Taller 2 Segundo Periodo Ciencias Sociales 8.1 y 8.2

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INSTITUCION EDICATIVA JORGE CLEMENTE PALACIOS.

TIBASOSA-BOYACA

DOCENTE AMANDA BEATRIZ PINTO PUENTES


CORREO Profeamandaclases2020@gmail.com
TELEFONO 3164968242
ASIGNATURA CIENCIAS SOCIALES
GRADO OCTAVO ‘’1’’ Y ‘’2’’
FECHA 22 DE MAYO AL 4 DE JUNIO
HORAS DE CLASE 3 HORAS
TEMA LA REVOLUCIÓN FRANCESA
LOGRO ENTIENDE QUE LA REVOLUCIÓN FRANCESA PUEDE SER
CONSIDERADA COMO EL HECHO HISTÓRICO MÁS
IMPORTANTE DE EUROPA DURANTE EL SIGLO XVIII.

La Revolución francesa
La Revolución francesa puede ser considerada como el hecho histórico más
importante de Europa durante el siglo XVIII, un evento determinante para el futuro
y desarrollo político del mundo occidental. Fue una revolución que cambió la
manera de ver el mundo y de ordenar las sociedades. 1789 fue el año en el cual
los franceses derrocaron en forma definitiva a la monarquía. Esta revolución
también acabó con el poder de la nobleza y cerró un nuevo pacto social en el
cual la libertad, la igualdad y la fraternidad serían las líneas a seguir. La
restructuración social de Francia para esta época aseguraría además que la
burguesía iniciara su camino hacia la conquista del poder político.

Causas
Las ideas de la Ilustración son seguramente el propulsor ideológico1 más
relevante a la hora de entender las causas de esta revolución. Los pensadores
ilustrados como Rousseau, Voltaire o Montesquieu sentaron las bases de un
nuevo sistema de pensamiento en el que primaban la justicia social, la
representación del pueblo y la libertad, esta última como bandera máxima. Hubo,
sin embargo, eventos sociales y políticos que avivaron la llama revolucionaria, ya
bien nutrida con pensamientos libertarios. A finales del siglo XVIII, Francia
mantenía una estructura social que se conoce como el Antiguo Régimen. Dividido
en Tres Estados (clases sociales), el pueblo francés no había visto aún las
posibilidades de que reinase la igualdad. El Primer Estado (1% de la sociedad)
estaba conformado por el clero, vale decir, miembros de la Iglesia que poseían
grandes cantidades de tierra y no pagaban impuestos. La Iglesia para este
momento “recompensaba” a la sociedad a través de obras de caridad o escuelas
de educación religiosa. El Segundo Estado (2% de la sociedad), conformado por
los nobles, tampoco pagaba impuestos. Los nobles, además, eran grandes
terratenientes. Por último, estaba el Tercer Estado (compuesto por el 97% de la
sociedad), el cual agrupaba tanto a los campesinos más pobres quienes debía
pagar más del 50% de sus ganancias en impuestos, como a los trabajadores y a
los burgueses. Los burgueses, en muchos casos, tenían tanto o más dinero que
los nobles. Eran banqueros, expertos artesanos, comerciantes, profesionales
liberales y por lo general estaban bien educados y muy inspirados por las ideas de
la Ilustración. En las mentes burguesas de los franceses del momento rondaba la
idea de que la carga de impuestos debía repartirse mejor, y que ellos como grupo
social con poder adquisitivo, también debían tener representación en el gobierno.
Por ese entonces, la población francesa era aproximadamente de 2.600.000 de
habitantes, de los cuales 120.000 pertenecían al clero y 400.000, a la nobleza. El
resto de la población, es decir la gran mayoría, pertenecía al Tercer Estado. La
estructura era inequitativa y por ello, esta situación debía eventualmente cambiar.
Claro está, en este sistema del Antiguo Régimen, el poder político, social y
económico estaba controlado por la nobleza y el clero, lo que provocó un aumento
en las tensiones sociales.

La burguesía disputó el poder político a la monarquía y, aunque los campesinos


estaban muy afectados por la carga fiscal, fueron los burgueses bien educados
quienes tomaron la vocería para estas mayorías oprimidas porque a ellos les
convenía mostrar una aplastante mayoría en la disputa. El inconformismo era
generalizado, y era hora de cambiar el orden político y social tratando de que se
acercara lo más posible a los principios de la Ilustración y el pensamiento liberal.
Sumado a la inconformidad por la falta de representación y una pesada carga
fiscal, Francia atravesaba para entonces una terrible crisis económica. Durante la
segunda mitad del siglo XVIII, se involucró en numerosas guerras continentales
y brindó apoyo al ejército independentista en los Estados Unidos. Esto condujo por
supuesto, a un altísimo deficiente fiscal que llevó al Estado francés a la quiebra,
pues no podía sostener el lujo y el derroche de la monarquía, y al mismo tiempo,
financiar sus políticas sociales. Además, los franceses enfrentaron una fuerte
sequía entre 1787 y 1789, que mermó drásticamente la producción agrícola. Los
precios del trigo y del pan aumentaron, la producción textil descendió y el
desempleo tanto en el campo como en la ciudad era muy grave.

La crisis
Con una situación política tan desigual y con los alimentos caros y escasos, era
fácil que las clases menos favorecidas se dejasen guiar por la burguesía hacia
una revolución. Un ejemplo claro de ello fue la sublevación popular en París
conocida como “la marcha de las mujeres”. Un gran número de mujeres, armadas
con cuchillos y hoces, marcharon en señal de protesta hacia el Palacio de
Versalles, símbolo por excelencia del derroche y la corrupción de la realeza a la
que poco le importaba la situación que padecía el Tercer Estado. Las mujeres
marcharon en contra de los elevados precios de la harina y el trigo, que
generaban a su vez, un aumento en los precios del pan. Empezaba a hacerse
visible la inconformidad con actos violentos de desesperación. Las mujeres
marcharon valientemente, sin saber que, a la larga, no gozarían de los derechos
que otorgaría el gobierno de la Revolución a la población. Ante la situación tan
compleja, algunos ministros le aconsejaron al rey Luis XVI, que gravara a la
Iglesia y la nobleza con algunos impuestos y atenuar así la carga para los más
pobres. Como era de esperarse, ambos Estados rechazaron la propuesta e
iniciaron también una revuelta el 7 de junio de 1788 en la ciudad de Grenoble.
Conocemos este momento como la revuelta de los privilegiados.

Indignado por la protesta de los privilegiados, el Tercer Estado salió a marchar a


las calles. El rey envió sus tropas, las cuales fueron recibidas con violentos
ataques de tejas lanzadas desde los techos de los edificios. Este hecho es
conocido como la “jornada de las tejas” y para algunos historiadores, este
momento marcó el verdadero inicio de la Revolución francesa.
Ante la inminente amenaza de una revolución violenta, en mayo de 1789, Luis XVI
decidió convocar a una reunión de los Estados Generales, para acordar medidas
que pusieran fin a la crisis. Los Estados Generales era una asamblea conformada
por representantes de cada estamento social (clero, nobleza, Tercer Estado y
representantes de las ciudades) y era convocada cuando las crisis amenazaban la
estabilidad política de Francia y esto obligaba a tomar decisiones concertadas.
Este encuentro, se convirtió en la etapa definitiva para dar inicio a la
revolución.
A la hora de votar para tomar decisiones frente a la crisis, los miembros del Tercer
Estado exigieron que todos los diputados de la asamblea se unieran y votaran en
forma individual. Pidieron esto para que los miembros de los dos primeros estados
no fueran mayoría ni tomasen decisiones que dieran ventaja a los privilegiados.
Querían ser escuchados y tenidos en cuenta; querían que por fin los acuerdos
beneficiaran a los más pobres. Una vez más, el clamor de igualdad fue ahogado:
la petición fue negada por la mayoría de los privilegiados, pues estos no querían
perder su poder ni su dinero. Esta fue la gota que derramó la copa: los miembros
del Tercer Estado optaron por constituirse en Asamblea Nacional del pueblo y
comunicaron a los demás Estados que sesionarían con o sin ellos. Algunos nobles
y la mayoría de los miembros del clero se unieron a la Asamblea Nacional.
Muchos se unieron por miedo a ser atacados y otros porque simpatizaban con las
ideas burguesas de reconstrucción del Estado. Como era de esperarse, el rey
rechazó la medida. Presionado por los nobles, el 19 de junio de 1789 ordenó
cerrar el salón donde sesionaba el Tercer Estado y poner guardias para impedir el
acceso. Esto no hizo más que empeorar la situación. En respuesta, los miembros
de la Asamblea se trasladaron a otro edificio, cercano al lugar en el que la
aristocracia solía practicar un juego de pelota; allí hicieron el juramento que se
conoce como “El juramento del juego de la pelota”, comprometiéndose
a no disolverse ni salir de allí hasta que hubiesen redactado una nueva
Constitución para Francia. La Asamblea Nacional se organizó como Asamblea
Constituyente ante el júbilo y el respaldo de amplios sectores de la
sociedad. El rey, desconectado de la realidad, desconoció a la Asamblea Nacional
y ordenó reunir en París un contingente de tropas para la defensa. En respuesta,
el 14 de julio de 1789, un movimiento popular integrado por campesinos,
artesanos y burgueses, atacó y tomó la cárcel La Bastilla, un símbolo de la tiranía
real en la que recluían algunos opositores al régimen. En realidad, el día de la
toma, había tan solo siete prisioneros y todos eran aristócratas. La noticia de la
toma de La Bastilla se esparció con rapidez por toda Francia, e impulsó revueltas
por todo el territorio. Como consecuencia de estas revueltas, fueron abolidos los
derechos feudales, los diezmos y se expropiaron tierras a la Iglesia. Todo iba
hacia un camino de cambio genuino y definitivo.

Los Derechos del Hombre y de Ciudadano y la Constitución


Un mes después, la Asamblea proclamó la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, en cuyo preámbulo se declaran los derechos naturales,
inalienables y sagrados del hombre. Estos son: la libertad, la propiedad, la
seguridad y la resistencia a la opresión. La declaración es de una importancia
innegable, pues dio el fundamento ideológico para la construcción de un estado
moderno, representativo y democrático. A su vez, se promulgó finalmente una
nueva Constitución (1791) para transformar a Francia en un sistema liberal; pasó
a ser una monarquía constitucional. Se dio entonces un paso enorme: se decidió
que el rey obtenía su poder del pueblo en lugar de ser considerado un enviado de
Dios (concepto de derecho divino implementado desde la Edad Media y empleado
con mucho éxito por Luis XIV). Así, el rey ya no tenía poder absoluto. Además,
debía gobernar para el pueblo. Hubo otros grandes avances en esta primera
constitución:

• En lo político: todos los hombres son iguales ante la ley; se limita el poder de
la monarquía; se crea la Asamblea Nacional Legislativa para hacer las leyes; se
otorga derecho a quienes pagan impuestos a elegir los futuros miembros de
la Asamblea Legislativa.
• En lo socioeconómico: se declaran abolidos los privilegios de la nobleza;
se acaba oficialmente con el feudalismo; se autoriza el cobro de impuestos según
la capacidad de pago; se prohíben los sindicatos; se compensa a la nobleza por
las tierras invadidas por los campesinos.
• En lo religioso: se declara la libertad de cultos; se expropian las tierras de la
Iglesia; se coloca a la Iglesia Católica francesa bajo el mando del Estado; se
autoriza la elección de obispos y sacerdotes y el pago de un salario mensual.
Con esta constitución se promovieron los ideales del liberalismo político, se separó
el poder en tres ramas: legislativa, ejecutiva y judicial (Montesquieu) y se propuso
la soberanía nacional e igualdad legal entre los ciudadanos.
Todos estos avances demostraban el hastío frente al absolutismo, el profundo
impacto de las ideas ilustradas y el genuino poder de las masas descontentas.
También consolidaban a la burguesía como el motor de cambio social más
importante de la época. Para la Europa del momento, estos cambios eran casi
impensables, pero estaban ocurriendo: una gran potencia (así estuviera quebrada
financieramente) estaba cambiando de manera definitiva su estructura
socioeconómica y política. Una vez promulgada la Constitución de 1791, la
Asamblea Nacional Constituyente terminó sus funciones y se formó una
Asamblea Nacional Legislativa. Su trabajo era expedir las leyes y normas jurídicas
que permitirían gobernar el país bajo los preceptos ilustrados. Se incluyeron
cambios tan importantes como prohibir el encarcelamiento por deudas y la
creación de un sistema de pesas y medidas para controlar al poder, evitando
cualquier indicio de absolutismo.
Dentro de esta Asamblea, se destacaron varios grupos, entre ellos los realistas,
seguidores de la monarquía, que pronto desaparecieron del escenario político en
esta etapa de los acontecimientos; los jacobinos, radicales partidarios de la
República y la soberanía popular; y los girondinos, un sector moderado defensor
de una monarquía constitucional. A pesar de los grandes avances en términos
legislativos y sociales, Francia seguía teniendo profundas divisiones. No obstante,
el verdadero problema que enfrentaba la naciente República no venía de su
interior. Más bien había muchas fuerzas externas confabulando para que esta
revolución no culminara bien, y menos para que las ideas que traía consigo se
esparcieran por Europa. Ante la inminencia del cambio, muchos nobles buscaron
refugio en otros países para proteger sus vidas. Desde allí formaron el grupo de
los exiliados o emigres que hicieron frente a los revolucionarios para defender sus
intereses.

Algunas potencias como Austria y Prusia, temerosas de que las ideas llegasen a
sus países y derrocaran sus absolutismos, y en respaldo al rey (que era de la casa
Borbón como lo eran ellos también), tenían el serio interés de intervenir con sus
ejércitos en Francia para frenar el avance de las ideas revolucionarias. Así las
cosas, los diputados jacobinos, aprovechando su gran influencia en la Asamblea
Legislativa, presionaron al rey para que declarara la guerra a Austria. E respuesta,
el duque de Brunswick, en cabeza del ejército austriaco, redactó un manifiesto
donde anunciaba que “París sería destruida y arrasada”. Esta guerra alimentó otra
revolución popular, encabezada por los jefes jacobinos, entre ellos Maximiliano de
Robespierre.

ACTIVIDAD 2 SEGUNDO PERIODO


1. Explique que es la revolución francesa según el texto.
2. Enumere las causas según el texto de la revolución francesa.
3. Lea el tema la crisis y explíquelo con sus propias palabras.
4. Explicar cómo se crearon los derechos del hombre y del ciudadano y la
constitución.
5. Escriba y explique los avances que se dieron en la primera constitución.
6. Saque palabras desconocidas busque el significado y realiza una sopa de
letras.
7. ¿Qué situación de injusticia social hay en Colombia que requiera ser
cambiada en forma urgente?
8. ¿Si estuviera en sus manos cambiar algo de la realidad social colombiana
que considera injusto, cómo lo haría?
9. Según el video ‘’ Las ideas de la Revolución Francesa’’ saque las ideas
más importantes del video.
10. Según el video ‘’la revolución francesa’’ escriba 10 características
explicando el video

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