Binomio - Fernando Mejias

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EL BINOMIO DE

NEWTON

Fernando Mejías
Para mi hija
Ixhel
por la alegría que me ha brindado
en el pequeño trazo
del infinito binomio espacio–tiempo
que es La Vida
EL BINOMIO DE
NEWTON

Fernando Mejías

Universidad de Los Andes


Núcleo Universitario “Rafael Rangel”
El manuscrito fue procesado utilizando LATEX 2" , es decir, básicamente
LATEX con algunos “macros” especiales de AMS-LATEX. La fuente princi-
pal del texto es New Baskerville, una variante moderna (y ligeramente
menos estilizada) de la clásica Baskerville, pero para resaltar la natura-
leza clásica del material de las traducciones se usa una combinación de
Book Antigua y Bookman Old Style. Las fuentes matemáticas princi-
pales son Math Tme Professional II (“lite”) de Publish or Perish, Inc.
Cualquier crítica, comentario, sugerencia y/o reporte de errores (de
transcripción o de contenido) será apreciado y puede ser enviado al au-
tor vía correo electrónico a la siguiente dirección: fmejias@ula.ve
EL BINOMIO DE
NEWTON
Por desgracia, un título ya es una clave
interpretativa. Es imposible sustraerse a
las sugerencias que generan Rojo y negro o
Guerra y paz. Los títulos que más respetan
al lector son aquellos que se reducen
al nombre del héroe epónimo, como
David Copperfield o Robinson Crusoe, pero
incluso esa mención puede constituir una
injerencia indebida por parte del autor. . .
Quizá habría que ser honestamente
deshonestos, como Dumas, porque es evidente
que Los tres mosqueteros es, de hecho, la
historia del cuarto. Pero son lujos raros, que
quizá el autor sólo puede permitirse
por distracción.
UMBERTO ECO
PREFACIO

a mayoría de los estudiantes de bachillerato y de primer año en la


L universidad aprenden a utilizar una fórmula, con la cual se calcula
la potencia de una suma de dos números, teniendo como exponente
un número natural. Casi en todos los libros de texto, esta fórmula es
conocida con el nombre de “teorema del binomio”; pero, con cierta
informalidad, se ha establecido una tradición de designarla como “el
binomio de Newton”. Un examen de la historia permite comprobar que
dicha fórmula era conocida en tiempos anteriores a los del matemático
inglés; sin embargo, la tradición no está del todo errada, ciertamente
Newton hizo un gran aporte en esta área.

Hacia el año 1665, cuando Newton había completado su programa


de estudios de pregrado en la Universidad de Cambridge, se trasladó a
su casa materna en el campo debido a una epidemia de peste que ame-
nazaba a la ciudad. Por un período de dos años trabajó incansablemente
en un conjunto de problemas que marcaron la que sería la obra cientí-
fica de su vida.

En el área de las Matemáticas, durante este período, Newton in-


ventó su método de fluxiones, que hoy llamamos Cálculo. En relación
con este método desarrolló la teoría de series infinitas, específicamente
la serie binómica que generaliza el teorema del binomio al caso en que
el exponente no es necesariamente un número natural.

En este pequeño libro tratamos de presentar la historia del desa-


rrollo de la idea que gira en torno al teorema del binomio y la serie

xi
xii Prefacio

binómica, enfatizando el hecho de que no existe un resultado particular


que los matemáticos denominen oficialmente “el binomio de Newton”.

Al llegar a este punto vienen a mi memoria los comentarios de


Umberto Eco acerca del título de una novela y aplicamos su consejo de
forma inversa: este libro es como una novela titulada “el cuarto mos-
quetero” cuando en realidad trata de los otros tres—o, más precisa-
mente, “el tercer mosquetero” cuando en realidad trata de los otros
dos—. Este fenómeno se puede explicar con el hecho de que este li-
bro no es una novela, aunque nos gustaría pudiera ser leído como tal.
Una explicación más plausible es el hecho de que la obra de Newton
sobre el tema fue tan original y tuvo tal impacto que bien puede usarse
su nombre para todo el asunto.

El tema se desarrolla en cinco capítulos, en el primero de los


cuales se introducen los coeficientes binomiales; en los dos siguientes
se estudian el teorema del binomio y de la serie binómica; en el cuarto
se presenta de una generalización del teorema del binomio en el campo
del Álgebra y en el último se consideran algunas perspectivas sobre las
implicaciones históricas en Análisis. Los Capítulos 2 y 3 tienen apéndices
con material preliminar, de forma que el libro resulte relativamente au-
tocontenido. El Capítulo 5 tiene dos apéndices, uno de los cuales pre-
senta dos cartas de Newton donde explica algunas de sus investigaciones
y el otro consiste en una traducción de un extracto de los Principia en el
que Newton hace uso de la serie binómica en sus investigaciones sobre
las obras de los planetas.

Los teoremas y los ejemplos son enumerados en forma consecutiva


dentro del capítulo correspondiente; el final de la demostración de cada
teorema se indica con el “símbolo” , mientras que para los ejemplos
se usa un “cuadrado vacío” . Los Capítulos 1 y 2 contienen secciones
de problemas cuyas soluciones presentamos al final. También incluimos
una Reseña Bibliográfica con referencias al material utilizado en esta in-
vestigación, así como algunas otras que pueden servir de orientación en
estudios posteriores.

Finalmente, deseo expresar mi agradecimiento a mis familiares y


Prefacio xiii

amigos por su apoyo y estímulo, así como a todas las personas e institu-
ciones que han colaborado para la producción de este libro, en especial
al Comité Organizador de la XVI Escuela Venezolana para la Enseñanza
de la Matemática 2012, por invitarme a participar como instructor en
uno de sus cursos con este libro sirviendo de texto.

Universidad de Los Andes FERNANDO MEJÍAS


Núcleo Universitario “Rafael Rangel”
Trujillo, Jueves, 17 de Mayo de 2012
ÍNDICE GENERAL

Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xi
Capítulo 1. El Triángulo de Pascal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Problemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Capítulo 2. El Teorema del Binomio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Problemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Apéndice 1. Principio de Inducción Matemática . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
Capítulo 3. La Serie Binómica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Apéndice 1. Polinomio de Taylor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
Apéndice 2. Series Infinitas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Apéndice 1. Series de Potencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
Capítulo 4. El Binomio de Newton en Álgebra . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Capítulo 5. El Binomio de Newton en Análisis . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Apéndice 1. Dos Cartas de Newton . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Apéndice 2. El Binomio de Newton en los Principia . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Reseña Bibliográfica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Soluciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
Índice Alfabético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105

xv
EL BINOMIO DE
NEWTON
El conocimiento hace prodigiosos
viajes y lo que ahora nos parece
un instante en el tiempo resulta ser
una larga progresión de un lugar
a otro, de una ciudad a otra. Las
caravanas llevan con sus mercancías
los métodos de comercio de sus
países —las pesas y medidas,
los métodos de cálculo. . .
JACOB BRONOWSKI
C APÍTULO 1
EL TRIÁNGULO DE PASCAL

esde tiempos muy antiguos se estudiaron potencias de binomios,


D como por ejemplo, uno de los casos más simples: para dos números
cualesquiera a y b tenemos

.a C b/2 D .a C b/.a C b/
D a.a C b/ C b.a C b/
D aa C ab C ba C bb;
D a2 C 2ab C b 2 :

Esta fórmula, que los estudiantes de bachillerato suelen aprender


como una poesía, tiene una interpretación geométrica interesante.

b ab b2

a a2 ab

a b

FIGURA 1.

3
4 Capítulo 1

Supongamos que a; b > 0; si construimos un cuadrado de lado


a C b, tenemos que .a C b/2 representa su área (Figura 1). Notemos que
este cuadrado se puede descomponer en cuatro rectángulos menores,
dos de ellos cuadrados de áreas a2 y b 2 , y otros dos de áreas ab.
Desarrollando un cálculo similar al descrito arriba se puede de-
mostrar que
.a b/2 D a2 2ab C b 2 ;

aunque lo más elegante sería aplicar la primera fórmula, así:

.a b/2 D .a C . b//2
D a2 C 2a. b/ C . b/2
D a2 2ab C b 2 :

Debemos tomar en cuenta que a pesar de la simplicidad de estas


fórmulas, en su momento representaron grandes logros, sobre todo si
tomamos en cuenta que la notación no estaba tan refinada como en la
actualidad.
La introducción de mejoras en la notación facilitó la consideración
de potencias de binomios con coeficientes superiores a 2, obteniendo
igualdades como las siguientes

.a C b/3 D .a C b/.a C b/2


D a3 C 3a2 b C 3ab 2 C b 3 ;
.a C b/4 D .a C b/.a C b/3
D a4 C 4a3 b C 6a2 b 2 C 4ab 3 C b 4 y
.a C b/5 D .a C b/.a C b/4
D a5 C 5a4 b C 10a3 b 2 C 10a2 b 3 C 5ab 4 C b 5 :

Cuando los resultados se colocan todos juntos empieza a aparecer un


interesante patrón que involucra expresiones de la forma aj b k y ciertos
El Triángulo de Pascal 5

coeficientes, con una simetría notable:

.a C b/0 D 1;
.a C b/1 D a C b;
.a C b/2 D a2 C 2ab C b 2 ;
.a C b/3 D a3 C 3a2 b C 3ab 2 C b 3 ;
.a C b/4 D a4 C 4a3 b C 6a2 b 2 C 4ab 3 C b 4 ;
.a C b/5 D a5 C 5a4 b C 10a3 b 2 C 10a2 b 3 C 5ab 4 C b 5 :

A partir de éstos y otros casos el patrón hallado llevó a distribuir


los coeficientes en un arreglo especial

1
1 1
1 2 1
1 3 3 1
1 4 6 4 1
1 5 10 10 5 1

Notemos que en esta distribución los números que aparecen en cada fila
a partir de la tercera (en orden descendente) se obtienen como la suma
de los dos números más cercanos en la fila anterior, de tal manera que
la séptima fila es
1 6 15 20 15 6 1;
y por lo tanto tenemos

.a C b/6 D a6 C 6a5 b 2 C 15a4 b 2 C 20a3 b 3 C 15a2 b 4 C 6ab 5 C b 6 :

Este esquema de disposición de los coeficientes binomiales es conocida


como el triángulo de Pascal, en honor al sabio francés Blaise Pascal
(Figura 2).
Pascal fue un niño prodigio nacido en 1623 y que a la temprana
edad de dieciseis años escribió el Essai pur les Coniques (Ensayo sobre
6 Capítulo 1

las Cónicas) donde desarrolla en forma sistemática, y con notación mo-


derna, el estudio de estas curvas desde la época de Apolonio de Perga.
Poco tiempo después se dedica al estudio de los fluidos y conoce a
René Descartes, coincidiendo con la profundización de sus estudios en
filosofía y el inicio de una vida dedicada a la exploración de la fé.

FIGURA 2. Retrato de Blaise Pascal.

La etapa contemplativa de su vida se ve interrumpida durante un


breve período durante el que se dedicó al estudio de la “máquina arit-
mética”, una especie de calculadora mecánica, y publicó sobre las pro-
piedades de los líquidos y el aire.
En el año 1654 escribió el Traité du Triangle Arithmétique (Tratado
del Triángulo Aritmético) en el que hace aplicaciones de los coeficientes
binomiales a varios problemas. El triángulo aritmético es el nombre
con el que se conocía en esa época la distribución de los coeficientes
binomiales:
1 1 1 1 1 : : :
1 2 3 4 : :
1 3 6 : :
1 4 : :
1 : :

donde cada número k en una fila es la suma de los todos números en la


El Triángulo de Pascal 7

fila anterior que se encuentran en la columna que corresponde a k y en


todas las anteriores.
Luego de esta breve incursión en las matemáticas, Pascal retorna
al campo de la teología al que se dedica hasta el final de su vida en 1662.
Algunos autores se refieren al triángulo de Pascal como el trián-
gulo de Tartaglia, en honor al matemático italidano del siglo XVI, Ni-
colo Tartaglia (Figura 3), quien es famoso por su participación en un du-
elo matemático en el que presentó la solución para la ecuación cúbica.

FIGURA 3. Retrato de Nicolo Tartaglia.

En realidad es casi imposible adjudicar créditos en forma justa so-


bre esta materia, pues se sabe que al menos algunos de los coeficientes
binomiales eran conocidos en tiempos muy antiguos. Por ejemplo, en
la Europa del siglo XVI se publicaron tablas con algunos valores de los
coeficientes binomiales. Además es un hecho que en oriente se traba-
jaba con estos números y se conocían su propiedades principales, sobre
todo entre los eruditos los eruditos hindúes y los matemáticos de la gran
escuela de Bagdad, quienes disfrutaban desarrollando cálculos compli-
cados e investigando propiedades de los números naturales. Es muy
revelador, un antiguo manuscrito de origen chino en el cual se puede
apreciar la presentación de los elementos del triángulo de Pascal hasta
la seṕtima fila, inclusive distribuidos en forma de triángulo (Figura 4).
8 Capítulo 1

FIGURA 4.

El patrón matemático detrás de los coeficientes binomiales fue de-


sarrollado hasta conseguir una formulación más compacta de todo el
esquema introduciendo una notación que facilita la manipulación de
las fórmulas y, sobre todo, la posibilidad de generalización de las mis-
mas. Para empezar, dado un número natural n definimos el factorial de
n por

nŠ D n.n 1/    2  1;

y por convenio establecemos 0Š D 1.


Entonces si n y k son dos números enteros no negativos con 0  k  n,
El Triángulo de Pascal 9

!
n
definimos el coeficiente binomial así:
k
!
n nŠ
D ;
k kŠ.n k/Š
!
n n.n 1/    .n k C 1/
o, en forma equivalente, D : En particular,
k kŠ
el convenio 0Š D 1 implica que
! !
0 n
D D 1:
0 n
!
n
Notemos que el número corresponde al k-ésimo número de la n-
k
ésima fila en el triángulo de Pascal, es decir, tenemos
0

0

1 1
0 1

2 2 2
0 1 2

3 3 3 3
0 1 2 3
:::

Como una muestra de la utilidad de esta notación tenemos la simplifi-


cación del esquema de presentación de los coeficientes binomiales des-
crito arriba, como queda establecido en la siguiente proposición.

LEMA 1
Para todos los números naturales n y k, con k  n, tenemos
! ! !
nC1 n n
D C :
k k 1 k
10 Capítulo 1

DEMOSTRACIÓN
Aplicando directamente de la definición se tiene
! !
n n nŠ nŠ
C D C
k 1 k .k 1/Š.n k C 1/Š kŠ.n k/Š
k nŠ .n C 1 k/nŠ
D C
kŠ.n C 1 k/Š kŠ.n C 1 k/Š
.n C 1/nŠ
D
kŠ.n C 1 k/Š
.n C 1/Š
D
kŠ.n C 1 k/Š
!
nC1
D :
k

Otro hecho cuya demostración se convierte en un cálculo trivial


con la notación es la simetría de las filas del triángulo de Pascal.

LEMA 2
Para todos los números naturales n y k, con k  n, tenemos
! !
n n
D :
k n k

Existe un hecho acerca de los coeficientes binomiales de aparien-


cia tan inocente que puede dar la impresión de ser evidente, pero que re-
quiere un argumento formal, en efecto aquí presentamos dos demostra-
ciones de tal hecho.

TEOREMA 3
!
n
Para todos los números naturales n y k con k  n tenemos que es un
k
número natural.
El Triángulo de Pascal 11

PRIMERA DEMOSTRACIÓN DEL TEOREMA 3


Esta prueba se desarrolla
! utilizando el principio de inducción matemáti-
!
1 n
ca. Evidentemente es un número natural. Supongamos que
1 k
es un número natural para todo k  n. Pero
! ! !
nC1 n n
D C para todo k  n;
k k 1 k
!
nC1
por el Lema 1, entonces es un número natural pra todo k  n.
k
! !
nC1 nC1
Además es un número natural, luego es un número
kC1 k
natural para todo k  n C 1.
La otra demostración se basa sobre la consideración de que el
número nŠ denota el número total de posibles arreglos de n objetos.
Para ser más precisos, dado un conjunto A con n elementos

A D fa1 ; a2 ; : : : ; ang;

una permutación de los elementos de A, es una función inyectiva  W


A ! A. Puesto que la composición de funciones inyectivas es también
una función inyectiva tenemos que todas las permutaciones de un con-
junto A con n elementos pueden ser descritas por permutaciones de los
elementos del conjunto n D f1; 2; : : : ; ng, sin pérdida de generalidad.
En efecto, para cualquier permutación  de los elementos de A corres-
ponde una única permutación  de los elementos de n, a saber la fun-
ción que asigna a k 2 n el número  .k/ D i 1 . .ak //, donde i W n ! A
denota la función tal que k 7! ak . El conjunto de todas las permuta-
ciones de n se denota por Sn y contiene exactamente nŠ elementos.

SEGUNDA DEMOSTRACIÓN DEL TEOREMA 3


Existen n.n 1/    .n k C1/ k-uplas de elementos de n, la primera de las
cuales se puede elegir de n formas distintas, la siguiente de n 1 formas,
12 Capítulo 1

etc. Pero existen exactamente kŠ k-uplas formadas con k enteros, puesto


que Sk contiene exactamente ! kŠ elementos. Por tanto existen n.n
n
1/    .n k C 1/=kŠ D de tales arreglos.
k
!
n
Evidentemente, la descripción de se aplica también para sub-
k
conjuntos de k elementos de un conjunto de n elementos y resulta muy
útil en aquellas áreas de las matemáticas en las que se necesita ! tratar
n
problemas de conteo. En esos contextos el número suele deno-
k
tarse por Cn;k o Ckn o C.n; k/, y se denomina combinaciones. En forma
análoga, el número de k-uplas formadas con elementos distintos de n
!
n nŠ
kŠ D n.n 1/    .n k C 1/ D
k .n k/Š
se denomina variaciones y, por supuesto, se aplica a cualquier colección
de k elementos tomados de un conjunto de n elementos de tal manera
que el orden de colocación de éstos importe y se suele denotar por Vn;k o
Vkn o V .n; k/; en particular, el número de permutaciones de un conjunto
de n elementos es nŠ D Vn;n .

EJEMPLO 4
Supongamos que se quiere determinar la cantidad de grupos de 3 per-
sonas que pueden formarse a partir de un conjunto de 5 personas. En
este problema es muy fácil inclusive hacer una descripción de las agrupa-
ciones buscadas, de hecho, si las personas que se tienen originalmente
son etiquetadas por A, B, C , D y E, entonces las posibles agrupaciones
de 3 son:
ABC ABD ABE ACD ACE ADE
BCD BCE BDE
CDE
Evidentemente no importa el orden en que se colocan los elemen-
tos y cada agrupación de 3 personas contiene elementos distintos, por lo
El Triángulo de Pascal 13

tanto el número de tales agrupaciones es


!
5 5Š 5Š
C5;3 D D D D 10: 
3 3Š.5 3/Š 3Š2Š

EJEMPLO 5
Ahora queremos determinar la cantidad de números de tres cifras que
se puede formar con los números 1, 2 y 3. Los posibles resultados son

123 132 213 231 312 321

Por supuesto, en este caso el orden en que se disponen los ele-


mentos al formar las agrupaciones es importante, en efecto, el número
buscado es la cantidad de elementos de S3 , es decir

3Š D 3  2  1 D 6: 

EJEMPLO 6
Se pide determinar el número de posibles “palabras” de tres letras dife-
rentes que se pueden formar a partir de las letras a, b y c. Notemos que
en este caso entendemos por “palabra” a cualquier conjunto de letras
sin importar que tenga o no algún significado específico en el idioma.
Por supuesto, el número buscado es la cantidad de elementos de S3 , es
decir 3Š D 6: 

EJEMPLO 7
Supongamos que ahora que se quiere determinar la cantidad de posibles
números de tres cifras que se pueden construir a partir de 1, 2 y 3, pero
admitiendo repeticiones.
Para empezar, tenemos que la cantidad de posibles números sin
repeticiones es 3Š (Ejemplo 5).
14 Capítulo 1

Ahora, la cantidad de los posibles números con primera cifra 1 y


en los que se repite el 1 es 22Š, porque 2Š es el número de permutaciones
de f1; 2g y de f1; 3g. Por otro lado tenemos que existen dos números en
los que se repite 1 una vez, pero cuya primera cifra no es 1. Así, tenemos
que en definitiva la cantidad total de números en los que se repite 1 una
vez es:
2  2Š C 2 D 2.2Š C 1/:
Por lo tanto, la cantidad total de números en los que se repite una de las
cifras una vez es
3  2.2Š C 1/ D 6.2Š C 1/:
Finalmente, se tiene que la cantidad de números en los que una cifra se
repite dos veces es 3. Luego la cantidad de todos los posibles números
de tres cifras formados a partir de 1, 2 y 3, es

3Š C 6.2Š C 1/ C 3 D 27: 
P ROBLEMAS

1 Calcular los valores de los siguientes coeficientes binomiales:


!
0
(1) .
0
!
7
(2) .
3
!
8
(3) .
0
!
8
(4) .
1
!
8
(5) .
7

2 Hallar un número natural n tal que


! !
n n
D :
6 10

3 Hallar todos los valores de k para los cuales se cumple la igualdad


! !
8 8
D :
k k 2

4 Existe algún número k, tal que


! !
12 12
D :
k k 3

15
Un matemático, como un pintor o un
poeta, es un creador de patrones. . .
Los patrones del matemático, como los del
pintor o los del poeta, deben
ser bellos; las ideas, como los
colores o las palabras, deben encajar juntas
en una forma armoniosa. La belleza es
el primer criterio: no hay lugar
permanente en el mundo para
las matemáticas feas. . .
GODFREY H. HARDY
C APÍTULO 2
EL TEOREMA DEL BINOMIO

n este capítulo estudiamos el resultado que suele asociarse con la


E expresión “binomio de Newton,” es decir, la fórmula matemática
que indica el desarrollo de la potencia .a C b/n , donde a y b son dos
números reales y n es un número natural:
! ! !
n n n
.a C b/n D an C an 1 b C an 2 b 2 C    C ab n 1 C b n :
1 2 n 1

Debemos notar que la denominación técnica más apropiada para


este resultado es la “teorema del binomio”, porque era conocida mucho
antes de la época de Newton, y el aporte del matemático inglés en este
sentido consistió principalmente en establecer una generalización de la
fórmula.
Antes de enunciar el resultado principal debemos señalar un pe-
queño detalle respecto a la notación, el cual se presenta cuando se quiere
expresar la fórmula de una manera compacta: el teorema del binomio
es obvio para el caso a D 0 o b D 0 y entonces deben tomarse en cuenta
ciertas consideraciones especiales para expresiones del tipo an k b k en
los casos k D 0 y k D n. Además, por supuesto la expresión
n
X
ak
kD0

significa a0 C a1 C a2 C    C an .

17
18 Capítulo 2

TEOREMA 1
(TEOREMA DEL BINOMIO)
Si a y b son dos números reales y n es un número natural, entonces

n
!
n
X n n k k
() .a C b/ D a b :
k
kD0

DEMOSTRACIÓN
La prueba del teorema se desarrolla aplicando el principio de inducción
matemática. Evidentemente el teorema del binomio es cierto para n D
1. Supongamos que la ecuación () es válida para n D h. Entonces

.a C b/hC1 D .a C b/.a C b/h


h
!
X h h k k
D .a C b/ a b (por la hipótesis de inducción)
k
kD0
h
! h
!
X h hC1 k k X h h k kC1
D a b C a b
k k
kD0 kD0
h
! hC1
!
X h hC1 k k X h
D a b C ahC1 k b k
k k 1
kD0 kD1
! h
" ! !#
h C 1 hC1 X h h
D a C C ahC1 k b k
0 k k 1
kD1
! h
!
h C 1 hC1 X h C 1 hC1 k k
D a C a b
0 k
kD1
(por el Lema 1-1),
h
!
X h C 1 hC1 k k
D a b ;
k
kD0

luego, () es cierta para n D h C 1.


El Teorema del Binomio 19

El teorema del binomio tiene varias consecuencias y aplicaciones.


Para empezar consideramos dos identidades elementales.

COROLARIO 2

! n se cumplen las siguientes igualdades:


Para todo!número natural
n n
(1) CC D 2n .
0 n
! ! !
n n n
(2) C ˙ D 0.
0 1 n

DEMOSTRACIÓN
Para demostrar (1) aplicamos el teorema del binomio con a D b D 1,
entonces tenemos

2n D .1 C 1/n
n
!
X n n k k
D 1 1
k
kD0
n
!
X n
D :
k
kD0

En forma análoga, para demostrar (2) aplicamos el teorema del binomio,


pero tomando a D 1 y b D 1, así

0 D .1 C . 1//n
n
!
X n n k
D 1 . 1/k
k
kD0
n
!
X n
D . 1/k :
k
kD0

A continuación presentamos una igualdad que involucra produc-


tos de coeficientes binomiales, derivada del producto de dos desarrollos
20 Capítulo 2

de potencias de binomios. Observemos que


n
! m
!
n m
X n k X m j
.1 C x/ .1 C x/ D x  x
k j
kD0 j D0
n
! ! n
! !
X n
k m n k m
X
D x C x x C
k 0 k 1
kD0 kD0
n
! !
X n k m m
C x x
k m
kD0
n
! ! n
! !
X n m k X n m kC1
D x C x C
k 0 k 1
kD0 kD0
n
! !
X n m kCm
C x
k m
kD0

TEOREMA 3
Para todos los números naturales m, n y l tenemos

l
! ! !
X n m nCm
D :
k l k l
kD0

DEMOSTRACIÓN
Notemos que
.1 C x/n .1 C x/m D .1 C x/nCm ;
es decir ! ! !
n m nCm
X n k X m j X nCm
x  x D xl :
k j l
kD0 j D0 lD0
Pero ! ! ! !
n m nCm l
X n k X m j X X n m
x  x D xl ;
k j k l k
kD0 j D0 lD0 kD0
El Teorema del Binomio 21

de donde ! ! !
l
X n m nCm
D :
k l k l
kD0

COROLARIO 4
Para todo número natural n se cumple

n
!2 !
X n 2n
D :
k n
kD0

DEMOSTRACIÓN
Tomando m; l D n en el Teorema 3 tenemos
n
! ! !
X n n nCn
D :
k n k n
kD0
! !
n n
Pero, por definición, D , luego
k n k

n
!2 !
X n 2n
D :
k n
kD0

Una aplicación teórica del teorema del binomio, más importantes


que las descritas arriba, viene dada por el siguiente resultado elemental
de Cálculo Diferencial y que se encuentra en los orígenes de los trabajos
de Newton sobre el tema.

TEOREMA 5
Para cualquier número natural n, la función f dada por f .x/ D x n es deriva-
ble y
f 0 .x/ D nx n 1 para todo x:
22 Capítulo 2

DEMOSTRACIÓN
En este caso es cociente de diferencias está dado por

f .x C h/ f .x/ .x C h/n xn
D :
h h
Aplicando el teorema del binomio tenemos

.x C h/n xn
f 0 .x/ D lim
h!0 h
n
!
X n
xn k k
h xn
k
kD0
D lim
h!0 h
n
!
X n n k k
x C n
x h xn
k
kD1
D lim
h!0 h
n
!
X n n k k
x h
k
kD1
D lim
h!0 h
n
!
X n n k k 1
h x h
k
kD1
D lim
h!0 h
n
!
X n n k k 1
D lim x h
h!0 k
kD1
!
n n 1
D x
1
D nx n 1
:

Utilizando la linealidad de la derivada obtenemos una generalización de


este teorema.
El Teorema del Binomio 23

COROLARIO 6
Para cualquier función polinómica de grado n
f .x/ D a0 C a1 x C a2 x 2 C    C an x n ;
tenemos que
f 0 .x/ D a1 C 2a2 x C    C nan x n 1
; para todo x:
A continuación consideramos tres aplicaciones del teorema del
binomio que no vamos a tratar con detalle en nuestro estudio. Para
empezar tenemos

EJEMPLO 7
El teorema del binomio puede utilizarse también para demostrar un
caso de la desigualdad de Bernoulli
.1 C x/n  1 C nx; para todo n y para todo x > 1.
En efecto, la desigualdad es trivial para caso x > 0, al considerar que
todos los términos involucrados en el desarrollo de .1 C x/n son positi-
vos. Una demostración completa se puede desarrollar utilizando el Teo-
rema 5 para determinar los extremos relativos de la función f definida
por
f .x/ D .1 C x/n x 1:
La desigualdad de Bernoulli puede demostrarse sin utilizar el teorema
del binomio, procediendo directamente por inducción matemática (Pro-
blema 6). 

EJEMPLO 8
En el contexto de la Teoría de Probabilidades se dice que una variable
aleatoria X está distribuida en forma binomial si existe un entero n y un
número p tales que X es el número de éxitos en n experimentos de
Bernoulli independientes donde la probabilidad de éxito de un expe-
rimento individual es p. El rango de X es el conjunto f1; 2; : : : ; ng y la
probabilidad de k éxitos es:
!
n k n k
P .X D k/ D p q ;
k
24 Capítulo 2

donde q D 1 p. Por ejemplo, supongamos que se lanzan tres monedas


cada una con resultados posibles C y S , con probabilidad de obtener C ,
p D 21 . Entonces las probabilidades de obtener 0, 1, 2 o 3 C son 18 , 38 ,
3 1
8 y 8 , respectivamente, que corresponden a los términos del desarrollo
3
del binomio 21 C 12 .
En general
n n
!
X X n k n k
P .X D k/ D p q :
k
kD0 kD0

El ejemplo siguiente es de naturaleza muy diferente: trata de apli-


caciones de las Matemáticas a la Biología, más específicificamente, al
campo de la Genética, descubierto por el matemático inglés Godfrey H.
Hardy. Este ejemplo tiene la singularidad de ser, en cierta forma, algo
irónico pues Hardy siempre expresó su orgullo de trabajar solamente
con “matemáticas bonitas”, es decir, con “matemáticas puras” y que en
su obra no había rastros de aplicaciones prácticas. En la página 150 de
la referencia [19] de la Reseña Bibliográfica dice: “Nunca he hecho algo
‘útil’. Ningún descubrimiento mío ha hecho, o es probable que haga,
directa o indirectamente, para bien o para mal, la menor diferencia en
la ameneidad del mundo”.

EJEMPLO 9
La Ley de Hardy establece que la composición genética de una población
permanece en equilibrio mientras no actúe la selección natural en modo
alguno, ni otro factor y no se produzca ninguna mutación.
En un caso simple, de un locus con dos alelos A y a, según la
Primera Ley de Mendel, el genotipo en la primera generación está de-
terminado de acuerdo con la siguiente tabla

A a
A AA Aa .
a Aa aa

Si suponemos que las frecuencias de A y a son p y q, respectivamente,


entonces la frecuencia genotípica para el homocigoto dominante AA es
El Teorema del Binomio 25

p 2 , la del heterocigoto Aa es 2pq y la del homocigoto recesivo aa, es


q 2 , de manera que, en este aspecto, la población está marcada por el
modelo
.p C q/2 D p 2 C 2pq C q 2 :
Si se tiene una población de organismos que tienen dos copias de un
cromosoma y que las frecuencias de los caracteres A y a son p y q, res-
pectivamente, entonces la frecuencia de cada combinación está dada
por el término correspondiente en la expanción de .p C q/4 . Por ejem-
plo, la frecuencia del homocigoto AAAA es p 4 , la de los heterocigotos
AAAa, AAaa y Aaaa son, 4p 3 q, 6p 2 q 2 y 4pq 3 , respectivamente, mien-
tras que la frecuencia del homocigoto aaaa es q 4 . El resultado puede
ser generalizado de tal forma que involucre la expanción del binomio
.p C q/n .
La Ley de Hardy es conocida a veces como el Principio de Hardy-
Weinberg, en reconocimiento al médico alemán Wilhelm Weinberg,
quien la descubrió el forma independiente y prácticamente simultánea
con Hardy en 1908. 
Finalmente, como puede deducirse con una simple inspección de
la demostración, el teorema del binomio puede extenderse sin mayor di-
ficultad al escenario de los números complejos, obteniendo el siguiente
resultado.

TEOREMA 10
Si a y b son dos números complejos y n es un número natural, entonces
n
!
X n
.a C b/n D an k b k :
k
kD0
P ROBLEMAS

1 Desarrollar las siguientes potencias:


(1) .˛ 2/4 .
(2) .x 3/4 .
(3) .2 y/5 .
(4) .2a 5b/5 .
(5) .2x C y/6 .
(6) .x C 2y/7 .
b 5
 
(7) aC .
2
(8) .x 2 y 3 /4 .
(9) .1 C x/10 .
2 4
 
x
(10) C .
2 x
2 En cada uno de los siguientes casos hallar el término indicado del
binomio dado.
(1) Tercer término de .x y/4 .
(2) Segundo término de .˛ C 2ˇ/5 .
(3) Penúltimo término de .x 1/12 .
1
(4) Penúltimo término de .2a 5b/6 .
(5) Último término de .2a2 5b 3 /6 .

3 Demostrar que para todo número natural se cumple


! !
n n
C C    D 2n 1 :
1 3

26
El Teorema del Binomio 27

4 Demostrar que para todo número natural se cumple


! !
n n
C C    D 2n 1 :
0 2

5 Utilizar el principio de inducción matemática para demostrar la


fórmula de Leibniz: Si f y g que tienen derivada de orden n en a,
entonces
Xn
.n/
.fg/ .a/ D f .n k/ .a/g .k/.a/;
kD0

donde f .j /.a/ denota la derivada j -ésima de f en a si j > 0 y


f .0/ .a/ D f .a/.

6 Utilizar el principio de inducción matemática para demostrar la


desigualdad de Bernoulli

.1 C x/n  1 C nx; para todo n y para todo x > 1.


APÉNDICE 1
P RINCIPIO DE I NDUCCIÓN MATEMÁTICA

xiste un mecanismo especial para el desarrollo de demostraciones


E de proposiciones que dependen de un parámetro que pertenece
al conjunto N de los números naturales. La idea central que sirve de
sustento al “principio de inducción matemática” es el hecho de que N
es el menor conjunto de números reales tales que contiene a 1 y que
siempre que contiene a un número k contiene a k C 1.
Así, si deseamos probar que una proposición Pn es cierta para todo
número natural n, es suficiente probar que P1 es cierta y que siempre
que Pk es cierta, entonces PkC1 es cierta. Por ejemplo, para demostrar
mediante el método de inducción matemática que la igualdad

n.n C 1/
1C2CCn D ;
2

es cierta para todo número natural n, procedemos de la siguiente forma:


(1) Demostramos que la igualdad es cierta para n D 1, lo cual es evidente
pues se reduce a
1.1 C 1/
1D :
2
(2) Asumimos la “hipótesis de inducción”, es decir, suponemos que la
igualdad es cierta para n D k, así

k.k C 1/
1C2CCk D :
2

28
El Teorema del Binomio 29

Ahora debemos probar que esta última igualdad implica que la proposi-
ción es cierta para n D k C 1. Así tenemos

1 C 2 C    C k D 1 C 2 C    C k C .k C 1/
k.k C 1/
D C .k C 1/ (por la hipótesis de inducción)
2
k.k C 1/ C 2.k C 1/
D
2
.k C 1/.k C 2/
D ;
2
que es exactamente lo que deseamos probar.
Formalmente, tenemos el principio de inducción matemática:

Sea S un conjunto de números naturales tal que


(1) 1 está en S ,
(2) n C 1 está en S siempre que n está en S ,
entonces S D N.
Una de las series más notables del
análisis algebraico es la siguiente
m m.m 1/ 2
1C xC x
1 12
m.m 1/.m 2/ 3
C x C
123
m.m 1/    Œm .n 2/ n
C x
12n
C
Cuando m es un entero positivo
la suma de la serie,
que entonces es finita, puede expresarse,
según se sabe, por .1 C x/m.
Cuando m no es entero,
la serie va hacia el infinito, y
convergerá o divergerá según que
las cantidades
m y x tengan unos valores u otros.
En este caso, se escribe la misma igualdad
m
.1 C x/m D 1 C x
1
m.m 1/ 2
C x C    etc
12
. . . Se supone que
la igualdad numérica se cumplirá
siempre que la serie sea convergente,
pero esto todavía no ha sido demostrado.
NIELS HENRICK ABEL
C APÍTULO 3
LA SERIE BINÓMICA

n el dominio del álgebra elemental se estudia el teorema del bi-


E nomio que establece la igualdad

n
!
X n
() .a C b/n D xn k k
b ;
k
kD0

donde a y b son números reales y n es un número natural. Con frecuen-


cia la ecuación () es descrita como “el binomio de Newton”, porque
el famoso matemático inglés trabajó sobre éste y otros temas entre los
años 1665 y 1666, época en la que se encontraba en su hogar pues la
Universidad de Cambridge había cerrado sus puertas a consecuencia de
una epidemia de peste. Según la tradición y, por relatos del propio New-
ton, este período de tiempo fue uno de los más importantes de su vida
profesional, ya que fue en esos días que surgieron las principales ideas
con las que se convirtió en uno de los gigantes de la ciencia.
En realidad el teorema del binomio ya era conocido en tiempos
anteriores a los de Newton y lo que él hizo en su hogar campestre fue
considerar la posibilidad de extender la ecuación () para el caso en
que el exponente no es un número natural, lo cual le llevó a considerar
sumas infinitas o series.
La primera dificultad que encontramos cuando intentamos con-
siderar tal extensión está relacionada con los coeficientes binomiales,
pues no existe una opción obvia para definir nŠ si n no es un número

31
32 Capítulo 3

natural y por lo tanto la definición


!
n nŠ
D
k kŠ.n k/Š

dada en el Capítulo 1 no tendría sentido. Sin embargo, puede recurrirse


a la expresión equivalente
!
n n.n 1/    .n k C 1/
D ;
k kŠ

como motivación para definir estos coeficientes de una forma más ge-
neral. Observemos que utilizando esta forma, el teorema del binomio
puede escribirse así

n n n.n 1/ n n.n 1/    2 n
.a C b/n D an C a 1
bC a 1 2
b CC b :
1 12 1  2   n
Para simplificar un poco la notación podemos escribir x D b=a y la
ecuación anterior toma la apariencia más clásica:

n n.n 1/ 2 n.n 1/    2 n
.1 C x/n D 1 C xC x CC x :
1 12 1  2   n
Entonces, para cualquier número real! ˛ y para cada número natural k
˛
definimos el coeficiente binomial por
k
!
˛ ˛.˛ 1/    .˛ k C 1/
D ;
k kŠ

y queremos verificar que se cumplen las igualdades siguientes


1
!
X ˛
.1 C x/˛ D xn
n
nD0
˛ ˛.˛ 1/ 2
D1C xC x C :
1 12
La Serie Binómica 33

Con estos convenios, la fórmula descubierta por Newton, expresada en


términos modernos, está dada por el siguiente teorema.

TEOREMA 1
(LA SERIE BINÓMICA)
Si ˛ es un número real cualquiera, entonces

1
!
˛
X ˛ n
() .1 C x/ D x ;
n
nD0

para todo x con jxj < 1:

La serie binómica es un resultado que Newton obtuvo en sus inves-


tigaciones sobre el uso de series infinitas para la resolución de proble-
mas geométricos y mecánicos, como el cálculo de áreas y el trazado de
rectas tangentes a curvas. Así, Newton estableció la fórmula y la utilizó
para hallar los desarrollos en series de potencias de algunas funciones
elementales.
Antes de examinar la demostración del Teorema 1 presentamos
algunos ejemplos que ilustran su importancia. El primero de los ejem-
plos es, matemáticamente, una trivialidad, pero no por ello deja de ser
una ilustración adecuada, ya que pone en perspectiva los términos y sirve
para comprender el hecho de que el teorema del bionomio es denomi-
nado a veces “el binomio de Newton”.

EJEMPLO 2
El teorema del binomio se obtiene como corolario de la serie binómica.
!
n
En efecto, si n es un número natural y k  n tenemos que es un
k
número natural, mientras que para k D n C 1 nos queda

! !
n n n.n 1/    .n .n C 1/ C 1/
D D D0
k nC1 kŠ
34 Capítulo 3

y, por lo tanto !
n
D 0 para todo k  n:
k
Luego !
1
X n
.1 C x/n D xk
k
kD0
n
! 1
!
X n k X n k
D x C x
k k
kD0 kDnC1
n
!
X n
D xk C 0 C 0 C   
k
kD0
n
!
X n k
D x :
k
kD0

Los siguientes ejemplos son aplicaciones a casos específicos que


fueron desarrollados también por Newton.

EJEMPLO 3
Tomando ˛ D 1, para jxj < 1 tenemos
1
!
1
X 1 n
.1 C x/ D x
n
nD0
. 1/ . 1/. 2/ 2 . 1/. 2/. 3/ 3
D1C xC x C x C
1Š 2Š 3Š
D1 x C x2 x3 C    :

Con este resultado, Newton aplicó lo que él denominaba “método in-


verso de fluxiones”, que hoy conocemos como integración, para calcular
el desarrollo en series de la función log, que es equivalente al problema
de hallar el área comprendida entre la hipérbola de ecuación

1
yD ;
1Cx
La Serie Binómica 35

el eje horizontal y dos rectas verticales. Con notación moderna esto es:
Z t
1
log t D dx
0 1Cx
Z t "X 1
! #
1 n
D x dx
0 n
nD0
  ˇt
x2 x3 ˇ
D x C    ˇˇ
2 3 0
t 2 t 3
Dt C  :
2 3
La justificación para la posibilidad de intercambio entre la integral
y la serie, que Newton trataba como evidente, está argumentada en el
Teorema 4 del Apéndice 3.
Una fórmula equivalente para log t , había sido publicada por Mer-
cator, quien la investigó mientras construía una tabla de logaritmos, que
era un recurso muy valioso para la época, especialmente en el contexto
de los marineros que necesitaban desarrollar cálculos muy largos para
determinar su posición en el mar. El resultado fue comunicado a Isaac
Barrow, el maestro de Newton, quien respondió que conocía a un joven
matemático que había creado un método con el cual se podían probar
esa fórmula y muchas otras. Newton había mostrado algunos de los pro-
ductos de su trabajo a Barrow a su retorno a la universidad.
Barrow le había sugirido que publicase los resultados, pero New-
ton se negó; luego, al enterarse de la obra de Mercator, accedió a redac-
tar un ensayo anónimo que tituó De Analysi per Æquationes Numero Ter-
minorum Infinitas (Sobre el Análisis por Series Infinitas), referido fre-
cuentemente como De Analysi, el cual debería ser presentado ante al-
gunos oficiales de la recientemente creada Royal Society de Londres, y
mantenida en estricto secreto dentro de ese reducido círculo, con el fin
de ser utilizada como prueba sobre prioridad del descubriento, en caso
de ser necesario.
Por algún motivo, las condiciones de Newton no fueron respetadas
estrictamente y el manuscrito fue mostrado, al menos en una ocasión, a
Leibniz y pasó a convertirse en un punto clave en la larga y triste dis-
36 Capítulo 3

puta entre los dos famosos matemáticos en torno a la prioridad en la


invención del Cálculo.

EJEMPLO 4
Para ˛ D 1=2, para jxj < 1 tenemos
1
!
1=2
X 1=2 n
.1 C x/ D x
n
nD0
1
 1 1
 1
 3

1 2 2
D1C xC x2 C 2 2 2
x3 C   
2 2Š 3Š
x x2 x3
D1C C C :
2 8 16
Considerando esta serie y reemplazando x por x 2 obtenemos
p x2 x4 x6
1 x2 D 1  ;
x 8 16
que fue la serie que Newton investigó en primer lugar, tratando de hal-
lar el área de un círculo a partir de los métodos desarrollados por su
compatriota John Wallis. 

EJEMPLO 5
Si ˛ D 1=2, para jxj < 1 tenemos
1
!
1=2
X 1=2 n
.1 C x/ D x
n
nD0
  1
 3 1
 3
 5

1 2 2
D1C xC x2 C 2 2 2
x3 C   
2 2Š 3Š
x 3x 2 3  5x 3
D1 C 2 C  :
2 2 2Š 23 3Š

A continuación presentamos tres demostraciones del Teorema 1, uti-


lizando en cada una argumentos y técnicas
! diferentes entre sí, a excep-
1
X ˛ n
ción del hecho de que la serie x converge para todo jxj < 1; lo
n
nD0
La Serie Binómica 37

cual se prueba
! usando el criterio del cociente. En efecto, si escribimos
˛ n
an D x , entonces
n
!
˛
x nC1
anC1 nC1
D !
an ˛ n
x
n
˛.˛ 1/    .˛ n/ nC1
x
.n C 1/Š
D
˛.˛ 1/    .˛ n C 1/ n
x

˛ n
D x:
nC1

Luego
ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ ˇ
ˇ ˛nC1 ˇ ˇ˛ n ˇ ˇ˛ nˇ
lim ˇ ˇ D lim ˇ
ˇ x D lim ˇ
ˇ ˇ ˇ jxj D jxj:
n!1 ˇ an ˇ n!1 n C 1 ˇ n!1 n C 1 ˇ

1
!
X ˛ n
Por tanto x converge si jxj < 1. En particular
n
nD0
ˇ ! ˇ
ˇ ˛ ˇ
x n ˇ D 0;
ˇ ˇ
(1) lim ˇ
n!1 ˇ n ˇ

En la primera demostración de la serie binómica, la herramienta


fundamental es usar tanto la forma de Cauchy como la forma de La-
grange del resto (Teorema 1, Apéndice 1) para demostrar que éste tiende
a 0.

PRIMERA DEMOSTRACIÓN DEL TEOREMA 1


Notemos que si f está definida por f .x/ D .1 C x/˛ , entonces para todo
38 Capítulo 3

k tenemos

f 0 .x/ D ˛ .1 C x/˛ 1
;
00
f .x/ D ˛.˛ 1/ .1 C x/˛ 2
;
000
f .x/ D ˛.˛ 1/.˛ 2/ .1 C x/˛ 3
;
::
:
f .k/.x/ D ˛.˛ 1/    .˛ k C 1/ .1 C x/˛ k
:

Por tanto, el polinomio de Taylor de grado n centrado en 0 para f viene


dado por
n
X f .k/ .0/ k
Pn .x/ D x

kD0
n
X ˛.˛ 1/    .˛ k C 1/
D xk

kD0
n
!
X ˛ k
D x :
k
kD0

Supongamos que 0  x < 1, entonces la forma de Lagrange del


resto (Teorema 1, del Apéndice 1) es:
!
˛
Rn .x/ D x nC1 .1 C /˛ n 1
;
nC1

siendo  un punto cualquiera en el intervalo .0; x/. Luego, puesto que


.1 C /˛ n 1  1, tenemos
ˇ ! ˇ ˇ ! ˇ
ˇ ˛ ˇ ˇ ˛ ˇ
x nC1 .1 C /˛ n 1 ˇ  ˇ x nC1 ˇ :
ˇ ˇ ˇ ˇ
jRn .x/j D ˇ
ˇ nC1 ˇ ˇ nC1 ˇ

Entonces por la ecuación (1) tenemos

lim Rn .x/ D 0:
n!1
La Serie Binómica 39

Ahora supongamos que 1 < x < 0. Entonces la forma del resto


de Cauchy (Teorema 1, Apéndice 1) es

 n
 
˛.˛ 1/    .˛ n/ ˛ 1 x
Rn .x/ D .n C 1/ x.x C / ;
.n C 1/Š xC

para algún  2 .x; 0/. Si M D max.1; .1 C x/˛ 1


/, resulta que

.x C /˛ 1
1 si ˛  1,

y
.x C /˛ 1
< .1 C x/˛ 1
M si ˛ < 1.
Entonces
jx.x C /˛ 1
j  jxjM;
es decir

(2) jx.x C /˛ 1


j  M:

Además   x, luego

x C x  x  < 0;

luego
x 
0<  1 C ; pues x < 0.
x
De donde
.x /=x 1 x 
(3) 0< D  1 pues 1 C  > 0.
1C x 1C
Así
ˇ  ˇ
 n ˇˇ

ˇ ˛.˛ 1/    .˛ n/ ˛ 1 x
jRn .x/j D ˇ.n C 1/
ˇ x.x C /
.n C 1/Š xC ˇ
ˇ  n ˇ
ˇ ˛.˛ 1/    .˛ n/ nC1 ˛ 1 1 x  ˇ
D ˇˇ x .x C /  ˇ
nŠ x xC ˇ
ˇ !  n ˇˇ
ˇ ˛ 1 1 x 
x n x.x C /˛ 1
ˇ ˇ
D ˇ˛  ˇ:
ˇ n x xC ˇ
40 Capítulo 3

Entonces por las desigualdades (2) y (3) obtenemos


ˇ ! ˇ
ˇ ˛ 1 ˇ
ˇ nˇ
jRn .x/j  j˛M j  ˇ x ˇ:
ˇ n ˇ

Aplicando de nuevo la ecuación (1) deducimos

lim Rn .x/ D 0:
n!1

La siguiente prueba de la serie binómica tiene una apariencia un


poco más oscura que la anterior. En este caso los recursos fundamen-
tales son la forma integral del resto (Teorema 1, Apéndice 1) a través
del teorema de Bernstein (Teorema 7, Apéndice 3) se comprueba que el
resto tiende a 0.

SEGUNDA DEMOSTRACIÓN DEL TEOREMA 1


Sean ˛ > 0 y ' la función definida para 0 < x < 1 por
˛
'.x/ D .1 x/ :

Luego, para todo n tenemos

' .n/.x/ D ˛.˛ C 1/    .˛ C n 1/.1 x/ ˛ n


:

De donde

' .n/.x/  0 para todo n  0 y todo x < 1:

Entonces por el teorema de Bernstein (Teorema 7, Apéndice 3) tenemos


que ' se puede desarrollar en serie de potencias sobre Œ 1; 1/ y por tanto
tiene desarrollo en serie de potencias alrededor de 0, es decir, la serie
1
X ' .n/.0/ n
'.x/ D x

nD1

converge sobre . 1; 1/.


La Serie Binómica 41

Pero

!
˛
' .n/.0/ D ˛.˛ C 1/    .c C n 1/ D . 1/n nŠ :
n

Entonces

1
!
˛
X
n ˛ n
.1 x/ D . 1/ x ; para todo x 2 Œ0; 1/:
n
nD0

Es fácil verificar que esta ecuación también es cierta para ˛ < 0 (reem-
plazando ˛ por ˛ y x por x).

Finalmente tenemos otra prueba de la serie binómica que se desa-


rrolla utilizando técnicas elementales de la teoría de Ecuaciones Dife-
renciales.

TERCERA DEMOSTRACIÓN DEL TEOREMA 1


Sea f la función definida por

1
!
X ˛ n
f .x/ D x ;
n
nD0

para todo x con jxj < 1. Entonces

1
!
0
X ˛ n 1
f .x/ D n x :
n
nD1
42 Capítulo 3

Luego
1
!
X ˛ n 1
.1 C x/f 0 .x/ D .1 C x/ n x
n
nD1
1
! 1
!
X ˛ n 1
X ˛ n
D n x C n x
n n
nD1 nD1
1 1
! !
X ˛ X ˛
D .n C 1/ xn C n xn
nC1 n
nD0 nD0
1
" ! !#
X ˛ n ˛
D n x C .n C 1/ xn:
n nC1
nD0

Notemos que
! !
˛ n ˛ ˛.˛ 1/ : : : .˛ n C 1/
n x C .n C 1/ Dn
n nC1 nŠ
˛.˛ 1/ : : : .˛ n/
C .n C 1/
.n C 1/Š
˛.˛ 1/ : : : .˛ n/.˛ n C n/
D
nŠ !
˛.˛ 1/ : : : .˛ n/ ˛
D˛ D˛ :
nŠ n

Entonces nos queda que para todo x, si jxj < 1 se cumple


1
!
0
X ˛ n
.1 C x/f .x/ D ˛ x D ˛f .x/:
n
nD0

Sea la función definida sobre . 1; 1/ por


f .x/
.x/ D :
.1 C x/˛
Luego
0 .1 C x/f 0 .x/ ˛f .x/
.x/ D D0
.1 C x/˛C1
La Serie Binómica 43

sobre . 1; 1/. Entonces, por el teorema del valor medio existe una cons-
tante C , tal que .x/ D C para todo x 2 . 1; 1/. Es decir

f .x/ D C.1 C x/˛ :

Para determinar el valor de C tomemos x D 0, entonces

C D f .0/ D 1;

Luego f .x/ D .1 C x/˛ sobre . 1; 1/, es decir,


1
!
˛
X ˛ n
.1 C x/ D x :
n
nD0
APÉNDICE 1
P OLINOMIO DE TAYLOR

n algunas oportunidades se plantea el problema de calcular el va-


E lor aproximado de una función f en un punto dado. Uno de los
mecanismos utilizados para resolver este problema es aproximar la fun-
ción f por un polinomio, ya que sus imágenes son fáciles de calcular.
Si la función f posee derivadas de orden n en un intervalo I que
contenga a un punto a, podemos tratar de utilizar el polinomio de Taylor
de grado n y centrado en a para f definido para todo x 2 I por

f .2/ .a/
Pn;a .x/ D f .a/ C f .1/ .a/.x a/ C .x a/2 C   

f .n/.a/
C .x a/n

n
X f .k/ .a/
D .x a/k :

kD0

Este polinomio es nombrado en honor al matemático inglés Brook Tay-


lor quien contribuyó al progreso y la difusión de las ideas originales del
Cálculo de acuerdo a la escuela de Isaac Newton.
En general existe una diferencia o resto Rn;a .x/ entre f .x/ y Pn;a .x/:

f .x/ D Pn;a .x/ C Rn;a .x/:

Así, lo buena o mala que pueda ser la aproximación de f .x/ por Pn;a .x/
depende de lo pequeño que resulte ser Rn;a .x/.

44
La Serie Binómica 45

Un teorema clásico en Análisis provee formas de estimar Rn;a .x/


a partir de información sobre f .

TEOREMA 1
(TEOREMA DE TAYLOR)
Sea f una función tal que las derivadas f .1/ ,. . . ,f .nC1/ están definidas sobre
un intervalo Œa; x y Rn;a .x/ está definido por

n
X f .k/.a/
f .x/ D f .a/ C .x a/k C Rn;a .x/:

kD1

Entonces

f .nC1/ ./
(1) Rn;a .x/ D .x /n .x a/ para algún  2 .a; x/.
.n C 1/Š

f .nC1/ ./
(2) Rn;a .x/ D .x a/nC1 para algún  2 .a; x/.
.n C 1/Š

Además, si f .nC1/ es integrable sobre Œa; x, entonces

Z x
f .nC1/ .x/
(3) Rn;a .x/ D .x /n dx.
a nŠ

La ecuación (1) es conocida como la forma de Cauchy para el resto,


mientras que la ecuación (2) se denomina la forma de Lagrange y la
ecuación (3) es la forma integral.

EJEMPLO 2
El desarrollo del polinomio de Taylor con resto para las funciones sen,
46 Capítulo 3

cos, exp, log y arctg está dado por:

x3 x5 x 2nC1
sen x D x C C    C . 1/n C Rn;0.x/;
3Š 5Š .2n C 1/Š
x2 x4 x 2n
cos x D 1 C C    C . 1/n C Rn;0 .x/;
2Š 4Š .2n/Š
x x2 xn
ex D 1 C C CC C Rn;0 .x/;
1Š 2Š nŠ
x2 x3 xn
log.1 C x/ D x C C    C . 1/nC1 C Rn;1 .x/;
2 3 n
x3 x5 x 2nC1
arctg x D x C C    C . 1/n C Rn;0 .x/:
3 5 2n C 1
APÉNDICE 2
SERIES I NFINITAS

ste apéndice contiene los conceptos básicos que dan sentido a la


E noción de suma infinita de números reales de la forma

a1 C a2 C a3 C    :

Junto a tales conceptos se presentan algunos resultados importantes que


de una forma u otra son usados en el libro.
Para empezar, una sucesión (infinita) de números reales es una
función cuyo dominio es el conjunto de los números naturales y cuyo
recorrido es un subconjunto de R. La convención usual indica que una
sucesión a se debe denotar por a W N ! R y que el valor de a en un
número n 2 N (el término n-ésimo) por a.n/, pero la tradición ha llevado
a hacer casi universal otra notación, en la que escribimos an en lugar de
a.n/ y la sucesión misma se denota por fan g.
Decimos que una sucesión fan g converge hacia el límite l si para
todo " > 0 existe un número natural N tal que para todo n, si n  N
entonces jan lj < " (también decimos que la sucesión fan g es con-
vergente, Figura 2). En este caso escribimos an ! l cuando n ! 1 o
simplemente lim an D l. Si fan g no converge, decimos que diverge o
n!1
que es divergente.
Un resultado fácil de probar es que si una sucesión fan g converge
hacia un límite l, entonces éste es único. Como en el caso de límites de
funciones en un punto, existe un teorema sobre el “álgebra de límites
de sucesiones”.

47
48 Capítulo 3

TEOREMA 1
Sean fan g y fbn g dos sucesiones convergentes tales que an ! l y bn ! m cuando
n ! 1. Entonces las sucesiones fan C bn g y fan  bn g también convergen y

(1) lim .an C bn / D l C m,


n!1

(2) lim .an  bn / D l  m.


n!1

Además si m ¤ 0, entonces la sucesión fan =bn g también converge y tenemos

an l
(3) lim D .
n!1 bn m

Decimos que la sucesión fan g está acotada superiormente si existe


un número M tal an  M para todo n. La sucesión fan g está acotada in-
feriormente si existe un número N tal N  an para todo n. En general,
la sucesión fan g está acotada si existe un número M  0 tal jan j  M
para todo n.

TEOREMA 2
Si fan g es una sucesión convergente, entonces fan g está acotada.
Algunas veces no se necesitan condiciones tan estrictas y decimos
que la sucesión fan g es no creciente si an  anC1 para todo n; mientras
que la sucesión fan g es no decreciente si an  anC1 para todo n. Final-
mente, una sucesión fan g es monótona si fan g es o bien no creciente o
bien no decreciente.

TEOREMA 3
(TEOREMA DE BOLZANO-WEIERSTRASS)
Si fan g es una sucesión no decreciente y acotada superiormente, entonces fan g
converge.

Dada la sucesión fan g, definimos la sucesión de sumas parciales fsn g


La Serie Binómica 49

de la siguiente forma

s1 D a1
s2 D a1 C a2
::
:
sn D a1 C a2 C a3 C    C an :

1
X
Decimos que la serie an converge (o que es convergente) si la
nD1
sucesión fsn g converge y escribimos

1
X
an D lim sn :
n!1
nD1

1
X
En caso contrario decimos que la serie an diverge o que es diver-
nD1
gente

EJEMPLO 4
1
X 1
La serie armónica diverge.
n
nD1

EJEMPLO 5
1
X 1
La serie converge.
n2
nD1
1
X 1
X
Aplicando el Teorema 1 tenemos que si las series an y bn con-
nD1 nD1
1
X X1
vergen y c es una constante, entonces las series .an C bn / y c  an
nD1 nD1
50 Capítulo 3

también convergen y
1
X 1
X 1
X
.an C bn / D an C bn ;
nD1 nD1 nD1
1
X 1
X
c  an D c  an :
nD1 nD1

En el contexto de este libro resulta de interés el estudio de series


cuyo término general son potencias de un número dado. Si r es un
número cualquiera, la sucesión geométrica de razón r es:

1; r; r 2 ; r 3 ; : : : ; r n ; : : : :

TEOREMA 6
1
X
La serie geométrica r n converge si y sólo si jrj < 1, en cuyo caso tenemos
nD0

1
X 1
rn D :
1 r
nD0
APÉNDICE 3
SERIES DE P OTENCIAS

n esta sección se estudia el concepto de serie extendido a funciones


E y, muy especialmente a funciones de la forma fn .x/ D an x n , donde
los an son números reales.
Sea A un conjunto de números reales y supongamos que para cada
número natural n existe una función fn definida sobre A. A la colección
de todas estas funciones la denotamos por ffn g y la denominamos suce-
sión de funciones sobre A. Notemos que para cada x 2 A tenemos la
sucesión de números ffn .x/g.
Si para todo x 2 A tenemos
f .x/ D lim fn .x/;
n!1

significa que para todo x 2 A y para todo " > 0 existe un número natural
n tal que
jfn .x/ f .x/j < "; para todo n  N :
En este caso decimos que la sucesión ffn g converge puntualmente hacia
la función f sobre A.
Decimos que una sucesión de funciones ffn g converge uniforme-
mente hacia la función f sobre un conjunto A si para todo " > 0 existe
un número natural N tal que
jfn .x/ f .x/j < "; para todo x 2 A y n  N ,
y utilizamos la siguiente notación
lim fn D f:
n!1

51
52 Capítulo 3

A pesar de la semejanza entre los dos conceptos anteriores, existen


profundas diferencias, particularmente en lo que se refiere a las propie-
dades que la función límite hereda de las funciones que conforman la
sucesión. La idea principal es que la convergencia uniforme es mucho
mejor que la convergencia puntual. Una indicación de esta idea viene
dada por los siguientes teoremas.

TEOREMA 1
Supongamos que ffn g es una sucesión de funciones que converge uniformemente
hacia la función f sobre un conjunto A. Si cada una de las funciones fn es
continua sobre A, entonces f es continua sobre A.

TEOREMA 2
Supongamos que ffn g es una sucesión de funciones integrables sobre Œa; b que
converge uniformemente hacia una función f la cual es integrable sobre Œa; b.
Entonces
Z b Z b
lim fn .x/ dx D f .x/ dx:
n!1 a a

TEOREMA 3
Supongamos que ffn g es una sucesión de funciones derivables sobre Œa; b, tal que
las derivadas fn0 son integrables sobre Œa; b. Si ffn g converge puntualmente ha-
cia f y ffn0 g converge uniformemente hacia alguna función continua g, entonces
f es derivable y
Z b
0
f .x/ D lim fn0 .x/:
n!1 a

La condición de que la sucesión ffn .x/g es no creciente para cada


x 2 Œa; b que
Dada una sucesión de funciones ffn g definida sobre un conjunto
A, podemos considerar la “sucesión de sumas parciales”

f1 ; f1 C f2 ; f1 C f2 C f3 ; : : : ;
La Serie Binómica 53

es decir, la sucesión de funciones fSn g sobre A definida por

Sn .x/ D f1 .x/ C    C fn .x/:


1
X
Decimos que la serie de funciones fn converge uniformemente sobre
nD1
A si la sucesión fSn g converge uniformemente sobre A. Decimos que
1
X
la serie fn converge puntualmente si la sucesión fSn g converge pun-
nD1
tualmente. Como una consecuencia inmediata de los Teoremas 1, 2 y 3,
tenemos el siguiente resultado.

TEOREMA 4
Supongamos que ffn g es una sucesión de funciones sobre el intervalo Œa; b.
1
X
(1) Si fn es continua para todo n y la serie fn converge uniformente hacia
nD1
una función f sobre Œa; b, entonces f es continua sobre Œa; b.
1
X
(2) Si cada una de las funciones fn es integrable sobre Œa; b y la serie fn
nD1
converge uniformente hacia una función f integrable sobre Œa; b, entonces
Z b 1 Z
X b
f D fn :
a nD1 a

(3) Si cada una de las funciones fn es derivable sobre Œa; b, con fn0 integrable
1
X X1
sobre Œa; b. Si fn converge puntualmente hacia f y si fn0 con-
nD1 nD1
verge uniformemente hacia alguna función continua sobre Œa; b, entonces
f es derivable y
1
X
f 0 .x/ D fn0 .x/:
nD1
54 Capítulo 3

Una serie de potencias sobre un conjunto A centrada en a 2 A es


1
X
una serie de funciones fn sobre A, donde
nD0

fn .x/ D an .x a/n para todo n,

donde fan g es una sucesión numérica y escribimos


1
X
an .x a/n
nD0

entendida como
1
X
a0 C an .x a/n :
nD1

En particular la serie de potencias de la forma


1
X f .n/ .a/
.x a/n :

nD0

se denomina la serie de Taylor para f centrada en a.


Para simplificar la notación, sin pérdida de generalidad conside-
raremos una serie de potencias de la forma
1
X
an x n :
nD0

Si ˛n D an x n tenemos

j˛n j1=n D jan j1=n jxj;


P
entonces de acuerdo con el criterio de la raíz, la serie an x n converge
si lim j˛n j1=n < 1, es decir
n!1

lim jan j1=n jxj D jxj lim jan j1=n < 1:


n!1 n!1
La Serie Binómica 55

P
Observemos que si lim jan j1=n D 0, entonces an x n converge para
n!1
P
cualquier x 2 R. Mientras que si lim jan j1=n D C1, entonces an x n
n!1
converge solamente cuando x D 0. Por otro lado, si lim jan j1=n > 0,
n!1
X 1
entonces an x n converge para todo x con jxj < .
lim jan j1=n
n!1
Motivados por esta observación si lim jan j1=n > 0 denominamos
P n!1
radio de convergencia de la serie an x n al número
1
rD
lim jan j1=n
n!1

y al intervalo abierto . r; r/ lo llamamos el intervalo de convergencia


Con el objetivo de facilitar los cálculos adoptamos los siguientes conve-
nios: si lim jan j1=n D 0, entonces r D C1 y el intervalo de conver-
n!1
gencia es R D . 1; C1/; si lim jan j1=n D C1, entonces r D 0 y el
n!1
intervalo de convergencia se reduce a f0g.
El siguiente teorema garantiza la manipulación operatoria de las
series de potencias

TEOREMA 5
1
X
Supongamos que la serie an x0 n converge y sea c un número con 0 <
nD0
X1
c < jx0 j. Entonces la serie an x n converge uniforme y absolutamente so-
nD0
bre Œ c; c. Por otro lado, lo mismo es cierto para las series
1 1
X X an
nan x n 1
y x nC1
nC1
nD1 nD0

y si la función f está definida por


1
X
f .x/ D an x n ;
nD0
56 Capítulo 3

entonces f es derivable sobre el intervalo . jx0 j; jx0 j/ y


1
X
0
f .x/ D nan x n 1
:
nD1

Además f es integrable sobre cualquier intervalo cerrado Œa; b contenido en el


intervalo abierto . jx0 j; jx0j/ y
Z b 1
X an
f .x/ dx D .b nC1 anC1 /:
a n C 1
nD0

El siguiente resultado indica que la serie de potencias más impor-


tante es la serie de Taylor.

TEOREMA 6
Supongamos que
1
X
f .x/ D an x n
nD0
sobre un intervalo abierto I, entonces
f .n/.0/
an D para todo n:

1
X
Es decir, an x n es la serie de Taylor de f sobre el intervalo I.
nD0
Con algunas hipótesis adicionales sobre la función f y sus deriva-
das se obtiene que la serie de Taylor de f converge hacia f , como en el
siguiente resultado.

TEOREMA 7
(TEOREMA DE BERNSTEIN)
Sea f una función tal que f .n/  0 para todo n  0 sobre un intervalo
Œa; a C r. Entonces
1
X f .n/.a/
f .x/ D .x a/n :

nD0
La Serie Binómica 57

EJEMPLO 8
De acuerdo con el Ejemplo 2 del Apéndice 1, las respectivas series de
Taylor funciones sen, cos, exp, log y arctg son:

x3 x5
sen x D x C C ;
3Š 5Š
x2 x4
cos x D 1 C C ;
2Š 4Š
x x2
ex D 1 C C C ;
1Š 2Š
x2 x3
log.1 C x/ D x C C ;
2 3
x3 x5
arctg x D x C C :
3 5
Cierto grado de generalidad debe estar
presente en cualquier teorema de primera
clase, pero demasiada tiende
inevitablemente a la insipidez. ‘Todo es
lo que es y no otra cosa’, y las
diferencias entre las cosas son tan
importantes como las semejanzas. No elegimos
a nuestros amigos porque reunan todas las
cualidades agradables de la humanidad
sino por quienes ellos son. Y así
en matemáticas; una propiedad común
a muchos objetos difícilmente puede
ser muy interesante y las ideas matemáticas
también se convierten en aburridas
a menos que estén dotadas de individualidad. . .
GODFREY H. HARDY
C APÍTULO 4
EL BINOMIO DE NEWTON EN ÁLGEBRA

i examinamos la demostración del teorema del binomio, es decir, el


S Teorema 2-1, podemos observar que además del método de induc-
ción matemática no se utiliza ninguna idea más allá de las propiedades
elementales de las operaciones adición y multiplicación en R, a saber

(R1) Ley asociativa para la adición a C .b C c/ D .a C b/ C c.


(R2) Existencia de elemento neutro a C 0 D 0 C a D a.
para la adición
(R3) Existencia de inverso aditivo a C . a/ D . a/ C a D 0.
(R4) Ley conmutativa para la adición a C b D b C a.
(R5) Ley asociativa para la a  .b  c/ D .a  b/  c.
multiplicación
(R6) Existencia de elemento neutro a  1 D 1  a D a.
para la multiplicación
(R7) Existencia de inverso a  a 1 D a 1  a D 1, si a ¤ 0.
multiplicativo
(R8) Ley conmutativa para la a  b D b  a.
multiplicación
(R9) Ley distributiva a  .b C c/ D a  b C a  c.
multiplicación
En realidad esto no debería ser causa de sorpresa, después de todo
la expresión .a C b/n solamente involucra las operaciones de adición y
multiplicación. Esta idea se fortalece si consideramos el hecho de que
el teorema del binomio es válido en el contexto del conjunto C de los
números complejos (Teorema 2-10). Así pues, parece que la validez del

59
60 Capítulo 4

teorema del binomio depende de las propiedades que comparten las


operaciones elementales en R y C.
La curiosidad matemática ha llevado a construir otras estructuras,
además de C, que comparten propiedades análogas (R1)–(R9) con R y
resulta interesante investigar si en estas estructuras es válido un equiva-
lente al teorema del binomio.

EJEMPLO 1
Consideremos Z2 D f0; 1g con las operaciones adición y multiplicación
definidas por las siguientes tablas
C 0 1  0 1
0 0 1 y 0 0 0 .
1 1 0 1 0 1
Si queremos explorar una expresión como .a C b/2 , con a; b 2 Z2 re-
sulta que el caso más interesante es cuando a D b D 1. Para empezar,
definimos x 2 D x  x para todo x 2 Z2 . Entonces
.1 C 1/2 D 02 D 0  0 D 0:
Por otro lado tenemos
.1 C 1/2 D .1 C 1/  .1 C 1/ D 1  .1 C 1/ C 1  .1 C 1/
D11C11C11C11
D1C1C1C1
D 1 C .1 C 1/ C 1
D 1  1 C .1 C 1/ C 1  1
D 12 C .1 C 1/  1  1 C 12 :

Como podemos ver, la última expresión tiene mucha semejanza con uno
de los casos más simples del teorema del binomio, aunque claro, en este
caso no tenemos que 1 C 1 D 2. Sin embargo, así como tiene sentido
definir la potencia
xn D x    x;
„ƒ‚…
n veces
El Binomio de Newton en Álgebra 61

para x 2 Z2 y n 2 N; también podemos definir

nx D .1„ C ƒ‚ 1/  x;
C…
n veces

para todo x 2 Z2 y n 2 N. Así obtenemos

.1 C 1/2 D 12 C 2  1  1 C 12 : 

Prácticamente el mismo artificio funciona si consideramos Z3 D


f0; 1; 2g con las operaciones adición y multiplicación definidas por las
siguientes tablas

C 0 1 2  0 1 2
0 0 1 2 0 0 0 0
y ,
1 1 2 0 1 0 1 2
2 2 0 1 2 0 2 1

pues el punto de mayor importancia está en que las operaciones adición


y multiplicación definidas sobre Z2 y Z3 satisfacen propiedades análogas
a (R1)–(R9).
En general, sea F un conjunto no vacío con dos operaciones, adi-
ción y multiplicación, denotadas por C y , respectivamente. Decimos
que F es un cuerpo si para todos a; b; c 2 F se cumplen las propiedades
que se indican a continuación (0 y 1 denotan dos elementos de F , con
0 ¤ 1):
62 Capítulo 4

(F1) Ley asociativa para la adición a C .b C c/ D .a C b/ C c.


(F2) Existencia de elemento neutro a C 0 D 0 C a D a.
para la adición
(F3) Existencia de inverso aditivo a C . a/ D . a/ C a D 0.
(F4) Ley conmutativa para la adición a C b D b C a.
(F5) Ley asociativa para la a  .b  c/ D .a  b/  c.
multiplicación
(F6) Existencia de elemento neutro a  1 D 1  a D a.
para la multiplicación
1 1
(F7) Existencia de inverso aa Da  a D 1, si a ¤ 0.
multiplicativo
(F8) Ley conmutativa para la a  b D b  a.
multiplicación
(F9) Ley distributiva a  .b C c/ D a  b C a  c.
multiplicación
Algunas veces el cuerpo F se describe como .F; C; ; 0; 1/ para en-
fatizar la importancia de las operaciones involucradas.
Si n es un número natural, para cualquier x 2 F definimos

nx D .1„ C ƒ‚ 1/  x
   C…
n veces
y
xn D x   x :
„ƒ‚…
n veces
Entonces tenemos la siguiente generalización del teorema del binomio:

TEOREMA 2
Sea .F; C; ; 0; 1/ un cuerpo. Si a y b están en F y n es un número natural,
entonces
n
!
X n
.a C b/n D an k b k
k
kD0
! ! !
n n n n
D an C an 1 b C a 2 2
b C C ab n 1
C bn:
1 2 n 1
El Binomio de Newton en Álgebra 63

Al desarrollar la demostración del teorema del binomio muestra


que no todas las propiedades (R1)–(R9) son necesarias, por ejemplo,
no se requiere la existencia del inverso multiplicativo. Este fenómeno
queda ilustrado con el siguiente ejemplo.

EJEMPLO 3
El conjunto Z4 D f0; 1; 2; 3g con las operaciones adición y multipli-
cación definidas por las siguientes tablas

C 0 1 2 3  0 1 2 3
0 0 1 2 3 0 0 0 0 0
1 1 2 3 0 y 1 0 1 2 3 ,
2 2 3 0 1 2 0 2 0 2
3 3 0 1 2 3 0 3 2 1

no es un cuerpo, pues no satisface la propiedad (F7), en particular tene-


mos que que no existe x 2 Z4 tal que 2  x D x  2 D 1; sin embargo, si
se satisfacen las propiedades (F1)–(F6), (F8) y (F9), que son suficientes
para que se cumpla la generalización del teorema del binomio. 
El Ejemplo 3 es una ilustración de una estructura algebraica más
simple que la de cuerpo y a la vez la que tiene las mínimas exigencias
para que se cumpla una generalización del teorema del binomio. Evi-
dentemente existen estructuras algebraicas más simples, pero para nues-
tros propósitos se requiere la existencia de dos operaciones, cada una de
las cuales tiene un mínimo de condiciones, como las que ilustra el Ejem-
plo 3; así que su formalización marca el fin de nuestra presentación, en
ese sentido.
Sea ƒ un conjunto no vacío con dos operaciones, adición y multi-
plicación, denotadas por C y , respectivamente. Decimos que ƒ es un
anillo si para todos a; b; c 2 ƒ se cumplen las propiedades que se indican
a continuación (0 y 1 denotan dos elementos de ƒ, con 0 ¤ 1):
64 Capítulo 4

(A1) Ley asociativa para la adición a C .b C c/ D .a C b/ C c.


(A2) Existencia de elemento neutro a C 0 D 0 C a D a.
para la adición
(A3) Existencia de inverso aditivo a C . a/ D . a/ C a D 0.
(A4) Ley conmutativa para la adición a C b D b C a.
(A5) Ley asociativa para la a  .b  c/ D .a  b/  c.
multiplicación
(A6) Existencia de elemento neutro a  1 D 1  a D a.
para la multiplicación
(A7) Ley distributiva a  .b C c/ D a  b C a  c.
multiplicación
Si además se cumple que la multiplicación en ƒ satisface la ley con-
mutativa, es decir si a  b D b  a para todos a; b 2 ƒ, decimos que ƒ es un
anillo conmutativo. También se suele usar la notación .ƒ; C; ; 0; 1/ para
describir al anillo . Notemos además que un cuerpo es un anillo conmu-
tativo en el cual se cumple la ley de existencia de inverso multiplicativo.
Como en el caso de un cuerpo, para un anillo ƒ, también pode-
mos definir nx y x n , con x 2 ƒ, n 2 N. Así

nx D .1„ C ƒ‚ 1/  x
   C…
n veces

y
xn D x   x :
„ƒ‚…
n veces

Además, si ƒ es un anillo conmutativo, resulta que

nx  my D .nm/x  y; para todos x; y 2 ƒ, n; m 2 N,

pues

nx  my D Œ.1„ C ƒ‚ 1/  x  Œ.1„ C ƒ‚
 C… C…
1/  y
n veces m veces
D Œ.1
„ C ƒ‚
 C…
1/  .1„ C ƒ‚
   C…
1/  x  y
n veces m veces
D .nm/x  y:
El Binomio de Newton en Álgebra 65

Con todos estos ingredientes obtenemos nuestra última generali-


zación del teorema del binomio:

TEOREMA 4
Sea .ƒ; C; ; 0; 1/ un anillo conmutativo. Si a y b están en F y n es un número
natural, entonces
n
!
X n
.a C b/n D an k b k
k
kD0
! ! !
n n n 1 n n 2 2 n
Da C a bC a b CC ab n 1 C b n :
1 2 n 1

Este resultado encaja perfectamente con la descripción de Hardy


de que “La demostración es suficientemente fácil, una vez que se ha
aprendido el lenguaje, pero una explicación considerable es necesaria
antes de que el significado del teorema esté claro”.

 Ver la referencia [19] en la Reseña Bibliográfica, p. 98.


Los dos años que siguieron la graduación
de Newton en Cambridge, 1665 y 1666,
fueron años de peste, y cuando la Universidad
estaba cerrada, pasaba el tiempo en su hogar. Su
madre había enviudado de nuevo y regresado a
Woolsthorpe. Aquí encontró él su mina de
oro: las matemáticas. Ahora que sus cuadernos han
sido examinados, resulta claro que no había sido
bien enseñado y que desarrolló la mayor parte
de sus conocimientos matemáticos por sí mismo.
Entonces se encausó hacia el descubrimiento original.
Inventó las fluxiones, que hoy en día llamamos
Cálculo. Newton mantenía las fluxiones como un
arma secreta; descubría los resultados con ellas, pero
los escribía en matemáticas convencionales.
Aquí también concibió la idea de la gravitación
universal e inmediatamente la puso a prueba calculando
el movimiento de la Luna alrededor de la Tierra. La
Luna era un poderoso símbolo para él. . .
JACOB BRONOWSKI
C APÍTULO 5
EL BINOMIO DE NEWTON EN ANÁLISIS

l Teorema 2-5 establece que para cualquier número natural n, la


E función f dada por f .x/ D x n es derivable y

(1) f 0 .x/ D nx n 1
para todo x:

En consecuencia, según el (Segundo) Teorema Fundamental del Cál-


culo, tenemos que
Z b
b nC1
(2) x n dx D :
0 nC1

Un caso particular de esta igualdad fue obtenido en la antigüedad,


por el sabio de origen griego Arquímedes, quien, esencialmente con-
siderando la igualdad

n.n C 1/.2n C 1/
11 C 22 C    C n2 D ;
6
halló el área de un segmento parabólico determinado por la curva y D
x 2 , en términos modernos
Z b
b2
x 2 dx D ;
0 2

asomando así las primeras ideas del Cálculo. Pero, sin embargo, el desa-
rrollo y la consolidación de los cimientos del Cálculo como disciplina

67
68 Capítulo 5

matemática propiamente dicha, fue consecuencia de un proceso com-


plejo asociado a ese gran movimiento histórico que fue el Renacimiento,
ya que matemáticos, artistas y artesanos se obsecionaron como nunca
antes por registrar instantes de tiempo, creando la noción de indivisible.
En particular, Johannes Kepler, Bonaventura Cavalieri, Evange-
lista Torricelli y Giles de Roberval, aplicaron con éxito técnicas de suma-
ción infinita de cantidades “indivisibles” para el cálculo de áreas. Por su
parte, Pascal aplicó las propiedades geométricas del triángulo aritmético

1 1 1 1 1 : : :
1 2 3 4 : :
1 3 6 : :
1 4 : :
1 : :

para hallar la suma de las potencias de un mismo grado de los términos


de una progresión aritmética, así

nC1
C1 d †.n/ C nC1 C2 d 2 †.n 1/
C    C nC1 Cn d n †.1/ D
.a C Nd /nC1 anC1 Nd nC1 ;

donde a es el primer término de la progresión, d es la diferencia común,


N es el número de términos, n el grado de la potencia, nC1 Ck es el
número ubicado en la columna k C 1 y en la fila n k C 2 del triángulo
aritmético, y †.k/ es la suma de las potencias de grado k de los términos
de la progresión. Luego, procediendo con métodos similares a los de
Roberval, donde los indivisibles eventualmente son desechados como
nulos, aplicó la fórmula anterior a la curva y D x n , considerando el área
bajo esta curva como la suma de las ordenadas, es decir, las potencias
de grado n de las abscisas, consideradas como una progresión aritmética
con témino inicial a D 0, diferencia común d D 1 y valor mayor b; al
tomar como nulos los términos de menor orden obtuvo la fórmula

.n C 1/†.n/ D b nC1 ;

que es equivalente, en términos modernos, a la ecuación (2). Cuando


era interrogado acerca del uso de los inidivisibles, Pascal argumentaba
El Binomio de Newton en Análisis 69

que éstos eran a las configuraciones geométricas como nuestra justicia


era a la de Dios.
Análogamente, la ecuación (2) fue obtenida por Cavalieri, Rober-
val y John Wallis, este último haciendo uso del teorema del binomio y
sirviendo como inspiración para Newton en sus investigaciones que con-
dujeron al surgimientos del Análisis Matemático moderno.

FIGURA 1. Boceto de la casa materna de Newton.

Newton obtuvo el grado de Bachelor of Arts en el Trinity College


de la Universidad de Cambridge en 1664 y al año siguiente surgió una
epidemia de peste en Inglaterra que duró aproximadamente dos años.
Por este motivo se trasladó a su casa materna en Woolsthorpe donde
tuvo una época muy productiva, comúnmente conocidos como los Anni
mirabilis. En un recuento sobre sus actividades, escrito mucho más tarde
narró:

A principios del año 1665 encontré el Método de aproxi-


70 Capítulo 5

mación por series y la Regla para reducir cualquier dignidad


de cualquier Binomio a una de tales series. En Mayo del
mismo año hallé el método de Tangentes de Gregory y Slusi-
yus, y en Noviembre obtuve el método directo de fluxiones y
en Enero del año siguiente obtuve la Teoría de los Colores y
en Mayo siguiente encontré el método inverso de fluxiones.
Y el mismo año empecé a pensar en extender la gravedad a
la órbita de la Luna. . . Todo esto fue en los años de la peste
1665–1666. Pues en aquellos días estaba en lo mejor de mi
edad para la invención y pensaba en Matemáticas y Filosofía
más que en cualquier otro tiempo desde entonces. 

A su regreso a Cambridge, Newton informó sobre algunos de sus


logros a su maestro, Isaac Barrow (Figura 2), quien ocupaba la Cáte-
dra Lucasiana de Matemáticas en Cambridge desde su fundación. Ha-
cia principios de 1668 el matemático londinense John Collins envió a
Isaac Barrow un ejemplar de la obra Logaritmotechnia, del matemático y
astrónomo Nicolaus Mercator, en la que se describen técnicas para cal-
cular el área bajo una hipérbola.

FIGURA 2. Retrato de Isaac Barrow.

 El texto es una traducción libre del material citado en el libro de Westfall [24], p.
39.
El Binomio de Newton en Análisis 71

Hacia julio de ese año Barrow respondió informando sobre un


amigo suyo “que tiene un excelente genio para esas cosas, me trajo el
otro día unos papeles, donde había desarrollado métodos para calcu-
lar las dimensiones de magnitudes como el de Sr Mercator acerca de la
hipérbola, pero muy generales. . . ” Ž
Cuando Barrow escribió esto a Collins ya había convencido a New-
ton de publicar, al menos parcialmente, sus resultados. En efecto, poco
después Collins recibió de parte de Barrow un manuscrito anónimo, en
latín, titulado De Analysi per Æquationes Numero Terminorum Infinitas (So-
bre el Análisis por Series Infinitas), referido frecuentemente como De
Analysi. En agosto, Barrow reveló la identidad del autor: “su nombre es
Sr Newton; un fellow de nuestra Facultad y muy joven (de hecho, estu-
diante del segundo año para Master of Arts), pero de un genio extraor-
dinario y profundo conocimiento de estas cosas”.  Collins se compro-
metió a no mostrar el contenido del ensayo así como tampoco informar
sobre su autor sin la autorización explícita de Newton. En 1676, Henry
Oldenburg, quien ocupaba el cargo de Secretario de la Royal Society de
Londres, recibió una carta de Gottfried Wilhelm Leibniz pidiéndole in-
formación sobre los avances en Inglaterra en el tema de series infinitas
(parte de las funciones del Secretario era actuar como intermediario en-
tre los miembros de la comunidad científica). Oldenburg envió la carta
a Newton, quien para entonces había sustituido a Barrow en la Cáte-
dra Lucasiana y era conocido como el más importante matemático de
Inglaterra. Para ese entonces Newton se encontraba inmerso en una dis-
puta con el científico londinense Robert Hooke acerca de la teoría de los
colores, otro de los productos de su trabajo en los años de la peste. A pe-
sar de esta circunstancia, Newton envió una carta a Oldenburg en junio,
una copia de la cual fue transmitida a Leibniz el 26 de julio. Éste exami-
nó el documento y respondió, informando sobre sus propios trabajos,
solicitando algunos detalles adicionales y elogiando la obra de Newton:

Su carta contiene más numerosas y más notables ideas acerca


del análisis que muchos tomos voluminosos publicados so-
bre el tema. . . Los descubrimientos de Newton son dignos de
Ž Esta nota también es traducida de una cita en el libro de Westfall [24], p. 68.
 La carta aparece citada en [24], p. 68.
72 Capítulo 5

su genio, el cual es tan abundantemente puesto de mani-


fiesto por sus experimentos ópticos y por su tubo catadióp-
trico [telescopio de reflexión]. 

FIGURA 3. Retrato de Gottfried Wilhelm Leibniz.

Newton redactó una segunda carta para Leibniz en octubre, una


semana después que el destinatario hubiese concluido una visita de diez
días a Londres, durante la cual Collins le dió acceso a De Analysi, sin el
conocimiento de Newton. Años más tarde, Newton se enteró de la in-
discreción de Collins. Leibniz recibió la carta en junio de 1677. Aproxi-
madamente cuatro décadas más tarde se desarrollaba uno de los más
lamentables y amargos episodios en la historia de las matemáticas: la
controversia entre Newton y Leibniz sobre la prioridad en la invención
del Cálculo. Newton argumentaba que él había desarrollado primero
 También ésta es de una cita en [24], p. 99.
El Binomio de Newton en Análisis 73

esta teoría y que Leibniz había cometido plagio, porque supuestamente


el científico alemán había visto su versión del Cálculo en el manuscrito
que custodiaba Collins y, además porque había leído algunos de los ele-
mentos en su correspondencia. Cuando la disputa estaba en su punto
más crítico, Newton presentó las cartas como parte de los elementos
probatorios de su posición y se refirió a ellas con las expresiones latinas
Epistola Prior (primera carta) y Epistola Posteriori (carta posterior).

FIGURA 4. Retrato de Isaac Newton.

Volviendo a los años de la peste y los trabajos originales de New-


ton sobre la serie binómica, tenemos que había aprendido de Wallis a
determinar el área (que Newton llamaría “cuadratura”) bajo una curva
polinómica y, especialmente, que el área total era la suma de las áreas
de cada término del polinomio, pero considerando variable el límite
superior del intervalo base. Con estas preliminares buscó ampliar sus
horizontes tratando de aplicar un método similar para hallar el área del
círculo unitario y D .1 x 2 /1=2 .

Para resolver este problema consideró las curvas correspondientes


a las ecuaciones y D .1 x 2 /0 , y D .1 x 2 /1=2 , y D .1 x 2 /1 , y D
.1 x 2 /3=2 , y D .1 x 2 /2 ,. . . ; utilizando los resultados de Wallis halló las
cuadraturas de los casos de exponente entero y los dispuso en una tabla
similar a la siguiente
74 Capítulo 5

Œ0 Œ1 Œ2 Œ3 Œ4 Œ5 :::


x 1 1 1 1 1 1 :::
x 3 =3 0 1 2 3 4 5 :::
x 5 =5 0 0 1 3 6 10 :::
x 7 =7 0 0 0 1 4 10 :::
    0 1 5 :::
     0 1 :::
      0 :::

donde cada fila contiene en la primera columna las potencias de x con


exponente fraccionario que corresponden al desarrollo en series de y D
1 x 2 , los números entre corchetes al tope de cada columna represen-
tan las potencias de 1 x 2 y el resto de los elementos de la columna
los coeficientes que deben multiplicar al coeficiente fraccionario de la
primera, observando que estos últimos tienen la configuración del trián-
gulo de Pascal. A continuación, su estrategia fue interpolar las colum-
nas correspondientes a los exponentes 21 y 32 , lo cual explicó con cierto
detalle mucho más tarde en la Epistola Posteriori; su conclusión fue (ver
Apéndice 1):

De esto supe que el Área deseada de un segmento del Cír-


culo es
1 3 1 5 1 7 5 9
x 8x 16 x 128 x
x 2 &c.
3 5 7 9
y continúa

Por el mismo proceso se hallaron las áreas de las Curvas


restantes, como el área de una Hipérbola,. . . las otras alter-
nadas en esta Serie

Efectivamente, su método le permitió calcular log 1; 1 y log 1; 01 con 46


decimales y posteriormente refinó sus cálculos obteniendo los mismos
logaritmos con 55 decimales. Dado el comportamiento que la hipér-
bola de ecuación y D 1=x tiene alrededor de x D 0, él consideró una
traslación: la de ecuación y D 1=.1 C x/. Como en el caso del área del
círculo, empezó por considerar una sucesión de curvas: y D .1 C x/0 ,
El Binomio de Newton en Análisis 75

y D .1 C x/1 , y D .1 C x/2 ,. . . y construyó una tabla, en la que, en lugar


de interpolar, se encargó de extrapolar la columna correspondiente al
exponente 1:

Œ 1 Œ0 Œ1 Œ2 Œ3 Œ4 :::


x 1 1 1 1 1 1 :::
x 2 =2 1 0 1 2 3 4 :::
x 3 =3 1 0 0 1 3 6 :::
x 4 =4 1 0 0 0 1 4 :::

obteniendo así que la serie para el área de la hipérbola y D 1=.1 C x/,


que corresponde a log.1 C x/ es

x2 x3 x4
x C C :
2 3 4
Después de esto, concluye en la Epistola Posteriori que
El mismo método puede ser usado para intercalar otras Se-
ries, inclusive con intervalos de dos o más términos faltantes
al mismo tiempo.
En la misma época que obtuvo estos resultados, pensó en aplicar
métodos similares para resolver el problema de hallar la tangente a una
curva. Para ello empezó por plantear una curva no tanto como un lugar
geométrico, sino como la trayectoria de un punto en movimiento, proba-
blemente inspirado por las clases de Barrow, abandonando las técnicas
de Descartes sobre el tema. Trabajó primero algunos casos particulares
hasta llegar a una versión general que desarrolló en un escrito titulado
Hallar las velocidades de los cuerpos a por medio de las líneas que ellos describen.
Su aproximación al problema tenía como meta eliminar los incremen-
tos infinitesimales y centrar la atención en velocidades instantáneas de
un flujo continuo, derivando así el término fluxiones, para lo que hoy
denominamos “derivada”.
Con un simbolismo no sistematizado, Newton aplicó su método de
fluxiones a varios problemas específicos sobre curvatura y extremos rel-
ativos de curvas. Por otro lado, atacó el problema de hallar la ecuación
de una curva conocida su fluxión, o como él lo llamaría, creó el método
76 Capítulo 5

de fluxiones inversas que hoy conocemos como “integración”, y final-


mente, el vínculo entre éstos métodos para el cálculo de áreas, es decir,
el Teorema Fundamental del Cálculo.

FIGURA 5. Retrato de Isaac Newton pintado en Cambridge por Godfrey Kneller


APÉNDICE 1
DOS C ARTAS DE N EWTON

ste apéndice contiene traducciones de extractos de dos cartas en las


E que Newton expuso formalmente su teoría sobre la serie binómica.
La traducción de las Epistolas está basada sobre la versión en inglés que
aparece en A Source Book in Mathematics por David Eugene Smith ([20],
pp. 224-228). Otra traducción ligeramente distinta, sobre todo en lo
referente al estilo, se en cuentra en el tomo 4 de la colección Sigma, El
Mundo de las Matemáticas. por James R. Newman ([21], pp. 112–115).
Nota: versiones similares de estas traducciones con algunos comentarios
adicionales aparecen en la referencia [9] de la Reseña Bibliográfica. La
expresión &c es una forma antigua de escribir et cetera.

77
78 Capítulo 5

EPISTOLA PRIOR

Carta de Isaac Newton dirigida a Gottfried W. Leibniz


a través de Henry Oldenburg
Cambridge, 13 de Junio de 1676

Aunque la modestia del Dr. Leibniz en los Extractos de su


Carta que usted recientemente me envió, atribuye demasiado a
mi trabajo en ciertas Especulaciones relativas a las Series Infinitas,
rumor del cual se ha empezado a expandir ya, no tengo duda de
que él ha hallado no sólo un método para reducir Cantidades
cualesquiera a Series de este tipo, como él mismo asegura, sino que
también ha hallado varios Compendia, similares a los nuestros, si
no mejores.
Sin embargo, puesto que él desea saber los descubrimien-
tos que han sido hechos por los ingleses en este sentido (yo
mismo caí en esta Especulación hace algunos años) y con el fin
de satisfacer sus deseos, al menos en cierto grado, le he enviado
a usted algunos puntos que se me han ocurrido.
Las fracciones pueden ser reducidas a Series Infinitas por
División y las Cantidades Radicales pueden ser también reduci-
das por Extracción de Raíces. Estas Operaciones pueden ser
extendidas a Especies de la misma forma en que se aplican a
Números Decimales. Estos son los Fundamentos de las Reduc-
ciones.
La Extracción de Raíces se reduce mucho por el Teorema
m m m m n m 2n
P C PQj D P C AQ C BQC CQ
n n n 2n 4n
m 3n
C DQ C &c.
4n
donde P C PQ representa una Cantidad cuya Raíz o Potencia o
cuya Raíz de una Potencia se desea hallar, siendo P el primer
El Binomio de Newton en Análisis 79

Término de esa cantidad y Q los términos restantes divididos


m
por el primer término y el Índice numérico de las potencias
n
de P C PQ. Este puede ser un Número Entero o (digamos) un
Número Quebrado; un número positivo o uno negativo. Como
p p
escriben los Analistas, a2 y a3 por aa y aaa, así para a, a3 ,
p 1 3 5 1 1 1
c : a5 , &c. Escribo a 2 , a 2 , a 2 , &c.; para , , a 1, a 2, a 3;
a aa aaa
aaa 2
y para p , escribo aaa 3 C bbx j 3 . En este
c W a3 C bbx  a3 C bbx W
2
último caso, si a3 C bbx j 3 se toma como P C PQ en la Fórmula,
entonces P D a3 , Q D bbx=a3 , m D 2, n D 3.
Finalmente, en lugar de los términos que ocurren en el
curso del trabajo en el cociente, usaré A, B, C, D, etc. Así A re-
m
presenta el primer término P n ; B el segundo término mn AQ; y así
sucesivamente. El uso de esta Fórmula se hará claro mediante
Ejemplos.
80 Capítulo 5

EPISTOLA POSTERIORI

Carta de Isaac Newton dirigida a Gottfried W. Leibniz


a través de Henry Oldenburg
Cambridge, 23 de Octubre de 1676

Uno de mis propios [métodos para deducir las series in-


finitas] lo describí antes; y ahora voy a agregar otro, a saber,
la forma en la que descubrí estas Series, pues las hallé antes
de saber las Divisiones y Extracción de Raíces que ahora uso.
La explicación de este método dará la base del Teorema dado al
principio de mi Carta anterior el cual el Dr. Leibniz desea.
El inicio de mi estudio de Matemáticas, ocurrió sobre la
obra de nuestro más Celebrado Wallis y sus consideraciones de
las Series mediante cuya intercalación él muestra los valores
del Área de un Círculo y una Hipérbola, y de esa serie de curvas
que tienen una Base o Eje x y cuyas Ordenadas son de la Forma
0 1 2 3 4 5
1 xx j 2 . 1 xx j 2 . 1 xx j 2 . 1 xx j 2 . 1 xx j 2 . 1 xx j 2 .
&c. Entonces si las Áreas de las alternadas, las cuales son x,
x 13 x3 , x 32 x3 C 51 x5 , x 33 x3 C 35 x5 17 x7 , &c. tendrían valores
interpolados entre estos términos, deberíamos tener las Áreas de
1
los intermedios, el primero de los cuales 1 xx j 2 es el Círculo.
Por estas interpolaciones, noté que el primer término de cada
uno es x y que el segundo término 03 x3 , 13 x3 , 32 x3 , 33 x3 , &c., están
en progresión Aritmética. Así los dos primeros términos de la
1 3 2 3
x x
Serie que deben ser intercalados deberían ser x 2 , x 3 ,
3 3
5 3
x
x 2 , &c.
5
Intercalando el resto, consideré que los Denominadores 1,
3, 5, 7, &c. estaban en progresión Aritmética y así sólo se
requeriría investigar los Coeficientes Numéricos de los Nume-
radores. Además, en las Áreas alternadas dadas, éstas eran las
El Binomio de Newton en Análisis 81

figuras de las potencias el onceavo número, a saber, 11 0 , 111 ,


112 , 113 , 114 . Es decir, primero 1, luego 1, 1, tercero 1, 2, 1,
cuarto 1, 3, 3, 1, quinto 1, 4, 6, 4, 1, &c. Por tanto, busqué
un método para deducir el resto de elementos en estas Series,
habiendo dado las dos primeras figuras. Encontré que cuando
la segunda figura m era dada, el resto se produciría por multi-
plicación continua de los términos de esta Serie:
m 0 m 1 m 2 m 3 m 4
    &c.
1 2 3 4 5
Por Ejemplo: Sea (el segundo término) m D 4, entonces el tercer
m 1 m 2
término será 4  , es decir 6; y 6  , es decir 4, el
2 3
m 3 m 4
cuarto; y 4  es decir 1, el quinto; y 1  , es decir 0,
4 5
el sexto donde la serie termina en este caso.
Por tanto, apliqué esta Regla a la Serie a ser insertada. Así
1 3
x
para el Círculo, el segundo término sería 2 , entonces coloqué
3
1
1 1 1 1
m D 2 , y los términos que resultaron fueron  2 o ,
2 2 8
1 1
1 2 1 1 3 5
 2 oC ,C  2 o , y así infinitamente. De
8 3 16 16 4 128
esto supe que el Área deseada de un segmento del Círculo es
1 3 1 5 1 7 5 9
2x 8x 16 x 128 x
x &c.
3 5 7 9
Por el mismo proceso se hallaron las áreas de las Curvas
restantes, como el área de una Hipérbola, y de las otras alter-
0 1 2 3
nadas en esta Serie 1 xxj 2 , 1 xxj 2 , 1 xxj 2 , 1 xxj 2 , &c.
El mismo método puede ser usado para intercalar otras
Series, inclusive con intervalos de dos o más términos faltantes
al mismo tiempo.
Esta fue mi primer entrada a estos estudios; lo cual se-
guramente se me habría escapado de la memoria de no haber
hecho referencia a ciertas notas hace pocas semanas.
82 Capítulo 5

Pero cuando supe esto, inmediatamente consideré que los


0 2 4 6
términos 1 xx j 2 , 1 xx j 2 , 1 xx j 2 , 1 xx j 2 , &c. es decir 1,
1 xx, 1 2xx C x4 , 1 3xx C 3x4 x6 , etc. serían interpolados
de la misma forma y las áreas serían deducidas de ellas; y que
para esto no se requiere nada más que la omisión de los denom-
inadores 1, 3, 5, 7, etc. en los términos que expresan las áreas,
es decir, los coeficientes de los términos de la cantidad a ser
1 3
m
intercalada 1 xx j 2 , o 1 xx j 2 , o más generalmente 1 xx j se
produciría por multiplicación continua de los términos de esta
m 1 m 2 m 3 1
Serie m    &c. Así, (por ejemplo) 1 xx j 2
2 3 4
3
1 2 1 4 1 6 2
resultaría 1 2 x 8 x 16 x &c. Y 1 xx j se convertiría en
1
1 2
1 2x C 81 x4 C 16
1 6
x etc. Y 1 xx j 3 sería 1 31 xx C 91 x4 81
1 6
x &c.
Así la Reducción general de Radicales a Series se volvió
conocida para mí a través de la Regla que establecí al principio
de la Carta anterior, antes de conocer la Extracción de Raíces.
Pero, habiendo aprendido esto, lo otro no podía permanecer
oculto para mí por mucho tiempo. Para probar estas opera-
ciones, multipliqué 1 21 x2 18 x4 161 6
x &c. por sí mismo, y resultó
1 xx, el resto de los términos se desvanecieron en el infinito por
la continuación de la serie. Similarmente 1 13 xx C 19 x4 81 1 6
x
&c. fue multiplicado dos veces por sí mismo y produjo 1 xx.
Lo cual indica que éstas pueden ser consideradas como una De-
mostración de estas conclusiones, me llevaron naturalmente a
tratar el recíproco, para ver si estas Series las cuales eran cier-
tamente Raíces de la cantidad 1 xx no podrían ser extraídas
por medios Aritméticos. El intento fue exitoso...
Habiendo descubierto esto, abandoné por completo la in-
terpolación de Series, y usé estas operaciones solamente como
una base más genuina, tampoco fallé en descubrir la Reducción
por División, un método ciertamente más fácil.
APÉNDICE 2
EL BINOMIO DE N EWTON EN LOS P RINCIPIA

n alguna oportunidad Newton aseguró que había resuelto la mayo-


E ría de los problemas en ciencia aplicando su método de fluxiones
o lo que hoy llamamos Cálculo, pero que por diferentes motivos los pre-
sentaba en el estilo de los antiguos geómetras. Análogamente, Newton
planteaba que utilizaba series infinitas, como técnica en su método de
fluxiones, para resolver problemas. Este punto ha sido ampliamente de-
batido y no existe un acuerdo definitivo. En este apéndice presentamos
la traducción de un extracto de los Principia en el que Newton utiliza la
serie binómica para la resolución de un problema de física. El material
es tomado de la excelente versión en inglés [23], Sección IX, del Libro I,
pp. 541–542.

83
84 Capítulo 5

PROPOSICIÓN XLV
PROBLEMA XXXI

Se requiere hallar los movimientos de los ápsides de las órbitas que difieren
muy poco de los círculos.

Este problema se resuelve artiméticamente tomando la ór-


bita que es descrita en un plano inmóvil por un cuerpo que gira
en una elipse móvil (como en la Proposición XLIV, Corolario II
o III) y haciendo que ésta se aproxime a la forma de la órbita
cuyos ápsides se requieren y buscando los ápsides de la órbita
que el cuerpo describe en un plano inmóvil. . .

EJEMPLO 2. Supongamos que la fuerza centrípeta es a


la altura A elevada a cualquier potencia, como An 3 (es decir,
An
), donde n 3 y n representan los índices de las potencias
A3
cualesquiera -entero o fraccionario, racional o irracional, po-
sitivo o negativo. Reduciendo el numerador A n D .T X/n a
una serie indeterminada por nuesro método de series conver-
n2 n 2 n 2
gentes, el resultado es T n nXTn 1 C X T C    . Y agru-
2
pando los términos de ésta con los términos del otro numerador
RG2 RF2 C TF2 F2 X, el resultado es que RG2 RF2 C TF2 es a Tn
n2 n
como F2 es a nTn 1 C XTn 2    . Y despúes, tomando las
2
razones últimas que resultan cuando las órbitas se aproximan
a la forma circular, RG2 será a Tn como F 2 es a nTn 1 , o G2
a Tn 1 , es decir, como 1 es a n; y por lo tanto, G es a F, o sea,
p
el ángulo VCp es al ángulo VCP como 1 es a n. Por lo tanto,
como el ángulo VCP, completado en el descenso de un cuerpo
desde el ápside superior de una elipse hasta el ápside inferior
es 180 grados, el ángulo VCp, completado en el descenso de un
cuerpo desde el ápside superior de una elipse hasta el ápside
inferior en la órbita casi circular que el cuerpo describe bajo la
acción de una fuerza centrípeta proporcional a An 1 , será igual
El Binomio de Newton en Análisis 85

180
a un ángulo de p grados; y cuando el ángulo es repetido, el
n
cuerpo retornará desde el ápside inferior al ápside superior y así
sucesivamente sin fin. . .
—Sí —dijo Don Quijote—; porque si
vuelves presto de adonde pienso
enviarte, presto se acabará mi pena y presto
comensará mi gloria. Y porque no
es bien que te tenga más suspenso,
esperando en lo que han de parar mis razones. . .
Digo asimismo que, cuando algún pintor
quiere salir famoso en su arte, procura
imitar los originales de los más
únicos pintores que sabe; y
esta mesma regla corre por todos los más
oficios o ejercicios de cuenta que sirven para
adorno de las repúblicas, y así lo ha
de hacer y hace el que quiere alcanzar
nombre de prudente y sufrido. . .
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA
RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

l propósito inicial de esta reseña es ofrecer al lector información so-


E bre las fuentes de donde deriva el material que se presenta en este
libro, lo cual ha implicado cubrir tanto el área técnica como la parte
histórica del tema. Sin embargo, creemos oportuno utilizar la ocasión
para indicar algunas fuentes bibliográficas que no necesariamente se
encuentran directamente con el tema o que lo aplican a otros contex-
tos. En todo caso, pretendemos que sirva de orientación al lector que
trata de aprender en forma independiente esta atractiva parcela de las
Matemáticas.
El “binomio de Newton” es un tema que se estudia en casi todo
curso elemental y sin embargo, es a la vez uno de los más difíciles de
encontrar en texto alguno. Una excepción notable es un viejo libro de
matemáticas básicas, que sirvió de referencia obligatoria a innumerables
generaciones de estudiantes de bachillerato:

[1] Álgebra (18va reimpresión), por Aurelio Baldor, Publicaciones Cul-


tural, México, 2000.
En la página 382 encontramos una sección titulada “Binomio de
Newton”. Probablemente ésta ha sido una de las fuentes princi-
pales de donde se ha difundido esta terminología en los países de
habla hispana.

Evidentemente, el “teorema del binomio” aparece en cualquier


texto tanto de preparación al Cálculo, como los dedicados a esta mate-
ria en sí. Es tal la abundancia de libros de Cálculo que resulta difícil

87
88 Reseña Bibliográfica

animarse a buscar en todos ellos; para los gustos personales del autor, lo
mejor es estudiar con alguno de los pocos que tienen la reputación de
ser muy formales, en especial:

[2] Calculus (volúmenes 1 y 2, 2da edición), por Tom Apostol, Editorial


Reverté, Barcelona, 1983.
Por supuesto, el “teorema del binomio” y la “serie binómica” son
tratados en el Volumen 1. En el Volumen 2 se presentan temas de
Cálculo Avanzado con aplicaciones, entre las cuales se encuentran
algunos elementos de la Teoría de Probabilidades, en particular la
distribución binómica.

Existe otro famoso libro de Cálculo muy bueno, aunque un poco


viejo, que casi no se usa en la actualidad, pero su lectura resulta muy
instructiva por la seriedad con que trata la materia. Este libro fue es-
crito por un matemático extraordinario a principios del siglo XX y, el
hecho de que aún se sigue imprimiendo es un indicador de su valor en
la literatura matemática.

[3] A Course of Pure Mathematics (10ma edición), por Godfrey H. Hardy,


Cambridge University Press, Cambridge, 1994.
En su época, este libro marcó la pauta en lo relativo a la enseñanza
del Cálculo, pues por primera vez se presentaban los contenidos
con un énfasis en la teoría, en contraste con aquéllos que se con-
centraban únicamente en el desarrollo de destrezas operatorias
por parte del estudiante. Su equivalente en la actualidad es el que
muchos consideran el mejor libro de Cálculo de todos los tiempos
y, algunos, uno de los mejores libros de Matemáticas.
[4] Calculus (4ta edición), por Michael Spivak, Publish or Perish, Hous-
ton, 2008.
Es de esperar que esta edición sea publicada en español pronto
por la Editorial Reverté, mientras tanto tenemos disponible la se-
gunda edición de 1993. Parte de la fama de este texto radica en
que no se trata estrictamente de un libro de Cálculo, sino más
bien una excelente “Introducción al Análisis Real”; debemos men-
cionar que allí lo relativo al “teorema del binomio” y a la “serie
Reseña Bibliográfica 89

binómica” aparecen desarrollados en forma de problemas y esto


debería ser mucho más que suficiente para la mayoría de los estu-
diantes. Sin embargo, si se quiere explorar otras implicaciones del
tema en Análisis tal vez quiera investigar en los siguientes clásicos.
[5] Análisis Matemático (2da edición), por Tom Apostol, Editorial Re-
verté, Barcelona, 1983.
[6] Principles of Mathematical Analysis (3ra edición), por Walter Rudin,
McGraw-Hill, Nueva York, 1976.
En este contexto debemos mencionar un libro, extremadamente
especializado, que tal vez puede llegar a necesitarse como referen-
cia, para estudios más avanzados:
[7] Divergent Series (2da edición), por Godfrey H. Hardy, Chelsea, Nueva
York, 1991.
Análogamente, otro texto de naturaleza especializada que debe
consultarse si se está interesado en la línea de estudio que se pre-
senta en el Capítulo 4 de este libro, es el siguiente:
[8] Algebra (3ra edición), por Saunders Mac Lane y Garret Birkoff,
AMS Chelsea Publishing, Provience, 1999.
La parte esencial del mencionado capítulo, es decir, la versión del
teorema del binomio para anillos conmutativos, se encuentra en
ese texto planteado como un ejercicio. Debemos decir, además,
que casi en cualquier texto de Álgebra, por lo menos, menciona
este resultado.

El tema de “series” se encuentra en casi todos los libros de Cálculo


y Análisis (incluyendo, por supuesto, los mencionados aquí), con una
gran variedad de presentaciones que difieren en cuanto a nivel de pro-
fundidad, cantidad de resultados expuestos y el grado de dificultad de
los problemas. Un intento de ofrecer esta materia con mucho detalle
y una cantidad abundante de ejemplos concretos y, que (por motivos
evidentes) al autor de este libro le gusta mucho es:

[9] Series Convergentes, por Fernando Mejías (por publicarse), 2011.


90 Reseña Bibliográfica

Actualmente se encuentra disponible en el siguiente sitio de inter-


net
http:www.ciencias.ula.ve/matematica/publicaciones/libros/
por_profesor/mejias_fernando/SeriesConvergentes

Un estudio avanzado de series de potencias complejas se encuentra en


cualquier libro de Análisis Complejo. Una de las más elegantes presenta-
ciones de estos temas se puede hallar en el clásico:
[10] Complex Analysis, por Lars Ahlfors (3ra edición), McGraw-Hill Co.,
Nueva York, 1979.
La siguiente referencia es un libro de texto muy singular, pues pre-
senta los conceptos y técnicas fundamentales del Cálculo en una pers-
pectiva histórica con respecto a las series infinitas, por supuesto con no-
tación moderna; está además dotado de una buena cantidad de ejemplos
resueltos y problemas por resolver.

[11] An Infinite Series Approach to Calculus, por Susan Bassein, Publish or


Perish, Houston, 1993.

Para el estudio de los elementos históricos relacionados con el


tema del “binomio de Newton” existe una amplia variedad de fuentes.
Para empezar dos textos muy buenos de historia de las matemáticas en
general, el primero de los cuales se destaca por lo ameno de la exposi-
ción y por el hecho de contener proyectos de investigación para ser de-
sarrollados por el estudiante.

[12] An Introduction to the History of Mathematics (6ta edición), por Ho-


ward Eves, Saunders College Publishing, Nueva York, 1990.
[13] A Concise History of Mathematics (4ta edición), por Dirk Struik, Dover,
Nueva York, 1987.
El libro de Struik se enfoca en algunos puntos importantes de la
historia y los describe con gran detalle, conteniendo además ex-
tractos de escritos originales.

Con un tratamiento un poco más superficial está disponible el si-


guiente texto.
Reseña Bibliográfica 91

[14] Historia de las Matemáticas, por K. Ríbnikov, Editorial MIR, Moscú,


1987.

Otra obra interesante, escrita al estilo muy particular de su autor


y que tiene su origen en varias notas dispersas a lo largo de una famosa
serie de libros especializados, es:

[15] Elementos de Historia de las Matemáticas (2da edición), por Nicolás


Bourbaki, Alianza Universidad, Madrid, 1976.

En lo que se refiere al desarrollo histórico del Cálculo propia-


mente dicho existen dos libros excelentes que examinan los aportes ori-
ginales en términos modernos:

[16] The History of the Calculus and its Conceptual Development, por Carl
Boyer, Dover, Nueva York, 1949.
Esta es la fuente de donde derivamos la descripción del trabajo de
Pascal para el cálculo de áreas.
[17] The Historical Development of the Calculus, por Charles H. Edwards,
Jr., Springer–Verlag, Nueva York, 1979.

Con una tendencia más moderna, y centrado en la relación entre


la evolución del Cálculo y sus aplicaciones a la Mecánica tenemos a la dis-
posición un pequeño libro caracterizado por la profundidad y claridad
de la exposición de los temas que trata:

[18] Huygens and Barrow, Newton and Hooke, por Vladimir I. Arnol’d,
Birkhäuser, Boston, 1990.

Como complemento a estas fuentes históricas, puede resultar muy


instructivo también un libro muy interesante, orientado hacia la filosofía
y la experiencia profesional de las Matemáticas, desde el punto de vista
de un matemático, el mismo autor de las referencias [3] y [7].

[19] A Mathematician’s Apology, Godfrey H. Hardy, Cambridge Univer-


sity Press, Cambridge, 1990.
92 Reseña Bibliográfica



Sobre los aspectos históricos señalados en este libro, para empezar,
las cartas de Newton a Leibniz acerca de la serie binómica fueron tra-
ducidas de las versiones en inglés que aparecen en una notable selección
de textos matemáticos:

[20] A Source Book of Mathematics por David E. Smith, Dover, Nueva York,
1959.
Otra traducción de esos documentos, pero con una apariencia
muy moderna, se encuentra en el tomo 3 de otra valiosa selección,
particularmente interesante para quien gusta de leer escritos ori-
ginales y biografías.
[21] Sigma, el Mundo de las Matemáticas (3ra edición, tomos 1–6), por
James R. Newman, Ediciones Grijalbo, Barcelona, 1968.

El epígrafe que antecede al Capítulo 3 de este libro (el mismo


que antecede la Parte IV del libro de Spivak [5]) es un extracto de un
m.m 1/ 2
escrito de Abel titulado Investigaciones sobre la Serie 1 C m
1xC 12 x C
m.m 1/.m 2/ 3
123 x C    , el cual aparece en francés en

[22] Œuvres por Niels H. Abel, Christiana, Johnson Reprint


Corporation, Nueva York, 1965.
Una traducción del artículo mencionado, y otros dos, aparecen
en la referencia [9]. La lectura de textos originales es una expe-
riencia muy grata y educativa, aunque a veces puede resultar un
trabajo intenso por el estilo y la notación. La siguiente referen-
cia no necesita mucha justificación y sólo se debe agregar que esta
versión (la fuente de donde se extrajo el material del Apéndice 5-2)
está complementada por el excelente ensayo titulado A Guide to
Newton’s Principia (Una Guía para los Principia de Newton), escrito
por el traductor I. Bernard Cohen, el cual facilita enormemente la
comprensión.
[23] Mathematical Principles of Natural Philosophy, por Isaac Newton, Uni-
versity of California Press, California, 1999.

Sobre el papel histórico de las cartas de Newton a Leibniz acerca


de la serie binómica, se encuentra un buen estudio en:
Reseña Bibliográfica 93

[24] The Life of Isaac Newton, por Richard Westfall, Cambridge Univer-
sity Press, Cambridge, 1993.
Esta biografía es en realidad un resumen de una de mayor exten-
sión y rica en detalles, considerada por algunos críticos como una
de las más completas en su clase.
[25] Never at Rest: a Biography of Isaac Newton, por Richard Westfall, Cam-
bridge University Press, Cambridge, 1980.

Algunos elementos adicionales sobre el particular se hallan en:

[26] Isaac Newton, Adventurer in Thought, por A. Rupert Hall, Cambridge


University Press, Cambridge, 1992.
Otra biografía exhaustiva de Newton en la que se retrata con mu-
cha precisión el contexto histórico, especialmente el ambiente
universitario en sus años de estudiante es:
[27] Newton (2 volúmenes), por Gale Christianson, Salvat Editores, Bar-
celona, 1986.
Este libro posee también un muy bien documentado recuento de
los pormenores de la controversia entre Newton y Leibniz sobre la
prioridad en la invención del Cálculo. Si se desea obtener mayor
información sobre el particular, una buena opción es recurrir a
fuentes originales que se encuentran en el siguiente libro.
[28] La Polémica sobre la Invención del Cálculo Infinitesimal, por Isaac New-
ton y Gottfried W. Leibniz, Editorial Crítica, Barcelona, 2006.

La mayor parte de los historiadores de la ciencia coinciden en


que Newton y Leibniz descubrieron en forma independiente y casi si-
multánea las ideas básicas del Cálculo; así el tema de la disputa de prio-
ridad parece haber sido agotado, sin embargo aún existen autores que
sostienen algunos puntos controversiales en este asunto y otros similares.
Por ejemplo, en 1994, la revista The Journal College Mathematics dedicó un
número completo a una discusión de este tipo. La polémica fue intro-
ducida por el siguiente artículo:
94 Reseña Bibliográfica

[29] Isaac Newton: Credit where Credit Won’t Do, por Robert Weins-
tock, The Journal College Mathematics, Volumen 25, Número 3, pp.
179–192, 1994.
El autor cuestiona la justicia al adjudicar a Newton el honor sobre
varias obras, particularmente el “teorema del binomio”, dado que
el mismo había sido conocido antes de la época de Newton; argu-
menta además, que Newton no presentó una prueba completa del
teorema y, que al final de cuentas, la fórmula es tan simple que
casi cualquiera de sus alumnos de primer año en la universidad
puede probarla.
El artículo es seguido por otros cuatro que, desde distintas per-
spectivas, responden cada uno de los puntos planteados. En lo
que respecta al “teorema del binomio” en la siguiente referencia
se presenta una respuesta muy bien estructurada.
[30] In Defense of Newton: his Briographer Replies, por Richard West-
fall, The Journal College Mathematics, Volumen 25, Número 3, pp.
201–205, 1994.
El argumento de Westfall es que las investigaciones científicas del
siglo XVII no pueden evaluarse con los patrones convencionales
de la actualidad. En particular, si bien el “teorema del binomio”
y algunas series infinitas habían sido tratadas antes de Newton,
fue este científico quien estableció y aplicó la serie binómica y no
desarrolló una prueba formal de la misma, en primer lugar porque
ese no era el requerimiento usual en la época y, más importante,
que probablemente en este caso, como en muchos otros, la intui-
ción de Newton le indicaba la veracidad de cierta proposición, sin
que él se preocupara por una prueba. La discusión sobre este
particular concluye con un comentario irónico acerca de la habi-
lidad de los estudiantes para formular y demostrar el “teorema del
binomio”.

Finalmente, unas perspectivas interesantes sobre la importancia


de la obra de Newton en el curso de la ciencia, se encuentran en la
siguiente referencia:
Reseña Bibliográfica 95

[31] El Ascenso del Hombre, por Jacob Bronowski, Fondo Educativo Intera-
mericano, Bogotá, 1979.
Este libro, muy bien ilustrado, presenta un examen personal del
papel jugado por la ciencia y el arte en la historia de la civilización.
Probablemente está fuera de imprenta pero aún se puede con-
seguir la versión original en inglés:
[32] The Ascent of Man, por Jacob Bronowski, Little, Brown and Com-
pany, Boston, 1973.
Los libros no se han hecho para que
creamos lo que dicen, sino para que los
analicemos. Cuando cogemos un libro, no
debemos preguntarnos qué dice,
sino qué quiere decir, como vieron muy
bien los viejos comentadores de
las escrituras.
UMBERTO ECO
SOLUCIONES

CAPÍTULO 1

1 Calcular los valores de los siguientes coeficientes binomiales:


(1) !
0 0Š 0Š 1
D D D D 1:
0 0Š.0 0/Š 0Š0Š 11

(2) !
7 7Š 7Š
D D D 840:
3 3Š.7 4/Š 3Š3Š

(3) !
8 8Š 8Š
D D D 1:
0 0Š.8 0/Š 0Š8Š

(4) !
8 8Š 8Š 8  7Š
D D D D 8:
1 1Š.8 1/Š 1Š7Š 1Š7Š

(5) !
8 8Š 8Š
D D D 8:
7 7Š.8 7/Š 7Š1Š

97
98 Soluciones

! !
n n
2 Notemos que y están en la misma fila del triángulo de
6 10
Pascal, por lo tanto si ! !
n n
D :
6 10
tenemos (por el Lema 1-2) que

n 10 D 6;

es decir
n D 16:

3 Tenemos que ! !
8 8
D ;
k k 2
entonces por el Lema 1-2

8 kDk 2;

de donde
k D 5:

4 No existe algún número k, tal que


! !
12 12
D :
k k 3

En efecto, suponemos que esta igualdad es cierta, entonces, según


el Lema 1-2 resulta que

12 k D 12 k C 3;

lo cual es una contradicción.


Soluciones 99

CAPÍTULO 2

1 Desarrollar las siguientes potencias:


(1)
4
!
X 4
.˛ 2/4 D ˛ 4 k . 2/k
k
kD0
! ! !
4 4 0 4 3 1 4 2
D ˛ . 2/ C ˛ . 2/ C ˛ . 2/2
0 1 2
! !
4 1 3 4 0
C ˛ . 2/ C ˛ . 2/4
3 4
D ˛4 8˛ 3 C 24˛ 2 32˛ C 16:

(2)
4
!
4
X 4 4 k
.x 3/ D x . 3/k
k
kD0
4
Dx 12x 3 C 54x 2 108x C 81:

(3)

5
!
X 5
.2 y/5 D 25 k
. y/k
k
kD0
D 32 80y C 80y 2 40y 3 C 10y 4 y 5:

(4)
5
!
5
X 5
.2a 5b/ D .2a/5 k
. 5b/k
k
kD0
D 32a5 80a4 b C 2000a3 b 2 5000a2 b 3
C 3125ab 4 625b 5:
100 Soluciones

(5)
6
!
X 6 6
.2x C y/ D .2x/6 k k
y
k
kD0
D 64x 6 C 192x 5 y 2 C 160x 3y 3 C 60x 2 y 4
C 12xy 5 C y 6 :

(6)
7
!
X
77 7 k
.x C 2y/ D x .2y/k
k
kD0
D x C 14x 6 y C 84x 5 y 2 C 280x 4 y 3 C 560x 3 y 4
7

C 652x 2 y 5 C 448xy 6 C 128y 7 :

(7)
 5 5
!  k
b X 5 5 k b
aC D a
2 k 2
kD0
5 5 5 5 1
D a5 C a4 b C a3 b 2 C a2 b 3 C ab 4 C b 5 :
2 2 4 16 32
(8)
4
!
X 4
.x 2 y 3 /4 D .x 2 /4 k
.y 2 /k
k
kD0
8
Dx 4x 6 y 3 C 6x 4 y 6 4s 2 y 9 C y 12 :

(9)
10
!
10
X 10 10 k k
.1 C x/ D 1 x
k
kD0
D 1 C 10x C 45x 2 C 120x 3 C 210x 4 C 252x 5
C 210x 6 C 120x 7 C 45x 8 C 10x 9 C x 10 :
Soluciones 101

(10)
 4 4
!  k
x 2 X 4  x 4 k 2
C D
2 x k 2 x
kD0
x x2 3 8 16
D C C C 2 C 4:
16 8 2 x x

2 En cada uno de los siguientes casos hallar el término indicado del


binomio dado.
(1) 6x 2 y 2 .
(2) 10˛ 4 ˇ 2 .
(3) 12x.
b5
(4) 37500 .
a
(5) 15625b 6.

3 Sustrayendo la igualdad (2) de la igualdad (1) del Corolario 2-2


tenemos
n
! n
!
X n X n
2n D . 1/k
k k
kD0 kD0
n 
!
X  n
k
D 1 . 1/
k
kD0
n 
!
X  n
D 1 C . 1/kC1
k
kD0
!
X n
D2 ;
k
k impar

de donde
! ! !
X n n n
D C C    D 2n 1
:
k 1 3
k impar
102 Soluciones

4 Sumando las igualdades (1) y (2) del Corolario 2-2 tenemos

n
! n
!
X
n n X
k n
2 D C . 1/
k k
kD0 kD0
n 
!
X  n
D 1 C . 1/k
k
kD0
!
X n
D2 ;
k
k par

de donde

! ! !
X n n n
D C C    D 2n 1
:
k 0 2
k par

5 Para n D 1 la fórmula de Leibniz se reduce a la regla para la deri-


vada de un producto, es decir .f  g/0 .a/ D f 0 .a/g.a/ C f .a/g 0 .a/:
Supongamos ahora que la fórmula de Leibniz es válida para n D h:

h
!
X h
.f  g/.h/.a/ D f .h k/
.a/g .k/.a/;
k
kD0
Soluciones 103

Ahora
 0
.f  g/.hC1/ .a/ D .f  g/.h/ .a/
h
!
X h  .h k/ .k/ 0
D f g .a/
k
kD0
h
!
X h h .h kC1/
D f .a/g .k/.a/
k
kD0
i
C f .h k/
.a/g .kC1/ .a/
h
!
X h
D f .hC1 k/
.a/g .k/.a/
k
kD0
hC1
!
X h
C f .hC1 k/
.a/g .k/ .a/
k 1
kD1
!
h C 1 .hC1/
D f .a/g .0/ .a/
0
h
" ! !#
X h h
C C f .hC1 k/ .a/g .k/ .a/
k k 1
kD1
!
h C 1 .hC1/
D f .a/g .0/ .a/
0
h
!
X h C 1 .hC1 k/
C f .a/g .k/ .a/
k
kD1
(por el Lema 1-1),
h
!
X h C 1 .hC1 k/
D f .a/g .k/ .a/;
k
kD0

por lo tanto la fórmula de Leibniz es cierta para n D h C 1.

6 Es evidente que para n D 1 se cumple la igualdad. Supongamos


104 Soluciones

que la desigualdad de Bernoulli es cierta para n D k, es decir,


tenemos la hipótesis de inducción

.1 C x/k  1 C kx; para todo x > 1.

Pero x > 1, por lo tanto 1 C x > 0, luego, por hipótesis de


inducción tenemos que

.1 C x/kC1 D .1 C x/.1 C x/k  .1 C x/.1 C kx/:

Pero

.1 C x/.1 C kx/ D 1 C x C kx C x 2
D 1 C .k C 1/x C x 2
 1 C .k C 1/x;

de donde
.1 C x/kC1  1 C .k C 1/x;
es decir, la desigualdad de Bernoulli se cumple para n D k C 1.
ÍNDICE ALFABÉTICO
Índice Alfabético 107

Abel, Niels H., 30 Cuadratura, 73


Anillo, 63 Cuerpo, 61
conmutativo, 64 Copperfield, David, x
Acotada, sucesión, 48 De Analysi, 35, 71, 72
inferiormente, 48 Descartes, René, 6, 75
superiormente, 48 Desigualdad de Bernoulli, 23, 27, 104
Anni Marabilis, 69 Distribución binomial, 23
Apolonio de Perga, 6 Divergencia,
Aritmética, máquina, 6 de una serie, 49
Aritmético, triángulo, 68 de una sucesión, 47
Arquímedes, 67 Don Quijote, 86
Barrow, Isaac, 35, 70, 71, 75, Dumas, Alejandro, x
retrato de, 70 Eco, Umberto, viii, x, 96
Bernstein, teorema de, 56 Epistola
Bernoulli, Posteriori, 73–75, 77, 80
desigualdad de, 23, 27, 104 Prior, 73, 78
experimentos de, 23 Essai pur les Coniques, 5
Binomial, coeficiente, 9 Experimentos de Bernoulli, 23
Binomio Factorial, 8
de Newton, xi, xii, 17, 31, 33, 59, Fluxiones
67, 83 método de, xi, 66, 75, 83
teorema del, xi, xii, 17, 18, 31, 33, método inverso de, 34
59, 62, 63, 65, 87 Forma
Bolzano–Weierstrass, teorema de, 48 del resto de Cauchy, 45
Bronowski, Jacob, 2, 66 del resto de Lagrange, 45
Cavalieri, Bonaventura, 68, 69 integral del resto, 45
Cátedra Lucasiana, 71 Fórmula
Cauchy, de Leibniz, 27, 102, 103
forma del resto de, 45 de Taylor con resto, 44, 45
Cervantes Saavedra, Miguel de, 86 Gregory, James, 70
Coeficiente binomial, 9 Guerra y paz, x
Collins, John, 70–73 Hardy, Godfrey H., 16, 24, 25, 58, 65
Combinaciones, 12 Ley de, 25
Convergencia, Hipótesis de inducción, 28
puntual, 51, 53 Hooke, Robert, 71
de series, 49 Indivisible, 68
de sucesiones, 47 Inducción,
intervalo de, 55 hipótesis de, 28
radio de, 55 principio de, 28, 29
uniforme, 51, 53 Intervalo de convergencia, 55
108 Índice Alfabético

Kepler, Johannes, 68 Pascal (continuación)


Kneller, Sir Godfrey, 76 triángulo de, 3, 5, 7, 9, 74
Lagrange, forma del resto de, 45 Permutación, 11
Leibniz, Gottfried Wilhelm, 36, Polinomio de Taylor, 44
71–73, 78, 80 Primera Ley de Mendel, 24
fórmula de, 27, 102, 103 Principia, xii, 83
retrato de, 72 Principio de Hardy-Weinberg, 25
Ley Principio de Inducción
de Hardy, 25 matemática, 28, 29
primera de Mendel, 24 Probabilidades, Teoría de, 23
Límite, 47 Radio de convergencia, 55
Logaritmotechnia, 70 Razón de una serie geométrica, 50
Los tres mosqueteros, x Renacimiento, 68
Lucasiana, Cátedra, 70, 71 Resto, fórmula de Taylor con, 44, 45
Luna, x, 66 Retrato de
Máquina aritmética, 6 Barrow, 70
Matemáticas bonitas, 24 Leibniz, 72
Mejías, Ixhel, v Newton, 73, 76
Mendel, Primera Ley de, 24 Pascal, 6
Mercator, Nicolaus, 35, 71 Tartaglia, 7
Método Roberval, Giles de, 68, 69
de fluxiones, xi, 66, 75, 83 Robinson Crusoe, x
inverso de fluxiones, 34 Rojo y negro, x
Monótona, sucesión, 48 Royal Society, 35, 71
Newton, Isaac, xi, xii, 17, 21, 31, Serie, 31, 47
33–36, 44, 66, 69, 70–73, 75, 77, armónica, 49
78, 80, 83 binómica, xi, xii, 31, 33
De Analysi de, 35, 71, 72 convergente, 49
binomio de, xi, xii, 17, 31, 33, 59, de funciones, 53
67, 83 de potencias, 51, 54
boceto de la casa materna de, 69 de Taylor, 54
Epistola Posteriori de, 73–75, 77, 80 geométrica, 50
Epistola Prior de, 73, 78 infinitas, 78
Principia de, xii, 83 Slusiyus, 70
retrato de, 73, 76 Sucesión, 47
Oldenburg, Henry, 71, 78, 80 convergente, 47
Pascal, Blaise, 5, 68 de funciones, 51
Essai pur les Coniques, 5 de sumas parciales, 48
máquina aritmética de, 6 divergente, 47
retrato de, 6 geométrica, 50
Índice Alfabético 109

Sucesión (continuación)
monótona, 48
no creciente, 48
no decreciente, 48
término de una, 48
Sumas
infinitas, 31
parciales, 48
Tartaglia, Nicolo, 7
triángulo de, 7
retrato de, 7
Taylor, Brook, 44
fórmula de, con resto, 44, 45
polinomio de, 44
serie de, 54
Teorema
de Bernstein, 56
de Bolzano–Weierstrass, 48
de Taylor, 45
del binomio, xi, xii, 17, 18, 31, 33,
59, 62, 63, 65, 87
Fundamental del Cálculo, 67, 76
Teoría de Probabilidades, 23
Tierra, 66
Torricelli, Evangelista, 68
Traité du triangle arithmétique, 6
Triángulo
aritmético, 68
de Pascal, 3, 5, 7, 9, 74
de Tartaglia, 7
Variaciones, 12
Wallis, John, 36, 69, 73, 80
Weinberg, Wilhelm, 25
principio de Hardy y, 25

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