1 Espiritu Santo
1 Espiritu Santo
1 Espiritu Santo
01 PNEUMATOLOGÍA
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Durante uno de sus viajes misioneros, el apóstol Pablo le preguntó a un grupo de “miembros”
de la iglesia de Éfeso (en realidad eran discípulos de Juan el Bautista) acerca de la doctrina del
Espíritu Santo. Su respuesta debe haber escandalizado un poco a Pablo, porque contestaron:
Esta declaración por los discípulos efesios ilustra, tal vez más que cualquier otro ejemplo en la
Biblia, el tratamiento triste y vergonzoso que frecuentemente se le da al conocimiento del
Espíritu Santo. Si Pablo se sorprendió, seguramente el Padre y el Hijo se entristecieron al ver un
ejemplo más de la ignorancia acerca del ministerio de la tercera persona de la Trinidad.
Su existencia misma ha sido ignorada y su ministerio malentendido. Por ello debemos de tener
un estudio de los temas principales que implican su accionar y ministerio en la creación y más
visiblemente a través de la accionar en la vida diaria del cristiano.
Las pruebas de la deidad y personalidad del Espíritu Santo se encuentran sólo en el testimonio
divino que se ve en la Palabra de Dios. No hay información asequible en alguna otra parte con
respecto al carácter y personalidad de ninguna de las Tres Personas que integran la Deidad.
Cualquier conclusión que pueda deducirse de una inducción del testimonio de la Biblia respecto
a la deidad y personalidad del Padre y del Hijo, la misma se deduce de una inducción respecto
al Santo Espíritu.
Es posible que la designación de ESPÍRITU que lleva ha inducido a los hombres de todas las
generaciones a suponer que Él no es más que una influencia que emana de Dios, o un atributo
de Dios, una perífrasis para indicar la Deidad. Tales suposiciones, sin embargo, sirven para
revelar el hecho de que los hombres o bien no consideran la Palabra de Dios, o, si acaso la
consideran, no se sujetan a ella.
Los autores han escrito muchas páginas probando la deidad y personalidad del Espíritu Santo.
La tarea no es difícil, porque cada referencia es, directa o indirectamente, un testimonio en favor
de su personalidad y deidad esenciales. El Espíritu Santo siempre mantiene un modo de acción
que queda totalmente dentro de la esfera de lo que pertenece sólo a Dios. En este capítulo y en
el siguiente se presentan varias clases de pruebas con respecto a la Deidad, (1) El Espíritu Santo
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lleva los nombres de la Deidad, (2) El Espíritu Santo exhibe los atributos y las perfecciones de la
Deidad, y (3) El Espíritu Santo ejecuta las obras y ejerce las prerrogativas de la Deidad.
En lo que respecta a las escrituras, el Espíritu muestra su conexión con todas las acciones
y características que pertenecen a la persona divina (Dios). De acuerdo con lo relatado
en la Biblia, nunca se ve al espíritu en otra forma que no sea constituyendo la deidad
completa en todos los momentos que esta aparece. Aunque cada una de ellas tiene
características por el proceso y forma de interacción que nos muestran las escrituras.
El Espíritu Santo de Dios es una persona, así como el Padre y el Hijo son personas, y por lo tanto
experimenta todos los elementos inmaculados propios de una personalidad divina.
A. Tiene una mente. (Rom. 8:27)
El primer “el” en este versículo se refiere al Hijo de Dios, como se puede ver en el
versículo 34 de Romanos 8, mientras que el segundo “él” (tácito) se refiere al
Espíritu Santo mismo. ¡Qué verdad fantástica tenemos aquí!; el creyente disfruta
del ministerio intercesor tanto del Hijo como del Espíritu Santo.
B. Escudriña la mente humana. (1Co.2:10)
En el versículo anterior a éste (2:9), Pablo parafrasea a Isaías 64:4.
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En consecuencia, algunos han concluido erróneamente que es imposible que alguien, ni
siquiera los redimidos, conozcan algo de lo que es el cielo.
Pero aquí en el 2:10 se nos dice que el Espíritu Santo nos revela tales cosas.
C. Tiene una voluntad. (1Co. 12:11)
D. Prohíbe. (Hch. 16:6,7).
E. Permite. ((Hch. 16:10)
Esto explica la prohibición previa.
F. Habla. Nótese a quién le habla:
(Hch. 8:29); (Hch. 10.19); (Hch. 13:2); (Ap. 2-3)
G. Ama. (Rom. 15:30); (Jn. 14:21; 16:27); (2Co. 9:7)
H. Se contrista. (Ef. 4:30)
I. Ora. (Rom. 8:26)
En los momentos difíciles de nuestra vida, cómo nos consuela saber que él está orando por
nosotros, tal vez miembros de la familia o algún pastor piadoso, pero cuán mayor bendición es
darse cuenta que el Espíritu Santo de Dios ofrece oración ferviente y eficaz por nosotros.
Se lo menciona cincuenta y seis veces en los evangelios, cincuenta y siete en el libro de los
Hechos, ciento doce en las epístolas paulinas, y treinta y seis en el resto del Nuevo Testamento
Con frecuencia se puede aprender mucho acerca de alguien en las Escrituras por el mero estudio
de los nombres y títulos dados a esa persona. Algo así sucede.
Los trece títulos que se le atribuyen reflejan su verdadera naturaleza.
A. El Espíritu de Dios. (1Co. 3:16)
B. El Espíritu de Cristo. (Rom. 8: 9)
C. El Espíritu eterno (He. 9: 14)
D. El Espíritu de verdad (Jn. 16: 13)
E. El Espíritu de gracia (Hch. 10: 29)
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F. El Espíritu de gloria (1P. 4:14)
G. El Espíritu de vida (Ro. 8:2)
H. El Espíritu sabiduría y revelación (Ef. 1:17)
I. El Espíritu el Consolador (Jn. 14:26)
J. El Espíritu de promesa (Hch. 1: 4,5)
K. El Espíritu de adopción (Rom. 8:15)
L. El Espíritu de santidad (Rom. 1:4)
M. El Espíritu de fe (2Co. 4:13)
Igual que los trece nombres y títulos, los seis emblemas usados para designarlo arrojan luz sobre
su naturaleza y misión
A. La Paloma: Indica pureza, paz y modestia. (Jn. 1:32); (Cnt. 6:9); (Cnt. 2:14)
B. Agua: Indica vida y purificación (Is. 44:3); (Jn. 7:37-39)
C. Aceite: Indica luz, sanidad y ungimiento para el servicio (Lc.4:18); (Hch. 10: 38); (He.
1:9); (1 Jn.2:20)
D. Sello: Indica propiedad, una transacción terminada, identificación, seguridad,
autenticidad, valor, autoridad. (Ef. 4:30); (2Co. 1:22) Hay tres ocasiones
importantes en la Biblia cuando se emplea un sello:
1. Darío usó un sello cuando echó a Daniel en el foso de los leones. (Dn. 6: 16, 17)
2. Asuero empleó un sello (siguiendo el consejo del malvado Amán) para planear
la matanza general de los judíos persas. (Est. 3: 8-12)
3. Pilato hizo sellar la tumba de Jesús. (Mt. 27:66)
E. Viento: Indica poder invisible (Jn. 3:8); (Hch. 2:1,2).
F. Fuego: Indica presencia, (Ex. 3:2); aprobación, (Lv. 9:24); protección, (Ex. 13:21);
purificación, (Is. 6:1-8); don, (Hch.2:3); juicio, (He.12:29).
G. Las arras: Indica los primeros frutos, una fianza, una señal, una garantía del pago
completo final. (2Co. 1:2); (2Co. 5:5); (Ef. 1:14).
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02
MINISTERIOS 1
Universo.
Escrituras.
Nación de Israel.
El diablo.
El Salvador.
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Los diversos ministerios o relaciones del Espíritu
Santo.
Muchos creen equivocadamente que el Espíritu Santo vino a la tierra por primera vez en
pentecostés, relatado en Hechos 2. La Palabra de Dios asigna no menos de once grandes
ministerios del Espíritu, y los primeros tres se llevaron a cabo en la época del Antiguo
Testamento. Los once ministerios son:
• Uno: su ministerio con el universo.
• Dos: su ministerio con las Escrituras
• Tres: su ministerio con la nación de Israel.
• Cuatro: su ministerio con el diablo.
• Cinco: su ministerio con el Salvador
• Seis: su ministerio con el pecador
• Siete: su ministerio con la Iglesia
• Ocho: su ministerio el día de pentecostés.
• Nueve: su ministerio con el creyente.
• Diez: su ministerio en cuanto a los dones espirituales.
• Once: su ministerio en cuanto al fruto de Cristo.
Según David, el Padre creó todas las cosas. (Sal. 19:1). Sin embargo, Juan declara que el Hijo lo
hizo (Jn. 1:3,4). Por último, en otros pasajes se dice que el Espíritu Santo realizó el acto inicial de
la creación. ¿Qué hemos de creer? Por su puesto que la respuesta es que las tres personas de la
Trinidad participaron.
Como ilustración, consideremos a un ejecutivo importante que decide construir una casa grande
y costosa. Emplea a un arquitecto para diseñar los planos necesarios para la casa. El arquitecto
consigue un constructor competente para seguir los planos. En esta ilustración el ejecutivo es el
Padre, el arquitecto es el Hijo y el constructor es el Espíritu Santo, de modo que los siguientes
versículos se refieren a la obra de este Constructor divino. (Sal. 104:30); (Job. 26:13); (Job 33:4);
(Gn. 1:2).
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Se ha sugerido que la palabra hebrea (aquí traducida por “movía”) se refiere al suave
movimiento de una paloma que abriga su nido, dándole el calor del cuerpo a los huevos hasta
que salen los polluelos.
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a. José (Gn. 41:38)
b. Moisés (Nm. 11:17)
c. Josué ( Nm. 27:18)
d. Otoniel (Jue. 3:10)
e. Gedeón (Jue. 6:34)
f. Jefté (Jue. 11:29)
g. Sansón (Jue. 14:6); (Ju. 14:19); (Ju. 15:14,15).
h. Saúl:
1) Después de haber sido ungido rey por Samuel (1S. 10:10).
2) Justo antes de su victoria en Jabes de Galaad. (1S. 11:6)
i. David. A diferencia del caso de Saúl, nunca se os dice que el Espíritu Santo haya
dejado a David. Sin embargo, en una ocasión David temió que se retirara. (Sal.
51:11); (1S 16:13).
j. Elías
1) Por el testimonio de Abdías. (1R. 18:12)
2) Por el testimonio de unos profetas en Jericó. (2R 2:16)
k. Eliseo. (2R. 2:15)
l. Ezequiel (Ez. 2:2)
m. Daniel
1) Por testimonio del rey Nabucodonosor. (Dn. 4:9)
2) Por testimonio de una reina asustada. (Dn. 5:11)
3) Por testimonio del rey Darío. (Dn. 6:3)
n. Miqueas. (Mi. 3:8)
o. Azarías el profeta. (2Cr. 15:1)
p. Zacarías el sumo sacerdote. (2Cr. 24:20)
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Descendió sobre el tabernáculo de Israel. (Ex. 40:34)
4. Descenderá sobre Israel durante el milenio. (Zac. 12:10; Ez. 37:13,14; Ez. 39:29).
El Espíritu Santo ahora funciona como un dique divino, conteniendo y limitando el poder pleno
de Satanás y el pecado.
Desde su concepción física hasta su ascensión final, el Señor Jesucristo fue dirigido por el Espíritu
Santo.
1. El Salvador fue concebido por el Espíritu Santo. (Lc. 1:35); (Mt. 1:18-20). Así que el
verdadero Padre del cuerpo de Cristo fue el Espíritu Santo, y el verdadero milagro no
fue el nacimiento del Salvador, sino su concepción sobrenatural.
2. El Salvador fue ungido por el Espíritu Santo. (Mt. 3:16); (Lc. 4:18); (Hch. 10:38); (He.
1:9).
3. El Salvador fue sellado por el Espíritu Santo. (Jn. 6:27). Aquí el sello demuestra la
identificación del Hijo tanto con el Padre como con el Espíritu. También habla de su
genuinidad, valor y autoridad.
4. El Salvador fue guiado por el Espíritu Santo. (Mat. 4:1).
5. El Salvador recibió poder del Espíritu Santo. (Mt. 12:28). Según Filipenses 2: 5-8, Cristo
se abstuvo de usar, de forma independiente, sus atributos divinos (su omnipresencia,
omnisciencia, etc.) mientras estuvo en la tierra, y decidió depender completamente
del Espíritu Santo para obtener poder y dirección.
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6. El Salvador estaba lleno del Espíritu Santo. (Jn. 3:34); (Lc. 4:1). La palabra “lleno” se
refiere sencillamente al control. Por lo tanto, El Salvador fue totalmente controlado
por el Espíritu Santo mientras estuvo en la tierra.
7. El Salvador se conmovía en el Espíritu Santo. (Jn. 11:33).
8. El Salvador se regocijaba en el Espíritu Santo. (Lc. 10:21).
9. El Salvador se ofreció a sí mismo en el Calvario a través del Espíritu Santo. (He. 9:14).
10. El Salvador fue resucitado de entre los muertos por el Espíritu Santo. (1P 3:18).
11. El Salvador mandó a sus discípulos después de su muerte por el Espíritu Santo. (Hch.
1:2).
12. El Salvador volverá algún día y levantará a los muertos en Cristo por el Espíritu Santo.
(Ro 8:11).
El propósito de esta sección específica de nuestro estudio debería ser muy obvio. Si le fue
necesario al Hijo de Dios, que no tuvo pecado, depender totalmente del Espíritu Santo para
formar cada palabra y dirigir cada paso, ¡cuánto más vital es para nosotros hoy!
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03
MINISTERIOS 2
El pecador
La Iglesia
Pentecostés.
El creyente.
El Fruto de Cristo
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Su ministerio con el pecador
Durante su discurso a la medianoche, justo antes de entrar al Getsemaní, nuestro Señor les dijo
las siguientes palabras a sus discípulos acerca del Espíritu Santo: (Jn. 16:7-11). La palabra clave
de este pasaje es la palabra griega elegcho, traducida por “convencer”, que también aparece en
otros pasajes traducida por otras palabras.
• Redargüir. (Jn.8:46)
• Acusar. (Jn. 8: 9)
• Reprender. (Mt. 18: 15)
Así que es el santo “Sabueso Celestial” como se le ha llamado, rastrea al pecador, y cuando lo
“atrapa”, 1) lo convence; 2) lo acusa; y 3) lo reprende.
Por lo tanto, lo que realiza es que convence al hombre:
Del pecado.
De la justicia de Cristo.
Más adelante, el Espíritu Santo guio al apóstol Pablo a escribir toda una epístola sobre la
palabra “justicia”. En esa epístola (el libro de Romanos), Pablo enfatiza tres cosas:
1) Dios es Justicia
2) Dios exige justicia
3) Dios provee justicia
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Del juicio venidero.
De las tres instituciones básicas de la Biblia (matrimonio, gobierno humano e Iglesia), ninguna
es de mayor importancia para el Espíritu Santo que la Iglesia. Fue para promover el crecimiento
de la Iglesia que vino formalmente en pentecostés.
1. El Espíritu Santo y la Iglesia universal. Él la formó. (Ef. 2:19-22)
2. El Espíritu Santo y la Iglesia local.
a. Desea inspirar su servicio de adoración. (Fil. 3:3). Si el pastor y la congregación se lo
permiten, el Espíritu de Dios puede garantizar tanto la presencia como el poder de
Dios puede garantizar tanto la presencia como el poder de Dios en cada reunión de
la iglesia.
b. Desea dirigir su obra misionera. (Hch. 8:29); (Hch. 13:2,4); (Hch. 16: 6,7,10).
c. Desea ayudar con los servicios del canto. (Ef. 5:18,19). Muchas veces ha sucedido que
un predicador visitante en una iglesia local ha descubierto con alegría que el director
de música ha escogido aquellas canciones y música especial que corresponden
perfectamente con el mensaje. Es obvio que tanto el predicador como el director de
música han sido sensibles al ministerio del Espíritu.
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d. Desea escoger sus predicadores. (Hch. 20:28)
e. Desea ungir a sus predicadores. (1Co. 2:4). Aquí vemos el orden de servicio divino.
Primero elige y después unge a sus siervos. La elección es un acontecimiento único y
definitivo, pero el ungimiento debe ser buscado diariamente.
f. Desea advertir a sus miembros. (1Ti. 4:1)
g. Desea determinar sus decisiones. (Hch. 15:28). Esta decisión tan importante acerca
de la circuncisión que se tomó en el Concilio de Jerusalén es un hermoso ejemplo del
trabajo en equipo de una iglesia local y el Espíritu Santo. Esas asambleas gobernadas
por el voto congregacional con frecuencia se enorgullecen por su política
democrática. Pero la verdadera meta sólo puede ser alcanzada por medio de un
esfuerzo conjunto demócrata-teocrático.
h. Desea condenar o bendecir sus esfuerzos, según sea necesario. (Ap. 2:7); ( Ap. 2:11);
(Ap. 2:17); (Ap. 2:29) Con frecuencia las iglesias se preocupan mucho por mejorar su
imagen a los ojos de la nueva generación, la sociedad, el mundo de los negocios, los
círculos académicos, etc. Pero la verdadera preocupación debería dirigirse hacia el
Único que está en condiciones de mejorar y corregir, es decir, el Espíritu Santo.
i. Desea encabezar sus programas de visitación y evangelización. (Ap. 22:17). En esta
última invitación de las Escrituras vemos cómo el Espíritu Santo habla a través de la
Iglesia para animar a los que no son salvos a venir a Cristo.
Si se hiciera una lista de todos los días importantes de la historia, el día de pentecostés sería uno
de los primeros. En esa ocasión el Espíritu Santo realizó una de sus obras más grandes y de mayor
alcance. (Hch. 2:14)
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a. Su nuevo ministerio había de ser universal.
Anteriormente el Espíritu Santo había limitado su obra en la humanidad a la nación de
Israel. No se registra antes del libro de los Hechos que haya descendido sobre los griegos,
o los romanos, o los babilonios, etc.
Pero aquí en Hechos llegó para bendecir a todos los pecadores arrepentidos del mundo.
b. Había de ser permanente.
Aunque el Espíritu Santo descendió sobre algunos hombres del Antiguo Testamento,
también se apartó de ellos con frecuencia.
1) Lo ilustra el caso de Sansón. Este hombre fuerte hebreo disfrutó de la presencia
del Espíritu Santo en varias ocasiones. (Jue. 14:6); (Jue. 15:15). Pero después,
debido al pecado y la inmoralidad, el Espíritu de Dios se apartó de Sansón. Uno de
los versículos más trágicos de la Biblia registra este acontecimiento, cuando
Sansón se despierta para oír las siguientes palabras de Dalila: (jue. 16:20).
2) Lo ilustra el caso de Saúl. Al igual que con Sansón, el Espíritu Santo descendió
sobre Saúl, pero después se apartó de él, como lo demuestra lo siguiente: (1S.
10:10); (1S. 16:14).
3) Lo ilustra el caso de David. El Espíritu de Dios descendió sobre David cuando fue
ungido por Samuel. (1S. 16:13); (Sal. 51:11)
c. Había de perfeccionar.
En otras palabras, su nuevo ministerio consistiría en hacer que todos los pecadores
arrepentidos creciesen en gracia y fuesen como Jesús.
Este no era el caso en el Antiguo Testamento. No hay ninguna indicación de que la
naturaleza espiritual de Saúl o Sansón fuese mejorada por la presencia del Espíritu Santo.
Aparentemente sólo obtuvieron su poder, no su pureza.
El pentecostés (de una palabra griega que sencillamente significa cincuenta) es la tercera de
las seis grandes fiestas judías mencionadas en Levítico 23.
Estas fiestas resumen toda la obra futura de la Trinidad en el Nuevo Testamento.
Considérese:
a. La Pascua, la fiesta de los panes sin levadura (una referencia al Calvario).
Véase los versículos 4-8.
b. La gavilla de los primeros frutos. (una referencia a la resurrección).
Véase los versículos 9:14.
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c. La fiesta de las siete semanas. (una referencia profética al pentecostés).
Véanse los versículos 15-21.
d. La fiesta de las trompetas (una referencia al arrebatamiento y a la Segunda Venida
de Cristo).
Véase los versículos 23-25.
e. La fiesta de expiación (una referencia a la tribulación venidera).
Véanse los versículos 26-32.
f. La fiesta de los tabernáculos (una referencia al milenio).
Véanse los versículos 33-43.
a. Se puede comparar el pentecostés del Nuevo Testamento con el pentecostés del Antiguo
Testamento.
El pentecostés del Antiguo Testamento ocurrió cincuenta días después de que Israel había
salido de Egipto. (Ex.12: 1,2); (Ex. 12:6); (Ex. 12:12) (Ex. 12:31). Cincuenta días después
llegaron al monte Sinaí. (Ex. 19:1).
El Pentecostés del Nuevo Testamento ocurrió cincuenta días después de la resurrección de
Cristo. Nótese que nuestro Señor fue crucificado durante la semana de la Pascua en abril
(Jn. 19:14). Después de la resurrección pasó cuarenta días con sus discípulos (Hch.1:3).
El pentecostés del Nuevo Testamento se realizó unos diez días después. (Hch. 1:5); (Hch.
2:1). El pentecostés del Antiguo Testamento celebraba un aniversario: el de la nación de
Israel. (Ex. 19:5).
Las escrituras nos dicen que los ángeles participaron en el otorgamiento de la ley en el
monte Sinaí. Véase Hechos 7:53; Gálatas 3:19.
El pentecostés del Nuevo Testamento celebraba un aniversario: el de la Iglesia. (Hch. 2:41-
47). El pentecostés del Antiguo Testamento atestiguó la muerte de unas 3.000 almas. (Ex.
32:28). La adoración del becerro de oro por parte de Israel mientras estaba acampando al
pie del monte Sinaí fue un episodio trágico en su historia.
El pentecostés del Nuevo Testamento atestiguó la salvación de unas 3.000 almas. (Hch.
2:41).
Hay un contraste asombroso entre las dos instancias de pentecostés. De hecho, la
diferencia es tan importante, que Pablo ocupa todo un capítulo de una de sus epístolas para
hablar de ella. Nótese estos dos versículos de ese capítulo: (2Co. 3:5,6).
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El pentecostés del Antiguo Testamento fue presentado de manera tremenda. (Ex. 19:16);
(Ex. 19:18). El pentecostés del Nuevo Testamento fue presentado de una manera
tremenda. (Hch. 2:2,3).
b. Se puede comparar el pentecostés del Nuevo Testamento con Belén. En Belén, Dios el Padre
estaba preparando un cuerpo por el cual obraría su Hijo. (He. 10:5).
En pentecostés, Dios el Padre estaba preparando un cuerpo por el cual obraría su Espíritu
(1Co. 6:19); (1Co. 6:16).
Por esto, el pentecostés nunca podrá repetirse, así como Belén nunca podrá tampoco
repetirse. Por lo tanto, es tan antiestructural orar para que ocurra otro pentecostés como
sería orar para que los pastores y los magos volvieran a aparecer.
Los acontecimientos de Lucas 2 y Hechos 2 han quedado en el pasado para siempre.
c. Se puede comparar el pentecostés del Nuevo Testamento con Babel en el Antiguo
Testamento. En Babel vemos hombres pecaminosos trabajando para conseguir su propia
gloria. (Gn. 11:4).
• En pentecostés vemos a hombres salvos aguardando la gloria de Dios. (Hch. 1:14).
• En Babel Dios confundió el idioma del hombre. (Gn 11:9).
• En Pentecostés Dios aclaró el idioma del hombre. (Hch. 2:8).
• En Babel Dios esparció a los hombres por todo el mundo. (Gn. 11:9).
• En Pentecostés Dios juntó a los hombres dentro de la Iglesia. (Ef. 1:10).
Hasta ahora hemos hablado del ministerio del Espíritu Santo en cuanto al universo, las
Escrituras, Israel, Satanás, Cristo, los pecadores, la Iglesia y Pentecostés.
Pero, ¿Qué ministerio realiza para ese grupo especial de personas neotestamentarias llamadas
cristianas? Desde el instante en que una persona no salva ora: “Dios, ten misericordia de mí, que
soy pecador”, el Espíritu Santo realiza una obra quíntupla en ella.
Literalmente lo crea de nuevo y le da la naturaleza de Dios. El Espíritu Santo hace las veces
de “partera” divina para el pecador arrepentido al traerlo al reino de Dios. Esto se logra con
el instrumento del “agua”, un símbolo lingüístico de la Palabra de Dios.
Los siguientes pasajes lo confirman: (Tit. 3:5); (Jn 3:3-7); (1P 1:23); (Stg. 1:18).
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El Espíritu Santo Bautiza al pecador creyente.
En otras palabras, no sólo nos une con el Salvador (por el bautismo), sino que se une a sí
mismo con nosotros. Jesús, antes de su crucifixión, predijo ambos ministerios. Dijo: (Jn.
14:20; 1Co. 2:12; 1Co.3:16; Jn. 14:16; Jn. 7:37-39; Ro. 8:9; 1Jn. 3:24). El propósito de este
ministerio morador es el de controlar la naturaleza recientemente creada. (2Co. 5:17; Ga
5:16-18; Ef.3:16).
(Hch.2:4)
Este ministerio del Espíritu Santo ha suscitado mucha controversia y muchos errores a lo
largo de la historia de la Iglesia. Por ejemplo, ¿qué diferencia hay entre la morada y la llenura
del Espíritu Santo? Para ayudar y comprender esta distinción vital, consideremos la siguiente
ilustración.
Hay un invitado en la casa. Pero al entrar en esa casa, inmediatamente se lo restringe a una
pequeña habitación cerca de la entrada. El anfitrión hasta puede llegar a olvidarse de él
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durante un tiempo. Finalmente, el dueño de la casa se convence del mal trato que le está
dando al invitado y entonces les da libre acceso a todas las habitaciones de la casa.
Es esta ilustración, el Espíritu Santo es, por supuesto, el invitado. El anfitrión es el pecador
creyente, y la casa representa su vida.
La diferencia entre morar y llenar es la diferencia entre estar restringido a un cuarto pequeño
y tener libre acceso a todas las habitaciones.
Llenar, por lo tanto, no significa que el creyente recibe más del Espíritu Santo, sino que el
Espíritu Santo recibe más del creyente.
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a. Conociendo el medio de Dios para el perdón y la limpieza: la sangre de Cristo. (
1 Jn.1:7).
b. Conociendo el método de dios para el perdón y la limpieza: la confesión del
cristiano. (1 Jn.1:9).
Esta confesión es absolutamente esencial, porque, aunque la sangre de Cristo nos limpia
de todo pecado, no nos limpia de ninguna excusa.
Dios no exige que las vasijas sean de oro ni plata, pro sí exige que estén limpias. La unión
con el Espíritu es tan fuerte que nada la puede romper, pero la comunión con el Espíritu
es tan frágil que el pecado más pequeño la puede destrozar.
Consideremos otra ilustración:
Una familia sale de California para visitar a unos amigos en Nueva York. La primera mitad
del viaje se desarrolla plácidamente, pero cuando están en la zona de Chicago, se
descompone el auto. Con alguna dificultad, se consiguen los servicios de un mecánico y
el auto se compone. ¿Qué medida toma la familia ahora? ¿Se vuelve el conductor a
California e intenta salir nuevamente para Nueva York? Todos estarían de acuerdo en
que esto sería una estupidez. ¿Qué hace la familia? Sencillamente sigue desde donde
tuvo el contratiempo.
Esta pequeña historia tiene una aplicación directa en la vida llena del Espíritu. Cuando
Dios salva a alguien, lo pone en el camino al cielo. El viaje puede ser tranquilo por un
tiempo para el nuevo convertido. Pero llegará un momento en el cual se descompondrá
en el camino. Tal vez el desperfecto espiritual sea resultado de palabras airadas, o de
hecho malvado, o de una acción negligente. El Espíritu ha sido apagado y contristado y
el progreso se detiene inmediatamente. Ahí está el hombre.
¿Qué debe hacer? Debe obtener los servicios del mecánico divino, El Espíritu Santo. Si
confiesa sus pecados y depende de la Sangre de Cristo, su quebrado testimonio será
restaurado. ¿Qué debe hacer el creyente entonces? Por su puesto que la respuesta es
obvia; pero hay un falso concepto entre los cristianos de hoy que cuando un hijo de dios
peca (especialmente si es un pecado grave) automáticamente pierde todo el progreso
anterior y tiene que comenzar de nuevo. ¡Eso no es cierto! El secreto de una vida llena
del Espíritu es saber que la comunión quebrada puede ser reestablecida
inmediatamente por la confesión y la sangre de Cristo.
8. El quinto ministerio garantiza las siguientes bendiciones para el creyente:
a. El Espíritu Santo orará por él. (Ro.8:26). Esta debilidad es nuestra incapacidad
de orar como debiéramos. Este es el motivo por el cual el Espíritu nos socorre.
Sin embargo, debemos recordar que la Biblia dice que nos “ayuda”, lo cual
23
significa que desea que el cristiano también haga su parte. Por lo tanto, para
que se ore eficazmente por nosotros, nosotros mismos debemos orar. (Jud. 20;
Ef. 2:18; Ef. 6:18).
b. El Espíritu Santo lo guiará. (Jn. 16:13); (Ro. 8:14).
c. El Espíritu Santo le enseñará. (1Jn. 2:27)
d. El Espíritu Santo le dará poder para testificar. (Hch. 1:8)
e. El Espíritu Santo impartirá el amor de Cristo al creyente a través del creyente.
(Ro. 5:5)
f. El Espíritu Santo lo conformará a la imagen de Cristo. (2Co. 3:18). La meta final
y la intención declarada del Padre es conformar al creyente a la imagen de Cristo
por toda la eternidad. Pasajes tales como Filipenses 3:21 y 1 Juan 3:2 lo expresan
claramente. Pero Dios el Espíritu desea comenzar esta obra gloriosa en cada hijo
de Dios en el momento de salvación. (Fil 3:10)
g. El Espíritu Santo fortalecerá la naturaleza nueva. (Ef. 3:16)
Lo hace por medio del estudio bíblico (1P. 2:2) y la oración (Jud. v. 20).
h. El Espíritu Santo le revelará la verdad bíblica. (1Co. 2:10).
i. El Espíritu Santo le dará seguridad acerca de la salvación y el servicio. (Ro. 8:16;
1 Jn. 3:24).
j. El Espíritu Santo le dará libertad. (Ro. 8:2; 2Co. 3:17).
k. El Espíritu Santo le hará decir cosas apropiadas. (Mr. 13:11). Hay varios ejemplos
del cumplimiento de esta bendita profecía bendita. Véase Hechos 4:8-22; 5:29-
33; 7:55.
(Ef. 4:4-8)
Por medio de este estudio trataremos de ver quizás uno de los temas más fascinantes de las
Escrituras, los cuales involucran los diversos ministerios y los dones que se van manifestando
para el desarrollo y crecimiento de la iglesia.
Es por eso que debemos comprender que Dios ofrece a cada creyente el poder y la autoridad
necesaria para cumplir su ministerio y llamado.
La Biblia describe con frecuencia a la Trinidad en el acto de dar. A Dios le agrada dar.
Fue el Padre quien dio a su muy amado Hijo. (Jn. 3:16).
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Fue el Hijo quien dio libremente su sangre preciosa. (Lc. 22:19).
Por último, después de su llegada en pentecostés, el Espíritu Santo comenzó su ministerio de
dar dones a la Iglesia, y seguirá habiéndolo hasta el arrebatamiento.
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03
DIFERENCIAS
Fruto del Espíritu.
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El fruto del Espíritu
Gálatas 5:22-23
• Amor
• Gozo • Bondad
• Paz • Fe
• Paciencia • Mansedumbre
• Benignidad • Templanza
1Corintios 12:8-10
Efesios 4:11-12
• Apóstoles • Pastores
• Profetas • Maestros
• Evangelistas
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04 ANEXOS
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El avivamiento que nadie esperaba
Había sido una decisión de última hora que Edwards predicara. Desde
hacía semanas se había experimentado un gran despertar espiritual
en esta zona que 120 años antes había visto a los primeros puritanos
pisar tierras americanas en busca de libertad religiosa.
Notas
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¿Cómo puedo saber si un avivamiento es
auténtico?
El avivamiento, según Edwards, era una exhibición del poder
de Dios que le da gloria a su Nombre y que sale de la gracia
soberana de la omnipotencia del Altísimo.
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3- No debemos asumir que una obra no es de Dios solo porque
no encaja en las expectativas de lo que se cree correcto.
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2. El objetivo del avivamiento es repercutir en la naturaleza
humana caída
Edwards entiende que el hombre se compone de dos partes: tiene un
cuerpo mortal y una naturaleza inmaterial e inmortal que se llama
alma. La fe radica en el alma, que es también la sede de nuestra
personalidad. Los dos aspectos principales de nuestra alma son la
mente y las emociones. Ambos se influyen mutuamente.
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A raíz de lo expuesto, se puede alegar que todo esto se aplica a
cualquier persona que entrega su vida al Señor. Esa afirmación es
absolutamente correcta. Porque en un avivamiento no hay atajos o
condiciones especiales a la hora de conocer a Cristo. Cualquier
persona que es rescatada de las tinieblas a la luz admirable es
producto de un milagro divino. Lo particular del avivamiento es que
no se trata de casos aislados, sino de un auténtico movimiento en
masa que es imparable y a veces acompañado de acontecimientos
extraordinarios que ocurren según la voluntad de Dios.
En este punto una cosa me parece más que evidente: los anhelos y
preocupaciones del mundo evangélico de nuestros días distan mucho
de la pasión de las reflexiones de un teólogo que vivió personalmente
el fuego divino. El domingo que viene, los cristianos celebran la fiesta
de pentecostés. Tal vez un buen momento para acordarse de cómo
todo comenzó.
Notas
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41