La extinción de la obligación tributaria puede producirse por pago, prescripción, compensación o condonación. El pago extingue la deuda tributaria y libera al deudor cuando se realiza el ingreso de su importe en las cajas competentes o cuando se utilizan efectos timbrados. El pago por tercero es posible pero este no adquiere la posición de deudor tributario. La Administración puede percibir los pagos en el orden que determine.
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La extinción de la obligación tributaria puede producirse por pago, prescripción, compensación o condonación. El pago extingue la deuda tributaria y libera al deudor cuando se realiza el ingreso de su importe en las cajas competentes o cuando se utilizan efectos timbrados. El pago por tercero es posible pero este no adquiere la posición de deudor tributario. La Administración puede percibir los pagos en el orden que determine.
La extinción de la obligación tributaria puede producirse por pago, prescripción, compensación o condonación. El pago extingue la deuda tributaria y libera al deudor cuando se realiza el ingreso de su importe en las cajas competentes o cuando se utilizan efectos timbrados. El pago por tercero es posible pero este no adquiere la posición de deudor tributario. La Administración puede percibir los pagos en el orden que determine.
La extinción de la obligación tributaria puede producirse por pago, prescripción, compensación o condonación. El pago extingue la deuda tributaria y libera al deudor cuando se realiza el ingreso de su importe en las cajas competentes o cuando se utilizan efectos timbrados. El pago por tercero es posible pero este no adquiere la posición de deudor tributario. La Administración puede percibir los pagos en el orden que determine.
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TEMA 8:
LA EXTINCIÓN DE LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA.
1. La extinción de la obligación tributaria.
Una vez cuantificada la obligación tributaria procede ahora
abordar la extinción de la misma.
La obligación tributaria es una especie más dentro del
amplio elenco de las obligaciones. Por tanto, le es aplicable la elaborada doctrina que para las obligaciones se ha desarrollado en el ámbito del Derecho privado. Sin perjuicio de las especialidades que aparezcan en la disciplina jurídica autónoma que constituye el Derecho Financiero y Tributario. La concurrencia de un acreedor tan cargado de singularidades como es la Administración tributaria, que ha de actuar de acuerdo con las exigencias del principio de legalidad tributaria, justifican la aparición de un procedimiento. Así, por ejemplo, sin ir más lejos el pago como modo de extinción de la deuda tributaria requiere el cumplimiento de un procedimiento previo del que la culminación es el propio pago.
Las fuentes reguladoras de la extinción de la obligación
tributaria, además de lo que provenga del fondo jurídico común, se encuentran fundamentalmente en dos cuerpos normativos:
Primero, en los artículos 59 y siguientes de la Ley
58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria, donde se regula la extinción como un aspecto de la culminación de la relación jurídico-tributaria. Segundo, en los artículos 32 y siguientes del Reglamento General de Recaudación, aprobado por Real Decreto 939/2005, de 29 de julio, donde se regula el procedimiento y funcionamiento de la recaudación. 2
Con carácter general las causas de extinción de las
obligaciones en nuestro Derecho figuran en el artículo 1.156 CC. En los siguientes términos: "Las obligaciones se extinguen: por el pago o cumplimiento por la pérdida de la cosa por la condonación de la deuda por la confusión de los derechos de acreedor y deudor por la compensación por la novación".
Algunas no son aplicables "ab initio" al ámbito tributario,
como es la pérdida de la cosa debida (dado el carácter fungible dinero- de la cosa debida), y la novación (dada la indisponibilidad de la obligación tributaria).
El art. 59. 1 LGT determina que: "Las deudas tributarias
podrán extinguirse por pago, prescripción, compensación o condonación, por los medios previstos en la normativa aduanera y los demás medios previstos en las leyes"
II. El pago.
Concepto: mediante el pago el deudor satisface a la
Administración tributaria las prestaciones de contenido económico en las que consiste la deuda tributaria, y queda extinguida dicha deuda tributaria y el deudor liberado.
En cuanto a los sujetos el art. 33. 3 Reglamento General de
Recaudación dispone: "Puede efectuar el pago, en período voluntario o en período ejecutivo, cualquier persona, tenga o no interés en el cumplimiento de la obligación, ya lo conozca o lo apruebe, ya lo ignore el obligado tributario". Por tanto, se admite en el ámbito tributario el llamado pago por tercero. Sin embargo, el tercero no pasa a ocupar la posición de deudor tributario, puesto que según el párrafo segundo del art. 33. 1 RGR: "El tercero que pague la deuda no estará legitimado para ejercitar ante la Administración los derechos que correspondan al obligado al pago" 3
Siguiendo con los sujetos es imperativo realizar el pago que
corresponda ante el órgano competente. En este sentido dispone el art. 33. 2 RGR que: "El pago de las deudas podrá realizarse en las cajas de los órganos competentes, en las entidades que, en su caso, presten el servicio de caja, en las entidades colaboradoras y demás personas o entidades autorizadas para recibir el pago, directamente o por vía telemática, cuando así esté previsto en la normativa vigente". En ese mismo sentido se pronuncia el art. 61. 1 LGT respecto al pago en efectivo, El art. 33. 3 RGR señala: "Los pagos realizados a órganos no competentes para recibirlos o personas no autorizadas para ello, no liberarán al deudor de su obligación de pago, sin perjuicio de las responsabilidades de todo orden en que incurra el preceptor que admita indebidamente el pago".
El objeto del pago es la deuda tributaria con el contenido del
art. 58 LGT.
En los plazos hay que distinguir los siguientes casos:
En el caso de las autoliquidaciones, según el art. 62. 1 LGT: "deberán pagarse en los plazos que establezca la normativa de cada tributo". En el caso de deudas tributarias resultantes de liquidaciones por la Administración, el pago en período voluntario deberá hacerse en los siguientes al art. 62. 2 LGT, es decir: l. Si la notificación de la liquidación se realiza entre los días 1 y 15 de cada mes, desde la fecha de recepción de la notificación hasta el día 20 del mes posterior o, si éste no fuera hábil, hasta el inmediato hábil siguiente. 2. Si la notificación de la liquidación se realiza entre los días 16 y último de cada mes, desde la fecha de recepción de la notificación hasta el día cinco del segundo mes posterior o, si éste no fuera hábil, hasta el inmediato hábil siguiente. El pago en período voluntario de las deudas de notificación colectiva y periódica que no tengan establecido otro plazo en sus normas reguladoras, deberá efectuarse en el período comprendido entre el día 1 de septiembre y el 20 de noviembre o, si éste no fuera hábil, hasta el inmediato hábil siguiente (art. 62. 3 LGT). 5
Los supuestos de suspensión del ingreso de la deuda tributaria
son dos: En los supuestos en los que la ley de cada tributo lo admita, el ingreso de la deuda de un obligado tributario podrá suspenderse total o parcialmente, sin aportación de garantía y a solicitud de éste, si otro obligado presenta una declaración o autodeclaración de la que resulte una cantidad a devolver o una comunicación de datos, con indicación de que el importe de la devolución, que pueda ser reconocido se destine a la cancelación de la deuda cuya suspensión se pretende. El importe de la deuda suspendida no podrá ser superior a la devolución solicitada. La deuda suspendida quedará total o parcialmente extinguida en el importe que proceda de la devolución reconocida, sin que sean exigibles intereses de demora sobre la deuda cancelada con cargo a la devolución. El ingreso de la deuda de un obligado tributario se suspenderá total o parcialmente, sin aportación de garantías, cuando se compruebe que por la misma operación se ha satisfecho a la misma u otra Administración una deuda tributaria o se ha soportado la repercusión de otro impuesto.
El art. 65. 1 LGT dispone: "Las deudas tributarias que se
encuentren en período voluntario o ejecutivo podrán aplazarse o fraccionarse en los términos que se fijen reglamentariamente y previa solicitud del obligado tributario, cuando su situación económica-financiera le impida, de forma transitoria, efectuar el pago en los plazos establecidos"
Sin embargo, no podrán ser objeto de aplazamiento o
fraccionamiento según el art. 65. 2 LGT: las deudas tributarias cuya exacción se realice mediante efectos timbrados. Las deudas tributarias correspondientes a obligaciones tributarias que deba cumplir el retenedor o el obligado a realizar ingresos a cuenta.
7 El efecto esencial del pago es la extinción de la obligación tributaria con la consiguiente liberación del obligado tributario:
El pago se entiende efectuado en efectivo "cuando se
haya realizado el ingreso de su importe en las cajas de los órganos competentes, oficinas recaudadoras o entidades autorizadas para su admisión" (art. 61. 1 LGT). En caso de empleo de efectos timbrados se entenderá pagada la deuda tributaria cuando aquéllos se utilicen en la forma que reglamentariamente se determine (art. 61. 2 LGT). En cuanto al pago en especie la deuda tributaria se extinguirá en el momento señalado en las normas que lo regulen (art. 61. 3 LGT). En cuanto al pago con bienes del Patrimonio Histórico Español, este pago sólo se produce mediante la aceptación expresa por la Administración tributaria.
Con relación a su extinción mediante el pago el art. 63. 1
LGT señala que: "Las deudas tributarias son autónomas. El obligado al pago de varias deudas podrá imputar cada pago a la deuda que libremente determine"
En este sentido el art. 63. 2 LGT el derecho de la
Administración tributaria a percibir los anteriores dispone: "El cobro de un débito de vencimiento posterior no extingue en descubierto".
En cuanto a la imputación de pagos el art. 63. 2 y 3 LGT
establece que en los casos de acumulación de deudas tributarias del mismo obligado en supuestos de acumulación forzosa, la aplicación del pago a la deuda más antigua y la preferencia de las deudas tributarias a favor de una Administración con respecto a las de otras entidades de Derecho público dependientes de esta misma Administración". III. La prescripción.
La prescripción es una forma de extinción tanto de las
obligaciones tributarias, como de las responsabilidades derivadas de la comisión de las infracciones tributarias.
La LGT regula la prescripción de las obligaciones
tributarias en los arts. 66 a 70, y de las infracciones y sanciones en los arts. 189 y 190. De estos preceptos se deduce que prescribirán a los cuatro años:
a) El derecho de la Administración para determinar la deuda
tributaria mediante la oportuna liquidación. b) El derecho de la Administración para exigir el pago de las deudas tributarias liquidadas y autoliquidadas. c) El derecho a solicitar las devoluciones derivadas de la normativa de cada tributo, las devoluciones de ingresos indebidos y el reembolso de las garantías. d) El derecho a obtener las devoluciones derivadas de la normativa de cada tributo, las devoluciones de ingresos indebidos y el reembolso de las garantías. e) El derecho a exigir el cumplimiento de las obligaciones formales exigidas por la normativa tributaria. f) El derecho a imponer sanciones tributarias. g) El derecho a exigir el pago de las sanciones tributarias. Respecto al cómputo de los plazos, determinar el momento a partir del cual deben computarse los plazos legales de prescripción. La determinación precisa de ese momento viene exigido por el principio de seguridad jurídica. La LGT distingue al respecto entre los distintos supuestos de prescripción:
* El derecho a liquidar la deuda inicia su cómputo el día
siguiente al que finalice el plazo reglamentario para presentar la correspondiente declaración o liquidación.
* El derecho a exigir el pago de las deudas liquidadas se
computará desde el día siguiente al que finalice el plazo de pago en período voluntario. Dicho Derecho a exigir el pago se ejerce, una vez finalizado el período de pago voluntario, a través de la vía ejecutiva. Por tanto, lo que determina el precepto es el momento a partir del cual la Administración puede iniciar el procedimiento de ejecución de la deuda. IV. OTROS MODOS DE EXTINCIÓN.
o La compensación (art. 71 y ss. LGT).
Las deudas se extinguen por compensación cuando dos personas son recíprocamente acreedoras y deudoras la una de la otra. El único supuesto en Derecho Tributario se produce cuando el Estado acepta una herencia, en cuyo caso el Estado es deudor y acreedor del correspondiente Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD). La compensación no es automática sino que debe solicitarse a la Administración, siendo discrecional su concesión. Además, la deuda de la Administración debe estar reconocida por un acto administrativo firme.
o La condonación (art. 75 LGT).
Son aquellos casos en los cuales el acreedor manifiesta su voluntad de extinguir (perdonar) en todo o en parte su derecho de crédito, sin recibir nada a cambio. La condonación de una deuda tributaria deberá venir siempre reconocida por una ley aprobada en las Cortes Generales. Se trata de casos excepcionales, por ejemplo: eximir de tributar por el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) en una determinada región en la que se han producido desastres naturales, como inundaciones, incendios o terremotos. o La insolvencia probada del deudor (art. 76 LGT). La deuda tributaria también se extingue por "insolvencia probada del deudor". Sin embargo, si el contribuyente, antes de que transcurra el período de prescripción, pasa a mejor fortuna, se le puede volver a exigir la deuda (art. 63 RGR). Por lo tanto, el crédito tributario sólo se extinguirá definitivamente cuando prescriba la correspondiente deuda.