Reflexiones Sobre El Sistema Capitalista

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Diálogo Intergeneracional

para la Transformación
Sistémica de Iberoamérica:

Reflexiones sobre el
Sistema Capitalista
CONTENIDO:

1. Introducción:
2. La Resiliencia del Sistema
Capitalista
3. Desafíos a superar
4. Reflexiones finales
Introducción:
El mundo se encuentra inmerso en el Sistema Capitalista, un
sistema que abarca y controla diversos subsistemas, entre los
cuales destacamos los ámbitos cultural, tecnológico, político
institucional, económico y militar. En mayor o menor medida,
todos interactuamos y participamos en alguno de estos
subsistemas, donde la dimensión económica predomina sobre
cualquier otra consideración.
Las desigualdades inherentes al modelo capitalista generan y
perpetúan impactos negativos, especialmente evidentes en los
países iberoamericanos, que deben afrontar desafíos como
problemáticas ambientales, incluyendo la pérdida o extinción
de especies que conforman la biodiversidad, así como las
desigualdades sociales que afectan, en su mayoría, a las
comunidades indígenas. Estos problemas surgen en un
contexto en el que el sistema se centra en una lógica de
crecimiento, acumulación y beneficio económico.
A pesar de que el capitalismo a menudo se percibe como un
sistema aislado del planeta y la sociedad, sus consecuencias
nos afectan a todos de una forma u otra.
En este contexto, surge una cuestión a problematizar: la
capacidad del capitalismo para adaptarse al entorno, lo que lo
convierte en un sistema robusto, saludable y resiliente. Por esta
razón, durante el segundo diálogo intergeneracional sobre
Transformación Sistémica en Iberoamérica, organizado por The
50 Percent y el Club de Roma, en colaboración con las
entidades que conforman la Coalición por una Segunda
Oportunidad para la Tierra, personas de diversas generaciones
que viven en Iberoamérica se reunieron de forma virtual para
debatir acerca de la resiliencia sistémica, los desafíos a superar
y la necesidad de empoderar a los actores primarios en la lucha
contra las desigualdades en las que estamos insertos.
La Resiliencia del Sistema Capitalista:

Entendemos como resiliencia a la capacidad de un sistema para


resistir, adaptarse y recuperarse de situaciones de crisis. Un
sistema tiene vida propia: es complejo pero a su vez flexible,
dinámico y tiene la capacidad de transformarse de manera
permanente en la medida en que los actores que lo integran
insertan demandas, o que fuerzas anti sistémicas lo atacan.
El Sistema Capitalista, además de tener un dominio sobre otros
sistemas, ha demostrado una notable capacidad para adaptarse a
los desafíos y amenazas de actores, movimientos sociales,
conflictos o recesiones que fueron surgiendo a lo largo de su
existencia. En este sentido, a través de estrategias de defensa y
adaptación, ha logrado cooptar a quienes lo enfrentan, como es el
caso de los movimientos ambientalistas o de justicia social. El
capitalismo ha sabido abrazar en encuentros mundiales e
imponer su influencia y poder adoptando discursos y prácticas
alineados a estas demandas, sin la necesidad de un abordaje
integral de los problemas subyacentes. Esto genera fenómenos
como el greenwashing en el que actores, sobre todo económicos,
realizan inversiones irrisorias para aparentar un compromiso
ambiental inexistente y continuar sin implementar las
modificaciones fundamentales que se requieren para un
funcionamiento verdaderamente sostenible y regenerativo.
A través de los espacios de lucha juvenil, el sistema capitalista
supo encontrar las estrategias para "mercantilizar" una ideología,
convirtiendo un reclamo en merchandising. Esta misma resiliencia
genera un dominio sobre los sistemas sociales y políticos, lo que
contribuye a la generación de desigualdades.
Un ejemplo de este modelo se encuentra en las zonas en donde se
llevan adelante prácticas de extractivismo: en estos lugares
ancestralmente habitados por los pueblos originarios, las políticas
públicas y de derechos humanos son las grandes ausentes, con el
objetivo de incentivar a la población a la migración para poder
explotar el territorio, desconociendo las consecuencias
ambientales.
Desafíos a superar:

Para lograr una transformación sistémica en Iberoamérica, lo


primordial consiste en dejar de lado la visión eurocentrista del
mundo para diagramar la construcción de un sistema innovador
que deje obsoleto al capitalismo. Para ello, se debe tener en
cuenta:

Un nuevo enfoque educativo: Transformar el paradigma


económico implica incorporar conceptos de equidad y
sostenibilidad. Las empresas, como actores sistémicos de
transformación, deben superar el paradigma liberal y capitalista
que busca ganancias a cualquier costo, y transmitir un nuevo
enfoque a estudiantes de economía y finanzas. Asimismo, se hace
necesario contemplar el acceso a una educación de calidad para
todos los sectores de la sociedad en la que se brinden
herramientas para transformar las raíces culturales y los usos y
costumbres que sostienen el consumismo.

Incluir saberes ancestrales: Considerar la perspectiva holística


de los pueblos indígenas en cuanto a su comprensión de la
sociedad y su relación con el ambiente y la economía. Estos
saberes ancestrales tienen una visión equitativa del acceso a
recursos y permitirán eliminar las barreras estructurales que
actualmente perpetúan la desigualdad. Son guardianes de una
cultura que respeta y pondera a la Tierra como lo que es: la base
de nuestra vida.
Acceso a derechos humanos fundamentales: Los pueblos
originarios y otros sectores sociales se encuentran en situación de
supervivencia, en donde no tienen acceso a derechos humanos
fundamentales como la vivienda, comida, educación y agua
potable. Resulta necesario empoderar a estos actores primarios
que son quienes se encuentran a la vanguardia de la defensa de la
biodiversidad y entienden en profundidad los territorios que
componen nuestra región.

Cambiar los hábitos de consumo: Repensar la definición del


éxito, de la felicidad y del progreso y cambiar la mentalidad
arraigada en torno a lo que se consume. Esto permitirá la
reducción de la huella ecológica, la protección de recursos
naturales y promoción de prácticas sostenibles. La cultura del
consumismo es una de las bases angulares del sistema actual, por
lo que es de importancia vital buscar un cambio de mentalidad
respecto a esta dimensión.

Empoderar a los activistas: No solo es necesario contar con un


grupo social de participación activa en las problemáticas sociales,
sino que verdaderamente deben ser incluidos en la toma de
decisiones que afecten a la vida de sus comunidades. Para ello,
resulta prioritario implementar estrategias que permitan a
activistas transformarse en actores primarios en el proceso de
transformación sistémica. La construcción de capacidades y redes
que multipliquen las potencialidades en los territorios es un
objetivo insoslayable en la labor que se plantea hacia adelante.

Superar la dicotomía de gobiernos de izquierda y gobiernos de


derecha: Los conceptos de "izquierda" y "derecha" (también
conocidos como liberalismo y comunismo o cualquiera de sus
variantes) son eurocéntricos, anacrónicos y representan dos
ideologías que entienden el mundo que nos rodea como un
recurso a ser explotado, ya sea llamándolos "recursos naturales" o
"medios de producción". En lugar de dividir a la sociedad en
facciones políticas polarizadas que no reflejan la realidad de
Iberoamérica y que ambas promueven una lógica de
extractivismo, debemos replantear alternativas que promuevan
una transformación sistémica. Para ello, se debe explorar otras
perspectivas que contemplen problemas complejos en toda su
profundidad e interrelación, como cuestiones ambientales,
desigualdad, justicia social, sostenibilidad y un enfoque de género.

Evitar la mercantilización de los aspectos esenciales de la vida


y el uso del mal llamado capital humano: Superar la visión de
que las personas somos recursos que pueden generar beneficios
económicos y que no contempla nuestra dignidad, derechos y
necesidades humanas. Es urgente dejar de medir el éxito como si
ser exitosos fuese el propósito de la humanidad en la Tierra. En
lugar de ello, poner como eje central de los objetivos globales los
resultados en función de los indicadores de bienestar social.
Avanzar hacia una perspectiva de bienestar en la que el Producto
Bruto Interno (PBI) deje de ser la máxima guía y podamos pasar a
hablar de otros indicadores como la Felicidad Interna Bruta (FIB)
que se mide en Bután o desarrollar otros modelos que tengan el
eje en el ser humano.
Reflexiones finales:

La transformación sistémica es un desafío que requiere un


enfoque integral y colaborativo. Para lograrlo, nuestro principal
objetivo debe ser comenzar a comprender las problemáticas
como desafíos colectivos y ampliar nuestra visión para observar
todos los factores que las generan, las consecuencias que causan
y cuáles son todos los factores que se entrecruzan en el medio.
Requiere un esfuerzo dedicado y un compromiso inquebrantable
por nuestra parte el comprender estas interconexiones. Además,
construir una transformación del sistema implica involucrarnos de
manera profunda con las personas que lo integran y
reconocernos como integrantes del mismo.
El capitalismo ha demostrado resiliencia ante diversas crisis, pero
sus desigualdades y prácticas insostenibles plantean una serie de
desafíos para avanzar hacia un sistema más equitativo y
sustentable. Además, en su proselitismo por el individualismo
busca aislar a las personas, rompiendo así el complejo entramado
comunitario y haciendo cada vez más difícil las conexiones
humanas que nos permitan modificarlo.
Otro mundo será posible si superamos la condena a Cien Años de
Soledad que magníficamente denunció Gabriel García Márquez en
su discurso de aceptación del Nobel. Para esto, se debe abordar al
sistema desde una perspectiva holística que contemple a la
educación como la aliada fundamental para promover el cambio;
como así también, la inclusión de los saberes de los pueblos
originarios y en la que las conexiones entre seres humanos
vuelvan a ser el centro de nuestros esfuerzos y compromisos. Por
eso, debemos superar la definición de éxito desde una
perspectiva consumista; rechazar la visión de "capital humano"
que mercantiliza la esencia de la vida y comenzar a medir los
logros sociales en términos de felicidad y la perspectiva de
bienestar.

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