Epigrafe 15 Hde
Epigrafe 15 Hde
Epigrafe 15 Hde
El fin del Bienio. Convocadas elecciones para unas Cortes constituyentes, las votaciones
tuvieron lugar en octubre dando el triunfo al nuevo partido de la Unión Liberal, liderado por
O’Donnell, y que nació como una opción de centro agrupando a progresistas y moderados.
Estas Cortes del Bienio desempeñaron un importante papel en lo político (una nueva
Constitución) y en lo económico (aprobación de un conjunto de leyes que contribuyeron a la
industrialización del país y a la consolidación del capitalismo como modelo económico):
La Constitución de 1856. Es conocida como non nata (no nacida) porque no fue
promulgada.
La ley de desamortización general civil y eclesiástica de 1 de mayo de 1855, llamada de
Madoz por el ministro que la promovió.
La ley General de Ferrocarriles de 3 de junio de 1855.
La ley de Bancos de emisión y de Sociedades de crédito, de 28 de enero de 1856.
La crisis que acaba con el gobierno de Espartero, y con ella también con el Bienio, es una
consecuencia del clima de conflictividad social. Fue en tierras de Castilla (Palencia y Valladolid)
donde la carestía del pan provocó motines de subsistencias, cuya represión provocó fuertes
diferencias en el seno del mismo gobierno. La reina, entonces, llamó a O’Donnell para formar
gobierno (14 de julio (1856).
2. El retorno al moderantismo.
La última etapa del reinado de Isabel II fue de alternancia en el poder entre los moderados y la
Unión Liberal. Comenzó, como hemos visto, O’Donnell, pero, en contra de lo que imaginaba,
su gobierno sólo duro tres meses. En octubre la reina decidía destituir a O’Donnell para formar
un gobierno presidido por Narváez. Era la vuelta al moderantismo más conservador, sin
paliativos. Así, se decidió restablecer la Constitución de 1845, sin Acta adicional. También
correspondió a este gobierno la aprobación de la ley de Instrucción Pública (1857), debida al
ministro Claudio Moyano, que ha tenido una larga duración en nuestro país, y que regulaba el
sistema educativo en tres etapas: primaria, segunda enseñanza y enseñanza superior.
Antes de terminar el año (1857), Narváez presentaba su dimisión y tras la constitución de dos
gobiernos de corta duración era O’Donnell el encargado de formar gobierno (junio de 1858),
con el respaldo de su partido, la Unión Liberal. Su larga duración, de cuatro años y medio, ha
dado lugar a conocer este periodo como el “gobierno largo” (1858-1863) de la Unión Liberal.
Contribuyó a ello el que coincidiera con una etapa de crecimiento económico. En este contexto
el gobierno de O’Donnell apostó por una política exterior con aventuras militares que fueron
bien acogidas por la opinión pública y permitieron darle al gobierno un cierto prestigio.
Como el juego político venía quedando reducido a favor de los moderados y de la Unión
Liberal, en la crisis final del reinado contribuyó la misma corona, empeñada en contar sólo con
gobiernos moderados, o bien presididos por O’Donnell. A los progresistas sólo les quedaba la
vía de la conspiración, lo que suponía tomar el poder por la fuerza. A todo esto, el gobierno
añadía más ingredientes a la crítica al actuar con extrema dureza ante cualquier
acontecimiento que viniera a alterar el curso de la vida política.
Los progresistas, liderados por Juan Prim, ya sólo confiaban en el pronunciamiento como única
salida. Pero lo que se planeó como un pronunciamiento acabó en un absoluto fracaso: los
sargentos de artillería del cuartel de San Gil en Madrid se amotinaron y dando lugar a una gran
carnicería (junio de 1866). El gobierno de O’Donnell respondió con una fuerte represión. Otra
vez la reina aplicó el adiós a O’Donnell para volver a Narváez.