La Creatividad
La Creatividad
La Creatividad
La creatividad es muy compleja. Pareciera tener manuales más extensos que los
mismos que enuncian en los chistes sobre las
mujeres.
Hay días en que amanece de buen genio; despierta
allí a nuestro lado y tan solo exige, si mucho, una
buena taza de café o de chocolate, según su
preferencia, para darnos el empujón hacia la creación.
En otros días, debemos prenderle velitas, ponerle
trampas, ratoneras incluso sal, como a cuál bruja en
pueblo, para ver si cae. Y en las peores instancias,
algunos días ni siquiera se asoma, no le entra la
llamada, ni con señales de humo se logra convocar.
No es gratis que no llegue y cuando sucede así, puede ser a causa de dos factores:
Una tal que pareciera ser la todo poderosa de las ideas y de la capacidad inventiva,
intuitiva y perceptiva en el ser humano; aunque se ha logrado identificar su existencia,
también, en la mentalidad animal.
Así mismo, se le llama imaginación, madre y musa de la inspiración, pensamiento
divergente y de muchas otras maneras que por ahora no se mencionarán. Es la
cúspide de la innovación, es la suma creadora de conceptos y de asociaciones con las
nociones ya existentes.
Es la que cuenta con la mejor capacidad para dar conclusiones útiles, para producir
respuestas satisfactorias y resolver problemas, eso sí, todo a partir de su inigualable
toque de valor, originalidad y de ese no sé
qué que la hace ser genial.
Lluvias de ideas:
Una técnica utilizada normalmente en grupos que facilita el surgimiento de nuevas
ideas sobre un tema.
Pensamiento lateral:
Una forma específica de organizar los procesos de pensamiento, que busca una
solución mediante estrategias o algoritmos no ortodoxos.
Ejercicio:
Une los 9 puntos con 4 líneas sin levantar el lápiz.
Mapas conceptuales:
Una red de ideas donde los nodos son los conceptos y los enlaces son las relaciones
que tienen los conceptos.
Clasificación de ideas:
Tabla de distinción según tipo de cualidades entre las ideas que se tienen.
Diagrama de espina de pez:
Una representación gráfica de las relaciones múltiples de causa-efecto entre las
diversas variables que intervienen en un proceso.
Por otro lado, la creatividad también puede llegar a darse de manera esporádica,
cuando no se está pensando conscientemente en el problema. La inspiración surge
durante un período de incubación, es decir, en el momento en que la idea ya ha ido
cultivándose, pensándose y replanteándose de tiempo atrás, de repente aparece
yendo rumbo al trabajo, regando el jardín o haciendo alguna otra actividad cotidiana.
De la creatividad a la creativación
La creatividad hace parte de nuestro ADN; es una semilla que habita al interior de
nosotros que requiere de ser regada y alimentada diariamente para que crezca.
Existen diversas formas de incrementarla; una de estas maneras es a partir de estas 4
ideas:
Buscar el elemento:
Como se indica en el nombre, es buscar el objeto meta, plantear el propósito y
visualizarse en dicho logro.
Pasión:
Un componente que debe estar presente en todos los procesos de la creación e
incluso es quien debe estar a la cabeza de todas las decisiones.
Persiste y vencerás:
La constancia, el trabajo y el control; grandes niveles de planificación, de reiteración y
retroalimentación son necesarios. La creatividad no llega por arte de magia.
Salir de la rutina:
Implica valentía, riesgo y atrevimiento; así es que se intensifican las conexiones
cognitivas y emocionales de la creatividad.
La creativación
La creativación se define como el resultado de la unión de las palabras: creatividad e
innovación. Dicha unión solo se da cuando la creatividad, en primer lugar, se convierte
en el punto de partida de la innovación y en segundo, cuando es utilizada
sistémicamente para generar valor y retorno ya sea a una compañía, una marca o una
sociedad.
Se ha tomado a la creativación, en términos empresariales, como el proceso que debe
emplearse para llegar al éxito. Existen modelos para generar ideas y convertirlas en
propuestas de valor acordes a la creativación, por ejemplo, en estos 9 pasos que
“Emprender es posible” nos propone:
Background y entorno: Identifica las capacidades que tienes y los recursos
a nivel personal y de entorno que te puedan ayudar a definir la idea.
Proceso creativo: Es la cultura creativa para cambiar la forma habitual de
ver y hacer las cosas. Pensando de forma diferente podrás ver nuevas
soluciones.
Reto creativo: Define el reto sobre el que se va a realizar el proceso creativo
para la generación de la idea.
Generación de oportunidades: Crea oportunidades a través de la
identificación de los conceptos que componen el reto.
Analogías en otros mundos: Busca en otros mundos para romper el
pensamiento lógico y explorar nuevas rutas.
Valorización de las ideas: Lista, clasifica y selecciona las mejores ideas
creadas en el proceso. Asigna puntos y prioriza aquellas ideas más relevantes
para tu problema.
Desarrollo de ideas: Desarrolla las mejores ideas para convertirlas en
propuestas valiosas que se puedan concretar en un modelo real de producto o
servicio.
Prototipado y tesling: Comprobar que nuestra percepción coincide con la
realidad del mercadeo mediante una simulación del concepto que hemos
creado.
Propuesta de valor: Describe la propuesta final detallando los aspectos que
la componen.
Creatividad en el marketing
¿Una combinación posible? Más que posible, necesaria. En términos generales,
el marketing es una disciplina que se enmarca dentro de las ciencias sociales y utiliza
diversas técnicas y herramientas con la finalidad de facilitar la adecuada toma de
decisiones en el mundo empresarial.
Creatividad en el marketing
La creatividad está para ser aplicada en la captación del consumidor. Las empresas,
independiente de su énfasis, de su mercado o enfoque, deberían estar ligadas a la
filosofía de la creatividad.
¿Esto qué implica?
Tener planes estratégicos donde la creatividad, de la mano de la innovación, sean las
protagonistas de los objetivos. Una empresa creativa es aquella que reacciona
positivamente ante las nuevas ideas y trata de encontrar modos de reforzar tal
inclinación creativa entre los trabajadores.
La estimulación de la creatividad se considera a todos los niveles, es decir, no es solo
un asunto que compete al diseño de la oficina, del espacio, de los productos o
servicios en sí, sino de los procesos de selección, de la evaluación del personal, la
forma de llevar a cabo la relación con las personas, entre otros.
El cuanto a la creatividad en el marketing, es la encargada de hacer que nuestro
mensaje llegue a la gente de forma distinta para que esta lo note y responda
positivamente al mismo.
Puede afirmarse que ambos conceptos: creatividad y marketing, son compatibles,
pues, para que el marketing funcione, requiere de hacer de la creatividad, el plan
primordial del funcionamiento del negocio.
Existen diversas barreras entre las empresas para llegar a la creatividad, empezando
por la que muchos de los encargados del área de marketing tales como técnicos o
directores, se quedan atrapados en la búsqueda de una respuesta a los problemas y
no se permiten realmente avanzar o encontrar la solución.
De por sí, los directores de marketing deben ser personas creativas o por lo menos,
deben estar dándose a la tarea de desarrollar dicha capacidad, especialmente para
lograr virtudes tales como:
Aceptación de las críticas
Capacidad para soportar las presiones
Poder para trabajar en cualquier lugar
Aptitud para trabajar en más de una cosa a la vez
El proceso creativo en el marketing
Una vez nos enfrentemos a un problema que necesite resolverse con creatividad,
debemos seguir un proceso creativo, el cual se divide en 7 etapas:
1. Identificación: ¿Qué tipo de problema se debe resolver?
2. Preparación: Existen dos tipos de preparación: directa e indirecta. La directa es
cuando buscamos información que contribuya a una posible solución
e indirecta, es cuando se agota la información que teníamos a nuestro alcance,
por tanto, debe comenzar a buscarse en otras fuentes posibles.
3. Incubación: Una vez obtenida la información, lo idea es dejarla en reposo. La
incubación después de la acumulación de datos directos e indirectos, es
fundamental; la mente debe comenzar a digerir la información y hacer
consciente lo obtenido.
4. Calentamiento: ¡De regreso al problema! El calentamiento constituye una etapa
distinta del proceso creativo. Las ideas comienzan a hervir, da la sensación de
que la solución está cerca.
5. Iluminación: Es cuando la idea aflora.
6. Elaboración: Las ideas que antes eran abstractas/mentales, se organizan a
través de la construcción de un plan de abordaje.
7. Verificación: Luego de un tiempo prudente, después de la elaboración de la
idea, esta debe someterse a una verificación bien sea para corregir o asegurar
que esté marchando según lo esperado.
Para qué sirve la creatividad en el marketing
Solucionar necesidades no atendidas del mercado
Dinamizar ventas
Diferenciarse de la competencia
Fidelizar a los clientes
Estimular la creatividad en la empresa en general y el departamento de marketing en
particular, nos ayudará a conseguir algunos hábitos tan importantes como:
Mayor cohesión del equipo de trabajo
Incremento del sentimiento de pertenencia a un proyecto global
Desarrollo de propuestas desde todos los ámbitos
Mejor resistencia ante crisis
Reducción de bajas por estrés
Retención de talento
Ideas finales
La creatividad es creer; creer que se puede crear y trabajar arduamente por
ello.
Es una musa de la virtud que exige esfuerzo y perseverancia.
La estrategia predilecta en todo plan de mercadeo.
Y entre todas las cosas, como dice Nick Law, el director creativo de la agencia
R/GA Worldwide, “La creatividad es un hábito, no es algo que sucede en la
ducha”.
Todos los que hemos intentado realizar algún acto creativo nos hemos encontrado
con los denominados “bloqueos”. La sensación puede ser frustrante y angustiosa:
Necesitamos una idea brillante y no sale nada, o todo lo que se nos ocurre es una
birria.
Aunque más adelante hablaremos de cómo solucionar estas situaciones, primero
debemos ver qué tipo de bloqueo estamos experimentando, pues para curar una
enfermedad antes debemos llegar a un diagnóstico adecuado.
Los bloqueos creativos pueden ser de distinta naturaleza:
1.- Emocionales: Pueden ser originados por el miedo al ridículo o al fracaso, o
simplemente por temor al juicio que los demás pueden hacer de nosotros. Están
relacionados con una autocrítica personal negativa y aparecen con mucha frecuencia
en personas con baja autoestima.
2.- Perceptivos: Hacen referencia a nuestra forma personal de percibir el mundo que
nos rodea. Pueden ser ideas estereotipadas, alguna dificultad para aislar el problema,
quizás limitamos en exceso el área del problema (visión de túnel), no somos capaces
de ver más allá del planteamiento original, estamos saturados con el problema, no
podemos adoptar otros puntos de vista o enfoques, o simplemente no estamos
usando toda la información de que disponemos.
3.- Bloqueos culturales: Las normas sociales han sido creadas para decirnos cómo ver
y pensar de una determinada forma. Así, los tabúes, las ideas políticas o religiosas, la
polarización de ideas (infantil-maduro, masculino-femenino…), tomarse los problemas
con demasiada seriedad o la resistencia al cambio pueden llevarnos a un bloqueo de
la creatividad.
4.- Bloqueos ambientales: Es difícil concentrarse en una tarea creativa en un lugar en
el que estemos incómodos o en el que se nos interrumpa constantemente; las críticas
negativas y la falta de apoyo de los que nos rodean tampoco resultan de ayuda a la
hora de generar ideas creativas.
5.- Bloqueos expresivos: Puede que estemos usando una técnica inadecuada para
expresar una idea o quizás nuestra expresión (verbal, etc.) resulta imprecisa.
Además, existen una serie de trabas mentales que nosotros mismos nos imponemos,
como son pensamientos del tipo: “Me estoy equivocando”, “tengo que ser práctico”,
“qué vergüenza si me equivoco”, “para qué esforzarme si de todos modos no va a salir
bien”… Esta voz crítica interior confina nuestro espíritu creativo dentro de los límites
que juzgamos aceptables. Estos pensamientos suelen ser automáticos y aparecen
siempre como una especie de voz de la conciencia que debemos y podemos aprender
a reconocer para no tener en cuenta su fuerza destructiva.