Rojo Atardecer 1 53

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COLECCIN SOCIEDAD Y CULTURA

ROJO ATARDECER
El comunismo chileno
entre dictadura y democracia

Alfredo Riquelme Segovia

CENTRO
DE INVESTIGACIONES
DIEGO BARROS ARANA
Alfredo Riquelme Segovia,
Doctor Historia por la Uni-
en

versitat de Valencia, es Profesor


del Instituto de Historia de la
Pontificia Universidad Catlica
de Chile. Su trabajo de inves

tigacin y docencia orienta


se

al estudio de la interaccin en
tre las dimensiones nacional y

global en los fenmenos ideol


gicos y polticos de la historia
contempornea.
Entre sus publicaciones se
destacan Chile 1891-2001 (coau
tor, 2001), Globalizacin. Histo
ria y actualidad (coautor, 2003),
y Chile en los Archivos Soviticos
1922-1991 (coeditor), obra de la
cual se han
publicado los dos
primeros tomos (2005 y 2009).
Rojo atardecer

El comunismo chileno entre dictadura y democracia

Coleccin
Sociedad y Cultura
Direccin de Bibliotecas, Archivos y Museos. 2009

Inscripcin N 184.549

ISBN 978-956-244-215-2
ISBN 978-956-244-071-4 (coleccin)

Directora de Bibliotecas, Archivos y Museos y Representante Legal


Sra. Nivia Palma Manrquez

Director del Centro de Investigaciones Diego Barros Arana y Director Responsable


Sr. Rafael Sagredo Baeza

Editor
Sr. Marcelo Rojas Vsquez

Diseo de Portada
Sra. Claudia Tapia Roi

Correccin de Textos
Sr. Jaime Ronsenblitt

Ilustracin Portada
Detalle de afiche del Partido Comunista de Chile, 1988,
reproducido integramente en la pgina 177

La escritura de este libro se realiz en el marco del proyecto FONDECYT 106005


"La insercin internacional de las organizaciones polticas, sociales y no gubernamentales
chilenas entre la guerra fra y la globalizacin: 1945-2005";

y del proyecto de intercambio regular Ecos-CONICYT C04H02


"Estado, cultura escrita y violencia: construccin y controversias de la legitimidad
en Chile (siglos XIX
y xx)".
El trabajo de investigacin en que se sustenta, y la redaccin de una versin preliminar,
fueron posibles gracias al apoyo de la Fundacin Ford

Ediciones de la Direccin de Bibliotecas, Archivos y Museos


Av. Libertador Bernardo O'Higgins N 651
Telfono: 3605283. Fax: 3605278
Santiago, Chile

IMPRESO EN CHILE/PRINTED IN CHILE


ROJO ATARDECER
El comunismo chileno
entre dictadura y democracia

Alfredo Riquelme Segovia

/Q-a centro

mM DE INVES'I
IGACK
)NES
Lf^F DIEGO BARROS ARANA
NDICE

Siglas y abreviaturas 13

Prefacio 17

Agradecimientos 25

Introduccin

Una historia entre el pasado y el presente 29

La interseccin multidimensional entre lo nacional y lo global 32


La dimensin ideolgica del comunismo 35
El comunismo en el mundo y en Chile 45
Estructura y contenidos del libro 49

El comunismo chileno

entre Recabarren y Allende


(1922-1970)

El discurso del comunismo chileno entre lo nacional


y lo global (1922-1935) 53
La revolucin: del pasado al porvenir 53
El comunismo y la narracin revolucionaria
de la historia en marcha 55
Frente Popular: antifacismo, nacin y democracia (1935-1939) 60
El eclipse del antifascismo (1939- 1941) 62

El frente mundial antifascista y la posguerra democrtica


'

(1941-1947) 64
La guerra fra y la lucha contra el macarthismo chileno
(1947-1958) 68
El comunismo chileno y la construccin de la va chilena
al socialismo (1958-1970) 71

7
Travesa y naufragio de la va chilena al socialismo

(1970-1973)

Salvador Allende y la va chilena al socialismo 81

El peso de los modelos revolucionarios 82

Comunistas, intelectuales y la va chilena al socialismo 86

La parbola de la va chilena o
l'Apocalypse n'a pas de futur 98

Los lmites de la va chilena de los comunistas 107

Entre la unidad antifascista y la rebelin popular

(1973-1986)

Continuidad de la centralidad comunista en la poltica chilena 109

La nueva internacionalizaran del comunismo chileno 1 12

Entorno global y rebelin popular 1 15

Las metamorfosis de la rebelin popular

(1986-1989)

La derrota de la sublevacin nacional 137


La emergencia oblicua de un debate latente 137
La amplificacin del debate 138
La expresin prudente de una disidencia 139
La dura rplica partidaria 141
Una direccin ambivalente pierde la hegemona
en la izquierda 141
Disidentes comunistas en la izquierda renovada 143
La ruptura del FPMR 145

La marginaran del Partido Comunista 146


El debate sobre la proscripcin del marxismo 146
La DC y el aislamiento de los comunistas
en la 149
legalidad
El socialismo renovado por la unidad sin exclusiones

y el llamado a la inscripcin electoral del PC 154


La va electoral a la sublevacin nacional 157
El XV congreso y la reafirmacin conceptual de la rebelin popular 165
El escenario posplebiscitario y la discusin entorno
a la convocatoria al XV
Congreso 165
La dialctica rebelin electoral y la formacin del INDI 179

8
La va electoral a la revolucin democrtica
y antifascista 180
El resultado del XV congreso 180
Entre la poltica electoral y el discurso revolucionario 184
Descubrimiento de la autonoma de lo social

y reafirmacin ideolgica 195

El colapso del comunismo en Europa


y la crisis del partido comunista de chile
(1989-1990)

La marginaran del PC se consuma 199


Los resultados electorales y sus efectos 199
La soledad poltica del PC 200

La identidad comunista a
prueba 202
El secretario general baja la lnea 202
El abandono retrico de la dictadura del proletariado 206
El grupo Manifiesto y la aproximacin de la disidencia
a la Concertacin 207
Los limitados mrgenes de la Volodioska 209
Una conferencia ratificatoria 212
La crisis interna 217
La disidencia retoma la palabras 217
La descalificacin de los disidentes -

219

Ampliacin de la disidencia contra "la fraccin legal" 221

La expulsin de la disidencia 223

EL DERRUMBE DEL COMUNISMO SOVITICO


Y LA METAMORFOSIS DE LA TRANSICIN EN CHILE
(1990-1991)

La crtica de la transicin 239


Una mesa redonda de la Comisin Poltica 239
Se agudiza la crtica al gobierno 242
Entre la adhesin a los derechos humanos
y la reafirmacin leninista 244
El derrumbe del comunismo sovitico 250
La discusin sobre el marxismo-leninismo 251
El PC chileno apoya el golpe contra
Mijail
Gorbachov 252
El PC chileno frente al colapso final
del comunismo en la URSS 256

9
El paso a la oposicin 262
Los fundamentos revolucionarios
de la 262
opcin opositora
269
Hacia un nuevo
programa del partido

El COMUNISMO CHILENO EN UN MUNDO POSCOMUNISTA

(1992-2000)

Primeras mediciones electorales 287


La campaa y el balance de las municipales de 1992 288
El PC y las elecciones de 1993 288
Los efectos de una votacin exigua 293

Consolidacin de un
liderazgo marginal 294
De la autocrtica del fracaso electoral
al XVI (XX) congreso de 1994 294
Del XX congreso al nuevo programa de 1995 301
Del nuevo Programa al relativo xito en las elecciones

parlamentarias de 1997 303


Del resurgimiento del antipinochetismo
al fracaso electoral de 1999 309

Eplogo 321

Fuentes y bibliografa 325

10
con moriremos.
ninguna agona . .

Pablo Neruda, "Los comunistas"1

Qu das ms atroces nos ha tocado vivir en los ltimos aos!


La frtil imaginacin humana qued corta,
nadie pudo visualizar lo que ha pasado!
Los ms feroces enemigos del socialismo nunca soaron
con la desintegracin de la Unin Sovitica
y el colapso
del socialismo en Europa sin disparar un solo tiro!
Cunto nos ha golpeado todo esto!

Luis Corvaln, "Carta a Erich Honecker"2

Hubiera sido milagroso salir intacto del derrumbe

y sloquienes decidieron blindarse frente a estos cambios


pudieron seguir mantenindose en los mismos lugares donde
los sorprendi ese terremoto ideolgico y cultural...

Beatriz Sarlo, "Las mejores ideas, sin poder"3

El comunismo histrico ha fracasado, no lo niego.


Pero los problemas permanecen; esos mismos

problemas que la utopa comunista sealaba

y se
propona resolver. . .

Norberto Bobbio, "La utopa al revs"4

1
Obras completas, tomo n, p. 647.
2
De lo vivido y lo peleado. Memorias, p. 357.
3
Clarn. com, 22 de noviembre de 2001, http://www.clarin.com/diario/2001/ll/22/o-02S01.
htm
1
Robn Blackburn (ed.), Despus de la cada. El fracaso del comunismo y el futuro del socialismo,
p. 23.
SIGLAS Y ABREVIATURAS

AD Alianza Democrtica
AM antes meridiano
ANEF Asociacin Nacional de Empleados
Fiscales
AA.W. autores varios
API Accin Popular Independiente
BS Bloque Socialista
CEA Centro de Extensin Amaranto
CEL Comit de Elecciones Libres
CEPCH Confederacin de Empleados Parti
culares de Chile
Cfr. confrntese
CA Central Intelligence Agency
CIEL Comit de Izquierda por las Eleccio
nes Libres
CNI Central Nacional de Informaciones
CNS Coordinadora Nacional Sindical
comp. compilador
comps. compiladores
CONICYT Comisin Nacional de Investigacin
Cientfica y Tecnolgica
coord. coordinador
COPPEL Comit de Partidos Polticos para las
Elecciones Libres
COSONO Comando Socialista por el NO
CRALMI Centre de recherches d'histoire de 1'Am-
rique latine et du monde ibrique
CTC Confederacin de Trabajadores del Co
bre
CTCH Confederacin de Trabajadores de Chi
le
CUT Central nica de Trabajadores y Cen
tral Unitaria de Trabajadores
DC Democracia Cristiana
DINA Direccin de Inteligencia Nacional
dir. director

13
ed. editora a veces editor o edicin
EDI Equipo de Direccin Interior
eds. editoras a veces editores
et al. y otros
EUA Estados Unidos de Amrica
FLACSO Facultad Latinoamericana de Cien
cias Sociales
FOCH Federacin Obrera de Chile
FONDECYT Fondo Nacional de Desarrollo Cient
fico y Tecnolgico
FPMR Frente Patritico Manuel Rodrguez
FRAP Frente de Accin Popular
FUT Frente Unitario de Trabajadores
Ibid Ibidern: all, en ese mismo lugar
IC Izquierda Cristiana
INDI Instituto para el Dilogo
INE Instituto Nacional de Estadsticas
IU Izquierda Unida
JJCC Juventudes Comunistas
KGB Komitet Gosudrstvennoy Bezopsnosti
(Comit para la Seguridad del Estado)
MAPU Movimiento de Accin Popular Uni
tario
MDP Movimiento Democrtico Popular
MIR Movimiento de Izquierda Revolucio
naria
MIDA Movimiento de Izquierda Democr
tico Allendista
MOC MAPU Obrero Campesino
MPMR Movimiento Patritico Manuel Rodr
guez
NAFTA North American Free Trade Agreement
(Tratado de Libre Comercio de Norte
Amrica)
OEA Organizacin de Estados Americanos
ONU Organizacin de las Naciones Unidas
op. cit. obra citada

P- pgina
PAS Partido Amplio de Izquierda Socialis
ta

a veces PCCh Partido Comunista de Chile


PCE Partido Comunista Espaol
PCF Partido Comunista Francs

14
PCI Partido Comunista Italiano
PDC Partido Demcrata Cristiano
PDI Participacin Democrtica de Iz

quierda
PH Partido Humanista
PIB Producto Interno Bruto
PN Partido Nacional
POS Partido Obrero Socialista

PP. pginas
PPD Partido por la Democracia
PR Partido Radical
PRPM Poltica de Rebelin Popular de Ma
sas

PRSD Partido Radical Socialista Democr


tico
PS Partido Socialista
PSD Partido Socialdemcrata
PCUS Partido Comunista de la Unin So
vitica
RN Renovacin Nacional
si. sin fecha
s.i. sin imprenta
ss.
siguientes
UDI Unin Demcrata Independiente
UDT Unin Democrtica de Trabajadores
UP Unidad Popular
URSS Unin de Repblicas Socialistas Sovi
ticas
USA United States of America
vol volumen

15
PREFACIO

Rojo atardecer es el ttulo que he querido darle a este libro, en el que analizo
la trayectoria ideolgica del comunismo chileno entre 1986 y 2000, como un
curso marcado
por el derrumbe del llamado socialismo reaten el este de Europa
y en la Unin Sovitica,
y por la tan prolongada como limitada transicin a
la democracia en Chile.
comprender en su historicidad la declinante trayectoria comunista
Para
de esos aos, he
optado por examinarla tanto en su dimensin global como
en el marco de
procesos de ms larga duracin, los cuales se extienden desde
las primeras dcadas del siglo xx hasta la actualidad.
Este libro es una versin depurada y actualizada de la tesis doctoral

cuya defensa se realiz el 8 de julio de 2003 en el Departamento de Historia


Contempornea de la Facultad de Geografa e Historia de la Universitat de
Valencia. Pero sobre todo, es producto de la interaccin entre mi voluntad
de conocer, mi propia biografa y las circunstancias histricas en las que me
he desenvuelto como historiador. Ellas han configurado la prolongacin, las

interrupciones y las metamorfosis de la tarea emprendida durante un tiempo


lo suficientemente largo como para que sta se haya ido modificando tanto
como se han transformado mis intereses de conocimiento en estos aos de
encuentros y desencuentros con un
objeto de estudio que, al mismo tiempo,
se fue alejando tanto de mi vivir como de la corriente principal de la historia
del presente en Chile y en el mundo '.
Comenc a estudiar el comunismo en sus manifestaciones global y nacional
considerndolo un fenmeno ideolgico y un actor principal de la historia
chilena del siglo xx, como efectivamente lo fue desde la dcada de 1930 hasta

Que cada historiador investigue y represente unos aspectos del pasado ms o menos cercano
'

que le interesa aprehender e interpretar, por sobre otros, constituye un fenmeno hasta cierto

punto natural e inevitable. Podramos decir, incluso, que es condicin del propio conocimiento de
la accin y la imaginacin humanas en el tiempo, en la medida que slo es posible aproximarse a
ellas mediante la seleccin por el historiador de ciertos aspectos que visibiliza al constituirlos en
temas de su investigacin. Es por eso que una comprensin ms integral del trnsito de la dictadura

a la democracia en Chile, por una parte, y de la incidencia del comunismo en la historia del pas
durante el siglo xx slo ir surgiendo de la interaccin entre trabajos de diversos investigadores.
Como sus historias son
procesos complejos, slo pueden aprehenderse y comprenderse ms
cabalmente mediante el concurso de muy variadas miradas, sensibilidades y metodologas. Para
una reflexin preliminar al respecto, cfr. Alfredo Riquelme Segovia, "Actualidad de la Historia",

pp. 87-91 y Alfredo Riquelme Segovia, "Entrevista", pp. 33-48. Cfr. tambin Mary Fulbrook,
Historical Theory.

17
el momento en eleg como objeto de estudio, es decir, a comienzos de
que lo
los ochenta. Sin embargo, esa centralidad poltica y social del comunismo se
fue perdiendo aceleradamente en Chile despus de 1986.
Por ello, ha sido finalmente el estudio de ese desplazamiento del comu
nismo como ideologa y como protagonista poltico en la historia reciente del

pas lo que constituy el eje de mi reflexin. He querido comprender cmo


un
partido firmemente enraizado en segmentos cuantitativa y cualitativamente
importantes de la sociedad chilena, como lo eran y lo siguen siendo sus trabaja
dores asalariados y sus intelectuales, y que desempeara un papel tan relevante
enel progreso democrtico y social de Chile desde la construccin del Frente

Popular en los aos treinta hasta la experiencia de va chilena al socialismo entre


1970 y 1973, as como en la resistencia a la dictadura de Augusto Pinochet

y en la rearticulacin de la sociedad civil que hizo posible la transicin a la


democracia, representara, finalmente, un
papel marginal en esa transicin y

quedara convertido en un actor secundario del Chile actual.


En este libro he querido aportar elementos que contribuyan a responder
esa
interrogante, desde el estudio de la ideologa del comunismo chileno y del
contexto nacional y global en que se desarroll.
Es
preciso advertir que, al centrar la mirada en la trayectoria ideolgica
del partido, han quedado en la penumbra otros aspectos del imaginario y de
las prcticas de los comunistas chilenos que no se
dejan atrapar en los marcos
de la ideologa de la organizacin.
haberlo vivido intensamente durante mi adolescencia y juven
Saba, por
tud, que la dimensin utpica ha tenido un amplio espacio en el imaginario
de los comunistas, constituyendo el fundamento ideal de toda su construccin
ideolgica y el poderoso motivo por el cual cada militante estaba dispuesto a

someterse a la disciplina e incluso a


arriesgar o sacrificar la propia vida0.
Saba tambin que ese imaginario, en muchos aspectos era compartido

por los comunistas con otras identidades polticas de la izquierda chilena del
siglo xx, porque ser comunista en nuestro pas era mucho ms que adherir a
un determinado catecismo ideolgico. Era un modo -como tambin lo fue ser
social cristiano o radical, socialista o
republicano- de vivir la ciudadana y de
participar en la construccin de un
pas a la altura del mundo contemporneo,
lo que al interior del comunismo chileno se asuma con peculiar intensidad

y como una larga lucha por el progreso social y cultural de los sectores ms
postergados de la sociedad, junto al reconocimiento de sus derechos7.

6
Llamo utpica -y no ilusoria- a la conviccin de que es posible crear un orden social en
que los seres humanos estn libres de la explotacin, la dominacin y la violencia que han acom

paado hasta ahora -de diversas formas y con distinta intensidad- a las sociedades histricamente
existentes. Sobre las utopas, cfr. Michel Riot-Sarcey el al, Dictionnaire des utopies. En torno al papel
de la utopa en el comunismo, cfr., Richard Stites, "Utopia", volume secondo M-Z, pp. 504-507.
7
Sobre la dimensin utpica del comunismo chileno, cfr. Alfredo Riquelme Segovia, "Poe
sa y poltica en Pablo Neruda" ", ponencia presentada al Coloquio Pablo Neruda y el mundo,

18
Esa lucha de clases, que deba culminar en el encuentro entre historia y

utopa a travs de la transicin revolucionaria del capitalismo al socialismo,


fue asimismo concebida y practicada por los comunistas chilenos como una
suma de esfuerzos
permanentes y de alianzas estables o transitorias por ir sa
tisfaciendo las necesidades bsicas de las mayoras trabajadoras y expandiendo
sus derechos an en el marco del sistema capitalista que -de ese modo- iba
siendo reformado gradualmente".
Con todo, al embarcarme
en esta
investigacin, mucho ms que la compleja
historia real en que los comunistas participaban, o que la utopa a alcanzar y los
ideales humanistas e iluministas en que se sustentaba, lo que apareca a cada
paso en las fuentes seleccionadas era un ideolgico y unidimensional discurso
sobre la historia en marcha que tena como protagonista a la propia organizacin
comunista y como
antagonistas -o aliados ms o menos ocasionales- a las otras
organizaciones, instituciones, sujetos colectivos e individuos participantes en
las luchas por el poder.
Ello era as porque -en Chile como en el mundo- ni la complejidad hist
rica ni la utopa alcanzaron en la ideologa institucional comunista una
impor
tancia semejante a la que s tuvieron en el imaginario de los comunistas.
La ideologa de las organizaciones comunistas, en cuyo marco se han legi
timado y modificado sus liderazgos, sus estrategias y sus prcticas polticas, ha
sido una narracin acerca del camino correcto y de los medios necesarios para
acceder ala sociedad ideal mucho ms que una descripcin o celebracin de
la propia utopa. Es por eso que los partidos comunistas han aceptado respecto
de la visin de esa sociedad utpica toda la diversidad que no admitiran en

suvisin del mundo real cuya descripcin y comprensin toleraba slo una

narracin correcta.
Nuestra mirada se ha dirigido precisamente hacia ese discurso normalizado
que circulaba desde arriba hacia abajo en la organizacin comunista, cuya
funcin no era slo asegurar la unidad de propsitos y de accin inherentes
a
cualquier institucin poltica eficaz sino, tambin, insertar esos propsitos
y esa accin en una narracin ideolgica nacional, regional y global a la vez,
que se asuma como el nico relato correcto de la historia en marcha9.

organizado por el Instituto de Letras, el Instituto de Historia y la Biblioteca de Humanidades de


la Pontificia Universidad Catlica de Chile, 2004, en http://www.uc.cl/historia/ext/ponencias/

neruda_riquelme.html. Acerca de la dimensin social de las prcticas del partido, cfr.Jody Pavilack,
Black Goldin the Red Zone: Social and Political Insurgency in Chilean Coal Mining Communities from the

Popular Fronl to the Advent ofthe Cold War. Cfr. tambin, Alfredo Riquelme Segovia, "Trabajadores
ypobladores en el discurso de la prensa sectorial popular. Chile 1958-1973".
8
En ese sentido, reforma y revolucin no se
contraponan en el imaginario de los comunistas
chilenos, siendo vividas como dos fases o
aspectos de un mismo proceso histrico que el partido
deba ser
capaz de conducir en toda su complejidad para orientarlo hacia el socialismo. Con todo, en
el plano ideolgico, el inters en las reformas estaba subordinado a la estrategia revolucionaria.
!l
Incluso, podra considerrselo un discurso reificado en cuanto -hasta cierto punto- escapa
al control de las personas y grupos humanos que lo han creado o hecho suyo, llegando a
adquirir

19
Al estudio acerca del discurso institucional comunista, que aspira
ser un

a
interpretar histricamente la narracin que cohesiona a la organizacin y

procura dar sentido a sus


prcticas como colectivo, las personas que la inte
gran, sus voluntades y sus prcticas, tienden a difuminarse en estas pginas.
De hecho, slo logran protagonismo en este texto en la medida que elaboran
o difunden
pblicamente argumentos y relatos que apuntan a ser asumidos
por el partido como organizacin, como sujeto colectivo.
Sin embargo, no debemos olvidar que prcticamente todos quienes par

ticiparon en la construccin de ese discurso, as como quienes lo desafiaron


sin xito en los
de la organizacin, han sido personas cuyas biografas
marcos

constituyen del mayor inters para la historiografa sobre el siglo


un tema

xx chileno. Como tambin lo son las vidas de muchos


quienes, sin partici
par directamente en la construccin de ese discurso o en la configuracin
de esos debates, fueron protagonistas de esa historia. Y si aqu no reciben
la atencin que merecen, es porque mi propsito al escribir este libro ha
sido el estudio del comunismo como ideologa ms que de las personas que
adheran a ella10.
Es precisamente el testimonio de vida de tantos y tantas comunistas antes
y durante los aos que abarca este trabajo, su contribucin como colectivo al
"
una
objetividad fantasmal, una autonoma
que parece tan estrictamente racional y universal que
oculta toda huella de su naturaleza fundamental: la relacin entre personas". (Georg Lukcs, re
a la
firindose reificacin y el fetichismo de la mercanca, citado en Tom Bottomore (dir.), Diccionario
del pensamiento marxista, p. 641).
10
En ese sentido, este libro quiere hacerse cargo de las reflexiones de Francois Furet en
torno al poder del discurso revolucionario como modelador de nuevas realidades histricas (cfr.
Francois Furet, Pensar la Revolucin Francesa), y sobre el comunismo como la expresin ideolgica
que asume durante el siglo xx la voluntad de superar la contradiccin inherente a la sociedad
moderna entre "la idea de igualdad-universalidad de los hombres, que esgrime como fundamen
to" y "la desigualdad de las propiedades y de las riquezas producida por la competencia entre
sus miembros"
que le otorgara "su dinamismo" (Francois Furet, El pasado de una ilusin, Ensayo
sobre la idea comunista en el siglo xx). Con todo, como espero se evidencie en estas pginas, no

comparto el apasionado antagonismo de Francois Furet hacia la pasin revolucionaria y hacia la


dimensin utpica de la poltica moderna. Cfr., tambin Marc Lazar, Le communisme, une passion

francaise; Philippe Bu ton, Une histoire intellectuelle de la dmocratie. 19 18- 1989 y Philippe Buton, Le
communisme. Utopie en sursis.
A las historias intelectuales y crticas del comunismo se les ha contrapuesto una historia social
de los comunistas orientada a la reconstruccin de las experiencias vivida por sus militantes desde
una
perspectiva de recuperacin de la memoria histrica que a veces no
llega a
problematizar
la tan estrecha como contradictoria relacin entre prcticas democratizadoras y racionalidades
excluyentes, o entre voluntades emancipatorias y estructuras disciplinarias.
Estoy convencido de que ms que limitarnos a oponer una perspectiva a otra, es posible
avanzar hacia el encuentro entre la historia del comunismo como
ideologa y la historia social
de los comunistas. En esa lnea, cabe destacar a Marie-Claire Lavabre, Le fil rouge. Sociologie de
la mmoire communiste, Catherine Epstein, The Last Revolutionaries: Germn Communists and Their

Century; Laura Rossi, Amore e poltica: un carteggio privato nell'Italia degli anni Cinquanta; Andrea
Possieri, II peso delta storia. Memoria, identit, rimozione dalPci alPds (1970-1991); Mauro Boarelli,
Lafabbrica del passato. Autobiografie di militanti comunisti (1945-1956).
amplio arco de proyectos e iniciativas, combates y acuerdos, que hicieron de
Chile una sociedad ms democrtica durante el siglo xx, junto a la tan heroica
como eficaz resistencia
poltica, social y cultural desplegada desde el primer
hasta el ltimo da contra la dictadura nacional-globalista)1 de Augusto Pinochet,
asumiendo sacrificios y soportando tormentos que slo recientemente el pas
est reconociendo en toda su magnitud, lo que llevaba a pensar que el Partido
Comunista de Chile desempeara un papel protagnico en la transicin a la
democracia.
Por eso, pienso necesario considerar las debilidades ms que las
que es

fortalezas del partido para comprender cmo y por qu en lugar de ese pro
tagonismo, sobrevinieron sucesivas agonas.
Se ha argumentado que la respuesta a esas interrogantes sera la voluntad
de los actores que negociaron la transicin, de marginar al Partido Comunis
ta de la corriente principal de la vida poltica y social del pas. Esa voluntad
efectivamente ha existido y se ha materializado en la persistencia hasta la ac
tualidad de un sistema electoral introducido al final de la dictadura, el cual ha

sido de una eficacia


implacable para excluir a los comunistas y otras minoras
de cualquier representacin parlamentaria, daando gravemente no slo a
los excluidos, sino tambin la propia representatividad y la legitimidad de
las instituciones.
Sin
embargo, queda por comprender cmo y por qu un partido que fue
capaz de resistir la represin exterminista del pinochetismo12 bajo el imperio
del terror estatal, y sigui siendo, junto a la Iglesia Catlica, la Democracia
Cristiana y varias corrientes socialistas, un actor principal de la reconstruccin
del social y poltico antidictatorial del pas desde 1973 hasta mediados
tejido
de la dcada de 1980; no fuera, en cambio, capaz de resistir las operaciones

polticas que en los aos siguientes apuntaron a


marginarlo de un
papel se

mejante durante la transicin a la democracia.


Parece muy insuficiente derivar directa y nicamente del derrumbe del
comunismo sovitico, la declinacin de la influencia poltica, social y cultural
de los comunistas chilenos desde esos aos. Aunque el final de la experiencia

"
He acuado el concepto de nacional-globalismo para caracterizar al rgimen de Augusto
Pinochet, por la convergencia en su discurso y en sus prcticas entre un cerrado nacionalismo
militarista de rasgos totalitarios, por una parte, y una conviccin de que la grandeza de la nacin

requera la plena apertura de Chile al capitalismo global, por la otra.


12
Los integrantes del Partido Comunista de Chile fueron uno de los
principales blancos
del policidio perpetrado por la dictadura pinochetista. Siguiendo a Steve Stern, denominamos
policidio a un "proyecto sistemtico tendiente a destruir todo un modo de practicar y de entender
la poltica y el gobierno" que "incluye el exterminio sistemtico de grupos especficos que son

puestos en la mira" junto a otras acciones "destinadas a generalizar el terror" y a "la construccin
de una cultura del miedo y de la fragmentacin". Steve J. Stern, Remembering Pinochet's Chile. On
the Eve ofLondon 1998, p. 180. Mediante ese "rgimen de violencia y miedo sistemticos [...] las
anteriores formas [democrticas] (...) podan ser aniquiladas y reemplazadas por un modo de

gobernar' tecnocrtico y autoritario." (op. cit., p. 31).

21
sovitica priv al comunismo en todo el mundo del alcance global que le otor
gaba material y simblicamente la asociacin de esa ideologa a una de las
dos superpotencias mundiales; la muy diferente suerte posterior de diferentes
partidos comunistas a travs del globo, conduce a buscar en cada uno de ellos
y particularmente en su propia capacidad de evolucionar o mutar respecto
del paradigma sovitico -ese camino al porvenir que en lugar de encontrarse
con la utopa acab estrellndose con la historia-, las claves de sus diversas
trayectorias13.
Comenzar bsqueda y responder a esas interrogantes es lo que in
esa

tentamos hacer
largo de la investigacin que hemos volcado en estas
a lo

pginas, convencidos tanto de que es en el mbito de la ideologa donde

pueden encontrarse las mayores debilidades del comunismo chileno a lo


largo de su historia y, particularmente, durante la transicin de la dictadura
a la democracia, as como conscientes de
que una respuesta ms integral a
las preguntas que nos hemos planteado requiere articular los resultados de
esta investigacin con ms indagaciones acerca del imaginario complejo y
de las multifceticas prcticas que los comunistas chilenos -y tambin los

13
En ese sentido, es interesante el contraste que puede observarse entre los partidos co
munistas chileno e italiano,
pues ste -que se haba ido distanciando del paradigma sovitico
durante dcadas- encuentra en el derrumbe de la URSS
y en el fin de los bloques de la guerra
fra en
Europa, junto al desplome en Italia del sistema poltico basado en la hegemona dem
crata cristiana, la oportunidad para convertir el sostenido respaldo ciudadano de que gozaba en

opcin de gobierno, desde una posicin hegemnica en el espacio entre el centro y la izquierda.
Claro est que para tal efecto, los comunistas italianos llevaron su distanciamiento del paradigma
sovitico hasta la superacin de su propio comunismo, transformndose en demcratas de izquierda

postcomunistas. No obstante, incluso el sector minoritario que continu reivindicando la denomi


nacin de comunista,
propuso se una refundacin ideolgica que lo alejara de elementos claves
del comunismo del siglo xx, al ir asumiendo, por ejemplo, una visin integralmente no violenta
del cambio social.
Los mayores partidos comunistas sudamericano y europeo occidental, que correran suertes
tan distintas en la ltima dcada del siglo pasado, haban seguido anteriormente una trayectoria

poltica largamente semejante respecto a la valoracin de la va pacfica o no armada al socialismo,


de la diversidad de caminos nacionales, de las alianzas amplias y de la democracia pluralista, que
slo comenzara a bifurcarse cuando el partido chileno tomara posicin junto a los soviticos en

contra del eurocomunismo en los aos siguientes al golpe de 1973. Desde un


punto de vista ideo

lgico, es
posible rastrear los antecedentes de esa bifurcacin en un diferente posicionamiento
respecto al liderazgo sovitico del comunismo mundial que se manifestara ya entre ambos par
tidos en torno a la invasin a Checoeslovaquia en 1968 y a la conferencia mundial de partidos
comunistas de 1969 en Mosc.
Sobre la trayectoria del PCI, cfr. Albertina Vittoria, Storia del PCI. 1921-1991; Silvio Pons,
'

Berlinguer e la fine del comunismo; Adriano Guerra, Comunismi e comunisti. Dalle 'svolta di Togliatli e
Stalin del 1944 al crollo del comunismo democrtico y Aldo Schiavone, Iconti del comunismo. Respecto
a los vnculos entre el comunismo chileno e italiano, cfr. AA. W, / comunisti ilalini e il Cite;
Eric Hobsbawm y Giorgio Napolitano, The Italian Road to Socialism y el sobresaliente trabajo
de Alessandro Santoni, La via cilena al socialismo nella riflessione del PCI. Un mito per una strategia

poltica (1960-1973).

22
poscomunistas14- han compartido en la poca estudiada y en el contexto de
sus interacciones con los dems sujetos que le han ido dando forma al Chile
actual15.

u
Llamo poscomunistas a quienes, habiendo sido comunistas y dejado de serlo, hacen de
su elaboracin de la experiencia vivida del comunismo un
componente significativo de sus
pos
teriores identidades polticas.
15
Eso esas porque la comprensin histrica de la subjetividad de un grupo humano no

se
agota en el mbito discursivo ni en la sola dimensin de lo cultural ni en el puro interior
de ese
grupo. Se hace necesario, entonces, relacionaresa
subjetividad con el conjunto de los
procesos culturales, sociales, polticos y econmicos que conforman el contexto histrico en el
cual aqulla se crea y sobre el cual, a su vez, acta. Esa relacin compleja entre sujetos e historia

exige preguntarse acerca de las acciones y prcticas que aqullos desarrollan -impulsados por
los imperativos a que su imaginario da forma- al interior de ese marco histrico (estructural y

coyuntural) que les impone presiones y lmites, marco que -a su vez- ha sido conformado por la
interaccin desigual y conflictiva de los diversos sujetos que comparten una misma historicidad.
Cfr. Raymond Williams, Marxismo y literatura.
En ese sentido, en el mbito que nos ocupa, an queda mucho trabajo por seguir hacien
do en la perspectiva socio-cultural planteada por Roger Chartier en oposicin a "las abruptas
formulaciones del linguistic turn, que considera que no existen ms que los juegos de lenguaje y

que no hay realidad fuera de los discursos". Se trata de "articular la construccin discursiva del
mundo social con la construccin social de los discursos. O, dicho de otro modo, de inscribir la

comprensin de los diversos enunciados que modelan las realidades dentro de coacciones obje
tivas que, a la vez, limitan y hacen posible su enunciacin". Roger Chartier, Escribir las prcticas.
Foucault, de Certeau, Marin, pp. 7-8.

23
AGRADECIMIENTOS

Como esta investigacin, considerando su protohistoria, se ha desarrollado du


rante un
largo tiempo, han sido muchas las personas e instituciones que han
en ella, dndome su
incidido apoyo y motivos para seguir adelante, cuando
las circunstancias han sido adversas mi voluntad ha
flaqueado.
o

Quiero dedicar este libro


querida hija Paula, cuya llegada a la vida
a mi
coincidiera con las primeras reflexiones que aos despus me conduciran
a esta
investigacin, aunque s que ella -con su sensibilidad de psicloga
clnica- leera con ms gusto historias donde la subjetividad de las personas
y la rica diversidad de los imaginarios sociales lograran expresarse de un
modo que no lo hacen en estas pginas, en las cuales quedan ensombreci
das por el discurso ideolgico institucionalizado que ha sido mi objeto de
estudio.

Quiero agradecerle ella, a toda mi familia y a las amigas y amigos que


a

siempre han estado


conmigo en esta larga travesa, porque su afecto ha sido el
principal combustible que me ha impulsado en estos aos de reflexin, lectura
y escritura que, por fin!, estoy logrando materializar en este libro.
A mis estudiantes, colegas y colaboradores con quienes he compartido

largas conversaciones y lecturas que han contribuido a hacer realidad este

libro, les expreso tambin mi gratitud.


Quiero agradecer de modo muy especial a la Fundacin Ford, as como
al FONDECYT y al Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Cat
Chile, cuyo respaldo me ha permitido dedicar algo de mi tiempo
lica de
entre 1998 y 2003 a las investigaciones y reflexiones que han hecho posible
la escritura de la tesis y, posteriormente, del libro que sobre esa base ahora

publico.
Particularmente, quiero agradecer a
quienes leyeron la primera versin
de este texto con acuciosidad einters y tuvieron la generosidad de compartir

conmigo agudos
extensos y comentarios que con seguridad han contribuido a

mejorarlo. Los hago tan solidariamente responsables de todo lo logrado, como


libres de toda responsabilidad respecto de los vacos que subsistan.
Por ello, agradezco a los integrantes del tribunal ante el cual defendiera
mi tesis en la Universitat de Valencia.
A Ismael Saz Campos, por la lucidez de sus crticas y por compartir su
sabidura con
rigor historiogrfico como afecto y generosidad.
tanto
A Nuria Tabanera Garca, por exigirme como colega y amiga esforzarme

por lograr estar a la altura de mis capacidades.

25
A Julio Prez Serrano, Antonio Nadal Snchez yjos Luis Martn Ramos,
por hacerme ver fortalezas y debilidades que me han ayudado mucho a escribir
esta nueva versin.

Asimismo, agradezco por su lectura y sugerencias al texto original a Anne


Perotin-Dumon, amiga y colega a la que tanto debe mi trabajo como historiador
durante la ltima dcada.
Tambin agradezco su lectura y sugerencias a Joaqun Fermandois, con
quien largo de ms de tres dcadas he llegado a apreciar lo enriquecedor
a lo
de contrastar miradas divergentes, animadas por una pasin compartida por
el conocimiento y la experiencia del mundo contemporneo.
Mi gratitud tambin a Augusto Varas, que ley una primersima versin de
este trabajo en 1999. Y a Olga Ulianova, con quien hemos compartido largos
aos de investigacin y reflexin en torno a todos los temas involucrados en

este libro.
La escritura de esta versin final recibi un fuerte impulso durante mi
estada de investigacin en el CRALMI de la Universit Paris-1 Panthon-
Sorbonne en
mayo de 2006, y particularmente de la participacin en el
seminario dirigido por Annick Lemprire, "L'Amrique Latine et le monde
ibrique, xixe-xxe sicles: Etat, dynamiques politiques etmutations culturelles.
Esas actividades formaron parte del proyecto de intercambio regular ECOS
-

CONICYT C04H02 "Estado, cultura escrita y violencia: construccin y


controversias de la legitimidad en Chile (siglos xix y xx)".
fue muy estimulante la participacin en el Workshop: Chilean
Asimismo,
Shadows. The International Repercussions of the 1973 Chilean Coup, realizado
en la Universit de Bologna en noviembre de 2006, al
que fuera invitado por
Mario del Pero y Loris Zanatta. Igualmente motivador fue participar en enero
de 2007 en el Colloque international: La notion de revolucin en Amrique
latine,19e-20e sicles, 26-27 janvier 2007, organizado por el CRALMI en
Pars y al que fuera invitado por Eugenia Paleraki.
La estada como profesor visitante en el Dipartimento di Storia Moderna e

Contempornea de la Facolt di Lettere e Filosofa de la Universit degli Studi


di Genova, entre octubre y noviembre de 2007, en el marco de la Ctedra
Mazzini establecida por esa universidad con la Pontificia Universidad Catlica
de Chile, junto al estmulo intelectual y la hospitalidad recibida especialmente
de mis colegas Antonio Gibelli, Fiero Conti y Laura Rossi, hicieron posible
que finalmente haya logrado poner el punto final a este trabajo.
A Toms Moulian le debo no slo el haberme iniciado hace ya largo tiem

po en el estudio de la dimensin ideolgica de la poltica chilena en el siglo


XX sino, tambin, el que -gracias a un afortunado encuentro hace un
par de
inviernos en un
parque uono- me haya dado el impulso final que requera
para decidirme a
publicar este libro en su versin actual.
A Rafael Sagredo, le agradezco no haber cejado en su demanda reiterada
de que no demorara ms la transformacin de la tesis en libro.

26
A mi amigo FranciscoArgote, mi gratitud por su acuciosa lectura del ma
nuscrito y sus acertadas sugerencias de estilo. Y a Marisol Vidal, mi aprecio

por su trabajo que le dio forma definitiva al texto digital.


Finalmente, quiero agradecer a mi profesor director y querido amigo
Joan Alczar i Garrido, junto a todos los y las colegas del departamento de
Historia Contempornea de la Universitat de Valencia que me han brindado
no slo sus conocimientos, tambin su confianza
y amistad, desde que llegara
en su
primavera de 1992 para participar en el Encuentro con Amrica Latina.
Ese encuentro se ha hecho
permanente y se ha transformado en parte muy
importante de mi vida acadmica y personal, haciendo de la avenida Blasco
Ibez un espacio humano al que siempre deseo regresar.

27
INTRODUCCIN

UNA HISTORIA ENTRE EL PASADO Y EL PRESENTE

Al poner el foco en el perodo que transcurre entre 1986 y 2000, este libro
quiere ser una contribucin al conocimiento de la dimensin ideolgica de la
resistencia a la dictadura de Augusto Pinochet y de la transicin chilena a la
democracia, as como de su imbricacin multidimensional con los procesos
globales que se estaban
desplegando simultneamente.
Ello hace que esta investigacin sea un trabajo de historia del tiempo presente,
lo cual exige enfrentar los principales problemas que la actualidad y el pasado
reciente plantean al hacerlos objetos de estudio historiogrfico; comenzando

por la tensin entre historia vivida, memoria e historiografa, y siguiendo por


la indispensable distincin y la inevitable imbricacin entre la elaboracin de
las propias experiencias y el anlisis de procesos an en desarrollo respecto a

cuyo futuro el historiador -que


curso es tambin persona y ciudadano- abriga
deseos y temores16.
Estos problemas se agudizan si, como sucede en el caso chileno, el pasado
reciente ha sido un
tiempo de antagonismos ideolgicos y sociales, de violen
cia y terror estatal cuya sombra se proyecta hasta la actualidad en los legados
autoritarios que una larga transicin a la democracia an no ha logrado o tal
vez
ya no logr superar.
Con todo, concluimos investigacin convencidos de que a tres dcadas
esta

y media del golpe que parti dos la historia del siglo XX chileno, a cerca de
en

"'
Por otra parte, al optar por unos temas y asumir unas
perspectivas interpretativas inciden

poderosamente, junto a las particulares motivaciones, preferencias u obsesiones de cada historiador,


las condiciones para la investigacin y la escritura de la historia en las cuales se ha desenvuelto. Entre
estas condiciones, se puede distinguir, simplificando un poco, entre las internas y externas al sujeto.

Las primeras son susceptibles de ser alcanzadas por el propio individuo y tienen que ver, en el caso
del historiador, logro -a travs del estudio y la experiencia del oficio- de la competencia para
con el
construir objetos
sus estudio, formular sus hiptesis, seleccionar sus fuentes e interrogarlas, y,
de
finalmente, exponer los resultados de su investigacin. Las segundas, que condicionan o afectan en
buena medida a las primeras, en cuanto stas se resienten si no se desarrollan en un medio propicio,
son bsicamente institucionales y, en consecuencia, estn ms all del alcance de cada individuo y
en
algunas circunstancias -como las sufridas por el mundo acadmico bajo la dictadura chilena y
su
pesado legado que se ha proyectado hasta nuestros das afectan- incluso a varias generaciones.
Estas condiciones conforman la organizacin de la disciplina histrica en una sociedad en una
determinada poca y se relacionan con el conjunto de la institucionalidad cultural de esa sociedad
y con las relaciones de poder que en ella se manifiestan.
Cfr., Riquelme Segovia, op.cl, 1982 y
"Actualidad...", op. cit. y "Entrevista", op. cit. Cfr. tambin Fulbrook, op. cit,.

29
dos dcadas del inicio de la prolongada y compleja transicin a la democracia
y bien avanzados en la primera dcada del nuevo siglo, ya libres de la mala
sombra de la dictadura, es necesario
que la historiografa aporte cada vez ms
argumentos y afirmaciones verificables a la formacin de una memoria y una

conciencia histrica acerca de lo vivido en nuestro tiempo1'.


Para tal efecto, cuando la memoria y la elaboracin de las experiencias
aun

de ese
pasado reciente son parte de nuestra propia identidad y estn en el

origen de la eleccin del tema de esta investigacin e inciden inevitablemen


te el tratamiento que le damos, hemos hecho un esfuerzo por distinguir
en

entre nuestros recuerdos y sentimientos personales, por una parle, y nuestra

aproximacin al tema desde la historiografa, por la otra.


Es por ello que nos apartamos de un enfoque identitario que se relacione
con la historia reciente preferentemente desde los procesos de memoria co
a los
rrespondientes segmentos de la sociedad a los que sentimos pertenecer,
confundiendo la actualizacin de los recuerdos y sentimientos que dan forma
a nuestras identidades colectivas con el conocimiento histrico.
Optamos, en
cambio, por una perspectiva explicativa y comprensiva sustentada fuertemente
en la evidencia documental, sobre
cuya base pueden empezar a construirse
interpretaciones slidamente fundadas, susceptibles de ser consideradas tanto
por quienes han compartido, como
por quienes no han compartido nuestras
vivencias de la historia reciente 1K.
En el caso de esta investigacin, una de nuestras motivaciones
principales
ha sido contribuir al conocimiento de la dimensinideolgica nacional y global
de la transicin. Ms precisamente, queremos comprender algo de lo que en el
mbito de las ideologas hizo posible poner fin a la dictadura y, sin embargo,

configurar una democracia severamente limitada hasta la actualidad19.

"
Acerca de las diversas
expresiones que forman la memoria y la conciencia histrica de

procesos contemporneos traumticos, cfr. Paloma Aguilar Fernndez, Memoria y olvido de la guerra
civil espaola. Para una reflexin terica y metodolgica sobre los problemas y perspectivas que
involcrala transformacin del llamado tiempo presente en objeto de estudiohistoriografa:), como
la particular fuerza con
que se
plantea la tensin entre objetividad y subjetividad, o entre cono
cimiento y voluntad, as tambin las dificultades inherentes al anlisis de procesos an en
como

desarrollo, cfr. Institu d' Histoire du Temps Prsent, Ecrire Thisloire du temps prsenl;)osex\m. Cuesta,
Historia del presente; Joan del Alczar i Garrido, "Las nuevas fuentes documentales en el estudio
de la historia presente de Amrica Latina". Cfr., tambin Alfredo Riquelme Segovia, "Sociedad
chilena y crmenes de lesa humanidad. Notas histrico-ticas acerca de una tragedia", pp. 17-20.
18
Cfr., Eric J. Hobsbawm, "La historia de la identidad no es suficiente", pp. 266-276.
'''
Sobre la dictadura de Augusto Pinochet y la transicin a la democracia en Chile existe una
muy amplia bibliografa, de la cual destacamos Gabriel Salazar yjulio Pinto, Historia contempornea
de Chile, tomo u; Simn Collier y William F. Sater, Historia de Chile 1808-1994, pp. 307-332; Sofa
Correa el al, Historia del siglo xx chileno; Alan Angel, Chile de Alessandri a Pinochet: en busca de la utopa:,
Mario Garcs et al. (comps.), Memoria para un nuevo
siglo; Lomas Moulian, Chile actual: Anatoma de
un mito; Ascanio Cavallo al, La historia oculta del rgimen militar, Carlos Huneeus, El rgimen de
et

Pinochet; Cristian Gazmuri, La persistencia de la memoria. Reflexiones de un civil sobre la dictadura; Arturo
Fontafne Talavera, "Sobre el pecado original de la transformacin capitalista chilena", pp. 93-139; Paul

30
Tenemos la conviccin de que esos Kmites de la transicin, as como la
consolidacin desde 1990 de un sistema poltico insuficientemente democrtico,
junto a una relacin de poder social heredada de la generalmente denominada
revolucin neoliberal -y que con ms propiedad podramos llamar metamorfosis
social- darwinista de la sociedad chilena20- impuesta por el rgimen nacional-
globalista de Augusto Pinochet, se relacionan con la debilidad de las opciones
polticas de izquierda y de sus fundamentos ideolgicos en el Chile actual.
Pensamos, asimismo, que a esa debilidad no le ha sido ajena la marginacin del
comunismo de la corriente principal de la vida poltica chilena, proceso que se
iniciara en 1986 y cuyos fundamentos ideolgicos hemos querido investigar21.

Drake & Ivnjaksic (eds.), El difcil camino hacia la democracia en Chile 1982-1990, Ascanio Cavallo,
La historia oculta de la transicin; Cristian Toloza y Eugenio Lahera (eds.), Chile en los noventa; Gonzalo
Cceres, "El 'modelo chileno': producto de la interseccin entre dictadura y democracia (1975-
un

1998)"; Paul Drake & Ivnjaksic (comps.), El modelo chileno. Democracia y desarrollo en los 90, Amparo
Menndez-Carrin y Alfredo Joignant, La caja de Pandora. El Retorno de la transicin chilena; Felipe
Portales, Chile: una democracia tutelada; Alexander Wilde, "Irruptions of Memory: Expressive Politics
in Chile's Transition to Democracy", pp. 4-73-500; Francisco Nicols: "De la memoria contenida al
estallido del recuerdo. Memorias colectivas en torno a la Unidad Popular y la dictadura militar en
el Chile de los 90"; Arme Protin-Dumon, El pasado vivo de Chile en el ao del Informe sobre la Tortura;
Carolina Garca Gonzlez: El peso de la memoria en los inicios de la transicin a la democracia en Chile.
1987-1988. Sobre los partidos polticos chilenos durante la dictadura y la transicin, cfr., Samuel
Valenzuela & Arturo Valenzuela (eds.): Military Rule in Chile. Dictatorship and Oppositions, Samuel
Valenzuela & Arturo Valenzuela, "Partidos de oposicin bajo el rgimen autoritario chileno"; Brian
Loveman, "The Political Left in Chile, 1973-1990"; Manuel Antonio Garretn, "La oposicin poltica
y el sistema partidario en el rgimen militar chileno. Un proceso de aprendizaje para la transicin",
pp. 391-454; Mireya Dvila, Historia de las ideas de la renovacin socialista, 1974-1989; Carlos Bascun,
La izquierda sin Allende; Eugenio Ortega Frei, Historia de una Alianza Poltica. El Partido Socialista de
Chile y el Partido Demcrata Cristiano. 1973- 1988; Eugenio Ortega Frei, El Partido Demcrata Cristiano
en elPerodo: 1973-1990; Carolina
Torrejn, Brumas: el MAPU-OC bajo el autoritarismo y en clandesti
nidad. Del golpe militar a la extincin de la Unidad Popular (1973-1979); Luis Corvaln Mrquez, Del

anticapitalismo al neoliberalismo en Chile, Ricardo A. Yocelevsky, Chile: partidos polticos, democracia y


dictadura. 1970-1990. En una perspectiva latinoamericana que considera el caso chileno cfr., Jos

Rodrguez Elizondo, Crisis y renovacin de las izquierdas. Sobre nuestra visin de la transicin chilena
a la democracia, cfr. Alfredo
Riquelme Segovia, "Los mrgenes de la transicin y la democracia
desencantada", pp. 211-229; Alfredo Riquelme Segovia, "VotingforNobody in Chile's New Demo
cracy", pp. 31-33; Alfredo Riquelme Segovia, "Quines y por qu 'no estn ni ah'. Marginacin
y/o automarginacin en la democracia transicional. Chile. 1988-1997", pp. 26L279. Para una visin
de la transicin en la trayectoria del Chile contemporneo, cfr., Alfredo Riquelme, "Introduccin",

pp. 9-14. Para una mirada al contexto ideolgico latinoamericano y global de la transicin, cfr.,
Alfredo Riquelme Segovia, "Historia y actualidad de los derechos humanos en Amrica Latina.
Una mirada desde Chile", pp. 127-148.
20
Llamamos social-darwinismo a una visin ideolgica que lleva al extremo la creencia segn la
cual la riqueza y el progreso de las naciones puede surgir slo de un sistema econmico caracterizado

por la competencia entre emprendedores y la acumulacin privada del capital guiadas por el afn
de lucro, defendiendo la existencia de un mercado libre de regulaciones estatales o sociales como
lamejor arena para el despliegue de esa lucha despiadada orientada a la sobrevivencia de los ms aptos,
que sera el equivalente social del mecanismo de la evolucin de las especies en la naturaleza.
21
Por supuesto, esa debilidad de la izquierda histrica chilena no incumbe slo al comunismo.
De otro modo, se ha manifestado tambin en el socialismo que -pese a su condicin de partido de

31
La interseccin multidimensional

entre lo nacional y lo global

La investigacin cuyos resultados presento en este libro, ha tenido como


propsito contribuir al conocimiento y la comprensin de los vnculos entre
la transicin a la democracia en Chile y el entorno ideolgico global de las
ltimas dos dcadas del siglo xx caracterizadas por el final de la llamada Guerra
Fra y el comienzo de la poca actual. Ms que una mirada comparativa o un
anlisis de las llamadas influencias externas en la cual los actores nacionales
de los pases perifricos sean
presentados como meros
receptores de aqullas,
hemos intentado entender un fenmeno como la transicin chilena a la demo
cracia la interseccin multidimensional de procesos histricos nacionales,
en

regionales y globales de los que forma parte y que tambin ha contribuido


a
configurar, en los cuales las fronteras entre lo interno y lo externo tienden
a difuminarse. Tambin hemos procurado insertar esa interaccin entre lo

nacional, lo regional y lo global en una


perspectiva de mayor duracin que
se extiende a todo el siglo xx.

La aceleracin y profundizacin del proceso histrico de globalizacin


durante las ltimas dcadas, ha hecho evidente la imposibilidad de concebir
los fenmenos econmicos, sociales, polticos y culturales privilegiando el
marco nacional. Desde este
punto de vista, las instituciones, valores y fen
menos
que han configurado historia contempornea de Chile slo pueden
la
ser
comprendidos en el contexto global. Ms an, la presencia de lo global
ha dejado de concebirse como externa, en cuanto incide muchas veces deci
sivamente en la propia constitucin de sujetos y en el desarrollo de procesos
tradicionalmente concebidos como nacionales. No se trata
simplemente de
considerar las relaciones internacionales de Chile como un factor
que incide
exteriormente; si no de entender cada dimensin de la historia nacional im
bricada en otras historias, as como de comprender la incidencia de nuestra
historia en stas22.
Desde esa
perspectiva, intentamos pensar los procesos polticos del siglo
XX chileno en su relacin con los fenmenos ideolgicos de carcter global

gobierno durante ya dieciocho aos y de que un hombre y una mujer de sus filas han presidido
sucesivamente la repblica desde 2000- ha logrado concitar un respaldo electoral como
partido
apenas superior al 10%.

Asimismo, la metamorfosis social- darwinista de la economa y de la sociedad chilena se ha

reificado (cfr. nota 9) en el imaginario de la sociedad mediante una red ideolgica y meditica que,
junto a la enorme asimetra de poder entre las lites y la ciudadana, orgnicamente asociada a
una
persistente desigualdad socioeconmica, se yerguen como un obstculo formidable no slo a
cambios de carcter revolucionario, sino a cada avance social democrtico que se ha empendido
o se intenta
emprender desde el Estado o la sociedad civil en el Chile actual.
22
Para profundizar el tema de la globalizacin de la mirada del historiador, sus potenciali
dades y sus riesgos, cfr., Eric Foner, Who Owns History y Thomas Bender (ed.), Rethinking American

History in a Global Age

32
y regional de los que forman parte y que han incidido, a la vez, en su
propia
configuracin.
Por cierto que los procesos polticos que Chile vivi durante el siglo pa
sado no
pueden reducirse a su dimensin ideolgica y a su insercin en los
fenmenos globales y regionales de esa naturaleza, en cuanto han sido tambin
expresin de conflictos sociales endgenos y no slo ideolgicos producto de
la larga transicin todava inacabada desde una sociedad estamental domi
nada por una oligarqua hacia una sociedad capitalista democrtica en que
la desigualdad econmica y social coexiste con el ejercicio universal de la
ciudadana, as como asociados a las contradicciones inherentes a este ltimo
tipo de sociedad. Asimismo, la insercin internacional ha sido tambin multi
dimensional y, por lo tanto, los vnculos entre la historia mundial y la historia
chilena del siglo xx han afectado tanto a la economa y la sociedad, como a
la cultura, la ideologa y la poltica23.
Con todo, la dimensin ideolgica ha sido una de las dimensiones en
que
esta interseccin entre lo nacional y lo global ha adquirido una importancia de
cisiva, lo que amerita su transformacin en objeto de estudio historiogrfico.
Desde esa perspectiva, hemos abordado el estudio de la incidencia de
uno de los principales fenmenos polticos e
ideolgicos mundiales del siglo
pasado, el comunismo, en la historia de Chile durante esa poca denominada
por Eric Hobsbawm como el siglo xx corto24, que se inicia en el mundo con la
Primera Guerra Mundial y la Revolucin Rusa, para concluir con el derrumbe
de la Unin Sovitica. En el pas estudiado, ese siglo corto comienza con los
primeros desafos a la dominacin oligrquica hacia 1920 y concluye con la
recuperacin gradual y parcial de la democracia desde 1990, en un contexto
de larga duracin caracterizado por la emergencia de una economa capitalista
moderna y de una sociedad predominantemente urbana y de masas marcada
tanto por la desigualdad como por la movilidad y el conflicto entre clases y
estamentos sociales.
El comunismo ha sido uno de los fenmenos
ideolgicos y polticos
globales en
que la interaccin entre lo nacional y lo global ha alcanzado una
particular visibilidad en el siglo xx chileno. Desde que el POS, fundado en
1912, decidiera en 1922 transformarse en el PCCh -Seccin Chilena de la
Internacional Comunista-, ste ha reivindicado su carcter de integrante de
un movimiento mundial. Por otra
parte, hasta el fin de la URSS en 1991, las

23
Para una sntesis del desarrollo histricochileno, que considera su insercin en la poltica
mundial entendida como un
proceso histrico de larga duracin, cfr. Joaqun Fermandois, Mundo
y fin de mundo: Chile en la poltica mundial 1900-2004. Cfr. tambin, Riquelme Segovia, "Introduc
como Alfredo
cin", op. cit., pp. 9-14 as Riquelme Segovia y Michelle Len Hulaud, Globalizacin.
Historia y actualidad Para una comprensin actualizada de la historia contempornea de Chile
en el contexto americano, cfr.
Joan del Alczar, Nuria Tabanera, Josep M. Santacreu y Antoni
Vlarimon, Historia contempornia d'Amrica y Leslie Bethell, ed., Historia de Amrica Latina. 15. El
Cono Sur desde 1930,
2"'
Eric Hobsbawm, The Age ofExtremes, The Short Twentieth Century, 1914-1991.

33
dems fuerzas polticas del pas criticaron, denunciaron o execraron lo que
consideraban la subordinacin de este partido a la ideologa y las polticas
soviticas, sin
perjuicio de que ellas tambin establecieran estrechos lazos con
otras potencias y otras ideologas globales.
Durante los tres aos que alcanz a durar el gobierno de Salvador Allen
de y los diecisis aos y medio de la dictadura de Augusto Pinochet que le

siguieron, la dimensin global de los procesos polticos e ideolgicos chile


nos, alcanz un desarrollo todava mayor. El alcance global que tuvo la va
chilena al socialismo del presidente Allende como intento indito de transitar
del capitalismo al socialismo en un marco
pacfico, democrtico, pluralista
y de respeto a los derechos humanos, convirti experiencia
a Chile en una

modlica para las izquierdas de Occidente y lo arroj a la primera lnea de


la confrontacin Este-Oeste y Norte-Sur. Su trgico final y la instalacin de
una dictadura
apoyada por los gobiernos republicanos de Estados Unidos y
las derechas anticomunistas del mundo, a la vez que execrada por un amplio
arco
global en que destacaran comunistas, socialistas y demcrata-cristianos
de todo el globo y demcratas estadounidenses, situ a Chile en el centro de
la preocupacin mundial. El exilio masivo de dirigentes y militantes de la
izquierda chilena por cinco continentes, as como la imperiosa necesidad de
los partidos opositores a la dictadura de contar con respaldo exterior, que tuvo
su
contrapartida en la internacionalizacin de la persecucin de los opositores
y el establecimiento de vnculos con la ultraderecha mundial por parte del
rgimen, no hizo ms que hacer mucho ms densos los vnculos polticos e
ideolgicos entre Chile y el mundo.
La densidad de esos vnculos polticos e ideolgicos muy diversos y

que han empujado hacia direcciones diferentes e incluso opuestas, ha con


tinuado durante la larga transicin, en el contexto mundial de posguerra
fra y de aceleracin de la globalizacin de la economa y de las comuni
caciones2''.
En este trabajo nos centraremos en el estudio del contexto ideolgico
global queen se la democracia y, parti
desenvuelve la transicin chilena a

cularmente en la relacin que existe entre las caractersticas de este proceso

poltico nacional y la decadencia y derrumbe de las experiencias comunistas


en
Europa del Este y la URSS.
Esa relacin la estudiaremos a travs del anlisis del discurso pblico del
PCCh, decir,
es del actor
poltico que constituye principal el eslabn entre
el comunismo mundial y el sistema poltico chileno, en el cual se manifiesta

por lo tanto con particular fuerza y claridad la incidencia de la decadencia


y derrumbe de aqul en su deriva ideolgica y poltica. Es por eso que estu
diaremos su trayectoria entre 1986 y 2000, tal como se refleja en el discurso
pblico de los comunistas chilenos, as como las posiciones y opciones que

25
Cfr. Riquelme Segovia y Len Hulaud, op. cit.

34
los dems actorespolticos nacionales asumen respecto a aqul en ese mismo
perodo y contexto global.
Queremos advertir que este libro no pretende ser una historia de la tran
sicin a la democracia en Chile en todas sus dimensiones, ni tampoco una
historia del conjunto de la actividad del PC de este pas entre la dictadura y
la democracia. Nuestros propsitos son ms precisos: investigar la incidencia
de la decadencia y el derrumbe del comunismo a nivel global en la transicin
chilena; y, en estrecha imbricacin con lo anterior, describir y comprender
cmo la evolucin ideolgica reactiva frente a ese fenmeno global que pre
domin en el comunismo chileno durante aquellos aos contribuy a aislarlo
de los actores polticos nacionales e internacionales que protagonizaron la
transicin, socavando simultneamente su influencia en la sociedad, todo lo
cual lo convertira en un actor privado del protagonismo que haba tenido en
la historia poltica del pas desde mediados de la dcada de 1930 y que pierde
la centralidad que haba alcanzado desde que un gobierno con una alianza
socialista-comunista como eje se convirtiera en una alternativa ciertamente
posible en Chile desde 1958.

La DIMENSIN IDEOLGICA
DEL COMUNISMO

Hemos optado por estudiar la dimensin ideolgica del comunismo chileno


durante el perodo el mundo y de la transicin
del derrumbe sovitico en

a la democracia en Chile, estamos convencidos de que fue en esa


porque
dimensin donde -en ltima instancia- el PC chileno perdi la oportunidad
de ser un actor relevante de la transicin la democracia y qued relegado
a

a la marginalidad en el Chile actual. Nuestra principal hiptesis es -como ya


lo hemos esbozado- que la evolucin ideolgica reactiva que predomin en
el comunismo chileno durante esos aos fue decisiva en su aislamiento de los
actores polticos nacionales e internacionales que condujeron la transicin, as
como en el deterioro de su influencia en la sociedad.

ideolgica es susceptible de ser investigada mediante el


Esa evolucin
anlisis del discurso pblico del PCCh. Para tal efecto, hemos revisado los
documentos oficiales del partido y los escritos polticos de sus dirigentes; sus

publicaciones peridicas; las declaraciones y entrevistas en que se expresaron


los puntos de vista de sus dirigentes, voceros y militantes en los principales
medios de comunicacin escritos; las memorias, testimonios y, reflexiones

publicadospor destacados comunistas. Asimismo, hemos consultado las opi


niones acerca del comunismo de los dems actores de la poltica chilena de la
poca. Tambin hemos revisado el mismo tipo de fuentes correspondientes a
perodos anteriores, en la medida que contribuyen a situar el anlisis en una

trayectoria ms larga.

35
Las fuentes documentales que hemos utilizado corresponden, en el caso
de las anteriores a
septiembre de 1973, a folletos archivados en la Biblioteca
del Congreso Nacional, como tambin a recopilaciones de documentos pu
blicadas por el propio partido o por estudiosos del tema. En el caso de las
correspondientes al perodo entre septiembre de 1973 y 1989, la mayor parte
de los documentos provienen de mi archivo personal, compuesto por cientos
de documentos referentes al desarrollo poltico chileno bajo la dictadura de
Augusto Pinochet que, dada la condicin ilegal o clandestina de la mayora
de ellos no fueron conservados en las bibliotecas o archivos estatales. Aunque
desde la dcada de 1990 y hasta la actualidad, se han desarrollado diversos
esfuerzos para poner a disposicin de los investigadores la documentacin po

producida durante esos aos21', nuestra investigacin se ha basado


ltica y social
principalmente en mi propio archivo debido a la obvia coincidencia entre los
criterios de seleccin de los documentos incluidos en ste
y los intereses de
conocimiento que han guiado esta investigacin. Las fuentes documentales
utilizadas para analizar las posiciones frente al comunismo de otros actores
polticos provienen tambin de mi propio archivo, as como del Archivo de
la Corporacin Justicia y Democracia.
Entre las fuentes hemerogrficas utilizadas, cabe destacar en primer lugar
al peridico El Siglo, rgano del PCCh fundado en 1940, y Principios, creada
en 1939 como revista terica del Comit Central del
partido. Ambas publica
ciones expresan en sus editoriales,
opiniones y artculos, los puntos de vista
oficiales del PC. Asimismo, incluyen en sus pginas o como suplementos, los
principales documentos oficiales del comunismo chileno y del movimiento
comunista mundial. Durante la dictadura de Augusto Pinochet, El Siglo y Prin
cipios se continuaron publicando en Chile de manera clandestina, perdiendo
laperiodicidad diaria y mensual que tuvieron anteriormente. Entre 1978 y
1989, tuvo gran importancia en el imaginario comunista chileno la revista
cultural del exilio Araucaria deChile, publicada en Pars y Madrid y dirigida
por Volodia Teitelboim. Entre 1989 y 1994, el PC particip en la conduccin
de la revista cultural Pluma y Pincel, la cual tambin ha sido considerada en
nuestra investigacin.
Otras fuentes hemerogrficas corresponden a revistas de oposicin al

rgimen militar creadas como publicaciones de circulacin restringida, pero


no
ilegales, como APSI en 1976 y Anlisis en 1977. Estas publicaciones se
transformaran enmedios de comunicacin masivos desde 1983 y en ellas se
publicaran reportajes sobre el PC, entrevistas a sus voceros y dirigentes, e

26
En este campo, destaca la labor de la Fundacin Archivo de la Vicara de la Solidaridad
del Arzobispado de Santiago, dirigida por Mara Paz Vergara, que ha puesto a disposicin de los
investigadores el rico acervo documental de esa organizacin defensora de los derechos huma
nos. Posteriormente, FLACSO cre el Fondo Documental
Eugenio Ruiz Tagle, coordinado por
Carolina Torrejn, que reuni documentacin poltica correspondiente a ese perodo, ponindola
a
disposicin de los investigadores.

36
incluso inserciones de manifiestos o documentos de ese
y otros partidos ilegales.
Desde fines de 1986, estas revistas daran tambin espacio a las expresiones
de disidencia al interior del comunismo.
Desde 1989, los documentos partidarios volvieron a
publicarse en su

integridad en las
pginas de las
publicaciones peridicas Siglo y oficiales El
Principios, las que recuperaron su legalidad al terminar la dictadura. El debate
pblico entre la direccin comunista y sus detractores encontr una amplia
acogida tambin en los principales diarios nacionales, como el conservador
El Mercurio y La poca, de orientacin concertacionista y que se public entre
abril de 1987 y julio de 1998.
Las fuentes bibliogrficas que hemos utilizado corresponden a memorias,
testimonios y ensayos publicados por quienes son o fueron dirigentes y militan
tes del PC chileno, ascomo
por ex comunistas y por adversarios o enemigos
del comunismo en Chile. Tambin hemos considerado textos publicados en
otros pasesque ilustran acerca de la ideologa que comparta el PCCh.
Un problema que enfrentamos al abordar este trabajo fue la simultnea
abundancia de algunas e inaccesibilidad de otras de las fuentes primarias en

las cuales queramos sustentar nuestra investigacin. La enorme masa de do


cumentacin relativa a los temas de esta investigacin, se encuentra dispersa,
siendo en muchos casos difcil el acceso a ella. Los documentos oficiales y las

publicaciones peridicas partidarias del rgimen militar o que ste toleraba


y someta a censura, son fcilmente accesibles en los archivos y bibliotecas
pblicas. En cambio, otros testimonios fundamentales para estudiar la historia
de ese
perodo continan todava siendo de muy difcil acceso. Ello nos oblig
a dedicar una
larga primera fase de nuestro trabajo a realizar la bsqueda,
acopio, ordenacin y seleccin de esos recursos documentales, comenzando
por la sistematizacin de las fuentes que habamos ido conservando en nuestro

propio archivo.
Nuestro anlisis interpretacin se ha construido tambin sobre la base
e

del conocimiento de las investigaciones existentes sobre diversos aspectos de


la historia del comunismo chileno, as como acerca de la transicin a la de
mocracia en Chile y la evolucin del comunismo como movimiento poltico
e
ideolgico global durante el siglo XX.
La interpretacin de la ideologa comunista enfrenta un
conjunto de
obstculos metodolgicos especficos, que preciso considerar para intentar
es

sortearlos con xito. El hecho de que el comunismo, tanto a nivel nacional como
mundial, fuera hasta la
segunda mitad de la dcada de 1980, un protagonista
de la disputa hegemnica global en los mbitos poltico y social, haca de la
interpretacin de su discurso y de sus actos no slo un tema acadmico, sino
parte de la propia lucha por el poder en el mundo. As, los comunismos y los
anticomunismos extendan su visin hegemnica al mbito acadmico.
En este sentido, nos parece que la perspectiva de Moshe Lewin acerca
del anlisis de la URSS y el anticomunismo, puede aplicarse al comunismo

37
mundial conjunto. El
en su autor de La Formation du systeme sovitique1' y de La
Grande Mutation2", advierte acerca de la estrecha imbricacin entre el anlisis
acadmico de este fenmeno y el anticomunismo ideolgico. Seala los errores

consistentes en "tomar al anticomunismo como un anlisis" v de "'estalinizar'


todo el fenmeno, que de esa forma pasara a ser un
'gulag' del principio al
fin". Y concluye:

"El anticomunismo no es un mtodo de investigacin: es una


ideologa que
trata de hacer creer en su carcter cientfico. No slo no ve ciertas realida
des, sino que, al agitar permanentemente el estandarte de la democracia,
lo que hace en realidad es utilizar el rgimen dictatorial del enemigo para
favorecer las causas conservadoras"-'1.

Un fenmeno simtricamente inverso era el que caracterizaba a los estudios


sobre el comunismo que estaban orientados por la voluntad de descubrir en
su historia los
problemas de ese movimiento mundial o de algunas de sus ex
presiones regionales o nacionales para realizar sus objetivos de transformacin
poltica y social, analizados a partir de sus propias premisas y finalidades, las
cuales eran asumidas sin problematizarlas.
Es por eso
que, a nuestro juicio, no cabe ms que coincidir con
Philippe
Buton, cuando afirma que "el propio campo cientfico estaba contaminado por
las expectativas polticas de unos o de otros"30. Lo que s
parece requiere nos

una
mayor reflexin es su afirmacin
respecto que esas contaminaciones a

subsisten en la actualidad de modo ms atenuado. Que "el campo cientfico


del comunismo est laicizado en lo esencial"" nos
parece algo que todava
debe ser
problematizado l2.

2'
Moshe Lewin, La Formation du systeme sovitique.
2S
Moshe Lewin, La Grande Mutation.
29
Moshe Lewin, en Le Monde Diplomatique, Chile, abril 2002.
'"
Philippe Buton, "L'entretien entre Maurice Thorez etjoseph Staline du 19 novembre 1944.
Mthodologie et historiographie de la stratgie communiste a la Liberation", p. 9. Traducido por
Alfredo Riquelme.
"
Ibid.
12
Como hemos escrito con
Olga Ulianova, "el ejemplo ms claro de la tendencia a perseverar
en una
perspectiva fuertemente ideologizada de una parte de la historiografa reciente sobre el
tema, lo constituye El Libro Negro del Comunismo, editado por Stphane Courtois. Este libro colectivo
que rene diversos trabajos empricos de calidad muy diferente, es precedido de una introduccin
de Stphane Courtois, cuyo enfoque histrico-tico de condena global al comunismo desde la
perspectiva de los derechos humanos, se resiente por una interpretacin unilateral del comunismo
como
ideologa criminal, as como por la ceguera voluntaria frente a los crmenes cometidos en
nombre de la lucha anticomunista. Con todo, es importante precisar que la superacin de los
no debe confundirse con la
enfoques ideologizados negacin a dimensionar \ valorar, desde una
perspectiva histrico-tica, las glandes tragedias polticas y humanas que los comunismos en el
poder representaron durante el siglo xx. [...]. Nuestro esfuerzo quiere contribuir a
superar las
visiones unilaterales y/o unidimensionales del comunismo que predominaran durante el siglo

38
Philippe Buton ha planteado que la existencia de lagunas documentales
afect durante dcadas los estudios sobre comunismo, debido al fuerte control
que exista sobre los archivos por parte de los propios partidos comunistas,
sobre todo de aqullos que detentaban el poder. De esta manera, las fuentes
oficiales pblicas eran abundantes, mientras que las fuentes oficiales privadas
eran casi inexistentes. Por otra parte, sobre todo donde los comunistas estaban
en la
oposicin e incluso proscritos, exista otro conjunto de fuentes oficiales
privadas provenientes de archivos policiales, servicios de inteligencia u orga
nizaciones o personalidades anticomunistas. Durante la guerra fra, el acceso
a una
y otra clase de archivos dependa de los intereses polticos de quienes
respectivamente los controlaban. Esta situacin ha variado significativamente
con la
apertura de los archivos de los antiguos estados comunistas europeos
y de la URSS tras su
colapso entre 1989 y 199133.

pasado, de modo de hacerse cargo historiogrficamente de la complejidad de este vasto objeto de


estudio. A nuestro juicio, la historiografa del comunismo debe dar cabida a los significados que
aqul tuviera para quienes fueron sus adherentes y sus adversarios durante el siglo XX, pero no
puede quedar atrapada en sus antinomias reduccionistas y simplificadoras". Cfr., Olga Ulinova
y Alfredo Riquelme Segovia, Chile en los Archivos Soviticos 1922-1991. Tomol: Komintem y Chile
1922-1931. De la extensa produccin historiogrfica reciente sobre el comunismo, destacamos:

Furet, op. cit.; Ernst Nolte, Despus del comunismo; Francois Furet y Ernst Nolte. Fascismo y comunismo;
Stphane Courtois et al, El libro negro del comunismo; Michel Dreyfus et al, Le sicle des communismes;
Jerzy Holzer, El comunismo en Europa.
Entre los recientes estudios sobre determinadasexperiencias comunistas, destacamos: William
Waack, Camaradas. arquivos de Moscou. A historia secreta da revolucao brasileira de 1935; Harvey
Nos

Klehrjohn Earl Haynes and Kyrill M. Anderson, The Soviet World ofAmerican Communism; Antonio
Elorza y Marta Bizcarrondo, Queridos camaradas. La Internacional Comunista y Espaa, 19 19- 1939;

Timothy Garton Ash, El expediente. Una historia personal;John Arch Getty, La lgica del terror. Stalin
y la autodestruccin de los bolcheviques, 1932-1939. Sobre el derrumbe del comunismo y sus efectos
ideolgicos, cfr., Alfredo Riquelme S., "La revolucin rusa de 1991 y el fin de la URSS", pp. 1-5;
Blackburn (ed.), op. cit.; Marc Ferro, LEtal de toutes les russies. Les Etats et les nations de Tex-URSS;
Ricardo M. Martn de la Guardia y Guillermo A. Prez Snchez, La Unin Sovitica: de la Perestroika
a la
desintegracin; Giancarlo Bosetti (comp.), Izquierda punto cero; Jim Hoberman, The Red Atlantis.
Communist Culture in theAbsence of Communism; Lilly Marcou, El crepsculo del comunismo
33
Este libro no
incluye los documentos provenientes de esa
apertura, en cuanto el conoci
miento del discurso interno del comunismo chileno y el anlisis de sus coincidencias y diferencias
con su discurso
pblico slo comenzar a ser posible sobre la base de la vasta tarea de recupe
racin y anlisis de documentos de y sobre Chile en los archivos soviticos entre 1922
y 1991
que estamos realizando con Olga Ulinova, con el respaldo del FONDECYT. Esa investigacin
se ha desarrollado en el marco de los
proyectos FONDECYT 1970725 "Komintem e izquierda
chilena: impacto de un
proyecto global cultura poltica nacional (1922-1952)", Instituto
en una

de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago (1997-1999) y FONDECYT 1010593.


"Unin Sovitica y Chile en los aos de la Guerra Fra. El impacto del conflicto global en torno
al comunismo en los actores polticos nacionales (1947-1991)", Instituto de Estudios Avanzados de
la Universidad de Santiago (2001-2004). Los resultados de esta investigacin se irn publicando
en sucesivos tomos
bajo el ttulo Chile en los Archivos Soviticos 1922-1991, en la coleccin Fuentes
para la Historia de la Repblica, del Centro de Investigaciones Barros Arana de la Direccin de
Bibliotecas, Archivos y Museos, Santiago de Chile. El primer tomo ya ha sido publicado a la fecha
de la edicin de este libro. Cfr., Ulinova y Riquelme Segovia, op. cit. En este mismo sentido de

39
Atae a nuestra investigacin enfrentar e intentar superar la dificultad prin
cipal que Phlippe Buton advierte en el estudio de la
ideologa comunista, tanto
respecto discurso pblico como a su discurso privado, a la cual denomina
a su

"el obstculo lingstico"34. Afirma que la voluntad a la que obedece la estrategia


comunista "no puede ser percibida por la simple lectora inmediata de las pro
clamaciones oficiales comunistas". Como ejemplo, indica acertadamente que
"en toda la historia del siglo xx, ninguna revolucin comunista se ha producido

por la voluntad explcita de realizar transformaciones de naturaleza comunista


o de dar el
poder a los comunistas" '". Es por eso que los historiadores que no
quieran resignarse a repetir el discurso oficial no pueden limitarse, como ge
neralmente ha ocurrido, a la revisin de fuentes soviticas, la investigacin en
archivos privados o el recurso a fuentes orales privilegiando los testimonios de
militantes
o de
quienes hayan roto con el partido. Deben hacerse cargo de "la
asimilacin por los dirigentes y militantes del cdigo lingstico comunista""'.
Esa asimilacin explica por qu los textos internos son fieles, en las grandes
lneas, a las proclamaciones pblicas. En sus
palabras:

"todos los dirigentes comunistas han sido formados a travs de largos aos
de militancia, seleccionados mediante mltiples pruebas de su comporta
miento y educados en diversas escuelas, de modo que ellos han asimilado

perfectamente esta nueva lengua, la cual en s y para ellos, no es un doble


lenguaje, sino la descripcin revolucionaria de la realidad"37.
"Por lo tanto -concluye-, creer que el trabajo del historiador se re
ducira desde ahora (apertura de los archivos soviticos) a la prctica de
microfilmar, que el oficio del historiador consistira en hacerse el portavoz
de la verdad finalmente revelada, anidada en esos documentos largo tiempo
escondidos, sera ingenuo. En realidad, esos nuevos archivos son, como
todos los archivos, una representacin de lo real y no la realidad misma.
Y el oficio del historiador consiste, en la historia del comunismo como en

la historia medieval, ponerse en el contexto, decodificar e


interpretar la
informacin ofrecida"38.

Para realizar esa tarea decodificadora e


interpretativa en el caso del co

munismo chileno de la poca del derrumbe sovitico y de la transicin a


la democracia, hemos usado el concepto de ideologa, entendido como un

aportar nueva documentacin de archivo para acceder al conocimiento del discurso interno de
los organismos dirigentes del PCCh, cabe destacar las recientes tesis doctorales de Santoni, op.
cit. y de Rolando Alvarez, La tarea de las tareas: luchar, unir, vencer. Tradicin y renovacin en el PC
de Chile (1965-1990).
"
Buton. op. cit., p. 10.
''
Ibid.
:i"
Ibid.
17
Op. cit., p. 11.
:,s
Op. cit.,pp. 11-12.

40
sistema ms o menos estructurado de concepciones que conforman el com
portamiento sociopoltico de un
grupo ms o menos
amplio de seres humanos
en consideracin a un orden deseado de la sociedad, sobre la base de un
conjunto de certezas y valores, as como de experiencias compartida por esos
seres humanos39.

En el mundo contemporneo, la ideologa ha sido un mbito fundamental


en la constitucin, reproduccin y transformacin de sujetos colectivos, sobre
todo en su dimensin poltica. Es evidente que la constitucin, reproduccin y
transformacin de esos
sujetos en el mbito
ideolgico es parte de un proceso
histrico ms amplio y complejo. De esta manera, la formacin histrica de
los sujetos colectivos no se realiza en el solo mbito ideolgico, sino en su
interseccin conjunto de prcticas y experiencias compartidas por un
con el

grupo de personas que se ha distinguido de otros con los que se relaciona, en un


determinado contexto que lo condiciona al imponerle presiones y lmites40.
Con todo, los sujetos o identidades colectivas no se forman histricamen
te sin elaborar intelectual y valricamente esas prcticas y experiencias, as
como su
propio contexto y su diferencia y vnculo con los otros. En el mundo
contemporneo y particularmente en el caso de los sujetos colectivos que se
constituyen, reproducen y transforman en relacin a lo poltico, ello implica
una elaboracin
ideolgica.
La ideologa del comunismo chileno ha formado y orientado a sus adhe-
rentes y tambin a sectores ms amplios de la sociedad que han elaborado
al interior de aqulla sus
experiencias sociales y sus prcticas, estableciendo
relaciones de conflicto, concertacin o alianza con otros sujetos colectivos
orientados por otras ideologas.
La ideologa del sujeto colectivo de esta
investigacin tiene su ori
objeto
gen histrico en la adopcin del socialismo por parte de los segmentos ms
politizados del movimiento obrero chileno durante la primera dcada del siglo
xx. Por socialismo, entendemos a una de las grandes ideologas
contempor
neas
que se caracteriza por aspirar a la abolicin de la economa capitalista y

39
Paraseguir la evolucin de nuestro concepto de ideologa y su relacin con la formacin
histrica de sujetos colectivos, cfr., Alfredo Riquelme Segovia, "Abdn Cimentes frente a la lai
cizacin de la sociedad. Las bases ideolgicas", pp. 119-151; Riquelme Segovia, "Actualidad...",

op. cit., pp. 87-91; Riquelme Segovia, "El debate...", op. cit. ; Riquelme Segovia, "Entrevista", op.
cit., pp. 33-48; Riquelme Segovia, "Trabajadores...", op. cit.; Alfredo Riquelme Segovia, "En torno
a la historia oral de la Guerra Civil
Espaola", pp. 135- 158; Alfredo Riquelme Segovia, "Prensa
sectorial y movimiento popular-", pp. 101-124; Alfredo Riquelme Segovia, "Cultura e Ideologa
en la Perestroika",
pp. 157-164; Riquelme Segovia, "Historia...", op. cit., pp. 127-148.
40
Sobre ideologa y formacin histrica de sujetos colectivos, cfr., Adam Schaff, Ideologa y
marxismo; Williams, op. cit.; Edward P. Thompson, Miseria de la teora; Peter Schottler, "Los historia
dores y el anlisis del discurso";Jess Milln, "La formacin de las clases despus de Thompson:

algunos debates actuales", pp. 63- 86; Terry Eagleton, Ideologa; Terry Eagleton, Las ilusiones del
posmodernismo; Teun van
Dijk, "Ideologa y discurso. Una introduccin multidisciplinaria"; Jorge
Larran, El concepto de ideologa, vol. 1 : Carlos Marx.

41
su
reemplazo por un sistema basado en la propiedad social de los medios de
produccin, lo cual exigira el traspaso del poder de las clases propietarias a
las clases trabajadoras". Este encuentro entre el movimiento obrero chileno

y la ideologa socialista se tradujo en el mbito poltico institucional en la


formacin de una tendencia socialista en el Partido Demcrata en 1903 que
se convertira en 1912 en el POS.
Desde
orgenes, el nuevo sujeto poltico institucionalizado que se
sus

constituy poca tuvo una dimensin global, insertndose en los


en esa

debates ideolgicos, las prcticas y las experiencias del socialismo mundial


de la poca. Esa dimensin global tuvo una incidencia decisiva en la trans
formacin del POS en el Partido Comunista de Chile (Seccin Chilena de la
Internacional Comunista) 1922, que marc su ruptura con el socialismo
en

de la II Internacional y la adopcin de la naciente ideologa global asociada


al nuevo movimiento mundial que con el nombre de comunista se difunda
desde la Rusia sovitica.
Esta ideologa global se estructur como una ciencia de la revolu
nueva

cin, entendida conjunto fuertemente organizado y jerarquizado de


como un

conocimientos acerca de cmo hacer realidad ese traspaso del poder desde
los capitalistas a los trabajadores que no habran sido capaces de realizar los

partidos socialistas. La mutacin comunista del socialismo se caracterizara


precisamente por su rechazo a la posibilidad de que las clases trabajadoras
accedieran al poder mediante la democratizacin de los sistemas polticos
liberales y su afirmacin, en cambio, de que el nico camino hacia el poder
popular era la ruptura revolucionaria con la democracia liberal y la implanta
cin de una dictadura en la que los comunistas tuvieren la hegemona.
ese sentido, la diferencia del comunismo
En respecto al socialismo del
cual surga no estara en la meta ideal o utopa que seguan compartiendo;
en la
sino concepcin del camino hacia ella y en los medios necesarios para
acceder a ese fin.
A pesar de que la palabra utopa est ausente del lenguaje del comunismo
del siglo xx, que se entiende a s mismo como heredero del socialismo cientfico
de Karl Marx y Friedrich Engels opuesto a los socialismos
utpicos de otros
pensadorese
idelogos de su
tiempo; la dimensin
utpica tiene -como ya
lo sealramos en el prefacio- un
amplio espacio en el imaginario12 de los
"
Entre la extensa
bibliografa existente acerca del socialismo como movimiento e ideologa,
y sus variantes desde el
siglo xtx hasta la actualidad, cfr. Donald Sassoon, Cien aos de socialismo,
y Geoff Eley, Un mundo que ganar. Historia de la izquierda en Europa, 1850-2000.
12
Cfr. Evelyne Patlagean, "La historia de lo imaginario", pp. 302-323. El uso de este concepto
en la historiografa se origina en el reconocimiento de
que la vida de los individuos y los colectivos
en la sociedad no se limita a las realidades materiales o tangibles, sino
que comprende represen
taciones de s mismos que desbordan el lmite puesto por la interaccin entre la experiencia y
laargumentacin racional. El imaginario alude, de esta manera, a un vasto y complejo conjunto
de representaciones que se constituyen en las esferas, no slo de las ideologas, sino tambin de
la cultura y las mentalidades. Sobre el concepto de cultura cfr. Terry Eagleton, La idea de cultura.

42
comunistas en el mundo y en Chile, constituyendo incluso el fundamento
tico de toda su construccin ideolgica. El comunismo aparece as como la
revelacin de los medios necesarios para acceder a ese estadio ideal de desa

rrollo humano. Asimismo, la utopa se constituye en la justificacin de todos


los medios considerados necesarios para hacerla realidad.
Para nuestros efectos, hay que reiterar algo que ya sealbamos en el pre
facio: que la
utopa no
ideologa
tuvo en la institucional comunista una
impor
tancia semejante a la que s ha tenido en el imaginario de los comunistas. Esto
fue as porque la ideologa de las organizaciones comunistas, en cuyo marco se

legitiman y modifican sus liderazgos, sus estrategias y sus prcticas polticas, es


-como
ya hemos afirmado- una narracin acerca del camino correcto y de los
medios necesarios para acceder a ese ideal mucho ms que una anticipacin de la
utopa. Es as como los partidos comunistas toleraron respecto de la visin de
la sociedad ideal toda la diversidad que no toleraban en su visin del mundo
real cuya descripcin y comprensin toleraba slo una narracin correcta.
Laideologa comunista en el mundo y en Chile es, sobre todo, esa
descripcin revolucionaria de la realidad que a veces se confunde con ese
doble lenguaje al que aluda Philippe Buton13. Es un discurso sobre la historia
en marcha,
que articula el pasado y el futuro y tiene como protagonista a la
propia organizacin comunista y como antagonistas -o aliados ms o menos
ocasionales- a las otras organizaciones, instituciones, poderes, sujetos colec
tivos y individuos que participan en la lucha por el poder. Este relato sita
tambin entre los antagonistas del progreso los
propios comunistas que se
a

apartan de la narracin correcta producida por los rganos dirigentes y los lde
res institucionales de la
organizacin comunista correspondiente. Del mismo
modo, sita como protagonistas del progreso a quienes, sin estar afiliados a
una
organizacin comunista, comparten o aceptan la narracin comunista de
la historia actual.
Es ideologa la que se institucionaliza en el PC chileno en el marco de
esa

su codificacinen el
partido sovitico y en la Internacional, particularmente
desde su bolchevizacin entre 1927 y 1931, convirtindose en la principal sea
de identidad comunista. Se tratara de una ideologa no slo institucionalizada,
sino fuertemente estructurada y que conformara la identidad, pensamiento y
actitudes de los afiliados al partido en su totalidad y en sintona con la ideo

loga comunista global.


Desde entonces, la evolucin ideolgica del PCCh, el actor colectivo
institucionalizado cuya ideologa entre 1973 y 2000 es nuestro objeto de
estudio, se ha vinculado histricamente tanto o ms a la interseccin de las
transformaciones polticas nacionales con los cambios ideolgicos y de poder

Una mirada poltica sobre los conflictos culturales. Acerca del uso del concepto de mentalidades en la

historiografa, cfr. Philippe Aries, "La historia de las mentalidades", pp. 460-481. Para una reflexin
sobre la relacin entre ideologas y mentalidades cfr. Michel Vovelle, Idologie et mentalits,.
1:1
Buton, op. cit., p. 12.

43
regionales y que a los cambios sociales o econmicos producidos en
globales,
el pas, como
esperamos demostrar alo largo de estas pginas para el perodo
que hemos investigado preferentemente.
En esa evolucin ideolgica han sido tambin cruciales las estructuras

organizativas institucionales del PC chileno y del movimiento mundial que


e

integraba, expresivas de la distribucin de poder interno y orientadas a reprodu


cir laideologa y a modular sus transformaciones en el marco del denominado
centralismo democrtico, que otorgaba a la direccin del movimiento nacional
y global el monopolio de las interpretaciones correctas y se orientaba a impedir
cualquier mutacin ideolgica espontnea en las filas del movimiento.
Nuestra mirada se ha dirigido precisamente hacia ese discurso que circu
laba desde arriba hacia abajo en la organizacin comunista, cuya funcin no
era slo asegurar la unidad de
propsitos y de accin inherentes a cualquier
institucin poltica eficaz, sino tambin insertar esos propsitos y esa accin
en una narracin
ideolgica nacional, regional y global que se asuma como
el nico relato correcto de la historia en marcha.
Ese discurso se difunda en los documentos del
partido, producidos por
congresos, conferencias, plenos de su Comit Central, reuniones de su
sus

Comisin Poltica, folletos de sus comisiones de educacin y propaganda; as


como en escritos autorizados de dirigentes e
idelogos del PCCh y de otros
partidos comunistas, principalmente del partido sovitico, publicados en su
prensa, revistas tericas y libros. Los contenidos de esos textos se reiteraban
una
y otra vez, de manera sistemtica, en las reuniones en que participaban
cotidianamente los militantes delpartido a todo nivel.
En esas reuniones, la
reproduccin de la ideologa se articulaba con la
planificacin de actividades polticas y orientadas a los movimientos sociales
correspondientes al mbito de la organizacin comunista respectiva. En el caso
del PCCh, su propia ideologa y las prcticas histricas que desarrollara, lo
haran vincularse estrechamente la
organizacin y activacin de segmen
con

tos significativos de los sectores populares. Su propia autopercepcin como

vanguardia de la clase obrera y como expresin poltica del movimiento popular,


era.
compartida por una parte de los sectores populares, cuya propia formacin
histrica como sujetos o movimientos sociales, tuvo como elemento central la
mediacin de ese
partido.
Esa mediacin fue particularmente importante en la constitucin y desa
rrollo del movimiento obrero. La relacin originaria entre las mancomnales
-organizacin protosindical de los obreros del salitre y el ala socialista del
Partido Demcrata, en la primera dcada del siglo xx, tuvo continuidad en la
relacin entre el POS (desde 1922, PC) y la FOCH, en la vinculacin entre
la CTCH y el Frente Popular y, finalmente, en la relacin entre la CUT y las
alianzas polticas en torno al eje socialista-comunista que culminaron con la
UP. Desde la poca del Frente Popular, ese vnculo con la sociedad civil se

extendera a
organizaciones sociales ms amplios.
sectores y

44
EL COMUNISMO EN EL MUNDO Y EN CtilLE44

El siglo XX, el de la politizacin y nacionalizacin de las masas, de la democracia


y de los fascismos, de la revolucin cientfico-tecnolgica, de la descolonizacin
y de la emancipacin de la mujer, era de extremos y siglo americano, en cuya
historia se
puede "analizar las ms terribles contradicciones de la modernidad,
pero tambin todas sus potencialidades"4^, fue tambin el siglo del comunismo
y del anticomunismo en el mundo. Desde el inicio de la experiencia sovitica
en1917 y la formacin de un movimiento poltico global bajo su inspiracin y
conduccin, que adopt la denominacin de comunista4'', la historia mundial
tuvo a la URSS y estados en que los comunistas llegaron al poder, as
a otros
como a los
partidos que formaron parte de ese movimiento, entre sus princi
pales protagonistas hasta su derrumbe o metamorfosis entre 1989
y 1991. Por
su
parte, otros protagonistas centrales de la historia del siglo pasado hicieron
de la lucha contra el comunismo o del propsito de superarlo, una de sus
principales motivaciones.
Por su carcter global y por las tensiones entre el paradigma nico que
se intentaba imponer desde el centro y los desarrollos polticos e ideolgicos
nacionales y regionales, la historia del comunismo del siglo xx corresponde
tanto a la problemtica de la historia mundial, como a las historias de gran

parte de las regiones y de los pases del planeta.


El comunismo del siglo xx fue un movimiento poltico y una ideologa
global. Su difusin a escala planetaria no fue -a nuestro juicio- la caracters
tica distintiva del comunismo, pues comparti esa caracterstica con las ms
importantes ideologas contemporneas como el liberalismo, el socialismo

y el nacionalismo. Desde mucho antes, esa


capacidad ha sido tambin una

"
Esta parte de la introduccin se basa
parcialmente en lo que ya escribiera con Olga Uli
nova en la presentacin de la coleccin de documentos sobre Chile en los archivos soviticos.
Cfr. Ulinova y Riquelme Segovia, op. cit., pp. 5-9.
15
Mara Cruz Romeo e Ismael Saz (eds.), El siglo xx.
Historiografa e historia, p. 10. Entre la
reciente bibliografa sobre el siglo xx, destacamos tambin a Hobsbawm, op. cit.; Giuliano Procacci,
Historia general del siglo xx, Peter Watson, Historia intelectual del siglo xx. Para una caracterizacin
del siglo xx, cfr., Ismael Saz, Dos autores y un destino. Furet, Hobsbawm y el malhadado siglo xx, pp.
19-20.
'"'
El uso
palabra comunismo como sea de identidad de algunas de las tendencias ra
de la
dicales del amplio y heterogneo movimiento socialista del siglo xix, obviamente precedieron a
la experiencia sovitica. Es as como en 1848, Karl Marx y Friedrich Engels denominaron como
comunista su clebre Manifiesto. Sin embargo, la influencia marxiana en el socialismo de fines
del siglo xix y comienzos del siglo xx, no se desarroll con ese nombre. Es as como el propio

partido bolchevique encabezado por Lenin se denomin hasta 1919, Partido Obrero Social Demcrata
Ruso. Slo en esa fecha, el lder del partido, del nuevo Estado sovitico y de la emergente III
Internacional, rescatara la denominacin utilizada por Karl Marx y Friedrich Engels siete dcadas
antes, para bautizar tanto al partido gobernante en Rusia como al conjunto de organizaciones
nacionales que se agruparan en la nueva Internacional tras la ideologa y el modelo poltico de
los bolcheviques rusos.

45
caracterstica de grandes religiones, como la catlica la islmica. Asimismo,
o

en la actualidad, alcanzan una difusin global concepciones del orden deseado


fundadas en valores universales como los derechos humanos. Lo que
distingui
al comunismo de otras ideologas globales contemporneas -y lo
o visiones

aproxim a las tendencias ms fundamentalistas de las religiones universa


les fue el intento desmesurado, aunque parcial y temporalmente exitoso, de
uniformar ideolgica, poltica y orgnicamente a todos los partidos comunistas
del planeta de acuerdo al paradigma sovitico, por encima de las diversidades
histricas y culturales de naciones y regiones47. En esta empresa uniformadora
pueden distinguirse varias etapas desde la creacin de la Internacional Co
munista en 1919 hasta la disolucin del Partido Comunista sovitico y de la

propia URSS en 1991 y el derrumbe definitivo -tras una larga decadencia- de


la aspiracin a universalizar al comunismo sovitico. Esa declinacin antecede
a la de la
propia URSS. Incluso, puede argumentarse que aqulla se inicia en
la poca de expansin de la influencia de los partidos comunistas en distintas

regiones del planeta, con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial. Estos


partidos desarrollaron desde entonces una progresiva diversidad tras su deno
minacin comn, la que ech por tierra la pretensin uniformadora y rectora
del comunismo sovitico48. Es preciso advertir, en todo caso, que esa diversidad
corresponda a opciones adoptadas por los liderazgos institucionalizados de
los diversos partidos comunistas, excluyndose cualquier posibilidad de xito
para las mutaciones ideolgicas al margen de las estructuras organizativas.
El estudio de este fenmeno ideolgico y poltico en un pas como Chile,
donde el PC fue un actor principal de su historia entre la dcada de 1930 y
la de 1980, exige considerar las dimensiones nacional, regional y global del
fenmeno.
El estudio del tema de las relaciones entre la izquierda chilena y el movi
miento comunista mundial ha generado en las ltimas dcadas investigaciones
valiosas49. El mrito de estos trabajos ha consistido en
plantear el problema
47
No podemos dejar de mencionar que, tras el fin de la Guerra Fra y ms all de la radical
diferencia entre los contenidos ideolgicos del comunismo y del neoliberalismo, la tendencia im
pulsada por las organizaciones que administran con plenos poderes la economa global orientada
a uniformar el
pensamiento y las polticas econmicas en todos los pases del planeta de acuerdo
al llamado consenso de Washington o pensamiento nico, se asemeja a ese propsito estaliniano en todo
lo que tiene de imposicin mundial de un paradigma y de las polticas que de ste se derivan, las
cuales se aplican sin mediaciones a las ms diversas economas, sociedades y culturas.
48
Respecto a la tensin entre el proyecto unificador sovitico y la diversidad de las experien
cias comunistas, vase Dreyfus et al, op. cit. Esta tensin es reconocida incluso por Francois Furet,
a
pesar de que en su conocido trabajo afirma como uno de los rasgos centrales del comunismo
su
pretensin de universalidad. Cfr, Furet, op. cit.
49
Entre estas, se destacan Augusto Varas, "Ideal socialista y teora marxista en Chile: Reca-
barren y el Komintem", pp. 17-64; Mara Soledad Gmez, "Factores nacionales e internacionales
de la poltica interna del Partido Comunista de Chile (1922-1952)", pp. 65-140; Boris Yopo, "Las
relaciones internacionales del Partido Comunista", pp. 373-402. El tema de las vinculaciones polti
cas e
ideolgicas del comunismo chileno con el movimiento comunista mundial y particularmente

46
para la historiografa y la politologa, ofrecer una periodizacin del fenme
no estudiado, proponer hiptesis acerca de una relacin entre las formas de
vinculacin internacional de distintos partidos de izquierda chilena durante
su
trayectoria y su evolucin dentro del sistema poltico del pas, analizar
comparativamente los contenidos ideolgicos y las polticas nacionales y glo
bales, as como estudiar la recepcin de las ideas del comunismo por algunos
intelectuales chilenos de la poca.
Asimismo, el problema de las relaciones con el comunismo mundial y
particularmente con el sovitico, ha sido uno de los temas ineludibles -aunque
hasta ahora no haba sido el tema principal- en las investigaciones dedicadas
a la evolucin histrica de la
izquierda chilena y particularmente del Partido
Comunista50.
Todos estos trabajos, ms o menos recientes, se basan en distintos tipos
de fuentes, cuales las memorias y ensayos escritos por los propios
entre las
actores de la confrontacin y del debate en torno al comunismo en Chile han
tenido un
lugar preeminente. Ello ha conducido a los investigadores a entablar
una discusin expresa o tcita con las versiones e
interpretaciones producidas

con el partido sovitico, es considerado en el trabajo de Alonso Daire, "La poltica del Partido
Comunista desde la postguerra a la Unidad Popular", pp. 141-238. La cuestin de los vnculos

ideolgicos de la izquierda con sus modelos internacionales incluyendo el sovitico, ha sido anali
zada ampliamente por Joaqun Fermandois, en Chile y el mundo 1970-1973. La poltica exterior del
Gobierno de la Unidad Popular y el sistema internacional. Sobre la visin internacional del PC chileno,
vase Alfredo Riquelme Segovia, "Visin de Estados Unidos en el Partido Comunista chileno I.
La "Era Rooseveltiana 1933-1945", as como Alfredo Riquelme Segovia y Alonso Daire,"Visin
y discurso sobre Estados Unidos en el Partido Comunista chileno, (1945-1973)".
50
Los ms importantes trabajos acadmicos escritos sobre la evolucin del PC chileno
han abordado este tema de un modo ms bien tangencial y sobre la base de la documentacin
accesible a la fecha de la realizacin de las respectivas investigaciones. Nos referimos a la tesis
doctoral de Andrew Barnard, The Chilean Communist Party. 1922- 1947; al libro de Carmelo Furci,
The Chilean Communist Party and the Road lo Socialism, que examina principalmente la evolucin de
lapoltica del PCCh entre la dcada de 1950 y 1980; Augusto Varas (comp.), El Partido Comunista
en Chile. Estudio multidisciplinario; as como a los estudios pioneros de Hernn Ramrez Necochea,
Origen y formacin del Partido Comunista de Chile (Ensayo de Historia del Partido); Ernst Halperin,
Nationalism and Communism in Chile y Fernando Ortiz, El movimiento obrero en Chile (1891-1919).
Para laizquierda chilena en general, cfr., Julio Fandez, Izquierdas y democracia en Chile, 1932- 1973,
as como Toms Moulin, La forja de ilusiones, entre otros. Ms recientemente, debe considerarse
la tesis de doctorado de Alberto Aggio, A Frente Popular noChile: Historia e Historiografa. Acerca
del comunismo chileno, es
imperativa la consulta de Manuel Loyola y Jorge Rojas (comps.),
Por un
rojo amanecer. Hacia una historia de los comunistas chilenos, donde se destaca el estado de la
cuestin elaborado por Jorge Rojas Flores, "Historia, historiadores y comunistas chilenos", pp.
1-79. Sobre el PC chileno durante la primera etapa de la dictadura de Augusto Pinochet, cfr.,
Andrea Orellana, El derrumbe de proyecto. Partido Comunista chileno. 1973-1977. En torno a la
un

poltica impulsada por el PC desde 1980 hasta 1987, cfr. Augusto Varas, "De la violencia aguda
al registro electoral: estrategia y poltica de alianzas del PC, 1980-1987". Cfr. tambin, Toms
Moulian e Isabel Torres, "Continuidad o cambio en la lnea poltica del Partido Comunista de
Chile?", pp. 453-485 y Francisco Herreros, Del gobierno del pueblo a la rebelin popular. Historia del
Partido Comunista, 1970-1990.

47
por los protagonistas51. Para nosotros, estas fuentes bibliogrficas son valiosas
y complementarias en relacin con las fuentes archivsticas y hemerogrficas
que hemos privilegiado en esta investigacin.
Jorge Rojas Flores52 realiz hace algunos aos la primera aproximacin
a un balance
general de las investigaciones efectuadas durante dcadas sobre
el comunismo chileno. En este trabajo, constata que la historiografa que ha
tenido a ese partido como objeto de estudio, coincide acerca de su relevancia
en la historia de Chile en el
siglo xx, particularmente desde el Frente Popular
hasta mediados de los aos ochenta, lo que converge con nuestra hiptesis;
aunque sostiene -a diferencia nuestra- que su influencia social se extendera
desde su nacimiento como POS en 1912 hasta nuestros das.
Sostiene que con diversos nfasis, varios historiadores han tratado a los
comunistas en sus
investigaciones
parte global
como
pe de una visin de un

rodo. historiografa sobre los partidos polticos chilenos


Especficamente la
ofrece una aproximacin al PC, en general de limitado alcance. Otro tanto
entrega la historiografa electoral. Pero si consideramos los estudios que se
refieren propiamente a ese partido y sus militantes, advierte que podemos
notar la escasez de monografas especficas sobre el PC.
Destaca el predominio de las temticas polticas en los estudios sobre la
historia del PC, "lo que ha llevado a un casi completo desconocimiento de
otras temticas relevantes"53. En lo relativo al estudio de la ideologa comunista
en Chile,
puntualiza que pese a la recurrencia del tema poltico e ideolgico
ente los autores que han reconstruido parcialmente la historia del PCCh, no

51
Entre las memorias e historias de vida oficiales de los dirigentes del PC se destacan: Elias
Lafferte, Vida de un comunista o Luis Corvaln, Ricardo Fonseca: combatiente ejemplar. Sus versiones
contrastan con las memorias de los expulsados de sus filas y con los testimonios y memorias de
actores polticos de la poca pertenecientes a otras corrientes
polticas. Entre los testimonios an-
tcomunistas, se destacan los de personalidades polticas de la derecha conservadora como Sergio
Fernndez Larran, Informe sobre el comunismo rendido a la Convencin General del Partido Conservador

Unido, y las memorias de ex comunistas convertidos en anticomunistas como Eudocio Ravins, La


gran estafa, y Marcos Chamudes, El libro blanco de mi leyenda negra y Chile, una advertencia americana.
Respecto a los artistas e intelectuales, cfr., entre otras, Pablo Neruda, Confieso que he vivido; Fernando
Balmaceda del Ro, De zorros, amores y palomas. Memorias; Volodia Teitelboim, Neruday Huidobro,
la marcha infinita. Recientemente, se han publicado varias memorias y testimonios escritos por
algunos de los ms destacados dirigentes comunistas cuyo acceso a responsabilidades directivas
en el partido se inicia en el perodo del Frente Popular, culmina durante la UP y se extiende
hasta comienzos de la dcada de 1990: Luis Corvaln, El derrumbe del poder sovitico; De lo vivido...,

op. cit. y La otra Alemania, La RDA. Conversaciones con Margal Honecker, Volodia Teitelboim, (Anles
delolvido) Un muchacho del siglo veinte; (Antes del olvido n) Un hombre de edad media; Noches de radio
(Escucha Chile), tomos i y h; Orlando Millas, Memorias. Primer volumen 1932-1947: en tiempos del
Frente Popular y Memorias. Cuarto volumen 1957- 1991 : una
digresin. La versin de Orlando Millas
acerca de los cambios en el PC con
posterioridad a 1973 contrasta con la versin de quien lider
metamorfosis, la actual presidenta del PCCh, Gladys Marn, Regreso a la esperanza. Derrota de la
esa

Operacin Cndor, testimonio que ha sido seguido por Gladys Marn, Testimonios. La vida es hoy.
52
Rojas Flores, op. cit., pp. 1-79.
53
Op. cit., p. 4.

48
se ahonda significados, limitndose los autores "a plantear la mera
en sus

formulacin de las estrategias"54.


Recientemente, Rolando lvarez ha publicado un muy interesante tra
bajo que incursiona en la experiencia de la clandestinidad comunista bajo
la dictadura de Augusto Pinochet, llamando la atencin acerca del modo
en
que las terribles pruebas a que los comunistas fueron sometidos por la
represin entre 1973 y 1976 contribuyeron a forjar un nuevo tipo de militante
y de partido, ms all de una aparente continuidad ideolgica55. A ello ha
sumado, en 2006, una
investigacin acerca de la dimensin internacional
de la metamorfosis del comunismo chileno durante la segunda mitad de la
dcada de 197056. Y poco antes de enviar estas pginas a la editorial, he ledo
su valiosa tesis doctoral
que investiga la trayectoria del PCCh entre 1965 y
1990, la cual
interpreta desde una perspectiva diferente muchos de los fen
menos analizados
en este libro,
incluyendo un primer anlisis ele documentos
internos de sus organismos dirigentes afortunadamente conservados a travs
de la clandestinidad y del exilio, a los que por primera vez ha tenido acceso
un historiador57.
Por nuestra parte, debemos agregar que nuestrotrabajo, junto con centrar
el foco en la ideologa, se
propone problematizarla y ahondar en sus signifi
cados. Tambin quiere ser un estudio sistemtico del comunismo chileno en

el perodo del derrumbe del comunismo en el mundo y de la transicin a la


democracia en el pas.

Estructura y contenidos del libro

En las pginas que siguen, presentamos los resultados de nuestra investigacin.


La exposicin se estructura como un dilogo entre las fuentes estudiadas y
nuestras hiptesis yexplicitados, lo que nos ha llevado a incluir
objetivos ya
extensos fragmentos pblico del comunismo chileno y del debate
del discurso
ms o menos abierto que en ste se desarrolla, en lugar de presentarlas en un
anexo documental. Ello
responde a la voluntad de compartir con los lectores
esos fragmentos seleccionados del discurso en
que se sustentan nuestros anlisis
e
interpretaciones, intentando as demostrar la pertinencia de stos.
En la medida que nuestro trabajo tiene como objeto a la ideologa co
munista y no al imaginario comunista en su mayor amplitud y complejidad,
nuestros anlisis e interpretaciones han tenido como sustento principal a los
discursos orientados a conformar el comportamiento poltico de los militantes

54
Rojas Flores, op. cit., p. 13.
55
lvarez, Desde las sombras. Una historia de la clandestinidad comunista (1973-1980).
Rolando
56
Rolando lvarez, "La noche del exilio? Los orgenes de la rebelin popular en el Partido
Comunista de Chile".
57
lvarez, La tarea..., op. cit.

49
y seguidores del PCCh desde posiciones de poder en su organizacin, as como
a
aquellos orientados a influir en stos desde posiciones disidentes.
Tras esta introduccin, dedicamos los siguientes tres captulos a esbozar la

trayectoria histrica del comunismo chileno durante las siete dcadas en


que
lleg a ser
y continu siendo -en la oposicin o en el gobierno e incluso en
la clandestinidad- uno de los principales actores de la vida poltica y social
de Chile.
En el
captulo El comunismo chileno entre Luis Emilio Recabarren y Sal
vador Allende
(1922-1970), trazamos una resea de la trayectoria ideolgica del
comunismo chileno desde su fundacin en 1922 hasta la llegada al gobierno
de Salvador Allende en 1970.
Elcaptulo Travesa y naufragio de la va chilena al socialismo consiste en
una reflexin sobre la experiencia del gobierno de la izquierda entre 1970 y
1973.
En el captulo Entre la unidad antifascista y la rebelin popular (1973-1986)
esbozamos la trayectoria histrica de la ideologa comunista en Chile desde
el inicio de la resistencia a la dictadura en 1973 hasta la crisis que se abre
en 1986, privilegiando la perspectiva de la imbricacin entre lo nacional, lo

regional y lo global.
En los cuatro captulos siguientes, abordamos en
profundidad el perodo
en
que el comunismo chileno ha perdido su centralidad en la vida poltica y
social, en el marco de la transicin de la dictadura a la democracia en el pas
y durante y despus del derrumbe comunista en Europa y la URSS.
En el captulo Las metamorfosis de la rebelin popular (1986-1989), ana

lizamos la discusin pblica que emerge al interior del comunismo chileno


entre 1986 y 1989, tras el fracaso de la "sublevacin nacional" que su ncleo

dirigente haba previsto.


captulo El colapso del comunismo en Europa y la crisis del Partido
En el
Comunista de Chile (1989-1990), examinamos la crisis del PCCh entre 1989
y 1990, en el contexto global de la aceleracin de los cambios en la URSS y
del derrumbe del comunismo en Europa del Este, as como en un escenario
nacional caracterizado por la marginacin del PC de la configuracin de la
transicin.
En el captulo El derrumbe del comunismo sovitico y la metamorfosis
de la transicin en Chile (1990-1991) narramos la resolucin autoritaria de la
crisis interna 1990 con la expulsin de la disidencia por parte del ncleo
en

dirigente que conduce al PC hacia la oposicin a la transicin concertacionista


en 1991, en un mundo real e
imaginario transformado por la desaparicin de
la URSS.
En el captulo El comunismo chileno
en un mundo
poscomunista (1992-
2000), analizamos la evolucin
ideolgica y poltica del comunismo chileno
durante la ltima dcada del siglo xx, caracterizada por la contradiccin entre la
conservacin de un discurso articulado en torno a seas de identidad ideolgica

50
propias de la
era sovitica
y el diseo de un proyecto alternativo de democra
tizacin del Estado, la economa, la sociedad y la cultura.
Finalmente, sintetizamos nuestras principales conclusiones y esbozamos
algunas reflexiones a modo de eplogo.
A lo largo de todos los captulos procuramos dar cuenta de los elementos
de continuidad ideolgica en el comunismo chileno -incluso desde sus
orgenes
hasta la actualidad-, al tiempo
que precisar sus metamorfosis, las que gene
ralmente no eran asumidas como tales en el discurso, sino como mutaciones
estratgicas o tcticas frente a modificaciones en el entorno global, tanto regio
nal como nacional,
que obligaban a explorar atajos ms o menos transitorios
en un camino
cuyos contornos parecan establecidos desde el principio en los
textos de los fundadores del marxismo leninismo.
En este sentido, nuestra investigacin sobre la ideologa del comunismo
chileno consiste en el anlisis desde la perspectiva de la historiografa de un
discurso pblico tensionado entre la adhesin integrista58 a un ncleo ideo
lgico que no admite revisin
alguna hasta la consumacin de la
utopa, por
una
parte, y la actualizacin ideolgica motivada por los cambios histricos
de los que requiere hacerse cargo un partido poltico enraizado en un deter
minado entorno social en transformacin y orientado a incidir en el curso de
la historia real, por la otra.

38
Por integrismo entendemos la exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina en lo

que supone sera su integridad, intentando ponerla al abrigo del pensamiento crtico, la evidencia
se

emprica y de la propia historicidad. La nocin, utilizada originalmente para aludir a los sectores
ms conservadores del catolicismo decimonnico, tambin llamados ultramontanos, se utiliza ac

tualmente asimismo para hacer referencia a posiciones anlogas en el marco de otras religiones o
creencias. Cfr. Paul Poupard et al., Dizionario delle religioni, pp. 921-926. Tambin Antonio Elorza,
Umma. El integrismo en el Islam, pp. 9-22 y Riquelme Segovia y Len Hulaud, op. cit.

51

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