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PSICOPATOLOGÍA
diferenciales según el caso y la sintomatología. Por su cos destacados como Willis quien, paradójicamente, es
parte, Paracelso fue uno de los pocos médicos de este reconocido como el precursor de las teorías anatomopato-
período que sostuvo que el enfermo mental no era ni un lógicas de la locura. Willis introdujo en medicina el estudio
pecador ni un criminal, sino una persona enferma que de los procesos nerviosos bajo la denominación de
necesitaba la ayuda del médico. La mentalidad árabe influ- Psycheology. Los planteamientos anatomopatológicos de
yó en el acontecimiento capital de este período: la prolife- la locura se caracterizan sobre todo, por una extremada
ración de hospitales o centros de tratamiento creados pobreza de criterios, tanto para definirla, como para esta-
específicamente para los locos y desposeídos. En el año blecer posibles procesos etiológicos. La mentalidad ana-
1409 el padre Jofré (1350-1417) inaugura en Valencia la tomopatológica da paso a los planteamientos fisiopatológi-
“Casa de Orates”, un lugar de recogida y tratamiento para cos sobre las enfermedades representado por Whytt y
los dementes. Este es un hito histórico, pues surge en un Cullen. Éstos sitúan al sistema nervioso en la primera
momento histórico hostil y de persecución hacia los enfer- posición. Cullen (1710-1790) les da el calificativo de en-
mos. La idea medieval y renacentista del “loco” fue paulati- fermedades nerviosas o neurosis. Las propuestas anató-
namente desapareciendo. A este hecho contribuyeron la micas ilustradas con sus postulados básicos de localiza-
Reforma, las nuevas tendencias religiosas, una visión más ción y reducción de la enfermedad a lo anatómico choca-
crítica de los planteamientos filosóficos, el avance de la ban con las iniciales concepciones de las neurosis y de las
técnica y los nuevos postulados sobre la investigación enfermedades nerviosas.
científica que cristalizarán en los dos siglos posteriores.
A finales del siglo XVIII surgen los grandes alienistas fran-
5. LA ILUSTRACIÓN ceses, fundamentalmente Pinel y Esquirol, que propugnan
(SIGLOS XVII Y XVIII) un trato más humano a los locos. Pinel (1745-1826) es un
defensor del tratamiento moral en el que bajo un régimen
Esta época supone el comienzo de la medicina moderna, y de firmeza, se pedía participar al paciente en tareas tera-
con ella, el intento de dar explicaciones menos axiomáticas péuticas estructuradas. Esquirol (1772-1840) contribuye
a las alteraciones mentales. Thomas Sydenham (1624- decisivamente a la gestación de una psiquiatría más cientí-
1689) inicia el enfoque clínico moderno inductivo en medi- fica: utilizó la estadística para evaluar el progreso de los
cina, es decir, el empleo sistemático de la observación pacientes y ofreció definiciones que son ya clásicas sobre
para dictaminar síntomas, y posteriormente, agrupaciones, las alucinaciones, las ilusiones, las demencias, etc. El
síntomas o síndromes. En cuanto a la brujería, aún existen tratamiento moral no tenía un corpus teórico en el que
procesos pero a lo largo del siglo XVII se van haciendo sustentarse y se apoyaba en la ardorosa defensa de sus
menos frecuentes. La razón ocupa un lugar de privilegio representantes. A medida que éstos van desapareciendo,
durante la Ilustración, y por lo tanto, la locura es ahora una este movimiento va perdiendo fuerza y aparece un análisis
desgracia moral que hay que ocultar (Foucault, 1976). Los más crítico sobre sus aportaciones y los espectaculares
manicomios adquieren un carácter represivo y defensivo y resultados obtenidos inicialmente en el tratamiento de los
cada vez se van saturando más de enfermos de la misma enfermos (basados muchas veces en documentos propa-
manera que el trato recibido por los internos es peor. Los gandísticos más que en los resultados reales).
tratos inhumanos se justificaban en la teoría del animalis-
mo, según la cual los enfermos mentales no eran sensibles
al dolor, el frío o las necesidades básicas humanas. En
España la situación era algo mejor puesto que se da la
espalda a las nuevas teorías supuestamente científicas y,
además, las instituciones psiquiátricas están normalmente
al amparo de órdenes religiosas en las que se solía dis-
pensar un trato más caritativo.
6. EL SIGLO XIX
Kraepelin
Uno de los principales logros de este siglo es el de un
mayor refinamiento de conceptos y mayor claridad concep- No tardaron en aparecer las críticas a las cuestiones cen-
tual en psicopatología (Berrios, 1985). Asimismo, desde el trales de la clasificación de Kraepelin. Bleuler en 1911
trabajo de Pinel hay un mayor interés por sistematizar y toma como criterio para la demencia precoz, en lugar del
ordenar las clasificaciones conforme a criterios empíricos. curso evolutivo, una característica psicopatológica que
Esta etapa se caracteriza por un marcado organicismo, considera nuclear: la escisión mental. Las críticas de
auspiciado por la obra de Griesinger (1817-1868), quien Bonhöffer al sistema de Kraepelin se basaban en la idea
sostenía que las enfermedades mentales son enfermeda- de abandonar el concepto de especie morbosa y sustituirla
des del cerebro. Esta aproximación rompe con la psiquia- por la más modesta de tipo de reacción, puesto que no
tría alemana hasta la fecha excesivamente especulativa. había una sintomatología específica para cada causa orgá-
Un clima propicio para este tipo de afirmaciones es la nica y todo hacía sospechar que ante diferentes causas, el
avalancha de descubrimientos neuroanatómicos de la organismo respondía con idéntico tipo de reacción psicopa-
época: Wernicke, Jackson, Korsakof, etc. Morel (1809- tológica. Esta propuesta fue retomada por Meyer, que pre-
1873) culmina la teoría organicista con su teoría de la tendió sustituir el concepto de enfermedad mental por el de
degeneración, al afirmar que las enfermedades mentales tipos de reacción, con el que intentaba dar relevancia a la
serían la expresión de una degeneración genética que iría historia individual de reacciones psicobiológicas a los múlti-
desde las neurosis a las psicosis desembocando en último ples problemas con los que se hubiera podido enfrentar el
término en la deficiencia. Además, esta degeneración se individuo a lo largo de su historia personal. Recalcaba la
agravaría de generación en generación. importancia de hacer uso de los conocimientos procedentes
de muy diversas áreas (biología, fisiología, psicología y
A finales del XIX, se produce un retorno a la clínica: Kahl- sociología) para poder llegar a comprender el comporta-
baum planteará que los diversos tipos de enfermedades miento humano. Los desórdenes mentales no eran sino
mentales son en realidad complejos de síntomas que va- formaciones de hábitos establecidos de un modo progresi-
vo; en consecuencia, el tratamiento debía consistir en en- Antes de pasar al siglo XX hay que hacer una mención a
señar hábitos nuevos y eliminar los anteriores: una idea las aportaciones específicas de la psicología a la psicopa-
semejante a la que subyace en autores del tratamiento tología. Es a mediados del XIX cuando los contactos que
moral francés e inglés y en muchas técnicas actuales de la empiezan a producirse entre la medicina, la fisiología, la
modificación de conducta. Esta propuesta será asumida por biología evolucionista y la psicología de la asociación abo-
la psiquiatría americana que elaboró un sistema diagnóstico nan el terreno para el surgimiento, dentro del terreno de las
(DSM-I) influido por estas ideas. Sin embargo pronto sería ciencias naturales, de la ciencia psicológica que a partir de
abandonado este punto de vista, retornando a las formula- entonces iniciará un camino diferente y definitivamente
ciones y al concepto de enfermedad mental de Kraepelin. alejado de la filosofía. Wundt es el principal artífice de este
empuje. Para Wundt el proceso mental siempre forma una
configuración compleja que pierde su identidad cuando se
intenta romperlo en partes. Sostenía que la psicología
podía ser considerada como ciencia experimental o natural
en tanto que estudiase actividades tales como la sensación
o la percepción, pero que en la medida que tratase tam-
bién de dar cuenta de procesos mentales superiores, como
el pensamiento o el lenguaje, debía ser considerada como
una ciencia social. El declive de la psicología de Wundt
que se produjo entre las dos guerras mundiales fue vertigi-
noso y duramente criticado por las nuevas corrientes do-
minantes en la psicología: el funcionalismo americano, la
Bleuler reflexología soviética, el movimiento guestáltico y la escue-
la de Würzburgo.
A finales del siglo XIX se acrecienta una sensación general
de nihilismo terapéutico hospitalario y de ahí surge el fer- Funcionalismo americano. El trabajo de Wundt llegó a
mento para la aparición de teorías psicológicas alternati- Estados Unidos en la versión solipsista e introspeccionista
vas. En este contexto emerge la figura de Charcot (1825- de Titchener. Frente a ella reacciona el llamado «funcio-
1893), neurólogo y director de una sección de La Salpetrie- nalismo» americano iniciado por James y Dewey. Como
re, interesado en el poder curativo de la hipnosis en los Buxton señala (1985) los Principios de Psicología que
fenómenos histéricos. Breuer (1842-1925) y Freud (1856- James desarrolla desde 1890 a 1950 fueron el trabajo
1939) fueron discípulos de Charcot. La obra de Freud tiene académico más influyente en la psicología americana
una gran importancia pues se erige como un modelo expli- durante muchas décadas.
cativo exclusivamente psicológico para explicar lo psicopa-
tológico, inaugurando así una nueva vía de estudio siste- Los funcionalistas enfatizaron el interés por las observa-
mático de la psicopatología. ciones objetivas y la utilidad del estudio de grupos para la
psicología (enfermos mentales, personas de distintas eda-
des, etcétera). Con ello lograron establecer un importante
puente hacia el desarrollo de la psicología aplicada. Tra-
dicionalmente son vistos como los antecesores del conduc-
tismo watsoniano y la psicología cognitiva: del conductis-
mo, a través de la psicología comparada de influencia
darwiniana y la teoría del aprendizaje de la que son los
iniciadores, y del cognitivismo, a través de trabajos de
autores como James o Woodworth sobre memoria, pen-
samiento y resolución de problemas.
Freud
Pavlov
el fenomenismo de Mach hacia la fenomenología de sentido más profundo. Jaspers hizo una fuerte apuesta por
Brentano y Husserl. La principal diferencia entre ambas la fundamentación psicológica de la psicopatología. Para el
doctrinas era que el fenomenismo de Mach implicaba sólo autor, “nuestra tarea científica única no es una construc-
el análisis de la experiencia en sensaciones, mientras que ción sistemática imitada de la neurológica con la perma-
la fenomenología ponía de nuevo a la vista la volición (o nente visión del cerebro, sino un desarrollo de los puntos
«intencionalidad») incluyendo el análisis del propósito de vista para la investigación de las cuestiones y proble-
como parte importante del acto introspectivo. mas, de los conceptos y relaciones, desde los fenómenos
psicopatológicos mismos”. El objeto de la psicopatología
En 1905, Ach llama formalmente al movimiento de Würz- es “el acontecer psíquico realmente consciente” (PIR,
burgo «movimiento de la introspección sistemática». El 04, 187), y para su estudio necesita de la psicología como
introspeccionismo de Titchener, por el contrario, siempre la fisiopatología necesita de la fisiología. Al igual que es
permaneció más cerca del fenomenismo de Mach, pero en difícil distinguir con criterio claro algo patológico de algo
ambos casos hubo un alejamiento de las técnicas objetivas fisiológico, en psicopatología el concepto de enfermedad
experimentales. resulta escurridizo, “no es unitario” y esto permite trabajar
con los mismos conceptos fundamentales tanto en psico-
Los métodos y resultados de los würzburgueses en torno logía como en psicopatología.
al pensamiento sin imágenes se refinaron a lo largo de los
años y fueron verificados de modo independiente, en París El conocimiento del hombre enfermo lo obtenía Jaspers de
por Binet, en sus estudios sobre el pensamiento infantil, y tres formas distintas y complementarias: la psicopatología
en Nueva York por Woodworth. Otra de las aportaciones general, que estudia los hechos individuales de la vida
de esta escuela se centra en la idea de disposición mental psíquica; la psicopatología comprensiva, que estudia el
(como algo que dirige el pensamiento y el procesamiento espíritu; y la psicopatología explicativa, que estudia la
de la información). Shakow (1962) retomará este concepto conciencia en general. Anteponer la psicopatología com-
en el estudio experimental de la atención en personas con prensiva a la explicativa le lleva a primar la comprensión
esquizofrenia como veremos en el tema de psicopatología como método idóneo para estudiar la vida psíquica, rele-
de la atención más detenidamente. gando la explicación al mundo de lo físico. La psicopatolo-
gía es capaz de comprender ciertos fenómenos psicopato-
7. EL SIGLO XX lógicos desde la estructura psíquica completa de la perso-
nalidad, es decir, desde su desarrollo unitario, pero otros
El siglo XX se caracteriza por una “explosión” de áreas de se le presentan como absolutamente refractarios a este
estudio, modelos, escuelas, técnicas, etc dentro de la método y deben ser considerados incomprensibles. A los
psicopatología (Dieckhöffer, 1984). Las escuelas psicoa- primeros Jaspers los llama desarrollos; a los segundos
nalíticas tienen un espectacular desarrollo durante las tres procesos. Los procesos son sólo explicables, de ahí que
primeras décadas del siglo pasado. Desde esta orienta- sea inútil buscar motivos biográficos: sólo podemos cono-
ción, la conducta desviada se entiende no desde la patolo- cer sus causas somáticas o psíquicas. Jaspers y la escue-
gía anatómica, sino desde la historia del individuo. Freud la de Heidelberg tuvieron escaso impacto en la psicología
otorgó más énfasis a la historia del enfermo que a la histo- patológica de la época, y su influencia se inserta más en la
ria de la enfermedad. Rompió también con la tendencia psiquiatría de la época. No será hasta el auge del estudio
manicomial a la hora de tratar a los pacientes al desplazar de los procesos psíquicos, desde la actual psicología,
el foco de la intervención a una relación individual médico- cuando se empiece a recuperar su influencia.
paciente. Hasta los años 50 será la orientación predomi-
nante en la psicología y en la psiquiatría, manteniendo hoy El máximo continuador de la obra de Jaspers es Kurt
en día una enorme importancia. Schneider (1887-1967). Otorgó un papel central al diag-
nóstico, que concebía como atender al cómo (la forma) y
Las escuelas fenomenológicas surgen en abierta oposi- no al qué (el tema o contenido). Especial difusión han
ción al psicoanálisis. Jaspers (1883-1969) y la Escuela de tenido sus trabajos sobre los síntomas de primer y segun-
Heidelberg (Mayer-Gross, K. Schneider, Bumke) son los do rango en la esquizofrenia. La fenomenología supuso,
principales representantes de este enfoque. Aunque su para algunos autores, el anclaje en un descriptivismo va-
influencia en el ámbito psicológico ha sido escasa, en la cío, acientífico y subjetivista que dificultó el desarrollo
psiquiatría su influencia ha sido mucho más importante. científico de la psicopatología (Vázquez, 1990).
Para los fenomenólogos, la esencia de la existencia es
algo que, en último término, no es apresable por el obser- El descubrimiento de los psicofármacos tuvo un impacto
vador. El método fenomenológico tendría como objetivo el enorme en la transformación de la asistencia psiquiátrica.
descubrir la cosa-en-sí, de objetivar la realidad en su El descubrimiento casual de la Clorpromacina por Deniker,