RL - La Predicacion
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Presentado a
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Por
Fernando Rojas
29 Marzo, 2024
Bibliografía
El libro en el que este repaso se basa está titulado, “La Predicación: Compartir La Fe en
ching: Communicating Faith in an age of Skepticism”, escrito por Timothy Keller. De acuerdo
ministerio y otro en divinidades, del Seminario Teológico Westminster. Ejerció por primera vez
dad de Nueva York junto a su esposa Kathy y sus tres hijos. Hoy día, la Iglesia Redeemer reúne
habitualmente a una congregación de más de cinco mil personas los domingos, seguido por su
servicio con la organización City to City que ha contribuido a fundar más de 1,000 iglesias nue-
vas en más de 150 ciudades alrededor del mundo. Entre sus treinta y una obras se incluye, ade-
más de este libro: Encounters with Jesus (Encuentros con Jesús), Walking with God through Pain
and Suffering (Caminando con Dios en el dolor y el sufrimiento), Every Good Endeavor (Cada
buen esfuerzo), ¿Qué significa el matrimonio?, Generous Justice (Justicia generosa), Counterfeit
Gods (Dioses falsificados), The Prodigal God (El Dios pródigo), y Jesus the King (Jesús, el
Rey). Timothy Keller falleció el 19 de mayo del 2023 en Nueva York a los 72 años.
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Resumen del Contenido
Keller comienza el libro con una introducción donde explica los tres niveles del ministe-
rio de la Palabra en la vida cristiana y de la iglesia. El primer nivel es las conversaciones infor-
males de persona a persona. El tercer nivel es la predicación formal de la palabra desde el púlpito
de la iglesia. En medio hay un segundo nivel que es un poco menos formal que la predicación,
pero un poco más estructurado que las conversaciones informales entre dos personas. Esto puede
ser algo como una clase de Escuela Dominical o un grupo pequeño de estudio bíblico. Keller ex-
plica que, aunque el libro es útil para la comunicación de la fe cristiana en cualquier nivel, ma-
yormente está escrito para los que la comparten en el nivel dos y tres (11).
zón de la cultura, para poder alcanzar y edificar a las personas, sin importar en que etapa de su
vida estén. El predicador es responsable ante Dios de predicar fielmente la Palabra, y es respon-
sable ante la gente de predicarles lo que ellos necesitan, aun si no es necesariamente lo que ellos
buscan.
Después de estas porciones introductorias, Keller estructura el libro en tres distintas par-
tes tituladas: Servir la Palabra (capítulos 1-3), Alcanzar a las personas (capítulos 4-6), y Con de-
mostración del poder del Espíritu (capítulo 7), y divide los capítulos dentro de estas porciones.
La primera parte, Servir la Palabra, comienza con el capítulo uno titulado “Predicar la Pa-
labra”. En este capítulo Keller explica las diferencias entre la predicación expositiva y la temáti-
ca, y él defiende la idea de que ambas tienen su lugar en la iglesia. Es importante predicar siste-
máticamente la biblia, como se hace por medio de la predicación expositiva, estudiando cada
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Pero también es importante la temática para enseñar doctrinas que no se basan en solo un
versículo, un capítulo, o un libro, sino en varias partes de la biblia, y él usa como ejemplo, la tri-
nidad. Keller argumenta a favor de la predicación expositiva, pero también instruye acerca de las
cosas que se deben evitar, entre ellas, el predicar por demasiado tiempo un solo libro, puesto que
hay el peligro de que personas que están temporalmente en la iglesia no podrán tener un panora-
El capítulo dos, titulado “Predicar el evangelio siempre” habla acerca de los dos enemi-
gos del evangelio, el legalismo (que propone que cumpliendo las obras correctas se puede obte-
ner salvación o bendición) y el antinomianismo (que propone que Dios acepta a las personas tal
cual son y no necesitan cambiar ni obedecer.) Ambos fallan en entender el amor y la gracia de
Dios y por tanto alejan a la persona de experimentar verdaderamente el evangelio. Por tanto, el
predicador debe ser cuidadoso de no solo hacer sermones moralistas ni tampoco hacerlos solo de
aceptación.
El capítulo tres, titulado “Predicar a Cristo utilizando toda la Escritura” instruye al predi-
cador a predicar a Cristo desde los distintos géneros de escritura, los distintos temas, los distintos
personajes que son antitipos, las imágenes que apuntan a Cristo, a través de los argumentos de li-
beración y a través del instinto, de tal modo que, sin importar de que porción bíblica estamos ha-
blando, debemos conectarla con Cristo, puesto que Cristo es el personaje principal y la historia
La segunda porción, “Alcanzar a las personas” comienza con el capítulo cuatro, titulado
“Predicar a Cristo a la cultura”. Este capítulo abre con la historia y la importancia de la predica-
ción, que no es un sistema anticuado, puesto que muchos todavía reciben bien el monólogo como
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También habla de que, en la historia, la predicación no siempre ha dado a la gente lo que
ellos anhelan, sino muchas veces venía para confrontar a las personas, y aun ahí fue muy popular
para predicarle a la cultura actual. Keller da algunas pautas, como usar un vocabulario accesible
o bien explicado en lugar de un lenguaje muy religioso o arcaico y usar autoridades respetadas
por la audiencia para respaldar la enseñanza, entre algunas otras, para poder guiar a la audiencia
al evangelio para que entiendan cómo solo Jesús puede ayudar a entender verdaderamente y re-
El capítulo cinco, titulado “La predicación y la mente moderna (tardía)” habla acerca del
reto de predicar a una cultura postmodernista. Keller dice que la clave para predicar a esta cultu-
ra está en identificar las narrativas culturales básicas (115). Él menciona la razón, la historia, la
con el evangelio y cómo las cosas vienen a tener sentido cuando se pasan por ese lente del evan-
gelio. Todas las demás cosmovisiones que han existido han sido reemplazadas, y las que existen,
eventualmente también lo serán. Solo la cosmovisión cristiana es permanente porque está basada
El capítulo seis se titula “Predicar a Cristo al corazón” y Keller da pautas de cómo hacer-
lo. Para predicar al corazón, el predicador debe predicar desde el corazón. También, el predica-
dor predica al corazón cuando trae una reacción visceral o cuando conecta la predicación a una
experiencia pasada que mueve el corazón de la persona, porque sabe cómo se siente, o como se
ve lo que el predicador está comparando con el evangelio. El predicador predica al corazón cuan-
cómo hacerlo.
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La tercera y última parte, titulada “Con demostración del poder del Espíritu”, contiene
solo el capítulo 7, titulado “La predicación y el Espíritu”. El predicador debe asegurarse que está
respaldada no solo su predicación, sino toda su vida, por la obra del Espíritu Santo. Para esto
debe haber pruebas de la madurez espiritual, de tal modo que no solo se vean los dones del Es-
píritu, sino también el fruto del Espíritu en el predicador. Esto se notará si el predicador predica
desde un subtexto de adoración a Cristo, de tal modo que guie a la audiencia a admirar la grande-
za de Cristo, aún más que la grandeza personal, del predicador, de la enseñanza o de la iglesia
misma. Él recalca que el predicador que quiere predicar al corazón debe predicar desde el cora-
zón.
El libro cierra con un apéndice de cómo escribir un mensaje expositivo. En este capítulo,
Keller da instrucciones prácticas de cómo leer el texto, cómo escoger un tema, cómo desarrollar
un bosquejo basado en el tema, y cómo dar movimiento al sermón para que cumpla su propósito.
Evaluación Critica
En realidad, la calidad de este escrito es muy buena, siempre y cuando se analice confor-
me al propósito del autor. En el apéndice, Keller indica que él no escribió el libro como un libro
de texto sobre la predicación, ni como un manual para aprender cómo preparar un buen sermón.
En contraste, como dice Keller, este es un manifestó que tiene el propósito de explicar por qué
predicar como él indica, expositivamente y al corazón de la cultura. Como dice el subtítulo, Ke-
ller escribiendo para aquellos que desean predicar fielmente acerca de Cristo y exitosamente a
una audiencia cada vez más escéptica, o sea, que tiene cada vez más dificultad con creer que lo
que el predicador afirma es cierto. En medio de una cultura moderna tardía, o posmoderna, don-
de la gente llega a sus propias conclusiones, o peor aún, crea sus propias conclusiones y desea
que el resto del mundo se acomode a ellas, Keller deja muchas cosas para pensar.
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Todo predicador que desea predicar de esta manera tendrá que luchar con las cosas que
Keller menciona y hacer los cambios que sean necesarios. No se trata de dejar de predicar, como
si fuera algo que quedó en el pasado, ni tampoco de tratar de adaptar el mensaje a las necesida-
des de la audiencia, sino que como Keller escribe a través del libro completo, el predicador debe
asegurarse de predicar a Cristo, su evangelio, y la manera posible en que los que escuchen el
mensaje pueden beneficiarse de esas verdades. A la vez, si alguien lee este libro como un manual
de cómo predicar para tener un impacto como el que Keller tuvo, se quedará quizás un tanto de-
silusionado, puesto que el autor solo dedica una porción a cómo preparar el sermón, y eso ni si-
quiera es un capítulo dentro del libro, sino que está relegado el método a un apéndice solamente.
En cuanto a su teología, se puede describir como bastante ortodoxa, sin escribir ideas
nocer el verdadero evangelio – la venida de Jesús al mundo para lograr lo que el ser humano no
puede lograr por sí mismo, la perfección y la salvación – de tal modo que su necesidad principal
pueda ser saciada. Vez tras vez, Keller declara la necesidad del ser humano de conocer a Cristo,
y la necesidad de que el predicador, por medio del mensaje, lleve a la audiencia a tener un en-
cuentro personal con ese Cristo. Si hay algo que quizás se le puede criticar, es quizás su afirma-
ción de que “El pecado debajo de cada pecado es que recurrimos a los ídolos en vez de creer en
el evangelio”. Una afirmación que podría parecer un tanto confusa a algunas personas, y podría
hacer pensar a las personas que la raíz del pecado es la idolatría, y no una naturaleza caída y re-
belde a Dios. Expresar que solo la idolatría da a luz otros pecados, aún si esa no fue la intención,
podría confundir a algunos a pensar que mientras no recurran a ídolos, entonces no se tienen que
preocupar de caer en otros pecados. Quizás ayudaría una explicación de que los ídolos no son
solo aquellos iconos que adoramos religiosamente, sino todo lo que toma el lugar de Dios.
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Cualquier cosa que se convierta en una prioridad superior en la vida de las personas es un
ídolo, aun si las personas no lo ven como tal, ni se inclinan ante eso que ellos anteponen. A pesar
de eso, de nuevo, su teología es bastante ortodoxa y su compromiso con la predicación del au-
téntico evangelio es admirable. Su advertencia para que el predicador navegue entre las peligro-
sas aguas del antinomianismo y del legalismo son un buen recordatorio para todo predicador de
la responsabilidad que conlleva el ser ministros del evangelio. Como el menciona, no es algo tan
simple como tratar de navegar entre una y otra, o tratar de hacer un buen balance entre las dos,
puesto que ambas le roban substancia al verdadero evangelio. Como Keller enseña, lo mejor es
apuntar a Cristo como el que hace aceptable al creyente, a pesar de fallar en cumplir los estatutos
de Dios, y también como el que trasforma al creyente de tal manera que tenga la capacidad de
El lector puede tener múltiples reflexiones ministeriales al leer el libro. Todo predicador
se enfrenta a la ardua tarea de no guiar a la audiencia hacia un legalismo que los lleve a la deses-
peranza de nunca poder llegar a ser lo que Dios espera que sean, o del otro lado, a creer que han
alcanzado un nivel superior que les otorgue el derecho de demandar algo de Dios, porque al
compararse con otras personas, aun con otros cristianos, ellos determinan ser mejores que los de-
más. Igual de ardua es la tarea de cuidar a la audiencia de ir demasiado al otro lado del espectro,
donde lleguen a pensar que el amor de Dios es tan grande que no hay necesidad de ser trasforma-
dos o de intentar seguir leyes anticuadas, puesto que Dios los ama tal y como son. Un facilcreis-
mo puede perder a las personas tanto como el legalismo. Keller da la respuesta a la interrogante
del predicador de cómo no permitir que la audiencia caiga en una de estas dos trampas, y la res-
puesta está en predicar a Cristo en toda ocasión, desde todo lugar de la historia bíblica, desde
todo tema y género literal, predicar a Cristo no solo como el modelo, sino como el salvador.
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Otra observación en la que el predicador debe reflexionar en cuanto a su ministerio al leer
este libro es en asegurarse que predica desde el corazón para predicar al corazón de las personas.
Si el corazón del predicador no está interesado en amar a las personas al punto de alimentarlas y
pastorearlas, como Jesús mandó a Pedro, difícilmente podrá tocar el corazón de su audiencia de
También es importante que el lector reflexione en los estilos de predicación, tanto el ex-
positivo como el temático, y en la manera sabia de usar ambos, para asegurarse de que como pre-
Por último, como se enfoca el último capítulo de Keller en este libro, el predicador debe
reflexionar en cuanto al ministerio que está desempeñando es el asegurarse de que la obra del Es-
píritu se está llevando a cabo no solo en la preparación y la predicación del sermón, sino en toda
la vida del predicador. La gente puede ver la autenticidad de la vida del predicador, y tarde o
temprano se darán cuenta si lo que se está manifestando son las obras de la carne o el fruto del
Espíritu. Como establece Keller, no se trata solo de los dones del Espíritu – lo que el predicador
hace – sino también se trata del fruto del Espíritu – lo que el predicador es.
Conclusión
En resumen, este libro de Keller tiene muchísimo que enseñar a todo aquel que tiene el
deseo de predicar y enseñar fielmente la palabra de Dios, de tal manera que la audiencia pueda
admirar a Cristo como el salvador y como aquel que es el único capaz de lograr lo que los seres
humanos no han podido, y que, poniendo su fe en Él, ellos puedan dejar que sus vidas sean trans-
formadas de modo que puedan vivir vidas agradables a Dios. Lleno tanto de consejos prácticos,
este libro es de gran beneficio tanto para novatos como para predicadores expertos, puesto que da