Razonamiento Inductivo, Inteligencia
Razonamiento Inductivo, Inteligencia
Razonamiento Inductivo, Inteligencia
y aprendizaje
Mª Teresa Sanz de Acedo Baquedano / Mª Luisa Sanz de Acedo Lizarraga*
Figura 1
Esquema del razonamiento inductivo
Premisa Conclusión
En las personas
todas las
manos tienen
dedos
2. Establecimiento de relaciones entre los elementos. ¿Cuáles son las relaciones exis-
tentes entre las razones y las conclusiones? ¿Qué apoyo dan las razones a las
conclusiones? Es necesario descubrir las relaciones que puedan darse entre los
elementos que integran el argumento, si son convergentes, encadenadas, ver-
ticales, horizontales, etc.
3. Representación gráfica del razonamiento, tanto de sus elementos como de sus relaciones.
Para ello caben diferentes técnicas, por ejemplo, mapas conceptuales, diagra-
mas jerárquicos, etc. El uso de estas estrategias sirve para facilitar la compren-
sión, sintetizar la información, mejorar el almacenamiento y la recuperación de
la misma e incrementar la eficacia de los mecanismos de inferencia, de solu-
ción de problemas y de toma de decisiones.
4. Valoración global del argumento. La evaluación de la solidez de un argumento
puede realizarse utilizando de manera ordenada y sistemática los criterios de:
a) grado de aceptabilidad, de las razones que apoyan el argumento; b) relevan-
cia, es decir, la importancia que tienen las relaciones existentes entre las razo-
nes y las conclusiones; c) suficiencia, de las razones significativas, sean cualita-
tivas o cuantitativas.
Clasificación inductiva
Razonamiento causal
Razonamiento hipotético
Razonamiento probabilístico
items de clasificación, analogía, series y matrices, esto es, por operaciones propias del
pensamiento inducción (Büchel y Scharnhorst, 1993).
La bibliografía científica ofrece investigaciones en las que se observa que practi-
cando los diferentes tipos de razonamiento inductivo se potencia la inteligencia, y
que para un buen razonamiento se necesita una buena inteligencia, aunque no lo
asegure totalmente. Estas investigaciones se fundamentan principalmente en el
principio de la transferencia de lo aprendido: sea una transferencia cercana, aplicarlo
a un contenido del mismo campo; una transferencia lejana, aplicarlo a un contenido
algo diferente, y, finalmente, una transferencia muy lejana, aplicarlo a campos muy
diferentes.
Es verdad que la inteligencia y el razonamiento se conceptualizan independien-
temente, pero cuando se habla de estrategias de intervención científicamente válidas
para desarrollar uno y otro constructo, las habilidades y el lenguaje que se utilizan
son muy semejantes. Enseñar a ser razonable o a ser inteligente, se refiere, en parte,
al enriquecimiento de las capacidades cognitivas necesarias para llevar a cabo las di-
versas formas del raciocinio (Sanz de Acedo Lizarraga e Iriarte, 2001).
Klauer (1989c; Klauer y Phye, 1994) diseñó un programa para entrenar en las ha-
bilidades del razonamiento inductivo, esto es, en procesos de generalización, discri-
minación y estrategias metacognitivas, los cuales suponen considerar consciente-
mente las semejanzas y las diferencias tanto de los atributos como de las relaciones
de los objetos cuando se comparan. Estos autores utilizaron la transferencia lejana
como indicador de cambio o mejora en el razonamiento; para ello, observaron si los
sujetos habían mejorado en problemas matemáticos con exigencias de procesos in-
ductivos sin previo entrenamiento.
El razonamiento constituye una de las manifestaciones fundamentales de la acti-
vidad intelectual. Por medio de él, utilizando y aplicando el conocimiento inicial, se
infiere nueva información pasando de un conocimiento a otro y elaborando una con-
clusión en virtud de los imperativos impuestos por las relaciones entre los elementos
considerados.
Si la función principal de la inteligencia es permitir a los sujetos razonar inducti-
vamente, entonces está claro que un mejoramiento en el razonamiento inductivo de-
berá incidir en el mejoramiento de la inteligencia (Klauer, 1998).
de las operaciones, tales como comparar semejanzas y diferencias, clasificar con arre-
glo a características comunes, relacionar las partes con el todo, reorganizarlas y pre-
sentar una nueva perspectiva, secuenciar según un criterio determinado y averiguar
las razones y conclusiones que fundamentan las ideas y el comportamiento, permiti-
rá dominar e interiorizar los diferentes contenidos curriculares –declarativos, proce-
dimentales y actitudinales– examinar acciones, sucesos y teorías, conocer la realidad
y demostrar entendimiento en todo lo que se dice y se hace.
La evaluación de la información también se relaciona con el razonamiento induc-
tivo. La evaluación apunta primordialmente: a) la práctica de habilidades del pensa-
miento crítico, por ejemplo, valorar si una fuente de información es fiable, interpre-
tar las causas de lo que sucede, predecir efectos posibles, generalizar resultados,
razonar analógicamente los problemas; b) un estilo de trabajo caracterizado por una
actitud mental abierta, flexible, sincera y reflexiva ante el análisis de los pros y con-
tras de un argumento y por una disposición positiva al cambio en caso de obtener
nuevos datos sobre las apreciaciones elaboradas. Todas estas operaciones tienen un
principio común: antes de aceptar un juicio es preciso asegurarse de que está concre-
tado en buenas razones, de lo contrario, no debe ser aceptado.
Igualmente, puede decirse que la generación de información, o el pensamiento
creativo, supone la ejercitación de los procesos inductivos. Combinar, adaptar y apli-
car las habilidades cognitivas para crear numerosas ideas, variadas, útiles, cualificadas
e importantes que se manifestarán en la propuesta de soluciones a problemas, la for-
mulación de diversas opciones en el momento de tomar decisiones, la elaboración de
hipótesis sobre las posibles causas que determinan lo que está sucediendo y la previ-
sión de las consecuencias de las propias acciones o de lo que tiene lugar en derredor.
La generación de ideas y la inducción ayudan a comprender lo sucedido, dar res-
puesta a la situación planteada, responsabilizarse de la propia conducta y desarrollar
un autoconcepto positivo y una autoestima valiosa.
En la toma de decisiones, sean individuales o grupales, también subyacen los
procesos inductivos. Intervienen en la sucesión de fases que supone la decisión:
plantear la decisión que se debe tomar especificando las razones que la hacen nece-
saria, y representar mentalmente la totalidad del proceso, precisar las metas defi-
niendo claramente lo que se desea conseguir, generar diferentes alternativas o cursos
de acción que dirijan a la meta deseada, evaluar dichas alternativas analizando los
pros y contras de cada una de ellas y sus consecuencias más probables, positivas o
negativas, seleccionar la mejor alternativa, es decir, la que augure un resultado global
eficiente y valorar el proceso y los resultados finales.
Del mismo modo, es imposible resolver problemas sin hacer uso de la inducción
en sus diferentes etapas: definir el problema con la mayor exactitud posible, generar
diversas soluciones, evaluar las soluciones propuestas pensando en las consecuencias
de las mismas, seleccionar la mejor entreviendo su factibilidad y, por último, imple-
mentar la solución elegida desarrollando un plan y convenciendo a los interesados de
que dicha solución es la óptima; también será necesario emplearla al preguntarse por
los recursos que se precisan y por los obstáculos que podrían surgir en el momento
de llevar a cabo dicha solución. La inducción es esencial para una persona resolutiva,
que sabe superar los conflictos y desea alcanzar metas personales y sociales de exce-
lencia.
El uso de los procesos inductivos de comparación de atributos y de relaciones de
los eventos debería aplicarse a los temas curriculares, porque se asume que los estu-
diantes que los practican tendrán ventajas no solo intelectuales, sino también de
aprendizaje (Klauer, 1998). La figura 2 muestra la relación dinámica que existe entre
los tres constructos que se han analizado en este trabajo.
Figura 2
Relaciones entre el razonamiento inductivo, la inteligencia y el aprendizaje
Inteligencia
Razonamiento
inductivo
Aprendizaje
A modo de conclusión
En este artículo hemos expuesto de manera concisa en qué consiste el razonamiento
inductivo, sus diferentes tipos y algunas relaciones con la inteligencia y el aprendizaje.
Se destaca que las conclusiones que se obtienen con los diferentes razonamien-
tos inductivos normalmente incrementan la información semántica contenida en las
premisas iniciales, pero las mismas no siempre son ciertas al cien por cien, sino pro-
bables.
Las inducciones basadas en: a) la formación de categorías, buscan agrupar el co-
nocimiento a través de las similitudes entre las premisas y las conclusiones; b) el
descubrimiento de causas, tratan de identificar los elementos que originan los he-
chos y las relaciones entre ellos; c) la formulación y verificación de hipótesis, tienen
como finalidad explicar los fenómenos y probar soluciones a problemas; d) el razona-
RESUMEN:
Razonar inductivamente es aportar más información que la que ofrecen las
premisas. La elaboración de inferencias a partir de categorías, de descubri-
miento de causas, de averiguación de efectos y de cálculo de probabilidades
son funciones básicas del sistema cognitivo. La inducción y la inteligencia
constituyen fenómenos cognitivos inseparables e interfásicos en muchas activi-
dades y la intervención en uno de ellos genera cambios positivos en el otro. El
aprendizaje y su transferencia se realizan de manera más fácil y profunda si en
ellos participan los procesos y las estrategias del razonamiento inductivo.
ABSTRACT:
Reasoning inductively is more information contributes that the one that
the premises offer. The production of inferences from categories, discovery of
reasons, of inquiry of effects and of calculation of probabilities they are basic
functions of the cognitive system. The induction and the intelligence constitu-
te cognitive inseparable phenomena and interchangeable in many activities
and the intervention in one of them generates positive changes in other one.
The learning and your transference are performed in an easier and deep way if
in it there take part the processes and the strategies of the inductive reasoning.
3. Método hipotético-deductivo y Experimentum crucis
3.1 Método hipotético-deductivo
El método hipotético-deductivo es el procedimiento o camino que sigue el
investigador para hacer de su actividad una práctica científica. El método hipotético-
deductivo tiene varios pasos esenciales: observación del fenómeno a estudiar,
creación de una hipótesis para explicar dicho fenómeno, deducción de consecuencias
o proposiciones más elementales que la propia hipótesis, y verificación o
comprobación de la verdad de los enunciados deducidos comparándolos con la
experiencia. Este método obliga al científico a combinar la reflexión racional o
momento racional (la formación de hipótesis y la deducción) con la observación de
la realidad o momento empírico (la observación y la verificación). Tradicionalmente,
a partir de las ideas de Francis Bacon se consideró que la ciencia partía de la
observación de hechos y que de esa observación repetida de fenómenos
comparables, se extraían por inducción las leyes generales que gobiernan esos
fenómenos. En el se plantea una hipótesis que se puede analizar deductiva o
inductivamente.
Posteriormente Karl Popper (1902-1994) rechaza la posibilidad de elaborar leyes
generales a partir de la inducción y sostuvo que en realidad esas leyes generales son
hipótesis que formula el científico, y que se utiliza el método inductivo de
interpolación para, a partir de esas hipótesis de carácter general, elaborar
predicciones de fenómenos individuales.
En esta concepción del método científico es central la falsabilidad de las teorías
científicas (esto es, la posibilidad de ser refutadas por la experimentación). En el
método hipotético deductivo, las teorías científicas nunca pueden considerarse
verdaderas, sino a lo sumo «no refutadas».
Sin embargo, Mario Bunge ha señalado que la falsabilidad, o mejor aún, la
refutabilidad, no puede ser el único sello de la cientificidad porque entonces: a) todas
las teorías falsas deberían considerarse científicas, lo que es absurdo, b) no se puede
exigir refutabilidad directa a las teorías de elevado nivel y c) la cientificidad supone
mucho más que la comprobabilidad. Pone como ejemplos para a) la astrología,
refutada hace siglos sin que nunca fuera científica. Y para b) el que teorías tales
como la teoría general de campos, la de los sistemas lineales, la teoría general del
control y la teoría general de la información, son tan generales que por sí solas son
incomprobables, aunque pueden hacerse indirectamente comprobables mediante su
especificación (Bunge, M. Las pseudociencias, ¡vaya timo! Editorial Laetoli,
Pamplona, España, 2010. P. 184). En vez del criterio de Popper, Bunge propone 12
condiciones que debe cumplir cualquier campo de investigación científica fáctica
para ser reconocida como tal. Todo campo de investigación que no cumpla las 12
condiciones es acientífico. Una semiciencia o protociencia es aquel campo que las
satisface de manera aproximada, mientras que todo campo no científico, pero que se
publicita como tal, es pseudocientífico (Ibidem, pp.130-132).
Note que en lo siguiente se invierte el orden lógico del experimento y la teoría. En
las ciencias factuales es requisito indispensable contrastar la hipótesis con la realidad
(experimento, ensayo) antes de llegar a alguna conclusión.
Fases del método hipotético-deductivo
1.Observación
2.Planteamiento de hipótesis
3.Deducciones de conclusiones a partir de conocimientos previos
4.Verificación
Los pasos 1 y 4 requieren de la experiencia, es decir, es un proceso empírico;
mientras que los pasos 2 y 3 son racionales. Por esto se puede afirmar que el método
sigue un proceso Inductivo, ( en la observación) deductivo, (en el planteamiento de
hipótesis y en sus deducciones) y vuelve a la inducción para su verificación. En el
caso de que todas y cada una de las variables puedan ser objeto de estudio, el último
paso sería una inducción completa que daría paso a una ley universal. En caso
contrario la inducción es incompleta, y por tanto la ley obtenida sería una ley
probabilística.
3.1.2 Ejemplos
1.Detectar un problema: en el siglo XIX, los astrónomos Adams y Le Verrier
descubrieron que el planeta Urano no seguía la órbita prevista por las leyes de
Newton.
2.Formulación de una hipótesis: supusieron que tales irregularidades serían
producidas por la atracción de otro planeta en una órbita exterior.
3.Deducción de consecuencias observables: si existiera X planeta debía tener X
masa y debía encontrarse en X punto en el cielo y por tanto con un telescopio se
debería observar.
4. Experimento: el astrónomo Galle —que disponía de un potente telescopio—
halló efectivamente el planeta supuesto al que llamaron Neptuno, la hipótesis resultó
corroborada por la experiencia.
Tradicionalmente se ha sostenido que el argumento deductivo es una inferencia
mediata, que de premisas universales se obtiene una conclusión particular. Según
esta definición, los siguientes ejemplos son argumentos deductivos:
Todos los bachilleres son futuros universitarios: Roberto es un bachiller; por tanto,
Roberto es un futuro universitario.
Ningún estudiante es conformista: Héctor es estudiante; por tanto, Héctor no es
conformista.
En los argumentos se observa que la conclusión es de menor extensión que las
premisas. En los dos casos, la conclusión es un enunciado singular; mientras, ambos
tienen al menos una premisa universal, pero existen otro tipo de argumentos que
también son estudiados en lógica, y sin embargo, no cumplen estrictamente con la
definición de la inferencia deductiva anterior, como los siguientes ejemplos:
Todos los mexicanos son festivos: todos los veracruzanos son mexicanos; por tanto,
todos los veracruzanos son festivos.
Si Roberto termina el bachillerato, entonces ingresará en la UNAM: Roberto terminó
el bachillerato; por tanto, Roberto ingresará en la UNAM.
En el primer argumento, tanto las premisas como la conclusión son enunciados
universales, y de acuerdo con las reglas de distribución, sus términos tienen la misma
universalidad en la conclusión que las demás premisas. Por tanto, ese ejemplo no
encaja completamente en la definición de argumento deductivo.
La primera premisa del enunciado del siguiente ejemplo es el enunciado condicional
y la segunda es singular, que es justamente el antecedente del condicional. Aquí
tampoco se ve que se pase de lo universal a lo particular, por lo menos en el sentido
que se está manejando.
Debido a esta situación, diremos que un argumento es deductivo si la conclusión está
contenida en las premisas ya sea por su generalidad o su estructura. A la generalidad
corresponden los dos primeros ejemplos y a la estructura los dos siguientes.
La primera conclusión a la que se llega cuando se adopta el método hipotético-
deductivo es paradójica. Las hipótesis se pueden refutar, pero no verificar. Más aún.
Lo que caracteriza a la ciencia es que sus afirmaciones son refutables en principio.
No es que sean refutadas, porque entonces estaría formada por falsedades, sino que
puedan ser refutadas por la experiencia cuando se las pone a prueba.
3.2 Experimentum crucis
En ciencias, un experimentum crucis (en español, experimento crucial o crítico) es
un experimento capaz de determinar de forma contundente si una hipótesis o una
teoría particular es superior a todas las demás hipótesis o teorías cuya aceptación
está extendida en la comunidad científica. En particular, tal experimento debe ser
capaz de producir un resultado que excluya todas las otras hipótesis o teorías si es
cierto, lo que demuestra que en las condiciones del experimento (i. e., bajo las
mismas circunstancias externas y para las mismas variables de entrada en el
experimento), esas hipótesis y teorías se han demostrado falsas, pero la hipótesis del
experimentador no es descartada. Francis Bacon en su obra Novum Organum, fue el
primero en describir el concepto de una situación en la que una teoría, pero no otras
se mantiene verdadera, con el nombre de instancia crucis; el término experimentum
crucis, que denota la creación deliberada de tal situación con el propósito de probar
teorías rivales, fue acuñado más tarde por Robert Hooke y utilizada por Isaac
Newton. La producción de este tipo de experimento se considera necesaria para que
una hipótesis particular o una teoría sean considerada una parte comprobada del
cuerpo del conocimiento científico.
La tesis de Duhem-Quine pone en duda el valor decisivo del experimentum crucis
en la elección de una hipótesis o una teoría sobre su rival.
3.2.1 Ejemplos
En el siglo XVI Galileo Galilei vence dos milenios de dominio aristótelico al
anunciar la ley de la caída de los cuerpos, según la cual esferas soltadas a la misma
altura llegan al suelo al mismo tiempo, independiente de su masa. Antes de someter
los modelos a prueba era imposible saber cual era el correcto, después de todo los
objetos pesados eran más difíciles de levantar y, quizás, debido a esto tenían mayor
impetú por caer primero. Hecho el experimento, la experiencia contradijo
rotundamente que los cuerpos más pesados cayesen más rápido que los livianos.
Isaac Newton (1687) presentó una refutación de la teoría de los vórtices de Descartes
del movimiento de los planetas.
Un ejemplo famoso en el siglo XX de un experimentum crucis fue la expedición
dirigida por Arthur Eddington a la isla de Príncipe en África en 1919 para registrar
las posiciones de las estrellas alrededor del Sol durante un eclipse solar. La
observación de las posiciones de las estrellas confirmaron las predicciones de la lente
gravitacional formulada por Albert Einstein en la teoría general de la relatividad
publicada en 1915. Las observaciones de Eddington fueron consideradas como la
primera evidencia sólida a favor de la teoría de Einstein.
En algunos casos, una teoría propuesta puede tener en cuenta resultados anómalos
experimentales para los cuales ninguna teoría existente puede proporcionar otra
explicación. Un ejemplo sería la capacidad de la hipótesis cuántica, propuesta por
Max Planck en el año 1900, para dar cuenta del cuerpo negro del espectro observado,
un resultado experimental que la Ley de Rayleigh-Jeans de la física clásica no podía
predecir. Sin embargo estos casos no se consideran lo suficientemente fuertes para
establecer plenamente una nueva teoría, y para el caso de la mecánica cuántica,
necesitó de confirmación a través de nuevas predicciones de la teoría para lograr
aceptación total.
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