¿C-60 O C-72? Análisis Crítico: Demetrio Santos

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¿C-60 O C-72?

Análisis crítico
Demetrio Santos

Publicado en Revista Astrológica MERCURIO-3 nº 8


3º trimestre 1988

1.- Con motivo de unas conferencias habidas en Valencia en 1986, en las que
coincidí con los Sres. Huber que, como es sabido, preconizan el período de
72 años como DIRECCIONAL de la vida humana, algunos de los asistentes
suscitaron la controversia de si hay que utilizar dicho período como base de
la dirección o bien el de 60 años (T = 58,26 años exactamente) como he
explicado en mi obra Interpretación Astrológica en el análisis del
movimiento del vector (punto de edad, de Huber). ¿Sobre qué conjuntos
actúan uno y otro período?
Posteriormente, algunos lectores me han presentado de nuevo la
cuestión y por esto creo conveniente analizar aquí ambos métodos y
compararlos entre sí, a partir de la teoría general de las DIRECCIONES:
trataré de resumirlo en este corto espacio.
Llamaremos DIRECCIONES, como es norma común, al movimiento
de un vector imaginario que, partiendo del origen supuesto (Ascendente,
Medio Cielo, Sol, Luna, etc. radicales) gira con velocidad angular constante
en torno al centro del círculo, con su período propio. Por antonomasia, se
han denominado tales direcciones primarias, secundarias, etc. (día = año;
grado = año, etc.). Dicho vector, en cada momento y cada lugar del círculo,
es la síntesis de la evolución del individuo para esa edad a partir del
nacimiento, independientemente de la influencia ambiental que lo rodea
después de su natividad.
Llamamos TRÁNSITOS, igualmente distintos de las direcciones, los
movimientos reales de los astros o elementos significativos que actúan en un
instante dado que, por su configuración mutua o sobre los elementos del
radical, hacen cambiar el ambiente exterior al sujeto, y actúan, en
consecuencia, sobre él.
Resumiendo: las DIRECCIONES determinan la fase evolutiva del
nativo por su condición de SER VIVO INDEPENDIENTE, mientras que los
TRÁNSITOS indican el AMBIENTE EXTERIOR variable que opera en él.
Si su evolución propia induce una crisis (desequilibrio interno), cualquier
influencia ligeramente desfavorable exterior (microbios), debida a un
tránsito u a otra, desencadenará la crisis en él (enfermedad); a su vez, si el
ambiente exterior es muy nocivo (gran abundancia de gérmenes, contagio)
un mínimo grado de crisis en su evolución propia (un resfriado), también
producirá aquélla (enfermedad). Y, recíprocamente, en los casos favorables.
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2.- Los períodos de 72, 73, 75 y 78 años fueron ampliamente tratados por los
árabes como DIRECCIONALES, y más tarde por los astrólogos del
Renacimiento de Europa; pero, si no inventores, los árabes tienen el mérito
de ser sus propagadores bajo la denominación de fardariyas, corrupción del
griego periodarión (períodos), bien se trate de planetas o de Signos.
La fardariya de los planetas ha sido la más empleada; consiste en un
ciclo de 72 o 73 años (v. A. Bouché-Leclercq: L’Astrologie grecque, p. 43)
según que el nacimiento sea diurno o nocturno, que se recorre partiendo del
Sol (diurno) o la Luna (nocturno) en la serie planetaria. Otros autores (Ali B.
Ragel: Iudic. Astr. 6, 4; J. Hispano: Iudic. Astrol. II, 21; Fr. Junctino: Tract.
Iudic. Revol. Nativitatum I (frid.)) bajo el mismo método utilizan el período
total de 75 años, a su vez superpuesto a uno direccional de T = 12 años.
El sistema seguido da un período de regencia por edad en la vida del
sujeto, de la forma que se expresa en la tabla siguiente:

Serie T años Nacimiento T años Nacimiento T años


planetaria regencia diurno regencia nocturno regencia
Saturno 11 años Sol 10 años Luna 9 años
Júpiter 12 « Venus 8 “ Saturno 11 “
Marte 7 « Mercurio 13 “ Júpiter 12 “
Sol 10 “ Luna 9 “ Marte 7 “
Venus 8 « Saturno 11 “ Sol 10 “
Mercurio 13 “ Júpiter 12 “ Venus 8 “
Luna 9 “ Marte 7 “ Mercurio 13 “
Cab. Dragón 3 “ Cabeza Drag. 3 “ Cola Dragón 2 “
Cola Dragón 2 “
TOTAL 75 años TOTAL 73 años TOTAL 72 años

Puede aplicarse igualmente la FARDARIYA de los Signos (78 años).


El añadir al final a los planetas la Cabeza o la Cola del Dragón, o ambas, con
su valor, es ambiguo y depende de los diversos autores, aunque los períodos
dados son los más corrientes.
En las series, cada planeta rige los años indicados: el Sol los 10
primeros años de vida si el nacimiento es diurno, Venus los ocho siguientes,
etc., de acuerdo con la edad. Así, si el individuo tiene 20 años y el nacimiento
es diurno, se halla caracterizado en su evolución por Mercurio.
El que se hayan tomado como bases estos períodos, muy próximos al
C-72 que analizamos, es debido, como en éste, a que aparentemente tienen
resonancia en la evolución del organismo humano, pues el hombre acaba su
vida aproximadamente a esta edad. Se puede discutir, en el caso de los
planetas, si sus períodos son adecuados. En efecto, algunos son claramente
sus períodos propios (Júpiter = 12 años; Venus 8 años), otros, en cambio, no
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se ven tan claros (Marte 7 = 14/2 años; Luna 9 = 18/2), siendo en general
armónicos de otros de repetición.

3.- Al elegir con este fin un PERÍODO direccional hay que fijar previamente
el conjunto que estudiamos, es decir, el que tiene resonancia en él y si éste
responde a un período cósmico exterior. Si, por ejemplo, se trata de
fluctuaciones de la Bolsa a corto plazo, con vistas a jugar a ella, hemos de
utilizar el período de 3,5 años (E. Huntington), que responde a situaciones
psicológica propias de este colectivo; o, si queremos ver las comunicaciones
radioeléctricas, habremos de estudiar las variaciones de las manchas solares
(T = 11,5 años) que influyen en la ionosfera.
En el ser humano, algunos ciclos afectan a su conjunto biológico, otros
al psíquico, otros al espiritual, etc. Conocidos son los biorritmos que operan
a nivel circa-mensual, otros a nivel fisiológico con período circadiano, y
muchos más. Pero, en cualquier caso, el período ha de responder a una acción
real del ambiente a la que se ha adaptado el organismo (aquí el ciclo
luminoso diario, o el mensual de la Luna). Si tomamos una planta como el
trigo, de ciclo anual, ésta evoluciona de acuerdo con él, respondiendo a la
luz y al calor del Sol. Si pensáramos en una hipotética planta respondiendo
a estos mismos influjos, y le diéramos un ciclo de año y medio, sería
eliminada al primer ciclo, ya que no se adapta a éste.
Por eso, los seres vivientes, el hombre incluido, han de responder a
algún ritmo cósmico, es decir, a un período real planetario o a alguno de sus
armónicos. Hemos de indagar aquí, por tanto, los períodos cósmicos
próximos a la duración de la vida humana y, aquel de ellos que sea más
importante, será el que más influya en el hombre, indudablemente.
Por supuesto que, dada la forma del diagrama de resonancia, no es
preciso que el período sea exacto. Si el ciclo tiene un período de 5 años, un
ser vivo cuyo período vital sea de 5,25 años responderá a él, igualmente, en
la práctica.

4.- Observando los posibles períodos planetarios simples y compuestos,


vemos que el más cercano a la duración de la vida humana es el formado por
los dos grandes cronocratores, Júpiter y Saturno, de período T = 58,26 años,
que hemos tomado como base del sistema del C-60; también podríamos
elegir su armónico doble, 116,52 años, pero éste se aleja más de la duración
actual de la vida del hombre, cuyo tiempo se acerca a los 70/80 años, y
también sus armónicos. El C-60, por otra parte, se halla extendido en el
Extremo Oriente y se ha utilizado en su esquema calendárico.
Los dos planetas más importantes del Sistema Solar son Júpiter y
Saturno, gigantes en el mismo después del Sol, los cuales se hallan enlazados
mediante la resonancia de sus períodos (2 de Saturno igualan a 5 de Júpiter).
Al ser los planetas de mayor masa, los demás del Sistema les vienen
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subordinados en mayor o en menor medida, y sus períodos serán armónicos
de ellos, de aquí su función cronocratora. Su acción es tan importante que
solo ellos son observables, aparte del Sol y de la Luna, en su acción sobre
las mareas de la Tierra, a pesar de su distancia a ella.
Sus períodos, por tanto (al igual que veíamos en la planta respecto al
Sol anual), serán los que hayan seleccionado la existencia de los seres
vivientes cuya duración vital se aproxima a ésta, entre ellos el hombre, y, al
igual que la planta, como ésta, no sobrepasa, o casi llega, al período anual,
el hombre sobrepasará poco la duración del ciclo de 60 años, generalmente.
Tomando éste como base, vemos que el vector cumple los 72,85 años
cuando llega a la cuadratura con el Ascendente (Imum Coeli) en la repetición
de su ciclo.
Hay algunos otros períodos compuestos de duración aproximada a la
de éste, por ejemplo, el Sol-Mercurio y el Sol-Marte, de T = 79 años, pero
se trata de ciclos menores que no abarcan (armónicos) a la mayoría de los
cuerpos del Sistema Solar.

5.- ¿Qué relación tiene el C-72 (o los de las fardariyas) con este ciclo
cósmico de T = 58,26 años? La solución es patente: 72,85 = 58,26 x 5/4, es
decir, es el armónico 5/4 del C-60.
Pero, físicamente, los armónicos van perdiendo influencia a medida
que su grado aumenta respecto al fundamental (ARMÓNICO 1) o de
resonancia, y los más alejados no pueden apreciarse. De este modo, el
armónico 3º es más influyente que el 10º. Por otra parte, respecto al ser
humano, a medida que el grado del armónico es más elevado, actúa aquél en
los planos psíquicos y no en los físico-biológicos, de los cuales se va alejando
su acción, pero ha de tenerse en cuenta que la observación sobre éstos es más
difícil que sobre los físicos, por su misma naturaleza.
Puesto que el C-72 corresponde al grado 20º (es decir, 5 x 4 = 20) y
que los armónicos normalmente no superan su acción sobre el de resonancia
más allá del grado 15º (ver Astrología Teórica), quiere ello decir que su
influencia ha de referirse a niveles psíquicos y no físico-biológicos, y esto
aunque se trate del movimiento vectorial del Ascendente, el cual, por sí
mismo, representa el plano físico.

6.- En la práctica, la resonancia biológica del ciclo de 60 años se ve


confirmada por numerosos hechos. El ciclo de los BIORRITMOS1,
actualmente tan en boga, tiene una repetición al cabo de 58,18 años, donde
coinciden todos y se parte nuevamente de cero. Asimismo, investigaciones
llevadas a cabo en Norteamérica por la doctora Dunbar sobre gerontología
confirman una crisis del individuo humano hacia los 60 años, a partir de cuya

1
23 x 28 x 33 días = 21.252 días x 1 año/365,25 días = 58,18 años.
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edad el sujeto se rejuvenece orgánicamente, fisiológica y psíquicamente (ver
nuestra Investigaciones sobre Astrología 6.1.4). Constituye igualmente la
edad del retorno a la vida privada del hombre tras la jubilación, habiendo
iniciado su vida pública hacia los 30 años. La evolución fisiológica, por otra
parte, coincide en el C-60 con las principales crisis vitales: la PUBERTAD
(14 años), el inicio de la MENO Y ANDROPAUSIA (43 años) y el final de
ella (58 años), en tanto que no se observa, en el C-72, crisis comparable en
los 18 años, que correspondería igualmente a la Cuadratura del ciclo. Sobre
todo la de los 14 años es muy patente en hombres y mujeres, y confirma la
adecuación del período del C-60 a la evolución humana.
Los pueblos orientales también han basado su calendario en un ciclo
de 60 años, por una combinación de los 12 signos con los 5 Elementos, pero,
además, éste u otros aproximados sirven de base a la DIRECCIÓN vital del
individuo. Según la “Guía” coreana citada por Bouché-Leclercq (op. Cit. p.
502) la vida a los 65 años sería igual que a los 10 años, lo cual implica un
ciclo de 54 años. Los antiguos (Gén. 6, 3) pusieron igualmente como límite
en la vida del hombre 120 años (lunares, i. e. 116,4 trópicos), que es el
armónico doble del C-60.

7.- Al recorrer el vector las Casas del círculo domal, van divergiendo ambos
ciclos entre sí a medida que aumenta la edad del individuo. En efecto,
coinciden prácticamente en la Casa I, ya que la diferencia de recorrido
vectorial en el C-60 y en el C-72 es pequeña (5 años en el primero y 6 en el
segundo); pero ya empieza a apreciarse en la Casa V (amor, generación,
hijos, sexualidad), que es, en el C-60 de 19 a 24 años y en el C-72 de 24 a 30
años. Por supuesto, que cabe la discusión, aunque personalmente creo que se
ajusta mejor el primero. En la Casa VII, el C-60 nos da los 29-34 años, edad
típica de casamiento y problemas matrimoniales, mientras que en el C-72 la
misma corresponde a los 36-42 años, lo cual nos parece tardío. Finalmente,
ya en la Casa X la divergencia es muy apreciable, en el C-60 son los 43-48
años, la profesión, el triunfo en la vida, y en el C-72 los 54-60 años, lo cual
nos parece aberrante. Si el individuo no ha triunfado en su profesión para los
43-48 años, generalmente no sobresaldrá ya en el resto de su vida. En el C-
72 corresponde el final a los 60 años, que actualmente, y aun en tiempos
anteriores, coincide con la jubilación de la vida activa y el regreso a la vida
doméstica o privada, pero no al triunfo. Hay, en efecto, hombres que han
triunfado más allá incluso de esa edad (el Canciller alemán Adenauer es un
ejemplo), pero no es lo normal.
No hay fisiológicamente dato alguno para confirmar un nuevo ciclo a
partir de los 72 años, en que se rejuvenezca el hombre, si acaso, es el tiempo
de una decadencia acelerada y la edad límite medio de la vida actualmente,
lo cual ocurre en el C-60 cuando el vector de nuevo alcanza la primera
Cuadratura a los 72 años.
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8.- En los mencionados ciclos de C-72, C-73, C-75 y C-78 se supone
una duración exacta del período utilizando un sistema pitagórico de números
enteros, hecho raro en los planetas reales, y que no responde a efectos
concretos, ya que los períodos rara vez son exactos. Como vemos, el
armónico cósmico T = 72,85 no es entero, y, por tanto, los dos antedichos,
C-72 y C-73 solo se acercan a él por aproximación. Con ello, al mantener su
velocidad vectorial, irán acumulando imprecisión y error al final, y más aún
si consideramos el C-75 o el C-78.
Pueden comprobarse con mayor precisión los hechos anteriores y el
paso del vector direccional mediante los puntos críticos formados por los
Aspectos de los planetas radicales. Al transitar aquél por los mismos,
desencadenará la crisis (física, patológica, en el C-60; psíquica, según ello,
en el C-72). Sin embargo, nosotros hemos venido observando y apoyando la
idea de que lo psíquico acompaña normalmente a lo físico-biológico, y que
el individuo enfermo rara vez tiene moral o estado psíquico muy altos.
Al tomarse como punto de partida el Ascendente, las estadísticas de
Gauquelin han venido a confirmar la doctrina de Ptolomeo (Tetrabiblos III.
12; Alí Ben Ragel: op. Cit. IV. 3; Bouché Leclercq: op. Cit. p. 270) de que
hay un desvío sistemático de aquél en -5º que algunos autores antiguos daban
en -10º y Gauquelin ofrece los -8º/-10º. Según nuestros cálculos teóricos (v.
n. Astrología Teórica) y observaciones, el desvío alcanza los -7º para la
latitud geográfica de nuestra Península Ibérica.
Es este nuevo ASCENDENTE GRADIENTAL el que hay que tomar
como origen en la dirección del ciclo de 60 años, y la doctrina se hace
extensiva a todos los demás ciclos direccionales que parten del Ascendente
tabular. Con ello se corrigen errores del desvío, y se comprueban los puntos
críticos en el tema natal.
Pero este es un problema más amplio, que será tratado posiblemente
en algún trabajo posterior.

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