Cuadernillo Pio Xi Literatura 6to 2024-Páginas
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LENGUA y LITERATURA
Curso: 6to año TRES MODALIDADES
Prof. ESCARLÓN VANESA
Lengua y literatura
6to. año
Todos los textos se escriben para creer mundos diferentes desde las convenciones
del género y del mundo en que se crea esa obra.
Todo texto crea un mundo posible en función de unas leyes lógicas internas, por
eso unas no se pueden aplicar a otras.
Todo texto intenta construir una idea denominada efecto de realidad. Los textos
literarios son ficción, no sujetos a la realidad.
No toda la literatura utiliza ese lenguaje. Por lo tanto, la segunda definición que
propone Eagleton es útil, pero no válida para toda la literatura. No todo el lenguaje
de todas las obras literarias es lenguaje literario, sin embargo, sí es literatura.
Literatura: tipo de texto sin fin práctico. Texto que consumimos por puro placer.
Según el uso que le des a un texto, ese texto va a ser una cosa u otra. Que sea el
lector quien determine la propiedad del texto, implica que no se puede partir de un
patrón para clasificar la literatura. La idea de literatura ha variado a lo largo de la
historia. Plantea la definición desde el uso. Nos puede servir para distinguir donde
no situamos la literatura.
en luchas armadas. El partido unitario proponía una organización nacional en la que el poder
estuviera centralizado en Buenos Aires. El federal buscaba la autonomía de las provincias
reunidas en un gobierno nacional.
En 1829 la sala de representantes proclamó a Juan Manuel de Rosas gobernador de
Buenos Aires otorgándole las facultades extraordinarias y el título de Restaurador de las
Leyes. Este primer gobierno de Rosas terminó en 1831 y no aceptó la reelección porque no
se le renovarían las facultades extraordinarias. En 1834, se produjo una guerra civil entre
Tucumán y Salta, provincias federales. Rosas envió a controlar la situación a Facundo
Quiroga, caudillo federal riojano, pero murió asesinado en Barranca Yaco en 1835 (tema del
que trata Facundo de Sarmiento). Ese mismo año, la Legislatura nombró gobernador a Rosas:
le otorgó, dado el recrudecimiento de las luchas, la suma de los poderes públicos y extendió
su mandato a cinco años. Pero este segundo período, comenzado en 1835, culminó recién
diecisiete años después, en 1852, con la batalla de Caseros. Rosas ejerció un gobierno
conservador de carácter paternalista y cerrado a todo lo exterior. La organización fue
centralista, a pesar de que se hablaba del país como de una Federación, y esto acrecentó el
sentido de unidad. Si bien Rosas era gobernador de Buenos Aires, reunía las atribuciones de
un presidente y su mandato, de hecho tenía alcance nacional: así, por ejemplo, manejaba las
relaciones exteriores, el vínculo con la Iglesia y la economía a partir del control de la Aduana
e intervenía las provincias que se le opusieran. Algunas de estas condiciones vigentes durante
un periodo de tiempo tan extenso fueron conformando la unidad nacional.
Otra característica del gobierno de Rosas fue la persecución a sus opositores. Creó una
organización policial y armada denominada Mazorca. Los jóvenes románticos sufrieron las
consecuencias de esta persecución ya que el Salón literario de Marcos Sastre, en donde se
reunían y discutían sus ideas, debió cerrar sus puertas en 1838 y la mayoría de sus miembros
se exiliaron en países vecinos como Chile y Uruguay. Esteban Echeverría se exilió en
Uruguay en 1840.
Rosas falleció en el exilio el 14 de marzo de 1877, acompañado por su hija Manuelita,
en su finca de Southampton, Inglaterra.
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– Lengua y Literatura
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– Lengua y Literatura
Actividad: luego de leer los textos sobre el contexto histórico y el Romanticismo en América
y Argentina, escriba un texto breve en el que incluya lo siguiente:
• Teniendo en cuenta el ideal romántico diga por qué cree usted que Esteva Echeverría
se oponía al gobierno de Rosas.
• Qué características y temas del Romanticismo se encuentran presentes en El
matadero. Recuerde las actividades de análisis que realizó en la guía anterior.
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– Lengua y Literatura
Intertextualidad
Todo texto está enmarcado en un largo tejido de otros textos anteriores que ingresan en
él. De modo que todo texto establece siempre una relación, un diálogo con otros textos. A
esta relación entre textos la denominamos intertextualidad.
La intertextualidad puede establecerse de distintos modos: por el tema, por el tipo de
texto, por el género literario, por la estructura del texto, por la cita de otro texto, entre otros.
❖ Lea el poema "Rosas" de Jorge Luis Borges, perteneciente a la obra Fervor de Buenos
Aires publicada en 1923:
ROSAS
En la sala tranquila
cuyo reloj austero derrama
un tiempo ya sin aventuras ni asombro.
Sobre la decente blancura
que amortaja la pasión roja de la caoba,
alguien, como reproche cariñoso,
pronunció el nombre familiar y temido.
La imagen del tirano
abarrotó el instante,
no clara como un mármol en la tarde,
sino grande y umbría
como la sombra de una montaña remota.
Y conjeturas y memorias
sucedieron a la mención eventual
como un eco insondable.
Famosamente infame
su nombre fue desolación en las casas,
idolátrico amor en el gauchaje
y horror del tajo en la garganta.
Hoy el olvido borra su censo de muertes,
porque son venales las muertes
si las pensamos como parte del Tiempo,
esa inmortalidad infatigable
que anonada con silenciosa culpa las razas
y en cuya herida siempre abierta
que el último dios habrá de restañar el último día,
cabe toda la sangre derramada.
No sé si Rosas
fue sólo un ávido puñal como los abuelos decían;
creo que fue como tú y yo
un hecho entre los hechos
que vivió en la zozobra cotidiana
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– Lengua y Literatura
Actividades
1. Según el poeta, cuando alguien pronuncia el nombre del tirano, ¿qué efecto causa?,
¿cómo se lo recuerda?
2. ¿Qué sentido tiene en el texto la expresión: "Famosamente infame"?
3. El uso de estas dos palabras genera un efecto irónico. ¿Por qué?
4. Proponga una explicación para estos versos: "su nombre fue desolación en las casas,
idolátrico amor en el gauchaje y horror del tajo en la garganta"
5. ¿Cómo considera el poeta el accionar de Rosas? ¿A qué lo atribuye? Fundamente sus
respuestas.
6. De acuerdo con la información disponible (incluida la fecha de publicación del
poema), explique los siguientes versos: "Ahora el mar es una larga separación entre
la ceniza y la patria".
7. Explique los cuatro versos finales del poema.
8. Señale las semejanzas y diferencias en el tratamiento de la figura de Rosas que se
realiza en el poema y en El matadero
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EL MATADERO
ESTEBAN ECHEVERRÍA
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El matadero
Esteban Echevarría
A pesar de que la mía es historia, no la empezaré por el arca de Noé
y la genealogía de sus ascendientes como acostumbraban hacerlo los
antiguos historiadores españoles de América, que deben ser nuestros
prototipos. Tengo muchas razones para no seguir ese ejemplo, las que
callo por no ser difuso. Diré solamente que los sucesos de mi narración
pasaban por los años de Cristo de 183.... Estábamos, a más, en
cuaresma, época en que escasea la carne en Buenos Aires, porque la
iglesia, adoptando el precepto de Epicteto, sustine, abstine (sufre,
abstente), ordena vigilia y abstinencia a los estómagos de los fieles, a
causa de que la carne es pecaminosa, y, como dice el proverbio, busca
a la carne. Y como la iglesia tiene ab initio y por delegación directa de
Dios el imperio inmaterial sobre las conciencias y estómagos, que en
manera alguna pertenecen al individuo, nada más justo y racional que
vede lo malo.
Los abastecedores, por otra parte, buenos federales, y por lo mismo
buenos católicos, sabiendo que el pueblo de Buenos Aires atesora una
docilidad singular para someterse a toda especie de mandamiento, sólo
traen en días cuaresmales al matadero, los novillos necesarios para el
sustento de los niños y de los enfermos dispensados de la abstinencia
por la Bula, y no con el ánimo de que se harten algunos herejotes, que
no faltan, dispuestos siempre a violar los mandamientos carnificinos de
la iglesia, y a contaminar la sociedad con el mal ejemplo.
Sucedió, pues, en aquel tiempo, una lluvia muy copiosa. Los
caminos se anegaron; los pantanos se pusieron a nado y las calles de
entrada y salida a la ciudad rebosaban en acuoso barro. Una tremenda
avenida se precipitó de repente por el Riachuelo de Barracas, y
extendió majestuosamente sus turbias aguas hasta el pie de las
barrancas del Alto. El Plata, creciendo embravecido, empujó esas
aguas que venían buscando su cauce y las hizo correr hinchadas por
sobre campos, terraplenes, arboledas, caseríos, y extenderse como un
lago inmenso por todas las bajas tierras. La ciudad, circunvalada del
norte al este por una cintura de agua y barro, y al sur por un piélago
blanquecino en cuya superficie flotaban a la ventura algunos
barquichuelos y negreaban las chimeneas y las copas de los árboles,
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Faltaba que resolver la duda sobre los órganos genitales del muerto,
clasificado provisoriamente de toro por su indominable fiereza; pero
estaban todos tan fatigados de la larga tarea que la echaron por lo
pronto en olvido. Mas de repente una voz ruda exclamó: -Aquí están
los huevos -sacando de la barriga del animal y mostrando a los
espectadores, dos enormes testículos, signo inequívoco de su dignidad
de toro. La risa y la charla fue grande; todos los incidentes
desgraciados pudieron fácilmente explicarse. Un toro en el matadero
era cosa muy rara, y aun vedada. Aquél, según reglas de buena policía,
debió arrojarse a los perros; pero había tanta escasez de carne y tantos
hambrientos en la población, que el señor juez tuvo a bien hacer ojo
lerdo.
En dos por tres estuvo desollado, descuartizado y colgado en la
carreta el maldito toro. Matasiete colocó el matambre bajo el pellón de
su recado y se preparaba a partir. La matanza estaba concluida a las
doce, y, la poca chusma que había presenciado hasta el fin, se retiraba
en grupos de a pie y de a caballo, o tirando a la cincha algunas carretas
cargadas de carne.
Mas de repente la ronca voz de un carnicero gritó: -¡Allí viene un
unitario! -y al oír tan significativa palabra toda aquella chusma se
detuvo como herida de una impresión subitánea.
-¿No le ven la patilla en forma de U?. No trae divisa en el fraque ni
luto en el sombrero.
-Perro unitario.
-Es un cajetilla.
-Monta en silla como los gringos.
-La Mazorca con él.
-¡La tijera!
-Es preciso sobarlo.
-Trae pistoleras por pintar.
-Todos estos cajetillas unitarios son pintores como el diablo.
-¿A que no te le animas, Matasiete?
-¿A que no?
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-A que sí.
Matasiete era hombre de pocas palabras y de mucha acción.
Tratándose de violencia, de agilidad, de destreza en el hacha, el
cuchillo o el caballo, no hablaba y obraba. Lo habían picado: prendió
la espuela a su caballo y se lanzó a brida suelta al encuentro del
unitario.
Era éste un joven como de veinticinco años, de gallarda y bien
apuesta persona, que mientras salían en borbotón de aquellas
desaforadas bocas las anteriores exclamaciones, trotaba hacia Barracas,
muy ajeno de temer peligro alguno. Notando, empero, las significativas
miradas de aquel grupo de dogos de matadero, echa maquinalmente la
diestra sobre las pistoleras de su silla inglesa, cuando una pechada al
sesgo del caballo de Matasiete lo arroja de los lomos del suyo
tendiéndolo a la distancia boca arriba y sin movimiento alguno.
-¡Viva ¡Matasiete! exclamó toda aquella chusma cayendo en tropel
sobre la víctima como los caranchos rapaces sobre la osamenta de un
buey devorado por el tigre.
Atolondrado todavía, el joven fue, lanzando una mirada de fuego
sobre aquellos hombres feroces, hacia su caballo que permanecía
inmóvil no muy distante, a buscar en sus pistolas el desagravio y la
venganza. Matasiete, dando un salto le salió al encuentro, y con
fornido brazo asiéndolo de la corbata lo tendió en el suelo tirando al
mismo tiempo la daga de la cintura y llevándola a su garganta.
Una tremenda carcajada y un nuevo viva estertorio volvió a
victoriarlo.
¡Qué nobleza de alma! ¡Qué bravura en los federales! Siempre en
pandilla cayendo como buitres sobre la víctima inerte.
-Degüéllalo, Matasiete: quiso sacar las pistolas. Degüéllalo como al
toro.
-Pícaro unitario. Es preciso tusarlo.
-Tiene buen pescuezo para el violín.
-Tocale el violín.
-Mejor es resbalosa.
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-Porque no quiero.
-¿No sabes que lo manda el Restaurador?
-La librea es para vosotros, esclavos, no para los hombres libres.
-A los libres se les hace llevar a la fuerza.
-Sí, la fuerza y la violencia bestial. Esas son vuestras armas,
infames. El lobo, el tigre, la pantera también son fuertes como
vosotros. Deberíais andar como ellos en cuatro patas.
-¿No temes que el tigre te despedace?
-Lo prefiero a que, maniatado, me arranquen como el cuervo, una a
una las entrañas.
-¿Por qué no llevas luto en el sombrero por la heroína?.
-¡Porque lo llevo en el corazón por la Patria, por la Patria que
vosotros habéis asesinado, infames!
-¿No sabes que así lo dispuso el Restaurador?
-Lo dispusisteis vosotros, esclavos, para lisonjear el orgullo de
vuestro señor y tributarle vasallaje infame.
-¡Insolente!, te has embravecido mucho. Te haré cortar la lengua si
chistas.
-Abajo los calzones a ese mentecato cajetilla y a nalga pelada denle
verga, bien atado sobre la mesa.
Apenas articuló esto el juez, cuatro sayones, salpicados de sangre,
suspendieron al joven y lo tendieron largó a largo sobre la mesa
comprimiéndole todos sus miembros.
-Primero degollarme que desnudarme, infame canalla.
Atáronle un pañuelo por la boca y empezaron a tironear sus
vestidos. Encogíase el joven, pateaba, hacía rechinar los dientes.
Tomaban ora sus miembros la flexibilidad del junco, ora la dureza del
fierro y su espina dorsal era el eje de un
movimiento parecido al de la serpiente. Gotas de sudor fluían por
su rostro, grandes como perlas; echaban fuego sus pupilas, su boca
espuma, y las venas de su cuello y frente negreaban en relieve sobre su
blanco cutis como si estuvieran repletas de sangre.
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El matadero y Editorial: Alfaguara
Lugar y fecha de edición:
Buenos Aires, febrero de 2006
otros textos Prólogo: Martín Kohan
Selección, estudio y notas:
Maria Fernanda Maquieira
Esteban Echeverría Cantidad de páginas: 128
Serie: Roja (desde 14 años)
Guía de lectura
● Observar la tapa y luego responder: ¿qué representa ● Proponer la lectura de Facundo, de Domingo Faus-
la imagen? tino Sarmiento. Analizar sus postulados sobre la dico-
tomía Civilización-Barbarie y establecer relaciones con
● Comentar con los alumnos lo que les sugiere un títu- "El matadero".
lo como "El matadero".
● Rastrear la adaptación de "El matadero" de la histo-
● Repasar el índice del libro y pedirles a los alumnos rieta realizada por Enrique Breccia. Analizar los cam-
que investiguen sobre la polémica entre románticos y bios operados, el sentido de esos cambios y sus impli-
neoclásicos, y sobre la "mazorca". cancias (por ejemplo, qué suprime el historietista y por
qué, cómo maneja los planos, por qué usa caligrafías
● Leer el prólogo de Martín Kohan y pensar cuál es el diferentes, qué sucede con la mayor o menor intensi-
requisito que tiene que tener una figura histórica para dad en el uso de los tonos, etcétera).
convertirse en prócer. Elegir algunos nombres de calles
de su barrio e investigar por qué se llaman así. ● Comparar la primera parte de "El matadero" con los
Cuadros costumbristas que integran esta edición. Ana-
● Luego de la lectura del “Prólogo” de Juan María lizar especialmente el tratamiento del lenguaje y sus
Gutiérrez, comentar su visión del texto. procedimientos constructivos.
● Realizar un esquema de los rasgos que definen el ● Adaptar la escena del juicio al joven unitario para
mundo del matadero y los que, por oposición, repre- representarla en clase.
senta el joven unitario.
● Escribir una biografía de Matasiete.
● Clasificar los otros textos que aparecen en el libro
según el género al que pertenecen. Fundamentar la ● Narrar la historia desde el punto de vista del joven
clasificación. unitario.
● Resumir las características del clasicismo y del ro- ● Redactar un artículo de costumbres al estilo de los
manticismo que aparecen en el fragmento que lleva que se incluyen en este libro, pero enfocando una
ese título. cuestión de la actualidad.
● ¿En qué textos aparecen rasgos del romanticismo? Redacción de actividades: Pablo Ansolabehere y Fa-
Buscar ejemplos para compartir en clase. biana Sordi
2) En este segundo ejemplo, tendrás que poner en práctica los procedimientos de cohesión
para que el texto tenga relaciones de significados.
Ataques de tiburón. La mayoría de los ataques de tiburón ocurren cerca de la orilla. La costa
de Recife Brasil es víctima de numerosos ataques. Playas prohibidas para el baño. Se
incrementaron. Estudios realizados para saber causa. La causa del acercamiento de los
tiburones a la costa. Ese fue el resultado del estudio. Los tiburones se acercan atraídos por la
sangre. Huelen la sangre. A dos km. de la costa funciona un matadero. El matadero tira los
desechos a un río. El río desemboca en la costa. Trabajar en función de la causa detectada.
Ana leyó un libro de muchas páginas. En él encontró hadas, duendes, magos y gigantes. Todos
esos seres vivían aventuras increíbles en un país fabuloso. Allí los ríos eran de plata, la sombra
de los árboles ( ) perfumada y el césped ( ) suave como terciopelo. Por eso, los personajes se
tendían en el pasto y soñaban con historias de amor correspondido, dulce y eterno. Y además,
desde las páginas del libro, ( ) hacían soñar a Ana.
c) Reponé las palabras elididas que tendrían que estar entre los paréntesis.
4) Reescribí el siguiente texto y aclará qué recursos usaste para no repetir y que tenga
sentido:
Ayer conocí a Federico. Federico es el primo de la amiga de yo. Federico está estudiando
medicina. Yo le pregunté a Federico cuáles podían ser los motivos de los constantes dolores
de cabeza de yo. Federico preguntó a yo si pasaba mucho tiempo frente a alguna pantalla de
televisión. Yo respondí a Federico que yo usaba mucho la computadora. Federico dijo a yo
que esa podría ser la causa de los dolores de yo.
5) Convertí la siguiente lista de oraciones en un texto cohesivo y coherente:
6) Explicá con tus palabras el significado de los siguientes conectores y escribí un sinónimo:
encima:
de todos modos:
aún así:
en cambio:
en consecuencia:
en resumen:
igualmente:
¿Por qué el cine americano se ha impuesto de tal modo al europeo hasta el punto de
amenazarlo de extinción? Algunos claman que a causa de la pura fuerza del dólar. Pero es algo
que no ha pasado en literatura, ni en pintura, ni en música sinfónica, ni en gastronomía, ni en
periodismo. Los dólares compran casi todo, pero no aniquilan casi nada. Otros,
_____________, arguyen la más simple razón del triunfo: que las películas americanas son
mejores. _____________, el que una película sea considerada buena o mala es algo
desesperadamente subjetivo; y, _____________ cualquiera que sea el baremo que se aplique,
es incontrovertible que bastantes películas europeas son estupendas y muchas películas
americanas son pésimas. Lo que, _____________, sí puede afirmarse es que las películas
americanas gustan por lo común más a la gente. ¿Por qué?
7) Mejorá estos textos breves utilizando los mecanismos de cohesión que aprendiste:
a) El otro día en la calle me encontré con unos amigos. Los amigos me contaron que habían
comprado una moto. Habían comprado la moto con un dinero que habían ganado en verano.
En verano habían estado trabajando para ganar dinero y comprar una moto.
b) Tener animales en casa es muy agradable. También tener animales en casa tiene problemas.
Tienes que sacar a los animales a pasear y tienes que llevarlos al veterinario. Hay personas que
no quieren tener animales en su casa. No quieren tener animales por varias razones. Algunas
personas tienen alergia a los animales. Otras personas no pueden cuidar a los animales.
c) Mis padres vivían en una casa junto a un campo de fútbol. Mis padres siempre van a ver los
partidos de fútbol y antes también iban a ver los partidos. Ahora mis padres viven en el campo.
Se mudaron al campo porque quieren vivir ahora una vida más tranquila y siempre han vivido
junto a un campo de fútbol. Hay mucho ruido junto a un campo de fútbol.
TEXTO 1. IMPRECISIONES DEL SUEÑO | Adolfo Flores
El hombre soñó ser un dragón, soberano y aventurero, capaz de acariciar las nubes.
Siempre era el mismo sueño, un símbolo de belleza en su vida, una experiencia que las
palabras no lograban describir. Pero había una situación desagradable en esa belleza que lo
aturdía: retornar a la realidad, pues el sueño lo expulsaba bruscamente como si no lo deseara
ahí por mucho tiempo. El dragón se estrellaba contra el suelo. Siempre trató de tomar el
control, pero lamentablemente no dependía de él.
Sus ansias de tomar el control, lo llevaron a despojarse de sus visitas oníricas. Tres
noches le bastaron para llegar a las cuevas donde se refugiaba la bruja de la isla. Solo ella
podía ayudarlo a tomar el control, a dar fin al sufrimiento onírico y así rescatar su cuerpo de
dragón. Sin pedirle nada a cambio, la mujer marchita accedió a su ruego, pues era su último
día en el mundo terrenal de la isla. Al parecer, la solución era sencilla para la bruja, pues miró
el bosque y le dijo: «Sueña con ese dragón una vez más y al morir te convertirás en ello». Al
instante, la mujer se volvió una mariposa negra. Ante sus ojos, volaba la prueba fehaciente de
la materialización de cuerpos oníricos.
Desesperado, ocupó la casa de la bruja y cubrió todo espacio que dejara filtrar el sol. Se
acostó con delicadeza como si tuviera miedo de arruinar el consejo de la bruja. Intentó volver a
soñar con el dragón, pero los sueños no daban en el blanco o quizá el dragón de su interior no
deseaba salir.
Cansado de intentar su objetivo, latidos antes de su muerte, volvió a soñar con el dragón.
Era una lástima, sin embargo. La criatura había muerto por la ausencia del hombre,
extraviado de camino al sueño.
2. Enunciado incorrecto.
a. El hombre consideraba tener un problema.
b. El sueño siempre expulsaba al hombre.
c. En el sueño, el hombre tenía su cuerpo de dragón.
d. El sueño convirtió al dragón en un esclavo.
3. Verdadero o Falso.
⮚ El hombre deseaba viajar sobre un gran dragón.
⮚ El hombre dejó de dormir para buscar ayuda.
⮚ La bruja demoró varios días en darle la solución al hombre.
a.VVV b. VVF c. VFF d. FFV e. FVF
5. Enunciado incorrecto.
a. El dragón habitaba en el mundo de los sueños.
b. El hombre visitaba a su dragón.
c. El dragón era malvado y se estrellaba contra el suelo.
d. La bruja también había visitado el mundo de los sueños.
6. Verdadero o Falso.
⮚ Según el cuento, las personas pueden materializar su cuerpo onírico.
⮚ Según el texto, la casa de la bruja era mágica.
⮚ Según el microcuento, el hombre obedeció las instrucciones de la bruja.
7. Enunciado(s) Incorrecto(s)
I. El dragón falleció por el alejamiento del hombre.
II. El hombre dejó de soñar por un largo tiempo con su dragón.
III. El dragón buscó en la realidad al hombre.
10. Marque una explicación acorde al texto. ¿Qué era necesario para que el dragón
siguiera con vida?
a. El hombre debía visitar al dragón todos los días.
b. Visitar a la bruja con más rapidez.
c. Dejarle un mensaje al dragón de que pronto volvería.
d. Buscar a una bruja con más poder.
11. Marca una opinión acorde a la pregunta. ¿Por qué el hombre se extravió de camino al
sueño?
a. El hombre era demasiado ambicioso y la bruja lo castigó por desear sacar al dragón del
sueño.
b. El hombre solo tenía un número limitado de sueños y cuando quiso soñar, todo se
había acabado.
c. La vida del hombre era demasiado simple, porque solo se dedicaba a andar por el
mundo.
d. El hombre se interesó más por sacar al dragón del sueño y quizá el dragón no pensaba
igual que el hombre.
Tipos de ensayo
1. Ensayo literario: El término "ensayo" aplicado a un género literario fue
escogido por el escritor francés Miguel de Montaigne (1533-1592) para
denominar su libro: Essais. Algunas de las condiciones que debe satisfacer el
ensayo literario es la variedad y libertad temática. El tema literario
corresponde más a un problema de forma que de fondo.
Partes de un ensayo
Introducción o planteamiento: Es una de las partes fundamentales del
ensayo, para poder cautivar ? atrapar o hechizar al lector. Esta se hace a partir
de una opinión, de una pregunta, de una hipótesis o de un pensamiento
metafórico.
Desarrollo: tiene que ver con el proceso argumentativo de las ideas
principales, secundarias y periféricas, las cuales acompañadas de citas,
ejemplos, pruebas y registros lograrán sustentar la tesis principal del ensayo.
Conclusión: Si el comienzo del ensayo, se presenta una tesis una hipótesis es
necesario desarrollarla para poderla comprobar o desaprobar a través del
proceso argumentativo
La Extensión del ensayo: con respecto a la extensión del ensayo, podríamos plantear
que es relativa, pues un ensayo argumentativo, puede requerir mayor cantidad de hojas
que un ensayo expositivo, crítico o poético. Algunos autores plantean rangos entre 3 ó
10 hojas. Al respecto es necesario aclarar que sea cual sea la extensión, debe de existir
el planteamiento de una tesis, en su respectivo desarrollo de pros y contras, lo mismo
que las síntesis correspondientes, pues el ensayo es una pieza de escritura completa.
En síntesis, un buen ensayo, es como una buena pintura: las frases al igual que los
colores, se deben combinar de una forma agradable. La armonía resultante de esta
mezcla es el gran secreto de los ensayistas; pero no basta que las ideas de un ensayo,
sean armoniosas, deben ser además, como los elementos de un cuadro, es decir vivos y
pintorescos, para que puedan mostrar las tesis confrontadas por los argumentos de una
forma cautivante y atrayente.
II. Discute o dialoga (Dar pros y contras sobre las aseveraciones, cotizaciones,
políticas, etc.)
1. Elabora una lista con los principios que debas comparar y contrastar.
2. Juzga las similitudes y las diferencias de cada uno.
3. Aporta detalles, ejemplos, etc. que apoyen y aclaren tus juicios.
4. Considera sobre todo las similitudes o las diferencias.
5. Define la importancia de las similitudes y las diferencias en relación con la
finalidad de los principios que compares.
III. Analiza (Dividir en partes)
1. Divide el objetivo de la cosa (ensayo, proceso, procedimiento, objeto, etc.)
entre sus partes principales.
2. Escribe y relaciona estas secciones con las que tú debas de realizar: describir,
explicar, etc.
VII. Argumenta (Dar razones sobre la toma de una posición contra otra, en
cuanto a una cosa)
1. Elabora una lista de las razones para tomar una posición en cuanto a una cosa.
2. Elabora una lista de razones contra la posición opuesta.
3. Refuta las objeciones contra tus razones y defiende tus razones contra las
objeciones.
4. Amplía tus razones, objeciones y respuestas con detalles, ejemplos,
consecuencias, etc.
Material recopilado para uso académico por la Prof. María Teresa Malvacías.
RESPONDA LAS PREGUNTAS DE 1 A 7 DE ACUERDO CON EL SIGUIENTE TEXTO
BORGES Y YO
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro,
acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por
el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes
de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro
comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería
exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar
su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas,
pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino
del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún
instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su
perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su
ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es
que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso
rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los
juegos con el tiempo y con el infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras
cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro. No sé cuál de los dos
escribe esta página.
(Jorge Luis Borges, Narraciones, Bogotá, Oveja Negra, 1983, págs.
155-156)
1. El texto Borges y yo sugiere una dicotomía 4. La obra literaria que más se aproxima a la
entre dicotomía del sujeto planteada por el texto de
A. la literatura y el periodismo. Borges es
B. el hombre y el escritor. A. El Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
C. el escritor y la academia. B. Tristán e Iseo.
D. la lírica y la prosa. C. El extranjero.
D. La metamorfosis.
2. En el texto de Borges, un "yo" admite
frente al "otro" que 5. El texto Borges y yo se puede clasificar
A. sus gustos y preferencias difieren cada vez como un cuento
más. A. modernista, porque emplea un lenguaje
B. la fama del "otro" le produce envidia. preciosista y engolado.
C. él le ha ido usurpando su existencia. B. vanguardista, porque rompe con la exaltación
D. es un autor mediocre sin una obra del "yo".
imperecedera. C. romántico, porque hace una exaltación del
"yo" artístico.
3. De acuerdo con el texto se puede afirmar D. costumbrista, porque describe los usos de una
que el "yo" comparte con el "otro", con comunidad.
distintos atributos
A. su apariencia y gestos. 6. Por la problemática abordada, el texto
B. su origen de clase. Borges y yo puede relacionarse con el mito de
C. sus gustos y opiniones. A. Prometeo, que fue condenado por llevar el
D. sus convicciones políticas. fuego a los hombres.
B. Jano, que tenía un rostro mirando al oriente y
otro al occidente.
C. Ícaro, que murió al perder sus alas viajando B. "...asistimos una vez más a una lucha entre el
hacia el sol. campeón angélico y el campeón demoníaco, esos
D. Fénix, que moría calcinado y podía renacer de dos de que están compuestas y en que se dividen
sus cenizas. las criaturas humanas".
C. "Lo que usted quiere decir, con otras palabras,
7. De las siguientes citas literarias la que más es que ya existía antes de haber nacido.".
se aproxima al sentido global del texto Borges D. "Las dos caras de una moneda son diferentes,
y yo es pero la moneda es una sola".
A. "...sabía, evidentemente, que debería
levantarse, pero no podía dejar en la cama la
mitad de sí mismo".
El Crimen casi perfecto Roberto Arlt
La coartada de los tres hermanos de la suicida fue verificada. Ellos no habían psicológicos. Ninguno de los funcionarios que intervinimos en
mentido. El mayor, Juan, permaneció desde las cinco de la tarde hasta las la investigación podíamos aceptar congruentemente que la señora Stevens
doce de la noche (la señora Stevens se suicidó entre las siete y las diez de la se hubiese suicidado.
noche) detenido en una comisaría por su participación imprudente en una Sin embargo, únicamente la Stevens podía haber echado el cianuro en el
accidente de tránsito. El segundo hermano, Esteban, se encontraba en el vaso. El whisky no contenía veneno. El agua que se agregó al whisky también
pueblo de Lister desde las seis de la tarde de aquel día hasta las nueve del era pura. Podía presumirse que el veneno había sido depositado en el fondo
siguiente, y, en cuanto al tercero, el doctor Pablo, no se había apartado ni o las paredes de la copa, pero el vaso utilizado por la suicida había sido
un momento del laboratorio de análisis de leche de la Erpa Cía., donde retirado de un anaquel donde se hallaba una docena de vasos del
estaba adjunto a la sección de dosificación de mantecas en las cremas. mismo estilo; de manera que el presunto asesino no podía saber si la
Stevens iba a utilizar éste o aquél. La oficina policial de química nos informó
Lo más curioso del caso es que aquel día los tres hermanos almorzaron con que ninguno de los vasos contenía veneno adherido a sus paredes.
la suicida para festejar su cumpleaños, y ella, a su vez, en ningún momento
dejó de traslucir su intención funesta. Comieron todos alegremente; luego, El asunto no era fácil. Las primeras pruebas, pruebas mecánicas como las
a las dos de la tarde, los hombres se retiraron. llamaba yo, nos inclinaban a aceptar que la viuda se había quitado la vida
por su propia mano, pero la evidencia de que ella estaba distraída leyendo
Sus declaraciones coincidían en un todo con las de la antigua doméstica que un periódico cuando la sorprendió la muerte transformaba en disparatada
servía hacía muchos años a la señora Stevens. Esta mujer, que dormía afuera la prueba mecánica del suicidio.
del departamento, a las siete de la tarde se retiró a su casa. La última orden
que recibió de la señora Stevens fue que le enviara por el portero un diario Tal era la situación técnica del caso cuando yo fui designado por mis
de la tarde. La criada se marchó; a las siete y diez el portero le entregó a la superiores para continuar ocupándome de él. En cuanto a los informes de
señora Stevens el diario pedido y el proceso de acción que ésta siguió antes nuestro gabinete de análisis, no cabían dudas. Únicamente en el vaso,
de matarse se presume lógicamente así: la propietaria revisó las adiciones donde la señora Stevens había bebido, se encontraba veneno. El agua y el
en las libretas donde llevaba anotadas las entradas y salidas de su whisky de las botellas eran completamente inofensivos. Por otra parte, la
contabilidad doméstica, porque las libretas se encontraban sobre la mesa declaración del portero era terminante; nadie había visitado a la señora
del comedor con algunos gastos del día subrayados; luego se sirvió un vaso Stevens después que él le alcanzó el periódico; de manera que si yo,
de agua con whisky, y en esta mezcla arrojó aproximadamente medio gramo después de algunas investigaciones superficiales, hubiera cerrado el
de cianuro de potasio. A continuación, se puso a leer el diario, bebió el sumario informando de un suicidio comprobado, mis superiores no
veneno, y al sentirse morir trató de ponerse de pie y cayó sobre la alfombra. hubiesen podido objetar palabra. Sin embargo, para mí cerrar el sumario
El periódico fue hallado entre sus dedos tremendamente contraídos. significaba confesarme fracasado. La señora Stevens había sido asesinada, y
había un indicio que lo comprobaba: ¿dónde se hallaba el envase que
Tal era la primera hipótesis que se desprendía del conjunto de contenía el veneno ante s de que ella lo arrojara en su bebida?
cosas ordenadas pacíficamente en el interior del departamento pero, como
se puede apreciar, este proceso de suicidio está cargado de absurdos
El Crimen casi perfecto Roberto Arlt
Por más que nosotros revisáramos el departamento, no nos fue posible El cadáver fue descubierto por el portero y la sirvienta a las siete de la
descubrir la caja, el sobre o el frasco que contuvo el tóxico. Aquel indicio mañana, hora en que ésta, no pudiendo abrir la puerta porque las hojas
resultaba extraordinariamente sugestivo. Además había otro: los hermanos estaban aseguradas por dentro con cadenas de acero, llamó en su auxilio al
de la muerta eran tres bribones. encargado de la casa. A las once de la mañana, como creo haber dicho
anteriormente, estaban en nuestro poder los informes del laboratorio de
Los tres, en menos de diez años, habían despilfarrado los bienes que análisis, a las tres de la tarde abandonaba yo la habitación donde quedaba
heredaron de sus padres. Actualmente sus medios de vida no eran del todo detenida la sirvienta, con una idea brincando en mi imaginación: ¿y si
satisfactorios. alguien había entrado en el departamento de la viuda rompiendo un vidrio
de la ventana y colocando otro después que volcó el veneno en el vaso? Era
Juan trabajaba como ayudante de un procurador especializado en divorcios. una fantasía de novela policial, pero convenía verificar la hipótesis.
Su conducta resultó más de una vez sospechosa y lindante con la presunción
de un chantaje. Esteban era corredor de seguros y había asegurado a su Salí decepcionado del departamento. Mi conjetura era absolutamente
hermana en una gruesa suma a su favor; en cuanto a Pablo, trabajaba disparatada: la masilla solidificada no revelaba mudanza alguna.
de veterinario, pero estaba descalificado por la Justicia e inhabilitado para
ejercer su profesión, convicto de haber dopado caballos. Para no morirse de Eché a caminar sin prisa. El “suicidio” de la señora Stevens me preocupaba
hambre ingresó en la industria lechera, se ocupaba de los análisis. (diré una enormidad) no policialmente, sino deportivamente. Yo estaba en
presencia de un asesino sagacísimo, posiblemente uno de los tres hermanos
Tales eran los hermanos de la señora Stevens. En cuanto a ésta, había que había utilizado un recurso simple y complicado, pero imposible de
enviudado tres veces. El día del “suicidio” cumplió 68 años; pero era una presumir en la nitidez de aquel vacío.
mujer extraordinariamente conservada, gruesa, robusta, enérgica, con el
cabello totalmente renegrido. Podía aspirar a casarse una cuarta vez y Absorbido en mis cavilaciones, entré en un café, y tan identificado estaba
manejaba su casa alegremente y con puño duro. Aficionada a los placeres en mis conjeturas, que yo, que nunca bebo bebidas alcohólicas,
de la mesa, su despensa estaba provista de vinos y comestibles, y no cabe automáticamente pedí un whisky. ¿Cuánto tiempo permaneció el whisky
duda de que sin aquel “accidente” la viuda hubiera vivido cien años. servido frente a mis ojos? No lo sé; pero de pronto mis ojos vieron el vaso
Suponer que una mujer de ese carácter era capaz de suicidarse, es de whisky, la garrafa de agua y un plato con trozos de hielo. Atónito quedé
desconocer la naturaleza humana. Su muerte beneficiaba a cada uno de los mirando el conjunto aquel. De pronto una idea alumbró mi curiosidad, llamé
tres hermanos con doscientos treinta mil pesos. al camarero, le pagué la bebida que no había tomado, subí
apresuradamente a un automóvil y me dirigí a la casa de la sirvienta. Una
La criada de la muerta era una mujer casi estúpida, y utilizada por aquélla hipótesis daba grandes saltos en mi cerebro. Entré en la habitación donde
en las labores groseras de la casa. Ahora estaba prácticamente aterrorizada estaba detenida, me senté frente a ella y le dije:
al verse engranada en un procedimiento judicial.
- Míreme bien y fíjese en lo que me va a contestar: la señora Stevens,
¿tomaba el whisky con hielo o sin hielo?
El Crimen casi perfecto Roberto Arlt
-Con hielo, señor. brazo como si quisiera anatemizar nuestras investigaciones, abrió la boca y
- ¿Dónde compraba el hielo? se desplomó inerte junto a la mesa de mármol. Había muerto de un síncope.
- No lo compraba, señor. En casa había una heladera pequeña que lo En su armario se encontraba un frasco de veneno. Fue el asesino más
fabricaba en pancitos. – ingenioso que conocí.
Y la criada casi iluminada prosiguió, a pesar de su estupidez. - Ahora que me
acuerdo, la heladera, hasta ayer, que vino el señor Pablo, estaba
descompuesta. Él se encargó de arreglarla en un momento.
Introducción:
"El Crimen Casi Perfecto" es un cuento escrito por el reconocido autor argentino
Roberto Arlt. Publicado por primera vez en 1933, este relato breve explora temas
como la culpa, la moralidad y las complejidades de la psique humana. A través de
una trama intrigante y personajes vívidos, Arlt nos sumerge en un mundo donde
la frontera entre el bien y el mal se desdibuja.
Análisis Temático:
1. ¿Cómo cambia la percepción del lector sobre los personajes a lo largo del cuento?
2. ¿Qué papel juega el entorno urbano en la historia?
3. ¿Cuál es el significado del título "El Crimen Casi Perfecto" en relación con la trama
y los personajes?
4. ¿Cómo se relaciona este cuento con otros trabajos de Roberto Arlt o con la
literatura argentina en general?
5. ¿Qué mensaje o lección moral puede extraerse de la historia?
Actividades de Extensión:
Recursos Adicionales:
Esta guía proporciona un marco sólido para la lectura y el análisis de "El Crimen Casi
Perfecto" de Roberto Arlt, permitiendo a los lectores profundizar en los temas, personajes y
técnicas literarias empleadas por el autor.
LA NOCHE BOCA ARRIBA
JULIO CORTÁZAR
A mitad del largo zaguán del hotel pensó que debía ser tarde, y se apuró a salir a la calle y sacar la
motocicleta del rincón donde el portero de al lado le permitía guardarla.
En la joyería de la esquina vio que eran las nueve menos diez; llegaría con tiempo sobrado adonde iba.
El sol se filtraba entre los altos edificios del centro, y —porque para sí mismo, para ir pensando, no tenía
nombre— montó en la máquina saboreando el paseo. La moto ronroneaba entre sus piernas, y un viento
fresco le chicoteaba los pantalones.
Dejó pasar los ministerios (el rosa, el blanco) y la serie de comercios con brillantes vitrinas de la calle
central. Ahora entraba en la parte más agradable del trayecto, el verdadero paseo: una calle larga,
bordeada de árboles, con poco tráfico y amplias villas que dejaban venir los jardines hasta las aceras,
apenas demarcadas por setos bajos. Quizá algo distraído, pero corriendo sobre la derecha como
correspondía, se dejó llevar por la tersura, por la leve crispación de ese día apenas empezado. Tal vez su
involuntario relajamiento le impidió prevenir el accidente. Cuando vio que la mujer parada en la esquina se
lanzaba a la calzada a pesar de las luces verdes, ya era tarde para las soluciones fáciles. Frenó con el pie y
la mano, desviándose a la izquierda; oyó el grito de la mujer, y junto con el choque perdió la visión. Fue
como dormirse de golpe.
Volvió bruscamente del desmayo. Cuatro o cinco hombres jóvenes lo estaban sacando de debajo de la
moto. Sentía gusto a sal y sangre, le dolía una rodilla, y cuando lo alzaron gritó, porque no podía soportar
la presión en el brazo derecho. Voces que no parecían pertenecer a las caras suspendidas sobre él, lo
alentaban con bromas y seguridades. Su único alivio fue oír la confirmación de que había estado en su
derecho al cruzar la esquina. Preguntó por la mujer, tratando de dominar la náusea que le ganaba la
garganta. Mientras lo llevaban boca arriba a una farmacia próxima, supo que la causante del accidente no
tenía más que rasguños en las piernas. «Usté la agarró apenas, pero el golpe le hizo saltar la máquina de
costado.» Opiniones, recuerdos, despacio, éntrenlo de espaldas, así va bien, y alguien con guardapolvo
dándole a beber un trago que lo alivió en la penumbra de una pequeña farmacia de barrio.
La ambulancia policial llegó a los cinco minutos, y lo subieron a una camilla blanda donde pudo tenderse
a gusto. Con toda lucidez, pero sabiendo que estaba bajo los efectos de un shock terrible, dio sus señas al
policía que lo acompañaba. El brazo casi no le dolía; de una cortadura en la ceja goteaba sangre por toda
la cara. Una o dos veces se lamió los labios para beberla. Se sentía bien, era un accidente, mala suerte;
unas semanas quieto y nada más. El vigilante le dijo que la motocicleta no parecía muy estropeada.
«Natural —dijo él—. Como que me la ligué encima...» Los dos se rieron, y el vigilante le dio la mano al
llegar al hospital y le deseó buena suerte. Ya la náusea volvía poco a poco; mientras lo llevaban en una
camilla de ruedas hasta un pabellón del fondo, pasando bajo árboles llenos de pájaros, cerró los ojos y
deseó estar dormido o cloroformado. Pero lo tuvieron largo rato en una pieza con olor a hospital, llenando
una ficha, quitándole la ropa y vistiéndolo con una camisa grisácea y dura. Le movían cuidadosamente el
brazo, sin que le doliera. Las enfermeras bromeaban todo el tiempo, y si no hubiera sido por las
contracciones del estómago se habría sentido muy bien, casi contento.
Lo llevaron a la sala de radio, y veinte minutos después, con la placa todavía húmeda puesta sobre el
pecho como una lápida negra, pasó a la sala de operaciones. Alguien de blanco, alto y delgado, se le
acercó y se puso a mirar la radiografía. Manos de mujer le acomodaban la cabeza, sintió que lo pasaban de
una camilla a otra. El hombre de blanco se le acercó otra vez, sonriendo, con algo que le brillaba en la
mano derecha. Le palmeó una mejilla e hizo una seña a alguien parado atrás.
Como sueño era curioso porque estaba lleno de olores y él nunca soñaba olores. Primero un olor a
pantano, ya que a la izquierda de la calzada empezaban las marismas, los tembladerales de donde no volvía
nadie. Pero el olor cesó, y en cambio vino una fragancia compuesta y oscura como la noche en que se
movía huyendo de los aztecas. Y todo era tan natural, tenía que huir de los aztecas que andaban a caza de
hombre, y su única probabilidad era la de esconderse en lo más denso de la selva, cuidando de no
apartarse de la estrecha calzada que sólo ellos, los motecas, conocían.
Lo que más lo torturaba era el olor, como si aun en la absoluta aceptación del sueño algo se rebelara
contra eso que no era habitual, que hasta entonces no había participado del juego.
«Huele a guerra», pensó, tocando instintivamente el puñal de piedra atravesado en su ceñidor de lana
tejida. Un sonido inesperado lo hizo agacharse y quedar inmóvil, temblando. Tener miedo no era extraño,
en sus sueños abundaba el miedo. Esperó, tapado por las ramas de un arbusto y la noche sin estrellas. Muy
lejos, probablemente del otro lado del gran lago, debían estar ardiendo fuegos de vivac; un resplandor
rojizo teñía esa parte del cielo. El sonido no se repitió. Había sido como una rama quebrada. Tal vez un
animal que escapaba como él del olor de la guerra. Se enderezó despacio, venteando. No se oía nada,
pero el miedo seguía allí como el olor, ese incienso dulzón de la guerra florida. Había que seguir, llegar al
corazón de la selva evitando las ciénagas. A tientas, agachándose a cada instante para tocar el suelo más
duro de la calzada, dio algunos pasos. Hubiera querido echar a correr, pero los tembladerales palpitaban a
su lado. En el sendero en tinieblas, buscó el rumbo. Entonces sintió una bocanada horrible del olor que más
temía, y saltó desesperado hacia adelante.
Abrió los ojos y era de tarde, con el sol ya bajo en los ventanales de la larga sala. Mientras trataba de
sonreír a su vecino, se despegó casi físicamente de la última visión de la pesadilla. El brazo, enyesado,
colgaba de un aparato con pesas y poleas. Sintió sed, como si hubiera estado corriendo kilómetros, pero
no querían darle mucha agua, apenas para mojarse los labios y hacer un buche. La fiebre lo iba ganando
despacio y hubiera podido dormirse otra vez pero saboreaba el placer de quedarse despierto, entornados
los ojos, escuchando el diálogo de los otros enfermos, respondiendo de cuando en cuando a alguna
pregunta. Vio llegar un carrito blanco que pusieron al lado de su cama, una enfermera rubia le frotó con
alcohol la cara anterior del muslo y le clavó una gruesa aguja con un tubo que subía hasta un frasco de
líquido opalino. Un médico joven vino con un aparato de metal y cuero que le ajustó al brazo sano para
verificar alguna cosa. Caía la noche, y la fiebre lo iba arrastrando blandamente a un estado donde las cosas
tenían un relieve como de gemelos de teatro, eran reales y dulces y a la vez ligeramente repugnantes; como
estar viendo una película aburrida y pensar que sin embargo en la calle es peor; y quedarse.
Vino una taza de maravilloso caldo de oro oliendo a puerro, a apio, a perejil. Un trocito de pan, más
precioso que todo un banquete, se fue desmigajando poco a poco. El brazo no le dolía nada y solamente
en la ceja, donde lo habían suturado, chirriaba a veces una punzada caliente y rápida. Cuando los
ventanales de enfrente viraron a manchas de un azul oscuro, pensó que no le iba a ser difícil dormirse. Un
poco incómodo, de espaldas, pero al pasarse la lengua por los labios resecos y calientes sintió el sabor del
caldo, y suspiró de felicidad, abandonándose.
Primero fue una confusión, un atraer hacia sí todas las sensaciones por un instante embotadas o
confundidas. Comprendía que estaba corriendo en plena oscuridad, aunque arriba el cielo cruzado de
copas de árboles era menos negro que el resto. «La calzada —pensó—. Me salí de la calzada.» Sus pies
se hundían en un colchón de hojas y barro, y ya no podía dar un paso sin que las ramas de los arbustos le
azotaran el torso y las piernas. Jadeante, sabiéndose acorralado a pesar de la oscuridad y el silencio, se
agachó para escuchar. Tal vez la calzada estaba cerca, con la primera luz del día iba a verla otra vez. Nada
podía ayudarlo ahora a encontrarla. La mano que sin saberlo él aferraba el mango del puñal, subió como el
escorpión de los pantanos hasta su cuello, donde colgaba el amuleto protector. Moviendo apenas los labios
musitó la plegaria del maíz que trae las lunas felices, y la súplica a la Muy Alta, a la dispensadora de los
bienes motecas. Pero sentía al mismo tiempo que los tobillos se le estaban hundiendo despacio en el barro,
la espera en la oscuridad del chaparral desconocido se le hacía insoportable. La guerra florida había
empezado con la luna y llevaba ya tres días y tres noches. Si conseguía refugiarse en lo profundo de la
selva, abandonando la calzada más allá de la región de las ciénagas, quizás los guerreros no le siguieran el
rastro. Pensó en los muchos prisioneros que ya habían hecho, pero la cantidad no contaba, sino el tiempo
sagrado. La caza continuaría hasta que los sacerdotes dieran la señal del regreso. Todo tenía su número y
su fin, y él estaba dentro del tiempo sagrado, del otro lado de los cazadores.
Olió los gritos y se enderezó de un salto, puñal en mano. Como si el cielo se incendiara en el horizonte,
vio antorchas moviéndose entre las ramas, muy cerca.
El olor a guerra era insoportable, y cuando el primer enemigo le saltó al cuello casi sintió placer en
hundirle la hoja de piedra en pleno pecho. Ya lo rodeaban las luces, los gritos alegres. Alcanzó a cortar el
aire una o dos veces, y entonces una soga lo atrapó desde atrás.
—Es la fiebre —dijo el de la cama de al lado—. A mí me pasaba igual cuando me operé del duodeno.
Tome agua y va a ver que duerme bien.
Al lado de la noche de donde volvía, la penumbra tibia de la sala le pareció deliciosa. Una lámpara
violeta velaba en lo alto de la pared del fondo como un ojo protector. Se oía toser, respirar fuerte, a veces
un diálogo en voz baja. Todo era grato y seguro, sin ese acoso, sin... Pero no quería seguir pensando en la
pesadilla. Había tantas cosas en qué entretenerse. Se puso a mirar el yeso del brazo, las poleas que tan
cómodamente se lo sostenían en el aire. Le habían puesto una botella de agua mineral en la mesa de noche.
Bebió del gollete, golosamente. Distinguía ahora las formas de la sala, las treinta camas, los armarios con
vitrinas. Ya no debía tener tanta fiebre, sentía fresca la cara. La ceja le dolía apenas, como un recuerdo. Se
vio otra vez saliendo del hotel, sacando la moto.
¿Quién hubiera pensado que la cosa iba a acabar así? Trataba de fijar el momento del accidente, y le
dio rabia advertir que había ahí como un hueco, un vacío que no alcanzaba a rellenar. Entre el choque y el
momento en que lo habían levantado del suelo, un desmayo o lo que fuera no le dejaba ver nada. Y al
mismo tiempo tenía la sensación que ese hueco, esa nada, había durado una eternidad. No, ni siquiera
tiempo, más bien como si en ese hueco él hubiera pasado a través de algo o recorrido distancias inmensas.
El choque, el golpe brutal contra el pavimento. De todas maneras al salir del pozo negro había sentido casi
un alivio mientras los hombres lo alzaban del suelo. Con el dolor del brazo roto, la sangre de la ceja
partida, la contusión en la rodilla; con todo eso, un alivio al volver al día y sentirse sostenido y auxiliado. Y
era raro. Le preguntaría alguna vez al médico de la oficina. Ahora volvía a ganarlo el sueño, a tirarlo
despacio hacia abajo. La almohada era tan blanda, y en su garganta afiebrada la frescura del agua mineral.
Quizá pudiera descansar de veras, sin las malditas pesadillas. La luz violeta de la lámpara en lo alto se iba
apagando poco a poco.
Como dormía de espaldas, no lo sorprendió la posición en que volvía a reconocerse, pero en cambio el
olor a humedad, a piedra rezumante de filtraciones, le cerró la garganta y lo obligó a comprender. Inútil
abrir los ojos y mirar en todas direcciones; lo envolvía una oscuridad absoluta. Quiso enderezarse y sintió
las sogas en las muñecas y los tobillos. Estaba estaqueado en el suelo, en un piso de lajas helado y húmedo.
El frío le ganaba la espalda desnuda, las piernas. Con el mentón buscó torpemente el contacto con su
amuleto, y supo que se lo habían arrancado. Ahora estaba perdido, ninguna plegaria podía salvarlo del
final. Lejanamente, como filtrándose entre las piedras del calabozo, oyó los atabales de la fiesta. Lo habían
traído al teocalli, estaba en las mazmorras del templo a la espera de su turno.
Oyó gritar, un grito ronco que rebotaba en las paredes. Otro grito, acabando en un quejido. Era él que
gritaba en las tinieblas, gritaba porque estaba vivo, todo su cuerpo se defendía con el grito de lo que iba a
venir, del final inevitable. Pensó en sus compañeros que llenarían otras mazmorras, y en los que ascendían
ya los peldaños del sacrificio. Gritó de nuevo sofocadamente, casi no podía abrir la boca, tenía las
mandíbulas agarrotadas y a la vez como si fueran de goma y se abrieran lentamente, con un esfuerzo
interminable. El chirriar de los cerrojos lo sacudió como un látigo. Convulso, retorciéndose, luchó por
zafarse de las cuerdas que se le hundían en la carne. Su brazo derecho, el más fuerte, tiraba hasta que el
dolor se hizo intolerable y tuvo que ceder. Vio abrirse la doble puerta, y el olor de las antorchas le llegó
antes que la luz. Apenas ceñidos con el taparrabos de la ceremonia, los acólitos de los sacerdotes se le
acercaron mirándolo con desprecio. Las luces se reflejaban en los torsos sudados, en el pelo negro lleno de
plumas. Cedieron las sogas y en su lugar lo aferraron manos calientes, duras como bronce; se sintió alzado,
siempre boca arriba, tironeado por los cuatro acólitos que lo llevaban por el pasadizo. Los portadores de
antorchas iban adelante, alumbrando vagamente el corredor de paredes mojadas y techo tan bajo que los
acólitos debían agachar la cabeza. Ahora lo llevaban, lo llevaban, era el final. Boca arriba, a un metro del
techo de roca viva que por momentos se iluminaba con un reflejo de antorcha. Cuando en vez de techo
nacieran las estrellas y se alzara frente a él la escalinata incendiada de gritos y danzas, sería el fin. El
pasadizo no acababa nunca, pero ya iba a acabar, de repente olería el aire lleno de estrellas, pero todavía
no, andaban llevándolo sin fin en la penumbra roja, tironeándolo brutalmente, y él no quería, pero cómo
impedirlo si le habían arrancado el amuleto que era su verdadero corazón, el centro de la vida.
Salió de un brinco a la noche del hospital, al alto cielo raso dulce, a la sombra blanda que lo rodeaba.
Pensó que debía haber gritado, pero sus vecinos dormían callados. En la mesa de noche, la botella de agua
tenía algo de burbuja, de imagen traslúcida contra la sombra azulada de los ventanales. Jadeó, buscando el
alivio de los pulmones, el olvido de esas imágenes que seguían pegadas a sus párpados. Cada vez que
cerraba los ojos las veía formarse instantáneamente, y se enderezaba aterrado pero gozando a la vez del
saber que ahora estaba despierto, que la vigilia lo protegía, que pronto iba a amanecer, con el buen sueño
profundo que se tiene a esa hora, sin imágenes, sin nada... Le costaba mantener los ojos abiertos, la
modorra era más fuerte que él. Hizo un último esfuerzo, con la mano sana esbozó un gesto hacia la botella
de agua; no llegó a tomarla, sus dedos se cerraron en un vacío otra vez negro, y el pasadizo seguía
interminable, roca tras roca, con súbitas fulguraciones rojizas, y él boca arriba gimió apagadamente porque
el techo iba a acabarse, subía, abriéndose como una boca de sombra y los acólitos se enderezaban y de la
altura una luna menguante le cayó en la cara donde los ojos no querían verla, desesperadamente se
cerraban y se abrían buscando pasar al otro lado, descubrir de nuevo el cielo raso protector de la sala. Y
cada vez que se abrían era la noche y la luna mientras lo subían por la escalinata, ahora con la cabeza
colgando hacia abajo, y en lo alto estaban las hogueras, las rojas columnas de humo perfumado, y de golpe
vio la piedra roja, brillante de sangre que chorreaba, y el vaivén de los pies del sacrificado que arrastraban
para tirarlo rodando por las escalinatas del norte. Con una última esperanza apretó los párpados, gimiendo
por despertar. Durante un segundo creyó que lo lograría, porque otra vez estaba inmóvil en la cama, a
salvo del balanceo cabeza abajo. Pero olía la muerte, y cuando abrió los ojos vio la figura ensangrentada
del sacrificador que venía hacia él con el cuchillo de piedra en la mano. Alcanzó a cerrar otra vez los
párpados, aunque ahora sabía que no iba a despertarse, que estaba despierto, que el sueño maravilloso
había sido el otro, absurdo como todos los sueños; un sueño en el que había andado por extrañas avenidas
de una ciudad asombrosa, con luces verdes y rojas que ardían sin llama ni humo, con un enorme insecto de
metal que zumbaba bajo sus piernas. En la mentira de ese sueño también lo habían alzado del suelo,
también alguien se le había acercado con un cuchillo en la mano, a él tendido boca arriba, a él boca arriba
con los ojos cerrados entre las hogueras.
FIN
* Aproximaciones al relato:
Antes de empezar con la lectura del cuento, conversemos un poco acerca de lo que nos sugiere el título "La
noche boca arriba". ¿En qué ocasiones estamos en esta posición? ¿Qué vínculo creés que podría tener el
título y la imagen de portada? ¿A qué refiere el epígrafe? (El texto breve que aparece antes de que
comience el cuento: “Y salían en ciertas épocas a cazar enemigos. Le llamaban la guerra florida”).
Luego de haber apuntado algunas de las hipótesis posibles, vamos a leer el cuento de manera grupal para
compartir ideas e impresiones a continuación.
¿Qué palabras desconocidas encontraste? Subraya. Anotá al lado el significado que te parece que tienen.
Luego, contrastá tu creencia con el diccionario. ¿Estabas en lo cierto?
* Sobre el autor:
En una carta enviada desde París en 1963, el propio Cortázar relataba así los primeros años de su vida:
"Nací en Bruselas en agosto de 1914. (...) Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia; a mi
padre lo incorporaron a una misión comercial cerca de la legación argentina en Bélgica, y como acababa de
casarse se llevó a mi madre a Bruselas. Me tocó nacer en los días de la ocupación de Bruselas por los
alemanes, a comienzos de la primera guerra mundial. Tenía casi cuatro años cuando mi familia pudo
volver a la Argentina (...). Crecí en Banfield, pueblo suburbano de Buenos Aires, en una casa con un gran
jardín lleno de gatos, perros, tortugas y cotorras: el paraíso. Pero en ese paraíso yo era Adán, en el sentido
de que no guardo un recuerdo feliz de mi infancia; demasiadas servidumbres, una sensibilidad excesiva,
una tristeza frecuente, asma, brazos rotos, primeros amores desesperados.”
Este texto narrado en primera persona nos permite conocer algo sobre su vida. ¿Qué otros datos
relevantes podrías aportar para completar esa información? Ampliá su biografía.
* Actividades:
2) Se puede considerar que hay dos historias narradas en este cuento. ¿Cuáles son? ¿Dónde y cuándo se
ubican? Buscá indicios de cada una de ellas. Describí esos ambientes.
3) ¿Cuáles son los nexos entre los dos relatos? Transcribí, por lo menos, dos elementos que funcionen
como puente entre ambos.
Por ejemplo:
4) En el cuento, Cortázar introduce continuas referencias a los cinco sentidos: vista, tacto, gusto, oído y
olfato. Localizá y copiá, al menos, dos de cada una.
5) ¿Cuál es el primer conflicto que aparece en "La noche boca arriba"? ¿Quién es el protagonista? ¿Qué
objetivo tiene? ¿Quiénes son sus ayudantes? ¿Y sus oponentes?
-Paseo en moto
-Un bisturí
-Hospital
-Camilla
7) ¿Cuál es la sorpresa del final? ¿Qué relación guarda el título de la obra con el contenido de la historia?
8) ¿Qué importancia creés que tiene el sueño (lo onírico) en este cuento? Justificá.
9) Muchas veces, los sueños anticipan o predicen situaciones futuras como ocurre en este relato. Completá
el siguiente cuadro con los paralelismos que sirven de anticipaciones:
10) Luego de leer los 10 consejos de Julio Cortázar para escribir un cuento, redactá tu propio relato
fantástico a partir de la siguiente frase: “Como sueño era curioso porque estaba lleno de olores y él/ella
nunca soñaba con olores”. La idea es que juegues con los dos planos: el de la realidad y el sueño. Quizá te
orienten las siguientes preguntas: ¿Soñás a menudo? ¿Recordás lo que soñaste? ¿Quiénes suelen aparecer
en tus sueños? ¿En qué escenarios? ¿Tuviste alguna vez alguna pesadilla recurrente? ¿En qué consistía?
LENGUA y LITERATURA CURSO: 6to año
2. Resumen de la Obra:
3. Análisis de Personajes:
4. Temas y Motivos:
5. Estilo y Estructura:
7. Recepción Crítica:
9. Interpretación Personal:
Canto V
12) En el canto V, Martín Fierro sufre una "estaquiada". ¿Cuáles son los motivos?
13) Resumí la opinión que tiene el gaucho acerca de los extranjeros.
14) Relee la primera estrofa y explicá qué es lo que pretende hacer el protagonista.
Canto VI
15) En la sexta estrofa el cantor afirma: “Pero estas trampas no enriedan / a los
zorros de mi laya”. Explicá cuál es la situación concreta a la que se refiere como
“trampas”.
16) Una vez que escapa, Martín Fierro experimenta una sensación de libertad que
contrasta notablemente con su vida en el ejército. Citá una estrofa donde esa sensación
de libertad se vea con claridad.
17) Resumí brevemente el destino que siguieron la mujer y los hijos de Fierro tras su
partida.
Canto VII
18) Explicá el episodio central de este canto.
19) Al comienzo de este canto, afirma Fierro: “Como nunca, en la ocasión / por peliar
me dio la tranca”. Explicá a qué se refiere y cuáles pueden ser los motivos por los que se
da esta situación poco común en él.
Canto VIII
20) En este canto, Martín Fierro se involucra en otra pelea. Explica con quién y cuáles son
los motivos.
21) ¿Cuál es la determinación que toma Fierro en la última estrofa? Comenta con tus
propias palabras.
Canto IX
22) Resume, en breves palabras, el episodio central de este canto.
23) ¿Cuáles son los motivos por los que Cruz decide ayudar a Fierro en tan dura
situación?
Canto X
24) Cuando Cruz empieza a contar su propia historia, podemos ver algunas similitudes
con lo que ya dijo Martín Fierro. Busca una cita que demuestre esa similitud entre las
ideas de ambos personajes.
25) Explica los motivos por los que Cruz se enfrenta al comandante y mata a uno de sus
asistentes.
Introducción: "El Martín Fierro" es una obra clásica de la literatura argentina, escrita por José
Hernández en dos partes. La segunda parte, titulada "La vuelta de Martín Fierro", continúa la
historia del personaje principal y profundiza en temas como la justicia, la libertad y la identidad
nacional. Esta guía de lectura está diseñada para ayudarte a comprender y analizar esta parte
de la obra.
Análisis de personajes:
3. Cruz: ¿Qué simboliza este personaje en la obra? ¿Qué papel juega en la búsqueda de
Martín Fierro?
Temas principales:
2. La libertad: ¿Qué significado tiene la libertad para Martín Fierro y otros personajes?
¿Cómo luchan por ella a lo largo de la historia?
3. La identidad nacional: ¿De qué manera la obra refleja la construcción de una identidad
nacional argentina? ¿Qué elementos culturales y sociales contribuyen a esta
identidad?
Estilo y estructura:
1. ¿Cómo utiliza José Hernández el lenguaje y el dialecto gauchesco para crear una
atmósfera auténtica?
Actividades sugeridas:
Lengua y literatura
Curso: 6to
La intertextualidad es un recurso estilístico que permite establecer una relación entre dos textos de manera
implícita o explícita, citando a uno dentro de otro. Se puede plasmar con referencias a otros textos de la misma época
o de otra, literales o parafraseados, del mismo autor o más comúnmente de otros.
En este caso vamos a trabajar con el cuento de Jorge Luis Borges “El fin” que presenta una clara intertextualidad
con el Martin Fierro de José Hernández. (Canto VII La ida de Martín Fierro y Canto XXX y XXXII de La vuelta de
Martín fierro)
El fin
Recabarren, tendido, entreabrió los ojos y vio el oblicuo cielo raso de junco. De la otra pieza le llegaba un rasgueo
de guitarra, una suerte de pobrísimo laberinto que se enredaba y desataba infinitamente... Recordó poco a poco la
realidad, las cosas cotidianas que ya no cambiaría nunca por otras. Miró sin lástima su gran cuerpo inútil, el poncho
de lana ordinaria que le cubría las piernas. Afuera, más allá de los barrotes de la ventana, se dilataban la llanura y la
tarde; había dormido, pero aún quedaba mucha luz en el cielo. Con el brazo izquierdo tanteó, hasta dar con un
cencerro de bronce que había al pie del catre. Una o dos veces lo agitó; del otro lado de la puerta seguían llegándole
los modestos acordes. El ejecutor era un negro que había aparecido una noche con pretensiones de cantor y que había
desafiado a otro forastero en una larga payada de contrapunto. Vencido, seguía frecuentando la pulpería, como a la
espera de alguien. Se pasaba las horas con la guitarra, pero no había vuelto a cantar; acaso la derrota lo había
amargado. La gente ya se había acostumbrado a ese hombre inofensivo. Recabarren, patrón de la pulpería, no
olvidaría ese contrapunto; al día siguiente, al acomodar unos tercios de yerba, se le había muerto bruscamente el lado
derecho y había perdido el habla. A fuerza de apiadarnos de las desdichas de los héroes de las novelas concluimos
apiadándonos con exceso de las desdichas propias; no así el sufrido Recabarren, que aceptó la parálisis como antes
había aceptado el rigor y las soledades de América. Habituado a vivir en el presente, como los animales, ahora
miraba el cielo y pensaba que el cerco rojo de la luna era señal de lluvia. Un chico de rasgos aindiados (hijo suyo, tal
vez) entreabrió la puerta. Recabarren le preguntó con los ojos si había parroquiano. El chico, taciturno, le dijo por
señas que no; el negro no contaba. El hombre postrado se quedó solo; su mano izquierda jugó un rato con el
cencerro, como si ejerciera un poder. La llanura, bajo el último sol, era casi abstracta, como vista en un sueño. Un
punto se agitó en el horizonte y creció hasta ser un jinete, que venía, o parecía venir, a la casa. Recabarren vio el
chambergo, el largo poncho oscuro, el caballo moro, pero no la cara del hombre, que, por fin, sujetó el galope y vino
acercándose a trotecito. A unas doscientas varas dobló. Recabarren no lo vio más pero lo oyó chistar, apearse, atar el
caballo al palenque y entrar con paso firme en la pulpería. Sin alzar los ojos del instrumento, donde parecía buscar
algo, el negro dijo con dulzura: -Ya sabía yo, señor, que podía contar con usted. El otro, con voz áspera, replicó: -Y
yo con vos, moreno. Una porción de días te hice esperar, pero aquí he venido. Hubo un silencio. Al fin, el negro
respondió: -Me estoy acostumbrando a esperar. He esperado siete años. El otro replicó sin apuro: -Más de siete años
pasé yo sin ver a mis hijos. Los encontré ese día y no quise mostrarme como un hombre que anda a las puñaladas. -
Ya me hice cargo -dijo el negro-. Espero que los dejó con salud. El forastero, que se había sentado en el mostrador,
se rió de buena gana. Pidió una caña y la paladeó sin concluirla. -Les dí buenos consejos -declaró-, que nunca están
de más y no cuestan nada. Les dije, entre otras cosas, que el hombre no debe derramar la sangre del hombre. Un
lento acorde precedió la respuesta del negro: -Hizo bien. Así no se parecerán a nosotros. -Por lo menos a mí -dijo el
forastero y añadió como si pensara en voz alta-: Mi destino ha querido que yo matara, y ahora, otra vez, me pone el
cuchillo en la mano. El negro, como si no lo oyera, observó: -Con el otoño se van acortando los días. -Con la luz que
queda me basta -replicó el otro, poniéndose de pie. Se cuadró ante el negro y le dijo como cansado: -Deja en paz la
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guitarra, que hoy te espera otra clase de contrapunto. Los dos se encaminaron a la puerta. El negro, al salir, murmuró:
-Tal vez en éste me vaya tan mal como en el primero. El otro contestó con seriedad: -En el primero no te fue mal, lo
que pasó es que andabas ganoso de llegar al segundo. Se alejaron un trecho de las casas, caminando a la par. Un
lugar de la llanura era igual a otro y la luna resplandecía. De pronto se miraron, se detuvieron y el forastero se quitó
las espuelas. Ya estaban con el poncho en el antebrazo, cuando el negro dijo: -Una cosa quiero pedirle antes que nos
trabemos. Que en este encuentro ponga todo su coraje y toda su maña, como en aquel otro de hace siete años, cuando
mató a mi hermano. Acaso por primera vez en su diálogo, Martín Fierro oyó el odio. Su sangre lo sintió como un
acicate. Se entreveraron y el acero filoso rayó y marcó la cara del negro. Hay una hora de la tarde en que la llanura
está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero es
intraducible como la música... Desde su catre, Recabarren vió el fin. Una embestida y el negro reculó, perdió pie,
amagó un hachazo a la cara y se tendió en una puñalada profunda, que penetró el vientre. Después vino otra que el
pulpero no alcanzó a precisar y Fierro no se levantó. Inmóvil, el negro parecía vigilar su agonía laboriosa. Limpió el
facón ensangrentado en el pasto y volvió a las casas con lentitud, sin mirar para atrás. Cumplida su tarea de
justiciero, ahora era nadie. Mejor dicho era el otro: no tenía destino sobre la tierra y había matado a un hombre.
El vanguardismo se manifiesta a través de varios movimientos que, desde planteamientos divergentes, abordan
la renovación del arte o la pregunta por su función social, desplegando recursos que quiebren o distorsionen los
sistemas más aceptados de representación o expresión artística, en teatro, pintura, literatura, cine, arquitectura
o música, entre otros.
Estos movimientos artísticos renovadores, en general dogmáticos, se produjeron en Europa en las primeras
décadas del siglo XX, desde donde se extendieron al resto de los continentes, principalmente hacia América, en
donde se enfrentaron al Modernismo.
Desde el punto de vista cultural, fue una época dominada por las transformaciones y el progreso científico y
tecnológico (la aparición del automóvil y del avión, el cinematógrafo, el gramófono, etc.). El principal valor fue,
pues, el de la modernidad (o sustitución de lo viejo y caduco por lo nuevo, original y mediado
tecnológicamente).
Por su parte, en el ámbito literario era precisa una profunda renovación. De esta voluntad de ruptura con lo
anterior, de lucha contra el sentimentalismo, de la exaltación del inconsciente, de lo racional, de la libertad, de la
pasión y del individualismo nacerían las vanguardias en las primeras décadas del siglo XX.
Surgió así el surrealismo al servicio de la revolución que pretendía recuperar aquello del hombre que la
sociedad, sus condicionamientos y represiones le habían hecho ocultar: su más pura esencia, su Yo básico y
auténtico.
A través de la recuperación del inconsciente, de los sueños (son los días de Sigmund Freud y los orígenes del
psicoanálisis), de dejarle libre el paso a las pasiones y a los deseos, de la escritura automática (que más tarde
cuestionaron como técnica), del humor negro, los surrealistas intentarían marchar hacia una sociedad nueva en
donde el individuo pudiese vivir en plenitud (la utopía surrealista).
En este pleno ejercicio de la libertad que significó la actitud surrealista, tres palabras se unieron en un sólo
significado: amor, poesía y libertad.
Una de las características visibles de las vanguardias fue la actitud provocadora. Se publicaron manifiestos en
los que se atacaba todo lo producido anteriormente, que se desechaba por desfasado, al mismo tiempo que se
reivindicaba lo original, lo lúdico, desafiando los modelos y valores existentes hasta el momento.
Surgen diferentes ismos (futurismo, dadaísmo, cubismo, constructivismo, ultraísmo, surrealismo, etc.), diversas
corrientes vanguardistas con diferentes fundamentos estéticos, aunque con denominadores comunes:
La lucha contra las tradiciones, Procurando el ejercicio de la libertad individual y la innovación; audacia y
libertad de la forma, y el carácter experimental y la rapidez con que se suceden las propuestas, unas tras otras.
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• Las reglas tradicionales de la versificación necesitaban una mayor libertad para expresar
adecuadamente su mundo interior.
• Reaccionaba contra el modernismo y contra los imitadores de los maestros de esta corriente; una
conciencia social los llevaba a tomar posiciones frente al individuo y su destino.
• Nuevos temas, lenguaje poético, revolución formal, desaparición de la anécdota, proposición de temas
como el antipatriotismo.
• El punto de vista del narrador comenzaba a ser múltiple.
• Un vínculo estrecho entre el ambiente y los gustos del personaje.
• Comenzaba a profundizarse en el mundo interior de los personajes, presentados a través de sus más
escondidos estados del alma.
• No era el tiempo cronológico el que tenía importancia, sino el tiempo anímico, y comenzó a tomarse en
cuenta el aspecto presentacional, pues se limitaba a sugerir para que el lector complete; el autor
comenzó a exigir presencia de un lector atento que fuese desentrañando los hechos presentados y
fuese armando inteligentemente las piezas de la novela de nuestro tiempo.
Dentro de las corrientes vanguardistas, los ismos surgieron como propuesta contraria a supuestas corrientes
envejecidas y propusieron innovaciones radicales de contenido, lenguaje y actitud vital. Entre ellos se
encuentran los siguientes:
Cubismo
El cubismo nació en Francia en 1905. Sus principales rasgos son la asociación de elementos imposibles de
concretar, desdoblamiento del autor, disposición gráfica de las palabras, sustitución de lo sentimental por el
humor y la alegría y el retrato de la realidad a través de figuras geométricas
En el poema cubista, no es la realidad externa la que se plasma, sino su poliédrica y acelerada proyección en
nuestro espíritu, con todas las predilecciones y deformaciones que le impone la originalidad de nuestro modo de
captarla. La imagen cubista no es simple como la de una flor en un espejo, sino intrincada y polifásica como un
mosaico.
El poema cubista es una yuxtaposición instantánea de imágenes autónomas, desligadas. Se recrea en lo visual
y desprecia lo auditivo. No hay anécdota, ni argumento, ni historia.
Cada verso o doble verso es una célula independiente, pero confederada con las otras para dar un poema que
tiene por centro unificador al poeta mismo.
El poema cubista atrae a un solo plano, simultáneamente, los elementos de la realidad que la imaginación,
como un imán central, congrega en un punto de convergencia, que es la mente del poeta. Pero su enfoque, las
fracciones de realidad que la inspiran, no están en el pasado, sino en el presente, en la vida y no en el sueño;
en la vida moderna con su afiebrada velocidad y dinamismo
Dadaísmo.
Surgió en Zúrich, Suiza, entre 1916 y 1922. Hugo Ball y Tristan Tzara se hicieron notar como fundadores y
principales exponentes. El movimiento creció y rápidamente se extendió a Berlín y a París. Uno de los motivos
que llevó al surgimiento de DADA fue la violencia extrema y la pérdida de sentido que trajo la Primera Guerra
Mundial. Rebelándose contra el status quo, las convenciones literarias y artísticas y rechazando las
convenciones de la sociedad aburguesada -que consideraban egoísta y apática - los dadaístas hicieron de su
arte un modus vivendi.
El poema dadaísta solía ser una sucesión de palabras y sonidos, lo que hace difícil encontrarle lógica. Se
distinguió por una inclinación hacia lo incierto y a lo absurdo. Por su parte, el procedimiento dadaísta buscaba
renovar la expresión mediante el empleo de materiales inusuales, o manejando planos de pensamientos antes
no mezclables, con una tónica general de rebeldía o destrucción.
Posteriormente, nació el dadaísmo norteamericano en Nueva York con Francis Picabia y el francés Marcel
Duchamp.
Ultraísmo
El ultraísmo apareció en España entre 1919 y 1922 como reacción ante el Modernismo.
Fue uno de los movimientos que más se proyectó en el mundo de habla hispana, contribuyendo al uso del verso
libre, la proscripción de la anécdota y el desarrollo de la metáfora, que se convertiría en el principal centro
expresivo Fue influido por poetas como Vicente Huidobro y Guillaume Apollinaire
2
Surrealismo.
Escisión del dadaísmo, el movimiento surrealista se organizó en Francia en la década de 1920 alrededor de
André Bretón, quien inspirado en Sigmund Freud, se interesó por descubrir los mecanismos del inconsciente y
sobrepasar lo real por medio de lo imaginario y lo irracional
Se caracterizó por pretender crear un individuo nuevo, recurrir a la crueldad y el humor negro con el fin de
destruir todo matiz sentimental. A pesar de ser constructivo, los aspectos de la conducta moral humana y las
manifestaciones no eran de su interés
Futurismo
Este movimiento rompía con la tradición, el pasado y los signos convencionales de la historia del arte.
Consideraba como elementos principales de la poesía el valor, la audacia y la revolución, ya que se pregonaba
el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso gimnástico, el salto peligroso y la bofetada.
Según su manifiesto, sus postulados eran la exaltación de lo sensual, lo nacional y guerrero, la adoración de la
máquina, el retrato de la realidad en movimiento, lo objetivo de lo literario y la disposición especial de lo escrito,
con el fin de darle una expresión plástica. Rechazaba la estética tradicional e intentó ensalzar la vida
contemporánea, basándose en sus dos temas dominantes: la máquina y el movimiento.
Existencialismo
El existencialismo es un movimiento filosófico que postuló fundamentalmente que son los seres humanos, en
forma individual, los que crean el significado y la esencia de sus vidas. Emergió como un movimiento en la
literatura y filosofía del Siglo XX, heredera de los argumentos de filósofos como Sören Kierkegaard, Friederich
Nietzsche y Miguel de Unamuno.
Este movimiento generalmente describe la ausencia de una fuerza trascendental; esto significa que el individuo
es libre y, por ende, totalmente responsable de sus hechos, sin la presencia de una fuerza superior que pudiera
determinarle en su actuar. Esto le atribuye a los humanos el crear una ética de responsabilidad individual,
apartada de cualquier sistema de creencias externo a él. Esta articulación personal del ser es el único camino
existente para superar, generalmente, a las religiones, que tratan del sufrimiento, la muerte y el fin del individuo
Creacionismo.
De Huidobro surge el Creacionismo. A través de ese término se quiere dejar patente que la obra literaria es
totalmente autónoma del mundo. El poeta debe dejar ya de cantar a la naturaleza; lo que tiene que hacer es
imitar a la naturaleza, eliminar todo lo descriptivo o anecdótico. Hay que "hacer un poema como la naturaleza
hace un árbol". El Creacionismo es una de las vanguardias más interesantes aparecidas en Latinoamérica,
donde aparece más detallada y sistemática todos los principios de este movimiento es en su manifiesto "El
Creacionismo", aparecido por vez primera en francés en su libro Manifestes (1925).
En esta obra, no tarda en presentar su receta particular de lo que ha de ser un poema creacionista: "El poema
creacionista se compone de imágenes creadas, de conceptos creados; no escatima ningún elemento de la
poesía tradicional, salvo que en él dichos elementos son íntegramente inventados, sin preocuparse en absoluto
de la realidad ni de la veracidad anteriores al acto de realización". Sin embargo, lo que más interesa de la
formulación teórica de Huidobro es su propuesta de poesía universal, y, por tanto, traducible, lo que nos permite
comparar esta concepción poética con la defendida por Ezra Pound, quien, al igual que Huidobro, aunaba el
aporte teórico con la producción poética: "Si para los poetas creacionistas lo que importa es presentar un hecho
nuevo, la poesía creacionista se hace traducible y universal, pues los hechos nuevos permanecen idénticos en
todas las lenguas". De todas maneras, es al final de este manifiesto donde Huidobro se ratifica en su idea del
poeta como creador "equiparable, por tanto, a Dios-, de ahí que tome las palabras que ya había publicado en
Horizon carré: "Hacer un poema como la naturaleza hace un árbol".
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Teniendo como base el Documento Movimientos literario de vanguardia, desarrolle el siguiente cuestionario:
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