisible para la DQO es de 180 mg/L­
y para la DBO5 es de 90 mg/L O2, por lo cual, los valores de estos parámetros para
los humedales se encuentran en rangos funcionales aceptables. Sin embargo,
teniendo en cuenta las concentraciones halladas para el oxígeno disuelto, se infiere
que existen problemas de desoxigenación, dado que la mayor parte del oxígeno
disuelto se consume en la descomposición de la materia orgánica (García-Duque
et al., 2018 b).

La relación DBO/DQO (Margalef, 1983), en los humedales RTVC y Madre Vieja


(donde se pudo calcular) indica que son aguas con baja biodegradabilidad, con
valores de 0,35 y 0,22, pues de acuerdo con Cuenca & Intriago (2017), una relación
entre 0 y 0,39 indica baja biodegradabilidad, entre 0,40 y 0,59 media y entre 0,60
y 100, alta. Esto muestra que la materia contenida en el agua no es fácilmente
removible por acción bacteriana (Domenech & Peral, 2016).

La concentración de fósforo total tuvo valores mínimos de 0,075 mgP/L en El


Llanito y 0,085 mgP/L en Guadalcanai, así como concentraciones que superan
el límite máximo (0,100 mg/L), propuesto para aguas no contaminadas en
cuerpos leníticos de la cuenca del río Bogotá (CAR, 2006). Este fue el caso
de los humedales RTVC, Piamonte y Madre Vieja, con valores de 0,116 mg/L,
0,117 mg/L y 0,188 mg/L, respectivamente (Tabla 1).
22 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Según Maza-Lema (2017), las concentraciones de ortofosfatos no deberían


exceder los 0,05 mg/L para proteger la vida acuática y controlar la eutrofización
acelerada. En este caso, los humedales del estudio no contienen concentraciones
de ortofosfatos que sean limitantes en la funcionalidad ecológica, pues su rango
tuvo valores menores al límite de cuantificación del laboratorio (0,010 mgPO4-3/L)
y 0,015 mgPO4-3/L (Tabla 1). El ortofosfato es poco abundante comparado con el
fósforo total, posiblemente porque este nutriente es rápidamente reciclado por
los diversos microorganismos acuáticos o por la conformación de complejos,
quelatos y sales insolubles con iones metálicos que decantan (Ávila et al., 2007).

El nitrógeno amoniacal (mgNH3-N/L) estuvo por debajo del límite de cuantificación


de laboratorio (<1,00 mgNH3-N/L) en todos los humedales y los nitratos solo fueron
cuantificables en el humedal RTVC, con una concentración de 1,850 mgNO3-N/L.
En los demás humedales estuvieron por debajo del límite de cuantificación del
método de laboratorio (nitratos < 1,400 mgNO3-N/L) (Tabla 1). De acuerdo con los
rangos reportados por Roldán-Pérez & Ramírez-Restrepo (2008) la concentración
de nitrato en RTVC indica un Estado mesotrófico (entre 1,00 y 5,00 mg/L).

Las concentraciones de nutrientes registradas en estos humedales durante el


muestreo no provocarían un crecimiento excesivo de fitoplancton ni procesos
importantes de eutrofización. Además, estas fueron inferiores a las de otros
humedales urbanos en Colombia que han sido catalogados como eutróficos e
hipereutróficos (Guillot-Monroy & Pinilla-Agudelo, 2017; Pérez-Porras, 2009).

La legislación colombiana establece en el Decreto 1076 de 2015, que la


concentración admisible de coliformes totales para uso del agua de consumo
humano, cuya potabilización requiere solo desinfección, y para uso con fines
recreativos mediante contacto primario, debe ser menor a 1.000 NMP/100 ml y
para coliformes fecales (E. coli) debe ser inferior a 200 NMP/100 ml.

Teniendo en cuenta los valores mencionados, los cinco humedales presentaron


contaminación microbiológica por bacterias coliformes y se encuentran altamente
contaminados por materia orgánica de origen fecal (Vásquez-Botello, 2005;
Sierra-Ramírez, 2011). De esta forma, la concentración de coliformes totales varió
entre 3.100 y 48.700 NMP/100 ml y la de fecales entre 1.000 y 4.100 NMP/100 ml.
Las concentraciones máximas se cuantificaron en los humedales Guadalcanai, El
Llanito (coliformes totales) y Madre vieja (Tabla 1). Los valores encontrados sobre
este parámetro indican que podrían darse procesos acelerados de descomposición
de materia orgánica acumulada, lo que puede resultar en bajos niveles de
oxígeno y afectar la funcionalidad ecológica de estos sistemas (Roldán-Pérez &
Ramírez-Restrepo, 2008).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 23

Tabla 1. Valores de las variables físicas y químicas medidas en


los cinco humedales estudiados.

Variable/Humedal RTVC Piamonte Guadalcanai El Llanito Madre Vieja

Temperatura del agua (°C) 22,93 18,55 20,70 20,70 20,00

pH (Unidades de pH) 6,05 6,27 6,48 6,90 6,04

Concentración de oxígeno
1,85 1,54 2,85 3,38 1,91
disuelto (mg/L)

Saturación de oxígeno
27,03 21,65 40,03 34,10 27,40
disuelto (%)

Conductividad eléctrica
40,43 39,40 57,27 101,27 38,20
(µS/cm)

Turbiedad (UNT) 18,63 70,40 46,00 22,70 145,00

Sólidos disueltos totales


49,50 36,50 58,00 72,70 34,00
(mg/L)

Sólidos suspendidos
25,50 56,00 32,00 18,80 127,00
totales (mg/L)

Sólidos totales (mg/L) 75,00 92,50 90,00 91,50 161,00

DQO (mg/L) 29,90 <25,00 <25,00 <25,00 55,80

DBO5 (mg/L) 10,60 2,20 4,42 7,27 12,10

Fósforo total (mgP/L) 0,116 0,117 0,085 0,075 0,188

Ortofosfatos (mgPO4 -3/L) <0,01 0,013 <0,010 0,011 0,015

Nitrógeno Amoniaco
<1,000 <1,000 <1,000 <1,000 <1,000
(mgNH3 -N/L)

Nitratos (mgNO3 -N/L) 1,850 <1,400 <1,400 <1,400 <1,400

Coliformes totales
3100 3100 48700 16900 5200
(NMP/100 ml)

Coliformes fecales (E. coli)


1000 1000 4100 1000 1350
(NMP/100 ml)

El bajo aporte del oxígeno disuelto, de la DBO5 y de la temperatura del agua en


la sumatoria total del índice de calidad del agua (IFSN), fueron determinantes en
la clasificación regular de la calidad del agua en todos los humedales (Figura 2).
24 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

En los sistemas estudiados no es la contaminación por nutrientes ni por sustancias


suspendidas el factor condicionante de su funcionalidad en cuanto a la regulación
de la calidad del agua, sino principalmente la descomposición de materia
orgánica por el estancamiento de las aguas, la baja profundidad y los procesos
de resuspensión de lodos anóxicos. De acuerdo con Guillot-Monroy (2017) la
interpretación de índices multimétricos de calidad del agua debe hacerse teniendo
en cuenta el contexto físico y biótico de cada cuerpo de agua. En el caso de
estos humedales las clasificaciones deberían incluir la proporción de nitrógeno a
fósforo, el área y profundidad del espejo de agua, la presencia y tipo de vegetación
macrofítica, la penetración de la luz y diversas variables morfométricas.

Índice de la Fundación para la Sanidad Nacional (IFSN)


59
Regular Regular
58
Regular
57
56
55
Valor IFSN

54
Regular
53
Regular
52
51
50
49
RTVC Piamonte Guadalcanai El Llanito Madrevieja
Humedales del Oriente

Figura 2. Valores del Índice IFSN en cada humedal.

Carbono y biomasa algal

Por lo general, el fitoplancton de los humedales fue más eficiente en absorber la


energía lumínica para convertirla en energía química, en horas donde la radiación
solar fue mayor (8:00 a 14:00). Por esta razón se puede deducir, que es en esas
horas donde se presentan los valores óptimos de irradiancia para que se den los
procesos fotosintéticos “normales” por parte de los autótrofos. Posiblemente, la
composición pigmentaria y la adaptación cromática del fitoplancton, permiten
que se dé el uso máximo a la irradiancia presente a esa hora del día, pues se
observa que en esas horas las concentraciones de clorofila-a, también alcanzan sus
máximos valores. Aunque en Piamonte, Guadalcanai y El Llanito a las 18:00, cuando
se supone que la radiación solar y la actividad fotosintética debería decrecer, los
valores de PPNmax, fueron altos (Figura 3).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 25

El flujo de energía es uno de los modelos conceptuales que mejor organiza el


conocimiento disponible acerca del funcionamiento de los ecosistemas. Este flujo
de energía se puede interpretar como la circulación de materia dentro del mismo,
en particular las ganancias de carbono (Lurié & Wagensberg, 1979). La energía que
se almacena en los organismos vivos permite hacer frente a los costos energéticos
de absorber y reciclar nutrientes en el ecosistema. Sin estas transformaciones que
ocurren a lo largo del flujo de energía, no serían posibles los sistemas ecológicos
ni la vida (Silvert, 1982). Son quizá los cocientes PPBmax/B y PPNmax/B, los
indicadores que mejor reflejan los flujos de energía de los productores primarios
en los ecosistemas acuáticos (Margalef, 1963), ya que estos cocientes establecen el
flujo de energía por unidad de biomasa y también son utilizados como un indicativo
de la productividad o eficiencia de un sistema, bajo condiciones naturales de luz
(Strickland & Parsons, 1972).

Figura 3. A) Valores medios de las diferentes tasas fotosintéticas calculadas para cada
humedal. B) Valores medios de las diferentes tasas fotosintéticas calculadas para cada
hora de muestreo en el ciclo diurno en cada humedal.
26 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

La mayor eficiencia fotosintética (PPBmax/B), se registró a las 10:00 y 14:00 horas,


esto muestra que la clorofila del fitoplancton está absorbiendo y aprovechando
de una manera eficiente la energía que entra a estos sistemas por medio de luz
solar. Sin embargo, y de acuerdo con (Margalef, 1993), la eficiencia fotosintética
tiene un valor máximo de 25 [mg C (µg Cla.h)-1], y en comunidades planctónicas
de aguas dulce este valor alcanza los 3,70 [mg C (µg Cla.h)-1]. El valor medio
registrado en los humedales fue de 0,01 [mg C (µg Cla.h)-1], y la mayoría de
resultados no excedieron la unidad. Esto indica una baja eficiencia fotosintética
a pesar de que se tiene clorofila en la columna de agua para captar la energía
lumínica. Igualmente, la tasa de renovación (PPNmax/B) fue muy baja.

Esta baja eficiencia y tasa de renovación, pueden estar relacionadas en gran


medida con el carácter polimíctico de los humedales, que no permite que se forme
una zona fótica como tal, donde se albergue una gran cantidad de productores
primarios, por lo que se podría pensar que la mezcla constante de la columna de
agua, se convierte en una perturbación de alta intensidad que afecta de forma
negativa a los productores primarios de estos sistemas. Además, estos dos
cocientes sirven como medida de la madurez y la entropía de los humedales,
ya que si un sistema es poco maduro presenta mucha entropía y viceversa
(Margalef, 1980; Prigogine, 1998).

De esta forma, se puede afirmar que los valores bajos de los dos cocientes reflejan
una alta inmadurez y entropía dentro de la comunidad, y que esta es inestable,
poco compleja y menos compartimentalizada. Según Flos (2005), cuando no
inciden perturbaciones de origen externo al ecosistema, aumentan la madurez,
la estabilidad y a la vez la complejidad. A la tendencia de aumentar la estabilidad
o el estado estable de los sistemas acuáticos, se opone el retorno hacia atrás, o
estados menos maduros, que en los ecosistemas acuáticos suelen seguir a una
intensificación de la turbulencia o de la mezcla vertical (Margalef, 1980).

La relación entre la producción (P) y la respiración (R) (PPNmax/Resmax) expresa


el balance de los procesos metabólicos en términos relativos. Si la Producción
Primaria Neta (PPN) excede a R durante un ciclo diario (P/R > 1), se dice que
existe una entrada neta de energía al sistema y a este se le denomina sistema
autótrofo. Si por el contrario, PPN es menor que R (P/R < 1), existe una pér­dida
neta de energía del sistema y a este se le denomina sistema heterótrofo (Duarte &
Agustí, 1998). Aunque los valores de PPN fueron superiores a los de R, mostrando
que en la mayoría de humedales y horas de muestreo se almacena carbono
para sustentar niveles superiores de la red trófica (Odum, 1969), el cociente
PPNmax/Rmax, que fue menor a la unidad (P/R < 1), en la mayoría de humedales y
horas de muestreo, refleja cuerpos de agua con un metabolismo que tiende a
la heterotrofia y se comportan como una fuente de CO2 (Duarte & Agustí, 1998).
Los sistemas con este tipo de metabolismo se caracterizan por tener fuertes
limitaciones de luz, ser poco profundos y poseer una porción de la zona fótica muy
escaza. Su principal fuente de energía para soportar los siguientes niveles tróficos
proviene del material orgánico generado fuera del sistema: material alóctono.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 27

Este tipo de metabolismo muestra que los humedales han perdido el equilibrio
dinámico o su estado estable, lo cual ocasiona que la PPN tienda a disiparse
totalmente por la acción combinada de la respiración autotrófica y heterotrófica,
quedando poca o ninguna PPN en estos cuerpos de agua. Hipotéticamente,
se esperaría que la inestabilidad de la columna de agua como consecuencia
de su carácter polimíctico, impidiera que el fitoplancton se expandiera, ya
que los sistemas se “resetean” constantemente y, por lo tanto, la sucesión
carecería de oportunidad y de tiempo suficiente para desarrollarse, hasta
generar comunidades muy diversas. Bajo estas condiciones, los humedales
tendrían poca materia orgánica sintetizada a disposición de los siguientes niveles
tróficos, generando poca energía para sustentar todos los procesos biológicos,
incluyendo la dinámica trófica.

Esta hipótesis no se cumple en su totalidad, ya que estos cuerpos de agua


albergan una gran cantidad de organismos pertenecientes a diferentes grupos
(algas, macroinvertebrados, zooplancton, peces y aves), evidenciando que
tienen la energía suficiente para soportar una gran cantidad de niveles tróficos.
La energía necesaria para portar esta gran diversidad, no necesariamente está
cimentada en los productores primarios y su capacidad de convertir las sustancias
inorgánicas a orgánicas; sino, en fuentes externas de energía (alóctonas), o
de otras fuentes dentro del sistema como las macrófitas, muy abundantes en
la mayoría de los humedales. Según Wetzel y Hough (1973), las macrófitas al
reincorporar nutrientes desde el sedimento incrementan su biomasa, la cual
queda disponible para los herbívoros u otro tipo de organismos una vez que
mueren y se descomponen, sirviendo como una de las principales fuentes de
energía para la mayoría de niveles tróficos, y como refugio de diversas clorofitas,
del fitoplancton y del perifiton en general.

Funcionalidad Ecológica: servicio de regulación en el mantenimiento del


hábitat y la diversidad hidrobiológica

Mantenimiento del Hábitat

De acuerdo con el Índice de Jaccard, los humedales analizados ofrecen una


amplia heterogeneidad de hábitats, pues la similaridad en la composición entre
los cinco humedales fue muy baja para los tres grupos biológicos analizados
(< a 0,50 para el fitoplancton, < 0,3 para el zooplancton y < 0,4 para
los macroinvertebrados). A pesar de que los humedales son cercanos
geográficamente y tienen las mismas condiciones altitudinales, tienden a
comportarse como un hábitat particular (Begon, et al., 2006), que provee muchos
nichos diferentes y genera una magnitud alta de cambio en la composición de
las especies entre los diferentes paisajes (Whittakker, 1977), incrementando la
biodiversidad a nivel regional.
28 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

De acuerdo con el índice BMWP/Col, la calidad del hábitat para los


macroinvertebrados acuáticos es crítica, con aguas muy contaminadas (Clase
V), en los humedales Piamonte, El Llanito y RTVC; mientras que en Madre Vieja
y Guadalcanai es dudosa (Clase III), con aguas moderadamente contaminadas
(Figura 4). La amplia heterogeneidad de microhábitats (como presencia de
pastos en la orilla, macrófitas flotantes, enraizadas y emergentes) en Madre Vieja
y Guadalcanai, favoreció una mayor riqueza taxonómica de familias, dentro de las
cuales hay indicadoras de aguas limpias y medianamente contaminadas.

Figura 4. Valores del Índice BMWP/Col en cada humedal.

Mantenimiento de la diversidad taxonómica

Los humedales analizados evidencian una importante funcionalidad ecológica


al albergar una alta diversidad taxonómica, especialmente de organismos
planctónicos. En una sola campaña de muestreo fueron registrados en total 128
taxones de fitoplancton agrupados en 87 géneros, 56 familias, 32 órdenes, 14
clases, ocho divisiones y 71 taxones de zooplancton (incluye dos estadios larvales
de copépodos: nauplios y copepoditos de Cyclopoida). Estos agrupados en 37
géneros, 26 familias, seis órdenes, tres clases y dos phylum (Rotifera y Arthropoda).
Se recolectaron además 35 géneros de macroinvertebrados, distribuidos en 24
familias, diez órdenes, seis clases y cuatro phylum (Annelida, Arthropoda, Mollusca
y Platyhelminthes).

Los descriptores de estructura de las comunidades, indican que los humedales


analizados generan una función óptima en la regulación de la diversidad,
al proporcionar una alta disponibilidad de hábitat y de recursos para el
establecimiento de numerosos entes taxonómicos, pues la riqueza específica varió
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 29

entre 40 y 94 taxones de fitoplancton (promedio= 67 taxones). Dentro de los cuales


la riqueza genérica osciló entre 32 y 61 (promedio 50 géneros), 15 y 50 taxones de
zooplancton (promedio = 27 taxones) y seis y 23 taxones de macroinvertebrados
(promedio = 13 taxones).

Al comparar la riqueza algal hallada en estos humedales con la de sistemas


similares, se corrobora que los resultados aquí reportados son altos, pues en
humedales urbanos de la sabana de Bogotá se registraron entre 33 y 35 géneros
(aunque pertenecientes al ficoperifiton y no al fitoplancton) (Jiménez-Ariza, 2017).
Por otro lado, en 13 humedales del Oriente antioqueño, evaluados entre 2017
y 2018 (entre los que se encuentran los aquí analizados, excepto Piamonte) se
hallaron entre 16 y 60 géneros de fitoplancton (promedio 30 géneros) (García-
Duque et al., 2018 c).

La riqueza zooplanctónica es similar a la reportada por García-Duque et al. (2018


c) en humedales urbanos del Oriente antioqueño, donde se hallaron entre 14 y 40
taxones en los humedales de este estudio (excepto Piamonte) y ocho humedales
más. En RTVC y Guadalcanai fue acorde a la hallada en humedales urbanos como
Santa María del Lago en Bogotá, donde se registró una comunidad zooplanctónica
compuesta por 34 taxones (Pérez-Porras, 2009).

La riqueza de macroinvertebrados es comparable con la reportada por Rivera-Usme


et al. (2013) en un humedal de la sabana de Bogotá (Colombia). Quienes en siete
sitios de muestreo registraron una riqueza que osciló entre seis y 16 taxones. De
igual manera, para tres humedales de esta misma región, Guillot-Monroy (2017),
registró valores de riqueza que estuvieron entre 27 y 35 taxones. García-Duque
et al. (2018 c), registraron entre siete y 41 taxones en 13 humedales del Oriente
antioqueño (entre los que se encuentran los aquí evaluados, excepto Piamonte).

La diversidad presentó valores entre 2,97 y 3,78 Nats/ind (promedio 3,18 Nats/ind)
para el fitoplancton. Entre 1,43 y 3,07 Nats/ind (promedio = 2,17 Nats/ind) para
el zooplancton y entre 0,98 y 2,63 Nats/ind (promedio = 1,83 Nats/ind) para los
macroinvertebrados. Teniendo en cuenta que normalmente el índice de Shannon
oscila entre 1,00 y 2,40 Nats/ind y rara vez sobrepasa los 3,12 Nats/ind (Margalef,
1983), la diversidad registrada se ubica en un rango medio alto. Así mismo (Hewitt,
1991), indica que, para el fitoplancton, valores de diversidad a partir de 3,0 Nats/
ind pueden considerarse altos. Los del zooplancton se consideran en un rango
medio de acuerdo con lo hallado por Pérez-Porras (2009) en otro humedal urbano.

Los valores de diversidad de los macroinvertebrados concuerdan con los obtenidos


en otros estudios de humedales de la zona, como el de Quijano et al. (2018), los
cuales estuvieron entre 0,77 y 2,69 Nats/ind, y se puden considerar superiores a
los registrados en un humedal de la sabana de Bogotá, que oscilaron entre 0,65
y 2,49 Nats/ind (Rivera-Usme et al., 2013).
30 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Los resultados de los índices de equidad (promedio > 0,6) y dominancia


(promedio < 0,3) corroboran la oferta heterogénea de recursos que proveen
estos humedales. Este fenómeno genera una distribución equitativa de las
poblaciones, con un aprovechamiento similar de estos por parte de los taxones
que conforman dichas comunidades; por lo que en la mayoría de los casos
predominan las relaciones de coexistencia, reflejando una buena condición
ecológica para estos grupos biológicos.

Este resultado puede estar favorecido por la mayor oferta de nicho ofrecida por
las plantas acuáticas y su biota asociada, la materia orgánica generada por su
descomposición y el resto del material autóctono, así como por el material orgánico
de fuentes alóctonas (Rodríguez-Garzón & Pinilla-Agudelo, 2017).

A pesar de que sus aguas fueron catalogadas como de calidad regular según el
IFSN y de calidad dudosa según el BMWP, el humedal Madre Vieja ofreció una
mejor función ecosistémica en cuanto al servicio de regulación de la diversidad
algal y de macroinvertebrados, más no para la del zooplancton, pues allí este
grupo presentó la menor diversidad taxonómica, mientras la mayor la alcanzó el
humedal Guadalcanai.

En Madre Vieja, la amplia cobertura vegetal conformada por una gran cantidad
de pastos en la orilla, macrófitas flotantes, enraizadas y emergentes favoreció la
disponibilidad de refugio y alimento para las poblaciones de macroinvertebrados,
pues los sustratos de origen orgánico como raíces de macrófitas, hojarasca, ramas,
pastos (asociados a los terrenos aledaños a los cuerpos de agua), macroalgas y
otras hidrófitas vasculares, propician el aumento en la diversidad de especies
de este grupo, al generar mayor área superficial potencialmente colonizable
(Quirós-Rodríguez et al., 2010). Además, en el caso de las algas, la presencia de
vegetación acuática incrementa la diversidad y abundancia del ficoperifiton, el cual,
por acción mecánica del agua y el viento, entre otros factores, puede desprenderse
y pasar a hacer parte del fitoplancton (Oliveira-Martins, 2006).

Adicionalmente, O’Farrell et al. (2003) y Sinistro et al. (2006) indican que, en


ambientes con cobertura fluctuante (no permanente) de plantas acuáticas
flotantes libres, la diversidad fitoplanctónica es alta, especialmente de organismos
heterotróficos y mixotróficos. Por el contrario, para el zooplancton las macrófitas
que contienen altas cantidades de macroinvertebrados, como las de este humedal,
implican un alto riesgo de depredación (González-Sagrario et al., 2009).

En Guadalcanai, la amplitud y permanencia del espejo de agua pueden ser factores


diferenciadores sobre la colonización de poblaciones del zooplancton (Quijano
et al., 2008), que además permiten la dominancia de organismos de hábitos
planctónicos, como el caso de Polyarthra. En los otros cuatro humedales los taxones
más abundantes viven principalmente en la zona litoral, el sedimento y los tallos
de plantas acuáticas (Jersabek, 2022; Koste y Paggi, 1982; Nogrady et al., 1993).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 31

Mantenimiento de la diversidad funcional

Entre los fitoplancteres de mayor frecuencia y densidad (dominantes) en los


humedales objeto de estudio, se encontraron seis de los siete grupos de
fitoplancton definidos por Kruk et al. (2009 a) en la clasificación funcional basada
en la morfología (Figura 5):

Grupo I. Organismos pequeños con alta relación S/V. Planktolyngbya spp.,


Crucigeniella spp., Monoraphidium spp. y Merismopedia spp. Tienen rápidas
tasas de crecimiento y reproducción, frecuentemente dominantes en densidad,
aunque, debido a su pequeño tamaño, rara vez alcanzan biomasas altas. Son
altamente vulnerables al consumo por herbívoros, pero sus poblaciones se
restablecen fácilmente.

Grupo II. Pequeños organismos flagelados con estructuras exoesqueléticas


silíceas. Mallomonas spp. Generalmente presentan biomasa baja y moderada
a alta tasa de consumo.

Grupo IV. Organismos de tamaño medio que carecen de rasgos especializados.


Closterium. aff. limneticum y Scenedesmus aff. linearis. Presentan tolerancia
moderada a la limitación por luz y nutrientes y grandes pérdidas por herbivoría.

Grupo V. Flagelados unicelulares de tamaño medio a grande. Grupo con


las especies de mayor frecuencia en los humedales: Chlamydomonas spp.,
Cryptomonas spp., Euglena aff. proxima, Lepocinclis aff. acus, Monomorphina
spp., Phacus aff. circulatus y Trachelomonas aff. volvocina. En general, toleran
condiciones limitadas de luz y nutrientes y pueden dominar en sistemas
con abundante materia orgánica. Son moderada, a altamente vulnerables a
la herbivoría.

Grupo VI. Organismos no flagelados con exoesqueletos silíceos. División


Bacillariophyta: Cyclotella spp., Eunotia spp., Gomphonema sp. 1, Nitzschia
spp. y Ulnaria spp. Requieren concentraciones moderadas de silicato y su
vulnerabilidad al consumo es moderada.

Grupo VII. Grandes colonias mucilaginosas. Nephrocytium spp. Prefieren


temperaturas superficiales altas y sistemas con alto estado trófico, poco
profundos o estratificados. Cuando alcanzan alta biomasa poblacional (que
no es el caso observado en este estudio), pueden llegar a ser notoriamente
molestas en los ecosistemas. Son poco consumidas por herbívoros.

Generalmente, los fitoplancteres que hacen parte de los grupos I, II, IV, V y VI,
presentan bajas biomasas, por lo que rara vez suponen amenazas serias para la
calidad del agua Kruk et al. (2009 a).
32 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Figura 5. Grupos funcionales del fitoplancton registrados en los cinco


humedales estudiados.

La amplia oferta trófica de los humedales permite que el zooplancton allí presente
se clasifique dentro de cuatro grupos diferentes (Figura 6), de acuerdo con el tipo
de alimentación establecido por Braghin et al. (2018) así:

Filtradores. Grupo más frecuente, diverso y abundante en los humedales.


Rotíferos de los géneros Collotheca, Conochilus, Filinia, Brachionus, Kellicotia,
Keratella, Epiphanes, Dipleuchlanis, Lecane, Colurella, Lepadella, Mytilina,
Ploesoma, Polyarthra, Synchaeta, Testudinella y Trichotria, y los Bdelloideos.
Pequeños y medianos cladóceros de los géneros Bosmina, Bosminopsis,
Ilyocriptus y Moina, y grandes cladóceros del género Daphnia. Filtran
directamente del agua algas, bacterias y/o detritos (Colé, 1983; Jersabek, 2022).

Succionadores. Rotíferos de los géneros Ascomorpha, Monommata,


Notommata y Trichocerca (uno de los géneros con mayor diversidad de
especies en los humedales), que gracias a su trofi virgado succionan fluídos
de diferentes tipos de células algales (De Paggi et al., 2020).

Depredadores. Rotíferos de los géneros Dicranophoroides e Itura. Dentro


de sus presas se encuentran protozoos, nemátodos y otros rotíferos (Ricci
& Balsamo, 2020).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 33

Raspadores. Cladóceros bentónicos de los géneros Ephemeroporus y


Macrotrhix. Con setas raspadoras en sus patas, se especializan para rastrillar
partículas de alimentos adheridos a diferentes tipos de sustratos, como
podrían ser los tallos de las plantas acuáticas de los humedales (Dumont &
Silva-Briano, 1998; Yalım & Çıplak, 2010).

Figura 6. Grupos funcionales del zooplancton registrados


en los cinco humedales estudiados.

Los macroinvertebrados también presentaron una amplia diversidad funcional,


clasificándose dentro de seis grupos (Figura 7) establecidos de acuerdo con sus
relaciones tróficas (o hábitos tróficos) (Hanson et al., 2010; Linares et al., 2018;
Merrit et al., 2008).

Depredadores. Los odonatos Acanthagrion sp., Enallagma sp., Erythrodiplax


sp., Ischnura sp. y Micrathyria sp.; los hemípteros Pelocoris sp., Potamobates sp.
y Notonecta sp.; los coleópteros Celina sp., Hydrocanthus sp., Neobidessus sp.,
Pachydrus sp., Ranthus sp. y Staphylinidae sp. Otros grupos como los anélidos
Helobdella sp. y los platelmintos Dugesia sp., principalmente carroñeros.
Cazadores activos y/o carroñeros que se alimentan del zooplancton, otros
macroinvertebrados y restos de materia orgánica de origen animal.
34 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Fragmentadores. Isópodos de la familia Asellidae sp. Trituran y aprovechan


el material vegetal acumulado.

Filtradores. Ostrácodos del orden Podocopida. Se alimentan de material


orgánico en suspensión.

Perforadores. Los coleópteros Tropisternus sp. y los hemípteros Heterocorixa sp.


Generalmente succionan tejidos vegetales y savia de raíces y tallos de plantas.

Raspadores. Los moluscos Physella sp., Pseudosuccinea sp. y Drepanotrema


sp. Mediante estructuras bucales especializadas, raspan materia orgánica
acumulada en la superficie de los sustratos.

Recolectores. Dípteros de la familia Chironomidae sp., los coleópteros


Helochares sp. y los colémbolos Isotomidae sp. Recogen partículas de materia
orgánica generalmente de origen vegetal.

Figura 7. Grupos funcionales de macroinvertebrados


registrados en los cinco humedales estudiados.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 35

Relaciones ecológicas

Los taxones que mejor se adaptaron a las condiciones de hábitat ofrecidas por los
humedales fueron, para el fitoplancton, Cryptomonas spp. en el humedal RTVC,
Chlamydomonas spp. en el humedal Piamonte, Trachelomonas aff. volvocina en
Guadalcanai, Merismopedia spp. en El Llanito y Nitzschia spp. en Madre Vieja.
Estos taxones en general, son tolerantes a una amplia variedad de condiciones
ambientales y nutricionales, colonizan ambientes de pequeño tamaño, turbios,
con moderadas concentraciones de nutrientes y altas concentraciones de materia
orgánica (John et al., 2002; Meichttry de Zaburlín et al., 2013; Rodríguez et al.,
2005; Wołowski, 1998). Particularmente Cryptomonas spp. se ve favorecida
por su capacidad heterotrófica facultativa (Hernández-Atilano et al., 2008) y
Nitzschia porque tiene una alta relación superficie/volumen, que mejora su
capacidad de flotación y el aprovechamiento de los recursos (luz y nutrientes).
Además, se beneficia de los procesos de mezcla para mantenerse en la zona
fótica (Stevenson et al., 1996).

Dentro del zooplancton los taxones mejor adaptados pertenecen al grupo de


los filtradores. Estos fueron: Filinia longiseta y Lecane curvicornis en RTVC, los
Bdelloideos en Piamonte y Madre Vieja, Polyarthra sp. en Guadalcanai y Collotheca
sp. en El Llanito. El microhábitat de estos taxones, excepto Polyarthra sp., que
es planctónico, es la zona litoral, el sedimento y los tallos de plantas acuáticas,
además pueden adherirse a diferentes sustratos, entre los que se encuentran
plantas sumergidas o algas.

Al igual que las algas más abundantes, estos organismos también proliferan en
lugares con tasas altas de descomposición de materia orgánica y concentraciones
entre medias y altas de nutrientes (Jersabek, 2022; Koste & Paggi, 1982; Nogrady et
al., 1993). Pueden alimentarse de recursos altamente disponibles en los humedales,
como las algas flageladas Cryptomonas spp., Euglena y Trachelomonas, entre otras
(Colé, 1983). F. longiseta, también se alimenta de bacterias y detritos (Jersabek,
2022). En general, el zooplancton también puede constituir una fuente de alimento
importante para los macroinvertebrados, en especial para insectos depredadores
como odonatos (Micrathyria sp., Ischnura sp., Erythrodiplax sp. y Acanthagrion
sp.), coleópteros (Hydrocanthus sp., Neobidessus sp. y Celina sp.) y hemípteros
(Pelocoris sp., Potamobates sp. y Notonecta sp.) (Figura 8).

Los macroinvertebrados de mayor abundancia fueron las larvas de dípteros


de la subfamilia Chironominae sp. (Chironomidae) en RTVC y Piamonte, los
isópodos de la familia Asellidae sp. en Guadalcanai, los anélidos Helobdella sp.
(Rhynchobdellida) en El Llanito, aunque con muy baja abundancia y el coleóptero
Hydrocanthus sp. en Madre Vieja. En general, habitan en sitios con acumulación
de materia orgánica entre la vegetación acuática, en raíces de plantas sumergidas
o en aguas someras con acumulación de material vegetal en las orillas y el fondo
(Archangelsky et al., 2009; Paggi, 2009; Roldán, 1988).
36 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Particularmente, las larvas de dípteros de la familia Chironomidae, pueden


adaptarse fácilmente a aguas con bajas concentraciones de oxígeno, como las de
los humedales (Paggi, 2009; Trivinho-Strixino, 2014). Las sanguijuelas Helobdella sp.
se alimentan de carroña o depredan a otros macroinvertebrados pequeños, aunque
también pueden ser ectoparásitos de peces y algunos anfibios (Hanson et al.,
2010; Roldán-Pérez & Ramírez-Restrepo, 2008). Dentro de los macroinvertebrados
hallados, algunos odonatos, coleópteros hemípteros, dípteros, anélidos y moluscos
constituyen un importante ítem alimenticio en la dieta de muchas aves (Hanson
et al., 2010) (Figura 8).

Figura 8. Relaciones ecológicas en los humedales estudiados.

Conclusiones

Los resultados de este estudio muestran que, a pesar de que la calidad del
agua de los humedales estudiados no permite su uso para la mayoría de las
destinaciones humanas y que su metabolismo es principalmente heterotrófico,
su función biogeoquímica, no comparable con la de otros ecosistemas acuáticos
como ríos y lagos profundos, soporta la vida de muchas comunidades acuáticas,
las que a su vez posibilitan el mantenimiento de varios grupos de fauna y flora en
estos ecosistemas estratégicos, generando una red trófica con una gran cantidad
de eslabones.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 37

Además, se evidencia a estos ecosistemas como reguladores de los hábitats que


soportan una gran diversidad de estas comunidades, en especial por la presencia
de vegetación acuática, que se convierte en un refugio fundamental y en una de
las principales fuentes de alimento. Así, la función ecológica de estos humedales
es primordial para el equilibrio del ecosistema y de su preservación dependen
no solo las comunidades acuáticas, sino gran parte de las comunidades terrestres
a su alrededor.

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Capítulo 2
Los bancos de semillas como indicadores en los
procesos de sucesión natural de los humedales
del altiplano del Oriente antioqueño y su
utilidad en la restauración ecológica
Los bancos de semillas como indicadores en los
procesos de sucesión natural de los humedales
del altiplano del Oriente antioqueño y
su utilidad en la restauración ecológica
Daniela Cardona-Alzate1,2, Daniela Salazar-Suaza1,4, Mario Alberto Quijano-
Abril1,2 y José Miguel Rojas-Villa1,3.

Introducción

Los humedales son ecosistemas estratégicos de vital importancia en los procesos


de regulación hídrica, brindan gran cantidad de servicios ecosistémicos a los seres
humanos y representan el hábitat de una amplia diversidad de especies (Mitsch
& Gossilink, 2000). En el altiplano del Oriente antioqueño, estos ecosistemas han
sufrido perturbaciones de diferentes orígenes debido a las actividades antrópicas,
las cuales están asociadas a los cambios en la composición de diversas especies
propias de los humedales y a su desaparición parcial o total (Salazar-Suaza &
Quijano-Abril, 2020). Un componente biótico de gran importancia en estos
ecosistemas es la vegetación acuática, debido a diferentes factores como su
productividad primaria, filtración de sedimentos y sustancias tóxicas, sumado a
esto, su capacidad de brindar refugio, así como hábitat y alimento a diferentes
especies de fauna (Bornette & Puijalon, 2011; Cook, 1996; Sculthorpe, 1967;
Yu et al., 2019).

1
Grupo de Investigación Estudios Florísticos, Herbario Universidad católica de Oriente.
2
Facultad de Ingeniería, Universidad Católica de Oriente.
3
Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad Católica de Oriente.
4
Facultad de Ciencias, Pontificia Universidad Javeriana.
48 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

El surgimiento de los hábitos de crecimiento acuático ha sido propiciado por el


desarrollo de estructuras morfológicas y anatómicas peculiares, que les permite
a estas plantas desarrollar su ciclo de vida bajo inundación transitoria o constante
(Arber, 1920). Ningún otro grupo de plantas presenta una diversidad tan amplia
de formas de reproducirse como lo exhiben las plantas acuáticas, en ellas es
posible observar múltiples sistemas de propagación, que van desde el desarrollo
de semillas, hasta la reproducción clonal, que puede ser más eficiente que en
plantas que habitan ecosistemas terrestres (Barrett et al., 1993). Una proporción
considerable de plantas acuáticas tiene frutos indehiscentes, uniseminados en
forma de aquenios, permitiendo que los embriones estén protegidos, tanto por
el pericarpio como por la cubierta seminal, lo cual, es posiblemente un rasgo
funcional que les permite resistir la putrefacción y evitar el deterioro del embrión,
al estar latentes y sumergidas en el agua por un prolongado periodo de tiempo
(Marloth, 1883). La predominancia entre plantas acuáticas de tener semillas que
presentan cubiertas seminales elaboradas e impermeables, sugiere que plantas
sin la capacidad de generar una adecuada protección de los embriones, son
incapaces de sobrevivir en un ecosistema acuático (Arber, 1920).

La impermeabilidad de las semillas y el tiempo que permanecen sumergidas en


el agua son factores que promueven el retraso de la germinación y propician el
desarrollo de latencia seminal (Arber, 1920). La latencia es un fenómeno que regula
el tiempo de germinación de las semillas, mientras se da el desarrollo adecuado
de los tejidos que forman el embrión. En este último suceden modificaciones
morfológicas, anatómicas, fisiológicas, bioquímicas, epigenéticas, entre otras
que permiten la emergencia de la radícula y el posterior establecimiento de
la plántula en un ambiente adecuado (Baskin & Baskin, 2014). De acuerdo con
Baskin & Baskin (2004), existen cinco clases de latencia que pueden exhibir las
semillas: PD = latencia fisiológica, PY = latencia física, MD = latencia morfológica,
MPD = latencia morfo–fisiológica y PY + PD = latencia combinada. Estas son
determinadas por la permeabilidad o impermeabilidad de la cubierta seminal
al agua, si el embrión es desarrollado o subdesarrollado, si el embrión está
fisiológicamente latente o no y por el Tiempo Medio de Germinación de las
semillas (TMG) (Baskin & Baskin, 1989).

La mayoría de Angiospermas acuáticas desarrollan semillas con latencia


prolongada, lo cual facilita que muchas de ellas resistan largos periodos de
tiempo flotando en el agua o almacenadas en el sedimento de los humedales
formando bancos de semillas (Arber, 1920; Cronk & Fennessy, 2001). Un banco
de semillas es una colección de semillas viables almacenadas en el suelo de un
ecosistema con un alto potencial de regeneración (He et al., 2016), diferentes
autores sugieren que el banco de semillas es un importante recurso para la
potencial restauración de los humedales (Hong et al., 2012; Smith et al., 2002).
Sin embargo, la biología reproductiva de la vegetación acuática es compleja y
no se ha estudiado a profundidad. Por lo general, estas plantas se reproducen
vegetativamente, y existen pocos estudios donde se incluyan aspectos sobre la
reproducción sexual y sus bancos de semillas (Eckert et al., 2016).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 49

Aunque en los últimos años se han realizado trabajos de caracterización de la


flora acuática y su composición, con miras a la conservación de los humedales del
Oriente antioqueño (Posada & López, 2011; Salazar-Suaza & Quijano-Abril, 2020),
poco se conoce sobre la diversidad y composición de especies en los bancos de
semillas de estos ecosistemas. Asimismo, existe poca información relacionada
con las características morfológicas, anatómicas y las clases de latencia que
pueden desarrollar las semillas de las plantas que habitan allí. Estos aspectos
requieren mayor atención, sobre todo para poder comprender los procesos de
regeneración natural en este tipo de ecosistemas y tomar decisiones para su
restauración o rehabilitación.

En este capítulo se pretende estudiar la morfología y anatomía de las semillas


que conforman bancos en los suelos de humedales del altiplano del Oriente
antioqueño. Asimismo, se analizará cuales, y qué tipo de especies depositan
a largo plazo sus semillas en el suelo y cómo este fenómeno podría ser un
insumo importante para entender dinámicas de restauración ecológica, así como
fenómenos de sucesión vegetal en estos ambientes.

Materiales y métodos

Descripción del área de estudio

El presente trabajo se desarrolló en el altiplano del Oriente antioqueño, a lo largo


de la cuenca del río Negro, una de las zonas con mayor crecimiento urbanístico
del departamento. Para realizar el presente estudio, fueron seleccionados un total
de cuatro humedales pertenecientes a los municipios de Rionegro (3) y Marinilla
(1) (Figura 1). Estos ecosistemas estratégicos se encuentran ubicados en zonas
urbanas y rurales a altitudes desde los 2.120 hasta los 2.250 msnm, algunos de
ellos son naturales, mientras que otros han sido creados de manera artificial por
minería aluvial (Salazar-Suaza & Quijano-Abril, 2020).

Humedal Guadalcanai (HG): este humedal de origen artificial se encuentra


ubicado en una zona semiurbana del municipio de Rionegro (Figura 1A). Su
composición florística está dominada por especies de hábito flotante enraizado
en mayor medida como Nymphaea elegans Hook, Bacopa salzmannii (Benth.)
Wettst. ex Edwall y Ludwigia palustris (L.) Elliott. A su vez, presenta especies de
hábito arraigado emergente dominantes como Cyperus luzulae (L.) Rottb. ex
Retz, Polygonum punctatum Elliot, Leersia hexandra Sw y Eleocharis elegans
(Kunth) Roem & Schult.

Humedal RTVC (RTVC): este humedal de origen natural se encuentra ubicado en


una zona rural del municipio de Marinilla (Figura 1B). Su composición florística
está dominada por especies de hábito flotante enraizado y flotante libre como
Nymphaea elegans y Utricularia gibba L. A su vez, presenta especies de hábito
arraigado emergente dominantes como Rhynchospora corymbosa (L.) Britton,
Proserpinaca palustris L, Centella asiatica (L.) Urb y Eleocharis montana (Kunth)
Roem & Schult.
50 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Humedal El Llanito (HLL): este humedal de origen artificial se encuentra ubicado


en una zona urbana del municipio de Rionegro (Figura 1C). Su composición
florística está dominada por especies de hábito flotante enraizado como
Nymphaea elegans y Bacopa salzmanii. A su vez, presenta especies de hábito
arraigado emergente muy dominantes como Juncus microcephalus Kunth,
Polygonum punctatum, Eleocharis elegans, Eleocharis filiculmis Kunth y
Rhynchospora corymbosa.

Humedal Madre Vieja (MV): este humedal de origen natural se encuentra ubicado
en una zona semiurbana del municipio de Rionegro (Figura 1D). Su composición
florística está dominada por especies de hábito flotante enraizado y flotante
libre como Nymphaea elegans, Myriophyllum aquaticum (Vell.) Verdc y Eichhornia
crassipes (Mart.) Solms. A su vez, presenta especies de hábito arraigado
emergente dominantes Hedychium coronarium J. Koenig, Cyperus papyrus L. y
Ludwigia peploides (Kunth) P.H. Raven.

Figura 1. Zonas donde se llevó a cabo el estudio. A. Humedal Guadalcanai,


B. Humedal RTVC, C. Humedal El Llanito, D. Humedal Madre Vieja.

Muestreo de los bancos de semillas y ensayos de germinación

El muestreo fue realizado en el límite de la zona de transición acuático-terrestre,


la cual se define como un ecotono presente en una planicie de inundación donde
la tierra y el agua están conectados por una frontera móvil, regida por el nivel del
agua (Dgebuadze & Gladyshev, 2016; Junk et al., 2011). En esta zona se realizaron
10 parcelas aleatorias con un cuadrante de 0,5 x 0,5 m, teniendo presente los
diversos fragmentos de vegetación y tratando de cubrir la mayor área posible de
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 51

cada humedal. Asimismo, se realizó la caracterización del porcentaje de cobertura


de las especies presentes en cada parcela. El banco de semillas fue evaluado por
medio de la metodología utilizada por Montenegro et al. (2006), donde se utilizó el
método de emergencia de plántulas. Para esto se tomaron submuestras de suelo
con un barreno en cada parcela, las cuales fueron agrupadas y homogeneizadas
en una sola muestra (Bigwood & Inouye, 1988). Posteriormente, las muestras de
suelo del banco de semillas se llevaron al vivero donde se colocaron en bandejas
de germinación y donde se extrajo el material orgánico de mayor tamaño.
Además, las bandejas tuvieron un riego constante mediante un sistema de
nebulización, garantizando que las muestras se mantuvieran húmedas el mayor
tiempo posible. Se colectaron también muestras de estructuras reproductivas
de las especies presentes al interior de los cuadrantes para realizar ensayos de
germinación y facilitar la determinación de las especies que fueran emergiendo
de las bandejas, estas semillas fueron sembradas en cajas de Petri usando fibra de
coco como sustrato. Se usaron tres réplicas de siembra por especie y 50 semillas
por réplica. En cada réplica se hizo un monitoreo contante de la germinación
durante cuatro meses y se estimó el Tiempo Medio de Germinación (TMG) de
las semillas por especie. Finalmente, se tomaron muestras de suelo en cada uno
de los humedales para realizar análisis físicos.

Caracterización anatómica de semillas

Para la caracterización anatómica se seleccionaron frutos y semillas de cuatro


especies (Nymphaea elegans, Eleocharis elegans, Juncus microcephalus y
Persicaria punctata), ya que fueron las más representativas en los bancos de
semillas. Semillas y frutos fueron fijados al FAA (Formaldehido, Ácido acético y
Etanol) (Johansen, 1940). Se deshidrataron en series ascendentes de etanol (70%,
80%, 90% y 100%) y se infiltraron en parafina Paraplast®. Las secciones anatómicas
se hicieron con un micrótomo rotatorio Leica RM2125 y fueron visualizadas a
través de un microscopio óptico Olympus CX31. Todas las placas fueron teñidas
con Safranina-Azul de Alcian (Fasga) (Tolivia & Tolivia, 1987). A nivel anatómico
se tuvieron en cuenta múltiples caracteres descriptivos de los tegumentos, el
pericarpio, el endospermo y el embrión. La terminología empleada para las
descripciones será tomada de Corner (1976), Martin (1946) y Stearn (1983).

Determinación de las clases de latencia

Para la asignación de las clases de latencia, fueron tomados en cuenta los


resultados obtenidos de los ensayos de germinación y la caracterización
anatómica. En este sentido, una semilla se consideró latente si su TMG supera
30 días y si caracteres relacionados al embrión y los tegumentos exhiben los
patrones necesarios para asignar una clase de latencia, siguiendo la clave
propuesta por (Baskin & Baskin, 2014), la cual agrupa las semillas latentes en
cinco grupos: semillas con latencia física (PY), especies con capas de semillas
52 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

impermeables, embriones bien desarrollados y no latentes; latencia morfológica


(MD), especies con semillas que contienen embriones no desarrollados y un
TMG de <30 días; latencia morfofisiológica (MPD), con semillas que contienen
embriones no desarrollados y un TMG >30 días; latencia fisiológica (PD), semillas
que son permeables al agua, con embriones bien desarrollados y un TMG >30
días; y latencia combinada (PY + PD), semillas que son impermeables al agua y
tienen una latencia fisiológica.

Análisis de datos

Para el análisis de la información se utilizaron diferentes índices de diversidad


(Riqueza, Shannon H’, Dominancia – D Simpson) y los números efectivos de Hills
(Q0, Q1, Q2). El índice de diversidad Q0 representa la riqueza del ecosistema, el
cual, es el número efectivo de especies que se encontró en el sitio de muestreo.
Q1 significa la equivalencia de las especies en común dentro de una comunidad
y Q2 la equivalencia de las especies dominantes, así mismo, se puede interpretar
como el número de especies más abundantes (Chao et al., 2012). Se hicieron
regresiones lineales y no lineales para analizar la relación existente entre la
densidad aparente de los sedimentos y la diversidad, abundancia y dominancia
de especies en los cuatro ecosistemas. Todos los datos fueron analizados con
el software estadístico Past versión 4,03 (Hammer et al., 2001).

Resultados

Diversidad de especies en los bancos de semillas obtenidos para cada humedal

Los bancos de semillas registrados en los diferentes humedales estudiados


estuvieron constituidos por 13 familias, 16 géneros y 25 especies. Se obtuvo
una mayor representación de las familias Cyperaceae (33%), Poaceae (22%),
Onagraceae (15%), Polygonaceae (11%), Lythraceae (11%) y Juncaceae (8%)
(Figura 2A). Por otro lado, los géneros más representativos fueron Eleocharis
(28%), Ludwigia (22%), Persicaria (17%), Juncus (11%), Cyperus (11%) y Carex (11%)
(Figura 2B). En relación con la abundancia de las especies en los bancos de
semillas, se obtuvo que el humedal Madre Vieja presentó el mayor número de
emergencia de plántulas (832 plántulas), con una representatividad importante
de la familia Onagraceae (265 plántulas), mientras que, el humedal con menor
abundancia de especies fue el humedal Guadalcanai con 260 plántulas, siendo
la familia Polygonaceae la menos abundante (1 plántula).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 53

Figura 2. Familias, géneros y especies representativas en los humedales estudiados.


A. Porcentaje de las familias más representativas, B. Porcentaje de los géneros
más representativos.

El humedal El Llanito presentó la mayor riqueza en los bancos de semillas con 18


especies, mientras que el humedal Guadalcanai registró la menor riqueza con
14 especies, respectivamente. El índice de dominancia de Simpson presentó
variaciones bajas entre 0,09963 y 0,3017, donde las especies de Ludwigia palustris,
Nymphaea elegans y el género Eleocharis fueron las de mayor representación
con 457, 300 y 144 plántulas, respectivamente. El índice de diversidad de Shannon
presentó resultados óptimos en los humedales de El Llanito, Madre vieja y RTVC,
dado que su variación se presentó entre 2,074 y 2,475 (Tabla 1). Caso contrario
ocurre en el humedal Guadalcanai, el cual presentó valores bajos de diversidad
con un resultado de 1,672. Por otro lado, el humedal con mayor equivalencia
de especies en común (Q1) es RTVC con 11 especies y el que obtuvo menor
equivalencia fue el humedal Guadalcanai con 3 especies. Posteriormente, los
resultados obtenidos para Q2 arrojaron que el humedal con especies más
abundantes es RTVC (10 especies) y el humedal con menos especies abundantes
fue Guadalcanai (3 especies) (Tabla 2).

Tabla 1. Índices que representan la diversidad Beta


en los cuatro humedales estudiados.

Índices HLL HG MV RTVC

Riqueza 18 14 17 16

Abundancia 553 260 832 281

Dominance_D 0,1251 0,3017 0,1533 0,09963

Shannon_H 2,273 1,672 2,074 2,475

HLL = humedal El Llanito, HG = Humedal Guadalcanai, MV = Humedal Madre Vieja,


RTVC = Humedal RTVC.
54 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Tabla 2. Índices que representan la diversidad Alfa


en los cuatro humedales estudiados.

Alpha HLL HG MV RTVC

Q0 18 14 17 16

Q1 9,7041 5,3219 7,9543 11,883

Q2 7,9931 3,3141 6,5222 10,037

HLL = humedal El Llanito, HG = Humedal Guadalcanai, MV = Humedal Madre Vieja,


RTVC = Humedal RTVC.

Relación de la física del sedimento con los bancos de semillas

Los resultados obtenidos de los modelos de regresión mostraron una relación


gaussiana entre la densidad aparente de los sedimentos y la abundancia de
especies en los humedales, en la cual se evidenció que en los humedales naturales
Madre Vieja y RTVC la mayor abundancia de especies se exhibe en sitios donde
la densidad aparente está entre 1,3 y 1,4 g/cm3. Mientras que, en zonas donde
la densidad fue inferior a este rango, la abundancia disminuyó hasta en un 75%
(Figura 3A). Por otro lado, en los humedales artificiales El Llanito y Guadalcanai,
se observó una baja abundancia de especies relacionada con valores más altos
de densidad aparente, que van de 1,45 a 1,6 g/cm3, respectivamente (Figura 3A).

La diversidad de Shannon y la dominancia de especies mostraron una relación


lineal con la densidad aparente. En los humedales RTVC y Guadalcanai se pudo
observar que a medida que la densidad aparente aumenta, la diversidad de
especies es menor, mostrando una relación inversamente proporcional, lo cual,
también se ve reflejado en la dominancia de algunas especies. Lo anterior puede
presentarse debido a que en los sitios donde la diversidad fue inferior por causa
de las altas densidades, la dominancia de ciertas especies fue mayor (Figura 3B
y C). En contraste, en los humedales Madre Vieja y El Llanito, la diversidad se
disminuyó en zonas donde la densidad fue de 1,3 a 1,5 g/cm3, pero aumentó en
zonas que presentaron densidades de 1,1 a 1,2 y de 1,5 a 1,6 g/cm3. En las zonas
donde la densidad fue de 1,3 a 1,5 y la diversidad de especies disminuyó en estos
dos humedales, la dominancia de especies fue mayor (Figura 3B y C).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 55

Figura 3. Relaciones entre la densidad aparente de los sedimentos con la abundancia,


diversidad de Shannon y diversidad de especies en los cuatro humedales. A. Relación
gaussiana entre la densidad aparente y la abundancia de especies, B. Relación lineal
inversamente proporcional entre la densidad aparente y la diversidad de Shannon, C.
Relación lineal directamente proporcional entre la densidad aparente y la dominancia
de especies. Líneas punteadas indican intervalos de confianza del 95%.

Anatomía comparada y latencia de semillas

De las cuatro especies estudiadas, tres presentaron semillas con latencia


morfofisiológica (MPD) y una desarrolló semillas con latencia combinada (PY+PD).
N. elegans, E. elegans y J. microcephalus desarrollaron MPD, mientras que P.
punctata desarrolló PY+PD, respectivamente. Las cuatro especies exhibieron
semillas que presentaron un tiempo medio de germinación superior a 30 días
y exhibieron rasgos anatómicos característicos de estas dos clases de latencia
(Tabla 3).
56 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Tabla 3. Clases de latencia, tipos de embriones y tiempo medio de germinación


que presentaron las semillas de las especies estudiadas.

Familia Especie Tipo de embrión TMG Clase de latencia

Juncaceae Juncus microcephalus Amplio >30 MPD

Nymphaeaceae Nymphaea elegans Amplio >30 MPD

Cyperaceae Eleocharis elegans Capitado >30 MPD

Polygonaceae Persicaria punctata Periférico >30 PY+PD

TMG = tiempo medio de germinación, MPD = latencia morfofisiológica, PY + PD = laten­cia combinada.

Descripción anatómica de Nymphaea elegans: presenta semillas orbiculares


con superficie de color rojo brillante. Cada semilla desarrolla un arilo micropilar con
forma de papila, de color blanco (Figura 4B). La cubierta seminal está formada
por dos integumentos; el integumento externo se diferencia en una exotesta
compuesta por células mucilaginosas y una endotesta comprimida, con células
que almacenan taninos (Figura 4C y D). Mientras que el integumento interno
exhibe una morfología simple, con una capa de células en forma de membrana
saturadas de taninos (Figura 4D). Ambos integumentos forman el micrópilo, el
cual se encuentra cubierto por un arilo compuesto de células de parénquima con
sustancias almacenadas (Figura 4C). Las semillas de N. elegans tienen embriones
amplios subdesarrollados, rodeados por un endospermo parenquimatoso,
además de un perisperma formado por células con abundante almacenamiento
de sustancias ergásticas (Figura 4C).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 57

Figura 4. Anatomía de las semillas de Nymphaea elegans. A. Flores de Nymphaea


elegans, B. Morfología de las semillas, C. Detalles anatómicos del embrión, el
endospermo y el arilo de las semillas, D. Cubierta seminal de las semillas. a = arilo,
cs = cubierta seminal, en = endospermo, end = endotesta, em = embrión, ii =
integumento interno, m = micrópilo, pe = perisperma.

Descripción anatómica de Juncus microcephalus: desarrolla semillas falcadas


de color marrón claro y algunas punteaduras negras (Figura 5B). Son semillas
conformadas por dos integumentos, que se reducen a una membrana de células
con abundantes acumulaciones de taninos, en la que el integumento interno
solo se observa en el extremo de la semilla formando el micrópilo (Figura 5C).
El embrión es amplio subdesarrollado, rodeado por un endospermo rígido
que ocupa ¾ partes de la semilla y está conformado por células con almidón
almacenado en su interior (Figura 5C).
58 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Figura 5. Anatomía de las


semillas de Juncus microcephalus.
A. Inflorescencias de Juncus
microcephalus, B. Morfología de
las semillas, C. Detalles anatómicos
de la cubierta seminal, el embrión
y el endospermo de las semillas.

Descripción anatómica de Eleocharis elegans: exhibe frutos secos, indehiscentes,


uniseminados, en forma de aquenios ampuliformes, de color marrón claro
(Figura 6B). Los aquenios presentan un estilopodio obclavado de color marrón
oscuro y cuatro cerdas periánticas que emergen de la inserción y la zona dorsal
del pedicelo (Figura 6B y C). Las semillas se encuentran protegidas por un
pericarpio diferenciado en un exocarpio de células cuboides, lignificadas, con
acumulaciones de taninos en las células ubicadas adyacentes al pedicelo y un
endocarpio multiplicativo formado por células escleróticas, lignificadas, que
exhiben perforaciones en la pared celular (Figura 6C y D). La cubierta seminal es
bitegmina, pero se reduce a una membrana de células comprimida y lignificada
(Figura 6C). Las semillas de E. elegans, presentan embriones capitados,
subdesarrollados y endospermos hialinos conformado por células de parénquima
con almacenamiento de sustancias ergásticas (Figura 6C).

Figura 6. Anatomía de los


frutos de Eleocharis elegans. A.
inflorescencias de Eleocharis
elegans, B. Morfología de los
frutos, C. Detalles anatómicos del
pericarpio, la cubierta seminal, el
embrión y el endospermo de las
semillas, D. Exocarpio y pericarpio
de los frutos. cp = cerdas
periánticas, en = endospermo,
end = endocarpio, em = embrión,
es = estilopodio, exc = exocarpio,
ped = pedicelo, per = pericarpio.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 59

Descripción anatómica de Persicaria punctata: desarrolla aquenios en forma de


trígonos de color marrón oscuro (Figura 7B). Son frutos que se componen de
un pericarpio diferenciado en un exocarpio, conformando una capa de células
escleróticas que exhiben dos formas, en la zona lateral de los frutos, el exocarpio
está dotado de células cuboides de pared gruesa y lignificada, mientras que,
en los extremos, las células son alargadas, con sinuosidades en la pared celular
y abundantes acumulaciones de sustancias que reaccionan químicamente y le
confieren tonalidades de color rojizas a levemente naranjas (Figura 7D y E). El
endocarpio se compone de una capa de células comprimidas de forma laminar
y presenta acumulaciones de taninos, que se extiende hasta la inserción del
pedicelo (Figura 7E). La cubierta seminal está compuesta por dos integumentos
que forman una capa de células cuboides de pared delgada (Figura 7F). P.
punctata tiene semillas dotadas de un embrión periférico, desarrollado que
presenta abundantes acumulaciones de taninos (Figura 7C).

Figura 7. Anatomía de los frutos de Persicaria punctata. A. Inflorescencias de


Persicaria punctata, B. Morfología de los frutos, C. Rasgos anatómicos del embrión,
D-E. Detalles anatómicos del pericarpio, F. Cubierta semillas de las semillas de
Persicaria punctata. cs = cubierta seminal, end = endocarpio, em = embrión,
exc = exocarpio, per = pericarpio.
60 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Discusión

Los bancos de semillas asociados a la composición de especies presentes en


humedales urbanos han sido poco estudiados dado que la reproducción sexual
de las plantas acuáticas no es ampliamente conocida. Asimismo, los humedales
evaluados han estado sometidos a diversas presiones, lo que ha generado
cambios en su composición, dando como resultado especies oportunistas
adaptadas a los fuertes cambios en el régimen hidrológico de estos ambientes.
Las principales presiones que han sufrido estos humedales van desde actividades
ganaderas y agrícolas, hasta afectaciones por minería aluvial, urbanización y
contaminación por depósito de escombros y aguas residuales (García et al., 2018).

Bancos de semillas: relaciones de la diversidad y la ecología con la física de


los sedimentos y la composición florística actual de los humedales estudiados

La composición actual de los bancos de semillas de los humedales estudiados


es el resultado de las presiones históricas que han tenido estos ecosistemas
en el tiempo, donde los procesos de minería aluvial que han enmarcado
el territorio dieron lugar a humedales de origen artificial que difieren en la
composición de sus bancos de semillas en comparación con los humedales
naturales. Lo anterior puede explicarse debido a las diferencias en la pendiente,
el sustrato, la luminosidad, la competencia entre especies y la dinámica hídrica
de estos humedales.

Las especies predominantes en los bancos de semillas de estos ecosistemas


reflejan cualidades adaptativas que les permite establecerse en estas zonas
con alta competitividad por medio de la reproducción sexual, es el caso
de las especies Ludwigia palustris, Nymphaea elegans, Eleocharis elegans,
Juncus microcephalus y Persicaria punctata. Algunos autores afirman que
en las Angiospermas acuáticas la reproducción asexual predominan sobre la
reproducción sexual (Hutchinson, 1957), esto puede deberse a que algunos de
los métodos de reproducción clonal utilizados por las especies acuáticas (como
la fragmentación) son altamente efectivos y, al mismo tiempo, económicos
(Grace, 1993). Lo anterior puede explicar la poca representatividad de especies
obtenidas en los bancos de semillas de los humedales evaluados, ya que de las
81 especies reportadas por Salazar-Suaza & Quijano-Abril (2020), solo 25 especies
presentaron emergencia de plántulas en las muestras de sustrato tomadas de
cada ecosistema. Es posible, que sea necesario una investigación a largo plazo
donde pueda evaluarse de manera más prolongada y en varias épocas del año
la composición de los bancos de semillas para poder determinar si existen
variaciones en su composición en épocas de lluvia y épocas de sequía. Esto
debido a que el régimen hídrico y los niveles de agua fluctuantes pueden ser
determinantes en la riqueza de especies de los bancos de semillas (Crosslé &
Brock, 2002).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 61

Existen casos particulares de especies que fueron visibles en los bancos de


semillas, pero no en la composición actual de los humedales, es el caso de la
especie Juncus microcephalus, la cual, ha sido reportada en otros estudios como
una especie nativa que es sensible a la extinción local y está condicionada por
factores bióticos y abióticos como la competencia, el sustrato, la fisicoquímica
del agua y el régimen hidrológico. Por otro lado, existen especies helófitas como
Persicaria punctata que, a pesar de ser nativas, poseen un potencial invasor. En
este caso en particular, esta especie tiene la capacidad de generar bancos de
semillas y masivamente utiliza también estrategias de reproducción vegetativa, lo
que la convierte en una especie colonizadora importante y con éxito adaptativo en
diversos tipos de ambientes (Menges & Waller, 1983; Montenegro-S. et al., 2006).

La diversidad, abundancia y dominancia de especies halladas en los cuatro


humedales, estuvo influenciada por la densidad aparente que tuvo el sedimento
en diferentes zonas del ecosistema. En los dos humedales de origen natural se
observaron rangos de densidad aparente inferiores a los encontrados en los dos
humedales artificiales, sin embargo, ambos humedales tienen suelos de origen
mineral al tener rangos de densidad aparente superiores a 1 g/cm 3 (Reddy
et al., 2013). Lo cual puede estar relacionado con los procesos naturales de
sedimentación, pero también con las actividades antrópicas que se desarrollan
en torno a estos ecosistemas, donde la textura física del sustrato puede ser muy
variable según las limitaciones mecánicas y los procesos biológicos de producción,
acumulación y degradación de materia orgánica (Pasternack & Brush, 2001).

En este estudio se encontró una relación lineal entre la disminución de la


diversidad y en aumento de dominancia de especies a medida que aumenta la
densidad aparente, reflejando que la compactación del sedimento puede limitar
el almacenamiento de semillas, favoreciendo la dominancia de algunas especies.
Lo cual puede atribuirse a la degradación de los ecosistemas, puesto que la
densidad aparente del suelo es un buen indicador de la estructura, el grado de
compactación y génesis de los perfiles edafológicos (Batey, 2009). Por ende, es
un factor que puede condicionar todos los procesos biológicos que suceden en
el suelo.

Anatomía y latencia seminal: dos rasgos asociados a la persistencia de semillas


en los sedimentos de humedales urbanos

Las plantas acuáticas se han visto en la necesidad de desarrollar rasgos que


contribuyan con su supervivencia en los ecosistemas que habitan (Barrett et al.,
1993; Sculthorpe, 1967). Cada planta acuática que habita en ambientes como
los humedales, deben tener la capacidad de soportar las diferentes presiones
que impone el exterior sobre ellas, deben desarrollar mecanismos eficien­tes
62 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

de propagación, pero también estructuras que permitan la persistencia de los


propágulos sumergidos en el agua, flotando o almacenados en los sedimentos
(Arber, 1920), de esta forma, se garantiza que muchas de las semillas producidas
puedan generar bancos de semillas que perpetúen las especies y contribuyan con
la constante regeneración natural de estos ecosistemas.

Las semillas de las especies caracterizadas en este estudio desarrollaron latencias


complejas propiciadas por el desarrollo de rasgos y diseños morfológicos que
condicionan los procesos de germinación. Semillas de tres especies exhibieron
MPD, al tener embriones subdesarrollados, endospermos con abundantes
reservas de sustancias, ocupando casi ¾ partes de las semillas y que cuentan
con abundantes y TMG superiores a 30 días. La germinación en semillas con este
tipo de latencia se retrasa durante un periodo de tiempo en el cual el embrión
debe desarrollarse, modificar sus estructuras a medida que se dan procesos
metabólicos que facilitan la absorción de nutrientes que están almacenados en
el endospermo (Baskin & Baskin, 2014). Sin embargo, este proceso puede tardar
mucho, facilitando que muchas semillas puedan verse afectadas por la humedad
o la depredación. Si bien en plantas terrestres, las semillas que desarrollan MPD,
son normalmente permeables al agua (Baskin & Baskin, 2004; Willis et al., 2014),
en plantas acuáticas esta condición puede ser diferente, debido que ellas deben
persistir almacenadas durante largos periodos de inundación, hasta que las
condiciones sean las óptimas para germinar.

Solo las plantas que puedan generar semillas que toleren la inundación o
sean impermeables pueden sobrevivir en ecosistemas como los humedales
(Arber, 1920). Las semillas descritas en este estudio con MPD, desarrollaron
cubiertas seminales con abundantes acumulaciones de taninos o estuvieron
protegidas por el pericarpio como es el caso de E. elegans. El diseño que exhibe
E. elegans es muy característico en diferentes linajes de plantas acuáticas, por
lo cual se sugiere que el desarrollo de aquenios con pericarpios rígidos que
protegen el embrión, es un rasgo que evita el deterioro del embrión y permite
que las semillas toleren estos ambientes (Marloth, 1883).

El desarrollo de endospermo y perisperma es común en plantas de clados basales


de Angiospermas (Corner, 1976; Dalziell et al., 2019; Johri et al., 1992), además,
estos linajes exhiben embriones subdesarrollados como es el caso de N. elegans
garantizando el desarrollo de latencias prolongadas como MPD. La presencia
de dos estructuras de almacenamiento al interior de la semilla garantiza que el
embrión tenga a su disposición dos tejidos que pueden servir de protección,
pero también todo el recurso necesario para poder desarrollarse lentamente
(Marloth, 1883). Es posible que la presencia de sustancias ergásticas hidrófobas
en el endospermo puedan contribuir en gran parte con la impermeabilidad
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 63

de las semillas y propiciar el desarrollo de latencias prolongadas como MPD


(Baskin & Baskin, 2014). En el género Nymphaea se ha identificado previamente
el desarrollo de MPD y un limitado desarrollo del embrión, además, se sugiere
que este linaje puede presentar una gran variedad de clases de latencia pasando
por PD, MD, MPD hasta incluso desarrollar semillas sin latencia (Dalziell et al.,
2019). Sin embargo, la anatomía de las semillas de especies como N. elegans es
característica de semillas que pueden exhibir latencias complejas y prolongadas
como MPD, por lo cual, se sugiere esta clase de latencia como la predominante
en las semillas de esta especie.

Las semillas de J. microcephalus desarrollan cubiertas seminales con abundantes


acumulaciones de taninos que posiblemente evitan el deterioro de los
integumentos y protegen el embrión. La presencia de un endospermo con
almacenamientos de almidón (Johri et al., 1992), sugiere que es un tejido rígido
que puede persistir mucho tiempo sin degradarse dado que la hidrólisis de los
polisacáridos tiende a ser lenta (Buckeridge et al., 2000), y más si hay una regulación
del ingreso del agua a la semilla impuesto por una cubierta seminal saturada
de taninos, lo que propicia que el desarrollo del embrión sea lento y con ello
se produzca MPD en las semillas. De otro lado, solo las semillas de P. punctata
exhibieron PY + PD. Las semillas de esta especie se encuentran protegidas por
el pericarpio de los frutos, el cual presenta una amplia variación morfológica al
estar compuesto por células que exhiben formas muy variadas, pero que además
presentan paredes celulares lignificadas con almacenamiento de sustancias que
generan impermeabilidad a la semilla. Se ha sugerido que algunas especies del
género Persicaria desarrollan semillas con PD (Assini, 2001; Baskin & Baskin, 2014;
Courtney, 2015), lo cual corrobora lo descrito en este estudio sobre la presencia
de embriones desarrollados latentes en las semillas de P. punctata. Sin embargo,
la complejidad estructural que exhibe el pericarpio de estas especies sugiere que
las semillas pueden ser impermeables al agua, lo que promueve el retraso de la
germinación hasta más de 30 días y con ello el desarrollo de PY + PD.

La formación de bancos de semillas por N. elegans, E. elegans, J. microcephalus


y P. punctata en los cuatro ecosistemas estudiados, puede estar mediada por la
complejidad anatómica de las semillas y el desarrollo de latencias prolongadas
como MPD y PY + PD. Las semillas que desarrollan latencia pueden almacenarse
en el suelo y persistir por largos periodos de tiempo hasta que las condiciones sean
óptimas para la germinación y el establecimiento de las plántulas en ecosistemas
terrestres (Baskin & Baskin, 1989; Rubio de Casas et al., 2017; Saatkamp et al., 2019).
Este aspecto también es clave en especies de ecosistemas acuáticos, sin embargo,
los rasgos anatómicos de las semillas también juegan un rol importante por la
protección que se debe generar al embrión durante el tiempo que las semillas
permanecen sumergidas sin germinar.
64 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Conclusiones

Los bancos de semillas encontrados en los humedales estudiados arrojaron


una diversidad importante, pero que es poco representativa en comparación
con las especies presentes en los ecosistemas, asimismo, fue evidente que
existe una dominancia de especies importante, entre ellas algunas que podrían
ser consideradas pioneras en ecosistemas acuáticos, como es el caso de J.
microcephalus, P. punctata y el género Eleocharis, debido a que presentaron el
mayor éxito de germinación en los ensayos realizados en laboratorio, y sus semillas
tienen la capacidad de persistir en el suelo durante largos periodos de tiempo
gracias al desarrollo de rasgos anatómicos como embriones subdesarrollados,
endospermos rígidos y cubiertas seminales con acumulación de sustancias
ergásticas que promueven el desarrollo de latencias complejas como MPD y
PY + PD. Lo anterior, asociado a las características físicas de los sedimentos
de los humedales estudiados, los cuales han presentado una gran cantidad de
disturbios y presiones antrópicas, donde se hace visible entonces la relevancia
de conocer no solamente el banco de semillas de estos ecosistemas, sino también
la anatomía y morfología de las semillas allí presentes, con el fin de generar
estrategias exitosas de restauración y manejo para estas especies de vegetación
acuática en los humedales urbanos del Oriente antioqueño.

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Capítulo 3
Pulsos del agua de un humedal urbano
en el altiplano del Oriente antioqueño
Pulsos del agua de un humedal urbano en el
altiplano del Oriente antioqueño
Manuel Alejandro Guerra-Quintero1, Arlex Marín-Ramírez2

Introducción

El régimen hidrológico de los humedales se reconoce como un aspecto


determinante de las dinámicas ecológicas que estos soportan. Esto no debería
ser sorpresivo dado que la presencia permanente o temporal de agua es la base
misma de la existencia de estos sistemas y por lo tanto la variación en la cantidad
de agua almacenada condiciona todos los procesos biogeoquímicos que se dan
en ellos (Batzer & Sharitz, 2014). Se ha encontrado por ejemplo que los pulsos
de inundación y en general las variaciones del nivel del humedal controlan los
cambios en las comunidades de macroinvertebrados, anfibios, plantas, peces,
etc. (Tarr et al., 2005; Pechmann et al., 1989; Foti et al., 2012; Ruetz et al., 2005;
Murray-Hudson et al., 2014).

Conocer el régimen hidrológico es clave para entender las funciones y servicios


ecosistémicos que estos cuerpos de agua proveen y para la formulación de planes
de manejo, conservación o restauración de los mismos. Más aún, dado el rol que
juegan los humedales dentro del ciclo hidrológico por su capacidad de regular
los flujos de materia, así como de energía, hacia y desde, otros elementos del
sistema hídrico como los ríos y los acuíferos. Este conocimiento es un requisito
para una gestión adecuada del agua en cualquier contexto donde estos tengan
lugar (Bullock & Acreman 2003, Hughes et al., 2014; Makungu & Hughes 2021).

1 Estudiante de ingeniería ambiental universidad católica de Oriente.


2 Grupo de investigación Limnología y Recursos Hídricos, Universidad Católica de Oriente.
72 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

En el Oriente antioqueño, Quijano et al. (2018) identificaron un gran número


de humedales urbanos y rurales pertenecientes a la cuenca del río Negro y
caracterizaron la biodiversidad y la calidad del agua de algunos de estos, dentro
de los que se incluye el humedal El Llanito. En este trabajo se realizó un balance
hidrológico del humedal con el fin de cuantificar los flujos de agua hacia y
desde este y así, complementar el conocimiento frente a la dinámica, funciones
y vulnerabilidad de estos importantes ecosistemas.

Metodología

Área de estudio

El humedal El Llanito se encuentra sobre la planicie aluvial del río Negro, que
discurre a través del altiplano valle de San Nicolás sobe la Cordillera Central
de Colombia. Se ubica a una latitud de 6° 8’47.16”N y longitud 75°23’47.83”O y
sobre los 2.000 msnm. Pertenece, según la clasificación de Holdridge (1966), a la
zona de vida Bosque Húmedo Montano Bajo. Debido a su elevación, la región
presenta temperaturas relativamente bajas, con un promedio de 17°C. El régimen
hidrológico de la zona es ampliamente influenciado por la zona de convergencia
intertropical (ZCIT), que produce un régimen anual bimodal (Poveda, 2004). En
promedio, la precipitación anual es cercana a los 2.100 mm (Cornare, 2012).

El Llanito es un humedal con un área superficial cercana a los 4.000 m2, formado
tras el abandono de una zona de explotación de material aluvial (Figura 1). Se
encuentra a unos 45 m de distancia del río Negro, en un tramo donde el río
discurre a través de una amplia planicie aluvial en la que se observan multitud
de humedales naturales y artificiales que compiten con la expansión urbana y
comercial creciente en la región. Como se observa en la Figura 1, la superficie
del humedal se encuentra colonizada en un gran porcentaje por macrófitas,
específicamente por la especie Nymphaea elegans.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 73

Figura 1. Ubicación del humedal El Llanito

Información meteorológica

Para estimar el balance hidrológico se usó información meteorológica de la


estación José María Córdova [23085270], operada por el Instituto de Hidrología,
Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM). De esta se obtuvieron valores
diarios de la temperatura del aire, humedad relativa y precipitación. También se
usaron las estaciones I.E. Joaquín Vallejo (35) y Rionegro – Thies (199) operadas
por el Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá (SIATA). De
la primera se obtuvieron datos de radiación solar y de la segunda precipitación
diaria. Adicionalmente, se instalaron en el cuerpo de agua dos sensores de
temperatura HOBO Pro V2 a 20 y 85 cm de profundidad. Estos registraron la
temperatura (±0.2°C) con una frecuencia de 30 minutos entre el 19 de noviembre
y el 31 de mayo.

El cambio en el almacenamiento se estimó a partir de una batimetría realizada


usando nivel y mira topográfica, que permitió determinar la relación entre el
nivel del agua y el volumen almacenado. Posteriormente se instaló una mira en
el humedal para monitorear los cambios de nivel, los cuales se registraron dos
veces por semana durante los seis meses de muestreo (diciembre 2020 a mayo
2021). Simultáneamente se registró el nivel del río. Ambos niveles fueron medidos
usando el mismo datum con el fin de hacer comparaciones entre ellos.
74 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Balance hidrológico

La ecuación de balance hidrológico se fundamenta en el principio de conservación


de masa, en este caso, aplicado al volumen de agua en el humedal. Teniendo
en cuenta que el humedal no tiene conexión superficial con el río, ni presenta
corrientes superficiales que lo abastezcan, esta se puede expresar como:

P + QS – E = ∆ (1)

donde P es la precipitación, E es la evaporación, ∆S es el cambio en el
almacenamiento de agua y QS es el flujo subterráneo neto (i.e.: la diferencia
entrada-salida). La precipitación se estimó como el promedio de los registros
medidos en las estaciones del IDEAM y SIATA. La evaporación se estimó usando
los métodos que se presentan a continuación, el cambio en el almacenamiento se
obtuvo de los registros de nivel y dado que no se cuenta con mediciones directas
de QS, su valor se estimó de modo que se satisfaga la ecuación (1).

Evaporación

La evaporación se estimó usando dos aproximaciones diferentes: a) Métodos


aerodinámicos y b) Método de balance de energía.

Los métodos aerodinámicos, también llamados métodos de transferencia de


masa, se basan en la conocida ley de Dalton, la cual establece que la evaporación
es proporcional al déficit higrométrico sobre la superficie del agua. Este déficit se
estima como la diferencia entre la presión de vapor de saturación a la temperatura
del agua (ew) y la presión real del aire sobre superficie (ea). Es decir, la ley de Dalton
plantea que: E ∝ (ew – ea). Una estructura común de este tipo de métodos es la
dada por la ecuación (2).

E = f (u, ...) · (ew – ea) (2)

Donde f (u, ...) es una función que generalmente depende de la velocidad del
viento u y en ocasiones de otras variables como la presión atmosférica, el tamaño
del cuerpo de agua, la temperatura del agua y del aire, entre otras. En esta
función, la velocidad del viento toma un papel preponderante ya que el efecto
de convección forzada producida por este incrementa considerablemente la
evaporación. Otras variables tienen un efecto complementario. Por ejemplo,
la aproximación de Rasmussen et al. (1995), incluye la diferencia entre la
temperatura del agua superficial y del aire para dar cuenta de la convección
libre asociada a la inestabilidad térmica atmosférica (Dingman, 2015).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 75

La confiabilidad de las aproximaciones aerodinámicas depende de una adecuada


calibración de sus parámetros para el sitio de estudio concreto (McJannet et al.,
2012). Dado que no se cuenta con calibraciones específicas para la zona, se optó
por utilizar tres aproximaciones de uso generalizado, las cuales se muestran en
la tabla 1 (Subramanya, 2013; Dingman, 2015).

Como se mencionó anteriormente, la velocidad del viento es una variable clave


en las aproximaciones aerodinámicas. Sin embargo, dentro de la información
meteorológica disponible, esta es la variable que presenta mayor incertidumbre.
Primero, porque es un parámetro que depende mucho de las condiciones locales.
En este caso concreto, las visitas al humedal mostraron que la acción del viento
sobre su superficie es prácticamente nula, posiblemente debido a barreras que
lo rodean, sumado a que la extensión superficial del humedal es pequeña y
por lo tanto no facilita el desarrollo de corrientes de aire considerables. Así, los
registros de velocidad del viento que se miden en la estación meteorológica
ubicada en el aeropuerto no serían representativos del viento sobre el humedal.
Adicionalmente, el registro disponible tiene cerca de un 40% de datos faltantes.

Debido a la incertidumbre con la velocidad del viento, se optó por realizar un


análisis de sensibilidad a este parámetro, tomando dos condiciones extremas: La
primera, un valor constante correspondiente al percentil 90% de todo el registro
disponible (cerca de 8 m/s) y segundo, el caso más probable, por lo expuesto
antes, de una velocidad nula.

Por otro lado, el método de balance de energía se basa en el principio de


conservación de energía y en la relación directa entre el flujo de calor latente y
el volumen evaporado. Este método requiere menor parametrización, pero es
más exigente en cuanto a la información requerida para su uso. La precisión del
método depende de estimar adecuadamente los diferentes flujos de energía
que intercambia el cuerpo de agua con su entorno, así como las variaciones en
la energía almacenada.

En este caso se asumirá que la temperatura de los flujos subterráneos de entrada


y salida son iguales por lo que se puede despreciar el flujo de energía advectivo
y la evaporación quedaría dada por (Dingman, 2015):

Rn – ∆QT
E= (3)
ρ * λ * (B + 1)

Donde Rn es la radiación neta, ρ es la densidad del agua, λ es el calor latente de


vaporización, B es la relación de Bowen y ∆QT es el almacenamiento de energía
térmica. En la tabla 1 se muestran las expresiones usadas para el cálculo de
cada término.
76 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Se estimó la evaporación diaria usando los flujos de energía calculados con la


información meteorológica de la estación Aeropuerto José María Córdova y
el almacenamiento de energía (∆QT), basado en el cambio de temperatura del
humedal entre las 00:00 horas de cada par de días consecutivos. Se consideró
la temperatura superficial como un valor representativo de todo el humedal, ya
que en este horario existe mezcla completa.

Tabla 1. Fórmulas para el cálculo de la evaporación.

Método Expresión

Evaporación Meyer
(1915):
(
E = Km 1 +
u9
16 ) (e w – ea)

Evaporación Rowher E = 0,771(1,465 – 7,32 ∙ 10 –4 Pa (0,44 + 7,33 ∙


Aerodinámico (1931): 10 –2 u0 )(ew – ea)
1
Evaporación Rasmussen (
0,133 2330 (Tw – Ta) 3 +
2680u
3,6
)
(1995): E= (ew – ea)
ρw – λ

Contenido y
cρwTV , QT (t2) – QT (t1)
almacenamiento de QT = QT =
A t2 – t1
energía térmica

Radiación neta Rn = ROCin+ ROLin – ROL out

Rad. de onda corta ROCin = ROC (1 – α)


incidente

Rad. de onda larga


Balance incidente (Abramowitz ROLin = 0,031ea + 2,84Ta – 522,5
de Energía et al., 2012)

Rad. de onda larga ROL out = ɛw σTw4 + (1 – ɛw) ROLin


emitida

Calor latente de λ = 2.50 – (2,36 ∙ 10 –3) Tw


vaporización (MJ/kg)

Relación de Bowen B = γs ( Te –– Te )
w
w
a
a

17,27∙T
Presión de vapor de T+237,3
Ambos e* = 4.58 e
saturación
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 77

Método Expresión

E: Evaporación (mm/día).

α = 0,02: albedo del agua, ɛw = 0,95: Emisividad del agua.

ROC: Radiación de onda corta medida.

Km = 0,5 para lagos pequeños y someros (Subramanya, 2013).

T: Temperatura del humedal, del aire (Ta) o del agua superficial (Tw) en °C.

A: área superficial del humedal (m2).

T: instante de tiempo. t1 y t2 representan las 0:00 horas de dos días consecutivos.

e*: presión de vapor de saturación en mmHg, ew = e * (Tw): de saturación a la temperatura


del agua, ea = HR ∙ e* (Ta) real del aire sobre la superficie. HR: Humedad relativa (fracción).

Pa: Presión barométrica en mmHg.

u: Velocidad media del viento en km/h sobre la superficie (u 0) o a 9 metros de altura (u9).

γs: 66 Pa/K: Constante psicrométrica.


J : Calor especifico.
C = 4,2 · 10 6 +
kg °C
ρ = 998 kg/m3: Densidad del agua.
W
σ = 5,67 · 10 -8 + :Constante de Stefan-Boltzmann.
m2 K4

Resultados

Morfometría

Usando como referencia el nivel medio del humedal durante el periodo estudiado,
este presenta una profundidad máxima de 2,36 m, una profundidad media de
1,30 m, un área superficial de 5894 m2 y un volumen de 4597 m3. La batimetría
del humedal es bastante irregular (Figura 2), con mayores profundidades en la
zona norte y a lo largo del borde sur occidental, mientras que las zonas restantes
presentan profundidades no mayores a 1,5 m. Esta morfología muestra que la
mayor parte del volumen almacenado se da en las capas superficiales, debido
a la mayor extensión superficial que alcanza el cuerpo de agua. Esto se observa
claramente en la curva cota volumen (Figura 3).
78 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Figura 2. Batimetría del Humedal El Llanito.

Figura 3. Curva Cota-volumen. Elevación medida respecto al datum local usado.

Meteorología

El ciclo medio anual de precipitación en la región es bimodal, asociado a la


migración de la zona de convergencia intertropical (ZCIT) (Poveda, 2004), con un
pico de precipitación entre septiembre y noviembre y otro entre abril y junio. El
período de menores precipitaciones es entre diciembre a febrero (Figura 4). El año
hidrológico 2020-2021, en el cual se enmarca el muestreo, estuvo caracterizado
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 79

por el desarrollo de una fase fría del enso, es decir (condiciones La Niña), lo cual
se evidencia en las anomalías negativas de temperatura registradas en el índice
oni entre agosto de 2020 y mayo de 2021 (C.P.C.I.T., s. f.). Estas condiciones
generalmente traen consigo un aumento de las precipitaciones en la región
(IDEAM & Serna, 2021; Poveda, 2004). Sin embargo, los datos solo muestran
valores mayores al promedio en el mes de marzo de 2021.

Figura 4. Ciclo anual de precipitación.

La temperatura del aire, radiación solar y humedad relativa promedio diaria


tiene poca variabilidad estacional (Figura 5), sin embargo, muestran variaciones
importantes de alta frecuencia, especialmente la radiación solar que osciló entre
80 W/m2 y 291 W/m2. La temperatura osciló entre 14°C y 21°C y la humedad
relativa entre 74% y 96%.

Figura 5. Información meteorológica diaria. A) Precipitación diaria,


B) Radiación Solar, C) Temperatura del aire y D) Humedad Relativa
80 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Régimen térmico

El humedal muestra un régimen polimíctico con estratificación en el día y


mezcla en las noches (Figura 6). Es de resaltar que la diferencia de temperaturas
entre la superficie y el fondo con frecuencia se acercan a los 10°C, mostrando
que el humedal presenta una estratificación térmica diurna muy pronunciada.
La temperatura superficial máxima se da alrededor de las 2 pm con valores de
hasta 33°C. La temperatura cerca al fondo muestra menor variabilidad con valores
cercanos a los 22°C.

En la figura 6A se puede observar que la temperatura del fondo muestra un


cambio en el comportamiento a mediados de marzo. En la primera mitad del
registro, la temperatura no muestra variabilidad en el ciclo día-noche. En cambio,
muestra aumentos progresivos a lo largo de varios días y disminuciones abruptas
que se dan en pocas horas (Figura 6B). En cambio, la segunda mitad del registro
muestra un patrón intra-diario oscilatorio, aunque con una amplitud reducida
cercana a 1°C (Figura 6C). Este segundo patrón se puede asociar al transporte
vertical de energía térmica desde la superficie (un proceso principalmente
difusivo), ya que el aumento de temperatura en el fondo se observa siempre
que la temperatura superficial es superior. En contraste, el patrón observado en
la primera mitad puede estar más asociado a procesos advectivos, ya que las
disminuciones abruptas de temperatura en su mayoría coinciden con eventos de
precipitación y, dada la ubicación del sensor cerca del fondo, este puede estar
registrando pulsos de flujo subterráneo generados por estas lluvias.

Esto, sin embargo, no explica la razón del cambio en el comportamiento,


ya que ambos fenómenos deben estar presentes durante todo el registro.
Nuestra hipótesis es que el sensor quedó ubicado en una posición diferente
tras la extracción de este para la descarga de datos. Posiblemente, en un primer
momento estaba más cerca del fondo y por lo tanto más influenciado por el
flujo subterráneo y posteriormente quedó suspendido en una posición más
influenciada por los flujos de energía superficiales. Esto es factible ya que la
abundante presencia de macrófitas, arraigadas al sustrato crean una densa red
de tallos sumergidos en la que este sensor puede quedar enredado.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 81

Figura 6. Temperatura del Humedal El Llanito.

Balance hídrico

Niveles

Los niveles del río y del humedal se muestran en la figura 7A. Se observa una
disminución continua del nivel del humedal entre diciembre y mediados de
febrero, donde la precipitación presenta los menores valores. En el periodo
de febrero a marzo y en el mes de junio el humedal alcanza sus máximos niveles,
correspondientes a un volumen almacenado cercano a 6481 m3. En el periodo
estudiado, el nivel del humedal tuvo una variación máxima de unos 30 cm,
equivalentes a un cambio de volumen del orden de 3000 m3, lo cual representa
un 65 % del volumen medio.

Dado que el nivel del humedal es superior al nivel del río durante la mayor parte
del tiempo (Figura 7A), el flujo de agua tiene una dirección preferente desde el
humedal hacia el río. Considerando además que no se encontró evidencia de que
existiera conexión superficial entre ambos cuerpos de agua en ningún momento,
y dado que los flujos subterráneos son relativamente lentos, esto indica que el
aporte de agua desde el río hacia el humedal sería despreciable. En cambio,
el flujo humedal-río, al estar activo casi todo el tiempo por la diferencia de niveles,
sería más significativo. Esto será analizado adelante con mayor detalle.
82 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Evaporación

En la figura 7, se presenta la evaporación estimada por los diferentes métodos


usados. Los métodos aerodinámicos estiman valores de evaporación mínimos
de 2 mm/día (usando una velocidad del viento nula) y máximos cercanos a
9 mm/día, usando una velocidad del viento de 8 m/s. Por su parte, el método de
balance de energía estima tasas de evaporación de entre 3 y 15 mm/día. Dentro
de los métodos aerodinámicos, el método de Rasmussen et al. (1995), arroja los
valores más bajos, mientras que el método de balance de energía estima valores
considerablemente superiores a todos los aerodinámicos. Estos resultados
sugieren una alta incertidumbre en los valores de evaporación estimados, dada
la diferencia de resultados entre los diferentes métodos. Sin embargo, se asumirá
que el mejor estimado de la evaporación es el dado por el método de balance
de energía, esto debido a que:

Este método se fundamenta en un principio físico muy bien establecido


(la conservación de la energía) y su aplicación depende de menos parámetros
empíricos que los métodos aerodinámicos. Por lo tanto, se espera mayor
confiabilidad en sus resultados.

Dado que los métodos aerodinámicos se fundamentan en la difusión vertical


del vapor de agua sobre la superficie del lago, estos métodos requieren
datos confiables de las condiciones atmosféricas sobre la superficie del
agua (temperatura del aire, presión de vapor y velocidad del viento). Dado
que la presencia del humedal puede generar un microclima sobre este, el
uso de información meteorológica medida a 3,5 km del humedal aumenta la
incertidumbre de esta aproximación (Dingman, 2015). Por el contrario, variables
como la radiación solar o la radiación de onda larga usadas por el método del
balance de energía no serían tan susceptibles a fenómenos locales, por lo que
pueden tener mayor confiabilidad en su estimación.

En cualquier caso, se tuvo en cuenta el rango de incertidumbre en la estimación de


la evaporación sobre el balance hidrológico y en particular sobre las estimaciones
que se realizaron del flujo subterráneo.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 83

Figura 7. A) Niveles del río y humedal, B) evaporación estimada y C) balance


hidrológico. En el panel B) la sombra gris representa el rango posible de variación de
los métodos aerodinámicos, de los cuales se presenta el valor medio en línea continua.
En el panel C) La altura de la barra que muestra el flujo subterráneo se calculó con la
evaporación más confiable dada por el balance de energía, la barra de error sobre
esta, muestra el otro valor extremo dado por la evaporación mínima posible estimada
con los métodos aerodinámicos y velocidad del viento nula.

Flujo subterráneo y balance hídrico

La estimación del balance hídrico y del flujo subterráneo se hizo en ventanas


de 7 días, acumulando todos los flujos y el cambio en el almacenamiento en
este periodo de tiempo. El flujo subterráneo neto calculado como el valor
residual del balance de masa en el humedal se hizo con el valor más confiable
de la evaporación dado por el balance de energía, pero se incluye el rango de
incertidumbre correspondiente a la estimación de los métodos aerodinámicos
con velocidad del viento nula. Se puede observar que el flujo subterráneo está
presente la mayor parte del tiempo, aunque en los primeros meses la magnitud
del valor estimado es incierta, después de mediados de febrero cuando inician
las mayores precipitaciones es claro que este flujo tiene un papel preponderante
en el balance hidrológico del humedal, superando en muchos casos los aportes
dados por el humedal. También se observa que este oscila entre valores positivos
y negativos, lo que quiere decir que el humedal alterna entre momentos en
que recibe flujo por parte del acuífero y momentos en los que aporta agua al
acuífero. En valor absoluto, la tasa de flujo alcanza valores de 200 mm/semana
(alrededor de 30 mm/día), siendo estos los valores más altos comparado con los
demás términos del balance hidrológico (precipitación y evaporación). Como es
de esperar, los flujos más intensos se dan en los meses de mayor precipitación:
marzo y junio.
84 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Cabe resaltar que el flujo subterráneo estimado es un flujo neto, es decir,


representa la diferencia entre el flujo de entrada y el flujo de salida, lo que indica
que la magnitud individual de cada uno de estos flujos es aún mayor. Esto muestra
claramente que el balance hidrológico del humedal El Llanito está fuertemente
influenciado por su interacción con el acuífero.

Discusión

Régimen térmico

El humedal El Llanito presenta un régimen térmico polimíctico con una fuerte


estratificación en el día y mezcla nocturna. Este patrón de mezcla diaria es
esperable dada su baja profundidad, lo cual le confiere poca inercia térmica y
por lo tanto el enfriamiento superficial nocturno es suficiente para homogeneizar
toda la columna de agua mediante la mezcla inducida por convección de las
aguas superficiales.

En el día, cuando el humedal recibe la radiación solar, se facilita el desarrollo de


estratificación térmica debido a la ausencia de corrientes de viento que puedan
mezclar la columna de agua. Adicionalmente, el continuo flujo subterráneo de
agua, con temperatura cercana a los 20°C ayudaría a mantener bajas temperaturas
en el fondo y por lo tanto acentúa la estratificación que alcanzó gradientes
térmicos superiores a 10°C/m. Sin embargo, otros aspectos no evaluados podrían
tener un efecto importante. Por ejemplo, una posible alta concentración de
sedimentos en suspensión en las capas superficiales, disminuiría la transparencia
del agua y promovería la concentración de la energía radiativa en las capas
superficiales, facilitando las altas temperaturas observadas de hasta 33 °C.

Aunque Hamilton (2010) reporta temperaturas superficiales del mismo orden e


incluso mayores en humedales de baja profundidad (< 1m), pertenecientes al
Pantanal brasileño y al norte de Australia en latitudes de entre 15 y 20°S, también
afirma que estas temperaturas extremas serían improbables en latitudes más
cercanas a la línea del ecuador, como es el caso del humedal El Llanito (6°N),
dado el aumento en nubosidad y la consecuente disminución en la insolación
típica de estas zonas (Lewis, 1987). Sin embargo, se debe tener en cuenta que
la radiación solar se incrementa con la elevación, como consecuencia de la
disminución en la absorción y dispersión producto del menor espesor de
la atmosfera (Aldobhani, 2014). Esto podría estar compensando el efecto de la
nubosidad que menciona Hamilton (2010).

Una mejor comprensión de cómo todos estos factores se conjugan, incluyendo


el efecto no evaluado aquí de la cobertura de macrófitas, es importante para
explicar con mayor precisión el régimen térmico del humedal. Esta información
sería importante para anticipar los posibles efectos que el cambio climático
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 85

tendría sobre estos sistemas y cómo estos cambios influenciarían los procesos
biogeoquímicos al interior del cuerpo de agua (Hamilton, 2010). Para esto se
requiere información meteorológica confiable sobre la superficie del agua.

Balance hidrológico

Según los resultados del balance hidrológico, el humedal El Llanito se encuentra


aislado superficialmente, tanto del río como de la cuenca alta, pero mues­tra
un importante intercambio subterráneo de agua. Las estimaciones muestran
que la precipitación y la evaporación no pueden dar cuenta por si solas de las
variaciones en el volumen de agua almacenado en el humedal, lo que implica
que la permanencia depende en gran medida de la dinámica del acuífero, el
cual, a su vez, estaría controlado por otros factores como la precipitación y la
infiltración del agua en las zonas de recarga.

Es importante anotar que la relevancia del flujo subterráneo se estableció de


manera indirecta mediante el balance de la ecuación de conservación de masa.
Esto permitió aproximar el flujo subterráneo neto (i.e.: entrada-salida), pero
esta aproximación no permite caracterizar la magnitud de los flujos de entrada
y salida individuales, por lo que aspectos como el tiempo de residencia del
agua en el humedal, o la tasa de flujo desde el humedal hacia el río aún están
indeterminados. Sin embargo, las mediciones del nivel del río y del humedal
realizadas con referencia a un mismo datum, muestran que la dirección del
flujo subterráneo es predominantemente desde el humedal/acuífero hacia
el río. Queda entonces abierta la pregunta de en qué magnitud es controla­do
el caudal del río Negro por estos humedales y en general por toda la planicie
aluvial y su acuífero. Es bien conocido que el flujo en algunos ríos que discurren
sobre planicies aluviales depende en gran medida de los aportes de agua
subterránea, los cuales cobran especial importancia en temporadas secas para
evitar disminuciones extremas de caudal. Esta dinámica hidrológica finalmente
podría condicionar otros aspectos relacionados con la calidad del agua y la
ecología de estas corrientes (Sear et al., 1999, Winter, 1998; Woessner, 2000).

Se pudo establecer que la magnitud del flujo subterráneo responde relativamente


rápido a las variaciones en la precipitación y dado que el movimiento del agua
en el suelo es relativamente lento, esto podría indicar que existen zonas de
recarga cercanas que permiten esta rápida respuesta del acuífero. Se conoce
que a esta cuenca la subyace un acuífero cuyas unidades de mayor interés
hidrogeológico lo componen los depósitos aluviales y terrazas, las cuales están
compuestas por arenas y limos que le confieren buena capacidad de infiltración
y permeabilidad (Figura 1). Otras unidades hidrogeológicas conformadas por
suelos residuales y depósitos de vertiente son clasificadas como acuitardos, las
cuales se caracterizan por tener una baja permeabilidad que limita la velocidad
de recarga y descarga a través de estas unidades (Hoyos et al., 2001). Debido
86 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

a estas condiciones, se podría esperar que las planicies aluviales tengan un rol
particularmente importante en la recarga del acuífero, ya que la combinación
de suelos con buena permeabilidad, sumado a una topografía plana, facilitaría
la infiltración y consecuente recarga de este (POMCA, 2017). En este sentido
es importante analizar las consecuencias que tiene el constante desarrollo de
infraestructura en estas zonas.

En la Figura 8 se observa una composición en falso color creada a partir de


la transformación Tesseled Cap (Shi & Xu, 2019), de una imagen sentinel-2
capturada en julio de 2021. Esta transformación es útil para resaltar tres aspectos
de la cobertura del suelo: brillo, verdor y humedad, lo que permite observar y
diferenciar con facilidad zonas vegetadas, urbanas, suelo desnudo y cuerpos
de agua. Se puede ver que la inmensa mayoría de la cobertura del suelo
sobre la planicie aluvial la componen zonas urbanas y en general superficies
impermeables, seguidas de pastos y en muy baja proporción cobertura arbórea.
Este tipo de coberturas impermeabilizan el suelo impidiendo la infiltración y
consecuente recarga del acuífero. Según los resultados del balance hidrológico,
esto repercutiría directamente en la dinámica de los humedales y más aún, se
esperaría un efecto negativo en la permanencia del caudal del río en periodos
de sequía. La magnitud de este efecto requiere análisis detallados, pero sería
un aspecto fundamental a tener en cuenta para una planificación urbana a largo
plazo del municipio de Rionegro.

Figura 8. Imagen Sentinel-2 en color verdadero capturada el 17 de julio de 2021.


La imagen en colores delimitada por la extensión de los depósitos aluviales, es una
composición RGB creada a partir de la transformación Tesseled Cap de la misma
imagen sentinel-2. Los techos y zonas urbanas se ven en color rojo, los cuerpos de
agua en azul, pastos en amarillo y árboles en verde limón.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 87

Conclusiones

En este estudio se realizó el balance hídrico del humedal El Llanito entre


noviembre de 2020 y mayo de 2021, cubriendo desde un periodo de aguas bajas
hasta la transición a aguas altas. Para esto, se usaron registros de precipitación
de pluviógrafos operados por el ideam y siata, se estimó la evaporación usando
métodos aerodinámicos (o de transferencia de masa) y el método de balance
de energía considerando el almacenamiento de energía, para lo cual se registró
la temperatura de manera continua en el humedal. Los principales resultados
obtenidos son:

Se pudo establecer que el flujo subterráneo tiene un importante rol en el balance


hidrológico del humedal, ya que la precipitación y evaporación son insuficientes
para explicar las variaciones de nivel del mismo. Además, se observa una rápida
respuesta del flujo subterráneo a las variaciones en la precipitación, sugiriendo
que las zonas de recarga pueden ser cercanas, posiblemente de la misma planicie
aluvial del río.

Los niveles del humedal permanecen casi todo el tiempo por encima del nivel
del río, lo que implica que este se abastece del humedal/acuífero la mayor parte
del tiempo. Esto muestra la necesidad de analizar en detalle el caudal total
que puede aportar el acuífero para la permanencia del flujo en el río Negro,
especialmente en temporadas secas. Máxime cuando las llanuras y terrazas
aluviales que pueden ser importantes zonas de recarga, experimentan una fuerte
presión para el desarrollo de infraestructura que limitaría su función de recarga
y reduciría aportes de caudal al río. Es importante entonces que se avance en
la delimitación y protección de la ronda hídrica, considerando su función como
zona de recarga del acuífero.

El humedal muestra un régimen polimíctico diario con estratificación diurna y


mezcla nocturna. Los períodos de estratificación presentan gradientes térmicos
muy pronunciados de hasta 10 °C/m. Entre los factores identificados que podrían
explicar esto se encuentran: su baja profundidad, la ausencia de corrientes de
viento y el aporte de agua fría subterránea. Otros factores que podrían influir
son: la alta radiación solar recibida por su elevación (2.000 msnm) y una eventual
alta concentración de material en suspensión.
88 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

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Capítulo 4
El valor paisajístico de los humedales
urbanos del altiplano del Oriente antioqueño
El valor paisajístico de los humedales urbanos
del altiplano del Oriente antioqueño
Luisa Fernanda Correa-Gómez1

Introducción

Los humedales son ecosistemas estratégicos ya que proporcionan gran cantidad


de servicios ecosistémicos y contribuyen a las diversas dinámicas de vida de las
personas. Hoy por hoy, estos ecosistemas se encuentran amenazados por la intensa
actividad humana que se desarrolla a su alrededor, generando transformaciones
en los paisajes y en los usos del suelo.

En el altiplano del Oriente antioqueño hay una gran riqueza hídrica, la cual
comprende a la cuenca del río Negro y sus tributarios, su llanura de inundación y
los humedales asociados a esta. En la presente investigación se analizó el paisaje
de los ecosistemas de humedales, los cuales poseen un alto valor paisajístico y
están siendo amenazados por las actividades antrópicas y la expansión urbana.
A lo largo de la presente investigación, se evidencian en estos ambientes
cambios particulares en el paisaje que afectan directamente estos entornos y a
sus habitantes.

Como se indica previamente, el interés de esta investigación fue analizar el paisaje


de estos ecosistemas para categorizar su valor paisajístico de manera integral,
desde lo natural, físicoespacial, sociocultural y perceptual. Para de esta forma,
poder identificar particularidades y características únicas de estos espacios, que
puedan llevar a incentivar su conservación, uso y cuidado por parte del Estado y
de la comunidad.

1 Facultad de Arquitectura, Universidad Pontificia Bolivariana


94 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

En primer lugar, para comprender el paisaje de estos humedales integralmente, es


importante tener claro el concepto de paisaje, y como base inicial es importante
entonces recurrir al significado que el Convenio Europeo de Paisaje ha concretado,
y que define al paisaje como “cualquier parte del territorio tal como la percibe la
población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores
naturales y/o humanos” (European Landscape Convention, 2004).

Asimismo, la Iniciativa Latinoamericana del Paisaje (LALI) define al paisaje como “un
espacio/tiempo resultado de factores naturales y humanos, tangibles e intangibles,
que al ser percibido y modelado por la gente, refleja la diversidad de las culturas”
(La Iniciativa Latinoamericana del Paisaje, 2012).

Para Maderuelo (1997) “un espacio geográfico solo se considera paisaje cuando
es percibido y construido culturalmente… es una serie de ideas, de sensaciones
y sentimientos que surgen de la contemplación sensible de un lugar”. En
complemento, Nogué (2007), afirma que el paisaje es “un producto social, el
resultado de una transformación colectiva de la naturaleza y la proyección cultural
de una sociedad en un espacio determinado”.

Estos conceptos promueven el papel del paisaje no solo desde un enfoque


ambiental, sino también desde lo social, de una manera integral para la
planificación del territorio. Si bien estas dos definiciones son claves para acercarnos
y comprender el paisaje, estos conceptos se quedan cortos ante el escenario que
propone esta investigación, ya que en estos, es determinante definir el paisaje
desde la transformación de un entorno natural por un grupo de personas a través
del tiempo.

El concepto de paisaje en esta investigación se inclina hacia uno que integre el


grado de naturalidad del espacio, es decir, que plantee la importancia de áreas
altamente naturales en la ciudad, que garanticen una conectividad ecológica y
sean espacios apreciados y valorados socialmente. De esta manera, bajo nuestra
interpretación, un paisaje ocurre en un tiempo y espacio determinado y se ajusta
a las condiciones técnicas y culturales del momento.

Para desarrollar esta investigación se definieron tres variables principales de


estudio: los humedales, el carácter del paisaje, y la vocación del paisaje. Los
humedales son ecosistemas que, debido a sus condiciones geomorfológicas e
hidrológicas, permiten la acumulación de agua temporal o permanentemente
y dan lugar a un tipo característico de suelo y a organismos adaptados a estas
condiciones (Jaramillo et al., 2015).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 95

El carácter del paisaje es el conjunto de rasgos claramente reconocibles y


distintivos encontrados en un determinado lugar, que contribuyen a hacer un
espacio diferente de otro y le otorgan a un área específica su propia identidad
(Landscape Character Assessment. Guidance for England and Scotland, 2002).

La vocación del paisaje es la inclinación o llamado de estos espacios a ser o tener un


determinado uso, en función de su esencia, de su carácter o del llamado espíritu del
lugar. Es importante que, sin importar la vocación a la que se designe a cualquier
paisaje, cuente con una función ecosocial, la cual promueva la sostenibilidad
ambiental y la justicia social (Soba Giordano, 2011).

El propósito de esta investigación fue identificar particularidades del paisaje en


uno de los municipios de mayor desarrollo y crecimiento poblacional del altiplano
del Oriente antioqueño, el municipio de Rionegro. Asimismo, el análisis aquí
propuesto, estuvo enfocado en los humedales de la ciudad, sin duda una riqueza
natural escondida entre la expansión urbana y el crecimiento económico que ha
tenido el municipio en los últimos años. A lo largo de este capítulo se tratará de
dar respuesta a la pregunta: ¿Cuál es el valor paisajístico y la vocación del uso de
los humedales del municipio de Ríonegro?

Metodología

Área de estudio

La presente investigación analiza el paisaje de cuatro hume­dales de Rionegro:


Guadalcanai, Lotus, El Llanito y Madre Vieja, ubicados en la llanura de inundación
del río Negro, los cuales conforman un cordón de humedales al borde este.
Algunos de ellos son naturales y otros son artificiales, consecuencia de actividades
antrópicas como la minería. Fueron seleccionados estos humedales ya que cada
uno representa un paisaje asociado al agua con diferentes lógicas y dinámicas.
Solo el humedal Guadalcanai está ubicado en zona suburbana del municipio de
Rionegro y está rodeado de casas de recreo y fincas con vocación agropecuaria.

Los otros tres están ubicados en zona urbana en el sector de El Porvenir, en


barrios con dinámicas diferentes. El humedal Lotus está ubicado adyacente a los
conjuntos residenciales Campus Reservado y Lotus. El humedal El Llanito, cerca de
los barrios El Llanito y Los Llanos. Por último, el humedal Madre Vieja, lo bordean
varios barrios y es el humedal más cercano del Centro de Rionegro y aunque esté
inmerso en la zona urbana es el humedal con más difícil acceso, ya que el río lo
separa de la ciudad (Figura 1).
96
Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Figura 1. Localización humedales estudiados desde el paisaje. Humedal Guadalcanai, Humedal Lotus,
Humedal El Llanito, Humedal Madre Vieja.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 97

Para esta investigación se utilizó el método lógico inductivo. La metodología


constó de cuatro fases: 1) Establecimiento de relaciones entre los humedales, el
carácter del paisaje y la vocación del paisaje. 2) Caracterización de singularidades
paisajísticas. 3) Determinación del valor paisajístico y la vocación de uso de los
humedales. 4) Análisis integral del paisaje (Tabla 1).

Tabla 1. Diseño metodológico

¿Cuál es el valor paisajístico y la vocación de uso


de los humedales del municipio de Rionegro?

Objetivo ¿Qué? ¿Cómo? ¿Con qué?

Definir y establecer Se recolectan datos,


conceptual y revisa bibliografía, busca
Bibliografía.
teóricamente la información y demás
Método. Cartografía.
1 relación entre el sobre los conceptos de los
Biblioteca. Fotografías.
carácter del paisaje, ecosistemas de humedales,
Audiovisuales.
vocación del paisaje carácter del paisaje y la
y humedales. vocación del paisaje.

Análisis del contexto, su


contexto físico, geográfico,
histórico, normativo,
Caracterizar los Bibliografía.
entre otros. Se describen
valores del paisaje y Cartografía.
Estudio de las dinámicas sociales,
2 las singularidades de Fotografías.
caso. culturales, ecológicas y
los humedales en el Fotos
económicas del lugar,
área de estudio. satelitales.
así como los rasgos y
elementos más particulares y
característicos de su paisaje.

Determinar el Análisis del paisaje realizado


valor paisajístico en cada uno de los cuatro Bibliografía.
y la vocación de Observación humedales de los sistemas Cartografía.
3
uso de los cuatro cualitativa. natural, fisicoespacial, Esquemas.
humedales elegidos sociocultural, perceptual y Entrevistas.
en Rionegro. visual.

Identificación del valor


Agrupar conforme
paisajístico de los
a los valores
humedales a partir de un Bibliografía
paisajísticos y
Meta análisis del paisaje integral, Cartografía
4 vocación de uso los
síntesis para determinar la vocación Fotografías
cuatro humedales
del uso más apropiada para Fotos satelitales
selec­­-
cada uno de estos cuatro
cionados.
ecosistemas.
98 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

En la actualidad, no son muy comunes las metodologías para el análisis del paisaje
de los humedales y mucho menos para humedales urbanos de montaña, como
los estudiados en este trabajo. Por lo tanto, se revisaron algunas metodologías
para el análisis del recurso visual del paisaje y la exploración de su potencialidad,
fragilidad e importancia, tales como: el método de Análisis del Paisaje
(McHarg, 1969); Visual Resource Management VRM (Bureau of Land Management,
1986; Landscape Character Assessment LCA (Landscape Character Assessment.
Guidance for England and Scotland, 2002) y la Guía Metodológica de Estudios
del Paisaje (Muñoz, 2012).

La recolección de datos obtenidos del análisis del área de estudio se compiló


en una serie de fichas, en las cuales se describieron las generalidades de cada
humedal y se muestran sus respectivos análisis: multitemporal, por sistemas,
perceptual visual y perceptual espacial.

Análisis multitemporal

Se realizó un reconocimiento de la transformación de cada humedal y de su


entorno, por medio de un estudio de fotos aéreas desde el año 2000 hasta la
actualidad.

Análisis del Sistema Natural

Se analizó todo lo relacionado con el medio natural y la composición vegetal del


entorno donde está ubicado cada humedal.

Análisis Sistema Físicoespacial

Se analizó lo relacionado con la infraestructura urbana y el ordenamiento territorial


del entorno del humedal.

Análisis Sistema Sociocultural

En este componente se analizó lo relacionado con los habitantes del sector donde
se ubica el humedal.

Análisis perceptual visual

Determina la visibilidad (espacio existente entre el paisaje y el observador que


se aprecia desde un punto o zona determinado). Se seleccionaron unos puntos
de observación estáticos y dinámicos en un radio de 500 m, donde se tomó
como punto central cada humedal, y se analizó la sensibilidad visual, planos
visuales según distancia, atributos estéticos y cuenca visual.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 99

Análisis perceptual espacial

Permite resolver problemas complejos relacionados con el confort, ubicación y


espacialidad de un lugar, sirve para buscar patrones, evaluar tendencias y tomar
decisiones. Va más allá de la representación cartográfica y le permite estudiar
las características de los lugares y las relaciones entre ellos, así como identificar
las emociones y afectos del observador frente a un paisaje. Para este análisis se
utilizaron unos puntos de observación estáticos en cada humedal, y se analizaron
los puntos de sonido, confort térmico, iluminación, olor y emoción, para luego
realizar la cartografía.

Finalmente, con base en la información obtenida de los anteriores análisis, se


identificó el carácter del paisaje de cada humedal, los valores paisajísticos de los
humedales y la vocación de uso para cada humedal.

Resultados

El carácter del paisaje de los humedales

Si bien el paisaje de los humedales de Rionegro posee características similares,


como la presencia de agua y alta cantidad de vegetación, cada uno de los paisajes
de estos humedales es singular, ya que por la composición escénica ofrece diversas
experiencias a quien lo observe y habite. A continuación, se explicará el carácter
del paisaje de cada uno de los cuatro humedales, que se identificó de acuerdo
con los análisis y estudios explicados anteriormente.

Humedal Guadalcanai

El carácter del paisaje está determinado por la dominancia de atributos bióticos, como
el espejo de agua del humedal y masas arbóreas definidas (Figura 2). Este paisaje, se
caracteriza por un grado alto de naturalidad y una baja presencia antrópica.

Figura 2. Humedal Guadalcanai


100 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

En general, las formas del paisaje son continuas, existe una continuidad espacial
que se ve interrumpida por algunos elementos naturales. La vegetación se
encuentra extendida en todo el paisaje, mientras que la fauna se encuentra
en áreas determinadas. La homogeneidad en los tonos de colores es un factor
predominante, así como la textura del follaje de los árboles y las plantas acuáticas.
Las condiciones de visibilidad, intervisibilidad y amplitud de cuencas visuales
determinan en general un alto grado de exposición del territorio. Los elemen­tos
antrópicos como las casas de recreo están dispersas entre sí, y aunque resaltan
en el paisaje no contrastan abruptamente en él.

Humedal Lotus

El carácter del paisaje está determinado por la dominancia de atributos bióticos,


como el espejo de agua del humedal y la vegetación; así como de elementos
antrópicos, tales como los edificios y la vía, los cuales se pueden ver claramente
(Figura 3). Se caracteriza por un grado alto de naturalidad, pero con una alta
presencia antrópica.

Figura 3. Humedal Lotus.

Algunas formas del paisaje son continuas y otras no, ya que son interrumpidas
por elementos antrópicos. La vegetación y la fauna se encuentran sectorizadas.
Aunque hay elementos que contrastan en forma y color, el paisaje conserva cierta
homogeneidad en los tonos de colores, así como las texturas más predominantes
que son del follaje de los árboles y el espejo de agua. Las condiciones de
visibilidad, intervisibilidad y amplitud de cuencas visuales determinan en general
un medio – alto grado de exposición del territorio.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 101

Humedal El Llanito

El carácter del paisaje está determinado por la dominancia de atributos bióticos,


como el espejo de agua del humedal y masas arbóreas definidas. Se caracteriza
por un grado alto de naturalidad (Figura 4), aunque hay elementos antrópicos
que contrastan en una zona determinada del paisaje. En general, las formas del
paisaje son continuas, sin embargo, se ven interrumpidas por algunos elementos
naturales. La vegetación se encuentra extendida en todo el paisaje, con unas
áreas con más concentración de esta, mientras que la fauna se encuentra en áreas
determinadas del paisaje donde predomina una densa y alta vegetación. Hay una
alta cantidad de aves en este humedal que muchas veces no pueden verse, pero
pueden escucharse.

En general, la homogeneidad en los tonos de colores es un factor predominante,


aunque hay elementos que contrastan en forma y color, así como la textura del
follaje de los árboles y las plantas acuáticas. Las condiciones de visibilidad,
intervisibilidad y amplitud de cuencas visuales determinan en general un grado
medio – bajo de exposición del territorio.

Figura 4. Humedal El Llanito.

Humedal Madre Vieja

El carácter del paisaje está determinado por la dominancia de atributos bióticos,


como el relieve y masas arbóreas definidas, como se puede ver en la Figura 5,
no posee un espejo de agua permanente. Se caracteriza por un alto grado de
naturalidad y una baja presencia antrópica.
102 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Figura 5. Humedal Madre Vieja.

En general, las formas del paisaje son discontinuas, existe una discontinuidad
espacial que se ve interrumpida por cambios topográficos y elementos naturales
(Figura 6). La vegetación se encuentra extendida en todo el paisaje, al igual que
la fauna. La homogeneidad en los tonos de colores es un factor predominante, así
como la textura del follaje de los árboles y las plantas acuáticas. En este paisaje
no se observa un espejo de agua permanente. Las condiciones de visibilidad,
intervisibilidad y amplitud de cuencas visuales determinan en general un alto
grado de exposición del territorio. Los elementos antrópicos, como por ejemplo
las casas, están dispersas y ocultas por una vegetación densa y aunque son visibles
en el paisaje, no contrastan abruptamente en él.

Figura 6. Humedal Madre Vieja.


Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 103

El valor paisajístico de los humedales

A partir de las funciones que desempeñan los elementos de un paisaje, se


reconocen los siguientes valores paisajísticos en los humedales del municipio de
Rionegro:

Valor escénico

Los paisajes de los humedales como la nueva identidad cultural. Los paisajes de
los humedales son heterogéneos, donde predominan elementos como el agua
(Humedal Guadalcanai, Humedal Lotus y Humedal El Llanito) y la vegetación. El
Humedal Madre Vieja es el único que no posee un espejo de agua permanente,
ya que este se consolida cuando hay altas precipitaciones.

En estos paisajes predominan los colores verdes, tonos de azul y café. Son
escenarios donde es posible identificar variedad de fauna que contrasta en la
vegetación diversa, pero donde prevalece el color verde. Los contrastes visuales,
cromáticos y de texturas predominan en los humedales con un espejo de agua
permanente (Humedal Guadalcani, Humedal Lotus y Humedal El Llanito) y en los
humedales donde hay elementos antrópicos de gran tamaño que sobresalen en
el paisaje (Humedal Lotus y Humedal El Llanito). Los paisajes de estos ecosistemas
constituyen la expresión espacial de una geografía de planicie de río habitual,
pero que ha sido transformada drásticamente por el ser humano.

El grado de naturalidad en general de los humedales es alto, pero es posible


identificar los suelos aledaños mucho más alterados. Los humedales con un suelo
más degradado, con áreas erosionadas y con rellenos de tierra son los Humedales
Guadalcanai y Lotus, seguidos de Madre Vieja, en el cual su topografía fue
modificada con jarillones y que en la actualidad se mimetizan con naturalidad en
el paisaje. El Llanito es el humedal con el grado más alto de naturalidad y el que
menos intervención antrópica evidencia en sus suelos aledaños, contando así con
áreas donde la vegetación bloquea el paso.

De acuerdo con lo anterior, se propone una calificación del valor escénico en


los humedales estudiados (Tabla 2). Esta indica que los humedales con un valor
escénico mayor, por sus singularidades en la composición, colores y elementos,
son los humedales Guadalcanai y El Llanito, seguidos de los humedales Lotus y
Madre vieja.
104 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Tabla 2. Valor escénico de los humedales.

Valor escénico

Humedal Muy alto Alta Medio Bajo

Guadalcanai X

Lotus X

Llanito X

Madre vieja X

Valor ecológico

Los paisajes de los humedales como agentes enriquecedores del entorno: los
humedales son considerados hotspots, por su alta biodiversidad de fauna y flora. En
el libro Los humedales del altiplano del Oriente antioqueño y su conceptualización
(Quijano-Abril et al., 2018), se menciona que gran parte de la vegetación acuática
y semiacuática registrada para los humedales estudiados es de amplia distribución
y ha sido reportada en diferentes zonas de vida.

De las 48 especies de flora registradas para estos ambientes, 41 son nativas, cuatro
naturalizadas, dos son adventicias y un cultivada. Consolidándose este tipo de
ambientes, entre otros, como espacios estratégicos para peces y aves migratorias.
En promedio, la riqueza de plantas para los sitios estudiados fue de 11 especies por
humedal, variando entre seis y 18 especies. Según este este estudio, el Humedal
Lotus es el humedal que posee más variedad de flora con 14 especies, seguido
del Humedal Madre Vieja con 12 especies, luego el Humedal Guadalcanai con 10
especies y por último el Humedal El Llanito con ocho especies.

La calidad del agua en los humedales seleccionados fluctúa entre aguas de calidad
aceptable, donde se evidencian efectos de contaminación (Humedal Lotus y
Humedal Madre Vieja) y aguas con calidad dudosa, moderadamente contaminadas
(Humedal Guadalcanai y Humedal El Llanito).

Respecto a la cantidad de peces, el humedal con más abundancia de individuos


fue el de El Llanito (300), seguido del Guadalcanai (menos de 200), Madre Vieja
(100) y, por último, Lotus (50). En cuando a la riqueza y variedad de especies de
peces, El Llanito y Guadalcanai son los que poseen más (4 taxones), le sigue Lotus
(3 taxones) y por último Madre Vieja (1 taxón).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 105

En cuando a los anfibios, el humedal con más cantidad de individuos y especies


es el Madre Vieja, luego Lotus, Guadalcanai y por último El Llanito.

En relación con las aves se registraron 29 especies, siendo El Llanito el humedal


con más riqueza de avifauna, ya que en él se registraron el total de las 29 especies,
seguido de Guadalcanai con 28 especies, Lotus con 25 especies y por último Madre
Vieja con 15 especies. En conclusión, cada uno de los humedales es muy rico en
diversidad de fauna y flora y dicha diversidad es muy variada entre ellos (Tabla 3).

Tabla 3. Valor ecológico de los humedales.

Valor ecológico

Humedal Muy alto Alta Medio Bajo

Guadalcanai X
Lotus X
Llanito X
Madre vieja X

Valor social

Los paisajes de humedales como escenarios de reconciliación. Este valor expresa


cualidades a través de las cuales se fortalece el sentido de identidad con un lugar
determinado, y es mayor cuando dichos espacios forman parte de la vida cotidiana
de las personas, cuando se hace de este un entorno familiar y la comunidad se
apropia de él.

En el caso de los humedales, este valor radica en el reconocimiento de su


importancia, el sentido de arraigo y valoración por parte de los habitantes del
sector de El Porvenir, Rionegro y el Oriente antioqueño, así como la gestión
adecuada desde políticas y leyes de entidades públicas y gubernamentales.
Los humedales podrían convertirse en escenarios afectivos, vinculados a las
experiencias emocionales de los individuos o colectivos. El alto grado de
naturalidad en medio de una ciudad emergente como Rionegro, la cual presenta
un crecimiento acelerado y descontrolado, puede significar relajación, paz y
tranquilidad ante una vida de afanes y preocupaciones. Es por esto que las
experiencias espaciales que ofrecen estos ambientes son inolvidables, así como
las emociones que evoca el acto de contemplarlos.
106 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Con base en el análisis del paisaje y las encuestas realizadas a los habitantes,
las personas reconocen que los han visitado regularmente y que sienten mayor
arraigo y apropiación hacia los humedales Lotus y El Llanito, mientras que con los
humedales Guadalcanai y Madre Vieja no sucede lo mismo (Tabla 4).

Tabla 4. Valor social de los humedales.

Valor social

Humedal Muy alto Alta Medio Bajo

Guadalcanai X

Lotus X

Llanito X

Madre vieja X

Valor territorial

Los paisajes de los humedales como moldeadores del territorio. La alta biodiversidad
y la riqueza ambiental de los humedales debería suponer restricciones ante
el crecimiento urbano y los usos asociados a la recreación y el esparcimiento,
condicionando la planificación y el ordenamiento territorial en beneficio de la
conservación y protección de los humedales. Estos paisajes, además de ser
portadores de identidad para los habitantes del municipio deberán estructurar la
ocupación del territorio y los usos asociados a ellos, es decir, estableciendo unos
usos condicionados con el fin de mantener el equilibrio ambiental y no generar
perturbaciones innecesarias. Asimismo, los humedales no deberían ser objeto de
enajenación, concesión o privatización con el fin de ser explotados económicamente,
ya sea por el Estado o por el sector privado.

Si bien todos los humedales estudiados están ubicados en la llanura de


inundación del río Negro, y por consiguiente están dentro de las Áreas de
Conservación, el análisis muestra que a los humedales Lotus y El Llanito se les
otorga la mayor calificación debido a que por su alto valor social influyen de
manera diferente en las dinámicas y en las presiones urbanas desde el sector
inmobiliario (Tabla 5). Sin embargo, los cuatro humedales son importantes para
una planificación y ordenamiento territorial integral.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 107

Tabla 5. Valor territorial de los humedales.

Valor territorial

Humedal Muy alto Alta Medio Bajo

Guadalcanai X

Lotus X

Llanito X

Madre vieja X

Valor patrimonial

Los paisajes de los humedales como expresión espacial de la resiliencia. La


explotación secular de los recursos naturales en elementos estructurantes como
el río Negro y su ronda hídrica (antes para la extracción de oro y ahora para arenas
y arcillas), ha dejado un legado histórico, cultural y patrimonial, relacionado con
la explotación minera.

Si bien estos humedales están ubicados sobre la llanura de inundación del río
Negro, la morfología y estructura paisajística fue consecuencia de actividades
antrópicas. Espacios con memoria de una alta explotación de recursos naturales
que se fueron recuperando cuando el hombre los abandonó, conformando así
una buena parte de los paisajes de humedales que hoy podemos apreciar. En una
ciudad intermedia como Rionegro, con miras a consolidarse como ciudad principal,
cuya estructura ecológica principal está fragmentada, y donde el río Negro está
recibiendo una fuerte intervención, es necesario la consolidación de nuevas figuras
políticas, sociales y ambientales, que piensen a los elementos naturales como los
paisajes de los humedales, en tanto patrimonio natural del municipio.

Con respecto al valor patrimonial, se referencia al humedal El Llanito como el de


más alta calificación, en comparación con los otros humedales. Esto se debe a
que ha sido el humedal que más se ha visto afectado por actividades antrópicas
como minería y construcción (Tabla 6).
108 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Tabla 6. Valor patrimonial de los humedales.

Valor patrimonial

Humedal Muy alto Alta Medio Bajo

Guadalcanai X
Lotus X
Llanito X
Madre vieja X

Vocación de uso en los humedales de Rionegro

A continuación, se presentan las tablas de los usos designados para cada humedal:

Humedal Guadalcanai

Al estar ubicado en una zona suburbana, con deficiencia de espacio público, se


considera que este humedal puede consolidarse como un nodo de gran importancia
para el sector (Tabla 7.). Este humedal posee valores ecológicos altos, propicios para
la investigación científica y la educación ambiental. De igual manera, su riqueza
escénica es adecuada para consolidar senderos y recorridos guiados, torres de
avistamiento de aves y miradores. Por el gran tamaño del humedal y reconociendo
algunas áreas degradadas, se podrían diseñar estrategias de recreación activa
controlada, sectorizada y separada correctamente de las áreas más vulnerables
biológicas y paisajísticas. Este paisaje soporta los cambios físicos que implicaría un
diseño de espacio público en el humedal, ya que el entorno donde está inscrito no
está tan transformado antrópicamente y se considera que con un diseño del paisaje
adecuado los valores paisajísticos se reforzarían positivamente.

Tabla 7. Vocación de uso Humedal Guadalcanai.

Humedal Guadalcani

Número Uso Presente

1 Conservación y rehabilitación de fauna X

2 Recreación pasiva X

3 Investigación científica X

4 Educación ambiental X

5 Recreación activa X
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 109

Humedal Lotus

A lo largo de la investigación se ha demostrado y soportado la importancia


como espacio público que ya posee este humedal, incluso mucho antes de que
se consolidaran los edificios de vivienda a su alrededor, facilitando así el acceso
a él. Al contar un valor ecológico medio, la investigación científica y educación
ambiental en este humedal pasan a un segundo plano, siendo la recreación tanto
activa como pasiva la vocación de uso de este humedal, respaldando esta idea
con un valor escénico alto y uno social muy alto (Tabla 8).

Tabla 8. Vocación de uso Humedal Lotus.

Humedal Lotus

Número Uso Presente

1 Conservación y rehabilitación de fauna X

2 Recreación pasiva X

3 Investigación científica

4 Educación ambiental

5 Recreación activa X

Este paisaje ya posee elementos antrópicos que contrastan con el humedal, por
lo que se debe buscar el balance adecuado entre el diseño de su espacio público,
siempre en función de conservar y exaltar los valores paisajísticos del humedal,
sin degradar su calidad visual paisajística.

Humedal El Llanito

Al Humedal El Llanito se le designan todos los usos menos la recreación activa


(Tabla 9). Este humedal es el que posee los valores escénicos, ecológicos, sociales,
territoriales y patrimoniales más altos de los cuatro humedales. Asimismo, es el más
rico en biodiversidad, su grado alto de naturalidad ofrece un paisaje maravilloso
y por su ubicación cerca de varios barrios es reconocido y apreciado por la
comunidad. Por todo lo anterior es que se le designan los usos mencionados,
menos la recreación activa, ya que esta podría afectar drásticamente los valores
paisajísticos del humedal, ahuyentar la fauna, el daño de la vegetación y el
deterioro en la calidad visual paisajística. Una recreación pasiva, basada en unos
recorridos visuales y miradores estratégicamente adecuados, de acuerdo a los
análisis realizados a lo largo de la investigación, no supondrían una perturbación
al ecosistema ni un daño al paisaje.
110 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Tabla 9. Vocación de uso Humedal El Llanito.

Humedal El Llanito

Número Uso Presente

1 Conservación y rehabilitación de fauna X

2 Recreación pasiva X

3 Investigación científica X

4 Educación ambiental X

5 Recreación activa

Humedal Madre Vieja

este humedal es un caso especial, ya que, por su condición de predio privado


y su ubicación al otro lado del río, es difícil su accesibilidad y aprovechamiento,
esto hace del humedal un espacio aislado no solo físicamente, sino también
afectivamente de los habitantes del sector. Este humedal por su ubicación
estratégica y al ser el más inmerso en el trazado urbano, podría convertirse en un
espacio que fomente el encuentro, la conexión con la naturaleza, y la desconexión
del ajetreado mundo real (Tabla 10).

Tabla 10. Vocación de uso Humedal Madre Vieja.

Humedal Madre Vieja

Número Uso Presente

1 Conservación y rehabilitación de fauna X

2 Recreación pasiva X

3 Investigación científica

4 Educación ambiental X

5 Recreación activa

El valor ecológico de este humedal no es tan alto como en los otros humedales
y por lo tanto la investigación científica pasaría a otro plano. Sin embargo, la
educación ambiental podría desarrollarse adecuadamente en este lugar. El
humedal posee un valor escénico y un grado de naturalidad altos, donde no hay
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 111

elementos antrópicos que contrasten drásticamente. Por esta razón, la intervención


en el paisaje y adecuación del espacio público debe ser simple y amigable con el
entorno, sin deteriorar la calidad visual paisajística. Así pues, la recreación pasiva es
la vocación de uso principal de este humedal, donde se pueden realizar recorridos
ecológicos y escénicos, miradores y observatorios de aves.

Discusión

El paisaje no solo refleja la cultura, sino que es parte de su construcción. Refleja


el pasado, el presente y el futuro de una sociedad, refleja ideologías, sueños,
ambiciones y conflictos, dibujados en el lienzo del territorio. La importancia de
la construcción social del paisaje radica entonces en que seamos conscientes de
que formamos parte de un todo, un sistema, donde cada individuo cumple una
función, para así mantener un equilibrio ecosistémico. Entender el paisaje como
un sistema, compuesto de varias capas distintas pero conectadas entre sí, permite
un entendimiento global y holístico de las interacciones entre las mismas y, de esa
manera, tener un mejor acercamiento a las problemáticas y oportunidades en el
momento de analizar, diseñar y gestionar el paisaje.

A partir de entender el paisaje como un moldeador del territorio y además como


producto de un acto social, los humedales como ecosistemas estratégicos y paisajes
singulares, poseen un carácter y un valor emocional que influye en la vocación de
uso y esencia del lugar. Los paisajes del agua de Rionegro, y principalmente los
humedales, son escenarios de vida terrestre y acuática, portadores de identidad,
con un gran peso histórico y cultural, son expresiones del paso de una geografía
variada y del progreso de un pueblo agrícola y artesanal, a uno industrial y
comercial. Los humedales analizados son tesoros naturales inmersos en un
trazado urbano en constante transformación, que poseen altos y variados valores
paisajísticos, además de una vocación de uso incuestionable, en especial para un
municipio como lo es Rionegro, que cuenta con una deficiencia de espacio público
considerable, comparado con su crecimiento urbano y demográfico.

Esta investigación invita a la reflexión activa y el entendimiento de que el paisaje de


los humedales de Rionegro debe valorarse como un medio físico (valor escénico),
con una riqueza ambiental (valor ecológico) y una importancia cultural (valor social),
que determina funciones espaciales específicas (valor territorial) y por eso deben
consolidarse como patrimonio natural (valor patrimonial) del municipio.

Identificar los valores paisajísticos de los humedales, no es necesario solo para


el reconocimiento de elementos propios de estos ambientes, sino también para
saber cómo mejorar y enriquecer aquellos que no sean altamente valorados.
112 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

En cuanto a la vocación de uso de los humedales de Rionegro es primordial


entender que por su naturaleza y función ecosistémica, los humedales siempre
tendrán la función de albergar y contribuir en la conservación de la flora y fauna. Sin
embargo, la rehabilitación en cada humedal será diferente y estará relacionada a las
dinámicas de cada uno de estos y su entorno. Los cuatro humedales poseen un alto
nivel de biodiversidad, por lo que son escenarios perfectos para la investigación
científica y su divulgación. La educación ambiental es relevante en todos, ya que
cada uno posee singularidades tanto desde lo ambiental como de lo paisajístico.
Por dichas características es que las actividades que la recreación pasiva propone
son las más adecuadas para estos ecosistemas, ya que buscan la armonía y el
equilibrio entre lo natural y lo antrópico. Por otra parte, las actividades que propone
la recreación activa en estos ecosistemas frágiles visual y ecológicamente, deben
ser gestionadas de la mejor manera posible.

Conclusiones

Considerando las cualidades mencionadas en la investigación, la valoración de


los humedales debe ser gestionada desde un enfoque integral y multidisciplinar,
con el uso de herramientas e instrumentos de planeación y de política pública,
incluyendo también técnicas de participación social. Se espera que la propuesta
metodológica, así como los resultados expuestos de su caracterización, valoración
y vocación de uso, permitan en un futuro su reconocimiento como patrimonio
natural del municipio y de esta manera conducir al uso racional de estos ambientes.

Es importante, además, estructurar y desarrollar actividades para un manejo


ambiental sostenible de estos ecosistemas; así como articular la estructura
ecológica principal (el río Negro y sus tributarios) con las áreas de interés analizadas
en esta investigación. Desconocer e ignorar la importancia del río Negro y de
los humedales ubicados en su llanura de inundación, entendiéndolos como dos
sistemas separados, es condenar a una pena de muerte todas las dinámicas
ambientales de estos ecosistemas, de igual manera, un atropello a la historia e
identidad del municipio y a sus habitantes.

Los humedales y sus paisajes, aunque son frágiles y vulnerables ante las actividades
antrópicas, son resilientes y con una alta capacidad de regeneración, esto quiere
decir que los ecosistemas son capaces de volver a un estado de equilibrio natural
después de una alteración. Estos procesos pueden ser muy lentos de manera
natural, no obstante, se podrían catalizar con el apoyo de diferentes áreas del
conocimiento, las cuales no solamente están ligadas al componente biológico.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 113

La integración de los análisis paisajísticos de percepción visual y espacial realizados


para comprender las dinámicas naturales, físicoespaciales y socioculturales, permite
obtener información esencial para la toma de decisiones, fundamentadas desde el
punto de vista científico y académico. Esta articulación, conjuga el conocimiento de
la estructura, funcionamiento y servicios ecosistémicos que ofrecen estos paisajes,
con las diferentes presiones antrópicas, relación uso-vocación y las políticas de
gestión adoptadas.

Desde la disciplina del paisaje, la fragilidad de los humedales no se reduce solo a


su vulnerabilidad visual, sino que considera la capacidad de estos ambientes para
acoger las transformaciones generadas con las actividades antrópicas. Esto teniendo
en cuenta que el uso de un territorio y de sus recursos, tanto naturales como visuales,
siempre llevará a modificaciones de hábitat y por lo tanto del paisaje.

La capacidad de los humedales de adaptarse a los cambios y condiciones


dinámicas será crucial para los seres humanos y las especies silvestres a medida
que las consecuencias del cambio climático sean más notorias y peligrosas. Esto
nos lleva a pensar que lo más importante no es preservar el paisaje, sino defender
los valores paisajísticos de los humedales de Rionegro, entendiendo que el paisaje
y la naturaleza son dinámicos, versátiles y mutables.

Referencias

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Capítulo 5
Paisaje en tránsito: un acercamiento a las
transformaciones históricas de los humedales
del sector de El Porvenir en Rionegro
Paisaje en tránsito: un acercamiento a las
transformaciones históricas de los humedales
del sector de El Porvenir en Rionegro
Katerine Arcila Arbeláez1,2 Mario Alberto Quijano-Abril2,3

Introducción

El crecimiento urbano es una de las tantas razones por las cuales el paisaje se
ha transformado y ha dejado consecuencias notorias sobre la ecología de los
ecosistemas. El caso de Rionegro y su constante expansión urbana a lo largo del
territorio evidencia las presiones ejercidas históricamente a estos lugares que
juegan un papel importante en la preservación biológica del entorno. Los impactos
del crecimiento urbano se han reflejado en el deterioro y las transformaciones de
ecosistemas como el río y los humedales, lugares que albergan una gran diversidad
necesaria para el equilibrio natural. Por tal razón, los humedales y zonas de
inundación del río Negro han formado parte del contexto de la sociedad desde su
nacimiento y fundación hasta los proyectos actuales, enmarcados en la expansión
urbana que ha modificado la ecología y biodiversidad asociada al territorio.

En el sector de El Porvenir, ubicado hacia la zona occidental del municipio, se


encuentra la mayor densidad de humedales de Rionegro. Desde los primeros trazos
y las primeras construcciones, el sector estaba entretejiendo una relación con los
humedales ubicados en sus inmediaciones. Los meandros del río que atraviesan
lo que antes fueron zonas dedicadas a actividades agrícolas, ganaderas y lugares
de paso hacia el centro del municipio, han sufrido una serie de modificaciones
sistemáticas correspondientes a la presión ejercida por el crecimiento urbano y
1 Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad de Antioquia.
2 Grupo de Investigación Estudios Florísticos, Herbario Universidad Católica de Oriente.
3 Facultad de Ingeniería, Universidad Católica de Oriente
118 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

la extracción de minerales como arcilla y caolín. En consecuencia, el desarrollo


y crecimiento de El Porvenir ha estado determinado por la zona de inundación
del río que ha narrado una historia sobre la relación económica y social con los
ecosistemas de agua, el río y los humedales.

Según el contexto anterior, y con la intención de abordar la relación establecida


entre los habitantes del municipio de Rionegro y los humedales, desde un
acercamiento histórico y partiendo del caso específico del sector de El Porvenir,
cabe preguntarse ¿cómo la construcción y desarrollo de esta zona del municipio
evidencia las transformaciones antrópicas de los humedales de Rionegro?

Conforme al alcance de la investigación, es necesario establecer un análisis


en retrospectiva y remontarse a los primeros asentamientos y evolución en el
poblamiento de lo que hoy se considera como la jurisdicción de Rionegro. Con
lo anterior, se buscará entender los procesos históricos de largo alcance que han
contribuido a la transformación del paisaje. El interés de la investigación se enfoca
en el periodo de 1960-1980, época que estuvo atravesada por los proyectos y
labores que profundizaron dichos cambios en los ecosistemas de forma más
acelerada, incluyendo la construcción del barrio El Porvenir.

La investigación se hace desde un acercamiento de tres momentos que fueron


claves en las transformaciones del río y los humedales. En primer lugar, se realiza
una aproximación a la importancia del río como arteria que articula y construye
la vida de Rionegro, desde su función como vía de acceso que permitía generar
comercio entre zonas cercanas, pasando por elementos económicos, sociales,
culturales y simbólicos. El río permite narrar las dinámicas del territorio generadas
por la minería de aluvión, así como las actividades cotidianas de subsistencia y
de encuentro entre comunidades. En segundo lugar, se aborda las décadas del
sesenta y del setenta como periodos que determinan mayor intervención del río y
los humedales con el advenimiento de grandes procesos industriales, crecimiento
urbano, la construcción del barrio El Porvenir y proyectos de carácter nacional que
cambiaron la morfología del río y de sus meandros.

Por último, la década de los ochenta enmarca una expansión de la frontera


urbana, construcción de vías, extracción de materiales referentes a caolín y arcilla
en las vegas del río del barrio El Porvenir, propiciando las condiciones para que
posteriormente surgieran los humedales, conocidos actualmente como El Llanito,
Madre Vieja y Lotus, siendo estos algunos de los ecosistemas ‘’emergentes’’ que
surgen a raíz de la extracción mineral.

En épocas invernales, el río se manifestaba y advertía sobre su capacidad de


inundar zonas que no habían respetado su comportamiento natural, señales que
no tuvieron suficiente atención por parte de las instituciones gubernamentales y
planeación cuando fue construido el barrio El Porvenir. Sin embargo, esta postura
contrasta con la de algunos habitantes que expresaron su constante preocupación
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 119

en la prensa local, siendo frecuente encontrar voces que denunciaban las


consecuencias de la construcción del aeropuerto José María Córdoba, como
uno de los grandes daños ecológicos del río y sus bordes de inundación. En el
transcurrir de esta década, algunas voces reclaman reorientar la mirada al río. La
preocupación tomó notoriedad por parte de la institucionalidad, que emprendió
estudios alusivos a las condiciones del río y el fomento de programas para su
recuperación. En este sentido, desde planeación de Antioquia ya había propósitos
claros, como el de tomar el río como “ordenador del área urbana del municipio’’
(Martínez, 2011, p. 8)

Los periódicos El Rionegrero y La Nueva Mañana fueron medios que permitieron


expresar el sentimiento de desazón sobre los cambios del río y sus llanuras.
Varias páginas fueron dedicadas como denuncia contenida de nostalgia sobre
las transformaciones de los meandros, del cambio del color del río y el deseo
profundo de recobrar su cauce como vía que configura el territorio del municipio.
“El río entonces cambió de color y ya no era el oscuro poético que encantó al
descubridor Ibero, sino el rojizo que ponía al descubierto el crimen ecológico’’
(Tobón, 1987, pp. 11).

En la actualidad no se cuenta con estudios históricos que indiquen la incidencia


del desarrollo y el progreso del municipio de Rionegro en relación con el deterioro
del río y los humedales del barrio El Porvenir. La ausencia de reflexiones en torno
a las transformaciones efectuadas como consecuencia de proyectos e imaginarios
que no consideran la geografía, morfología del valle y su abundancia hídrica, han
provocado perjuicios, algunos de ellos de carácter irreversible. El Porvenir y los
humedales que lo conforman, son la evidencia de las relaciones históricas de los
habitantes con su entorno y los presentes efectos sobre la planificación y modelos
de urbanización, por tal razón, esta investigación abre nuevas formas de interpretar
procesos históricos de Rionegro, acogiendo al río y los humedales como objetos
de estudio que pueden ser analizados de manera metódica.

Metodología

Para llevar a cabo la investigación, se recurrió a un marco metodológico basado en


la recopilación de fuentes documentales, análisis cartográficos y entrevistas que
comprenden el periodo de 1960-1980, incluyendo algunas fuentes de periodos
anteriores como marco de referencia temporal. A través de algunas descripciones
de viajeros, visitadores y personajes letrados de la región, que dedicaban sus
versos a la belleza del lugar, se logró recrear el imaginario y percepciones que
fueron construyendo la idea de Rionegro durante los siglos XIX y XX. Asimismo,
la cartografía facilitada por parte de la oficina de Catastro de Rionegro y mapas
extraídos de estudios sobre el crecimiento urbano del municipio favorecieron el
120 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

análisis de la evolución de los cambios en el uso del suelo y el paisaje en general.


Por su parte, la prensa otorgó la posibilidad de observar las inconformidades y
preocupaciones manifestadas por algunos habitantes sobre las condiciones del río
y su deterioro, permitiendo vislumbrar la idea en común que reclamaba reorientar
la atención al río.

Búsqueda de bibliografía y fuentes primarias

En principio se hizo una revisión detallada de documentos referentes a la historia


de Rionegro y el barrio El Porvenir. Luego se acudió a los archivos institucionales
ubicados en el Archivo de la Casa de la Convención (ACCR), la oficina de Catastro,
la Biblioteca Pública de Rionegro, la sala patrimonial de la Universidad de Antioquia
y otros espacios que enriquecieron la investigación.

Análisis de cartografía

Posteriormente, se exploraron y agruparon algunos mapas digitales de la


plataforma del modelo geográfico de Rionegro (MGEORIO) y Google Earth,
donde pueden observarse y analizarse las características físicas de los terrenos y
los paisajes. Esto permitió examinar los cambios que ha sufrido el río y las zonas
de inundación acordes a los proyectos efectuados durante las décadas del sesenta
y del ochenta. Asimismo, se pudo corroborar el origen de data reciente de los
humedales o espejos de agua del barrio El Porvenir.

Entrevistas

A través de algunas entrevistas no estructuradas y enfocadas en conversaciones


con personajes con conocimiento de la historia del municipio, se obtuvieron datos
e información específica sobre la construcción del barrio El Porvenir. La naturaleza
de las entrevistas no estructuradas se rige más desde la conversación que desde
una serie de preguntas categorizadas.

Elaboración de fichas bibliográficas

Como método de organización se utilizó el fichaje de información con su respetiva


referencia. Este consistió en distinguir y seleccionar los datos e indagaciones
relevantes para proceder al análisis y posterior ejercicio de escritura.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 121

Resultados

Memorias del río: un reflejo de la relación tejida entre la sociedad y el río

El río Negro y su geografía del agua que atraviesa el valle de San Nicolás, ha
otorgado las condiciones necesarias para el establecimiento de poblados
durante el periodo colonial. En su paso por la planicie donde hoy se ubica
Rionegro, fueron naciendo las primeras comunidades orientadas por la bús-
queda de recursos auríferos en torno a los abundantes y ricos aluviones de oro
(INER, 1990). (Figura 1). Aquellos primeros exploradores hispanos se vieron
atraídos por los afluentes y el río, tanto que poco después del descubrimiento del
Porce, los españoles emprendieron la búsqueda para elaborar minas de oro en
los valles de la Mosca y de San Nicolás. Luego se dieron a la tarea de establecer
un Real de Minas que permaneció bastante tiempo en el punto ocupado hoy
por la población (SEDUCA, 1985). Así, El valle de San Nicolás apareció como
una posibilidad para el asentamiento y configuración de un lugar promisorio
para explotación minera. Su posición geográfica estratégica para el comercio,
cercanía al Valle de Aburrá y abundancia de recursos, sumaron elementos para
propiciar el cimiento de las primeras construcciones. Por tanto, ‘‘la fama de su
oro se extendió rápidamente y otros mineros llegaron después y entonces nuevos
y mejores ranchos se levantaron en las orillas del río’’ (Tobón, 2011, pp. 28).
Es así como el oro alimentaba entonces un contexto definido por la ambición
que perseguían aquellos conquistadores de la época. Según el registro de la Caja
Real de Santafé de Antioquia, se demuestra que entre 1623 y 1624 se realizaron
las primeras explotaciones en Rionegro, y que para 1625 Guarne y la quebrada
de La Mosca ya estaban en producción (West, 1952). “La gente iba llegando de
todas partes, atraídas por el oro que casi afloraba en sus vegas y que brillaban en
las arenas de sus quebradas’’ (Tobón, 2011, pp. 28).

En el contexto del surgimiento a partir de la minería y las riberas del río, hay una
relación que empezó a tejerse directamente con sus cauces, por lo que habitar
el Valle y las llanuras del río era permanecer bajo el influjo de sus meandros.
Sus condiciones geomorfológicas y abundancia en agua fueron asimismo
elementos que impulsaron el surgimiento de la vida en el lugar. Su pasado ha
incluido miradas y percepciones que han abordado al río como arteria que articula
las poblaciones aledañas y que ha jugado un papel protagónico en el desarrollo
del comercio, la economía y la cultura de la región. Dadas las condiciones de
su amplio cauce, la navegabilidad del río permitió el movimiento de balsas y
embarcaciones menores posibilitando así un intercambio comercial alrededor de
sus vegas en el periodo Colonial. Impedir la navegación era objeto de denuncia,
así lo demuestra un expediente dictado en Rionegro en 1884: “En el juicio que
seguimos con el Doctor José María Jaramillo H, sobre unos alambres que atravesó
en el Rionegro por medio de los cuales ha embarazado y perturbado la navegación
122 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

a flote que por medio de las balsas se ha hecho siempre en el mencionado río”
(Archivo Histórico de Rionegro, 1884, pp. 223r-224r)). Su lecho ha sido surtido por
importantes afluentes, como los riachuelos Hato, San Antonio, Cimarronas y los
ríos Pereira, el Tablazo, Tablacito, Canalón hondo, La Bolsa, Malpaso, Mosca y la
Porquera (Uribe Ángel, 1985).

Figura 1. Trama urbana antes de 1800.


Fuente: oficina de catrastro, Rionegro, Antioquia.

El desarrollo y expansión de Rionegro surge en las inmediaciones donde hoy se


ubica el puente Mejía. Aquella área rica en oro determinó la construcción de los
poblados hacia el occidente del río. En la Figura 1, se puede observar un mapa
anterior a 1800, sin tener certeza del año exacto. En esta, es posible examinar el
tejido urbano de la época, las playas de extracción de oro ubicadas en las llanuras
del río, un gran lago y estriaciones perpendiculares al río que se extienden como
brazos. En complemento, en la figura 2 se logra percibir la presencia de los primeros
ranchos y construcción de caminos en las cercanías al río, al tiempo que evidencia
la humedad del lugar y la existencia de pantanos que eran característicos de la zona
de inundación del río. A su vez se demuestra que la vegetación que acompañaba
el transcurrir del río era abundante.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 123

Figura 2. Plano de algunas casas y pantanos de Rionegro, 1806, en Biblioteca Luis Ángel
Arango, Biblioteca Virtual, Ref. H396. A. Casa de Don Pablo Ruiz, B. Donde se dividen
los dos caminos para dicha casa, C. El paraje donde fue enocntrada la (no hay claridad
sobre la palabra), D. Caminos que salen al llano o al desecho, E. Quebrada del pueblo
que pasa por el camino real, F. Casa de Antonio Cardona, S. Puente Real. H. Donde
se junta el camino de a pie que viene a la ciudad, Y. Quebrada, J. Camino de José,
K. Cuadra del alto de la ciudad, L. Pueblo de San Antonio, P. Río-Negro, O. La casa o
cuadra donde vive Sacramento Cardona, R. Camino que sigue a los pantanos.

Relatos y descripciones decimonónicas, permitieron el acercamiento y la recreación


de imágenes acerca de las cotidianidades que se desarrollaban en torno al río.
Entre ellas, actividades de subsistencia, minería, recreo y relación constante a sus
orillas entre las comunidades del lugar. Estas relaciones se irían transformando
gradualmente, pero es durante el siglo XX, con el advenimiento de otras prácticas
y representaciones sociales, es que el río empieza a sustentar otras dinámicas que
influirían aún más en su deterioro.
124 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

En las siguientes imágenes (Figuras 3 y 4), se pueden determinar las dinámicas que
todavía permanecían en torno al río y la cercanía que la comunidad tenía con este
afluente en la cotidianidad de sus días. No se estableció la fecha concreta de estas
fotografías, no obstante, se presume, puede ser entre las décadas del sesenta y
del setenta, esto teniendo en cuenta la temporalidad que enmarca la mayoría de
fotografías de uno de sus autores, Gabriel Carvajal; asimismo, las construcciones
que estuvieron cerca al puente Mejía.

Figura 3. Cotidianidad del río Rionegro, década del veinte.


Fuente: Wordpress, 2011.

Figura 4. Casas aledañas al Puente Mejía.


Fuente: (Gabriel Carvajal Pérez, s.f.).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 125

Acorde con su naturaleza de cambio y desarrollo, el auge de la minería de


oro estuvo seguida por una disminución en su extracción. Durante el siglo XX
las vegas del río ya no conservaban la misma recurrencia por personas con la
esperanza de encontrar aquel metal precioso, “corrió el tiempo; había sobra
de mineros y ya el oro no se dejaba ver en la arena de las playas” (Tobón, 2011,
pp. 29), sin embargo, esto no supuso su desaparición. Fue brotando otro tipo
de minería de extracción que incluía nuevas técnicas y con ello nuevas formas
de intervención a los ecosistemas. La minería fue variando sus procesos de
extracción, pasando por métodos artesanales hasta llegar a las técnicas actuales de
separación por mercurio. A pesar de que las condiciones fisicoquímicas evidencian
escenarios ambientales aceptables, en el estudio realizado en el río Negro, las
altas concentraciones de algunos metales representan un factor de deterioro
de la calidad del agua muy significativo y constituyen un grave riesgo para la biota
del lugar (Posada, M. & Palacio, 1998).

Las presiones al río fueron aumentando, la minería había constituido la manera


más directa de impactar las condiciones hidrológicas del río con la introducción
de nuevos procesos extractivos. Para este tiempo de mediados del siglo, la
actividad de minería de oro apenas se asomaba a las orillas del río Negro, donde
se presume todavía había personas que se acercaban con su batea en busca de
algunos fragmentos dorados depositados por el cauce, según lo relata Gonzalo
Martínez, historiador de Rionegro.

Con el devenir de los tiempos, la relación con el río iría modificándose gracias
a los inevitables cambios que empezarían a notarse a raíz de la introducción de
nuevas ideas, las cuales estaban atravesadas por el propósito del progreso en
el transcurso del siglo XX. En la década del cuarenta se continúa reproduciendo
en el imaginario la idea de Rionegro como un sitio de ideal establecimiento.
En este periodo se vive un apogeo en la migración de algunos habitantes de la
élite de Medellín, que venían buscando un lugar de reposo. El gran crecimiento
de jardines y la amabilidad de su clima inspiró y fascinó a la gente de la capital.
El río continuaba siendo un sitio de gran acogida, algunos solo venían a pasear
a las orillas de los riachuelos, así como lo menciona Clemente López en sus
narraciones sobre la historia de Rionegro: “el clima benigno y las trojes siempre
repletas, espantan de allí a la muerte y la alegría del vivir palpita en esos ribazos
del Pereira (un río) y colinas del Tablazo” (López, 1968, pp. 68).

La migración de las élites traía consigo algunos cambios, no solo en las mentalida-
des acerca del sitio de recreo que se estaba instaurando, sino en el cambio en el
paisaje y el uso del suelo que fue generando la introducción de algunas especies
exóticas para la siembra en las cuencas hidrográficas. Fue en las décadas del
veinte y del treinta que varias ciudades principales del país iniciaron programas
de siembra encaminados a la protección de los bordes del río y los humedales
(Tobón, 2011).
126 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

El paisaje de Rionegro para ese entonces se componía de grandes maizales,


helechales y los sauces prominentes que bordeaban el río, sin embargo, la llegada
de personajes pertenecientes a la élite cercanas al Tablazo, fue abriendo un largo
camino de siembra de pinos y eucaliptos. Así lo relata Ernesto Tobón, quien
sostiene que para las primeras décadas del siglo XX no se conocía en Rionegro
lo que él nombró como bosques artificiales. La admiración por lo extranjero, por
lo que no es propio del territorio, iba tomando fuerza con la transformación de
la vegetación y el paisaje. El valle de San Nicolás se recreaba desde la añoranza
y encanto que constituían su entorno, acompañado de “numerosos arroyos y
por un riachuelo murmurante y cristalino, cuyo arenoso fondo, fértiles vegas
y caprichosas vueltas, hacen del paisaje uno de las más poéticos, agradables y
graciosos de todo el Estado” (SEDUCA, 1985).

Lo anterior consistió en un breve acercamiento a la relación de los pobladores con


el río, sus vegas y la explotación minera como eje transversal de transformación,
aquellas dinámicas dejan en evidencia los cambios ocasionados a los ecosistemas
desde el periodo temprano a las primeras fundaciones cercanas al río. Los primeros
siglos estuvieron marcados por una relación social, económica y simbólica con
aquellos afluentes, en tanto que se continúa reproduciendo en el imaginario la
belleza contenida de este Valle, y es que “uno de los agrados de Rionegro son
los paseos por los caminos comunales, por los senderos campestres, bordeados
de extraordinaria variedad de árboles y plantas silvestres; ¡Ese aire ligero, ese
aliento perfumado de Rionegro, que una vez sentido no se olvida nunca!” (Sanín
& García). Las grandes transformaciones al paisaje y los ecosistemas estratégicos
como los humedales se intensifican durante el siglo XX, periodo en que se difunde
un proceso de modernización y urbanización en el territorio de Rionegro.

Transformaciones silenciosas: la rectificación del río y sus meandros

Durante el transcurso del siglo XX, la producción agrícola y ganadera conservaba


el ejercicio comercial heredado del siglo XIX. Sin embargo, durante este periodo
las actividades productivas fueron perdiendo protagonismo con el desarro­-
llo agrícola e industrial del municipio de Sonsón, lo que condujo a unos cambios
significativos a la economía de Rionegro (INER, 1990). Darle paso al progreso,
a la industrialización y a nuevos procesos de producción, fueron fenómenos
que empezaron a suceder en la década del sesenta, con la instalación de varias
industrias en el área de Rionegro. Siendo significativo mencionar: Textiles Córdoba,
Riotex, Compañía Nacional de Chocolates, Imusa, Pepalfa, Cerámica Devita,
Textiles Rionegro, entre otras (INER, 1990).

Desde entonces, Rionegro se había convertido en un lugar de interés de diferentes


planes de desarrollo. A partir del primer Plan Regional de Desarrollo para el Oriente
antioqueño (1963-1970) (Instituto Colombiano de Planeación Integral,1963),
formulado por el Instituto Colombiano de Planeación Integral, y la corporación
Social de Desarrollo y Bienestar, se buscaba fomentar un crecimiento ordenado del
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 127

territorio y calidad de vida para sus pobladores, siendo el factor económico y social
aspectos de mayor preocupación por parte de las autoridades. Partiendo de las
propuestas de la entidad y el Plan Regulador Básico de Rionegro (Departamento
de Planeación y Proyectos, 1968), el río y sus llanuras de inundación, cambiarían su
forma en algunos tramos. En este orden de ideas, el cauce del río es modificado
en ciertos tramos, especialmente a un costado, donde actualmente se encuentran
el estadio y la zona industrial del sector Autolarte (Figura 5).

Figura 5. Fotografía aérea. 1967 / Fotografía aérea. 2020


Fuente: (MGEORIO).

A la par del plan regional y los inicios de un crecimiento urbano, la industrialización


que migra desde el Valle de Aburrá comenzó a manifestarse en la región. El
propósito de su crecimiento era claro: “Traer la industrialización a Rionegro,
buscar los capitales foráneos, abrir las puertas a todo cuanto sea adelanto moral
y material” (Escobar, 1988´, pp. 27), estas palabras fueron emitidas por parte de un
miembro del Concejo Municipal en la década del sesenta, que iniciaba con una
gran promoción en lo que sería el nacimiento y desarrollo de la industrialización
a gran escala para Rionegro.

Contiguo al desarrollo industrial, la migración de empresas y personas que


laboraran en ellas, llegó la fiebre de las construcciones y por lo tanto Rionegro
requería de más viviendas. Se pusieron los ojos sobre el río y se comenzó a horadar
sus entrañas para sacarle arena y materiales que se requerían (Tobón, 1987). Los
efectos de aquella naciente industria y procesos urbanos fueron sometiendo cada
vez más las transformaciones del paisaje y los ecosistemas. La figura 6 posibilita
una observación al tramo del río en su paso por lo que fueron en otros tiempos
sus llanuras de inundación, aparentemente se pueden percibir los indicios de una
extracción de materiales de arena al borde del río, que en esta instancia obedecen
al nombrado desarrollo urbano, al tiempo que da la facultad de observar el
despliegue urbanístico para la década del setenta.
128 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Figura 6. Tramos del río donde se realizaban explotaciones.


Fuente: (Carvajal, 1972).

Sobre el paisaje y sus evidentes transformaciones se ha reiterado en lo recorrido del


texto, ahora bien, no podría hablarse de sus cambios sin nombrar las alteraciones
de la vegetación característica de la región.

El equilibrio de la vegetación se vio perturbado por la introducción y siembra


de especies exóticas como pinos y eucaliptos. “La conveniencia de poblar las
hoyas hidrográficas. Absorben con sus raíces mucha parte del agua cuando
llueve, evitando así los arroyos impetuosos y las inundaciones, y devolviéndola
después poco a poco a las corrientes” (Olano, 1927, pp. 154). Bajo esta premisa
se inició y justificó la siembra de especies exóticas en las cuencas hidrográficas
de la región. Cabe recordar que las primeras siembras con fines comerciales
se dan en 1906 para Rionegro, según lo revela Ernesto Tobón, develando la
fascinación que ocasionaban los pinos y eucaliptos a la aristocracia que había
decidido sembrar unos ejemplares en sus fincas del Tablazo (Tobón, 2011). La
idea de sembrar especies exóticas tomó la fuerza suficiente, al punto que se fue
difundiendo por todo el territorio. Simultáneamente se recreaba en el imaginario
de las comunidades la idea de poblar sus fincas con especies que no eran propias
de la región, por sus aparentes beneficios y la belleza que pronunciaba al paisaje.

En contraste, y según se nombra en los párrafos anteriores, no solo se desvían


los meandros naturales del río y sus curvas habituales, asimismo se estaba
transformando la vegetación del bosque ripario. “Por todo el centro del Valle se
veía el verde-claro de los sauces llorones que iban bordeando las opulentas curvas
del rio’’(Tobón, 2011). Ahora no eran los sauces los que acompañaban el transcurrir
del río Negro, eran los pinos y eucaliptos reemplazando el paisaje y la ecología
al borde del río y sus áreas de inundación. La Figura 7 concede el ejercicio de
memoria en el cual se observa cómo los sauces circundan el río Negro, un paisaje
que ahora supone una mayor dificultad de apreciar y recordar.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 129

Figura 7. Río Negro.


Fuente: (Gil Ochoa, 1961).

Barrio El Porvenir: vivir y permanecer bajo el contexto del agua

La ubicación y las condiciones geográficas donde fue construido El Porvenir


lo ha relacionado desde sus inicios al contexto del agua. El estar atravesado
por el río Negro y la quebrada Malpaso, le confiere a este sector abundancia
hídrica y presencia de humedales. Antes de que el barrio fuera una realidad
y se pusieran en marcha las primeras construcciones, este lugar pertenecía
a un individuo acaudalado de apellido Botero. En este sector las reses pastaban
y permanecía en las temporadas de verano cuando era posible, comenta uno
de los historiadores de Rionegro, Gonzalo Martínez12. Por allí solo se podía
transitar cuando el invierno daba tregua, dado que la humedad y el pantano
colonizaban la zona, a tal punto que era imposible desplazarse al centro de la
ciudad. En ese sentido ¿Cómo se fue transformando el paisaje de esta ronda
hídrica, la cual posteriormente en algunos de sus sectores pasaría a formar parte
del barrio El Porvenir?

A lo que el historiador responde: Desde finales del siglo XIX venía apareciendo en
Rionegro la extracción de minerales como arcilla y caolín, debido, entre otras, a la
necesidad de abastecimiento de materias primas para la producción de loza en el
municipio de Caldas, Antioquia (Moreno, 2010). Con la extracción de materiales
iba naciendo a la par otro tipo de impactos a la ecología del río y los humedales,
su actividad se extendería a varios rincones de Rionegro hasta llegar al barrio El
Porvenir. A pesar de su temprana explotación, este tipo de minería se convertiría
en un asunto de gran interés con el despliegue urbanístico e industrial en la década
del sesenta. Ahora bien, la explotación de materiales no fue el único perjuicio
que recibió la ronda hídrica, paralelo a la actividad de extracción y la necesidad
1
Información obtenida de entrevista personal.
130 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

de propiciar las condiciones adecuadas para erigir el barrio El Porvenir, las zonas
de inundación del río fueron drenadas y posteriormente rellenadas con material
de limo y escombros para hacer de este lugar un terreno estable y proceder con
proyectos urbanísticos, fenómeno que continua en la actualidad (Moreno, 2010).

Si bien es a partir de los años setenta, donde sus primeras etapas empiezan a
colonizar el lugar húmedo y pantanoso, desde la planificación en los sesenta ya se
venía pensando en la edificación de un barrio que albergara la gran afluencia de los
pobladores que venían contiguos al proceso de industrialización. La construcción
del barrio El Porvenir fue un factor que influyó en los procesos de transformación
de las laderas del río y los ecosistemas de humedales. Los cimientos del proceso
urbanístico fueron promovidos por el Instituto de Crédito Territorial (ICT), como
estrategia para evitar la tugurización en Medellín, en el marco del auge industrial
que vivía la región (CEHAP, 1996). Como estrategia para descentralizar Medellín
y su alto flujo, fueron varios los barrios obreros construidos por empresas de
renombre en municipios aledaños. Este es el caso de Rionegro, donde a pesar de
que un estudio de demanda de vivienda en la década del sesenta, señalaba que el
municipio solo requería de diez casas, el ICT desarrolló 2.500 viviendas, incluyendo
una considerable cantidad de estas en el barrio El Porvenir (CEHAP, 1996).

La figura 8, permite percibir las primeras construcciones del barrio El Porvenir,


donde aparentemente la minería apenas daba sus primeros pasos y no había
socavado el lugar en gran medida. El advenimiento de la expansión urbana
empezaba a tomar fuerza y a extender sus brazos por todo el territorio.

Figura 8. Área de Rionegro


Fuente: (Carvajal, 1973).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 131

En el momento, no se tenía alguna concepción que enmarcara la importancia de


la zona de inundación o humedales. De hecho, el concepto tal y como se conoce
en la actualidad, en gran parte se debe al convenio de Ramsar, precisado para
1971, donde se propone: “la conservación y el uso racional de los humedales,
mediante acciones locales, regionales y nacionales, como contribución al logro
de un desarrollo sostenible en todo el mundo” (Secretaría de la Convención de
Ramsar, 2006, pp. 2).

Para entonces, apenas se les confiere una descripción y delimitación a estos


espacios, dándole cierta importancia referente a su funcionalidad. Sin embargo,
en el imaginario de la sociedad, en general todavía se heredaba una idea acerca
de los humedales como algo que causaba perjuicios “los miasmas de los pantanos
envenenan y matan’’ (SEDUCA, 1985, pp. 304). Al tiempo que se interponía en
el propósito de desarrollo que la ciudad requería, por ello, según lo relata Uribe
Ángel, la capa vegetal no es productiva sino a trechos, porque en algunos de ellos
“el agua corre con dificultad y forma ciénagas y pantanos que imposibilitan toda
labor’’ (SEDUCA, 1985, pp. 224).

Según el contexto anterior, la construcción del barrio en sí era un proyecto


polémico dadas las circunstancias del terreno húmedo. El Instituto de Crédito
Territorial (ITC) advirtió sobre el peligro de las construcciones proyectadas para
la zona de El Porvenir, sosteniendo que “esta era una zona de inundación del
río y que allí no se debía construir, y que si se iba a construir había que hacer
un manejo muy especial del río y la zona’’ (Tobón, 2011, pp. 3). Seguida a esta
inquietud, fueron varios personajes los que hicieron eco a través de la prensa
por esta preocupación, que despertaba el establecimiento de un barrio en una
zona que se inundaba en épocas invernales y era el sumidero de las aguas del río
Negro (Tobón, 2011, pp. 15).

La prensa fue testigo de los perjuicios ocasionados al río y los humedales


durante las décadas del setenta y del ochenta, asimismo las denuncias sobre
las consecuencias de la construcción del aeropuerto José María Córdoba no se
hicieron esperar. Este era considerado uno de los grandes daños ecológicos al
río y su ronda hídrica. “Rionegro tuvo la desdicha de ser obligado a sacrificarse
totalmente en su historia y su presente para darle paso al progreso, representado
en este caso por las pistas de aterrizaje y las instalaciones aeroportuarias’’ (Tobón,
1981, pp. 11). En las Figuras 9 y 10, se observan los cambios producidos al paisaje
y al suelo como resultado de la construcción del aeropuerto.
132 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Figura 9. Aeropuerto José María Córdoba, 1980. BPP-F-016-0496.


Fuente: Tomada de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín.

Figura 10. Aeropuerto José María Córdoba, 1980. BPP-F-016-0498.


Fuente: Tomada de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 133

¿Cómo se relaciona la construcción de esta gran obra con el surgimiento de los


humedales en el barrio El Porvenir? Después de construidas las primeras etapas
urbanísticas, se iban sumando progresivamente más modificaciones a la superficie
del suelo en el sector. La minería de materiales continuaba siendo el componente
más influyente en la transformación de la superficie debido, principalmente, a la
demanda que suponía la construcción del aeropuerto José María Córdoba, la cual
inició a mediados de los setenta, así como otros proyectos de infraestructura que
se venían concretando durante esta misma década.

En su mayoría, los elementos minerales extraídos se reducían al caolín y la arcilla. La


acción reiterativa de excavar al borde del río Negro y la quebrada Malpaso seguían
en incremento y fueron generando enormes cráteres o cavidades producto de la
actividad minera. Finalmente, el conjunto de estas acciones, combinado con los
periodos invernales que golpeaban fuertemente en los meses de abril y octubre,
atiborraron de agua aquellas cavidades, dando por resultado el surgimiento de
un sistema de humedales, algunos de los cuales se conservan en la actualidad.
Muchos de estos humedales mantienen conexión con el río, ya sea de manera
subterránea o superficial.

Es necesario la observación y entendimiento del comportamiento del río, de


sus cauces y vegas que han constituido el pasado y la historia en sí misma del
municipio. Al mismo tiempo que posibilitan un acercamiento familiar a los
humedales o espejos de agua “construidos’’ que conforman el paisaje del barrio
El Porvenir. A partir de entonces, diversas miradas y opiniones han atravesado
a los “recientes’’ humedales por parte de la comunidad; en el transcurrir de las
décadas del setenta y del ochenta. Estos espacios se reducían a la indiferencia por
lo que su función no iba más allá de ser un sitio para desperdicios de contenido
de humedad y contaminación.

A partir de entonces y hasta la actualidad, el barrio y sus habitantes han perma-


necido bajo el contexto del agua. Dice Vanessa, habitante del barrio y periodista
que “A este barrio, también se le conoce por los días en que el río Negro y la
Quebrada Malpaso, se han metido a las casas y han ocultado las calles”. Relata
cómo la inundación de abril del año 2011 sorprendió a los residentes, a tal punto
que “tenían que abandonar sus casas para que pudiera entrar el agua’’ (Rojas, 2012,
pp. 13). Indicando su constante probabilidad de inundarse, el barrio era conocido
como ‘’Barrio triste’’ por su oscuridad y su aspecto desolado (Rojas, 2012, pp.
13). Hasta ahora, se han evidenciado algunas posturas frente a las problemáticas
ambientales que se han reflejado en el río y los humedales, algunas de ellas en
oposición a las construcciones en zonas estratégicas de inundación como el barrio
El Porvenir y el Aeropuerto José María Córdoba.
134 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

El deterioro del río y humedales se hacía evidente ante los ojos de la población,
la indiferencia que había marcado hasta entonces el afán de progreso iría
ocasionando una serie de preocupaciones a las autoridades gubernamentales y
la sociedad en general. La llegada de la década de los ochenta aparece como
un periodo donde se vuelve a dirigir la mirada al río y los humedales, algunas
acciones se encaminaron a la proyección y recuperación del río como eje vertebral
del territorio. Desde planeación de Antioquia se proponía para el río Negro “un
tratamiento especial de sus aguas según los estudios y las condiciones que el
río ha manifestado como ordenador del área urbana del municipio” (Martínez,
2011). Asimismo, el Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables
y del Ambiente (INDERENA), propuso algunas disposiciones referentes a la
“conservación del curso natural del río y sus zonas de expansión” prohibiendo a
su vez las construcciones a 50 mts sobre cada lado de su cuenca (Martínez, 2011).

Durante la década del ochenta, algunas denuncias reclaman reorientar la mirada


al río. La preocupación se hizo evidente por parte de la institucionalidad que
emprendió estudios alusivos a las condiciones del río y el fomento de programas
para su recuperación. Desde planeación de Antioquia ya existía el propósito claro
de tomar el río como “ordenador del área urbana del municipio’’, tras el objetivo
de buscar y exigir su protección, “una calidad especial de sus aguas y el acceso
franco a gozar de sus cualidades ambientales, paisajísticas y recreacionales”
(Martínez, 2011). Por su parte, Hidramsa realizó un estudio en 1997 acerca de
la reglamentación de las llanuras de inundación del río Negro y la quebrada La
Pereira, haciendo un detallado diagnóstico sobre las generalidades del río, análisis
sobre sus meandros, usos del suelo y tenencia de la tierra.

Las recomendaciones del estudio tenían un efecto sobre la necesidad de evitar


la expansión urbana hacia las llanuras de inundación, al tiempo que se le diera
un tratamiento especial al río desde la preservación y recreación comunitaria
(Hidramsa, 1997). Ambos estudios coinciden en la urgencia de recuperar el río
Negro desde sus condiciones físicas y culturales, lo cual implicaba de nuevo
volver la mirada al río desde la relación constante con sus cauces. Sin embargo,
las dinámicas presentes para ese entonces sobre la imperante necesidad de
urbanizar convirtieron de alguna manera en “ajenos’’ a los habitantes con respecto
al comportamiento del río y sus zonas de inundación.

El paisaje de Rionegro ha fluctuado de tal manera que los habitantes que


antes concebían aquellas zonas húmedas, fangosas e insalubres, ahora las
toman como parte de su contexto social y cultural. Es así como estos “nuevos
humedales’’ pasaron de ser el resultado de la minería de materiales a ser lugares
de encuentro y esparcimiento, generando un vínculo entre la comunidad y
el entorno natural.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 135

Conclusiones

Las condiciones actuales del río y los humedales han demostrado en gran medida
la relación histórica de los habitantes de Rionegro con sus ecosistemas más
cercanos y representativos. Sin duda, sus transformaciones han sido la forma
visible de aquellas relaciones, siendo el paisaje el resultado de las dinámicas e
interacciones humanas con el entorno de manera directa o indirecta. Si bien, el
río y los humedales del municipio narran un pasado que estuvo atravesado por
actividades como la minería, procesos de industrialización y expansión de la
frontera urbana. El caso de El Porvenir es una muestra de un paisaje en tránsito que
cambia y se dinamiza en un periodo relativamente corto. Fue en cuestión de dos
décadas que pasó de ser un lugar recorrido por las personas que transitaban del
sector occidental hacia el centro del municipio, la zona en que el ganado pastaba
en épocas en que las altas precipitaciones daban tregua, a un tiempo contrastado
en el que río con su intenso caudal reclamaba sus llanuras de inundación sobre
las calles del barrio ya construido.

El caso del Porvenir permite hacer lecturas sobre aquellas “tensiones” llevadas
a cabo con el río y sus vegas, revelando un contexto generalizado que ha vivido
el municipio y sus ecosistemas desde las acciones cometidas en la segunda
mitad del siglo XX. La desviación del curso natural del río, la transformación
de sus meandros y sus llanuras dieron como resultado la aparición de los
ecosistemas de humedales o espejos de agua. No se puede desconocer que
aquellas transformaciones se venían dando de manera sistemática desde
la colonización. Donde el río pasó de ser la arteria y agente ordenador que
articula el territorio, el lugar donde se daban las dinámicas cotidianas de
subsistencia, actividades que evocaran el encuentro y cohesión cultural; a un
espacio destinado para los desechos de los grandes proyectos desarrollados al
borde de sus orillas. El abandono e indiferencia de aquellas vetas de sus bordes
propiciaron la colonización de la naturaleza y eventual generación de nuevos
espejos de agua.

No es exagerado pensar en la idea de volver la mirada al río y los humedales


como ordenadores del territorio, ya varios estudios e investigaciones han sugerido
unos cambios necesarios en las consideraciones acerca del cuidado de estos. La
representación con la que ha cargado el río se acerca a una apreciación de un
elemento que fragmenta el territorio y el cual es necesario transformar y desviar
para una adecuada planeación de la región. Es apremiante elaborar un sentido
de apropiación sobre los ecosistemas y la tensión construida históricamente entre
la naturaleza y la sociedad, pensado desde un contexto social que se mueve en
torno a la naturaleza y su correlación constante, todo aquello justificado en la
búsqueda de encontrar razones socioambientales para su cuidado y conservación.
136 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

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Capítulo 6
Imaginar el territorio: aproximación a
los humedales desde la perspectiva de
los imaginarios urbanos
Imaginar el territorio: aproximación
a los humedales desde la perspectiva
de los imaginarios urbanos
Carlos Andrés Arango-Lopera1, Daniela González-García2,
Daniel Ospina-Hurtado2

Introducción

En un texto ya clásico, García (1976) señala:

Uno de los problemas fundamentales en el estudio de cualquier relación


sociocultural y, al mismo tiempo, de los más desatendidos en su verdadera
significación antropológica, es el de la territorialidad. Su trascendencia radica
en que el territorio es el sustrato espacial necesario de toda relación humana,
y su problemática estriba en que el hombre nunca accede a ese sustrato
directamente, sino a través de una elaboración significativa que en ningún caso
está determinada por las supuestas condiciones físicas del territorio (p. 13).

De esta forma, quedó plasmado, en la temprana antropología del territorio, cómo


surge lo complejo de la relación entre el territorio y sus habitantes. Aunque la
apariencia pudiera sugerir que esta relación es meramente factual, la experiencia
de todos los humanos sirve para ratificar que, además de las interacciones físicas,
la vinculación con el territorio supone una mediación simbólica. Algo así como un
entramado de significados sin los cuales no sería posible establecer una relación
plena con esa otra dimensión física.

1 Facultad de Comunicación, Universidad de Medellín.


2 Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Católica de Oriente.
142 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Tal vez una de las explicaciones más simples la ofreció poco más de veinte años
después el antropólogo Manuel Delgado (1999), donde afirma que la ciudad,
esa forma de territorialidad que ganó protagonismo conforme el avance de la
modernidad, pudiera entenderse en dos dimensiones: polis y urbs. En la primera,
se encuentran las calles, edificios y glorietas que dibujan el paisaje (físico); en la
segunda se habla más de los modos de habitar y significar que los habitantes del
territorio configuran a través de su interacción histórica.

En esa segunda dimensión, urbs, aparece una serie de factores cuya presencia se
viene resaltando desde la antropología clásica, en trabajos como los de Levi Strauss
(2012) o Mead (2012). Esa comprensión del espacio físico en dos dimensiones,
se podría entender como una extensión de lo que la filosofía ya había hecho con
el ser humano al pensarlo en términos de su cuerpo físico (soma) y su cuerpo
abstracto, espiritual o mental (psique). Por tanto, se debe entender que, si los
humanos que habitamos los territorios nos comportamos en, al menos, esas dos
longitudes (la física y la mental), los espacios que usamos para el despliegue de
nuestras necesidades también habrían de contener ambos registros: polis y urbs.

No sin ambigüedades, se ha denominado cultura a ese amplio espectro de formas


de significar y encontrar sentido a la realidad vivida. Pese a lo complejo que resulta
el tema, vale resaltar el aporte de Bauman (2010) al recordar que la cultura es una
praxis (incluso: un abanico amplio que toman esas praxis, recogidas todas en la
idea de la praxis social, la forma como lo social toma cuerpo). En una línea más
semiótica, Vásquez-Rodríguez (2002) propone acotar la complejidad de la idea de
cultura en la suma articulada de objetos, prácticas e imaginarios que caracterizan
a un grupo social.

De tal forma, lo que Delgado entiende como urbs, recoge los objetos (cultura
material: dispositivos, herramientas, adornos, útiles…), prácticas (rutinas,
rituales, repertorios de acción…) e imaginarios (percepciones que configuran las
cartografías mentales con las cuales los habitantes de un territorio lo representan
para sí mismos).

Con todo, el estudio del territorio estaría incompleto si no se consideran esas


expresiones simbólicas, culturales, abstractas, mentales y espirituales que
constituyen el amplio espectro de la experiencia humana. En consecuencia, ninguna
agrimensura del territorio estaría completa si no se consideran, por lo menos a
manera de referencia, las particularidades del grupo humano que lo habita.

Desde ese punto de vista, este trabajo se aproxima a la temática de los humedales
de Rionegro, en particular los que se encuentran en los sectores de El Llano, Los
Llanitos y Lotus, desde la perspectiva de los imaginarios urbanos. Se entiende
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 143

que los imaginarios de los habitantes de la zona son importantes para efectos
de estudiar cómo se sienten respecto a la existencia de los humedales, cómo los
insertan en sus lógicas de vida cotidiana y qué horizontes de futuro alcanzan a
concebir respecto a ellos.

Imaginarios urbanos

Una aproximación inicial por la etimología es conveniente para desentrañar los


sentidos de un término que puede resultar ambiguo. Imagen viene del latín imago,
que significa retrato, copia, imitación. La raíz indoeuropea aim, significa copiar, y
está presente en palabras como emular e imitar. Así, imaginar sugiere hacer un
retrato mental, imaginación sería la acción y efecto de ese retrato, e imaginario
sería perteneciente a la imaginación. En este trabajo asumimos esa acepción, en
tanto la imaginación es una de las formas (que son variadas) mediante las cuales
los habitantes se relacionan con su territorio.

En efecto, los ciudadanos imaginan el lugar donde viven. No solo lo recorren día
a día, lo usan, lo viven presencialmente; también lo imaginan. En las rutas para
imaginarlo se define buena parte de lo que colectivamente se representa respecto
a un territorio. Es así como se puede imaginar New York, Roma o Buenos Aires,
sin siquiera haber pisado sus calles.

El imaginario se constituye por la suma (nunca lineal) de las percepciones


individuales y colectivas que se tienen de un territorio. Esas imágenes se actualizan
permanentemente: en los recorridos de los ciudadanos, en las representaciones
de los medios, en las conversaciones cotidianas; incluso, en hitos que marcan
la historia de las ciudades: El Bogotazo, que marca el imaginario bogotano; el
narcotráfico, que formula la reciente historia de Medellín; las participaciones en
eliminatorias mundiales, que marcan a Barranquilla.

Lo imaginario no compite con lo real. Pero para estudiar los imaginarios no hay
que restringirse a lo que, objetivamente, se tiene de la realidad. De forma que
la subjetividad y la intersubjetividad no son un ruido al momento de estudiar
los imaginarios de los habitantes de un territorio. Por el contrario, esos mapas
perceptivos suman en la comprensión de la relación entre habitantes y territorio,
o, dicho de otra forma, la vinculación entre polis y urbs: “los imaginarios en sí
forman parte de la subjetividad individual y colectiva, pero también asumimos
que solo reflejan una parte de la misma” (Hiernaux, 2007)2.

2 Hiernaux (2007) agrega: “Cabe aclarar que [...] los imaginarios atraviesan todas las esferas de la
vida. En este sentido, afirmar que la subjetividad está exenta de imaginarios sería evidentemente
un error conceptual" (p. 18).
144 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

De ahí que el imaginario debe ser “entendido [..] en términos sobre todo sociales
[como] una manera compartida por grupos de personas de representarse
mentalmente el espacio y el tiempo” (Baeza, 2000). Aquí lo social implica el
encuentro de las subjetividades individuales en las subjetividades colectivas, por
lo cual hay que pensar los imaginarios “como reflexión cultural [...] sobre las más
diversas maneras en que las sociedades se representan a sí mismas en las ciudades
y construyen sus modos de comunicación y sus códigos de comprensión de la
vida urbana” (Gorelik, 2002).

Sin embargo, es cierto que la producción científica en el asunto de los imaginarios


presenta una gran dispersión de los criterios acerca de qué es el imaginario y
cómo podría cubrirse en términos de objeto de estudio. En otras palabras, la
literatura publicada sobre él, muestra una tesitura bastante amplia en términos
de qué constituye el objeto de estudio y cómo debe investigarse en términos
metodológicos.

Esa complejidad está relacionada con los diversos orígenes que se rastrean
en la arqueología del concepto. El interés por la imaginación como tesitura de
lo humano cobra un nuevo interés a partir del Romanticismo (Mandoki, 2006;
Wilkes, 2011). Antes, la filosofía moderna la había condenado al lugar de “la
loca de la casa”, como expresión de lo irracional e incomprensible que alcanza
a desplegar la humanidad cuando se desplaza lejos del centro de gravedad que
supondría el logos. Los denominados “maestros de la sospecha” propiciaron un
golpe a la tradición antigua que pretendía ubicar a Dios en el centro de todas las
cosas y como fuente de toda posible explicación. La tríada Kepler, Darwin y Freud
ocasionaron un quiebre fundamental: situar la Tierra como un planeta más de los
que gira alrededor del sol, identificar a la especie humana como una más de las
que pueblan el planeta, y la psique humana como algo menos diáfano y lineal de
lo que se pensaba, para hacer surgir una idea de psicología más atravesada por la
oscuridad que suponen los traumas, las fijaciones y los complejos (Tarnas, 2008).

En suma, desplazar el interés del logos al imago, uno de los ejes de inspección
de la filosofía romántica, y uno de los legados fundamentales de “los maestros
de la sospecha”, entregó un testimonio a las antropologías que le dieron lugar a
la pregunta por lo imaginario. Así, (Bachelard, 1996, 2000) concibió la imaginación
como una forma de conocimiento, Durand (2006) estudió las estructuras profundas
de la psique colectiva, y Jung (2002) concibió los arquetipos psicológicos que
condensan los esquemas de percepción humana.

Al recibir insumos de reflexiones tan profundas (que algunos académicos sintetizan


como la “psicología de las profundidades”) ocurrían al menos dos cosas. En
primer lugar, se le daba cabida a la posibilidad de pensar lo humano más allá de
la razón, el cálculo y lo instrumental. En segundo, de importantes consecuencias
para este trabajo, se dejaba en la agenda de discusión una categoría compleja,
densa y abstracta: lo imaginario.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 145

En ese último sentido, vale destacar el esfuerzo de investigadores latinoamericanos


por construir un corpus de conceptos y metodologías para el estudio de lo
imaginario. Al ser un territorio atravesado por meridianos imaginarios tan diversos
(lo indígena, lo afro, lo europeo), Latinoamérica se erige como una cuenca rica
en expresiones urbanísticas, artísticas y sociales para estudiar lo imaginario: un
laboratorio. De ahí que (Lindón, 2007c, 2008), (García-Canclini, 2000, 2004, 2012)
y (Silva, 1997, 2005, 2006b, 2012), destacan como investigadores que, en medio
de esa pléyade de fenómenos propios de lo latinoamericano, han configurado
pautas metodológicas para el estudio de lo imaginario en nuestras ciudades.

De amplia trayectoria en los estudios de antropología urbana, García-Canclini


ha generado una línea de trabajo en la que los imaginarios se asumen como
representaciones colectivas que median la relación entre los ciudadanos y las
ciudades: “las ciudades no se hacen solo para habitarlas, sino para viajar por ellas
[de hecho tales travesías] son formas de apropiación del espacio urbano y lugares
propicios para disparar imaginarios” (2006, pp. 109-110). Así, en su trabajo de
2010, (García-Canclini indaga en los imaginarios de la ciudad de México, donde
pudo hallar el entrecruce entre la tradición católica, indígena y mediática, vertiente
que genera, a su manera de ver, la arquitectura imaginaria de los habitantes de
la capital (García-Canclini, 2010).

En entrevista con Alicia Lindón (la investigadora de la que se hablará a continuación),


García-Canclini afirmó: “El imaginario no solo es representación simbólica de lo
que ocurre, sino también es el lugar de elaboración de insatisfacciones, deseos,
búsqueda de comunicación con los otros” (Lindón, 2007a). Ese lugar (imaginario,
por supuesto) de elaboración, es un intrincado conjunto de flujos perceptivos,
donde los ciudadanos acumulan sus experiencias empíricas en la ciudad, que
entran en juego con esas otras representaciones que constantemente ponen en
circulación los medios.

Por su parte, (Lindón, 2007c, 2008) ha abordado el tema de los imaginarios desde la
perspectiva de la geografía humana. En su trabajo, el territorio de la ciudad surge
como entretejido por capas dinámicas de representaciones simbólicas: respecto a
los imaginarios urbanos, “las percepciones se transforman en representaciones y
estas, por un proceso simbólico, se constituyen en imaginarios” (Lindón, 2007b).
Así, Lindón permite cuestionar el lugar de los medios masivos de comunicación en
la transformación constante de ese imaginario, a lo cual hay que añadir el hecho
inevitable de que las agendas mediáticas latinoamericanas están sumamente
atravesadas por la lógica hegemónica del poder político.

De manera que el imaginario ciudadano es también un terreno en pugna, pues


diversos poderes se pelean el territorio mental que suponen las percepciones
ciudadanas. Por el contrario, el imaginario ciudadano es dinámico, y está
constantemente trazando tácticas para escapar al breviario informativo oficial.
Desde allí, Lindón revisa los conjuntos cerrados, los parques temáticos y los
amoblamientos públicos como espacios donde lo hegemónico y lo popular se
encuentran, se tensionan y se modulan.
146 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

El caso de Armando Silva es de destacar. Entre los investigadores citados es el


único que ha sistematizado su método de trabajo de los imaginarios urbanos
(Silva, 2006a), lo cual le ha permitido liderar el proyecto “Ciudades Imaginadas”,
en el cual se articulan más de 25 ciudades, dentro de las cuales vale citar
Barcelona, Bogotá, Sao Paulo, Quito y Pereira. Esta metodología reviste varias
particularidades, cruciales para el diseño metodológico de este trabajo.

La obra de Silva comienza en 1986 con un estudio sobre el grafiti en Bogotá.


Bajo la premisa de las paredes como la piel de la ciudad, este trabajo recupera
la expresión ciudadana plasmada en las letras que los ciudadanos dejan en las
calles; verdaderas inscripciones del sentir ciudadano que a menudo es ignorado
por las fuentes oficiales de información. Siguiendo la estela de esa investigación,
publicó el trabajo Álbum de familia: la imagen de nosotros mismos (Silva, 2012)
donde analizó el álbum fotográfico familiar como archivo ciudadano, es decir,
como repositorio de la memoria de los habitantes de la ciudad.

A partir de estos trabajos, Silva extendió la investigación de campo del trabajo


sobre el grafiti, pero esta vez sobre un modelo triangular, tal como había procedido
en el trabajo sobre el álbum familiar. En efecto, en esa investigación Silva había
identificado que la estructura imaginaria del álbum se configura mediante tres
elementos: lo representado en la fotografía, la fotografía misma, y el relato que,
ante un visitante (real o imaginario), establecen las personas (generalmente
mujeres: madres y abuelas) para narrar el contenido del álbum.

Esas tres categorías evolucionan para el estudio de la ciudad, y se convierten en:


ciudad, ciudadanos y otredades. El planteo de Silva es que, para comprender la
dinámica imaginaria de una ciudad, se deben recoger percepciones asociadas al
territorio (en la primera), los habitantes del territorio (la segunda) y las fantasías,
anhelos o afinidades que los ciudadanos construyen respecto a otras ciudades (la
tercera). Tal modelo tríadico permite una fundamentación de la configuración de
la imaginación en las ciudades. Lo que una ciudad es no se define únicamente en
los mapas, la nomenclatura o las construcciones (esto es, polis); lo que las personas
sienten, sueñan, anhelan, esconden, temen o envidian (urbs) también hace parte
del entramado del territorio.

Además, Silva propone tres fases para la investigación sobre imaginarios urbanos.
La primera es la encuesta ciudadana, que se diseña a partir de un cuestionario
con más de 60 preguntas, estructuradas según las tres categorías (ciudad,
ciudadanos, otredades). La segunda es el análisis de los archivos ciudadanos,
aquellas bibliotecas que históricamente los ciudadanos crean para conservar
sus recuerdos: prensa, cine, ropa, publicidad, fotografías personales, música, en
colecciones públicas o privadas. La tercera es la intervención estética de la ciudad,
a partir del concepto de “anti-imaginarios”, donde artistas y creadores se reúnen
para crear prensa, cine, ropa, publicidad o fotografía que revierte, controvierte,
cuestiona, retuerce lo hallado en la primera y la segunda fase, es decir, en la
encuesta ciudadana y el análisis de los archivos ciudadanos.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 147

En conjunto, los trabajos de García-Canclini, Alicia Lindón y Armando Silva sirven


como ejemplo de aproximaciones a lo imaginario en Latinoamérica que han dejado
un legado útil para las ciencias sociales. Sin embargo, consideramos que el aporte
de Silva es mucho más sistemático y contundente, dado que, como metodología,
está publicado para replicarse en otras ciudades, experiencias y territorios. A esto
último dedicamos el resto de este texto.

Materiales y métodos

Como se anunció, este trabajo sigue los postulados metodológicos de Silva


(2006a), particularmente en lo referido a las fases de investigación, pues se aplica
el análisis de archivo ciudadano (noticias relacionadas con los humedales) y la
encuesta ciudadana. En el primer ítem se hizo análisis de contenido de 20 noticias
publicadas por medios regionales entre 2017 y 2022. Se trata de contenidos
informativos publicados por estos medios, y rescatados mediante motores
de búsqueda abiertos bajo los criterios “humedales + Oriente antioqueño”,
“quebrada + Oriente antioqueño” 2 “inundación + Oriente antioqueño”. El
resultado en bruto obtenido se filtró, de acuerdo a la relevancia respecto al tema
analizado: los humedales.

Se considera, acorde con Lindón (2007c) y Silva (2006b) que los medios informativos
son cruciales en el asunto imaginario, al menos, por dos aspectos: su capacidad
de incidencia en las agendas de conversación ciudadana y su evidente influencia
en la percepción que del territorio configuran sus habitantes.

La siguiente tabla (Tabla 1) muestra la matriz de análisis, que incluye las siguientes
variables: titular, fecha, medio de publicación, objeto de la noticia, llamado,
consecuencias y voces del discurso. El titular presenta indicios imaginarios
relevantes: las palabras clave, los enunciados de acción y el contexto geográfico
de la noticia. La fecha sirve para mapear los eventos que revisten importancia
para la ciudadanía. El medio de publicación se toma, para este caso, como un
nomenclador de los agentes discursivos que generan noticia. El objeto de la noticia
muestra el tema cubierto, y da pistas sobre la relación entre noticia y noticiabilidad,
es decir, para revisar qué aspectos se consideran relevantes para estar al tanto de
la actualidad regional. Llamado apela a la vinculación con la acción que establece
(o no) cada pieza informativa. Las consecuencias recogen lo que, editorialmente,
el medio prevé que puede desencadenar aquello que se informa. Finalmente,
voces del discurso recoge quiénes son las fuentes informativas que el medio
recoge para conformar el tejido informativo.
148 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Tabla 1. Esquema de la matriz de análisis de medios

Medio de Objeto de Voces del


Titular Enunciado Fecha Llamado Consecuencias
publicación la noticia discurso

En cuanto al segundo ítem, la encuesta ciudadana, se realizaron 46 encuestas


a personas residentes en los Barrios El Llano, El Llanito, Lotus y alrededores. La
encuesta contó con 35 preguntas, de las cuales 11 fueron abiertas y 24 cerradas.
Siguiendo los postulados de Silva, se tuvo una muestra equivalente entre hombres
(20) y mujeres (26), y las edades se repartieron de la manera más uniforme posible:
9 adolescentes (entre 12 y 18 años), 15 adultos jóvenes (entre 19 y 35), 15 adultos
(entre 36 y 60) y 7 adultos mayores (entre 61 y 85).

El cuestionario tomaba entre 25 y 35 minutos de aplicación, por lo cual las personas


encargadas de su realización recibieron una sensibilización sobre los imaginarios,
y algunas pautas para el abordaje de los entrevistados: presentar el objetivo de la
investigación, indicar el tiempo aproximado de desarrollo, precisar el uso anónimo
de los datos, y resaltar el interés académico de la investigación, avalado por el sello
institucional que, en la región, reviste la Universidad Católica de Oriente. Desde
la fuente, todos los datos se capturaron de manera electrónica, para disminuir el
riesgo de pérdida de información. El resultado de esta captura fue una matriz en
bruto, que luego se depuró mediante la identificación de imaginarios.

Esto último es relevante. Las preguntas del cuestionario apuntan a lo perceptivo.


Pese a que el diseño original contempla las tres categorías mencionadas antes
(ciudad, ciudadanos y otredades), en este estudio se ignoró la última (otredades),
pues el centro de interés estaba en la relación entre el territorio y sus habitantes
desde el componente perceptivo. Silva (2006a), establece tres niveles de intensidad
de una misma característica, y propone unos umbrales para definir cuándo algo
es un imaginario. Así, para respuestas con 10% o menos, se entiende que lo
señalado es una fantasmagoría (una aparición imaginaria aún débil, posiblemente
en camino a su consolidación, o, por el contrario, a su disolución final). Respuestas
entre 11 y 50%, se consideran imaginarios. Representaciones sobre el territorio
que, si bien no son conscientes, aparecen como determinantes en la relación de
los habitantes con el espacio que habitan. Finalmente, para respuestas entre 51%
y más, se habla de emblemas: representaciones sociales propiamente dichas, que
ya son conscientes, y que integran el conocimiento explícito y la relación de los
ciudadanos con su entorno.

Ambas matrices se totalizaron con criterios diferentes. En la primera (el archivo


ciudadano conformado por las noticias), no se tuvo en cuenta la frecuencia de
aparición de cada variable; importó más, como se explicará a continuación,
la significatividad de la noticia dentro del contexto informativo del Oriente.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 149

En la segunda, y acorde a los umbrales (epifanías, imaginarios y emblemas) el


análisis se dirigió a aquellos ítems que registraban en el rango de imaginarios
(entre el 11 y el 50%). Sin embargo, en un par de casos particulares, cuando
el resultado se mueve en la frontera (por ejemplo, un 52%), se señala la p
osible ambigüedad.

Resultados y discusión

Archivos ciudadanos: Oriente (se) in-forma

Como se dijo, los medios informativos propician agendas de conversación.


Además, proponen estilos de vida y ratifican discursos. De ahí su importancia
como archivo ciudadano, lo cual justifica su estudio como marco de referencia
situacional para este trabajo. El Oriente antioqueño tiene una amplia trayectoria
en medios locales impresos. Una fuerza importante la han tenido los medios
comunitarios, con amplio arraigo en los ciudadanos, pero cuyos habituales
problemas financieros dificultan la continuidad (De la Torre Espinosa, 2018). Sin
embargo, en años recientes los medios digitales han ganado popularidad, lo
cual no está desconectado del auge de dispositivos móviles de los habitantes
del territorio (celulares, tabletas, computadores portátiles) que facilitan, sin
duda, la viralidad de las noticias. Es el caso del portal MiOriente y DiariOriente
que, por ser digitales, presentan una particularidad: permiten a la ciudadanía
reportar sus fotografías, audios y videos para ser difundidos en sus redes. Los
perfiles en redes de estos medios hablan de una audiencia creciente (Tabla 2).

Tabla 2. Seguidores en redes sociales


de los medios de proveniencia de las noticias

Medio Instagram Twitter Facebook Sitio web

MiOriente 136.000 48.300 372.000 https://miOriente.com/

DiariOriente 47.300 10.800 243.000 https://diariOriente.com/

Titulares y enunciados

Las 20 noticias que componen el corpus de este archivo ciudadano (Tabla 3)


evidencian roles narrativos bastante claros: la comunidad denuncia, las autoridades
sancionan, las empresas contaminan, y la naturaleza causa desastres. Y casi podría
decirse que eso que nos muestran los titulares traza la agenda imaginaria de este
archivo ciudadano. Así, lo ambiental no aparece revelado en un aspecto positivo,
como relación con la naturaleza o cuidado de la casa común: el eje narrativo se
traza sobre la escasez: La Tierra como un entorno que provee unos recursos que
150 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

entran en pugna: las comunidades necesitan el agua y reclaman la calidad del


aire; pero las empresas entorpecen ese cometido, mediante su contaminación,
subrepticia, oculta, malintencionada. Un poco sin mucha capacidad de intervenir
el asunto, las autoridades aparecen como insuficientes ante los vertimientos sin
licencia de las empresas: es como si las empresas actuasen mediante la acción, lo
factual, y las autoridades emitieran conceptos, decretos o, cuando más, sanciones.

Tabla 3. Fechas, titulares, enunciados y medios de publicación


de las noticias analizadas

N.° Fecha Noticia – titular Enunciado Medio

Vierten químicos a la
Alguien (empresas)
1 5 agosto 2017 que­brada La Pereira de MiOriente
vierten químicos
Rionegro

#DenunciaCiudadana.
Habitantes del barrio Los
Comunidad
25 septiembre Llanos en el municipio
2 reporta tala DiariOriente
2017 de Rionegro, reportan
indiscriminada
la tala indiscriminada de
guaduales

Oriente: líder en el Oriente lidera


25 septiembre
3 estudio científico de los investigación MiOriente
2018
humedales urbanos sobre humedales

Para evitar inundaciones, Autoridades


27 septiembre
4 quebrada La Pereira de La intervienen La MiOriente
2018
Ceja será intervenida Pereira

Vuelven a derramar Empresas vierten


5 8 enero 2019 detergentes en la detergentes en La MiOriente
quebrada La Pereira Pereira

Empresas
¡Los responsables de
continúan
6 12 febrero 2019 la contaminación de la MiOriente
contaminando la
quebrada La Pereira!
quebrada

¡No paran las inundaciones El agua se


7 23 abril 2019 MiOriente
en Marinilla! desborda

Basura en las alcantarillas:


Comunidad causa
8 26 abril 2019 la principal razón de las MiOriente
inundaciones
inundaciones
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 151

N.° Fecha Noticia – titular Enunciado Medio

Preocupación en Rionegro Comunidad se


9 23 octubre 2019 por las consecuencias preocupa por DiariOriente
sobre el humedal de Lotus Lotus

Van seis empresas


Autoridades
sancionadas por realizar
10 20 febrero 2020 sancionan a MiOriente
vertimientos inadecuados
empresarios
a la quebrada La Pereira
Sancionan 6 empresas Autoridades
11 22 febrero 2020 por contaminación en la sancionan a DiariOriente
quebrada La Pereira empresarios
Tras emergencia sanitaria,
un grupo de venezolanos Venezolanos
12 7 abril 2020 se habrían instalado ocupan reserva DiariOriente
en reserva natural de natural
Rionegro
En Rionegro adelantan
labores tras las constantes Autoridades
13 8 marzo 2021 MiOriente
inundaciones en Vegas de intervienen
La Calleja
Tras fuertes lluvias,
Comunidad
ciudadanos reportan
14 19 marzo 2021 reporta MiOriente
inundaciones en varios
indundaciones
sectores de La Ceja
Aguacero de este
domingo causó
Aguacero causa
15 17 mayo 2021 inundaciones en varios DiariOriente
daños
municipios del Oriente
Antioqueño
En afluentes hídricos de La
Comunidad
Ceja hallaron colchones,
16 3 junio 2021 maneja mal su MiOriente
madera, botellas y otros
basura
elementos
Gracias a un convenio, la Autoridades
17 6 agosto 2021 quebrada La Pereira será intervienen La MiOriente
intervenida Pereira

Comunidad reclama por


Comunidad
23 septiembre afectaciones a humedales
18 reclama a MiOriente
2021 en Rionegro: autoridades
autoridades
responden:
152 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

N.° Fecha Noticia – titular Enunciado Medio

Excavadora hundida en Excavadora se


19 26 enero 2022 DiariOriente
humedal hunde en humedal

En el Día Mundial de los


Humedales, autoridad Autoridades
20 2 febrero 2022 ambiental promueve la promueven MiOriente
conservación de estos conservación
ecosistemas.

La noticia publicada el 25 de septiembre de 2018 por MiOriente, se constituye


en la primera pieza informativa del corpus, la cual destaca la participación de la
Universidad Católica de Oriente en el estudio científico de los humedales. Sin
embargo, llama la atención cómo, luego de poner el tema sobre la mesa, los
medios comienzan a señalar preocupaciones por la conservación y cuidado de
los humedales.

Una síntesis visual de los titulares se presenta en la siguiente nube de palabras


(Figura 1).

Figura 1. Nube de palabras de los titulares.

Ese tono de amenaza (por parte de la naturaleza), denuncia (por parte de la


ciudadanía), sanción (por parte de las autoridades) y contaminación de las fuentes
hídricas (por parte de las empresas) se recalca con las imágenes que acompañan
las piezas informativas (Figura 2).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 153

Figura 2. Retroexcavadora sucumbe en medio de las aguas pantanosas del humedal.


Fuente: DiariOriente, 2022.

A menudo, las aguas se muestran problemáticas: inundan las calles de los


municipios (noticias 15 a 20), arrastran máquinas de construcción (noticia 13). En
resumen: la naturaleza es algo que se sale del control humano.

Agentes discursivos y reclamos

En síntesis, las voces que integran las noticias son las autoridades, mientras las
empresas, la ciudadanía y los conjuntos residenciales no encuentran espacio. En
cuanto a las autoridades, se destaca Cornare como autoridad ambiental (aparece
en 9 noticias: #1, 2, 6, 7, 9, 10, 11, 12 y 19) y representantes del poder ejecutivo
(alcaldes de La Ceja, Rionegro y El Carmen de Viboral aparecen en 1 noticia: #17).
Como autoridad académica, solo una vez aparece la Universidad Católica de
Oriente, como protagonista del interés científico que representan los humedales
(#3). La voz ciudadana aparece mediante las fotografías y videos suyos que los
medios comparten, pero rara vez su voz y su testimonio es tomado como fuente
(solo en tres ocasiones: #5, 14 y 16).

En ese entramado de voces e intereses, surgen los llamados que captan la


redacción de las noticias. Los vertimientos indebidos, la tala indiscriminada, el
mal manejo de las basuras, las inconsistencias de algunos proyectos y licencias
inmobiliarias o la invasión, por parte de migrantes venezolanos, de los terrenos
del humedal.

Así, el archivo ciudadano que conforma este corpus de noticias sirve para captar
un matiz esencial: los humedales y, en general la temática ambiental, representa
un problema de autoridad, en tanto los entes encargados de la vigilancia y control,
pese a que sancionan, no alcanzan a garantizar el control de la situación. Existe
entonces evidencia para afirmar que el imaginario que trazan los medios respecto
a los humedales es negativo.
154 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Una mirada a la encuesta ciudadana permite la comprensión de cómo los


habitantes tramitan esta información y la integran a su realidad con sus experiencias
y percepciones subjetivas.

Imaginar lo húmedo: percepciones sobre humedales en el sector de estudio

Como se dijo antes, estos resultados no deben leerse como la realidad, sino
como los elementos que conforman los mapas perceptivos desde los cuales los
habitantes se vinculan con su territorio. Los encuestados son habitantes de la
zona de interés del estudio: Los Llanos, El Llanito y Lotus, de manera que tienen
interacción directa y continua con los humedales en su entorno.

Luego de analizar todas las respuestas, el análisis se detuvo en aquellas que


presentaban información relevante respecto a lo imaginario. Así, identificamos
que la actividad imaginaria de las personas encuestadas se realzaba en las
siguientes preguntas.

¿Cuándo piensa en el humedal, con qué color la identifica?:

La pregunta por el color es esencial. Evocar un color es, también, rememorar una
historia personal que, desde lo connotativo, puede ilustrar la percepción (Figura 3)

Otros
13.0%

Café
15.2%
Verde
50.0%

Azul
21.7%

Figura 3. Color con el cual identifica el humedal.

En principio, se diría que “verde” es el emblema, es decir, aquella representación


en la que todos los ciudadanos están de acuerdo. Según esto, el humedal, por
consenso (emblema) es verde. Hasta ahí, nada muy sorprendente respecto a los
estereotipos con los cuales se representa “la naturaleza”. Sin embargo, “azul”
y “café” surgen como respuestas que, no solo se mantienen propiamente en el
umbral de lo imaginario (entre el 11% y el 50%) sino que parecen sugerir ideas
distintas: si el azul remite al agua limpia, el café remite al pantano. La representación
imaginaria, si bien ambivalente, es prioritariamente positiva, en tanto “verde” y
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 155

“azul” suman el 71,7% de las respuestas. Como asunto curioso, fueron personas
de 18, 36, 42, 52, 58, 60 y 67 años quienes dijeron “café”. Aquí encontraríamos
algo interesante: pese a que en principio se creería que las percepciones de las
personas mayores son tendencialmente positivas, en cuanto al color, al menos,
no lo son.

¿Qué aspectos positivos cree que tiene vivir cerca de un humedal?

Tabla 4. Aspectos positivos de vivir cerca al humedal.

Respuesta Frecuencia %
Naturaleza 21 45,7
Ninguno 15 32,6
Ambiental 7 15,2
Tranquilidad 3 6,5
Totales 46 100,0

El consenso imaginario, es decir, el emblema, es claro: vivir cerca a los humedales


tiene de positivo estar en contacto cercano con la naturaleza, el paisaje, la flora
y la fauna (45,7%). Siguiendo una línea imaginaria similar, aunque con una ligera
diferencia de matiz, “ambiental” (15,2%) se remarca como la posibilidad de
respirar aire puro, contar con agua limpia, gozar de un clima agradable. Si bien
la suma de respuestas positivas (“naturaleza”, “ambiental” y “tranquilidad”) es
mayor, la atención se encuentra en ese amplio tercio de las personas encuestadas
(32,6%) que no identifican algún aspecto positivo en particular (Tabla 4).
Las edades de estas personas están entre los 18 y los 79 años (2 adolescentes, 7
adultos jóvenes, 3 adultos y 3 adultos mayores); estamos entonces ante un
imaginario que es transversal: vivir cerca de un humedal no remarca ningún aspecto
positivo en particular.

¿Qué aspectos negativos cree que tiene vivir cerca de un humedal?

Tabla 5. Aspectos negativos de vivir cerca al humedal.

Respuesta Frecuencia %

Insectos 18 39,1

Inundaciones, ahogamientos, peligros para los niños 15 32,6

Otros 13 28,3

Total 46 100,0
156 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Mientras el porcentaje de personas que no identificaban un aspecto positivo en la


pregunta anterior se situaba sobre el 32,6%, muy cerca se encuentra el 28,3% que
tampoco lo logra respecto a lo negativo. Ese es un dato importante, pues permite
trazar direcciones para posibles campañas de comunicación con la comunidad: la
postura frente a si es negativo o positivo vivir cerca de un humedal no está clara
para un porcentaje importante de la población encuestada.

Ahora bien, esta pregunta presenta tres imaginarios (tres respuestas que no se
diluyen en la epifanía (menos del 10) ni se consolidan como emblemas —por
encima del 50%). El primero, con “otros”, ya mencionado, el segundo con
“insectos” (39,1%), el tercero con temor por inundaciones, ahogamientos y la
seguridad de los niños (32,6%). El imaginario global en cuanto a lo negativo se
muestra dinámico: las dos respuestas principales marcan una clara aversión a lo que
implica vivir cerca de los humedales: agua (potencial peligro para ahogamientos e
inundaciones) e insectos. Curiosamente, estos elementos hacen parte inevitable
de lo que en la anterior pregunta se señalaba como positivo: naturaleza, calidad
ambiental (Tabla 5).

¿Cuándo piensa en el futuro del humedal en los próximos 20 años, ¿cómo lo imagina?

En cuanto a esta pregunta, la respuesta más generalizada marca el futuro como


algo negativo: imaginan el humedal seco, desaparecido y contaminado (67,4%: un
emblema). Un 19,6% lo encuentran positivo, mientras 13% no tienen una respuesta
definida. Mientras las imaginaciones negativas se encuentran en personas de
todas las edades, las que imaginan un futuro positivo suelen ser jóvenes: entre
los 18 y los 38 años.

Enumere las necesidades más urgentes que se deben solucionar respecto al humedal

Tabla 6. Necesidades más urgentes. Fuente: elaboración propia.

Aspectos a mejorar Frecuencia


Sanearlo 16
Seguridad 8
Animales 7
Control autoridades 6
Nada 6
Cerca 5
Basuras 5
Señalización 3
Conciencia ambiental 2
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 157

En tanto cada persona podía señalar varias respuestas, la información que surge
es más dispersa. Sin embargo, resaltan varios imaginarios. En primer lugar,
la de sanearlo (16 personas); mejorar el aspecto de seguridad ciudadana (8
personas); mejorar la situación de los animales, que se refiere fundamentalmente
a mecanismos para evitar los peligros de las mascotas (8 personas), lo cual se
relaciona con la construcción de una cerca (5 personas); y, finalmente, la necesidad
de mejorar la gestión de basuras (5 personas) (Tabla 6).

Estas respuestas, aunadas a las obtenidas en la anterior pregunta, muestran un


imaginario que no aparece tan evidente, pero que se mueve entre sutilezas: el
temor que produce el humedal respecto a los niños y las mascotas. Asimismo,
remarca la creciente necesidad de proveer mejores condiciones de seguridad, lo
cual se refiere principalmente al orden público; de ahí también la mencionada
necesidad de construir una cerca.

Concurrentes y visitantes de los humedales

Las últimas dos preguntas (“¿Cada cuánto frecuenta el humedal?” y “¿Qué


personas identifica como visitantes frecuentes del humedal?”) aportan resultados
que se pueden entender en continuidad. En cuanto a la primera, el 54,3%
afirma nunca visitarlo, mientras el 28,3% señalan visitarlo cada dos semanas,
aproximadamente. El 18,4% corresponde a otras respuestas. Así, lo habitual,
lo que marca el imaginario, es pasearse dos veces a la semana por el humedal;
pero el consenso (emblema) es nunca visitarlo. Las personas que lo visitan dos
veces por semana presentan edades entre los 13 y los 69 años (7 hombres,
6 mujeres), con lo cual no se halla una tendencia específica en quienes ostentan
esta frecuencia de visita. El trabajo de observación permitió identificar que estos
paseos están relacionados con sacar a caminar a las mascotas.

Finalmente, al indagar por las personas que los habitantes imaginan que vistan
el humedal (Tabla 7), el imaginario señala con claridad que los jóvenes son los
visitadores frecuentes de los humedales (34,8%), mientras la respuesta que señala
a “gamines”, “marihuaneros” y “drogadictos” abarca un 21,7%. La ambigüedad
del “otros”, que incluye por igual niños, personas con mascotas y pescadores,
connota un aspecto negativo; “jóvenes” pudiera entenderse como algo neutral,
mientras que, evidentemente, lo de “gamines”, “marihuaneros” y “drogadictos”,
que no excluye a los jóvenes (ni a las personas que pasean mascotas, ni a los que
van de pesca al humedal), comporta una connotación negativa.
158 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Tabla 7. ¿Qué personas imagina que frecuentan el humedal?

Respuesta Frecuencia %

Otros (niños, gente con mascotas, pescadores) 20 43,5

Jóvenes 16 34,8

Gamines, marihuaneros, drogadictos 10 21,7

Total 46 100,0

Sin embargo, predomina el imaginario positivo (de hecho, si se integran niños


y jóvenes, entendidos como visitantes que generan una percepción positiva,
marcaría un emblema) frente al negativo. Como algo curioso, resalta que quienes
señalaron a los gamines y consumidores de droga (10 personas) tienen edades
entre los 13 y los 69 años, y todos, sin excepción, fueron los que también imaginaron
el futuro del humedal como algo negativo, y casi todos señalaron “insectos” como
el principal aspecto negativo de vivir cerca al humedal.

Con lo dicho hasta aquí procede un intento de sintetizar los resultados en torno
al imaginario de los habitantes de las zonas cercanas a los humedales. El primer
aspecto para resaltar es la ambivalente percepción sobre el hecho de vivir en la
zona. Lo que por un lado se imagina como positivo (vivir cerca de la naturaleza),
por el otro lado implica insectos, inseguridad y peligros para animales y niños.
Lo positivo y lo negativo ondean simultáneamente en el imaginario, mientras los
emblemas (aquellos asuntos en los que una mayoría de personas está de acuerdo)
se ratifican en no visitar nunca el humedal, asociarlo al color verde y relacionarlo
con vivir cerca de la naturaleza. La naturaleza cumple un lugar destacado en las
representaciones que construye la publicidad de proyectos urbanísticos en la zona,
y se encuentra como un personaje que se narra, por ejemplo, en los videoclips
y las canciones de las bandas emergentes de la región (Arango & Correa, 2018;
Correa, 2018).

Lo que se encuentra, entonces, es un imaginario en tránsito, fruto de las constantes


transformaciones del territorio que vive aceleradamente Rionegro (Montoya-
Gallego, 2018). De ahí que la cercanía al humedal se tamiza en un imaginario más
urbano que rural; es decir, que los temores por las inundaciones, las molestias por
los insectos y los reclamos de mayor seguridad para niños y mascotas, son huellas
imaginarias no propias de lo rural (en constante cercanía con la naturaleza, tanto
en sus aspectos positivos como en los potencialmente peligrosos).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 159

Esto hace parte de dinámicas de una transformación acelerada, tal como lo señaló
Rincón (2018), al mostrar cómo los jóvenes de El Santuario (situación extensible a
muchos otros municipios) aman el verde de sus campos, pero anhelan hacer sus
proyectos de vida en la ciudad (a la que, por cierto, perciben como gris y peligrosa).

Para ese eje imaginario de lo urbano, marcado por las dinámicas de lo privado (lo
que se remarca en la demanda de una cerca y de condiciones de seguridad), lo
que se busca de la naturaleza es el paisaje, el silencio y la tranquilidad, pero sin
el costo de lo que implica vivir en zonas boscosas, húmedas y con riqueza hídrica.

De otro lado, este estudio mostró evidencia para reconocer un imaginario


emergente: los humedales compiten en el imaginario con esa idea de urbanización
moderna urbana (y acelerada). Es como si el humedal resultara incómodo para
los proyectos de expansión urbanística.

Tal vez sin intención, la agenda mediática remarca esa incomodidad: la naturaleza
es un agente incómodo, peligroso, de reacciones inesperadas y crueles, ante la
cual las autoridades (del ejecutivo y de lo ambiental) poco pueden hacer, más allá
de sancionar a las empresas que contaminan. Sin embargo, lo que preocupa de
la contaminación, en el corto plazo, es el mal olor que se produce cerca de las
fuentes hídricas. Las sanciones, está en el subtexto de todas las piezas informativas
analizadas, son siempre insuficientes, lentas e inoperantes, pues, al fin y al cabo,
las empresas pagan las multas y siguen contaminando. La evidente parcialización
de los medios hacia la agenda institucional, marcada por Otálvaro y Atehortúa
(2020) genera un peso importante aquí.

En ese sentido, las empresas (contaminantes) y los proyectos urbanísticos (con


licencias ambientales dudosamente obtenidas, o con diseños que irrespetan el
territorio) juegan de un mismo lado: el crecimiento atropellado que no se interesa
ni en el largo plazo, ni en el equilibrio ecológico, sino que pretenden conseguir
sus objetivos de mercado en la lógica de la rentabilidad.

En medio de las noticias que se viralizan en redes, y de las problemáticas asociadas


a vivir cerca a los humedales, los ciudadanos reconocen las ventajas de contar
con un paisaje bello cuando se asoman a la ventana, pero no tendrían mayores
problemas si los humedales desaparecen, siempre que, al volverse a asomar a la
ventana, haya árboles, las mascotas puedan pasear con tranquilidad, y los niños
no corran peligro de ahogarse.
160 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Agradecimientos

A los estudiantes del curso Comunicación y Cultura, del programa Comunicación


Social, semestre 2-2021, quienes aplicaron las encuestas. A la Universidad Católica
de Oriente por el apoyo en los proyectos de investigación “Oriente imaginado:
Exploración del lugar de la comunicación en las representaciones sociales y la
identidad. Primera fase”, “Investigación+creación: Estado del arte y exploración
metodológica desde la comunicación. Fase I”, y “Experimentación audiovisual para
narrar la apropiación de conocimiento. Fase II”. A la Universidad de Medellín por la
asignación de tiempos de escritura para el docente Carlos Andrés Arango Lopera.

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Capítulo 7
Hilos del agua: una propuesta
socioeducativa alrededor del
humedal urbano
Hilos del agua: una propuesta socioeducativa
alrededor del humedal urbano
Jonnattan Garcia Garrido1,2, Juan Franco Montoya1, Mario Alberto
Quijano-Abril2,3

Introducción

Los maestros de ciencias naturales que han implementado en sus aulas estrategias
educativas estarán de acuerdo que aprender es más que retener y repetir
conceptos. En algunos momentos es necesario memorizar, pero en otros se
requiere pensar, razonar o imaginar (López et al., 2013). Santivañez-Limas (2017),
en su libro Didáctica en las enseñanzas de las Ciencias Naturales se centra en
estas estrategias, reconociendo la necesidad de que las ciencias impartidas en las
escuelas se repiensen para que el estudiante aproveche los rápidos avances con
un alto grado de conciencia sobre el mundo en el que vive. Esto significa que se
deben poner en marcha una serie de actividades enlazadas funcionalmente que
promuevan cotidianamente la creatividad y el análisis.

Con la finalidad de generar una propuesta educativa que permitiera la apropiación


del conocimiento científico y la conservación de los humedales urbanos de la
subregión del Oriente de Antioquia, se desarrollaron una serie de actividades
unidas funcionalmente con el propósito de dotar de reconocimiento a la ciencia y
el medio ambiente en el imaginario colectivo, como parte integral del entramado
social en que convive la ciudadanía. Estas actividades incidieron en la percepción

1 Facultad de Ciencias de la Educación.


2 Grupo de Investigación Estudios Florísticos, Herbario Universidad Católica de Oriente.
3 Facultad de Ingeniería, Universidad Católica de Oriente.
166 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

y la apropiación de este tipo de ambientes por parte de las juventudes y a la vez


funcionaron de punto de encuentro para diferentes actores educativos, como
maestros e investigadores que deseaban abordar desde una visión ecosistémica
de ciudad las Competencias Científicas que propone el Ministerio de Educación
Nacional (MEN).

Según Cortina (1997):

Para poder ejercer plenamente como humano además de buscar la libertad y


la igualdad entre los hombres, también hay que actuar de manera pragmática
hacia la conservación del medio ambiente a través de acciones individuales y
puntuales, buscando asegurar la biodiversidad, los recursos y la calidad de vida
para las presentes y futuras generaciones.

El presente trabajo se enmarcó en el método Investigación Acción Educativa


(IAE), que permite acercarse y registrar de la manera más natural la realidad
dual representativa de la actividad de la mente humana que actúa en base de
ensayo y error hasta que la pericia permite procesos milimétricos casi automáticos
(Martínez, 2007). Para contribuir en el desarrollo metodológico a lo largo de la
investigación, fueron generados diferentes escenarios de interacción y diálogo de
saberes entre científicos y docentes de bachillerato del área de ciencias naturales.
Esta estrategia se realizó con dos finalidades, primero la de compartir experiencias
y generar información útil en el avance de las actividades pedagógicas y segundo
la de ampliar el conocimiento sobre los humedales urbanos de la región.

Colombia, representante de la realidad latinoamericana, cuenta con varios


problemas educativos de larga data que se hicieron más visibles en pandemia
(CEPAL & UNESCO, 2020). En lo que compete directamente a las Ciencias Naturales,
se destaca la situación de la didáctica en su enseñanza, que frecuentemente
fomenta el desinterés en los estudiantes (Solbes et al., 2007). Autores como
Suárez et al. (2017) concluyen que esta situación ocurre entre otros factores por el
desacople del discurso del profesor con las realidades de sus estudiantes, cuestión
que se materializa como una actitud de apatía que se suma sistemáticamente al
poco desarrollo científico del país. Formar competencias científicas que permitan
a los estudiantes generar conocimiento se ha vuelto una prioridad para la escuela,
que debe tener además de recursos y materiales, maestros deseosos de crear
experiencias significativas para sus estudiantes (Orrego et al., 2014).

La necesidad de realizar este trabajo surge entonces al enfrentar el actual


desinterés de las nuevas generaciones por las ciencias básicas, el poco desarrollo
del pensamiento crítico en el área, el desconocimiento de los procesos científicos,
así como también de la biodiversidad natural de nuestros entornos urbanos (Solbes
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 167

et al., 2007). Esta situación es observable a nivel nacional a través del lente de los
resultados de las diferentes pruebas internas y externas, donde se nota el bajo
nivel de apropiación que se tiene de la ciencia y la tecnología. Esta situación la
podemos comenzar a establecer con los datos de las pruebas saber pro 2019. Por
ejemplo, para el componente de Ciencias Naturales en diferentes instituciones
educativas del Oriente antioqueño, el puntaje de los estudiantes apenas se
mantuvo dentro del promedio nacional. Los datos para el 2020 no mostraron una
mejoría sustancial y se mantuvieron dentro del promedio nacional, que para ese
entonces había sido afectado principalmente por la dinámica de la pandemia.

El humedal como un actor en la cotidianidad

La urbanidad de un mundo globalizado con información moviéndose las 24 horas


del día es la actualidad. Esta disponibilidad no es gratuita y consume grandes
cantidades de recursos naturales que ponen en riesgo la seguridad ambiental
de las ciudades. Esta realidad requiere de un tipo de ciudadano que se prepare
desde temprana edad para equilibrar las funciones y servicios ecosistémicos que
ofrece el ambiente, con las dinámicas propias de la urbanidad (López, 2015). Con
base en esta premisa, se llevó a cabo una serie de actividades con estudiantes de
secundaria que dejaron grandes aprendizajes, no solo para los estudiantes, que
lograron avanzar en las competencias científicas, sino también de gran importancia
para los propósitos educativos.

Con la educación se pretende formar para enfrentar al mundo y sus vicisitudes.


Por lo cual es vital dedicar tiempo a reconocer cuáles son los componentes
importantes del territorio y cómo usarlos para potenciar cada región frente a la
galopante globalización, generando propuestas y soluciones innovadoras para
los complejos problemas, como el cambio climático y el deterioro del medio
ambiente por procesos antrópicos (Zona & Giraldo, 2017).

El altiplano del Oriente antioqueño cuenta con una cantidad considerable de


recursos naturales, dados por las condiciones geológicas y orográficas de la
Cordillera Central colombiana, lo que se traduce en una amplia diversidad de
flora y fauna, todo esto sumado al fenómeno de microhábitat propiciado por la
expansión urbana, la cual en los últimos años ha llegado a niveles preocupantes
por el impacto a los ecosistemas (Quijano et al., 2018). La Corporación Autónoma
Regional de las cuencas de los ríos Negro y Nare (Cornare), plantea que para
mejorar las relaciones socioambientales es necesario avivar las iniciativas locales
enfocadas en que la sociedad civil construya escenarios de acción local y conjunta
que puedan generar la sinergia regional y nacional (Zapata, 2017).
168 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

En la actualidad el acceso a la ciencia se hace cada vez más cotidiano y convive


con los estudiantes en sus bolsillos, como supercomputadoras interconectadas a
la mano, o en tecnologías que hacen posible construir redes de conocimiento y
generar propuestas de solución cada vez más cosmopolitas e integrales (Hincapié
& Cardona, 2019). Cuando el ciudadano y en este caso los estudiantes se agrupan
y organizan, las contribuciones pueden verse ampliamente multiplicadas. Este
proceso de construcción es un terreno ideal para que se articulen actores como
universidades, corporaciones y otras instituciones en un dialogo con la escuela,
invitando a las juventudes a participar de proyectos que involucren sus experiencias
con la biodiversidad de la región (Ministerio de Ciencia y Tecnología, 2019).

A nivel nacional los humedales han sido declarados ecosistemas estratégicos,


sin embargo, hoy en día están siendo fuertemente impactados por diferentes
fenómenos antrópicos. Esta situación es más visible al interior de nuestras grandes
ciudades, donde este tipo de ambientes han sido interpretados y enseñados a
nuestras nuevas generaciones como focos de infección o sitios inseguros, razón
por la cual han sido drenados y rellenados para la construcción de diferentes tipos
de obras urbanas. Para Colombia los propósitos educativos alrededor de estos
ecosistemas se han centrado en buena parte en Bogotá, donde además de haber
humedales de gran tamaño, como el Juan Amarillo con 222,76 ha de extensión,
también existe una política administrativa que incluye a las comunidades para su
protección y promoción como sitios de disfrute, cuidado y aprendizaje (Puentes et
al., 1997). A pesar de estos esfuerzos, los humedales siguen estando amenazados,
por lo que Ramsar como institución internacional encargada de promover el uso
integral de estos lugares, hace hincapié en la importancia de cuidarlos como
tesoros de la urbanidad. Acosta (2018), en su estudio del humedal La Tingua Azul
ubicado en Bogotá, comenta que estos son lugares fundamentales en el equilibrio
ecológico y ambiental global, además de los servicios ecosistémicos que prestan
a la comunidad.

Avendaño-Cifuentes (2015), reconoce la importancia educativa del humedal por


lo que recomiendan a las escuelas comenzar a trabajar en ellos desde tempranas
edades, creando estrategias que permitan al estudiante acercarse a través de la
didáctica, en ejercicios como talleres, visitas guiadas y actividades para ejercitar
la observación. La convención Ramsar (Gardner & Max, 2018), propone motivar a
los estudiantes a interactuar con este tipo de ambientes, en un papel de sujetos
sociales responsables y transformadores de su entorno. Si las personas reflexionan
en que sus acciones son echas dentro de un ecosistema del cual se desprenden
servicios a la sociedad, se podría esperar una mejor valoración y por ende una
mejor gestión de estos ambientes (WWF, 2003).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 169

El papel integrador de las competencias científicas

Las estrategias didácticas enlazan funcionalmente diferentes actividades útiles


para cultivar el aprendizaje autónomo y la conciencia sobre la biodiversidad del
territorio, pero también para desarrollar los contenidos curriculares asociados a
temáticas ambientales propuestas por el MEN. El reconocer el ambiente como
materia prima de experiencias significativas permite a los sujetos apropiarse de
su entorno y fortalecer los componentes de una cultura científica basada en la
indagación, la exploración y el análisis crítico de los espacios vitales, mientras van
dando solución a inquietudes de la vida misma.

En este proceso educativo los estudiantes logran relacionar los contenidos


trabajados en el aula con las experiencias previas que circundan la comunidad
educativa y de las cuales han sido parte, es importante que la educación desarrolle
habilidades creativas con el potencial de traspasar las barreras del aula para
generar innovaciones y progreso (Henao, 2016).

Este desarrollo a nivel mundial tiene sus inicios cuando se avanza en la solución
de los problemas públicos que son en gran parte resultado de la educación
científica de sus ciudadanos, este tipo de educación, como lo señala el filósofo
estadounidense John Dewey, es determinante para idear formas sofisticadas
de resolver los problemas (Eslava, 2004). Varios son los autores como Ladino
& Fonseca (2011), Henao (2016), Freire et al. (2018) y Camacho & Quintanilla
(2008), han comentado la necesidad de una educación adecuada que renueve
la actual forma de enseñar Ciencias Naturales y que una los propósitos de los
maestros y estudiantes.

No se puede negar lo valioso que es el ambiente urbano y los beneficios que


ha traído al desarrollo de la humanidad. Características como las estructuras de
carreteras, el alcantarillado, el acceso a electricidad, comunicaciones, educación,
salud y demás servicios básicos permiten a la mente dedicarse a otras actividades
creativas como ciencia, recreación, o también buscar formas de interacción más
sanas con el ambiente. Las competencias en ciencias naturales, competencias de
pensamiento científico o más comúnmente llamadas competencias científicas,
surgen en esta dinámica. Según Chona et al. (2006), son “la capacidad de un
sujeto, expresada a través de su desempeño observable y evaluable, evidencia
formas sistemáticas de razonar y explicar el mundo natural y social, a través de
la construcción de interpretaciones, las cuales pueden ser apoyadas por los
conceptos de la ciencia”.
170 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Hernández (2005), comenta que a grandes rasgos hay dos enfoques que se han
usado para las competencias científicas. Uno relacionado directamente al quehacer
de los científicos, enmarcado por los tecnicismos y paradigmas propios del área
que se está investigando, y el otro, más adecuado para ambientes escolares,
donde se desarrollan competencias ciudadanas, independientemente de la tarea
social que desempeñarán en el futuro, y que a la vez están en relación con su vida.
Evidentemente estas dos vertientes no son excluyentes, pero en el enfoque de
Ciencias Naturales que se trabaja hoy en día en la educación básica y secundaria,
interesa en especial cultivar más la segunda.

Desde la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)


el abordaje se da como Scientific Literacy, que sería el conocimiento científico
individual determinante a la hora de identificar situaciones, donde se pueden
aportar soluciones, adquirir nuevo conocimiento, explicar los fenómenos de la
vida y generar las conclusiones sustentadas en las pruebas científicas (Coronado
& Arteta, 2005; ICFES, 2007).

Metodología

La propuesta educativa se obtuvo como resultado de un proceso de investigación


desarrollado a través de siete fases:

Fase cero. Uniendo cauces: Los científicos e investigadores se reunieron a dialogar


(Figura 1), exponer sus visiones del mundo y construir acuerdos en base a lo
que esperan sea la educación ambiental para el ciudadano que convive en la
actual urbanidad.

Figura 1. Científicos de diferentes áreas del conocimiento ambiental y social,


dialogando alrededor del humedal urbano.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 171

Fase uno. Conociendo mi tripulación: en este punto el maestro investigador puso


en práctica los primeros instrumentos evaluativos (individual y grupal) con los
cuales se reconoció el estado de los estudiantes en cuanto a sus competencias
científicas y saberes previos sobre los temas del humedal urbano y la ciudad
como ecosistema.

Fase dos. Construyendo el navío: después de reconocer qué saben y qué no saben
los estudiantes, se comenzó a construir y hacer las adaptaciones necesarias a los
recursos y experiencias significativas en clave socioconstructivista, buscando que
tengan el mayor impacto.

Fase tres. Navegando: ya elegidas, construidas y adaptadas las actividades más


convenientes según los propósitos previamente determinados, se desarrollaron
las acciones fértiles (Tabla 1), en donde los estudiantes participaron activamente.
La gran mayoría fueron en el humedal urbano del barrio Piamonte (Figura 2),
donde la comunidad aledaña se ha apersonado y juega un papel importante
en la conservación de este lugar. Mientras la experiencia transcurrió, el maestro
hizo de guía y observó atentamente tomando registro escrito (diario de campo)
y fotográfico.

Tabla 1. Actividades realizadas durante la investigación.

N.° Actividad Propósito Estructura

Servir de punto de Se dispusieron varias


partida para introducir al preguntas inspiradas en
Presentación
1 estudiante en el concepto el humedal urbano y sus
diapositivas
de humedal y su papel servicios ecosistémicos.
ecosistémico.
Estudiar conceptos que Los conceptos
han sido tipificados como desconocidos y sus
desconocidos en una respectivas descripciones
2 Crucigrama
lectura previa, creando así organizadas y enlazadas
enlaces entre lo conocido y funcionalmente alrededor
desconocido. del tema tratado.
Repasar conceptos Varias palabras tipificadas
3 Sopa de letras y generar puntos de anteriormente como
discusión. desconocidas.
Conocer más sobre la Mesa redonda donde
diversidad floral con la que cada estudiante escoge
Taller (Flora de cuenta la región. dos plantas para comentar
4
Oriente antioqueño) con sus compañeros
en un ejercicio de
encadenamiento.
172 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

N.° Actividad Propósito Estructura

Reconocer los humedales Se usó el libro Los


que están presentes humedales del altiplano
Taller (Humedales en el territorio y sus Antioqueño para generar
5
de Rionegro) características más una serie de preguntas y
sobresalientes. se usado como material de
referencia.
Reconocer la flora con Haciendo uso de la
la que conviven los aplicación “Plantnet” se
Trabajo para el estudiantes en sus lugares identifican plantas en el
6 hogar (Plantas de de residencia. barrio y con la aplicación
mi barrio) “Google Maps” se
determinó la ubicación
exacta.
Investigar sobre las Una serie de preguntas
diferentes visiones y orientadoras, inspiradas
normatividad que hay en en el documento “La
7 Taller y consulta el mundo alrededor de los convención Ramsar de
humedales. que trata", el cual fue
usado como material de
referencia.
Conocer las plantas que En el libro Humedales de
habitan el humedal y Rionegro se encuentran
encontrar en ellas las algunas especies de
8 Friso (Plegable) características taxonómicas plantas y junto con un
que desde la ciencia se nos diagrama con los tipos de
proponen. hojas son la base para la
construcción del friso.
Amenizar la actividad y Se reproducen videos
profundizar en el concepto sobre los humedales
de humedal urbano de Bogotá, disponibles
Cineforo (Video
9 mientras se promueve el en la web, al finalizar se
taller)
reflexionar sobre los puntos propone una actividad de
comunes con los demás análisis.
compañeros.
Conocer sobre los métodos Se construyó un herbario
que los científicos usan a partir de plantas
en su cotidianidad, colectadas en el humedal y
Practica
mediante el estudio de una posteriormente disecadas
10 (Construcción
herramienta que usan en con el acompañamiento
muestra botánica).
las investigaciones. de los botánicos de la
Universidad Católica de
Oriente.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 173

N.° Actividad Propósito Estructura

Conocer de qué manera Exposición magistral


entienden el humedal los con el apoyo de la
Exposición (Charla
científicos que lo estudian. Universidad Católica de
11 con expertos o
Oriente para ampliar el
colaboradores).
tema de conservación de
humedales.
Reflexionar sobre la En mesa redonda se
experiencia y dialogar los abordaron temas de
aprendizajes adquiridos. interés para que los
12 Conversatorio
estudiantes conocieran a
profundidad sobre estos
ecosistemas.

Figura 2. Estudiantes en actividades en el Humedal del barrio Piamonte.

Fase cuatro. Recolectando y almacenando: en la fase anterior los estudiantes


generaron grandes cantidades de información en forma de construcción propia y
registro del maestro, estos datos se organizaron de manera lógica en un portafolio
individual para su posterior análisis.

Fase cinco. Regresando a la orilla: se aplicó de nuevo la evaluación inicial de


conocimientos previos (individual y grupal) pero con la intención de revelar el
avance en cuanto al estado inicial de conocimiento.
174 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Fase seis. Dialogando con lo recogido: obtenidos los resultados, en esta etapa
se procedió a hacer un análisis a la luz de las categorías iniciales, triangulándolas
a lo largo de las construcciones de los estudiantes. Esto permitió comparar los
resultados iniciales y finales de las evaluaciones. Además, se compartieron con
otros maestros de educación secundaria que deseen implementar las herramientas
construidas en sus instituciones.

La investigación educativa fue de corte cualitativo, guiado por el método IAE en


línea proyectual (Figura 3), que consistió en exponer a estudiantes de noveno de
la Institución Educativa Concejo Municipal El Porvenir (IECMP) una institución
pública de carácter oficial, a problemáticas que ejemplificarán situaciones de la
cotidianidad de la escuela y la ciudad, para luego buscarles solución haciendo uso
de diversas fuentes y herramientas. Es decir, que los propios habitantes estudian y
transforman su ambiente, mientras el maestro registra y toma el papel de guía. Uno
de los aspectos más importantes a la hora de hacer un proyecto de este tipo, es el
tiempo que se requiere para su implementación. Para esto, es necesario dedicar
varias sesiones de trabajo planeadas estratégicamente y así lograr los objetivos.
Asimismo, al momento de evaluar, es conveniente no hacerlo de manera aislada,
más bien se busca ser muy integral y constante para poder hacer reajustes y la
retroalimentación necesaria.

Fortalecer las competencias científicas en los estudiantes de grado noveno de


IE Concejo Municipal

Por medio de

Una secuencia didáctica

Con el objetivo de:

Planear y llevar acciones para


Indagar los saberes previos de los Evaluar el impacto de la
fortalecer las competencias
estudiantes sobre la temática estrategia didáctica
científicas

Desarrollo metodológico, creación


y recolección de material

Figura 3. Desarrollo metodológico del proyecto

Durante todo el proceso, el maestro asumió el papel de acompañamiento y guía,


revisando el avance del proceso mediante registros propios y de los estudiantes,
haciendo la retroalimentación necesaria de acuerdo con los indicadores. El diario
de campo fue usado de manera extensa para tomar notas, tal como lo recomienda
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 175

Martínez (2006), por ser una herramienta sencilla, útil y precisa con lo que se vive
en el momento, también fue de gran ayuda el registro fotográfico suministrado en
su mayoría por los estudiantes. Esta técnica permite autobservación y la captura
del momento, para posteriormente analizar las diversas facetas del maestro y el
sentir de los estudiantes.

Resultados y discusión

Dentro del contexto urbano tan diverso de Rionegro, hay grandes retos ambientales
y educativos. Actualmente en este municipio conviven familias provenientes de
todo el país, que se han establecido en la ciudad, generando una combinación
de sectores populares y otros de un alto nivel adquisitivo. Como interesados en
la educación, es necesario seguir llevando a cabo actividades que ejerciten el
pensamiento crítico, los conceptos científicos y el reconocimiento de la diversidad
natural de la región.

Los resultados tangibles de esta investigación son numerosos, entre los que se
encuentran las recomendaciones, guías y materiales audiovisuales que construyeron
los científicos para la escuela, pero a juicio de los investigadores desde una visión
más amplia, los resultados más sobresalientes son intangibles y del orden de la
interacción social. Entre ellos se encuentran las vías de dialogo establecidas entre
la academia, la escuela y la sociedad civil, en donde los estudiantes tuvieron la
oportunidad de conocer de primera mano lo que los científicos de la región
hacen. También se abrió un camino para que los profesionales adscritos a grupos
de investigación consolidados en el área de las ciencias ambientales, dieran sus
opiniones sobre el conocimiento que la escuela debería brindarles a sus alumnos,
si aspiran a formarlos en estas áreas.

Lo significativo de esta interacción entre la escuela y la universidad se puede


analizar en base al cambio en los resultados de las evaluaciones iniciales y finales
de los estudiantes, al comienzo de la experiencia eran evidentes los bajos niveles
de desempeño en las competencias científicas evaluadas, sobre todo en las tres
iniciales que son las básicas (Tabla 2). A través de la experiencia avanzaron en el
reconocimiento de los conceptos propios de la ciencia, los procesos de análisis
e indagación, pero también mostraron una mejoría en cuanto a su capacidad de
expresar ideas y sustentarlas mediante la búsqueda de referentes y datos útiles.
En este proceso ellos ubicaron en la mente los fragmentos de conocimiento más
o menos relevantes para sus propósitos y así los jerarquizaron en función de lo
significativo de la interacción creada con la realidad. Por ejemplo, para el arquitecto
la imagen de la casa será muy diferente a la de la persona que finalmente vive
en ella. Este conocimiento es válido, (en este caso) en sus dos formas, y se ha
generado en la interacción cotidiana que han tenido con su ambiente especifico.
En resumen, aunque para ambos la casa existe, podrá haber discrepancias en su
interpretación dependiendo del enfoque.
176 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Tabla 2. Competencias científicas evaluadas en la investigación

N.° Competencia Descripción

Capacidad para reconocer y diferenciar


1 Identificar
fenómenos.
Capacidad para plantear preguntas y buscar
2 Indagar
procedimientos adecuados.
Capacidad para construir y comprender
3 Explicar
argumentos.
Capacidad para escuchar y plantear puntos
4 Comunicar
de vista.

5 Trabajo en equipo Capacidad para interactuar productivamente.

Disposición para aceptar la naturaleza


6 Dimensión parcial de la ciencia abierta, parcial y cambiante del
conocimiento.
Disposición para reconocer la dimensión
7 Dimensión social de la ciencia social del conocimiento y para asumirla
responsablemente.

Para todos los seres pensantes, posterior a que se han establecido tipificaciones,
estas tienen la posibilidad de nutrirse e institucionalizarse a través de los procesos
históricos. La institucionalización se da cada vez que los sujetos logran acuerdos
sobre una serie de objetos, sujetos, acciones y funciones habituales, por lo que el
modesto desempeño en las cuatro competencias complementarias (comunicar,
trabajo en equipo, reconocer la dimensión parcial de la ciencia y reconocer la
dimensión social de la ciencia), demuestra lo débiles que están los acuerdos
sociales que le permiten a estudiantes moverse inconscientemente por las redes
de conocimiento alrededor del medio ambiente y el humedal urbano.

Al finalizar las actividades quedan muchos aspectos por mejorar para los maestros
en cuanto al proceso de enseñanza/aprendizaje, así como también para los
científicos, que a futuro analizarán con lupa el impacto social de sus investigaciones.
Por otro lado, se hizo evidente mediante el análisis de las mesas redondas,
conversatorios y encuentros, que los estudiantes aprendieron a reconocer el
humedal como un componente importante del ecosistema y a navegar por el
conocimiento de la ciudad. Después del ejercicio los estudiantes reconocen que
ningún componente de los que se logró reconocer está aislado, siendo ellos
mismos parte de todo este entramado social.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 177

Aprendizajes logrados

Los grandes aprendizajes de esta investigación fueron enriquecedores para los


estudiantes, que en el transcurso de sus actividades construyeron portafolios
con los resultados y así pudieron reflexionar sobre su avance (Figura 4). De esta
experiencia quedan recursos, estrategias y experiencias que los maestros del
Oriente antioqueño pueden usar en otros emprendimientos educativos que
ayuden a la comunidad a entender y valorar el patrimonio de la biodiversidad que
tiene el país. Por ejemplo, son de gran utilidad para estos propósitos, las guías
prácticas construidas específicamente por los profesionales, según su disciplina,
para su uso en las instituciones educativas (Tabla 3).

Tabla 3. Guías educativas construidas por los diferentes científicos participantes.

N.° Nombre de la guía Área del conocimiento

1 Guía de macroinvertebrados acuáticos Limnología, Ingeniería Ambiental

Guía para el estudio del plancton de los


2 Limnología, Ingeniería Ambiental
humedales
Guía práctica para la observación de aves
3 Ornitología
en los humedales del Oriente antioqueño
Guía práctica para el reconocimiento de
4 Botánica
las plantas acuáticas

Desde la escuela se deben seguir promoviendo este tipo de interacciones entre


los actores de la educación, que como se ha mostrado dejan grandes réditos
y pueden ser abordados desde el universo conceptual de las competencias a
través de un diálogo con el contexto en busca de generar actuaciones creativas,
conscientes e innovadoras.

Figura 4. Evidencia de algunas actividades realizadas por los estudiantes.


178 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Se logró reconocer la ciudad como un ecosistema donde se puede y debe


actuar de manera ecológica, más aún cuando verificamos que estos ambientes
proporcionan servicios ecosistémicos. Prescindir de un ambiente sano es también
prescindir de un humano sano, así que este último llamado es para actuar de
manera integral valorando y protegiendo la naturaleza, si lo que se desea es seguir
disfrutando y aprendiendo de ella. Como lo señala Zapata (2017), Rionegro por
sus características propias, debe adelantar las acciones ambientales de manera
organizada desde la escuela y la familia para aumentar la conciencia sobre el
actuar, buscando un equilibrio entre los procesos de la urbanidad y la ecología,
unidos generacionalmente.

Rionegro, como otras ciudades en un proceso de urbanización, tiene la obligación


de adelantar acciones que contrarresten el cambio climático. Pero estas acciones
tienen que actuar principalmente sobre la conciencia de los sujetos, por lo que
es necesario que los ciudadanos asuman responsablemente discusiones con
respecto al cuidado del medio ambiente y al quehacer con el aumento constante
y desenfrenado en la contaminación (Quijano et al., 2018).

Con respecto a la capacidad de los estudiantes para formular preguntas, se registró


una mejoría progresiva, haciéndose estas cada vez más estructuradas y útiles para
el proceso de investigación. También se registró cómo, paulatinamente, fueron
capaces de realizar procesos complejos que permitieran la comprobación de las
hipótesis inspiradas en sus experiencias. Como se ha expuesto, las competencias
vienen siendo de un interés creciente para los maestros de Ciencias Naturales,
pero como es de esperar, aun cuando el concepto comienza a ser aplicado con
unanimidad, presenta variaciones propias de la carga cultural del maestro. Este
aspecto lo señala Chona et al. (2005) en su estudio “¿Qué competencias científicas
promovemos en el aula?, inspirado en el discurso teórico educativo de Gardner
(1993) y Perkins (1992).

De igual manera, es conveniente seguir trabajando en consolidar herramientas


que permitan la generación de competencias científicas para el conocimiento del
humedal urbano, con miras a generar procesos de conservación a futuro.

La investigación se valió del creciente interés del que vienen siendo objeto los
humedales urbanos en el altiplano del Oriente antioqueño, con una comunidad
preocupada por el ambiente y un grupo de investigadores asociados a la
Universidad, que han venido realizando trabajos en este tema. Al establecer un
diálogo de colaboración mutua entre estos actores, la escuela se preocupó por
dar nitidez a la imagen del humedal urbano en el imaginario de los estudiantes,
como un ecosistema importante en la dinámica de la ciudad, pero que a la vez
recibe afectaciones de parte del humano.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 179

Como punto final, después de haber transitado por todas estas experiencias
en donde se establecieron nuevos escenarios, obtuvieron materiales valiosos y
construyeron acuerdos para trabajos futuros, se llevó a cabo un encuentro con
diferentes maestros de Rionegro y otras entidades interesadas en la Catedra
Ambiental. Con estos docentes fue socializada la experiencia, además de compartir
el material diseñado para el estudio y apropiación de los humedales urbanos como
ecosistemas funcionales, materializado en la propuesta educativa “Hilos del agua”.

En conclusión, el actual estado del medio ambiente y los bajos resultados en


Ciencias Naturales que se vienen presentando, llevan a que se haga un llamado a
los interesados en la educación a unir fuerzas y reevaluar sus prácticas pedagógicas.
Hoy es necesario formar para convivir y reflexionar la ciudad. El aumento en la
demanda de recursos naturales debe ser atendida desde la escuela para enfocar
esfuerzos y acciones que conlleven al conocimiento de la dinámica de los
ecosistemas que habitan en nuestras ciudades.

Gámez (2013) comenta que en pro de establecer una educación basada no solo en
la memorización, sino también en habilidades y actitudes, los mismos estudiantes
deben participar de la construcción del conocimiento, que los acerque y los lleve
a apreciar, entre otros aspectos, el ambiente y la cultura de sus contextos.

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Capítulo 8
Servicios ecosistémicos en humedales
urbanos del altiplano del Oriente antioqueño:
una visión económica y contable
Servicios ecosistémicos en humedales urbanos
del altiplano del oriente antioqueño: una visión
económica y contable
Bernardo Andrés Patiño Valencia1,2, Carlos Mario Vargas Restrepo1,2,
Diego Andrés Vélez Rivera1,2, Paula Vera Ramirez3,4, Maria de los Ángeles
Castaño-López3,4.

Introducción

El tratamiento de los ecosistemas naturales como proveedores de bienes y


servicios, tanto directos como indirectos para la sociedad en general (Vásquez
et al., 2007), responsabiliza a los agentes económicos de la toma de decisiones
de uso, así como de los efectos de la intervención antrópica sobre la cantidad
y calidad de los servicios ecosistémicos. Asumir responsablemente la gestión
de los recursos ambientales implica que aquellos agentes (familias, empresas,
Estado, entre otros), valoren los recursos en relación con su bienestar particular
y reta a la sociedad contemporánea a encontrar consenso entre los intereses
privados y sociales.

Durante las últimas tres décadas, el aumento de la preocupación por el deterioro


de los servicios ecosistémicos presente en los territorios se ha posicionado como
un tema de obligatorio tratamiento en las agendas de la política pública a nivel
nacional e internacional, entre los ecosistemas que concentran mayor atención,
se encuentran los humedales. El uso cada vez más frecuente de instrumentos
económicos y diagnósticos técnicos para evaluar el estado de dichos ecosistemas,

1 Grupo de investigación FACEA, Universidad Católica de Oriente.


2 Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad Católica de Oriente.
3 Facultad de Ingeniería, Universidad Católica de Oriente.
4 Grupo de Investigación Estudios Florísticos, Herbario Universidad Católica de Oriente.
186 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

advierte sobre la necesidad de tomar medidas diáfanas hacia la mejora de


las acciones para su gestión desde los niveles nacionales y locales en procura
de asumir comportamientos culturales, económicos y sociales con miras a su
conservación y uso sostenible.

La conceptualización alrededor de los servicios ecosistémicos es relativamente


reciente; hacia 1950 el término fue empleado bajo un enfoque ecológico
para referirse a un conjunto de procesos que se originan y operan dentro del
ecosistema, con referencia mínima al vínculo existente entre los ecosistemas
y los sistemas sociales (Braat & de Groot, 2012; Odum, 1971; van Rhijn, 2014).
Posteriormente, desde 1970 se introduce al constructo el concepto de funciones
utilitarias (De Groot, 1987; Ehrlich & Ehrlich, 1981; Gómez-Baggethun et al., 2010),
como reconocimiento de los bienes y servicios ecológicos, económicos y sociales
aportados por los ecosistemas (Braat & de Groot, 2012; Gómez-Baggethun et al.,
2010; Helliwell, 1969; Odum, 1957).

El uso del concepto de servicios ecosistémicos es definido por Millenium


Ecosystem Assessment-MEA (2005) como los beneficios que las personas obtienen
de los ecosistemas y los agrupa en cuatro categorías: aprovisionamiento (alimento,
madera, agua, fibras, recursos ornamentales, recursos genéticos), regulación
(regulación de la calidad del aire, del clima, del agua, la erosión, de enfermedades
y plagas), soporte (formación de suelo, fotosíntesis, ciclo de nutrientes, ciclo del
agua) y cultural (diversidad cultural, valores religiosos y espirituales, recreación,
valores estéticos, valores educativos). Con esta propuesta conceptual se redefine
la relación del ser humano con el medio ambiente, incorporándolo ya no como un
actor externo a los ecosistemas, sino como otro componente, integral, inseparable
y dependiente, que además, interviene en su evolución (Challenger et al., 2015;
Vera & Villegas, 2018).

Por su parte Boyd & Banzhaf (2007) proponen que es necesario diferenciar entre
los procesos y funciones directas e indirectas de los ecosistemas, con el propósito
de facilitar el reconocimiento de los beneficios causados por el uso y goce del
recurso como bien final, donde servicios ecosistémicos finales son componentes
de la naturaleza, directamente disfrutados, consumidos o usados para producir
bienestar humano. En este mismo sentido, Fisher et al. (2009) realizan una distinción
entre servicios finales y beneficios, entendiendo beneficios como aquello que
impacta directamente el bienestar humano. Bajo esta línea, Fisher et al. (2009) y
basándose ampliamente en lo propuesto por Boyd & Banzhaf (2007), plantean que
los servicios ecosistémicos son “los aspectos de los ecosistemas usados (activa
o pasivamente) para producir bienestar humano”, con ello, se destaca que los
servicios ecosistémicos incluyen las estructuras de los ecosistemas, los procesos
y funciones, siempre y cuando sean consumidos o disfrutados de forma directa o
indirecta por el hombre (Fisher et al., 2009).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 187

Como se ha presentado, son varias las definiciones y clasificaciones propuestas en


la literatura alrededor de los servicios ecosistémicos; tal como lo plantean Georgiou
& Turner (2012), no se acota una definición única o clasificación que sea propia
aplicar de manera general para cualquier ecosistema o fenómeno de investigación
(de orden teórico o empírico). Para efectos del presente capítulo, la definición de
servicios ecosistémicos propuesta por Millenium Ecosystem Assessment-MEA (2005)
y Fisher et al. (2009) satisface las dimensiones ecológica, económica y contable que
se abordarán a lo largo del texto y se asume como apropiado dicho concepto, en
tanto resalta la relación conceptual entre servicios intermedios y finales, además
de la interacción humana con los procesos ecológicos propios de los ecosistemas.

En un contexto actual de presiones cada vez más intensas sobre los ecosistemas,
en donde los argumentos tradicionales de conservación, justificados en un valor
intrínseco de existencia, no están siendo suficientes para detener su deterioro,
se hace necesario desarrollar estrategias que permitan resaltar la dependencia
del bienestar humano al capital natural, resaltando el papel que desempeñan los
ecosistemas en la provisión de bienestar social (Balmford et al., 2002; Daily, 1997;
Holdren & Ehrlich, 1974; MEA, 2005; Turner et al., 2003; Westman, 1977).

La vinculación del concepto de servicio ecosistémico (SE) a la gestión de los


ecosistemas, podrá ayudar a tomar decisiones más informadas, eficientes,
equitativas y sostenibles, sobre el uso de la tierra, la gestión de los ecosistemas y
los servicios ecosistémicos que estos suministran (Vera & Villegas, 2018).

Con respecto a los humedales como ecosistema estratégico, Ramsar (2006) define
que son extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas
de agua, sean estas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales,
estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones
de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda más de seis metros
(Quijano-Abril et al., 2018). En estos ambientes, la riqueza biológica que albergan,
se convierte en una reserva genética que permite garantizar funciones ecológicas y
el suministro de una amplia variedad de servicios ecosistémicos, como regulación
hídrica, control de inundaciones, regulación de clima, provisión de agua, recreación
y producción de alimentos (Braat & de Groot, 2012; Costanza et al., 1997; McInnes,
2013; Mitsch & Gosselink, 2000; Zhang et al., 2017).

Para el caso de Colombia se ha reconocido que, en concordancia a lo reportado


en la literatura internacional (Asselen et al., 2013; MEA, 2005), las prácticas de
desarrollo urbano, crecimiento de la población y el consumo de los recursos
naturales que se han producido desde mediados del siglo XX, han contribuido al
deterioro de los humedales (McAlpine et al., 2009; Meyfroidt et al., 2013; Ricaurte
et al., 2017). Además de problemas complejos relacionados con la explotación
de hidrocarburos, recursos mineros y el conflicto armado (Caselli et al., 2015). Es
así como los humedales se han visto transformados y degradados, reduciendo su
capacidad para entregar servicios ecosistémicos (Camargo, 2012; Márquez, 2005;
Ricaurte et al., 2012).
188 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Los humedales del Oriente antioqueño no han sido ajenos a las amenazas contra
las que se encuentran expuestos estos ecosistemas en el mundo y en Colombia,
específicamente los humedales ubicados en el altiplano del Oriente antioqueño;
debido a su cercanía a centros urbanos altamente poblados, se han visto expuestos
a una serie de transformaciones antrópicas asociadas al crecimiento demográfico, lo
que ha llevado a una mayor demanda ocupacional, un incremento creciente en la
construcción de vías y otras alternativas en el uso del suelo que afectan la conservación
de los humedales como ecosistemas estratégicos (Quijano-Abril et al., 2018).

Aunque se han reconocido los beneficios que la existencia de los humedales


brindan a la sociedad, la gestión de estos ecosistemas que resultan estratégicos
para los territorios pareciera no ser asertiva en tanto no garantizan la subsistencia
de los mismos (Gardner et al., 2015; Zhang et al., 2017). Debido principalmente
desarrollo al urbanístico acelerado, expansión de la frontera agrícola, inadecuada
disposición de residuos sólidos, entre otros usos alternos (Turpie et al., 2010).

En correspondencia a la preocupación expuesta, el presente capitulo constituye


un ejercicio de análisis conceptual y empírico de tipo exploratorio sobre los
bienes y servicios ambientales provistos por algunos humedales en el altiplano
del Oriente antioqueño. Asimismo, se reconocen los avances que en la literatura
especializada se observan sobre el estudio de los humedales como ecosistemas
estratégicos, desde una visión económica y contable. Finalmente se identifican
los principales actores sociales involucrados en la toma de decisiones de uso o
conservación de estos ambientes.

Para dar cuenta de los avances técnicos que permiten identificar la existencia
de servicios ecosistémicos de los humedales, el progreso de las aplicaciones de
valoración económica y su abordaje contable, se empleó una revisión analítica
de literatura, a través de la consulta en bases de datos, para identificar actores
o grupos de interés que intervienen en las decisiones que conllevan a su uso o
conservación. Además, se recurre nuevamente a la consulta de expertos para
validar la existencia de ciertos servicios ecosistémicos, evidenciados en la literatura
y que podrían estar presentes en el área de estudio.

Conceptos generales

Valoración económica de bienes y servicios ecosistémicos

La generación de información económica para el análisis de los servicios


ecosistémicos busca elegir la mejor alternativa de uso actual y a su vez la
sostenibilidad de los flujos de bienes y servicios provistos por el medio ambiente.
Dicho análisis toma posturas asociadas a las beneficios resultantes por la
utilización o uso de los bienes y servicios en las acciones económicas de consumo
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 189

y producción, además del bienestar individual generado por la interacción de los


agentes económicos con el ecosistema (Haab & McConnell, 2013). La anterior
postura desde el concepto económico tradicional de valor, permite apoyarse de
la valoración económica del medio ambiente y de los recursos naturales como
una herramienta para la toma de decisiones hacia la mejora de la gestión de los
recursos ecosistémicos territoriales (Acquatella & Bárcena, 2005).

La valoración económica del medio ambiente permite disponer de un indicador


de la importancia de dicho medio con respecto al bienestar de la sociedad
(Azqueta, 1994). El desarrollo de la valoración económica puede convertirse en una
herramienta para la gestión de los recursos ecosistémicos de interés estratégico
para los territorios. Generalmente el entendimiento de los elementos que permiten
la aplicación de la valoración económica, parte del concepto de “valor económico
total (VET)”, como elemento determinante en la percepción económica del capital
natural (Vásquez et al., 2007).

El reconocimiento del valor de los sistemas naturales y su incidencia como


soporte de toda actividad de producción y consumo, permite argumentar que
la degradación de los activos naturales implica una pérdida (costo) de valor
económico, que tiene efectos sobre el bienestar social. Por el contrario, conservar
dichos sistemas contribuye al aumento del bienestar mismo de la sociedad. La
valoración económica del capital natural permite expresar en términos monetarios
dichos costos o beneficios, en aras de elegir de manera más asertiva el uso
alternativo del ecosistema en análisis, en procura del cuidado del bienestar de
todos los agentes sociales (Bishop & Freeman, 1996).

Con la necesidad de expresar el valor que el ecosistema representa para los


agentes económicos, el VET se define como la sumatoria de los valores presentes
netos descontados producidos por todos los flujos de bienes y servicios
ambientales en un territorio, considerados o estimados en un espacio de tiempo
determinado (Bishop & Freeman, 1996). Dicho concepto de valor reconoce
el medio ambiente como un sistema integrado de recursos que propician la
producción de determinados flujos de bienes y servicios ambientales. En estos
ecosistemas, la existencia de diferentes valores económicos atribuibles, plantea
una duda razonable entre la conveniencia de implementar acciones de intervención
en los sistemas naturales (lo que impacta negativamente el estado, calidad y
disponibilidad del capital natural) y la posibilidad de mantener invariante dichos
sistemas (conservación) (Bishop & Freeman, 1996; Hanemann, 1984; Hanley et al.,
1997; Pearce & Turner, 1990).

Para aproximarse a una definición más directa de VET se emplea una ecuación
simple que indica la suma de valores de uso (VU) más los valores de no uso
(VNU). En esta ecuación, la medida de bienestar recomendada para la captura
de dichos valores es la Disposición a Pagar (DAP) o Disposición a Aceptar (DAA)
190 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

de las personas que tienen algún tipo de preferencia por el bien ambiental. Estos
pueden ser usuarios o no usuarios actuales del recurso (Hanemann, 1984). Según
los expresan Pearce & Turner (1990), VU (valor de uso) está compuesto por valores
de uso directo (VUD), valores de uso indirecto (VUI) y valores de opción (VO), y el
VNU (valor de no uso) comprende la suma entre los valores de legado (VL) y los
valores de existencia (VE) (Barbier et al., 1997; Bishop & Freeman, 1996; Pearce &
Turner, 1990). La Figura 1 muestra la estructura y conformación del VET desde lo
que refiere (Uribe et al., 2003)

Valor económico total

Valor de uso Valor de no uso

Valores de Valores de Valor de Valor de Valor de


uso directo funciones ecológicas opción existencia legado

Valores de Valores no
mercado mercadeables

Figura 1. Composición del valor económico total (VET).


Fuente: Tomado de (Uribe et al. 2003).

El conocimiento básico de la estructura del VET permite identificar la base de


la estrategia que usa la valoración económica, la cual parte de la identificación
de los flujos de bienes y servicios ecosistémicos, luego se asocian los valores
económicos de uso o no uso, con énfasis en sus diferentes categorías, a dichos
flujos. Una vez identificados estos valores, se definen los agentes económicos que
interactúan con los servicios ecosistémicos y se estima la DAP de estos agentes
por el uso o conservación de la cantidad o calidad actual de bienes ecosistémicos.
Las metodologías que se mencionan a continuación dan cuenta de los tipos
de estrategias empleadas para la estimación de las DAP de los individuos y
la sociedad.

Metodologías de valoración de bienes y servicios ecosistémicos

La valoración económica de bienes ambientales considera dos enfoques básicos


para aproximarse a la estimación de la DAP (DAA) individual y social: de un
lado el enfoque de preferencias reveladas supone que el bien o los servicios
ambientales objeto de análisis, poseen alguna relación de complementariedad
o sustituibilidad con algún bien de mercado, por lo que es posible emplear la
información económica proveniente de dicho bien de mercado para estimar el
valor económico del recurso ambiental sujeto de valoración (Uribe et al., 2003).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 191

De otro lado, se plantea el enfoque de preferencias declaradas en el cual se


construyen escenarios que recrean una situación de uso o conservación del
recurso ambiental, como estrategia para identificar el valor económico que los
individuos le asignan al bien objeto de estudio (Bateman et al., 2002; Hanley,
Wright & Adamowicz, 1998). En la Figura 2 se muestran los principales métodos
de valoración económica de bienes y servicios ambientales, así como la técnica
de transferencia de beneficios que constituyen una herramienta de valoración
alternativa de los valores económicos de los bienes y servicios ambientales.

Directos Análisis
“CONJOINT”
Utilizan información
proveniente de
encuestas sobre el Valoración Modelo de
DAP contingente utilidad aleatoria
Métodos de
valoración Transferencia
Precios
económica de beneficios hedónicos
ambiental
Indirectos Costo de viaje
Utilizan información
ya disponible en los
mercados de bienes Función de daño
relacionados

Función de
producción
de salud

Figura 2. Metodologías y métodos de valoración económica


Fuente: Tomado de Patiño (2020).

Las metodologías presentadas en la Figura 2 parten del reconocimiento de los


valores económicos contenidos en los flujos de bienes y servicios ambientales,
sus usos o en ocasiones su sola existencia. Esta se relaciona con la generación
de beneficios futuros para los individuos de una sociedad y por tanto para la
sociedad en su conjunto, lo cual es coincidente con los argumentos del VET
(Uribe et al., 2003).

Además de los métodos tradicionales de valoración económica, ya sean directos


(preferencias declaradas) o indirectos (preferencias reveladas), se dispone de una
técnica que se emplea como recurso de valoración en condiciones específicas.
En esta se dispone de valoraciones o abundante información económica del bien
ambiental objeto de análisis, ya sea en el sitio exacto de investigación o en otro lugar
donde se identifiquen similitudes o equivalencias ecosistémicas y socioeconómicas.
192 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Esta técnica denominada transferencia de valores económicos (transferencia de


beneficios) permite desarrollar un proceso de adaptación de información derivada
desde una investigación original para la aplicación de esta en un contexto diferente
de estudio (Rosemberger & Loomis, 2003). Así, la transferencia de beneficios
permite evaluar el impacto de intervenciones sobre el medio ambiente (acciones
de conservación o uso), cuando no es posible aplicar directamente técnicas de
valoración debido a restricciones presupuestarias y temporales (Osorio, 2006).
En las condiciones antes mencionadas y con un correcto desarrollo técnico, la
transferencia de valores económicos constituye una aproximación práctica y
adecuada del valor económico de los beneficios o costos de una determinada
acción, que impacte un recurso medioambiental (Richardson et al., 2015).

Las anteriores referencias asociadas a la existencia de herramientas para la


valoración económica de los bienes y servicios ecosistémicos reconocen que
dichos bienes y servicios son proveedores de bienestar social y valor económico.
Por tal razón, son susceptibles de ser considerados activos estratégicos para las
comunidades y las territorialidades. En tal sentido, los flujos de bienes y servicios
ambientales, presentes en los ecosistemas, son en sí mismos generadores de
valores que hacen parte del acervo de riqueza de una territorialidad. Sin embargo,
no es común encontrar “inventariado” de manera sistemática y ordenada aquella
riqueza natural.

Con el propósito de reconocer la necesidad de disponer de información


ordenada sobre la cantidad de bienes y servicios ambientales presentes en un
espacio territorial, se trae a discusión el concepto de contabilidad ambiental
como herramienta complementaria a la valoración económica de bienes
ambientales, así como del instrumento de gestión de los recursos ecosistémicos,
el cual está en capacidad de dar cuenta de la realidad del medio ambiente
desde la disciplina contable.

Elementos de contabilidad ambiental

Antes de esbozar una definición de contabilidad ambiental, conviene recordar la


concepción general de contabilidad como vía que permita desvelar la relación
de esta disciplina con el medio ambiente. En tal sentido y siguiendo a Cañibano-
Calvo (1990), la contabilidad es una ciencia de naturaleza económica que tiene
por objeto producir información para hacer posible el conocimiento pasado,
presente y futuro de la realidad económica, en términos cuantitativos, a todos
sus niveles organizativos. Esto se logra mediante la utilización de un método
específico apoyado en bases suficientemente contrastadas, con el fin de facilitar
la adopción de las decisiones financieras externas y las de planificación y control
internas (Cañibano-Calvo, 1990).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 193

Si bien es cierto que el concepto tradicional de contabilidad se encuadra en la


representación de la realidad económica (o mejor financiera) de las organizaciones,
su potencial es mayor al estar en capacidad de intervenir y representar otros
hechos de naturaleza social, ambiental, cultural, fiscal, entre otros. Esto connota
una especial relevancia al considerar los conflictos sociales y ambientales que
afectan a las sociedades actuales: desigualdad socioeconómica y concentración
de la riqueza, devastación ecológica, calentamiento global, informalidad, sistemas
de protección social débiles, entre otros. Estas problemáticas demandan el análisis
y aportes de diferentes campos de conocimiento, entre ellos la contabilidad, en
orden de encontrar vías o mecanismos de atenuación de estas.

En línea con lo anterior, Mattessich (2002), en su teoría general de la contabilidad,


planteó que esta disciplina no se circunscribe solamente al nivel microeconómico
(contabilidad de las empresas o entidades gubernamentales), sino que también
abarca sistemas macrocontables, tales como los sistemas de cuentas nacionales,
registros de la balanza de pagos o de flujos monetarios. Por otra parte, el producto
principal de la actividad contable está constituido por información destinada a
usuarios tanto internos, como externos. Es por esta razón que no se puede limitar
solo a cifras financieras, pues también puede estar constituida por información
cualitativa o de tipo no monetario, la cual contribuye a revelar algunos hechos
y permitir la comprensión de dinámicas, impactos y retornos sociales de la
actividad económica.

El hecho de que la contabilidad atienda los requerimientos de diferentes usuarios


implica que debe intervenir y representar diferentes hechos, no solo los financieros,
sino también aquellos de índole fiscal, social, ambiental, de gestión o de
productividad, entre otros. Considerando esta polisemia estructural, la contabilidad
ha configurado diferentes subsistemas en orden a representar tales hechos, como
el de contabilidad financiera, contabilidad administrativa, contabilidad tributaria,
contabilidad social o contabilidad ambiental, entre otras.

Los planteamientos expuestos hasta este punto permiten señalar que la


contabilidad va más allá de aspectos financieros, económicos y administrativos de
la sociedad, es decir, traspasa estimaciones, medidas e información económico-
financiera. Actualmente, la contabilidad no gira solo en torno a números y
beneficios económicos, sino también en torno al beneficio y bienestar social (Araújo
et al., 2019). Dicho bienestar, es sabido se ve circunscrito a la interacción de la
sociedad con los ecosistemas y el medio ambiente, por lo que las transformaciones
antrópicas en los entornos naturales constituyen el fundamento de la emergencia
y desarrollo del subsistema de contabilidad ambiental (principalmente desde
la década del noventa), en tanto se requiere información del stock de bienes y
servicios ecosistémicos activos sociales (Araújo et al., 2019).
194 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Se hace importante subrayar que el objeto y alcance de la contabilidad ambiental


trasciende los propósitos y técnicas empleados para el procesamiento de
información de carácter eminentemente financiero (Figura 3). En efecto, debe
concebirse a la contabilidad ambiental como un subsistema contable estructurado
sobre una base comprensiva, diferente de los principios y normas contables de
general aceptación, cuyo propósito es suministrar información relacionada con los
impactos y acciones ambientales de una organización o con la gestión de recursos
ambientales. Si bien dicha información puede ser monetaria, gran parte de esta
puede corresponder a información no monetaria.

De acuerdo con lo anterior, los desafíos ambientales de nuestra época permiten


que la contabilidad intervenga como eje facilitador para la identificación, registro
y control de todas las acciones previstas para mitigar el impacto ambiental
(Higuera et al., 2017). En tal sentido, la contabilidad permite intervenir conflictos
ambientales a partir de la preparación de información cuantitativa y cualitativa,
financiera y no financiera, lo cual promueve los ejercicios de planeación, control,
toma de decisiones, rendición de cuentas, valoración económica y análisis costo
beneficio (ACB).

De otro lado, Bischhoffshausen (1997), señala que la contabilidad ambiental


puede designar diferentes conceptos: cuentas nacionales, contabilidad financiera
o contabilidad administrativa. El primer concepto refiere a la incorporación del
ambiente dentro del sistema de cuentas nacionales (SCN), implementado por
los estados, identificando por separado los gastos asignados al medio ambiente
e incorporando los activos ambientales y “los cambios que experimentan en
las cuentas de oferta, utilización y activos del SCN” (ONU-PNUMA, 2002). En
segundo lugar, el reconocimiento del medio ambiente dentro del subsistema
de contabilidad financiera tiene un alcance reducido, en la medida en que solo
se agregan al proceso contable convencional de las empresas, aquellas partidas
o gastos principalmente, orientados a la preservación del medio ambiente (i.e.
campañas ambientales, separación de residuos), cierto tipo de inversiones que
cumplen los criterios de reconocimiento como activo inmovilizado, material
(plantas de tratamiento de aguas residuales o paneles solares, entre otros), o
determinados pasivos ambientales derivados de la responsabilidad legal de
las empresas, por desarrollar actividades económicas con afectación directa
sobre el medio ambiente (provisiones por desmantelamiento y restauración
de terrenos por parte de empresas minero-energéticas). En tercer término, la
contabilidad ambiental vinculada a la contabilidad administrativa se constituye
en una herramienta de gestión organizacional en tanto vincula al menos dos
dimensiones: costos privados, referentes a los costos que tienen un efecto
directo sobre los resultados de la empresa y, costos sociales, es decir, costos
internalizados por las empresas asociados a las personas, la sociedad y la
naturaleza ( Bischhoffshausen, 1997). De acuerdo con Debnath et al. (2011), este
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 195

tercer concepto de contabilidad ambiental, también denominado contabilidad


de gestión ambiental, ha registrado un crecimiento importante desde el año
2000, pasando de la contabilidad ambiental corporativa a un área de estudio
independiente, que refiere a “un sistema compuesto por métodos y técnicas que
se pueden utilizar para recopilar y proporcionar información a la gerencia, que
puede ser útil para la toma de decisiones internas ambientalmente sensibles”
(Debnath et al., 2011). Dicha información está relacionada con consumos de
energía, agua, recursos naturales, disposición de recursos, costos ambientales,
ahorros, entre otros.

Considerando estos conceptos y el propósito de este trabajo, se apropiará esta


tercera concepción de la contabilidad ambiental vinculada a la contabilidad
administrativa gubernamental, en tanto se pretende aportar información ambiental
“útil” en relación con los humedales ubicados en el municipio de Rionegro. Se
espera que la información aquí suministrada facilite la toma de decisiones y los
procesos de control por parte de diferentes entes territoriales y de la Corporación
Autónoma Regional de las cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare), en relación
con la gestión de estos. Lo que se corresponde con la condición de tenencia
de los humedales como un activo ambiental, el uso de información cualitativa y
cuantitativa para ejercer la capacidad de reconocimiento del activo ambiental,
limitar las concesiones de explotación y la facultad sancionatoria.

Captación -
Registro
Identificación

Agregación de
Medición Valuación
información

Reconocimiento Representación Reporte

Revelación

Figura 3. Proceso contable.

El proceso general que se sigue en la actividad contable está constituido por cuatro
fases básicas (Figura 3): La primera fase es la captación que tiene que ver con la
identificación del hecho que se va a incorporar al proceso. Para el caso, el hecho se
corresponde con los humedales, los servicios ecosistémicos asociados a los mismos
y los impactos o costos generados por la intervención de estos ecosistemas. La
segunda fase se refiere al mecanismo de registro del hecho ambiental (humedal).
196 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Estas dos fases también se conocen como la actividad de reconocimiento del hecho
ambiental. La tercera fase de agregación de información permite sistematizar,
sintetizar y consolidar la información para su posterior comunicación. La cuarta
fase se denomina registro y agregación de la información, en la cual se deben
adelantar los procesos de medición y valuación (valoración) de los hechos. Ahora
bien, para efectos del registro y agregación de la información se deben adelantar
los procesos de medición y valuación (valoración) de los hechos.

La valuación o valoración, en cambio, implica la representación de los fenómenos


cuantificados (medidos) en términos monetarios (Vargas et al., 2018), es decir, el
valor que se atribuye a los hechos de acuerdo con los criterios del mercado u otros
criterios tales como el uso o expectativas de uso, tradiciones, ideologías, cultura,
entre otros. Para el caso, mientras la medición tiene que ver con la cuantificación de
los servicios ecosistémicos asociados a los humedales en términos de cantidades
y/o magnitudes, la valoración concierne a la asignación de valores monetarios a
tales servicios.

Cabe realizar dos advertencias en relación con el proceso de valoración. La primera


es que no todos los hechos, servicios ecosistémicos para el efecto, son valorables,
bien sea por la inexistencia de mercados activos para tales hechos o carencia
de información para contrastar y asignar valores. La segunda se refiere a que la
valoración de servicios ecosistémicos considera la apropiación de metodologías
desarrolladas en la ciencia económica con las cuales se busca dotar a la información
del atributo de “utilidad” para que los diferentes grupos de interés, principalmente
sociedad y Estado, puedan ejercer vigilancia y control. Por último, la fase de
reporte o revelación, refiere a la comunicación de la información (cualitativa y
cuantitativa) relacionada con el hecho ambiental para que sea utilizada por los
diferentes usuarios.

Ahora, la reflexión que el análisis económico realiza sobre las problemáticas


ambientales, aborda la identificación de los recursos ecosistémicos como
proveedores de bienes y servicios ambientales, la necesidad de generar
información sistemática y ordenada de dichos servicios y valorar el bienestar
generado por el medio ambiente proyectado hacia el estado de la calidad
de vida de la sociedad en general. Así, es la misma sociedad y sus grupos de
interés la que establece relaciones de uso a aprovechamiento de los recursos
ecosistémicos, como también la disposición de conservación de estos. Lo
anterior implica reconocer dichos actores, grupos de interés o stakeholders, como
colectivos que afectan positiva o negativa mente la calidad y cantidad de bienes
y servicios ecosistémicos dispuestos en el territorio, a partir de la manera como
se relacionan con los recursos naturales. A continuación, se abordará de manera
general el concepto de actores o stakeholder, como elemento de interés para el
entendimiento de la relevancia de la interacción de los colectivos sociales con los
recursos ambientales dispuestos en el territorio.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 197

Análisis de actores o de stakeholder

Cuando se aborda el concepto de análisis de grupo de interés, actores, stakeholder,


entre otros similares, en la mayoría de los casos la pretensión gira entorno a la
búsqueda de una solución o alternativa justa para aquellos que se encuentran
afectados por una situación común, más aún, cuando se aborda el tema de los
bienes comunes, en este caso los humedales. Sería simplista considerar solo aquel
involucrado que por incentivos económicos o intereses individuales puede actuar
sobre el recurso. En palabras de Vásquez et al. (2007), la toma de decisiones sobre
el uso de los recursos naturales es una tarea inevitable que está directamente
relacionada con la definición de valor, y que descansa sobre aquel que posee o
tiene poder sobre este.

Si se permite adaptar la propuesta de Mitchell et al. (1997), al objeto de estudio,


se podría decir que los actores involucrados en el presente manuscrito son
incluidos, pues de una u otra forma pueden identificarse con los atributos de poder,
legitimidad y urgencia que proponen los autores mencionados (Mitchell et al.,
1997). El poder lo ejercen para influir sobre la afectación del bien, la legitimidad
determina el grado de relación que el actor guarda con el bien y obliga a otros
a reconocerlos. Por último, la urgencia responde a la pretensión concreta o
grado de involucramiento con el recurso. Determinando el, o los atributos más
apropiados, es posible establecer la dirección que la sociedad o las instituciones
deberían asumir.

Cuando se decide reconocer y validar las partes interesadas en dinámicas


ambientales y ecológicas, es común que se acuda a representantes de comunidades
o líderes de juntas de acción comunal, organizaciones no gubernamentales (ONG)
o autoridades de corte institucional (administraciones municipales, universidades,
instituciones religiosas, entre otras). No obstante, esta posición no permitiría
comprender de manera integral las características propias del recurso: su ubicación,
los servicios, las limitaciones y los beneficios generados. Sin mencionar que no
vincularían aquellos actores con atributos de legitimidad o urgencia, quienes por
su condición se encuentran en una relación de afectación directa. En conclusión,
es determinante la participación de la mayor cantidad de actores, pues brinda una
realidad que complementa los argumentos que pueden tener aquellos actores
con atributos de poder implícitos.

Para que los actores logren un reconocimiento objetivo y racional en materia


ambiental y que sus propuestas puedan escalarse a otros estamentos normativos
o directivos en relación a los beneficios o limitaciones que el ecosistema evaluado
requiere (para efectos del presente trabajo, los humedales), se debe avanzar
siguiendo principios de participación e involucramiento ciudadano, en donde
los resultados dejen de lado las percepciones subjetivas y logren sostener sus
198 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

posiciones basados en el análisis de información recolectada en los ejercicios de


participación e involucramiento. Se presenta un problema cuando se procede sin
un método de participación de actores o de recolección de información riguroso,
pues al no contar con procedimientos suficientemente sólidos, los costos sociales
suelen ser generalmente altos. No obstante, en algunas ocasiones la información
subjetiva puede ser viable cuando los efectos de la decisión tomada no generan
impactos negativos en las comunidades intervenidas (Uribe et al., 2003).

Una vez expuestos los elementos conceptuales generales y constructos teóricos


que guían este capítulo, se reconoce la relación estrecha entre la existencia de
bienes y servicios ecosistémicos dispuestos en los espacios naturales, la interacción
social con dichos espacios y la necesidad expresa de recolectar información
técnica que permita acciones de gestión del medio ambiente. La referencia a los
elementos generales del concepto de servicios ecosistémicos, sienta las bases
para mencionar la existencia de métodos y técnicas económicas y contables que
faciliten la interacción sostenida con los ecosistemas y el reconocimiento del
ecosistema como un proveedor de activos ecológicos, económicos y contables
para los diferentes grupos de interés de la sociedad. A continuación, se abordan
elementos metodológicos para el análisis de los humedales, un ecosistema
estratégico de interés para el análisis ecológico, económico y contable en el
marco de las interacciones de los grupos de interés asociados al territorio del
Oriente antioqueño.

Metodología

El presente trabajo corresponde a un estudio exploratorio de corte cualitativo, que


constituye un análisis conceptual con un contraste empírico sobre los humedales
en el altiplano del Oriente antioqueño. Con el propósito de abordar de manera
clara desde la visión económica y contable los servicios ecosistémicos provistos
por los humedales del altiplano, se desarrolla una revisión analítica de literatura
para identificar aquellos servicios imputables a los humedales. Posteriormente,
mediante el uso del mismo método, se abordaron los avances conceptuales y
empíricos sobre la valoración económica de bienes y servicios ambientales, así
como de la contabilidad ambiental y su potencial en el estudio de los humedales
urbanos del altiplano del Oriente antioqueño.

Se espera que los resultados de este estudio contribuyan a la generación de


iniciativas que busquen la aplicación de métodos de preferencias reveladas,
preferencias declaradas o transferencia de beneficios y así poder sugerir futuras
estrategias para la monetización de los servicios ecosistémicos de los humedales
del altiplano.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 199

Posteriormente, se aplicó la técnica de grupo focal para consultar a 15 expertos en


áreas de: 1) ingeniería, arquitectura, urbanismo y afines, 2) matemática y ciencias
naturales, 3) ciencias sociales y humanas y 4) agronomía, veterinaria y afines. Se
consultó sobre su percepción con respecto a los servicios ecosistémicos imputables
a los humedales presentes en el altiplano del Oriente y se utilizó esta misma
estrategia (grupo focal), para el reconocimiento de los actores o stakeholder más
relevantes que interactúan con los humedales del altiplano.

Para la identificación de servicios ecosistémicos de los humedales, se procedió


con la selección de artículos y de material investigativo que involucraran en
su desarrollo temático palabras clave como: servicio del ecosistema, servicios
ecosistémicos y humedal. Estas búsquedas se realizaron en bases de datos
nacionales e internacionales, donde se identificaron al menos 20 artículos de
relevancia para el presente estudio. A partir del análisis de los trabajos referidos
y contrastando los servicios reconocidos en ellos, se definió un listado de los
servicios ecosistémicos de estudio frecuentes en los humedales.

Sobre la valoración económica y la contabilidad ambiental, se consultaron las


siguientes bases de datos: EBSCO, Science Direct, Springer, Jstor y Google
Scholar. Se emplearon los operadores booleanos AND/“” para acotar el volumen
de estudios determinados en la búsqueda inicial, además de criterios generales de
búsqueda como: 1) se privilegiaron categorías como ciencias económicas y estudios
medioambientales, 2) se excluye material asociado a documentales, seriales,
reportes y se privilegian revistas científicas y libros resultado de investigación, 3) se
privilegia la lectura de los trabajos más citados en las mencionadas bases de datos.

Finalmente, se realizó un análisis de actores o de grupos de interés (stakeholders)


de los humedales del Oriente antioqueño y su papel positivo o negativo en la
conservación o uso de los recursos provenientes de estos ambientes. Este análisis
se realizó a partir de la consideración de factores como:

1) Actores involucrados.
2) Prioridad, Poder y Ponderación: El término prioridad hace relación a la urgencia
y la legitimidad que tiene el actor sobre la actividad del bien objeto de estudio.
Poder es la capacidad de tomar decisiones sobre el bien. Ponderación, es la
sumatoria de los dos anteriores, la cual determina la razón y el orden en que
deben ser intervenidos.
3) Razón de inclusión.
4) Tipo de actor: Voluntario, Involuntario, Positivo y Negativo. Dicha estrategia
y factores utilizados para la identificación y análisis de actores se desarrolla a
partir de la propuesta de análisis de actores planteada por Nicholls et al. (2009).
200 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Resultados y Discusión

Servicios ecosistémicos en humedales del altiplano del Oriente antioqueño

Se realizó una revisión de literatura publicada entre 1998 y 2020 (Tabla 1), en
la cual se evidencia la existencia de un volumen amplio de estudios sobre los
servicios ecosistémicos generados por los humedales. Como elemento a resaltar
de los estudios analizados, se percibe la permanencia de la categorización de los
servicios ecosistémicos de los humedales clasificados en las categorías de servicios
de regulación, servicios de soporte, servicios de aprovisionamiento y servicios
culturales, definidos por MEA, clasificación anteriormente referida (MEA, 2005).

Tabla 1. Resultado de la búsqueda en bases de datos


(Servicios ecosistémicos en humedales).

Resultado
Base de Resultado de Operadores Periodo
Concepto nueva
datos la búsqueda booleanos publicación
búsqueda
Servicios
Google
ecosistémicos 11600 AND/“ “ 1500 2006-2021
Scholar
en humedales
Wetland
EBSCO ecosystem 141358 AND/“ “ 89014 2000-2021
services
Servicios
EBSCO ecosistémicos 408 AND/“ “ 150 2000-2020
en humedales
Wetland
Science
ecosystem 26181 AND/“ “ 2630 1998-2022
Direct
services
Wetland
Jstor ecosystem 9419 AND/“ “ 20 1980-2021
services

La revisión de literatura permite referirse no solo a la identificación de diferentes


tipologías empleadas para agrupar los bienes y servicios ambientales provistos
por los humedales, además permite referir una serie de servicios ecosistémicos
precisos como contribución de los humedales al bienestar social (Tabla 2).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 201

Tabla 2. Servicios ecosistémicos provistos por los humedales según


la revisión de literatura.

Tipo de servicios Servicio ecosistémico provistos

Control de inundación/Reducción de Desastres

Mantenimiento de la calidad del aire

Mantenimiento de regímenes hidrológicos

Servicios de Abastecimiento de agua para diversos usos


regulación Polinización

Filtración del agua

Control de la erosión

Control biológico de plagas y enfermedades.

Regulación climática

Mantenimiento de la biodiversidad

Servicios de Hábitat para especies


soporte Ciclo de nutrientes

Formación de suelo

Diversidad biológica

Alimentos para humanos

Agua para consumo humano

Agua para alimento de animales

Agua para riego

Agua para la industria


Servicios de
Forraje para ganado
aprovisionamiento
Plantas y animales ornamentales

Leña

Plantas y/o animales medicinales

Materiales para elaboración de artesanías

Recursos o materiales genéticos


202 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Tipo de servicios Servicio ecosistémico provistos

Valores estéticos y de “sentido del lugar”

Calidad paisajística

Avistamiento de aves
Servicios
Ecoturismo
Culturales
Valor patrimonial de los humedales

Actividades y oportunidades educativas

Inspiración

Las tipologías planteadas en la Tabla 2 permiten agrupar los servicios ecosistémicos


de los humedales e indicar una serie de servicios específicos para cada una de estas.
Luego se emplea este esquema tipológico para desarrollar, mediante la técnica de
grupo focal, un ejercicio de reconocimiento de los tipos y servicios ecosistémicos
específicos que se perciben en los humedales del altiplano del Oriente antioqueño.
Como instrumento de recolección de la información generada por los expertos
presentes en el grupo focal, se aplicó un formulario semi estructurado con dos
bloques de preguntas: 1) se indagó por el nivel de experiencia y área particular
de trabajo o campo temático del experto y 2) se pide reconocer de un listado
de 32 servicios ecosistémicos, cuáles estarían proporcionados por los humedales
presentes en el altiplano. El listado se distribuyó en las cuatro tipologías mencionadas
(servicios de regulación, servicios de soporte, servicios de aprovisionamiento y
servicios culturales). Los servicios provistos por los humedales fueron agrupados
de la siguiente manera: ocho pertenecen a servicios de regulación, seis a
servicios de soporte, once a servicios de aprovisionamiento, y siete corresponden
a servicios culturales.

Tabla 3. Indicadores y ponderadores de importancia

Nombre del
Ecuación/ponderador Indicador Valor
ponderador

NSE servicios de regulación 8

Ponderador de NSE servicios de soporte 6


Importancia por PIT = (∑ IR) / NSE NSE servicios de
tipo 11
aprovisionamiento

NSE servicios de culturales 7


Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 203

Nombre del
Ecuación/ponderador Indicador Valor
ponderador

Ponderador de
Importancia por PIT = (IR / ∑ SET) * 10 SET 32
servicio

IR=Indicador de reconocimiento, PIT= Ponderador de importancia por tipo; PIS=Ponderador


de importancia por servicio; NSE= número de servicios ecosistémicos por tipo; SET= servicios
ecosistémicos totales.

Los resultados de la recolección de información generada a partir de la opinión de


expertos, con relación a los servicios ecosistémicos provistos por los humedales
del altiplano, se presentan en las Tabla 4-7. En estas se emplea un indicador de
reconocimiento (IR), que corresponde al número de expertos que consideran
que cierto servicio ecosistémico particular es provisto por los humedales (varía
entre cero y quince, donde quince es el número total de expertos consultados).
Con base en el indicador mencionado, se construyen dos ponderadores de
importancia relativa: 1) según el tipo de servicio ecosistémico (PIT), que genera
un puntaje comparable con los demás tipos de servicios evaluados, 2) ponderador
de importancia por servicio (PIS), que facilita la comparación entre los resultados
referentes a los diferentes servicios ecosistémicos (Tabla 3).

Tabla 4. Servicios de regulación


en humedales del Oriente antioqueño/consulta a expertos

Tipo de
Servicio ecosistémico IR PIT PIS
servicios

Control de inundación/Reducción de Desastres 15 4,7

Mantenimiento de la calidad del aire 8 2,5

Mantenimiento de regímenes hidrológicos 11 3,4

Servicios de Abastecimiento de agua para diversos usos 8 2,5


8,9
regulación Polinización 8 2,5

Filtración del agua 9 2,8

Control de la erosión 6 1,9

Control biológico de plagas y enfermedades. 6 1,9

IR=Indicador de reconocimiento, PIT= Ponderador de importancia por tipo; PIS=Ponderador


de importancia por servicio.
204 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Según la percepción de los expertos consultados (Tabla 4), aquellos servicios


de regulación con mayor presencia en los humedales del altiplano, son: control
de inundaciones y reducción de desastres, seguido por mantenimiento de
regímenes hidrológicos.

Tabla 5. Servicios de soporte en humedales del Oriente


antioqueño/consulta a expertos

Tipo de servicios Servicio ecosistémico IR PIT PIS


Regulación climática 8 2,5
Mantenimiento de la biodiversidad 15 4,7
Servicios de Hábitat para especies 14 4,4
10,8
soporte Ciclo de nutrientes 11 3,4
Formación de suelo 4 1,3
Diversidad biológica 13 4,1
IR=Indicador de reconocimiento, PIT= Ponderador de importancia por tipo; PIS=Ponderador de
importancia por servicio.

Sobre los servicios de soporte, se destaca por parte de los profesionales


consultados que mantenimiento de la biodiversidad, hábitat para especies,
diversidad biológica y ciclo de nutrientes son los servicios ecosistémicos que se
presentan más frecuentemente provistos por los humedales del altiplano, como
se observa a partir del IR y el PIS en la Tabla 5.

Tabla 6. Servicios de aprovisionamiento en humedales


del Oriente antioqueño/consulta a expertos

Tipo de servicios Servicio ecosistémico IR PIT PIS

Alimentos para humanos 7 2,2


Agua para consumo humano 2 0,6
Agua para alimento de animales 10 3,1
Agua para riego 10 3,1
Agua para la industria 6 1,9
Servicios de
Forraje para ganado 7 5,3 2,2
aprovisionamiento
Plantas y animales ornamentales 5 1,6
Leña 1 0,3
Plantas y/o animales medicinales 3 0,9
Materiales para elaboración de artesanías 2 0,6
Recursos o materiales genéticos 5 1,6
IR=Indicador de reconocimiento, PIT= Ponderador de importancia por tipo; PIS=Ponderador de
importancia por servicio.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 205

Con respecto a los servicios de aprovisionamiento, se observa que, de los once


servicios puestos en consideración, los humedales proveen con mayor visibilidad
agua para alimento de animales y agua para riego según la percepción de los
profesionales consultados (IR y PIS, Tabla 6).

Tabla 7. Servicios culturales


en humedales del Oriente antioqueño/consulta a expertos

Tipo de servicios Servicio ecosistémico IR PIT PIS

Valores estéticos y de “sentido del lugar” 10 3,1

Calidad paisajística 13 4,1

Avistamiento de aves 13 4,1

Servicios Culturales Ecoturismo 9 10,6 2,8

Valor patrimonial de los humedales 12 3,8

Actividades y oportunidades educativas 8 2,5

Inspiración 9 2,8

IR=Indicador de reconocimiento, PIT= Ponderador de importancia por tipo; PIS=Ponderador de


importancia por servicio.

La Tabla 7 permite observar a partir de IR y PIS, puntajes que resaltan para servicios
como calidad paisajística, avistamiento de aves, valor patrimonial y valores estéticos,
todos estos con valores superiores a diez puntos. Lo anterior implica que, enmarcado
en la percepción de la mayoría de los participantes del grupo focal, los servicios en
mención son provistos por los humedales presentes en el altiplano.

De los 32 servicios puestos en consideración, control de inundaciones y


mantenimiento de la biodiversidad, son los servicios con los puntajes más altos según
el PIS. Esto indica que la totalidad de los expertos perciben que los humedales del
altiplano proveen estos servicios ecosistémicos (Tabla 4-Tabla 5) respectivamente.

Tabla 8. Ponderador de importancia por tipo de servicio ecosistémico

Tipo de servicios PIT


Servicios de regulación 8,9
Servicios de soporte 10,8
Servicios de aprovisionamiento 5,3
Servicios culturales 10,6

PIT= Ponderador de importancia por tipo


206 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

En relación con los resultados del indicador denominado PIT, la Tabla 8 recoge los
valores para cada uno de los tipos de servicios considerados y permite observar
que los servicios de soporte y servicios culturales presentan valores que destacan
entre los demás. Se plantea, según lo percibido por el grupo focal, que en dichas
tipologías de servicios se concentran los servicios más representativos provistos
por los humedales del altiplano del Oriente antioqueño. Ahora, es importante
considerar que los resultados generados por el instrumento de grupo focal,
generan algunos indicios sobre cuáles podrían ser los servicios ecosistémicos
de marcado interés para el eventual desarrollo de ejercicios de levantamiento
de información biofísica, contabilidad ambiental y valoración económica de
servicios ecosistémicos.

Valoración económica de servicios ecosistémicos en humedales

Los humedales desempeñan funciones de gran valía para los territorios, en


consideración a los múltiples servicios ecosistémicos que se les pueden atribuir,
formando parte del patrimonio sociocultural de las localidades (Barbier et al.,
1997). En tal sentido, se reconoce, en particular durante las últimas dos décadas, un
despliegue de esfuerzos institucionales, técnicos y económicos a nivel internacional
para promover investigaciones, con el propósito de reconocer los beneficios
sociales de estos ecosistemas y examinar de manera cada vez más exhaustiva las
bondades de la conservación de dichos espacios naturales.

La justificada motivación por ampliar el conocimiento sobre los humedales, en


particular hacia el entendimiento de los servicios ecosistémicos y sociales que de
ellos se derivan, convoca a la consideración de que la perdida y degradación de estos
recursos naturales es un problema económico. Este trae consigo la pérdida de valores
sociales de manera permanente, que ocasionalmente llegan a ser irreversibles
(Barbier et al., 1997). En el marco de la necesaria gestión de los humedales como
ecosistemas estratégicos para los territorios, se deben elegir alternativas de uso
más adecuadas en consideración a las pérdidas o ganancias sociales.

La valoración económica de los humedales constituye una herramienta para la


generación de información económica que facilite la gestión de estos ecosistemas,
toda vez que desarrolla estrategias y técnicas para la asignación de valores
cuantitativos a los bienes o servicios ecosistémicos, en los cuales se evidencie o
no la existencia de valores de mercado (Barbier et al., 1997).

Uno de los factores que ha influido en el inadecuado uso de los humedales y su


progresiva degradación, se asocia a la falta de reconocimiento de su valor económico,
más allá de su uso directo. El propósito particular de la valoración económica de
los humedales responde a la necesidad de analizar los usos que generen mayores
beneficios sociales, incluyendo dentro de estos usos su conservación.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 207

A continuación, se plantean los resultados de la revisión analítica de literatura,


respecto a la valoración económica de los humedales, mediante la cual se
concluye sobre la abundancia relativa de los estudios de valoración económica
de dichos ecosistemas, las metodologías de valoración empleadas y los servicios
ecosistémicos más frecuentemente abordados.

Tabla 9. Resultado de la búsqueda en bases de datos


(Valoración económica de humedales).

Resultado Resultado
Operadores Periodo
Base de datos Concepto de la nueva
booleanos publicación
búsqueda búsqueda
Valoración
Google Scholar económica de 27800 AND/“ “ 61 1960-2021
humedales
Economic
EBSCO valuation of 22 AND/“ “ 22 2000-2021
wetlands
Economic
Science Direct valuation of 4394 AND/“ “ 41 1998-2021
wetlands
Economic
Springer valuation of 3948 AND/“ “ 86 1983-2021
wetlands
Economic
Jstor valuation of 2845 AND/“ “ 31 1980-2021
wetlands

Los resultados presentados en la Tabla 9 se refieren a la cantidad de estudios


identificados como resultado de la búsqueda en bases de datos. A partir de
lo encontrado se evidencia que la valoración económica de los humedales es
tema de interés teórico y empírico. Los criterios de búsqueda se centraron en el
concepto “Economic valuation of wetherlands” para las bases de datos EBSCO,
Science Direct, Springer y Jstor y “Valoración económica de humedales” para la
base Google Scholar.

Metodologías de valoración económica de los humedales

Como resultado del análisis de los trabajos identificados, se observa que el


marco metodológico empleado en la valoración económica de bienes y servicios
provistos por los humedales está bien definido y se ha discutido ampliamente
en la literatura. A partir de esto, se reconoce que los métodos de valoración a
emplear están relacionados con: 1) los servicios ecosistémicos detectados en los
208 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

humedales y los valores (uso o no uso), que se le puedan imputar a dichos servicios.
2) la información de las funciones de producción ecológica, o la medición biofísica
de los flujos de bienes y servicios de los humedales. Así, las metodologías más
usadas para la valoración de los servicios ecosistémicos de los humedales, según
los trabajos abordados, presentan una amplia variedad de herramientas, tanto
de métodos directos como indirectos. La Tabla 10 muestra los métodos más
empleados en consideración del tipo de servicios ecosistémicos del humedal. En
esta se observa la predilección por el uso de los métodos de precios de mercado
y costos de reposición. Los resultados de la revisión de literatura y sus enfoques
coinciden con estudios como los desarrollados por Badamfirooz et al. (2021),
Barbier et al. (1997); De Faria et al. (2021) y Zhou et al. (2020).

Tabla 10. Método de valoración económica


dado el servicio ecosistémico del humedal

Tipo de servicio ecosistémico Métodos de valoración

Precios de mercado
Servicio de aprovisionamiento
Costos de reposición

Precios de mercado

Costos de reposición
Servicio de regulación
Costos evitados

Precios hedónicos

Precios de mercado

Precios hedónicos

Servicios culturales Costo de viaje

Valoración contingente

Experimentos de elección

Precios de mercado

Costos de reposición

Servicios de soporte Costos evitados

Precios hedónicos

Valoración contingente
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 209

Contabilidad ambiental en humedales

Con respecto al análisis de literatura referente al tema de contabilidad ambiental


de los servicios ecosistémicos de los humedales, estos permiten considerar que, si
bien la contabilidad ambiental constituye un área que ha registrado un importante
desarrollo a partir de la década del noventa (Araújo Vila et al., 2019), los trabajos de
contabilidad ambiental relacionados con humedales o con servicios ecosistémicos
asociados a estos no son abundantes.

En efecto, los resultados del ejercicio de revisión analítica de literatura, que


tuvo como punto de partida una matriz de información cruzada cuyos datos
se obtuvieron mediante consultas en bases de datos especializadas (Tabla 11),
sustentan este planteamiento. Las consultas referidas en las bases de datos EBSCO,
SCOPUS, JSTOR, Springer Link, Science direct y OECD, en torno a las categorías
de contabilidad ambiental y humedales arrojaron, en un momento inicial, sin el
uso de operadores booleanos, un total de 775 resultados. Ahora bien, en orden de
asegurar el refinamiento y precisión de la búsqueda se emplearon los operadores
booleanos AND y “ ”, con lo cual el volumen de productos investigativos se
reduce ostensiblemente a una cantidad de 6 registros, considerando que los tres
productos relacionados en la base Science Direct están inmersos dentro de los
resultados de la base SCOPUS. Los operadores booleanos indicados demandan
la captura de los productos de investigación que relacionan literalmente los
conceptos de contabilidad ambiental y humedales.

Tabla 11. Resultado de la búsqueda en bases de datos


(Contabilidad ambiental y humedales)

Resultado
Base de Resultado de Operadores Periodo
Concepto nueva
datos la búsqueda booleanos publicación
búsqueda

Environmental
EBSCO accounting and 1 AND/“ ” 0
wetlands
Environmental
SCOPUS accounting and 497 AND/“ ” 6 1995-2018
wetlands
Environmental
JSTOR accounting and 8 AND/“ ” 0
wetlands
Environmental
Springer
accounting and 0 AND/“ ” 0
Link
wetlands
210 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Resultado
Base de Resultado de Operadores Periodo
Concepto nueva
datos la búsqueda booleanos publicación
búsqueda

Environmental
Science
accounting and 268 AND/“ ” 3 2006-2017
direct
wetlands
Environmental
OECD accounting and 1 AND/“ ” 0
wetlands

El periodo de tiempo que enmarca la revisión sistemática de literatura, considera


un intervalo entre 1995 y 2018, lo que indica una incipiente producción científica
alrededor de las categorías analizadas. Ahora bien, el escaso número de productos
de investigación obtenidos, lejos de constituirse en un resultado negativo, indica
que se trata de categorías emergentes que ofrecen la posibilidad de explorar y
desarrollar este campo de investigación.

La revisión permitió evidenciar que, de los seis resultados obtenidos, cinco se


realizaron por fuera de América Latina (Estados Unidos, Sicilia, Estonia, Italia
y Filipinas). Solo fue encontrado un estudio realizado en Paraguay, lo cual
significa que en Colombia no existen estudios publicados en revistas indexadas,
relacionados con la contabilidad ambiental y los humedales (Tabla 11).

En términos generales, si los gobiernos, entidades no gubernamentales y sector


privado, procuran incidir en los procesos de toma de decisiones, considerando los
servicios ecosistémicos, se debería realizar un ejercicio de contabilización de tales
servicios. Sin embargo, estas iniciativas no son muy comunes, debido a la falta de
metodologías para la medición, que conlleven a evaluarlos mediante indicadores
biofísicos, tales como el área del humedal, cantidad de especies, u otros aspectos
más enfocados en su estado de intervención. Asimismo, este proceso se hace difícil
ante la carencia de datos sobre preferencias sociales, información para determinar
valores, o sondeo sobre precios, para de esta manera adelantar procesos de
valoración (Olander et al., 2018).

Algunas de las metodologías propuestas para medir los beneficios generados


por los servicios ecosistémicos que ofrecen los humedales a la sociedad, son los
indicadores relevantes para los beneficios (BRI), desarrollados por Olander et al.,
(2018), que articulan decisiones de gestión ecológica sobre los humedales, para
promover el bienestar humano, identificando qué se valora y quién lo valora.
Estos indicadores hacen la valoración o la cuantificación de la vulnerabilidad
de humedales costeros frente a la dinámica costera a través de la lógica difusa
(Valdemoro et al., 2001).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 211

Otros estudios, tales como los de Bastianoni et al. (2005), Siracusa y La Rosa (2006),
y Bulle et al. (2013), acuden al análisis de energía para determinar el potencial de
los humedales en cuanto a la generación de ahorros monetarios y beneficiar al
medio ambiente. Por otro lado, Burritt & Salamanca (1995), propusieron un sistema
de contabilidad ambiental basado en el costo de oportunidad del desarrollo de
manglares en Filipinas, en orden de preservar la sostenibilidad de los humedales.
No obstante, este último trabajo no logró superar completamente los desafíos
que supone la representación contable de este tipo de recursos (reconocimiento-
medición-valoración) y la rendición de cuentas relacionada con los mismos.

Actores o stakeholder en los humedales del altiplano del Oriente antioqueño

La sociedad en su conjunto interviene indudablemente en el proceso de asignación


de los usos de los ecosistemas presentes en el territorio, situación que no es distinta
para los humedales. No obstante, algunos grupos de interés o stakehorder poseen
mayor relevancia en las decisiones de uso o conservación de estos ecosistemas.
Los siguientes datos se obtienen como resultado de la aplicación del instrumento
de grupo focal, referido en el apartado metodológico, aplicado con el propósito
de identificar los actores o grupos de interés que intervienen en la toma de
decisiones de usos alternativos y conservación de los humedales en el altiplano
del Oriente antioqueño.

Se identificó un total de 18 actores o stakeholders, que intervienen positivamente


en los humedales como ecosistemas estratégicos para el territorio (Tabla 12).
Estos con una amplia diversidad de roles e interacciones establecidas con el
ecosistema en cuestión. Los entes públicos (Cornare, administraciones municipales,
Gobernación de Antioquia, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible,
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, entre otras) se reconocen como
aquellos con mayor poder decisorio (Tabla 13). Las instituciones sin ánimo de lucro,
grupos o colectivos sociales y empresas de servicios públicos, representan una
porción importante, encaminados hacia la consideración de estos recursos desde
un enfoque socio ambiental o de proyectos de responsabilidad social.

Tabla 12. Atores con impactos positivos y su razón de inclusión.

Actores involucrados Razón de Inclusión Voluntario Involuntario

Participantes que
construyen, implementan
Cornare X
y supervisan el marco
normativo.
Participantes que
Administraciones construyen, implementan
X
Municipales y supervisan el marco
normativo.
212 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Actores involucrados Razón de Inclusión Voluntario Involuntario

Los más beneficiados de


Comunidades aledañas los servicios derivados del X
recurso hídrico.
Toman acciones y
se pronuncian sobre
los beneficios de
Ambientalistas, Colectivos
los ecosistemas.
Sociales y Grupos de X
Realizan actividades en pro
Ecológicas
de la conservación.
Protectores de
ecosistemas.
Los reservorios artificiales
Empresas con reservorios
también se pueden
de agua que se convierten X
convertir en ecosistemas
en humedales
que deben ser protegidos
Investigadores, Grupos de Buscan conocer a
Investigación y Semilleros profundidad la diversidad X
de Investigación de estos ecosistemas.
Son la voz de las
Juntas de acción comunal comunidades y a su vez X
tomadores de decisiones.
Son grupos que
Avistadores de Aves interesados en la X
preservación del bien.
Instituciones de
Educación e investigación. X
educaciones superior
Gobernación de
Antioquia, Minis­terio de Participantes que
Ambiente y Desarrollo construyen, implementan
X
Sos­tenible, Ministerio y supervisan el marco
de Ciencia, Tecnología e normativo.
Innovación
Cámara de Comercio
del Oriente Antioqueño
– CCOA, Masora, ANLA,
Fenalco, Corporación Con voz y capacidades
Empresarial del Oriente – para determinar el futuro X
CEO, Corporación CEAN, del de los recursos.
Cooperativa Alborada,
Otras Instituciones
Gremiales
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 213

Actores involucrados Razón de Inclusión Voluntario Involuntario

Asesorías y apoyo en la
Instituto Humboldt X
conser ­vación.
Primeros involucrados en
Instituciones de básica
los procesos de formación X
primaria
y conciencia ambiental.
Primeros involucrados en
Instituciones de básica
los procesos de formación X
secundaria
y conciencia ambiental.
Toman alimento de los
Pescadores X
humedales.
Empresas pertenecientes Lugares en los que se
al sector turístico y turistas pueden realizar algunas X
independientes actividades de ocio.
Se benefician del humedal
y son administradores y
Empresas públicas (EPM) X
dueñas de algunos de
ellos.
Mas bosques, Banco 2, Con voz y capacidades
Consejo de cuenca río para determinar el futuro X
Negro del de los recursos.

Como parte de los elementos identificados en el análisis de actores, se considera


un criterio que indica si determinado actor tiene una presencia voluntaria como
individuo, que afecta positiva o negativamente la conservación del humedal. Según
la percepción de los participantes al grupo focal, 12 de los 18 actores considerados
en la Tabla 12, intervienen de manera voluntaria en las decisiones de uso de este
ecosistema. Esto denota alguna conciencia de actuación e interacción de dichos
agentes con los recursos ambientales objeto de análisis (se aclara que el criterio
denominado calificación corresponde a la suma de los datos indicados en los
aspectos prioridad y poder).

Tabla 13. Actores con impactos positivos y sus calificativos.

Actores involucrados Prioridad Poder Calificación

Cornare 8,5 9,2 17,7

Administraciones Municipales 7,5 10 17,5

Comunidades aledañas 8,8 7,5 16,3


214 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Actores involucrados Prioridad Poder Calificación

Ambientalistas, Colectivos Sociales y Grupos de


9,0 6,0 15,0
Ecológicas

Empresas con reservorios de agua que se convierten


7,5 6,5 14,0
en humedales

Investigadores, Grupos de Investigación y Semilleros


8,3 5,5 13,8
de Investigación

Juntas de acción comunal 8,5 4,8 13,3

Avistadores de Aves 8,0 5,0 13,0

Instituciones de educaciones superior 7,3 5,3 12,7

Gobernación de Antioquia, Ministerio de Ambiente


y Desarrollo Sostenible, Ministerio de Ciencia, 6,0 6,0 12,0
Tecnología e Innovación

Cámara de Comercio del Oriente Antioqueño


– CCOA, Masora, ANLA, Fenalco, Corporación
5,0 6,0 11,0
Empresarial del Oriente – CEO, Corporación CEAN,
Cooperativa Alborada, Otras Instituciones Gremiales

Instituto Humboldt 6,0 4,5 10,5

Instituciones de básica primaria 8,0 2,5 10,5

Instituciones de básica secundaria 8,0 2,5 10,5

Pescadores 8,0 2,3 10,3

Empresas pertenecientes al sector turístico y turistas


7,0 2,0 9,0
independientes

Empresas públicas (EPM) 1,0 7,0 8,0

Mas bosques, Banco 2, Consejo de cuenca río Negro 2,0 2,0 4,0

De la Tabla 13 se resaltan los resultados obtenidos para el indicador de prioridad,


el cual es el producto de la calificación (en un rango de uno a diez), de cuál es
la importancia o prioridad que el actor en cuestión le asigna a la conservación
de los humedales. Según esto, se observa que la preocupación por conservar
el humedal se percibe más fuerte para actores como ambientalistas, colectivos
sociales, grupos ecológicos, comunidades aledañas, Cornare, juntas de acción
comunal, Investigadores y semilleros de Investigación.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 215

El indicador de poder explica aquellos actores en los cuales se reconoce una


mayor capacidad de actuación para la conservación de los humedales del altiplano,
donde las administraciones municipales, Cornare y las comunidades aledañas, se
identifican como las principales.

Por su parte, la Tabla 14 muestra a los actores que podrían representar una
amenaza para los humedales del altiplano. Si bien aquellos actores con impacto
negativo (5 actores) son sustancialmente menos, en comparación con los actores
que inciden de manera positiva (18 actores), su intervención en el recurso puede
representar el deterioro sustancial del ecosistema, por su nivel de relacionamiento
y la capacidad para justificar sus acciones, basados en aspectos como: generación
de empleo derivada de sus actividades, aporte económico que traen a las regiones,
generación de alimentos.

Tabla 14. Actores con impacto negativo y su factor de inclusión.

Actores
Razón de Inclusión Voluntario Involuntario
involucrados

Empresas Afectan directamente el recurso de


X
mineras manera negativa

Buscan espacios en donde construir sus


Empresas
proyectos, en muchas oportunidades X
constructoras
modifican y afectan el humedal

Las condiciones fisicoquímicas del


Ganaderos suelo favorecen un mejor alimento para X
las actividades de ganadería

Los humedales abastecen de algunos


Agricultores beneficios a los agricultores (agua, X
control de plagas)

Los humedales son objeto de


Empresas conservaciones y no les permite a los
y dueños propietarios desarrollar sus proyectos
de predios
privados Conflicto de intereses entre la
conservación y la explotación

En este sentido, actores que interactúan directamente con los humedales a partir
del aprovechamiento de los flujos y servicios ecosistémicos provistos por estos,
son en ocasiones los principales causantes del deterioro progresivo de la calidad
y cantidad de dichos flujos de bienes y servicios. Algunos de estos relacionados
de manera voluntaria y otros de manera involuntaria, no obstante, generadores
de acciones de uso directo sobre los ecosistemas (Tabla 14).
216 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Tabla 15. Actores con impacto negativo y sus calificativos

Actores involucrados Prioridad Poder Calificación

Empresas mineras 8,9 6,9 15,7

Empresas constructoras 7,2 6,4 13,6

Ganaderos 7,3 6,0 13,3

Agricultores 7,3 5,3 12,7

Empresas y dueños de predios privados 6,5 5,0 11,5

Como se muestra en los datos de la Tabla 15, las calificaciones que reciben por
parte del grupo de expertos, exponen que las relaciones de uso directo que
afectan la conservación de los humedales, se centran en actores de tipo privado,
que además tienen capacidad de afectación sobre los humedales, como lo revela
el indicador de poder. Además, se percibe a partir de la categoría de prioridad,
que el objetivo de dichos agentes se encamina hacia la utilización o explotación
del recurso ecosistémico.

Conclusiones

Al reconocer en los humedales la presencia de un amplio flujo de bienes y servicios


ambientales se convierten dichos espacios en objeto de uso y aprovechamiento por
parte de las comunidades que desarrollan interacciones en torno a ellos, por lo que
se hace necesario reflexionar desde posturas ecológicas, económicas, culturales
y políticas sobre el valor social de los servicios ecosistémicos que proveen; esto
con el propósito de identificar el mejor uso posible, bien sea aprovechamiento
o conservación. El reconocimiento de los valores económicos contenidos en los
humedales, la valoración económica y el análisis costo beneficio de sus usos
alternativos son, en esencia, herramientas dispuestas desde la ciencia económica
para la toma de decisiones, hacia la adecuada gestión de los recursos ambientales
relacionados con los humedales.

Los valores ecológicos, económicos y sociales dispuestos en los humedales,


constituyen un espacio medio ambiental de valor económico para cualquier
territorialidad (Araújo-Vila et al., 2019). Por esta razón, visualizado desde la óptica
de la ciencia contable, este es un tópico de interés, considerando la gestión del
medio ambiente como una fuente de riqueza social y territorial que permite la
intervención de la contabilidad como facilitador en la identificación, registro y
control del flujo de bienes y servicios provistos por los humedales.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 217

Así mismo, el reconocimiento de la presencia de valores económicos en los humedales


constituye una oportunidad de desarrollo científico en múltiples áreas. Desde la ciencia
contable, el nicho de avance sobre la contabilidad ambiental de los humedales en el
altiplano del Oriente antioqueño, se advierte como un campo de interés. De la revisión
analítica de literatura, en seis bases de datos con alcance nacional e internacional, se
puede concluir que es escaso el desarrollo teórico y empírico sobre el tema, no solo
a nivel local o nacional, sino también a escala internacional.

Los métodos directos e indirectos de valoración económica son empleados


para aproximarse al valor económico de los bienes y servicios de los humedales,
siendo las metodologías más comunes desde la literatura por servicio: precios
de mercado y costos de reposición (servicios de provisión), precios de mercado,
costos de reposición, costos evitados y precios hedónicos (servicios de regulación),
precios de mercado, precios hedónicos, costos de viaje, valoración contingente y
experimentos de elección (servicios culturales) y precios de mercado, costos de
reposición, costos evitados, precios hedónicos y valoración contingente (servicios
de soporte y hábitat) en concordancia con la revisión realizada (Barbier et al., 1997;
Buller et al., 2013; Siracusa & La Rosa, 2006).

Desde el reconocimiento de actores y grupos de interés que interactúan con


los humedales del Oriente antioqueño, los resultados de la identificación de
actores evidencian abundantes relaciones entre el espacio natural y el entorno
social entre empresas, comunidades, administraciones municipales, entidades
gubernamentales de orden nacional y departamental, instituciones educativas,
empresas prestadoras de servicios públicos, entre otras. Donde, algunos de ellos
generan interacciones (usos, aprovechamientos o acciones de conservación) con
los humedales, que dan como resultado o bien su deterioro físico biótico o la
conservación de los flujos de bienes y servicios provistos por estos.

En este sentido, se evidencia la existencia de un entorno de amenaza sobre


las condiciones presentes y futuras de los espacios naturales de humedales en
el territorio, situación que insiste en la necesidad de desarrollar ejercicios de
medición, valoración identificación contable y análisis costo beneficios de los
servicios ecosistémicos de los humedales como activos estratégicos para el
territorio y para sus grupos de interés. La gestión adecuada del capital natural
provisto por los humedales depende y dependerá de la cantidad y calidad de
información que sea posible generar de estos valiosos ecosistemas.

Para el desarrollo de un ejercicio de valoración económica y análisis costo beneficio de


los humedales del altiplano del Oriente antioqueño que permita un análisis adecuado
de las alternativas de gestión del capital natural allí contenido, se debe avanzar de
manera amplia la medición física de los flujos de bienes y servicios provistos por los
humedales. Estas iniciativas podrían incluir ejercicios de recolección de datos en
campo, vinculados a los servicios ecosistémicos reconocidos (servicios de regulación,
servicios de soporte, servicios de aprovisionamiento y servicios culturales).
218 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

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Capítulo 9
Los humedales en el ordenamiento jurídico
colombiano. Propuesta de categorización para su
gestión, conservación y uso sostenible
Los humedales en el ordenamiento jurídico
colombiano. Propuesta de categorización para
su gestión, conservación y uso sostenible
Oladier Ramírez Gómez1,2, Diana Carolina Pérez2, Beatriz Elena Arcila Salazar2

Introducción

Este capítulo del libro abordará los mecanismos de protección jurídica de los
humedales a partir de los servicios ambientales que ofertan. Se hará énfasis en el
marco jurídico de los humedales no incluidos en la lista de humedales RAMSAR,
ya que presentan un amparo jurídico independiente.

Este capítulo se divide en tres acápites, el primero describe el origen regulatorio


internacional de los humedales, relata las razones que llevaron a la comunidad
internacional al establecimiento de reglas universales para su conservación. Luego,
hace una descripción de la incorporación tardía de esas reglas al ordenamiento
jurídico colombiano. Se relacionan las normas nacionales para la gestión y
conservación de humedales diferentes a los listados en la convención RAMSAR.
Finalmente, estudiará al humedal desde la propiedad y tenencia, planteando
la pregunta: ¿De quién son los humedales?, esto evidenciará los retos para su
conservación y denotará la existencia de un choque de derechos: el derecho
a la propiedad privada vs. el derecho colectivo a un ambiente sano. En otras
palabras, derecho a usar la propiedad sin ninguna limitación, vs el establecimiento
de limitaciones al uso, goce y disposición de esta. El segundo acápite describe
al humedal como ecosistema estratégico, lo diferencia de otros ecosistemas
como las áreas protegidas y páramos. Este punto propone una clasificación
para los humedales, lo cual permitirá definir estrategias más específicas para
1
Corporación autónoma regional de la cuenca de los ríos Negro y Nare.
2
Facultad de derecho, Universidad Católica de Oriente
228 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

su gestión y conservación. Por último, se hace una descripción detallada de los


servicios ambientales que ofrecen y se plantean unas categorías jurídicas, las
cuales servirán como guía para los operadores de la norma en el establecimiento
de una zonificación más adecuada para la gestión sostenible. El último acápite
desarrollará una propuesta de categorización de los humedales a partir de los
servicios ecosistémicos que ofrecen. Cada humedal tiene elementos comunes,
pero también otros que los diferencian. Este apartado tratará de responder a la
pregunta: ¿Para qué un humedal? Se expondrá sobre los planes de manejo de
los humedales, se demostrará que la regulación actual no es la más conveniente
y no abarca la gestión de todos los tipos de humedales.

Los humedales en el ordenamiento jurídico internacional y nacional


Instrumentos jurídicos internacionales

RAMSAR3 es el referente internacional para la conservación de humedales. Pero


¿Por qué es importante conservarlos? ¿Qué llevó a la comunidad internacional a
pactar reglas universales para su preservación y uso sostenible? En respuesta a
estos interrogantes se toman algunos elementos de publicaciones realizadas por
la convención RAMSAR en una serie de fichas informativas en las que se resaltan
su importancia (Convención de RAMSAR, 2015), se destaca:

Los humedales albergan agua dulce necesaria para el consumo humano;


provee alimentación, ya que en estos ecosistemas se cultiva el arroz, alimento
básico para la subsistencia de más de tres mil millones de personas en el
mundo y representa el 20% de la alimentación global; los humedales sobre
las cuencas fluviales absorben las precipitaciones, lo cual reduce el impacto
de las inundaciones, retienen agua durante la sequía; son esenciales para la
biodiversidad, albergan más de 100.000 especies de agua dulce conocidas, son
necesarios para la reproducción de anfibios y aves migratorias; proporcionan
sustento a más de 660 millones de personas que dependen de la pesca y
acuicultura y también proveen otros servicios ecosistémicos.

Cuando se habla de una convención internacional, se refiere al pacto que un


colectivo de países realiza para el cumplimiento de unos objetivos comunes. En
el caso de RAMSAR, 172 países se obligaron a establecer una serie de acciones
para la conservación y uso racional de humedales de importancia internacional.

3
La Convención sobre los Humedales es el más antiguo de los modernos acuerdos interguber-
namentales sobre el medio ambiente. El tratado se negoció en el decenio de 1960 entre países
y organizaciones no gubernamentales preocupados por la creciente pérdida y degradación de
los hábitats de humedales para las aves acuáticas migratorias. Se adoptó en la ciudad iraní de
RAMSAR en 1971 y entró en vigor en 1975. Tomado del sitio oficial RAMSAR.org/es. https://www.
RAMSAR.org/es/acerca-de/historia-de-la-convencion-sobre-los-humedales. Enero 17 de 2022.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 229

El convenio RAMSAR consta de 12 artículos, el primero incorpora el concepto de


humedal; el segundo establece una serie de consideraciones sobre los humedales
que se adhieren a la lista internacional; el tercero expone medidas sobre los planes
para la conservación de los humedales ingresados a la lista; el cuarto instituye
acciones para el fomento de la conservación de los humedales, su investigación,
intercambio de datos científicos, establecimiento de reservas naturales para aves
migratorias y formación de personal; el quinto propone acciones colectivas de
países que comparten complejos de humedales ingresados a la lista; del sexto al
noveno se sustancia la estructura administrativa y otras instituciones internacionales
que también pueden ser parte del convenio, el artículo décimo regula la entrada
en vigencia y los artículos finales establecen otras acciones administrativas como
enmiendas, convocatoria de reuniones de las partes, vigencia de la convención,
denuncia de la convención depositarios y registros.

Una consulta rápida al sitio oficial de la convención RAMSAR permite identificar


los elementos esenciales de lo pactado: “la misión” de la convención es “la
conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales y
nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro
de un desarrollo sostenible en todo el mundo”.

Los órganos que conforman la convención están compuestos por: 1. La conferencia


de las partes (cop) que se reúne cada tres años, es decir, los 172 países miembros.
2. Un comité permanente, que se reúne una vez por año y supervisa los asuntos
de la convención. 3. Dos grupos de expertos, el primero denominado grupo de
examen científico-técnico y el segundo, un grupo de supervisión de las actividades
de comunicación, educación, concienciación y participación. 4. La secretaría,
quien se encarga de la coordinación y agenda. El sitio cuenta con una serie de
publicaciones, dentro de ellas, informes de seguimiento al cumplimiento de
lo pactado.

Algunos hitos históricos de la convención (Convención RAMSAR, 2022)

El primero parte de la negociación en la década del sesenta, en el cual se da la


suscripción por parte de los estados miembros en la ciudad Iraní Ramsar, del cual
deviene su nombre, el 3 de febrero de 1971, allí participó Colombia. El primer
Estado en adherirse y ratificar el convenio luego de surtir el trámite legislativo
interno, fue Australia en 1974. La convención entró en vigor el 1 de diciembre de
1975, quiere decir que en esta fecha se hizo obligatorio a nivel internacional para
los 7 países que hasta el momento lo habían ratificado. Colombia lo ratificó a
través de la expedición de la ley 357 de 1997 (Congreso de Colombia, 1997), pero
no entró en vigor hasta que la secretaría de la convención lo aprobó, hecho que
sucedió el 18 de octubre de 1998, es decir, 27 años después de haber manifestado
su voluntad de adherirse al convenio; un ingreso tardío, si consideramos que somos
el segundo país con mayor biodiversidad del mundo.
230 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

No todos los complejos de humedales de un país se clasifican como humedal


RAMSAR. De hecho, para Colombia, en la página oficial de la convención RAMSAR
se registran 9 humedales, posiblemente porque surtieron todo el trámite para la
aprobación e inclusión en el listado, o porque no se ha actualizado el sitio web.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible colombiano registra 11, en su
sitio web oficial, estos son:

Laguna de la cocha – idem


Delta del río San Juan y el delta del río Baudó – idem
Complejo de humedales laguna del Otún
Sistema lacustre de Chingaza
Estrella fluvial Inírida
Complejo de humedales del alto río Cauca asociado a la laguna del Sonso
Complejo de humedales urbanos de Bogotá
Lagos de Tarapoto
Sistema cenagoso de Ayapel
Complejo de humedales de la cuenca del río Bita
Complejo cenagoso de la Zapatosa (Convención RAMSAR, 2021).

De lo anterior surge una pregunta necesaria: ¿Qué sucede con los demás
complejos de humedales del país que no se incorporan a la lista RAMSAR? Para
responder a esta pregunta, basta con hacer una lectura más detallada de los
artículos tercero y cuarto de la convención, en los que establece que las partes
deben extender las medidas para la conservación de los humedales que no se
incorporen a la lista. Sin embargo, podría afirmarse que deja margen a una mayor
flexibilidad en el cumplimiento de los compromisos pactados.

Para sintetizar lo desarrollado en este primer apartado, se puede concluir que


la convención RAMSAR es el estándar jurídico a nivel internacional para la
conservación y uso sostenible de humedales, con énfasis en los incluidos en la
lista de importancia internacional, esta convención cuenta con recursos humanos,
financieros y monitoreo internacional. Los demás complejos de humedales tendrán
un marco jurídico independiente.

Instrumentos jurídicos nacionales

Suele extenderse los efectos jurídicos de la ley 357 de 1997, ley que acogió la
convención RAMSAR, a todos los complejos de humedales del país, quizás por una
percepción ciudadana de conservación ante la crisis climática y ambiental. Esta ley
se reserva exclusivamente a los inscritos en la secretaría de la convención RAMSAR.
Los demás contarán con el amparo jurídico que se precisará a continuación, e inicia
por el reconocimiento, delimitación y posterior establecimiento de medidas, a
través de los planes de manejo que realicen las autoridades ambientales del país
y por supuesto, dependerá en gran medida de la apropiación ciudadana.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 231

Entiéndase por autoridades ambientales: las corporaciones autónomas regionales


y de desarrollo sostenible, las autoridades ambientales urbanas que trata el artículo
66 de la ley 99 de 1993 y los establecimientos públicos ambientales, definidos en
el artículo 13 de la ley 768 de 2002. La unidad administrativa especial del sistema
de parques nacionales naturales, no tendría facultades para la declaratoria de
humedales, a no ser que le quiera dar el tratamiento de parque natural nacional
a un humedal, en esta situación, la mejor decisión podría ser que se incorpore al
listado internacional de humedales, cuya competencia está directamente en cabeza
del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Ministerio de Relaciones
Exteriores y como se indicó anteriormente, tendrá monitoreo y gestión nacional
e internacional.

Un humedal no es un área protegida, es un ecosistema estratégico, como lo


son los páramos, los nevados, los arrecifes y los manglares, entre otros. La ley
colombiana ha establecido algunas normas especiales para la gestión y amparo
de algunos de estos ecosistemas, como lo es la ley 1930 de 2018 para la gestión
integral de páramos. También se encuentra el decreto 2372 de 2010, compilado
en el decreto 1076 de 2015, que regula lo concerniente al Sistema Nacional de
Áreas Protegidas (SINAP). No existe una norma especial que regulé la gestión
sostenible de humedales en Colombia.

Los humedales son un ecosistema diferente al de páramos, aunque en estos


pueden existir complejos de humedales; también son diferentes a los ecosistemas
de bosques, que se gestionan a través del SINAP) y otras figuras de reservas
forestales. Aunque pueden coexistir al interior de estas zonas, también son
diferentes a las llanuras de inundación o zonas de retiros de ríos y quebradas. De
lo anterior se infiere que, aunque los humedales pueden coexistir con otras figuras
de conservación, tienen un tratamiento jurídico específico y tendrán medidas
independientes para su gestión.

A continuación, se presentan las principales normas colombianas que incorporan


supuestos de hecho para la gestión sostenible de los humedales, diferentes a
RAMSAR. Se hará en orden cronológico (Tabla,1).
232 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Tabla 1. Normas colombianas que han abordado el tema de los humedales.

Regulación Artículo(s) Descripción de la regulación

Esta ley es el pilar normativo para la conservación,


preservación y uso racional de los recursos naturales
renovables en Colombia. Regula principalmente lo
concerniente a la atmosfera, la tierra, el suelo, la flora,
la fauna, los recursos biológicos de las aguas, los
recursos del paisaje y otros. Dentro de los principales
artículos identificados y que tienen relación con el
objeto de estudio de este trabajo se encuentran:
El art. 8 considera como factor de contaminación del
agua, las alteraciones nocivas, la sedimentación, de
sus flujos, la extinción o disminución cuantitativa o
cualitativa de especies animales o vegetales (del agua)
la eutroficación 4. Art. 18. La utilización del agua e
8, 18, 77, 78, introducir sustancias aguas negras o servidas, se sujeta
80, 83 86,88, al pago de tasas. Art. 77. Indica que la parte iii, título i,
102, 103, 123, capítulo i de la norma, regula el aprovechamiento de
133, 134, 137, las aguas, dentro de ellas, las de los lagos, ciénagas,
154 y 274. lagunas, y embalses naturales y artificiales. El uso del
Decreto art. 78 incorpora el concepto de aguas superficiales,
2811 de 1974
Por destacar. si bien no incorpora la palabra humedal, se refiere
(decreto
En la totalidad a las aguas contenidas en lagos, pantanos, charcas,
ley - código
de articulados ciénagas, estanques o embalses. El art. 80 estable
de recursos que las aguas son de dominio público. Art. 83. Expresa
del decreto
naturales) que son bienes inalienables, e imprescriptibles, entre
no se usó la
denominación otros, una faja paralela a la línea de marea máxima
del término o a las del cauce permanente de ríos, y lagos, hasta
humedal o de 30 metros de ancho. El art. 86 permite el uso y
asociados. aprovechamiento de las aguas de dominio público,
condiciona su aprovechamiento a que no se cause
perjuicio a terceros, ese uso debe hacerse con
diligencia y cuidado. El art. 88 establece que el uso
del agua solo puede hacerse a través de concesión.
Art. 102. Debe solicitarse autorización para ocupar
el cauce de una corriente o depósito de agua. El art.
103 indica que se requiere permiso para establecer
servicios de turismo, recreación, o deporte en lagos y
demás depósito de agua de dominio público. El art.
123 determina que sin permiso no se puede alterar ni el
régimen, ni la calidad de las aguas. Art. 133 determina
que los usuarios de agua deben hacer uso eficiente,
no permitir que se derrame o salgan de las obras que
la deben contener y permitir la vigilancia e inspección.
4
Crecimiento excesivo y anormal de la flora en lagos y lagunas: Literal o, artículo 8 del Decreto
2811 de 1974.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 233

Regulación Artículo(s) Descripción de la regulación


Art. 134. El Estado debe clasificar las aguas y fijar
su destinación y posibilidades de aprovechamiento
a partir de estudios, establece otros deberes para
el Estado. Art. 137. Manifiesta que serán objeto de
protección y de control especial las fuentes, cascadas,
lagos y otros depósitos o corrientes de agua naturales
o artificiales que se encuentren en áreas declaradas
dignas de protección. Art. 154 define que el gobierno
debe administrar a través de la autorización y control,
de su aprovechamiento. Art. 274. La administración
pública debe regular la actividad de pesca en aguas
nacionales.
Este decreto reglamenta las normas relacionadas
Decreto 1541 La mayoría de con el recurso agua en todos sus estados. Desarrolla
de 1978, los articulados el art. 2 del decreto 2811 de 1974. Se resalta de este
modificado aplican en decreto las regulaciones asociadas a: el dominio
por el cuanto a lo de las aguas, -en el artículo 5 indica que son de
decreto 2858 que se refiere uso público las aguas contenidas en lagos, lagunas
de 1981 y a aguas ciénagas y pantanos- el art. 14 propone exclusión de
compilado superficiales las zonas aledañas a lagos de la titulación de tierras,
en el decreto la palabra también reglamenta las aguas y la declaratoria de
1076 de humedal/es no reserva de agotamiento, restricciones y limitaciones
2015, único se denomina al uso, correcta y eficiente utilización del agua.
del sector en ningún A modo de síntesis desarrollo lo contenido en el
ambiente. artículo. decreto 2811 de 1974.

De la Constitución Política se resaltarán los artículos


8, 58 y 95. El 8, obliga al Estado y los ciudadanos a
preservar las riquezas naturales y culturales de la
Constitución nación, el 58 actúa en dos extremos, por un lado,
política garantiza la propiedad privada, pero le impone
8, 58 y 95, 313 límites y funciones. Los límites asociados al interés
Colombiana
1991 general y las funciones vinculadas a los servicios
ecológicos que oferta propiedad. El artículo 95
dentro de los deberes del ciudadano están los de
proteger las riquezas naturales y culturales del país.

La ley 99 de 1993 es otro de los pilares normativos


presentes en el ordenamiento jurídico colombiano.
Crea el minis terio de ambiente y desarrollo
sostenible y conforma el sistema nacional ambiental
Ley 99 de colombiano. En esta ley tampoco se encuentra
5 la denominación de humedal en ninguno de
1993
los artículos. El numeral 24 del art. 5 establece
dentro de las funciones del ministerio, regular la
conservación, preservación uso y manejo del medio
ambiente y de los recursos naturales renovables
234 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Regulación Artículo(s) Descripción de la regulación

en las zonas marinas y costeras y también las


condiciones de las ciénagas, pantanos, lagos, lagunas
y demás ecosistemas hídricos y continentales.

La ley de ordenamiento territorial. El art. 8 establece


que la función pública de ordenamiento territorial
será ejercida a través de la acción urbanística
que también es, según el numeral 12 ibidem, la
identificación y caracterización de los ecosistemas de
importancia ambiental del municipio, actividad que
se realizará de común acuerdo con las autoridades
ambientales para su protección y manejo adecuado.
Este artículo es concordante con el art. 10 en el
que se establece que hay normas de superior
jerarquía a las definidas en el plan de ordenamiento
Ley 388 de territorial, que denominó determinantes; el numeral
8 y 10 y 104
1997 1 expresó que son determinantes ambientales las
regulaciones que expidan las entidades que hacen
parte del sistema nacional ambiental, es decir, las
autoridades ambientales, en este caso, también lo
serán las disposiciones normativas que expedida el
ministerio de ambiente y desarrollo sostenible. El
art. 104 incorpora dentro de los criterios para definir
como actividades sujetas a sanción urbanística,
las ac tividades de parcelación, urbanización,
construcción que se realicen sobre suelos de
protección ambiental, determina expresamente los
humedales y cuerpos de agua.
La pnhic fue el primer documento regulatorio para
los humedales en el país, a través de esta política
se obtuvo un diagnóstico general del estado de
Política los humedales del país, diferentes a los RAMSAR.
nacional para El objetivo general de la política propende por la
humedales conservación y el uso sostenible de los humedales
internos de interiores de Colombia con el fin de mantener
Colombia y obtener beneficios ecológicos, económicos y
(pnhic)– socioculturales. De una lectura ligera de la política
N/a
estrategias se puede identificar las acciones y líneas estratégicas
para su que deben desarrollar las instituciones y las personas
conservación dentro de las cuales se identifican:
y uso
sostenible de 1. Estrategia 1. Manejo y sostenible. Con dos líneas
2002 de gestión:
Para el ordenamiento territorial: que propone las
siguientes metas 1.1.1 caracterización de los
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 235

Regulación Artículo(s) Descripción de la regulación

humedales con identificación de usos existentes


y proyectados y la definición y priorización de
sus problemas y la evaluación de la estructura
institucional de manejo. 1.1.2. Inclusión de criterios
ambientales sobre los humedales en todos los
procesos de uso de la tierra, los recursos naturales y
el ordenamiento territorial. 1.1.3. Elaborar planes de
manejo para humedales para garantizar su oferta de
servicios ambientales. 1.4. Promover la participación
activa de la comunidad.

Sostenibilidad ambiental sectorial: propone las


siguientes metas: 1.2.1. Incluir criterios ambientales
para el manejo y conservación de humedales en
la planificación sectorial. 1.2.2. Que se obligue a
realizar evaluaciones ambientales a los proyectos
de desarrollo y actividades que puedan afectar los
humedales. 1.2.3. Promover evaluaciones ecológicas
Política y valoración económica de los humedales.
nacional para
humedales Estrategia 2. Conservación y recuperación: con dos
internos de líneas de gestión: con dos líneas de gestión
Colombia
(pnhic)– Conser vación de humedales: 2.1.1. Diseñar y
N/a
estrategias d e s a r ro lla r p ro g r a m a s d e c o n s e r v a c i ó n d e
para su ecosistemas de humedales y especies amenazadas.
conservación 2.1.2. Establecer medidas para garantizar el control
y uso a la incorporación de especies invasoras.
sostenible de
2002 Rehabilitación y res tauración de humedales
degradados. Con las siguientes metas: 2.2.1.
Diseñar y ejecutar programas regionales para
recuperar y restaurar humedales e incluirlos como
áreas de manejo especial en los procesos de
ordenamiento territorial.

Concientización y sensibilización: con una línea


de gestión:

Concientización y sensibilización sobre humedales.


Tiene dos metas: 3.1.1. Formular y ejecutar un
programa nacional de educación para humedales y
3.1.2. Establecer un programa de comunicación para
difundir la importancia y los valores y funciones de
los humedales del país.

Más adelante se precisará sobre el alcance de los


alcances jurídicos de una política pública.
236 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Regulación Artículo(s) Descripción de la regulación

Podría decirse que es la única norma que directamente


incorpora unificadamente supuestos de hecho para
la gestión de los humedales. Es atípico que se haya
regulado en una resolución, preferiblemente debió
quedar consignado en un decreto. Regula el uso
Resolución Todos los
sostenible, conservación y manejo de los humedales
157 de 2004 artículos
y se desarrollan aspectos para los humedales de
importancia internacional RAMSAR. Esta resolución
se complementa con la no. 196 de 2006 que regula
la metodología para la elaboración de los planes de
manejo de los humedales.

Esta resolución adopta la guía técnica para la


elaboración de los planes de manejo de los
Todos los
Resolución humedales. En la introducción expone que la guía
artículos y la
196 de 2006 tiene por alcance determinar los planes de manejo
guía técnica
para los humedales de origen natural, es decir, los
artificiales quedan excluidos de la regulación.
Art. 2. Este artículo precisa la competencia, quienes
Resolución tienen a cargo la función de expedir los planes de
2
1128 de 2006 manejo, lo serán los consejos directivos o juntas de
las autoridades ambientales competentes.

La mayoría de
Este decreto establece condiciones generales
los articulados
para el vertimiento a los cuerpos de agua, además,
aplican en
Decreto 3930 consideraciones para el ordenamiento del recurso
cuanto a lo
de 2010, hídrico a través de la clasificación de las aguas
que se refiere
compilado superficiales, subterráneas y marinas y la posibilidad
a aguas
por el de definir su destinación genérica a través de los
superficiales:
decreto 1076 diferentes usos. También proporciona la posibilidad
escasamente
de 2015 para que s fijen en las que se prohíba el desarrollo
se denomina
de actividades como la pesca, el deporte y otras
la palabra
similares de forma temporal o definitiva.
humedal/es

Decreto
1640 de 2012
compilado Reglamenta los planes de ordenación y manejo de
en el decreto cuencas hidrográficas. Dentro de los lineamientos
1076 de para la formulación de los POMCA´S, se establece
19, 28 y 35
2015 y la que los humedales deben ser clasificados en la
guía técnica categoría de conservación y protección ambiental, ya
para la que se consideran áreas de importancia ambiental.
formulación
de POMCA .
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 237

Como se observa, la normatividad colombiana en materia de humedales se


encuentra dispersa. Después de expedida la política nacional, se inició un marco
regulatorio un poco más concreto, pero excluye de este a los humedales artificiales,
tal es el caso de la resolución 196 de 2006, que propone una guía metodológica
para la expedición de los planes de manejo para los humedales, en el que en su
parte introductoria define que solo se aplicará a los humedales de origen natural.

Humedales como propiedad privada

En este apartado se responderá a la pregunta: ¿De quién son los humedales? En


términos del Código Civil en su artículo 6695, la propiedad en Colombia implica la
existencia de un derecho real6 que se tiene sobre una cosa corporal o incorporal,
que faculta a su titular para usar, gozar, y disponer de ella. ¿Podrá disponerse,
usarse y gozar sin limitación alguna, un predio que contiene un humedal? Veamos:
el derecho de dominio, o propiedad, concede a su titular unas facultades plenas
que le confieren el poderío para ejercer su derecho de manera exclusiva, en tanto,
solo el propietario puede oponerse a la intromisión de un tercero en su ejercicio.
Además de los atributos dominicales7 de la propiedad, se pueden resumir sus
características como: 1. Un derecho perpetuo que se incorpora al patrimonio
de una persona, que dura mientras persista el bien sobre el cual se incorpora el
dominio y que en principio, por su falta de uso, no se extingue8. 2. Un derecho
autónomo, en tanto es un derecho real principal que no depende de otros derechos
para existir. 3. Un derecho irrevocable, pues su extinción o su trasferencia debe
de obedecer en principio a la autonomía privada de la voluntad de las partes y 4.
Es un derecho real teniendo en cuenta que se trata de un poder jurídico que se
otorga sobre una cosa, con el deber correlativo de ser respetado por todas las
personas.9 En términos simples, poseer un predio que contienen un humedal, le
otorga a su titular una protección jurídica de dominio y tenencia.

Sin embargo, el tratamiento jurídico que recibe la propiedad en nuestro país


depende de la clase de propiedad que se ejerce sobre el bien, y en ese orden
de ideas, podemos identificar, según la Constitución Política y el Código Civil,
5
Artículo 699 “El dominio (que se llama también propiedad) es el derecho real en una cosa cor-
poral, para gozar y disponer de ella, no siendo contra ley o contra derecho ajeno. La propiedad
separada del goce de la cosa se llama mera o nuda propiedad.”
6
Es un derecho real teniendo en cuenta que se trata de un poder jurídico que se otorga sobre
una cosa, con el deber correlativo de ser respetado por todas las personas.
7
Son atributos dominicales el: Uso, goce y disposición.
8
En Colombia, opera la figura de la posesión como un hecho, es la tenencia de una cosa acom-
pañada del ánimo de señor dueño, y que tiene reconocimiento como institución jurídica en el
ordenamiento jurídico, por lo que se le reconocen consecuencias jurídicas, el poseedor que
no tiene la calidad de propietario, puede aspirar obtener tal calidad, mediante un proceso de
pertenencia, y bajo el modo de la prescripción adquisitiva.
9
Sentencia, C-750-15 Corte Constitucional de Colombia.
238 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

dos grupos: propiedad privada y propiedad pública, conceptos necesarios de


entender para poder desarrollar la pregunta de la titularidad de los humedales
en Colombia. El primeo de ellos, en cabeza de los particulares, quienes en virtud
del derecho de dominio como derecho real, gozan y disponen libremente de sus
bienes, sin embargo los segundos, que implican titularidad de dominio a favor
del Estado, demanda, sean distinguidos en otros dos grandes grupos para el
desarrollo de este trabajo10, que podrían definirse como: a) los bienes del Estado
de uso público y b) los bienes fiscales, esta clasificación de la propiedad pública
conlleva la imposición de una delimitación, que se evidencia en el artículo 63 de
la constitución11.

Propiedad pública

Por definición legal, en términos del Código Civil, artículo 674, aquellos bienes
que pertenecen a la república son bienes de la unión y dentro de estos, se
distinguen los bienes de la titularidad en cabeza del Estado, que cuentan con
un uso que pertenece a todos los habitantes del territorio, lo que los cataloga
como bienes de la unión de uso público y aquellos que cuentan con uso menos
generalizado, en tanto su uso no está destinado a los habitantes, reciben el nombre
de bienes fiscales.

Acogiéndonos al criterio clasificador de las clases de propiedad, para sala de


consulta y servicio civil, consulta nro. 75 del 29 de noviembre de 1995, se indicó,
que la propiedad puede ser: “privada, estatal y la pública”.
De otro lado:

La propiedad estatal comprende los bienes que el Estado posee como


propiedad privada, en condiciones similares a la que detentan los particulares.
Pero también y principalmente, comprende aquellos elementos constitutivos
del territorio de Colombia con respecto a los cuales tiene un dominio eminente
que le permite el ejercicio de actos de soberanía: tales son el suelo (territorio
continental e islas, islotes, cayos, morros y bancos que le pertenecen), el
subsuelo, el mar territorial, la zona contigua, la plataforma continental, la
zona económica exclusiva, el espacio aéreo, el espectro electromagnético y el
espacio donde actúa, y un eventual segmento de órbita geoestacionaria, de
conformidad con el derecho internacional o con las leyes Colombianas a falta
de normas internacionales. De modo que el territorio, “con los bienes públicos
que de él forman parte”, pertenecen a la nación, personificación jurídica del
Estado (arts. 101, 102 y 332 de la constitución).
10
La propiedad pública se divide en Bienes de la Unión de uso Público, bienes fiscales, bienes
vacantes, bienes mostrencos y bienes baldíos.
11
Art. 63 Constitución Política 1991: Los bienes de uso público, los parques naturales, las tierras
comunales de grupos étnicos, las tierras de resguardo, el patrimonio arqueológico de la Nación
y los demás bienes que determine la ley, son inalienables, imprescriptibles e inembargables.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 239

Finalmente, la propiedad pública, conformada por los bienes de dominio


público, tiene también como titular principal al Estado, pero admite
excepcionalmente la titularidad de particulares. Esta clase de propiedad está
destinada o afectada legalmente a un uso público, a un servicio público, o al
fomento de la riqueza nacional. La constituyen, por consiguiente, los bienes
de uso público, tales como ríos, playas marítimas y fluviales, calles, caminos,
puentes, plazas, cuyo uso pertenece a todos los habitantes del territorio; los
bienes fiscales o patrimoniales que, afectados a la prestación de servicios
públicos, se subdividen en “fiscales comunes” (edificios de las oficinas públicas,
escuelas, hospitales, cuarteles, granjas experimentales, los lotes de terreno
destinados a obras de infraestructura dirigidas a la instalación o dotación de
servicios públicos”, en “estrictamente fiscales” (los dineros a disposición de
las tesorerías, los impuestos, las multas, los recursos del presupuesto) y en
“fiscales adjudicables”, esto es, los baldíos destinados a ser adjudicados para
su explotación económica; y los bienes que forman el patrimonio arqueológico,
cultural e histórico de la nación, incluyendo los inmuebles de propiedad
particular que hayan sido declarados monumentos nacionales conforme a
la ley 163 de 1959 y su decreto reglamentario 264 de 1963. Existen también los
bienes parafiscales, originados en contribuciones parafiscales y que tienen un
tratamiento especial.

Estas distinciones son importantes, toda vez que la Constitución Política


Colombiana de 1991, define en su artículo 63, en relación con los bienes de uso
públicos, tres características esenciales: la inalienabilidad, inembargabilidad y la
imprescriptibilidad.12

Estudiar la titularidad de los humedales, implica también estudiar su naturaleza


jurídica, entre públicos y privados y con ello, entender si es posible dar por sentado
las características antes citadas (propia de los bienes de uso públicos) o si, por el
contrario, en caso de ser de un particular, estos estarían en la libertad del derecho
privado para, usar, gozar y disponer de ellos, ¿A quién le correspondería entonces,
la protección del humedal?

Propiedad privada en Colombia: función social, ecológica y económica

La concepción civilista del derecho a la propiedad en los términos del artículo


669 citado anteriormente, constituyó un rezago de una concepción individualista
de la propiedad, donde el hombre era concebido como el centro, en esa medida
los derechos adquiridos debían ser respetados, de tal manera que no era posible
coincidir ninguna limitación, pese a que desde la misma Constitución Nacional
(1986), se había incorporado el concepto de la función social.

12
Sentencia T-566/92
240 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Con la Constitución Política de 1991, se constituyó en Colombia un modelo estatal


y jurídico que implicó la creación del estado social de derecho, la que entre otros
aspectos, garantizaba al particular, la propiedad privada con las características
antes enunciadas, pero moduló el concepto, restringiendo o relativizando los
poderes del propietario para lograr armonizar los intereses de la comunidad y
el principio de la solidaridad. Para ello, el ordenamiento jurídico previendo la
posibilidad y la necesidad de privar a una persona de su derecho a la propiedad,
incluso en contra de su voluntad, en virtud de los principios antes enunciados,
determinó que la intromisión del Estado en el derecho de propiedad privada debe
estar previamente justificada y debidamente motivada13.

Así lo deja claro la Constitución Política de 1991, en su artículo 58, al establecer que
se garantiza la propiedad privada y no podrá existir expropiación sin indemnización:

Se garantiza la propiedad privada y los demás derechos adquiridos con arreglo


a las leyes civiles, los cuales no pueden ser desconocidos ni vulnerados por
leyes posteriores. Cuando de la aplicación de una ley expedida por motivos
de utilidad pública o interés social, resultaren en conflicto los derechos de los
particulares con la necesidad por ella reconocida, el interés privado deberá
ceder al interés público o social.

La propiedad es una función social que implica obligaciones. Como tal, le es


inherente una función ecológica.

El Estado protegerá y promoverá las formas asociativas y solidarias de propiedad.


Por motivos de utilidad pública o de interés social definidos por el legislador,
dicha expropiación podrá adelantarse por vía administrativa, sujeta a posterior
acción contenciosa– administrativa, incluso respecto del precio (Constitución
Política de Colombia, 1991).

La anterior concepción de la propiedad, implica la necesidad de estudiar otros


conceptos trasversales a la concepción jurídica de esta, los cuales son: el territorio,
su ordenamiento y el desarrollo sostenible de este, y así conservar, de tal manera
en que puedan coexistir el uso, el goce y la disposición de la propiedad privada,
con el derecho a la ciudad, el derecho a un ambiente sano, y el derecho colectivo
del medio ambiente.

13
Sentencia C-598-99 del 18 de agosto de 1998, Magistrado Ponente Dr. Carlos Gaviria Díaz, la
Corte Constitucional declaró estese a lo resuelto en la Sentencia C-595-99. En dicha sentencia se
expone la evolución del concepto de propiedad, que había pasado de una concepción netamente
individualista desde la Constitución Política de 1986, a una concepción más colectiva, donde
se habló de la función social de la propiedad por primera vez en Colombia y la incorporación
en 1991 de la función ecológica de la propiedad, sin desconocer con ello, la función económica
que tiene la propiedad.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 241

Desde 1991, la propiedad privada, en el ordenamiento jurídico colombiano, es


un derecho subjetivo propio de los regímenes liberales, a la que le son inherente
tres funciones, en el marco unos principios a saber:

1. La garantía a la propiedad privada y los demás derechos adquiridos con arreglo


a las leyes civiles.
2. La protección y promoción de formas asociativas y solidarias de propiedad.
3. El reconocimiento del carácter limitable de la propiedad.
4. Las condiciones de prevalencia del interés público o social sobre el interés
privado.
6. Función social, ecológica y económica.

De acuerdo con lo anterior, hoy una definición de la propiedad privada, más


ajustada a la legalidad y constitucionalidad en Colombia, pasa por entenderla
como un derecho real14 que se tiene sobre una cosa corporal o incorporal, que
faculta a su titular para usar, gozar, y disponer de ella, siempre y cuando a través
de su uso se realicen las funciones sociales y ecológicas que le son propias15.

La propiedad pública o privada se desarrolla en un territorio, entendido este,


en términos de Folch (2003), como un conjunto integrado por condicionantes
bioclimáticos, geomorfológicos, hidrogeológicos y ecosistémicos que conforman
la matriz biofísica de un espacio determinado (clima, suelo, flora, fauna, relieve e
hidrografía). Es indispensable modificar la matriz biológica y contar con un espacio
antropizado que logre satisfacer las necesidades de quien principalmente habita
esta matriz, es decir, el hombre. Sin embargo, la manera en la que se permite la
intervención del territorio es determinante para su deterioro o para su planificación
y adecuado aprovechamiento.

En virtud de lo anterior, los limitantes a la propiedad privada que bien se han


expuesto, tienen su fundamento constitucional en la función social y ecológica,
que se traducen posteriormente en la ponderación de dos derechos: el derecho
a la propiedad privada vs el derecho a la ciudad. Estos derechos se desarrollan
en un espacio finito, el cual es, el mercado del suelo. El derecho a la ciudad,
refiere también un derecho a un ambiente sano, y se impone en la Constitución
Política de Colombia, al demandar una especial protección, cuando existen bienes
que, por sus características especiales e importancia ecológica, requieren la
conservación, la restauración o sustitución y en general que el territorio obedezca
a un desarrollo sostenible.

14
Es un derecho real teniendo en cuenta que se trata de un poder jurídico que se otorga sobre
una cosa, con el deber correlativo de ser respetado por todas las personas.
15
Sentencia C-189/06
242 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Ahora, como bienes que demandan una especial protección, se encuentran los
humedales, que como se indicó anteriormente en este capítulo, no tenían una
definición legal o normativa clara en Colombia, y en cambio, se hablaba del agua
como un recurso hídrico. En ese sentido, el ordenamiento se centraba en identificar
su naturaleza jurídica y su titularidad, donde se indicaba que los ríos y las aguas
que corrían por el cauce natural eran bienes del Estado y de uso público16.

Sin embargo, el Código Civil, indicó que la excepción a la regla general, serian
aquellas aguas que nacen y mueren dentro de una misma heredad, y serían bienes
de naturaleza privada.

En coherencia con lo expuesto por el Código Civil, el decreto-ley 2811 de 1974,


estableció una especial protección a los recursos hídricos, e indicó que las
aguas serian de dominio público, por tanto, inalienables e imprescriptibles con
excepción de los derechos privados adquiridos con arreglo a la ley (artículo 80 y
83). Asimismo, se aclara que un agua nace y muere en una heredad cuando brota
naturalmente a su superficie y se evapora o desaparece bajo la superficie de la
misma heredad (artículo 81). Finalmente, el citado decreto ley, definió en su artículo
83, como bienes de uso público el lecho de los depósitos naturales de agua y una
faja paralela a la línea de mareas máximas o a la del cauce permanente de ríos y
lagos, hasta de treinta metros de ancho.

La primera pregunta planteada en este acápite del trabajo, en relación con la


naturaleza jurídica, partiendo desde la titularidad de los humedales, entre públicos
y privados, queda resuelta con el marco jurídico antes analizado, pues es posible
indicar que en Colombia los humedales son, por regla general, de propiedad del
Estado, y en consecuencia tienen las características de los bienes de uso público,
son por tanto inalienables, inembargables e imprescriptibles. Sin embargo, la
excepción está dada cuando un humedal se encuentra ubicado en suelo privado,
pues allí se reconoce la titularidad del particular en los términos del artículo 80 del
decreto ley 2811 de 1974, el cual exceptúa de este tratamiento las aguas que han
implicado derechos privados adquiridos antes de 1974, fecha en que se expide
el código de recursos naturales y que consolida la titularidad de los humedales
como bienes de uso público, y también serán una excepción las aguas que nacen,
crecen y mueren en la misma heredad y por tanto son por definición legal, bienes
inmuebles por naturaleza, y de titularidad privados.

16
Artículo 677 del Código Civil: <Propiedad sobre las aguas>. Los ríos y todas las aguas que corren
por cauces naturales son bienes de la Unión, de uso público en los respectivos territorios.
Exceptúanse las vertientes que nacen y mueren dentro de una misma heredad: su propiedad,
uso y goce pertenecen a los dueños de las riberas, y pasan con estos a los herederos y demás
sucesores de los dueños.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 243

Con la anterior conclusión, la pregunta más interesante de resolver, ya no resulta


ser la titularidad de los humedales, sino aquella que se refiera a su protección, en
especial, cuando el humedal es de propiedad privada, ¿a quién le corresponde
protegerlo?

Bien podría afirmarse que existe una corresponsabilidad de la protección del


humedal, entre el público y el Estado que va más allá de la titularidad misma de
este17, no en vano, la Constitución Política de 1991 establece en el artículo 8 que no
solamente es deber del Estado, sino además de los particulares, la protección de
los recursos naturales y culturales. Pero ¿Cómo imponer los límites a la propiedad
privada, en relación con los humedales, sin ser arbitrarios y sin aniquilar el ejercicio
de la propiedad privada?

El Estado y los particulares, tienen la obligación constitucional y legal de proteger


el medio ambiente y garantizar en consecuencia el uso racional y sostenible de
los recursos naturales renovables. Es indispensable que el ordenamiento jurídico
dote de herramientas jurídicas al Estado, para que pueda ejercer control sobre
el uso y goce de bienes que, a pesar de ser privados, demandan una protección
especial. La figura jurídica de la afectación a bien de uso público18, como un límite a
la propiedad privada, se convierte en un medio que permite garantiza la protección
jurídica del humedal, y que demanda se logre materializar la corresponsabilidad
de la protección, del humedal, al justificar existencia en las ya estudiadas funciones
de la propiedad privada.

Va tomando forma entonces la posición jurídica en la cual, teniendo en cuenta el


concepto de derechos adquiridos y la función social y ecológica de la propiedad,
es posible en Colombia concebir la existencia de bienes privados (titularidad),
afectados a un uso público, sin que ello implique el cambio en la naturaleza
jurídica particular del bien en cuanto a su titularidad19. Esta posición es asumida
por la sala de consulta y servicio civil, en expediente núm. 642 de 28 de octubre
de 199420 y 75 del 29 de noviembre de 1995 (ibídem). En esta se indica que existe
la propiedad pública en Colombia, haciendo justamente referencia a la posibilidad
17
Todas las personas tienen el deber de proteger los recursos naturales del país y velar por la
conservación de un ambiente sano (art. 95 C.P.), así como colaborar en la protección de la
diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y
fomentar la educación para el logro de estos fines (art. 79 C.P.)
18
Sentencia No. T-150/95: La afectación consiste en una manifestación de voluntad expresa del
poder público, por medio del cual se incorpora un bien al uso o goce de la comunidad, ya sea
directo o indirecto.
19
Ver Código Civil artículo 674: “Los puentes y caminos construidos a expensas de personas par-
ticulares, en tierras que les pertenecen, no son bienes de la unión, aunque los dueños permitan
su uso y goce a todos los habitantes del territorio.”
20
Dadas sus características y funciones naturales, los humedales son bienes de uso público, salvo
los que formen parte de predios de propiedad privada, aunque en este último caso la función
social y ecológica de la propiedad permite a la autoridad competente el imponer limitaciones
con el objeto de conservarlos.
244 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

que tiene el Estado de afectar el uso, goce y disposición de la propiedad privada,


y más cuando sobre ella existen bienes que por los servicios ecosistémicos que
prestan, son entendidos como una manifestación del derecho colectivo al medio
ambiente, que los hace un sujeto de especial protección, como ocurre con los
humedales; expresamente es señalado:

Los humedales, cuando son reservas naturales de agua, están constituidos


jurídicamente como bienes de uso público y por tanto, son inalienables e
imprescriptibles, por mandato del artículo 63 de la Constitución Política. Cuando
se encuentran en predios de propiedad privada, pueden ser preservados como
tales en razón del principio constitucional según el cual el interés público o
social prevalece sobre el interés particular […].

En tal caso, la jurisprudencia ha dejado claro que estos llevan per se, la función
social y ecológica de la propiedad y en consecuencia la autoridad ambiental
y territorial deberá imponer los límites necesarios con el objeto de poder
conservarlos21. Es allí donde el ordenamiento jurídico vigente propone que se
establezca una caracterización, delimitación y el establecimiento de planes de
manejo para su conservación y uso sostenible. Decisiones en las que pueden
intervenir los ciudadanos.

Aclarado lo anterior, que el humedal sea considerado un bien de uso público,


independiente de la titularidad de este, implica que los humedales son
inalienables, imprescriptibles y que su protección principal recae en el Estado,
aunque también en los particulares de acuerdo con lo establecido en el artículo
8 de la constitución.22

El bien de uso público por la finalidad a que está destinado otorga al Estado
la facultad de detentar el derecho a la conservación de estos y por tanto la
normatividad que los regula ordena velar por el mantenimiento, construcción y

21
Ver sentencia: Consejo de Estado- Sala de lo Contencioso Administrativo Sección primera,
Consejero ponente: GUILLERMO VARGAS AYALA- Bogotá, D.C., veintiocho (28) de mayo de
dos mil quince (2015), Radicación número: 63001-23-31-000-2012-00032-01(AP). en Colombia,
los humedales, “…gozan de una protección constitucional reforzada en tanto que por ser bie-
nes de uso público prevalece la protección de estos frente a derechos particulares. Por ende,
(i) si un humedal se encuentra ubicado en una propiedad privada el Estado puede establecer
limitaciones y cargas al derecho de dominio el propietario en aras de garantizar la conservación
del humedal, lo cual resulta legítimo en virtud de la función social y ecológica inherente a este
derecho, (ii) el Estado puede expropiar el derecho de propiedad privada cuando de la protec-
ción al humedal se trate y esta no resulte viable por medio de simples limitaciones al ejercicio
de las facultades dominicales, y (iii) por regla general no se admite la existencia de derechos
adquiridos sobre los humedales, salvo cuando estos se encuentran al interior de una propiedad
privada debidamente acreditada.”
22
Véase sentencia Consejo De Estado- Sala de lo Contencioso Administrativo- Sección Primera-
Consejero ponente: Hernando Sánchez Sánchez-Bogotá, D.C., veintiuno (21) de junio de dos
mil dieciocho (2018)-Radicación número: 25000-23-24-000-2013-00008-01(AP).
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 245

protección de esos bienes contra ataques de terceros. La protección se realiza


a través de dos alternativas: por un lado, la administrativa, que se deriva del
poder general de policía del Estado y se hace efectivo a través del poder de
sus decisiones ejecutorias y ejecutivas. Por otro lado, existe otra alternativa
que permite la defensa de los bienes de uso público, que es la posibilidad que
tienen los habitantes de recurrir a la vía judicial a través de acciones posesorias,
reivindicatorias o la acción popular.

Para recoger lo expresado hasta el momento. El artículo 669 del Código Civil
expone tres atributos de la propiedad, a saber: 1. El uso, 2. El goce y 3. La
disposición. En tal sentido, podría afirmarse que el titular de un predio que alberga
un humedal verá afectado únicamente el derecho al uso, ya que la destinación
que deberá darle al predio será de conservación por la declaratoria de utilidad
pública y facultará a la autoridad competente para que en el plan de manejo de
un humedal se establezcan atributos a ese uso, por ejemplo, podría destinársele
para un uso paisajístico, o de estudio y conocimiento, excluir la actividad de pesca
y navegación. Es decir, el propietario no pierde la titularidad, el predio no pasa
a ser de propiedad del Estado, pero el Estado le impone limitaciones al derecho
que tiene de usar. Tal facultad se sustenta en el artículo 58 de la Constitución, en
el que se determina que la propiedad cumple una función social y ecológica y en
el artículo 8 ibídem, que define que la responsabilidad de proteger los recursos
naturales también está en cabeza de los particulares.

Los humedales como ecosistema estratégico

Es preciso diferenciar los humedales de otros ecosistemas, ya que cada uno, de


acuerdo a sus condiciones físicas, servicios ecosistémicos y apropiación ciudadana,
ofrecen un instrumento jurídico para su gestión sostenible. Para que un ecosistema
se convierta en área protegida, deberá ceñirse a los criterios propuestos en el
decreto 2372 de 2010, hoy compilado en el decreto 1076 de 2015. En este se
proponen tres categorías principales de áreas protegidas, a saber: 1. Parques
naturales, 2. Reservas forestales protectoras y 3. Distritos de manejo integrado,
que podrán ser del orden nacional o regional. Serán nacionales las declaradas
por la unidad administrativa especial, denominada parques naturales nacionales
de Colombia o el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Serán de orden
regional las declaradas por las autoridades ambientales regionales. La declaratoria
se hace a través de un acto administrativo. También están las áreas protegidas
de la reserva de la sociedad civil, en las que los particulares deciden, de forma
autónoma, delimitar como área protegida predios de su titularidad. En todo caso,
todas las áreas protegidas se integran al sistema nacional de áreas protegidas, y
tienen registro. En cuanto a los humedales, solo hay registro para los RAMSAR.
246 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

En cuanto a la propiedad y el registro predial, el artículo 2.2.2.1.3.11. Del decreto


1076 de 2015 (d. 2372 de 2010), establece la obligatoriedad de inscribir en cada uno
de los folios de matrícula inmobiliaria de los predios que se encuentran al interior
de un área protegida, el acto administrativo que así lo declara. Ello con el fin de
publicitar que un inmueble tiene una vocación de protección y conservación. Este
registró solo existe para las áreas protegidas, los humedales, áreas de páramo.
Zonas de recarga hídrica que no se encuentren al interior de un área protegida,
no tendrán tal publicidad.

Páramos. Los humedales tampoco son páramos, aunque dentro de los páramos
se pueden encontrar complejos de humedales. Los páramos tienen una
legislación especial, la ley 1930 de 2018, que tiene por objeto establecer como
ecosistema estratégico a los páramos y fija directrices para su conservación,
integralidad, preservación, restauración, usos sostenible y generación de
conocimiento. Esta ley también excluye el uso asociado a actividades mineras,
es decir, el titular de un predio que se encuentre en zona de páramo, no podrá
realizar minería.

Otros ecosistemas estratégicos que no son humedales son las áreas delimitadas a
través de la ley 2 de 1959, bosque seco, llanuras de inundación, zonas de arrecifes,
manglares, reservas biofísicas, suelos de protección definidos en los planes de
ordenamiento territorial y suelos vinculados a zonas de alto riesgo. Cada una de
las anteriores podrá tener un instrumento de gestión.

Clasificación de los humedales

En este apartado del texto se presentará una propuesta de clasificación, que


tendrá por objeto facilitar su entendimiento y contribuir a su conservación y
gestión sostenible (Tabla 2).

Según su denominación. 1. Serán humedales RAMSAR aquellos que se delimiten


e incorporen en el listado internacional del convenio y que surtieron todas las fases
para la determinación de importancia universal. 2. Serán humedales en proceso
RAMSAR, aquellos que se encuentran en alguna de las fases para ser incorporados
en el listado internacional RAMSAR. 3. Serán denominados humedales, los que
no estén declarados en ninguna de las categorías anteriores y que cumplan con
los criterios establecidos a nivel nacional para su definición.

Según su reconocimiento. 1. Serán humedales reconocidos, aquellos que se


incorporen cartográficamente en un acto administrativo, o por norma, sea por la
autoridad ambiental competente, o por un ente territorial. 2. Humedales que no
han sido reconocidos, serán aquellos humedales que reúnen las características
descritas en la definición de humedal, pero que no se encuentran delimitados
cartográficamente, ni reconocidos en ningún acto administrativo. Estos podrán
ser objeto de apropiación ciudadana y sugeridos para que sean incluidos en acto
administrativo y representado cartográficamente.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 247

A su vez, los humedales reconocidos se pueden clasificar según el acto


administrativo que los reconozca y se distinguen por que están representados y
delimitados cartográficamente en un mapa, a saber:

Humedal con instrumento de gestión. Estos serán los humedales que han surtido
un debido proceso para su delimitación, reconocimiento y gestión. Podrán
identificarse fácilmente porque cuentan exclusivamente con un acto administrativo
expedido por la autoridad ambiental competente, el cual los reconoce y delimita,
han surtido procesos de apropiación o participación ciudadana y cuentan con un
plan de manejo vigente, o en trámite de elaboración. En este plan de manejo
se definen objetivos de conservación y medidas para su gestión. Asimismo, se
tiene una destinación de recursos y un plan de trabajo para su conservación y
uso sostenible.

Humedales POMCA. Serán aquellos humedales delimitados en el acto


administrativo que acoge la formulación de un plan de ordenación y manejo de
cuenca hidrográfica (POMCA). Estos podrían estar representados únicamente en
la cartografía, sin que se haya desarrollado un instrumento para su gestión.

Humedal en área protegida. Estos serán los humedales que han quedado
incorporados en la delimitación que se realice de un área protegida y podrían
estar simplemente representados cartográficamente sin un instrumento de gestión.
Humedal páramo. Serán aquellos humedales que se encuentran al interior de
la delimitación de un complejo de páramo y posiblemente no cuenten con
instrumento de gestión y manejo.

Humedales en llanura de inundación. Serán humedales que no están reconocidos


en un acto administrativo, pero que la norma asociada a la protección de llanura de
inundación los protege indirectamente. Se encuentran al interior de la ronda hídrica
o zonas próximas a la misma. No necesariamente se encuentran representados
cartográficamente o delimitados como humedal, pero por estar dentro de la
ronda hídrica son objeto de conservación. Podrían contar con instrumento de
gestión y diferenciarse de la ronda hídrica para establecer medidas de manejo
para su conservación y uso sostenible, lo cual se lograría a partir de la apropiación
ciudadana y el conocimiento.

Humedales POT. Serán aquellos humedales incorporados en el acto administrativo


que acoge el plan de ordenamiento territorial. Estos podrían estar delimitados
cartográficamente en el capítulo del plan de ordenamiento, donde se describe
la estructura ecológica principal. Se incluyen en esta clasificación, pues en razón
del principio de rigor subsidiario, un ente territorial, podría reconocer una zona
del territorio que no ha sido incorporado en otro acto administrativo emitido por
autoridad ambiental o norma nacional.
248 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Según la titularidad. Dependiendo del propietario del predio en el que se


encuentre el humedal, estos podrán ser: 1. Humedales en propiedad privada, serán
aquellos humedales que están al interior de uno o más predios cuya titularidad
es de un privado, persona natural o jurídica. 2. Humedales en propiedad pública,
serán aquellos humedales que se encuentran al interior de un predio, cuyo titular
es una entidad del Estado, independiente de su naturaleza. 3. Humedales en
propiedad baldía, serán aquellos humedales que se encuentran al interior de
un predio que no tiene dueño, cuya titularidad está en cabeza del Estado, en
coherencia con lo definido en el artículo 63 de la Constitución Política, serán
inalienables, inembargables e imprescriptibles. Podría afirmarse que el Estado no
podrá adjudicarlos a privados en los procesos de titulación de predios adelantados
por la agencia nacional de tierras.

Según su intervención. Esta clasificación se incorpora para diferenciar aquellos


humedales que se han formado como consecuencia de la intervención humana.
Serán 1. Humedales naturales, aquellos que se han formado sin intervención
antrópica y como consecuencia de fenómenos naturales. Estos a su vez podrán
ser permanentes o temporales. 2. Humedales artificiales. Estos humedales se han
formado como consecuencia de una intervención antrópica, es decir, el hombre ha
incidido en su constitución y formación. A su vez estos pueden haberse formado
intencionalmente o consecuencialmente, los primeros a partir de una actividad
planificada y controlada y los últimos, por una acción no planificada. Por ejemplo,
cuando se han abandonado actividades extractivas o de movimientos de tierras,
que posteriormente, por la morfología del terreno y las condiciones hídricas e
hidráulicas de la zona se llenan de agua.

Servicios ecosistémicos de los humedales

Los humedales ofrecen diferentes beneficios y servicios, no solo a los humanos,


sino a las demás especies y al medio ambiente. En la evaluación de los ecosistemas
del milenio23, más específicamente en el informe denominado los ecosistemas y el
bienestar humano, se resumen algunos servicios prestados por estos ecosistemas.
A partir de los servicios ecosistémicos, podría establecerse una clasificación
adicional que ayude a una mejor comprensión y entendimiento. Dependiendo
de sus servicios ambientales y su caracterización, podrían ser destinatarios de un
23
La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (EM) fue convocada por el Secretario General
de las Naciones Unidas Kofi Annan en el año 2000. Iniciada en 2001, la EM tuvo como objetivo
evaluar las consecuencias de los cambios en los ecosistemas para el bienestar humano y las
bases científicas para las acciones necesarias para mejorar la conservación y el uso sostenible
de los mismos, así como su contribución al bienestar humano. La EM ha involucrado el trabajo
de más de 1.360 expertos de todo el mundo. Sus conclusiones, contenidas en cinco volúmenes
técnicos y seis informes de síntesis, proporcionan una valoración científica de punta sobre la
condición y las tendencias en los ecosistemas del mundo y los servicios que proveen (tales como
agua, alimentos, productos forestales, control de inundaciones y servicios de los ecosistemas)
y las opciones para restaurar, conservar o mejorar el uso sostenible de los ecosistemas.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 249

instrumento de gestión más adecuado, que defina claramente sus objetivos de


conservación y las medidas de manejo para su preservación, restauración y uso
sostenible, y que se plasmará en un plan de manejo. En tal sentido se propone la
siguiente clasificación según los servicios ambientales que ofrecen los humedales.

1. Humedales de aprovisionamiento. Serán aquellos que tienen la capacidad


de ofrecer alimento, que tienen agua disponible para uso doméstico,
industrial y agrícola, de los que se puede extraer leña, troncos, algas,
forrajes y similares. Asimismo, pueden ofrecer la posibilidad de generar
elementos base para la medicina u otros materiales. Asimismo, pueden
tener condiciones óptimas para aprovisionar material genético para la
resistencia a patógenos de plantas, especies ornamentales y otras.

2. Humedales de regulación. Serán aquellos humedales que ofrecen


servicios de regulación al clima, tales como sumideros de carbono.
Pueden influir en la regulación de la temperatura, precipitaciones y otros
procesos climáticos. También ofrecen servicios de regulación hídrica,
muy importantes en los fenómenos de variabilidad climática, en los que
se presentan precipitaciones abundantes, disipando y mitigando los
fenómenos de inundación. Adicionalmente servicios de purificación de
agua y residuos a través de la retención, recuperación y eliminación de
exceso de nutrientes y otros compuestos. Finalmente, servicios para la
regulación de la erosión, reteniendo sedimentos y protegiendo el suelo,
así como hábitat a polinizadores.

3. Humedales para servicios culturales: estos tienen apropiación ciudadana,


étnica y cultural para el desarrollo de actividades espirituales, religiosas,
recreativas, estéticas, paisajísticas y para la educación.

4. Humedales para servicio de apoyo. Estos humedales ofrecen otros


servicios para la formación de suelo a través de la retención de
sedimentos y de materia orgánica, además, almacenan, reciclan y
procesan nutrientes.
250 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Tabla 2. Categorización de humedales

Categorización de humedales

Clasificación Tipo Característica Categoría Uso sugerido

Humedal RAMSAR Humedal


incluido o
Humedal El definido en el
Humedal en en trámite
RAMSAR plan de manejo
proceso RAMSAR en listado
RAMSAR
Según su Dependerá de
denominación los servicios
Humedal Humedales:
ecosistémicos
no incluido reconocidos
Otros humedales que oferte y los
en el listado o no
objetivos de
RAMSAR reconocidos
conservación
propuestos
Humedal con Humedal con Humedal con
Según su El definido en el
ins­trumento de plan de manejo instrumento
reconocimiento plan de manejo.
gestión o en trámite de gestión
El que se defina
en el plan
de manejo.
Dependerá de
Humedal en Humedal los servicios
Humedal POMCA
POMCA reconocido ecosistémicos
que oferte y los
objetivos de
conservación
propuestos.
Conservación
Humedal en área Humedal en Humedal
y actividades
protegida área protegida reconocido
afines.
Conservación
Humedal en Humedal en Humedal
y actividades
páramo páramo. reconocido
afines.
Según su
reconocimiento Humedal en
llanura de Preferiblemente
Humedal en
inundación, Humedal conservación
llanura de
reconocido/no reconocido y actividades
inundación
con/sin plan de afines.
manejo

Humedal en Dependerá de
el plan de los servicios
ordenamiento ecosistémicos
Humedal
Humedal POT territorial. No que oferte y los
reconocido
re­co­nocido por objetivos de
la autoridad conservación
ambiental propuestos.
Humedales de ciudad: vivos, activos y resilientes. Un enfoque integrador 251

Categorización de humedales

Clasificación Tipo Característica Categoría Uso sugerido

Conservación,
dependerá de
Humedal, los servicios
Humedal en
Según su Humedales en reconocidos ecosistémicos
propiedad
titularidad propiedad privada o no que oferte y los
privada.
reconocidos objetivos de
conservación
propuestos.

Dependerá de
los servicios
Humedales:
Humedal en ecosistémicos
Según su Humedales en reconocidos
propiedad que oferte y los
titularidad propiedad pública o no
pública. objetivos de
reconocidos
conservación
propuestos

Humedales:
Humedal en
Humedal en reconocidos
propiedad Conservación
propiedad baldía o no
baldía.
reconocidos
Dependerá de
los servicios
Humedales:
ecosistémicos
Humedales Humedal reconocidos
que oferte y los
naturales natural o no
objetivos de
reconocidos
conservación
propuestos.
El último inciso
de la parte
Según su introductoria
intervención de la guía para
la formulación
Humedales: de los planes
Humedales Humedal reconocidos de manejo para
artificiales artificial o no humedales
reconocidos excluye a los
humedales
artificiales de
la elaboración
de planes de
manejo.
Humedales:
Humedales de reconocidos
Humedal Uso sostenible
aprovisionamiento o no
Según los reconocidos
servicios
ecosistémicos Humedales:
que ofrece Humedales de reconocidos Conservación y
Humedal
regulación o no actividades afines
reconocidos
252 Quijano, M., Castaño M., Cardona, D. y Echeverri, D.

Categorización de humedales

Clasificación Tipo Característica Categoría Uso sugerido

Humedales:
Humedales para reconocidos
Humedal Uso sostenible
Según los servicios culturales o no
servicios reconocidos
ecosistémicos Humedales:
que ofrece Humedales de reconocidos
Humedal Uso sostenible
apoyo o no
reconocidos

Referencias

Congreso de Colombia, 1997. Ley 357 de 1997. Por la cual se aprueba la “Convención
Relativa a los Humedales de Importancia Internacional Especialmente como Hábitat
de Aves Acuáticas”, suscrita en Ramsar el dos (2) de febrero de mil novecientos setenta
y uno (1971).

Constitución Política de Colombia Art. 63 de 1991 (Colombia). (Biblioteca Enrique Low


Murtra – Belm).

Constitución Política de Colombia Artículo 677 del Código Civil: Propiedad sobre las
aguas. (Biblioteca Enrique Low Murtra – Belm).

Constitucional, C., & de Revisión, S. C. Sentencia T–566/92. MP: Alejandro


Martínez Caballero.

Constitucional, C., & Plena, S. (2006). Sentencia C-189/06. Consultado en: http://www.
corteconstitucional. gov. co/relatoria/2006/C-189-06.htm

Folch, R. (2003). Los conceptos socioecológicos de partida. In El territorio como sistema:


conceptos y herramientas de ordenación (pp. 19-42). Diputació de Barcelona.

Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (2021). Humedales RAMSAR. Recupe-


rado de https://www.minambiente.gov.co/direccion-de-bosques-­bio­diversidad-y-
servicios-ecosistemicos/humedales-RAMSAR/

RAMSAR BUREAU (2015): The Ramsar list of wetlands of international importance.


(Disponible en: en http:// www.ramsar.org/sites/default/files/documents/library/
sitelist_0.pdf

Sentencia C-598-99 del 18 de agosto de 1998. Bogotá.


Sentencia, C-750-15 Corte Constitucional de Colombia.
Este libro se terminó de imprimir
en los talleres gráficos de Divegráficas S.A.S.
en el mes de junio de 2022.
ISBN: 978-958-52969-3-0

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