El Jardinero Fiel
El Jardinero Fiel
El Jardinero Fiel
con la farmacéutica Pfizer, quien testeaba medicamentos (Dypraxa), cuyas prácticas infringían los
protocolos establecidos en la Declaración de Helsinki.
Además, no se tiene registro del ingreso de las personas que reciben tratamiento al hospital y
cuando mueren desaparecen misteriosamente. Finalmente, Tessa es asesinada por enviar una
denuncia a Londres sobre la situación de las farmacéuticas y el gobierno en África. Justin, tratando
de descubrir los motivos por los que su esposa es hallada muerta en un lago, encuentra la
información que Tessa estaba recopilando sobre las farmacéuticas y continúa con la investigación
para llegar al fondo del problema que originó la muerte de su esposa. Justin descubre que entre la
farmacéutica Tresabejas y KDH hay una especie de matrimonio en el que cada uno sacaba lo que
más podía del otro. El dinero y el permiso para testear el medicamento en África solo lo tenía la
farmacéutica Tresabejas, pero la patente del medicamento pertenecía a KDH, que necesitaba
probarlo para así sacarlo al mercado con un elevado precio, por ser la única farmacéutica con la
cura para la tuberculosis; por ello, estas farmacéuticas corren el rumor que esta enfermedad se va
a propagar alrededor del mundo, y cuando esto suceda serán las únicas con la cura para la
enfermedad.
Su estrategia era brindar el servicio médico bajo un consentimiento informado, que de cierta
forma era “obligatorio” para cada familia, puesto que de no aceptarlo no le facilitaban los
medicamentos o algún otro servicio médico a ningún miembro. Las pruebas que realizan las
industrias farmacéuticas y el Gobierno claramente violan los derechos humanos de la población,
puesto que ponen por encima los intereses económicos y son ellos los que tienen pleno
consentimiento de las afectaciones que sufre la población, ya que el Gobierno es el que emite los
permisos para que estas farmacéuticas puedan operar en África. Aun después de la muerte de
Tessa, las farmacéuticas junto con las autoridades se dan cuenta de que dicha investigación se
sigue llevando a cabo, y Justin es perseguido y asesinado en el mismo lugar que su esposa. No solo
en el largometraje se violan derechos humanos y diversos tratados que buscan proteger a las
personas, en la vida real sucede lo mismo.
Los gobiernos son sobornados en la mayoría de casos por las farmacéuticas que solo buscan
disminuir costos aprovechándose de escasez económica. Debido al mal servicio educativo y
médico que debería prestar un gobierno a su país, el pueblo se ve obligado a aceptar un
tratamiento experimental, generalmente para recibir la atención médica necesaria u obtener
dinero por ser pacientes voluntarios sujetos a experimentos clínicos. También la situación se
agrava cuando son las farmacéuticas las que incitan al temor, llevando a cabo campañas falsas
sobre la propagación de enfermedades que van a afectar gravemente la salud de la población.
En la película, como en el caso real de Pfizer en Nigeria, se violan tratados universales que buscan
la protección del ser humano frente a las prácticas médicas. Por ejemplo, en algunos artículos del
Código de Nuremberg (1946) que tratan el tema de consentimiento voluntario, el cual se le debe
dar a la persona para el tratamiento y además recibir la información esencial del mismo. Se deben
tomar las medidas adecuadas en búsqueda de la protección al sujeto de las posibilidades de
lesión, incapacidad o muerte; Declaración de los Derechos Humanos (1948) en la que se trasgrede
el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad, así como ser sometidos a tratos crueles,
inhumanos o degradantes.
Al final del filme Justin logra comunicarse con un primo de su esposa en Inglaterra, a quien le envía
el informe, y es él quien denuncia los actos de las farmacéuticas después de la muerte de Justin.
CONCLUSION