Tema 16
Tema 16
Tema 16
1. La música. Su definición
2. La música en comparación al lenguaje gramatical y otras artes
3. La música como arte
4. La música como lenguaje
5. La música como ciencia
1. LA MÚSICA. SU DEFINICIÓN
Según el criterio más aceptado, música proviene del latín musica, que deriva de la palabra musa.
Pero este vocablo latino deriva del griego musike (mousikh), término que designaba las artes de
las musas (poesía, música y danza). Una versión distinta dice que los griegos denominaban la
música como arte de las musas. Esta denominación griega pasó al latín como ars musica.
Las definiciones que se han dado de la música, son numerosas, pero ninguna satisface
plenamente. Todas resultan imprecisas e incompletas. Resulta imposible definir un arte tan
complejo y sutil, susceptible de ser contemplado como ciencia y que a la vez está
profundamente ligado al hombre, a su alma ya sus fuerzas oscuras. La música ha sido un
privilegio exclusivo del hombre, pero este jamás la ha definido convenientemente.
La mayor parte de las definiciones propuestas olvidan o se niegan a considerar la música como
un sistema de comunicación, como lenguaje. Y sin embargo, entre los que emiten la música y
los que la reciben se establece una comunicación singular.
Para elaborar una definición amplia, hay que tener en cuenta 3 parámetros: un complejo sonoro,
sin significación ni referencia exterior; el fruto de una actividad proyectiva, más o menos
consciente, un producto sonoro artificial; una organización comunicable, en donde se asocia un
organizador-emisor aun receptor.
En base a estos parámetros, podemos formular estas 2 definiciones:
Existen muchísimas definiciones de la música. A continuación se citan las que menciona Edgar
Willems en su libro “El valor humano de la educación musical”. Agrupa las definiciones en
diversos bloques, según su afinidad, quedando así:
- Maurice Barrés. La música está ligada a las fuerzas del universo invisible. De ellas
emana y puede ordenarlas o desordenarlas. Pero la amamos groseramente y
manejamos sin ninguna consideración sus fórmulas mágicas.
- Boecio. La estética musical abarca un aspecto mayor: la gran influencia moral y
social que puede ejercer y el lugar importante que ocupa en la educación. Distingue
la música humana, la instrumental y la mundana o armonía de las esferas.
- Goethe. La música nos brinda el presentimiento de un mundo perfecto.
- Moles.Unaconjuncióndesonidosquedebeserpercibidocomounresultadono alcanzado
por azar.
- Helmholtz. La música es la más directa de las artes: se dirige sin vacilar a nuestros
sentidos.
- Rousseau. La música es el arte de combinar los sonidos de una manera agradable
para el oído.
Las diferencias aumentan cuando comparamos el sonido con los materiales de construcción
empleados para las artes del espacio. Antes de ser utilizados artísticamente, estos materiales
ocupan lugar en el espacio. Mientras que el sonido empleado para la música, sólo ocupa tiempo,
duración.
El sonido solo puede ser definido por el perceptor. Este sonido, producido con finalidad
musical, cuenta a veces con el ruido y los efectos sonoros que pueden integrarse en la música o
ser objeto de audición.
Pero hemos de decir que música y lenguaje oral se estructuran sobre el material sonoro y se
desarrollan en el tiempo. Pero ni el material sonoro tiene contenido semántico, en la música, ni
la duración adquiere caracteres medidos en el lenguaje oral.
Las creaciones musicales seguirán dos caminos distintos. Aquellas en que la música servirá a la
palabra y aquellas en que la música procederá libremente.
Desde el momento en que se empieza a analizar la música como fenómeno sonoro, tropezamos
con dificultades mayores que en el análisis de otras construcciones humanas expresivas, como
el lenguaje oral y escrito y las artes tradicionales del espacio, como la pintura, escultura o
arquitectura. Esto no impide que modernas concepciones entiendan que la música también
pueda considerarse arte del espacio.
Con el lenguaje gramatical no cabe establecer una comparación homologable entre la función
expresiva y comunicativa de uno y otro. Para marcar las diferencias podríamos decir que en el
terreno de la lingüística, el signo consta de significante y de significado. El significante (sonido)
está claro, pero su significado no es objetivo. La ambigüedad de la música es superior a la que
acompaña al lenguaje gramatical y a otras manifestaciones artísticas.
Con la poesía, la ambigüedad es mayor debido a la de la misma poesía que tiene la ambigüedad
como una de sus características. La poesía se aleja del significado de las palabras que emplea
ocrea, en busca de efectos sonoros, no podemos resistir la tentación de calificarla como música.
El efecto musical en la poesía es buscado con más ahínco que en el habla y mientras el valor
musical de la palabra sube, su valor semántico desciende.
3. LA MÚSICACOMO ARTE
La arquitectura, pintura, novela o poesía son espacios que exigen ser penetrados por nuestra
atención, la música, por el contrario, penetra en nosotros.
La música, teatro o cine son artes cuya estructura y organización solamente pueden realizarse a
lo largo de un tiempo: la duración de su paso ante nosotros. La música se produce tan solo en el
tiempo: es el arte de la discursividad absoluta.
Es incuestionable el que la música sea considerada como un medio transmisor apropiado para la
expresión de sentimientos, y precisamente por esta razón, siempre se ha querido conceptualizar
a la música como un lenguaje particular. Esta conceptualización requiere una serie de
puntualizaciones:
Es evidente que a menudo se incurre en expresiones que tienen más visos de hipérbole o
de metáfora que de realidad. El progreso y la divulgación de los conocimientos
lingüísticos permiten hoy reconocer en música, la existencia de un verdadero lenguaje,
pero no de una lengua.
Como vehículo de expresión de sentimientos íntimos y de belleza creada es indudable
que a la música se le reconoce no solo el carácter de lenguaje, sino también su eficacia.
A la expresión del músico emisor tiene que unírsele la presencia del receptor. Esto no se
da en todos los casos. A menudo, el emisor no expresa nada propio y el receptor
simplemente percibe. En cambio, el posible carácter lúdico de la música, supera en
motivación las deficiencias que padece como sistema de comunicación.
Desde el punto de vista intelectual, hay que convenir en que las afirmaciones anteriores
implican limitaciones a comunicación. Las posibles interpretaciones del mensaje
musical se caen a menudo en el terreno de lo subjetivo.
La objetividad del lenguaje musical será en muchos casos y en gran medida, fruto de
una convención voluntarista, histórica o cultural. La música no se expresa por medio de
signos, sino de imágenes sonoras en cantidad infinita de claves.
La música es un lenguaje universal y eso es cierto en la medida en que cuantos la oyen pueden
recibirla y disfrutarla, a diferencia de un poema escrito, que solo entenderán aquellos que sepan
la lengua en la que está escrito.
Lo que nadie puede asegurar es que todos los receptores de la música entiendan lo mismo. Esta
imposibilidad se basa en que la música, como expresión, no constituye un lenguaje codificado.
Lenguaje y música presentan la propiedad común de ser sucesiones de sonidos que pueden
distinguirse y recordarse por encima de cualquier otro. Tanto una melodía como una
conversación son hilos que el oído puede seguir. Este hecho reposa sobre:
5. LA MÚSICACOMO CIENCIA
La música es al mismo tiempo ciencia y arte. L. Stokowsky afirma que podemos no ser
conscientes de ello, pero al mismo tiempo, escondido en el fondo de la música, existe otro
mundo: un inexplicable mundo complejo de ondas sonoras y de las relaciones matemáticas que
las rigen.
La música se origina debido a un elemento básico en una materia prima: el material acústico. Es
el vehículo de que se vale el artista. Ese material acústico experimenta una preparación,
mediante un proceso de selección y ordenación: se ordenan los sonidos en intervalos, sistemas
tonales, escalas y modos, en virtud de lo cual adquieren esos sonidos y se pueden relacionar
entre sí.
A modo de conclusión, tras haber realizado una reflexión sobre las bases en las que reposa la
música, y de haber expuesto variadas opiniones sobre su definición o su esencia, nos debe
quedar claro que una valorización de ésta no se puede entender a partir de una rama concreta de
opinión, ya sea de tipo filosófica, científica, artística, etc., por muy amplia que esta sea. La
razón, tras la exposición, parece ser clara: la música como un acto de producción del ser
humano, ha ido evolucionando a lo largo de la misma evolución humana, desde su inicio, y por
tanto, ha ido ampliándose su valorización o consideración tanto como ciencia, como arte o
lenguaje.