Cómo Ayudar Al Cristiano
Cómo Ayudar Al Cristiano
Cómo Ayudar Al Cristiano
en su crecimientoespiritual
Si no te preocupa adónde vas, no importa qué dirección tomas. Si no te
preocupa el producto terminado, no importa cómo haces el diseño. Como
nosotros sí nos preocupamos, es útil tratar de tener una visión del proyecto
final cuando comiences a guiar al nuevo creyente hacia una fe madura. En
este capítulo, el estudiante explorará el trabajo más difícil e importante:
ayudar a los nuevos cristianos a integrar su fe y su vida.
Discipulado
¿Cómo se identifica a un cristiano, a un discípulo de Jesús? Jesús habló
de cuatro características esenciales de sus seguidores:
1. Un discípulo se identifica con la persona de Jesús negándose a sí
mismo, tomando su cruz y siguiendo a Jesús (Luc. 9:23).
2. Un discípulo es obediente a la palabra de Jesús, manteniéndose
fiel a las enseñanzas de Jesús y viviendo de acuerdo con ellas
(Juan 8:31, 32).
3. Un discípulo expresa y demuestra amor por todos los demás
discípulos (Juan 13:35).
4. Un discípulo lleva frutos en el trabajo de Jesús, produciendo más
discípulos (Juan 15:6-16).
A medida que trabajas con nuevos cristianos, debes modelar estas
características esenciales y ayudar a tu amigo para que, a su vez, las
modele. Pero necesitamos explorar algunos indicadores de estas cuatro
características a medida que se desarrollen más completamente.
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Los ocho indicadores principales de una fe madura
Una herramienta útil para nuestros propósitos es un estudio que analiza el nivel de madurez de gente joven
en la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Identificó ocho indicadores principales de fe madura. Aunque están
expresados en terminología muy norteamericana, pueden ser traducidos en una variedad de contextos
culturales. Madurando en la fe significa:
1. Confiar en la gracia salvadora de Dios y creer firmemente en la humanidad y la divinidad de Jesús.
2. Experimentar un sentimiento de estar bien personalmente, de seguridad y de paz.
3. Integrar la fe con la vida, viendo al trabajo, a la familia, a las relaciones sociales y a las elecciones
políticas como parte de su vida religiosa.
4. Buscar el crecimiento espiritual a través del estudio, la reflexión, la oración y el debate con otros.
5. Buscar formar parte de una comunidad de creyentes en la cual las personas dan testimonio de su fe,
que apoya y alimenta uno al otro.
6. Sosteniendo valores que afirman la vida, incluyendo el compromiso de la igualdad racial y de géneros.
7. Abogar por el cambio social y global para lograr una mayor justicia social.
8. Servir a la humanidad consistente y apasionadamente a través de actos de amor y justicia.
Algunos de estos indicadores son más obvios que otros; algunos son más fáciles de lograr que otros. Estos
indicadores no se utilizan como base para un juicio inmediato, sino como metas hacia las que apuntan los
jóvenes alentados por sus mentores.
Adaptado y desarrollado de Lewis, Jonathan (Ed.). (1996). Working Your Way to the Nations: A Guide to
Effective Tentmaking. Downers Grove, IL: InterVarsity Press.
Un viaje juntos
Es obvio que tomará su tiempo desarrollar una fe madura de este tipo. Mirando estos indicadores, podrás
sentir la necesidad de crecer. A medida que haces un discípulo del nuevo cristiano, deberías comenzar por
confesarle que tú también estás aún en crecimiento. Puede ser que estés solamente un paso adelante del nuevo
discípulo. Pero sabes hacia adónde van ambos y cómo llegar.
Pensemos cómo modelar y enseñar a cristianos nuevos en cuatro prácticas esenciales de la vida cristiana en
crecimiento.
Oración
Como eres el primer modelo de cristiandad para el cristiano nuevo, tu vida de oración llegará a ser un
modelo para su vida de oración. Con instrucción u orando juntos, introduces a la persona en diferentes formas
de oración.
Conversación con Dios: Orar es abrir el corazón a Dios como a un amigo. No hay nada escondido para
Dios. Todo puede ser debatido.
Nada sorprenderá a Dios, o podrá echarlo o enojarlo.
Culto: Una oración en un ambiente de alabanza es frecuentemente menos personal, y más una cuestión de
llevar a la comunidad colectivamente ante el Trono de Dios.
Meditación: La oración no es simplemente presentarle a Dios una “lista de compras”, es alabanza y
agradecimiento, como asimismo estar sentado en quietud y escuchando la voz de Dios, “cuando toda otra calla”
(White, El ministerio de curación, p. 37).
Muchas formas: La oración puede tomar muchas formas: escribir cartas, cantar o tocar instrumentos. Las
culturas difieren en la manera en que las personas se acercan a Dios intencionadamente.
Estudio de la Biblia
Las Escrituras son un registro de un “diálogo” antiguo y continuo entre Dios y su pueblo acerca de lo que
significa ser el pueblo de Dios en una variedad de tiempos y condiciones. Como miembros de la familia,
estamos invitados a escuchar este diálogo y a participar.
Libro de casos versus libro de cocina: Este “diálogo” sugiere que la
Biblia no es un libro de cocina con “recetas” específicas para producir los mismos resultados en cualquier
contexto sociohistórico dado. La Biblia es más un libro de casos, lleno de estudios de casos de cómo Dios y su
pueblo se relacionaron el uno con el otro. Del estudio de estos casos se pueden deducir principios para el
presente (1 Cor. 10:6, 11).
Lectura: El tiempo metódico que empleamos en la lectura de traducciones confiables y claras
de la Biblia nos familiariza con este diálogo continuo, y nos provoca a analizar los estudios del caso y aplicar
los principios en nuestras propias vidas.
Hacer: Entender la Biblia es solo la primera parte del estudio de la Biblia. En Mateo 7:21 al 27 Jesús nos
recuerda que el conocimiento intelectual sin la obediencia es totalmente insuficiente.
Compañerismo
Aunque ha habido casos de cristianos aislados que sobrevivieron sin el beneficio del compañerismo, es
claramente la excepción y no la regla. Las Escrituras y toda la historia del pueblo de la alianza de Dios no dicen
nada de una fe privatizada, vivida aparte y sin ninguna consideración por el resto de la “familia”. El
compañerismo es una actividad de dar y recibir, y puede tener por lo menos dos formas distintas y
complementarias.
Grupos pequeños: El compañerismo realmente indica una relación, y esto sugiere un grupo pequeño en el
cual los participantes se animan uno al otro, se apoyan mutuamente y son responsables el uno por el otro.
Idealmente este grupo debiera contar con entre cuatro y doce personas.
Culto y celebración: El culto y la celebración también son formas de compañerismo, y frecuentemente se
hacen más intensos y satisfactorios en el contexto de un grupo más numeroso o congregaciones, en el cual un
gran número de cristianos unen sus dones y talentos para alabar al Padre.
Servicio
Nadie es simplemente salvo. Todos somos salvos de algo y para algo. A cada persona que haya nacido para
el Reino de Dios se le dan más dones (1 Cor. 12:7), y estos dones le son dados para un propósito: para la misión
y el servicio. Es imperativo que cada cristiano descubra y ponga en actividad sus dones.
Área de servicio: El campo para el empleo de estos dones puede ser dentro de la iglesia o fuera de ella, pero
nunca apartados de la iglesia. Es decir, pueden ser dones apropiados para el culto y el servicio de otros cristianos
(por ejemplo, profecía o pastoreo), o pueden ser dones que se necesiten para extender el Reino de Dios (por
ejemplo, apostolado o misión).
Tu rol como alentador: A medida que los jóvenes cristianos comienzan a involucrarse en la oración, el
estudio de la Biblia, el compañerismo y el servicio, se van a notar sus dones. Es tu responsabilidad afirmar sus
dones y alentarlos a buscar la guía de Dios al usarlos en la misión que él les haya dado.
Piensa acerca de tu propio viaje cristiano, y pregúntate quién te hizo discípulo y te alentó a crecer como
cristiano. ¿Cómo lo hizo? ¿Qué era lo más útil? ¿Qué desearías que alguien hubiese hecho por ti o contigo
1. para asistirte en tu camino a la madurez cristiana?
2. Encuentra un cristiano maduro de una cultura distinta a la tuya.
Pídele a esa persona que te defina “madurez espiritual” y que te diga cómo se logra. Escribe su respuesta
y haz la comparación/ contraste con tu propia definición.
Si se considera que la madurez de tu fe es la apropiada, pídele al pastor que te dé la oportunidad de ayudar
a un miembro nuevo a hacerse discípulo bajo su guía.