Estrategia Enfermedad Renal Ca
Estrategia Enfermedad Renal Ca
Estrategia Enfermedad Renal Ca
COORDINACIÓN
GRUPO DE TRABAJO
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INDICE
La dieta
Hipertensión Arterial
Dislipemia
Diabetes Mellitus
Antiagregación.
Otros factores de riesgo específicos en la ERC y factores emergentes.
Anexos
Bibliografía
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
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aproximado de 0,7 a 1 ml/min/1.73m2/año a partir de los 30-40 años. Por ello, el FG se debe
interpretar dependiendo de la edad, siendo posible que un FG entre 30-59 ml/min/1.73 m2
sea normal en personas ancianas, vegetarianos, o en pacientes con riñón único. No
obstante, un FG < 30 ml/min/1.73 m2 es anormal para todas las edades; y un FG entre 60 y
89 ml/min/1.73 m2 se considera ERC sólo si además tiene marcadores de daño renal.
El FG no puede ser medido directamente, así que se realiza una estimación indirecta a partir
de diferentes valoraciones:
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
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Ecuación MDRD-IDMS*
FGe= 175 x (creatinina)-1,154 x (edad)-0,203 x 0,742 (si mujer) x 1,21 (si etnia negra)
ECUACIÓN A UTILIZAR PARA MÉTODOS DE CREATININA SIN TRAZABILIDAD A
IDMS (NO ESTANDARIZADOS)
Ecuación MDRD-4*
FGe= 186 x (creatinina)-1,154 x (edad)-0,203 x 0,742 (si mujer) x 1,21 (si etnia negra)
*Su cálculo manual es relativamente complejo por lo que es recomendable que los resultados
del FGe sean facilitados en los informes de los laboratorios clínicos.
En general, el uso de las ecuaciones para la estimación del FG es inadecuado en una serie
de situaciones clínicas (Anexo1). En estos casos, la evaluación de la función renal deber
realizarse mediante el aclaramiento de creatinina, indicando al paciente que la recogida de
orina de 24 horas debe ser lo más precisa posible.
Albuminuria o Proteinuria:
La presencia de altas concentraciones de proteína o albúmina en la orina de forma
persistente se considera un signo, no sólo de lesión renal, sino sistémica. Su presencia,
demostrada en diversos estudios, tiene una gran importancia en la progresión de la ERC y
en la morbi-mortalidad cardiovascular.
La albuminuria constituye la base junto al FG para el diagnostico y clasificación de la ERC.
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
La presencia de hematuria y/o leucocituria durante más de tres meses, una vez descartada
causa urológica o infección de orina, puede ser indicio de glomerulonefrítis, pielonefritis o
nefritis túbulo - intersticiales crónicas.
Alteraciones histopatológicas:
La biopsia renal proporciona el diagnóstico directo, anatómico y patológico, de la
enfermedad renal en los casos de enfermedades glomerulares, túbulo - intersticiales,
vasculares y enfermedades sistémicas con afectación renal.
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CLASIFICACION DE LA ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
• En el caso de FG entre 60-89 ml/min/1,73 m², sin la presencia de lesión renal (sin
albuminuria/proteinuria elevada y con sedimento e imagen renal normales) se habla
de FG disminuido sin ERC (una situación frecuente en las personas mayores). Estos
pacientes no deben ser sometidos a ninguna intervención específica.
• Los estadios 3-5 son los que se conocían habitualmente como “insuficiencia renal
crónica” que, aunque es un concepto obsoleto y poco preciso, está aún muy
introducido en la comunidad médica.
• Las personas en programa de diálisis se engloban en el estadio 5D.
• En las personas trasplantadas renales, por definición afectas de ERC, se
diagnostican según los estadios de 1T a 5T.
En los últimos años, organismos internacionales (KDIGO) y el reciente consenso sobre ERC
aprobado por varias sociedades científicas españolas, ha relacionado los distintos estadios
con el riesgo de mortalidad global, mortalidad cardiovascular, enfermedad renal avanzada,
fracaso renal agudo o progresión de la enfermedad renal. Proponiendo que la clasificación
de ERC no sólo deba basarse en el FG, sino además, en el grado de Proteinuria, todo lo
cual ayuda a una mejor estratificación para el riesgo de progresión y pronóstico de la misma.
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
Proteinuria
N. o leve ↑ Moderado ↑ Severo ↑
(A1) (A2) (A3)
Est.ERC Descripción FG <30 mg/g 30-299 >300 mg/g
G1 Daño renal con FG N o ↑ ≥ 90
G2 Daño renal con ↓ FG leve 60-89
G3 a 45-59
↓ moderada del FG
G3 b 30-44
G4 ↓ severa del FG 15-29
G5 Fallo o Fracaso renal < 15
El riesgo sería máximo en las casillas de color rojo, y mínimo en las casillas de color verde.
CRIBADO DE ERC
La ERC sobre todo en estadios iniciales está frecuentemente sin diagnosticar (ERC oculta)
porque suele ser asintomática y, en numerosas ocasiones, se detecta solamente durante la
valoración de otras condiciones de comorbilidad.
Constituye un problema de salud emergente y la necesidad del diagnóstico precoz de ERC
en los pacientes que acuden a la consulta, está determinada por la relativamente alta
prevalencia de la misma en la población que presenta factores de riesgo para desarrollarla.
Los factores de riesgo más frecuentes y las situaciones en las que se recomienda su
detección son:
• Enfermedad Vascular Aterosclerótica establecida.
• Hipertensión arterial.
• Diabetes mellitus.
• Antecedentes personales o familiares de enfermedad renal.
En esta población se solicitará analítica con filtrado glomerular (estimado por MDRD-4),
cociente albúmina/creatinina y sedimento urinario. Si existe una disminución del FG y se
sospecha daño renal por presentar hipertensión arterial refractaria, descenso progresivo del
FG o ser hombre mayor de 60 años (puede presentar una patología obstructiva urinaria) el
Médico de Familia (MF) podrá solicitar una ecografía renal.
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CRITERIOS DE ACTUACIÓN EN LA DETECCIÓN Y DERIVACIÓN
• Siempre que en un paciente se detecte por primera vez un aumento de creatinina y/o
un descenso del FG, lo primero que se debe plantear es si se trata de un cuadro de
ERC o de un fracaso renal agudo (FRA). El diagnóstico diferencial entre ambos es
muy importante, ya que los criterios de derivación varían: en el caso de la ERC
prevalecerán los descritos en la Figura 1 aunque siempre hay que individualizar y
valorar las comorbilidades (pacientes con EVA establecida o RCV Alto con FR como
la Diabetes o la HTA) y realizar los controles y seguimientos adecuados, mientras
que en el caso de un FRA, el paciente debe ser remitido con urgencia al hospital por
ser un cuadro con gran morbi-mortalidad a corto plazo. En muchas ocasiones, no es
fácil realizar el diagnóstico en un momento puntual, y siempre hay que intentar
recabar información sobre las analíticas previas del paciente. Si la función renal
previa era normal, nos orienta a que puede tratarse de un FRA. y si estaba ya
previamente alterada, nos indica una ERC. En caso de no disponer de analíticas
previas, deberemos realizar analíticas seriadas los días siguientes, para comprobar,
si la enfermedad renal va en progresión aguda o está estable. Existen una serie de
datos que nos orientan hacia la posibilidad de fracaso renal agudo o crónico:
o Datos de la anamnesis que orientan hacia cronicidad: Historia previa de
enfermedades de riesgo para enfermedad renal como diabetes, litiasis
recurrente, poliquistosis, HTA de larga evolución.
o Datos de la anamnesis que orientan al fracaso renal agudo: Introducción
reciente de fármacos de riesgo (AINE, antibióticos, Inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina (IECAS); o causas recientes que justifiquen
fracaso renal agudo (deshidratación, insuficiencia cardiaca).
o Datos de la clínica que orientan hacia cronicidad: Situación clínica bien
tolerada, nicturia o edemas desde hace años, anemia bien tolerada,
hiperfosforemia, hipocalcemia.
o Datos de la clínica que orientan hacia el fracaso renal agudo: oligoanuria,
deterioro agudo del estado general con mala tolerancia clínica.
• Cuando se trate de una ERC junto con el FG estimado se debe evaluar la presencia
o no de proteinuria. En ausencia de la misma la progresión de la ERC es más lenta y
puede ser una situación fisiológica asociada al envejecimiento.
Se deben tener en cuenta en todo caso los factores de riesgo para la ERC (ver
anexo 2). La actuación sobre los mismos retrasará la progresión.
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
Criterios de Progresión:
En la valoración de una ERC es importante estimar si existe una progresión de la misma,
pues ésta determinará los pasos a seguir. Se entiende que existe progresión rápida o
acelerada, cuando se cumple alguno de los siguientes criterios:
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o Si existe progresión: (↑Cr > 30% y/o ↓FG > 25%) remisión programada y
control de marcadores en 2-4 meses.
o Si está estable: No derivación. Control de marcadores semestral en AP.
Valorar, según circunstancias clínicas, consulta al nefrólogo consultor o
remisión normal.
- El estadio G4: Remisión Preferente, excepto los pacientes > 80 años sin progresión
renal, con gran comorbilidad y en quienes no se considera el planteamiento de
tratamiento sustitutivo renal. Serán remitidos con el criterio de preferente o urgente, a
los > 80 años con albuminuria > 300 mg/g, y presencia de signos de alarma
(hematuria no urológica asociada a proteinuria, incremento de la creatinina sérica >
30% y/o disminución del FG > 25% en menos de un mes, habiéndose descartando
factores exógenos*). En caso de contar con nefrólogo consultor se valorará con el
mismo.
* diarreas, vómitos, depleción por diuréticos en tratamiento con IECAS o ARA II o inhibidores
directos de la renina.
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
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Coordinación Atención Primaria – Atención Especializada
Aunque clásicamente las propuestas de consulta a la Atención Especializada son atendidas
por un nefrólogo del servicio de referencia, en los últimos años, se ha ido introduciendo la
figura del especialista consultor.
Para el adecuado desarrollo de la interrelación entre Atención Primaria y la figura del
nefrólogo (sea o no la figura de especialista consultor), se deberían tener en cuenta las
siguientes consideraciones:
- Las propuestas de consultas, deben contener la mayor información posible tanto
clínica como de estudios complementarios que ayuden a orientar la misma, así
como, los argumentos que la sustentan, para que su resolución sea rápida y
adecuada en beneficio del paciente (ver Anexo 3)
- La transmisión de la información se realizará por los medios que se dispongan a los
efectos, buscando la forma y la vía más rápida y eficaz.
- Debe buscarse una relación directa entre el consultor y el médico de familia que
genera la consulta para obtener mayor información sobre el paciente y un
intercambio de opiniones sobre la situación clínica del mismo, los motivos que
generaron la consulta, la valoración de las pruebas complementarias de que se
disponga, completar el estudio con nuevas pruebas si fuera preciso y la resolución
conjunta del paciente. Estas acciones generalmente conllevan un aumento de la
capacidad del médico de familia en la toma de decisiones ante otras situaciones
similares.
- Las funciones del especialista consultor incluyen la coordinación y valoración de las
consultas de pacientes con patología renal, la comunicación con los profesionales de
Atención Primaria y la formación continua de los mismos en las áreas dependientes
de nefrología.
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
Independientemente del ámbito asistencial se prestará una especial atención a los factores
de riesgo cardiovascular y medidas de nefroprotección. Además, se deben establecer las
recomendaciones precisas para evitar el uso de fármacos nefrotóxicos (ver anexos), limitar
las exploraciones con contrastes radiológicos a las estrictamente imprescindibles y en caso
de riesgo vital para el paciente, ajustar de dosis de fármacos al grado de FG.
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- Estadio G4 y G5:
El siguiente cuadro sirve como resumen de las visitas mínimas anuales de seguimiento a
realizar según el estadio de ERC y el ámbito asistencial
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
Albuminuria
En los últimos años, la incidencia y prevalencia de pacientes con ERC avanzada que llegan
a necesitar tratamiento sustitutivo mediante diálisis, no ha dejado de crecer. Presentando
además, estos pacientes, un incremento muy importante de la morbi-mortalidad
cardiovascular con respecto a la población general, siendo esta, la principal causa de
muerte. Existen una serie de factores particulares que aumentan el riesgo cardiovascular en
los pacientes con ERC, y que están recogidos en el anexo 4.
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Una vez un paciente es diagnosticado de enfermedad renal crónica, en cualquiera de sus
estadios, debe iniciarse una serie de medidas generales y específicas para disminuir su
riesgo cardiovascular. Las medidas generales a implementar vienen recogidas en el
Programa de Prevención y Control de la Enfermedad Vascular Aterosclerótica (PPCEVA) de
Canarias, al cual se remite al lector En este apartado se dedicará un espacio a ciertos
aspectos específicos relacionados con la ERC.
La Dieta.
En general, todas las recomendaciones dietéticas recogidas en el “Programa de Prevención
y Control de la Enfermedad Vascular Aterosclerótica para prevenir la arterosclerosis, la
obesidad y la diabetes, son aplicables a los enfermos con enfermedad renal crónica. El
objetivo es mantener un IMC entre 18,5 .- 24,9 Kg/m² y una circunferencia de cintura < 102
cm en los hombres y < 88 cm en las mujeres. No obstante, se precisan consideraciones
específicas dependiendo del estadio de la enfermedad renal, sobre todo, en cuanto a la
ingesta de proteínas, sodio, potasio, calcio y fósforo.
En el paciente con ERC es preciso revisar hábitos dietéticos, orientando al paciente sobre la
necesidad de controlar el peso en todos los casos y sobre el tipo de dieta a seguir en
función del FG:
• ERC G1 - G3: Sólo se recomienda dieta hiposódica en caso de HTA, edemas e
Insuficiencia Cardiaca.
• ERC G4 - G5: Recomendaciones dietéticas sobre sodio, fósforo potasio y proteínas.
Aunque existe cierta controversia sobre su efectividad, la dieta hipoproteica puede ayudar a
preservar la función renal por mecanismos hemodinámicos que disminuyen la hiperfiltración
y por los efectos metabólicos que disminuyen la producción de citoquinas implicadas en la
producción de matriz mesangial.
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
Dieta hiposódica: Se recomienda la restricción de sal en los pacientes con enfermedad renal
crónica con hipertensión asociada, con ingestas diarias de sal inferiores a 6 g/día (equivale a
2,4 g/día de sodio). Evitar añadir sal en la cocción de alimentos y la ingesta de alimentos de
productos enlatados, embutidos, vísceras, salazones, quesos con sal, ahumados, caldos y
sopas preparadas, congelados precocinados, mariscos y crustáceos, frutos secos y otros
aperitivos salados, pan y biscotes con sal, aceitunas y margarinas o mantequillas con sal.
Cabe destacar, que en fases avanzadas del estadio G4 y en el estadio G5, se pierde la
capacidad de excretar por el riñón el exceso de agua y sal que se aporte, y se pierde
también la capacidad de concentrar al máximo la orina para ahorrar las pérdidas, en caso de
restricción del aporte muy severo, por lo que hay que adecuar la ingesta a la diuresis para
evitar una sobrecarga hídrica o una deshidratación.
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cardiovascular por calcificaciones vasculares. Con frecuencia, es necesario asociar
fármacos quelantes del fósforo como el hidróxido de aluminio, carbonato cálcico, acetato
cálcico, sevelamer o carbonato de lantano. Una educación dietética adecuada acerca de los
grupos de alimentos con mayores aportes de fósforo, el habituarse a la dieta en proteínas
con mayor riqueza biológica y menor cantidad de fósforo inorgánico de los aditivos, ayuda a
la prevención y al mejor control de las alteraciones del metabolismo óseo-mineral de la ERC.
Hipertensión arterial
El control de la tensión arterial (TA), constituye uno de los pilares básicos del manejo de los
pacientes con enfermedad renal crónica, siendo probablemente la medida terapéutica que
mayor impacto favorable tiene en el pronóstico. El objetivo principal que se persigue con la
reducción de la presión arterial, es frenar la progresión de la enfermedad renal y disminuir la
incidencia de eventos cardiovasculares.
PAS / PAD:
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
producir hipotensión ortostática. Se debe empezar siempre por dosis bajas, e ir aumentando
progresivamente a dosis media-altas, si son bien toleradas. Este aspecto es especialmente
relevante en pacientes con ERC en estadios G4 y G5.
El bloqueo del sistema renina angiotensina, no está exento de riesgos en los pacientes con
enfermedad renal crónica, sobre todo en estadios avanzados. Las dos principales
complicaciones que nos podemos encontrar son el deterioro de función renal con ascenso
en las cifras de creatinina y la hiperpotasemia. Estamos obligados, cada vez que iniciamos
un tratamiento o aumentamos sustancialmente la dosis en pacientes de riesgo, a realizar un
control analítico a las 2-3 semanas de iniciado el tratamiento. Discretos aumentos de
creatinina, inferiores al 30% de valores previos y que no continúan su incremento en las
siguientes 6-8 semanas no obligan a retirar el fármaco. Sin embargo, incrementos
superiores al 30% o que continúan en ascenso, obligan a suspender el fármaco y descartar
causas secundarias: estenosis de arteria renal bilateral o unilateral en riñón único, estados
de hipoperfusión renal como deshidratación, exceso de diuréticos, ingesta de AINEs, o
insuficiencia cardiaca de bajo gasto.
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En el segundo escalón del tratamiento farmacológico de la hipertensión arterial se sitúan
los diuréticos. En los estadios G1, G2 y G3 se puede usar un diurético tiazídico a dosis bajas
o medias (equivalente a 12,5-25 mg de hidroclorotiazida); si existe sobrecarga hídrica, se
puede asociar un diurético de asa. Los diuréticos ahorradores de potasio, que actualmente
se utilizan con frecuencia en el tratamiento de la enfermedad cardiaca, deben utilizarse con
precaución por el riesgo de hiperpotasemia. Pueden usarse en estadios G1 y G2, pero están
absolutamente contraindicados en estadios G4 y G5 y deben evitarse su asociación con
IECAs o ARAII. En estadios G4 y G5 los diuréticos tiazídicos, pierden su efectividad por lo
que solo se utilizarán diuréticos de asa, habitualmente a dosis muy superiores a las usadas
en pacientes con función renal normal.
En el cuarto escalón se pueden utilizar los calcioantagonistas o los β-bloqueantes (el grupo
que no se haya utilizado en el escalón anterior) o los alfabloqueantes. Si fuera necesario,
por último, se puede valorar la introducción de agentes de acción central o vasodilatadores
directos. Para el orden de introducción de los fármacos en el tercer y cuarto escalón, se
pueden tener en cuenta las indicaciones especiales según la patología coexistente. Para
valorar los distintos fármacos, sus dosis, indicaciones especiales, contraindicaciones y
efectos adversos, se remite al lector al “Programa de Prevención y Control de la Enfermedad
Vascular Aterosclerótica” de Canarias.
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
Los pacientes con trasplante renal presentan unos objetivos terapéuticos similares al resto
de pacientes con enfermedad renal crónica. Se pueden usar todos los grupos
farmacológicos, aunque al tener un riñón único funcionante, debemos tener precaución al
iniciar tratamiento con bloqueo del sistema renina angiotensina, por la posibilidad de
deterioro de función renal si existe estenosis de la arteria renal del injerto.
Dislipemia
La prevalencia de dislipemia es muy elevada en todos los estadios de la enfermedad renal
crónica. En un alto porcentaje de pacientes está presente desde las primeras fases de la
enfermedad y existe una correlación inversa entre el filtrado glomerular y la dislipemia. La
alteración en los niveles y composición de los lípidos en el paciente renal tiene por lo
general un patrón característico, basado en el incremento de apolipoproteína B
(lipoproteínas de densidad baja, muy baja e intermedia), niveles reducidos de
apolipoproteína A (lipoproteínas de alta densidad) y una elevada proporción de triglicéridos.
Diversos estudios han demostrado que los niveles de colesterol total, de triglicéridos y el
porcentaje de pacientes con c-HDL bajo, son significativamente superiores en individuos con
FG reducido. También se ha observado un aumento progresivo de la lipoproteína A con la
caída del filtrado glomerular. Por otro lado, existen datos experimentales que sugieren que la
dislipemia podría tener un papel directo en el daño renal y en la progresión de la
enfermedad renal. Aunque la dislipemia constituye claramente un factor de riesgo para la
enfermedad vascular aterosclerótica, no se dispone de grandes estudios de intervención,
aleatorizados y controlados que demuestren fehacientemente que la dislipemia condiciona la
existencia de EVA en los pacientes con ERC.
Es necesario realizar un perfil lipídico en la valoración inicial de todos los pacientes con
enfermedad renal crónica y anualmente en su seguimiento. En caso de que se diagnostique
dislipemia y se instaure tratamiento, se deberán seguir controles periódicos semestrales (si
tratamiento no farmacológico o con tratamiento farmacológico y objetivos de control
alcanzados) o trimestral (si tratamiento farmacológico con cifras no controladas). En los
pacientes en tratamiento sustitutivo mediante diálisis o trasplante, se debe realizar un control
trimestral si existe dislipemia y al menos semestral si no se detecta elevación de los lípidos.
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El reciente documento K/DOQI Clinical Practice Guidelines for Managing Dyslipemias in
Chronic Kidney Disease, basa su actitud terapéutica, en las recomendaciones del National
Cholesterol Education Program – Tercer panel de tratamiento de adultos (NCEP-ATP III),
para la población general. El NCEP-ATP III hace muy escasas referencias a los pacientes
con enfermedad renal crónica, por lo que la NKF toma las recomendaciones de esta guía
para pacientes con muy alto riesgo vascular y las aplica a los pacientes con ERC. Así, los
objetivos terapéuticos que plantea son colesterol-LDL < 100 mg/dl, colesterol-HDL ≥ 40
mg/dl, colesterol total < 175 mg/dl, triglicéridos < 200 mg/dl y colesterol no HDL < 130 mg/dl.
Para las resinas, los pacientes con trasplante renal deben separar su toma de la de los
fármacos inmunosupresores para que no interfiera con su absorción.
Diabetes Mellitus.
La presencia de diabetes mellitus y ERC simboliza una de las asociaciones que mayor
riesgo vascular representa para un paciente. Por ello, si un paciente con ERC presenta
diabetes mellitus, debemos esforzarnos en controlar estrictamente todos los factores de
riesgo cardiovascular. Se da por hecho, que todo lo expuesto anteriormente sobre medidas
higiénico dietéticas, control de la obesidad, ejercicio físico aeróbico, evitar el tabaco, control
estricto de la tensión arterial, tratamiento hipolipemiante y tratamiento antiagregante
plaquetario cobra especial importancia en los pacientes diabéticos. Los aspectos relativos a
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
Antiagregación
Los pacientes con ERC, además del elevado riesgo cardiovascular asociado a su condición,
presentan con frecuencia hipertensión, dislipemia, diabetes asociadas y/u otros factores de
riesgo. La ERC aislada, no constituye por si misma una indicación de antiagregación con
ácido acetil-salicílico, pero, en la práctica clínica, se encontrarán numerosos pacientes que
precisen ser antiagregados siguiendo las indicaciones para los otros factores de riesgo
cardiovascular presentes.
Las guías KDIGO sugieren el uso de antiagregantes, en pacientes con ERC con riesgo de
complicaciones ateroscleróticas, siempre y cuando su riesgo de sangrado no supere el
beneficio esperado. Esta recomendación es de difícil aplicación clínica dado que el paciente
con ERC cumple ambas condiciones, por lo que es particularmente importante la
individualización.
La anemia
La principal causa de anemia en la ERC es la producción inadecuada de eritropoyetina
endógena por las células peritubulares, hormona que actúa sobre la diferenciación y
maduración de los precursores de la serie roja. Su desarrollo varía según la enfermedad
renal que subyace en la ERC, el estadio de la misma, la respuesta de la médula ósea,
producción aumentada de hepcidina y disminución de la disponibilidad de hierro para la
eritropoyesis. La anemia es una complicación frecuente de la ERC que se asocia con una
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disminución en la calidad de vida de los pacientes y un aumento en el riesgo de padecer
otras complicaciones clínicas, entre ellas un importante incremento del riesgo cardiovascular
(RCV).
La anemia de la ERC se ha reconocido como un factor determinante en el desarrollo de
hipertrofia ventricular izquierda y eventos cardiacos, teniendo un claro impacto en la morbi-
mortalidad global de los pacientes que inician diálisis. El correcto diagnóstico de la misma y
el tratamiento mediante hierro oral o parenteral y factores estimulantes de la eritropoyesis,
corresponden básicamente a los servicios de nefrología hospitalarios. Los objetivos del
tratamiento son mantener la hemoglobina entre 10 y 12 gr/dl., valorando síntomas y
comorbilidades. En estadios G3b a G5, si se comprueba Hb < 10.5 -11 g/dl debe valorase
con el nefrólogo consultor o remitirse a Nefrología, dependiendo, el tipo de remisión, de la
severidad de la anemia.
Estrés oxidativo A pesar del papel que se atribuye al estrés oxidativo en la progresión del
daño vascular y renal, no existe un “gold estándar” que nos permita medir el nivel oxidativo
en estos pacientes y tampoco, hay evidencia del efecto beneficioso del tratamiento con
antioxidantes como la vitamina E.
Síndrome metabólico y resistencia a la insulina En los pacientes con ERC, existe una
resistencia a la insulina, que está presente desde las fases iniciales de la enfermedad renal.
El déficit de vitamina D, la anemia o posibles toxinas urémicas, se han postulado como
posibles factores responsables de esta resistencia, aunque el hecho de que aparezca en
fases precoces, sugiere que la enfermedad renal per se es la responsable. Un estudio
reciente, ha descrito la asociación entre la resistencia a la insulina y una mayor mortalidad
cardiovascular en pacientes en diálisis. Por otro lado, en el estudio ARIC, el perímetro de la
cintura (uno de los parámetros que definen el síndrome metabólico), se asocia con un
aumento del riesgo de desarrollar enfermedad coronaria durante el seguimiento en
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
pacientes con ERC. Asimismo, niveles bajos de adiponectina, una adipoquina que se
relaciona inversamente con la resistencia a la insulina, se asociaron con enfermedad
cardiovascular prevalente e incidente en pacientes con ERC. En este estudio, el índice
HOMA y los niveles de insulina, se asociaban con enfermedad cardiovascular prevalente y
la glucemia basal con enfermedad cardiovascular incidente. Todo ello, sugiere que el
síndrome metabólico se asocia con un mayor riesgo cardiovascular también en pacientes
con ERC. Sin embargo, no disponemos de evidencias que indiquen que una mejora de la
resistencia insulínica reduzca el riesgo vascular en estos pacientes.
Ingesta proteica, carga ácida de la dieta, acidosis metabólica, y terapia con álcalis:
Los efectos de la sobrecarga ácida derivada de una dieta rica en proteínas, a pesar de que
los niveles séricos de bicarbonato sean normales, podrían se revertidos y neutralizados
gracias a una dieta alcalina obtenida de las frutas y las verduras, con la adecuada vigilancia
del potasio, o con el tratamiento precoz con álcalis cuando está indicado. Ambos factores
podrían ejercer un efecto beneficioso y protector sobre el FG en los pacientes con ERC.
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Hiperuricemia: La hiperuricemia es un factor de riesgo de hipertensión arterial y por tanto
cardiovascular. Su mecanismo de acción es doble, por un lado estimulando el SRAA y por
otro inhibiendo la eliminación de óxido nítrico (NO), siendo su consecuencia un aumento de
la presión arterial. Por otra parte, también se considera que la hiperuricemia es un factor
mediador de la inflamación, aumento de parámetros inflamatorios, y de progresión de la
ERC. El empleo de inhibidores de la xantina-oxidasa como el alopurinol (inhibidor no
selectivo) o el febuxostat (inhibidor selectivo), han demostrado tener un efecto anti-
inflamatorio y con un beneficio sobre la fibrosis intersticial.
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
NEFROPATÍA DIABÉTICA
Sin embargo, hay evidencias de que se puede alterar su curso evolutivo y el resultado será
más exitoso, cuanto más precoz sea el diagnóstico y el momento de su intervención.
Tiempo 0 5 20 30 (años)
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Detección-Cribado:
MICROALBUMINURIA PROTEINURIA
En la mayoría de las personas con diabetes, la ERC puede ser atribuida a ella si bien una
serie de circunstancias orientan hacia ese origen: Presencia de microalbuminuria;
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
Por el contrario, se deben considerar otras causas de ERC si se dan las siguientes
circunstancias: Ausencia de retinopatía diabética; rápido descenso del FG; rápido
incremento de la proteinuria o síndrome nefrótico; presencia de hematuria microscópica o
microhematuria; hipertensión refractaria; signos o síntomas de otra enfermedad sistémica; o
una reducción del FG mayor del 30% en 2-3 meses tras iniciar tratamiento con un IECA o
ARA II (por posible enfermedad vasculorrenal).
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza habitualmente mediante la medida del FG y la detección de
microalbuminuria o proteinuria.
Los fármacos de elección son los IECAS o ARA II en diabetes mellitus tipo 2 y sólo los
IECAS en la diabetes mellitus tipo 1. Se debe evitar la hipotensión arterial con
sintomatología. Si el paciente tiene una ERC, se debe tener presente que los
IECAS/ARA II pueden inducir hiperpotasemia y deterioro de la función renal por
nefropatía isquémica. En fase de microalbuminuria con normotensión, se iniciará
tratamiento con IECAS a dosis bajas que se incrementarán progresivamente, hasta
conseguir una reducción de la excreción de albúmina en orina del 50%. Se deberá
realizar control de función renal y potasio, tras la introducción de fármacos bloqueadores
del SRAA. Precisar también que dada la importancia de la hipertensión arterial en los
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pacientes con enfermedad renal crónica, se debe hacer un uso más generalizado de la
monitorización ambulatoria de la presión arterial 24 horas (MAPA) y la automedida
ambulatoria de la presión arterial (AMPA), con el objeto de un más correcto diagnóstico y
mejor control de la misma.
Seguimiento
Criterios de consulta a nefrología: El paciente debe ser valorado por nefrología, siguiendo el
esquema general citado en capítulos anteriores, y ante la presencia de otras causas de ERC
o ante la no reducción del 50% de la microalbuminuria a pesar de la instauración de un
tratamiento y control metabólico adecuado.
Criterios de consulta al endocrino: Además de las recomendaciones generales de valoración
cuando no se consiguen objetivos de control, el paciente debe ser evaluado por el endocrino
en estadios G3b o más avanzado al menos en una ocasión.
En la medida de lo posible, la valoración por endocrinología de los pacientes en tratamiento
con diálisis debe hacerse en el entorno donde se recibe ese tratamiento.
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
ESTRATEGIAS DE RENOPROTECCIÓN
En los últimos años, se ha constatado la importancia de la ERC como uno de los problemas
de salud más relevantes del mundo industrializado. Se hace necesario, la identificación de
regímenes terapéuticos óptimos y obliga a realizar esfuerzos para identificar y tratar aquellos
pacientes con mayor riesgo de presentar enfermedad renal. Entendemos como
RENOPROTECCIÓN al conjunto de procesos dirigidos al manejo del paciente con ERC, y
que englobaría los fenómenos de progresión, remisión y regresión de la enfermedad renal,
especialmente en sus fases precoces.
Si avanzamos un poco más en este concepto existen evidencias que muestran la posible
regresión de las lesiones renales ya establecidas. Todo esto hace necesario que estos
tratamientos se extiendan y se apliquen a la práctica diaria por lo que ya existen en marcha
ensayos con estrategias de renoprotección que emplean fármacos que actúan sobre
diversos mecanismos presentes en la progresión de la ERC. Haremos referencia a algunas
de las estrategias farmacológicas que han mostrado resultados esperanzadores.
Como parte de los retos que nos depara el futuro se encuentra la posibilidad de poder
disponer de algunas terapias actualmente en fase experimental y que pudieran erradicar
-34-
algunos de los componentes estructurales de la lesión renal que por ahora se consideran
totalmente irreversibles, y alcanzar por tanto la máxima renoprotección junto con la
eliminación de los riesgos cardiovasculares asociados a la evolución de la enfermedad
renal.
Prevención de la nefrotoxicidad.
Una de las principales razones que justifican realizar un cribado en la población de riesgo
para detectar la ERC oculta es poder tomar medidas preventivas para evitar el fracaso renal
agudo por nefrotóxicos o por hipoperfusión renal. Es muy importante tener diagnosticados a
los pacientes con ERC y su estadio para poder ajustar las dosis de fármacos y evitar en lo
posible los más nefrotóxicos y las exploraciones con contrastes iodados. Estos pacientes
también son especialmente susceptibles a desarrollar fracaso renal agudo por hipoperfusión
renal por lo que se deben corregir adecuadamente las situaciones clínicas que producen
deshidratación o inestabilidad hemodinámicas, evitando en estas situaciones fármacos que
puedan agravar la caída de filtración glomerular como son los IECAS o AINES.
Como norma general en los pacientes con ERC debemos evitar los fármacos más
nefrotóxicos como son los aminoglucósidos, buscando siempre otras alternativas
terapéuticas. Si es necesario usarlos, deben ajustarse las dosis a la función renal y evitar
que se sumen otros factores nefrotóxicos como los contrastes iodados.
Se deben ajustar especialmente los fármacos en las personas ancianas y en las diabéticas.
En estos deben utilizarse con precaución la metformina y antidiabéticos orales de
eliminación renal, nuevos anticoagulantes, antibióticos, heparinas y evitarse su uso si FG <
30 ml/min/1,73 m². Se puede consultar el listado de fármacos para ajustar dosis en:
-35-
Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
http://nefrologiadigital.revistanefrologia.com/modules.php?name=libro&op=viewCap&idpublic
ation=1&idedition=13&idcapitulo=109.
En cuanto a los contrastes iodados se debe intentar buscar pruebas de imagen alternativas
que no produzcan nefrotoxicidad como la ecografía o la resonancia magnética. En caso de
tener que realizarse una prueba con contrastes iodados deberá conocerse la condición de
ERC del paciente para tomar las medidas específicas de nefroprotección.
En principio cada hospital tiene sus propios protocolos de prevención de nefrotoxicidad; los
más extendidos combinan el uso de la mínima cantidad posible de contrastes, usar
contrastes no iónicos, hidratación con sueroterapia desde al menos 6 horas antes del
procedimiento, uso de n-acetil cisteína desde 24 horas antes y 24 horas después del
procedimiento. En cualquier caso, es obligatorio realizar controles de función renal en la
semana siguiente del procedimiento para descartar deterioro de función renal.
Los AINEs son uno de los grupos farmacológicos mas prescritos en atención primaria por
sus efectos analgésicos, antinflamatorios, antitérmicos y antiagregantes. Tradicionalmente el
efecto secundario más temido de estos fármacos es la toxicidad gastrointestinal con
incremento del riesgo de gastritis erosiva, hemorragia digestiva, ulcus y perforación. Sin
embargo, el riesgo de toxicidad cardiovascular (HTA, insuficiencia cardiaca) y renal (fracaso
renal agudo y alteraciones hidroelectrolíticas) es también alto, elevando de 2 a 4 el riesgo de
hospitalización del enfermo y produciendo complicaciones potencialmente mortales. La
incidencia de complicaciones aumenta si se trata de pacientes con ERC e hipertensión
arterial previa por lo que en estos pacientes hay que valorar mucho el riesgo-beneficio
cuando usamos estos fármacos.
-36-
PGE2 contrarrestan estas acciones facilitando la eliminación de sodio y agua, y a nivel
glomerular dilatan la arteriola aferente aumentando la presión intraglomerular, la fracción de
filtración y en definitiva manteniendo el filtrado glomerular. En el anexo 8 se enumeran las
situaciones de riesgo para nefrotoxicidad por AINEs:
-37-
Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
Fracaso renal agudo vasomotor. A las 24-48 horas del comienzo del tratamiento se puede
producir una reducción aguda del filtrado glomerular y del flujo sanguíneo renal entre un
20% y un 50%. En principio esto puede producir un fracaso renal agudo prerrenal
rápidamente reversible, pero de persistir puede producir una necrosis tubular o nefropatía
aguda vasomotora sobre todo en las situaciones de riesgo descritas previamente. Si existe
Enfermedad renal crónica previa es mas fácil que se produzca el deterioro agudo de la
función renal y en ocasiones es más difícil la recuperación, precipitando la entrada en
diálisis.
-38-
USO DE FARMACOS EN LA ENFERMEDAD RENAL. PREVENCIÓN DE LA
NEFROTOXICIDAD
-39-
Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
2.4. Eliminación. La eliminación de los fármacos se puede producir por filtración glomerular o
por secreción tubular. Sólo la fracción libre de los fármacos y las moléculas poco ionizadas
son capaces de atravesar la barrera glomerular. Cuando existe alteración en dicha barrera
como en el caso del síndrome nefrótico, puede producirse eliminación de la fracción del
fármaco unido a proteínas, causando su eliminación de forma acelerada. Cuando existe
disminución del filtrado glomerular la capacidad del riñón para eliminar fármacos desciende
proporcionalmente. El proceso de secreción tubular puede verse afectado en la uremia: los
ácidos orgánicos acumulados en la uremia compiten con los fármacos ácidos por el mismo
sistema de trasporte, interfiriendo en su eliminación.
Otra interferencia con posibles repercusiones clínicas ocurre en pacientes tratados con
diálisis peritoneal con la solución comercial DP Extraneal. La solución de DP EXTRANEAL
(icodextrina 7,5%) contiene icodextrina. La maltosa, un metabolito de la icodextrina, puede
interferir con determinados lectores de glucosa o tiras reactivas. Esta interferencia da como
resultado lecturas falsamente elevadas de glucosa en sangre cuando se utilizan estos
lectores de glucosa o tiras reactivas.
Puede encontrar referencias de los glucómetros y método de la tira reactiva que muestran
interferencias, en la página de la Agencia Española de Medicamentos y Productos
Sanitarios, (www.aemps.gob.es/.../NI_2010_009_PS_2010_05_H_glucosa.htm), o en la
página www.glucosesafety.com.
-40-
También se puede producir una alteración de la sensibilidad a un fármaco motivado por lo
efectos metabólicos de la ERC, por ejemplo la hiperpotasemia potencia los efectos de los
glucósidos cardiacos, la quinidina, la procainamida, las fenotiazidas y los antidepresivos
triciclicos.
En general habrá que realizar un ajuste en aquellos fármacos que se eliminan por vía renal y
sobre todo aquellos cuya acumulación puede producir efectos potencialmente graves como
es la nefrotoxicidad de los aminoglucósidos, AINES, efectos cardiacos de antiarrítmicos y
glucósidos cardiacos, fármacos con efectos sobre SNC.
Hay que distinguir entre la dosis de carga o dosis inicial y las dosis de mantenimiento. En
general la dosis de carga suele ser la misma que se utiliza en pacientes con función renal
normal, en especial cuando es importante conseguir niveles terapéuticos en un corto
espacio de tiempo, como ocurre con la terapia antibiótica. En ocasiones especiales, sobre
todo cuando existen factores hemodinámicos adversos, como depleción importante de
volumen, conviene reducir la dosis de carga al 75% de la habitual. En cuanto a la dosis de
mantenimiento es la que hay que modificar en los fármacos que se acumulan en la
enfermedad renal para conseguir niveles de los mismos en rango terapéutico. La
modificación se puede hacer por dos métodos principales: reducción de la dosis del
fármaco, especialmente útil en fármacos con estrecho margen terapéutico y vida media
corta, o aumento del intervalo entre dosis, más útil en fármacos con amplio margen
terapéutico y vida media larga.
Puede encontrar más información sobre los ajustes que hay que realizar de los diferentes
fármacos en la enfermedad renal en las siguientes páginas de Internet:
http://nefrologiadigital.revistanefrologia.com/modules.php?,
http://www.fisterra.com/herramientas/calcumed/
En el vademécum, utilizando una aplicación para iohone o ipad como es la app KidneyCalc
o en el “Manual de Nefrología para atención primaria” de E. Mateo Bosch y A Perez Perez.
-41-
Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
En España el coste anual asociado al tratamiento de las fases más avanzadas de la ERC se
ha estimado en más de 800 millones de euros anuales. En el año 2012, estaban en TSR
50.909 pacientes, con un coste total de 1.645 millones de € , de los cuáles 1.140
corresponden a HD , 118 a DP y 387 a TxR.
Estas evidencias son coherentes con un estudio previo realizados en nuestro país en los
que si se incluye la DP, en los que el promedio del coste medio anual por paciente tratado
con hemodiálisis es de 46.659,83 € y de 32.432,07 € en diálisis peritoneal, y de otros en los
que además demuestran las ventajas económicas, clínicas y sociales de la DP Estos
estudios avalan la necesidad de promover un mayor uso de la DP, además de que muchos
-42-
profesionales, consideran que la DP domiciliaria puede ser la técnica de elección para
muchos pacientes por su ventajas clínicas en el inicio del TSR, pero siempre respetando el
criterio de libre elección del paciente de acuerdo al espíritu de la “Ley 41/2002, de 14 de
noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en
materia de información y documentación clínica de autonomía del paciente”.
En España aún no hay estudios que analicen los costes de la hemodiálisis en domicilio,
pues la implantación e implementación de esta modalidad de terapia domiciliaria está en sus
inicios, aún es escaso el número de pacientes que tienen acceso a ella y no hay registros al
respecto, si bien dentro de la Sociedad Española de Nefrología se ha creado un grupo de
trabajo para su promoción y evaluación.
Es indudable que al mismo tiempo hay que potenciar las consultas multidisciplinares de
Enfermedad Renal Crónica Avanzada médica y de enfermería, donde se pueda estimular el
empoderamiento del paciente para que asuma la responsabilidad del cuidado de su salud
mediante el proceso estructurado de ayuda a la toma de decisiones compartida, mejora en
su capacidad de libre elección de la modalidad de tratamiento, evitando así la inequidad en
el acceso al TSR y aumentando su satisfacción y calidad de vida.
El inicio óptimo del TRS es aquel que se realiza de forma planificada. La falta de previsión
en dicho inicio aumenta innecesariamente el uso de catéteres para hemodiálisis, de los que
se derivará un mayor morbilidad, infecciones, incremento en las hospitalizaciones y un
impacto negativo sobre la supervivencia. Por tanto hay planificar mecanismos específicos
que permitan proveer con antelación el acceso permanente definitivo (fístula anterio-venosa
interna (FAVi) o catéter peritoneal) para diálisis. La planificación de la FAVi será igualmente
-43-
Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
Hay que plantearse el TSR cuando el FG es < 15 ml/ min/1.73 m² , o antes, si aparecen
signos o síntomas de uremia o dificultad en el control de la hidratación, - hecho frecuente en
el caso del paciente con DM, en esta enfermedad se debe programar el inicio con FG entre
10 y 15 ml/ min/1.73 m² -, la HTA o empeoramiento del estado nutricional, pero siempre que
sea posible establecerlo de forma individualizada. En general cuando la causa de la ERCA
no es la DM, se iniciará diálisis cuando el FG está situado esté entre 8 y 10 ml/ min/1.73 m²,
y debe ser mandatorio con FG < 6 ml/ min/1.73 m² incluso en ausencia de sintomatología
urémica.
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ANEXOS
ANEXO 1:
Situaciones clínicas en las que la estimación del filtrado glomerular
mediante una ecuación es inadecuada.
Edades extremas.
Malnutrición severa u obesidad: Individuos con un índice de masa corporal inferior a 19
kg/m2 o superior a 35 kg/m2.
Individuos que siguen dietas especiales (vegetarianos estrictos, suplementos de creatinina
o creatina).
Individuos con alteraciones importantes en la masa muscular (amputaciones, pérdida de
masa muscular, enfermedades músculo-esquelética, parálisis (paraplejia o cuadriplejia)).
Presencia de hepatopatía grave, edema generalizado o ascitis.
Embarazo.
Estudio de potenciales donantes vivos de riñón.
Ajuste de dosis de fármacos con elevada toxicidad y de eliminación por vía renal.
Cambios rápidos en la función renal.
Pacientes inestables con respecto al balance de la creatinina.
Fracaso renal agudo establecido o en fase de resolución.
-45-
Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
ANEXO 2:
Situaciones de riesgo aumentado y factores de riesgo para la
enfermedad renal crónica
Aunque son múltiples, podemos destacar las situaciones que presentan un riesgo
aumentado de enfermedad renal crónica (tabla 1), así como los factores de riesgo para la
misma (tabla 2).
Además, debe tenerse en cuenta que los pacientes con enfermedad renal crónica avanzada,
presentan un incremento muy importante de la morbi-mortalidad cardiovascular con respecto
a la población general, siendo esta, la principal causa de mortalidad. En los últimos años,
han ido creciendo las evidencias que sugieren que, el daño vascular puede iniciarse en los
estadios precoces de la enfermedad y, la relación entre el deterioro de función renal y el
riesgo cardiovascular se va estrechando a medida que la ERC progresa hacia fases finales.
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Tabla 2 Factores de riesgo para la enfermedad renal crónica.
• Proteinuria persistente.
• Edad > 60 años.
• Enfermedades • HTA o Diabetes mal
• AF de enfermedad renal.
autoinmunes. controlada.
• Masa renal disminuida.
• Infecciones urinarias. • Tabaco. Dislipemia.
• Bajo peso al nacer.
• Fármacos nefrotóxicos. Obesidad
• Raza afroamericana.
• Diabetes. • Anemia.
• Diabetes.
• Hipertensión arterial. • Enfermedad cardiovascular
• Hipertensión arterial asociada.
• Retraso en la derivación a
nefrologíal
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
ANEXO 3:
Recomendaciones contenido de los informes entre ámbitos asistenciales
1. Informe para remisión del paciente desde Atención Primaria a nefrología:
2. Informe para remisión del paciente desde nefrología al médico de atención primaria:
1) Motivo de consulta, fecha y origen de la misma.
2) Antecedentes patológicos personales y familiares, generales y nefrológicos.
3) Datos clínicos relevantes de la anamnesis. Hallazgos de la exploración física.
4) Resultados de analítica y pruebas complementarias realizadas en el hospital.
5) Resumen de la evolución clínica y analítica durante el seguimiento.
6) Juicio clínico: Conclusión diagnóstica
7) Actitud terapéutica: debe especificar dieta, estilo de vida, tratamiento farmacológico,
recomendaciones generales en relación con su nefropatía.
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8) Criterios de seguimiento en AP, en este caso, incluyendo criterios para remisión al
hospital si fuera necesario. Si continúa en consulta de nefrología su plan de citas, y/o si
se remite a otra especialidad.
9) En pacientes seguidos conjuntamente, notificación de los cambios de tratamiento
que se indiquen en cada revisión. Sería recomendable, un informe evolutivo anual y
preceptivo, cuando el paciente sea incluido en un programa de depuración extrarrenal.
-49-
Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
ANEXO 4:
Factores que aumentan el riesgo cardiovascular en la ERC
1) Factores de riesgo clásicos:
• Edad avanzada. • Obesidad.
• Sexo masculino. • Historia de enfermedad
• Hipertensión arterial. cardiovascular.
• Diabetes. • Sedentarismo.
• Dislipemia. • Intolerancia hidratos de carbono
• Habito tabáquico • Hipertrofia ventricular izquierda
2) Factores específicos de la ERC
• Proteinuria/microalbuminuria. • Lipoproteína A e isoformas de apo
• Toxinas urémicas. A remanentes de lipoproteínas.
• Anemia. • Resistencia a la insulina.
• Hiperuricemia. • Hiperactividad simpática.
• Alteración metabolismo • Hipervolemia.
fosfocálcico y calcificaciones • Alteraciones hidroelectrolíticas y
vasculares. ácido-base.
• Hiperhomocistinemia. • Aumento de factores
• Inflamación crónica y Proteína trombogénicos,fibrinógeno.
C Reactiva (PCR). • Alteraciones balance óxido
• Malnutrición. nítrico/ET.
• Estrés oxidativo. • Hipertensión con patrón non dipper
• Menopausia precoz. en Medición Ambulatoria de la
• Trastornos del sueño. Presión Arterial (MAPA) e
incremento en la velocidad de onda
de pulso.
3) Factores del tratamiento renal
sustitutivo • Alteraciones hidroelectrolíticas y
• Líquido de diálisis. arritmias.
• Bioincompatibilidad. • Circulación hiperdinámica por fístula
• Diálisis inadecuada. arteriovenosa.
• Mala tolerancia • Fármacos inmunosupresores
hemodinámica. • Rechazo inmunológico.
• Sobrecarga volumétrica.
-50-
ANEXO 5:
Aspectos relacionados con La Dieta: Restricción proteica y alimentos
ricos en potasio que deben evitarse
-51-
Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
-52-
Anexo 6 . Recomendaciones para el uso de Antidiabéticos Orales según estadio de ERC.
1 ≥ 90 SI SI SI SI SI SI SI
2 60-89 SI SI SI SI SI SI SI
3 30-59 NO SI SI NO SI PRECAUCION** *** ↓ DOSIS 50%
#↓ DOSIS 75%
### No ajuste
4 15-29 NO PRECAUCION PRECAUCION NO PRECAUCION NO *** ↓ DOSIS 50%
#↓ DOSIS 75%
### No ajuste
5 < 15 NO PRECAUCION PRECAUCION NO PRECAUCION NO NO *** ↓ DOSIS 50%
#↓ DOSIS 75%
## No uso
### No ajuste
5D - NO PRECAUCION PRECAUCION NO PRECAUCION NO NO *** ↓ DOSIS 50%
*NO #↓ DOSIS 75%
## No uso
### No ajuste
PRECAUCION: Aunque la normas DOQI-2007 indican que no es necesario ajustar la dosis del fármaco, se debe valorar cuidadosamente la indicación en
cada paciente y vigilar estrechamente la evolución.
* Glimepirira: NO uso en pacientes en diálisis
**: La ficha técnica de la Metformina contraindica su uso si FGR<60. NICE (Type 2 diabetes guideline 2008) admite su uso con FGR >45ml/mn, y con
precaución si GFR está entre 30-45; la ADA y la EADS admite los estudios que dan por segura la metformina si GFR>30.
*** Inbibidores de la DPP-4: Recomendaciones en EEUU y/o UE
# Sitagliptina, reducir la dosis al 75% si FG < 30 ml/min/1.73m²
## Saxagliptina: no usar en pacientes con ERC estadio 5 o en TSR
### Linagliptina: no precisa ajuste de dosis.
-53-
Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
ANEXO 7:
Principales sustancias nefrotóxicas
Tabla 7.1:Principales Nefrotóxicos.
ANTIMICROBIANOS:
- Aminoglucósidos. - Tetraciclinas.
- Cefalosporinas. - Aciclovir.
- Aztreonam. - Anfotericina B.
- Cotrimoxazol. - Foscarnet.
- Sulfamidas. - Pentamidina.
- Vancomicina. -
CONTRASTES YODADOS.
ANESTÉSICOS.
INMUNOSUPRESORES O QUIMIOTERÁPICOS.
- Ciclosporina y tacrolimus. - Cisplatino.
- Interleukina 2 - Nitrosureas.
- Interferon. - Metrotexate.
- Gammaglobulinas. - Mitomicina.
- Dpenicilamina. -
HIERBAS CHINAS.
DROGAS DE ADICCIÓN
- Anfetaminas. - Extasis.
- Heroína. - Cocaina.
DIURÉTICOS MERCURIALES.
SOLVENTES ORGANICOS.
- Tetracloruro de carbono. - Gasolina.
- Etilenglicol. - Queroseno.
- Tolueno. -
VENENOS.
- Setas. - Picadura de abeja o avispa.
- Picadura de ofibios. - Herbicidas (paraquat).
METALES PESADOS.
OTROS.
- Manitol. - Radiación.
- EDTA. -
Tabla 7.2. Fármacos Relacionados con Nefritis Tubuloinstersticial Aguda (en negrita
los más frecuentes).
ANTIMICROBIANOS.
PENICILINAS.
- Penicilina. - Carbenicilina.
- Meticilina. - Nafcilina.
- Ampicilina. - Mezlocilina.
- Amoxicilina. - Piperacilina.
- Oxacilina. -
-54-
CEFALOSPORINAS.
- Cefalotina. - Cefradina.
- Cefalexina. - Cefoxitina.
- Cefaclor. - Cefotaxima.
- Cefazolina. - Ceftazidima.
ANTITUBERCULOSOS.
- Rifampicina. - Etambutol.
- Isoniacida. - Piracinamida.
OTROS ANTIBIÓTICOS.
- Vancomicina. - Espiramicina.
- Sulfamidas. - Tetraciclina.
- Cotrimoxazol. - Norfloxacino.
- Eritromicina. - Ciprofloxacino.
- N-acetil-midecamicina. - Cloranfenicol.
ANTIVIRALES
- Aciclovir. -
ANTIFUNGICOS.
ANALGÉSICOS Y ANTINFLAMATORIOS.
- Fenoprofeno. - Mefanamato.
- Ibuprofeno. - Fenazona.
- Naproxeno. - Sulindac.
- Tolmetin. - Acido acetilsalicílico.
- Zomepirac. - Acetaminofeno.
- Indometacina. - Fenacetina.
- Diflunisal. - Glafenina.
- Fenilbutazona. - Piroxicam.
- Amidopirina. - Sulfapiridina.
- Diclofenaco. - Solfinpirazona.
DIURÉTICOS.
- Tiacidas. - Clortalidona.
- Furosemida. - Bendrofluacida.
- Triamtreno. -
ANTICOLVULSIVANTES.
- Fenitoina. - Carbamacepina.
- Difenilhidantoina. - Acido valproico.
- Fenobarbital. - Diacepam.
OTROS.
- Cimetidina. - Anfetaminas.
- Alopurinol. - Dpenicilamina.
- Azatioprina. - Interferón.
- Clofibrato. - Warfarina.
- Captopril. - Alfametildopa.
- Betanidina. -
-55-
Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
ANEXO 8
-56-
ANEXO 9
Consejos generales para la prescripción de fármacos en pacientes con
ERC.
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Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
ANEXO 10
Decálogo prevención de la nefrotoxicidad
1. Realizar siempre ajuste de dosis de fármacos o intervalo de dosificación según las tablas
de recomendación para el filtrado glomerular.
2. Tener especial cuidado con los fármacos cuya acumulación sea potencialmente
peligrosa como los antiarrítmicos, glucósidos cardiacos y fármacos activos en el SNC
como antiepilépticos o narcóticos.
3. Evitar los fármacos nefrotóxicos como los antibióticos aminoglucósidos. En caso de ser
estrictamente necesario su uso, realizar un ajuste de dosis a la función renal y asegurar
una adecuada hidratación.
4. Evitar, si es posible, exploraciones radiológicas con contrastes iodados. En caso de ser
estrictamente necesarias se deberá asegurar una adecuada hidratación previa y aplicar
los protocolos de renoprotección y prevención de nefrotoxicidad específicos de cada
centro. En enfermedad renal crónica estadios G4 y G5 está contraindicado el uso de
contrastes con gadolinio para las RMN por el riesgo de fibrosis nefrogénica.
5. En pacientes con enfermedad renal crónica se recomienda no usar AINES. En caso de
usarse en periodos cortos, monitorizar estrechamente tensión arterial y función renal
durante su uso. Evitar su uso en estadios G3b, G4 y G5.
6. Evitar asociaciones de fármacos potencialmente peligrosas en enfermedad renal crónica
avanzada, por ejemplo asociación de fármacos bloqueadores del sistema renina
angiotensina con fármacos inhibidores de la aldosterona y betabloqueantes por el riesgo
de producir hiperpotasemia.
7. Cuando se introducen o se aumenta dosis de fármacos bloqueadores del sistema renina
angiotensina en pacientes con enfermedad renal crónica y patología vascular asociada
debemos realizar controles en las siguientes semanas para detectar deterioro de función
renal o hiperpotasemia. Elevaciones de Creatinina inferiores a un 25% de los valores
previos y que permanezcan estables en los meses siguientes no obligan a suspender el
fármaco. Elevaciones de la cifra de potasio por encima de 6 mEq/l recomiendan
suspender el fármaco, elevaciones leves de la cifra de potasio hasta 6 mEq/l pueden ser
manejadas con ajustes de dosis y medidas dietéticas y farmacológicas para disminuir el
potasio sérico.
8. Cuando se introducen o se aumenta dosis de estatinas en pacientes con enfermedad
renal crónica a partir de estadio G3 se deben realizar control de enzimas musculares
para detectar rabdomiolisis en el mes siguiente a la introducción del fármaco y advertir al
-58-
paciente de suspender el fármaco si aparece tras su introducción mialgias o debilidad
muscular.
9. En caso de enfermedad aguda que pueda predisponer a hipoperfusión renal, como por
ejemplo una gastroenteritis con deshidratación, debemos revisar toda la medicación de
los pacientes con enfermedad renal crónica y suspender temporalmente aquellos
fármacos que puedan agravar la situación como IECAS, ARAII y diuréticos.
10. Se debe tener especial precaución con el uso de fármacos combinados en las crisis
hipertensivas que potencialmente modifican la hemodinámica renal y sobre todo en
personas de edad avanzada. En estos casos, es indicación la monitorización de la
función renal para evitar reagudizaciones de la Enfermedad Renal o inducción del
fracaso renal agudo.
-59-
Estrategia de abordaje de enfermedad renal crónica
ANEXO 11:
Interacciones más frecuentes de los inmunosupresores
utilizados en trasplante renal.
Fenobarbital
Prednisona Fenitoina efectividad de prednisona
Rifampicina
AINEs riesgo de hemorragia digestiva
-60-
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