La Supervisión en Psicoanálisis

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

70 CUADERNOS TOPICA 5 Supervisión en Psicoanálisis y Psicoterapias 71

Bibliografía consultada y notas


Freud, S.: (1973) Psicoanálisis y telepatía en Obras Completas
(1921). Editorial Biblioteca Nueva, Madrid.
Freud, S: (1973) Los orígenes del psicoanálisis en Obras Com-
pletas. Editorial Biblioteca Nueva, Madrid. La supervisión y la formación
Lacan, J.: (1981) Los escritos técnicos de Freud, Seminario 1.
Editorial Paidós, Buenos Aires del analista
Masotta,O.: (1970) Introducción a la lectura de Jacques Lacan.
Editorial Proteo
Lacan, J.: (1983) La angustia. Seminario X, versión inédita Ileana V. Fischer
Escuela Freudiana de Buenos Aires.
Freud, S. Sobre un tipo especial de la elección de objeto en el
hombre en Obras Completas. Editorial Biblioteca Nueva,
Madrid. “Es muy difícil ejercer el psicoanálisis en
calidad de solitario, pues se trata de una
Héctor O. Becerra empresa exquisitamente comunitaria.
Y en cualquier caso sería mucho mejor que
Psicoanalista y escritor. todos rugiéramos o aulláramos a coro en
Libros publicados: armonía, en lugar de que cada cual se
Autor de El cuerpo herido. Ensayos sobre el goce la limite a gruñir en su rincón”
ética y la transmisión del psicoanálisis. Catálogos. (Freud, 1925)
Buenos aires, 1993.
Compilador y coautor de Sida, más allá del HIV. Edi- Palabras preliminares. Hacia una clínica compar-
ciones de la Fundación Alberto Espariz. Buenos Aires,
1994.
tida.
Coautor de Conductas adictivas. Compilador Any Krie-
ger. Ricardo Vergara ediciones. Buenos Aires, 2011. Mayo de 1856 dio a luz a quien sería uno de
Coautor de Repensar los vínculos. Compiladora Any los más grandes pensadores acerca del sufrimien-
Krieger. Ricardo Vergara ediciones. Buenos Aires,
to humano y del funcionamiento del psiquismo.
2015.
Autor de El niño que no quería escuchar. Estudio Sus ideas marcaron una revolución en el modo de
psicoanalítico de un paciente psicosomático. Editorial conceptualizar la subjetividad individual y social.
Académica Española. Starbrüken (Alemania), 2012. Inmerso en el clima positivista de su época en el
Compilador y coautor de Fenómenos Psicosomáticos. que se sostenía que la verdad sólo era deductible
Particularidades. Ricardo Vergara ediciones, 2013. de la experiencia y la observación del mundo físico,
Coautor de PANIC-ATTACK ¿Vino viejo en vasijas
Freud irrumpió con la teoría del sujeto dividido y la
nuevas? Compilador Oscar Lamorgia. Ricardo Vergara
ediciones, 2013. etiología sexual de las neurosis. Su teoría acerca de
Autor de La maravilla de estar comunicado. Un psicoa- la descentración de la conciencia y cómo aquello
nálisis a la comunicación. Luisa Lane editora. Buenos ignorado por el Yo estaba en relación a la causa
Aires, 2014. de los síntomas inició el despliegue de profundos
Contacto: becerrahector@gmail.com cambios en el conocimiento y en el tratamiento del
72 CUADERNOS TOPICA 5 Supervisión en Psicoanálisis y Psicoterapias 73

sufrimiento subjetivo. La idea de un sujeto poblado vimiento psicoanalítico”, Freud (1914) relata cómo
de deseos y pulsiones efecto del encuentro libidinal los jóvenes aspirantes a psicoanalistas comenzaron
con el otro ubicó la pieza fundamental acerca de la a acercarse a él con la meta de aprender, ejercer y
función subjetivante de lo intersubjetivo. difundir el psicoanálisis, dando lugar a lo que más
Desde su inicio como psicoanalista se mantuvo tarde serían las reuniones de los miércoles, pilares
en diálogo permanente con otros colegas a quienes de la sociedad Psicoanalítica de Viena.
respetaba. A los intercambios iniciales con Breuer En esta línea de ideas es que la supervisión se
le siguió la extensa y fructífera correspondencia con presenta como una tarea en la que se entrecruzan la
Fliess. Tan valioso ha resultado el intercambio epis- formación del psicoanalista y el intercambio con co-
tolar, que quienes se aventuran en el conocimiento legas. Actividad necesaria con más intensidad en los
del psicoanálisis no pueden obviar su contenido inicios de la práctica profesional y luego con algu-
como parte de la formación. Reconocer en esos in- nas intermitencias. En ella se trabaja con el material
tercambios los albores de lo que hoy conocemos clínico que un analista versiona para ofrecer a la es-
como supervisión nos permite ubicar a un Freud cucha de otro psicoanalista. Cuando hago referencia
que desde sus inicios en la práctica clínica del psi- a la “versión” quiero decir que ese material es efecto
coanálisis ha puesto en diálogo sus interrogantes y de una lectura compleja, en la que se entretejen los
teorizaciones. efectos del propio análisis y formación profesional,
La tradición psicoanalítica ha utilizado diversas que se realiza del campo transferencial y contratan-
nominaciones para la tarea de compartir un mate- ferencial.
rial clínico de un paciente con un colega de mayor Es curioso que se llame “super – visión” cuando
experiencia con el objetivo de trabajar sobre las no será la mirada lo que esté en juego. Ya que no es
trazas de análisis en curso. Análisis de control, Su- el “ver” en búsqueda del signo aquello que orien-
pervisión, Grupos de co-visión son algunos de los ta la tarea. Tal vez esto sea un resabio, una marca
términos utilizados que remiten a actividades cerca- de origen, de la clínica de la mirada de la cual el
nas pero no idénticas y que componen lo que se ha psicoanálisis se alejó para transformarse en una clí-
dado en llamar: trípode freudiano. nica de la escucha y la palabra. La idea de “super”
Esta estructura tripartita incluye también el es- como “sobre”, desde un punto de vista topológico y
tudio del psicoanálisis y el análisis personal. Freud no como superior, hace referencia a la perspectiva
(1912) nos advierte que aquellos aspectos que el en la que se ubica quien oficia de supervisor y des-
analista no haya trabajado de su propio inconsciente de la cual toma como objeto de lectura al campo
oficiarán de puntos ciegos que no permitirán ir más del análisis. Esta dinámica de lectura de la urdim-
allá en el trabajo con el inconsciente de sus pacien- bre transferencial se despliega es una tarea que se
tes. Cada uno de los vértices de este trípode en el que realiza con posterioridad y adquiere significación
se sostiene la práctica del psicoanálisis se encuentra retroactivamente. Esta articulación presente – pasa-
enlazado a un cuarto aspecto que es el intercambio do permite situar algunas pistas en la orientación de
entre colegas. En “Contribución a la historia del mo- lo por-venir en el tratamiento como dirección de la
74 CUADERNOS TOPICA 5 Supervisión en Psicoanálisis y Psicoterapias 75

cura o proyecto terapéutico. De modo tal que en la posición se ubica el y al supervisor? Las respuestas
supervisión es posible esta triple articulación tem- a estos interrogantes serán algunas de las orienta-
poral (pasado – presente – futuro). ciones que determinarán la posición en la clínica y
Otro aporte interesante para recuperar y tener el devenir del lugar de analista.
presente es el concepto de campo propuesto por
Bleger (1963) en tanto “el conjunto de elementos co- Tiempos iniciales. Tiempos de “visar”
existentes e interactuantes en un momento dado”.
Esta definición hace referencia a la dinámica de Iniciarse en el oficio del psicoanálisis es una de-
interdependencia que se pone en juego entre los cisión que implica aventurarse en una práctica que
elementos y que podemos extrapolar al campo del carece de manual de instrucciones. Para comenzar
análisis. De modo tal que la supervisión recaería so- a transitar el campo clínico se cuenta con el pro-
bre el campo analítico y no exclusivamente sobre el pio análisis y lo que se ha aprendido de la teoría y
discurso del paciente. técnica analítica. Freud (1912) nos ha legado algu-
Previamente realicé algunas puntuaciones acerca nas sugerencias y otras advertencias en sus textos
de la palabra “supervisión” poniendo en cuestión la técnicos. Sin embargo nada de ello ahorra la incer-
idea de la mirada y proponiendo las ideas de escu- tidumbre acerca del quehacer en referencia a quién
cha y versión. Ahora me propongo hacer lo mismo atraviesa la puerta de nuestro consultorio con un
con el verbo: super-visar. El Diccionario de la RAE pedido de análisis.
refiere que visar alude a dar validez, reconocer o En los comienzos profesionales la sensación
examinar y dirigir la puntería. Esta vertiente nos es que salimos a la cancha a enfrentarnos con los
acerca a dos ideas. Una de ellas vinculada a la va- molinos de viento muñidos sólo con apenas dos
lidación como autorización que da otro, y la otra reglas básicas: atención flotante y asociación libre
relacionada a la investigación y direccionalidad. Es (Freud,1913). Posiblemente, sea la experiencia del
interesante tomar estas referencias ya que una de análisis personal, aquello que funcione como acom-
ellas nos permite ubicar a la tarea de supervisión pañante ya que en su atravesamiento hemos sido
en el terreno de la investigación en tanto ella lleva advertidos de que el deseo no es sin angustia y vaci-
en su esencia la interrogación. Es decir que quien lación, y que el ideal no es más que una ilusión.
va a supervisar es quien se pregunta dando lugar De la asociación libre, según hemos experimenta-
a su propio desconocimiento. La idea de la valida- do como pacientes y estudiado desde los primeros
ción como otra de las acepciones nos invita a pensar textos freudianos, sabemos que no es libre y que es
una doble vertiente. Una, vinculada a la habilita- imposible decirlo todo (Freud. 1900). Bien podría
ción como analista y la otra, más superyóica, en la citar aquí las referencias en relación a las resisten-
que el supervisor da la “visa” para la cual hay que cias de la represión en la neurosis que cita Freud
pasar varios exámenes. Es así que se plantean al- o la imposibilidad estructural del significante para
gunos interrogantes: ¿Desde qué lugar se demanda abarcar lo real según Lacan. Sin embargo no es este
una supervisión? ¿Qué se espera de ella? ¿En qué el tema de esta comunicación.
76 CUADERNOS TOPICA 5 Supervisión en Psicoanálisis y Psicoterapias 77

La otra cuestión que se nos presenta como in- en la actividad analítica. Esto por sí solo no bastaría
augural es la regla de escuchar sin seleccionar como instrucción (…)” (p. 250). Es en este punto en
información y de modo parejamente flotante el dis- el que ubicamos a la supervisión como aquella que
curso de nuestros pacientes. Esta tarea para la cual permite señalar, también, qué de la subjetividad del
no hay preparación previa exige deconstruir la aten- analista está en juego en un tratamiento al modo de
ción a la que tanto uso le hemos dado en nuestros un obstáculo y permite relanzarlo al trabajo de ela-
años de formación. Evitar la comprensión y el ha- boración personal del espacio del propio análisis.
llazgo de sentido como clausura es un desafío en Cuando aparece la duda, la incertidumbre, la
los inicios. urgencia se escuchan en general dos frases: “Tengo
Los tiempos inaugurales de la práctica suelen es- que supervisar” y “Esto es para que lo supervises”.
tar acompañados de la angustia que se presenta en el Entonces el encuentro en el espacio de supervisión
encuentro con lo inédito. Para algunos colegas es tan se convierte en primera instancia en un modo de
intensa que demoran su ingreso en la clínica prolon- elaboración de la angustia. Muchas veces se acom-
gando la posición de estudiantes. Otros encuentran paña de la fantasía que de allí en más el análisis
seguridad en la ritualización de los aspectos del en- se conducirá por delegación. Entonces el analista
cuadre al modo de un parapeto contrafóbico que nobel delega en su supervisor la conducción del
ilusiona con proteger de “hacer las cosas mal”. Otros análisis y se convierte en una “máquina de repetir”.
recogen el guante y salen al ruedo acompañados del Esta situación recrea una lógica infantil que privile-
compás del trípode freudiano más uno (intercambio gia la vertiente de la validación como autorización
con colegas).Como toda práctica, el psicoanálisis del otro. De modo tal que quien es convocado al lu-
compromete al acto. ¿Qué hacer? ¿Cómo hacer? Se gar de supervisor queda ubicado en el lugar del ideal
trata de un acto como operación transformadora o del Superyo. Ambos lugares inhiben la acción,
que se sostiene en el deseo. Pero no hay deseo sin es decir el acto de autorizarse como analistas. En
angustia. Y aún más: ¿cómo ejercer el psicoanáli- 1921 Freud afirmó que la idealización “falsea el jui-
sis siendo que es uno de los imposibles freudianos? cio” porque el objeto idealizado sustituye al Yo-ideal
(Freud, 1937). En Análisis terminable e intermi- no alcanzado. De modo tal que el Yo es devorado.
nable, Freud (1937) hace la siguiente pregunta: Someterse a la idealización es perder la oportuni-
“¿Dónde y cómo adquiriría el pobre diablo aque- dad de arriesgar, en el sentido de la responsabilidad
lla aptitud ideal que le hace falta en su profesión?” subjetiva.
(p.250) y sigue diciendo en referencia al análisis de Pienso que la supervisión es un espacio de en-
analista como pieza fundamental: “Cumple su co- cuentro, de diálogo, que en los comienzos se
metido si instila en el aprendiz la firme convicción constituye como uno de los lugares en los que se
en la existencia del inconsciente, le proporciona las puede construir un estilo personal de ser analista,
de otro modo increíbles percepciones de sí a raíz de liberado de los estereotipos y rigideces identificato-
la emergencia de lo reprimido, y le enseña, en una rias nacidas en la omnipotencia de la réplica de lo
primera muestra, la técnica únicamente acreditada idealizado. No dar recetas, que por cierto no las hay,
78 CUADERNOS TOPICA 5 Supervisión en Psicoanálisis y Psicoterapias 79

es un modo de autorizar a un analista. Considero espacio de supervisión que propicie lo indicado por
que una de las funciones de quien es convocado al Baranger oficia en términos de “visar” como investi-
lugar de supervisor es señalar los aspectos que van gación en la que se articulan la curiosidad y el deseo
configurando el dispositivo clínico cuyo lugar cen- de saber atravesados por la experiencia dolorosa
tral es ocupado por la dinámica transferencial y sus pero liberadora de la falta.
vicisitudes. Orostegui (2008) sostiene que “Grinberg
refiere que si un supervisor centra mucho su aten- El devenir del analista. Secuencia de tiempos. Dis-
ción en el material del paciente, señalando el cómo positivos posibles.
abordarlo, podrá favorecer el aprendizaje por imi-
tación del candidato y no el desarrollo de su propio “La riqueza de un experiencia - sea clínica
estilo terapéutico”. o teórica - depende de la multiplicidad
En esta línea de pensamiento es preciso tener de puntos de vista a partir de los cuales
puede ser examinada”
en cuenta que no sólo será relevante el aporte del
(Wilfred Bion)
material del discurso del paciente sino que también
las intervenciones del analista y los aspectos contra-
Devenir analista, formarse como tal es una se-
transferenciales como aquellos que permiten ubicar
cuencia de tiempos que están caracterizados por
la posición en la que aquel está situado y hacia dón-
diversas lógicas. Son movimientos en los que es po-
de dirige el análisis. Por estas razones sostengo que
sible distinguir descubrimientos y cierres; avances
al elegir una instancia de supervisión es significati-
y estancamientos; creación y ritualismo. Devenir
vo tener alguna aproximación sobre la perspectiva
analista atraviesa por los mismos tiempos que el
teórico-técnica y posición respecto de la formación
propio análisis.
del analista de quien coordina dicha actividad.
El trabajo clínico no es sencillo. No hay pacien-
En un texto de 1969 Madelaine Baranger realiza
tes fáciles. Creerlo es desconocer el modo en el que
la siguiente pregunta: “¿Qué analista queremos for-
opera el psiquismo. La resistencia suele disfrazarse
mar?” y responde: “La actitud básica que requerimos
con bellos ropajes. Pero es cierto que algunas situa-
de un analista es —y esto puede sonar a paradoja—
ciones de la clínica son más complejas que otras,
es la disposición a analizarse. Esta disposición tiene
o más cargadas de angustia. Nuestra tarea está li-
como ingredientes principales: el deseo de saber, la
gada permanentemente al sufrimiento de nuestros
curiosidad, el impulso a traspasar los límites de lo
pacientes. Todo sufrimiento es en tono de pérdida,
conocido y el coraje necesario para hacerlo (…) la
frustración, rechazo, impotencia, duelo, desilu-
capacidad de tolerar la duda, de hacerse preguntas
sión, desesperanza, inquietud, angustia, trauma o
permitiendo que medie un intervalo hasta dar con
dolor… Cada paciente tiene una historia de la cual
las respuestas; respuestas que a su vez no cierran,
hay una parte que no sabe y que está enlazada al
sino que plantean nuevos problemas, esta dialéctica
sufrimiento. Y es allí que hace cuña nuestra inter-
entre respuestas y nuevas preguntas debe ser enten-
vención como psicoanalistas.
dida como búsqueda permanente de la verdad.” Un
80 CUADERNOS TOPICA 5 Supervisión en Psicoanálisis y Psicoterapias 81

Hace algunos años coordino grupos pequeños de supervisor y la que está incluida en el material a
supervisión compartida en los que recibo a colegas supervisar.
en sus etapas iniciales de la formación. Son grupos Algunas cuestiones que diferencian al dispositivo
de no más de cuatro integrantes. El número elegido dual del compartido entre varios es que presenta
no es ingenuo. Un grupo pequeño permite establecer la posibilidad de intimidad y exclusividad lo cual
intimidad, confianza, transferencia y pertenencia conlleva la posibilidad de trabajar aspectos con-
entre los integrantes así como la continuidad en el tratranferenciales de manera más profunda ya que
trabajo con los materiales clínicos. En los grupos el profesional que supervisa evita la sensación de
muy numerosos, según mi experiencia como par- “desnudez”, propia de los aspectos neuróticos, en
ticipante y coordinadora de modo alternativo, se relación a otros colegas . Aunque cuando los gru-
dificultan los aspectos anteriores y en ocasiones se pos son pequeños y se ha establecido un espacio
estimulan ciertas ansiedades persecutorias de ser de confianza en el que lo que prima es la investiga-
observado que obstaculizan la tarea. ción y la transmisión del psicoanálisis en relación a
La idea de grupo, tal como la define Pichón Riviere la convicción de que cada uno de nosotros estamos
se refiere a un conjunto restringido de personas que sujetados por nuestro propio inconsciente, el traba-
están conectadas por constantes espacio-tempora- jo puede realizarse contando con la mano del buen
les, que se propone una tarea y en el que participan tacto del supervisor.
mecanismos de asunción y adjudicación de roles. Siguiendo con la ideas de Pichón en relación a los
Como dice el autor uno de los puntos centrales es la grupos operativos es que situamos que la meta del
posibilidad de los integrantes de realizar intercam- grupo es aprender a pensar y que pensar es un pro-
bios y lograr la pertenencia. Uno de los supuestos ducto social. En este sentido, me animo a decir, que
de este tipo de intercambio es que las interacciones el aprendizaje del psicoanálisis es en relación a otro
entre los integrantes del grupo promueven cambios en un campo en el que no está ajeno lo libidinal.
internos. Tomando estas bases es que la experiencia Psicoanalistas posfreudianos como Balint hacen
grupal de supervisión presenta ciertos ingredientes referencia a las supervisiones grupales como aque-
diferenciales respecto de lo que denominamos su- llas que tienen como objetivo “elucidar un caso de
pervisión individual. Aunque estaríamos en lo cierto la práctica cotidiana actual de uno de sus miem-
si decimos que en realidad, esta última, es un grupo bros. Sin recurrir a cuadernos ni a notas, uno de
de dos. En ambos casos hay múltiples transferen- los médicos expone la historia del tratamiento con
cias en juego. Por un lado la del material clínico un paciente y las dificultades halladas. Sus cole-
presentado para el trabajo, y la dirigida al analista gas tratan de hallar con él “soluciones”, ayudando
a quien se ha hecho la demanda de supervisión. En a entender las razones del bloqueo acaecido en su
el caso del grupo de supervisión las transferencias relación con este paciente que le han impedido ser
son mayores ya que involucran la de los pares entre un médico eficiente. Con el fin de aclarar lo que
sí, las de los colegas con quien ocupa el lugar del está ocurriendo entre este médico y ese paciente,
82 CUADERNOS TOPICA 5 Supervisión en Psicoanálisis y Psicoterapias 83

cada uno da su opinión, aporta sus impresiones, organiza en torno del obstáculo o la urgencia. De ser
hace preguntas… “(Balint, 2003) así adquiere el carácter de necesaria independiente-
mente del tiempo de formación del analista ya que
Contingencia y necesariedad de la supervisión. se encuentra dentro del campo transferencial. Por
“El ejercicio del análisis es un arte que, otra parte lo contingente se cruza con lo necesario
a fin de cuentas, depende del sentido dado que el trípode freudiano, tal como lo conoce-
que el practicante tiene de los efectos mos, no es una indicación exclusiva para los que se
constituyentes de la palabra”
inician en la práctica del psicoanálisis sino que es
(M. Safouan, 2017)
una indicación para los practicantes del psicoanáli-
Marie Langer define a la supervisión del siguien- sis. En consecuencia lo necesario es la permanente
te modo: “La supervisión es un tipo de actividad vuelta sobre nuestra práctica interrogándola, como
esencial en el proceso de aprendizaje basada en en un movimiento contrario al adormecimiento, a la
el estudio conjunto de un material que describa comodidad de los supuestos asentamientos concep-
la interacción entre un/a terapeuta y su paciente tuales. El acallamiento de las preguntas del analista
o entre un grupo y su coordinador/a. Este proceso es la antesala de los estancamientos en los análisis.
está conectado con la construcción de la autono- De la mano de estas apreciaciones no es posible
mía del profesional que está siendo supervisado. dejar de lado la idea de obstáculo de la estructura
No es un control o un juicio, es un espacio de misma, del ombligo del sueño, de la roca viva, del
construcción y aprendizaje, un instrumento para significante mismo, de la insistencia de lo real, de
transmitir procedimientos y posición de lectura, a la compulsión a la repetición, de aquello irrepara-
fin de ir armando un recorrido profesional. Es una ble. La supervisión entonces sea en los inicios de la
apropiación instrumental sobre una tarea concre- práctica o en otro tiempo es la instancia en la que
ta, trabajando sobre su desarrollo”. es posible ubicar estos atolladeros en los que cada
Para pensar acerca de la anterior pregunta parti- analista se encuentra indefectiblemente sin impor-
ré de dos ideas propuestas por Freud. Una de ellas tar su experiencia en el campo de su propio análisis
para referirse a la contingencia cuando describe al y como analista.
objeto de la pulsión y otra que se refiere al concepto Otra cuestión que se presenta como central en la
de necesario en “Sobre la justificación del concep- tarea de supervisión es: ¿Cómo se presenta el caso?
to de inconsciente” (Freud, 1915). Es decir que la Algunos como Hugo Bleichmar (1998) proponen
supervisión bascula entre la necesaridad y la con- una guía para la presentación de material clínico en
tingencia. Lo contingente alude aquello que puede la que se detallan una serie de preguntas que indi-
suceder o no y que en este campo sobre el que es- can qué material es necesario tener en cuenta de la
tamos reflexionando podríamos decir que mientras primera entrevista y de la evolución del tratamiento.
prosiguen las asociaciones y la transferencia no ha Otros sostienen que el material debe ser relatado
sido tomada por la resistencia, la supervisión no se por el analista a la manera de un sueño y ponerlo
a trabajar apoyados en la lógica analítica de la aso-
84 CUADERNOS TOPICA 5 Supervisión en Psicoanálisis y Psicoterapias 85

ciación libre y del sueño como vía regia. De modo Bibliografía:


tal que al no ceñirse al material ya configurado que
podría oficiar como aliado de la resistencia, la libre Balint, M.: El nuevo comienzo de la Escuela de Budapest. Sin-
asociación del analista daría lugar al advenimiento tesis. Madrid, 2003.
de ciertas verdades en relación aquello inconscien- Baranger, M. de, Besouchet, I.; Nieto Grove, M. & Ribeiro,I.
(1969). Sobre la enseñanza del psicoanálisis. Revista Uru-
te en juego que podría presentarse como lapsus,
guaya de Psicoanálisis, 11( 3-4)
olvidos u otros equívocos. Ambas modalidades de Baranger, M & Mom, J. M. (1978). Psicopatologia del proceso
presentación del material difieren respecto de la didactico. Revista de psicoanálisis, 35(1)
lógica en juego. Una, la primera, refuerza la orga- Bleichmar, H.: Avances en psicoaterapia psicoanalítica. Hacia
una técnica de intervenciones específicas. Paidós. Buenos
nización del Yo desde un punto de vista coherente Aires. 1998.
que podría ser útil para algunos en los inicios y para Bleger, J. (1963). Situación y campo. En J. Bleger, Psicología
otros como modalidad habitual. La otra deja libra- de la conducta. Buenos Aires: Paidós.
da a las asociaciones de la elaboración secundaria Freud, S.(1900): Sobre la psicología de los procesos Oníricos.
Cap: VII. La interpretación de los Sueños.Tomo V. Obras
el advenimiento del saber en relación a lo incons- Completas. Amorrortu. Buenos Aires.
ciente. Estas modalidades podrían ubicarse en los ----------------(1910): “Las perspectivas futuras de la terapia
extremos y entre ellas sería posible ubicar moda- psicoanalítica”.Obras Completas. Tomo IX. Amorrortu.
Buenos Aires.
lidades singulares e intermedias. Ahora bien, es de
----------------(1912): Consejos al médico sobre el tratamiento
tener en cuenta que en una supervisión del único psicoanalítico. Obras completas. T.XII. Amorrortu. Buenos
sujeto del inconsciente del que se trata es el del pa- Aires.
ciente y que del analista sólo se trata de su posición. ----------------(1913): Sobre la iniciación del tratamiento (Nuevos
consejos sobre la técnica del psicoanálisis. Tomo XII. Amo-
Es decir del lugar desde el que se orientan sus inter- rrortu. Buenos Aires.
venciones y la meta del análisis. ---------------(1915): Lo inconsciente. Tomo XIV. Obras Comple-
Para ir concluyendo, creo que la supervisión en tas. Amorrortu. Buenos Aires.
los inicios de la práctica como en sus tiempos pos- ---------------(1921): Psicología de las masas y análisis del yo.
Obras completas. Tomo XVIII: Amorrortu. Buenos Aires.
teriores de lo que se trata es de poner a trabajar con ---------------(1937): Análisis terminable e interminable. Obras
otros, ya sea es una espacio dual o múltiple, aquello Completas. Tomo XXIII: Amorrortu. Buenos Aires.
que hace imposible la tarea de analizar pero que al Hornstein, Luis y otros: Cuerpo, Historia e interpretación.
Paidós. Buenos Aires. 1991.
mismo tiempo es su fundamento. Aquello que sólo
Hornstein, L.. (comp): “Proyecto terapéutico. De Piera Aulag-
puede ser bordeado. De modo tal, que la supervi- nier al psicoanálisis actual”. Paidos. Buenos Aires. 2004.
sión es una operación que se sitúa en un espacio de Jones, E., “El fin del aislamiento” en Vida y Obra de Sigmund
frontera. Freud, Tomo II, Editorial Lumen-Hormé, Buenos Aires,
1997
Oróstegui, P. A.: Análisis didáctico y supervisión. Revista Psi-
coanálisis XX nº 2, 2008
Pampliega de Quiroga, Ana: Enfoques y perspectivas en psico-
logía social: desarrollos a partir del pensamiento de Enri-
que Pichon Riviere. Ediciones Cinco. Buenos Aires. 1987
86 CUADERNOS TOPICA 5 Supervisión en Psicoanálisis y Psicoterapias 87

Safouan m.: Conclusión en El psicoanálisis. Ciencia, terapia


y causa. 1ed. Ciudad de Buenos Aires. Ed. El cuenco de
Plata, teoría y ensayo. (2017)
Psicoterapias

Terapia de Esquemas:
Lic. Ileana V. Fischer
Miembro del Consejo Directivo de la AEAPG
¿Qué y para qué supervisamos?
Psicoanálisis Ayer y Hoy. Coordinadora del Programa
de Inicios de la Práctica profesional (AEAPG). Profe- Lydia Tineo
sora de las Carreras de Especialización y Maestría de
AEAPG en convenio con UNdeLM. Profesora del Curso
“Nuestras convicciones más arraigadas,
Superior de Psicoanálisis con Niños y Adolescentes más indubitables, son las más sospe-
(AEAPG). Supervisora clínica. Profesora del Seminario chosas. Ellas constituyen nuestro límite,
Virtual Dificultades para el aprendizaje y Psicoanáli- nuestros confines, nuestra prisión.”
sis. Ex Coord del Centro Asistencial Arnaldo Rascovs-
José Ortega y Gasset (1883-1955)
ky (Equipo de Adolescentes). Ex profesora titular en
la Universidad Kennedy. Ex coordinadora de Táctica
Centro Psicológico. ileanafischer@gmail.com Qué es la Terapia de Esquemas?
Directora de la Revista Psicoanálisis Ayer y Hoy
+54911 4444 0184
El surgimiento de terapias psicológicas diferen-
tes a las históricamente establecidas, muestra en
las últimas décadas un incremento de propuestas.
Con frecuencia sucede que entre quienes no están
particularmente interesados en ellas, la informa-
ción acerca de las características diferenciales entre
estas nuevas psicoterapias suele resultar agrupada
en torno a algún aspecto unificador que borra las
diferencias, afectando la validez de la información
registrada acerca de ellas y la posibilidad de ejercer
efectivamente una saludable evaluación crítica res-
pecto al tema.
Lo cierto es que muchas de las propuestas son
bastante diferentes entre sí, no solo en su planteo
conceptual teórico sino también en la diversidad
operativa y su capacidad para concretar eficazmente
el tratamiento de trastornos persistentes como los
de Personalidad.
88 CUADERNOS TOPICA 5 Supervisión en Psicoanálisis y Psicoterapias 89

La Terapia de Esquemas (Young J. Klosko J. y tipos de Trastornos: de Personalidad, Adaptativos


Weishaar M.) es un tratamiento enraizado en la Te- de la Infancia y Adolescencia, Autismo, Bipolari-
rapia Cognitiva que prestigia en su perspectiva de la dad, Conflictos de Parejas y patologías propias de
disfuncionalidad, los aportes de la Psicología Evolu- Poblaciones Forenses. Los estudios realizados en
tiva y del Desarrollo, la Teoría del Apego, de la Gestal países y continentes diversos, señalaron además de
y los actuales descubrimientos de las Neurociencias su eficacia, una notoria validez transcultural. Como
respecto a la relación integral de los procesos emo- referencia mencionamos algunos publicados: (Bloo;
cionales y las funciones ejecutivas implicados en la Van Dike; Arntz; 2006; Tineo, L.; Sá, N.y otros;
comprensión de la conducta humana, lo que le valió 2006; Bernstein D.; Arntz A.; de Vos M.; 2007; Ti-
la calificación de terapia de avanzada en el contexto neo, L; 2005)
cognitivo. A pesar de las recientes controversiales opinio-
Su modelo conceptual ofrece una integración ex- nes publicadas en un periódico del exterior respecto
plicativa y dinámica de la disfuncionalidad psíquica, a la utilidad y valoración de las investigaciones cien-
en la que están congruentemente integrados los as- tíficas, mi experiencia como usuaria en búsqueda
pectos mencionados, confiriendo a la tarea clínica de información específica o como investigadora de
y a la de supervisión de casos la alternativa de una procesos terapéuticos, aunque encontré alguna que
organización secuencial de procesos terapéuticos y resultara científicamente menos valorable, no resul-
de Supervisión, que facilitan a Terapeuta y Supervi- ta lo habitual. La mayoría brinda información cierta
sor la probabilidad de contar con una guía operativa que contribuye a la progresión del conocimiento, de
que propicia la eficacia para desarrollar su tarea y modo que consignar información basada en resulta-
facilitar el resultado terapéutico destinado a resta- dos de investigación tiene un valor de verificación y
blecer la funcionalidad. confiabilidad diferente a la que puede resultar fun-
Respecto a su eficacia, fue evaluada en investiga- dada meramente en la opinión.
ciones publicadas abocadas a revisar sus premisas
teórico conceptuales como las Necesidades básicas ¿Qué supervisamos?
evolutiva s (Wei M; Shaffer Ph; et alls, 2005); su re-
Dado que este modelo toma en cuenta la integridad
lación en la configuración de las disfunciones, los
funcional de los procesos madurativos y evolutivos
materiales de evaluación como el Cuestionario de
humanos que validan los desarrollos actuales de la
Esquemas (Lee Ch.; Taylor G; Dunn J.; 1999; Ba-
psicopatología (Ingram R; Price J; 2010), parte de la
ranoff J.; Tian P. et alls; 2006; Risso E; Lawrence P.
premisa que el crecimiento, evolución y maduración
et all 2006; Douglas B.; Samuel A .et all 2006; o el
neurobiológica del niño, se despliegan en compleja
Cuestionario de Modos (Lobbestael J.; Van Vreeswi-
sincronía y mutua interacción con las condiciones
jk M.; Arntz A. 2008; Arntz, A.; Löbbes, A. & Cima,
proporcionadas por su medio ambiente primario,
M. 2009; Lobbestael, J; Arntz A; et al 2009.)
fuente proveedora natural de sus necesidades bási-
Los procesos terapéuticos y sus resultados tam-
cas en cada etapa evolutiva hacia la adultez. Premisa
bién han sido motivo de investigaciones, en diversos

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy