14 Resena - Critica - Lenguaje - y - Escuela - Analis
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RESEÑA CRÍTICA
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Stubbs Michael. Lenguaje y escuela – Análisis sociolingüístico de la enseñanza. Diálogos en
educación. Cincel - Kapelusz. 1984. pp.148.
La presente edición es una traducción del inglés al español de
Stubbs Michael. Language, schools and classrooms. London. Methuen. 1983. pp.160.
Antes de comenzar me resulta primordial hacer una nota que hace alusión a la
traducción hecha al libro publicado originalmente en inglés y el cual fue sujeto
posteriormente a la traducción al español en 1984. Concerniente a ésta debo referir el
término del inglés “language”, el cual fue traducido al español como “lenguaje”. Sin denegar
la equivalencia que tienen los dos términos como traducción, considero incongruente utilizar
en este texto la misma relación puesto que en enunciados extraídos del texto original como
«es importante que los profesores entiendan […] los diferentes estilos y variantes y la
naturaleza de posibles diferencias entre su propio lenguaje y el de sus alumnos» p.17 asumo
que a lo que hace alusión el autor – Stubbs (1983) – como «lenguaje» en esta oración
debería traducirse como «lengua». Por lo tanto, en búsqueda de claridad, utilizaré en este
documento la diferenciación entre lenguaje, lengua, y habla como pertinente.
Desde el primer capítulo el autor proclama a través del axioma «el lenguaje es, de
cierta forma, un factor crucial en la educación de un niño» p.11 el estrecho vínculo que se
pretende destacar como punto de partida para el análisis de la realidad escolar de la época
en Gran Bretaña. La discusión principal se genera entonces de la falta de estudios que
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habían explorado, desde el campo sociolingüístico, las variantes del habla exhibidas por los
estudiantes, y si estas tenían una incidencia directa como obstáculos en el sistema escolar
que impedían el rendimiento y éxito de los estudiantes en la educación. Por lo tanto, se
evidencia la relevancia que tuvo la sociolingüística como disciplina que abordaba un objeto
de estudio superficialmente explorado y que por lo tanto permitía generar resultados que
tendrían un impacto social importante y crucial para el entendimiento de la relación profesor-
estudiante en el aula de clase. Ahora, sabiendo del acto comunicativo que se manifestaba
en las aulas, el autor destaca las interacciones estereotipadas que con regularidad se
generan como actos del habla o «extraños ejercicios lingüísticos»p.12 que se evidencian en
la formación estudiantil. Lo que conlleva a que el estudiante adapte el habla haciendo un
uso desbarrado de la terminología del área de estudio a la cual no es familiar, y por esto,
generando un discurso carente de coherencia, con estilo artificial y que oculta el mensaje
real del estudiante. Es por esto que se hace necesario revalidar el uso de la normatividad
lingüística en el aula para no confundir « ‘lo que’ un alumno dice con ‘cómo lo dice’». p. 14.
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lingüística provoca» p.19. es decir, en la fundamentación que se ha suscitado desde la
investigación sociolingüística.
Ahora bien, para asumir la distinción que se propone arriba es necesario notar la
coexistencia del uso de la lengua con los estereotipos que se forman del hablante. Sobre
esto el autor hace referencia a que al someter a estudio el lenguaje y la escuela, es
necesario ser conscientes de los juicios que se elaboran a partir de rasgos lingüísticos del
usuario en relación con su inteligencia, su carácter y su capacidad. Es decir, la impresión de
la personalidad se estereotipa a través del habla.Y justamente de allí proviene la mayor
crítica a como se hizo el análisis del discurso del estudiante: partiendo de la asunción de
que su habla determina su capacidad cognitiva. Por consiguiente se reconoce injusto
clasificar, como ejemplifica el autor, al estudiante que «suena como un sinvergüenza por la
voz» p.24. Quizá la academia deba optar por justificar esta interpretación, asumiendo desde
una perspectiva sociolingüística la variedad, y como señala Trudgill (1975a) citado por el
autor, a apreciar las diferencias dialectales.
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referencia el autor . Cuando se quebranta la concepción de superioridad o inferioridad de la
lengua, se da paso a la aceptación de la variedad, y por ende, a una practica de justicia
social dentro de la escuela.
Por otro lado, es relevante distinguir la lengua normativa, puesto que desde ésta se
originan las variedades de las que parten las lenguas. Como se ha mencionado
anteriormente, no se pretende distinguir la lengua normativa (LN) como un estándar superior,
sino resaltar la procedencia del prestigio que ésta tiene. Ahora, resulta controversial discutir
sobre prestigio después de mencionar la equidad y aceptación que se debería tener hacías
las variedades lingüísticas; sin embargo, se hace mención a éste por el carácter
«plenifuncional» que tiene la LN. Desde el texto, el autor propone la consideración del
término lengua normativa la cual está ligada a factores geográficos e históricos del inglés
que surge de los hablantes educados de la clase media. Si bien a la época de publicación
del libro era una definición que se ajustaba a la variedad usada en «textos impresos,
educación y como lengua internacional» p.32, cabe desafiar esta concepción en la
actualidad. El fenómeno de internacionalización que se vive en nuestra época es un hecho
social que interviene como variable determinante para refutar la aseveración de que la LN es
la usada en el texto impreso y en los medios de comunicación públicos «Inglés de la BBC»
p.29. o más dudoso aún, la variante que se enseña a los estudiantes de lenguas extranjeras.
Esto se puede evidenciar en los canales televisivos, los crecientes textos juveniles
impresos, y la era de la internet que permitió la publicación imparable de textos
influenciados por variables lingüísticas. Lo que implica que la distinción de la LN se hace
más compleja en nuestra época y quizá irrelevante para ciertos grupos isolectales que
inclusive siendo parte de la academia optan por darle prestigio a su variedad lingüística, por
lo tanto en esta época, cabe preguntarse sobre el rol de la LN en la producción cultural,
social, e inclusive si será necesario reformular la LN como la lengua del conocimiento.
Siguiendo este orden de ideas, se erradica la concepción de una «mala lengua» y se abre
paso a perspectivas sociolingüísticas emergentes, donde no existen los hablantes de estilo
único (labov, 1970) sino usuarios multidialectales o multiestilistas. Siendo así, la labor
docente concerniente a la enseñanza de la lengua, sea como lengua nativa o extranjera, se
deberá dirigir hacia el conocimiento de un sistema sociolingüístico, en el que el profesor no
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intentará «mejorar el lenguaje [la lengua]» p.41 al corregir las variaciones exhibidas por los
niños como hablantes de sus propias comunidades, sino propender por cambiar la actitud
frente a las variedades lingüísticas.
Asimismo, el planteamiento anterior difiere de la revisión que hace el autor sobre la
teoría inicial de Bernstein de los códigos elaborados y restringidos, los que se asocian
directamente con la clase media y trabajadora inglesa. Se considera que la variedad
lingüística de los niños de clase trabajadora –denominada entonces ‘código restringido’– no
es coherente con el entorno académico y por lo tanto genera obstáculos en el aprendizaje y
una barrera cognoscitiva. En consecuencia, se hacía un paralelo que enlazaba el uso de la
lengua como un factor de éxito social.
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En ese caso resulta relevante volver a destacar el habla del estudiante y la relación
con el profesor. Si bien como apunta Bernstein el estudiante es un hablante de variedades
lingüísticas o usuario de un código restringido, debería cuestionarse el por qué los niños
catalogados en el texto como CT (de clase trabajadora) no suelen emplear las formas
lingüísticas –que ellos reconocen– y que los profesores tienden a valorar como académicas,
normativas, y formales en en su interacción en el aula. ¿Acaso existen otros elementos
situacionales que no han sido explorados y que inclinan al hablante a usar lo que ellos
consideran prestigioso? o ¿será posible que el control que ejerce el profesor en el habla del
estudiante genera una rebeldía manifestada por medio del habla? Ya el autor destaca unos
escenarios característicos que han sido designados como «Pseudoproblema» y problemas
sociolingüísticos, en los que además de la lengua, se deben reconocer factores alternos que
generan barreras para el estudiante. Uno de estos, la disyuntiva en la que se puede ver
envuelto el estudiante pues entenderá la necesidad de acogerse al «estilo de lenguaje
[habla] del profesor, pero que hacer esto lo va a separar de sus amigos» p. 84. De la misma
forma, existen factores que conllevan al fracaso escolar, por ejemplo, en el caso de
inmigrantes, el no compartir «las ideas escolares sobre lo que es importante» p.82 lo que
demuestra que trascendiendo las barreras lingüísticas hay consideraciones socioculturales,
valores, y objetivos diferentes que no son compartidos con la escuela. Aquí cabe concluir
que lo que se denomina una deficiencia, en realidad es un conjunto de factores y variables
que deben entenderse como una diferencia (Labov, 1969).
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sociolingüística para asumir procesos que demanden el uso de distintas variedades del
habla como un acuerdo mutuo y respetuoso.
Otro factor sobre el cual quiero dirigir la atención, es a la modernización del aula.
Aunque Stubbs no hace referencia directa al aula como espacio físico, se debería
reconsiderar las alteraciones que generan las implementaciones tecnológicas en el diálogo
docente-estudiante, pues estas repercuten con cierto grado de certeza, en la interacción
tradicional y que se presenta desde el texto como el discurso magistral del docente de los
60’.
El diálogo de aula como conversación académica también es explorado por el autor
en producciones anteriores, para demostrar el control que ejerce el profesor en la
conversación (Stubbs, 1976). Un «control conversacional» como manifestación del discurso
implica limitar las intervenciones posibles del estudiante, a mi parecer, ejercer el rol de
expositor que corrige a los estudiantes constantemente, valora, edita, resume, y dirige el
enfoque de la clase, es acotar la expresión del estudiante que en ultimas es optar por
uniformar el discurso de los estudiantes y limitar las capacidades lingüísticas del mismo.
Para vislumbrar la capacidad cognitiva del estudiante sugiero desde mi compresión de los
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escenarios revisados por Stubbs, pertenece a habilitar la intervención del estudiante y
posibilitar escenarios que abandonen la asimetría que impone el profesor desde su control
verbal.