La conducción de automóviles es una actividad cotidiana, pero tiene características únicas que hacen que los conductores se sientan extraños con su propio comportamiento o el de otros. La conducción está regulada por normas punitivas que no son comunes en otros ámbitos de la vida. Además, el hábitat físico del automóvil es determinado, enclaustrado y anónimo, lo que puede fomentar comportamientos diferentes a los de otros ámbitos personales como la familia o el trabajo.
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La conducción de automóviles es una actividad cotidiana, pero tiene características únicas que hacen que los conductores se sientan extraños con su propio comportamiento o el de otros. La conducción está regulada por normas punitivas que no son comunes en otros ámbitos de la vida. Además, el hábitat físico del automóvil es determinado, enclaustrado y anónimo, lo que puede fomentar comportamientos diferentes a los de otros ámbitos personales como la familia o el trabajo.
La conducción de automóviles es una actividad cotidiana, pero tiene características únicas que hacen que los conductores se sientan extraños con su propio comportamiento o el de otros. La conducción está regulada por normas punitivas que no son comunes en otros ámbitos de la vida. Además, el hábitat físico del automóvil es determinado, enclaustrado y anónimo, lo que puede fomentar comportamientos diferentes a los de otros ámbitos personales como la familia o el trabajo.
La conducción de automóviles es una actividad cotidiana, pero tiene características únicas que hacen que los conductores se sientan extraños con su propio comportamiento o el de otros. La conducción está regulada por normas punitivas que no son comunes en otros ámbitos de la vida. Además, el hábitat físico del automóvil es determinado, enclaustrado y anónimo, lo que puede fomentar comportamientos diferentes a los de otros ámbitos personales como la familia o el trabajo.
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- Hábitat diferenciado La conducción de automóviles es una
actividad más del conjunto de las que cotidianamente llevan a cabo los usuarios. Pero dadas ciertas características peculiares de su condición, nos encontramos que se rige en numerosas ocasiones con parámetros propios, que hacen que muchos conductores sientan extrañeza por el comportamiento propio o de otros usuarios, sintiendo que no está acorde con su conducta en otros ámbitos vitales. Sobre la conducción recaen ciertas características, algunas de ellas ya citadas, como la paradoja de un sistema que promueve la autonomía de movimiento y por otro lado encorseta el comportamiento vial en un sistema normativo y punitivo poco habitual para muchas personas. Por otro lado, la experiencia de producir daño físico a uno mismo o a otros, no está entre las ocurrencias cotidianas. Además, la conducción es un hábitat físico determinado, enclaustrado y anónimo que puede favorecer comportamientos y actitudes que no aparecen en otros ámbitos personales, como el familiar o el laboral.