Libro Cafe 1
Libro Cafe 1
Libro Cafe 1
ISBN: 978-958-5569-79-9
633.73
M827r
Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier
medio, sin permiso expreso del autor.
3
4 Retrospectiva del café en Mesoamérica y Colombia
Análisis de casos
Resumen
En el presente libro se plasman extractos de las investigaciones
que forman parte de las tesis doctorales o de maestría de los diferentes
autores del mismo. El común denominador en ellas es la dinámica en
zonas cafeteras de México, Costa Rica y Colombia. Exceptuando Europa,
el café es el único producto estimulante producido a nivel mundial que
está asociado con proyectos (culturales y de sostenibilidad, de comercio
justo, salud y educación) implementados en las regiones donde se cultiva,
lo que denota la importancia de este cultivo en la economía mundial.
5
sugiere que estas obligaron a los pobladores del Valle Central a desbrozar
montaña en las selvas del Pacífico Central. Los estudios revisados
reportan el proceso de colonización caótica de las tierras con aptitud
forestal, lo cual resultó en sistemas de producción marginales.
Introducción
7
plantaciones cafetaleras en México. Además, en este acápite se menciona
la trascendencia de las plantaciones y la compleja estructura de los
cafetales, se describen aspectos ecológicos de los SAfC evidenciando
su rol en la conservación de biodiversidad y en la oferta de bienes y
servicios ambientales.
Figura 1.1. Kali y sus cabras bailarinas, leyenda africana. Dibujo de un artista francés.
Fuente: Ukers (1922, p. 10)
9
Raghuramulu y Aggarwal, 2016). Con el avance de la ciencia y con
el descubrimiento de nuevas especies durante el siglo XX en África
oriental, occidental y central, así como en Madagascar, la clasificación
taxonómica se hizo cada vez más compleja (Charrier y Eskes, 2004;
Prakash et al., 2016). Las plantas de café cultivadas comercialmente
pertenecen a la familia Rubiaceae, al género Coffea.
11
Actualmente, los diez (10) países con mayor producción1 de café
en el mundo son Brasil (51 000), Vietnam (29 500), Colombia (14 000),
Indonesia (10 902), Honduras (8 349), Etiopía (7 650), India (5 840),
Uganda (5 100), Perú (4 280) y México (4 000) (International Coffee
Organization [ICO], 2019). Si bien la cafeticultura mexicana ocupa el
quinto lugar entre los países productores latinoamericanos, muy por
debajo de Brasil y Colombia que son los principales cultivadores del
aromático en el continente americano (ICO, 2019), México se ubica
como el segundo productor mundial de café orgánico (Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
[SAGARPA], 2017).
13
Especies y variedades de café: ¿materiales adecuados para la
cafeticultura mexicana?
a) b)
Figura 1.3. a) Cafetal intensivo con Coffea arabica y sombra dominante del género
Inga, municipio de Emiliano Zapata (Veracruz, México). b) Plantación joven de
Coffea canephora sin sombrío y con riego, municipio de Teocelo (Veracruz, México).
Fuente: Gómez-Martínez, 2016
15
ambientales mostrando alta rusticidad y una longevidad de vida
productiva de veinte (20) a treinta (30) años (Zamarripa, López-Morgado
y Escamilla-Prado, 2013). Sin embargo, desde la década de 1950 inició
la sustitución de las variedades tradicionales por materiales de porte
alto (Bourbón y Mundo Novo) y porte bajo (Caturra y Catuai), proceso
que ha sido diferenciado por regiones y tipos de productores. En este
sentido, Zamarripa et al. (2013) mencionan que en los viveros del Estado
de Veracruz para el año 2008 se tenía existencia de plantas de café de
las siguientes variedades de mayor a menor abundancia: Garnica, Costa
Rica, Bourbón, Caturra, Robusta, Sarchimor, Typica, Mundo Novo,
Colombia, Pluma Hidalgo, Oro Azteca, Geisha, Catuai y San Ramón.
17
Lo ideal es que las variedades con las que se impulse la
cafeticultura en México provengan de investigaciones realizadas por
instituciones mexicanas, que mediante ensayos de campo en los Estados
cafetaleros se identifiquen los materiales vegetales idóneos y que estos
respondan a los requerimientos regionales. Con lo anterior se busca que
los materiales seleccionados expresen su potencial genético, que logren
enfrentar problemas fitosanitarios y las particularidades ambientales
y técnicas de cada región. Así mismo, es necesario que instituciones
nacionales diseñen todo un esquema de distribución de los nuevos
materiales ya sea por medio de semillas o plántulas certificadas. En la
actualidad esta última estrategia no ha sido muy exitosa debido a la falta
de rigurosidad en la certificación de los viveros y de un esquema que
garantice la calidad de las plántulas.
Descripción de la planta
19
investigadores como Nutman (1933a; 1933b; 1934), quien publicó el
estudio más completo de las raíces de Coffea arabica (DaSilva, Silva,
de Oliveira y Carducci, 2016). El sistema radical completo de la planta
de café es conformado por cinco tipos de raíces (Wintgens, 2004; Arcila
2007a) a saber:
iii) las raíces laterales superficiales que crecen de forma más o menos
horizontal y paralela respecto de la superficie del suelo a una
distancia de 1,2 a 1,8 m del tronco, se ramifican horizontalmente
y en ocasiones de manera uniforme en todas las direcciones
(cuando las raíces crecen hacia abajo se llaman verticales);
21
dos óvulos (Wintgens, 2004; Lim, 2013). La polinización tiene lugar
dentro de las 6 h después de la floración y posteriormente el proceso de
fertilización se completa dentro de 24 a 48 h (Farah y Ferreira, 2015).
Durante este tiempo la corola blanca se marchita y las partes florales
caen dejando el ovario para desarrollarse, el cual lentamente se forma en
drupas ovaladas de hasta 18 mm de longitud y de entre 10 y 15 mm de
diámetro. Así mismo, al principio son de color verde y cuando maduran
se tornan a un rojo brillante o amarillo denominado cerezas (Rodrigues
et al., 2013).
23
Los estados principales se nombran mediante el primer dígito y
los secundarios mediante el segundo. Dentro de los estados principales
se encuentran el de germinación, que refiere a la propagación vegetativa;
el estado de desarrollo de la hoja en el tallo de la planta de almácigo o en
las ramas del árbol; el de formación de ramas (plantas en el campo); el
de elongación de las ramas; el estado de desarrollo de la inflorescencia;
el de floración; el estado de desarrollo del fruto y de la semilla; el de
maduración del fruto y de la semilla; y el estado de senescencia. En
general, es común encontrar flores, frutos verdes y cerezas maduras
floreciendo en la misma rama, especialmente en regiones donde no hay
cesación anual de la precipitación (Rodrigues et al., 2013).
Sistemas de cultivo
25
se identifican cinco principales sistemas de producción de café: dos
tradicionales donde el café se produce bajo la sombra de la vegetación
original (rústico y policultivo tradicional, Figura 1.4), uno intermedio
donde la sombra la proveen árboles no nativos (policultivo comercial)
y dos «modernos» (monocultivos con o sin sombra). Desde hace
más de treinta (30) años ha disminuido la complejidad estructural
de estos agroecosistemas la diversidad biológica como resultado de
la implementación de agroquímicos y dándose la eliminación de los
árboles de sombra para elevar la productividad (López et al., 2013a).
Densidades de siembra
27
espaciados 2 y 1,5 m entre cafetos obteniendo en una hectárea 3
333 plantas en un trazo de marco real y 3 849 cafetos con un trazo
de tresbolillo. En el caso de variedades de porte alto, estos autores
aconsejan 2,5 m de espaciamiento entre surcos y 2 m entre plantas,
alcanzando en un trazo de marco real 2 000 plantas ha-1 y 2 309 plantas
ha-1 en tresbolillo.
Rendimiento
29
veinte (20) y veinticinco (25) años. Sin embargo, rara vez más de treinta
(30) años (Wintgens, 2004; Arcila et al., 2007b). A libre crecimiento
la planta comienza a producir frutos en ramas al año, continúa su
producción durante varios años y alcanza su máxima productividad
entre los seis (6) y ocho (8) años, después de lo cual esta disminuye
a medida que aumenta la edad de la planta (Arcila, 2007a). En este
sentido, se deben tener óptimos factores ambientales, disponibilidad de
energía y agua para que la planta realice adecuadamente los procesos
físicos y bioquímicos necesarios para su crecimiento (Wintgens, 2004;
Zamarripa et al., 2013), lo que está fuertemente ligado al tipo de sistema
productivo en el que se encuentran los cafetos.
Factores climáticos
31
800 m, el café Arábica crece mejor en altitudes más altas y a menudo se
cultiva en las zonas montañosas (DaMatta y Ramalho, 2006).
a) b)
33
Es por ello que en las plantaciones de café mexicanas es muy
importante definir un correcto arreglo topológico ya que más del 98%
de los cafetales se realizan bajo sombra. El manejo de la sombra en los
agroecosistemas cafetaleros debe ser periódico y acorde con cada tipo
de sistema agroforestal para no causar un impacto negativo, debido a
un exceso de sombra. Los árboles de sombra de los cafetales conforman
una de las masas arbóreas más importantes del país (Escamilla y Díaz,
2002). Los niveles óptimos de sombra para el café con un efecto positivo
están entre el 23 y el 38% y se puede mantener el rendimiento hasta un
48% de sombra. La producción se podría reducir con una cobertura
arbórea mayor al 50% (Soto-Pinto et al., 2000).
35
Avelino, J.; Zelaya, H.; Merlo, A.; Pineda, A.; Ordoñez, M. y Savary,
S. (2006). The intensity of a coffee rust epidemic is dependent on
production situations. Ecological Modelling, 197(3-4), 431-447.
doi.org/10.1016/j.ecolmodel.2006.03.013
Beer, J. (1987). Advantages, disadvantages and desirable characteristics
of shade trees for coffee, cacao and tea. Agroforestry Systems, 5(1),
3-13. doi:10.1007/BF00046410
Berthaud, J. y Charrier, A. (1988). Genetic resources of Coffea. En R.
Clarke y R. Macrae (Eds.), Coffee. Vol. 4: Agronomy (pp. 1-42).
London, UK: Elsevier Applied Science.
Bouharmont, J. (1963). Somatic chromosomes of some Coffea species.
Euphytica, 12(3), 254–327. doi: 10.1007/BF00027458
Callo-Concha, D.; Rajagophal, I. y Krishnamurthy, L. (2004). Secuestro
de carbono por sistemas agroforestales en Veracruz. Ciencia UANL,
7(2), 60-65.
Camayo, C. y Arcila, J. (1996). Estudio anatómico y morfológico de la
diferenciación y desarrollo de las flores del cafeto Coffea arabica L.
variedad Colombia. Cenicafé, 47(3), 121-139.
Charrier, A. y Berthaud, J. (1985). Botanical classification of coffee. En
M. Clifford y K. Willson (Eds), Coffee (pp. 13-47). Boston, USA:
Springer. doi: 10.1007/978-1-4615-6657-1_2
Charrier, A. y Eskes, A. (2004). Botany and genetics of coffee. En J.
Wintgens (Ed), Coffee: growing, processing, sustainable production.
A guidebook for growers, processors, traders and researchers (pp.
25-56). Weinheim, Germany: Wiley-Vch.
Chevalier, A. (1947). Les Vrais Les faux cafeirs Nomcnclature ct
systematique Les Cafeirs du globe. Encycl biologique, 28(3), 117–
228.
Cerda, R.; Avelino, J.; Gary, C.; Tixier, P.; Lechevallier, E. y Allinne,
C. (2017). Primary and secondary yield losses caused by pests and
diseases: Assessment and modeling in coffee. PloS one, 12(1), 1-17.
e0169133. doi: 10.1371/journal.pone.0169133
Craparo, A.; Van Asten, P.; Läderach, P.; Jassogne, L. y Grab, S. (2015).
37
Fournier, L. (1988). El cultivo del cafeto (Coffea arabica L.) al sol o
a la sombra: un enfoque agronómico y ecofisiológico. Agronomía
Costarricense, 12(1), 131–146.
Fuentes-Flores, R. (1979). Coffee production systems in Mexico. En
F. de las Salas (ed.), Workshop on agroforestry systems in Latin
America (pp. 60-71). Turrialba, Costa Rica: CATIE.
Gaitán-Bustamante, A.; Rivillas-Osorio, C.; Castro-Caicedo, B. y
Cristancho-Ardila, M. (2013). Manejo integrado de enfermedades. En
F. Gast; P. Benavides; J. Sanz; J. Herrera; V. Ramírez; M. Cristancho
y S. Marín (eds.), Manual del cafetero colombiano Investigación y
tecnología para la sostenibilidad de la caficultura (pp. 143-178).
Chinchiná, Colombia: FNC-Cenicafé.
Gitter, S.; Weber, J.; Barham, B.; Callenes, M. y Valentine, J. (2012).
Fair trade-organic coffee cooperatives, migration, and secondary
schooling in Southern Mexico. The journal of development studies,
48(3), 445-463. doi: 10.1080/00220388.2011.598511.
Gómez-Delgado, F.; Roupsar, O.; le Maire, G.; Taugourdeau, S.; Pérez,
A.; van Oijen, M. y Moussa, R. (2011). Modelling the hydrological
behaviour of a coffee agroforestry basin in Costa Rica. Hydrology
and Earth System Sciences, 15(1), 369-392. doi: 10.5194/hess-15-
369-2011
González, A. y Nigh, R. (2005). Smallholder participation and
certification of organic farm products in Mexico. Journal of rural
studies, 21(4), 449-460. doi: 10.1016/j.jrurstud.2005.08.004
Hamon, P.; Hamon, S.; Razafinarivo, N.; Guyot, R.; Siljak-Yakovlev, S.;
Couturon, E. y de Kochko, A. (2014). Coffea genome organization
and evolution. En V. Preedy (Ed.), Coffee in health and disease
prevention (pp. 29-37). San Diego, USA: Academic Press.
Hernández-Martínez, G.; Escamilla-Femat, S.; Velázquez-Premio, T. y
Martínez-Marín, J. (2013). Análisis de la cadena de suministro del
café en el centro de Veracruz: situación actual, retos y oportunidades.
En R. López; V. Sosa; G. Díaz y H. Contreras (eds.), Cafeticultura
en la zona centro del estado de Veracruz: diagnóstico, productividad
y servicios ambientales (pp. 8-36) México: INIFAP.
39
Lim, T. (2013). Edible medicinal and non-medicinal plants. Fruits (vol.
5). New York, USA: Springer. doi: 10.1007/978-94-007-5653-3
López, R.; Escamilla, E.; Díaz, G.; Guajardo, R.; Martínez, J.; García, L.
y Barreda, S. (2013a). La cafeticultura en México y su problemática.
En R. López; G. Díaz y A. Zamarripa (Eds), El sistema producto
café en México: problemática y tecnología de reproducción (pp
5-31). Ciudad de México, México: SAGARPA y INIFAP.
López, R.; García, L. y Castillo, M. (2013b). Manejo del cafetal. En R.
López, G. Díaz y A. Zamarripa (eds.), El sistema producto café en
México: problemática y tecnología de reproducción (pp. 165-205).
Ciudad de México: SAGARPA y INIFAP.
López, R.; Salazar, J.; Martínez, J.; Padilla, G. y García, L. (2013d).
Producción de café bajo sistemas agroforestales (SAF-café): caso
de la zona centro del estado de Veracruz. En R. López; G. Díaz y A.
Zamarripa (eds.), El sistema producto café en México: problemática
y tecnología de reproducción (pp. 315-346). Ciudad de México:
SAGARPA y INIFAP.
López, R.; Zamarripa, A. y Castillo, M. (2013c). Establecimiento de
cafetales. En R. López; G. Díaz y A. Zamarripa (eds.), El sistema
producto café en México: problemática y tecnología de reproducción
(pp. 131-162). Ciudad de México: SAGARPA y INIFAP.
Nair, K. (2010). The agronomy and economy of important tree crops of
the developing world. Burlington, USA: Elsevier.
Nestel, D. (1995). Coffee in Mexico: international market, agricultural
landscape and ecology. Ecological Economics, 15(2), 165-178.
doi:10.1016/0921-8009(95)00041-0
Nolasco, M. (1985). Café y sociedad en México. Ciudad de México:
Centro de Ecodesarrollo.
Nutman, F. (1933a). The root system of C. arabica. Pt. II. The effect of
some soil conditions in modifying the normal root-system. Empire
Journal of Experimental Agriculture, 1(4), 285-296.
Nutman. F. (1933b). The root system of C. arabica. Pt. I. Root-systems
in typical soils of British East Africa. Empire Journal of Experimental
Agriculture, 1(3), 271-284.
41
Pérez-Akaki, P. (2011). Denominaciones de origen (DO) y marcas
colectivas (MC) en el café mexicano, ¿estrategia para el desarrollo
regional? Revista Geográfica de América Central, 2(47E), 1-22.
Perfecto, I. y Vandermeer, J. (2015). Coffee agroecology: a new
approach to understanding agricultural biodiversity, ecosystem
services and sustainable development. New York, USA: Routledge.
Prakash, N.; Devasia, J.; Raghuramulu, Y. y Aggarwal, R. (2016).
Genetic diversity and coffee improvement in India. En V. Rajpal;
S. Rao y S. Raina (Eds.), Molecular breeding for sustainable crop
improvement (pp. 231-268). Switzerland: Springer. doi: 10.1007/978-
3-319-27090-6
Rapidel, B.; Ripoche, A.; Allinne, C.; Metay, A.; Deheuvels, O.;
Lamanda, N. y Gary, C. (2015). Analysis of ecosystem services trade-
offs to design agroecosystems with perennial crops. Agronomy for
Sustainable development, 35(4), 1373-1390. doi:10.1007/s13593-
015-0317-y
Rivera-Silva, M.; Gavrilov, I.; Álvarez, M.; Chaparro, V.; Padilla, G. y
Panes, R. (2013). Vulnerabilidad de la producción del café (Coffea
arabica L.) al cambio climático global. Terra Latinoamericana,
31(4), 305-313.
Robles-Berlanga, H. (2011). Los productores de café en México:
problemática y ejercicio del presupuesto. Mexican rural development
research reports, 14, 3-62.
Rocha, J.; Zambolim, L.; Zambolim, E.; do Vale, F.; Junior, W. y
Bergamin-Filho, A. (2010). Quantification of yield loss due to coffee
leaf scorch. Crop Protection, 29(10), 1100-1104. doi: 10.1016/j.
cropro.2010.04.011
Rodrigues, C.; Maia, R.; Ribeirinho, M.; Hildebrandt, P.; Gautz, L.;
Prohaska, T. y Máguas, C. (2013). Coffee. En M. de la Guardia y
A. Gonzálvez. Comprehensive analytical chemistry: food protected
designation of origin methodologies and applications (pp. 573-598).
Oxford, UK: Elsevier.
Romero-Alvarado, Y.; Soto-Pinto, L.; García-Barrios, L. y Barrera-
Gaytán, J. (2002). Coffee yields and soil nutrients under the shades
of Inga sp. vs. multiple species in Chiapas, Mexico. Agroforestry
43
Tropicos.org. (2019). Missouri Botanical Garden. Tropicos. Recuperado
de http://www.tropicos.org
Ukers, W. (1922). All about coffee. New York, USA: The tea and coffee
trade journal company.
Uribe, A. y Mestre, A. (1988). Efecto de la densidad de población y
de la disposición de los árboles en la producción de café. Cenicafé,
39(2), 31-42.
Valencia, G. (1973). El área foliar y la productividad del cafeto.
Cenicafé, 24(4), 79-89.
Valencia, G. (1992). Fertilización de los cafetales. Avances Técnicos
Cenicafé, 175, 1-6.
van Kanten, R.; Schroth, G.; Beer, J. y Jiménez. F. (2005). Fine-root
dynamics of coffee in association with two shade trees in Costa Rica.
Agroforestry Systems, 63(3), 247-261. doi: 10.1007/s10457-005-
4163-9
Vega, F.; Infante, F.; Castillo, A. y Jaramillo, J. (2009). The coffee berry
borer, Hypothenemus hampei (Ferrari) (Coleoptera: Curculionidae):
a short review, with recent findings and future research directions.
Terrestrial Arthropod Reviews, 2, 129-147 Doi: 10.1163/187498209
X12525675906031
Vega, F.; Infante, F. y Johnson, A. (2015). The genus Hypothenemus,
with emphasis on H. hampei, the coffee berry borer. En F. Vega y R.
Hofstetter (eds.), Bark beetles: Biology and ecology of native and
invasive species (pp. 427-494). San Diego, USA: Academic Press.
Williams-Linera, G.; Manson, R. y Isunza-Vera, E. (2002). La
fragmentación del bosque mesófilo de montaña y patrones de uso
del suelo en la región oeste de Xalapa, Veracruz, México. Madera y
Bosques, 8(1), 73-89. doi: 10.21829/myb.2002.811307
Willson, K. (1985). Climate and soil. En M. Clifford y K. Willson
(eds.), Coffee: botany, biochemistry and production of beans and
beverage (pp. 97-107). Boston, USA: Springer. doi: 10.1007/978-1-
4615-6657-1
45
46 Retrospectiva del café en Mesoamérica y Colombia
Análisis de casos
Capítulo 2.
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS Y CONSERVACIÓN
DE BIODIVERSIDAD EN CAFETALES
Mario Javier Gómez Martínez
47
de interacciones entre ellos— a generar condiciones adecuadas para el
bienestar humano. En síntesis, el concepto de SE o servicios ambientales
permite hacer un vínculo explícito entre el estado y funcionamiento de
los ecosistemas y el bienestar humano. Esta relación puede ser directa
o indirecta y los seres humanos pueden o no estar conscientes de su
existencia (Balvanera y Cotler, 2007).
49
Rapidel y Sinclair, 2012), los sistemas agroforrestales cafetaleros
(SAfC) se consideran a menudo más compatibles con la conservación
de la integridad del ecosistema que los monocultivos de café (De
Beenhouwer et al., 2015).
51
a) b)
53
del paisaje pueden aumentar las comunidades naturales de
parasitoides. Este es el caso de sistemas agroforestales cafetaleros
en Chiapas (México), donde las decisiones individuales de los
agricultores contribuyeron a crear una complejidad a nivel de
paisaje con menores cantidades de tierras agrícolas intensivamente
manejadas y mayores cantidades de bosques beneficiosos para
los parasitoides y las hormigas (Pak, Iverson, Ennis, Gonthier y
Vandermeer, 2015).
55
fueron surgiendo. Un ejemplo de ello es el caso del arriero3, el cual
hace parte de la idiosincrasia hasta muy entrado el siglo XX y casi
hasta comienzos de la fase de modernización del café (Machado,
2001). Desde que el café llegó a Colombia en el siglo XIX zonas
con características comunes (sustrato natural, acción humana y
capacidad productiva) han florecido y, a propósito de estas, la más
destacada se localiza en los departamentos de Caldas, Quindío y
Risaralda que conforman El Triángulo del Café (Correa, 2013).
57
(Caudill et al., 2015) ya que la perturbación del sotobosque afecta
la diversidad de pequeños mamíferos (García-Estrada, Peña-
Sánchez y Colín-Martínez, 2015).
59
intensivos a pleno sol, e inclusive puede ser manejado como un sistema
agrosilvopastoril (Figura 2.2).
Figura 2.2. Pastoreo de ovinos en un cafetal con sombrío para el manejo de arvenses.
Estación Experimental del INIFAP en el municipio de Teocelo (Veracruz, México).
Fuente: Gómez-Martínez (2015)
61
que la productividad del café era similar en plantaciones a pleno sol
o con árboles de sombra de madera cuando existe una alta entrada de
insumos. Al mismo tiempo, hallaron una ligera competencia de los
árboles de sombra de leguminosas que limitaba la producción de café.
63
Dado que la maximización de los beneficios es uno de los objetivos
primarios de la mayoría de los productores de café, las recomendaciones
de gestión basadas únicamente en sus implicaciones biológicas
tienen menos probabilidades de tener un impacto que aquellas cuyas
implicaciones económicas pueden ser explícitamente comprendidas. En
esta perspectiva, los productores de café y los encargados de formular
políticas necesitan saber no solo cuánta biodiversidad se puede conservar
en las plantaciones de café y cómo hacerlo sino cuánto costará. Debido
a la variación anual de los rendimientos de café surge la necesidad de
estudios plurianuales de la relación beneficio-biodiversidad (Gordon et
al., 2007).
1.3 REFERENCIAS
65
Balvanera, P. (2012). Los servicios ecosistémicos que ofrecen los
bosques tropicales. Revista Ecosistemas, 21(1-2), 136-147.
Balvanera, P. y Cotler, H. (2007). Acercamientos al estudio de los
servicios ecosistémicos. Gaceta Ecológica, 84-85, 8-15.
Bali, A.; Kumar, A. y Krishnaswamy, J. (2007). The mammalian
communities in coffee plantations around a protected area in the
Western Ghats, India. Biological Conservation, 139(1), 93-102. doi:
10.1016/j.biocon.2007.06.017
Beer, J. (1987). Advantages, disadvantages and desirable characteristics
of shade trees for coffee, cacao and tea. Agroforestry Systems, 5(1),
3-13. doi:10.1007/BF00046410
Bravo-Monroy, L.; Tzanopoulos, J. y Potts, S. (2015). Ecological
and social drivers of coffee pollination in Santander, Colombia.
Agriculture, Ecosystems & Environment, 211, 145-154. doi:
10.1016/j.agee.2015.06.007
Borkhataria, R.; Collazo, J. y Groom, M. (2012). Species abundance
and potential biological control services in shade vs. sun coffee in
Puerto Rico. Agriculture, Ecosystems & Environment, 151, 1-5. doi:
10.1016/j.agee.2012.01.025
Bosselmann, A.; Dons, K.; Oberthur, T.; Olsen, C.; Ræbild, A. y
Usma, H. (2009). The influence of shade trees on coffee quality in
small holder coffee agroforestry systems in Southern Colombia.
Agriculture, Ecosystems & Environment, 129, 253-260. doi:
10.1016/j.agee.2008.09.004
Buck, L.; Lassoie, J. y Fernandes, E. (eds.). (1998). Agroforestry in
sustainable agricultural systems. Boca Raton, USA: CRC Press.
Caudill S.; DeClerck F. y Husband T. (2015). Connecting sustainable
agriculture and wildlife conservation: does shade coffee provide
habitat for mammals? Agriculture, Ecosystems & Environment, 199,
85-93. doi: 10.1016/j.agee.2014.08.023
Cerda, R.; Allinne, C.; Gary, C.; Tixier, P.; Harvey, C.; Krolczyk, L. y
Avelino, J. (2017). Effects of shade, altitude and management on
multiple ecosystem services in coffee agroecosystems. European
Journal of Agronomy, 82, 308-319. Doi: 10.1016/j.eja.2016.09.019
67
Fisher, B.; Turner, R. y Morling, P. (2009). Defining and classifying
ecosystem services for decision making. Ecological economics,
68(3), 643-653. doi: 10.1016/j.ecolecon.2008.09.014
García-Estrada, C.; Damon, A.; Hernández, C.; Pinto, L. y Núñez,
G. (2006). Bat diversity in montane rainforest and shaded coffee
under different management regimes in southeastern Chiapas,
Mexico. Biological Conservation, 132(3), 351-361. doi: 10.1016/j.
biocon.2006.04.027
García-Estrada, C.; Peña-Sánchez, Y. y Colín-Martínez, H. (2015).
Diversidad de mamíferos pequeños en dos sitios con diferente grado
de alteración en la Sierra Sur, Oaxaca, México. Revista Mexicana de
Biodiversidad, 86(4), 1014-1023. doi: 10.1016/j.rmb.2015.06.011
García-Franco, J. y Toledo, T. (2008). Epífitas vasculares: bromelias
y orquídeas. En R. Manson; V. Hernández-Ortiz; S. Gallina y
K. Mehltreter (eds.), Agroecosistemas cafetaleros de Veracruz.
Biodiversidad manejo y conservación (pp. 69-82). Xalapa, México:
INECOL.
García-Mayoral, L.; Valdéz-Hernández, J.; Luna-Cavazos, M. y López-
Morgado, R. (2015). Estructura y diversidad arbórea en sistemas
agroforestales de café en la sierra de Atoyac, Veracruz. Madera y
Bosques, 21(3), 69-82.
Gliessman, S. (2002). Agroecología: procesos ecológicos en agricultura
sostenible. Turrialba, Costa Rica: CATIE.
Gobbi, J. (2000). Is biodiversity-friendly coffee financially viable?
An analysis of five different coffee production systems in western
El Salvador. Ecological Economics, 33(2), 267-281. Doi: 10.1016/
S0921-8009(99)00147-0
Goodall, K.; Bacon, C. y Mendez, V. (2015). Shade tree diversity, carbon
sequestration, and epiphyte presence in coffee agroecosystems:
A decade of smallholder management in San Ramón, Nicaragua.
Agriculture, Ecosystems & Environment, 199, 200-206. doi:
10.1016/j.agee.2014.09.002
Goodman, M. y García-Barrios, L. (2004). Maize and biodiversity:
the effects of transgenic maize in Mexico. En Commission for
Environmental Cooperation of North America, Assessment of
69
Hardt, E.; Borgomeo, E.; dos Santos, R.; Pinto, L.; Metzger, J. y Sparovek,
G. (2015). Does certification improve biodiversity conservation in
Brazilian coffee farms?. Forest Ecology and Management, 357, 181-
194. doi: 10.1016/j.foreco.2015.08.021
Hernández-Martínez, G.; Escamilla-Femat, S.; Velázquez-Premio, T. y
Martínez-Marín, J. (2013). Análisis de la cadena de suministro del
café en el centro de Veracruz: situación actual, retos y oportunidades.
En R. López; V. Sosa; G. Díaz y H. Contreras (eds.), Cafeticultura en
la zona centro del Estado de Veracruz: diagnóstico, productividad y
servicios ambientales (pp. 8-36). México: INIFAP.
Jha, S. y Vandermeer, J. (2010). Impacts of coffee agroforestry
management on tropical bee communities. Biological Conservation,
143(6), 1423-1431. doi: 10.1016/j.biocon.2010.03.017
Jurjonas, M.; Crossman, K.; Solomon, J. y Baez, W. (2016). Potential
links between certified organic coffee and deforestation in a
protected area in Chiapas, Mexico. World Development, 78, 13-21.
doi: 10.1016/j.worlddev.2015.10.030
Kroeger, T. y Casey, F. (2007). An assessment of market-based approaches
to providing ecosystem services on agricultural lands. Ecological
Economics, 64(2), 321-332. doi: 10.1016/j.ecolecon.2007.07.021
La Notte, A.; D’Amato, D.; Mäkinen, H.; Paracchini, M.; Liquete, C.;
Egoh, B. y Crossman, N. (2017). Ecosystem services classification:
a systems ecology perspective of the cascade framework. Ecological
indicators, 74, 392-402. doi: 10.1016/j.ecolind.2016.11.030
Letourneau, D.; Jedlicka, J.; Bothwell, S. y Moreno, C. (2009). Effects
of natural enemy biodiversity on the suppression of arthropod
herbivores in terrestrial ecosystems. Annual Review of Ecology,
Evolution, and Systematics, 40, 573–592. doi: 10.1146/ annurev.
ecolsys.110308.120320.
Lin, B. (2007). Agroforestry management as an adaptive strategy
against potential microclimate extremes in coffee agriculture.
Agricultural and Forest Meteorology, 144(1), 85-94. doi: 10.1016/j.
agrformet.2006.12.009
Lin, B. (2010). The role of agroforestry in reducing water loss through
soil evaporation and crop transpiration in coffee agroecosystems.
71
Systems, 76(1), 111-126. doi: 10.1007/s10457-009-9220-3
Milligan, M.; Johnson, M.; Garfinkel, M.; Smith, C. y Njoroge, P.
(2016). Quantifying pest control services by birds and ants in Kenyan
coffee farms. Biological Conservation, 194, 58-65. doi: 10.1016/j.
biocon.2015.11.028
Moguel, P. y Toledo, V. (1999). Biodiversity conservation in traditional
coffee systems of Mexico. Conservation Biology, 3(1), 11-21. doi:
10.1046/j.1523-1739.1999.97153.x
Moorhead, L.; Philpott, S. y Bichier, P. (2010). Epiphyte biodiversity
in the coffee agricultural matrix: canopy stratification and distance
from forest fragments. Conservation Biology, 24(3):737-746. doi:
10.1111/j.1523-1739.2009.01430.x.
Naciones Unidas. (2003). Ecosystems and human well-being: a
framework for assessment. Millennium Ecosystem Assessment.
Washington, USA: Island Press.
Naciones Unidas. (2005). Ecosystems and human well-being.
Millennium Ecosystem Assessment. Washington, USA: Island Press.
Ong, T. y Vandermeer, J. (2014). Antagonism between two natural
enemies improves biological control of a coffee pest: The importance
of dominance hierarchies. Biological Control, 76, 107-113. doi:
10.1016/j.biocontrol.2014.06.002
Pak, D.; Iverson, A.; Ennis, K.; Gonthier, D. y Vandermeer, J. (2015).
Parasitoid wasps benefit from shade tree size and landscape complexity
in mexican coffee agroecosystems. Agriculture, Ecosystems &
Environment, 206, 21-32. doi: 10.1016/j.agee.2015.03.017
Peeters, L.; Soto-Pinto, L.; Perales, H.; Montoya, G. y Ishiki, M. (2003).
Coffee production, timber, and firewood in traditional and Inga-
shaded plantations in Southern Mexico. Agriculture, Ecosystems &
Environment, 95, 481-493. doi: 10.1016/S0167-8809(02)00204-9
Pérez, J. y Díaz, S. (2000). El café, bebida que conquistó al mundo.
Texcoco, México: Universidad Autónoma Chapingo.
Perfecto, I. y Vandermeer, J. (2002). Quality of agroecological matrix in
a tropical montane landscape: ants in coffee plantations in southern
73
of Inga sp. vs. multiple species in Chiapas, Mexico. Agroforestry
Systems, 54(3), 215-224. doi: 10.1023/A:1016013730154
Sarmiento, J. (2012). Paisaje cultural cafetero del centro occidente de
Colombia: un patrimonio vivo. Labor e Engenho, 6(2), 8-15.
Schroth, G.; Harvey, C.; da Fonseca, G.; Gascon, C.; Vasconcelos, H. y
Izac, A. (eds.). (2004). Agroforestry and biodiversity conservation in
tropical landscapes. Washington, USA: Island Press.
Senbeta, F. y Denich, M. (2006). Effects of wild coffee management
on species diversity in the Afromontane rainforests of Ethiopia.
Forest Ecology and Management, 232(1), 68-74. doi: 10.1016/j.
foreco.2006.05.064
Siebert, S. (2002). From shade-to sun-grown perennial crops in
Sulawesi, Indonesia: implications for biodiversity conservation and
soil fertility. Biodiversity & Conservation, 11(11):1889-1902. doi:
10.1023/A:1020804611740
Sherry, T. (2000). Shade coffee: a good brew even in small doses. The
Auk, 117(3), 563-568.
Siles, P.; Harmand, J. y Vaast, P. (2010). Effects of Inga densiflora on
the microclimate of coffee (Coffea arabica L.) and overall biomass
under optimal growing conditions in Costa Rica. Agroforestry
Systems, 78(3), 269-286. doi:10.1007/s10457-009-9241-y
Soto-Pinto, L.; Perfecto, I.; Castillo-Hernandez, J. y Caballero-Nieto,
J. (2000). Shade effect on coffee production at the northern Tzeltal
zone of the state of Chiapas, Mexico. Agriculture, Ecosystems
& Environment, 80(1-2), 61-69. doi.org/10.1016/S0167-
8809(00)00134-1
Steppler, H. y Nair, P. (1987). Agroforestry-a decade of development.
Nairobi, Kenya: ICRAF.
Straub, C.; Finke, D. y Snyder, W. (2008). Are the conservation of
natural enemy biodiversity and biological control compatible
goals?. Biological Control, 45(2), 225–237. doi: 10.1016/j.
biocontrol.2007.05.013.
75
76 Retrospectiva del café en Mesoamérica y Colombia
Análisis de casos
Capítulo 3
EL CONTEXTO HISTÓRICO Y PAISAJÍSTICO DE
LA CAFICULTURA CAMPESINA EN PURISCAL,
COSTA RICA
Jairo Mora-Delgado
Introducción
77
cafetalera. Así se recrea la importancia del negocio del café en Costa
Rica en la historiografía cafetera elaborada por Peters (2016). Como
lo señala Samper (2017), esta es una reconstrucción histórica de la
economía cafetera de considerable valor para el conocimiento y la
comprensión de las distintas facetas del negocio del café de Costa Rica.
Resultados
79
la primera mitad del siglo XX. El cantón4 en mención fue considerado
hasta hace cincuenta (50) años «El Granero de Costa Rica» debido a su
alta producción de granos básicos (Fallas y Quesada, 2013).
Figura 3.1. Paisaje de Puriscal resultante de sucesivos cambios de uso del suelo que
devastaron los bosques húmedos para dar paso a sistemas agrícolas y finalmente,
pasturas degradadas.
Fuente: Mora-Delgado (2004)
81
cuando comenzó la expansión hacia el sur (Guadalupe, Acosta) que
posteriormente (década de los años sesenta del siglo XX) se agravó
cuando se empezó a abrir el camino desde Salitrales hacia la costa. Con
los avances tecnológicos de la corta de bosques rápidamente se abrieron
nuevos frentes de colonización (Bonilla, 1983).
b. Evolución de la caficultura
83
un cambio tecnológico moderno, en contraste con las modificaciones
posteriores a mitad del siglo XX cuando estas técnicas se sustituyeron
por tecnologías derivadas de la industria petroquímica.
5 A principios del siglo XX la mayoría del café costarricense iba al mercado europeo que pagaba por
calidad en apariencia y sabor, características que dependían de las condiciones agroecológicas del sitio
donde había sido producido. Esto llevó a que existieran alrededor de trescientas (300) marcas de origen para
acomodarse a ese mercado (Seligson, 1984).
6 La transformación de la caficultura centroamericana fue apoyada por la inyección de US$ 80 millones
provenientes de USAID y canalizada a través de PROMECAFE (Lyngbæk, 2000).
85
Verde (Rice y Ward, 1996). Esto incluía la sustitución de las variedades
tradicionales por las de alto rendimiento, el uso de fertilizantes de
síntesis química, plaguicidas y herbicidas, la remoción parcial o total de
la sombra y el incremento de la densidad de siembra (Instituto del Café
de Costa Rica [Icafé], 1999; Lyngbæk, 2000). Junto con un sistema
de mercadeo y beneficio centralizado, dicho proceso de intensificación
ha resultado en el lento desarrollo de la caficultura orgánica respecto
de otros países mesoamericanos como México y Guatemala (Lyngbæk,
2000).
El café en Puriscal
Para esa misma década los terrenos dedicados al cultivo del café
en Puriscal se habían extendido entre altitudes que van desde los 700 a
los 1500 msnm, en una topografía de pendientes entre el 40 y 60%, sobre
87
las cuales se ubicaba el 46 o 67% de los cafetales (Espinosa, 1983). Las
áreas más importantes para el cultivo de café con sombra de frutales
(mangos, musáceas, inga, cítricos) estaban localizadas en los terrenos
de Barbacoas, Bajo La Legua, Cerbatana, Cortezal, Jilgueral, La Palma,
Mercedes Norte, Piedades, San Juan, Santa Marta, San Antonio, San
Rafael, y el área entre Bajo La Legua y Pedernal hacia Candelarita.
Hacia el sur las áreas eran más pequeñas y dispersas (Espinosa, 1983;
Van Melle, 1983).
89
es desde caficulturas tradicionales u orgánicas pasivas hacia sistemas
orgánicos activos (Lyngbæk, 2000).
Figura 3.2. Plantación de café orgánico en la localidad La Legua, finca de José Luis
Zúñiga.
Fuente: Mora-Delgado (2003)
8 En el año 2001 CEDeCo ofreció dos talleres para productores campesinos: a. Finca integral y agricultura
orgánica y b. Agroindustria y comercialización.
9 Otras organizaciones constitutivas de la alianza son Afaorca, Filapinar de San Benito de Coto Brus,
Montaña Verde, Afaprosur, Asoprocafe, Bioley y ARDAO.
91
El objetivo relacionado con el beneficio a pequeña escala es el
que más obstáculos ha presentado en virtud de los aspectos técnicos que
se han convertido en argumentos para impedir su avance, a saber: falta
de infraestructura (patios de secado, clasificadora, silos, tostadora),
mecanismos dispositivos para el secado bajo condiciones de lluvia y
parihuelas, entre otros. A pesar de estas y de otras dificultades propias de
las organizaciones de pequeños y medianos productores, al momento de
realizarse el trabajo de campo del presente estudio la alianza avanzaba
fortalecida en la búsqueda de soluciones a los obstáculos.
10 Las relaciones entre los diferentes actores de la cadena agroalimentaria del café en Costa Rica están
determinadas por la Ley 2762, la cual versa sobre sobre el régimen de relaciones entre productores,
beneficiadores y exportadores de café. Esta ley fue reformada por las leyes 2768, 2865, 4688, 4804, 5250,
5785, 5864, 6095 y 6988, y reglamentada por el Decreto Ejecutivo 17013 del 5 de mayo de 1986.
Figura 3.3. Capacidad de uso del suelo en el cantón de Puriscal, Costa Rica.
Fuente: elaboración propia, adaptada de Bonilla (1983)
11 Calificación establecida para Costa Rica por la Oficina de Planificación del Sector Agropecuario (OPSA)
hacia 1978 de acuerdo con el mapa de capacidad de uso de suelos.
12 Los investigadores citados instalaron tres parcelas de escorrentía superficial y erosión laminar (café con
sombra, café sin sombra y pastura) para generar datos y estimar erosión mediante la Ecuación Universal
de Pérdida de Suelo (EUPS); esta sobrestima los datos, sobre todo cuando las parcelas de escorrentía son
instaladas en pendientes muy fuertes fuera del rango de calibración.
93
originado en la intercepción y acumulación de agua en las hojas anchas
de los árboles y su posterior caída (Thornes, 1990; Calder, Hall, Rosier,
Bastable y Prassanna, 1996).
a. El paisaje cafetalero
Ahora bien, la calidad Good Hard Bean (GHB) es cultivada entre los
1 000 y 1 200 msnm, es un grano de buena dureza, en taza, marcada acidez,
buen cuerpo y aroma. El Hard Bean (HB) es cultivado entre los 800 y
1 200 msnm, es un grano tipo duro con licor, con muy buenas características
de cuerpo y aroma aun cuando su acidez es ligeramente inferior a
95
Figura 3.4 Pisos térmicos y distritos del cantón de Puriscal, Costa Rica.
Fuente: Mora-Delgado (2004)
Conclusiones
97
REFERENCIAS
Anónimo. (1997). Organic and fair trade coffee of high quality from
Costa Rica, Guatemala and Dominican Republic. Estocolmo,
Suecia: Fox Research AB.
Baena, G. (1988). Manual para elaborar trabajos de Investigación
Documental. Ciudad de México, México: Ed. Editores Unidos
Mexicanos.
Bonilla, A. (1983). Proceso histórico de los recursos naturales de
Puriscal. En J. Heuveldop y L. Espinosa (eds.), El componente
arbóreo en Acosta y Puriscal, Costa Rica (pp. 11-17). Turrialba,
Costa Rica: CATIE.
Boyce, J.; Fernández, A.; Fûrst, E. y Segura, O. (1994). Café y desarrollo
sostenible: del cultivo agroquímico a la producción orgánica en
Costa Rica. Heredia, Costa Rica: EFUNA.
Brenes, L. (2002). Café emprende dura guerra por sobrevivir. La
Nación. San José, Costa Rica, jul. 22, pág. 2.
Calder, I.; Hall, R.; Rosier, P.; Bastable, H. y Prassanna, K. (1996).
Dependence of rainfall interception on drop size: 2. Experimental
determination of the wetting functions and two-layer stochastic
model parameters for five tropical tree species. Journal of Hydrology,
185(1-4), 379-388. doi: 10.1016/0022-1694(95)02999-0.
Castro, S. (1999). Cooperación regional para reducir la vulnerabilidad
ambiental y promover el desarrollo sostenible en Centroamérica. En
A. Uribe y H. Franklin (eds.), Vulnerabilidad ecológica y social.
Conferencia llevada a cabo en el “Taller sobre vulnerabilidad
ecológica y social”. Estocolmo, Suecia.
CATIE-Icafé. (2002). Proyecto de Sistemas de Información Geográfica
en Café en Costa Rica. Turrialba, Costa Rica: CATIE.
Corporación Educativa para el Desarrollo Costarricense (CEDeCo).
(1999). Estado actual de la agricultura orgánica en Costa Rica. San
José, Costa Rica: CEDeCo.
Cervantes, C. y Vahrson, W. (1992). Características de los suelos y
perdidas de nutrientes en Cerbatana de Puriscal, Costa Rica.
99
Nacional Agronómico y de Recursos Naturales. Conferencia llevada
a cabo en el 10º Congreso Nacional Agronómico y de Recursos
Naturales, San José, Costa Rica.
Heuveldop, J. y Chang, B. (1983). Estudio preliminar de especies
dominantes en relicto de bosque nativo. En J. Heuveldop y L.
Espinosa (eds.), El componente arbóreo en Acosta y Puriscal (pp.
33-48). Turrialba, Costa Rica, CATIE.
Hidalgo, T. (1982). Adopción y difusión de dos prácticas agronómicas
en el cultivo de tabaco en Puriscal y Parrita, Costa Rica. (Tesis de
pregrado). Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica.
Instituto del Café de Costa Rica (Icafé). (1999). Manual de
recomendaciones para el cultivo del café. San José, Costa Rica:
Icafé.
Instituto del Café de Costa Rica (Icafé). (2001). Informe sobre la
actividad cafetalera de Costa Rica. Heredia, Costa Rica: Icafé.
Instituto Centroamericano de Administración de Empresas–Centro
Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible
(InCAE - CLaCDS). (1998). Diagnóstico de la competitividad de la
industria del café en Costa Rica. Alajuela, CR: InCAE - CLaCDS.
Indígenas de la Sierra Madre de Motozintla (ISMaM). (1990). El cultivo
biológico del café orgánico. Motozintla, México: CODECE.
Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR). (2002). Atlas de Costa
Rica. [CD-ROOM] Cartago, Costa Rica: Escuela de Ingeniería
Forestal.
Jiménez, R. (1983). Situación forestal y medidas proteccionistas. En J.
Heuveldop y L. Espinosa (eds.), El componente arbóreo en Acosta
y Puriscal, Costa Rica (pp. 27-32). Turrialba, Costa Rica: CATIE.
Kumpel, J. (1901) La sombra en los cafetales considerada especialmente
bajo las condiciones locales de terreno y clima de Costa Rica. Boletín
del Instituto Físico Geográfico, 1(11), 285-305.
Lyngbæk, A. (2000). Organic coffee production: a comparative study
of organic and conventional smallholdings in Costa Rica. (Tesis de
maestría). University of Wales, Bangor, United Kingdom.
101
Platen, H.; Rodríguez, G. y Lageman, J. (1982). Sistemas de finca en
Acosta-Puriscal, Costa Rica. Serie técnica, Informe técnico 30.
Turrialba, Costa Rica: CATIE.
Reiche, C. y Carls, J. (1996). Modelos para el desarrollo sostenible: las
ventanas de sostenibilidad como alternativa. San José, Costa Rica:
GTZ- IICA.
Rice, R. y Ward, J. (1996). Coffee, conservation, and commerce in the
Western Hemisphere. Washington, D.C.: Smithsonian Migratory
Bird Center.
Restrepo, J. (2000). Material didáctico del X curso-taller latinoamericano
sobre agricultura orgánica con énfasis en la preparación de
biofertilizantes y caldos minerales para café, frutales y hortalizas.
San José, Costa Rica: Universidad Estatal a Distancia, CEDeCo,
Fundación Ambio.
Rico, J. (1988). La renta del tabaco en Costa Rica y su influencia
en el desarrollo del campesinado del Valle Central Occidental
(1766―1825). (Tesis de maestría). Universidad de Costa Rica, San
José, Costa Rica.
Samper, C. (1999). Trayectoria y viabilidad de las caficulturas
centroamericanas. En B. Bertrand y B. Rapidez (eds.), Desafíos de
la caficultura en Centroamérica (pp. 1-68). San José, Costa Rica:
IICA- Promecafé -CIRAD- IRD-CCCR.
Samper, M. (2017). Reseña del libro “El negocio del café de Costa
Rica, el capital alemán y la geopolítica” (1907-1936), de Gertrud
Peters Solórzano. Revista de Historia, 76 (agosto), 141-143. Doi:
10.15359/rh.76.7
Seligson, M. (1984). El campesino y el capitalismo agrario de Costa
Rica. San José, Costa Rica: Editorial Costa Rica.
Sinecología y Restauración de Ecosistemas Terrestres (SiREco). (1994).
Recuperación de áreas degradadas en la parte alta de la cuenca del
Río Picagres, Puriscal. Informe 1992-1993. San José, Costa Rica:
Universidad de Costa Rica.
Solano, C. (1999). AFAORCA La caficultura orgánica como alternativa
para familias campesinas. Aportes, 98(121-122), 46-48
103
104 Retrospectiva del café en Mesoamérica y Colombia
Análisis de casos
Capítulo 4
TECNOLOGÍA LOCAL DE LA CAFICULTURA
CAMPESINA EN COSTA RICA A FINALES DEL
SIGLO XX13
Jairo Mora-Delgado
Introducción
105
del medio natural y de producción de bienes y servicios (Ángel-
Maya, 1999). El paradigma tecnológico no es solamente un manojo
de instrumentos físicos, pues implica la creatividad científica y la
capacidad de manejo del mundo instrumental. En síntesis, tecnología
son las formas mediante las cuales el ser humano utiliza y combina
medios (herramientas e insumos), métodos que le permiten generar
procesos para alcanzar sus objetivos de adaptabilidad con el medio
natural o cultural.
Metodología
107
La descripción de las prácticas de manejo y los itinerarios seguidos
por el productor son fundamentales para conocer el funcionamiento del
sistema, por lo cual en este estudio se describen en detalle las categorías
de decisión presentadas en el Cuadro 4.1.
Resultados y discusión
109
en cosechas y deshierbas) en las cuales la fuerza del trabajo familiar
no da abasto, por lo cual se recurre a la contratación de trabajadores
temporales, lo que representa una erogación monetaria (Cuadro 4.3).
TC TM TO Total
Media Media Media Media
Adultos 3,5 ±1,29a 3,3 ±1,39a 3,9 ±1,94a 3,6 ±1,60
Niños 1,1 ±1,73a 0,8 ±0,89a 0,9 ±1,03a 0,9 ±1,26
Total 4,3 ±2,05ab 2,5 ±2,54a 4,8 ±2,33b 3,8 ±2,48
Cuadro 4.3. Distribución de integrantes entre adultos y niños de la familias estudiadas
en Puriscal, Costa Rica.
TO: Tecnología Orgánica; TM: Tecnología Mixta; TC: Tecnología Convencional.
Letras diferentes indican diferencias estadísticas según Prueba de Duncan (P<= 0,05).
Fuente: elaboración propia
111
Cuadro 4.4. Percentiles del tamaño de fincas cafetaleras en Puriscal, Costa Rica
TO TM TC
Percentil ha ha ha
0,25 1,48 1,00 2,00
0,50 3,50 3,50 4,10
0,72 4,80 7,00 7,53
1,00 12,50 26,00 140,00
TO: Tecnología Orgánica; TM: Tecnología Mixta; TC: Tecnología Convencional.
Fuente: elaboración propia
Mercado de Mercado
Insumos Laboral
Jornales Bosque
Familia
Productos
Café
Caña
Insumos C. Anuales
Pasto y
animales
Nutrimentos
Suelo -Agua
Información
Clima Mercado de
productos
Figura 4.3. Modelo idealizado de la finca típica cafetalera en Puriscal, Costa Rica.
Fuente: elaboración propia
14 Es el caso de José Luis Zúñiga y Leticia Mora, quienes manejan una finca modelo
apoyada por el Instituto Italo Latinoamericano (ILA) de donde derivan sus ingresos
de actividades agrícolas y pecuarias.
113
fincas convencionales, donde la relación es muy alta debido a la baja
proporción del área destinada a café respecto del área total.
Figura 4.4. Distribución porcentual de los usos del suelo en las tipologías de finca
cafetalera de Puriscal, Costa Rica.
TO: Tecnología Orgánica; TM: Tecnología Mixta; TC: Tecnología Convencional.
Fuente: elaboración propia
115
atribuida a los árboles es la de provisión de sombra al café, no se puede
descartar su papel en la generación de ingresos a la familia (Espinosa,
1983; Gómez, 1997; Muschler, 2000).
Figura 4.5. Modelo analógico del agroecosistema de café en Puriscal, Costa Rica.
Radiación solar (S), Humedad relativa (HR), Precipitación (PP), Temperatura (T),
Fertilizantes químicos (AQ), Plaguicidas (Pla), Herbicidas (Her), Abonos orgánicos
(AO), Biopreparados (Bio), Herramientas (Ins)
Fuente: elaboración propia
117
El café se constituye en la principal especie dentro del
agroecosistema, por lo cual es el componente que recibe un manejo
sistemático por parte del productor. Por el contrario, las demás especies
de la caficultura campesina crecen “sin manejo” y se benefician de
manera “oportunista” del manejo agronómico brindado al café.
La tecnología
a. Decisiones de siembra
Variedades
119
La siembra de la variedad Costa Rica 95 tuvo auge en los últimos
años del siglo pasado y primeros del presente, por lo cual fue encontrada
en las fincas de los tres modelos de caficultura analizadas tiene
posibilidades deexpandirse a futuro. Prueba de esto es que se habían
hecho semilleros para proveer las renovaciones de café reportadas. La
principal razón expuesta por los productores para tomar la decisión de
introducir la variedad Costa Rica 95 era su alta resistencia a la roya y
la superioridad en el rendimiento difundida por los técnicos del Icafé.
Sin embargo, en los testimonios de quienes ya la habían probado era
recurrente la objeción por su alta demanda de fertilizante de síntesis
química para obtener altos rendimientos.
121
Luis Zúñiga, Eduardo Quesada16 y Rafael Salazar. Mientras que los dos
primeros expresaron la intención de hacer semilleros de variedad Típica,
el tercero cuida las plántulas de variedad Robusta multiplicadas por
regeneración natural en su finca. Sin embargo, si bien hay conciencia
entre los productores de café orgánico de la necesidad de rediseñar
sus cultivos con variedades de café diferentes a las convencionales
para aprovechar las características genotípicas de adaptabilidad a las
condiciones ambientales locales, la realidad es que este proceso no se
lleva a la práctica.
Semilleros y almácigos
123
regados dos o tres veces por semana y las prácticas de mantenimiento
más frecuentemente reportadas son:
Distancias de siembra
125
2. Las distancias originales se han modificado por poda selectiva de
plantas enfermas o por resiembras.
3. La distancia de siembra es un referente general que varía con
las condiciones particulares del terreno. Si bien los agricultores
hicieron el trazado y hoyado siguiendo las recomendaciones de
distancia entre calles y plantas para la variedad utilizada, aquella
varía frente a condiciones físicas (pendiente, presencia de árboles
o rocas), o a disponibilidad o carencia del material vegetal
(plántulas).
17 Gran parte de la información fue obtenida mediante conversaciones sostenidas al margen de las
herramientas sistemáticas de investigación (fichas técnicas, talleres o entrevistas). Estas constituyen un
recurso valioso para explicar y ahondar en las razones y percepciones de un campesino respecto de una u
otra práctica.
127
Cuadro 4.7. Porcentaje de fincas que usan diferentes tipos de abonos
en Puriscal, Costa Rica.
TO TM TC
Tipo de abono
% % %
Orgánicos
Compost 35,71 7,69 0,00
Bocashi 57,14 0,00 8,30
Abono de lombriz 28,57 0,00 8,30
Gallinaza 7,14 7,70 16,60
Bovinaza 14,28 23,10 8,30
Bioabono foliar 64,29 0,00 0,00
Síntesis química
Compuesto 0,00 61,54 100
Nitrógeno 7,14 46,2 50
Calcio 14,28 0,00 0,00
TO: Tecnología Orgánica; TM: Tecnología Mixta; TC: Tecnología
Convencional.
Fuente: elaboración propia
129
En los grupos de productores mixtos y convencionales (de TM y
de TC) se aplica un promedio de 78 y 108 g por planta-1 respectivamente,
estimándose un promedio de 174,0±232,7 y 374,7±316,6 kg por ha-1 de
abono de fórmula compuesta para cada grupo.
131
peyorativamente catalogada como “maleza”, constituye un problema.
Tal concepto se sustenta en la competencia por factores esenciales (por
ejemplo agua, luz, espacio y nutrientes) para el desarrollo de la planta,
además de (por ejemplo agua, luz, espacio y nutrientes), además de
que su permanencia en el sitio dificulta las labores que deben realizarse
durante el desarrollo del cultivo (Fryer, Makepeace y Fearon, 1977).
Diversidad de especies
133
(trepadoras) y los zacates. Esto podría estar relacionado con la mayor
capacidad de invasión y ocupación de espacio de estas especies, derivada
de una mayor biomasa que les permite competir más eficientemente con
las especies de hoja ancha menguando así la capacidad de supervivencia
de estas últimas en el sistema.
135
considerarse plagas por sus efectos negativos sobre la producción
(Morales, 1984; Lyngbæk, 2000). Sin embargo, no todas estas
especies son reconocidas como plagas en el saber local campesino,
probablemente debido al autocontrol de las poblaciones de insectos que
puede desarrollarse en los sistemas de producción diversificados.
Cuadro 4.8. Frecuencia y adopción en las prácticas empleadas para proteger los
cultivos o combatir plagas y enfermedades
TO TM TC
Variable Adop- Frecuen- Adop- Frecuen- Adop- Frecuen-
ción (%) cia media ción (%) cia media ción (%) cia media
Biopreparados 64,3 1,4±1,5a 0,0 0,0b 0,0 0,3±0,6b
Plaguicidas 0,0 0,0b 93,3 1,69±1,1a 83,3 1,7±1,3a
Herbicidas 0,0 0,0b 79,0 1,15±0,7a 92,0 1,2±0,6a
Chapeas 100 3,1±0,7a 100,0 2,53±0,8a 100,0 3,0±0,9a
Insecticidas 0,0 0,0 0,0 0,0 92,0 1±0,0
Manejo 36,0 0,0 0,0 0,0 17,0 0,0
TO: Tecnología Orgánica; TM: Tecnología Mixta; TC: Tecnología Convencional.
Fuente: elaboración propia
1. Cedre la adorata
2. Persea americana
3. Cestrum racemosum
4. Inga sp
5. Citrus sp
6. Erithrina poeppigiana
7. Dyphica robinoides
8. Musa sp
9. Coffee a arabiga
137
El manejo de doseles de sombra debería ser una de las prácticas
más eficientemente ejecutadas en caficultoras campesinas localizadas en
tierras de ladera y más aún en agroecosistemas orgánicos. Sin embargo,
este estudio revela que es una de las prácticas menos atendidas por los
productores analizados. Contrariamente a lo sugerido por Lyngbæk
(2000), el criterio del productor para incluir o excluir árboles o musáceas
en el cafetal está relacionado con el valor que le dé a la provisión de
productos complementarios para la economía familiar, antes que a la
función reguladora del microclima.
Cuadro 4.9. Número de especies de árboles usadas por los productores de café en
Puriscal, Costa Rica.
Muestra completa TO TM TC
Frutales 16 15 6 4
Maderables 15 14 4 6
Multiuso 7 5 3 1
Palmas 3 3 1 0
Leguminosas 3 3 2 1
Musáceas 2 2 2 2
Otros 7 6 2 2
Fuente: elaboración propia
Diversidad
16
14
Número de especies
12
10
8
10b
6
4
2 4a
3a
0
TO TM TC
139
Densidad
Producción y productividad
Cuadro 4.10. Producción media por hectárea de las fincas analizadas en tres cosechas
consecutivas en Puriscal, Costa Rica.
Orgánica Mixta Convencional Total
Cosecha Fan/ha Fan/ha Fan/ha Fan/ha
1999/2000 10,41±10,50 10,08±16,55 20,45±21,93 13,48±16,92
2000/2001 9,68±13,38 23,23±25,15 37,22±18,15 22,66±21,94
2001/2002 10,02±12,85 18,65±21,24 17,04±14,90 14,96±16,53
Fuente: elaboración propia
20 Fanega: medida de capacidad de origen español que contiene dos hectolitros dobles equivalentes
aproximadamente a 250-260 kg de peso fresco o 46 kg de café oro.
21 Manzana: medida de superficie equivalente a 7000 m2.
141
El modelo de caficultura orgánica (TO) merece un comentario
adicional sobre la tendencia de la curva. Si bien es cierto que esta presentó
una baja considerable en la productividad, tiende a estabilizarse en las
tres últimas cosechas, o al menos la pendiente no es tan marcada como
en los otros dos modelos. Al respecto, Restrepo (2000) sugiere que
un proceso de conversión de un manejo convencional a uno orgánico
implica, en un principio, una disminución de la productividad; no
obstante, posteriormente se logra una estabilización siempre y cuando
el manejo sea adecuado. El estudio realizado por Lyngbæk (2000)
en fincas orgánicas de diferentes zonas de Costa Rica confirma esta
tendencia.
Orgánica
Rendimiento efectivo (Fan/ha)
Mixta
40 Convencional
35 Total
30
25
20
15
10
5
0
1998/1999* 1999/2000 2000/2001 2001/2002
Podas y deshijas
143
poda total por lotes. La poda selectiva se lleva a cabo en función de
dos criterios: estado fitosanitario o debilidad de las ramas o plantas. El
testimonio de un productor de la localidad de San Juan (Puriscal, Costa
Rica) entrevistado refleja los sistemas de poda utilizados:
La poda depende del estado del cafetal; por ejemplo, cuando yo tenía café en
la finca de abajo que era de solo café, habían años en que se chapeaba hasta un
75%. A los dos años siguientes yo le sacaba un 10%, depende del desgaste. Una
mata que coseché dos o tres años muy bien, el año siguiente ya está agotada,
ese brote ya está agotado. Yo estuve experimentando en poda por ciclos, que
se los hace de tres alterno; eso significa que un año se cortaba una calle, la
otra se la cortaba “rock and roll” el siguiente año. El siguiente se seguía con la
tercera calle. Eso porque en Puriscal se considera que la mata tiene ciclo de tres
años a diferencia de los cafetales de Alajuela que tienen ciclos de cinco años.
Pero para trabajar en ciclos hay que tener un cafetal muy grande (Madrigal,
comunicación personal, 2002).
Conservación de suelos
145
Diversidad de intereses y conflictos
22 A finales del año 2001 el administrador de Lomas al Río propuso asociarse para el montaje del
microbeneficio, en cuyo proyecto las asociaciones debían aportar la infraestructura, los silos, las pilas
de secado y la gestión de los aspectos legales, mientras que la cafetalera aportaría la capacitación y la
maquinaria.
23 En Costa Rica la legislación para la agricultura orgánica se establece en la Ley del Ambiente n.o 7554
de 1995 y posteriormente con la constitución de la Comisión Nacional que determina las regulaciones para
la agricultura orgánica. En la actualidad la agencia EcoLógica es el único organismo nacional acreditado
para certificar, para lo cual ha establecido nexos con la International Federation of Organic Agriculture
Movements (IFOAM) para armonizar sus regulaciones y poder acceder a mercados de la Unión Europea.
La certificación es un proceso que contempla diferentes etapas, siendo las principales las siguientes: a)
inspección física de la finca; b) entrevista y revisión de registros; c) análisis de suelos y nutrientes, y d)
análisis de contaminantes residuales.
147
Algunos productores de café convencional ven en la caficultura
orgánica una opción para salir de la crisis, pero actúan con cautela en
el proceso de acercamiento a este modelo que, para ellos, representa
tomar un riesgo en un camino que aún desconocen. Por ello, la mayor
parte de los caficultores convencionales expresaron su confianza en que
mejorarán las condiciones de mercado para continuar siendo lo que
toda su vida han sido: caficultores campesinos.
Conclusiones
149
Referencias
151
arbóreo en Acosta y Puriscal, Costa Rica (pp. 72-84). Turrialba,
Costa Rica: CATIE.
Fassbender, H. (1987). Modelos edafológicos de sistemas agroforestales.
Turrialba, Costa Rica: CATIE-GTZ.
Fernández, C. y Muschler, R. (1999). Aspectos de la sostenibilidad de
los sistemas de cultivo de café en América Central. En B. Bertrand y
B. Rapidel (eds.), Desafíos de la caficultura en Centroamérica (pp.
69-96). San José, Costa Rica: CIRAD-IICA- Promecafé.
Fischersworring, B. y Robkamp, R. (2001). Guía para la caficultura
ecológica. Lima, Perú: GTZ/BMZ.
Fryer, J.; Makepeace, R. y Fearon, J. (1977). Weed control handbooks.
Oxford, United Kingdom: Blackwell Scientific Publications.
Galloway, G. y Beer, J. (1997). Oportunidades para fomentar la
silvicultura en cafetales en América Central. Turrialba, Costa Rica,
Proyecto agroforestal CATIE/GTZ.
Gómez, J.; Pineda, A. y Prager, M. (2002). Acolchados orgánicos
(mulch). Palmira, Colombia: Universidad Nacional de Colombia.
Gómez, O. (1997). Diversificación agrícola de áreas cafetaleras. En
Manual del caficultor salvadoreño (pp. 63-71). San Salvador,
Salvador: Procafé.
Hall, C. y Hall, M. (1993). The efficiency of land and energy use in
tropical economies and agriculture. Agriculture, Ecosystems &
Environment, 46(1-4), 1-30. doi: 10.1016/0167-8809(93)90010-M.
Hernández, R. (1995). Importancia del café en el mercado salvadoreño
de la leña. Ciudad de Guatemala, Guatemala: Promecafé (Instituto
Interamericano de Cooperación para la Agricultura [IICA]).
Instituto del Café de Costa Rica (Icafé). (1999). Manual de
recomendaciones para el cultivo del café. San José, Costa Rica: Icafé.
Lyngbæk, A. (2000). Organic coffee production: a comparative study
of organic and conventional smallholdings in Costa Rica. (Tesis de
maestría). University of Wales, Bangor, United Kingdom.
Mejía, M. (1994). Agriculturas para la vida. Movimientos alternativos
153
Prager, M.; Restrepo, J.; Ángel, D.; Malagón, R. y Zamorano, A.
(2002). Agroecología. Palmira, Colombia: Universidad Nacional de
Colombia.
Banco de Occidente.
Ramírez-Bacca, R. (1999). Formación de una hacienda cafetera:
mecanismos de organización empresarial y relaciones administrativo-
laborales: el caso de La Aurora (Líbano-Colombia), 1882-1907.
Cuadernos de Desarrollo Rural= International Journal of Rural
Development, 42, 83-115.
Ramírez-Bacca, R. (2004). Formación y trnsformación de la
cultura laboral cafetera. En R. Ramírez-Bacca (Ed). Formación y
transformación de la cultura laboral cafetera (p. 18). Medellín, CO:
La Carreta Editores E. U.
Ramírez-Bacca, R. (2008). Conflictos, leyes y aparceria 1930-1970. El
regimen de la hacienda cafetera. En R. Ramírez, Y. Chincangana y
S. González (Eds). Historia, Trabajo, Sociedad y Cultura-Ensayos
Interdiciplinarios (págs. 81-112). Medellín, CO: La Carreta Editores
E. U.
Ramírez-Bacca, R. (2008b). Historia laboral de una hacienda cafetera.
La Aurora, 1882 – 1982. Medellín, CO: La Carreta Editores E. U.
Ramírez-Bacca, R. (2009). La broca del café en Líbano. Impacto
socioproductivo y cultural en los años 90. Revista de Estudios
Sociales, 32, 158-171.Restrepo, J. (1994). Abonos orgánicos
fermentados. San José, Costa Rica: PSST, AcyP, Organización
Internacional del Trabajo.
Restrepo, J. (2000). Material didáctico del X curso-taller
latinoamericano sobre agricultura orgánica con énfasis en la
preparación de biofertilizantes y caldos minerales para café, frutales
y hortalizas. San José, Costa Rica: Universidad Estatal a Distancia,
Corporación Educativa para el. Desarrollo Costarricense (CEDeCo),
Fundación Ambio.
Samper, C. (1999). Trayectoria y viabilidad de las caficulturas
centroamericanas En B. Bertrand y B. Rapidez (Eds). Desafíos de
la caficultura en Centroamérica (pp. 1-68). San José, Costa Rica:
IICA-Promecafé-CIRAD-IRD-CCCR.
155
156 Retrospectiva del café en Mesoamérica y Colombia
Análisis de casos
Capítulo 5.
CONFIGURACIÓN HISTÓRICA DEL CONFLICTO
EN LA ZONA CAFETERA DEL NORTE DEL
TOLIMA24.
Paola Rodríguez Rodríguez y Jairo Mora-Delgado
Introducción
24 Este trabajo se desarrolló en el marco del proyecto de investigación titulado Agroecosistemas y cultura
en fincas de la ecorregión cafetera del Tolima: evolución y conflicto, financiado por la Oficina Central de
Investigaciones de la Universidad del Tolima. Investigación realizada entre marzo de 2011y diciembre de
2012.
157
por ejemplo, la elaboración tradicional de alimentos típicos (mute25
tamales). Estos son fundamentales para la sobrevivencia en la apertura
de frontera agrícola, para el desarrollo de procesos emblemáticos de
tecnificación del grano (por ejemplo el uso de beneficios húmedos)
y la implementación de trilladoras a partir de la gestión comunitaria
(Guerrero, 2007).
Metodología
Zona de estudio
159
de los cuales el área urbana corresponde a 3.28 km (Alcaldía de El
Líbano, 2016).
26 Derribar bosque primario para poder sembrar, considerada forma tradicional y extensiva de sembrar
café de sombrío.
161
Frente a la organización del trabajo se establece la figura del
“tablón” o parcela de tierra, en la cual se encontraban sembrados un
número dado de cafetos. Durante la primera mitad del siglo XX los
“tabloneros” fueron el centro de las relaciones laborales; si bien desde
el comienzo se incluían en épocas de cosecha trabajadores ocasionales,
estos eran controlados directamente por el aparcero del tablón. Así, la
colonización de la zona del norte del Tolima presentó varios matices de
orden cultural, social y económico ya que llegaron oleadas de gente de
poblaciones diversas, aunque los provenientes de Antioquia fueron los
que colonizaron la zona de El Líbano en la década de los años ochenta
del siglo XIX. A la par de estos llegaron otros migrantes provenientes de
la región cundiboyacense y del vecino municipio de Lérida (Ramírez-
Bacca, 1999).
163
y otros frutales, generalmente alrededor de las casas (Moralez et al.,
2002). De igual forma, las fuentes de agua se conservaban estableciendo
un equilibrio natural con los ecosistemas de la zona. No obstante este
relativo equilibro, con el paso de los años el paisaje se vería afectado por
factores socioeconómicos y políticos que convertirían al territorio en un
escenario de fuertes conflictos bélicos y cambios de usos del suelo.
Figura 5.2. Clasificación por área y producción en fincas cafeteras entre 1923 y 1932
en el Tolima.
Fuente: elaboración propia con base en Ocampo (1994, p. 190)
27 El término milicia es hoy de uso general para referirse a una fuerza militar compuesta de ordinario por
los ciudadanos para proporcionar la defensa, la aplicación de la ley de emergencia, o de paramilitares de
servicios en momentos de emergencia sin haber recibido ningún salario regular; estos se comprometen a
un plazo fijo de servicio.
165
inmortalizada en el relato Sargento Matacho del autor tolimense Alirio
Vélez Machado, quien narra las incidencias de esta joven en medio del
conflicto social.
167
culturales y sociales históricas. Además, guarda una relación muy grande
con la unidad familiar, entendida como un espacio de socialización
cultural y núcleo de producción social primario y genérico de división
social del trabajo según el género (Scott, 1996; Scott, 1986). A partir
de este presupuesto se afirma que existe una división del trabajo
dentro de las unidades productivas cafeteras; esta se encuentra basada
en la construcción de género que se aprende en la familia —núcleo
sociocultural atado a la hacienda— y se reafirma en la escuela primaria.
169
desarrollo de la gran empresa del café; no obstante, con el paso de los
años la arquitectura típica ha sufrido modificaciones que sugieren, en
algunos casos, un desmedro de las condiciones de vida en el territorio
(Figura 5.4).
La bonanza cafetera
31 Forma tradicional campesina de nombrar al alimento que se lleva en hojas de plátano o vasijas metálicas
para los trabajadores que están en labores de campo.
32 Vasijas metálicas para transportar comida.
171
Tabla 5.1. Superficie total de cafetales y producción de El Líbano, Tolima, entre 1970
y 1996
Área total Área tradicional Producción
Año Área tecnificada (ha)
(ha) (ha) municipal (Kg)
1970 8.018 7.811 Inicio tecnificación 4.635.706
1980 10.405 5.608 4.797 15.395.875
1985 10.885 3.356 7.529 14.885.000
1987 10.882 2.725 8.157 9.151.681
1990 10.882 8 10.874 15.897.604
1991 11.599 0 11.599 17.002.141
Fuente: Ramírez-Bacca (2009, p. 161).
Situación contemporánea
173
ya han intentado con otros productos que por diferentes razones han
resultado ser un fracaso; o simplemente porque mantienen un apego a
la tierra como concepto generador de identidad cultural a partir de un
territorio y de una práctica productiva, generando una tradición.
Figura 5.5. Paisaje típico del norte del Tolima en cuyas laderas se albergan una
variedad de cultivos de plantación y semestrales.
Fuente: Rodríguez (2011)
175
Sobre este tema hay evidencias que demuestran que en muchos
hogares cafeteros el grano se sigue produciendo más por la fuerza
del arraigo cultural que por los beneficios financieros. Al respecto,
Nates-Cruz y Pérez (2009) señalan que no es cuestión de azar o de
irracionalidad que los caficultores piensen en continuar en la actividad
a pesar de los bajos ingresos obtenidos por los precios bajos; es un
asunto de arraigo cultural y de representaciones sociales. Esta situación
es aprovechada por la tendencia a producir cafés especiales en zonas de
economía campesina.
Conclusiones
REFERENCIAS
177
Guerrero, J. (2007). Estudio de diagnóstico y diseño de beneficios
húmedos de café. Instituto Interamericano de Cooperación para la
Agricultura. Managua, Nicaragua: IICA, Promecafé.
Gutiérrez, V. (1973). Estructura, función y cambio de la familia en
Colombia. Bogotá, Colombia: Asociación Colombiana de Facultades
de Medicina.
Hendersomn, J. (1984). Cuando Colombia se desangró. Un estudio de
La Violencia en la metrópoli y en la provincia. Bogotá, Colombia:
El Áncora Editores.
Mora-Delgado, J. (2004). Tecnología, conocimiento local y evaluación
de escenarios en sistemas de caficultura campesina en Puriscal,
Costa Rica. (Tesis de doctorado). San José, Costa Rica: Universidad
de Costa Rica.
Morales, J., Carneiro, C.M. y Serrano, O. (2002). Estado de la
Información forestal en Colombia. FAO. Santiago de Chile. 252p.
Meertens, D. (2000). Ensayos sobre tierra, violencia y género: hombres
y mujeres en la historia rural de Colombia, 1930-1990. Bogotá,
Colombia: Universidad Nacional de Colombia.
Narváez, D. y Vargas, B. (2007). Racionalidad campesina y estrategias
sociales de los caficultores caldenses. Revista Antropología Social,
9, 1-33.
Nates-Cruz, B. y Pérez, P. (2009). Territorios en mutación: crisis
cafetera, crisis del café. Revista Cuadernos de Desarrrollo Rural,
6(63), 11-33.
Ocampo, J. (1989). Los orígenes de la industria cafetera, 1830-1929.
Nueva historia de Colombia, 5, 213-232.
Ocampo J. (1994) Una breve historia cafetera de Colombia, 1830-
1958, p. 177-223. En: Machado, A. comp. Minagricultura: 80 años;
transformaciones en la estructura agraria. Santafé de Bogotá: Tercer
Mundo Editores. 380 p.
Pachón, G. (2018, 7 de enero). El caso de Los Bolcheviques de El Líbano
(Tolima). El Espectador. Recuperado de https://www.elespectador.
179
Santos, F. (2013, 9 de marzo). Eluniversal.com.co. Obtenido de
Eluniversal.com.co:http://www.eluniversal.com.co/opinion/
columna/el-desastre-cafetero.
Sánchez, G. (2009). Los Bolcheviques de El Líbano (Tolima). Bogotá,
Colombia: Editorial Códice.
Sanchez, G. y Meertens, D. (2011). Bandoleros, gamonales y
campesinos. El caso de la violencia en Colombia. Bogotá, Colombia:
Penguin Random House.
Scott, J. (1986) Gender: a Useful Category of Historical Analysis. in
American Historical Review, Vol. 91, (5) 1053-1075
Scott, J. (1996). El género una categoría útil para el análisis histórico.
En Marta Lamas. El género: la construcción cultural de la diferencia
sexual. Nueva Antropología, Vol. VIII, núm. 30, México, Programa
Universitario de Estudios de Género
Suárez, A. (2019). Corrupción e impunidad en el Tolima. Razón
Pública. Recuperado de https://www.razonpublica.com/index.php/
econom-y-sociedad-temas-29/11802-corrupcion-e-impunidad-en-
el-tolima.html
Tobasura, I. (2005). La crisis cafetera, una oportunidad para el cambio
en las regiones cafeteras de Colombia. Agronomía, 13 (2), 35-46.
Uribe, M. (2015) Antropología de la inhumanidad. un ensayo
interpretativo sobre el Terror en Colombia. Universidad de los
Andes, Colombia. 140 p.
Zamosc, L. (1990). El campesinado y las perspectivas para la democracia
rural. En F. Leal-Buitrago y L. Zamosc (eds.), Crisis política en la
Colombia de los años 80. Bogotá, Colombia: Tercer Mundo Editores.
Introducción
181
El café en Colombia tiene sus orígenes en territorio de los
Santanderes, por donde entró y se arraiga en las postrimerías del siglo
XIX. Según Machado (2001), esto se dio a raíz de la crisis de las
exportaciones de quina, añil y tabaco a la par de la caída de las artesanías
y el trabajo a domicilio que estaban dejando una masa de trabajadores
disponibles que encontraron en el café un modo de subsistencia. Se
dice que en 1880 es cuando se consolida la producción cafetera en los
Santanderes para luego extenderse a Cundinamarca y Tolima entre 1880
y 1910; y finalmente en Antioquia y Caldas a finales del siglo XIX y en
la primera década del XX (Machado, 2001).
183
la mentalidad empresarial de El eje cafetero, dinámica exacerbada por
la Federación Nacional de Cafeteros en las décadas de los años setenta
y ochenta. Así mismo, los municipios cafeteros de menor desarrollo
empresarial mantenían una economía basada en el café pero sin
desaparecer otros productos básicos para la economía familiar como la
producción de granos (fríjol, maíz) y otros productos que tuvieron auge
comercial durante algunos años, como el anís y la caña.
34 En Prehistoria nariñense el padre Mejía y Mejía manifiesta tener sospecha en cuanto a la etimología de
esta palabra que en sus comienzos se decía Buisaco. Según él, parece ser de extracción Caribe y significa
lomo de buey (Márquez, 1970).
185
de fríjol arbustivo, maíz y otros productos de “pancoger”35, en arreglos
integrados en el sistema finca. De allí que el interés sea describir la
estructura y el funcionamiento de la finca campesina de dicha zona
encontrada en los albores de la década de los años noventa, época en la
cual el autor tuvo una estancia permanente en la zona, primero como
extensionista y luego como investigador en sus estudios de maestría.
Río Meneses
Río Buesaquito
Río Ijagüi
Quebrada El Tambillo
Corrientes directas
Figura 6.2. Mapa del territorio del municipio de Buesaco irrigado por diferentes
cuencas hidrográficas.
Fuente: elaboración propia, adaptada de Corporacion Autónoma Regional de Nariño
(Corponariño, 2007)
35 Vocablo utilizado en Colombia para designar a los arreglos productivos destinados al consumo familiar.
El modelo teórico
El componente agrícola
36 Visto desde una concepción actual, se diría que corresponde a un sistema agroforestal.
187
Figura 6.3. Modelo analógico del sistema finca típico de la zona de estudio
Fuente: Mora-Delgado (1993)
Los principales AES encontrados son:
Agroecosistema café
189
Agroecosistema fríjol intercalado con maíz
Agroecosistema alverja
Agroecosistema misceláneo
Agroecosistema pastura
191
Generalmente, esta área está cubierta con vegetación arbustiva o
“monte grueso”, como lo denomina el campesino, donde se encuentran
diferentes especies vegetales como zarzas, helechos, malezas de hoja
ancha y algunas hierbas con denominaciones vernáculas, además del
“picullo” y la “escubilla”37.
Componente pecuario
Componente familiar
193
productos agrícolas; también se les asignan trabajos sencillos con los
animales de la finca (alimentar las gallinas y los cerdos, ordeñar las vacas
y cuidar terneros). Con el paso de los años se les van asignando a los
jóvenes labores que requieren de mayor fuerza física y responsabilidad.
Las mujeres —adultas y niñas— se ocupan en labores de culinaria,
cuidando y alimentando especies menores, manteniendo la vivienda,
en el ordeño de la vaca cuando se la posee y colaboran con los hombres
en las épocas de siembras y cosechas, principalmente preparando y
suministrando los alimentos a los trabajadores familiares o externos.
38 Relaciones de reciprosidad que se dan entre familiares y vecinos para realizar labores en la finca de
manera solidaria; también son conocidas como convites o “mano cambiada”
195
cuya disponibilidad abundante o escasa puede estimular o limitar la
producción agraria. Hoy en día es imprescindible insistir en el manejo
adecuado de tales recursos dada la crisis a que están abocados que
amenaza con degradarlos irreversiblemente.
Algunos testimonios
39 Es oriundo de Buesaco y vive en el casco urbano, pero conoce casi todo el municipio por su antiguo
trabajo. Entrevista realizada en Buesaco.
40 Compuesto aromático al que se atribuye el sabor distintivo a regaliz del anís, el hinojo y el anís estrellado.
También se le conoce como Parapropenilanilosa. Químicamente es un éter insaturado aromático.
41 Ingeniero agrónomo, agricultor y líder cívico de la vereda de Juanambú, municipio de Buesaco.
197
además, una proporción de ella la comerciaban. Uno de los grandes
cultivadores de caña y productores de panela —relata Dolores Parra42—
era un suizo de nombre Otto Starlyn, quien tenía propiedades en las
veredas de Juanambú y Parapetos (Parra, comunicación pesonal, 1992).
42 Campesina de la vereda Juanambú. Fue empleada doméstica del suizo Otto Starlyn.
43Agricultor que llegó al corregimiento de San Antonio en 1945 procedente del municipio de Albán.
44 La maicena es una variedad de maíz de grano pequeño conocida en el norte del país como maíz pira.
45 Campesina de la vereda de Juanambú que cuenta con más de ochenta años de edad. Es la comadrona que
ha atendido partos durante más de treinta años.
199
de los carreteables interveredales se construyeron o ampliaron entre
1934 y 195046. Este puede ser un factor de estímulo para la siembra del
fríjol con fines comerciales a partir de la década de los años cincuenta
ya que la apertura de vías facilitó sacar el producto desde los sitios de
cosechas hacia los mercados regionales y nacionales.
El Valle del Cauca empezó por los años setenta a cambiar los cultivos de fríjol
por soya en vistas de que la soya era un cultivo más rústico [mientras que] el
fríjol es muy delicado; antes el exceso de agua y el Valle tenía ese problema,
por lo cual se empieza dicha sustitución. Paralelamente el consumo nacional
continuaba aumentando, las grandes ciudades como Bogotá y Medellín
comienzan a ser grandes consumidoras y el Valle a bajar la producción… Esto
estimuló el consumo del fríjol en Nariño, en Buesaco fue un reflejo de eso…
era el reflejo del mercado puesto que había una mayor demanda que cubrir
(Moncayo, comunicación personal, 1992).
Por otra parte, el cultivo del fríjol era atractivo para el campesino,
pues era fácil de hacer y el agricultor retornaba su capital a los tres o
cuatro meses. Todas estas circunstancias contribuyeron para el fomento
del cultivo.
Con el auge frijolero y el del maíz ocurría lo mismo, pues los dos
productos se han sembrado siempre en intercalamiento. Si bien antes
de la década de los años sesenta los campesinos de las localidades de
Buesaco cultivaban el maíz expresamente para el consumo doméstico,
con la apertura de vías empezaron a comercializarse los excedentes
generados, tal como lo afirma Moncayo (Comunicación personal,
1992).
46 La carretera nacional se construye entre 1932 y 1935 como un carreteable de emergencia debido al
conflicto bélico colombo-peruano. En 1934 se dio impulso a la construcción, ampliación y reparación de
caminos carreteables que unieron entre sí importantes centros de producción del municipio (Rodríguez,
1971).
201
en la finca acrecentamos el área sembrada arrasando el monte y pasando
a segundo plano el fríjol” (Palacios, comunicación personal, 1992).
Los agricultores empezaron a sembrar café porque era un producto más
rentable que “daba más ganancias que el fríjol”, acotó la esposa del
señor Palacios (comunicación personal, 1992).
203
Otros caficultores han sido destacados por su calidad de tasa,
obteniendo una calificación de 90.85 puntos sobre 100. A este respecto,
María Etelvina Díaz de López, propietaria de una pequeña finca de seis
hectáreas ubicada en el municipio de Buesaco, fue coronada como la
ganadora de la décima versión de la competencia internacional Taza
de la Excelencia Colombia en 2012 (Federacafé, 2012). Como María,
otros cafeteros (Nilson López, José Antonio Gualguán, Rodrigo Arley
Díaz¸ Abdias Laso, Angel López, José Antonio Espada, Franco López,
Lucas Melo y Libardo Cabrera, entre otros) han incursionado en los
cafés especiales que ya se conocen como Café buesaco. Tal prestigio ha
dado pie para que comercializadores coreanos se hayan interesado por
el café de Buesaco (Arturo, 2013).
REFLEXIONES FINALES
205
Es denota que en esta época se conformó el paisaje agrícola que
hoy presenta el sistema de finca y región. Pese a que no se sabe hasta
cuándo se mantendrá tal paisaje, o si se reformará más temprano de lo
esperado con las medidas de apertura económica, de todas maneras los
AES del municipio de Buesaco se modificarán y con ello también se
presentarán modificaciones en los hábitos de sus cultores y destructores.
La década de los años noventa constituye el culmen de la caficultura
campesina en el territorio, pues la aparición de nuevas dinámicas en el
comercio internacional hace mella en las trayectorias cotidianas de la
familia cafetera buesaqueña, aunque sin perder totalmente la lógica y
capacidad de adaptación de las sociedades campesinas.
Entre las regiones del departamento que sobresalen por su producción cafetera
tipo exportación está el municipio de Buesaco, que reviste características
estructurales que benefician la producción como sus ventajas comparativas
asociadas a su variedad climática, disponibilidad de agua, temperatura,
radiación solar y régimen de vientos y la comercialización del grano por su
ubicación geográfica, pero que también presenta limitantes por la ausencia de
empresas transformadoras que permitan ofrecer un portafolio diversificado de
derivados del café y vender el producto con valor agregado a mejores precios
en los mercados mundiales. También se presentan enormes retos ligados a la
prestación de servicios turísticos alrededor de la producción de este bien, todo
tendiente a mejorar la cadena productiva del café en la región (p. 346).
REFERENCIAS.
207
Méndez, M. (2012). El neorruralismo como práctica configurante de
dinámicas sociales alternativas: un estudio de caso. Luna Azul, N°
34. 113-129