Cristo Perdona
Cristo Perdona
Cristo Perdona
Chascoverto: ¡Qué tonto que soy! Como pude aceptar su cartuchera con todos sus colores, si yo ¡no me lo merezco! Encima no tuve la
valentía de decirle que yo también estuve mal. Se me cae la cara de vergüenza. (Agacha la cabeza y camina por el escenario.)
Aparece Angelito...
Angelito: ¡Chascoverto!, ¡Chascoverto! ¡Amigo mío! ¿Cómo estás?
Chascoverto: Déjame Angelito, no quiero ver a nadie, no merezco nada... nada.
Angelito: No digas eso Chascoverto, todos cometemos errores y hacemos bien cuando lo reconocemos y pedimos perdón.
Chascoverto: Pero yo no pude, estuve a punto de decirle a Charle lo mucho que lo sentía y la vergüenza
me ganó.
Angelita: ¿Por qué lo dices? ¿Estuvo Charle contigo?
Chascoverto: Si, y no tuve el coraje de pedirle perdón. Y para todo esto Charle me prestó su cartuchera con todas sus cosas. Ahora
¿ves cómo me siento?
Angelita: Muy arrepentido, pero sabes una cosa, amigo mío, Dios que lo ve todo sabe como te comportas y se pone muy triste cuando
haces cosas malas. Recuerda que el pecado te separa de Dios.
Chascoverto: Entonces, ¿qué debo hacer?
Angelito: Pedirle al Señor Jesús que te perdone por todas las cosas malas que hiciste, que limpie tu corazón y que te ayude a no
hacerlas más.
Chascoverto: ¿Y cómo hago para pedirle perdón al Señor Jesús?
Angelita: Simplemente haciendo esta oración conmigo y si ustedes quieren chicos repítanla con nosotros. Cerramos los ojos y
agachamos la cabeza.
Oración: Señor Jesús te quiero pedir que me limpies todas las cosas malas que hay en mi corazón y ayúdame, Señor, a no hacerlas
más. Gracias porque un día moriste por cada uno de nosotros en la cruz para salvarnos del pecado. En el Nombre de Jesús. Amén.
Chascoverto: ¡Qué bien que me siento, Angelito! ¡Hay un alivio dentro mío, como si me hubieran quitado una carga!
Angelito: Sabes ¿por qué? Porque Cristo vino a vivir a tu corazón para no irse nunca y limpiar todo el pecado que había en ti. ¿Te
animás Chascoverto a pedirle perdón a Charle por lo que le hiciste?
Chascoverto: ¡Por supuesto!, ahora que tengo a Jesús, soy capaz de todo, hasta le pediría perdón al perro de la esquina por haberle
pegado una patada en la cara.
Angelito: Mirá que sos tremendo, muy bien entonces vamos.
Chascoverto: ¡Vamos! ¡Chau chicos!
Se retiran del escenario. Que el Maestro termine con el texto de Romanos 6:23