Tipos de Energía

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I T E S C A

UNIDAD DE COMPETENCIA 3: TERMODINÁMICA

LA ENERGÍA

El término energía es probablemente una de las palabras propias de la física que más
se nombra en las sociedades industrializadas. La crisis de la energía, el costo de la
energía, el aprovechamiento de la energía, son expresiones presentes habitualmente
en los diferentes medios de comunicación social. ¿Pero qué es la energía?

¿Qué es la energía?
La noción de energía se introduce en la física para facilitar el estudio de los sistemas
materiales. La naturaleza es esencialmente dinámica, es decir, está sujeta a cambios:
cambios de posición, cambios de velocidad, cambios de composición o cambios de
estado físico, por ejemplo. Pues bien, existe algo que subyace a los cambios materiales
y que indefectiblemente los acompaña; ese algo constituye lo que se entiende por
energía.

La energía es una propiedad o atributo de todo cuerpo o sistema material en virtud de la


cual éstos pueden transformarse modificando su situación o estado, así como actuar
sobre otros originando en ellos procesos de transformación. Sin energía, ningún
proceso físico, químico o biológico sería posible. Dicho en otros términos, todos los
cambios materiales están asociados con una cierta cantidad de energía que se pone en
juego, se cede o se recibe.

Las sociedades industrializadas que se caracterizan precisamente por su intensa


actividad transformadora de los productos naturales, de las materias primas y de sus
derivados, requieren para ello grandes cantidades de energía, por lo que su costo y su
disponibilidad constituyen cuestiones esenciales.

Transformación y conservación de la energía


La energía se puede presentar en formas diferentes, es decir, puede estar asociada a
cambios materiales de diferente naturaleza. Así, se habla de energía química cuando la
transformación afecta a la composición de las sustancias, de energía térmica cuando la
transformación está asociada a fenómenos caloríficos, de energía nuclear cuando los
cambios afectan a la composición de los núcleos atómicos, de energía luminosa cuando
se trata de procesos en los que interviene la luz, etc.

Los cambios que sufren los sistemas materiales llevan asociados, precisamente,
transformaciones de una forma de energía en otra. Pero en todas ellas la energía se
conserva, es decir, ni se crea ni se destruye en el proceso de transformación. Esta
segunda característica de la energía constituye un principio físico muy general fundado
en los resultados de la observación y la experimentación científica, que se conoce como
principio de conservación de la energía.

Otro modo de interpretarlo es el siguiente: si un sistema físico está aislado de modo que
no cede energía ni la toma del exterior, la suma de todas las cantidades
correspondientes a sus distintas formas de energía permanece constante. Dentro del
sistema pueden darse procesos de transformación, pero siempre la energía ganada por
una parte del sistema será cedida por otra. Esto es lo que sucede en el universo, que
en su conjunto puede ser considerado como un sistema aislado.

Una descripción matemática de este principio puede efectuarse como sigue: sea S un
sistema aislado, el cual tras un proceso de transformación interna pasa a convertirse en
S'. Representando por E la energía total del sistema o suma de las cantidades
correspondientes a las diferentes formas de energía presentes en él, la conservación de
la energía se expresaría en la forma:

E' = E

o también:
es decir, la variación E de la energía total E del sistema por efecto de su
transformación interna ha sido nula.

Si se considera que el sistema está formado sólo por dos partes o subsistemas 1 y 2, la
aplicación del principio de conservación de la energía supondrá ahora:

E'1 + E'2 = E1 + E2

o agrupando términos semejantes:

E'1 - E1 = - (E'2 - E2)

lo que expresa que la energía ganada E por el subsistema 1 es igual a la perdida, -


E2, por el subsistema 2 sin que haya habido en conjunto variación alguna en la
energía total del sistema.

FORMAS DE ENERGIA

-Energía química:

Es la energía almacenada dentro de los productos químicos. Es la energía que se puede


desprender de los alimentos y combustibles. La energía de los alimentos la desprenden
alteraciones químicas en nuestros cuerpos. Los combustibles, como el carbón, el petróleo
y el gas, desprenden su energía cuando se queman: la energía química se transforma
principalmente en calor.

-Energía térmica:

Cuanto más caliente está algo, más rápida se mueven las moléculas. Entonces, la
energía térmica es en realidad el efecto de las moléculas en movimiento.
-Energía luminosa: Es la energía transportada por ondas luminosas. Las plantas la
necesitan para crecer y sin ella no habría vida en la tierra. La energía luminosa nos
permite ver, ya que los objetos sólo son visibles porque reflejan la luz en nuestros ojos.

-Energía sonora: Es la energía transportada por ondas sonoras. La energía sonora es


en realidad el efecto de las moléculas en movimiento. Es el efecto de las moléculas
vibrantes en nuestros tímpanos lo que nos permite oír.

-Energia eléctrica: Es la energía transportada por una corriente eléctrica. Es una forma
de energía especialmente útil porque se puede transformar fácilmente en otras formas de
energía para satisfacer nuestras necesidades concretas.

-Energía nuclear: Es la energía almacenada dentro del núcleo, o centro del átomo
mismo. Además de la enorme potencia destructora de la energía nuclear, se puede usar,
naturalmente, en centrales eléctricas para producir electricidad, y es en realidad la fuente
de la energía del Sol.

LA ENERGÍA MECÁNICA

De todas las transformaciones o cambios que sufre la materia, los que interesan a la
mecánica son los asociados a la posición y/o a la velocidad. Ambas magnitudes
definen, en el marco de la dinámica de Newton, el estado mecánico de un cuerpo, de
modo que éste puede cambiar porque cambie su posición o porque cambie su
velocidad. La forma de energía asociada a los cambios en el estado mecánico de un
cuerpo o de una partícula material recibe el nombre de energía mecánica.

Energía potencial: De acuerdo con su definición, la energía mecánica puede


presentarse bajo dos formas diferentes según esté asociada a los cambios de posición o
a los cambios de velocidad. La forma de energía asociada a los cambios de posición
recibe el nombre de energía potencial.

La energía potencial es, por tanto, la energía que posee un cuerpo o sistema en virtud de
su posición o de su configuración (conjunto de posiciones). Así, el estado mecánico de
una piedra que se eleva a una altura dada no es el mismo que el que tenía a nivel del
suelo: ha cambiado su posición. En un muelle que es tensado, las distancias relativas
entre sus espiras aumentan. Su configuración ha cambiado por efecto del estiramiento.
En uno y otro caso el cuerpo adquiere en el estado final una nueva condición que antes
no poseía: si se les deja en libertad, la piedra es capaz de romper un vidrio al chocar
contra el suelo y el muelle puede poner en movimiento una bola inicialmente en reposo.

En su nuevo estado ambos cuerpos disponen de una capacidad para procudir cambios en
otros. Han adquirido en el proceso correspondiente una cierta cantidad de energía que
puede ser liberada tan pronto como se den las condiciones adecuadas.

Energía cinética: La forma de energía asociada a los cambios de velocidad recibe el


nombre de energía cinética. Un cuerpo en movimiento es capaz de producir movimiento,
esto es, de cambiar la velocidad de otros. La energía cinética es, por tanto, la energía
mecánica que posee un cuerpo en virtud de su movimiento o velocidad.

¿CÓMO USAMOS LA ENERGÍA?

-El Cuerpo humano.

Cuando comemos, introducimos y almacenamos energía química dentro de nuestros


cuerpos. Usamos energía que para mantener nuestras funciones corporales (respiración,
circulación de la sangre, etc.) y para realizar trabajo. El Trabajo se hace cada vez que
ejercemos una fuerza sobre una distancia, y se calcula con:

Trabajo = Fuerza x distancia recorrida

-Uso de la energía en el hogar.

Aproximadamente, el 29 % de toda la energía que se usa se consume en el hogar. El


calentamiento de los ambientes y del agua consume la mayoría de esta energía (83 %); el
resto se usa para cocinar, para la iluminación y los electrodomésticos.
Desafortunadamente, se desperdicia mucha energía.

-Uso de la energía en el transporte.


Aproximadamente el 25 % de la energía total que se usa en muchos países europeos se
emplea para hacer circular los sistemas de transporte. Desafortunadamente, estos
dependen casi totalmente del petróleo y usan aproximadamente el 59 % del volumen total
de petróleo que se consume.

-Uso de energía en la Industria.

Aproximadamente, la tercera parte de la energía total que se usa en España la consume


la industria. El 80 % de la energía consumida en la industria la usan las máquinas y los
procedimientos que fabrican los productos. EL resto se emplea para calentar e iluminar
los edificios y para suministrar agua caliente y otras instalaciones para la mano de obra.

TRANSFERENCIA DE CALOR

Transferencia de calor, en física, proceso por el que se intercambia energía en forma de


calor entre distintos cuerpos, o entre diferentes partes de un mismo cuerpo que están a
distinta temperatura. El calor se transfiere mediante convección, radiación o conducción.
Aunque estos tres procesos pueden tener lugar simultáneamente, puede ocurrir que uno
de los mecanismos predomine sobre los otros dos. Por ejemplo, el calor se transmite a
través de la pared de una casa fundamentalmente por conducción, el agua de una
cacerola situada sobre un quemador de gas se calienta en gran medida por convección, y
la Tierra recibe calor del Sol casi exclusivamente por radiación.
El calor puede transferirse de tres formas: por conducción, por convección y por
radiación. La conducción es la transferencia de calor a través de un objeto sólido: es lo
que hace que el asa de un atizador se caliente aunque sólo la punta esté en el fuego. La
convección transfiere calor por el intercambio de moléculas frías y calientes: es la causa
de que el agua de una tetera se caliente uniformemente aunque sólo su parte inferior esté
en contacto con la llama. La radiación es la transferencia de calor por radiación
electromagnética (generalmente infrarroja): es el principal mecanismo por el que un fuego
calienta la habitación.

CONDUCCIÓN

En los sólidos, la única forma de transferencia de calor es la conducción. Si se calienta un


extremo de una varilla metálica, de forma que aumente su temperatura, el calor se
transmite hasta el extremo más frío por conducción. No se comprende en su totalidad el
mecanismo exacto de la conducción de calor en los sólidos, pero se cree que se debe, en
parte, al movimiento de los electrones libres que transportan energía cuando existe una
diferencia de temperatura. Esta teoría explica por qué los buenos conductores eléctricos
también tienden a ser buenos conductores del calor. En 1822, el matemático francés
Joseph Fourier dio una expresión matemática precisa que hoy se conoce como ley de
Fourier de la conducción del calor. Esta ley afirma que la velocidad de conducción de
calor a través de un cuerpo por unidad de sección transversal es proporcional al gradiente
de temperatura que existe en el cuerpo (con el signo cambiado).

El factor de proporcionalidad se denomina conductividad térmica del material. Los


materiales como el oro, la plata o el cobre tienen conductividades térmicas elevadas y
conducen bien el calor, mientras que materiales como el vidrio o el amianto tienen
conductividades cientos e incluso miles de veces menores; conducen muy mal el calor, y
se conocen como aislantes. En ingeniería resulta necesario conocer la velocidad de
conducción del calor a través de un sólido en el que existe una diferencia de temperatura
conocida. Para averiguarlo se requieren técnicas matemáticas muy complejas, sobre todo
si el proceso varía con el tiempo; en este caso, se habla de conducción térmica transitoria.
Con la ayuda de ordenadores (computadoras) analógicos y digitales, estos problemas
pueden resolverse en la actualidad incluso para cuerpos de geometría complicada.

CONVECCIÓN
Si existe una diferencia de temperatura en el interior de un líquido o un gas, es casi
seguro que se producirá un movimiento del fluido. Este movimiento transfiere calor de una
parte del fluido a otra por un proceso llamado convección. El movimiento del fluido puede
ser natural o forzado. Si se calienta un líquido o un gas, su densidad (masa por unidad de
volumen) suele disminuir. Si el líquido o gas se encuentra en el campo gravitatorio, el
fluido más caliente y menos denso asciende, mientras que el fluido más frío y más denso
desciende. Este tipo de movimiento, debido exclusivamente a la no uniformidad de la
temperatura del fluido, se denomina convección natural. La convección forzada se logra
sometiendo el fluido a un gradiente de presiones, con lo que se fuerza su movimiento de
acuerdo a las leyes de la mecánica de fluidos.

Supongamos, por ejemplo, que calentamos desde abajo una cacerola llena de agua. El
líquido más próximo al fondo se calienta por el calor que se ha transmitido por conducción
a través de la cacerola. Al expandirse, su densidad disminuye y como resultado de ello el
agua caliente asciende y parte del fluido más frío baja hacia el fondo, con lo que se inicia
un movimiento de circulación. El líquido más frío vuelve a calentarse por conducción,
mientras que el líquido más caliente situado arriba pierde parte de su calor por radiación y
lo cede al aire situado por encima. De forma similar, en una cámara vertical llena de gas,
como la cámara de aire situada entre los dos paneles de una ventana con doble vidrio, el
aire situado junto al panel exterior —que está más frío— desciende, mientras que al aire
cercano al panel interior —más caliente— asciende, lo que produce un movimiento de
circulación.

El calentamiento de una habitación mediante un radiador no depende tanto de la radiación


como de las corrientes naturales de convección, que hacen que el aire caliente suba hacia
el techo y el aire frío del resto de la habitación se dirija hacia el radiador. Debido a que el
aire caliente tiende a subir y el aire frío a bajar, los radiadores deben colocarse cerca del
suelo (y los aparatos de aire acondicionado cerca del techo) para que la eficiencia sea
máxima. De la misma forma, la convección natural es responsable de la ascensión del
agua caliente y el vapor en las calderas de convección natural, y del tiro de las
chimeneas. La convección también determina el movimiento de las grandes masas de
aire sobre la superficie terrestre, la acción de los vientos, la formación de nubes, las
corrientes oceánicas y la transferencia de calor desde el interior del Sol hasta su
superficie.
RADIACIÓN

La radiación presenta una diferencia fundamental respecto a la conducción y la


convección: las sustancias que intercambian calor no tienen que estar en contacto, sino
que pueden estar separadas por un vacío. La radiación es un término que se aplica
genéricamente a toda clase de fenómenos relacionados con ondas electromagnéticas.
Algunos fenómenos de la radiación pueden describirse mediante la teoría de ondas, pero
la única explicación general satisfactoria de la radiación electromagnética es la teoría
cuántica. En 1905, Albert Einstein sugirió que la radiación presenta a veces un
comportamiento cuantizado: en el efecto fotoeléctrico, la radiación se comporta como
minúsculos proyectiles llamados fotones y no como ondas. La naturaleza cuántica de la
energía radiante se había postulado antes de la aparición del artículo de Einstein, y en
1900 el físico alemán Max Planck empleó la teoría cuántica y el formalismo matemático
de la mecánica estadística para derivar una ley fundamental de la radiación. La expresión
matemática de esta ley, llamada distribución de Planck, relaciona la intensidad de la
energía radiante que emite un cuerpo en una longitud de onda determinada con la
temperatura del cuerpo. Para cada temperatura y cada longitud de onda existe un máximo
de energía radiante. Sólo un cuerpo ideal (cuerpo negro) emite radiación ajustándose
exactamente a la ley de Planck. Los cuerpos reales emiten con una intensidad algo
menor.

La contribución de todas las longitudes de onda a la energía radiante emitida se denomina


poder emisor del cuerpo, y corresponde a la cantidad de energía emitida por unidad de
superficie del cuerpo y por unidad de tiempo. Como puede demostrarse a partir de la ley
de Planck, el poder emisor de una superficie es proporcional a la cuarta potencia de su
temperatura absoluta. El factor de proporcionalidad se denomina constante de Stefan-
Boltzmann en honor a dos físicos austriacos, Joseph Stefan y Ludwig Boltzmann que, en
1879 y 1884 respectivamente, descubrieron esta proporcionalidad entre el poder emisor y
la temperatura. Según la ley de Planck, todas las sustancias emiten energía radiante sólo
por tener una temperatura superior al cero absoluto. Cuanto mayor es la temperatura,
mayor es la cantidad de energía emitida. Además de emitir radiación, todas las sustancias
son capaces de absorberla. Por eso, aunque un cubito de hielo emite energía radiante de
forma continua, se funde si se ilumina con una lámpara incandescente porque absorbe
una cantidad de calor mayor de la que emite.
Las superficies opacas pueden absorber o reflejar la radiación incidente. Generalmente,
las superficies mates y rugosas absorben más calor que las superficies brillantes y
pulidas, y las superficies brillantes reflejan más energía radiante que las superficies
mates. Además, las sustancias que absorben mucha radiación también son buenos
emisores; las que reflejan mucha radiación y absorben poco son malos emisores. Por eso,
los utensilios de cocina suelen tener fondos mates para una buena absorción y paredes
pulidas para una emisión mínima, con lo que maximizan la transferencia total de calor al
contenido de la cazuela.

Algunas sustancias, entre ellas muchos gases y el vidrio, son capaces de transmitir
grandes cantidades de radiación. Se observa experimentalmente que las propiedades de
absorción, reflexión y transmisión de una sustancia dependen de la longitud de onda de la
radiación incidente. El vidrio, por ejemplo, transmite grandes cantidades de radiación
ultravioleta, de baja longitud de onda, pero es un mal transmisor de los rayos infrarrojos,
de alta longitud de onda. Una consecuencia de la distribución de Planck es que la longitud
de onda a la que un cuerpo emite la cantidad máxima de energía radiante disminuye con
la temperatura. La ley de desplazamiento de Wien, llamada así en honor al físico alemán
Wilhelm Wien, es una expresión matemática de esta observación, y afirma que la longitud
de onda que corresponde a la máxima energía, multiplicada por la temperatura absoluta
del cuerpo, es igual a una constante, 2.878 micrómetros-Kelvin. Este hecho, junto con las
propiedades de transmisión del vidrio antes mencionadas, explica el calentamiento de los
invernaderos. La energía radiante del Sol, máxima en las longitudes de onda visibles, se
transmite a través del vidrio y entra en el invernadero. En cambio, la energía emitida por
los cuerpos del interior del invernadero, predominantemente de longitudes de onda
mayores, correspondientes al infrarrojo, no se transmiten al exterior a través del vidrio.
Así, aunque la temperatura del aire en el exterior del invernadero sea baja, la temperatura
que hay dentro es mucho más alta porque se produce una considerable transferencia de
calor neta hacia su interior.

Además de los procesos de transmisión de calor que aumentan o disminuyen las


temperaturas de los cuerpos afectados, la transmisión de calor también puede producir
cambios de fase, como la fusión del hielo o la ebullición del agua. En ingeniería, los
procesos de transferencia de calor suelen diseñarse de forma que aprovechen estos
fenómenos. Por ejemplo, las cápsulas espaciales que regresan a la atmósfera de la Tierra
a velocidades muy altas están dotadas de un escudo térmico que se funde de forma
controlada en un proceso llamado ablación para impedir un sobrecalentamiento del
interior de la cápsula. La mayoría del calor producido por el rozamiento con la atmósfera
se emplea en fundir el escudo térmico y no en aumentar la temperatura de la cápsula.

Trabajo: Es una interacción de energía entre un sistema y sus alrededores. Si la energía


que cruza la frontera de un sistema cerrado no es calor, debe ser trabajo.
¿Cómo Saberlo?
Trabajo es la transferencia de energía asociada con una fuerza que actúa a lo largo de
una distancia.
Energía que fluye en respuesta a cualquier cambio que no sea diferente de temperatura,
como una fuerza, un voltaje.

(+) cuando sale del sistema.


(- ) cuando entra al sistema.

Trabajo Mecánico:

Trabajo de Flujo:

NOTA: W y Q se refiere solo a la energía que se esta transfiriendo. (No posee W y Q un


sistema).

CAPACIDAD CALORÍFICA

Es la cantidad de energía necesaria para aumentar 1°C la temperatura de una sustancia.

La Capacidad Calorífica (C) de una sustancia es una magnitud que indica la mayor o
menor dificultad que presenta dicha sustancia para experimentar cambios de
temperatura bajo el suministro de calor. Puede interpretarse como un efecto de Inercia
Térmica.

Está dada por la ecuación:

C = Q/T [J/K]

Donde C es la capacidad calorífica, Q es el calor y T la variación de temperatura.

Se mide en julios por kelvin (unidades del SI).

La capacidad calorífica (C) va variando según la sustancia.

Su relación con el calor específico es:

C = c.m

En donde c es el calor específico, y m la masa de la sustancia considerada.

Igualando ambas ecuaciones, procedamos a analizar:

Q/T = c * m

De aquí es fácil inferir que aumentando la masa de una sustancia, aumentamos su


capacidad calorífica, y con ello aumenta la dificultad de la sustancia para variar su
temperatura. Un ejemplo de esto se puede apreciar en las ciudades costeras donde el
mar actúa como un gran termostato regulando las variaciones de temperatura.

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