Yo Soy Tu Dios

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YO SOY TU DIOS, TU SANADOR

Isaías 23:4-5
“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros
le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Más él herido fue por
nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue
sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.

Propósito: Enfatizar a la iglesia la obra de “Cristo Sana” y que gracias a su


intervención divina a través de la fe es que podemos ser sanos de toda dolencia.

Introducción
Esta noche estudiaremos y practicaremos el fundamento de la Sanidad Divina, la
cual es una parte integral del evangelio.
Como punto núm. 11 de nuestra declaración de fe:
“Creemos en la sanidad divina es provista para todos en la expiación”

Vivimos en un mundo lleno de en enfermedades de todo tipo, algunas más graves


que otras, tenemos la bendición de contar con miles de médicos, enfocados en
diferentes especialidades con la finalidad de que sean sanados las personas que
están hoy se encuentran enfermas.

Pero nosotros tenemos a un médico por excelencia que supera a todos los
médicos, su nombre es Jesús, gloria a Dios, aleluya.
Cuando Jesús vino a la tierra, proclamaba que, el mensaje de Reino de los cielos
se había acercado, un Reino donde no hay enfermedad, no hay dolor, tristeza, ni
sufrimiento.

Por esta razón encontramos en los evangelios a Jesús interviniendo en sanidades


para las personas que se encontraban excluidas del pueblo, que los tenían como
mendigos en las calles, como si fueran estorbo para ellos. El sanó a muchos y
encomendó a sus discípulos a hacer lo mismo, hoy en día creemos que esa
encomienda y ese poder fue delegado a nosotros también, por lo tanto, creemos
en el nombre de Jesús que todo enfermo puede ser sano. Amen

¿Creen ustedes que Dios sigue sanando la enfermedad hoy día?


• ¿Cómo podemos recibir sanidad física? A través de la fe, creyendo en que Dios
puede obrar en nuestras vidas.

I. ¿QUE ES LA SANIDAD DIVINA?


a. La palabra sanidad significa sanar, curar, es ser salvo por completo de una
dolencia, enfermedad. Dios nos promete sanarnos de todas nuestras
enfermedades y dolencias. Lucas 5:17
b. Jesucristo, a través del sacrificio de la cruz vino a traer provisión de sanidad
para nuestros cuerpos. La voluntad de Dios es que tengamos salud y que no
estemos enfermos. La enfermedad se convierte entonces solamente en una
oportunidad para experimentar el poder sanador de Dios.

II. ¿Es la voluntad de Dios que seamos sanos?

Lastimosamente hay enfermos que se creen sanos y no buscan a Jesús. (Mr.


2.17) Todos necesitamos a Jesús como médico de nuestras vidas, pero hoy hay
algunas personas que no quieren reconocer que están enfermos que se creen
sanos por eso no buscan la sanidad de su vida y de su alma por medio de Jesús.
¿CÓMO ENTRÓ LA MALDICIÓN DE LA ENFERMEDAD EN LA HUMANIDAD?
a. Pecado: Cuando el hombre se apartó de Dios al desobedecer, perdió la
bendición y la protección de Dios. Cayó bajo maldición y bajo el poder del diablo.
De este modo el diablo pudo someter al cuerpo humano a muchas formas de
debilidad, dolor y enfermedades.
b. ¿Cómo lidió Dios con la maldición de la enfermedad? En la cruz Jesús lidió con
esta maldición de forma total. Por medio del sacrificio de Jesús los que creemos
en él podemos ser sanos y libres. Gálatas 3:13

III. ¿ES LA VOLUNTAD DE DIOS SANAR A SU PUEBLO?


a. Desde el principio de la creación, Dios declaró en su palabra que su voluntad
siempre ha sido sanar al hombre, aún más, es parte de su naturaleza.
b. Mientras usted no esté convencido de que Dios lo quiere sano, espiritual,
emocional y físicamente, siempre habrá una duda en su mente. Si hay duda la fe
no puede funcionar.
c. La sanidad es una promesa que Dios le hizo a sus hijos, y cuando Dios promete
el cumple lo que promete. Él dijo que él nuestro sanador. Num.23:19
d. Dios puede y quiere sanarte a ti. Marcos 1:40-42. Aquí Jesús declaró su
voluntad para sanar a los enfermos. El leproso estaba convencido de que Jesús
podía curarlo, sin embargo, no estaba seguro de que Jesús quisiera hacerlo. La
respuesta dejó solucionado el problema, “Quiero, sé limpio”. ¿Acaso no podemos
nosotros estar seguros que es la voluntad del Señor sanarnos y liberarnos?
IV. INTERVENCION DIVINA DE JESUS EN LA TIERRA:
A) Especialista en lo imposible. Mr. 10.27
B) Médico que actúa gratuitamente. Mr. 6.56
C) El único que puede sanar la enfermedad que todos los seres humanos
padecemos. El pecado Mt. 9.2

V. ¿QUÉ DEBOMOS HACER PARA RECIBIR SANIDAD?


a. Creer y confesar el nombre de Jesús. Marcos 16:17-18. Cuando declaramos el
nombre de Jesús, el poder de Dios es desatado provocando milagros y sanidades
en aquellos que lo hacen y reciben por fe.
b. Creer con todo el corazón lo que Dios ha dicho en su Palabra. Romanos 10:10
Creer es ser persuadido, fiarse de, confiar, apoyarse de. Creer es la habilidad de
ser persuadido por Dios de que todo lo que Su Palabra dice es verdad.
c. Debemos actuar en fe. (Santiago 2:14) De nada sirve confesar o creer si no
actuamos de acuerdo a lo que decimos y creemos. “Si usted dice estoy sano debe
actuar como si estuviera sano”.
d. Dando gracias. (1 Tesalonicenses 5:18) Antes de recibir el milagro debemos de
dar gracias por haberlo recibido y una vez que lo hemos recibido debemos seguir
dando gracias.
Conclusión: La voluntad de Dios para sus hijos es vernos sanos, libres,
prósperos y moviéndonos en lo sobrenatural.
Dios no se ha olvidado de nosotros, nosotros somos que en ocasiones nos hemos
olvidado de él, pero este día si reconocemos nuestra condición, si reconocemos
que necesitamos de su intervención divina él actuará en favor de nuestra sanidad,
no solo para el físico sino para nuestro interior.
Dios desea que estemos completamente sanos en todas las áreas de nuestra
vida.
Cuando creemos la Palabra de Dios al decirnos que él es quien sana todas
nuestras dolencias, que no hay nada imposible para Dios, entonces podremos
recibir sus promesas, nuestra sanidad, milagros de todo tipo ocurriendo en
nuestras vidas. Para que eso ocurra primero debes permitir que Jesús entre a tu
vida y para ello es necesario que repitas la siguiente oración:

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