MARIOLOGÍA

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ISCR DON BOSCO

MARIOLOGÍA
PROF. DR. JORDI LATORRE I CASTILLO
ALUMNA: ANGELA JANELLY GARCIA CORTES
BARCELONA, 2023-2024
MARÍA DE LOS EVANGELIOS
JEAN-PAUL MICHAUD

Después de las aportaciones de las clases y la lectura de libro, inicio aclarando la


intencionalidad de rescatar la imagen de María dentro de los evangelios, y la razón que
tuvieron los autores para ello, en primer lugar, María interesa en cuanto está vinculada al
misterio de Cristo, esto se ha de tener presente a la hora de la lectura de textos marianos,
ya que estos también son textos de fe.
La imagen de María pasa por un proceso cronológico, es decir, no se escribe de ella desde
el principio, se va dando a conocer en la medida que se interesan por la vida terrena de
Jesús, en especial por su infancia; por ello podemos decir, que es la luz pascual la que
ilumina estos relatos, los cuales conservaron el recuerdo de María y progresivamente
resaltaron su papel en la economía de la salvación.
Los primeros textos que hablan de María son Pablo y Marcos, ellos se caracterizan por ser
más discretos con respecto a María.

PABLO (GAL) LA MUJER ANÓNIMA


Pablo habla de Jesús “nacido de mujer” (Gal 4,4) sin decir el nombre de esta mujer, pero
dando a entender que es una mujer de nuestra raza la que se convirtió en la madre del
propio Hijo de Dios.
Un punto importante para entender la falta de amplitud del tema es que hemos de
recordar que Pablo no conoció al Jesús pre-pascual, y por ello probablemente no ahondo
en este tema.
MARCOS LA CONOCE POR EL NOMBRE
Sus textos son breves, pero es el primero que llama a María por su nombre (6,3), en
primer lugar, la presenta junto a los parientes de Jesús, justo en el momento que Jesús se
desvincula de su familia y acoge a su nueva familia de fe: la Iglesia, y por otro lado al
llamarlo “el Hijo de María” contrapone las costumbres judías al no nombrar a su padre,
pero de este modo hace referencia a la ausencia de padre; al no mencionar al padre
puede dar a entender que no hubo padre humano.
En este versículo también se habla de los “hermanos y hermanas de Jesús” (3,31-35) lo
cual no recibió una solución exegéticamente, pero podemos ver que no son llamados hijos
de María y por otro lado la palabra hermano-hermana tiene un amplio campo semántico,
bien se podría estar hablando de medios hermanos, primos e incluso de sobrinos. Pero al
final estas terminan siendo suposiciones, si bien lo que queda claro es que Marcos
presenta a María en el grupo de los que no comprenden la misión de Jesús.
MATEO LA VIRGEN QUE DA A LUZ A UN PRINCIPE HEREDERO
Este evangelio tiene como introducción dos capítulos (1 y 2) que hablan de la infancia de
Jesús (estos se creían que eran aparte del evangelio, pero al final sabemos que no hay más
que un solo evangelio y que estos relatos hacen parte del mismo) lo cual deja ver una
evidente evolución del papel de María en la historia de la salvación; sin embargo, este
evangelio tiende a tener una visión más masculina ya que parece estar más organizado en
torno a José, y cuenta con la característica particular de que José es quien es interpelado y
actúa, pero nunca dice nada, y María solo se menciona indirectamente.
Su evangelio se centrará en demostrar que Jesús es el Cristo y para ello se sirve la misma
Escritura, con la intención que los creyentes puedan hacer una lectura de fe en la que
reconozcan el cumplimiento de las promesas por medio de Jesús.
Mateo presenta la genealogía de Jesús (1,1-17), en ella lo presenta como el hijo de María
la esposa de José (un dato que me parece importante en este evangelio es el hecho de
que María es llamada esposa de José hasta el nacimiento de Jesús, después de ello pasara
a ser llamada “la madre”) y como en él se cumplen las promesas hechas a Abrahán, de
forma clara se ve que esta genealogía está hecha en torno a David, unos datos curiosos es
la presencia de la palabra engendra utilizada en 39 ocasiones, en las cuales solo se hace
referencia a los hombres, hasta que llega a José pues el ya no es quien engendra, sino es
María quien lo hace, además de la mención de 5 mujeres, incluida María, todas estas
mujeres tienen relación con David tres de ellas son sus antepasadas y otra fue su mujer y
María entra a formar parte de su descendencia al ser esposa de José, pero la mención de
estas mujeres es mucho más profunda pues se pueden considerar heroínas mesiánicas,
además de estar vinculadas por la acción del Espíritu Santo en ellas.
Posteriormente presenta el anuncio a José y como Jesús es acogido e insertado en el linaje
de David por medio de él, además la concepción virginal es un tema que prevalece y que
se defiende a lo largo del evangelio (1,18), en esta escena busca aclarar que esta
concepción se da antes de que José y María vivieran juntos; es decir, jurídicamente son
esposos, pero aún no han convivido de manera marital, como tradicionalmente lo hacían
los judíos.
El anuncio a José (1,18) muestra una doble función: de tomar consigo a María su esposa y
de dar un nombre al niño; por lo tanto, la vocación de José toma también una dimensión
mesiánica, y pertenece a los anuncios celestiales de los nacimientos en los cuales se
menciona el nombre que le han de dar al niño o la misión de este mismo, pero en el
anuncio del nacimiento (1,21) de Jesús es una mezcla de ambos ya que se le dice el
nombre y la misión. José por otro lado al acoger a María en su casa y al ponerle al niño el
nombre, podemos decir que es el momento en que lo adopta legalmente, por ello José
hace de Jesús un hijo de David; en conclusión, José lo engendra legalmente pero no
naturalmente.
Finalmente presenta a María como madre del príncipe heredero, un punto importante a
resaltar es que Herodes es llamado rey hasta el nacimiento de Jesús. Y después del
nacimiento José pasa a la sombra y finalmente la expresión “el niño y su madre” (2,13)
pone cierta distancia entre estos mismo.
Y en la escena de los parientes que buscan a Jesús muestra que solo quieren hablar con él,
a diferencia de lo que da a entender Marcos.
LUCAS LA SERVIDORA DE LA PALABRA
Es el evangelio que habla con mayor amplitud de María, y los relatos de la infancia ya no
los hace desde la perspectiva de José. Evidentemente Lucas conocía a Marcos, pero evita
cuidadosamente lo que pudiera arrojar sombra sobre María o sobre los parientes, por ello
Lucas se convierte en un verdadero elogio a María.
Para comprender este evangelio hemos de saber que Lucas se define como historiador y
en este caso de una historia sagrada, para ello se vale de testimonios teologizados de
testigos oculares.
En primer lugar, presenta a María como aquella que está siempre presente en la historia
de la salvación; sus relatos de la infancia pertenecen al evangelio y hacen de prólogo para
a todo el evangelio, también se caracteriza por una estructura maravillosa, ángeles van y
vienen. Lucas toma la Sagrada Escritura para ayudar a comprender quien es Jesús, y va a
utilizarla abundantemente, además un punto importante es que Lucas se vale de
personajes bíblicos para animar a sus personajes, un ejemplo claro es la relación de María
con la imagen de la Hija de Sion.
Como se mencionaba anteriormente Lucas se vale de testigos oculares, por ello también
se puede entender que posiblemente María misma fuera una de ellos ya que ella
“meditaba estos acontecimientos en su corazón” (2,19).
En Lucas también se muestra un evidente paralelismo entre los orígenes de Juan el
Bautista y los de Jesús, por un lado, Zacarías celebra a Juan (1,68-70) y Simeón canta la
salvación en Jesús (2,29-32), y las promesas son representadas por Juan, y el tiempo de
cumplimiento y de la salvación está representado en Jesús.
Además, el anuncio a María pertenece al género de anuncios celestiales, concretamente al
de anuncios de nacimiento, su anuncio es también una misión (1,26-38), el anuncio de
María representa la alegría mesiánica de la Hija de Sion, ciertamente es un
engendramiento maravilloso ya que María utiliza la expresión: “no conozco varón”
tomando el tema de la concepción virginal.
En este anuncio vemos el saludo que le hace el ángel: “alégrate” (1,28), este saludo
manifiesta el gozo del pueblo ante una intervención de Dios, María por su lado acoge la
buena nueva como la hija de Sion, al llamarla llena de gracia se refiere a una acción
pasada, es decir, María ha sido agraciada ante los ojos de Dios y por ello esto es una
acción del amor de Dios en María, es una vocación a la maternidad mesiánica, divina del
Hijo de Dios, y en este caso es a María a quien se le invita a dar el nombre a Jesús. Al
anunciar la misión de Jesús también le anuncian al mesías davídico y que su reino no
tendrá fin. Finalmente, María acoge este anuncio con alegría, esta es la alegría de lo que la
gracia de Dios ha hecho en ella, y dice sí al mensaje y con esto surge una nueva alianza,
Dios tiene necesidad de ella, y el consentimiento de María es un consentimiento en la
alianza, de esta manera Jesús es hijo de Dios desde el momento de su concepción y está
forjado por el Espíritu Santo.
Este evangelio muestra una clara relación entre el momento de la concepción y de la
resurrección: como el seno virginal y el sepulcro, por ello se puede decir que la concepción
virginal cobra sentido hasta el final, ya que se vive como una entrega completa a Dios. En
la escena de la visitación (1,39-56), podemos ver el encuentro de un profeta con su Señor,
y el grito de Isabel (1,45) es una confesión de fe, Isabel es quien proclama la
bienaventuranza de María, aquí también entra el planteamiento de que es probable que
el magníficat se añadiera después y no fuera recitado por María, pero son suposiciones lo
que sabemos es que es un himno de revolución de Dios que evoca a una victoria militar,
pero sobre todo que está impregnado de la fe en un Dios liberador.

MARÍA EN LOS APOCRIFOS


Son muy discretos con respecto a la vida de María, sin embargo, el proto-evangelio de
Santiago muestra su clara intención de salva guardar la virginidad y predilección de María,
y la presenta casada, con un José anciano que custodiaría su virginidad, y que al hablar de
los hermanos de Jesús se hace referencia a los hijos del primer matrimonio de José.

JUAN MADRE DE TODOS LOS CREYENTES


Juan es sin duda el evangelio más espiritual y al mismo tiempo el más encarnado, Juan la
llama: madre de Jesús (2,3), y como la mujer adornada con atributos celestiales.
Demuestra que conoce la tradición y hace nacer a Jesús en Belén.
Por otro lado las bodas de Caná (2,1-12) ocupan un lugar importante en este evangelios,
ya que por un lado presentan la petición de la madre de Jesús que es claramente
necesaria pero que al mismo tiempo recibe rechazo por parte del Hijo, esta negativa se
debe al trasfondo de las misma bodas, pues María habla de las bodas terrenas y Jesús le
responde desde otro nivel; y este nivel del que habla está relacionado con la pasión, y es
un punto fundamental pues Juan nos presenta a una mujer al comienzo y al final de la vida
pública de Jesús.
A pesar de esta respuesta María dice: “haced lo que él os diga” (2,5) pues ella conocía la
bondad de su Hijo, si bien Jesús convierte el agua en vino, en su pasión les ofrece otro tipo
de vino, y es este momento en el que Jesús aparece como verdadero esposo de estas
bodas del cordero, que ciertamente tienden a evocar al vino mesiánico que sustituye al
agua de la primera alianza.
Finalmente, la escena de María junto al discípulo amado (19,26), nos muestra el amor de
predilección que Dios guarda hacia cada creyente, pues bien sabemos que el discípulo
amado nos representa a cada uno de nosotros, por lo tanto, el creyente es al que se le
confía María y el que la recibe como madre (19,27).
La imagen de la mujer vestida de sol que presenta el Apocalipsis es la personificación del
pueblo de Dios, pues es la mujer que da a luz a un hijo varón, esto representa a la Iglesia
después de Cristo y a una nueva maternidad realizada por medio de los dolores de la cruz,
todo esto coincide con la pasión y la resurrección de Jesucristo.
LA FE DE LA IGLESIA Y LAS DEFINICIONES
DOGMÁTICAS MARIANAS
LA VIRGINIDAD DE MARÍA
Proclamado en el Concilio de Constantinopla en el 553, en el cual se afirma que María fue
Virgen antes, durante y después del nacimiento de Jesús, su fundamentación bíblica es: Is
7,14.
En primer lugar, hemos de tener en cuenta que para la tradición de la Iglesia la virginidad
de María está vinculada con su maternidad divina. De los textos más conocidos sobre este
dogma en el Nuevo testamento han tomado Mt 1,18-25 y Lc 1, 26-38, en los cuales dejan
claro que la concepción de Jesús fue virginal, la concepción divina está destinada a
manifestar la filiación divina. Ya el papa Benedicto XVI decía que Mt y Lc contienen la
verdad en sus escritos de lo contrario los mismos desaparecerían, pues vienen de la
tradición bíblica, y claramente si no fuesen ciertos serian rechazados.
Este dogma pertenece a la Iglesia, pues no fue discutido por la comunidad primitiva, esto
se mantuvo como patrimonio doctrinal hasta el 200 d.C.
Un punto a resaltar sobre este título que recibe María es el hecho de que ella lo fue antes
y después del parto, ya que Jesús nació por obra del Espíritu Santo, además cabe aclarar
que esta virginidad es una disposición íntima y espiritual del alma, por ello va más allá de
una disposición fisiológica, es tomado como un signo externo de su pureza interior.
Sin embargo, siempre han existido distintas posturas que argumentaban que la virginidad
de María proviene de una ligación entre la sexualidad y el pecado, y que finalmente esta
concepción virginal pone en duda la humanidad misma de Cristo. Por otro lado, podemos
ver la virginidad de María en el magisterio de la Iglesia atiende a la tradición de la misma y
a la Sagrada Escritura. A pesar de ello no existe unanimidad entre los autores católicos;
por un lado, algunos dicen que es un auténtico dogma y una doctrina formalmente
definida por el magisterio de la Iglesia, y por otro lado hay quienes dicen que no hay una
definición dogmática y que no contiene suficiente declaración de fe eclesial.
Para entender un poco más este dogma hemos ver que su carácter es salvífico, y hemos
de aclarar que la virginidad de María es un misterio del cual no hay pruebas científicas
sino testimonios de creyentes. Su significación salvífica con respecto a su virginidad se
simboliza:
 Existencialmente: como signo exterior de su radical disponibilidad.
 Cristológicamente: Para hacer referencia de Jesús Hijo de Dios e Hijo de David,
toda su vida está proyectada a Cristo.
 Histórico salvífica: Inaugurando el nuevo tiempo, en el que el hombre es
introducido a la novedad de Reino, además muestra el carácter gratuito de Dios.
 Eclesiológicamente: La fecundidad virginal a la que está llamada la Iglesia.
 Antropológicamente: Exaltando a la mujer, con un papel central en el cristianismo.
INMACULADA
Proclamada el 8 de diciembre de 1854 por la Bula Papal Ineffabilis Deus su
fundamentación bíblica está en Lc 1,28.
Es un dogma que se había debatido a lo largo de los años, que presentaba un indudable
influjo del concilio de Trento, sumado a esto la actitud de los papas cada vez fue más
determinable. A pesar de ello dos cuestiones seguían preocupando; en primer lugar, la
excepción de María de la ley del pecado original y, en segundo lugar, María fue sometida a
la ley del pecado original, pero liberada a causa de su predestinación materna.
Para ello Pio IX publico la encíclica “uniprimum” que invitaba a los obispos a tomar
posición acerca de la situación de la devoción de la inmaculada; a los 603 obispos que les
llego, 543 dieron su parecer favorable.
Todo esto valió para que en medio una ceremonia solemne fuese proclamado este
dogma.
En la introducción de la Bula habla de la predestinación externa a la maternidad de María,
a la santidad perfecta y a la incontaminación del pecado original y en concreto responde a
dos cuestiones: ¿Cómo es que María no hubiera pecado ni por la raza a la que ella
pertenecía? Y ¿Cómo es posible que fuera redimida antes que Cristo apareciera?
Para ello emplea dos términos fundamentales: prevención y preservación, todos los
hombres han sido redimidos menos María, ella paso por una redención preventiva en
vista de una vocación a la maternidad divina.
A la luz de Ineffabilis Deus podemos decir: que la concepción de María comenzó en el
momento en el que María es concebida por su propia madre, es un momento de profunda
y radical gratificación por parte de Dios.

Después de esta proclamación podemos ver las consecuencias de la proclamación


dogmática.
a. En el seno de la Iglesia católica el tono en general es de alegría y satisfacción.
b. En la Iglesia ortodoxa y protestante hay una evidente negativa al ser el papa quien
ha decido proclamar este dogma y no un concilio.
Hay que aclarar que la concepción de María fue plena en el sentido literal.
Con relación a sus fuentes bíblicas entra Gn3,15 y Lc1,28 que se ponen en comparación y
de los cuales su puede concluir lo siguiente:
1. En la contraposición de Eva con María, Eva pecado de Adán, y María y Cristo en la
redención.
2. El origen del anuncio de Ana aparece en el proto-evangelio de Santiago, la cual
finalmente fue extendida a la Iglesia universal en 1708 por el papa Clemente XI.
3. Proclama la gracia de Dios que se manifiesta en la elección singular a la santidad de
María, y celebra su pureza inmaculada, su triunfo sobre el pecado y su fidelidad a
Dios.
Finalmente podemos ver la significación de la Inmaculada Concepción; según la bula
estamos ante doctrina revelada:
1. Significación antropológica: Dios tiene la iniciativa, y el hombre está atrapado
misericordiosamente por Dios que lo llama a dar una respuesta completamente
libre.
2. La significación teológica: la Inmaculada está implicada en la vida misma de la
comunidad eclesial.
a. El dogma de la inmaculada pone de manifiesto la gratuidad y la fidelidad del
amor del Padre a la humanidad.
b. Revela la profundidad de la fuerza redentora del amor de Cristo.
c. Aparece como una nueva criatura en virtud del Espíritu de Jesús resucitado.
d. Excepción del pecado original, el pecado original ha sido superado.
e. En vista de la divina maternidad, María ha sido pensada por Dios como madre de
aquel que realizará la redención de todos.
3. La significación escatológica: María en cuanto reflejo del misterio pascual de Cristo.
a. Cumplimiento de la primera etapa de la salvación.
b. Comienzo que tiene en si el anticipo del fin.
c. La primera palabra de Dios a María es desde el amor redentor.
d. Un mundo nuevo animado por el Espíritu.

LA ASUNCIÓN
Proclamada en el 01 de noviembre de 1950 por el papa Pio XII su fundamentación bíblica
se toma de: Sal 44,10-14-16; Ap 12; Lc1,28
Pio XII realizo una consulta para saber el nivel de devoción del pueblo lo cual fue positivo y
lo animo a anunciar los preparativos para la definición dogmática de la asunción.
La definición del dogma en cuanto al contenido de la constitución, primero deja
constancia del unánime consentimiento del pueblo cristiano y el argumento de los padres
de la Iglesia y posteriormente da la fundamentación en la Sagrada Escritura.
Algunas observaciones importantes:
 Estamos ante un dogma de fe y no ante una opinión piadosa.
 Es una verdad revelada.
 Una revelación implícita que tiene conexión con otras verdades cristológicas y
marianas.
 Se trata de una verdad, fundada en la Sagrada Escritura, arraigada en el alma de
los fieles, confirmada por el culto eclesiástico.
 La constitución no contiene ningún dato sobre el hecho de la muerte, ni de la
forma o lugar de la asunción, solo que es una asunción en cuerpo y alma.
Repercusión en la definición dogmática; por un lado, en la Iglesia católica, el júbilo resulta
ser la expresión gozosa de los frutos abundantes, que ayudan a tener una mayor devoción
a María, aumento de deseo de unión con Cristo, mayor aprecio por la vida humana, una fe
más firme y más atractiva en la resurrección. Y, por otro lado, en las Iglesias cristianas no
católicas, era muy negativa, debido a que el Papa proclamara este dogma de fe, además a
pesar de ser una tradición antigua no tiene un fundamento en la Sagrada Escritura y esta
anticipación de la resurrección resulta injusta ante lo que el Señor ha reservado para el
final de los tiempos.
Fundamentación del dogma de la asunción:
1. El sentido de la fe; en primer lugar, esta decisión es fruto del Espíritu Santo que ha
guiado a los corazones de los obispos para que su decisión fuese afirmativa,
además de estar fundada en la Sagrada Escritura y estar arraigada en el alma de los
fieles.
2. La fundamentación bíblica, no pretende encontrar un testimonio directo e
inmediato, solo muestra la unión de María con Jesús y el rol de la mujer en la lucha
contra el demonio. No existe propiamente hablando argumentación bíblica, pero
marca una orientación que será desarrollada por la evolución dogmática bajo la
asistencia del Espíritu Santo. Algunos textos Sal 44,10-14-16; Ap 12; Lc1,28, entre
otros.
3. La tradición eclesial es una transmisión de la revelación, esta tradición transmitida
por la Iglesia no en cuanto a tradición histórica, sino a tradición dogmática, para
ello podemos encontrar bases de la asunción en:
 La maternidad divina desde el principio y la íntima relación con Cristo.
 La Virginidad de María incorruptibilidad corporal.
 Función en la Encarnación como íntima unión.
 En el cuarto mandamiento.
 La vinculación a la obra redentora realizada por Jesucristo.

El testimonio de la liturgia nos ayuda a superar la visión individualista de que María es la


única sin relación con la comunidad eclesial, siendo, al contrario, estamos ante una
imagen a la cual estamos llamados a configurarnos.
Finalmente, podemos ver la múltiple significación del misterio de la asunción de María:
1. Significado antropológico: En el contexto de una Europa herida por dos guerras
mundiales aparece una invitación a meditar los gloriosos ejemplos de María para
que se convenzan del valor de la vida y de que la carne ya está salvada.
2. Significado teológico: relación con el conjunto de misterios que integran el
depósito de la revelación, por ello lo ilumina y le da la plenitud de significado
teológico.
3. Significado eclesiológico: María glorificada ya en los cielos en cuerpo y alma,
encarna a lo que la Iglesia está llamada por el hecho de ser la primera cristiana
asunta.
4. Significado escatológico: La construcción del Reino: vivir con esperanza viva y
activa.
MARÍA MADRE DE DIOS
Este dogma se proclamó en el concilio de Éfeso en el 431, tomando como fundamentación
bíblica varias citas del nuevo evangelio tales como: Mt1,18-25; 2,11.21; 12,46-50; 13,55;
Mc 3,31; 6,3; Lc1,35; Jn 2,1; Gal 4,4-6, entre otras.

Es un dogma claramente mariano del cual se derivan otras verdades mariológicas y se


muestra la estrecha relación que guardan entre ellas.

Respecto a la maternidad de María es correcto afirmar que es vivida desde un sentido


pleno, ya que es biológicamente concreto y real, María es verdaderamente la Madre de
Jesús, sim embargo, su maternidad tiene trascendencia histórico- salvífica por lo cual no
abarca un horizonte exclusivamente humano.

Desarrollando este dogma la fe de la Iglesia en la maternidad divina presenta en primer


lugar que dentro del Nuevo Testamento ya se presenta con familiaridad el hecho de que
María fuese la madre de Jesús, pero cabe aclarar que en ningún lugar de la Escritura
recibe el título de la “Madre de Dios”. Con todo esto el concilio de Éfeso bajo la guía de
Cirilo de Alejandría, se fundamente en que Jesús no es simplemente Hijo de Dios, sino que
es Dios y este Dios cuenta con una doble naturaleza: divina y humana, por ello Jesús al
encarnarse en el seno de María asume su naturaleza humana, pero sin perder su
naturaleza divina.

Por otro lado, los padres de la Iglesia presentan la tradición del título de la “theótokos”
este aparece por primera vez en el siglo III y a inicio del siglo IV en la oración dirigida a
María: “bajo tu amparo”, este título fue extendido rápidamente y acogido por los
creyentes sin dificultades.

La maternidad de María se realiza en todo su ser, incluso se puede afirmar que Maira se
hace madre en primer lugar espiritualmente (gracias a su respuesta en la anunciación) y
posteriormente corporalmente, ya que en el ámbito de la fe concibió a Jesús primero en
su corazón, antes que fisiológicamente en su seno. Con todo esto es posible afirmar que la
anunciación se vuelve el momento centra de la vida de María y desde allí desarrolla su
misión en la historia de la salvación, ya que claramente estamos ante una realidad
personal, María claramente es una mujer, pero una mujer pensada y quería por Dios, Él la
ha asociado a la obra de salvación de los hombres, es por ello que su maternidad también
cuenta con una trascendencia salvífica.

María al ser madre de Dios también es madre de los creyentes, esto se debe a que su
maternidad realmente tiene un alcance público y universal, una maternidad espiritual
extendida a todos los hombres, pero que hunde sus raíces en su maternidad corporal. Esta
maternidad.

Resumiendo, podemos observar las características de este dogma:

- Históricamente: María es una persona real no un mito.


- Teológicamente: María adquiere sentido únicamente en su relación con
Cristo.
- Simbólicamente: María tiene una dimensión prototípica para cada creyente
que está llamado a imitarla.

Finalmente, la maternidad de María tanto fisiológica como espiritual es igual que la que
existe en el Cristo terreno y el Cristo glorificado. Por su parte el concilio vaticano II recalco
que María contribuyo y coopero de forma enteramente singular a la obra del salvador, por
eso es nuestra madre en el orden de la gracia, y aun después de su asunción continúa
intercediendo por cada uno de los hermanos de su Hijo que están peregrinando aun en la
tierra.

MARÍA MADRE DE LA IGLESIA


En primer lugar, hemos de aclarar que este no es un dogma, sino un título otorgado a
María. En la historicidad podemos observar los primeros testimonios en el siglo IX con
Berengaudo con su comentario del Apocalipsis y más adelante lo vemos con Benedicto XV
que lo usaba familiarmente.
Un punto importante es la postura del concilio vaticano II con respecto a este título, ya
que muestra gran resistencia al otorgar el grado de dogma y resolver dejarlo como título
es que basándose en esto podría poner a María por encima de la Iglesia. Los motivos a
favor de la inclusión eran: el hecho de que ya había sido proclamado por diferentes Papas,
la relación de María con la Iglesia no es solo la de un miembro, se distingue por el hecho
mismo de la Encarnación y finalmente en la cruz es confiada a toda la Iglesia.
Por otro lado, los motivos que tenía en contra: no es tradicional esta expresión y resulta
desconocida para los cristianos, si es miembro ¿Cómo es al mismo tiempo Madre? además
se conoce poco de esto.
A pesar de ello podemos ver la influencia y el empeño de Pablo Vl, aunque el concilio
vaticano II evito dar el título de dogma a María madre de la Iglesia, él lo uso con empeño
en su discurso de la fase conclusiva conciliar, apoyándose de la relación de María con
Cristo.
En esta perspectiva podemos rescatar el sentido de este título:
- Sentido analógico: La predicamos como Madre en su relación con Cristo, la
Iglesia y la humanidad.
- María está presente en toda la generación de Cristo, siendo Madre
cooperadora en la obra de redención, plenamente asociada con Cristo.
- Su función maternal está en el seno de la comunidad eclesial la misión de
María y de la Iglesia es que Cristo nazca.
Sentido y valor pastoral:
- Tiene sentido a la luz de la paternidad de Dios, se expresa y se realiza a
través de ella.
- Ofrece un espacio de fraternidad a los creyentes y vida de su Hijo.
- Madre de todos los hombres, sin distinción.
- Madre de la fe, Madre de la exigencia, liberación, sufrimiento comunión.

MARÍA EN EL VATICANO II: LUMEN GENTIUM


(52-59)
La constitución dogmática Lumen Gentium es resultado del Vaticano II y fue promulgada
por el Papa Pablo Vl en 1964. Esta constitución se divide en ocho capítulos, y este octavo
capítulo es el que hace referencia a María: en cuanto a su papel en la economía de la
salvación y como Madre de la Iglesia.
Capitulo VIII
La Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios, en el misterio de Cristo y de la Iglesia

En primer lugar, presenta a María en el misterio de la Iglesia, tomando como fuente


bíblica a Gal 4,4-5, haciendo referencia a la redención que nos ha sido dada por Jesús, y a
María como mediadora en esta misma, Jesús se encarnó por nosotros, gracias a la obra
del Espíritu Santo, pero también por la disponibilidad de María; estos elementos son
fundamentales para la Iglesia, ya que esta llamada a seguir el ejemplo de María: en cuanto
a receptora del anuncio tanto en su cuerpo, como en su corazón, con lo cual pudo traer la
Vida al mundo. Y de esta manera es reconocida y honrada como verdadera Madre de Dios
redentor.
Además, María está unida con la estirpe de Adán; es decir, con todos aquellos que
necesitan de la salvación, convirtiéndose en verdadera Madre de los miembros del cuerpo
místico de Cristo y cooperadora en el nacimiento de la Iglesia.
Finalmente, en esta relación de María con la Iglesia, la Iglesia la tiene como prototipo y
modelo, y la honra como Madre amantísima.

Intención del concilio:


Presentar la función de María con el Verbo encarnado y con su cuerpo místico, y los
deberes de los hombres en relación a ella.
El concilio resalta que María después de Cristo ocupa el puesto más alto y cercano a Dios
dentro de la Iglesia, además su oficio en la economía de la salvación.
Basándose en la Sagrada Escritura la presenta por medio de textos que hacen referencia a
una preparación en el Antiguo Testamento para el advenimiento de Cristo en el Nuevo
Testamento, los cuales iluminan cada vez más la figura de una mujer: Madre del redentor,
la Virgen que concebirá: Is 7,14 Miq 5,2-3 y Mt 1,22-23.
Por ello esta constitución busca presentar a María desde los momentos culminantes de su
vida y lo que la hace relevante en la Iglesia.
 María en la anunciación Lc 1,26-38: es la Madre predestinada, ya que una mujer
(Eva) contribuyo a la muerte, una mujer (María) contribuyo a la Vida. Y por ello fue
correspondida por Dios con dones para este oficio. Los Santos Padres la han
llamado: toda santa e inmune de toda mancha de pecado, enriquecida desde el
primer instante de su concepción, y es en la anunciación cuando María hija de
Adán, aceptando la palabra de divina, fue hecha Madre de Jesús, y abrazándolo
todo se consagra como la esclava del Señor, en una actitud totalmente activa como
quien ha unido su voluntad a la de su señor, por ello María no es considerada
como un instrumento pasivo en las manos del Señor, sino cooperadora en la
salvación, por la libre fe y obediencia.
 La Virgen María y el Niño Jesús Lc 1,41-43: su unión se manifiesta desde el
momento de la concepción hasta la muerte.
 En el ministerio público de Jesús: María está presente desde el principio en Cana,
abriendo paso al inicio de los milagros de Jesús; también como aquella que acogió
la palabra: Lc,2,19; guarda y observa la palabra Mc 3,35; Lc 11,27-28; Jn 2,1-11 y
finalmente se mantiene fiel hasta la cruz: Jn 19.
 Después de la ascensión Hch 1, 14: perseverando junto a los apóstoles en la
oración, implorando el don del Espíritu santo.
 En la asunción Ap 19, 16: finalmente preservada de toda mancha es llevada junto a
su Hijo en cuerpo y alma, a la gloria celestial.

De la relación de María con la Iglesia:


1. María la esclava del Señor o la fiel al Señor, en la obra de redención y santificación:
pero hay que aclarar que uno solo es el mediador: Cristo, 1Tim2, 5-6; pero la figura
de María no interviene con ello, sino que muestra su eficacia fomentando la unión
de los creyentes a Cristo.
2. Maternidad espiritual: predestinada desde la eternidad, como Madre de Dios.
Concibiendo a Cristo y acompañándolo en su vida, coopero de forma singular en
obediencia, fe, esperanza y caridad en la restauración de la vida de las almas.
3. Mediadora: Maternidad en la economía de la salvación desde el momento de su
fiel asentimiento en la anunciación, hasta mantenerlo sin vacilar en la cruz. Por su
amor materno cuida de los hermanos de su Hijo, recibiendo así el título de
Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora participa de la única fuente Cristo.
4. María como Virgen y Madre, prototipo de la Iglesia: por la unión a Cristo está unida
a la Iglesia mostrando el modelo de la Iglesia Rm 8,29.
5. Fecundidad de la Virgen y de la Iglesia: cumpliendo fielmente la voluntad del
Padre, también es Madre por la palabra de Dios fielmente recibida por la
predicación y el bautismo engendra la nueva vida de los hijos concebidos por el
Espíritu Santo y nacidos de Dios.
6. Virtudes de María que han de ser imitadas por la Iglesia: la Iglesia en María llego a
la perfección sin embargo los fieles se han de esforzar para crecer en santidad
venciendo el pecado. Además, María revela las grandes verdades de la fe
progresando continuamente en la fe, esperanza y caridad por medio de su
búsqueda activa de la voluntad divina, con la finalidad de que por la Iglesia nazca y
crezca Cristo en los corazones de los fieles.
Culto de la Bienaventurada Virgen en la Iglesia
Naturaleza y fundamento del culto:
En primer lugar, hemos de decir que Mara por gracia de Dios es exaltada en cuanto a
madre de Dios. Ya desde antiguo honrada con el título de Madre de Dios, especialmente
desde el concilio de Éfeso en el cual creció el amor en la invocación e imitación tomando
como base de ello Lc1,48.
Espíritu de la predicación y del cuto:
Culto sobre todo litúrgico a María, junto a ejercicios de piedad, hace un llamando a los
teólogos y predicadores a que ilustren los dones y privilegios de María bajo la guía del
Espíritu, la Sagrada Escritura, para que siempre están referidos a Cristo.
Además, hace una Invitación a los fieles a imitar sus virtudes. María es también a su vez un
signo de esperanza cierta y consuelo para el pueblo de Dios peregrinante, con todo esto
realiza una invitación a los hermanos separados para que tributen con debido honor a la
Madre del Señor y finalmente pide que los creyentes oren a María para que ella interceda
por todos hasta por los que aún no reconocen a Cristo como salvador.

MARIALIS CULTUS
PABLO VI 1974

Esta exhortación apostólica del papa Pablo VI tiene como eje principal el dar respuesta al
culto a la Virgen María, y el cómo hacerlo debidamente y de esta manera hacer más
provechosa la participación de los fieles, con todo esto busca aclarar que el motivo y
finalidad de este culto es el perfeccionamiento del culto divino, que halla su plena
expresión en Cristo y por medio de Cristo. Por ello es correcto afirmar que el culto
mariano solo se puede entender con la finalidad de dar culto a Dios realmente.

Dicho esto, esta exhortación quiere expresar el sentimiento religioso de los individuos y de
las comunidades cristianas y el lugar del culto que ocupa la Virgen María dentro de la
Iglesia.

El culto a la virgen en la liturgia

Dentro de la liturgia se puede ver un amplio contenido doctrinal, además de contemplar


su eficacia pastoral, este documento se basa casi exclusivamente en los libros del Rito
Romano.
La Virgen dentro de la liturgia centra el orden de sus celebraciones en torno a la vida de
Cristo; es decir, busca resaltar la obra de la redención en sus días determinados y
correctamente distribuidos en el ciclo anual del calendario litúrgico, por ello podemos ver
los tiempo fuertes marianos como el adviento la liturgia hace referencia frecuentemente a
la Virgen María, además están presentes las solemnidades marianas, los días feriales del
17 al 24 de diciembre que hace eco de las voces proféticas sobre la Virgen y el Mesías. De
esta forma los fieles que viven la liturgia durante estos periodos de adviento pueden
contemplar a una madre que espero a su hijo con inefable amor, y también la puede
tomar como modelo de preparación para salir al encuentro del Señor, con todo esto
podemos decir que es un tiempo apto para el culto de la Madre del Señor.

Además, el tiempo de Navidad es una prolongada memoria de la maternidad divina,


virginal y salvífica, y con la celebración de la Sagrada Familia (domingo dentro de la octava
de Navidad) contempla la vida santa que llevaron en Nazaret. Dentro de estas
celebraciones podemos enlistar las solemnidades marianas:

1. La Inmaculada Concepción: (08 de diciembre), celebrando la preparación radical de


la madre para la venida de Salvador.
2. La Maternidad de María: (01 de enero), con la finalidad de celebrar la parte que
tuvo María en el misterio de la salvación y exaltar la singular dignidad de la que
goza.
3. La anunciación: (25 de marzo), celebra la Encarnación del Verbo y a la Virgen que
se convierte en madre gracias a la obra del Espíritu Santo y a su Fiat generoso.
4. La Asunción: (15 de agosto), celebra la glorificación de su alma y de su cuerpo
virginal.

Estas cuatro celebraciones son las principales verdades dogmáticas y como tales reciben el
mayor grado litúrgico que se refieren a María. Continuando con este orden podemos
mencionar las celebraciones que conmemoran los acontecimientos salvíficos:

1. La natividad de María (08 de septiembre), esperanza del mundo y aurora de la


salvación.
2. La Visitación (31 de mayo), la virgen que sale al encuentro para proclamar la
misericordia del Señor.
3. La Virgen Dolorosa (15 de septiembre), la Virgen fiel al pie de la cruz.
4. La presentación de Señor (02 de febrero), la Virgen unida íntimamente al misterio
de Cristo.

También hemos de tener presente las memorias o fiestas vinculadas al culto local:

 La Virgen de Lourdes: 11 de febrero


 La dedicación de la Basílica de Santa María: 05 de agosto.
 La Virgen del Carmen: 16 de julio
 La Virgen del Rosario: 07 de octubre.
 La presentación de la Virgen: 21 de noviembre.
 El inmaculado corazón de María: segundo sábado de pentecostés.

A todo esto, hemos de sumarle la frecuente conmemoración litúrgica y el recurso de Santa


María “in Sabbato”, las preces eucarísticas del misal y la diversidad de recursos marianos
que presenta el misal que muestran la relación de la Madre de Cristo y la Iglesia. La liturgia
al volver la mirada a la Iglesia primitiva encuentra a María orante junto a los apóstoles,
por ello podemos ver las intersecciones de Laudes y Vísperas que no es infrecuente el
confiado recurso a la Madre de Misericordias, sobre todo por estar íntimamente asociada
con Cristo.

La virgen modelo de la iglesia en el ejercicio del culto

La relación de María y la liturgia es un ejemplo de la actitud espiritual de la Iglesia que


celebra y vive los misterios de Cristo, y la toma (a María) como modelo extraordinario en
orden de fe, caridad y unión con Cristo, puesto que María es la Virgen oyente que acoge
con fe la Palabra de Dios, por ello se puede afirmar que creyendo concibió al que dio a luz,
de este modo la sagrada liturgia escucha con fe y acoge la palara de Dios para luego
distribuirla a todos.

En este orden se presenta a María como la Virgen orante que acompaña a la Iglesia aun
después de su asunción, es la virgen Madre que le regala a la Iglesia el modelo de
fecundidad virginal a la que esta llamada, para así engendrar nuevos hijos nacidos de Dios
por medio del Espíritu Santo. Además, María es maestra de vida espiritual, que hace de su
vida un culto a Dios y un compromiso de vida, el sí de María es el ejemplo de que la
obediencia a la voluntad del Padre se hace camino de santificación para la persona.

Finalmente podemos observar los otros títulos que recibe María como lo son: Abogada y
Auxiliadora, humilde sierva del Señor, Madre de la gracia, llena de gracia, cooperadora del
redentor, entre otros. Todo esto con la finalidad de que sea acogida sin reservas en todas
partes y puesta en práctica celosamente.

Por una renovación de la piedad mariana

Hemos de tener presente a la hora de contemplar una renovación: la sensibilidad de los


pueblos y su diferente tradición cultural, con el fin de que sea respetuosa con la sana
tradición y este abierta a recoger las legítimas aspiraciones de los hombres de nuestro
tiempo, con todo esto se presentan algunos principios con base a esta renovación.
Nota trinitaria, cristológica y eclesial en el culto de la Virgen.: Los ejercicios de piedad
mariana ante todo han de tener una nota trinitaria y cristológica, ya que la Virgen María
es toda referida a Cristo y todo depende de él, por ello los ejercicios de piedad ante todo
han de ser un instrumento eficaz para llegar al pleno conocimiento del Hijo de Dios,
además en la Virgen podemos ver la intervención santificadora del Espíritu, ya que por
medio de su acción la consagro e hizo fecunda, y en esta misteriosa relación de Espíritu-
María ella ha recibido el título de Templo del Espíritu, recibiendo el carácter sagrado de la
Virgen y es finalmente en el cenáculo donde el Espíritu desciende sobre la Iglesia naciente,
por lo que se puede decir que recurrieron a la Virgen para obtener del Espíritu la
capacidad de engendrar a Cristo.

Se dice que muchos textos de piedad no profundizan lo suficiente en la obra del Espíritu
por ello este documento también hace un llamado a los teólogos y pastores a profundizar
por medio de la reflexión en la acción de Espíritu Santo.

Por otro lado, con respecto a la naturaleza de la Iglesia: el ser familia de Dios, hace que se
puede reconocer con mayor facilidad la misión de María, la cual permite sentir más
intensamente los lazos de fraternidad al sentirnos sus hijos, e hijos al mismo tiempo de la
Iglesia, por ende, también se puede decir que la acción de la Iglesia es la prolongación de
la solicitud de María. Con esto es válido afirmar que el amor a María se traduce en el amor
a la Iglesia y viceversa. Por lo tanto, no se puede hablar de Iglesia si no está presente
María la madre del Señor y los hermanos de este mismo.

Orientaciones para el culto a la virgen: bíblica, litúrgica, ecuménica, antropológica:

Hemos de considerar las relaciones de María con Dios y con la Iglesia y desde allí revisar o
crear ejercicios y prácticas de piedad. Una de las herramientas fundamentales para ver
dicha relación se encuentra en la Sagrada Escritura, es en ella donde se han de inspirar y
buscar modelos insuperables para dichos ejercicios, logrando el vigor y ayuda segura, ya
que en ella está el designio salvador de Dios para con los hombres y está impregnada del
misterio salvador y desde el Génesis hasta el Apocalipsis hace referencia a aquella que fue
Madre y Asociada del Salvador, por ello es debido que de la Biblia tome sus términos y su
inspiración para las fórmulas de oración y las composiciones destinadas al canto.

Recomendando vivir los tiempos litúrgicos, que se ordene de manera que estén en
armonía con la Sagrada Liturgia, se inspiren de algún modo en ella, que conduzcan a ella
al pueblo cristiano ya que podrían hacer vana la practica pastoral, y terminar creando un
vacío que no prevén colmar o que van creando celebraciones hibridas que generan que
los encuentros de la comunidad sean una práctica devocional, por ello es importante
valorar los ejercicios de piedad para adaptarlos a las necesidades de cada comunidad
eclesial y hacerlos auxiliares validos de la Liturgia.
En el culto de la Virgen se reflejan las preocupaciones de la Iglesia misma, el anhelo de la
unión del pueblo de Dios y las finalidades del movimiento ecuménico. Esta impronta
ecuménica se debe a:

Porque los fieles católicos se unen a Iglesias ortodoxas en el amor a la Virgen, se unen los
anglicanos, los de las Iglesias en Reforma. También porque el sabernos hijos de María nos
hermana con todo el pueblo cristiano y nos alienta a pedir por la unión de todos, y
finalmente por medio del debido culto a la Virgen el Hijo es conocido y amado por todos,
por ello el culto a María es un medio y punto de encuentro para la unión de todos los
creyentes en Cristo.

Por otro lado la Iglesia toma a María como modelo y aclara que en un contexto actual de
la mujer es muchas veces rechazada, por ello dice que no es propuesta precisamente por
el tipo de vida que ella llevo, sino en el grado que ella se adhirió total y responsablemente
a la voluntad de Dios, acogiendo la palabra y poniéndola en práctica siendo la primera y la
más perfecta discípula de Cristo, por ello buscando dar respuestas a la mujer actual que
busca sentirse incluida y participe dentro de las elecciones de su comunidad, puede
encontrar a María, que en dialogo con Dios da su consentimiento activo y responsable,
además la opción Virginal que hace María la dispone al misterio de la Encarnación y
constituye una opción valiente, que le permite consagrarse totalmente al amor de Dios,
fue una mujer que no dudo en proclamar las hazañas de su Dios, una mujer fuerte que
como mujer favoreció a la fe de su comunidad apostólica en Cristo

Con todo esto hemos de recordar que la finalidad última del culto a la bienaventurada
Virgen María es glorificar a Dios y empeñar a los cristianos en una vida absolutamente
conforme a su voluntad.

PARTE II
INDICACIONES SOBRE DOS EJERCICIOS DE PIEDAD: EL ANGELUS Y EL SANTO ROSARIO
Son prácticas y ejercicios de veneración a la Virgen María.

El ángelus
Hace una invitación a mantener su rezo acostumbrado, donde y cuando sea posible, no
tiene necesidad de restauración, es sencillo, bíblico, el ritmo es casi litúrgico y busca
santificar los momentos diversos de la jornada bajo el misterio pascual, que este
constituya un alto para orar dentro del día.

El rosario
Es un ejercicio de piedad llamado “compendio de todo el evangelio”, por ello hay que
intentar que sea un rezo frecuente, que tengamos una actitud contemplativa, de alabanza
y de súplica al mismo tiempo. El rosario considera en armonía sucesión de los principales
acontecimientos salvíficos que se han cumplido en Cristo, y no solo se adapta
estrictamente al orden cronológico de los hechos, sino que refleja el esquema primitivo
del anuncio de la fe.

Esta oración está centrada en el misterio de la Encarnación redentora, profundamente


cristológica, la repetición letánica en alabanza constante a Cristo y la repetición del Ave
María constituye el tejido sobre el cual se desarrolla la contemplación de los misterios. Por
ello un elemento esencial del Rosario es la contemplación, que muchas veces suele caer
en mecánica repetición de fórmulas, por ende, exige un ritmo tranquilo y reflexivo que
permita orar con los misterios de la vida de Jesús.

Finalmente, en la relación de la Liturgia y del Rosario no se contraponen ni equiparan,


tienen por objeto los mimos acontecimientos salvíficos, además no hay quien no vea que
el Rosario es un piadoso ejercicio inspirado en la Liturgia que además naturalmente
conduce a ella, y que puede constituir una óptima preparación a la celebración, sin
embargo, es un error recitar el rosario durante la acción litúrgica.

Podemos observar algunos elementos orgánicamente dispuestos:

- La contemplación, serie de misterios de la salvación, que ha de llevar a la reflexión


practica y estimulante norma de vida.

- La oración dominical o Padrenuestro.

- La sucesión titánica del avemaría.

- La doxología Gloria al Padre que orientación común de la piedad cristiana, termina la


oración con la glorifican de Dios.

Todo esto busca una atenta reflexión sobre los misterios, en cada uno de los modos en
que se suele rezar el Rosario: privadamente o comunitariamente o públicamente.

Recientemente se han creado algunos ejercicios piadosos inspirados en el Santo Rosario,


como las celebraciones de la Palabra, sin embargo, hemos de fomentar el rezo del santo
Rosario en familia.

Conclusión
Valor teológico y pastoral del culto a la Virgen
La piedad de la Iglesia hacia la Santísima Virgen es un elemento intrínseco del culto
cristiano, rescatando la singularidad de la dignidad de María, pero el culto a la
bienaventurada Virgen María tiene su razón última en el designio insondable y libre de
Dios, porque Cristo es el único camino al Padre convierte en el modelo supremo, pero la
Iglesia guiada por el Espíritu Santo reconoce también la piedad a la Santísima Virgen de
modo subordinado a la piedad hacia el Salvador y en conexión con ella, con el fin de
reproducir en los hijos los rasgos espirituales del Hijo primogénito.

La misión materna de la Virgen empuja a pueblo de Dios a dirigirse con filial confianza a
aquella que siempre está dispuesta a acogerlo con afecto de madre y eficaz ayuda
auxiliadora.

La santidad ejemplar de la Virgen mueve a los fieles a levantar los ojos a María la cual
brilla como modelo de virtud ante toda la comunidad de elegidos, se convierte para el fiel
en ocasión de crecimiento en la divina gracia. Esta gracia divina alcanza a todo el hombre
y lo hace conforme a la imagen del Hijo.

Por ello la devoción a la Virgen es una poderosa ayuda para el hombre hacia la conquista
de su plenitud.

MARÍA EN EL CATECISMO DE LA IGLESIA


CATÓLICA

“...CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO, NACIÓ DE SANTA MARÍA
VIRGEN”

I CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO...

484-486 María en la anunciación recibe la invitación de concebir en su seno a aquel


en quien habitara corporalmente la plenitud divina; y esta concepción milagrosa se ha
dado gracias al Espíritu Santo, por ello es correcto afirmar que la misión del Espíritu
siempre va unida a la del Hijo. Cristo es el ungido por el Espíritu y toda su vida consiste en
manifestar como le ungió Dios con el Espíritu Santo y poder.

II NACIDO DE LA VIRGEN MARÍA…

487-507 Lo que la fe católica cree de María se funda en Cristo, pero lo que enseña
María a su vez ilumina la fe en Cristo.

Por un lado, podemos ver la predestinación de María; es decir, Dios quiso la libre
cooperación de una criatura, por ello desde la eternidad Dios escogió a María, para que,
así como una mujer contribuyo a la muerte, una mujer contribuyera a la vida.

También se puede decir que Dios escoge lo que es tenido a los ojos de los hombres como
impotente y débil, para mostrar la fecundidad de su promesa, por ello podemos ver un
claro ejemplo de preparación y cumplimento de las promesas a través de las mujeres del
antiguo testamento y como finalmente es María quien inaugura el plan de salvación.

Para que todo esto fuera posible Dios preparo a María (la Inmaculada Concepción) con
dones en vista a la misión que se le iba a encomendar, cuando el Ángel saluda a María la
llama llena de gracia (“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo” Lc 1,28) haciendo
referencia al hecho de que para la vocación que recibiría era preciso que estuviera
poseída por la gracia de Dios.

Es por esto que a lo largo de la historia la Iglesia ha tomado consciencia de que María la
llena de gracia ha sido redimida por Dios desde su concepción. De esta santidad singular
ella fue enriquecida desde su concepción. Dios la ha elegio desde siempre para ser santa e
inmaculada en su presencia, en el amor.

Y María por medio de su respuesta (“Hágase en mi según tu palabra” Lc 1,38) por la


obediencia de la fe, con la seguridad de que para Dios no hay nada imposible, de esta
manera da todo su consentimiento a la voluntad Dios y se entrega por entero.

Con todo esto podemos plantearnos ahora la maternidad divina de María, la cual es
llamada en los Evangelios: “madre de Jesús”. Aquel que ella concibió como verdadero
hombre en su seno no es otro que el verdadero Hijo del Padre, por ello la Iglesia confirma
que María es verdaderamente madre de Dios.

Y al mismo tiempo al hablar de la virginidad de María, somos conscientes de que desde


formulas antiguas la Iglesia ha confesado que María concibió a Jesús virginalmente por
obra del Espíritu Santo como signo de ser verdadero Hijo de Dios. Por ello los relatos
evangélicos presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa la
comprensión y toda posibilidad humana. En ella la Iglesia vio cumplida la promesa hecha
por el profeta Isaías “He aquí que una doncella está en cinta y va a dar a luz un hijo y le
pondrá por nombre Emanuel” Is 7,14

Pero María no solo concibió virginalmente, sino que es la siempre virgen: la maternidad
virginal de maría ha llevado a la Iglesia a reflexionar en su virginidad perpetua, incluso en
el parto, es decir el nacimiento de Cristo en lugar de interferir consagro la integridad de su
virginidad.

En la Escritura se menciona algunas veces los hermanos de Jesús, la Iglesia ha entendido a


Santiago y José como hijos de otra María una discípula de Cristo y los hermanos
mencionados pueden hacer referencia a parientes próximos de Jesús.

Pero a pesar de que fisiológicamente solo es madre de Jesús, espiritualmente es madre de


todos los hombres: porque acompaña y colabora en el nacimiento y la educación de los
cristianos con amor de madre.
Además la maternidad virginal de María está presente en el designio de Dios, desde una
mirada de fe que pueda descubrir las razones misteriosas de Dios para escoger que su hijo
naciese de una virgen podemos decir en primer lugar que la virginidad manifiesta la
iniciativa absoluta de Dios y hace de Jesús consustancial con su Padre y con su madre por
ello goza de ambas naturalezas divina y humana, y al nacer por obra del Espíritu Santo lo
hace como el nuevo Adán para redimir a todos los hombres, ya que por medio de su
nacimiento virginal inaugura el nuevo nacimiento de los hijos de Dios, nacidos por el
espíritu y por la fe, y finalmente el sentido esposa de la vocación con Dios se llevó a
plenitud en María.

Con todo esto podemos ver que María es virgen por el signo de si fe, sin mancha de duda,
es virgen y madre porque es signo de la imagen más perfecta de la Iglesia, también es
virgen que se guarda íntegramente y pura para el Esposo, por ello María ha sido
predestinada, es decir, elegida por Dios para ser madre de su Hijo

Resumen

508 María ha sido escogida por Dios desde la eternidad para ser madre de su Hijo y
por ello fue preservada de la mancha del pecado original.

509 María es madre de Dios por ser madre del Hijo de Dios que es verdadero Dios.

510 Ella es la siempre virgen la que le ha dado todo a Dios, como la esclava del
Señor.

511 Por su obediencia y fe es colaboradora en la obra de la salvación.

Párrafo 6

MARÍA, MADRE DE CRISTO, MADRE DE LA IGLESIA

963 Hemos de considerar su lugar en la Iglesia, conocida y venerada como madre de


Dios y del Redentor y más aún como madre de los cristianos.

I LA MATERNIDAD DE MARIA RESPECTO DE LA IGLESIA

Totalmente unida a su Hijo

El papel de María en la Iglesia es inseparable de su unión con Cristo, manifestado desde la


concepción virginal de Cristo hasta su muerte, y en especial durante la pasión, ya que es
donde ella se mantuvo por medio de la fe junto a la cruz, y con un corazón de madre lo
acompaño y acogió la inmolación de su Hijo, el cual en el momento de su muerte la
entrega a su discípulo. Después de la Ascensión ella estuvo junto a la Iglesia naciente en
sus oraciones. Pidiendo el espíritu que en la anunciación la abría cubierto.
…TAMBIÉN EN SU ASUNCIÓN

La Virgen inmaculada libre de toda mancha al terminar su vida en la tierra, fue llevada en
cuerpo y alma a la gloria del cielo, y elevada al trono del Señor, como Reina del universo,
así fue nombrado este dogma por el Papa Pio XII

…ELLA ES NUESTRA MADRE EN EL ORDEN DE GRACIA

Por la adhesión a la voluntad del Padre y a la obra redentora de su Hijo, es modelo de la


Iglesia por la fe y la caridad, incluso constituye la figura de la Iglesia, ya que colaborando
en la obra del Salvador: por su fe, esperanza y ardiente amor, es nuestra madre en orden
de gracia.

La maternidad de María es perpetua, pues ella no abandono su misión salvadora, ella nos
procura con su intercesión. Esta misión no disminuye o oscurece la mediación de Cristo
sino que manifiesta su eficacia, pues ella misma se apoya en su mediación, ninguna
criatura se puede poner por encima de Cristo o en el mismo lugar, pero si dentro del
orden de las criaturas a quienes han participado de una manera más plena en la salvación;
como lo es el caso de María.

II EL CULTO A LA SANTÍSIMA VIRGEN

“porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava, por eso desde ahora me llamaran
bienaventurada” Lc 1,48

La piedad mariana ocupa un lugar importante dentro de la Iglesia, ya que desde antiguo se
venera a María con el título de Madre de Dios y a cuya protección se acogen lo fieles. Este
culto es singular, es especialmente diferente al del Hijo, lo mismo que al del Padre y al del
Espíritu, pero favorece muy poderosamente y se ve expresado en fiestas litúrgicas y
oraciones marianas.

III MARÍA, ICONO ESCATOLÓGICO DE LA IGLESIA

Volver la mirada a María y contemplar en ella lo que es la Iglesia, aquella Iglesia que la
venera como madre de su Señor y madre de ella misma.
MARÍA, MADRE DEL SEÑOR, FIGURA DE LA
IGLESIA
MAX THURIAN

En primer lugar, el libro presenta el significado de la vocación de la Virgen, con el objetivo


de lograr una maduración ecuménica. El meditar sobre las enseñanzas del Evangelio,
descubre una necesidad teológica y una riqueza de provecho espiritual para reflexionar
libremente sobre la vocación de María. Cabe aclarar que este libro busca escuchar con
sencillez el Evangelio, logrando hacer eco y rescatando los puntos que considera más
relevantes con respecto a la Virgen María, intentando encontrar el equilibrio entre los
diversos aspectos de la vocación de María y el deseo ecuménico de situar el problema
mariano con relación a la tradición y la relación de solidaridad con el pensar de la reforma.
Además, afirma que María y la Iglesia comparten la maternidad de su ser, esto conlleva
que el hablar de María equivalga a hablar de la Iglesia. Esto adquiere un factor de
relevancia ya que el autor habla de su intención de hablar de la Iglesia visible.

La vocación de María Lc 1,26-38

El Evangelio de San Lucas se puede considerar como el Evangelio de María, ya que el autor
expresa: “tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos
oculares” Lc 1,2 con ello parece que prueba la autenticidad de su relato. Siguiendo esta
interpretación podemos decir que estas páginas constituyen el Evangelio de María, pues
también ella nos ha transmitido la Palabra de Dios, y con ello podemos comprender mejor
nuestra vocación y vida cristiana relacionadas con la Iglesia, madre de los fieles.

I HIJA DE SION

En el A.T. se utiliza con frecuencia la expresión de Hija de Sion haciendo referencia al


pueblo de Israel escogido por Dios. Además de la frecuente utilización litúrgica, se nos
revela a la Hija de Sion como una virgen y como una madre que engendra.

La Hija de Sion es en primer lugar, virgen por su pertenecía al Señor quien la ha desposado
y, en segundo lugar, el sufrimiento de la Hija de Sion es el de la madre que da a luz. El
tema de la Hija de Sion es místico por la relación de la Virgen con su Señor y escatológico
porque en el parto de la Virgen simboliza la liberación del pueblo de Dios. Y en relación de
la Hija de Sion con María podemos ver como desde el anuncio del Ángel a María la saluda
diciendo “Alégrate” y con esto hace eco de Sofonías y Zacarias que dirigen su salutación
de alegría a la Hija de Sion. Los profetas proclaman al Mesías-Rey que viene a morar en
medio de su pueblo, por ello invitan a la alegría a la Hija de Sion, símbolo de Israel.
No se trata de un saludo corriente, sino una invitación al gozo mesiánico, por ello se
puede hacer una comparación entre So 3,14-17 y la el relato de la anunciación, pues el
relato original de Lucas en hebreo nos hubiera mostrado la evidencia de los contactos
literarios entre el anuncio mesiánico entre ellos. Por ello podemos ver como la hija de Sion
personifica al pueblo de Dios y María la Virgen madre del Mesías, es la manifestación
personal del pueblo de Israel, María Hija de Sion es la encarnación de Israel.

Y cuando le dice el Ángel: “He aquí que concebirás en tu seno y parirás un hijo” hace
referencia al A.T. con estas expresiones, pero en particular cuando Sofonías hace
referencia en tu seno, habla más bien del Templo, una habitación segura para Dios,
haciendo referencia al Tabernáculo y a la Nube, signos de la habitación de Dios en el seno
de su pueblo. Por lo tanto, Lucas utiliza la expresión en tu seno muy consciente de que
significa: el anuncio de la venida de Dios al seno de su pueblo. Y por ello se pueden ver
títulos como: Hija de Sion, madre del Mesías, Arca de la Alianza, Morada de Dios;
otorgados a María, contemplándola en perspectiva del Antiguo Testamento.

II COLMADA DE GRACIA

María recibe del Ángel un título nuevo: “colmada de gracia”, que caracteriza su vida y
vocación, pues si hiciéramos una traducción similar del griego al castellano seria así:
“Exulta, exaltada de gracia”, por ello este título procede del motivo de la alegría de María
por la gracia de Dios de la cual ella es objeto de modo especialísimo.

El objeto primero de esta plenitud de gracia o del perfecto amor del Padre es Cristo, y este
a su vez puede distribuirlo gratuitamente quienes lo aman y viven en él. Por su relación
privilegiada con Jesús María es colmada de gracia. Se puede decir que María ha sido
colmada de gracia a priori con la plenitud de gracia, mientras el cristiano puede ser
colmado de esta gracia a posteriori en su viviente comunión con Cristo. María como
cristiana que es, halla en la comunión con Cristo la plenitud de la gracia, al igual que todos
los cristianos, pero además su privilegio excepcional constituye su función especial de ser
madre de Dios en su Encarnación. Así pues, el título de colmada de gracia constituye la
predestinación, pues desde el momento de su nacimiento y concepción María fue
predestinada a la santidad en vista a su vocación de Madre del Mesías, preparada de una
manera misteriosa para la anunciación.

La relación de la santidad de María esta también en relación con la idea de santidad que
nos forjamos de la Iglesia. Claramente la Iglesia conoce el pecado por los hombres que la
conforman, pero en la fe en Cristo declara su santidad.

III VIRGEN POBRE


El título dado a María como Virgen vine en primer lugar del A.T. en un carácter peyorativo.
La Virgen María que da a luz, es la Hija de Sion, pero su virginidad ya no es oprobio, puesto
que es fecunda por el Espíritu Santo.

Así pues, Lucas con el título de Virgen que da a María la declara como un ser excepcional
escogido por Dios para una función única. Sin embargo, se comprendería mal este título si
se lo pusiera en relación directa con su santidad, María no es virgen por ser santa, ni es
santa por ser virgen, pues esto puede desvalorizar la santidad del matrimonio. Es correcto
decir que la santidad y la virginidad de María son dos consecuencias distintas de su
predestinación. María vive santamente en la virginidad.

La virginidad de María le confiere un carácter de consagración: ha sido separa para ser de


modo milagroso la Madre del Mesías. Debemos entender la virginidad de María en
perspectiva judía, María es virgen, separada, consagrada, porque esta predestinada a una
visita única de su Señor. Este acontecimiento único en la historia de la salvación otorga a
María el carácter sacral que la separa de los demás y cuyo signo es la virginidad, y
terminado este carácter de consagración ahora sigue el carácter de pobreza, como signo
de quien solo espera en Dios, la virginidad es un signo de confianza total en Dios que
enriquece a los pobres.

En el magníficat María confesara su pobreza ante la plenitud de Dios, una sencilla


confesión de que María en su humildad lo espera todo en Dios, es también una
disposición al amor contemplativo, de este modo su virginidad la predispone a una vida
contemplativa en la espera de su Hijo. Además, el celibato es un signo de resurrección,
pues en el Reino nadie se casa. En el reino la plenitud del amor será tal que no se sentirá
la necesidad de una intimidad limitada. Por ello el celibato es un signo del mundo futuro.

Así la virginidad de María constituye un triple signo: consagración al servicio exclusivo de


Dios, pobreza que es invocación a la plenitud de Dios, y novedad del Reino que viene a
transformar las leyes de la creación.

Y con respecto a la mención de los otros hermanos de Jesús Mt12,46 pueden ser a hijos de
un matrimonio anterior de José o bien con la flexibilidad del vocabulario de los lazos del
parentesco del judaísmo sencillamente primos o primas. Finalmente, para la tradición de
la Iglesia no tuvo más que un Hijo de Dios, que fue su plenitud de gracia y alegría.

IV MORADA DE DIOS

Debemos comparar las circunstancias del anuncio de María y el de Zacarias en función de


comprender la misión y vocación de María.
Aquí se ve claramente que María en la anunciación es habitada por Dios ya que este
anuncio surgió en su interior, por el cual pudo engendrar al Hijo de Dios en su cuerpo y de
esta forma convertirse en el Templo del Señor.

CIRCUNSTANCIAS MARÍA ZACARIAS


Nazaret, oscura aldea de la cual Jerusalén ciudad Santa y
Lugar del anuncio se piensa no puede salir nada gloriosa. Rodeado por el pueblo
bueno. María al estar en un judío.
distrito de extranjeros es signo
del universalismo.
Misión Madre del Hijo de Dios. Padre del precursor, el mayor
de los profetas.
En una casa sencilla, sin nada En el Templo, en un sábado
Circunstancias del litúrgico o sacerdotal. probablemente, de manera
lugar sacerdotal y litúrgica.
Es el ángel quien entra para Zacarias entro en el santuario
Dialogo iniciado por hablar con María. para hablar con Dios.

Sencillez y soledad. Solemnidad y muchedumbre


Testigos rodean su visión.

Motivos Colmada de gracia, signo de la Su suplica ha sido escuchada.


gratuidad de Dios.
Forma de quien hace el Nada distingue una visión Ve al ángel de Señor de pie a la
anuncio exteriorizada, María encuentra a derecha del altar.
Dios en su interioridad.

Además, una comparación importante de la anunciación es la narración del Éxodo pues de


esta manera se puede observar cómo María se convierte en el Templo de Dios en el
instante de la concepción, como la nueva morada de Dios y también se ha pensado en la
relación del relato de la visita de María a Isabel con la narración del traslado del arca de
Alianza por David, esto revela el estilo literario de San Lucas.

V SIERVA EN LA FE

Los demás títulos que se han mencionado han sido atribuidos a María por otros, sin
embargo, el único título que ella se da es el de: la sierva del Señor: “He aquí la esclava del
Señor” Lc 38. En su humanidad María glorifica a Dios y solo a Dios, designándose a sí
misma como la humilde sierva del Señor.
La pobreza de María la asocia al grupo de los pobres de Yahvé que esperan la venida del
Mesías salvador en la humildad. Dios ama a los pobres que solo cuentan con Él, y María
como sierva y como pobre es una vez más la Hija de Sion amada por Dios. En el orden de
Israel la pobreza es la herencia del Reino, su humildad no deja de ser una cualidad
personal fruto de la predestinación y la gracia divina. Dios escoge las débiles realidades de
este mundo para hacer resplandecer su poder, en su pobreza la Virgen María es un signo
del poder, de la gracia y del amor de Dios que nos salva bajando hasta lo más íntimo de
nuestra humanidad. María como sierva del Señor es la imagen de la Iglesia, que como
María es fiel y santa y, amada en su pobreza por Dios, pertenece a los pobres y vive su
santidad y fidelidad en la vida ordinaria del hombre.

Por otro lugar al hablar de la fe de María la vemos como un acto de ofrecimiento: “heme
aquí” ya es enteramente gracia de Dios, luego es también un acto de obediencia: “soy la
sierva del Señor”. Finalmente, la fe de María es un acto de confianza: “hágase en mi según
tu palabra” María consiente las palabras del Ángel, no duda, simplemente pregunta cómo
puede ser posible, y finalmente cuando el Ángel le explica ella se limita a asentir a estas
palabras y se pone al servicio del Señor. María se entrega con total confianza a la verdad
de las promesas del Señor. María es la bienaventurada creyente y, al igual que Abraham
en la antigua alianza es padre de los creyentes que inauguro la antigua alianza con un acto
de fe no puede menos de compararse con María y su acto de fe en la nueva alianza. La
primera creyente de la nueva alianza, Madre y ejemplo de los creyentes en la Iglesia.

VI MADRE DEL SEÑOR

La visita a Isabel Lc 1,39-45

La Virgen tiene prisa de regocijarse con la señal que le ha brindado el Ángel: la maternidad
de una mujer anciana y estéril. También ella desea comunicar a sus parientes la buena
nueva de Yahvé por ello, como no ver a María como la primera anunciadora del Evangelio
de Dios encarnado y redentor, pues esta alegría y prisa de anunciar por parte de María es
la característica principal de la misión de los apóstoles y de la Iglesia. El saludo de María
suena en los oídos de Isabel como una voz procedente de Dios, y produce en su interior un
milagroso choque. El hijo de Dios que habita en María produce esta alegría mesiánica. Por
primera vez María aparece íntimamente unida a la misión del Hijo de Dios, esta unidad de
la madre y del Hijo subraya con fuertes trazos la realidad de la Encarnación,
verdaderamente Dios se ha encarnado en la Virgen María; es hijo de María, María es
madre de Dios y la afirmación más contundente es el título de Theotokos que recibe en el
concilio de Éfeso de 431.

La palabra de María portadora de la Palabra de Dios ha producido el milagro del despertar


del precursor a la alegría mesiánica. Isabel llena del Espíritu Santo estalla en clamores
como los que celebraban las alabanzas de Dios. Es aquí donde Isabel la Estéril y María la
Virgen se unen en la alegría gozosa de la Hija de Sion.

María y la Encarnación

Podemos caer en el error de olvidar la persona de María, la grandeza de su divina


maternidad y considerarla como un instrumento impersonal de la Encarnación, y así
minorizarla. Este completo carácter de humanidad de la maternidad de María confirma
que Dios se ha hecho hombre total y verdaderamente. María vivía en la fe de que un día
se manifestara el Mesías, si Jesús se hubiese manifestado según su naturaleza divina
durante su niñez María no necesitaría la fe, ni se hubiese sorprendido de la respuesta de
su hijo a los doce años “Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la
casa de mi Padre?” Lc 2,49.

VII MADRE DEL MESIAS- REY

La alegría de María: el Magníficat Lc 1,46-55

Los primeros versículos son en primera persona, el ritmo mismo del Magníficat revela a
María como la personificación escatológica de Israel. Vemos al principio a Abraham quien
simboliza a todo Israel, después en la historia sagrada, al pueblo entero siervo de Yahvé y
por fin es María quien simboliza a todo el pueblo, en particular a los pobres de Yahvé.
Todo el significado del Magníficat está contenido en este tema: Dios ama a los pobres, el
Mesías Rey quiere nacer de una virgen pobre, por ello la gloria va a revelarse en la
humildad. Al principio María estalla en gozo, la única fuente de su alegría es Dios su
salvador. Pero lo que la alegra no es simplemente la maternidad humana, sino el ser
madre de su Salvador. Con esto María puede ser proclamada feliz; porque es la Madre de
Dios, en ella todo es de Dios, por Dios y para Dios.

Es evidente que el Magníficat tributa a Dios toda la gloria por las cosas grandes que acaba
de realizar en la Encarnación, que es un acontecimiento realmente humano, al encarnarse
Dios valoriza y dignifica a la persona humana, naciendo verdadero Hijo humano de una
verdadera madre humana, y María como fiel judía, no llama a Dios por su nombre, sino
por sus atributos, sobre todo resaltando que es el Dios de la misericordia, del amor. El
amor de Dios revela su santidad y justicia. Con María, Cristo, los apóstoles y la Iglesia
aman a los pobres y no pueden complacerse en la compañía de los orgullosos, de los
potentados y ricos. María ha cantado su alegría en Dios su salvador, que hace misericordia
a todos los hombres, a condición que acepten ser pobres y hambrientos.

VIII MADRE DEL SIERVO-SUFRIENTE

El dolor de María: la espada. Lc 2,33-35


La maternidad ahora está bajo el signo del despojo, la renuncia y el sacrificio. Su
maternidad humana no puede más que ser afligida a pesar de las alegrías y de las
maravillas que su maternidad divina le procura. María como judía fiel no quiso dejar la
práctica legal, por ello María y José queriendo cumplir la ley de la purificación después del
parto y en la presentación de Jesús, una vez más se someten a la ley, pero san Lucas al no
hablar del rescate sino de la presentación de Jesús subraya el carácter interior del rito.

En el acontecimiento de la presentación María nos muestra el despojo y desapego total de


su maternidad humana, María y José son pobres solo pueden ofrecer las dos aves,
previstas para los indigentes Lev 12,8. El contexto del verbo presentar es siempre litúrgico
e implica la ofrenda para conságralo a Dios, y el despojo correspondiente por parte del
que lo ofrece. Y es María la que con José llevo y presento a Jesús como primogénito, como
signo y memorial de esta liberación, aquí se nos presenta como verdadera figura de la
Iglesia madre. Y este acto de presentación y de ofrenda de Cristo que ha colmado su
pobreza, implica tanto para la Iglesia como para María una actitud de sacrificio, despojo y
desasimiento.

Y en el sacrificio de la presentación las dos tórtolas tienen un significado: la primera


remplaza el cordero y simboliza la entrega total de los oferentes como signo total de
consagración al Señor, y la segunda significa el sacrificio por el pecado; es decir, como
signo de la purificación legal de María. Finalmente, la presentación es este reconocimiento
por José y María de que su Hijo pertenece a Dios y que ellos por su parte deben
despojarse y desasirse para permitirle el cumplimiento de su misión, y en su cantico
Simeón les recordara esta misión. Simeón dice en su cantico haber visto en Jesús la
salvación preparada por Dios a la faz de todos los pueblos, después de la anunciación y del
nacimiento la presentación procura a María una nueva y más precisa revelación acerca de
la misión universal del Hijo de Dios. Es preciso señalar que la profecía de Simeón se dirige
explícitamente a María, ella después de recibir las promesas de la alegría en la
anunciación tiene que recibir las profecías de la contradicción referente a su Hijo. María
conocerá también el dolor de la espada que la alcanzará hasta lo más profundo. La imagen
es dura y muy fuerte, se trata de un verdadero sufrimiento hasta las profundidades del
ser. La espada que va a atravesar su alma es la palabra viva y eficaz, toda la vida y misión
de su Hijo, todo lo que es él y lo que como Mesías representa, y en la cruz María saldrá
victoriosa de esa dolorosa prueba de la espada solo por la aceptación total en la fe.

La Virgen va a vivir todo aquello como primera cristiana y figura de la Iglesia que es,
llevara en su corazón el sufrimiento y la muerte de su Hijo y Salvador. A lo largo el
evangelio nos relata episodios del sufrimiento de María, pero es realmente en la cruz
donde ella conocerá el dolor más púnzate: de esta espada anunciada por Simeón.
IX MARIA Y LA IGLESIA
Las bodas de Cana Jn 2,1-2

La mención exacta de los días en el comienzo del ministerio de Jesús en este relato revela
una sucesión de siete días, estos dan a entender una alusión a los siete días de la creación.
La intención del evangelista es hacernos ver que la salvación mesiánica es una nueva
creación en Cristo y es un signo del descanso final la alegría de las bodas de Cana, que
simbolizan y prefiguran las bodas escatológicas entre Dios y su pueblo. Esta simbólica
semana se divide así:

 Primer día testimonio de Juan Bautista: Jn 1,19-28


 Segundo día testimonio de Juan Bautista 1,29-34
 Tercer día vocación de Andrés y otro discípulo de Juan bautista 1,35-39, vocación
de Pedro 1,40-42
 Cuarto día: vocación de Felipe 1,43-44, vocación de Natanael 1,45-51
 Séptimo día: Bodas de Cana (tercer día después de la vocación de Felipe).

Por otro lado, la indicación del tercer día es frecuente en Juan ya que hace parte de la
tradición cristiana para indicar el día de la resurrección de Cristo. Finalmente, el convertir
el agua en vino hace que todos los demás signos estén orientados a la resurrección, las
bodas de Cana situadas al séptimo día de la semana inaugural, simbolizan el nuevo sábado
de Dios, el descanso de Cristo, después los días de la nueva creación, de la fundación de la
comunidad mesiánica por la llamada de los discípulos y el vino es el signo de la bendición
de Dios, y simboliza la restauración de Israel por el Mesías, quien establecerá para
siempre al pueblo de Dios en la tierra prometida. Y no solo por su abundancia sino por su
calidad, el vino que remplaza el agua, es de un riquísimo simbolismo, es signo a causa de
su abundancia de la restauración mesiánica y de la nueva alianza por su calidad.

La presencia de María en Cana:

El evangelista le da el título de “la madre de Jesús” subrayando así su estrecha relación


con Cristo, más adelante en el relato veremos como el que “a mí y a ti mujer”, señala una
distancia entre el hijo y la madre. La escenificación misma de las bodas de Cana significa
ya esta distancia, María no ha llegado con Jesús y sus discípulos.

Las primeras palabras de María son la afirmación de una esperanza en el milagro “No
tienen más vino” María sabe que Jesús puede realizar el milagro y se lo pide. María en su
acto de fe y en su oración se nos presenta como representante de la humidad en
dificultad y del judaísmo en su esperanza mesiánica, es la figura de la humanidad y de
Israel que esperan la liberación. Así por otro lado la respuesta de Jesús señala una nueva
etapa para María, no la llama madre sino mujer, María es ahora miembro de la comunidad
eclesial, y en su respuesta también la dirige a la hora decisiva, la orienta hacia el desenlace
final de la cruz. Juan por medio de este breve dialogo ha resumido el proceso espiritual de
María, proceso que es una respuesta a la advertencia de Jesús. Sabe que llegará la hora en
que comprenderá mejor su situación con relación a su Hijo.

La hora de la cruz Jn 19,25-28

El significado de las palabras del Crucificado.

En primer lugar, podemos encontrar la idea que este texto se refiere al evangelista Juan
como el discípulo amado, el cual tiene una relación íntima con Cristo y por ello se le
encomienda a su madre, es el tipo de cristiano perfecto que saborea la intimidad con
Cristo, además este texto pone en evidencia la virginidad perpetua de María, pues si ella
tuviera hijos o marido ¿cuál sería la necesidad de entregarla al discípulo amado? Y señala
de cierta manera la caridad filial de Cristo para con su madre, la imagen de María se
presenta como símbolo de la Iglesia, Jesús es el nuevo Moisés que nos da el verdadero
pan del cielo, y en su muerte Jesús entrega a María a Juan; es decir, a la Iglesia; al apóstol
fiel, al igual que Moisés confió el pueblo a Josué. Finalmente hace referencia a la
maternidad espiritual de María sobre todos los hombres.

El relato de la crucifixión se compone de cinco episodios. María y el discípulo se


encuentran en el tercer episodio, esto tienen un hondo significado.

1. La fijación en la cruz con el rotulo el rey de los judíos. Pilatos es quien subraya el
titulo regio del Mesías: Jesús es el Rey de los judíos.
2. La distribución de los vestidos: la túnica sin costura hace referencia a las vestiduras
del Sumo Sacerdote, por ello nos tiende a mostrar a Jesús como el verdadero y
definitivo Sumo Sacerdote.
3. María y el discípulo con las palabras de Jesús: señala un momento decisivo en la
crucifixión desde ese instante todo esta cumplido, Jesús ha llegado a la cumbre de
la misión mesiánica.
4. La muerte de Jesús: cumplimiento externo de la misión mesiánica.
5. La lanzada: finalizara este simbolismo eclesial de los acontecimientos de la
crucifixión, es una muerte verdadera. Y del costado atravesado brota sangre y
agua: la sangre significa el sacrificio real del cordero que quita el pecado del
mundo, y el agua significa el Espíritu de vida que Cristo al inclinar la cabeza ha
transmitido a la Iglesia, María y su discípulo.

María figura de la Iglesia-madre


El texto del último discurso de Jesús Jn 16,20-22 alude a la mujer, a la maternidad, a la
hora y de ese modo anuncia el momento de la crucifixión, por ello en el anuncio del
parto doloroso a la hora de su muerte se ha referido a la imagen profética de la Hija de
Sion. A la hora de la cruz la madre de Jesús será esta simbólica Hija de Sion. Como
figura de la Iglesia María participa íntimamente del sufrimiento del crucificado, y
siente asimismo en su carne materna y humana, el sufrimiento de la Hija de Sion que
da su vida a la esperanza de la resurrección. María figura de la Iglesia materna puede
enseñar a los ministros, a las autoridades en la Iglesia y a todos los fiestes que solo
aquel que tiene una profunda conciencia materna de la dirección espiritual puede
expresar de verdad el amor del Padre.

X UN GRAN SIGNO EN EL CIELO


La victoria de la Iglesia Ap 12,1-6;13,17

Podemos ver las alusiones bíblicas que realiza: la primera es la del Genesis 3,15 que
muestra elementos en común tanto como la mujer, su descendencia, la serpiente, el
combate que le opone, la victoria dolorosa de la mujer, su parto y su maternidad. Y es
que la caída de la humanidad rebelde tiene como consecuencia el combate penoso
entre la serpiente y la mujer, entre las fuerzas del mal y la descendencia de la mujer,
sin embargo, esta la esperanza de que un día la mujer le dará un golpe fatal a la
serpiente, pero que ella (la mujer) también será herida en el talón.

Por otro lado, el nombre de Eva significa vida por ello es madre de todos los vivientes,
ella ve a su primer hijo con un don de Dios, signo de su misericordia. El dolor del parto
será signo del castigo y de la pena que preceden a la liberación mesiánica. También
Jesús como símbolo de la redención realizada por su muerte y resurrección utiliza la
imagen de una mujer que da a luz, en el dolor a la alegría de la liberación. Por ello la
mujer del Apocalipsis nos presenta la realización de la esperanza mesiánica, esta mujer
simboliza a Israel pueblo de Dios del que nacerá el Mesías. Y bajo el símbolo de la
mujer vestida de sol Ap 11,19 a 12,1 evoca a la Hija de Sion, personificación del pueblo
de Dios, de Israel y la Iglesia, haciendo referencia al pueblo que con el dolor de su
historia espera al Mesías.

Según el resumen de la visión Cristo nace a la vida resucitada al pasar por la pasión,
para después ser arrebatado en la ascensión al trono de Dios. La Mujer-Iglesia, así
como la Mujer-Israel sufrirá persecuciones, pero está segura por una salvación ya
adquirida.

María en la Iglesia
María es proclamada bienaventurada por todas las generaciones Lc 1,48 por lo tanto
ha de darse el lugar correspondiente a María en la proclamación de la Palabra de Dios
y en la vida espiritual de los fieles ya que ella es la primera cristiana que está presente
en la Iglesia y porque es la figura de la Iglesia. A ella le corresponde un lugar en la
liturgia donde, así como que pueda ser proclamada la gracia que le hizo el Señor; esta
adoración es importante para recordar que no estamos solos en la adoración e
intercesión por los hombres, sino que Cristo une en un solo cuerpo.

SÍNTESIS DE LA MATERIA

Después de las reflexiones sobre María y de las lecturas sugeridas para ello, resalto en
primer lugar la importancia de la experiencia mariana, que se ha de referir siempre a
Cristo, pues este es el verdadero objetivo de nuestra vida cristiana y la persona de María
para nosotros toma valor desde una mirada Cristo-céntrica que nos permite descubrirla
como mediadora en la historia de la salvación.

Además, un tema evidente es que la imagen de María ha tenido y tiene un proceso de


evolución ya lo reflejaba la reflexión de María en los Evangelios pues ella pasa de ser la
“mujer anónima” que nombra San Pablo, a la “Madre de Jesús” como la llama San Juan.
Claramente María se va descubriendo tras la luz pascual, pues al buscar comprender un
poco mejor la persona de Cristo, muerto y resucitado, hay que acudir a los testigos
oculares y ella hace parte de este grupo, además ella es la que ha esta siempre presente
en la historia de salvación, la primera cristiana. Con todo esto resalta el que María ha sido
un instrumento activo en la historia de la salvación, Dios tenia necesidad de ella, y ella en
su consentimiento se entregó a esta misión de ser madre de Jesús, ella se entrega por
completo y se une completamente a Cristo, toda su vida es reflejo de esta unión, por ello
las reflexiones presentadas anteriormente son de provecho espiritual para todos los
cristianos pues mirar a María es mirar a su Hijo, es decir, a Dios mismo.

María es modelo y prototipo de la Iglesia por su configuración y adhesión a Cristo, ella es


la discípula fiel que, desde su propia realidad, desde su aldea escondida responde a Dios y
se hace cooperadora en su plan salvífico. El meditar su vida nos ha de llevar a imitar a
aquella que desde el principio acogió y acuno al Salvador en su seno, María fue
plenamente humana se alegró y sufrió en su vocación, pero también en su sencillez fue
dotada de virtudes que le permitirían desarrollar su misión, sim embargo esto no le quito
ninguna clase de dolor o incertidumbre, pues ella es la verdadera madre del verdadero
Hijo.
En conclusión, María en la Iglesia ocupa un lugar privilegiado y en ella hemos de encontrar
ejemplo y luz en nuestro seguimiento cristiano, para poder del mismo modo como Iglesia
encarnar y dar a luz a Cristo.

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