Bloque 12. La Transición Española
Bloque 12. La Transición Española
Bloque 12. La Transición Española
ÍNDICE
1. EL PROCESO DE TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA (1975-1978) Y LA
CONSTITUCIÓN DE 1978.
a) La transición a la democracia (1975-1978)
b) La Constitución de 1978.
2.- LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS (1979-2000)
2.1.- Evolución política.
a) Los gobiernos de Suárez y Calvo Sotelo (1979-1982)
b) Los gobiernos socialistas de Felipe González (1982-1996)
c) Los gobiernos populares de José María Aznar (1996-2000)
d) La alternancia en el poder (2000 -2012)
2.2.- Evolución económica y demográfica.
a) La crisis económica internacional y los Pactos de la Moncloa
(1975-1981) b) La reconversión industrial (1982-1985)
En mayo de 1980, la UCD debió afrontar una moción de censura que salvó por
escaso margen, pero a partir de ese momento la actividad gubernamental se paralizó
debido a que dentro del partido gobernante se cuestionaba abiertamente el liderazgo de
Suárez. Éste terminó por presentar su dimisión como presidente del gobierno y del
partido en enero de 1981, no sólo por las críticas en el seno de su partido, sino también
por las presiones de los sectores empresariales y militares.
El 23 de febrero, mientras se realizaba la votación de investidura de Calvo Sotelo
como nuevo presidente, un grupo de guardias civiles, al mando del teniente coronel
Tejero irrumpió en el hemiciclo interrumpiendo la votación y reteniendo a los diputados
por la fuerza. Entretanto, el Capitán General de Valencia, Milans del Bosch sacaba los
tanques a la calle para imponer un golpe de estado militar. El golpe de estado era una de
las amenazas a las que se enfrentaba la democracia ya que buena parte del estamento
militar había mostrado su hostilidad hacia el proceso democrático y, particularmente, a
la legalización del PCE, el proceso autonómico, el terrorismo y el proyecto de reforma
del ejército. De esta forma, en el golpe del 23-F estaban implicados altos mandos de la
guardia civil y del ejército, así como políticos involucionistas, cuyo objetivo era la
paralización del proceso democrático y devolver al ejército un papel relevante en la vida
política española. Las declaraciones del rey en los medios de comunicación a favor de la
democracia y descalificando a los sublevados en la misma noche del 23 de febrero fue
decisiva para abortar el golpe de estado.
El 25 de febrero Leopoldo Calvo Sotelo fue investido como presidente del
gobierno, continuando con la política iniciada por Suárez: firmó el Acuerdo Nacional de
Empleo con las organizaciones empresariales y sindicales buscando el apoyo de estos
sectores a la consolidación democrática; se aprobó la Ley de Divorcio (abril 1981), y
solicitó el ingreso de España en la OTAN (mayo 1982) con las reticencias de los partidos
de izquierda (el PSOE prometió someter la cuestión a referéndum si alcanzaba el poder).
Sin embargo, la ley de más calado de las aprobadas durante su mandato fue la
LOAPA (junio 1982) que pretendía dar un cauce constitucional al proceso autonómico
que estaba en marcha. En efecto, antes de la aprobación de la Constitución, Cataluña
(septiembre 1977), el País Vasco (enero 1978) y Galicia (marzo 1978) y Andalucía (abril
1978) disponían de gobiernos provisionales de carácter preautonómico. Aprobada la
Constitución, se estableció que todas las regiones podían pasar a ser Comunidades
Autónomas regidas por un Estatuto de Autonomía, si bien el acceso se podría hacer por
dos vías diferentes: el artículo 151 (rápido y completo) y el 143 (más lento). Por el
primero se regirán las nacionalidades históricas (Cataluña, País Vasco y Galicia),
Navarra y Andalucía, y el resto por el 143. La aprobación de la LOAPA, pues, vino a
dar coherencia y a ajustar a los principios constitucionales los Estatutos de Autonomía
que se estaban redactando. A pesar de todo, Calvo Sotelo no logró detener la
desintegración de su partido, y el propio Suárez creó una nueva formación política, el
CDS, por lo que decidió al fin disolver las Cortes y convocar elecciones generales para
octubre de 1982.
b) Los gobiernos socialistas de Felipe González (1982-1996)
En las elecciones de octubre de 1982, el PSOE obtuvo la victoria por mayoría
absoluta y Felipe González se convirtió en presidente del gobierno. Su mandato se
prolongaría durante tres legislaturas más, con mayoría absoluta obtenida en las
elecciones de 1986 y 1989, y simple en las de 1993.
En 1982 el principal partido de la oposición pasó a ser Alianza Popular, mientras
que se hundieron la UCD que terminaría por desaparecer y el PCE que promovería una
coalición de partidos de izquierda, Izquierda Unida (IU).
Durante esta legislatura se llevó a cabo un importante programa de reformas que
afectaron a campos muy diversos:
- Economía: la prioridad fue la lucha contra la crisis económica, la
racionalización de las administraciones públicas y el avance hacia el estado del
bienestar. Con este objetivo se tomaron medidas para reducir la inflación, estimular la
inversión privada y, sobre todo, se atendió a una reforma del sistema financiero
(reconversión bancaria) y del aparato productivo agropecuario y, especialmente, del
industrial (reconversión industrial) que comportó el saneamiento financiero y
tecnológico de la industria española con vistas a su modernización e ingreso de España
en la CEE, desencadenando importantes conflictos laborales en todos los sectores
económicos.
- Sociedad: se despenalizó el aborto en determinados supuestos.
- Educación: se aprobaron la LRU (Ley de Reforma Universitaria) en 1983 y la
LODE (Ley Orgánica del Derecho a la Educación) en 1985, que extendía la enseñanza
obligatoria hasta los 14 años, ampliada en 1990 con la LOGSE, que la extendía hasta los
16 años.
- Ejército: se redujo gradualmente la plantilla y se sujetó al poder civil para evitar
el golpismo.
- Terrorismo: el problema de ETA (más de 100 muertos en la legislatura) se
afrontó con el Pacto de Ajuria Enea (1988) suscrito entre los partidos de ámbito estatal y
nacionalistas con el objetivo de unir a las fuerzas democráticas frente al terrorismo.
- Autonomías: Se aprobó la Ley del Proceso Autonómico (LPA) en 1983 con los
artículos de la LOAPA que no fueron declarados inconstitucionales por el Tribunal
Constitucional.
- CEE: la integración constituía una de las prioridades del gobierno y para ello
debió acometerse un amplio programa de reformas económicas. Finalmente, el 12 de
junio de 1985 se firmó el Tratado de Adhesión y el 1 de enero de 1986 se hizo efectivo el
ingreso.
- OTAN: El referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN fue
celebrado en marzo de 1986, aunque España ya pertenecía a la OTAN desde el 30 de
mayo de 1982. Tras la entrada de España en la CEE Felipe González convocó el
referéndum prometido en la campaña electoral, pero ahora anunció que iba a defender
que España siguiera en la OTAN. Este cambio de posición, difícil de explicar se debió a
las presiones de Estados Unidos y de varios países europeos; la relación entre la
permanencia en la OTAN y a la idea de que era imprudente salirse de la OTAN en un
momento en que se agudizaban las tensiones de la segunda guerra fría. En contra de lo
esperado, Felipe González —que anunció que dimitiría si ganaba el "NO", lo que influyó
internacional y, sobre todo, a las condiciones impuestas por la CEE para el ingreso de
España.
No obstante, la reconversión provocó una reducción en la capacidad industrial y
del empleo del sector, lo que provocó numerosos conflictos laborales.
c) La evolución económica tras la entrada en la CEE (1985-2008)
La reconversión industrial y la entrada en la CEE permitieron a España situarse
como octava potencia económica del mundo, si bien, desde 1985, junto a las fases de
crecimiento, se experimentó una importante fase de recesión entre 1992 y 1997, debido a
las dificultades de la economía europea originadas por el desmoronamiento de la URSS,
la unificación de Alemania y la crisis económica de USA. No obstante, la economía
española ha sido incapaz de solucionar algunos de sus problemas estructurales,
especialmente sus elevadas tasas de desempleo, el déficit exterior, la dependencia de las
importaciones de energía y productos industriales y el retraso tecnológico. Además, el
crecimiento económico de los primeros años del siglo XXI se apoyó en exceso en el
mercado inmobiliario debido al elevado precio de las viviendas, los bajos tipos de interés
y la abundancia de préstamos hipotecarios.
En 2008 se inició otra fase recesiva que tuvo su origen en la crisis financiera
internacional provocada por el desplome de las bolsas internacionales como
consecuencia de las “hipotecas basura” en USA. Las consecuencias: retroceso en la
concesión de préstamos, descenso del consumo y crisis industrial. En cuanto a las
medidas para frenar los efectos de la crisis es destacable que por primera vez se están
tomando de forma concertada a nivel europeo e internacional y consisten básicamente
en la aportación pública a los sectores en crisis y en el desarrollo de programas de gasto
público y protección social.
d) Las consecuencias demográficas y sociales del desarrollo económico
El crecimiento demográfico sostenido de la población española iniciado con el
boom de los años 1960 se frenó en la década de 1990, cuando se produjo una alarmante
caída de la tasa de natalidad. Sin embargo, la amenaza de estancamiento demográfico y
envejecimiento de la población se ha visto reducida en parte con la llegada masiva de
inmigrantes desde finales de los años 1990 (en 1998 había 700.000 extranjeros residentes
en España y en 2007, 4,5 millones), situándose la población española en 2007 en 45, 2
millones de habitantes. Las causas de esta inmigración masiva residen esencialmente en
la capacidad de atracción de la economía española, aunque también han influido la
pobreza de los países de origen y la relativa facilidad de acceso a España. El origen de
estos inmigrantes es principalmente Marruecos y América Latina, pero también los
países del este de Europa, asentándose preferentemente en las zonas costeras y en las
grandes ciudades.
El desarrollo económico también influyó en el incremento de la población
ocupada (12,5 millones en 1996 a 20,3 millones en 2007) y en la caída del desempleo
por debajo del 9%, si bien el crecimiento del empleo se hizo en condiciones de
precariedad laboral para los trabajadores y no se mejoró la productividad. Esta situación
se revirtió desde 2008 con la crisis económica, cuando se alcanzaron en los peores
momentos (2010-
2012) tasas de desempleo por encima del 20%. Con respecto a la distribución sectorial,