Infodemia

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Rafael Obrero Trucios

1º Comunicación Universidad Loyola

INFODEMIA

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Rafael Obrero Trucios
1º Comunicación Universidad Loyola

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………….3

ARGUMENTOS A FAVOR………………………………………………………………….8

ARGUMENTOS EN CONTRA……………………………………………………………..15

CONCLUSIÓN………………………………………………………………………………21

OPINIÓN…………………………………………………………………………………….24

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………………..27

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INTRODUCCIÓN

Al contrario que la mayoría de temas que trataremos en las monografías, el mío no está en los

medios de comunicación, no es noticia, ni objeto de debate u opinión en prensa, ni siquiera es

demasiado conocido por la opinión pública. Sin embargo, es igualmente (o más) polémico y

actual que los otros.

Pese a ser un término poco conocido y relativamente nuevo, la RAE reconoce y permite el

uso de infodemia a través de Fundéu (2020), su buscador urgente de dudas, que lo define

como “epidemia nociva de rumores que se generan durante los brotes” (5 de Febrero, 2020.

fundéuRAE. Recuperado de https://www.fundeu.es/consulta/infodemia/). De este modo, la

infodemia vendría a ser una pandemia de información, una sobreabundancia de noticias

verdaderas y falsas que confunden y manipulan al consumidor sin que este pueda hacer nada.

La propagación de la COVID-19 ha ido de la mano de este fenómeno y ha disparado el uso

de esta palabreja desconocida para muchos pero que la Organización Mundial de la Salud

(OMS), que fue quien creó la voz inglesa original infodemic, ya lleva empleando unos años.

De hecho, hace casi dos décadas, el periodista estadounidense David Rothkopf ya se refirió a

esta circunstancia aludiendo al SARS, o Síndrome respiratorio agudo grave, que apareció en

noviembre de 2002 y se extendió por el mundo provocando una alarma social que, aunque

no es comparable a la vivida en el último año, también arrastró una densa nube de

información de dudosa veracidad. Rothkopf (2003) publicó un artículo en The Washington

Post en el que decía lo siguiente:

“El SARS es la historia no solo de una epidemia, sino de dos, y la segunda se ha escapado de

los titulares pese a tener unas consecuencias mucho mayores que la propia enfermedad. Eso

es porque no se trata de una epidemia viral si no de una „epidemia de la información‟ que ha

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provocado que el SARS haya pasado de ser una crisis sanitaria a nivel regional en China a

una debacle socioeconómica global. […] ¿Qué quiero decir exactamente con „infodemia‟?

Una serie de hechos, mezclados con miedo, especulaciones y rumores, amplificados y

difundidos por todo el mundo a una gran

velocidad gracias a las nuevas

tecnologías de la información, ha

afectado a la economía, política e

incluso seguridad nacional e

internacional de formas completamente

desproporcionadas con la realidad original. Ya habíamos visto este fenómeno en anteriores

ocasiones y con bastante frecuencia, no solo en nuestra reacción al SARS si no también en

nuestra respuesta al terrorismo o a sucesos de menor relevancia como el avistamiento de

tiburones”. (Rothkopf, D. J. (11 de Mayo, 2003). When the Buzz Bites Back. The

Washington Post. Recuperado de

https://www.washingtonpost.com/archive/opinions/2003/05/11/when-the-buzz-bites-

back/bc8cd84f-cab6-4648-bf58-0277261af6cd/)

Pese a que la infodemia ha estado presente desde hace unas décadas, la globalización y la

expansión de las tecnologías, mayor si cabe en los últimos diez años que en la época del

SARS, la ha multiplicado. Mientras que antes eran los medios de comunicación tradicionales

quie1nes llenaban sus informativos, periódicos, programas, etc. de rumores, especulaciones e

información (independientemente de si era de calidad o no), ahora son las redes sociales las

que tienen un mayor peso en la difusión de este tipo de contenido. Y claro, Instagram,

Twitter, Facebook o Telegram no están compuestos por periodistas que cobran por la

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David Rothkopf (http://internacional.estadao.com.br/blogs/lucia-guimaraes/wp-
content/uploads/sites/129/2013/2013_setembro/Rothkopf_med.jpg)

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información que publican, sino por usuarios que quieren entretenerse, que quieren hacer reír

o que quieren engañar a los demás consumidores, por lo que el riesgo se multiplica.

Me parece oportuno hacer referencia al Modelo de Sociedad Red ideado por el sociólogo y

profesor universitario Manuel Castells. Para Castells (1999), la Sociedad Red es una

comunidad de individuos conectados entre sí cuya finalidad no solo es consumir información,

sino también producir contenidos, interactuar con ellos y modificarlos individual o

colectivamente.

Es el ecosistema perfecto para que la infodemia se reproduzca. Un lugar en el que no para de

producirse, difundirse y recibirse información porque es una misma persona quien produce,

difunde y recibe.

El coronavirus ha disparado este fenómeno. La necesidad de conocer opiniones de expertos,

de estar al tanto de los datos en cada momento y de recibir buenas noticias ha provocado la

difusión de información no siempre fidedigna. Los medios de comunicación se han llenado

de recomendaciones, advertencias y consejos tales como que comer ajo ayuda a prevenir el

coronavirus, que hacer gárgaras con Betadine lo cura, que el calor lo mata, que las vacunas

nos insertan un microchip… todo ello ha contribuido a crear una nube de información

confusa cada vez más difícil de despejar.

Una vez entendido el concepto de infodemia, trataré de responder a las siguientes preguntas:

¿quiénes propician y promueven la infodemia?, y más concretamente… ¿son las redes

sociales y los sitios web los culpables de la infodemia?

Pero antes de adentrarnos en el debate, me gustaría apuntar algunas de las causas de la

infodemia para tratar de entender por qué esta circunstancia está tan a la orden del día.

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Para ello, me apoyaré en un artículo de María Isabel Pascual (Pascual del Riquelme Martínez,

M. I. (15 de Abril, 2020) ¿Por qué creemos en bulos? The Conversation. Recuperado de

https://theconversation.com/por-que-creemos-en-bulos-136153). En él, esta doctora en

Marketing y Comportamiento del Consumidor recoge dos factores principales por los que los

usuarios tienden a creerse y propagar la información que les llega sin evaluar su autenticidad,

no sin antes advertir de que es prácticamente imposible hacer este ejercicio con la inmensa

cantidad de información que recibimos a diario.

En primer lugar, Pascual habla de los atajos cognitivos, que explican que cuando el

consumidor va buscando información pero no tiene tiempo o motivación, utiliza estos atajos

para hacer más fácil dicha búsqueda. Los atajos tienen que ver con la fiabilidad que nos

transmite la fuente, nuestro conocimiento sobre el tema o las personas que han difundido la

información. Por ejemplo, encontramos una noticia en Twitter que dice que el calor mata al

coronavirus y no tenemos tiempo o ganas de contrastarlo con otros medios. Si quien lo dice

es una cuenta experta en medicina o que simplemente se hace eco de noticias de salud,

tenemos más posibilidades de creérnoslo y difundirlo. Si ya habíamos escuchado algo de esto

antes, tenemos más posibilidades de creérnoslo y difundirlo. Y si alguien a quien seguimos ha

dado “me gusta” o “retuiteado” el mensaje, tenemos más posibilidades de creérnoslo y

difundirlo.

En segundo lugar, Pascual se centra en los sesgos. Uno de ellos es el sesgo de confirmación,

que consisten en hacer caso a aquellas noticias o contenido que confirma nuestras creencias

previas. Otro sesgo, que es a mi juicio incluso más interesante, es el de refuerzo social, que

radica en dar por válido cierto tipo de información con tal de encajar socialmente, ya sea

porque mucha gente ha compartido dicha información o porque va en línea con las

circunstancias sociales o ideológicas del entorno de quien la recibe. Es decir, si miles de

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personas comparten que el calor mata el coronavirus, un usuario aleatorio que recibe esa
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información a través de

muchas vías se la creerá sin

verificarla. Y si, por ejemplo,

un usuario aleatorio de Twitter

que se mueve en un ambiente

ideológico de derechas lee en su feed una información que pone en un compromiso a Pedro

Sánchez, la creerá y difundirá sin contrastarla. Así funciona la mente humana. Cuanto más

rápido y cómodo, mejor. ¿Para qué comprobar si es cierto o no?

2
Tuit falso de Pedro Sánchez difundido por el usuario @GregorioRCh (Fuente propia)

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ARGUMENTOS A FAVOR

Como he comentado, en esta parte de la monografía trataré de culpar de la infodemia a las

redes sociales. Para empezar, está claro que, como he dicho antes, han acentuado el fenómeno

y, a diferencia de épocas pasadas, han hecho que se hable de él.

Aunque obviamente las noticias sobre bulos o los desmentidos de fake news no tienen tanta

repercusión como otras, tanto expertos como usuarios de a pie están poniendo el foco en

intentar parar (o al menos suavizar) los efectos de la infodemia, y es obvio que en gran parte

se debe al exponencial crecimiento que ha experimentado esta a raíz de la proliferación de las

redes sociales.

Para entender la importancia de las redes e Internet en la comunicación, situémonos con

algunas cifras: “Cada minuto se realizan más de 3,5 millones de búsquedas en Google, se

producen 900.000 accesos a Facebook y se envían 156 millones de emails” (Torres Briegas,

M.; Lorenzo Pérez, A. (34 de Mayo, 2018). „Fake news‟. Cifras y soluciones de un fenómeno

global. BBVA. Recuperado de https://www.bbva.com/es/fake-news-cifras-soluciones-

fenomeno-global/). O lo que es lo mismo, medio mundo está conectado simultáneamente

buscando informarse, informar, interactuar, conocer, descubrir, chatear, entretenerse, etc. Y

en todo ese intervalo que pasa conectado, da tiempo a consumir todo tipo de información,

entre ella, mucha falsa.

Es fácil responsabilizar de la infodemia a las redes a partir de los datos. Comenzamos

centrándonos en una investigación que estudia 292 bulos difundidos durante el primer mes de

confinamiento (Salaverría, Ramón; Buslón, Nataly; López-Pan, Fernando; León, Bienvenido;

López-Goñi, Ignacio; Erviti, María-Carmen (2020). Desinformación en tiempos de pandemia:

tipología de los bulos sobre la Covid-19. El profesional de la información, v. 29, n. 3.

Recuperado de

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https://revista.profesionaldelainformacion.com/index.php/EPI/article/view/epi.2020.may.15/5

0027). En ella se obtuvieron resultados tan esperados como reveladores, y es que el 89,1% de

esos bulos se difundieron vía redes sociales (especialmente WhatsApp, seguida de Twitter,

Facebook, YouTube e Instagram en ese orden), mientras que solo el 4% se extendieron

mediante medios periodísticos y el 6,9% se propagaron a través de otras plataformas.

Plataforma Nº de bulos Porcentaje


WhatsApp 75 24,7%
Twitter 43 14,1%
Redes sociales Facebook 14 4,6%
YouTube 11 3,6%
Instagram 2 0,7%
Sin 126 41,4%
especificar**
Medios periodísticos 12 4,0%
Otras plataformas 21 6,9%
Total 304 100%

También es interesante recalcar el formato de los bulos, predominando los textos en

WhatsApp pero sin dejar de destacar los vídeos en Twitter o YouTube.

Plataforma Texto Foto Audio Vídeo


WhatsApp 63 19 10 6
Twitter 39 15 2 14
Facebook 12 8 1 3
YouTube 2 1 0 10
Instagram 2 2 1 0
Redes sin especificar 90 55 9 29
Medios periodísticos 15 5 1 3
Total 223 105 24 65
3

3
Ambas tablas han sido extraídas del artículo citado con anterioridad (Salaverría, Ramón; Buslón, Nataly;
López-Pan, Fernando; León, Bienvenido; López-Goñi, Ignacio; Erviti, María-Carmen (2020). Desinformación
en tiempos de pandemia: tipología de los bulos sobre la Covid-19. El profesional de la información, v. 29, n. 3.
Recuperado de
https://revista.profesionaldelainformacion.com/index.php/EPI/article/view/epi.2020.may.15/50027

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Y ahora, habiendo entendido el papel de las redes en la infodemia a través de estos datos y

tablas llenas de números, vamos a concretar. Y no vamos a concretar en un caso cualquiera,

sino en uno de los mayores escándalos políticos internacionales del último lustro.

8 de noviembre de 2016. Periódicos, informativos televisivos, programas de radio, todos

abren con la misma noticia. Twitter arde. Donald John Trump da la campanada y es elegido

presidente de los Estados Unidos de América al obtener 278 delegados en el Colegio

Electoral frente a los 218 de su contrincante, Hillary Clinton. El empresario norteamericano

derrota en las elecciones a la demócrata y, unos meses más tarde, el 20 de enero de 2017,

toma posesión como el 45º presidente de los Estados Unidos.

Aquel 8 de noviembre se puso fin a una de las más recordadas batallas por la presidencia

americana, que tuvo en vilo a medio mundo durante los meses previos a los comicios. La

campaña electoral estuvo marcada por el discurso contrario a la inmigración de Trump o por

el proteccionismo nacionalista que proponía. Una de sus promesas más recordadas fue la de

construir un muro en la frontera entre México y Estados Unidos para combatir la inmigración

ilegal. De hecho, la cumplió. Pero mientras que gran parte del panorama internacional

acusaba a Trump de machista, racista u homófobo, los americanos lo elegían como

representante. ¿Qué hizo el neoyorquino para ganarse la confianza de los ciudadanos

estadounidenses?

Bueno, está claro que algo tenía. Cada mitin de Trump arrastraba a miles de fans

enfervorecidos coreando su nombre o aplaudiendo las lindezas que soltaba por la boca, pero

muchos de esos fans llegaron de una forma un tanto fraudulenta.

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Los republicanos, encabezados por Trump, plantearon una campaña innovadora y muy

diferente a la de los demócratas. Mientras que el partido dirigido por Clinton gastaba

230.174.256 dólares en su campaña electoral (dato de la Comisión Federal de Elecciones,

FEC por sus siglas en inglés) y apostaba fundamentalmente por la publicidad en televisión,

los republicanos apenas gastaron un tercio y se centraron en promocionarse a través de

Facebook, llegando a ser ayudados por la propia aplicación, que ofreció soporte y recursos a

todos los partidos. La capacidad de la plataforma de diseñar anuncios personalizados para

cada usuario hizo que muchos votantes indecisos se decantaran por el bando republicano tras

ver publicidad o recibir en su muro de Facebook información que o bien favorecía al partido

o bien iba en contra de los demócratas. Pero aquí viene lo que nos interesa. Entre toda esa

información que se difundía para captar votos, fueron apareciendo fake news. Algunas de las

más llamativas fueron que Obama no era americano o que el ex presidente se mudaría a

Canadá si Trump era elegido como su sucesor. Esta circunstancia fue aprovechada por

4
Trump habla ante sus seguidores durante un acto de campaña en Cleveland, Ohio (Imagen de EFE recogida
por eldiario.es. Recuperada de https://www.eldiario.es/internacional/mitin-trump-dentro_1_2743776.html)

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muchos internautas para ganar popularidad y quién sabe si algo de dinero. Fue el caso de

Bega Latsabidze, un estudiante georgiano que, viendo el éxito que tenían las noticias

positivas sobre Trump y las negativas sobre sus contrincantes, decidió abrir un sitio web en el

que inventárselas, alegando posteriormente que su único objetivo era ganar dinero a través de

Google Ads captando a gente que estuviera navegando en Facebook. (Higgins, A.; McIntire,

M.; Dance, G. J. X. (30 de noviembre, 2016). ¿Quién mueve las noticias falsas que circularon

durante la elección en Estados Unidos? The New York Times. Recuperado de

https://www.nytimes.com/es/2016/11/30/espanol/quien-mueve-las-noticias-falsas-que-

circularon-durante-la-eleccion-en-estados-unidos.html)

Pero no solo eso. Esa fue la parte más pequeña de un entramado mucho mayor y casi

imposible de parar. Era prácticamente inasequible detener a los medios, webs, cuentas, etc.,

que publicaban contenido falso para enriquecerse, para engañar o a modo de sátira, pero la

cosa no se quedaba ahí. Trump se benefició de un tejido casi inquebrantable que estuvo a

punto de costarle un disgusto.

Y es que la fiscalía estadounidense estuvo detrás del equipo del magnate norteamericano y de

los republicanos en busca de pruebas que les incriminaran por haber sido ellos los

productores de noticias falsas. Finalmente, el fiscal al cargo, Robert Mueller, señaló a trece

ciudadanos rusos y tres empresas también rusas por interferir en las elecciones. El proyecto

Lathka, que era el nombre del operativo investigado, empleó a cientos de personas y provocó

una gran intoxicación política durante la campaña. En el documento de acusación, Mueller

apuntaba que el proyecto Lathka había iniciado una “guerra de información” y generado

“desconfianza hacia los candidatos y el sistema político en general”. Pero… ¿en qué consistía

esta intoxicación?, ¿cómo producían desinformación e infodemia?

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Las tres empresas (Concord Management and Consulting, Internet Research Agency LLC y

Concord Catering) estaban ubicadas en San Petersburgo, pero actuaban en todo el mundo.

Según el FBI, Internet Research Agency contaba con un presupuesto de 1,25 millones de

dólares al mes, tenía trabajando a “cientos de personas” y se dividía en dos grupos de trabajo

para cubrir las 24 horas. Su cometido era crear miles de cuentas en redes sociales bajo un

nombre falso. La compañía tuvo empleados trabajando en Estados Unidos, especialmente en

estados indecisos de cara a las elecciones como Colorado, Virginia o Florida. Generó cuentas

en Instagram, Twitter y Facebook robando nombres, cuentas de banco, documentos de

identidad… Su fin último era desestabilizar políticamente el país, para lo que difundían

noticias falsas o publicaban anuncios como el siguiente: “Hillary es Satán, y sus crímenes y

mentiras muestran su maldad”. También organizaban manifestaciones a través de activistas

norteamericanos a quienes contrataban. Se les imputan delitos de conspiración para engañar a

Estados Unidos, de fraude bancario y de robo y suplantación de identidad. (Toda la

información relativa al caso ha sido extraída del siguiente artículo: Martínez Ahrens, J. (18 de

Febrero, 2020). EE UU destapa la „fábrica de las fake news‟ y acusa a 13 rusos por la

injerencia electoral. El País. Recuperado de

https://elpais.com/internacional/2018/02/16/estados_unidos/1518805614_412828.html)

En definitiva, y tras ver tanto datos como un caso concreto (probablemente el más

escandaloso de la historia en cuanto a fake news), podemos afirmar sin miedo a equivocarnos

que gran parte de la culpa de que la infodemia exista, se reproduzca y sea imparable es de las

redes sociales, que facilitan, como hemos visto, la difusión de información falsa a través de

usuarios fantasma o a través de usuarios que, aunque son reales, se divierten compartiendo

este tipo de contenido.

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De todas formas, en la sociedad de la información en la que vivimos, las redes sociales no

son las únicas protagonistas. Los medios de comunicación tanto tradicionales (periódicos en

papel, televisión, radio…) como de nuevo cuño (periódicos y revistas online, plataformas de

vídeo en streaming, plataformas de podcast…) también conviven con ellas y, con toda

probabilidad, tienen una responsabilidad, por remota que sea, en el desarrollo de la

infodemia.

Pero, ¿cuán grande es esta responsabilidad? Descubrámoslo.

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ARGUMENTOS EN CONTRA

En efecto, en estos argumentos en contra me posicionaré en el lado opuesto. El de atribuir la

culpa del exceso de información a los medios de comunicación, y no a las redes sociales.

Antes de entrar en materia, es necesario señalar que es mucho más difícil encontrar noticias

falsas en medios de comunicación convencionales que en redes sociales o plataformas

emergentes.

Es por una cuestión básica: que en los medios no pueden producir información aquellos que

la consumen, tampoco pueden apenas interactuar con el emisor del mensaje y, por supuesto,

no todo el mundo es libre de compartir contenido a través de ellos. Tres situaciones que sí se

dan en redes. ¿Por qué no se dan en los medios de comunicación? Esencialmente porque la

comunicación es unilateral, y quienes la inician no son usuarios random que no saben muy

bien qué hacen en Twitter o Instagram. Son periodistas (o comunicadores) con un código

ético y un objetivo muy claro: informar. Y sí, el objetivo segundo de los medios es

posiblemente captar audiencia. Pero para ello no pueden caer en el clickbait (titulares

engañosos) o en las fake news, puesto que les será contraproducente en el medio y largo

plazo.

Como hemos visto, es difícil defender esta posición desde los datos. La inmensa mayoría de

noticias falsas y bulos que se difunden tienen lugar en las redes sociales, presentándose los

medios tradicionales como un refugio de la desinformación y un lugar fiable al que acudir por

el hecho de que cuentan con periodistas especializados en la verificación de la información

antes de publicarla. Así que, si no podemos recurrir a los datos, enfoquémonos en los

ejemplos.

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No salimos de la política. Es un tema muy tratado en los medios y en el que, además,

consciente o inconscientemente, se miente mucho. Apoyándome en la web

https://www.newtral.es/, una página especializada en la verificación de información, noticias,

etc., he seleccionado dos intervenciones de políticos en el Congreso. La primera es de Pedro

Sánchez, y dice así: “Incluso sin haber llegado al 50% de nuestra población vacunada, ya

empezamos a donar a terceros países” (https://www.newtral.es/espana-donacion-vacunas-

pedro-sanchez-covid-factcheck/20211111/). Falso. La segunda es de Pablo Casado, y reza lo

siguiente: " La Unión Europea ha traído las vacunas y las autonomías las han administrado

sin que ni siquiera ustedes tengan un plan de vacunación" (https://www.newtral.es/factcheck-

plan-vacunacion-ccaa-ministerio-sanidad-pablo-casado/20211112/). Falso.

Sánchez y Casado son, posiblemente, dos de las personas más influyentes de España, e igual

que los usuarios aleatorios que difunden información falsa en Twitter, ellos mienten o dicen

verdades a medias con todas las cámaras y micrófonos apuntando. Después, casi sin pasar por

un filtro, los titulares que dejan en los plenos del Congreso son publicados por periódicos o

comentados en telediarios. Los medios les dan la oportunidad de expresarse (entrevistas,

tertulias, intervenciones, debates) y aun con el país entero mirando manipulan la información

o la modifican.

Un ejemplo más claro. En los días previos a las elecciones del 10 de noviembre de 2019, las

últimas generales en España, se realizó un debate a 5 entre los principales candidatos (Pedro

Sánchez por el PSOE, Pablo Casado por el PP, Albert Rivera por Ciudadanos, Pablo Iglesias

por Unidas Podemos y Santiago Abascal por VOX). Fue retransmitido por las principales

cadenas de televisión españolas (públicas y privadas), y los políticos soltaron mentiras como

que “después de la manada de 2006 ha habido más de 100 manadas en España y el 70% de

quienes están imputados son extranjeros” (de Santiago Abascal hablando sobre delitos

sexuales, cuando en realidad el dato era al contrario y el 70% eran españoles y el otro 30

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extranjeros) o que “el artículo 50 de la Constitución Española dice que las pensiones se tienen

que revalorizar conforme al índice de 5precios de consumo (IPC)” (de Pablo Iglesias,

mientras que el artículo no

menciona nada acerca del IPC).

Son dos de muchísimos ejemplos

que podrían ponerse. La conclusión

que extraigo es que, pese a las

herramientas de verificación y

contrastación de la información que

tienen los medios convencionales,

juegan con la baza (a veces positiva

y en estos casos negativa) de estar en directo y no poder modificar el contenido una vez se

comparte. Sí, es cierto que el problema es de los políticos que están desinformados o no

mantienen un compromiso con el ciudadano de ofrecerle información de calidad, pero al

final, los transportadores del mensaje son los medios tradicionales. Así que, aunque en una

pequeña parte, tienen la culpa.

Y un caso más claro aún, esta vez fuera de política.

Este verano, durante el mercado de fichajes (hablamos de fútbol), el Real Madrid ha estado

interesado en Kylian Mbappé, jugador del Paris Saint-Germain. La prensa española ha estado

muy encima de la noticia, tanto que el fichaje de „Donatello‟ ha copado las portadas de los

diarios deportivos durante dos meses. Obviamente, lo ha hecho porque es un tema que vende.

La mayoría de aficionados al deporte, al fútbol o al Real Madrid querían mantenerse

informados sobre el tema. El problema es que actualmente prima la rapidez. Las redes

5
Casado, Sánchez, Abascal, Iglesias y Rivera posan en el el interior del Pabellón de la Casa de Campo en
Madrid, donde se celebró el debate (Recuperada de https://www.ymedia.es/canal/el-debate-a-5-lider-
indiscutible/)

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sociales son las reinas de la inmediatez, y los medios convencionales no pueden competir

contra eso. Por ello, buscan diferenciarse. Encontrar información que no haya publicado

nadie todavía. Pero se hace casi imposible. La información que queda sin publicar apenas es

interesante, por lo que deciden seguir a la espera de una de calidad. Prácticamente todos los

medios hacen eso. Excepto el protagonista de este ejemplo. Se trata del programa de La Sexta

„El Chiringuito de Jugones‟, un espacio deportivo que se ha vuelto famoso en todo el mundo

por las discusiones, discursos, canciones e interpretaciones de sus tertulianos. La dirección

del programa envió un reportero especial, Sebastián Quadrelli, para cubrir cada movimiento

de Mbappé. Era grabado cada vez que entraba o salía de entrenar, analizaban con quién iba en

el coche, la hora a la que llegaba, con quién hablaba… hasta qué ropa llevaba. Y lo peor es

que lo contaban. Bueno, lo cuentan.

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Tuit de ‘El Chiringuito’ acompañado de una foto de Mbappé (Fuente propia)

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Y no solo se limitan a rellenar sus horas de televisión con información de poca calidad y que

no le importa a nadie, sino que cuando dan información „de calidad‟, acaba siendo falsa.

“Mbappé jugará en el Real Madrid la próxima temporada”, dijo Josep Pedrerol, director del

programa. (Redacción de El Chiringuito (8 de abril, 2021). MEGA. Recuperado de

https://mega.atresmedia.com/programas/el-chiringuito-de-jugones/josep-pedrerol-mbappe-

jugara-en-el-real-madrid-la-proxima-temporada_20210408606e4b835cf6d70001f649b4.html)

“Mbappé está convencido de ir al Real Madrid”, afirmó también Pedrerol. (Redacción de El

Chiringuito (20 de Mayo, 2021). MEGA. Recuperado de

https://mega.atresmedia.com/programas/el-chiringuito-de-jugones/mbappe-real-

madrid_2021052060a59e8ac4a91b0001a4dc63.html)

“Agosto, el mes clave para el fichaje de Mbappé por el Real Madrid”, fue otro de los titulares

que anunció el catalán. (Redacción de El Chiringuito (2 de Julio, 2021). MEGA. Recuperado

de https://mega.atresmedia.com/programas/el-chiringuito-de-jugones/agosto-el-mes-clave-

para-el-fichaje-de-mbappe-por-el-real-madrid_2021070260de657d1bebaa00017225e4.html

Como estas, hay decenas y decenas de frases y trolas que tanto el presentador como su equipo

de colaboradores ha ido formulando durante todo el verano, todo el año y, en general, desde
7
que lleva existiendo el programa.

Ellos defienden que hacen periodismo;

para mí no lo es, pero lo que está claro es

que son un medio de comunicación y que

tienen un alcance espectacular,

así que, sin lugar a dudas, contribuyen a acrecentar la infodemia.

7
Josep Pedrerol durante un programa de ‘El Chiringuito’
(https://www.elconfidencial.com/television/programas-tv/2019-10-14/lasexta-suspende-emision-jugones-
josep-pedrerol-940_2282160/)

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Otro caso llamativo es el de los periódicos físicos. A priori, es el medio de comunicación que
más proceso de verificación tiene detrás por el tiempo que tarda en publicarse. Mientras que
los informativos televisivos o radiofónicos son cada 7 horas, los diarios en papel se imprimen
cada 24, por lo que los redactores, jefes de sección, correctores, etc., tienen más tiempo para
corregir erratas o contrastar información por más tiempo. Sin embargo, no siempre es así.
Volviendo de nuevo al ámbito deportivo, Marca, Mundo Deportivo o As han metido la pata
en más de una ocasión dejando portadas para el recuerdo.

8 9

8
Portada de Marca del 5 de junio de 2008 (http://oscar-todoalblanco.blogspot.com/2012/01/el-marca-y-el-as-
los-peores-periodicos.html)
9
Portada de Marca del 30 de mayo de 2013 (https://www.pinterest.es/pin/355502964306136713/)

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CONCLUSIÓN

Tras haber expuesto los argumentos favorables y contrarios a si son las redes sociales y las

plataformas online las culpables de la infodemia, ha llegado la hora de sacar las conclusiones.

A lo largo de la monografía, hemos observado en detalle la evolución de la infodemia y la

situación actual del fenómeno. Comenzó siendo un problema menor y se ha convertido en el

mayor de los conflictos en esta sociedad de la información. Sin poder hacer nada, somos

sacudidos y arrastrados por una nube de información que, aunque puede ayudarnos,

entretenernos e informarnos correcta y adecuadamente, también nos engaña y manipula sin

que opongamos resistencia. Posiblemente sea uno de los peajes que haya que pagar para

disfrutar de tanto contenido tan fácilmente.

Aunque cueste decirlo, creo que a pesar de la infodemia y de todos los demás errores que

tiene Internet y las redes y las consecuencias negativas que conllevan, los usuarios salimos

ganando.

Hace poco hablaba con Ángel Gómez de Ágreda, oficial del Ejército del Aire, Agregado del

Ministerio español de Defensa en Seúl, doctorado en Ingeniería Industrial y experto en

privacidad y seguridad en redes, infodemia, bulos y muchas otras cosas y, al preguntarle

sobre este debate de si es rentable o no para los internautas estar conectados, me dijo algo que

no esperaba pero con lo que estoy totalmente de acuerdo: “Estar en Internet y en las redes

sociales no es una opción ahora mismo. Es algo que tienes que hacer si quieres relacionarte.”

(Sánchez et al. (2021) (Des)conectados. Córdoba. Recuperado de

https://youtu.be/wpVvg0kViSk). Y es cierto. Da igual si es rentable o no, o si estar

desconectados es la manera de frenar la infodemia. No podemos desconectarnos. Lo

perderíamos todo.

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Rafael Obrero Trucios
1º Comunicación Universidad Loyola

Hemos ganado en interacción. Ahora es mucho más sencillo mantenerse en contacto con las

personas de tu entorno, así como generar nuevas relaciones que, eso sí, son menos estables y

duraderas y más „de usar y tirar‟.

Hemos ganado en conocimiento. El acceso a un número prácticamente infinito de fuentes nos

hace estar más preparados, más al tanto de la actualidad y, por ende, más concienciados con

lo que está pasando.

Hemos ganado tiempo. Tenemos la información que queremos a un par de clics y sin

movernos del sofá.

Pero también lo hemos perdido. Esta sobreabundancia de información a la que me he referido

en todo el documento quita mucho tiempo al consumidor, que debe detenerse a elegir qué

fuente consumir y si compartir o no su información. Es por eso que aparecen los atajos

cognitivos y los sesgos.

En definitiva, como todo, la era de la información tiene una parte buena y otra mala. La mala

es muy mala, cierto, y es por eso que hay que plantarse y sugerir un cambio. ¿Es posible

frenar la infodemia?

Tras una breve reflexión, he llegado a la conclusión de que no. Al menos no a corto plazo. No

se puede parar la infodemia a nivel global. Es imposible cambiar la conciencia de una

comunidad tan grande como la de Internet y convencer a sus usuarios de que utilicen las

redes de forma responsable y consecuente. Los bulos, la desinformación, las fake news…

todo eso seguirá existiendo porque habrá gente que quiera seguir sacando provecho de la

confusión y la manipulación de los individuos.

Sin embargo, sí que se puede parar, o al menos suavizar los efectos de la infodemia a nivel

micro. Esto es, como usuarios. Cada uno, desde su casa, su dispositivo, su cuenta, puede

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Rafael Obrero Trucios
1º Comunicación Universidad Loyola

hacer que los efectos de la infodemia sean menores en él. ¿Cómo? Tomando conciencia,

primero, de que la infodemia es un problema real. Solo así aprenderemos a identificarlo. Y

después, es tan fácil como invertir (que no malgastar) un poco de tiempo contrastando la

información que recibimos. No quedarnos solo con la primera versión, el primer dato, el

primer mensaje, la primera opinión. Verificar. Ahí está la clave. Y sobre todo si tenemos en

mente compartirlo. Así evitaremos también que nuestro entorno se enfrente a esos bulos o

noticias falsas. Y poco a poco, esa conciencia y esos hábitos de responsabilidad,

comprobación, etc. se irán extendiendo. Como la infodemia.

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Rafael Obrero Trucios
1º Comunicación Universidad Loyola

OPINIÓN

A decir verdad, he confirmado mis creencias iniciales. Tenía y he reforzado la idea de que, en

efecto, son las nuevas formas de comunicación las que propician la infodemia. Puede sonar

un poco contradictorio o extraño, puesto que he comenzado diciendo que el concepto de

infodemia está entre nosotros desde inicios de los años 2000, cuando todavía ni siquiera

podíamos imaginar lo que era un “Me gusta”, una “storie” o un tuit. En realidad, no estoy

echando toda la culpa a las redes, pero sí gran parte de ella.

Yo, como usuario de redes (Instagram, Twitter, YouTube, WhatsApp), reconozco ser víctima

de esa infodemia. A nivel personal, trato de contrastar siempre la información que recibo. Por

ejemplo, si veo en Twitter una noticia que dice, al hilo del ejemplo anterior, que Mbappé ha

fichado por el Real Madrid, la busco en otras cuentas o voy directo a Google para ver si algún

medio se ha hecho eco de ella. En cualquier caso, con el tiempo, el usuario va estableciendo

un patrón de consumo que le permite acceder a la información con mayor facilidad y rapidez.

Es decir, que el usuario tiene varias cuentas, medios o personas de referencia a quienes

otorga una

credibilidad10 absoluta

por su número de

seguidores, el tiempo

que lleve siguiéndolo,

etc. De este modo, no le

hará falta comprobar la

veracidad del contenido que publican estas cuentas, y también podrá verificar en ellas

informaciones que haya obtenido por otras vías.

10
Principales redes sociales (https://www.article19.org/resources/social-media-councils-consultation/)

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Rafael Obrero Trucios
1º Comunicación Universidad Loyola

En cuanto a los medios convencionales, en mi opinión, tienen una función absolutamente

clave en la lucha contra la infodemia. Los consumidores creen (creemos) en ellos. En su

honestidad, su calidad y sus principios. A priori no tienen por qué producir noticias falsas. Al

contrario que los usuarios de redes, representan una institución o empresa y se deben al

ciudadano, al menos así entiendo yo la comunicación.

Aun así, yo apuesto por el periodismo independiente. Ese que no depende de líneas

editoriales, de ideologías, y que, en muchas ocasiones, no bebe de la actualidad. Es decir, que

va más allá.

Es muy fácil publicar noticias de actualidad. Algunas veces la información nueva la tienes tú.

La publicas, te llevas el mérito, los demás medios se copian, te citan y vuelta a empezar.

Otras veces eres tú el que lees, buscas, encuentras, copias, citas, publicas, y a otra cosa.

Cualquier periodista puede hacer eso. Pero debemos ser más exigentes. Lo somos para

muchas otras cosas. Al menos yo, como consumidor, como cliente que va buscando

información, necesito un plus. Profundidad, análisis, algo diferente. Que la noticia, el artículo

o el vídeo no se queden solo en lo superficial y excave en el hecho hasta sacar el mínimo

detalle, lo que no se ve.

En este sentido, me gusta consumir canales de YouTube que se sostienen por sí solos. Ni

siquiera cuentan con patrocinadores fijos que les pagan sueldos. Todo es autosuficiente. La

Media Inglesa, por ejemplo, es un canal de YouTube especializado en fútbol inglés que ha

creado una comunidad fiel y consolidada que ayuda económicamente para que el medio

pueda sobrevivir. Dinero, sí, pero a cambio de información de calidad, nada de relleno, de

fake news ni de clickbait. Es la forma de asegurar un contenido de alto nivel, sin

manipulación, engaños ni desinformación.

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Rafael Obrero Trucios
1º Comunicación Universidad Loyola

BIBLIOGRAFÍA

1
Fundéu sobre la palabra „infodemia‟: https://www.fundeu.es/consulta/infodemia/

2
Artículo de David Rothkopf (When the Buzz Bites Back):

https://www.washingtonpost.com/archive/opinions/2003/05/11/when-the-buzz-bites-

back/bc8cd84f-cab6-4648-bf58-0277261af6cd/

3
Foto de DavidRothkopf: http://internacional.estadao.com.br/blogs/lucia-guimaraes/wp-

content/uploads/sites/129/2013/2013_setembro/Rothkopf_med.jpg

4
Castells: https://red.pucp.edu.pe/wp-content/uploads/biblioteca/Castells_internet.pdf

5
Artículo de María Isabel Pascual (¿Por qué creemos en bulos?):

https://theconversation.com/por-que-creemos-en-bulos-136153

6
Foto del tuit falso de Pedro Sánchez: fuente propia

7
Desinformación en tiempos de pandemia: tipología de los bulos sobre la Covid-19:

https://revista.profesionaldelainformacion.com/index.php/EPI/article/view/epi.2020.may.15/5

0027

8
Foto de Trump durante un mitin: https://www.eldiario.es/internacional/mitin-trump-

dentro_1_2743776.html

9
Artículo de Andrew Higgins, Mike McIntire y Gabriel J. X. Dance. (¿Quién mueve las

noticias falsas que circularon durante la elección en Estados Unidos?):

https://www.nytimes.com/es/2016/11/30/espanol/quien-mueve-las-noticias-falsas-que-

circularon-durante-la-eleccion-en-estados-unidos.html

26
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10
Artículo de Jan Martínez Ahrens (EE UU destapa la ‘fábrica de las fake news’ y acusa a 13

rusos por la injerencia electoral):

https://elpais.com/internacional/2018/02/16/estados_unidos/1518805614_412828.html

11
Newtral: https://www.newtral.es/

12
Fact-check de Pedro Sánchez en Newtral: https://www.newtral.es/espana-donacion-

vacunas-pedro-sanchez-covid-factcheck/20211111/

13
Fact-check de Pablo Casado en Newtral: https://www.newtral.es/factcheck-plan-

vacunacion-ccaa-ministerio-sanidad-pablo-casado/20211112/

14
Foto del debate a 5: https://www.ymedia.es/canal/el-debate-a-5-lider-indiscutible/

15
Tuit de El Chiringuito: fuente propia

16
Titular Josep Pedrerol (1): https://mega.atresmedia.com/programas/el-chiringuito-de-

jugones/josep-pedrerol-mbappe-jugara-en-el-real-madrid-la-proxima-

temporada_20210408606e4b835cf6d70001f649b4.html)

17
Titular Josep Pedrerol (2): https://mega.atresmedia.com/programas/el-chiringuito-de-

jugones/mbappe-real-madrid_2021052060a59e8ac4a91b0001a4dc63.html

18
Titular Josep Pedrerol (3): https://mega.atresmedia.com/programas/el-chiringuito-de-

jugones/agosto-el-mes-clave-para-el-fichaje-de-mbappe-por-el-real-

madrid_2021070260de657d1bebaa00017225e4.html

19
Foto de Josep Pedrerol: https://www.elconfidencial.com/television/programas-tv/2019-10-

14/lasexta-suspende-emision-jugones-josep-pedrerol-940_2282160/

20
Portada Marca (1): http://oscar-todoalblanco.blogspot.com/2012/01/el-marca-y-el-as-los-

peores-periodicos.html

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1º Comunicación Universidad Loyola
21
Portada Marca (2): https://www.pinterest.es/pin/355502964306136713/

20
Documental (Des)conectados: https://youtu.be/wpVvg0kViSk

21
Foto de las redes sociales más usadas: https://www.article19.org/resources/social-media-

councils-consultation/

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