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TEMA 4. PROCESOS COGNITIVOS BÁSICOS 4.1.

INTRODUCCIÓN El objeto de estudio genuino de la


Psicología General son los procesos psicológicos, entre los que se encuentran los procesos
cognitivos básicos. Aunque para facilitar su comprensión los presentemos por separado, existe
entre ellos una gran interrelación dado que las distintas funciones mentales precisan de la labor
integrada o coordinada de estos procesos. Una tarea tan sencilla y automática como la lectura de
una palabra resultaría muy difícil o imposible si no se ha atendido suficientemente o si se trata de
una palabra que se ve por primera vez. Podemos reconocer un objeto porque ya hemos tenido una
experiencia con él y porque, además, recordamos esa experiencia. Así pues, para que podamos
interactuar con el entorno de forma satisfactoria, los distintos procesos psicológicos tienen que
coordinarse. El cerebro de la especie humana es inmaduro al nacer. Esta característica le provee de
una gran plasticidad que posibilita el modelado de estructuras y funciones del sistema nervioso a
lo largo de la vida, y capacita al ser humano para adquirir conocimientos durante un largo período
de tiempo. Al parecer, la gran capacidad de adaptación de los humanos a las diversas
circunstancias a las que se ven sometidos a lo largo de su vida se debe a esta posibilidad de
modificación estructural y funcional del cerebro, a partir de los conocimientos que va adquiriendo
y las experiencias vividas. La adaptación al medio, que incrementa la probabilidad de nuestra
supervivencia como especie, es más eficaz si somos capaces de extraer información veraz y útil, y
para ello es necesario que los mecanismos receptores y los sistemas perceptuales funcionen
correctamente. Al conjunto de procesos mediante los cuales la información sensorial entrante
(input) es transformada, reducida, elaborada, almacenada, recordada o utilizada se le denomina
cognición (de cognoscere, conocer; definición de Neisser, 1967). Así, cognición equivale a
capacidad de procesamiento de la información a partir de la percepción y la experiencia, pero
también de las inferencias, la motivación o las expectativas, y para ello es necesario que se pongan
en marcha otros procesos como la atención, la memoria, el aprendizaje, el pensamiento, etc... En
este sistema cognitivo o sistema general de procesamiento de la información, la percepción
vendría a ser el pilar básico en el que se asientan los procesos cognitivos básicos o simples
(atención, memoria y aprendizaje) y complejos (lenguaje, pensamiento, inteligencia).
Tradicionalmente se presentan percepción y atención como procesos muy vinculados, incluso se
concibe la atención como una propiedad de la percepción que permite seleccionar eficazmente la
información relevante. Una relación similar se produce entre atención y memoria, porque tenemos
memoria, principalmente, de la información seleccionada o atendida. Del mismo modo que la
atención influye en procesos como la percepción o la memoria, ésta se ve influenciada por otros
como la motivación, que interviene en la resistencia a la distracción. La motivación también influye
en procesos como la percepción, ya que los estímulos que permiten satisfacer necesidades y
deseos se perciben con más facilidad (p.e. algunos estudios muestran cómo las personas son más
sensibles a los estímulos relacionados con comida o bebida cuando están hambrientas y
sedientas). Así, atención y motivación actúan como procesos de activación y orientación que
intervienen en el procesamiento de la información, afectando (facilitando o entorpeciendo) el
papel de los otros procesos psicológicos básicos como la percepción, el aprendizaje o la memoria.
4.2. PERCEPCIÓN Existen muchas definiciones de percepción sin que haya una que sea aceptada
unánimemente por todos los psicólogos. Para nosotras será adecuado definirla como el proceso de
extracción activa de información de los estímulos, y elaboración y organización de
representaciones para la dotación de significado. A diferencia del resto de las funciones cognitivas,
presenta la característica distintiva de tener su origen en la interacción física que se da entre el
medio y el organismo a través de los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) con lo que viene a
ser el punto de encuentro entre lo físico y lo mental. Como se vio en el Tema 3, las preguntas sobre
si la realidad se corresponde con la representación cognitiva de ella tiene el hombre, o si nos
engañan los sentidos, se las vienen haciendo los científicos y estudiosos desde hace centenares de
años. Aunque se admite que suele existir una congruencia aceptable (no siempre) entre la
información proporcionada por la energía física y la experiencia psicológica correspondiente,
también se asume que en dicha experiencia psicológica además de la información estimular y
contextual, intervienen las experiencias previas, las motivaciones, interferencias, expectativas, etc.,
que añaden información en la construcción del mundo perceptual. Percibir es más que ver, oír,
oler, saborear o tocar, la percepción puede ser considerada como el origen y la base de todo
nuestro conocimiento del mundo, del que se alimentan las demás funciones cognitivas y del que
llegan a depender, en buena parte, las emociones, sentimientos y afectos que promueven la
conducta. 4.2.1. El problema nuclear o global de la percepción Popularmente se da por supuesto
que la realidad y la percepción son una misma cosa, y que percibir es un proceso simple, inmediato
y que no requiere ningún esfuerzo. Sin embargo toda percepción presenta cierto grado de
ambigüedad porque normalmente la estimulación puede interpretarse de distintas formas. El
proceso perceptivo consiste, en buena medida, en decidir cuál de las distintas interpretaciones
sería la más adecuada en cada caso concreto. Así, el fenómeno de percibir es el producto de
complejos procesos que se están empezando a comprender y sobre el que no se hallan resueltos
todos los problemas. El problema global de la percepción ya fue planteado por los primeros
filósofos griegos: ¿de qué modo somos capaces de reconocer los objetos o situaciones de nuestro
entorno a partir de la estimulación que llega a nuestros receptores sensoriales? ¿cómo el sujeto
captura al objeto y lo llega a comprender? Éste es un problema complicado, ya que debemos
admitir que todo lo que registran nuestros sentidos es un patrón de distribución espacio-temporal
de la energía y los procesos que nos llevan a la captación del significado del objeto son privados
(personales e intransferibles), inaccesibles directamente, no transparentes al perceptor, y
rapidísimos. La naturaleza de este problema se clarifica si se plantea en términos de dos conceptos
expuestos por Brunswick (1955): el estímulo distal (o las características físicas objetivas de una
fuente de estimulación externa, como los patrones u objetos que pertenecen al medio físico) y el
estímulo proximal (o proyección de la energía del estímulo sobre los receptores sensoriales
correspondientes). La reformulación del problema nuclear o global de la percepción puede
expresarse así: ¿cómo, a pesar de las diferencias que puedan entre el estímulo proximal y el
estímulo distal, somos capaces de establecer una correspondencia? Al parecer el reconocimiento
de objetos depende de la integración de los procesos abajo-arriba y arriba-abajo citados
anteriormente y se reduce al problema de la congruencia entre la información que proporciona la
energía física del estímulo y la experiencia psicológica correspondiente
Apuntes de Psicología en atención visual T4. PROCESOS COGNITIVOS BÁSIC
4.3. ATENCIÓN Tal y como ocurre con el concepto de percepción, encontramos definiciones muy
diversas para la atención. Genéricamente se puede definir como la capacidad de atender, de
concentrarse, de mantener la alerta o de tomar consciencia selectivamente de un estímulo
relevante, una situación, etc. Esta definición, aunque muy simple, se podría enmarcar en el
paradigma de la psicología cognitiva pero, tal como se ha visto en el Tema 3, la atención
históricamente ha tenido distintos significados: desde el estructuralismo se entendía como un
estado de la consciencia, y desde el funcionalismo se concebía como una función activa del
individuo cuyo propósito es la adaptación al medio. Como veremos más adelante, a la atención se
le puede otorgar la función de filtrar la información que debemos procesar, para evitar que el
sistema cognitivo se sature o se desborde su capacidad limitada. Recordemos que el
procesamiento automático consume pocos recursos atencionales, mientras que los procesos
controlados sí consumen recursos atencionales, así, la función de filtro permitiría conceder la
relevancia adecuada. Pero la atención también puede entenderse como un mecanismo con
funciones de regulación y control de otros procesos cognitivos: es un mecanismo íntimamente
ligado a la percepción en el sentido de que solemos atender a lo que percibimos o nos interesa
percibir, y solemos percibir aquellos estímulos a los que atendemos, pero también condiciona
otros procesos como la memoria, el aprendizaje, el lenguaje, o la motivación que quedan
comprometidos cuando los mecanismos de atención fallan. Durante los estudios de Grado y
posteriormente, al ejercer profesionalmente como ópticos-optometristas, tendréis la ocasión de
ver la estrecha relación que existe entre los mecanismos de percepción y atención visual y el
aprendizaje, y al elaborar programas de tratamiento (sobre todo los dirigidos a los pacientes en
edad escolar) deberéis identificar si un bajo rendimiento visual está asociado o no a ciertas
dificultades perceptivas y/o atencionales. 4.3.1. Funciones de la atención El concepto de atención
se relaciona estrechamente con la voluntad, aunque en ocasiones pueda dispararse como
mecanismo automático reflejo. La atención se activa para buscar y seleccionar información, y en
base a ello se ponen en marcha conductas vehiculadas por los estados de activación fisiológica, la
experiencia previa, la dotación genética, etc. Al tiempo que se activan una serie de procesos, otros
procesos quedan inhibidos. Es común destacar tres funciones de la atención: selección, vigilancia,
y control, que a su vez permiten que el procesamiento de la información sea preciso, continuado
(sostenido en el tiempo), y rápido. a) La atención como MECANISMO DE SELECCIÓN asegura un
procesamiento perceptivo adecuado de los estímulos sensoriales más relevantes, por novedosos o
significativos, al constituir un sistema activo que permite al sujeto decidir la entrada de
determinada información. La atención permite orientar y seleccionar de forma precisa los aspectos
del entorno que son relevantes y requieren elaboración cognitiva, separándolos de los que son
irrelevantes, que por contra reciben un procesamiento mínimo o nulo. Así, se asume una
capacidad limitada puesto que ante la imposibilidad de atender a todos los estímulos la atención
es el proceso
OS 5/4 En el caso concreto de la visión, el estímulo proximal difiere considerablemente del
estímulo distal en cinco aspectos:  No toda la energía electromagnética proveniente de un
estímulo distal llega al ojo, ya que en parte se pierde durante el trayecto o en algunas estructuras
dióptricas del ojo, por reflexión, absorción o difusión.  La imagen proximal resultante es invertida
y de menor tamaño que el estímulo distal.  La imagen proximal es bidimensional, mientras que el
objeto distal es tridimensional.  El estímulo proximal, a diferencia del distal, se halla parcialmente
bajo control del observador, mediante los movimientos de cabeza y los movimientos oculares.  La
información sobre un objeto llega al ojo en forma de energía electromagnética, pero se transmite
al cerebro del observador a través de impulsos bioeléctricos. Figura 4.1. Arriba, dos estímulos
distales de diferente tamaño dan lugar a dos estímulos proximales del mismo tamaño (proyección
retiniana). Abajo, un mismo estímulo distal da lugar a dos estímulos proximales de diferente
tamaño. Para poder abordar el problema de cómo percibimos, frecuentemente se recurre a la
utilización de estímulos que permitan enlentecer el proceso perceptivo. Un ejemplo sería tratar de
dotar de significado la figura 4.2., sin lugar a dudas, un paisaje de montaña… Figura 4.2. Paisaje de
montañ
adaptativo que selecciona los más importantes para percibirlos “mejor” y evitar sobrecargas. Pero
además de considerar la atención como mecanismo de selección de estímulos también debemos
considerarla como mecanismo de selección de las respuestas adecuadas del individuo frente a los
estímulos que recibe. Cuando las exigencias del medio requieren la ejecución eficaz de dos tareas
complejas simultáneamente, nuestros recursos atencionales limitados tienen que distribuirse y por
tanto se producirían interferencias y bajo rendimiento, afectando la ejecución de una de ellas o de
ambas. Sólo podemos ejecutar dos tareas simultáneamente cuando una de ellas se realiza de
manera automática (no consume atención) y así quedan disponibles los recursos para utilizarse en
la otra tarea, poniéndose en marcha la función de atención selectiva. p.e. Si estamos estudiando
en el sofá del salón, y junto a nosotros dos familiares están mirando y comentando las noticias de
la TV, nuestro estudio será poco eficaz y probablemente tampoco podremos seguir la conversación
sobre las noticias, en cambio cuando andamos por la calle somos capaces de repasar mentalmente
los contenidos del tema que hemos estudiado (como andar requiere poco esfuerzo atencional,
podemos dirigir nuestra atención a una tarea cognitiva compleja). b) La atención como
MECANISMO DE VIGILANCIA permite mantener en el tiempo el interés por la información
seleccionada. En función del tipo de actividad pero también de otras variables como la dificultad
de la actividad, la edad o el nivel intelectual del individuo, etc., el tiempo de atención requerido
puede variar desde minutos hasta horas. En este caso la función es la de atención sostenida. p.e.
No requiere el mismo tiempo localizar las diferencias en el primer par de dibujos (Figura 4.7.a), que
en el segundo (Figura 4.7.b), ni el mismo esfuerzo atencional para un niño de 6 años que para un
adulto. Figura 4.7.a. Figura 4.7.b. p.e. Un ejemplo de tarea de vigilancia es la del cirujano durante
el trasplante de un órgano. La probabilidad de detectar correctamente el objetivo en este tipo de
tareas varía a lo largo del tiempo transcurrido desde que se inició la tarea, de tal forma que es
típico observar una función decreciente, es decir la eficacia disminuye. Sin embargo, este
fenómeno puede ser más o menos acusado dependiendo de características personales del
individuo, y de las de la tarea de vigilancia concreta. c) La atención como MECANISMO DE
CONTROL VOLUNTARIO sobre la disposición y capacidad de procesamiento de la información,
activa el organismo ante diversas situaciones preparándonos para reaccionar con rapidez. Cuando
se recibe alguna información avisando de la próxima aparición de un evento, el tiempo necesario
para reaccionar ante éste tiende a ser menor que cuando no se dispone de esa clave previa, pues
esa información nos induce a orientar la atención hacia el lugar en el que se producirá el evento
antes de que éste se produzca; igualmente cuando estamos atendiendo a un estímulo,
responderemos a él más rápidamente que a cualquier otro estímulo al que no atendamos. Por
consiguiente, el control voluntario
está ligado a los mecanismos preparatorios que llevarán a la acción. p.e. Habitualmente cuando
estamos esperando el ascensor, una luz intermitente nos avisa de que está ocupado. Si la luz se
apaga dicha señal nos avisa de que el ascensor se ha detenido y que ya podemos apretar el botón
para que el ascensor acuda a nuestra planta. Conociendo estas claves posiblemente estaremos
atentos a cuándo se apaga la luz para apretar rápidamente el botón (y que nadie "nos lo quite").
4.3.2. Factores determinantes de la atención Los mecanismos de atención no son constantes. El
hecho que un sujeto dirija su atención hacia algo o que algo llame su atención depende tanto de
las características del estímulo o la situación estimular (factores extrínsecos) como de las
características particulares del sujeto (factores intrínsecos). a) Los FACTORES EXTRÍNSECOS son
aquellas propiedades de los estímulos que capturan la atención del sujeto en mayor medida que
otras. Se considera que en este caso el mecanismo atencional es automático, abajoarriba e
inconsciente. Algunos ejemplos son:  El tamaño (mayor atención hacia estímulos más grandes).
 La posición (mayor atención hacia la zona superior que hacia la inferior, y hacia la parte izquierda
más que a la derecha).  El color (son más llamativos los estímulos en color que en blanco y
negro).  La intensidad (los estímulos más intensos o con mayor detalle atraen más la atención). 
El movimiento (mayor atención hacia estímulos dinámicos que estáticos).  La complejidad
(cuantos más elementos o dimensiones componen un estímulo, mayor atención captan).  La
relevancia (mayor atención hacia estímulos con mayor nivel de significación para el observador). 
La novedad (mayor atención ante el cambio de uno o varios atributos componentes). b) Los
FACTORES INTRÍNSECOS son aquellas características específicas o personales del sujeto que lo
diferencian de otros ante una misma situación estimular. El mecanismo de atención mediado por
los factores intrínsecos suele tener una componente de mayor voluntariedad y consciencia por
parte del individuo, y predominancia arriba-abajo. Algunos factores intrínsecos pueden ser:  Los
intereses, intenciones y motivaciones del sujeto (p.e. si no somos aficionados al bricolaje,
difícilmente prestaremos atención a un programa de televisión dedicado a este tema; sin embargo,
si tenemos que realizar una pequeña reparación y nadie de nuestro entorno puede ayudarnos, si
casualmente en el programa explican cómo proceder, seguramente sí que prestaremos atención).
 Las expectativas de resultado (p.e. una forma de conseguir que un niño dirija y mantenga su
atención al realizar un puzzle es tener en cuenta su edad y habilidades; si es demasiado difícil para
él, probablemente deje de interesarle y abandone la tarea).  Los rasgos de personalidad. 
Estados transitorios como la fatiga, el sueño, el estrés, el consumo de café, tabaco, fármacos, etc.
 El nivel de activación fisiológica o arousal, que se refiere a un estado de alerta percibido
subjetivamente como sensación de energía, gracias al cual somos más receptivos y reactivos a los
estímulos ambientales. La ley de Yerkes-Dodson (Figura 4.8) establece la relación empírica entre el
arousal y la ejecución.
Figura 4.8. Representación de la ley de Yerkes Dodson (imagen extraída de
http://en.wikipedia.org/wiki/Yerkes%E2%80%93Dodson_law) Esta ley comprende dos hipótesis,
que se visualizan en la figura anterior: por un lado se puede decir que existe una relación en forma
de «U» invertida entre el nivel de activación y el rendimiento en una tarea. En este sentido, la ley
establece que, a medida que se incrementa el arousal mejora el rendimiento hasta alcanzar un
determinado nivel (el punto óptimo de activación), a partir del cual incrementos en el nivel de
arousal producen decrementos en la ejecución, así, la mayor eficacia se alcanza con un nivel de
activación moderado; por otro lado, se establece una influencia mutua entre activación y nivel de
dificultad de la tarea. En tareas sencillas, un arousal elevado produce mayor rendimiento que un
arousal bajo. Por contra, en tareas complejas los niveles elevados de arousal producen un
rendimiento menor que los de arousal bajo. Los niveles elevados de arousal en tareas sencillas
facilitan la motivación, mientras que los niveles bajos de arousal en tareas complejas facilitan la
concentración. 4.3.3. Tipos de atención La clasificación de los tipos de atención puede realizarse
según numerosos criterios y derivar de diversos modelos, que podemos resumir en modelos de
investigación y modelos clínicos. La Tabla 4.1 es un ejemplo de los primeros, y refleja una
clasificación basada en la propuesta de Julia García Sevilla (1997). CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN
TIPO DE ATENCIÓN Mecanismos implicados Selectiva, Dividida, Sostenida Grado de control
voluntario Involuntaria, Voluntaria Origen y naturaleza del estímulo Externa, Interna Modalidad
sensorial implicada Visual, Auditiva Amplitud e intensidad del foco atencional Global, Local
(selectiva) Amplitud y control que se ejerce Concentrada, Dispersa o difusa Manifestaciones
motoras/ fisiológicas Abierta, Encubierta Grado de procesamiento Consciente, Inconsciente Tabla
4.1. Criterios de clasificación de la atención (de García Sevilla) A continuación realizamos algunas
aclaraciones sobre algunos parámetros de esta clasificación, que completaremos más abajo con el
modelo clínico:  El grado de control voluntario hace referencia a la actitud del sujeto hacia la
situación estimular. Cuando el control de la atención es voluntario se considera que la actitud del
sujeto es activa mientras
Un caso particular: trastorno por déficit de atención en la infancia Finalmente, destacamos la
frecuencia de problemas de falta de atención en el ámbito escolar, incluso entre la población no
clínica. Los maestros describen como inatentos casi a la mitad de los niños y algo más de una
cuarta parte de las niñas. Si pasamos al ámbito clínico, los problemas atencionales, al menos los
relacionados con la hiperactividad, presentan una prevalencia de entre el 3% y el 5%. Éste es un
tema muy controvertido porque se levantan muchas voces alertando de un sobrediagnóstico y una
excesiva medicalización, aspectos en los que no incidiremos porque escapan del interés de la
asignatura. De todos modos sí que queremos puntualizar que a quien corresponde proporcionar
un diagnóstico clínico es al especialista en psiquiatría, quien para ello y para la elección del plan de
tratamiento puede trabajar colaborativamente con otros profesionales (psicólogos, maestros,
ópticos-optometritas), y las familias. Si nos centramos en la población clínica, es posible diferenciar
dos trastornos específicos: el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), y el
trastorno por déficit de atención sin hiperactividad o puro (TDA). El TDAH suele ser más visible
puesto que además de dificultades académicas quien lo sufre suele mostrar patrones
comportamentales complicados o conflictivos, en cambio es frecuente que el TDA pase
desapercibido al no mostrar este tipo de patrones (son niñas y niños lentos, a los que les cuesta
seguir el ritmo de la escuela y de los que se cuestiona su capacidad intelectual, injustamente). Los
niños con TDAH presentan una sobreactividad motora, de forma que tienen dificultades en
controlar su conducta motora, especialmente en situaciones que exigen esfuerzo cognitivo y
atención. En ocasiones la hiperactividad coexiste con la impulsividad y en otros casos con
conductas agresivas. Por ello también aparecen conductas disruptivas e incluso antisociales,
claramente implicadas en sus problemas académicos y de adaptación familiar y escolar. En los
niños con TDAH la mayor parte de sus problemas atencionales se manifiestan en las tareas de
atención sostenida y en el control de la impulsividad, mientras los niños con un TDA tienen más
problemas en las tareas que requieren atención selectiva y en la velocidad de procesamiento de la
información (análisis de los estímulos y recuperación de la información almacenada). 4.4.
MEMORIA La memoria es un proceso psicológico que posibilita el almacenaje, la codificación y el
registro de la información, con la particularidad de que puede ser evocada o recuperada para
ejecutar una acción posterior, dar una respuesta, etc. Es un proceso característico del ser humano
(aunque no exclusivo), sin el cual no se puede llevar a cabo ningún aprendizaje. Memoria y
aprendizaje son procesos que se suelen estudiar conjuntamente
La memoria no es una capacidad única sino que podemos hablar de un conjunto de procesos que
ocurren a partir de la percepción de la información, sea consciente o inconscientemente: 
Codificación, como requisito previo al almacenamiento, que consiste en organizar la información
de forma que se le pueda dar un significado para poder recordarla (anotar las ideas principales de
un texto, utilizar imágenes mentales, construir reglas mnemotécnicas, etc.).  Almacenamiento,
mediante el cual se retiene la información codificada por un tiempo determinado. Como veremos
en el siguiente apartado, se suele considerar la existencia de tres estructuras para ello: la memoria
sensorial (MS), la memoria a corto plazo (MCP), y la memoria a largo plazo (MLP).  Recuperación,
consistente en localizar una información concreta de entre toda la almacenada. Con finalidad
didáctica primero explicaremos el tipo de estructuras y procesos de almacenamiento y
recuperación, para luego ver algunos aspectos relacionados con la codificación. 4.4.1. Estructuras y
procesos de almacenamiento y recuperación de la memoria Los primeros experimentos sobre
memoria en los años 50 del siglo XX sugirieron que los procesos de memoria se fundamentaban en
la existencia de distintas estructuras con funciones y características particulares. Frente a estas
propuestas, en la década de los 70 algunos autores centraron sus trabajos en el estudio de los
niveles de procesamiento y, admitiendo que la información puede ser procesada en distintos
niveles de profundidad (desde lo sensorial a lo semántico), abogaron que contra más profundo es
el procesamiento, mayor probabilidad existe que la información se retenga. Así, la eficacia de la
recuperación estaría de algún modo relacionada con la perfección con que se hubiera elaborado la
información para ser almacenada (p.e. es evidente que un mismo individuo no sigue las mismas
estrategias cognitivas al plantearse estudiar para simplemente aprobar una asignatura que para
obtener un sobresaliente). Expondremos con cierto detalle el modelo estructural de Atkinson y
Shiffrin, de comprensión fácil, aun admitiendo que posteriormente ha habido otros enfoques, que
no abordaremos. El modelo multialmacén de Richard Atkinson y Richard Shiffrin (1968) La idea
principal del modelo de Atkinson y Shiffrin es que existen unos componentes estructurales del
sistema de memoria que constituyen tres almacenes fijos con información distinta, que dan lugar a
tres tipos de memoria. Además se considera que existen unos procesos de control del flujo de
información entre ellos
a) LA MEMORIA SENSORIAL es el almacén de registro de las sensaciones durante un periodo muy
breve (250ms), para posteriormente ser transferidas a la memoria a corto plazo, o desaparecer. El
tipo de información almacenado en la memoria sensorial es muy elemental y está fuera del control
voluntario y la consciencia por parte del sujeto. Equivaldría a una especie de instantánea de las
sensaciones a las que estamos sometidos en un momento dado. Así, se trata de impresiones no
elaboradas o interpretadas, provenientes del medio exterior, que se desvanecen rápidamente a
menos que intervengan los sistemas de memoria a corto o a largo plazo. El término memoria
sensorial no designa un solo sistema, sino un conjunto de sistemas de memoria, probablemente
tantos como sentidos (visual, auditivo, olfativo, táctil, gustativo). Las más estudiadas son la
memoria icónica (información sensorial a través de la visión) y la memoria ecoica (información
sensorial a través de la audición). La información de la memoria sensorial retiene, sobre todo,
propiedades literales del estímulo (propiedades físicas), y su función general es la de dar al cerebro
un poco más de tiempo para realizar el análisis del estímulo. La memoria icónica, en concreto,
incrementa la duración de las impresiones visuales en algo más de un cuarto de segundo, es decir,
una imagen que se presenta durante 1 segundo, dura en realidad 1 segundo y cuarto. Al alargar la
duración de cada imagen, la memoria icónica posibilita que, por ejemplo, percibamos movimientos
continuos en las imágenes del cine en lugar de una sucesión de fotografías estáticas. b) LA
MEMORIA A CORTO PLAZO requiere de un control ejecutivo y atencional que permita mantener y
manipular cantidades limitadas de información, al contrario que la MS no deriva de un proceso
automático. Los conceptos de conciencia y atención están muy relacionados con la memoria a
corto plazo. La MCP es nuestra memoria de trabajo o consciente, también denominada memoria
operativa. Se utiliza para retener información, apoyar el aprendizaje de nuevos conocimientos,
resolver los problemas o responder a las demandas del medio interactuando con él, y se
caracteriza porque los símbolos con los que está trabajando se mantienen en ella mientras les
prestamos atención y los estamos usando (p.e. realizar una operación matemática mentalmente),
pero tan pronto nos dedicamos a otra cosa, decaen rápidamente; por este motivo, se considera
como el sistema central de la memoria. A modo de almacén breve, mantiene la información entre
unos 15 y 30 segundos, que codifica en forma de imágenes sensoriales ya elaboradas (imágenes
visuales, sonidos, sabores…). La consecuencia es que la información tiene menor riqueza sensorial
que en el almacén que le precede, dado que se pierden detalles al captarse únicamente las líneas
generales para una codificación más elaborada (con significado o semántica). La capacidad de la
MCP está limitada en aproximadamente entre 5 y 9 elementos (72, el número mágico de Miller,
1956). Esta limitación implica la necesidad de utilizar estrategias para potenciar la amplitud, como
la formación de grupos o chunks (asociación de distintos elementos a una clave o idea en el
momento de su presentación, para facilitar su posterior recuperación). En tareas de recuerdo se
puede observar los efectos de primacía o de recencia que, respectivamente, muestran la tendencia
a recordar con más facilidad los elementos presentados al principio o al final de una lista, que los
elementos intermedios. p.e. Si realizamos la lista de la compra pero la olvidamos en casa,
posiblemente en el supermercado recordaremos los primeros o los últimos productos que
apuntamos en ella. Si la información almacenada en esta memoria no se pierde, es transferida al
tercer componente (la MLP), donde permanece en estado latente por un tiempo muy largo, quizá
el resto de la vida, aunque a veces resulte inaccesible. La limitación de la capacidad de la MCP
ofrece, sin embargo, la ventaja de que el sistema
no se sature de información trivial. Solamente aquella información relevante, atendida y repasada,
tendrá finalmente acceso al sistema de MLP, y de allí podrá a su vez recuperarse hacia la MCP
mediante evocación. c) LA MEMORIA A LARGO PLAZO es el almacén caracterizado por retener una
enorme cantidad de información (ilimitada) durante mucho tiempo (posiblemente indefinido). Se
corresponde a lo que popularmente todos entendemos por memoria. Mientras que la información
en la MCP está activa, en la MLP permanece habitualmente en estado de inactividad o latente. Se
encuentra a la espera, y requiere de mecanismos sofisticados y bien entrenados para poder
recuperar cualquier información almacenada en su base de datos. Estos mecanismos dependen de
las características personales y de la instrucción recibida. Se caracteriza por tener una forma de
almacenar muy flexible y que puede utilizar imágenes sensoriales, aunque preferentemente
codifica en forma de memoria semántica (se supone que la información se trasvasa
paulatinamente a códigos cada vez más elaborados y profundos). Según los investigadores, las
imágenes sensoriales se utilizarían para la información sobre objetos y la codificación semántica
para las ideas y el lenguaje. Habitualmente la MLP se categoriza en dos subsistemas según el tipo
de información que debe ser recordada: la memoria declarativa (memoria sobre hechos), y la
memoria no declarativa (memoria sobre habilidades y estrategias). Para la primera, a su vez se
realiza una subcategorización en memoria episódica, semántica y espacial, que se diferencian tanto
por el tipo de información que almacenan como por la forma en que se recupera dicha
información (Figura 4.12). La memoria declarativa y no declarativa permiten, respectivamente, el
aprendizaje explícito (saber qué) y el aprendizaje implícito (saber cómo). A continuación se
muestra un esquema de la MLP por categorías, y después realizamos una breve explicación de
cada una de ellas. Figura 4.12. Esquema de la categorización de la memoria a largo plazo Memoria
declarativa La memoria declarativa la conforman el conjunto de conocimientos de carácter general
y personal adquiridos de forma consciente, que se pueden expresar y evaluar a través del lenguaje,
es decir, el conocimiento representado en la memoria declarativa puede ser pronunciado o
explicado. Tiene la naturaleza de memoria explícita pues se manifiesta cuando la ejecución de una
tarea requiere la evocación o recuerdo consciente de
experiencias previas. Asimismo, se caracteriza por ser altamente flexible y modificable al poder
utilizarse en muchas y diversas ocasiones, por tener capacidad de incorporar experiencias nuevas y
procesos de pensamiento, y es bastante vulnerable al olvido.  Memoria episódica: contiene la
información relativa a eventos que implican descripciones y relaciones, detalles sobre las
experiencias vividas por el individuo (episodios biográficos) que han sido codificadas
explícitamente, esta condición es necesaria para la evocación de los recuerdos. Es rica en detalles
concretos y se almacena en forma de secuencias de eventos que ocurrieron en lugares y
momentos particulares, es decir, está sujeta a parámetros espaciotemporales (organización de la
información en el tiempo y el espacio). Se caracteriza también por ser muy vulnerable al olvido o a
sufrir interferencias. p.e. Aprendí a ir en bicicleta el verano de 1º de primaria, en la casa de campo
de mis abuelos.  Memoria semántica: contiene la información relativa al conocimiento del
mundo en general y del lenguaje, sin depender del contexto. Es una memoria de significados, de
modo que la relación entre los conceptos se organiza en función de su significado. Es más abstracta
y conceptual que la memoria episódica, y se almacena y codifica en forma de proposiciones
verbales, siendo una memoria atemporal en el sentido de que el tiempo (episodio de aprendizaje)
no es relevante para el contenido conservado. p.e. Definición de índice de refracción: es la relación
existente entre la velocidad de la luz en el vacío y la velocidad de la luz en otro medio. A diferencia
de la memoria episódica, es capaz de producir y manejar información nueva que no ha sido
explícitamente aprendida, pues normalmente se adquiere en multitud de situaciones de
aprendizaje independientes. Permite realizar inferencias y de las múltiples experiencias llega a
abstraer los contenidos centrales y a eliminar la referencia a la situación concreta. Por ello, el
conocimiento semántico lo utilizamos para razonar y establecer conclusiones, mientras que el
episódico incluye toda la información de la propia situación de aprendizaje. Otra característica que
la diferencia de la memoria episódica es su mayor resistencia al olvido.  Memoria espacial:
contiene la información relativa al espacio por el que nos movemos y permite que podamos
conocer nuestra posición relativa, y orientarnos. Es frecuente que en una clasificación general no
se haga referencia a este tipo de memoria, pero actualmente toma fuerza dentro del paradigma de
la psicología cognitiva y las neurociencias. p.e. Cuando estando en un restaurante y vamos al baño
somos capaces de volver a nuestra mesa, aunque sea la primera vez que visitamos el restaurante.
Memoria no declarativa La memoria no declarativa constituye el almacén donde está asentada un
tipo de información que difícilmente podemos declarar o expresar verbalmente. Tiene la
naturaleza de memoria implícita puesto que se manifiesta al ejecutar tareas donde ocurre una
evocación o recuerdo involuntario y automático de experiencias previas, es decir, es el recuerdo no
consciente de una tarea que ha sido practicada. Asimismo, se caracteriza por ser poco flexible y
modificable, y por utilizarse en situaciones específicas. Por contra, es más resistente al olvido que
la memoria explícita
 Memoria procedimental: contiene la información sobre repertorios conductuales, habilidades, y
estrategias cognitivas, que comparten las características de tener un componente motor elevado y
de ser ejecutadas de forma inconsciente. Lo común es que dicha información haya sido aprendida
previamente de forma gradual y paulatina por efecto de la práctica repetida, la imitación,
instrucciones, etc. El conocimiento declarativo es anterior al conocimiento procedimental y
constituye una forma de pensamiento consciente que puede transferirse a conocimiento
procedimental reduciendo el procesamiento consciente hasta automatizarlo, y por lo tanto
ganando en rapidez de ejecución. p.e. Nadar, cepillarse los dientes, limpiar las lentes de contacto,
escribir utilizando un teclado, utilizar un buscador en Internet, jugar al parchís, etc. Y ya para
finalizar, solamente apuntar que el conocimiento declarativo se evalúa principalmente a través de
pruebas de reconocimiento y de recuerdo, mientras que el conocimiento procedimental se evalúa
mediante ejecuciones. Es obvio que si analizáis cómo se realiza la evaluación de las asignaturas que
estáis cursando podréis identificar todos los tipos de memoria (con sus correspondientes
aprendizajes). p.e. Si planteamos la realización de una clase práctica para aprender a realizar un
examen visual y previamente debemos realizar un test breve de conocimientos, la memoria
semántica es la que permite recordar todos los contenidos de optometría y salud visual impartidos
y consolidados en diversas asignaturas del área de Optometría, y gracias a la cual podremos
contestar a las preguntas del test. La memoria procedimental intervendrá en el manejo del
retinoscopio, el foróptero, el mando a distancia del proyector, etc., la memoria episódica permitirá
que recordemos qué profesor impartía la materia, qué compañeros teníamos, qué anécdota nos
contaron…, y la memoria espacial permitirá que sepamos localizar dónde están situadas la pantalla
o la caja de pruebas respecto a nuestra ubicación espacial en el gabinete. Descritas ya las
estructuras, cabe decir que en cuanto a los procesos de retención y recuperación existen diversos
factores que afectan tanto al recuerdo como al olvido. Nombramos algunos de ellos:  Efecto de
primacía: tendencia a recordar con más facilidad los primeros elementos de una lista o proceso, la
primera información que recibimos sobre algo.  Efecto de recencia: tendencia a recordar con
mayor facilidad los últimos elementos de una lista o proceso, la última información que recibimos
sobre algo.  Efecto de Von Restorff o de aislamiento: tendencia a recordar aquella información
que se diferencia del resto, que es rara o poco habitual.  Aspectos emocionales: aquellos
elementos que nos impactan a nivel emocional generalmente se recuerdan más. En ocasiones, y
generalmente relacionado con emociones negativas muy fuertes, ocurre todo lo contrario
pudiendo derivar en una amnesia. Otro fenómeno relacionado con los aspectos emocionales y el
recuerdo es la catatimia, que supone una distorsión de la realidad debida a ellos.  Diferencias
individuales: la capacidad de memoria es diferente según los individuos, ya sea por dotación
genética, por el efecto de la práctica, por las circunstancias vitales, etc.  Motivación: tendemos a
recordar más lo que nos motiva. Desde una perspectiva cuantitativa se plantean tres tipos de
tareas básicas para medir el rendimiento de la memoria: el reaprendizaje, el reconocimiento y el
recuerdo.

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