Este documento discute los fenómenos extremos hidroclimáticos de inundaciones y sequías en Argentina. Explica que las inundaciones representan el 95% de los daños económicos causados por desastres naturales en el país y aproximadamente un tercio de la población argentina vive en zonas propensas a inundaciones. También describe los tres tipos de amenazas de inundación y las medidas de infraestructura que pueden tomarse para mitigar el riesgo de inundaciones, como diques, canales de desvío y parques in
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Este documento discute los fenómenos extremos hidroclimáticos de inundaciones y sequías en Argentina. Explica que las inundaciones representan el 95% de los daños económicos causados por desastres naturales en el país y aproximadamente un tercio de la población argentina vive en zonas propensas a inundaciones. También describe los tres tipos de amenazas de inundación y las medidas de infraestructura que pueden tomarse para mitigar el riesgo de inundaciones, como diques, canales de desvío y parques in
Este documento discute los fenómenos extremos hidroclimáticos de inundaciones y sequías en Argentina. Explica que las inundaciones representan el 95% de los daños económicos causados por desastres naturales en el país y aproximadamente un tercio de la población argentina vive en zonas propensas a inundaciones. También describe los tres tipos de amenazas de inundación y las medidas de infraestructura que pueden tomarse para mitigar el riesgo de inundaciones, como diques, canales de desvío y parques in
Este documento discute los fenómenos extremos hidroclimáticos de inundaciones y sequías en Argentina. Explica que las inundaciones representan el 95% de los daños económicos causados por desastres naturales en el país y aproximadamente un tercio de la población argentina vive en zonas propensas a inundaciones. También describe los tres tipos de amenazas de inundación y las medidas de infraestructura que pueden tomarse para mitigar el riesgo de inundaciones, como diques, canales de desvío y parques in
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PSINUNDACIÓN
ESCRITO FINAL
NUEVAS REFERENCIAS ANTERIOR
Los fenómenos extremos hidroclimáticos son las inundaciones y las sequías. En
este sentido, estos eventos forman parte un continuum de un clima variable, en el que se presentan secuencias extremas húmedas y secas (Casado & Campo, 2019). Estos se producen principalmente por situaciones pluviométricas extremas, ya sea por exceso o por déficit de agua. En las inundaciones las precipitaciones intensas y/o abundantes según la humedad del suelo y la velocidad de escurrimiento, este exceso puede promover la crecida fluvial y un ambiente social vulnerable y expuesto a estas situaciones. La sequía implica un lapso de tiempo prologado en los que existe una escasez de recursos hídricos que pueden generar efectos adversos socialmente. La sequía se caracteriza por tener un lento desarrollo en el tiempo y de amplia extensión espacial, lo cual complica la precisión de su duración, extensión y magnitud, que a su vez dificulta la adopción de medidas concretas y oportunas para hacer frente a sus efectos (Gómez, 2019). En algunas ciudades ante episodios de sequía es dificultoso proporcionar servicios hídricos básicos, mientras que en otras por las crecidas sufren la contaminación del agua (Fundación Bunge y Born et al., 2022b). En Argentina, las inundaciones representan el 95% de los perjuicios económicos ocasionados por desastres naturales, son uno los desastres naturales de mayor rango de costo anual en pérdidas aseguradas y no aseguradas (Montealegre Medina et al., 2019). Se calcula que alrededor de un tercio de la población argentina reside en zonas propensas a inundaciones (Garcia Bu Bucogen et al., 2021). El proceso de urbanización en los últimos años, sobre todo de las ciudades medias ha sido de desarrollo acelerado, lo que ha generado el crecimiento de asentamientos informales en las periferias urbanas y la insuficiencia de infraestructuras sanitarias que ha dado como resultado en el desequilibrio de las ciudades. Esto provoca una segregación socio-espacial marcada, que implica una sectorización de los grupos sociales hacia el interior de las ciudades y perjudica la integración y la heterogeneidad social (Esparza, 2019). Las inundaciones son uno de los peligros climáticos que mayor perjuicio generan en los espacios urbanos. Debido al cambio de los patrones de lluvia, a la intensificación de los sucesos extremos hidrometeorológicos y a la ocupación de espacios inundables por la población que está en constante crecimiento, esta tendencia es difícil de revertir (Zapperi & Olcina, 2021). Los hogares situados en zonas inundables son proporcionalmente muy variables en Argentina. Las dificultades propias de las zonas inundables se combinan con hogares vulnerables que no pueden hacer frente a estos eventos. Las perores situaciones están concentradas en el NOA donde las situaciones de pobreza extrema agudiza las dificultades que generan las inundaciones. Los departamentos afectados son el chaco salteño; los valles fluviales de Salta y Jujuy; el sur de Tucumán y la diagonal fluvial salteña. En el NEA los problemas de inundabilidad se sitúan en el eje del Paraná, especialmente la margen izquierdo; en Corrientes la zona de los esteros del Iberá; el sector meridional chaqueño y el oeste formoseño. En esta región argentino, las inundaciones y los anegamientos por las extensiones superficiales afectadas y su frecuencia, constituyen las principales amenazas naturales que expone, entre otras, a pérdidas naturales y al deterioro de la salud a la población (Contreras et al., 2022). La región pampeana presenta extensos segmentos inundables en varios sectores: la pampa deprimida; el sur de Entre Ríos, especialmente en la zona del delta, y el área de los bajos submeridionales de S. Aparece este problema también en algunos departamentos del chaco santafecino, el sur de Córdoba y Chical Có en La Pampa. En la RMBA este problema es propio de la cuenca del río de la Matanza, hacia el sur, especialmente en Lomas de Zamora y Presidente Perón; la cuenca del río de la Reconquista, hacia el oeste, particularmente en José C. Paz y en la cuenca del río Luján, hacia el noroeste, específicamente en Tigre. En la Patagonia que se caracteriza por su aridez, los puntos de inundabilidad se encuentran en Picún Leufú en Neuquén y en Tehuelches y Rawson en Chubut. Cuyo, por sus condiciones predominantes de aridez es la que muestra menor proporción de dificultades causadas por la inundación. (Velazquez, 2016). Existen tres tipos de amenazas vinculados al riesgo de inundación. El Tipo I por el desborde de un río principal, como ser el Paraná o el Uruguay; Tipo II por desborde de un curso autóctono, y cuyas aguas dependen principalmente de precipitaciones locales y Tipo III, por el anegamiento por tratarse de humedales, en su mayoría someros y que pueden llegar a secarse por completo. Las amenazas de categoría II son las que generan mayor riesgo, principalmente por su elevado grado de incertidumbre y la rápida respuesta de los niveles altimétricos de sus aguas a los eventos pluviométricos (Contreras et al., 2022). La inundación fluvial es el proceso durante el cual ocurre el anegamiento del territorio adyacente al cauce del río. Las inundaciones fluviales pueden ser generadas por tormentas fuertes, colapso de infraestructuras, deshielos estacionales y crecidas vinculadas a erupciones volcánicas. Con el acontecimiento de lluvias intensas durante períodos prolongados se satura el suelo, cesa la infiltración y se genera superabundancia hídrica en la superficie. Si la evaporación es escasa se favorece la anegación del terreno durante periodos extendidos. Este tipo de fenómeno empeora si el terreno ha tenido un empleo inadecuado de los suelos. La amenaza se concreta en el momento en el que se transforma en un peligro, cuando zonas que son propensas a inundarse se encuentran ocupadas por personas. Lo cual produce catástrofes o desastres con impacto directo sobre la economía y la sociedad (Garcia Bu Bucogen et al., 2021). La inundabilidad se agrava por la disminución de la posibilidad de infiltración del terreno y de la evacuación de los ríos. Lo cual es provocado por La modificación de la cobertura del suelo producida por las actividades humanas, el vertimiento de deshechos y escombros, la deforestación, urbanización y el entubamiento de ríos (Garcia Bu Bucogen et al., 2021). Las inundaciones pueden ser manejadas por las infraestructuras, que deben tener la capacidad de adaptarse frente a la vulnerabilidad del territorio. Por ejemplo, las inundaciones consecuentes del desbordamiento de ríos pueden contenerse con obras de defensa de sus márgenes con la intención de disminuir los efectos adversos y aplacar las consecuencias económicas, sociales y ambientales (Cáceres & Roibón, 2022). Las obras de infraestructura, generalmente de ingeniería civil, cuya funcionalidad se dirige a eventos con cierta posibilidad de ocurrencia (Rotger, 2018). Las principales obras de protección ante inundaciones son las áreas de expansión de inundaciones, los sistemas de diques y los canales de desvío (Tourment et al., 2016). Los parques inundables son otra medida de mitigación de riesgo de las inundación, ya que por su interacción entre la infraestructura estática o poco permeable y los elementos blandos y dinámicos, entre los que se destacan la vegetación, el suelo permeable y los cubre suelos posibilita que el ciclo del agua funcione de manera más natural. Es decir que son acciones preventivas que consideran las dinámicas naturales y los valores del paisaje (Rotger, 2018). Lo que favorece las posibilidades del suelo de retardamiento y absorción del agua y la canalización, distribución y reutilización de la misma (Cáceres & Roibón, 2022). El incluir el paisaje en las estrategias de mitigación del riesgo proporciona una perspectiva integral de los procesos hidrológicos e hidráulicos que se dan en las zonas urbanizadas, fomentando el conocimiento sobre el espacio del agua, la conciencia sobre la importancia de su perseveración y la apropiación de la sociedad desde la producción de espacios de uso públicos en las áreas propensas a inundaciones (Rotger, 2018). Entre las obras de control de inundaciones se destacan los albardones, los canales aliviadores y la expansión de llanuras aluviales, las tres tienen un carácter complementario. Los albardones suelen ser eficaces, económicos y fáciles de construir. Afectan a la vez el régimen hidrológico, debido a que exaceban las inundaciones en otros sectores de las cuencas (Tourment et al., 2016).