Misal de Semana Santa - CICLO B
Misal de Semana Santa - CICLO B
Misal de Semana Santa - CICLO B
SANTA
CICLO B
MISAL SEMANA SANTA
CICLO B
PUEDE IMPRIMIRSE
Juan Manuel Galaviz H., ssp.
Ob ra de I a S oc i ed a d d e Sa n. P a b 1 o al se r v i c i o d el p u cb 1 o d e D
Actualizado según el nuevo MISAL. ROMANO, edición típica para México (2014),
aprobado por la Conferencia del Episcopado Mexicano
—;MfS,XÍ. £)í- SÍ-NANA SANTA - ClCl.O B
ORDINARIO DE LA MISA
«TOS IMCUL.ES
Canto de Entrada
S i n o h ay c a n £ o d e en t r a d a, s e re c i t a 1 a A n t1 ib n a d e e n t ra d a.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R, Amén.
Saludo
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión
del Espíritu Santo estén con todos ustedes.
R Y con tu espíritu
O bien:
Tiempo de Cuaresma
La gracia y el amor de Jesucristo, que nos llama a la conversión, estén
con todos ustedes.
R Y con tu espíritu
O bien:
Cincuentena Pascual
El Dios de la vida, que ha resucitado a Jesucristo, rompiendo las atadu
ras de la muerte, esté con todos ustedes.
R.Y con tu espíritu
Acto penitencial
Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reco
nozcamos nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mi ante Dios,
nuestro Señor.
Cincuentena pascual
Tú que has destruido el pecado y la muerte con tu resurrección:
Señor, ten piedad. IL Señor, ten piedad.
\5isal pi; SANTA ■ ClGJ.O B
Gloria
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glori
ficamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopo
deroso. Señor, Hijo único, Jesucristo; Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú
que quitas el pecado del mundo, atiende a nuestra súplica; tú que estás
sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú
eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu San
to en la gloria de Dios Padre.
Oración Colecta
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera Lectura
Los domingos se toma del Antiguo Testamento excepto en el Tiempo pascual
que se toma de los Hechos de los Apóstoles.
Salmo
El. salmo se canta o recita por un/a salmista desde el ambón. La asamblea parti
cipa con el canto de la “Respuesta" (R).
Evangelio
Es la cumbre de la Liturgia de la Palabra. Escuchamos al. Señor que está vivo
entre nosotros y nos habla hoy.
4.
Homilía
Profesión de Fe
Credo Niceno-Constantinopolifano
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tie
rra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Pa
dre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero
de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del
Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por
nuestra salvación bajó del cielo (en las palabras que siguen, hasta “se hizo
hombre”, todos se indinan) y por obra del Espíritu Santo se encamó de la
Virgen María, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en
tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer
día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del
Padre; y de nuevo vendrá con gloría para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del
Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración
y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso
que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resu
rrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Oración Universal
LITURGIA EUCARISTICA
Presentación del pan: Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan,
fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosi
dad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.
Si no se hace el canto para el ofertorio, el sacerdote puede decir estas palabras en
voz alta; a 1 h nal, el pueblo puede aclamar:
R: Bendito seas por siempre, Señor.
Presentación del vino: Bendito seas, Señor, Dios del universo, por
este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de
tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida
de salvación.
R. Bendito seas, por siempre, Señor.
6
M i S A l. OI-: Sí■ M A N A S A N TA - ( 4C l ,o i >
El cual, siendo inocente, se dignó padecer por los pecadores y fue in
justamente condenado por salvar a los culpables; con su muerte borró
nuestros delitos y, resucitando, conquistó nuestra justificación.
Por eso, te alabamos con todos los ángeles y te aclamamos con voces
de júbilo, diciendo: Santo...
Santo
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el
cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que
viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
PREFACIO / DE PASCUA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, glorificar
te siempre, Señor, pero más que nunca (en esta noche) (en este día)
(en este tiempo), en que Cristo nuestra Pascua, fue inmolado.
Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo:
muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se des
borda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcán
geles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo...
PLEGARIA EUCARÍSTICA II
Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pe
dimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu de ma
nera que se conviertan para'nosotros en el Cuerpo y t la Sangre de
Jesucristo, nuestro Señor.
El cual, [en esta misma noche] cuando iba ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo
dio a sus discípulos, diciendo:
O bien:
Este es el Sacramento de nuestra fe.
R Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven,
Señor Jesús!
O bien:
Este es el misterio de la fe. Cristo nos redimió.
R: Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
O bien:
Este es el misterio de la fe. Cristo se entregó por nosotros.
R: Salvador del mundo, silvanos, tú que nos has liberado por tu
cruz y resurrección.
(En las Misas del día de Pascua, de su octava y en la del Bautismo de adultos):
Acuérdate también de nuestros hermanos N. y N. que hoy, por
medio del Bautismo (y de la Confirmación), han entrado a formar
M i S A E. E)!■ S i■: N! A N A SAXEA - ClC U) B —
O corno de ordinario:
Acuérdate también de nuestros hermanos que se durmieron en la
esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu
misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten miseri
cordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen, Madre de Dios,
su esposo san José, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a
través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir
la vida eterna y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad
del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Sigue el rito de la comunión p 10
9
M.ISAJ. Pb: SEMANA SANTA - CiC!,O B —-
O bien.:
Este es el Sacramento de nuestra fe.
R Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
O bien:
Este es el misterio de la fe. Cristo nos redimió.
R: Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
O bien:
Este es el misterio de la fe. Cristo se entregó por nosotros.
R: Salvador del mundo, sálvanos, tú que nos has liberado por tu
cruz y resurrección.
Así pues, Padre, al celebrar el memorial de la pasión salvadora de tu
Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras es
peramos su venida gloriosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias,
el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella la
Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para,
fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Es
píritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos
de tu heredad junto con tus elegidos: con María, la Virgen Madre
de Dios, su esposo san José, los apóstoles y los mártires, y todos los
santos, por cuya intercesión, confiamos obtener siempre tu ayuda.
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz
y la salvación al mundo entero. Confirma en la fe y en la caridad a
tu Iglesia, peregrina en la tierra: a tu servidor, el Papa N., a nuestro
Obispo Nal orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo
el pueblo redimido por ti. Atiende los deseos y súplicas de esta fami
lia que has congregado en tu presencia.
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dis
persos por el mundo. A nuestros hermanos difuntos y a cuantos mu
rieron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar
1O
Misal i>i-. su .mana santa - Ciclo B
RITO DE LA COMUNIÓN
O bien:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la
oración que Cristo nos enseñó:
O bien:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación
y vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como
en el cielo. Daños hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofen
den; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos de todo mal.
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nues
tros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre
libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras espera
mos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
R. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz les dejo, mi paz
les doy”, no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.
Tú que vives y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
La paz del Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
Dense fraternalmente la paz.
TI
MlsAJ, ni- SUMAN.A SANTA ■ C'H.J.Q B
O bien:
Como hijos de Dios, intercambien ahora un signo de comunión fraterna.
O bien:
En Cristo, que nos ha hecho hermanos con su cruz, dense la paz como
signo de reconciliación.
O bien:
En el Espíritu de Cristo resucitado, dense fraternalmente la paz.
(En secreto): El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo,
unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.
(Todos): Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten
piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de
nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, daños la paz.
(En secreto): Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y de tu
Sangre no sea para mí un motivo de juicio y condenación, sino que,
por tu piedad, me aproveche para defensa de alma y cuerpo y como
remedio saludable.
Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dicho
sos los imitados a la cena del Señor.
R. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una pala
bra tuya bastará para sanarme.
A1 d a r la C om u n i ón d i ce:
El Cuerpo de Cristo.
R. Amén.
RITO DE CONCLUSIÓN
12
JDOMINÍ .. DE R AMOS
DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
(ROJO)
OOAWWHWOWI 3 M I FWIDA
DEL SEÑOR EN JERUSALÉN
2. A la hora señalada, los fieles se reúnen en una iglesia menor o en algún otro
lugar adecuado, fuera de la Iglesia hacia la cual va a dirigirse la procesión. Los
fieles llevan sus ramos en las manos.
3. El sacerdote y el diácono, revestidos con las vestiduras rojas requeridas para
la Misa, acompañados por los ministros, se acercan al lugar donde el pueblo
Domingo de Ramos 13
—Mikal (U: si-mana santa ■ Ciclo B —<
ANTÍFONA Mt 219
Hosanna al Hijo de David.
Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel.
Hosanna en el cielo.
5. Enseguida el sacerdote y los fieles se santiguan mientras el sacerdote dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Después el sacerdote
saluda al pueblo de la manera acostumbrada, y hace una breve .monición para
invitar a los fieles a participar activa y conscientemente en la celebración de
este día. Puede hacerlo con éstas o semejantes palabras.
Queridos hermanos: Después de haber preparado nuestros corazo
nes desde el principio de la Cuaresma con nuestra penitencia y nues
tras obras de caridad, hoy nos reunimos para iniciar, unidos con toda la
Iglesia, la celebración anual del Misterio Pascual, es decir, de la pasión y
resurrección de nuestro Señor Jesucristo, misterios que empezaron con
su entrada en Jerusalén, su ciudad. Por eso, recordando con toda fe y de
voción esta entrada salvadora, sigamos al Señor, para que participando
de su cruz, tengamos parte con él en su resurrección y su vida.
O bien:
Aumenta, Señor Dios, la fe de los que esperan en ti y escucha con
bondad las súplicas de quienes te invocan, para que, al presentar hoy
nuestros ramos a Cristo victorioso, demos para ti en él frutos de bue
nas obras. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Y, en silencio, rocía los ramos con agua bendita.
7. Enseguida el diácono, o en su ausencia el sacerdote, proclama del modo
acostumbrado el Evangelio de la entrada del Señor en Jerusalén, según alguno
de los cuatro evangelistas. Si es oportuno se usa el incienso.
14 Domingo de Ramos
EVANGELIO
t Del santo Evangelio según san Marcos 11 , 1 -10
A: Gloria a ti, Señor
Cuando Jesús y los suyos iban de camino de Jerusalén, al llegar a
Betfagé y Betania, cerca del monte de los Olivos, les dijo a dos de sus
discípulos: “Vayan al pueblo que ven allí enfrente; al entrar, encon
trarán un burro que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráigan
lo. Si alguien es pregunta por qué lo hacen, contéstenle: ‘El Señor lo
necesita y lo devolverá pronto”’.
Fueron y encontraron al burro en la calle, atado junto a una puerta,
y lo desamarraron. Algunos de los que allí estaban les preguntaron:
“¿Por qué sueltan al burro?” Ellos contestaron lo que había dicho
Jesús y ya nadie los molestó.
Llevaron el burro, le echaron encima los mantos y Jesús montó en
él. Muchos extendían su manto en el camino, y los otros lo tapizaban
con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante de Jesús y los
que lo seguían, iban gritando vivas: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene
en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nues
tro padre David! ¡Hosanna en el cielo!”
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
8. Después del Evangelio, puede tenerse una breve homilía. Al iniciar la pro
cesión, ei celebrante, el diácono u otro ministro idóneo puede hacer una mo
nición con estas palabras u otras parecidas:
Queridos hermanos: Imitando a la multitud que aclamaba al Señor,
avancemos en paz.
O bien:
Avancemos en paz.
Domingo de Romos ■ 15
Misal pe semana santa • Ciclo B
ANTÍFONA 1
R. Los niños hebreos, llevando ramos de olivo, / salieron al en
cuentro del Señor, aclamando: / “Hosanna en el cielo”
Si se cree oportuno, puede alternarse esta antífona con los versículos del siguiente salmo.
Salmo 23
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, / el orbe todo y los que en
él habitan, / pues él lo edificó sobre los mares, / él fue quien lo asentó
sobre los ríos. R.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? / ¿Quién podrá entrar en
su recinto santo? / El de corazón limpio y manos puras / y que no jura
en falso. R.
Ése obtendrá la bendición de Dios / y Dios, su salvador, le hará justicia.
Ésta es la clase de hombres que te buscan / y vienen ante ti, Dios
de Jacob. R.
¡Puertas, ábranse de par en par; / agrándense, portones eternos, /
porque va a entrar el rey de la gloria! / Y ¿quién es el rey de la gloria? /
Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso en la batalla. R.
¡Puertas, ábranse de par en par; / agrándense, portones eternos,
porque va a entrar el rey de la gloria! R.
Y ¿quién es el rey de la gloria? / El Señor, Dios de los ejércitos, / él
es el rey de la gloria. R.
ANTÍFONA 2
R. Los niños hebreos extendían sus mantos por el camino / y
aclamaban: “Hosanna al Hijo de David, / bendito el que viene en
nombre del Señor”
Si se cree oportuno, puede alternarse esta antífona con los versículos del siguiente salmo.
Salmo 46
Aplaudan, pueblos todos; / aclamen al Señor, de gozo llenos; / que
el Señor, el Altísimo, es terrible / y de toda la tierra, rey supremo. R.
Fue él quien nos puso por encima / de todas las naciones y los pueblos, /
al elegirnos como herencia suya, / orgullo de Jacob, su predilecto. R.
Entre voces de júbilo y trompetas, / Dios, el Señor, asciende hasta
su trono. / Cantemos en honor de nuestro Dios, / al rey honremos y
cantemos todos. R.
Porque Dios es el rey del universo, / cantemos el mejor de nuestros can
tos. / Reina Dios sobre todas las naciones / desde su trono santo. R.
ia Domingo de Romos
M | S A1. í> !.: SI: M A N A S A N Í A - CICLO B ■*««««-’
O bien:
Himno a Cristo Rey
¡Que viva mi Cristo, / que viva mi Rey, / que impere doquier
triunfante su ley! (2)
¡Viva Cristo Rey, / viva Cristo Rey!
10. Al. entrar la procesión en la iglesia, se canta el. siguiente responsorio u otro
canto alusivo a la entrada del Señor en Jerusalén:
RESPONSORIO
R, Al entrar el Señor en la ciudad santa, los niños hebreos, anun
ciando con anticipación la resurrección del Señor de la vida, con
palmas en las manos, aclamaban: Hosanna en el cielo.
V Al enterarse de que Jesús llegaba a Jerusalén, el pueblo salió a su
encuentro.
R. Con palmas en las manos, aclamaban: Hosanna en el cielo.
18 ■ Domingo de Ramos
' M1S.U; IJE SEMANA SANTA - CiCLO B
LA MISA
19. Después de la procesión o de la entrada solemne, el sacerdote comienza la
Misa con la Oración colecta.
PRIMERA LECTURA
No aparté mi rostro de los insultos, y sé que no quedaré avergonzado.
Del libro del profeta Isaías 50,4-7
En aquel entonces, dijo Isaías: “El Señor me ha dado una lengua
experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento.
Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche
yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo
no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tira
ban de la barba. No aparté mi rostro de los insultos y salivazos.
Domingo de Romos 19
Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endurecí
mis rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado’’ Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 21
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? / Todos los
que me ven, de mí se burlan; / me hacen gestos y dicen: / “Confiaba
en el Señor, pues que él lo salve; / si de veras lo ama, que lo libre”.
Los malvados me cercan por doquiera / como perros rabiosos. /
Mis manos y mis pies han taladrado / y se pueden contar todos mis
huesos. R.
Reparten entre sí mis vestiduras / y se juegan mi túnica a los dados.
/ Señor, auxilio mío, ven y ayúdame, no te quedes de mí tan alejado. R,
A mis hermanos contaré tu gloria / y en la asamblea alabaré tu nom
bre. / Que alaben al Señor los que lo temen. / Que el pueblo de Israel
siempre lo adore. R.
SEGUNDA LECTURA.
Cristo se humilló a sí mismo; por eso Dios lo exaltó.
De la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2,6-11
Cristo Jesús, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las pre
rrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se ano
nadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante
a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por
obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está
sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en
el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
20 ■ Domingo de Romos
- <■- ’ V.!S V Di M «aNa ’kA'* - C lili. b
22 Domingo de Romos
C Se adelantó un poco, se postró en tierra y pedía que, si era posible, se
alejara de él aquella hora. Decía:
t “Padre, tú lo puedes todo: aparta de mí este cáliz. Pero que no se haga
lo que yo quiero, sino lo que tú quieres”.
C. Volvió donde estaban los discípulos, y al encontrarlos dormidos, dijo
a Pedro:
f “Simón, ¿estás dormido? ¿No has podido velar ni una hora? Velen y
oren, para que no caigan en la tentación. El espíritu está pronto, pero la
carne es débil”
C. De nuevo se retiró y se puso a orar, repitiendo las mismas palabras.
Volvió otra vez y los encontró dormidos, porque tenían los ojos cargados
de sueño; por eso no sabían qué contestarle. Él les dijo:
t “Ya pueden dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora. Miren que
el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Leván
tense! ¡Vamos! Ya está cerca el traidor”.
C. Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los Doce,
y con él, gente con espadas y palos, enviada por los sacerdotes, los escribas
y los ancianos. El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles:
S. “Al que yo bese, ése es. Deténganlo y llévenselo bien sujeto”.
C. llegó, se acercó y le dijo:
S. “Maestro”,
C. y lo besó. Ellos le echaron mano y lo apresaron. Pero uno de los pre
sentes desenvainó la espada y de un golpe cortó la oreja a un criado del
sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo:
t “¿Salieron ustedes a apresarme con espadas y palos, como si se tratara
de un bandido? Todos los días he estado entre ustedes, enseñando en el
templo y no me han apresado. Pero así tenía que ser para que se cumplie
ran las Escrituras”.
C. Todos los abandonaron y huyeron. Lo iba siguiendo un muchacho,
envuelto nada más con una sábana y lo detuvieron; pero él soltó la sábana
y se les escapó desnudo. Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote y
se reunieron todos los pontífices, los escribas y los ancianos. Pedro lo fue
siguiendo de lejos, hasta el interior del patio del sumo sacerdote y se sentó
con los criados, cerca de la lumbre, para calentarse.
Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno, buscaban una acu
sación contra Jesús para condenarlo a muerte y no la encontraban.
Pues, aunque muchos presentaban falsas acusaciones contra él, los
testimonios no concordaban. Hubo unos que se pusieron de pie y
dijeron:
Domingo de Romos 23
Misal i>h semana santa - (.jeto B
Principia la forma breve (Me 15,1-39). Si se utiliza, se comienza con las palabras:
“En aquel tiempo’’
C. Luego que amaneció, se reunieron los sumos sacerdotes con los an
cianos, los escribas y el sanedrín en pleno, para deliberar. Ataron a Jesús,
se lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Éste le preguntó:
S. “¿Eres tú el rey de los judíos?”
C. Él le respondió:
t “Sí lo soy”.
C. Los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le pregun
tó de nuevo:
S. “¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan”.
C. Jesús ya no le contestó nada, de modo que Pilato estaba muy extrañado.
Durante la fiesta de Pascua, Pilato solía soltarles al preso que ellos pidie
ran. Entonces estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que
habían cometido un homicidio en un motín. Vino la gente y empezó a
pedir el indulto como de costumbre. Pilato les dijo:
S. “¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?”
C. Porque sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por
envidia. Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente para que pidieran
la libertad de Barrabás. Pilato les volvió a preguntar:
S. “¿Y qué voy a hacer con el que llaman rey de los judíos?”
C. Ellos gritaron:
S. “¡Crucifícalo!”.
C. Pilato les dijo:
S. “Pues, ¿qué mal ha hecho?”
C. Ellos gritaron más fuerte:
S. “¡Crucifícalo!”
C Pilato, queriendo dar gusto a la multitud, les soltó a Barrabás; y a
Jesús, después de mandarlo azotar, lo entregó para que lo crucificaran.
Los soldados se lo llevaron al interior del palacio, al pretorio, y reunie
ron a todo el batallón. Lo vistieron con un manto color púrpura, le pusie
ron una corona de espinas, que habían trenzado y comenzaron a burlarse
de él, dirigiéndole este saludo:
S. “¡ Viva el rey de los judíos!”
C. Le golpeaban la cabeza con una cana, le escupían y doblando las ro
dillas, se postraban ante él. Terminadas las burlas, le quitaron el manto de
color púrpura, le pusieron su ropa y lo sacaron para crucificarlo. Enton
ces forzaron a cargar la cruz a un individuo que pasaba por ahí de regreso
del campo, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, y llevaron a
Jesús al Gólgota (que quiere decir “lugar de la Calavera”). Le ofrecieron
vino con mirra, pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus
ropas, echando suertes para ver qué le tocaba a cada uno.
Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación
estaba escrito: “El rey de los judíos”. Crucificaron con él a dos bandidos,
uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que
dice: fue contado entre los malhechores.
Domingo de Ramos 25
Misal de. semana san i a ■■ Ciclo B
22. Después cíe la lectura de la pasión» puede tenerse, si se cree oportuno, una
breve homilía. También se puede guardar un momento de silencio.
Se dice Credo y se hace la oración universal.
ORACIÓN UNIVERSAL
Monición del sacerdote: En este tiempo de la sagrada pasión, en que
Cristo presentó al Padre súplicas y oraciones con ardientes lágrimas,
roguemos, hermanos, a Dios que por amor a su Hijo se digne también
escuchar benignamente nuestras plegarias.
Digámosle todos con gran confianza: Te rogamos, Señor.
R. Te rogamos, Señor.
1. Por la santa Iglesia, para que la purifique plenamente con la sangre
de Cristo» ruguemos al Señor.
2. Por todos los pueblos del mundo, para que, por medio de la reden
ción de Cristo, venga a ellos la paz y la salvación, roguemos al Señor.
3. Por todos los que participan de la pasión de Cristo mediante la
enfermedad y la tribulación, para que Dios les dé fortaleza y valor,
roguemos al Señor.
4. Por todos nosotros, para que, por medio de la pasión y muerte de
Jesucristo, lleguemos a la gloria de la resurrección, roguemos al Señor.
Oración: Atiende, Señor, a las súplicas de tu pueblo, para que, lo que
no se atreve a esperar por sus propios méritos, lo alcance por la pasión
de tu Hijo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Domingo de Ramos 27
25. ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 26.42
Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este cáliz, hágase tu voluntad.
LUNES SANTO
(MORADO)
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Dios todopoderoso, que quienes desfallecemos a causa de
nuestra debilidad, nos recuperemos gracias a la pasión de tu Unigéni
Z8 Lunes sanio
\||SAt OE -.¿MANA SANTA ■ ClCI.O B
to. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
R. Amén.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 42,1 -7
Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis
complacencias. En él he puesto mi espíritu, para que haga brillar la
justicia sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír su voz
en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha
que aún humea. Proclamará la justicia con firmeza, no titubeará ni se
doblegará, hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y hasta
que las islas escuchen su enseñanza.
Esto dice el Señor Dios, el que creó el cielo y lo extendió, el que dio
firmeza a la tierra, con lo que en ella brota; el que dio el aliento a la
gente que habita la tierra y la respiración a cuanto se mueve en ella:
“Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te llamé, te tomé de la
mano; te he formado y te he constituido alianza de un pueblo, luz de
las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cau
tivos de la prisión y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas”.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 26
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, / ¿a quién voy a tenerle miedo? /
El Señor es la defensa de mi vida, / ¿quién podrá hacerme temblar? R.
Cuando me asaltan los malvados / para devorarme, / ellos, enemi
gos y adversarios, / tropiezan y caen. R.
Aunque se lance contra mí un ejército, / no temerá mi corazón; / aun
cuando hagan la guerra contra mí, / tendré plena confianza en el Señor. R.
La bondad del Señor espero ver / en esta misma vida. / Ármate de
valor y fortaleza y en el Señor confía. R.
Lunes samo - 29
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 12,111
A: “Gloria a ti, Señor”
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro,
a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una
cena; Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la
mesa. María tomó entonces una libra de perfume de nardo auténtico,
muy costoso, le ungió a Jesús los pies con él y se los enjugó con su ca
bellera, y la casa se llenó con la fragancia del perfume.
Entonces Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que iba a entregar
a Jesús, exclamó: “¿Por qué no se ha vendido ese perfume en trecientos
denarios para dárselos a los pobres?” Esto lo dijo, no porque le impor
taran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la
bolsa, robaba lo que echaban en ella.
Entonces dijo Jesús: “Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi
sepultura; porque a los pobres los tendrán siempre con ustedes, pero a
mí no siempre me tendrán”.
Mientras tanto, la multitud de judíos, que se enteró de que Jesús es
taba allí, acudió, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, a
quien el Señor había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacer
dotes deliberaban para matar a Lázaro, porque a causa de él, muchos
judíos se separaban y creían en Jesús. Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
30 ■ Martes Samo
mhal di-, sí-mana santa - Ciclo B
MARTES SANTO
(MORADO)
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso y eterno, celebrar de tal modo la
pasión del Señor, que nos hagamos dignos de recibir tu perdón. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R. Amén.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 49,1-6
Escúchenme, islas; pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó
desde el vientre de mi madre; cuando aún estaba yo en el seno mater
no, él pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su
mano, me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: “Tú
eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré mi gloria”. Entonces yo pensé: “En
vano me he cansado, inútilmente he gastado mis fuerzas; en realidad mi
causa estaba en manos del Señor, mi recompensa la tenía mi Dios”.
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para
que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a él y congregar
a Israel en torno suyo -tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi
fuerza—. Ahora, pues, dice el Señor: “Es poco que seas mi siervo sólo
Martes Santo - 31
~~ .Misal pe semana santa - Ciclo B
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 70
R. En ti, Señor, he puesto mi esperanza.
Señor, tú eres mi esperanza, / que no quede yo jamás defraudado. /
Tú, que eres justo, ayúdame y defiéndeme, / escucha mi oración y pon-
me a salvo. R.
Sé para mí un refugio, / ciudad fortificada en que me salves. / Y
pues eres mi auxilio y mi defensa, / líbrame, Señor de los malvados. R.
Señor, tú eres mi esperanza; / desde mi juventud en ti confío. /
Desde que estaba en el seno de mi madre, / yo me apoyaba en ti y tú
me sostenías. R.
Yo proclamaré siempre tu justicia / y a todas horas, tu misericordia. /
Me enseñaste a alabarte desde niño / y seguir alabándote es mi orgullo. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 13,21.-3336-38
A: “Gloria a ti, Señor”
En aquel tiempo, cuando Jesús estaba a la mesa con sus discípulos,
se conmovió profundamente y declaró: “Yo les aseguro que uno de
ustedes me va a entregar”. Los discípulos se miraron perplejos unos a
otros, porque no sabían de quien hablaba. Uno de ellos, al que Jesús
tanto amaba, se hallaba reclinado a su derecha. Simón Pedro le hizo
una seña y le preguntó: “¿De quién lo dice?” Entonces él, apoyándose
en el pecho de Jesús, le preguntó: “¿Señor, quién es?” Le contestó Jesús:
“Aquel a quien yo le dé este trozo de pan, que voy a mojar”. Mojó el pan
y se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote; y tras el bocado, entró
en él satanás.
32 Maries sanio
Jesús le dijo entonces a Judas: “Lo que tienes que hacer, hazlo pron
to”. Pero ninguno de los comensales entendió a qué se refería; algunos
supusieron que, como Judas tenía a su cargo la bolsa, Jesús le había en
comendado comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.
Judas, después de tomar el bocado, salió inmediatamente. Era de noche.
Una vez que Judas se fue, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado el Hijo
del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado
en él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Me buscarán, pero
como les dije a los judíos, así se lo digo a ustedes ahora: A donde yo
voy, ustedes no pueden ir”’ Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿a dónde vas?”
Jesús le respondió: “A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; me
seguirás más tarde”. Pedro replicó: “Señor, ¿por qué no puedo seguirte
ahora? Yo daré mi vida por ti”. Jesús le contestó: “¿Conque darás tu
vida por mí? Yo te aseguro que no cantará el gallo, antes de que me
hayas negado tres veces”. Palabra del Señor.
R. Gloria a ti. Señor Jesús
Miércoles santo 33
■>—’ Misal de semana santa ■■ Ciclo B
MIÉRCOLES S/j O
(MORADO)
ORACIÓN COLECTA
Padre misericordioso, que para librarnos del poder del enemigo, quisiste
que tu Hi jo sufriera por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos alcanzar
la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R. Amén.
PRIMERA LECTURA
Del libro de? profeta Isaías 50,4-9
En aquel entonces dijo Isaías: “El Señor me ha dado una lengua exper
ta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento.
Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche
yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo
no he opuesto resistencia, ni me he echado para atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tira
ban de la barba. No aparté mi rostro a los insultos y salivazos.
Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso
endureció mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado. Cer
cano está de mí el que me hace justicia, ¿quién luchará contra mí?
¿Quién es mi adversario? ¿Quién me acusa? Que se me enfrente. El
Señor es mi ayuda, ¿quién se atreverá a condenarme?” Palabra de
Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 68
R. Por tu bondad, Señor, socórreme.
Por ti he sufrido injurias / y la vergüenza cubre mi semblante. / Ex
traño soy y advenedizo, / aun para aquellos de mi propia sangre; / pues
me devora el celo de tu casa, / el odio del que te odia, en mí recae. R.
O bien:
R. Honor y Gloria a ti, Señor Jesús.
Señor Jesús, rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser lleva
do a la cruz como manso cordero al sacrificio.
R. Honor y Gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 26,14-25
A: “Gloria a ti, Señor’’
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver
a los sumos sacerdotes y les dijo: “¿Cuánto me dan si les entrego a
Jesús?” Ellos quedaron en darle treinta monedas de plata. Y desde
ese momento andaba buscando una oportunidad para entregárselo.
El primer día de la fiesta de los panes Ázimos, los discípulos se
acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Dónde quieres que te prepa
remos la cena de Pascua?” Él respondió: “vayan a la casa de fulano
y díganle: ‘El Maestro dice: Mi hora ya está cerca. Voy a celebrar la
Pascua con mis discípulos en tu casa”. Ellos hicieron lo que Jesús les
había ordenado y prepararon la cena de Pascua.
Al atardecer, se sentó a la mesa con los Doce y mientras cenaban, les
dijo: “Yo les aseguro que uno de ustedes va a entregarme”. Ellos se pu
sieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno: “¿Acaso
soy yo, Señor?” El respondió: “El que moja su pan en el mismo plato
que yo, ése va a entregarme. Porque el Hijo del hombre va a morir,
como está escrito de él; ¡pero ay de aquel por quien el Hijo del hombre
va a ser entregado! Más le valiera a ese hombre no haber nacido”. En-
M^coles saneo 35
\ t ■ sA í. í -E Sf M A NA S A N TA ■ U i C í O B
tonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: “¿Acaso soy yo, Maes
tro?” Jesús le respondió: “Tú lo has dicho”. Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
JUEVES SANTO DE LA
CENA DEL SEÑOR
(BLANCO)
Misa vespertina
1. En la tarde, a la hora más oportuna, se celebra la Misa de la Cena del Señor,
con 1 a p a r t i. c i p a c i ó n d e to d a I a c o m u n i da d 1 oc a 1 y c o n I a i n te r ve n c i ó n., s eg ú n
su propio oficio, de todos los grupos de sacerdotes y ministros.
2. Todos los sacerdotes que hayan concelebrado en la Misa del Santo Crisma
o hayan, celebrado otra Misa para la utilidad de los fieles, pueden concelebrar
en la Misa vespertina.
36 C.:'-S<vr;’.'OtS-..
M í S A í. I.) !■ $ l,M A N A 5 A N íA - (. j iJ LO H ----------
7. Se dice Gloria. Mientras se canta este himno, se tocan las campanas. Termi
nado el canto, las campanas no vuelven a tocarse hasta el Gloria de ¡a Vigilia
Pas c u al, a no s e r q u e el o b i sp o dio cesan o d isp o n ga o t r a eos a. E n e st e rn i s rn o
tiempo, también puede usarse el órgano y los demás instrumentos musicales,
pero sólo para acompañar el canto.
8. ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, reunidos para celebrar la santísima Cena en la que tu
Hijo unigénito, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el
nuevo y eterno sacrificio, banquete pascual de su amor, concédenos que,
de tan sublime misterio, brote para nosotros la plenitud del amor y de la
vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R. Amén.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Éxodo 1.2,1 -8.1 1-14
En aquellos días, el Señor le dijo a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
“Este mes será para ustedes el primero de todos los meses y el principio del
Ml-SAi. PE SEMANA SANTA • Ciclo B
año. Díganle a toda la comunidad de Israel: ‘El día diez de este mes, tomará
cada uno un cordero por familia, uno por casa. Si la familia es demasiado
pequeña para comérselo, que se junte con los vecinos y elija un cordero
adecuado al número de personas y a la cantidad que cada cual pueda co
mer. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.
Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comuni
dad de los hijos de Israel lo inmolará al atardecer. Tomarán la sangre
y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa donde
vayan a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego;
comerán panes sin levadura y hierbas amargas. Comerán así: con la
cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano y a
toda prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor.
Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los pri
mogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados.
Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el Señor. La sangre les
servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando yo vea la
sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminado-
ra, cuando hiera yo la tierra de Egipto.
Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como fiesta
en honor del Señor. De generación en generación celebrarán esta fes
tividad, como institución perpetua. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 115
R. Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.
¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? / Levantaré
el cáliz de la salvación / e invocaré el nombre del Señor. R.
A los ojos del Señor es muy penoso / que mueran sus amigos. De la
muerte, Señor, me has librado, / a mí, tu eslavo e hijo de tu esclava R.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio / e invocaré tu hombre. / Cum
pliré mis promesas al Señor / ante todo su pueblo. R.
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11,23-26
Hermanos: Yo recibí del Señor o mismo que les he transmitido: que
el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus
manos, y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: “Esto es
mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 13,1-15
A. Gloria a ti, Señor
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora
de pasar de este mundo al Padre y habiendo amado a los suyos, que
estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en
el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo,
Jesús, consciente de que el Padre había puesto en sus manos todas las
cosas y sabiendo que había salido de Dios y a Dios volvía, se levantó
de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla, se la ciñó; luego
echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos
y a secárselos con la toalla que se había ceñido.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: “Señor, ¿me vas a lavar
tú a mí los pies?” Jesús le replicó: “Lo que estoy haciendo tú no lo
entiendes ahora, lo comprenderás más tarde”. Pedro le dijo: “Tú no
me lavarás los pies jamás”. Jesús le contestó: “Si no te lavo, no tendrás
parte conmigo”. Entonces le dijo Simón Pedro: “En ese caso, Señor,
no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza”. Jesús le dijo: “El
que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él
está limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos”. Como sabía
quién se lo iba a entregar, por eso dijo: “No todos están limpios”.
Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió
a la mesa y les dijo: “¿Comprenden lo que acabo de hacer con uste
des? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy.
Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, tam-
bien ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado
ejemplo, para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes
lo hagan”. Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
ANTÍFONA 3 Jn 13,6.7.8
Señor, ¿pretendes tú lavarme a mí los pies? Jesús le respondió: si no
te lavo los pies, no tendrás nada que ver conmigo.
V. Fue Jesús hacia Simón Pedro y éste le dijo: / -Señor, ¿pretendes tú
lavarme a mí los pies?...
V. Lo que estoy haciendo, tú no lo entiendes ahora; lo entenderás
más tarde. / -Señor ¿pretendes tú lavarme a mí los pies?...
ANTÍFONA 6 Jn 13,34
Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros,
como yo los he amado, dice el Señor.
13. Después del lavatorio de los pies, el sacerdote lava y seca sus ruanos., se
pone la casulla y regresa a la sede, y desde ahí, dirige la oración universal.
No se dice Credo.
Liturgia eucarística
14. Al comienzo de la liturgia eucarística, puede organizarse la procesión de
los fieles, en la que junto con el pan y el vino se lleven dones para los pobres.
Mientras tanto, se canta el siguiente himno u otro canto apropiado.
Ant. Donde hay caridad y amor, allí está Dios.
V Nos congregó y unió el amor de Cristo.
V Regocijémonos y alegrémonos con él.
V . Temamos y amemos al Dios vivo.
V . Y amémonos con corazón sincero.
Ant. Donde hay caridad y amor, allí está Dios.
V . Pues estamos en un cuerpo congregados.
V . Cuidemos que no se divida nuestro afecto.
V . Cesen las contiendas malignas, cesen los litigios.
V . Y en medio de nosotros esté Cristo Dios.
Ant. Donde hay caridad y amor, allí está Dios.
V . Veamos juntamente con los santos.
V . Tu glorioso rostro, ¡Oh Cristo Dios!
V Éste será gozo inmenso y puro.
V . Por los siglos de los siglos infinitos. Amén.
VIERNES SANTO DE LA
PASIÓN DEL SEÑOR
(ROJO)
ORACIÓN
Acuérdate, Señor, de tu gran misericordia, y santifica a tus siervos con tu
constante protección, ya que por ellos Cristo, tu hijo, derramando su sangre,
instituyó el misterio pascual. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
O bien:
Señor Dios, que por la Pasión de nuestro Señor Jesucristo nos libraste
de la muerte heredada del antiguo pecado, concédenos asemejarnos
a tu Hijo y haz que, así como naturalmente llevamos en nosotros la
imagen del hombre terreno, por la gracia de la santificación, llevemos
también la imagen del hombre celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R Amén.
MíSAi. DÍ- SL'MANzX SANTA ■ ClCI.O B <-“««“«-
Primera parte
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera Lectura
El fue traspasado por nuestros crímenes
Del libro del profeta Isaías 52,13-53,12
He aquí que mi siervo prosperará, será engrandecido y exaltado, será pues
to en alto. Muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su
semblante, que no tenía ya aspecto de hombre; pero muchos se llenaron
de asombro. Ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán lo que nunca
se les había contado y comprenderán lo que nunca se habían imaginado.
¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A quién se le reve
lará el poder del Señor? Creció en su presencia como planta débil, como
una raíz en el desierto. No tenía gracia ni belleza. No vimos en él ningún
aspecto atrayente; despreciado y rechazado por los hombres, varón de
dolores, habituado al sufrimiento; como uno del cual se aparta la mira
da, despreciado y desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros
lo tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado, traspasado por
nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Él soportó el casti
go que nos trae la paz. Por sus llagas hemos sido curados.
Todos andábamos errantes como ovejas, cada uno siguiendo su cami
no, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Cuando lo mal
trataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero llevado a de
gollar; como una oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Inicuamente y contra toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó
de su suerte? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron de muer
te por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los malhechores
a la hora de su muerte, aunque no había cometido crímenes, ni hubo
engaño en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando
entregue su vida como expiación, verá a sus descendientes, prolongará
sus años y por medio de él prosperarán los designios del Señor. Por las
fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus sufrimientos justificará
mi siervo a muchos, cargando con los crímenes de ellos.
Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá
despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre los
malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas de todos e intercedió por
los pecadores. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Segunda Lectura
Aprendió a obedecer y se convirtió en la causa de la salvación eterna
para todos los que le obedecen.
De la carta a los Hebreos 4,14-16; 5,7-9
Hermanos: Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha
entrado en el cielo. Mantengamos firme la profesión de nuestra fe.
En efecto, no tenemos un sumo sacerdote que no sea capaz de com
padecerse de nuestros sufrimientos, puesto que él mismo ha pasado
por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado. Acerqué
monos, por lo tanto, con plena confianza, al trono de la gracia, para
recibir misericordia, hallar la gracia y obtener ayuda en el momento
oportuno.
Precisamente por eso, Cristo, durante su vida mortal, ofreció oraciones
y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la
muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo, apren
dió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en causa
de la salvación eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
q-6 SiÑOB
Misaí. l)l;, SKMANA SANTA - CíCLO B
G En aquel tiempo, Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente
Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el
traidor, conocía también aquel sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí
con sus discípulos.
Entonces Judas tomó un batallón de soldados y guardias de los sumos
sacerdotes y de los fariseos y entró en el huerto con linternas, antorchas
y armas.
Jesús, sabiendo todo lo que iba a suceder, se adelantó y les dijo:
t “¿A quién buscan?”
G Le contestaron:
S. “A Jesús, el nazareno”.
C. Les dijo Jesús:
t “Yo soy”
G Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles 'Yo soy’, retroce
dieron y cayeron a tierra. Jesús les volvió a preguntar:
t “¿A quién buscan?”
G Ellos dijeron:
S. “A Jesús, el nazareno”.
G Jesús les contestó:
t “Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen que éstos se vayan”.
G Así se cumplió lo que Jesús había dicho: “No he perdido a ninguno de
los que me diste”.
Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió a un criado
del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Este criado se llamaba Mal
eo. Dijo entonces Jesús a Pedro:
t “Mete la espada en la vaina. ¿No voy a beber el cáliz que me ha dado mi
Padre?”
G El batallón, su comandante y los criados de los judíos apresaron a
Jesús, lo ataron y lo llevaron primero ante Anás, porque era suegro de
Caifás, sumo sacerdote aquel ciño. Caifás era el que había dado a los ju
díos este consejo: “Conviene que muera un solo hombre por el pueblo”.
Simón Pedro y otro discípulo iban siguiendo a Jesús. Este discípulo era
conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sa
cerdote, mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Salió el otro
discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló con la portera e hizo
entrar a Pedro. La portera dijo entonces a Pedro:
50 VwssantodfiaPastor Señor
cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica
sin costura, tejida toda de una pieza de arriba a abajo. Por eso se dijeron:
S. “No la rasguemos, sino echemos suertes para ver a quién le toca’
C Así se cumplió lo que dice la Escritura: Se repartieron mi ropa y echaron
a suerte mi túnica. Y eso hicieron los soldados.
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María
la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a ella al discí
pulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre:
t “Mujer, ahí está tu hijo”
C. Luego dijo al discípulo:
t “Ahí está tu madre”
C. Y desde aquella hora el discípulo se la llevó a vivir con él.
Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para
que se cumpliera la Escritura dijo:
t “ Tengo sed”.
C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Los soldados sujetaron una espon
ja empapada en vinagre a una caña de hisopo y se la acercaron a la boca.
Jesús probó el vinagre y dijo:
t “Todo está cumplido”,
C. e inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Entonces, los judíos, como era el día de la preparación de la Pascua, para
que los cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la cruz el sábado, por
que el sábado era un día muy solemne, pidieron a Pilato que les quebraran
las piernas a uno y luego al otro de los que habían sido crucificados con
él. Pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las
piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza e
inmediatamente salió sangre y agua.
El que vio da testimonio de esto y su testimonio es verdadero y él sabe
que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que
se cumpliera la Escritura: No le quebrarán ningún hueso; y en otro lugar la
Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero oculto
por miedo a los judíos, pidió a Pilato que lo dejara llevarse el cuerpo de
Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo.
Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas
cien libras de una mezcla de mirra y áloe.
Tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con esos aromas,
según se acostumbra enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio
donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo, donde nadie ha
V‘■% U LA pASiÓN DEL S?/’1 51
w,,,™ fc,|[SAI. ¡)í; SEMANA SANTA - CiO.f.) B
bía sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la prepara
ción de la Pascua y el sepulcro estaba cerca, allí pusieron a Jesús.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración universal
7. La Liturgia de la palabra se termina con ¡a oración universal, que se hace de
esta manera: el diácono, si está presente o, en su ausencia, un ministro laico,
de pie, en el ambón, dice la invitación, en la cual se expresa la intención por
la que se va a orar. Enseguida oran todos en silencio durante un breve espacio
de t iempo, y luego el. sacerdote, de pie, en la sede o, si se cree oportuno, en el
altar, dice la oración, con las manos extendidas.
Los fieles pueden permanecer arrodillados o de pie, durante todo el tiempo
de la oración..
8. Antes de cada oración del sacerdote pueden utilizarse las invitaciones tradi
cionales del diácono: Nos ponemos de rodillas - Nos ponemos de pie, en ese
caso, los fieles se arrodillan en silencio durante la suplica.
Las Conferencias Episcopales pueden proponer otras invitaciones para intro
ducir la oración del sacerdote.
9. Cuando hay una grave necesidad pública, el obispo diocesano puede per-
rn i t i r o p resc r i b i r q u e se a ñ a d a a 1 gu n a i n teñe i ó n es p ec ia 1.
a salvo y sin daño para el bien de su santa Iglesia, a fin de que pueda
gobernar al pueblo santo de Dios.
Se ora en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, cuya sabiduría gobierna el universo,
atiende favorablemente nuestras súplicas y protege con tu amor al
Papa que nos diste, para que el pueblo cristiano, que tú mismo pas
toreas, progrese bajo su cuidado en la firmeza de su fe. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
R. Amén.
fes m 53
" Ni ISA!. DI: SEMANA SANTA ■ (.JCi.O B
..aPasówi Señor
Misal. í>e semana santa - Ciclo B -
Segunda parte
ADORACIÓN DE LA SANTA CRUZ
Primera forma
11. El Diácono, u otro ministro, con los ministros, se dirige a la sacristía, de
donde trae procesional mente la Cruz, cubierta con un velo morado. Se dirige a
través de la iglesia hasta el centro del presbiterio» acompañado por dos minis
tros con velas encendidas.
El sacerdote, de pie ante el altar, de cara al pueblo, recibe la Cruz, descubre un
poco su extremo superior, la eleva y canta: Miren el árbol de la Cruz, ayudado
en el canto por el diácono o, si es necesario, por el coro. Iodos responden: ven
gan y adoremos. Terminado el canto, todos se arrodillan y adoran en silencio,
durante unos instantes, la Cruz que el sacerdote, de pie, mantiene en alto.
V. Miren el árbol de la Cruz, donde estuvo clavado el Salvador del mundo.
R. Vengan y adoremos.
Miren el árbol de la Cruz,
donde estuvo clavado
el Salvador del mundo.
R. Vengan y adoremos.
Enseguida el sacerdote descubre el brazo derecho de la Cruz y, elevándola de
nuevo, comienza a cantar (con el mismo tono que antes) Miren el árbol de la
Cruz, y se prosigue como la primera vez.
Ei nal mente, descubre por completo la Cruz y, volviéndola a elevar, comienza
por tercera vez Miren el árbol de la cruz, como la primera vez.
Segunda forma
12. El. sacerdote o el diácono, acompañado de dos ministros con velas encen
didas, lleva la Cruz hasta la entrada del presbiterio o hasta un lugar apto y la
coloca ahí o la entrega a los ministros para que la sostengan, y se colocan las
velas a la derecha y a la izquierda de la Cruz.
13. Para la adoración de la Cruz, se acerca primero el sacerdote celebrante, ha
biéndose quitado la casulla y el calzado, si es oportuno. Enseguida, se acercan,
a la manera de una procesión, el clero, los ministros laicos y los fieles, y adoran
] a. C r uz, h a c i en d o d el a n.t e d e e 1.1 a u n a gen u 11 ex i ó n s i m p 1 e o a 1 g ú 11 o t ro s ig n o d e
veneración, según la costumbre del lugar, por ejemplo, besando la Cruz.
14 Expóngase solamente una Cruz a la adoración de los fieles. -Si por el gran
número de asistentes no todos pudieran acercarse, el sacerdote, después de que
una parte del clero y de los fieles hayan hecho la adoración, toma la Cruz y de
pie, ante el altar, invita a todo el pueblo con breves palabras a adorar la santa
Cruz. Luego 1.a levanta en alto, por un momento, para que los fieles la adoren
en silencio.
15. Mientras tanto, se canta la antífona Tu. Cruz adoramos, los improperios, el
himno Crux Ficlelis u otros cantos apropiados. Todos, conforme van terminan
do de adorar la Cruz, regresan a su lugar y se sientan.
ANTÍFONA
Tu Cruz, adoramos, Señor, tu santa resurrección alabamos y glorifica
mos, pues del árbol de la Cruz ha venido la alegría al mundo entero.
cjr. Sal 66,2
Que el Señor se apiade de nosotros y nos bendiga, que nos muestre
su rostro radiante y misericordioso.
Improperios
L as pa i ■ tes que cor re s p o n el e n a 1 p r i m e r cq r o $ e i n d i c a n con el n ú me ro 1; 1 a s
que corresponden al segundo coro con el número 2; las que deben cantarse
juntamente por los dos coros, con los números I y 2. Algunos versos también
pueden cantarse por dos cantores.
I
1 y 2. Pueblo mío, ¿qué mal te he causado, / o en qué cosa te he ofen
dido? Respóndeme.
1. ¿Porque yo te saqué de Egipto, / tú le has preparado una cruz a tu
Salvador?
2. Pueblo mío, ¿qué mal te he causado, / o en qué cosa te he ofendido?
Respóndeme.
1. Hágios o Theós. 2. Santo Dios.
1. Hágios Ischyrós. 2. Santo fuerte.
1. Hágios Athánatos, eléison himás. 2. Santo inmortal, ten piedad de
nosotros.
1 y 2. ¿Porque yo te guié cuarenta años en el desierto, / te alimenté con
el maná y te introduje en una tierra fértil, / tú le preparaste una cruz a
tu Salvador?
1. Hágios o Theós. 2. Santo Dios.
1. Hágios Ischyrós. 2. Santo fuerte.
1. Hágios Athánatos, eléison himás. 2. Santo inmortal, ten piedad
de nosotros.
1 y 2. ¿Qué más pude hacer, o qué dejé de hacer por ti? / Yo mismo
te elegí y te planté, hermosa viña mía, / pero tú te has vuelto áspera y
amarga conmigo, / porque en mi sed me diste de beber vinagre / y has
plantado una lanza en el costado a tu Salvador.
1. Hágios o Theós. / 2. Santo Dios.
1. Hágios Ischyrós. / 2. Santo fuerte.
1. Hágios Athánatos, eléison himás. 2. Santo inmortal, ten piedad de
nosotros.
II
Cantores: Por ti yo azoté a Egipto y a sus primogénitos, / y tú me has
entregado para que me azoten.
1 y 2. repiten: Pueblo mío, ¿qué mal te he causado, / o en qué cosa te
he ofendido? Respóndeme.
Cantores: Yo te saqué de Egipto y te liberé del faraón en el Mar Rojo, /
y tú me has entregado a los sumos sacerdotes.
i y 2. repiten: Pueblo mío...
Cantores: Yo te abrí camino por el mar, / y tú me has abierto el costado
con tu lanza.
1. y 2. repiten: Pueblo mío...
Cantores: Yo te di a comer maná en el desierto, / y tú me has dado de
bofetadas y azotes.
1 y 2. repiten: Pueblo mío...
Cantores: Yo te di a beber el agua salvadora que brotó de la peña, / y tú
me has dado a beber hiel y vinagre.
1 y 2. repiten: Pueblo mío...
Cantores: Por ti yo herí a los reyes cananeos, / y tú, con una caña, me
has herido en la cabeza.
1 y 2. repiten: Pueblo mío...
Cantores: Yo puse en tus manos un cetro real, / y tú me has puesto en
la cabeza una corona de espinas.
1 y 2. repiten: Pueblo mío...
Cantores: Yo te exalté con mi omnipotencia, / y tú me has hecho subir
a la deshonra de la Cruz.
1 y 2. repiten: Pueblo mío...
Himno
Todos: Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. /
Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor. / Dulce
leño, dulces clavos. Dulce fruto que nos dio.
Cantores: Canta, oh lengua jubilosa, el combate singular / en que el
Salvador del mundo inmolado en una cruz, / con su sangre redentora
a los hombres rescató.
Todos: Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. /
Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Cantores: Cuando Adán, movido a engaño comió del fruto del Edén.
/ el Creador compadecido, desde entonces decretó / que un árbol nos
devolviera lo que un árbol nos quitó.
lodos: Dulce leño, dulces clavos. Dulce fruto que nos dio.
Cantores: Quiso, con sus propias armas, vencer Dios al seductor, / la
sabiduría a la astucia fiero duelo le aceptó, / para hacer surgir la vida
donde la muerte brotó.
Todos: Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. /
Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Cantores: Cuando el tiempo hubo llegado, el Eterno nos envió / a su
Hijo desde el cielo, Dios eterno como él, / que en el seno de una Virgen
carne humana revistió.
Todos: Dulce leño, dulces clavos. Dulce fruto que nos dio.
Cantores: Hecho un niño está llorando, de un pesebre en la estrechez. /
En Belén, la Virgen madre en pañales lo envolvió. / he allí al Dios potente,
pobre, débil, párvulo.
Todos: Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. /
Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Cantores: Cuando el cuerpo del Dios-Hombre alcanzó su plenitud, / al
tormento, libremente, cual cordero, se entregó, / pues a ello vino al mundo
a morir en una cruz.
I odos: Dulce leño, dulces clavos. Dulce fruto que nos dio.
Cantores: Ya se enfrenta a las injurias, a los golpes y al rencor, / ya la
sangre está brotando de la fuente de salud. / En qué río tan divino se
ha lavado la creación.
Todos: Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. /
Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Cantores: Árbol santo, cruz excelsa, tu dureza ablanda ya, / que tus
ramas se dobleguen al morir el Redentor / y en tu trono suavizado, lo
sostenga con piedad.
Todos: Dulce leño, dulces clavos. Dulce fruto que nos dio.
Cantores: Feliz puerto preparaste para el mundo náufrago / y
el rescate presentaste para nuestra redención, / pues la Sangre del
Cordero en tus brazos se ofrendó.
Todos: Cruz amable y redentora, árbol noble, espléndido. /
Ningún árbol fue tan rico, ni en sus frutos ni en su flor.
Vwá»aí)tiApASóN®.SLÑQí= 59
Según las condiciones el lugar o las tradiciones populares y, según la conve
lí i.e 11 c i a pas t.o ra 1, pu e d e c a n ta r s e S l ab a t M a te i; d e a c. ue r do a l G rad u a 1 Ro m. a n o,
o algún canto apropiado que recuerde el dolor de la Santísima Virgen María.
16. Terminada 1.a adoración, la Cruz es llevada por el diácono o por algún
ministro a su lugar cerca del altar. Las velas encendidas se colocan cerca, o
sobre e 1 a 1 ta r j u nto a 1 a Cru z.
Tercera parte
SAGRADA COMUNIÓN
17. Se extiende un mantel sobre el altar y se pone sobre él un corporal y el misal.
Entre tanto, el diácono o, en. su ausencia, el mismo sacerdote, habiéndose co
locado el paño de hombros, trae el Santísimo Sacramento del lugar de la reser
va directamente al altar, mientras todos permanecen de pie y en silencio. Dos
ministros con candelabros encendidos, acompañan al Santísimo Sacramento y
depositan luego los candelabros junto al altar o sobre él. después de que el diá
cono, si está presente, ha depositado el Santísimo Sacramento sobre el altar y ha
descubierto el. copón, se acerca el sacerdote al altar y hace genuflexión.
18. A continuación el sacerdote, teniendo las manos juntas, dice con voz. clara:
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina ense
ñanza, nos atrevemos a decir:
(BLANCO)
TIEMPO PASCUAL
DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR
VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA
1 • Según una tradición muy antigua, ésta es una noche de vigilia, en honor del Señor
(Ex 12,42). Los heles, llevando en la mano -según la exhortación evangélica (Le 12,35-
37)— lámparas encendidas, se asemejan a quienes esperan el regreso de su Señor para
que, cuando él vuelva, los encuentre vigilantes, y ios haga sentar a su mesa.
2. La Vigilia de esta noche, la más grande y noble de todas las solemnidades, sea
una sola para cada una de las iglesias. Así esta celebración de la Vigilia se desarro
lla de la. siguiente manera: después de la breve liturgia de la luz o “kicernarió” y
del Pregón, pascual (primera parte, de la Vigilia), la santa Iglesia, llena de fe en las
palabras y promesas del Señor, medita los portentos que él obró desde el principio
a favor de su pueblo (segunda parte o liturgia de la palabra), y cuando el día está
por llegar, encontrándose ya acompañada de sus nuevos miembros, renacidos en
62 SABADO SANIO
el Bautismo (tercera parte), es invitada a la mesa que el Señor ha preparado para
su pueblo por medio del memorial de su muerte y resurrección, hasta que vuelva
(cuarta parte).
3. Toda la celebración de la Vigilia Pascual se debe hacer en la noche, de modo que
no se debe comenzar antes del principio de la noche del sábado, ni terminar después
del alba del domingo de Resurrección.
4. La Misa de la Vigilia, aunque se celebre antes de la medianoche, es ya la Misa
pascual del domingo de Resurrección.
5, Quien participa en la Misa cíe la noche, puede comulgar en la Misa del día. Quien
celebra o concelebra en la Misa de la noche, puede celebrar o concelebrar también
en la Misa del día.
La Vigilia Pascual ocupa el lugar del oficio de lectura.
6. El diácono asiste como de costumbre al sacerdote. En su ausencia, su ministerio
lo asumen el sacerdote celebrante o concelebrante, con excepción de lo que se indica
más adelante.
El sacerdote y el diácono se revisten, desde el principio, como para la Misa, con
vestiduras blancas.
7. Prepárense suficientes velas para todos los fieles que participen en la Vigilia. Se
apagan todas las luces de la Iglesia.
Primera parte
SOLEMNE INICIO DE LA VIGILIA, O "LUCERNARIO"
SABADO SANIO 63
10. Enseguida el sacerdote bendice el fuego, diciendo con las manos extendidas:
Oremos. Dios nuestro, que por medio de tu Hijo comunicaste a tus
fieles el fuego de tu luz, santifica t este fuego nuevo y concédenos que,
al celebrar estas fiestas pascuales, se encienda en nosotros el deseo de las
cosa celestiales, para que podamos llegar con un espíritu renovado a las
fiestas de la eterna claridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R Amén.
11. Una vez bendecido el fuego nuevo, uno de los ministros lleva el cirio pascual
ante el celebrante. Este, con un punzón, grava una cruz en el cirio. Después, t raza
sobre él, la letra griega Alfa y, debajo, la letra Orncga; entre los brazos de la cruz
traza los cuatro números del año en curso, mientras dice:
1. Cristo ayer y hoy,
traza la línea vertical;
2. Principio y fin,
(raza la línea horizontal:
3. Alfa,
traza la letra Alfa, arriba de la línea vertical;
4. y Omega.
traza la letra Omega, debajo de la línea vertical;
5. Suyo es el tiempo
traza el primer número del año en curso,
en el ángulo superior izquierdo de la cruz;
6. y la eternidad.
traza el segundo número del año en curso,
en el ángulo superior derecho;
7. A él la gloria y el poder,
traza el tercer número del ano en curso.
en el ángulo inferior izquierdo;
8. por los siglos de los siglos. Amén,
traza el cuarto número el el año en curso.
en el ángulo inferior derecho.
12. Después de haber trazado la cruz y los demás signos el sacerdote puede incrustar
en el cirio cinco granos de incienso, en forma de cruz diciendo al mismo tiempo:
1. Por sus santas llagas
2. gloriosas
3. nos proteja
4. y nos guarde
5. Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
13. Cuando por alguna razón no se puede encender el fuego fuera de la iglesia, el
rito se acomoda a las circunstancias. El pueblo se reúne como de costumbre en la
iglesia. El celebrante, con los ministros, uno de los cuales lleva el cirio pascual, se
dirige a la puerta de entrada. El pueblo, en cuanto sea posible, se vuelve hacia el
sacerdote. Hecho el saludo y la monición como se indica en el número 9, ensegui
da se bendice el fuego y se prepara el cirio como se indica en los números 10-12.
14. El celebrante enciende el cirio pascual con el fuego nuevo, diciendo:
Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de
nuestro corazón y de nuestro espíritu.
En cuanto a los elementos precedentes, las Conferencias Episcopales pueden
establecer otras formas de hacer los ritos más acomodadas a la idiosincrasia
de cada pueblo.
Procesión
15. Encendido el cirio, uno de los ministros toma del fuego unos carbones ardientes y
los coloca en el incensario, y el sacerdote, en la forma acostumbrada, pone el incien
so. El diácono o, en su ausencia otro ministro idóneo, recibe de un ministro el cirio
pascual y se dispone la procesión. El turiferario con el incensario humeante se coloca
adelante del diácono o del otro ministro, que lleva el cirio pascual. Siguen el sacer
dote, los ministros y luego el pueblo, que llevan todos en la mano las velas apagadas.
En la puerta de la iglesia, el diácono se detiene y elevando el cirio, canta:
V. Luz de Cristo
Y todos responden:
R. Demos gracias a Dios.
El sacerdote enciende su vela de la llama del cirio pascual.
16. E n s eg u.i d a e 1 d i á c o n o a van za h a s tala m i ta d de 1 a i gles ia, se de t i e n e y el e -
va n d o e 1 c i r i o, c an t a p or segu n da vez:
Luz de Cristo.
Y todos responden:
Demos gracias a Dios.
Todos encienden su vela de la llama del cirio pascual y avanzan.
17. Al llegar ante el altar, el diácono, vuelto hacia el pueblo, eleva el cirio y
canta por tercera vez:
Luz de Cristo.
Y todos responden:
Demos gracias a Dios.
A continuación el diácono pone el cirio pascual en el candelabro que está prepa
rado junto al ambón o, en medio del presbiterio.
Y entonces se encienden las luces de la iglesia, con excepción de las velas del altar.
SABADO SANTO 65
~ M ¡salde se m a n .asan ta - C ICí.o B
Pregón pascual
18. Cuando el sacerdote llega al altar, se dirige a la sede, entrega su vela a un
ministro y bendice el incienso como lo hace en la Misa antes del Evangelio. El
diácono se acerca al sacerdote y diciendo: Padre, dame tu bendición, pide y
recibe la bendición del sacerdote, el cual dice en voz baja:
El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que proclames dig
namente su Pregón pascual; en el nombre del Padre, y del Hijo t, y del
Espíritu Santo.
Y el diácono responde: Amén.
Esta bendición se omite si el Pregón pascual es proclamado por otro que no
sea el diácono.
19. El diácono, habiendo incensado el libro y el cirio, proclama el Pregón
pascual desde el ambón o desde un atril. Todos permanecen de pie, teniendo
en las manos las velas encendidas.
El pregón puede cantarse también en su forma breve, p. 68
66 SABADO SANTO
Misal í>ií semana santa - Ciclo B
SABADO SANTO ■ 67
perfume, / se asocie a las lumbreras del cielo. / Que el lucero matinal lo
encuentre ardiendo, / ese lucero que no conoce ocaso, / Jesucristo, tu
Hijo, / que volviendo del abismo, / brilla sereno para el linaje humano /
y vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
©8 SABADO SANTO
Misal oí- sí-mana santa - Ciclo B ■—»»»•
Segunda parte
LITURGIA DE LA PALABRA
20. En esta Vigilia, “madre: de todas las Vigilias”, se proponen nueve lee tur;
siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo (la Epístola y el Evangelio), q
deben ser leídas todas, siempre que sea posible, para conservar la índole de
Vigilia, la cual exige que dure un tiempo prolongado.
21. Sin embargo, donde lo pidan las circunstancias pastorales verdaderame
te graves, puede reducirse el número de lecturas del Antiguo Téstamenl
pero téngase siempre en cuenta la lectura de la Palabra de Dios, es parte fu
da mental de esta Vigilia Pascual. Deben leerse, por lo menos tres lee tur
del Antiguo Testamento, tomadas de la Ley y de los Profetas, y cántense s
respectivos salmos responso ríales. Nunca se omita la tercera lectura, tornai
del capítulo 14 del Exodo, con su cántico.
22. Todos apagan sus velas y se sientan. Antes de comenzar las lecturas,
sacerdote exhorta a la asamblea con estas palabras u otras semejantes:
~7 O SABADO SANTO
Misa?, de se.mana santa • Ciclo B ——-
dos y multipliqúense; llenen las aguas del mar; que las aves se multipli
quen en la tierra. Fue la tarde y la mañana de quinto día.
Dijo Dios: “Produzca la tierra vivientes, según sus especies: animales
domésticos, reptiles y fieras, según sus especies”. Y así fue. Hizo Dios las
fieras, los animales domésticos y los reptiles, cada uno según su especie.
Y vio Dios que era bueno.
Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que
domine a los peces del mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos
y a todo animal que se arrastra sobre la tierra 1
Y creó Dios a su imagen; a imagen suya los creó; hombre y mujer
los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: “Sean fecundos y multipliqúense, llenen
la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a
todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”
Y dijo Dios: “He aquí que les entrego todas las plantas de semilla que
hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen fruto y
semilla, para que les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todos los seres
que respiran, también les doy por alimento las verdes plantas”. Y así fue.
Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno. Fue la tarde
y la mañana del sexto día.
Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos,
y terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto había
hecho. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
O forma breve:
Del libro del Génesis 1,1.26-31
En el principio creó Dios el cielo y la tierra. Y dijo Dios: “Hagamos
al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine a los peces del
mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos y a todo animal que
se arrastra sobre la tierra”.
Y creó Dios a su imagen; a imagen suya los creó; hombre y mujer
los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: “Sean fecundo y multipliqúense, llenen
la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo
y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”.
Y dijo Dios: “He aquí que les entrego todas las plantas de semilla que
hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen fruto y
Sabado santo ■ ~71
Misal de semana sania • Ciclo R
semilla, para que les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todos los
seres que respiran, también les doy por alimento las verdes plantas’
Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 103
R. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía; / Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza.
/ Te vistes de belleza y majestad, / la luz te envuelve como un manto. R.
Sobre bases inconmovibles / asentaste la tierra para siempre. / Con un
vestido de mares la cubriste / y las aguas en los montes concentraste. R.
En los valles haces brotar las fuentes, / que van corriendo entre monta
ñas; /junto al arroyo vienen a vivir las aves, / que cantan entre las ramas. R.
Desde tu cielo riegas los montes / y sacias la tierra del fruto de tus ma
nos; / haces brotar hierba para los ganados / y pasto para los que sirven al
hombre. R.
¡Qué numerosas son sus obras, Señor / y todas las hiciste con maestría! /
La tierra está llena de tus creaturas. / Bendice al señor, afina mía. R.
O bien:
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 32
R. La tierra está llena de tus bondades.
Sincera es la palabra del Señor / y todas sus acciones son leales. / El
ama la justicia y el derecho, / la tierra está llena de sus bondades. R.
La palabra del Señor hizo los cielos / y su aliento, los astros. / Los
mares encerró como en un odre / y como en una presa, los océanos. R.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor; / dichoso el pueblo que esco
gió por suyo. / Desde el cielo el Señor, atentamente, / mira a todos los
hombres. R.
En el Señor está nuestra esperanza, / pues él es nuestra ayuda y nues
tro amparo. / Muéstrate bondadoso con nosotros, / puesto que en ti,
Señor, hemos confiado. R.
ORACIÓN La creación.
Oremos. Dios todopoderoso y eterno, que en todas las obras de tu
amor te muestras admirable, concede a quienes has redimido, com-
~7 2 SABADO SANTO
MiSAl. PI: SEMANA SANTA - ClCl.O B «»«*«»»»
SEGUNDA LECTURA
Del libro del Génesis 22,1-18
En aquel tiempo Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: “¡ Abra-
ham, Abraham!” Él respondió: “Aquí estoy”. Y Dios le dijo: “Toma a
tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moria y
ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré”.
Abraham madrugó, aparejó su burro, tomó consigo a dos de sus cria
dos y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar
que Dios le había indicado. Al tercer día divisó a los lejos el lugar. Les
dijo entonces a sus criados: “Quédense aquí con el burro; yo iré con el
muchacho hasta allá, para adorar a Dios y después regresamos”
Abraham tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac
y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.
Isaac dijo a su padre Abraham: “¡Padre!” Él respondió: “¿Qué quieres,
hijo?” El muchacho contestó: “Ya tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde
está el cordero para el sacrificio?” Abraham le contestó: “Dios nos dará
el cordero para el sacrificio, hijo mío”. Y siguieron caminando juntos.
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levan
tó un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el
altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: “¡Abraham,
Abraham!” Él contestó: “Aquí estoy”. El ángel le dijo: “No descargues la
mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque
no le has negado a tu hijo único”. Abraham levantó los ojos y vio un
carnero, enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó el carnero y
SaBAOO SANIO - *73
Misal di:. semana santa •• Ciclo B
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 15
R. Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: / mi vida está en
sus manos. / Tengo siempre presente al Señor / y con él a mi lado,
jamás tropezaré. R.
74 &BAOO SANTO
MfSA!, Di: SEMANA SANTA • CiCf.O B
Sasado santo ■ V (d
Misal pe semana san i a - Ciclo B
SALMO RESPONSORIAL
Éxodo 15
R. Alabemos al Señor por su victoria.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria: / caballos y jinetes arrojó en el
mar. / Mi fortaleza y mi canto es el Señor, / él es mi salvación; / él es mi
Dios, y yo lo alabaré, / es el Dios de mis padres, y yo le cantaré. R.
El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. / Precipitó en el mal
los carros del faraón / y a sus guerreros; / ahogó en el mar Rojos a sus
mejores capitanes. R.
Las olas los cubrieron, / cayeron hasta el fondo, como piedras. / Señor,
tu diestra brilla por su fuerza, / tu diestra, Señor, tritura el enemigo. R.
Tú llevas a tu pueblo / para plantarlo en el monte que le diste en he
rencia, / en el lugar que convertiste en tu morada, / en el santuario que
construyeron tus manos. / Tú, Señor, reinarás para siempre. R.
76 Saba o
MiSAÍ. IJlí SEMANA SANTA - CK’1,0 B
O bien:
Dios nuestro, que manifestaste a la luz del Nuevo Testamento el
sentido profundo de los prodigios realizados en los tiempos antiguos,
dejándonos ver en el paso del Mar Rojo, una imagen del bautismo y en
el pueblo liberado de la esclavitud, un anuncio de los sacramentos del
pueblo cristiano, haz que todos los hombres, mediante la fe, participen
del privilegio del pueblo elegido y sean regenerados por la acción san-
tificadora de su Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
En caso de extrema necesidad, la siguiente es una de las lecturas de! Antiguo
Testamento que puede omitirse junto con el salmo y la oración que le sigue.
CUARTA LECTURA
Del profeta Isaías 54,5-14
“El que te creó, te tomará por esposa; su nombre es ‘Señor de los ejér
citos’ Tu redentor es el Santo de Israel; será llamado ‘Dios de la tierral
Como una mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor.
¿Acaso repudia uno a la esposa de su juventud?, dice tu Dios.
Por un instante te abandoné, pero con inmensa misericordia te vol
veré a tomar. En un arrebato de ira te oculté por un instante mi rostro,
pero con amor eterno me he apiadado de ti, dice el Señor, tu redentor.
Me pasa ahora como en los días de Noé: entonces juré que las aguas
del diluvio no volverían a cubrir la tierra; ahora juro no enojarme ya
contra ti ni volver a amenazarte. Podrán desaparecer los montes y hun
dirse las colinas, pero mi amor por ti no desaparecerá y mi alianza de
paz quedará firme para siempre. Lo dice el Señor, el que se apiada de ti.
Tú, la afligida, la zarandeada por la tempestad, la no consolada: He
aquí que yo mismo coloco tus piedras sobre piedras finas, tus cimientos
sobre zafiros; te pondré almenas de rubí y puertas de esmeralda y mura
llas de piedras preciosas.
Todos tus hijos serán discípulos del Señor, y será grande su prosperidad.
Serás consolidada en la justicia. Destierra la angustia, pues ya nada tienes
que temer; olvida tu miedo, porque ya no se acercará a ti”. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
S.A8AOO SANíO / /
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 29
R. Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré, Señor, pues no dejaste / que se rieran de mí mis enemigos. /
Tú, Señor, me salvaste de la muerte /ya punto de morir, me reviviste. R.
Alaben al Señor quienes lo aman, / den gracias a su nombre, / por
que su ira dura solo un instante / y su bondad, toda la vida. / El llanto
nos visita por la tarde; / por la mañana el júbilo. R.
Escúchame, Señor, y compadécete; / Señor, ven en mi ayuda. / Con
vertiste mi duelo en alegría, / te alabaré por eso eternamente. R.
QUINTA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 55,1-11
Esto dice el Señor: “Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por
agua; y los que tienen dinero; vengan, tomen trigo y coman; tomen
vino y leche sin pagar. ¿Por qué gastar el dinero en lo que no es pan
y el salario, en lo que no alimenta?
Escúchenme atentos y comerán bien, saborearán platillos sustan
ciosos. Préstenme atención, vengan a mí escúchenme y vivirán.
Sellaré con ustedes una alianza perpetua, cumpliré las promesas
que hice a David. Como a él lo puse por testigo ante los pueblos,
como príncipe y soberano de las naciones, así tú reunirás a un pue
blo desconocido, y las naciones que no te conocían acudirán a ti, por
amor del Señor, tu Dios, por el Santo de Israel, que te ha honrado.
Busquen al Señor mientras lo puedan encontrar, invóquenlo
mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el cri
minal, sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; nuestro
Dios, que es rico en perdón.
78 - SABADO SANTO
M i S A i. Di- SEMANA 8 A N 1’A - CIC. I .O B
SALMO RESPONSORIAL
Isaías 12
R. El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor es mi Dios y salvador: / con él estoy seguro y nada temo. / El
Señor es mi protección y mi fuerza, / y ha sido mi salvación. / Sacarán
agua con gozo / de la fuente de salvación. R.
Den gracias al Señor, / invoquen su nombre, / cuenten a los pueblos
sus hazañas, / proclamen que su nombre es sublime. R.
Alaben al Señor por sus proezas, / anúncienlas a toda la tierra. /
Griten jubilosos, habitantes de Sión, / porque el Dios de Israel / ha sido
grande con ustedes. R.
SEXTA LECTURA
Del profeta Baruc 3,9-15.32-4,4
Escucha, Israel, los mandatos de vida, presta oído para que adquieras pru
dencia. ¿A qué se debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que enve
jezcas en tierra extranjera, que te hayas contaminado por el trato con los
muertos, que te veas contado entre los que descienden al abismo?
Misal pi- semana santa Ciclo B
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 18
R. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta del todo/ y reconforta el alma; / inmuta
bles son las palabras del Señor / y hacen sabio al sencillo. R.
En los mandamientos del Señor hay rectitud / y alegría para el co
razón; / son luz los preceptos del Señor / para alumbrar el camino. R.
La voluntad de Dios es santa / y para siempre estable; / los mandatos
del Señor son verdaderos / y enteramente justos. R.
Más deseables que el oro y las piedras preciosas, / las normas del
Señor, / y más dulces que la miel / de un panal que gotea. R.
SÉPTIMA LECTURA
Del libro del profeta Ezequiel 36,16-28
En aquel tiempo, me fue dirigida la palabra del Señor en estos térmi
nos: “Hijo de hombre, cuando los de la casa de Israel habitaban en su
tierra, la mancharon con su conducta y con sus obras; como inmundi
cia fue su proceder ante mis ojos. Entonces descargué mi furor contra
ellos, por la sangre que habían derramado en el país y por haberlo
profanado con sus idolatrías. Los dispersé entre las naciones y andu
vieron errantes por todas las tierras. Los juzgué según su conducta,
según sus acciones los sentencié. Y en las naciones a las que se fueron,
desacreditaron mi nombre, haciendo que de ellos se dijera: ‘Este es el
pueblo del Señor, y ha tenido que salir de su tierra.
Pero, por mi santo nombre, que la casa de Israel profanó entre las
naciones a donde llegó, me he compadecido. Por eso, dile a la casa de
Israel: ‘Esto dice el Señor: no lo hago por ustedes, casa de Israel. Yo
mismo mostraré la santidad de mi nombre excelso, que ustedes pro
fanaron entre las naciones. Entonces ellas reconocerán que yo soy el
Señor, cuando, por medio de ustedes les haga ver mi santidad.
Los sacaré a ustedes de entre las naciones, los reuniré de todos los
países y los llevaré a su tierra. Los rociaré con agua pura y quedarán
purificados; los purificaré de todas sus inmundicias e idolatrías.
Les daré un corazón nuevo y les infundiré un espíritu nuevo; arran
caré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Les
infundiré mi espíritu y los haré vivir según mis preceptos y guardar y
cumplir mis mandamientos. Habitarán en la tierra que di sus padres;
ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios”. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
De los salmos 41 y 42
R. Estoy sediento del Dios que da la vida.
Como el venado busca / el agua de los ríos, / así, cansada, mi alma /
te busca a ti, Dios mío. R.
Del Dios que la da la vida/ está mi ser sediento. / ¿Cuándo será po
sible / ver de nuevo su templo? R.
Recuerdo cuando íbamos / a casa del Señor, / cantando jubilosos, /
alabanzas a Dios. R.
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; / que ellas se conviertan en mi
guía / y hasta tu monte santo me conduzcan, / allí donde tú habitas. R.
Al altar del Señor me acercaré, / al Dios que es mi alegría, /ya mi
Dios, el Señor, le daré gracias / al compás de la cítara. R.
Sabaüo sanio 81
O bien, cuando hay bautizos:
Isaías 12, 2-6
R. El Señor es mi Dios y salvador.
El Señor es mi Dios y salvador, / con él estoy seguro y nada temo. / El
Señor es mi protección y mi fuerza / y ha sido mi salvación. / Sacarán
agua con gozo de la fuente de la salvación. R.
Den gracias al Señor, / invoquen su nombre, cuenten a los pueblos
sus hazañas, / proclamen que su nombre es sublime. R.
Alaben al Señor por sus proezas, / anúncienlas a toda la tierra. /
Griten jubilosos habitantes de Sión, / porque el Dios de Israel / ha sido
grande con ustedes. R.
O bien:
Del salmo 50
R. Crea en mí, Señor, un corazón puro.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, / un espíritu nuevo para cum
plir tus mandamientos. / No me arrojes, Señor, lejos de ti, / ni retires
de mí tu santo espíritu. R.
Devuélveme tu salvación, que regocija, / y mantén en mí un alma generosa.
/ Enseñaré a los descarriados tus caminos / y volverán a ti los pecadores. R.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios / y si te ofreciera un
holocausto, no te agradaría. / Un corazón contrito te presento, y a un
corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R.
82 ■ Sábado sanio
MíSAl. DE SEMANA SANIA - CíCl.O B
23. Ternuñada la última lectura del Antiguo Testamento, con su salmo res
pe ns orí al y la oración correspondiente, se encienden las velas del altar, y el
sacerdote entona el himno Gloria a Dios en el cielo, que todos prosiguen,
mientras se tocan las campanas, de acuerdo con la costumbre de cada lugar.
Gloria a Dios en el cielo.
Oremos. Dios nuestro, que haces resplandecer esta noche con la
gloria de la resurrección del Señor, aviva en tu Iglesia el espíritu de
adopción filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos entregue
mos fielmente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
R. Amén.
EPÍSTOLA
De la carta del Apóstol san Pablo a ios Romanos 6,3-11
Hermanos: Todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús
por medio del bautismo, hemos sido incorporados a su muerte. En
efecto, por el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, para
que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del
Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva.
Porque, si hemos estado íntimamente unidos a él por una muerte
semejante a la suya, también lo estaremos en su resurrección. Sa
bemos que nuestro viejo yo fue crucificado con Cristo, para que el
cuerpo del pecado quedara destruido, a fin de que ya no sirvamos al
pecado, pues el que ha muerto queda libre del pecado.
Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que tam
bién viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de en
tre los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya no tiene dominio sobre él,
porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al resucitar,
vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado
y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SABADO SANTO S3
•- Misal di- semana santa - (’.u.io B
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117
R Aleluya, aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, / porque tu misericor
dia es eterna. / Diga la casa de Israel: / “Su misericordia es eterna”. R.
La diestra del Señor es poderosa, / la diestra del Señor es nuestro
orgullo. / No moriré, continuaré viviendo, / para contar lo que el Señor
ha hecho. R.
La piedra que desecharon los constructores, / es ahora la piedra an
gular. / Esto es obra de la mano del Señor, / es un milagro patente. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16,1-7
A: “Gloria a ti, Señor”
Transcurrido el sábado, María Magdalena, María (la madre de San
tiago) y Salomé, compraron perfumes para ir a embalsamar a Jesús.
Muy de madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, se
dirigieron al sepulcro. Por el camino se decían unas a otras: “¿Quién
nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?” Al llegar, vieron que
la piedra ya estaba quitada, a pesar de ser muy grande.
Entraron en el sepulcro y vieron a un joven, vestido con una túnica
blanca, sentado en el lado derecho, y se llenaron de miedo. Pero él les
dijo: “No se espanten. Buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucifica
do. No está aquí; ha resucitado. Miren el sitio donde lo habían puesto.
Ahora vayan a decirles a sus discípulos y a Pedro: 'Él irá delante de
ustedes a Galilea. Allá lo verán, como él les dijo’”. Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Tercera parte
LITURGIA BAUTISMAL
28. Después de la homilía se pasa a la liturgia bautismal. El sacerdote con los ministros
se dirige a la fuente bautismal, si es que ésta se encuentra a la vista de los fieles. De lo
contrario se pone un recipiente con agua en el presbiterio.
29. Si hay catecúmenos, son llamados por su nombre y presentados por los padrinos,
o si son niños, son llevados por sus papas y sus padrinos frente a toda la asamblea.
30. Si tiene lugar la procesión al bautisterio o a la fuente bautismal, se organiza en este
momento. Va delante el ministro con el cirio pascual; lo siguen los bautizandos con
sus padrinos, enseguida los ministros, el diácono y el sacerdote. Durante la procesión
se cantan las letanías. Terminadas las letanías, el sacerdote hace la monición.
31. Si, en cambio, se lleva a cabo la liturgia bautismal en el presbiterio, el sacerdote in
mediatamente hace la monición introductoria con estas palabras u otras semejantes:
Sábado santo 85
MISA!. tí!i SIMANA S,AN TA - CIC LO B
Si hay bautismos:
Para que estos elegidos renazcan a la vida nueva por medio del bau
tismo, te rogamos, óyenos.
Si no hay bautismos:
Para que santifiques esta fuente bautismal, por la que renacerán rus
hijos a la vida nueva, te rogamos, óyenos.
Jesús, Hijo de Dios vivo, te rogamos, óyenos.
Cristo, óyenos. Cristo óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
S i h a y b a u t is m os, el sacerd o t e> co n las m a n os ex te n d id as, d i c e es t a o rae i ón:
Derrama, Señor, tu infinita bondad en este sacramento dei bautismo y envía
tu santo Espíritu, para que haga renacer de la fuente bautismal a estos nue
vos hijos tuyos, que van a ser santificados por tu gracia, mediante nuestra
humilde colaboración en este ministerio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Dios nuestro, que con tu poder invisible realizas obras admirables por
medio de los signos sacramentales y has hecho que tu creatura, el agua,
signifique de muchas maneras la gracia del bautismo;
Dios nuestro, cuyo Espíritu aleteaba sobre la superficie de las aguas en
los mismos principios del mundo, para que ya desde entonces el agua re
cibiera el poder de dar la vida;
Dios nuestro, que incluso en las aguas torrenciales del diluvio prefigu
raste el nuevo nacimiento de los hombres, al hacer de una manera miste
riosa, un mismo elemento diera fin al pecado y origen a la virtud;
Dios nuestro, que hiciste pasar a pie, sin mojarse, el Mar Rojo a los hijos
de Abraham, a fin de que el pueblo, liberado de la esclavitud del faraón,
prefigurara al pueblo de los bautizados;
Dios nuestro, cuyo Hijo, al ser bautizado por el Precursor en el agua
del Jordán, fue ungido por el Espíritu Santo; suspendido en la cruz,
quiso que brotaran de su costado sangre y agua; y después de su resu
rrección mandó a sus apóstoles: “vayan y enseñen a todas las naciones,
bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”:
mira ahora a tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente del bautismo.
Que por la obra del Espíritu Santo esta agua adquiera la gracia de tu
Unigénito, para que el hombre, creado a tu imagen, limpio de su anti
guo pecado, por el sacramento del bautismo, renazca a la vida nueva
por el agua y el Espíritu Santo.
Si se cree oportuno, introduce el cirio pascual en el agua, una o tres veces, diciendo:
Te pedimos, Señor, que por tu Hijo, descienda sobre el agua de esta
fuente el poder del Espíritu Santo,
Manteniendo el cirio dentro del agua, prosigue:
SABADO SANIO • 87
— Misal dí. sí-mana santa - Ciclo B
Y después de una breve pausa en silencio, dice la siguiente oración, con las
manos extendidas:
Señor, Dios nuestro, mira con bondad a este pueblo tuyo, que vela
en oración en esta noche santísima, recordando la obra admirable de
88 SABADO SANIO
“« MiSAL DI-, SEMANA SANTA ■ ClCi.O B
O bien:
Sacerdote: ¿Renuncian ustedes al pecado,para vivir en la libertad de los
hijos de Dios?
Todos: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Renuncian a todas las seducciones del mal, para que el
pecado no los esclavice?
"lodos: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Renuncian a Satanás, padre y autor de todo pecado?
Todos: Sí, renuncio.
Basado sankj ■ 89
" MlSAl. !>ir. SEMANA SANTA - CiCLO B
ANTÍFONA
Vi brotar agua del lado derecho del templo, aleluya.
Vi que en todos aquellos que recibían el agua, surgía una vida nueva
y cantaban con gozo: Aleluya, aleluya.
Se puede cantar también algún otro canto de índole bautismal
48. Mientras tanto los neófitos son conducidos a su lugar entre los fieles. Si. la ben
dición. del agua bautismal no se hizo en el bautisterio, el diácono y los ministros
llevan a la Líente bautismal con toda reverencia, un recipiente con. el agua bendita.
Si no l.iubo bendición de la fuente, el agua bendita se coloca en. un. lugar apropiado.
49. Hecha la aspersión, el sacerdote vuelve a la sede, en donde, omitido el Credo,
dirige la oración universal en la cual toman parte los neófitos por primera vez.
Cuarta parte
LITURGIA EUCARÍSTICA
50. El sacerdote va al. altar y comienza la liturgia eucaríslica en la forma acostumbrada.
51. Es conveniente que el pan y el vino sean presentados por los neófitos o, si
son niños, por sus papas o padrinos.
ORACIÓN UNIVERSAL
Monición del sacerdote: Partícipes de la inmensa misericordia de
Dios, que nos ha renovado con la resurrección de su Hijo, pidamos,
90
MIS A l. i S t; M A N A S A N TA -■ C 1<i .C) í 5 --
SABADO SANTO 91
M1SAI !>i- SI-MANA SANTA - C 1(3,0 B
56. Es conveniente que los neófitos reciban la sagrada Comunión bajo las dos espe
cies, junto con sus padrinos, madrinas, papas y esposos católicos, y con los catequistas
laicos. Es conveniente también, con. el consentimiento del obispo diocesano, donde
las circunstancias lo aconsejen, que todos los fieles reciban la sagrada Comunión bajo
las dos especies.
2. ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por medio de tu Unigénito, vencedor de la muerte,
nos has abierto hoy las puertas de la vida eterna, concede a quienes
celebramos la solemnidad de la resurrección del Señor, resucitar tam
bién en la luz de la vida eterna, por la acción renovadora de tu Espíritu.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo es Dios por los siglos de los siglos.
R, Amén.
PRIMERA LECTURA
De los Hechos de los Apóstoles 10,3437-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: “Ya saben ustedes lo su
cedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bau
tismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu
Santo a Jesús de Nazaret y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando a
todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de cuanto él hizo en Judea y en Jerusalén.
DuMíNGO DE LA RESURRECIÓH DEL SEÑOR 93
•«- Misal bií semana santa - Ciclo B
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117
R. Este es el día de triunfo del Señor. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, / porque tu misericor
dia es eterna. / Diga la casa de Israel: / “Su misericordia es eterna’. R.
La diestra del Señor es poderosa, / la diestra del Señor es nuestro
orgullo. / No moriré, continuaré viviendo / para contar lo que el Señor
ha hecho. R,
La piedra que desecharon los constructores, / es ahora la piedra an
gular. / Esto es obra de la mano del Señor, / es un milagro patente. R.
SEGUNDA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3,1-4
A: Gloria a ti Señor
Hermanos: Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen
los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios.
Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra,
porque han muerto y su vida está con Cristo en Dios. Cuando se ma
nifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifes
tarán gloriosos, juntamente con él. Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SECUENCIA
Sólo el día de hoy es obligatoria; durante 1.a octava es opcional.
Ofrezcan los cristianos ‘¿Qué has visto de camino, Primicia de los muertos,
ofrendas de alabanza María en la mañana?” sabemos por tu gracia
a gloria de la víctima A mi Señor glorioso, que estás resucitado;
propicia de la Pascua. la tumba abandonada, la muerte en ti no manda.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Juan 20,1 -9
A: "Gloria a ti, Señor”
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María
Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo separaba. Echó
a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo,
a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y
no sabemos dónde lo habrán puesto”.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban
corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y
llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en
el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró
en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario,
que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos
en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el
otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó,
porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las
cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN UNIVERSAL
Monición del sacerdote: Hermanos y hennanas, pidamos juntos al Señor,
en estos días alegres de la Pascua, la renovación espiritual de los creyentes
y la fe en Cristo resucitado para todos los que aún no lo conocen.
Digámosle con fe: Te rogamos, Señor.
R. Te rogamos, Señor.
1. Por la santa Iglesia de Dios, para que al contemplar asidua
mente a su Señor que reina en los cielos, no se deje cautivar por los
bienes de la tierra, reguemos al Señor.
2. Por todos los pueblos de la tierra, para que lleguen a conocer a
Jesucristo como salvador de todos los hombres, roguemos al Señor.
3. Por todos los que estamos aquí reunidos, para que el triunfo de
Jesucristo sobre la muerte, nos haga esperar la venida definitiva de
su reino, roguemos al Señor.
4. Por todos nosotros, para que en medio del mundo, demos testi
monio con nuestra vida, de que el destino del hombre no está en este
mundo, reguemos al Señor.
Oración: Señor Dios, que libraste de la muerte a tu Hijo, nuestro
Señor Jesucristo, escucha con amor las oraciones de la iglesia y lí
brala de todos los males. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Se dice Credo.
4. PREFACIO DE PASCUA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, glorifi
carte siempre, Señor, pero más que nunca (en esta noche) (en este día)
(en este tiempo), en que Cristo nuestra Pascua, fue inmolado.
Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo:
muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se des
borda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcán
geles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo...