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Introducción:

El presente ensayo busca caracterizar la situación del nivel secundario en


ámbitos rurales de nuestra provincia, considerando para ello una pequeña estrofa
de la canción “chámame de los esteros” compuesta por Mario Bofil.
De qué manera lo profesionales de la educación secundaria recurrirán a
dispositivos que contribuyen a despertar el interés de los adolescentes de zonas
rurales extremas para que puedan ser parte del sistema educativo.
La realidad social y cultural de la escuela rural en la sociedad actual es un
desafío a tener en cuenta a la hora de pensar en los adolescentes y su inserción
en la educación secundaria por el simple hecho de que se encuentran en zonas
alejadas de las ciudades y cuentan con un número reducido de jóvenes.

Palabras claves: realidad social, inserción, zonas alejadas, adolescentes.

En la actualidad el aprendizaje de casi 900 chicos formoseños depende


habitualmente de las escuelas rurales, muchas veces alejadas de sus hogares,
obligados a sostener sistemas de asistencia alternada, en grados agrupados
(multisala, plurigrado y pluriaño), con cuadernos que viajan a veces sin alumnos
para que los maestros encuentren formas de sostener el seguimiento
personalizado, superando con otros recursos las dificultades que plantean el
traslado y la falta de dispositivos tecnológicos y de conectividad.
Sin evidencia firme que certifique que las nuevas tecnologías garanticen
el éxito de los aprendizajes, está claro que el ámbito rural potencia el contacto
con la naturaleza y las actividades productivas como fecundas e instructivas
herramientas. La familia y la comunidad juegan un rol destacado, lo mismo que el
seguimiento del clima y las estaciones, los cultivos y la cría de animales. Son las
habilidades cognitivas, sociales y emocionales las que construyen los
aprendizajes de nuestros jóvenes de la provincia.
Se espera por medio de este ensayo, apoyar con información las miradas
sobre las especificidades y los desafíos que presenta la enseñanza y el
aprendizaje en contextos rurales, visibilizar el esfuerzo cotidiano de los docentes,
estudiantes y de la comunidad, y ofrecer insumos estratégicos para comprender
mejor cómo promover una educación inclusiva con aprendizajes de calidad para
todos los adolescentes que habitan en estas zonas.
En las últimas décadas el nivel de educación secundaria en nuestro país
atravesó por una serie de reformas que se encuadran en un proceso de cambios
que afectó a la mayoría de los sistemas educativos. En el año 1991, se sancionó
la Ley de Transferencia de las escuelas a las provincias (Nº 24.048/91). Dos
años después es sancionada la Ley Federal de Educación 24.195/93, de la cual
se amplía la obligatoriedad a los dos primeros años de la secundaria y se
modifica la estructura organizativa del sistema escolar (Art. 10).
Bajo este esquema se confeccionó, con carácter obligatorio, el tercer ciclo
de la Escuela General Básica (en adelante EGB) afectando a los primeros años
de lo que hasta ese momento representaba el nivel secundario. Por otro lado, se
planteó la Educación Polimodal que articuló los últimos tres años del antiguo nivel
secundario.
En el ámbito rural las transformaciones plantean una serie de desafíos para su
implementación.
Específicamente la extensión de la obligatoriedad lleva a tomar decisiones
estratégicas para retener a los niños y jóvenes durante un tiempo más
prolongado, así como también elaborar una propuesta educativa de calidad.
La organización de la EGB 3 rural consistió en ubicar dicha oferta en la
misma escuela donde los estudiantes habían cursado sus estudios anteriores con
el propósito de permitir la continuación de las trayectorias
educativas .Considerando las características que presentan las escuelas rurales,
específicamente su aislamiento geográfico y su baja matrícula, gran parte de las
EGB3 se organizaron en torno a las denominadas Unidades de Gestión Local.
Éstas reunían a un conjunto de escuelas geográficamente cercanas entre sí
articuladas a través de una sede que cumplía la función de referencia física y
organizativa. Este modelo abarcó a la mayoría de las provincias de nuestro país
logrando, de esta manera, un gran alcance a nivel nacional. Esta serie de
cambios mencionados en el nivel secundario ha tenido una implementación
gradual en las jurisdicciones.
La Ley Nacional de Educación Nº 26.206 (en adelante LEN), sancionada
en 2006, introduce más cambios que impactan sobre el nivel. Uno de los
aspectos de mayor relevancia es la extensión de la obligatoriedad hasta la
terminación del nivel secundario. Esto permite dar un paso significativo en
término de derechos en función de la ampliación del acceso, permanencia y
terminación de la educación secundaria.
En su artículo 29, La LEN postula a la educación secundaria como una
unidad pedagógica y organizativa, dividiendo a la misma en dos ciclos, Básico
(CB) y Orientado (CO). El primero comprende los primeros dos o tres años según
la estructura académica elegida por la jurisdicción y es común a todas las
orientaciones, el segundo se da en forma diferenciada según áreas de
conocimiento abarcando los tres o cuatro últimos años del nivel (Art. 31).
Un modelo propone una extensión de 6 años tanto para el nivel primario
como para el secundario, mientras que el otro plantea un nivel primario de 7 años
de duración y un secundario de 5 años.
Por otra parte, la LEN establece a la Educación Rural como una
modalidad del sistema educativo postulando que la misma está destinada a
“garantizar el cumplimiento de la escolaridad obligatoria a través de formas
adecuadas a las necesidades y particularidades de la población que habita en
zonas rurales” (LEN, Art. 49). Este aspecto es sumamente relevante para la
educación rural, ya que le otorga un nuevo impulso a la expansión/extensión del
nivel secundario a través de modelos organizacionales y pedagógicos que tengan
en cuenta las características que asume la escolarización de los jóvenes en dicho
ámbito. A la vez, reafirma el propósito de que el mismo alcance niveles de
calidad equivalentes a los de la educación urbana.

La Educación Rural de Hoy

Tomando como referencia a la escuela N° 161 del paraje de Campo


Alegre, a unos 40km de la localidad de Pozo del tigre. Allí asisten jóvenes que
viven, generalmente, en el campo o en pequeños poblados de la Provincia. Sus
vidas transcurren en grandes espacios naturales, con la posibilidad de jugar al
aire libre, sin una exacerbada mirada del adulto, en compañía de pocos, pero
transitando maravillosas experiencias que le posibilitan explorar lo natural; por
eso exploran sin condicionamientos, por eso inventan y crean con lo que tienen,
incluso cuando la mirada del adulto, que no se ha criado en este ámbito,
considere que están trabajando. Cuando dan de comer a las gallinas, participan
del arreo de las vacas o van en el tractor junto a su padre, incluso en esa
situación, estos niños y niñas están jugando, eligen con placer desarrollar estas
actividades que les dan la oportunidad de pertenecer a una comunidad. Por
supuesto que las vivencias de estos alumnos no son para todos iguales y
también su vida está signado por las inequidades y las imposibilidades.
Muchos desempeñan tareas rurales, el trabajo en el campo es muy
sacrificado, muchas horas, siempre hay cosas para hacer y las tareas son
variadas. Es difícil para ellos y sus familias tener acceso a la educación, a la
salud, a lo recreativo más allá de lo que el contexto les permite, por cuestiones
económicas, de distancias y de accesos. Ir al pueblo, o al médico es muchas
veces “un lujo” que muy pocos pueden darse. No todos poseen luz eléctrica;
algunos pueden ver TV o escuchar radio sólo en el horario que el generador está
prendido.
Es complejo tener acceso a los medios de comunicación, a señal de
celular, incluso algunos no poseen agua potable y las casas son precarias con
sanitarios deficitarios. Esta realidad es muy variable también. En la mayoría de
los casos y como parte de la idiosincrasia del ámbito hay tiempos y actividades
que se reservan para la familia y los amigos: la pesca, la caza, el asadito, las
cartas y los bailes, jineteadas o domas como actividades y salidas especiales
para la familia. En este contexto, es también complejo, es aceptar que no se
tendrá una escolaridad continua en tanto las lluvias, los fríos y los vientos, el sol
rajante, el desborde de los arroyos, el estado de los caminos, la vacunación del
ganado y otras situaciones o cuestiones influirán en la asistencia.
Otra variable a tener en cuenta es cómo se llegará al mismo. En el mejor de los
casos, un micro contratado por el Consejo Escolar pasará por un camino
cercano; sino, habrá que hacerlo a pie, a caballo, en bicicleta, en motito, en el
auto de un vecino, y, por que no, en el de la maestra, algún día también irán en el
tractor. Lo importante es llegar, a pesar de los muchos kilómetros que deban
transitar. Las familias de los alumnos realizan enormes sacrificios para que sus
hijos tengan la posibilidad de transitar la experiencia de ser un alumno de una
institución educativa, experiencia que casi ninguno de ellos tuvo y por eso resulta
más atrayente y prometedora. Ven en la escuela secundaria una oportunidad
distinta para sus hijos.
Para Rebeca Anijovich (2009) “En el campo de la formación docente podríamos
hablar, entonces, de un hacer que implica un decir de un individuo a otro, a así
mismo. Y en este decir/ hacer, quien dice se compromete a explorar sus
experiencias para obtener nuevas comprensiones y apreciaciones.”, “Podemos
decir que un dispositivo de formación docente es un modo particular de organizar
la experiencia formativa con el propósito de generar situaciones experimentales
para que los sujetos que participan en él se modifiquen a través de la interacción
consigo mismos y/o con otros,”

Porque allí es el lugar de encuentro, de reunión, de escucha, de ayuda, de


orientación y confianza mutua. Los escuelas secundarias en el ámbito rural son el
Estado presente en la Comunidad, los jóvenes tienen su contacto con un agente
público que es el docente, esto le otorga un lugar de importancia pero también de
suma responsabilidad a quien ejerza esa función, pues tiene que reconocer en su
ámbito de desempeño lo singular, lo real, cotidiano y relevante, pero ofrecer,
también, muchas y variadas oportunidades de conocer otras realidades, incluso
cuando no sea posible moverse de ese espacio, ayudando a abrir las miradas
hacia lo desconocido, ampliando los repertorios culturales, enseñando. Se
plantea este análisis para repensar la tarea y aportar una herramienta más para
los educadores que se desempeñan en ámbitos rurales de la Provincia.

Las zonas rurales poseen una problemática común que es necesario


pensar para reinventar el saber. La discontinuidad de la asistencia es una
constante que, se da fundamentalmente por la incidencia del clima en estos
ámbitos y por otros factores relacionados a la transitabilidad de los accesos ya
sean caminos o arroyos, la salud de los alumnos y las condiciones laborales de
las familias. En las zonas rurales las lluvias, los vientos, el frío intenso y también
el calor son condicionantes de la asistencia, en tanto hay que considerar que los
jóvenes recorren muchos kilómetros caminando, en bici, a caballo, muchas
veces para llegar al ámbito educativo. Aunque hay transportes que no pueden
transitar los largos trayectos por caminos de tierra muy deteriorados y, en otros
casos, simplemente, no se cuenta con estos vehículos.
En estos sectores rurales la continuidad de la asistencia está, como dijimos,
también supeditada a las posibilidades laborales de las familias, los docentes
saben que los alumnos asistirán mientras el papá, o el sostén del hogar,
conserve su trabajo en este ámbito. También es cierto que ante ciertas
actividades rurales: cuando algún animal está pariendo o cuando es época de
vacunación del ganado, la asistencia a la institución pasa a un lógico y entendible
segundo plano. Todas estas realidades nos deben hacer pensar cómo posibilitar
la continuidad a pesar de las discontinuidades, cómo ofrecer a los alumnos una
oportunidad extrema cada para el reingreso de aquellos alumnos que
inasistieron, por ejemplo una agenda de trabajo diario, en tanto registro, puede
ser importante para contarle a quien faltó qué se hizo cuando no estaba, no
obstante, sabemos que esto no alcanza para la apropiación de contenidos, será
el o la docente quien podrá utilizar estrategias particulares de atención
personalizada, posibilitada por la cantidad de alumnos.
Algunos docentes de zonas rurales, han sabido también implementar
estrategias que inviten a volver cada día, como por ejemplo planifican los
proyectos haciendo intervenir a sus alumnos, imprimiendo en ellos y en sus
familias el compromiso con la tarea. Definitivamente esta estrategia resulta
mucho más efectiva que una reunión donde se explicite la importancia de la
asistencia continua; generar el interés y la necesidad es fundamental. En este
sentido es necesario repensar la postura del docente respecto de las decisiones
familiares, que encuentran muchas dificultades para que sus hijos puedan llegar
hasta la escuela, es importante que la familia no se sienta juzgada, al contrario,
pueda ser receptora de la admiración que produce a que realicen casi
diariamente un esfuerzo tan grande para que sus hijos transiten la experiencia y
la oportunidad de ser alumnos, eso debe redoblar el compromiso con la tarea
diaria, ofreciéndoles oportunidades diversas todos los días.
Todos estos procesos de educación se trabajan con Ricardo Nassif “ la
educación es la formación del hombre por medio de una influencia exterior
conciente o inconciente (heteroeducacion), o por estimulo, que si bien proviene
de algo que no es el individuo mismo, suscita en él una voluntad de desarrollo
autónomo conforme a su propia ley (autoeducación)”
Podemos notar que estos alumnos tendrán una asistencia discontinua,
sabemos lo necesario que resulta entonces ofrecer el máximo cada día, cada
hora, llenar horas escolares con propuestas enriquecedoras que amplíen sus
repertorios culturales pero que al mismo tiempo no invaliden sus vivencias
cotidianas y su cultura. Es necesario pensar estrategias que posibiliten la
continuidad de experiencias de aprendizajes, más allá de la discontinuidad en la
asistencia escolar.
En el ámbito rural como en cualquier otro contexto donde deba producirse
enseñanza estamos acostumbrados a buscar estrategias que respeten lo propio
y la identidad, mirando diferente y profundo sobre aquello que resulta cotidiano,
pero también acercando a los alumnos a repertorios culturales que resulten
extraños o lejanos.
Que un adolescente acceda a la escuela puede permitirle encontrarse con
un adulto educador que lo ayude a ver lo diario, su paisaje y vivencias habituales
con otros ojos, una mirada más profunda que permita indagar sobre aquello que
por obvio ha sido naturalizado o invisibilizado; cuestionarse sobre el cambio del
paisaje a través de las diferentes estaciones del año, los cambios de colores y
aromas, indagar respecto de los roles en el campo, reconocer los aspectos
relevantes de la historia del pequeño pueblo en el que vive, profundizar acerca de
las costumbres y actividades que se desarrollan en la zona, indagar respecto del
camino que hará el cereal, son algunas de las posibilidades ligadas a la
cotidianeidad y a la necesidad de conocer más respecto de aquello que resulta
cercano y familiar.
Pero por otra parte el encuentro con este adulto, en un ámbito educativo,
debe posibilitarle también acceder a bienes culturales a los que no accedería por
fuera de él. Es la institución quien debe posibilitarle indagar y apropiarse de
aquello, dado que no sabemos si será el último día que asistirá a la escuela, y tal
vez, a donde vaya pueda no existir la oferta. Debemos pensar cómo organizar la
planificación sabiendo de antemano que la continuidad es prácticamente una
utopía, cómo la institución educativa podrá “meterse” en las casas de los
jóvenes, estar ahí el día que por diversas razones ellos no pudieran llegar….
Seguramente no habrá una única posibilidad, una única manera.
En Cara y Ceca se puede evidenciar la cultura institucional “ es aquella
cualidad relativamente estable que resulta de las políticas que afectan a esa
institución y de las prácticas de los miembros de un establecimiento. En el modo
que ambas son percibidas por estos últimos, dando un marco de referencia para
la comprensión de las situaciones cotidianas, orientando e influenciando las
decisiones y actividades de todos aquellos que actúan en ella”
Es importante poder pensar cuando una situación es un problema y
cuando es una realidad. Si los educadores que se desempeñan en ámbitos
rurales entienden la discontinuidad como una realidad que atraviesa la tarea,
podrán despojarse del “problema” y considerarlo como punto de partida para la
toma de decisiones. Será entonces función del docente que se desempeña en
ámbitos rurales pensar cómo posibilitar que este alumno y esta familia,
imposibilitados de asistir a la Institución, continúen sintiendo que pertenecen a
ella, que hay una institución educativa que los espera. Son muchas las
estrategias que utilizan los docentes para no perder el vínculo con las familias. La
comunicación por radio o celular es muy común y extiende los lazos a pesar de
las distancias; es importante rescatar esta predisposición de los docentes. De la
misma forma es importante pensar al cuaderno de comunicaciones como un
posibilitador de esta relación, en un ida y vuelta constante, donde, a diferencia
del uso habitual que se da en el ámbito urbano, éste va y viene de las casas
todos los días en tanto las familias lo utilizan para contar a las docentes
situaciones especiales de sus hijos o preguntar alguna cuestión particular.
Estas estrategias estrechan vínculos y generan confianza, variables que
las familias considerarán al momento de decidir si es conveniente que su hijo
vaya o no a la escuela. Son muchas también las estrategias que los docentes
implementan para que los jóvenes que no pueden asistir a la institución
continúen teniendo, por fuera del ámbito escolar, experiencias que los acerquen
a conocimientos nuevos. Las carpetas, bibliotecas, juegotecas viajeros como
estrategias cumplen varias funciones: tener la escuela secundaria en casa el
tiempo en que no pueden asistir, implica poder usarlos y recrearlos e implica
también la obligación de volver. Tener, un libro o un juego de la escuela en la
casa genera que, aunque las condiciones climáticas no le permitan llegar a él, no
se pierda el sentido de pertenencia.
Las experiencias actuales dan cuenta de las diferentes temáticas
abordadas en las Carpetas Viajeras: historia familiar, temas de investigación, etc.
También se han implementado carpetas viajeras o libros que se elaboran que
dan cuenta de los diferentes recortes abordados y las actividades desarrolladas
en clase y transitan por las casas para que las familias puedan ver cómo trabajan
en el aula. Es cierto que al implementar estas estrategias el docente debe tener
en cuenta que no todas las familias están alfabetizadas y pueden tal vez, alguno
de sus miembros tener ciertas limitaciones para acceder a su contenido o
propuesta de trabajo. Esto deberá suplirse, entonces, con otro tipo de propuesta
como por ejemplo que el adolescente narre en casa lo sucedido en clase y entre
todos puedan debatir.
Es cada docente, conocedor de sus alumnos y las familias de éstos quien
evaluará las posibilidades de cada una y actuará en consecuencia. Algunos
docentes han implementado como estrategia una carpeta con actividades
semanales, fundamentalmente expresivas, para que los alumnos puedan realizar
con sus familias, previendo que puedan no asistir por diferentes causas, pero
sabiendo que tendrán actividades para hacer y que mostrarán y contarán a su
regreso. Otras, conociendo las posibilidades de las familias, ofrecen videos,
documentales o libros que pueden ser vistos en familia. Cuando la causa que
imposibilita la asistencia es una enfermedad, se realizan cartas con los
compañeros que son llevadas a las casas por algún hermano o algún otro niño
que viva en la misma estancia o pueblo, es sabido que en estos ámbitos muchas
veces es el propio docente el que visita a su alumno o alumna convaleciente.
Será el docente quien encuentre cotidianamente, estrategias posibles para
viabilizarlo.
Es sabido que la salida educativa es una estrategia muy rica para
posibilitar estos acercamientos pero también es cierto que, muchas veces, por
razones económicas, de distancia, de disponibilidad, no resultan tan viables. Esto
pone al docente en la necesidad de establecer otro tipo de estrategias posibles y
posibilitadoras, recurriendo entonces a relatos propios y de terceros, libros y otros
tipos de soportes escritos y/o ilustrados, material de investigación, fotos, videos
de películas o documentales, objetos, información de internet o de programas
informáticos, cuando se dispone del soporte necesario, y tantos otros. Estos y
otros recursos son muchas veces la puerta de acceso a nuevos conocimientos
que se ampliarán en el transcurso de actividades de indagación, exploración,
expresión y juego, favoreciendo el acercamiento a lo desconocido, posibilitando
el descubrimiento de otras realidades.
Para esto es necesario que el docente ofrezca recursos y herramientas
válidas, generadoras del conocimiento real, evitando la infantilización al momento
de enseñar, por ejemplo al buscar información sobre animales salvajes tal vez
sea más eficaz aportar fotos y no caricaturas. No existen contextos pobres para
la enseñanza, hay posibilidades que están a la vista y otras que se ocultan y sólo
aparecen ante la mirada profunda y la acción intencionada del docente, muchas y
variadas experiencias en instituciones rurales de la Provincia de Formosa dan
sobrada muestra de ello.
A modo de cierre: La escuela secundaria en el ámbito rural, tiene, sin
lugar a dudas un lugar de privilegio que le es otorgado por sus beneficiarios, un
lugar de responsabilidad que le es otorgado por el estado, un lugar de
oportunidad que le es impuesto por la necesidad de entender que el otro, el y la
adolescente, ahora alumno y alumna, puede encontrar en este ámbito la
posibilidad de conocer aquello que no le sea dado por el entorno, que no se
contraponen sino que se complementan, se interrelacionan. No hay verdadero
cuidado sin enseñanza y no estará posibilitada la enseñanza sin el cuidado.
Como los docentes pueden ofrecer el acercamiento a nuevos y variados
repertorios culturales, para que los jóvenes que transiten la institución educativa,
puedan tener la posibilidad de escuchar lo que no escuchan, ver lo que no ven,
oler lo que no huelen, sentir lo que no sienten, experimentar lo distinto, explorar
lo diferente, valorar lo que tienen, identificarse con lo que son, creer en ellos,
confiar en sus posibilidades y pensarse con futuro.
 UNICEF (2020). Educación Secundaria en el Ámbito Rural en Argentina.
Escuelas,
Matrículas, Trayectorias escolares y Aprendizajes. Serie Generación Única.
Buenos Aires.
 Ministerio de Educación de la Nación. Ejemplos para pensar la enseñanza en
plurigrado. - 1a ed. - Buenos Aires: Ministerio de Educación,Ciencia y Tecnología
de la Nación, 2007.
 Modelo Formoseño, Fundamentos Filosóficos y Doctrinarios.
 Cuadernillo Para Profesores. El Desarrollo de la Capacidad de Comprensión
Lectora en la Escuela Secundaria – 2016
 Transitar la Formación Pedagogica. Dispositivos y Estrategias. Rebeca Anijovich.
1° ed. Buenos Aires: Paidós 2009.
 Las Instituciones Educativas Cara y Ceca. Elementos para su comprensión.
Graciela Frigerio- Margarita Poggi. 1992.
 Pedagogía general. Ricardo Nassif. Editorial Kapelusz. Buenos Aires. Moreno
372.

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