Modelo Recurso Apelación Interdicción
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Modelo Recurso Apelación Interdicción
162/2005
ASUNTO: SE INTERPONE
RECURSO DE APELACIÓN.
Que por medio del presente escrito y con fundamento en lo dispuesto por los
artículos 1º, 8º, 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como los
artículos 376 al 402 y demás relativos y aplicables del Código de Procedimientos Civiles para el Estado
de Puebla, vengo a promover RECURSO DE APELACIÓN, en contra de la sentencia definitiva
dictada por su señoría el Juez Primero Auxiliar de lo Familiar en la Ciudad de Puebla, en fecha
CUATRO DE SEPTIEMBRE DE DOS MIL VEINTITRÉS, notificada a la suscrita en fecha 26 de
junio de 2023, mediante la cual se declara que <<“por la inconstitucionalidad e inconvencionalidad de las
normas del Código d Procedimientos Civiles Estado de Puebla que regulan la figura del estado de
interdicción, que constituye un obstáculo insuperable para declarar a JUAN JOSÉ LÓPEZ PÉREZ en
estado de interdicción”>> “<<… en consecuencia se ordena la devolución del presente expediente al
juzgado de origen, para que se reconozca a JUAN JOSÉ LÓPEZ PÉREZ su personalidad y condición
como sujeto de derechos, y se le permita ejercer plenamente su capacidad jurídica, debiendo darle
intervención en el juicio y se requiera para que manifieste por escrito sobre los términos en que desea que
opere su sistema de apoyos y salvaguardias”…>>.
PRIMERO.- Se admita el presente recurso de apelación y por virtud de este se me tenga formulando mis
agravios en contra de la sentencia reclamada.
R E S P E T U O S A M E N T E
Puebla, Puebla; a 09 de junio de 2023.
-------------------------------------------------------------------
ELSA PEREZ BENITEZ
TOCA NÚMERO: __________
JUZGADO DE ORIGEN:
Juez Primero de lo Familiar,
En el Distrito Judicial de Puebla.
ASUNTO: SE INTERPONE
RECURSO DE APELACIÓN.
Que por medio del presente escrito y con fundamento en lo dispuesto por
los artículos 1º, 8º, 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así
como los artículos 376 al 402 y demás relativos y aplicables del Código de Procedimientos
Civiles para el Estado de Puebla, vengo a promover RECURSO DE APELACIÓN, en contra
de la sentencia definitiva dictada por la Jueza Primero Auxiliar de lo Familiar en la Ciudad
de Puebla, en fecha CUATRO DE SEPTIEMBRE DE DOS MIL VEINTITRÉS, notificada
a la suscrita, en fecha 26 de septiembre de 2023, mediante la cual se declara que <<“por la
inconstitucionalidad e inconvencionalidad de las normas del Código de Procedimientos Civiles
Estado de Puebla que regulan la figura del estado de interdicción, que constituye un obstáculo
insuperable para declarar a JUAN JOSÉ LÓPEZ PÉREZ en estado de interdicción”>> “<<… en
consecuencia se ordena la devolución del presente expediente al juzgado de origen, para que se
reconozca a JUAN JOSÉ LÓPEZ PÉREZ su personalidad y condición como sujeto de derechos,
y se le permita ejercer plenamente su capacidad jurídica, debiendo darle intervención en el juicio
y se requiera para que manifieste por escrito sobre los términos en que desea que opere su
sistema de apoyos y salvaguardias”…>>.
Sentencia recurrida: sentencia definitiva dictada por la Jueza Primero Auxiliar de lo Familiar
en la Ciudad de Puebla, en fecha CUATRO DE SEPTIEMBRE DE DOS MIL VEINTITRÉS,
I.- H E C H O S.
PRIMERO.- Por escrito de demanda de fecha 24 de marzo del año 2005, la suscrita accionante, promoví
juicio especial de interdicción, en virtud del estado de incapacidad de mi hijo JUAN JOSÉ LÓPEZ
PÉREZ, quien padece de ESQUIZOFRENIA PARANOIDE.
SEGUNDO.- Por acuerdo de fecha 06 de abril de 2005, fue admitida a trámite la demanda promovida,
ante el Juez Primero de lo Familiar.
TERCERO.- El procedimiento se substanció a lo largo de veintitrés años, presentándose un dictamen
médico en fecha 07 de julio del año 2005, así como otro dictamen médico de fecha 19 de abril del
presente año 2023, practicados por peritos profesionales en la materia de psiquiatría, quienes certifican
plenamente que mi hijo JUAN JOSÉ LÓPEZ PÉREZ, se encuentra del todo incapaz, en virtud de dicho
estado de salud mental, es decir, el padecimiento de ESQUIZOFRENIA PARANOIDE. Además de lo
anterior, en fecha 28 de junio del año 2005, el juez del conocimiento del asunto y el ministerio público
(fiscal) adscrito, tuvieron a bien examinar a mi hijo, encontrando en la evaluación (con las preguntas
realizadas) respuestas inconsistentes que indefectiblemente les llevaron a alcanzar a la conclusión de su
estado permanente de incapacidad.
CUARTO.- No obstante lo anterior, luego de veintitrés largos años de juicio, el juez del conocimiento del
asunto, es decir el JUEZ PRIMERO DE LO FAMILIAR, puso este expediente en manos de la Jueza
Primero Auxiliar de lo Familiar, la abogada Gabriela Alvarado León, para resolver el presente caso.
Dictando esta última, sentencia definitiva, en fecha CUATRO DE SEPTIEMBRE DE DOS MIL
VEINTITRÉS. Dicha sentencia fue notificada a la suscrita, en fecha 26 de septiembre de 2023
Dicha sentencia es violatoria de los derechos humanos y fundamentales de la suscrita recurrente, así como
también deja en estado de indefensión a mi hijo JUAN JOSÉ LÓPEZ PÉREZ, toda vez que fue dictada en
contravención a las disposiciones legales aplicables, así como también es violatoria de los principios de
legalidad y debido proceso, seguridad jurídica, además de los principios de exhaustividad y congruencia
que deben revestir todas las sentencias.
Lo anterior procederé a demostrarlo, al tenor de los siguientes:
II.- A G R A V I O S
Ahora bien, se hace necesario establecer cuáles fueron las garantías constitucionales y derechos
humanos violados. Dichas garantías y derechos humanos violados son las que desprenden de los
artículos 1º, 14º,16º, 17º y 133º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
cuyo texto se reproduce:
“Artículo 1º.- En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá
restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución
establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta
Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo momento a las
personas la protección más amplia.
…”
“Artículo 14.- Nadie puede ser privado de la vida, la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos,
sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho.
…”
“Artículo 16.- Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en
virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento.
“Artículo 17.- Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su
derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para
impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta,
completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas
judiciales.
Siempre que no se afecte la igualdad entre las partes, el debido proceso u otros derechos en los juicios o
procedimientos seguidos en forma de juicio, las autoridades deberán privilegiar la solución del conflicto
sobre los formalismos procedimentales.
El Congreso de la Unión expedirá las leyes que regulen las acciones colectivas. Tales leyes determinarán
las materias de aplicación, los procedimientos judiciales y los mecanismos de reparación del daño. Los
jueces federales conocerán de forma exclusiva sobre estos procedimientos y mecanismos.
Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de controversias. En la materia penal regularán
su aplicación, asegurarán la reparación del daño y establecerán los casos en los que se requerirá
supervisión judicial.
Las sentencias que pongan fin a los procedimientos orales deberán ser explicadas en audiencia pública
previa citación de las partes.
Las leyes federales y locales establecerán los medios necesarios para que se garantice la independencia
de los tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones.
Sirve de apoyo a lo anterior la siguiente jurisprudencia 2a./J. 144/2006, de la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXIV, Octubre
de 2006, página 351, de rubro y texto:
“GARANTÍA DE SEGURIDAD JURÍDICA. SUS ALCANCES. La garantía de seguridad jurídica prevista
en el artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no debe entenderse en
el sentido de que la ley ha de señalar de manera especial y precisa un procedimiento para regular
cada una de las relaciones que se entablen entre las autoridades y los particulares, sino que debe
contener los elementos mínimos para hacer valer el derecho del gobernado y para que, sobre este
aspecto, la autoridad no incurra en arbitrariedades, lo que explica que existen trámites o relaciones
que por su simplicidad o sencillez, no requieren de que la ley pormenorice un procedimiento detallado
para ejercer el derecho correlativo. Lo anterior corrobora que es innecesario que en todos los
supuestos de la ley se deba detallar minuciosamente el procedimiento, cuando éste se encuentra
definido de manera sencilla para evidenciar la forma en que debe hacerse valer el derecho por el
particular, así como las facultades y obligaciones que le corresponden a la autoridad.”
Tesis de jurisprudencia 144/2006. Aprobada por la Segunda Sala de este Alto Tribunal en sesión
privada del veintinueve de septiembre de dos mil seis
Asimismo, es aplicable la siguiente tesis aislada, Octava Época, Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XI, Enero de 1993, página 253, de rubro y texto:
“GARANTIA DE LEGALIDAD. QUE DEBE ENTENDERSE POR. La Constitución Federal, entre las
garantías que consagra en favor del gobernado, incluye la de legalidad, la que debe entenderse como
la satisfacción que todo acto de autoridad ha de realizarse conforme al texto expreso de la ley, a su
espíritu o interpretación jurídica; esta garantía forma parte de la genérica de seguridad jurídica que
tiene como finalidad que, al gobernado se proporcionen los elementos necesarios para que esté en
aptitud de defender sus derechos, bien ante la propia autoridad administrativa a través de los
recursos, bien ante la autoridad judicial por medio de las acciones que las leyes respectivas
establezcan; así, para satisfacer el principio de seguridad jurídica la Constitución establece las
garantías de audiencia, de fundamentación y motivación, las formalidades del acto autoritario, y las de
legalidad.”
Atento a lo anteriormente invocado, el citado párrafo del artículo 14 Constitucional, encierra las reglas
fundamentales de interpretación e integración en el derecho mexicano, es decir que el órgano
jurisdiccional ha de resolver, de acuerdo con la ley, las controversias que conoce cuando en aquella se
prevé la situación jurídica controvertida por ende el significado y alcance de dicha garantía constitucional
constriñe a la autoridad jurisdiccional a que se abstenga de emitir sentencias definitivas que no se
apeguen a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, o a falta de esta en los principios generales del
derecho.
Es así que en virtud de la garantía constitucional anteriormente invocada, los juzgadores se encuentran
obligados a sujetarse a lo estrictamente prevenido por la ley, que contemple la situación jurídica por la
que deban pronunciarse y emitir un fallo definitivo, resultando que si al momento de formular la
resolución definitiva el juzgador no se abocó a lo rigurosamente contemplado en la ley, se estaría
vulnerando a la esfera jurídica del gobernado en virtud de que el mismo no tendría la plena certeza de
haber sido juzgado conforme a lo prevenido por nuestra Carta Magna.
Esto con el fin de cumplir con el principio de legalidad emanado del artículo 16 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; ahora bien la motivación exigida por el numeral 16 de la Carta
Magna consiste en el razonamiento contenido en el texto del acto de molestia, en donde se concluye que
dicho acto encuadra perfectamente en determinado precepto legal, es decir:
“Motivar... es externar las consideraciones relativas a las circunstancias de hecho que se formuló la
autoridad para establecer la adecuación del caso concreto a la hipótesis legal".
De los preceptos legales anteriormente invocados se desprenden las garantías de legalidad y seguridad
jurídica; a la que tiene derecho el gobernado por ser un derecho subjetivo de orden público; la primera
debe entenderse como la satisfacción que todo acto de autoridad ha de realizarse conforme al texto
expreso de la ley, a su espíritu o interpretación jurídica; la segunda tiene como finalidad que al gobernado
se le proporcionen los elementos necesarios para que esté en aptitud de defender sus derechos, es decir,
impone a las autoridades la obligación de cumplir con las condiciones necesarias para proceder contra los
derechos, posesiones y propiedades de los individuos en virtud de que las autoridades sólo pueden hacer
aquello que expresamente la ley les faculte, y por tanto deberán actuar observando dichas condiciones, las
cuales son:
[J]; 7a. Época; 2a. Sala; Informes; Informe 1974, Parte II; Pág. 25
[J]; 7a. Época; 2a. Sala; Informes; Informe 1974, Parte II; Pág. 25. de rubro:
AUDIENCIA, ALCANCE DE LA GARANTIA DE.
[TA]; 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; III, Junio de 1996; Pág. 845, de rubro y
texto:
[J]; 7a. Época; 2a. Sala; S.J.F.; 30 Tercera Parte; Pág. 57. de rubro y texto:
[J]; 10a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Libro V, Febrero de 2012, Tomo 1; Pág. 460, de
rubro y texto:
A más de lo que precede, es importante enfatizar que la autoridad demandada violenta el referido
derecho humano a la seguridad jurídica previsto por el artículo 8º numeral 1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. Para mayor ilustración, enseguida se transcribe el artículo
8º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, mismo que en la parte que interesa
dicta:
1. Toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un
juez o tribunal competente independiente e imparcial establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos
y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
Citado lo anterior, es importante reiterar que el derecho a la seguridad jurídica tiene por objeto,
que el gobernado jamás se encuentre en una situación de incertidumbre jurídica y, por tanto, en
estado de indefensión, debiendo en todo momento conocer la porción normativa que se le imputa
al respecto y que la regulación de la porción normativa que se esté aplicando efectivamente se
encuentre prevista en la ley, constriñendo a la actuación de la autoridad a sujetarse a lo previsto
por aquella, evitando de esta manera la arbitrariedad y abuso de la autoridad.
Dicho lo anterior, en esta parte resulta necesario remitirnos a lo dispuesto por los Tratados Internacionales
de que el Estado Mexicano forma parte, en específico a los preceptos que proveen sobre el Derecho
Humano a la Seguridad Jurídica. Comenzando por la Convención Americana Sobre Derechos Humanos,
también conocido como Pacto de San José, cuyos preceptos fundamentales establecen:
1. Toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías y dentro de un
plazo razonable, por un juez o tribunal competente independiente e imparcial
establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación
penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones
de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
Artículo 2.
Artículo 9.
Artículo 14.
1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona
tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de
cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o para la determinación de
sus derechos u obligaciones de carácter civil. La prensa y el público podrán ser
excluidos de la totalidad o parte de los juicios por consideraciones de moral, orden
público o seguridad nacional en una sociedad democrática, o cuando lo exija el interés
de la vida privada de las partes o, en la medida estrictamente necesaria en opinión del
tribunal, cuando por circunstancias especiales del asunto la publicidad pudiera
perjudicar a los intereses de la justicia; pero toda sentencia en materia penal o
contenciosa será pública, excepto en los casos en que el interés de menores de edad
exija lo contrario, o en las actuaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela
de menores.
…
De los precepto legales antes transcritos claramente se advierte, el deber que tiene el Estado
Mexicano (a través de sus distintas autoridades sin distingo) como parte integrante de dicho
Tratado, de respetar y hacer respetar los derechos humanos de las personas, asimismo tiende
además a garantizar el derecho a la seguridad jurídica, mismo que va de la mano con el derecho a
un debido proceso.
Atento a lo que precede, las autoridades se encuentran obligadas con base en la normatividad
respectiva que rige en el País y en los citados Tratados Internacionales, a determinar los derechos
y obligaciones de las personas, ya sea en el orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter, dentro de un plazo razonable, mismo que debe estar legalmente establecido a efecto de
generar seguridad jurídica, y por ende se tome como un elemento del debido proceso.
Es por ello que resulta necesario resaltar el papel trascendental de los derechos fundamentales
reconocidos en los tratados internacionales de los que México es parte, haciendo pertinente
reiterar el derecho fundamental consagrado en el artículo 8.1 del Pacto de San José, mismo que
ha sido explicado en párrafos anteriores.
En efecto, se violaron las invocadas garantías de legalidad y debido proceso, seguridad jurídica,
y las de congruencia y exhaustividad que deben revestir todas las sentencias, en virtud de que la
Jueza A quo, omitió hacer un estudio formal y exhaustivo del caudal probatorio desahogado en el
juicio especial de interdicción de origen.
Asimismo, la Jueza A quo, ignora y pasa por alto que en fecha 28 de junio del año 2000, el juez
del conocimiento del asunto y el ministerio público (fiscal) adscrito, tuvieron a bien examinar a
mi hijo, encontrando en la evaluación (con las preguntas realizadas) respuestas inconsistentes
que indefectiblemente les llevaron a alcanzar a la conclusión de su estado permanente de
incapacidad. Este hecho se desprende de los autos del juicio especial de interdicción que integran
el expediente.
Sin embargo, como podrán apreciar esos Honorables Magistrados de la Sala Civil en turno del
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla, la Jueza A quo, Jueza Primero Auxiliar de lo
Familiar, la abogada Gabriela Alvarado León, pasa por alto el estudio del material probatorio ya
señalado y precisado, lo que evidentemente atenta contra las garantías de legalidad y debido
proceso, seguridad jurídica, y las de congruencia y exhaustividad que deben revestir las
sentencias, de conformidad con lo dispuesto por los artículos 1º, 14º, 16º y 17º de la Constitución
Política de los Estados Unidos, así como también violan lo dispuesto por los artículos 352, 357 y
359 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado Libre Soberano de Puebla, toda vez
que no se resuelve conforme a la cuestión efectivamente planteada en juicio por la actora, hoy
recurrente, dejándose de apreciar los hechos tal como fueron planteados y percibidos por el juez
del conocimiento durante los veintitrés largos años de substanciación del juicio. Estos hechos y
omisiones de la Jueza A quo, me dejan en pleno estado de indefensión, puesto que
evidentemente se dicta un fallo violatorio de derechos humanos y de las garantías que
ampliamente se han precisado y expuesto.
Estas omisiones flagrantes, trascienden al resultado, es decir, son determinantes para emitir el
fallo que hoy se recurre.
Ante tales actos y omisiones de la Jueza, no se puede sostener que el acto impugnado sea legal,
puesto que ha quedado demostrado claramente que este carece de los elementos esenciales que
debe revestir toda sentencia dictada por autoridad competente en un procedimiento.
Sostener lo contrario equivaldría a otorgarle la calidad de “legal” a un acto que carece de las
mínimas formalidades que debe revestir todo acto de autoridad, lo que me dejaría en completo
estado de indefensión por violar las garantías de legalidad y debido proceso, así como las
garantías de seguridad y certeza jurídica consagradas en los artículos 14º, 16º y 17º de la
Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos, puesto que no se puede considerar
“legal” un acto que carece flagrantemente de fundamentación y motivación, y que no cumplió
con los requisitos de exhaustividad y congruencia que toda sentencia debe revestir, en el ámbito
de sus respectivas facultades, tal y como ha quedado demostrado plenamente.
Jurisprudencia VI.2º. J/43, Novena Época, Tomo III, Marzo de 1996, página 769, que reza:
Amparo directo 194/88. Bufete Industrial Construcciones, S.A. de C.V. 28 de junio de 1988.
Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Jorge Alberto González
Alvarez.
Revisión fiscal 103/88. Instituto Mexicano del Seguro Social. 18 de octubre de 1988. Unanimidad
de votos. Ponente: Arnoldo Nájera Virgen. Secretario: Alejandro Esponda Rincón.
Amparo en revisión 333/88. Adilia Romero. 26 de octubre de 1988. Unanimidad de votos. Ponente:
Arnoldo Nájera Virgen. Secretario: Enrique Crispín Campos Ramírez.
Amparo en revisión 597/95. Emilio Maurer Bretón. 15 de noviembre de 1995. Unanimidad de
votos. Ponente: Clementina Ramírez Moguel Goyzueta. Secretario: Gonzalo Carrera Molina.
Amparo directo 7/96. Pedro Vicente López Miro. 21 de febrero de 1996. Unanimidad de votos.
Ponente: María Eugenia Estela Martínez Cardiel. Secretario: Enrique Baigts Muñoz.
Resultando aplicable también al caso en concreto la Jurisprudencia de la 7ª. Época; T.C.C.;
S.J.F.; 121-126 Sexta Parte; Pág. 280, que dice:
“ACTOS VICIADOS, FRUTOS DE. Si un acto o diligencia de la autoridad está viciado y resulta
inconstitucional, todos los actos derivados de él, o que se apoyen en él, o que en alguna forma
estén condicionados por él, resultan también inconstitucionales por su origen, y los tribunales no
deben darles valor legal, ya que de hacerlo, por una parte alentarían prácticas viciosas, cuyos
frutos serían aprovechables por quienes las realizan y, por otra parte, los tribunales se harían en
alguna forma partícipes de tal conducta irregular, al otorgar a tales actos valor legal.
Por ese motivo acudo ante esos Honorables Magistrados de la Sala Civil en turno del Tribunal
Superior de Justicia del Estado de Puebla, para solicitar que se revoque la sentencia recurrida,
de conformidad con lo establecido por los artículos 376, 396 y 400 fracción III, y en su lugar se
dicte una nueva sentencia, en la que además de estudiar y resolver conforme a la cuestión
efectivamente planteada en juicio, se analicen y se estudien total o cabalmente las pruebas
rendidas y desahogadas por la actora en juicio, es decir, que se estudien las pruebas consistentes
en 1): los dictámenes médicos en psiquiatría: el primero a) de fecha 07 de julio del año 2000,
rendido por los peritos, el Médico Psiquiatra Dr. Roberto Mario Gómez Zanabria y la Lic. En
Psicología Araceli Ameca Hernández; así como también, el segundo b) de fecha 19 de abril del
presente año 2023, practicado por la médico Psiquiatra Dra. Rebeca Elizabeth Morales de los
Santos; en ambos casos, los médicos peritos certifican plenamente que mi hijo JUAN JOSÉ
LÓPEZ PÉREZ, se encuentra del todo incapaz, en virtud de dicho estado de salud mental, es
decir, el padecimiento de ESQUIZOFRENIA PARANOIDE. y se resuelva de conformidad con
ellas; y en su momento oportune dicte una nueva sentencia en la que se declare el estado de
interdicción de mi hijo JUAN JOSÉ LÓPEZ PÉREZ, se encuentra del todo incapaz, en virtud de
dicho estado de salud mental, es decir, el padecimiento de ESQUIZOFRENIA PARANOIDE. Y
2) se dicte sentencia conforme a la prueba consistente en la comparecencia de fecha 28 de junio
del año 2000, en la que el juez del conocimiento y el ministerio público adscrito formularon
preguntas (interrogatorio) para corroborar la condición de capacidad o incapacidad de mi hijo
JUAN JOSÉ LÓPEZ PÉREZ, y de las que se obtuvieron respuestas que no fueron claras y
confusión en otras.
Ahora bien, se hace necesario establecer cuáles fueron las garantías constitucionales y derechos
humanos violados. Dichas garantías y derechos humanos violados son las que desprenden de los
artículos 1º, 14º,16º, 17º y 133º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
cuyo texto se reproduce:
“Artículo 1º.- En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá
restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución
establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta
Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo momento a las
personas la protección más amplia.
…”
“Artículo 14.- Nadie puede ser privado de la vida, la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos,
sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho.
…”
“Artículo 16.- Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en
virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento.
“Artículo 17.- Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su
derecho.
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para
impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta,
completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas
judiciales.
Siempre que no se afecte la igualdad entre las partes, el debido proceso u otros derechos en los juicios o
procedimientos seguidos en forma de juicio, las autoridades deberán privilegiar la solución del conflicto
sobre los formalismos procedimentales.
El Congreso de la Unión expedirá las leyes que regulen las acciones colectivas. Tales leyes determinarán
las materias de aplicación, los procedimientos judiciales y los mecanismos de reparación del daño. Los
jueces federales conocerán de forma exclusiva sobre estos procedimientos y mecanismos.
Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de controversias. En la materia penal regularán
su aplicación, asegurarán la reparación del daño y establecerán los casos en los que se requerirá
supervisión judicial.
Las sentencias que pongan fin a los procedimientos orales deberán ser explicadas en audiencia pública
previa citación de las partes.
Las leyes federales y locales establecerán los medios necesarios para que se garantice la independencia
de los tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones.
En los preceptos citados, el párrafo segundo del artículo 14 Constitucional, se encierran las reglas
fundamentales de interpretación e integración en el derecho mexicano, es decir que el órgano
jurisdiccional ha de resolver, de acuerdo con la ley, las controversias que conoce cuando en aquella se
prevé la situación jurídica controvertida; por ende el significado y alcance de dicha garantía
constitucional constriñe a la autoridad jurisdiccional a que se abstenga de emitir sentencias definitivas que
no se apeguen a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, o a falta de ésta en los principios generales
del derecho.
Sirve de apoyo a lo anterior la siguiente jurisprudencia 2a./J. 144/2006, de la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXIV, Octubre
de 2006, página 351, de rubro y texto:
“GARANTÍA DE SEGURIDAD JURÍDICA. SUS ALCANCES. La garantía de seguridad jurídica prevista
en el artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no debe entenderse en
el sentido de que la ley ha de señalar de manera especial y precisa un procedimiento para regular
cada una de las relaciones que se entablen entre las autoridades y los particulares, sino que debe
contener los elementos mínimos para hacer valer el derecho del gobernado y para que, sobre este
aspecto, la autoridad no incurra en arbitrariedades, lo que explica que existen trámites o relaciones
que por su simplicidad o sencillez, no requieren de que la ley pormenorice un procedimiento detallado
para ejercer el derecho correlativo. Lo anterior corrobora que es innecesario que en todos los
supuestos de la ley se deba detallar minuciosamente el procedimiento, cuando éste se encuentra
definido de manera sencilla para evidenciar la forma en que debe hacerse valer el derecho por el
particular, así como las facultades y obligaciones que le corresponden a la autoridad.”
Tesis de jurisprudencia 144/2006. Aprobada por la Segunda Sala de este Alto Tribunal en sesión
privada del veintinueve de septiembre de dos mil seis
Asimismo, es aplicable la siguiente tesis aislada, Octava Época, Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XI, Enero de 1993, página 253, de rubro y texto:
“GARANTIA DE LEGALIDAD. QUE DEBE ENTENDERSE POR. La Constitución Federal, entre las
garantías que consagra en favor del gobernado, incluye la de legalidad, la que debe entenderse como
la satisfacción que todo acto de autoridad ha de realizarse conforme al texto expreso de la ley, a su
espíritu o interpretación jurídica; esta garantía forma parte de la genérica de seguridad jurídica que
tiene como finalidad que, al gobernado se proporcionen los elementos necesarios para que esté en
aptitud de defender sus derechos, bien ante la propia autoridad administrativa a través de los
recursos, bien ante la autoridad judicial por medio de las acciones que las leyes respectivas
establezcan; así, para satisfacer el principio de seguridad jurídica la Constitución establece las
garantías de audiencia, de fundamentación y motivación, las formalidades del acto autoritario, y las de
legalidad.”
Atento a lo anteriormente invocado, el citado párrafo del artículo 14 Constitucional, encierra las reglas
fundamentales de interpretación e integración en el derecho mexicano, es decir que el órgano
jurisdiccional ha de resolver, de acuerdo con la ley, las controversias que conoce cuando en aquella se
prevé la situación jurídica controvertida por ende el significado y alcance de dicha garantía constitucional
constriñe a la autoridad jurisdiccional a que se abstenga de emitir sentencias definitivas que no se
apeguen a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, o a falta de esta en los principios generales del
derecho.
Es así que en virtud de la garantía constitucional anteriormente invocada, los juzgadores se encuentran
obligados a sujetarse a lo estrictamente prevenido por la ley, que contemple la situación jurídica por la
que deban pronunciarse y emitir un fallo definitivo, resultando que si al momento de formular la
resolución definitiva el juzgador no se abocó a lo rigurosamente contemplado en la ley, se estaría
vulnerando a la esfera jurídica del gobernado en virtud de que el mismo no tendría la plena certeza de
haber sido juzgado conforme a lo prevenido por nuestra Carta Magna.
“La fundamentación es el deber a cargo de la autoridad de citar con exactitud y precisión la ley, el
ordenamiento, el precepto legal o reglamentario o conjunto de ellos, que le den competencia o
facultades para emitir el acto de molestia de que se trate y que sean aplicables al caso concreto,
otorgándole certeza y seguridad jurídica al particular frente a esos actos”
Esto con el fin de cumplir con el principio de legalidad emanado del artículo 16 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; ahora bien la motivación exigida por el numeral 16 de la Carta
Magna consiste en el razonamiento contenido en el texto del acto de molestia, en donde se concluye que
dicho acto encuadra perfectamente en determinado precepto legal, es decir:
“Motivar... es externar las consideraciones relativas a las circunstancias de hecho que se formuló la
autoridad para establecer la adecuación del caso concreto a la hipótesis legal".
De los preceptos legales anteriormente invocados se desprenden las garantías de legalidad y seguridad
jurídica; a la que tiene derecho el gobernado por ser un derecho subjetivo de orden público; la primera
debe entenderse como la satisfacción que todo acto de autoridad ha de realizarse conforme al texto
expreso de la ley, a su espíritu o interpretación jurídica; la segunda tiene como finalidad que al gobernado
se le proporcionen los elementos necesarios para que esté en aptitud de defender sus derechos, es decir,
impone a las autoridades la obligación de cumplir con las condiciones necesarias para proceder contra los
derechos, posesiones y propiedades de los individuos en virtud de que las autoridades sólo pueden hacer
aquello que expresamente la ley les faculte, y por tanto deberán actuar observando dichas condiciones, las
cuales son:
[J]; 7a. Época; 2a. Sala; Informes; Informe 1974, Parte II; Pág. 25
[J]; 7a. Época; 2a. Sala; Informes; Informe 1974, Parte II; Pág. 25. de rubro:
AUDIENCIA, ALCANCE DE LA GARANTIA DE.
2. Garantía de debido proceso legal.- Consagrada en el artículo 14 Constitucional, en la
parte relativa a que los juicios deben llevarse a cabo ante autoridad competente,
cumpliendo con “…. las formalidades esenciales del procedimiento…” lo que implica
necesariamente que los procedimientos jurisdiccionales seguidos ante las autoridades
respectivas (administrativas), se tramiten conforme a las disposiciones procesales
exactamente aplicables al caso concreto, pues de lo contrario transgrede el derecho
positivo y, por ende, se actualiza la infracción a la garantía de que se trata.
[TA]; 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; III, Junio de 1996; Pág. 845, de rubro y
texto:
GARANTIA DE DEBIDO PROCESO LEGAL CONTENIDA EN EL
ARTICULO 14 CONSTITUCIONAL. DEFINICION. La garantía
de debido proceso legal consagrada en el artículo 14 constitucional, en la parte
relativa a que los juicios deben llevarse a cabo ante autoridad competente,
cumpliendo con "... las formalidades esenciales del procedimiento..." implica
necesariamente que los procedimientos jurisdiccionales seguidos ante las autoridades
respectivas, se tramiten conforme a las disposiciones procesales exactamente
aplicables al caso concreto, pues de lo contrario se transgrede el derecho positivo y,
por ende, se actualiza la infracción a la garantía de que se trata.
[J]; 7a. Época; 2a. Sala; S.J.F.; 30 Tercera Parte; Pág. 57. de rubro y texto:
A más de lo que precede, es importante enfatizar que la autoridad demandada violenta el referido
derecho humano a la seguridad jurídica previsto por el artículo 8º numeral 1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. Para mayor ilustración, enseguida se transcribe el artículo
8º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, mismo que en la parte que interesa
dicta:
1. Toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un
juez o tribunal competente independiente e imparcial establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos
y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
Citado lo anterior, es importante reiterar que el derecho a la seguridad jurídica tiene por objeto,
que el gobernado jamás se encuentre en una situación de incertidumbre jurídica y, por tanto, en
estado de indefensión, debiendo en todo momento conocer la porción normativa que se le imputa
al respecto y que la regulación de la porción normativa que se esté aplicando efectivamente se
encuentre prevista en la ley, constriñendo a la actuación de la autoridad a sujetarse a lo previsto
por aquella, evitando de esta manera la arbitrariedad y abuso de la autoridad.
Dicho lo anterior, en esta parte resulta necesario remitirnos a lo dispuesto por los Tratados Internacionales
de que el Estado Mexicano forma parte, en específico a los preceptos que proveen sobre el Derecho
Humano a la Seguridad Jurídica. Comenzando por la Convención Americana Sobre Derechos Humanos,
también conocido como Pacto de San José, cuyos preceptos fundamentales establecen:
Artículo 2.
Artículo 9.
Artículo 14.
1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona
tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de
cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o para la determinación de
sus derechos u obligaciones de carácter civil. La prensa y el público podrán ser
excluidos de la totalidad o parte de los juicios por consideraciones de moral, orden
público o seguridad nacional en una sociedad democrática, o cuando lo exija el interés
de la vida privada de las partes o, en la medida estrictamente necesaria en opinión del
tribunal, cuando por circunstancias especiales del asunto la publicidad pudiera
perjudicar a los intereses de la justicia; pero toda sentencia en materia penal o
contenciosa será pública, excepto en los casos en que el interés de menores de edad
exija lo contrario, o en las actuaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela
de menores.
…
De los precepto legales antes transcritos claramente se advierte, el deber que tiene el Estado
Mexicano (a través de sus distintas autoridades sin distingo) como parte integrante de dicho
Tratado, de respetar y hacer respetar los derechos humanos de las personas, asimismo tiende
además a garantizar el derecho a la seguridad jurídica, mismo que va de la mano con el derecho a
un debido proceso.
Atento a lo que precede, las autoridades se encuentran obligadas con base en la normatividad
respectiva que rige en el País y en los citados Tratados Internacionales, a determinar los derechos
y obligaciones de las personas, ya sea en el orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter, dentro de un plazo razonable, mismo que debe estar legalmente establecido a efecto de
generar seguridad jurídica, y por ende se tome como un elemento del debido proceso.
Es por ello que resulta necesario resaltar el papel trascendental de los derechos fundamentales
reconocidos en los tratados internacionales de los que México es parte, haciendo pertinente
reiterar el derecho fundamental consagrado en el artículo 8.1 del Pacto de San José, mismo que
ha sido explicado en párrafos anteriores.
En efecto, se violaron las invocadas garantías de legalidad y debido proceso, seguridad jurídica,
y muy en especial el principio de congruencia que deben revestir todas las sentencias, en virtud
de que la Jueza A quo, no resolvió el asunto conforme a la litis planteada, en el juicio especial
de interdicción de origen.
Asimismo, la Jueza A quo, ignora y pasa por alto que en fecha 28 de junio del año 2000, el juez
del conocimiento del asunto y el ministerio público (fiscal) adscrito, tuvieron a bien examinar a
mi hijo, encontrando en la evaluación (con las preguntas realizadas) respuestas inconsistentes
que indefectiblemente les llevaron a alcanzar a la conclusión de su estado permanente de
incapacidad. Este hecho se desprende de los autos del juicio especial de interdicción que integran
el expediente.
Sin embargo, como podrán apreciar esos Honorables Magistrados de la Sala Civil en turno del
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla, la Jueza A quo, Jueza Primero Auxiliar de lo
Familiar, la abogada Gabriela Alvarado León, pasa por alto el estudio del material probatorio ya
señalado y precisado, lo que evidentemente atenta contra las garantías de legalidad y debido
proceso, seguridad jurídica, y las de congruencia y exhaustividad que deben revestir las
sentencias, de conformidad con lo dispuesto por los artículos 1º, 14º, 16º y 17º de la Constitución
Política de los Estados Unidos, así como también violan lo dispuesto por los artículos 352, 357 y
359 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado Libre Soberano de Puebla, toda vez
que no se resuelve conforme a la cuestión efectivamente planteada en juicio por la actora, hoy
recurrente, dejándose de apreciar los hechos tal como fueron planteados y percibidos por el juez
del conocimiento durante los veintitrés largos años de substanciación del juicio. Estos hechos y
omisiones de la Jueza A quo, me dejan en pleno estado de indefensión, puesto que
evidentemente se dicta un fallo violatorio de derechos humanos y de las garantías que
ampliamente se han precisado y expuesto.
Estas omisiones flagrantes, trascienden al resultado, es decir, son determinantes para emitir el
fallo que hoy se recurre.
Ante tales actos y omisiones de la Jueza, no se puede sostener que la sentencia recurrida sea
legal, puesto que ha quedado demostrado claramente que este carece de los elementos esenciales
que debe revestir toda sentencia dictada por autoridad competente en un procedimiento.
Sostener lo contrario equivaldría a otorgarle la calidad de “legal” a un acto que carece de las
mínimas formalidades que debe revestir todo acto de autoridad, lo que me dejaría en completo
estado de indefensión por violar las garantías de legalidad y debido proceso, así como las
garantías de seguridad y certeza jurídica consagradas en los artículos 14º, 16º y 17º de la
Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos, puesto que no se puede considerar
“legal” un acto que carece flagrantemente de fundamentación y motivación, y que no cumplió
con el requisito congruencia que toda sentencia debe revestir, en el ámbito de sus respectivas
facultades, tal y como ha quedado demostrado plenamente.
Jurisprudencia VI.2º. J/43, Novena Época, Tomo III, Marzo de 1996, página 769, que reza:
Amparo directo 194/88. Bufete Industrial Construcciones, S.A. de C.V. 28 de junio de 1988.
Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Jorge Alberto González
Alvarez.
Revisión fiscal 103/88. Instituto Mexicano del Seguro Social. 18 de octubre de 1988. Unanimidad
de votos. Ponente: Arnoldo Nájera Virgen. Secretario: Alejandro Esponda Rincón.
Amparo en revisión 333/88. Adilia Romero. 26 de octubre de 1988. Unanimidad de votos. Ponente:
Arnoldo Nájera Virgen. Secretario: Enrique Crispín Campos Ramírez.
Amparo en revisión 597/95. Emilio Maurer Bretón. 15 de noviembre de 1995. Unanimidad de
votos. Ponente: Clementina Ramírez Moguel Goyzueta. Secretario: Gonzalo Carrera Molina.
Amparo directo 7/96. Pedro Vicente López Miro. 21 de febrero de 1996. Unanimidad de votos.
Ponente: María Eugenia Estela Martínez Cardiel. Secretario: Enrique Baigts Muñoz.
“ACTOS VICIADOS, FRUTOS DE. Si un acto o diligencia de la autoridad está viciado y resulta
inconstitucional, todos los actos derivados de él, o que se apoyen en él, o que en alguna forma
estén condicionados por él, resultan también inconstitucionales por su origen, y los tribunales no
deben darles valor legal, ya que de hacerlo, por una parte alentarían prácticas viciosas, cuyos
frutos serían aprovechables por quienes las realizan y, por otra parte, los tribunales se harían en
alguna forma partícipes de tal conducta irregular, al otorgar a tales actos valor legal.
Por ese motivo acudo ante esos Honorables Magistrados de la Sala Civil en turno del Tribunal
Superior de Justicia del Estado de Puebla, para solicitar que se revoque la sentencia recurrida,
de conformidad con lo establecido por los artículos 376, 396 y 400 fracción III, y en su lugar se
dicte una nueva sentencia, en la que se emita un fallo conforme a la cuestión efectivamente
planteada en juicio, se analicen y se estudien total o cabalmente las pruebas rendidas y
desahogadas por la actora en juicio, es decir, que se estudien las pruebas consistentes en 1): los
dictámenes médicos en psiquiatría: el primero a) de fecha 07 de julio del año 2000, rendido por
los peritos, el Médico Psiquiatra Dr. Roberto Mario Gómez Zanabria y la Lic. En Psicología
Araceli Ameca Hernández; así como también, el segundo b) de fecha 19 de abril del presente
año 2023, practicado por la médico Psiquiatra Dra. Rebeca Elizabeth Morales de los Santos; en
ambos casos, los médicos peritos certifican plenamente que mi hijo JUAN JOSÉ LÓPEZ
PÉREZ, se encuentra del todo incapaz, en virtud de dicho estado de salud mental, es decir, el
padecimiento de ESQUIZOFRENIA PARANOIDE. y se resuelva de conformidad con ellas; y
en su momento oportune dicte una nueva sentencia en la que se declare el estado de interdicción
de mi hijo JUAN JOSÉ LÓPEZ PÉREZ, se encuentra del todo incapaz, en virtud de dicho estado
de salud mental, es decir, el padecimiento de ESQUIZOFRENIA PARANOIDE. Y 2) se dicte
sentencia conforme a la prueba consistente en la comparecencia de fecha 28 de junio del año
2005, en la que el juez del conocimiento y el ministerio público adscrito formularon preguntas
(interrogatorio) para corroborar la condición de capacidad o incapacidad de mi hijo JUAN JOSÉ
LÓPEZ PÉREZ, y de las que se obtuvieron respuestas que no fueron claras y confusión en otras.
Como medios de convicción por esta parte quejosa, se ofrecen las siguientes:
III.- P R U E B A S
R E S P E T U O S A M E N T E
Puebla, Puebla; a 09 de junio de 2023.
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ELSA PEREZ BENITEZ