Sánchez Romero, Tamara

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Fauna de Culícidos

(Díptera) presente en los


distintos enclaves hídricos
de Sevilla (España)

Tamara Sánchez Romero

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Universidad de Sevilla
Facultad de Farmacia
Departamento de Microbiología y Parasitología
Grado en Farmacia

Trabajo de Fin de Grado Experimental

Fauna de Culícidos (Díptera) presente en


los distintos enclaves hídricos de Sevilla
(España)

Tamara Sánchez Romero


Tutor: José Manuel Úbeda Ontiveros y Concepción Ariza Astolfi
Sevilla/ Septiembre 2018
RESUMEN

En el presente manuscrito se recogen las diferentes especies estudiadas de mosquitos


culícidos (Diptera: Culicidae) en la ciudad de Sevilla.

Para ello, en primer lugar se procede a una recogida de información bibliográfica sobre
el encuadramiento taxonómico de los culícidos, acerca de su importancia a nivel
sanitario ya que son responsables de la transmisión de un gran número de
enfermedades tanto en personas como en animales así como también información
sobre sus características morfológicas en todas las fases de su ciclo biológico ya que de
esta manera se podrá proceder a una correcta identificación de las diferentes especies.
Dicho estudio se ha basado en el análisis morfológico y taxonómico de la cuarta fase
larvaria del mosquito, que ésta es la fase más desarrollada y con los caracteres
perfectamente definidos para poder ser distinguidos entre ellas.

Para llevar a cabo este análisis, se ha procedido a la recogida de muestras larvarias en


diferentes puntos de la ciudad, así como en distintas épocas del año para que sea lo
más representativa posible.

En cuanto a la identificación de las muestras recogidas, se a seguido un protocolo de


manipulación y elegido las partes más características de la larva (cabeza, tórax y sifón)
para obtener unos resultados fiables.

Con la ayuda de las claves taxonómicas de Culicidae, se identifica la presencia de la


especie Culiseta longiareolata (Macquart, 1938) localizada en la ciudad de Sevilla y ya
citada con anterioridad en toda la provincia. Además, se han localizado dos especies
más: Culex pipiens Linnaeus, 1758 y Culex laticinctus Edward, 1913, ninguna de las
cuales habían sido encontrados en la provincia de Sevilla hasta el momento.

Palabras clave: Culicidae, Sevilla, Culex pipiens, Culiseta longiareolata, Culex laticinctus
ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………………………….1
1.1 Encuadramiento taxonómico e importancia sanitaria de los Culicidae…......1
1.2 Características morfológicas del orden Diptera y la familia Culicidae …….4
1.2.1 Familia Culicidae…………………………………………………………………….........5
1.2.1.1 Adulto…………………………………………………………………………………..…..5
1.2.1.2 Larva…………………………………………………………………………………….…..8
1.2.1.3 Pupa………………………………………………………………….……………….……15
1.3 Principales estudios sobre Culicidae en España..………………………………….…..16
2. OBJETIVOS………………………………………………………………………….……………………..…..20
3. MATERIALES Y MÉTODOS…………………………………………………...………………….….…21
3.1 Metodología en campo y laboratorio…………………………….………………..……….22
4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN………………………………………………….………………….…….23
4.1 Culiseta longiareolata (Macquart, 1938)………………………….………………..….…23
4.2 Culex pipiens Linnaeus, 1758…………………………………………….……………….….…27
4.3 Culex laticinctus Edward, 1913………………………………………….……………….…….30
5. CONCLUSIONES……………………………………………………………………….…………………….33
6. BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………………………………..…34
1. INTRODUCCIÓN
1.1 Encuadramiento taxonómico e importancia sanitaria de los Culicidae

Las especies de la familia Culicidae, conocidas vulgarmente como mosquitos, se


encuentran dentro del Orden Díptera y representan aproximadamente unas 3500
especies (Knight y Stone, 1977).

Tradicionalmente los dípteros se subdividen en dos subórdenes en función de sus


características morfológicas: Nematócera (mosquitos, flebotomos, tipúlidos, entre
otros) con antenas constituidas por un flagelo delgado y multisegmentado y el
suborden Brachycera (“moscas superiores” incluyeno sírfidos, moscardones,
tábanos…) cuyas especies son más robustas, con antenas más cortas, fuertes y menos
segmentos.

Los culícidos se encuentran dentro del suborden Nematócera, junto con otras familias
(Phlebotomidae, Simuliidae, Ceratopogonidae) de importancia en sanidad humana y
animal.

Los culicidos son los verdaderos mosquitos, aunque comúnmente también se les
llaman mosquitos a otros nematóceros (Berenguer, 2007).

El conocimiento de las distintas especies de culícidos que tienen relación tanto con el
hombre como con los animales es fundamental, debido a la gran repercusión que
suponen a nivel sanitario puesto que participan en la transmisión de hasta el 17 % de
las enfermedades infecciosas, lo que supone más de 1 millón de muertes al año
(Muttis, 2017).

Los mosquitos son pues, los vectores de enfermedades más conocidos, pueden
transmitir una gran cantidad de virus, bacterias y parásitos como se refleja en la
Tabla 1. Así, son vectores de parásitos humanos como por ejemplo el responsable de
la filariosis linfática, los llamados nematodos de los géneros Wuchereria y Brugia, o en
el caso de infecciones en animales el nematodo conocido como la filaria del corazón en
perros, Dirofilaria immitis (Beaty y Marquardt, 1996).

1
Cabe destacar la importancia de un protozoo, el denominado Plasmodium, transmitido
por las hembras de mosquitos del género Anopheles, causante de la malaria, que
genera graves problemas sanitarios a nivel mundial. Según estima la OMS, al menos la
mitad de la población mundial se encuentra en zona de riesgo de ser infectado por
alguna especie de Plasmodium.

También son merecedoras de mención otras enfermedades transmitidas por


artrópodos causadas por arbovirus, que son enfermedades (WHO, 1985) emergentes
muy difíciles de controlar a nivel mundial (Boletín Integrado de Vigilancia, 2015).

Tabla 1. Principales reservorios y agentes patógenos que participan en los ciclos de


transmisión de enfermedades transmitidas por mosquitos (Medlock et al., 2005).

Enfermedad Vector Agente patógeno Reservorio


Dengue Ae. aegypti, Ae. Vir. Dengue serotipos Humanos,
albopictus 1-4 (Flavivirus) mosquitos, monos
Dirofilariasis Aedes spp., Anopheles D. immitis y D. repens Cánidos, félidos,
spp., Culex spp., Culiseta équidos, humanos*
spp., Ochlerotatus spp.
Encefalítis de Aedes spp., Anopheles Vir. Tahyna e Inkoo Roedores, caballos,
California spp., Coquillettidia spp., (Bunyavirus) mosquitos,
Culex spp., Culiseta spp., humanos
Ochlerotatus spp.
Fiebre amarilla Ae. aegypti, Ae. Vir. Fiebre amarilla Humanos,
albopictus, Ae. vittatus (Flavivirus) mosquitos, monos

Fiebre de Ae. aegypti, Ae. Vir. Chikingunya Humanos,


Chikungunya albopictus (Alfavirus) mosquitos, monos
Fiebre de Karelia o Aedes spp., Culex spp., Vir. Sindbis (Alfavirus) Aves, humanos,
Enfermedad de Culiseta spp., mosquitos
Ockelbo/Pogosta Ochlerotatus spp.

Fiebre del Nilo Aedes spp., Anopheles Vir. del Nilo Occidental Aves, humanos,
Occidental spp., Coquillettidia spp., (Flavivirus) équidos, roedores
Culex spp., Culiseta spp.,

2
Ochlerotatus spp.
Malaria o Aedes spp., Culex spp., Plasmodium spp. Aves
paludismo aviar Culiseta spp.,
Ochlerotatus spp.
Malaria o Anopheles spp. Plasmodium spp. Humanos
paludismo
humano
Myxomatosis Aedes spp., Anopheles Vir. Myxoma Lagomorfos,
spp., Culex spp., Culiseta (Leporipoxvirus) humanos
spp., Ochlerotatus spp.
Tularemia Aedes spp., Anopheles Francisella tularensis Roedores,
spp., Culex spp., lagomorfos,
Ochlerotatus spp. humanos*

Virosis Batai Aedes spp., Anopheles Vir. Batai y Calovo Bóvidos,


spp., Coquillettidia spp., (Orthobunyavirus) mosquitos,
Ochlerotatus spp. humanos

Virosis Usutu Culex spp. Vir. Usutu (Flavivirus) Aves, humanos,


mosquitos

*Hospedador accidental

Todas las enfermedades que transmiten los mosquitos, además, están condicionadas
por situaciones medioambientales y sociales. Actualmente nos encontramos frente a
un evidente cambio climático en un mundo globalizado que, sin duda, tendrá
consecuencias aún desconocidas en la ecología sanitaria del planeta. En estas
circunstancias, resulta imprescindible mejorar en el conocimiento de las especies que,
de una u otra manera, forman parte de las cadenas epidemiológicas de las diferentes
parasitosis que pueden afectar al hombre, especies vegetales y animales, pudiendo
tener repercusión en la aparición de nuevas enfermedades no autóctonas de las
diferentes zonas, o bien, como consecuencia del cambio climático, generando
modificaciones en el entorno que directamente favorecen la transmisión de dichas
enfermedades (Muttis, 2017).

3
Para conocer las diferentes especies de culícidos presentes en nuestro entorno, es
necesario hacer un estudio en base a su morfología, que permita su identificación y
encuadramiento taxonómico.

1.2 Características morfológicas del orden Diptera y la familia Culicidae

Un insecto adulto del Orden Díptera consta de cabeza, tórax y abdomen. Cada una de
estas partes presenta características que varían en función de la especie. No obstante,
a pesar de los cambios en su morfología, tamaño, etc., son de fácil distinción con
respecto a otros insectos.

Las estructuras que permiten separarlos de otros grupos de insectos son el aparato
bucal y la existencia de un único par de alas funcionales. En cuanto al aparato bucal,
forma una especie de trompa chupadora o perforadora-chupadora, dependiendo de la
especie, pero siempre manteniendo dos piezas o estiletes, el labro y la hipofaringe,
vitales para tomar alimentos o secretar saliva. Las alas funcionales son las localizadas a
nivel mesotorácico, por lo que, como consecuencia, el mesotórax se encontrará muy
desarrollado. El segundo par de alas se encuentra muy modificado y constituyen los
balancines o halterios.

En el suborden Nematócera los adultos presentan un cuerpo delgado con unas patas
largas y unas alas más estrechas que largas. Las antenas presentan más de 6 artejos. La
trompa contiene hasta 6 piezas y los palpos maxilares de 3-5 artejos (Berenguer,
2007).

Las larvas de los nematóceros son macrocéfalas, presentan piezas bucales


masticadoras que se mueven de forma horizontal.

Pupas obtectas en las que la eclosión de los imagos tiene lugar por ortorrafia.

4
1.2.1 Familia Culicidae
1.2.1.1 Adulto

Cabeza: Presenta dos grandes ojos compuestos por una gran cantidad de omatidios
(350-500). Un clípeo localizado encima de la inserción de la probóscide. Una frente,
donde se insertan las antenas, que están formadas por 15 artejos en los machos y 16
en las hembras; el artejo basal (escapo) tiene aspecto de cilindro aplastado, el segundo
artejo (pedicelo) es casi esférico; los restantes artejos que componen la antena
constituyen lo que se conoce como flagelo, y son muy similares entre sí. Entre los
artejos que componen el flagelo aparecen verticilos de sedas, muy numerosas y largas
en los machos (antenas plumosas) y mucho más cortas y escasas en las hembras
(antenas pilosas). Detrás de la frente está el vertex y la zona comprendida entre el
este y el cuello se denomina occipucio.

Las estructuras relacionadas con la nutrición se encuentran en la probóscide, que


surge del extremo anterior de la cabeza. En muchas especies es casi recta y cilíndrica,
aunque en algunos géneros puede estar curvada en su tercio distal. En la hembra
hematófaga está compuesta por seis piezas con aspecto de finos estiletes: el labro-
epifaringe, dos mandíbulas, dos maxilas y la hipofaringe que contiene el canal salival.
Todas estas piezas, cuando no están en uso, se encuentran recogidas y protegidas en
un largo labio, con forma de canalón, que termina en dos labelas. Las mandíbulas y
maxilas tienen forma de estiletes punzantes. El extremo distal de las maxilas es
fuertemente aserrado y constituye el elemento principal para la perforación de la piel
de los hospedadores. El resto de las piezas bucales buscará un capilar sanguíneo en el
que introducirse. A través de la hipofaringe se introduce la saliva, que contiene un
anticoagulante. La sangre es succionada a través de un canal constituido
principalmente por el labro-epifaringe. (Figura 1).

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Figura 1.Esquema general de una hembra de mosquito Culícido (Marshall, 1938)

En los machos las mandíbulas y maxilas están muy reducidas o faltan por completo,
por lo que el néctar y jugos azucarados de los que se nutren, son ingeridos
directamente a través del canal labro-epifaringe. Los palpos maxilares están insertados
bajo el clípeo, en posición dorso-lateral respecto a la probóscide. Están formados por
cinco segmentos. En la mayoría de las hembras de mosquitos los palpos son más
cortos que la mitad de la trompa, mientras que en las de Anopheles son tan largos
como la probóscide. En los machos, generalmente son tan largos o más largos que la
probóscide (Figura 2).

6
Figura 2. Región de la
cabeza y partes bucales
(Clements, 1992)

Tórax: Presenta 3 segmentos fusionados (pro, meso y metatórax). Inicialmente, en


cada segmento torácico se pueden reconocer cuatro zonas, una dorsal (tergum), dos
laterales (pleuras) y una ventral (esterna). En los dípteros, la presencia del único par de
alas útiles para volar en el mesotórax, ha provocado un gran desarrollo de este
segmento, siendo los restantes (pro y metatórax) apenas evidentes. La parte postero-
dorsal del mesotórax presenta un escudete cuyas características permiten separar
géneros. En el metatórax se encuentra el segundo par de alas, que como sucede en los
Dípteros, está modificado y funciona como un órgano que ayuda a la estabilización
durante el vuelo, son los balancines o halterios. El tórax, como el resto del cuerpo, está
cubierto de sedas y escamas de distinto tamaño y color, por lo que su distribución y
colores son caracteres muy útiles en la clasificación específica de los mosquitos.

En cada segmento torácico se inserta un par de patas. Cada pata está formada por seis
segmentos: coxa, trocánter, fémur, tibia, tarso (formado por cinco tarsómeros) y
pretarso. Sobre el 5º tarsómero se encuentra el pretarso, constituido por un par de
uñas, dos pulvilos y un empodio. En algunos géneros solo hay una uña tarsal e incluso
esta puede presentar un diente subterminal. La forma de las uñas tarsales puede
servir como carácter diagnóstico para estudio de fase adulta de mosquitos.

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Las alas útiles para volar están constituidas por dos membranas unidas entre sí. En las
alas existen estructuras lineares, que recorren longitudinalmente el ala, que sirven de
refuerzo, que se denominan venas. El conjunto de venas constituye la venación. En
cuanto al metatórax, contiene además de estigmas y balancines, una parte dorsal
llamada posnoto, que será de gran utilidad para diferenciar géneros. Encontraremos
sobre las pleuras y esterna, unas zonas con sedas, que, al no estar siempre presentes,
serán de gran utilidad para la distinción entre especies.

Abdomen: En los insectos más primitivos el abdomen presentaba 11 segmentos. En los


mosquitos el primer segmento está reducido y a partir del segmento IX se van a
encontrar muy modificados para poder formar las estructuras relacionadas con la
cópula y la puesta de huevos. La mayoría de los caracteres abdominales utilizados en la
clasificación se encuentran en la genitalia, sobre todo, en la del macho. Su estudio es
de gran importancia, pues muchas especies sólo pueden diferenciarse por su
estructura.

1.2.1.2. Larva

Las larvas de los mosquitos tienen el cuerpo dividido en tres partes: la cápsula cefálica
completamente esclerotizada, un tórax aplastado formado por tres segmentos
fusionados, claramente más ancho que las otras regiones del cuerpo en los estadios
completamente desarrollados, y el abdomen formado por 10 segmentos. Las larvas de
mosquito se distinguen de las demás larvas de dípteros por la combinación de los
siguientes caracteres: la presencia de brochas bucales, con excepción de las larvas
carnívoras, por ejemplo Toxorhynchites, el tórax expandido y el tubo respiratorio
tubular o cilíndrico, el sifón. El sifón se sitúa en el dorso del VIII segmento abdominal
en todos los géneros, excepto en Anopheles, Bironella y Chagasia.

Las larvas de mosquito pasan por cuatro estadios larvarios. Durante su desarrollo hay
varios caracteres diagnósticos que cambian, por ejemplo el tamaño de la cápsula
cefálica, el número de dientes del peine o se incrementa el número de ramificaciones
de ciertas sedas. Por este motivo, la mayoría de las identificaciones de las larvas se
basan en el cuarto estadio larvario. Esto puede hacer necesario criar las larvas desde
los primeros estadios hasta que se complete el desarrollo del cuarto estadio. La

8
siguiente descripción de la morfología larvaria se limita principalmente a aquellos
caracteres que son de importancia taxonómica. Aunque las larvas de las subfamilias de
culicinos y anofelinos difieren entre sí en muchos caracteres, son estructuralmente
similares. Por lo tanto, se describen a la vez, dirigiendo la atención a aquellos
caracteres que muestran una u otra subfamilia.

El cuerpo de la larva está ornamentado con 222 pares de sedas (Foratini, 1996). Su
situación y estructura, son características taxonómicas importantes. Las sedas pueden
ser simples o más o menos ramificadas. Sedas especializadas, las llamadas sedas
palmeadas, características de los géneros Anopheles, Bironella y Chagasia, se pueden
encontrar en algunos segmentos abdominales. Una seda palmeada está formada por
un corto tallo desde el que salen formas parecidas a hojas llamadas foliolos. La seta
palmeada mantiene el cuerpo de la larva en la superficie del agua mientras se
alimenta. Cuando la larva anofelina está justa por debajo de la superficie del agua, las
setas están mantenidas en una posición abierta y los foliolos están desplegados en al
menos 180º. Cuando la larva se sumerge, los foliolos se doblan y retienen una burbuja
de aire que utiliza para romper la película superficial en la próxima subida a la
superficie.

Cabeza: Aunque la cabeza de las larvas de culicinos y anofelinos se parecen entre sí en


su estructura y otras características (Figura 3) son significativamente diferentes en
forma. En la mayoría de las larvas de especies de culicinos, la cabeza es más ancha que
larga, mientras que la cabeza de las larvas de anofelinos es normalmente las larga que
ancha. La cápsula cefálica está formada por cuatro placas esclerotizadas, el
frontoclipeo (apodema dorsal), un amplio esclerito que forma la zona dorsal de la
cabeza, y dos placas epicraneales (lateralia), que cubren las superficies laterales así
como la superficie ventral y el occipucio y post-occipucio en forma de collar. Cada
brocha lateral palatal está constituida por numerosas setas largas y a veces onduladas.
Las brochas se pueden mover rápida y sincrónicamente para producir corrientes en el
agua a su alrededor y así atraer las partículas alimenticias flotantes. Las piezas bucales
de la larva no suelen usarse en taxonomía.

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a b
Figura 3. Cabeza de larva vista dorsal a: Anophelinae b: Culicinae (Becker et al., 2010).

Las antenas, que surgen en los extremos anterolaterales de la cabeza, son apéndices
sensoriales delgados y ligeramente adelgazados. Cada antena lleva seis setas, que se
numeran de 1-A a 6-A. La seta antenal 1-A surge del eje de la antena; puede ser simple
o más frecuentemente presenta múltiples ramas de gran tamaño. Su posición en el eje
antenal a menudo tiene importancia diagnóstica. Las setas 2-A a 6-A son pequeñas y se
sitúan en el ápice de la antena. El eje antenal suele estar cubierto por pequeñas
espinas o espículas proyectadas hacia delante.

Medio-lateralmente, en las placas epicraneales, hay dos pares de ojos. Las manchas
oscuras semilunares anteriores son los primordios de los ojos compuestos del futuro
adulto, que se vislumbran a través de la piel larvaria. Los ojos simples más pequeños
de la larva se localizan justo detrás de los compuestos.

La cabeza lleva hasta 18 pares de setas simétricas, que se numeran 0-C a 17-C. La letra
“C” se usa para indicar que las setas están localizadas en la cabeza. Dos setas mas,
denominadas con la letra “C” C-18 y C-19, están fijadas al esclerito cervical.

Las setas clipeales interna y externa 2-C y 3-C se sitúan cerca del margen anterior del
frontoclipeo. En culicinos tienen un tamaño muy reducido, son poco visibles o están

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ausentes. En los anofelinos son de las setas más evidentes y su posición en relación
una a la otra se usa para separar algunos subgéneros en Anopheles.

Tórax: El tórax es la parte más evidente de la larva. Su cutícula es membranosa, y


durante el crecimiento de los sucesivos estadios llega a aumentar de tamaño
considerablemente en relación a la cabeza. Justo antes de la pupación, en el 4º estadio
larvario, es mucho más ancho que la cabeza. Como en el adulto, el tórax está formado
por tres segmentos, el pro, meso y metatórax. Los segmentos están completamente
fusionados. Sus límites solo pueden determinarse por la disposición de las setas en tres
bloques diferentes. Los pares simétricos de setas se numeran desde las 0-P a las 14-P
en el protórax, 1-M a 14-M en el mesotórax y 1-T a 13-T en el metatórax. Muchos
pares de setas torácicas pueden ser útiles para la identificación (Figura 4).

Figura 4. Tórax y abdomen-quetotaxia dorsal a: Culicinae; b: Anophelinae (Becker et


al., 2010)

Abdomen: El abdomen larvario está formado por diez segmentos, los siete primeros
muy parecidos entre sí. El segmento abdominal I lleva 13 pares de setas mientras que
los segmentos II al VII tienen 15 pares. Para referirnos a una seta, su número es

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seguido por el número del segmento, por ejemplo, 3-VI se refiere a la seta 3 del
segmento abdominal VI. La numeración de las setas sigue el mismo criterio que se ha
descrito para las setas torácicas. De todos los pares de setas abdominales disponibles
en los segmentos I-VII, solo se utilizan unos pocos para la identificación. En los
anofelinos la seta 1 es de tipo palmeado en algunos o todos los segmentos
abdominales. En los culicinos europeos, no están presentes las setas palmeadas.

El segmento VIII es completamente distinto de los anteriores. Lleva la única apertura


externa funcional del sistema respiratorio, los espiráculos, situados posteriormente en
la superficie dorsal del segmento. En los culicinos los espiráculos están situados en el
extremo de un órgano largo, tubular y cilíndrico llamado sifón. En los anofelinos el
sifón está casi completamente reducido a la placa espiracular por lo que suele decirse
que está ausente.

A cada lado del segmento VIII se pueden encontrar un número variable de escamas
tumbadas. La estructura en su conjunto se denomina carda. Cada escama del peine
está dirigida hacia atrás y su borde presenta pequeñas espinas. Todas las espinas
pueden ser de la misma longitud, o la mediana o espina terminal, puede ser muy
diferente y más larga que las otras. El número de escamas del carda varía mucho con
las especies, de 5 - 7 a más de 100 y pueden estar dispuestas en una sola fila, una
doble fila o irregularmente. El número total de escamas del carda, y su variabilidad, es
de valor diagnóstico. En el cuarto estadio larvario de anofelinos no existe una
estructura semejante que se corresponda con la carda de los culicinos (Figura 5).

El sifón de los culicinos es una de las estructuras más útiles para la identificación de
especies. Su forma y proporciones varían considerablemente. Con frecuencia el índice
sifónico (la relación entre su longitud y su anchura en la base) se usa para la
clasificación (Gutsevich et al. 1974; Forattini, 1996). El índice puede variar desde
menos de 2.0 en algunas especies, a cerca de 7.0 en otras. El sifón también presenta
un par de filas de espinas fuertes, esclerotizadas, que son los dientes del peine. Cada
fila se denomina peine. En los culicinos los dientes del peine generalmente aumentan
uniformemente su tamaño hacia el ápice. Todos los dientes pueden estar
uniformemente separados, aunque en algunas especies los dientes distales pueden

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estar más amplia e irregularmente separados que los otros. El espacio proporcional de
la longitud del sifón ocupada por el peine desde la base, es de importancia
taxonómica. Puede ser corto, con unos pocos dientes que no sobrepasan el centro del
sifón, o pueden ocupar hasta casi el ápice del sifón.

Figura 5. Vista lateral del abdomen de la larva de Culicinae (Becker et al., 2010).

En anofelinos, en los que falta un sifón alargado, el peine está situado inmediatamente
debajo de los espiráculos y consiste en una fila de dientes largos y cortos alternados
que surgen de la parte posterior de un esclerito triangular, la placa peine. El sifón y la
placa espiracular llevan 13 pares de setas nominadas 1-S a 13-S. En las larvas de
culicinos, el sifón está ornado con uno o más pares de tufos o setas simples en su cara
ventral y /o lateral, la seta sifonal 1-S. Si hay más de un par de setas 1-S presentes, la
más basal es denominada 1a-S, la siguiente hacia el ápice del sifón 1b-S y así

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sucesivamente hacia el extremo distal (Darsie and Ward 1981). Las larvas del género
Culex tienen algunos pares de tufos, que pueden estar dispuestos simétricamente o a
veces el penúltimo tufo puede estar situado dorsalmente fuera de la línea con los
otros, o pueden estar dispuestos en una especie de línea zigzagueante. El número total
de tufos sifonales, su longitud comparada con la anchura del sifón en el punto de
articulación de cada 1-S, y su posición en el sifón, a menudo es característica.
Normalmente está presente un solo par de tufos, ya sea en la base, como en Culiseta,
lo que es la principal característica diagnóstica de este género, o entre la mitad y el
ápice del sifón, como en otros culicinos. El número y longitud de las ramas de 1-S
puede variar y se usa para la identificación específica. En las larvas de anofelinos, la
seta 1-S se articula detrás de la placa peine. La seta 2-S se localiza dorso-apicalmente,
cerca del aparato espiracular en culicinos y en la placa peine en los anofelinos. Los
espiráculos están rodeados por la placa espiracular.

El segmento IX está reducido, quedando solo visible un pequeño anillo y no tiene


importancia taxonómica.

El segmento más posterior, o segmento anal X es más delgado que los otros, forma un
ángulo con la cara ventral del segmento VIII y lleva cuatro pares de setas, 1-X a 4-X.
Presenta una placa esclerotizada curvada denominada silla. La forma de la silla es de
valor diagnóstico en muchas especies. Lleva una seta lateral, 1-X. En el cuarto estadio
larvario, la seta de la silla está situada claramente dentro de la silla, más cerca de su
borde posterior que de su borde ventral. Su longitud comparada con la longitud de la
silla se usa frecuentemente para la identificación específica. El margen posterior de la
silla puede llevar dentículos o espinas con formas variadas. Dorsalmente, en el
extremo distal, el segmento anal lleva dos largos pares de setas, la superior seta anal
2-X y la inferior seta anal 3-X. En los anofelinos ambos pares están formados por setas
multiramificadas, que a menudo son ganchudas y sujetan a la larva mientras está en
posición horizontal. En la mayoría de los culícinos, la seta 2-X es multiramificada y la 3-
X es larga y robusta, normalmente simple o solo ligeramente ramificada. A lo largo de
la línea media ventral del segmento anal, cerca de su ápice, surge un número de largas
setas 4-X, que forman la brocha ventral o aleta-estabilizadora. El número de 4-X puede
variar desde dos a muchas. El segmento anal termina con dos pares de estructuras

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papiliformes, flexibles, las papilas anales que rodean el ano y están implicadas en la
osmorregulación. La longitud de las papilas anales varía sensiblemente en diferentes
especies. En especies de ambientes salinos y otras ligadas con aguas salobres o
alcalinas, las papilas anales son extremadamente cortas. En algunas especies, la
longitud de las papilas depende de las características físico-químicas del agua en la que
se desarrolla la larva. Normalmente los dos pares son igual de largas, aunque en
ocasiones un par puede ser más largo que el otro. La longitud y forma de las papilas
anales se usan normalmente para la identificación específica.

1.2.1.3 Pupa

Actualmente este estadio del ciclo de los culícidos se utiliza poco en la clasificación de
las diferentes especies.

La pupa es obtecta. Presenta la región cefálica y torácica unida, por lo que esta región
se denomina cefalotórax (Figura 6).

Figura 6. Pupa vista lateral cuerpo (Becker et al., 2010).

El abdomen se compone de nueve segmentos, que cuando la pupa está en reposo, se


encuentran recogidos bajo el cefalotórax, lo que le confiere a esta fase el aspecto de
coma que la caracteriza. El movimiento enérgico del abdomen permite el
desplazamiento de la pupa en el agua, aunque normalmente permanece cerca de la
superficie, respirando el aire atmosférico a través de un par de trompetas respiratorias

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localizadas sobre el cefalotórax. En estas trompetas se distinguen dos partes, una
basal, de aspecto tubular que recibe el nombre de meatus y otra distal que comunica
con el exterior y se denomina pinna. El aspecto de las trompetas es diferente en las
dos subfamilias de culícidos. En los anofelinos la pinna es ancha y el meatus corto,
mientras que en los Culicinae la pinna es estrecha y el meatus alargado. En ocasiones,
la relación entre pinna y meatus, denominado índice de la trompeta, se utiliza en la
clasificación.

En el abdomen se observan 103 pares de setas, cuya distribución, presencia o ausencia


y desarrollo se utilizan en la clasificación específica (Harbach, 2011). El último
segmento abdominal se prolonga en dos expansiones membranosas denominadas
paletas natatorias. El índice de la paleta natatoria también se utiliza en la clasificación.
Además, la forma y situación de las setas 1PA y 2PA, así como la forma del lóbulo
genital del macho son utilizadas en la identificación.

1.3 PRINCIPALES ESTUDIOS EN ESPAÑA

Desde que Ronald Ross demostró la relación de los mosquitos con la malaria, el
estudio de estos insectos experimentó un gran auge en todo el mundo, siempre
relacionado con su papel vectorial en distintas enfermedades.

En España, donde la malaria fue un grave problema de salud pública, el estudio de los
culícidos ocupó la atención de los entomólogos sanitarios durante mucho tiempo, por
lo que el número de publicaciones sobre taxonomía y distribución geográfica de estos
insectos ha sido muy abundante. Consecuencia de estos estudios, en los años previos a
la guerra civil destaca el trabajo realizado por Hernández Pacheco (1934) que le
permitió proponer una división de la península en base a la intensidad del paludismo,
distinguiendo entre regiones fuertemente endémicas (buena parte de Extremadura,
Valle del Guadalquivir y varias zonas de la huerta murciana y alicantina), regiones
simplemente endémicas (zona de los Montes de Toledo y Sierra Morena)y regiones de
baja endemicidad (litoral levantino y la meseta castellana) (Chordá, 2014) (Figura 7).

16
Figura 7. Distribución del paludismo en España en el año 1933. En oscuro las áreas más
afectadas. (Hernández P et al., 1934).

La guerra civil y los años posteriores hasta la erradicación de la malaria en 1964,


representan un periodo de menos actividad en los estudios sobre estos dípteros, como
consecuencia de las dificultades de todo tipo derivadas de la confrontación. No
obstante, nunca desapareció el interés por mejorar los conocimientos sobre su
distribución geográfica y papel como transmisores de enfermedades y responsables de
molestias. Hasta la fecha, esto se ha reflejado en numerosas publicaciones, de las que
a continuación solo se mencionarán los autores y trabajos más destacados, que se han
distribuido en dos grandes etapas.

La primera ocupa desde 1900 a 1944 y se centra en la localización y control de las


especies vectoras, sobre todo en las zonas de mayor endemicidad. Por lo tanto casi
todas las especies descritas en esta época estaban relacionadas con su participación
como vectores de la malaria. Por tanto, prácticamente todos los trabajos son sobre
especies del género Anopheles. Las citas de otras especies de culicinos, como Culex
pipiens y Culiseta longiareolata, solo aparecen cuando, debido a su amplia
distribución, se encuentran circunstancialmente en los mismos criaderos que los
anofelinos.

En la segunda etapa (1940-Actualidad), la motivación para el estudio de los mosquitos


es mucho más faunística y sistemática que epidemiológica, pues entonces ya se habían

17
establecido con bastante nitidez el papel vectorial de las diferentes especies de
culícidos en el paludismo en la península ibérica.

A continuación se relacionan algunos de los autores y aportaciones más importantes


en el conocimiento de este grupo de insectos en nuestro país.

Entre los investigadores españoles quizá Juan Gil Collado destaque por encima del
resto. La oportunidad, desarrollo y calidad de sus trabajos le llevaron a ser el primer
entomólogo que formó parte de la Comisión Antipalúdica que se constituyó para la
lucha contra el paludismo en 1925. Estas cualidades hicieron que, pioneros del estudio
de los artrópodos vectores en España, como Pittaluga y Sadí de Buen, le encargaran el
estudio de la biodiversidad, la distribución y la biología de los culícidos españoles
(Bueno y Jiménez, 2008). Consecuencia de este trabajo fue el esclarecimiento de por
qué An. maculipennis era un vector excelente de malaria en unas regiones y en otras
no. Esta aparente contradicción se debe a que An. maculipennis no es una sola
especie, sino un conjunto de cinco con patrones de comportamiento muy diferentes,
entre los que se incluyen aquellos relacionados con su capacidad vectorial. Así, serían
importantes vectores An. atroparvus y An. labranchiae, mientras que An. maculipennis
s.s., An. melanoon y An. subalpinus apenas tendrían valor vectorial.

Además de Juan Gil Collado, desde 1900 hasta la actualidad han sido numerosos los
autores y numerosas las contribuciones aportadas por estudiosos españoles. A
continuación, ordenadas cronológicamente, se comentan algunas de las más
significativas (Chordá ,2014).

1900, 1901. El médico escocés Ian Macdonald, y los doctores Francisco Huertas y
Antonio Mendoza estudiaron el anofelismo en las minas de Río Tinto y en la provincia
de Cáceres respectivamente (Rodríguez et al., 2003).

1912. Arias Encobet aporta los primeros datos sobre la familia Culicidae en España,
citando las primeras doce especies: Anopheles cinereus hispaniola Theobald, 1901
(como Myzomyia hispaniola), Anopheles maculipennis Meigen, 1812, Anopheles
claviger (Meigen, 1804), Anopheles plumbeus Stephens, 1828 (como Anopheles
nigripes), Culiseta annulata (Schrank, 1776) (como Culex annulatus), Culex pipiens

18
Linnaeus, 1758 (como Culex fatigans y Culex pipiens), Ochlerotatus geniculatus (Olivier,
1791) (como Culex ornatus), Aedes geminus Peus, 1970 (como Culex pipiens var.
cialiaris) (nomina dubia), Culiseta longiareolata (Macquart, 1838) (como Culex
spathipalpis), Aedes vexans (Meigen, 1830), Aedes aegypti (Linnaeus, 1762) (como
Stegomyia fasciata) y Ochlerotatus caspius (Pallas, 1771) (como Grabhamia
willcocksii).

A este listado hay que sumar tres especies ya descritas por Pittaluga y colaboradores
en el año 1911 (Torres, 1979; Eritja et al., 2000): Anopheles hyrcanus (Pallas, 1771)
(como Anopheles pseudopictus), Anopheles superpictus Grassi, 1899 (como Anopheles
pictus) y Anopheles claviger (Meigen, 1804) (como Anopheles bifurcatus).

1930. Juan Gil Collado publica “Datos actuales sobre la distribución geográfica de los
Culícidos Españoles” donde añade 15 nuevas especies: Anopheles algeriensis Theobald,
1903, Culiseta fumipennis (Stephens, 1825) (como Theobaldia fumipennis),
Coquillettidia richiardii (Ficalbi, 1899) (como Taeniorrhynchus richiardii), Culex
hortensis Ficalbi, 1889, Culex theileri Theobald, 1903, Culex univittatus Theobald, 1901,
Culex laticinctus Edwards, 1913, Culex mimeticus Noé, 1899, Culex modestus Ficalbi,
1890, Culex territans Walker, 1856 (como Culex apicalis), Aedes vittatus (Bigot, 1861),
Ochlerotatus echinus (Edward, 1920), Ochlerotatus pulchritarsis (Rondani, 1872) (como
Aedes pulchritarsis), Ochlerotatus detritus (Haliday, 1833) (como Aedes detritus) y
Ochlerotatus rusticus (Rossi, 1790) (como Aedes rusticus).

1945. Torres Cañamares describe cinco nuevas especies para España: Culiseta litorea
(Shute, 1928) (como Theobaldia litorea), Ochlerotatus surcoufi (Theobald, 1912) (como
Aedes excrucitans), Ochlerotatus flavescens (Müller, 1764) (como Aedes flavescens),
Ochlerotatus cataphylla Dyar, 1916 (como Aedes cataphylla) y Culex impudicus Ficalbi,
1890.

1982. Encinas Grandes publica “Taxonomía y biología de los mosquitos del área
salmantina (Diptera, Culicidae)”. Actualmente este trabajo representa una obra de
obligada referencia para los investigadores españoles. En ella cita dos nuevas especies:
Ochlerotatus sticticus (Meigen, 1838) (como Aedes sticticus) y Anopheles petragnani
(Del Vecchio, 1939).

19
1985. Sánchez Covisa, en su tesis doctoral sobre los culícidos arborícolas de Madrid,
describe la especies Ochlerotatus gilcolladoi Sánchez-Covisa, 1985.

1989. López Sánchez publica “Control Integrado de Mosquitos en Huelva. Estudio de


las poblaciones larvarias”. En él realiza un estudio pormenorizado de la biología de las
especies detectadas, de su interacción con los factores abióticos y bióticos del medio
que les rodea y discute acerca de los métodos de control.

1998. Ramos, Da Cunha, Lucientes, Blasco Zumeta, Osácar y Ribeiro estudiando los
mosquitos de Los Monegros (Zaragoza) describen una nueva especie para la ciencia:
Culex desertícola (Ramos et al., 1998.)

2006. Carles Aranda, Roger Eritja y David Roiz describen por primera vez la presencia y
el establecimiento del mosquito tigre en España.

2010. Bueno Marí presenta su tesis doctoral titulada “Bioecología, diversidad y


epidemiología de los culícidos mediterráneos (Diptera: Culicidae)”. En ella se
contemplan aspectos relacionados con la posibilidad de re-emergencias de
enfermedades actualmente erradicadas en España. (Chordá, 2014)

2014. Chordá Olmos, F. en su Tesis doctoral sobre bioecología de mosquitos de la


comunidad valenciana, identifica 27 especies pertenecientes a siete géneros
(Anopheles, Aedes, Ochlerotatus, Culex, Culiseta, Orthopodomyia y Uranotaenia).

2. OBJETIVOS

El objetivo principal de este trabajo es identificar taxonómicamente las especies de


Culicidae que se han encontrado hasta ahora en la ciudad de Sevilla, pues las
referencias bibliográficas consultadas publicadas demuestran que son escasos los
trabajos sobre este grupo de dipteros.

Por otra parte, el conocimiento de las especies de mosquitos puede dar lugar a
estudios posteriores sobre ciclo biológico, características del agua en el que habitan las
larvas, condiciones ambientales, etc., para optar a un conocimiento más profundo de
esta materia.

20
3. MATERIALES Y MÉTODOS

Este trabajo se ha basado en el estudio de la larva 4 del ciclo biológico de la familia


Culicidae. La elección de esta fase del ciclo se debe a que es el más indicado para fines
taxonómicos (Bueno, 2010), la facilidad de captura de la misma y a la disponibilidad de
claves para la clasificación en esta etapa del ciclo vital.

El área seleccionada para llevar a cabo la investigación fueron diferentes colecciones


de agua de parques de la ciudad de Sevilla. El tamaño de los estanques en estos
parques es muy variable, desde pequeñas fuentes de aproximadamente 1 m 2 de
extensión a más de 1000 m2. Tras las primeras prospecciones, distintas circunstancias,
como la desecación, la renovación muy frecuente del agua o la presencia de peces o
patos, obligaron a prescindir de un número considerable de estanques en los que no se
encontraron larvas de cuarto estadio de Culicidae. Finalmente los parques en cuyas
fuentes se recolectó el material estudiado fueron: el Parque de María Luisa, Paseo-
Jardines de las Delicias y Prado de San Sebastián, muy próximas entre sí y que, juntas,
constituyen la zona verde más extensa en el centro de la ciudad (Figura 8).

a b

Figura 8. Fotografías tomadas de diferentes fuentes de la ciudad de Sevilla a: fuente de


agua enturbiada b: fuente de agua clara.

El periodo de recogida de muestras se prolongó desde septiembre de 2017 a julio de


2018, con un periodo entre octubre y marzo, en que no se encontraron ejemplares en
los sucesivos muestreos.

21
3.1. Metodología en campo y laboratorio

Los estadios inmaduros se recogieron con ayuda de una manga de malla de luz
adecuada, aproximadamente 500 micras. Las larvas obtenidas se depositaban en
frascos de 100 ml con agua de la misma fuente, y en estas condiciones eran
transportadas al laboratorio (Figura 9). Inmediatamente se procedía a su fijación en
alcohol de 70%, previa muerte por baño de agua caliente (60ºC / 5 segundos), a fin de
evitar el encogimiento y distorsión de las larvas.

La determinación específica de los ejemplares tuvo lugar tras el análisis bajo


estereomicroscopio de su morfología y quetotaxia, según varios criterios (Becker et al.,
2010; Encinas Grandes, 1982).

En el caso de que fuese necesaria una observación más precisa de ciertas estructuras
al microscopio, los especímenes se montaban entre portaobjetos excavado y
cubreobjetos, utilizando como medio de montaje y transparentador, ácido láctico al
85%. El grado de transparentación se controlaba visualmente calentando la
preparación en una plancha a 60ºC.

Figura 9. Materiales usados en la recogida de larvas.

22
4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Se ha procedido al estudio taxonómico de los ejemplares que se han recogido en la


ciudad de Sevilla y se ha obtenido como resultado la presencia de las siguientes
especies: Culiseta logiareolata (Macquart, 1838), Culex pipiens Linnaeus, 1758 y Culex
laticinctus Edwards, 1913.

4.1 Culiseta longiareolata (Macquart, 1838)

Larva 4

Las antenas son cortas y la seta antenal (1-A) es articulada en el tercio apical de la
antena, normalmente presenta dos bifurcaciones y rara vez presenta 1 ó 3 ramas
(Figura 10). La cabeza presenta en su parte más interna, a nivel medio y frontal unas
setas (5-C y 6-C), las cuales son poco común encontrarlas bifurcadas (Figura 11), y a
nivel externo frontal (7-C) presenta 3 ó 4 ramas (Figura 12).

El número de escamas del cardas que presenta el peine es variable (40-75), y la seta 3-
VIII se encuentra fuertemente desarrollada con múltiples ramas (Figura 13). El sifón es
más o menos cónico, con un índice entre 1.5 y 2.0. El peine tienen entre 7-13 dientes
cortos, dispuestos en una fila irregular y ocupando hasta el 80 % de la longitud del
sifón. Los dientes más próximos a la base son los más pequeños y se encuentran
insertados en la parte menos esclerotizada del sifón (Figura 14).

En cuanto al penacho sifonal (1-S) es más corto que la seta3-VIII, que presenta de 10-
15 ramas que surgen cerca del margen de la parte esclerotizada del sifón (Figura 15).

El segmento anal tiene una placa en forma de silla de montar (Figura 13) que se
extiende más o menos a lo largo de la mitad de sus laterales. En el margen posterior se
pueden observar densas y cortas espinas (Figura 13). La silla de montar presenta un
pelo (1-X) corto, no más de la mitad de sus laterales (Figura 16).

La longitud de las papilas anales varían de acuerdo a la las condiciones de salinidad de


agua donde han crecido, aunque suelen ser entre 0.5–1.5 veces de largo como el
segmento anal.

23
A

Figura 10. Seta antenal (1-A) bifurcada Figura 11. Setas de la cabeza A: 5-C; B: 6-C

A
B

Figura 12. Seta de la cabeza (7-C) Figura 13. A: Seta 3-VIII; B: silla de montar; C:
. espinas margen anal posterior

24
Figura 14. Dientes basales Figura 15. Penacho sifonal

Figura 16. Pelo (1-X)

Las larvas de esta especie se pueden encontrar en diversos lugares tales como entre
los huecos de rocas o algún tipo de depósito artificial como por ejemplo barriles de
madera o metálicos, así como en tanques de hormigón o pozos, siendo raras de
encontrar en aguas naturales (Peus, 1954), sin embargo las larvas de este estudio se
han recogido en fuentes de aguas limpias y tranquilas de diferentes zonas de la ciudad
de Sevilla (Figura 8b).

Las características morfológicas estudiadas en este trabajo coinciden por completo con
las asignadas por varios autores (Becker et al., 2010; Encinas Grandes, 1982) a Culiseta
logiareolata (Macquart, 1838).

25
Esta especie se ha citado en prácticamente toda la península ibérica, con la excepción
de algunas regiones del noroeste peninsular por lo que podría deducirse que se adapta
bastante bien a zonas de clima mediterráneo y continental propio de la meseta y la
vertiente mediterránea (Bueno, 2010).

4.2 Culex pipiens Linnaeus, 1758

Realmente esta especie se engloba dentro de un complejo ya que incluye varias


especies, subespecies, formas, razas, variantes fisiológicas o biotipos. Actualmente se
incluyen las especies de Cx. pipiens pipiens Linnaeus, Cx. p. pipiens biotipo molestus
Forskal, Cx. p. quinquefasciatus Say, Cx. p. pallens Coquillett, Cx. restuans Theobald, y
Cx. torrentium Martini en la región holártica además de dos miembros australianos, Cx.
australicus Dobrotworsky y Drummond y Cx. globocoxitus Dobrotworsky (Becker et al.,
2010).

Larva 4

La cabeza es más ancha que larga, y las antenas más cortas que la cabeza. La seta
postclipeal (4-C) es corta y simple y la setas frontales largas. Las frontales internas (5-
C) tienen 5-6 ramas, las seta frontal mediana (6-C) se bifuca en 4-5 ramas, y las
frontales externas (7-C) tiene 6 ramas (Figura 17). Las setas protorácicas 1-P a 3-P son
largas y simples, 4-P tiene 2 ramas y es algo más corta que las otras setas, 5-P y 6-P son
simples y largas; 7-P es bi-ramificada y larga. La seta metatorácica 1-T es más corta que
la mitad de la longitud de 2-T. El número de escamas del carda es aproximadamente
40 (Figura 18) siendo cortas y ensanchadas en el ápice, con flecos uniformes. El sifón
es delgado, afilado hacia el ápice, y su índice sifonal oscila entre 4.8 y 5.0 (Figura 19). El
número de dientes del peine es 13-17, uniformemente espaciado hasta la seta 1a-S.
Cada diente del peine presenta el extremo puntiagudo y se encuentra pegado junto al
primer mechón del sifón. (Figura 20). El penacho sifonal (1-S) consiste en 4 pares de
setas bifurcadas ampliamente separadas, que surgen después del peine dispuestas en
una fila irregular. Las papilas anales son alargadas, y el par dorsal es el doble de largo

26
que la silla. Las larvas del complejo de especie son muy similares. Las de Cx. p. pipiens
y Cx. torrentium sólo se pueden distinguir entre sí por una seta abdominal (Figura 21).

Las larvas de Cx. p. quinquefasciatus tienen un sifón considerablemente más corto (el
índice sifonal es aproximadamente 4.0).

C
A B

Figura 17. A: 5-C; B: 6-C; C: 7-C Figura 18. Carda

27
Figura 19. Sifón Figura 20. Mechón sifonal próximo al peine

Figura 21. Pelo abdominal

Las hembras hacen la puesta de huevos sobre la superficie del agua en grupos de unos
150-240 huevos (Figura 22). Estas especies son capaces de habitar prácticamente en
todo tipo de aguas. Las larvas con frecuencia se encuentran en colecciones artificiales
de agua como, barriles, latas, tanques metálicos, charcas ornamentales, contenedores
en jardines, etc., siendo destacable que en este estudio siempre se han encontrado en
aguas turbias y con abundante materia orgánica en descomposición.

Cx. p. pipiens se encuentra ampliamente distribuido en la región Holártica y por tanto


en toda Europa.

28
Figura 22. Puesta de huevos flotando en agua

Hasta la fecha (Bueno-Marí et al., 2012) se han citado en España 13 especies de


mosquitos del género Culex. De ellas, son especialmente próximas a Cx. pipiens
Linnaeus, 1758, Cx. laticinctus Edwards, 1913, Cx. mimeticus Noe, 1899, Cx. theileri
Theobald, 1903, Cx. torrentium Martini, 1925, Cx. univittatus Theobald, 1901 y Cx.
perexiguus Theobald, 1903.

No obstante se puede distinguir de:

Cx. perexiguus y Cx. univittatus porque estas tienen un índice sifónico superior a 6,5
mientras que Cx. pipíens siempre es menor de 6,0.

Cx. mimeticus y Cx. theileri porque las escamas del carda en estas dos especies tienen
una espina mediana mucho más larga que las restantes de su extremo distal.

Cx. laticinctus por la disposición de los mechones sifonales. Próximos entre sí,
ventrales y normalmente tres de ellos dentro del peine en Cx. laticinctus.

Cx. modestus porque en este los mechones sifonales se disponen próximos en una fila
haciendo zig-zag y en posición ventral. Además, la seta de la silla tiene normalmente 2-
3 ramas.

29
Cx. torrentium porque en este, el número de ramificaciones de las setas 1-III a 1-V
abdominales, suman más de 10 y en Cx. pipiens menos de 6.

Por otra parte, Culex pipiens, ni como complejo de especies, ni como cualquiera de las
entidades taxonómicas que lo forman, ha sido citado hasta el momento en Sevilla. Por
lo tanto este estudio podría constituir la primera cita de esta especie en nuestra
provincia (Becker et al., 2010).

4.3 Culex laticinctus Edwards, 1913

Larva 4

La cabeza es más ancha que larga, y las antenas miden aproximadamente 2/3 de la
longitud de la cabeza., curvadas y fuertemente espiculadas, con la zona distal oscura.
La seta antenal 1-A tiene unas 25 ramas (19-30). La seta 1-C es larga y bastante fuerte,
y la post-clipeal 4-C es corta y simple. La seta frontal interna (5-C) normalmente tiene
3-5 ramas, la seta frontal mediana (6-C) normalmente presenta cuatro ramas, ambas
llegando justo un poco más allá del margen anterior de la cabeza, y la seta frontal
exterior (7-C) tiene aproximadamente siete ramas, más largas que 5-C y 6-C (Figura
23). Las setas de la cabeza tiene la misma disposición que el resto de Culex. La carda
tiene más de 30 escamas con borde aserrado (Figura 24). El sifón es recto,
adelgazándose suavemente hacia el ápice, y el índice sifonal de 3,5 (2,8-4,6). La seta
sifonal (1-S) está formada por aproximadamente 7 pares de mechones dispuestos en
una fila en zig-zag más o menos ventral, con el penúltimo par de mechones desplazado
lateralmente. Cada mechón tiene 6-9 ramas aproximadamente tan largas como la
anchura del sifón al nivel de su punto de inserción y con 2-3 de los mechones más
cercanos a la zona basal insertados en la región del peine (Figura 25). Los mechones
laterales y más distales son más pequeños y tienen menos ramas que los otros, y son
más cortos que la anchura del sifón al nivel de su punto de inserción. El peine tiene 10-
16 dientes largos y curvados con 3-4 dentículos basales, extendiéndose hasta casi la
mitad del sifón (Figura 26). La silla rodea completamente el segmento anal, y es más
largo que ancho, la seta de la silla (1-X) es pequeña, generalmente simple, a veces con

30
dos ramas (Figura 27) la seta anal superior (2-X) tiene 4-5 ramas de diferente longitud,
y la seta anal inferior (3-X) es simple. El mechón ventral tiene aproximadamente 7
pares de setas cratales multiramificadas (4-X), estando ausentes las setas precratales.
Las papilas anales son puntiagudas, y aproximadamente tan largas como la silla.

Figura 23. A: 5-C; B: 6-C Figura 24. Carda

Figura 25: Sifón; Mechones sifonales Figura 26: Peine sifonal

31
Figura 27. Par de pelos de la silla

Culex laticinctus es particularmente próxima de Culex modestus. No obstante se puede


separar de esta última por la disposición de los mechones de setas a lo largo del sifón
(con tres de los mechones basales dentro de la zona ocupada por el peine) así como
por la forma gradual en que disminuye la longitud de las ramas de los mechones, a
medida que se aproximan al ápice sifonal.

Culex laticinctus parece haber sido más frecuente en el pasado que lo es en la


actualidad (Harbach, 1988). Se encontró frecuentemente en cisternas y depósitos
artificiales, tanques y depósitos en jardines (Aitken, 1954). Hoy día, se encuentra con
más frecuencia en represas de arroyos, charcas en rocas, acequias y pantanos. La larva
normalmente se encuentra en agua dulce, aunque ocasionalmente se les encuentra en
aguas salobres.

La distribución de Cx. laticinctus se extiende desde las Islas Canarias hacia el este por
las regiones alrededor del mar Mediterráneo, Somalia, Etiopía, Sudan, Península
arábica, hasta oriente medio y zonas del suroeste de Asia. En Europa se ha citado en
Portugal, España, Rumanía, Italia, Grecia (Creta) y la antigua Yugoslavia (Becker et al.,
2010).

En España, en la más reciente lista de especies de culícidos detectados en nuestro país


(Bueno et al., 2012), Cx. laticinctus Edwards 1913 solo aparece citada en Andalucía en

32
las provincias de Granada, Huelva y Cádiz, por lo que este estudio representa la
primera cita de Cx. laticinctus en la provincia de Sevilla.

5. CONCLUSIONES

1. La bibliografía consultada sobre la distribución de especies de la familia


Culicidae en España permite concluir que la provincia de Sevilla es una zona
especialmente poco estudiada en ese campo.

2. Con este estudio se confirma la presencia de Culiseta logiareloalata (Macquart,


1938) en la ciudad de Sevilla detectada habitualmente en aguas limpias.

3. El estudio de las publicaciones sobre la distribución geográfica de Culex pipiens


Linnaeus, 1758 en España, permiten concluir que este trabajo representa la
primera denuncia de esta especie en la provincia de Sevilla.

4. No se ha encontrado ninguna referencia sobre Culex laticinctus Edward, 1913


en Sevilla, por lo que esta sería la primera cita de la misma en la provincia.

33
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