Control 1
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Control 1
bancario y bursátil
La lectura nos habla de la división didáctica del derecho en público y privado al
comenzar los estudios en la Facultad de Derecho. En el derecho público, el
Estado tiene una posición privilegiada debido a relaciones de supra a
subordinación y su responsabilidad de mantener la gobernanza de lo público. En
cambio, el derecho privado implica relaciones de coordinación entre sujetos en el
mismo nivel. Se destaca que el Estado puede participar tanto en relaciones de
derecho público como privado. Aunque la teoría de la doble personalidad del
Estado ha evolucionado, el texto señala que el derecho bancario, bursátil y
financiero en general se caracterizan por la coexistencia de normas de derecho
público y privado en ordenamientos sectoriales.
Posteriormente destaca el papel de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
(SHCP) como la máxima autoridad en el sistema financiero mexicano. Esta
entidad tiene la responsabilidad de otorgar autorizaciones para que ciertas
instituciones financieras operen, pudiendo revocar dichas autorizaciones en caso
de incumplimiento de las leyes financieras. La Comisión Nacional Bancaria y de
Valores (CNBV) también puede intervenir en entidades con problemas de
capitalización. La reforma de 2008 concede a la CNBV la facultad de autorizar
operaciones de instituciones de banca múltiple.
Se enfatiza que cuando las actividades de las entidades financieras afectan al
público ahorrador e inversionista, es necesario regularlas mediante leyes de orden
público y supervisarlas por parte de la autoridad. Aspectos como la interpretación
de la ley, control accionario, liquidaciones, fusiones, escisiones, sanciones, delitos
y prohibiciones, así como la supervisión de comisiones nacionales como la CNBV,
CNSF y Consar, están regidos por normas de derecho público para evitar que
decisiones trasciendan la esfera jurídica de los particulares y sean reguladas
adecuadamente.
Que el derecho financiero, especialmente en el ámbito bancario y bursátil, la
mayoría de las normas que regulan la actuación de los participantes son de
carácter público. Sin embargo, todas las entidades financieras, incluyendo
instituciones de banca múltiple, adoptan la forma de sociedades anónimas,
considerada la más conveniente profesionalmente para las actividades permitidas
por la legislación financiera, previa autorización de la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público (SHCP) o de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Normas de carácter privado, como la Ley General de Sociedades Mercantiles
(LGSM) y el Código de Comercio (CCom), regulan la organización y los actos de
comercio de las entidades bancarias y bursátiles. La Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito (LGTOC) también proporciona un marco normativo de
derecho privado aplicable a las entidades financieras, estableciendo un marco de
referencia para realizar operaciones crediticias y garantizando la validez jurídica
de los documentos considerados títulos de crédito por la ley, junto con los
requisitos para su circulación y transmisión en el mercado financiero.
La autonomía del derecho financiero, incluyendo aspectos políticos y conceptos
fundamentales. La autonomía se define como la condición de independencia, ya
sea del pueblo en ciertos conceptos o de individuos que no dependen de otros. En
el ámbito político, se utiliza el término para describir la capacidad de un Estado o
región para autodeterminarse sin depender de otro.
En el contexto del derecho financiero, que abarca áreas como el bancario, bursátil,
de seguros y fianzas, se sostiene que es autónomo en la medida en que no está
subordinado a las normas e instituciones del derecho mercantil o administrativo.
Aunque en ocasiones puede recurrir a estas ramas de manera supletoria en caso
de lagunas en la ley. Se citan los criterios de Guillermo Cabanellas para
determinar la autonomía de una rama del derecho, que incluyen:
a) Autonomía legislativa. Existen leyes especializadas en la materia que
regulan los términos en que interviene la autoridad financiera y las
funciones y operaciones de las entidades del sector bancario y bursátil [Ley
de Instituciones de Crédito (LIC), Ley del Banco de México (LBdeM), Ley
del Mercado de Valores (LMV)], del subsistema de seguros y fianzas (Ley
sobre el Con- trato de Seguro, Ley de Instituciones de Seguros y Fianzas),
etc.
b) Autonomia científica. se manifiesta en el hecho de que las diversas
materias e instituciones del derecho financiero (bancario y bursátil, seguros
y fianzas, organizaciones y actividades auxiliares de crédito) son
susceptibles de una sistematización orgánica, que da como resultado un
orden de estudio homogéneo y extenso.
c) Autonomia didáctica. Significa que en la escuela o facultad existe un plan
curricular para la asignatura, con cierto número de créditos
d) Autonomia jurisdiccional. Hacen valer principios propios, instituciones
especializadas en la materia y autoridades que, aplicando el catálogo de
leyes financieras emitidas por el Congreso, regular mediante el ejercicio de
la supervisión, vigilancia e inspección a entidades propia nacidas bajo la
égida de este derecho, con la finalidad de proteger los intereses de público
ahorrador, inversionista o contratista de algún producto o servicio (personas
físicas o jurídico colectivas que contraten un servicio financiero con las
entidades, sociedades anónimas adscritas al sistema financiero mexicano).
El concepto que se maneja en el texto es sobre la noción de "sistema" como un
conjunto de reglas o principios interconectados sobre un tema específico. Se
menciona que un sistema puede ser un conjunto de cosas relacionadas que
contribuyen a un objetivo determinado, como el sistema nervioso, sistema de
gobierno, sistema solar, sistema métrico decimal, entre otros. Se destaca que un
sistema consiste en entidades con atributos específicos, relaciones entre sí y
ubicación en un entorno determinado, todo ello con un objetivo concreto.
Luego, se expone la definición del sistema financiero, identificando sus elementos
fundamentales:
1. Conjunto sistematizado de normas jurídicas financieras.
2. Autoridades financieras.
3. Entidades financieras.
4. Instituciones de servicios auxiliares o complementarios.
5. Público usuario de los servicios financieros.
Se establece que el sistema financiero mexicano está compuesto por normas
jurídicas y principios en materia financiera que regulan la supervisión, vigilancia y
regulación de la constitución, organización y funcionamiento de entidades
financieras e instituciones auxiliares. El objetivo es proteger los intereses del
público usuario de los servicios financieros. En última instancia, se define el
sistema financiero como el conjunto de regulaciones normativas, instrumentos,
personas e instituciones que operan y constituyen el mercado de dinero y el
mercado de capitales de un país.
Se resalta la vital importancia del sistema financiero para la economía del país,
enfatizando la necesidad de su desarrollo bajo esquemas de participación
regulada por las autoridades financieras. La supervisión y regulación de las
entidades financieras por parte de estas autoridades son cruciales, ya que estas
instituciones captan recursos del público y los dirigen hacia actividades
productivas mediante el sistema de pagos.
Se destaca la relevancia del sistema de pagos, que comprende instrumentos
como moneda, tarjetas de crédito, tarjetas de débito, transferencias electrónicas y
cheques, siendo esenciales para la realización de transacciones comerciales. La
confianza del público en las entidades financieras es crucial, ya que la
desconfianza puede generar crisis sistémicas que afecten al sistema financiero
nacional. También señala la relación entre la política macroeconómica y el sano
desarrollo del sistema financiero, evidenciada por las crisis financieras de la
década de 1990. La teoría destaca que, aunque un buen sistema financiero puede
movilizar recursos eficientemente hacia actividades productivas, también se
necesita buenos proyectos de inversión para lograr un crecimiento sostenido y
mejorar la calidad de vida. En última instancia, se enfatiza que el sistema
financiero debe ser un impulsor real de la economía, permitiendo que los recursos
fluyan en diversos circuitos financieros para generar riqueza y actualizar proyectos
productivos.
El sistema financiero mexicano se compone de diversas entidades, entre las que
destacan autoridades financieras, entidades e instituciones financieras, entidades
auxiliares y el público usuario de servicios financieros. Las autoridades financieras
desempeñan un papel clave en la supervisión y regulación para asegurar el
desarrollo armonioso, la competencia saludable y la protección de los intereses del
público. Destacan la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el Banco de
México, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de
Servicios Financieros (Condusef), la Comisión Nacional Bancaria y de Valores
(CNBV), la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), la Comisión
Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), entre otros. Se subraya
que el sistema financiero engloba a todas estas autoridades y entidades, mientras
que el derecho bancario y bursátil es una parte esencial pero específica de este
conglomerado. Además, se destaca la importancia del Instituto para la Protección
al Ahorro Bancario (IPAB)
EL autor maneja las distintas entidades que componen el sistema financiero
mexicano:
Entidades Financieras: Son sociedades anónimas autorizadas por la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público (SHCP) o por la Comisión Nacional Bancaria y de
Valores (CNBV) para realizar funciones de intermediación financiera, captando,
administrando, colocando y dirigiendo el ahorro e inversión del público.
Entidades de Servicios Complementarios o Auxiliares: Son sociedades anónimas
autorizadas por la SHCP para prestar servicios de apoyo a las entidades
financieras. Esto incluye servicios como la información crediticia, seguridad
bancaria y cámaras de compensación.
Grupos Financieros: Entidades autorizadas por la SHCP, con la opinión del Banco
de México y, según corresponda, la CNBV, CNSF o Consar. Estos grupos ofrecen
servicios financieros integrados por entidades financieras que los conforman, bajo
una política corporativa unificada. Están dirigidos por una sociedad anónima
controladora que tiene el control mayoritario de las acciones de cada entidad
financiera del grupo.
Otras Entidades: Incluyen camionetas de valores que transportan recursos de
instituciones de banca múltiple, asociaciones civiles que generan estudios en
banca y bolsa (como la Asociación de Bancos de México), y entidades que
proveen infraestructura para transacciones financieras, como la Bolsa Mexicana
de Valores.
Desarrollo del derecho bancario y bursátil
Las fuentes primarias son aquellas con una eficacia normativa inmediatamente
inferior a la Constitución, como la ley, y no pueden contradecir las fuentes
constitucionales. Dentro de las primarias, existen las subprimarias, como las leyes
interpuestas que forman el bloque de constitucionalidad.
Por otro lado, las fuentes secundarias están subordinadas a las fuentes
constitucionales y primarias, y llenan vacíos en la ley o norma primaria. Las
fuentes terciarias, como la costumbre praeter legem, están subordinadas a las
constitucionales y primarias, y deben respetar las fuentes supletorias. Las fuentes
supletorias son aplicables en orden jerárquico e intervienen cuando una figura
jurídica, aunque esté regulada en la ley primaria, necesita complementarse con
estas fuentes para resolver casos difíciles donde el fenómeno social no se
incorpora automáticamente a la norma.
Las fuentes primarias son aquellas que las entidades financieras deben seguir en
primer lugar, especialmente en la oferta de servicios y productos financieros al
público. En un segundo plano, las fuentes supletorias del derecho financiero
pueden aplicarse en un orden jerárquico establecido por las leyes financieras.
La existencia de un marco primario y supletorio en el derecho positivo mexicano
se justifica por la necesidad de evitar lagunas en la ley. Aunque las leyes pueden
tener vacíos, el derecho no debería presentarlos. En este contexto, se destaca
que los jueces están obligados a integrar el derecho aplicando las fuentes
supletorias cuando sea necesario para cubrir esas lagunas.
Las fuentes primarias del derecho bancario consisten en lo siguiente:
• Tratados y acuerdos internacionales en materia de promoción y protección
de inversiones y cooperación financiera con diversos Estados, y los
tratados constitutivos de organismos financieros internacionales.
• Ley de Instituciones de Crédito (LIC)
• Ley del Banco de México (LBM)
• Ley orgánica de cada una de las instituciones de desarrollo
• Ley para Regular las Agrupaciones Financieras (LRAF)
• Ley Reglamentaria de la Fracción XIII Bis del Apartado B del Articulo 123 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
• Ley de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (LCNBV)
• Ley para Regular las Sociedades de Información Crediticia (LRSIC)
• Ley de Ahorro y Crédito Popular (LACP)
• Ley de Protección al Ahorro Bancario (LPAB)
• Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con
Recursos de Procedencia Ilícita (LFPIORPI)
• Ley de Protección y Defensa al Usuario de Servicios Financieros (LPDUSF)
• Reglamentación de las autoridades financieras (SHCP, Banxico, CNBV,
IPAB)
La reglamentación de las autoridades financieras en México, compuesta por
reglamentos, oficios, circulares y otras disposiciones internas. Se mencionan las
autoridades financieras, como la SHCP, Banxico, CNBV, CNSF, Consar, Condusef
y el IPAB.
Se destaca que los reglamentos públicos son emitidos por el presidente de la
República para facilitar la aplicación de la ley, sin rebasar su contenido. Se
enfatiza que los reglamentos no complementan la ley, sino que desarrollan y
particularizan situaciones ya previstas legalmente. Los oficios son comunicaciones
entre autoridades, siendo un medio común entre tribunales y otras entidades no
judiciales. Se menciona un ejemplo de comunicación entre la SHCP y el Banco de
México para resolver problemas financieros urgentes.
Las circulares son disposiciones internas que informan a subordinados sobre
órdenes, lineamientos o políticas de estricta observancia. Se destaca que las
circulares no pueden imponer obligaciones a particulares, y en caso contrario,
estos pueden impugnarlas mediante recursos administrativos ante autoridades
jurisdiccionales. Aunque las circulares no pueden ser consideradas leyes, los
particulares pueden beneficiarse de los derechos establecidos en ellas, siempre y
cuando se publiquen en el Diario Oficial de la Federación (DOF). La jurisprudencia
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) establece que las circulares
no pueden ser tratadas como leyes, y los actos basados en ellas violan los
artículos 14 y 16 de la Constitución. Se concluye destacando que se hará
referencia a las leyes restantes en las unidades correspondientes para evitar
redundancias.
En cuanto a la supletoriedad de las leyes bancarias, el art 60 de la Ley de
Instituciones de Crédito dispone que en lo no previsto por ésta y por la Ley del
Banco de México a las instituciones de banca múltiple, se les aplicará en estricto
orden lo siguiente:
• La legislación mercantil
• Los usos y prácticas bancarios y mercantiles
• La legislación civil federal
• La Ley Federal de Procedimiento Administrativo (LFPA) respecto de la
tramitación de los recursos referidos en la LIC
• El Código Fiscal de la Federación (CFF) respecto de la actualización de
multas
la Ley de Instituciones de Crédito (LIC) y la Ley del Banco de México (LBdeM) en
el contexto de la regulación bancaria en México. La LIC, en vigor desde julio de
1990, regula diversas operaciones bancarias, abarcando aspectos como las
operaciones activas, pasivas, de servicios y neutras. Su objetivo es supervisar el
servicio de banca y crédito, las actividades de las instituciones financieras, el
desarrollo equilibrado de estas, la protección de los intereses públicos y la rectoría
financiera del sistema bancario mexicano dentro del marco legal de la planeación
democrática nacional.
La LIC restableció el sistema mixto de instituciones de crédito, permitiendo la
existencia de banca múltiple (comercial) y banca de desarrollo (mayoritariamente
gubernamental) después de un periodo de estatización de la banca en 1982. Se
destaca que la banca de desarrollo forma parte de la administración pública
federal paraestatal y tiene como función principal canalizar los recursos del público
mediante el crédito hacia áreas y sectores prioritarios del desarrollo nacional.
Por otro lado, la LBdeM, propuesta en 1993, tiene como objetivo regular la
estructura, el funcionamiento y las operaciones del Banco de México (Banxico), el
banco central del país. Entre sus funciones se destaca la prioridad de procurar la
estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional. También regula las
operaciones activas, pasivas y de servicios de las instituciones de crédito.
Se menciona en la lectura que las leyes financieras serán agotadas en unidades
posteriores, y se anticipa la exploración detallada de la banca de desarrollo y del
Banco de México en unidades correspondientes.
Las principales fuentes supletorias de carácter mercantil del derecho bancario y
bursátil sor las siguientes:
• Código de Comercio (CCom)
• Ley General de Sociedades Mercantiles (LGSM)
• Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito (LGTOC)
• Ley de Concursos Mercantiles (LCM)
• Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito
(LGOAAC)
La diferencia entre costumbre y usos en el ámbito bancario y mercantil. La
costumbre se define como la práctica obligatoria observada por los habitantes de
una comunidad, mientras que los usos son prácticas convenidas y establecidas
entre un grupo de personas en transacciones mercantiles. A diferencia de la
costumbre, los usos son considerados una fuente supletoria del derecho bancario
y bursátil según el artículo 60 de la Ley de Instituciones de Crédito (LIC).
Se destaca que la costumbre se aplica en una comunidad sin exclusión, mientras
que los usos se limitan a un grupo específico de personas involucradas en
actividades comerciales. El texto subraya que la legislación bancaria y bursátil
reconoce la obligatoriedad de los usos normativos.
El uso mercantil se describe como una práctica restringida entre comerciantes que
realizan transacciones específicas de manera repetida. Se menciona el artículo 60
del Código de Comercio (CCom), que establece que los comerciantes deben
realizar sus actividades de acuerdo con los usos honestos en la materia comercial.
Se proporciona un ejemplo de uso bancario, donde la LIC no establece
disposiciones sobre el monto de perjuicios por incumplimiento de un contrato de
comisión mercantil. Ante la omisión legal, se recurre a los usos y prácticas
bancarios como fuente supletoria, según el estricto orden jerárquico contemplado
en la LIC.
Las prácticas bancarias, definiéndolas como hábitos, sistemas, procedimientos y
métodos establecidos unilateralmente por las instituciones bancarias en sus
manuales operativos internos. A diferencia de los usos, las prácticas bancarias no
requieren el acuerdo del cliente y están dispersas. Se destaca que estas prácticas
se implementan para proporcionar un servicio financiero óptimo. Se hace
referencia a las buenas prácticas bancarias cuando las instituciones operan con
transparencia e informan de manera constante a los clientes. En resumen, las
prácticas bancarias son procedimientos establecidos unilateralmente por las
instituciones para optimizar los servicios financieros, sin requerir la aceptación
explícita del cliente.
A través de una reforma de febrero de 2008, se estableció que la legislación civil
federal es supletoria de la ley bancaria en México. Antes de esta modificación, el
artículo 60 de la Ley de Instituciones de Crédito (LIC) indicaba que el Código Civil
para el Distrito Federal (CCCDMX) era la fuente supletoria, pero esta referencia
fue cambiada mediante un decreto de reformas en mayo de 2000, estableciendo
que las menciones al CCCDMX se entenderían referidas al Código Civil Federal
(CCF).
Se destaca que el CCF es aplicado supletoriamente a la legislación bancaria y
bursátil, ya que la actividad financiera regulada por estos ordenamientos se
considera de índole federal según la Constitución. El CCF se aplica en relaciones
entre particulares e instituciones de crédito en diversas áreas como obligaciones,
contratos, familia y sucesiones. Los bancos, al realizar operaciones pasivas,
activas y de servicios, generan derechos y obligaciones para las partes, y en caso
de conflictos, la normatividad civil se interpreta y aplica para resolverlos. Además,
los bancos pueden actuar como albaceas en una sucesión, debiendo cumplir con
las disposiciones del CCF, específicamente en el Libro Tercero que regula el
derecho sucesorio.
la Ley de Instituciones de Crédito (LIC) regula la Ley Federal de Procedimiento
Administrativo (LFPA) como fuente supletoria en los recursos previstos en la LIC
para impugnar actos de la autoridad financiera. Los recursos son medios
disponibles para los particulares, dentro de la administración pública, que les
permiten impugnar decisiones administrativas que afecten sus derechos.
Se proporciona un ejemplo específico del artículo 48 Bis 1 de la LIC, que
establece el procedimiento en caso de que una institución de crédito reciba billetes
presuntamente falsos. En caso de incumplimiento por parte de la institución, el
Banco de México puede imponer una multa. La institución financiera, en contra de
esta sanción, puede interponer un recurso de reconsideración, de acuerdo con los
artículos 64 y 65 de la Ley del Banco de México. Además, se mencionan los
artículos 109 Bis a 110 Bis 1 de la LIC, que tratan sobre el recurso de revisión
contra actos administrativos de la CNBV y la Condusef en procedimientos
específicos.
En todos estos casos, se destaca que se aplicarán las reglas establecidas en la
Ley Federal de Procedimiento Administrativo, la cual regula los actos y recursos
administrativos.
Se menciona que antes de la reforma de junio de 2009, se aplicaba
supletoriamente el Código Fiscal de la Federación (CFF), de conformidad con lo
que disponían los arts 25 y 110 de la Ley de Instituciones de Crédito. El interesado
era notificado según las normas establecidas en los arts 134 a 140 de dicho
código, en virtud de que la legislación bancaria no contaba con un sistema propio
de notificaciones. En la actualidad, el Código Fiscal de la Federación se aplica
únicamente para actualizar las multas (arts 17-21, CFF y 86. de su reglamento)
que imponen las autoridades financieras a las instituciones que integran el
subsistema bancario mexicano.
La legislación especializada (o fuentes primarias del derecho bursátil) está
constituida por lo siguiente:
• Ley del Mercado de Valores (DOF, 30 de diciembre de 2005)
• Ley de Sociedades de Inversión (DOF, 4 de junio de 2001)
• Reglamentación de las autoridades
• Reglamentación de los organismos autorregulatorios
En la aplicación de la ley, es obligación de las autoridades procurar y fomentar la
creación de este tipo de sociedades, su sano desarrollo y el establecimiento de
condiciones tendentes a la consecución de los objetivos siguientes:
• El fortalecimiento y descentralización del mercado de valores
• El acceso del pequeño y mediano inversionista a dicho mercado
• La diversificación del capital
• La contribución al financiamiento de la actividad productiva del país
• La protección de los intereses del público inversionista
Como fuentes supletorias del derecho bursátil, en estricto orden jerárquico y de
conformidad con lo establecido en el art 50 de la Ley del Mercado de Valores, se
tienen las siguientes:
• Legislación mercantil
• Usos bursátiles y mercantiles
• Legislación civil federal