La Araucana

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9

“ ‘La Araucana ' fue un libro exitoso, un

gran negocio editorial”


Luis Gómez Canseco, editor de la reciente publicación
de La Araucana de la RAE, comenta los secretos de la
vida de Alonso de Ercilla y habla sobre la popularidad
del libro entre los lectores del siglo XVI. Cuenta que a
Ercilla “le encantaba la truculencia” y celebra su talento
narrativo e influencia literaria: “Cervantes aprendió
mucho de Ercilla”.
Elena Irarrázabal Sánchez

Sabemos muchas cosas de Ercilla y no todas buenas, pero sí que


fue un narrador impresionante. Narra con ligereza, su libro fue un
entretenimiento, como las series hoy”.
Como paje real, Ercilla acompaña al futuro Felipe II en sus viajes,
como cuando se casa con María Tudor en Londres. Allí decide
pasar a América a buscarse una vida”.
Joven y arrebatado, Alonso de Ercilla (1533-1594) estuvo a punto
de morir en Chile por un pleito absurdo: tuvo un incidente con
otro español y salieron a relucir las espadas. Fue condenado a
muerte y a última hora le perdonaron la vida. Gracias a eso,
Europa pudo saber de la “fértil provincia y señalada / En la región
Antártica famosa / De remotas naciones respetada / por fuerte,
principal y poderosa”.
Poco después del pleito, Ercilla retorna a España y de su pluma
surge el poema épico que se convertirá en un clamoroso éxito
editorial, leído por nobles y soldados rasos, como explica Luis
Gómez Canseco (1963). Reconocido profesor de la Universidad
de Huelva y editor de la edición de La Araucana (2022) impulsada
por la RAE, el académico asistió en Chile al encuentro “Épica y
Literatura”, en preparación del gran congreso de hispanistas que
habrá en Santiago, en 2025.
Los 37 cantos de la obra de Ercilla narran la expedición de García
Hurtado de Mendoza que llega a Chile ante las sublevaciones
indígenas en 1557 y que integra Ercilla. La obra ensalza las
hazañas españolas, pero no teme describir la valentía de
Caupolicán, Lautaro y las bravas mujeres mapuches. Todo esto
combinado con hechos legendarios o fantásticos, como la historia
de la reina Dido (narrada antes por Virgilio) o la descripción de la
batalla de Lepanto por el mago Fitón, cuya bola mágica lo acerca
a distintos lugares del mundo (¿una anticipación de Google
Earth?)
—¿Fue realmente “La Araucana” un best seller del siglo XVI?
—Absolutamente.
—¿Cómo definiría a “La Araucana”?, ¿como un gran poema o una
gran narración?
—Diría, como primera cosa y fundamental, que es un libro
entretenido. Funcionó, en cierta manera, como un cómic en la
época. Es un relato donde pasan muchas cosas; Ercilla es un
narrador impresionante. La primera parte de La Araucana, que se
publica en 1568, tuvo un gran éxito y fue un gran negocio
editorial. Hasta entonces, se habían escrito muy pocos poemas
épicos. Y de pronto, tras Ercilla, hubo una explosión de este tipo
de libros. De hecho, estoy seguro de que Cervantes lo lee con
mucha atención.
—¿Por qué tan seguro?
—En primer lugar, porque Cervantes se refiere de manera expresa
y elogiosa a la obra de Ercilla. También, porque hay textos de El
Quijote que solo cabe explicar a la luz de otros textos paralelos
de La Araucana. Fue, sin duda, un libro del que Cervantes extrajo
importantes lecciones literarias.
—Y luego, en “El Quijote”, Cervantes salva a “La Araucana” de
la hoguera de libros.
—Es que Cervantes era un buen lector. Aprovecha el escrutinio de
los libros para decir cuál le parece bien y cuáles mal. La
Araucana es un libro estupendo como narración y Cervantes lo
sabe.
Vender libros en el siglo XVI
—¿Por qué el éxito de la obra?
—Para los lectores de esa época fue un libro extraordinario.
Contaba acontecimientos de un territorio lejano e ignoto, y lo
hacía muy bien. Los poemas épicos solían ser pesados, pero
Ercilla narra con ligereza, su libro fue una forma de
entretenimiento, como son las series hoy. Ercilla lo que hace es
abrir el género, que en principio parece muy culto, y sofisticado, a
una tipología capaz de atraer a distintos lectores. En la segunda
parte integra también historias amorosas. Además, a Ercilla le
interesaba ganar dinero. Aprovecha sus relaciones con la corte y el
sistema de producción del libro, para convertir su obra en un
negocio poderoso, tanto para el mercado editorial como para su
autopromoción en la corte.
—Es curioso hablar de “mercado editorial” en el siglo XVI.
—Existían librerías, y no solamente eso, existían negocios de
alquiler de libros. De hecho, hay textos donde se critica a las
mujeres por gastar demasiado dinero en alquilar libros. En esa
época, la conversión de la literatura en un producto comercial
cambia por completo el panorama. Y los libreros, que eran
también editores, empiezan a hacerles notar los intereses de los
lectores a los autores. En cierta medida, es lo que hace la familia
Robles, que eran los libreros de Cervantes. En el caso de Ercilla,
él consigue permiso para controlar las ventas de La Araucana en
todos los reinos españoles, incluyendo América. Además,
consigue que sus libros sean más caros, pues el precio lo fijaba la
corona.
—Ercilla era muy prolijo en la edición.
—Fue un escritor obsesionado con la revisión de su escritura y
con el control en la producción de sus libros. Hay correcciones a
mano que se repiten en varios ejemplares de una misma edición,
fruto de revisiones a última hora. Y cada vez que publica una parte
de La Araucana prepara un ejemplar para Felipe II, que se
conservan en el Escorial. Con cubiertas distintas, correcciones
hechas a mano y detalles especiales.
Un pobre paje real
Con poco más de 20 años, Alonso de Ercilla se embarca a
“buscarse una vida” en América. No tenía fortuna, pero sí una
educación sólida y renacentista. Había perdido muy pequeño a su
padre, quien era un importante asesor jurídico de Carlos V y por
eso fue educado en la corte como paje real. El joven llega a Chile
acompañando a García Hurtado de Mendoza. Solo estará 18 meses
en Chile, pero ese período le inspira las tres partes de La
Araucana, que presenta en 1569, 1578 y 1589.
—Ser paje de Felipe II no era poca cosa.
—Los pajes son niños que deben jugar con el príncipe e ir a clases
con él. Ercilla recibe, por eso, una buena formación y mantiene un
vínculo con Felipe II que dura toda la vida. Como paje, acompaña
al príncipe en varios viajes, entre ellos cuando se casa con María
Tudor en Londres. Pero allí siente que no tiene nada propio y
decide pedir permiso para pasar a América a buscarse una vida.
—¿Cuál es el valor poético de “La Araucana”?
—Ercilla no es Góngora ni Garcilaso, pero crea algo que no
existía antes, que fue muy importante. En esa época, Garcilaso era
el príncipe de los poetas y Ercilla llega a alcanzar un puesto
similar. Son dos príncipes complementarios: Garcilaso fue como
Los Beatles para la época, tuvo un impacto tremendo que cambia
el lenguaje generacional, pero no había escrito poesía épica. Y
Ercilla toma una serie de modelos, pero sobre esa base crea algo
nuevo. Por ejemplo, Aristóteles dice que el ‘yo' no debe aparecer
en la épica y Ercilla se pone en el centro. Al final, su obra es, en
cierta medida, una autobiografía, donde aparece como un hombre
bueno, guapo, limpio y extraordinario.
—¿No lo era?
—Somos seres complejos, y los escritores no necesariamente son
santos. Ercilla queda huérfano muy pequeño. Su familia tiene un
pleito con la corona y pierde sus bienes, entonces toda la familia
entra al servicio real. Creo que esa orfandad y carencias
condicionan en gran medida su vida. Su padre era vasco, de una
nobleza intermedia, y fue un gran especialista en derecho, en la
Universidad de Bolonia, cercano al emperador Carlos I. Si no
hubiera muerto, probablemente su hijo hubiese tenido una vida
distinta.
—Menos empecinada en el dinero y la posición.
—Uno de los problemas de Ercilla es que conservamos muchísima
documentación de él. Sabemos muchas cosas suyas y no todas
buenas. Hay una parte de su vida que va a estar marcada por la
búsqueda de dinero y de un acomodo social. Era un prestamista y
además implacable. Su especialidad eran los jóvenes herederos de
las familias nobles. En cambio, en La Araucana se presenta como
un caballero impecable, un ejemplo moral.
Galvarino y Tegualda
—De las descripciones de guerreros mapuches en “La Araucana”,
¿prefiere alguna?
—Los guerreros mapuches tienen una potente individualidad en la
narración de Ercilla. Las figuras de Lautaro y Caupolicán son
deslumbrantes. Ya Rubén Darío supo destacar la de este último,
cuya muerte es un episodio extraordinario. No obstante, me quedo
con la figura de Galvarino. Le cortan las manos y, aun así, sigue
arengando a los suyos y luchando por la libertad de su tierra.
—¿Ercilla tuvo una postura más cercana a los indígenas?, ¿o
resalta los méritos del enemigo para engrandecer al triunfador?
—Todo eso, simultáneamente. Algunos españoles decían en
Europa que luchar contra estos indígenas era irrelevante. Ercilla se
esfuerza en mostrar que no, que eran un enemigo poderoso y las
victorias, muy valiosas. Por otro lado, el autor tiene la inteligencia
literaria de dar un protagonismo a los indígenas. Los presenta no
como un colectivo, sino individualizados, con rasgos propios.
—Sorprende la descripción de mujeres como Guacolda, Fresia,
Tegualda, Glaura.
—Los episodios protagonizados por mujeres araucanas se
incorporan en la segunda parte y tercera del poema, y le sirvieron
a Ercilla para dar una variedad temática a la trama. Conocemos las
fuentes literarias directas de varios de ellos, pero tenemos también
la certeza de que a los españoles les impresionó profundamente la
presencia de mujeres araucanas al lado de los guerreros en los
enfrentamientos militares.
Guiños de humor
—¿Cuál fue su objetivo al editar un libro tan conocido y
publicado?
—A mí La Araucana me gustaba desde pequeño. Tengo un
vínculo afectivo con la obra, pero en esta nueva edición me
propuse que mi trabajo fuera significara un avance en varias
dimensiones. En primer lugar, en el texto. He cotejado, no sé,
entre 70 y 100 ediciones de la obra. Han sido muchos años de
estudio y trabajo para reconstruir el texto de Ercilla de la manera
más exacta. También he podido mostrar algunas fuentes
desconocidas y curiosas que utilizó Ercilla para sus narraciones.
Por ejemplo, cuando narra la descripción del mundo que realiza el
mago Fitón, está utilizando un libro de geografía universal de un
autor italiano, Paulo Jovio.
—¿Y hoy diría que el modelo principal de “La Araucana” fue
“Orlando Furioso”, el poema caballeresco del italiano Ludovico
Ariosto?
—Diría que los modelos son dos: el Orlando Furioso y
la Farsalia de Lucano. Este último es un poema épico romano,
muy posterior a Virgilio, que trata de la guerra civil entre
Pompeyo y César. También Orlando Furioso, por ejemplo, en el
humor. Hay varios guiños humorísticos, como el episodio en que
unos indígenas apuestan sobre el resultado de una batalla. Uno de
ellos dice que apuesta a su esposa y Ercilla desliza que quiere
perder la apuesta y la esposa.
—Usted celebra su narración de batallas.
—Son tremendas, incluida la de la batalla de Lepanto. A Ercilla le
encantan las truculencias. Eso de que a un soldado le entra una
flecha en el ojo y se la saca. Le encanta (ríe).
—Y para terminar, ¿cuál es su estrofa preferida de “La
Araucana”?
—He de decir que hay muchas, como algunas sobre
enfrentamientos armados, pero me quedo con la que cierra el
poema, que mi padre me enseñó cuando era poco más que un
niño:
Y yo, que tan sin rienda al mundo he dado
el tiempo de mi vida más florido
y siempre por camino despeñado
mis vanas esperanzas he seguido,
visto ya el poco fruto que he sacado
y lo mucho que a Dios tengo ofendido,
conociendo mi error, de aquí adelante
será razón que llore y que no cante.

“ ‘La Araucana ' fue un libro exitoso, un gran negocio editorial” (elmercurio.com)

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy