Caso 2
Caso 2
Caso 2
SECCIÓN QUINTA
(Demanda no 74613/01)
SENTENCIA
ESTRASBURGO
12 de julio de 2007
DEFINITIVA
12/10/2007
ASUNTO JORGIC c. ALEMANIA 1
PROCEDIMIENTO
HECHOS
2 ASUNTO JORGIC c. ALEMANIA
19. El 30 de abril de 1999, tras una vista, el Tribunal federal de justicia, ante
el que el demandante había interpuesto un recurso, declaró a éste culpable
de delito de genocidio y de treinta delitos de muerte. Le condenó a una pena
de privación de libertad de por vida y señaló la gravedad de su culpabilidad.
20. Suscribiendo el razonamiento del Tribunal de apelación, concluyó que el
derecho penal alemán era aplicable en este caso y que los tribunales
alemanes eran, por tanto, competentes para conocer el asunto en aplicación
ASUNTO JORGIC c. ALEMANIA 5
1. El Código penal
Artículo 6
Actos cometidos en el extranjero contra intereses protegidos por la legislación
internacional
«El derecho penal alemán se aplicará igualmente, independientemente del derecho
aplicable en el lugar en el que han sido cometidos, a los siguientes actos cometidos
en el extranjero:
1.Genocidio (artículo 220a)
(...)»
Artículo 7
Aplicabilidad a los actos cometidos en el extranjero en otros casos
«1) (...)
2) El derecho penal alemán se aplicará a otros actos cometidos en el extranjero si
estos son susceptibles de una pena allí donde han sido cometidos o si el lugar de
comisión no está sometido a la aplicación del derecho penal y que el autor (...)
2. era extranjero en el momento de la comisión del acto, se encontraba en
Alemania y, aunque la Ley sobre la extradición permite su extradición por el acto
en cuestión, no fue extraditado porque no se ha presentado una demanda de
extradición o ha sido rechazada o porque no es posible proceder a la exctradición.»
Artículo 220a
ASUNTO JORGIC c. ALEMANIA 9
Genocidio
«1) El que con la intención de destruir total o parcialmente un grupo nacional,
racial, religioso o étnico como tal,
1. mate a un miembro del grupo,
2. cause a un miembro del grupo daños físicos o mentales graves (...)
3. someta al grupo a condiciones de existencia apropiadas para ocasionar su
destrucción física total o parcial,
4. imponga medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo,
5. traslade por la fuerza a un niño del grupo a otro,
será castigado con la pena de privación de libertad de por vida.
(...)»
35. El artículo 220a fue introducido en el Código penal alemán por la Ley
de 9 de agosto de 1954 sobre la adhesión de Alemania a la Convención
sobre el genocidio, y entró en vigor en 1955. Los artículos 6 núm. 1 y 220a
del Código penal dejaron de ser aplicables el 30 de junio de 2002, fecha en
la que el Código de crímenes de derecho internacional
(Völkerstrafgesetzbuch) entró en vigor. El artículo 1 de este nuevo Código
dispone que se aplicará a los delitos penales de derecho internacional tales
como el genocidio (artículo 6 del nuevo Código), incluso cuando el delito
ha sido cometido en el extranjero y no tiene relación con Alemania.
36. El demandante es la primera persona condenada por genocidio por los
tribunales alemanes en base al artículo 220a desde la incorporación de este
artículo en el Código penal. En el momento en el que cometió los actos por
los que fue condenado, a saber en 1992, la doctrina consideraba
mayoritariamente que la «intención de destruir un grupo» constitutiva de
genocidio en virtud del artículo 220a del Código penal debería tratarse la
destrucción física o biológica del grupo protegido (ver, por ejemplo, A.
Eser, in Schönke/Schröder, Strafgesetzbuch - Kommentar, 24ª edición,
Munich, 1991, Artículo 220a, aps. 4-5, con otras referencias). Sin embargo,
existía un número considerable de autores que estimaban lo contrario que la
noción de destrucción de un grupo en tanto que tal, en su sentido literal, iba
más allá de la exterminación física o biológica y comprendía igualmente la
destrucción del grupo en tanto que unidad social (ver, en particular, H.-H.
Jescheck, Die internationale Genocidium-Konvention vom 9. Dezember
1948 und die Lehre vom Völkerstrafrecht, ZStW 66 (1954), pg. 213, y B.
Jähnke, in Leipziger Kommentar, Strafgesetzbuch, 10ª edición, Berlin-New
York 1989, Artículo 220a, aps. 4, 8 y 13).
37. En virtud del artículo 57a 1 del Código penal, una pena de privación de
libertad de por vida no puede ser objeto de suspensión con remisión
condicional salvo si, entre otros, se han cumplido quince años de la pena y
si el mantenimiento en prisión no es exigible debido a la gravedad particular
de la culpabilidad del acusado (besondere Schwere der Schuld).
Artículo II
«En la presente Convención, se entiende por genocidio cualquiera de los actos
mencionados a continuación, perpretados con la intención de destruir, total o
parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:
a) Matanza de miembros del grupo;
b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de
acarrear su destrucción física, total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir los
nacimientos en el seno del grupo;
d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;
e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo. »
46. Según los datos de los que dispone el Tribunal, solo ha habido unos
pocos casos de persecuciones a nivel nacional por actos de genocidio en los
otros Estados partes de la Convención, y no se conocen casos en los que las
jurisdicciones de estos Estados hayan definido el tipo de destrucción de un
grupo que el autor ha tenido intención de cometer para ser juzgado culpable
de genocidio y haber respondido así a la cuestión de saber si la noción de
«intención de destruir» solo cubre la destrucción física o biológica o si se
amplía igualmente a la destrucción de un grupo en tanto que unidad social.
Artículo primero
49. Las disposiciones pertinentes del Estatuto del TPIY están así redactadas:
Artículo 9
Competencias concurrentes
«1. El Tribunal Internacional y los tribunales nacionales son simultáneamente
competentes para juzgar a los presuntos responsables de violaciones graves del
derecho internacional humanitario cometidas en el territorio de la ex-Yugoslavia a
partir del 1º de enero de 1991.
2. El Tribunal Internacional tiene prioridad sobre las jurisdicciones nacionales. En
cualquier estadio del procedimiento, puede solicitar oficialmente a las
jurisdicciones nacionales que se desprendan de un procedimiento en su favor de
acuerdo con el presente Estatuto y con su reglamento.»
ASUNTO JORGIC c. ALEMANIA 15
52. Según las informaciones y los datos de los que dispone el Tribunal,
principalmente los datos comunicados por el Gobierno, que no han sido
discutidos por el demandante, las disposiciones legales de buen número de
Estados partes en la Convención autorizan la persecución de los actos de
genocidio en circunstancias comparables a las del presente caso.
núm. 2 del Código penal alemán, apartado 34 supra). Entre los Estados
partes en la Convención que no prevén la competencia universal para los
actos de genocidio se encuentra el Reino Unido.
54. Aparte de los Tribunales austriacos, belgas y franceses, son sobre todo
los Tribunales españoles los que ya han juzgado asuntos de genocidio
basándose en el principio de la competencia universal. Así, la Audiencia
Nacional, en su decisión dictada el 5 de noviembre de 1998 en el asunto
Augusto Pinochet, concluyó que las jurisdicciones españolas eran
competentes para conocer del asunto. Respecto al alcance de la Convención
sobre el genocidio, los Jueces se expresaron así:
«El artículo 6 del Convenio solo excluye a jurisdicciones distintas a las del
territorio en el que se ha cometido el delito y jurisdicciones internacionales pueden
ser competentes (...) sería contrario al espíritu de la Convención (...), que trata de
impedir que sea cometido con toda impunidad un delito tan grave, de considerar
que este artículo limite el ejercicio de la competencia en la materia solo a las
jurisdicciones consideradas por ella. El hecho de que las Partes Contratantes no
estén de acuerdo sobre la cuestión de la competencia universal de sus
jurisdicciones nacionales respectivas sobre este delito no es obstáculo para el
establecimiento por un Estado parte de su competencia para conocer de un delito
cuya gravedad es reconocida en el mundo entero y que afecta directamente al
conjunto de la comunidad internacional e incluso a la humanidad, como indica la
propia Convención. (...) El artículo 6 de la Convención de 1948 no permite
tampoco excluir la competencia para sancionar los actos de genocidio de un
Estado parte como España, donde el derecho prevé la extraterritorialidad con el fin
de perseguir dichos delitos (...)» (International Law Reports, vol. 119, pgs. 331 y
siguientes, 335-336)
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Artículo 5
«1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser
privado de su libertad, salvo en los casos siguientes y con arreglo al procedimiento
establecido por la ley:
a) Si ha sido penado legalmente en virtud de una sentencia dictada por un tribunal
ASUNTO JORGIC c. ALEMANIA 17
competente.
(...)»
Artículo 6
« Toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa, (...) por un
tribunal (...) establecido por la ley, que decidirá (...) el fundamento de cualquier
acusación en materia penal dirigida contra ella. (...)»
A. Sobre la admisión
B. Sobre el fondo
a) El demandante
b) El Gobierno
60. En opinión del Gobierno, los Tribunales alemanes eran a la vez los
«Tribunales competentes, en el sentido del artículo 5.1 a) del Convenio,
para declarar al demandante culpable y los Tribunales establecidos por la
Ley», en el sentido del artículo 6.1. La legislación penal alemana sería
aplicable en este caso, de manera que en virtud del artículo 6.1 del Código
penal (en su versión entonces en vigor) y teniendo en cuenta la existencia
entre la Alemania y la persecución de los delitos imputados al demandante
de un vínculo legítimo, que más allá de la redacción del artículo 6.1 del
Código penal los Tribunales alemanes, comprometidos con el respeto del
principio de no intervención, juzgaban necesario para declararse
competentes, estas jurisdicciones habrían sido competentes para conocer de
los delitos de los que el demandante estaba acusado. El Gobierno señala que
el demandante había vivido en Alemania durante varios años, que todavía
era oficialmente residente y que había sido arrestado en territorio alemán.
Señala igualmente que Alemania había participado en las misiones militares
y humanitarias organizadas en Bosnia Herzegovina. Por otro lado, considera
que las exigencias del artículo 7.2 núm. 2 del Código penal, que incorpora el
principio de la competencia por representación, fueron respetadas, teniendo
en cuenta principalmente el hecho de que ni el TPIY ni los Tribunales
penales del lugar del delito en Bosnia Herzegovina habían solicitado la
extradición del demandante.
actos de genocidio, que estarían dirigidos contra los intereses del conjunto
de la comunidad internacional, dónde fuere que sean cometidos y quien
fueren sus autores. Así mismo, la competencia que deriva del principio de
representación enunciado en el artículo 7.2 núm. 2 del Código penal no sería
contrario a la legislación internacional pública. Los Tribunales alemanes
eran, por tanto, competentes para resolver sobre el asunto del demandante.
63. En opinión del Gobierno, la legislación y la jurisprudencia de otros
muchos Estados parte en la Convención y la jurisprudencia del TPIY
permiten expresamente la persecución de actos de genocidio en base al
principio de la competencia universal.
«Toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa (...) por un
Tribunal (...) que decidirá (...) sobre el fundamento de cualquier acusación en
materia penal dirigida contra ella (...)
3. Todo acusado tiene, como mínimo, los siguientes derechos:
(...)
d) A interrogar o hacer interrogar a los testigos que declaren contra él y a obtener
la citación y el interrogatorio de los testigos que declaren en su favor en las
mismas condiciones que los testigos que lo hagan en su contra.»
1. El Gobierno
2. El demandante
1. Principios generales
84. El Tribunal debe, por tanto, determinar si la aplicación realizada por las
jurisdicciones internas del artículo 244 del Código penal y su rechazo a citar
a algunos testigos y a inspeccionar los lugares del supuesto delito o realizar
un plano hicieron o no que el proceso no fuera justo.
85. El Tribunal señala, de entrada, que el espíritu de cada una de las partes
del artículo 244 del Código penal se aplica a todas las demandas de
convocatoria de testigos o de práctica de pruebas, sean presentadas por la
acusación o por la defensa. En asuntos como éste, en los que el delito ha
sido cometido fuera de Alemania o donde, normalmente, es necesario
obtener pruebas en el extranjero, su aplicación no favorece, de manera
general, las demandas de presentación de pruebas presentadas por la
acusación. Además, la segunda frase del artículo 244.5 de la Ley de
Enjuiciamiento criminal somete a condiciones particulares el rechazo de una
demanda de interrogatorio de testigos - sea presentada por la acusación o
por la defensa- cuando éstos deberían ser convocados en el extranjero. Estas
condiciones son menos estrictas que aquellas a las que está sujeto el rechazo
de una demanda de interrogatorio de un testigo que puede ser convocado en
Alemania. De esta manera, los testimonios de personas que deben ser
convocadas en el extranjero no son automáticamente considerados como
pruebas imposibles de obtener. Sin embargo, los jueces pueden, tras haber
procedido a una valoración previa de los elementos que disponen, concluir
que no es necesario para establecer la verdad interrogar a dichos testigos
(apartado 39 supra).
86. El Tribunal constata que el Tribunal de apelación, resolviendo en
primera instancia, citó a seis testigos a cargo que residían en el extranjero,
pero no citó a ninguno de los veintiocho testigos que residían en Bosnia que
habían sido citados por el demandante. Sin embargo, no se puede deducir
que el principio de la igualdad de armas o el derecho del demandante a
obtener la comparecencia de testigos hayan sido burladas y que el proceso
en su conjunto haya carecido de equidad. Al respecto, el Tribunal señala en
particular que el Tribunal de apelación, que motivó de manera detallada su
rechazo a recoger los testimonios solicitados, examinó las declaraciones
escritas de al menos siete de los veintiocho testigos en cuestión para
establecer la veracidad de la alegación en causa (según la cual el
demandante se encontraba encarcelado en el momento de la comisión del
delito) antes de concluir que el testimonio del conjunto de los veintiocho
testigos sería de un valor probatorio mínimo y no contribuiría a la
resolución del asunto. El Tribunal constata que cuando rechazó la demanda
del recurrente relativa a la convocatoria de estos testigos, el Tribunal de
apelación había oído ya a más de veinte testigos, dos de ellos periodistas
26 ASUNTO JORGIC c. ALEMANIA
que no estaban afectados por los delitos de los que estaba acusado el
demandante (y cuyos testimonios podían, por tanto, en principio, ser
considerados como particularmente creíbles). Esto testigos, que la defensa
pudo igualmente interrogar, declararon todos que haber visto al demandante
fuera de prisión durante el periodo en el que éste último afirmaba
encontrarse encarcelado. En estas condiciones, el Tribunal no podría
concluir que las jurisdicciones internas actuaron arbitrariamente al decidir
que era inútil proceder a la audición de los testigos citados por el
demandante con el fin de probar que estaba encarcelado en el momento en
el que se cometió el delito. En definitiva, no constata ningún elemento que
permita declarar que el proceso dirigido contra el demandante no haya sido,
en su conjunto, equitativo.
87. En lo que concierne a la queja del demandante relativa al rechazo del
Tribunal de apelación de inspeccionar los supuestos lugares del delito en
Grabska o de realizar un plano con el fin de probar que las declaraciones de
los testigos referentes a los actos de los que se le acusaban no eran fiables,
el Tribunal concluye que los Jueces motivaron debidamente su decisión de
considerar que estas pruebas eran imposibles de obtener. Teniendo en
cuenta que el Tribunal de apelación disponía de un vídeo de la localidad en
cuestión y que el demandante podía discutir el carácter probatorio de los
datos recogidos a propósito de los actos en litigio, el Tribunal no observa
nada que permita declarar que el rechazo a oír a los testigos citados por el
demandante era incompatible con los artículos 6.1 y 6.3.
88. Considera que las quejas del demandante basadas en los artículos 6.1 y
6.3 d) del Convenio deben ser rechazas por carecer manifiestamente de
fundamento, en aplicación de los artículos 35.3 y 35.4 del Convenio.
«Nadie podrá ser condenado por una acción o una omisión que, en el momento en
que haya sido cometida, no constituya una infracción según el derecho nacional o
internacional. Igualmente no podrá ser impuesta una pena más grave que la
aplicable en el momento en que la infracción haya sido cometida.»
ASUNTO JORGIC c. ALEMANIA 27
A. Sobre la admisión
B. Sobre el fondo
a) El demandante
92. El demandante señala que para que pueda ser impuesta una condena por
genocidio en base al artículo 220a del Código penal, debe probarse la
intención de destruir, en todo o en parte, un grupo nacional, racial, étnico o
religioso en tanto que tal. Señala que, teniendo en cuenta el sentido literal
del término «destruir», un simple atentado contra las condiciones de vida o
los medios de subsistencia esenciales de un grupo, como el que habría sido
cometido en este caso, no equivale a una destrucción del grupo. La
«limpieza étnica» practicada por los Serbios de Bosnia en la región de
Doboj habría tratado de obligar a todos los Musulmanes a que abandonaran
la región por la fuerza, es decir, expulsar al grupo, y no destruirlo. No
podría, por tanto, considerarse un genocidio en el sentido del artículo 220a
del Código penal.
93. El demandante señala igualmente que la interpretación realizada por los
tribunales alemanes de la noción de «intención de destruir» mencionada en
el artículo 220ª, que fue introducida en el Código penal para incorporar las
disposiciones de la Convención sobre el genocidio a la legislación nacional,
es contraria a la interpretación de la misma noción que figura en el artículo
II de esta Convención actualmente en curso en la comunidad de los Estados.
La jurisprudencia internacional estaría de acuerdo en considerar que el
genocidio solo se aplica a los casos en los que la muerte, la exterminación o
la deportación han sido practicadas con la intención de eliminar un grupo
precisamente definido, es decir, destruirlo en el sentido biológico o físico
del término, y no simplemente en tanto que unidad social. La limpieza
étnica practicada en la ex Yugoslavia no podría ser comparada con la
exterminación de los Judios bajo el régimen nazi, que sería el origen de la
adopción de la Convención sobre el genocidio.
28 ASUNTO JORGIC c. ALEMANIA
b) El Gobierno
2. Declara que no ha habido violación ni del artículo 6.1 ni del artículo 5.1
del Convenio en lo que concierne a la queja del demandante según la cual
las jurisdicciones alemanas no eran competentes para juzgarle por
genocidio;