Revolución Rusa
Revolución Rusa
Revolución Rusa
Revolución de 1905
En 1905, Rusia sufrió la derrota contra Japón en la guerra ruso-japonesa y las
consecuencias económicas del conflicto profundizaron el descontento general de la
población. En enero, comenzaron manifestaciones de obreros y campesinos que
reclamaban reformas inmediatas y, durante el llamado “domingo sangriento”, la policía
zarista reprimió violentamente a los trabajadores.
Como consecuencia, se creó un movimiento general contra el gobierno del zar que
incorporó distintos sectores de la sociedad: campesinos, obreros, intelectuales, liberales,
grupos étnicos minoritarios y sectores de las fuerzas armadas.
Ningún grupo logró canalizar los reclamos de los diferentes sectores de la población y
alzarse como líder de la revolución. Sin embargo, tanto los marxistas como la
intelligentsia liberal creían que el establecimiento de un Parlamento podía garantizar las
libertades políticas y civiles necesarias para el progreso de la economía rusa.
Para finalizar con las protestas, el gobierno zarista sancionó una Constitución y creó la
Duma: un Parlamento con representantes que tenía la facultad de establecer algunas
medidas económicas y sociales. Sin embargo, dos años más tarde, los artículos más
liberales de la Constitución fueron derogados y, en la práctica, el poder del Parlamento
quedó muy limitado.
Bolcheviques y mencheviques
Desde finales del siglo XIX, los pensadores y militantes marxistas estaban organizados
a través de organizaciones clandestinas, nucleadas a través del Partido Obrero
Socialdemócrata de Rusia (POSDR). Dentro del partido existían dos facciones distintas,
que se diferenciaban por sus ideas acerca de cómo conducir la revolución socialista.
Los mencheviques, liderados por Yuri Mártov y Pável Axelrod, creían que para llegar a
construir una sociedad igualitaria, Rusia debía atravesar primero una etapa de desarrollo
industrial con un gobierno democrático. En este sentido, creían que la burguesía liberal
era un aliado fundamental de la clase obrera para la consecución de sus objetivos. Su
postura se consideraba “moderada” porque proponían una transición gradual desde la
economía actual hacia el socialismo.
Los bolcheviques, liderados por Lenin, sostenían que el proletariado debía aliarse con el
campesinado ruso para derrocar el capitalismo burgués e instalar la dictadura del
proletariado. Su postura se consideraba radical porque proponían medidas que
transformarían profundamente la economía y sociedad rusa en poco tiempo: el reparto
de tierras, la eliminación de la propiedad privada y la instalación de un gobierno de
partido único hasta lograr la creación de una sociedad sin clases.