Yaija Delgado - Aprendiendo A Soltar

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—¿La dejarás?

—Sí, quiero estar contigo.


—Lo has dicho antes y siempre es lo mismo.
—Esta vez será diferente, lo prometo.
No recuerdo las veces que he escuchado esa frase salir de su boca, pero sé
que han sido muchas.
Es nuestro último día de vacaciones, hemos estado juntos los últimos días.
Justin y yo llevamos un tiempo saliendo, nadie tiene consciencia de ello a
excepción de nosotros. Cuando estamos a solas nos conocemos, pero si nos
encontramos en la universidad o en cualquier otro lugar, soy un completo
desconocido para él.
Siento que soy un pasatiempo de verano. Siempre que tenemos descanso de
la universidad nos juntamos y lo pasamos bien, pero cuando regresamos a
clases es como si todo lo anterior hubiera sido parte de un simple sueño.
Es un chico popular en la universidad, tiene buena apariencia y estoy seguro
de que más de una chica quiere con él.
Está saliendo con una chica, comenzó a salir con ella después de estarse
encontrando conmigo, en su momento traté de alejarme, pero Justin dice
que es solo para aparentar, que a quien quiere es a mí.
Sus amigos son unos completos idiotas, entiendo su miedo de que se
enteren de que gusta de los chicos y no de las chicas como ellos creen.
Comprendo que necesite tiempo para aprender a manejar las cosas, sé que
puede llegar a ser un poco complicado y más aún si tienes cierta imagen
que crees que debes mantener delante de tus amigos y demás. Por eso,
intento ser comprensivo con él, a pesar de lo doloroso que pueda resultar
para mí.
***
—Estás más feliz que de costumbre hoy. ¿No tienes nada que contarme?
Me preguntó Luka mientras caminábamos hacia la universidad.
—Justin… —Luka hizo un gesto de disgusto al escuchar dicho nombre—.
Dijo que terminaría con Carrie y que solo estaría conmigo.
—Claro, Justin, siempre Justin. A ver, ¿cuántas veces te ha dicho que la
dejará?
Luka es mi único y mejor amigo. Nunca ha estado de acuerdo con mi
relación con Justin. Sé que ha hecho algunas cosas mal, pero Luka ni
siquiera intenta entenderlo un poco.
—Dijo que sería diferente esta vez.
—Ajá.
—Vamos, por favor. Dale una oportunidad.
—¿Cómo? ¿Por qué eres tan ciego? Justin te trata como algo desechable, no
me pidas que le de una oportunidad.
Escuchar eso se sintió doloroso.
—Estás exagerando —intenté hacer parecer que no me afectó lo que
escuché.
—¿Exagerando? Ni siquiera es capaz de defenderte cuando sus amigos te
molestan.
—¿Qué quieres que haga? ¿Pelear con sus amigos por mí?
—No, pero defenderte no estaría mal. A ver, si el caso fuera otro, imagina
que yo fuera quien le hiciera bullying a Justin, ¿te quedarías quieto viendo
cómo lo acoso solo porque soy tu amigo?
—No.
—Ahí tienes.
—Bue… —corté la frase al ver que Justin venía caminando con sus amigos.
Creí que era el momento perfecto para demostrarle a mi amigo que estaba
equivocado, le demostraría que las cosas serían diferentes. Así que, le agité
mi mano a Justin, esbozando una sonrisa, estando seguro de que me
devolvería el saludo.
Justin, al percatarse de aquello, giró su rostro y pasó de mí como si fuera
invisible para sus ojos.
Era una escena repetida, pero no sé por qué esa vez me lastimó más que las
anteriores. Me quedé inmóvil por un momento, hasta que Luka me tomó del
brazo y me hizo reaccionar.
—Vamos a tomar algo a la cafetería.
Creí que me diría: “Te lo dije”, pero no, no mencionó nada más al respecto,
en su lugar, intentó ocuparme en otras cosas para que no pensara mucho en
ello.
Fue la primera vez en la que pasaron algunas interrogantes por mi cabeza,
siempre justificaba cada acción de Justin, pero esa vez, no pude pensar en
nada para excusarlo. Sentía un gran nudo en mi garganta y mi mente estaba
hecha un caos.
“¿Todo está bien?”
No volví a coincidir con él en la universidad, por lo que decidí enviarle un
mensaje de texto al llegar a casa. No me respondió.
Al día siguiente, me dispuse a buscarlo para saber qué había ocurrido. Por
un momento pensé en que quizás le habló a sus amigos sobre sus gustos y
estos no lo tomaron de la mejor manera o quizás salió mal lo de terminar
con Carrie.
Me sentía ansioso y curioso, así que, cuando lo vi no dudé en acercarme.
Estaba solo, me pareció una buena oportunidad.
—Justin —lo tomé del brazo—. ¿Está todo bien?
—¿Qué haces? —expresó disgustado al zafarse de mi agarre bruscamente
—. ¡Te he dicho que no te me acerques en público! ¿Qué te pasa?
Sentí una hiriente punzada en mi estómago al escucharlo.
—¿Qué pasa? ¿Te está molestando la princesa?
Escuché la voz de uno de sus amigos acercarse.
«No puede ser».
Tk y Timmy, los mejores amigos de Justin y un par de idiotas. No tengo
problemas con mi orientación sexual, me gustan los chicos y lo acepto. Pero
lamentablemente aún existen personas como los amigos de Justin que son
incapaces de respetar la individualidad de cada ser.
Me molestan cada vez que tienen oportunidad, son de las personas que
creen que por el simple hecho de ser gay automáticamente te gusta
cualquier hombre que se te ponga en frente.
—No me estaba hablando. Vamos a clases, no le prestes atención —declaró
Justin.
—¿Cómo que no te estaba hablando? Vi que te estaba molestando—se
volteó hacia mí y comenzó a caminar para acercarse más—. ¿Acaso te gusta
mi amigo?
Sentía cómo mi respiración comenzaba a agitarse. No podía evitar sentirme
asustado cada vez que Tk tomaba esa actitud de acosador.
—Te excita tenerme así de cerca, ¿no? Marica.
Tomó mi cara con una de sus manos y comenzó a ejercer presión, creí que
me dislocaría la mandíbula.
Siento mucha vergüenza de mí mismo, por haber permitido semejante trato
y por haber sido tan conformista.
«Imagina que yo fuera quien le hiciera bullying a Justin, ¿te quedarías
quieto viendo cómo lo acoso solo porque soy tu amigo?»
—¡Déjalo! ¿Qué crees que estás haciendo?
Sentí alivio al escuchar a Luka. A diferencia de mí, él tenía un buen
tamaño, incluso lucía más robusto que los bullying, quizás por eso no se
metían con él.
Tk me soltó inmediatamente.
—Oh, ya llegó el salvador a rescatar a su esposa.
Luka hizo el intento de pegarle, pero pude detenerlo antes.
—No perdamos más el tiempo, vámonos chicos.
Justin no dijo nada, como en las otras ocasiones.
Pasaron de nosotros y comenzaron a alejarse.
—Justin —lo llamé.
—¿Qué? —respondió de mala manera al voltearse.
—¿Podemos hablar un momento?
Retrocedió hasta mí, creí que había accedido a hablar conmigo. Pero
siempre esperé demasiado.
—No tengo nada que hablar contigo y ya ¡déjame en paz! No soy como tú,
marica. Me das asco.
—Cuida lo que sale de tu boca, infeliz. Y sí, definitivamente deberías de
estarte sintiendo asqueado, pero de ti, basura —respondió Luka en mi lugar.
Me tomó de la muñeca y me alejó de allí. No sé si tenía más clases, la
verdad es que ni siquiera me importó.
Jamás creí que unas palabras pudieran romperme de esa forma, o quizás no
fueron las palabras en sí, a lo mejor fue el hecho de que salieron de la boca
de Justin lo que me afectó tanto.
—¿Quieres que te lleve a casa? —me preguntó Luka.
Asentí.
No sé que habría sido de mí si Luka no hubiera estado en mi vida en ese
momento.
Durante el camino no pude pronunciar ni media palabra, mi cabeza estaba
ocupada pensando en tantas cosas, después de tanto tiempo, comencé a
entender las palabras de mi amigo.
Al llegar a casa pasé directo hacia mi habitación y me lancé bruscamente
sobre la cama, quedando bocabajo. De repente sentí unas ganas
incontrolables de llorar. Creo que jamás había llorado tanto en mi vida.
Fue como si hubiera vivido por mucho tiempo en un espacio oscuro que se
iluminó de repente, las memorias de todos los momentos que pasé con
Justin llegaban a mí como ráfagas, podía ver las cosas desde otro ángulo y
fue realmente doloroso.
Sabía que volvería a disculparse y a prometer que sería diferente, era como
ver una cinta una y otra vez, la única diferencia, era que ya no estaba
dispuesto a repetirla.
Al día siguiente no asistí a la universidad, estaba inevitablemente
descompuesto, pero por una vez en mi relación con Justin, recuperé la
cordura.
Al anochecer, escuché a alguien tocar mi puerta. Al abrir, ni siquiera me
sorprendió ver a Justin allí. Inmediatamente intentó lanzarse encima de mí
para besarme, como si nada hubiera pasado antes. Yo lo esquivé y lo hice a
un lado.
—¿Qué te pasa?
Al escucharlo preguntar aquello, sentí una punzada de decepción enorme.
Ni siquiera pude responderle.
—¿Es por lo de ayer? Escucha, lo lamento ¿sí? Te prometo que no volverá a
pasar.
Volvió a intentar acercarse, pero retrocedí. El simple hecho de imaginar que
me tocaba me provocaba irritación.
—Vete. No quiero volver a verte.
Traté de mantener la compostura al pronunciar aquello.
Justin dejó salir una carcajada.
—¿Qué clase de broma es esta?
—No estoy bromeando, ya no puedo seguir con esto, Justin. Así que, te
estoy pidiendo que te vayas y que no regreses.
Mis palabras no parecían tener ningún efecto en él y eso lo hacía más
doloroso para mí.
—Como quieras —pronunció y salió.
Como si todo lo que me estaba doliendo nunca significó nada para él.
Reprimí todo lo que estaba sintiendo en ese momento, devolví las lágrimas
que con insistencia querían salir por mis ojos y supe que debía hacer algo.
Sabía que sería difícil y que probablemente me tomaría tiempo superarlo,
pero eso pasó a segundo plano. Fue la primera vez que puse mi salud
mental en primer lugar, me arrepiento por permitir que las cosas tuvieran
que llegar a ese punto antes de tomar distancia.
Me propuse dejar a Justin atrás, para eso tuve que cambiar de universidad,
de número y hasta de piso, pero sabía que todo eso era necesario para sanar
y encontrarme conmigo mismo.
Después eso solo volví a ver a ese chico una vez, mientras estaba en el
parque leyendo un libro, habían pasado unos meses de todo aquello, ya no
dolía el verlo o su recuerdo. Todo había quedado como una experiencia para
no repetir.
Se disculpó por cómo se comportó conmigo en el pasado, me dijo que le
contó a sus amigos sobre nosotros y que al final terminó con Carrie.
Esas cosas ya no significaban nada para mí, pero me resultaba sorprendente
la ironía de la vida.
Tuve que salir de su vida para que cumpliera lo que tantas veces me había
prometido.
Tuve que comenzar a amarme para ver que él no lo estaba haciendo.

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