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Premio Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires 2011


Titulo: Dispositivos de Intervención Perinatales (DIP): instrumentos en
salud mental Perinatal.
Dra. Alicia Oiberman, Dra. Soledad Santos, Lic. Marcela Misic.

Resumen
El objetivo de este trabajo es presentar dispositivos de Intervención Perinatal
(DIP). Los mismos son: la Entrevista Psicológica Perinatal (EPP) aplicada en
neonatología y en salas de internación conjunta; la escala de evaluación de la
vinculación madre-bebé durante la internación neonatológica. (N-EOV-INC) y
el Screening de Registro Materno (SRM), pesquisa de detección de riesgo
vincular durante el postparto inmediato; utilizados actualmente en Hospitales
de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerence.
Estos dispositivos han sido elaborados específicamente para intervenir “in situ”
en el proceso de inicio de la relación madre-bebé realizando una tarea
preventiva vincular. La EPP es aplicada en varios hospitales materno infantiles
de la provincia de Buenos Aires desde el año 2000, la escala N-EOV-INC, ha
sido aplicada en unidades de Terapia Intensiva Neonatal de CABA y Gran
Buenos Aires, y el SRM esta siendo utilizado en el Hospital Materno Infantil
Ana Goitía desde el 2008.
La aplicación de técnicas de observación vincular en etapas muy tempranas del
desarrollo resultan de gran utilidad para el trabajo psicológico vincular, ya que
nos permite aprehender la comunicación no verbal que se desarrolla entre la
mamá y su hijo recién nacido.
Palabras clave: Dispositivos – Psicología perinatal – Vínculo madre-bebé

Abstract
The aim of this article is to present devices in mental health for perinatal
intervention (DIP). The devices are: Perinatal psychological interview (PPI),
applied in neonatology and rooming-in; observation scale of the bond mother-
baby in NICU (N-EOV-INC), and maternal register screening (SRM) designed to
detect risk in the bond mother-baby during the postpartum period. These
devices are currently used in hospitals of Buenos Aires, Argentina.
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The mentioned DIP were created specifically for early detection and
psychological intervention, within a preventive perspective, in the bonding
process between the mother and her newborn baby.
The PPI has been applied in several maternity hospitals in Argentina since the
year 2000. N-EOV-INC has been applied to dyads mother-baby in Neonatal
Intensive Care Units of Buenos Aires, and the SRM is being use in a public
maternity hospital of Buenos Aires since 2009.
The use of observation instruments in early moments of life are very useful for
psychological interventions related to the bonding process, because it allows to
value the non verbal communication between the mother and the newborn baby
Key words: Devices – perinatal psychology – Bond mother-baby

Introducción
El abordaje de la Psicología Perinatal se orienta principalmente a la prevención,
trabajando simultáneamente con dos sujetos: la madre puérpera, el niño y el
vínculo entre ellos. Las características de esta labor específica posibilitaron la
creación de dispositivos psicológicos con el fin de detectar tempranamente
riesgo vincular e intervenir oportunamente para propiciar un desarrollo
salugénico.
El objetivo del presente trabajo es presentar los dispositivos elaborados
específicamente para intervenir en la urgencia que representa el proceso de
inicio de la relación madre-bebé y las características de la vinculación entre
ambos; y de esa manera realizar una tarea preventiva vincular.
Los mismos son: la Entrevista Psicológica Perinatal (EPP) aplicada en
neonatolgía y en las salas de internación conjunta; N-EOV-INC, escala de
observación del proceso vincular en madres con sus bebés internados en UTIN;
y el Screening de Registro Materno (SRM), pesquisa de riesgo vincular durante
el postparto inmediato.
Se busca posibilitar – por medio de la detección y posterior intervención - que
las primeras interacciones sean una expresión de la salubridad de ambos
integrantes de la díada y así, favorecer un desarrollo psicofísico sano.
Perspectiva histórica
La historia nos muestra que siempre existieron rituales, amuletos y matronas
para ayudar a ordenar las emociones a través de la palabra ante el nacimiento
de un bebé. En todas las culturas existieron elementos asociados a lo mágico
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que se utilizaban para conjurar el riesgo de muerte para el niño y/o la madre
en el momento del parto y luego durante el período puerperal. Todas esas
prácticas ocupaban, de alguna manera, el lugar de la palabra en un momento
difícil y de gran intensidad emocional: el nacimiento de un niño.
La medicalización del parto – que permitió descender bruscamente la
mortalidad materna y neonatal, y lograr la sobrevida de niños - alejó a las
madres de estas prácticas y no hubo quien ocupara el lugar de las matronas
en esos momentos.
Es evidente que los avances científicos y tecnológicos de la medicina obstétrica
y neonatal permitieron reducir la morbimortalidad peri-neonatal, pero a su vez
trajeron consigo la medicalización del parto y nacimiento.
Es por esto, que la Organización Mundial de la Salud en su reunión de
Fortaleza (Brasil) en el año 1985 realiza una declaración denominada “El
nacimiento no es una enfermedad”. A partir de allí, se inicia un camino de
cambio en relación a los modelos de atención del parto y nacimiento, naciendo
iniciativas para “humanizar” la atención perinatal.
Dentro de esta línea surge la propuesta actual de “Maternidades Centradas en
la Familia”, donde se propone a la asistencia perinatal, como un área común
que implica el trabajo conjunto de diferentes especialidades: obstetricia,
pediatría, neonatología, enfermería, psicología, trabajo social, genética,
diagnóstico por imágenes, nutrición.
Dichos equipos de salud perinatal promueven que la mujer y su familia adopten
un rol activo en el cuidado del embarazo, el parto y en los cuidados de su hijo
recién nacido, nazca éste sano o con alguna patología que implica su
internación en Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN).
Se trata fundamentalmente de un cambio de paradigma asistencial: sumar lo
humanístico a la tecnología; instituyendo un verdadero progreso en la
asistencia integral perinatal.
Antecedentes de la psicología perinatal
Los antecedentes de la psicología perinatal los encontramos en las antiguas
matronas, en la psicoprofilaxis obstétrica, en las “doulas” que permitieron
acompañar a la madre en el parto, logrando avanzar en partos sin temor, pero
dejando el período del puerperio “acéfalo”.
La Escuela Rusa, sobre los cursos de parto (Nikolaiev, A, 1957); los trabajos de
Leboyer (1978) sobre el nacimiento sin dolor; los trabajos de Als (1978, 1979)
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en las unidades de Terapia Neonatal en Estados Unidos; el estudio en España


de Salvatierra sobre la psicobiología del embarazo (1998); los aportes de
Racamier sobre las psicosis puerperales (1984); y la labor de Molenat (1992)
en Francia, con su trabajo de capacitación de los agentes de salud en las
maternidades, son algunos antecedentes que permitieron el desarrollo de la
psicología perinatal.
En Argentina, las experiencias en la Maternidad de San Isidro durante los años
70 relatadas por Mirta Videla y Grieco (1993), son los antecedentes del
trabajo que iniciamos en 1990 desde la Secretaría de Extensión de la Facultad
de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Por lo tanto el ingreso de la Psicología Perinatal en el campo de la medicina
perinatal colabora y permite abordar la problemática de las situaciones críticas
de nacimiento introduciendo una perspectiva psicológica y aportando
estrategias de intervención psicosociales al trabajo interdisciplinario.
Desde una mirada histórica, el inicio de los Dispositivos de Intervención
Perinatal (DIP) actuales los podemos ubicar a inicios del nuevo milenio: año
2000.
Los dispositivos de intervención perinatal (DIP) desarrollados, se basan
principalmente en:
 La Entrevista Psicológica Perinatal, desarrollada a partir de 1998
 La Observación de vínculo madre-bebé en internación conjunta madre-
bebe (2008) y en internación en Unidad de Terapia Neonatal (2009)
La aplicación de técnicas de observación vincular en etapas muy tempranas del
desarrollo resultan de gran utilidad para el trabajo psicológico vincular, ya que
nos permite aprehender la comunicación no verbal que se desarrolla entre la
mamá y su hijo recién nacido.
Entre los aspectos esenciales de la observación vincular se encuentran: la
capacidad del observador para focalizar la atención y describir la conducta, el
contexto en las que éstas tienen lugar, la capacidad de reconocer y detectar las
conductas sutiles y no verbales de los bebés. (Oiberman, A., 2008, p.79). La
observación vincular aporta invalorable información sobre lo que acontece en la
díada y de qué modo acontece. Ambas herramientas, entrevista psicológica y
observación vincular, permiten una valoración más completa e integrada del
vínculo madre- hijo.
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De esta manera, dentro de este paradigma, se crea un lugar de inserción para


el Psicólogo Perinatal, cuya labor implica modalidades de intervención y la
creación de dispositivos de abordaje específicos para la atención materno-
neonatal integral.
Fundamentación teórica
El proceso de la maternidad – incluyendo en él al embarazo, parto y puerperio -
representa una crisis vital y evolutiva que afecta a todo el grupo familiar.
La mujer superará esta crisis en función de: su historia personal, su situación
psicosocial, su personalidad y la ubicación del bebé en el encadenamiento
histórico familiar (Oiberman, 2000).
Consideramos que la madre atraviesa una doble crisis: una es la crisis
vital y la otra es la crisis circunstancial dada por la internación del bebé en
un Servicio de Neonatología o por su propia internación a raíz de
problemas obstétricos (Oiberman, 1998).
Por otra parte, la relación entre sucesos de vida, prematurez, bajo peso y/o
patología neonatal han sido objeto de algunas investigaciones. Se han
realizado numerosos estudios prospectivos sobre la influencia de factores
psicológicos en las complicaciones del embarazo y del parto (Boulot, 1992;
Arck, P.C. , Knackstedt, M.K. & Blois, S.M., .2006)
En efecto, se ha comprobado que el órgano central sobre el que actúa el
estrés durante el embarazo es el útero. Está demostrado que la contractilidad
uterina y el flujo sanguíneo a su vez están completamente bajo control
neurohumoral. Los estrógenos gobiernan la actividad parasimpática
(acetilcolina) mientras que, la progesterona influye indirectamente en la
actividad simpática (catecolaminas) (Talge, N. M., Neal, C. H. & Glover, V.,
2007; Van den Bergh, B. R. , Mulder, E..J., Meneas, M. & Gloverd, V. 2005).
Por lo tanto, se puede pensar que las secreciones de estas hormonas son
aumentadas por las emociones suscitadas por los sucesos significativos (“life
event") vividos por las futuras madres. (Brand, M., 1991; Dole, N., 2003;
Halbreich, U., 2005; Hobel, C.J.,2004).
En base a lo expuesto, la maternidad debe comprenderse como un hecho que
trasciende lo biológico adquiriendo un valor psicológico, social y cultural, lo cual
implica poder pensar en el proceso de maternaje. Este proceso se refiere al
conjunto de cuidados prodigados al niño, dentro del clima de ternura activa,
atenta y continuada, que caracteriza el sentimiento maternal (Racamier,1984).
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Se desprende entonces la idea de que, si bien puede producirse la maternidad,


ello no siempre trae consigo el proceso de maternaje.
Al respecto, diversos autores han descrito la existencia de procesos
psicológicos presentes en la madre que afectan los cuidados que brinda a su
hijo recién nacido. A continuación se presentan los conceptos fundamentales:
En primer lugar, Winnicott (1956) conceptualiza la capacidad empática de la
madre para entender y responder oportunamente a las necesidades del bebé
como Preocupación Materna Primaria. Esta condición psicológica de la madre,
caracterizada por un estado de sensibilidad extrema, le permite identificarse
plenamente con las necesidades del bebé y así poder satisfacerlas. Para ello,
la mujer debe estar sana, lo que supone no sólo su estado psíquico sino
también incluye el ambiente social y familiar. Este estado (psicológico) materno
se complementa con la situación de dependencia absoluta del bebé, siendo los
cuidados pacientes y continuos de la madre los que permiten que el desarrollo
se inicie sin que se comprometa la unidad ¨cuerpo-mente¨ del bebé.
En consecuencia la función del cuidado materno en estas épocas tempranas
será especialmente el sostenimiento.
La falla ambiental, entendiendo como ambiente a la madre y a los intercambios
que provee, provocará la conformación de una experiencia de vulnerabilidad
máxima (Winnicott, D. 1963), afectando así el desarrollo biopsicológico del
recién nacido.
Bion, W. (1966) hace referencia a la Reverie Materna como la capacidad de la
madre para aceptar, alojar y transformar las angustias y los estados altamente
desestructurantes del bebé, recibiendo sin pánico lo que él transmite en una
atmósfera de urgencia y catástrofe, actuando como modulador del dolor en su
respuesta transformadora. Pero si la madre fracasa en esta tarea el lactante,
desde su vulnerabilidad, deberá ser quien haga frente a esos estados.
En cuanto al vínculo, Spitz (1965) postula que son las experiencias afectivas
que se hallan en el primer año de vida las que actúan como un tractor roturador
en los desarrollos posteriores, el establecimiento del precursor del objeto
libidinal inicia el proceso de relacionabilidad con las cosas.
De ello se desprende la importancia del establecimiento temprano de un
vínculo afectivo saludable entre una madre y su hijo, puesto que impactará
positivamente en el desarrollo del niño.
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Desde la teoría del apego postulada por Bowlby (1989), el desarrollo de este
tipo de vínculo permitirá el establecimiento de una pauta de apego seguro, que
influirá en el desarrollo de la personalidad y el modo en que posteriormente el
niño se enfrentará al mundo. Es así que el establecimiento de una base segura
será indispensable para un funcionamiento óptimo de la salud mental.
En resumen, cabe relevar que el fenómeno de la maternidad conforma un
proceso de crisis, en el que se produce una intensa movilización de los
aspectos más primarios y una reorganización de la identidad. Estos cambios,
requieren ser elaborados para poder ser apropiados internamente, siendo la
historia pasada y presente, junto con la estructura de la personalidad y las
características del bebé las que configuren las cualidades de la construcción
del vínculo entre la madre y el bebé. Dicha configuración biopsicosocial, es
abordada por los dispositivos de intervención perinatales (DIP), abriendo un
nuevo espacio para la palabra en las maternidades.

DIP: ENTREVISTA PSICOLÓGICA PERINATAL (EEP)


La modalidad de trabajo perinatal consiste en una “guardia hospitalaria diurna”.
El equipo acompaña diariamente la guardia neonatológica y colabora con
obstetras y obstétricas en un trabajo interdisciplinario. El objetivo es ayudar a la
madre y el bebé en esta etapa de crisis y vulnerabilidad. Dicho trabajo
psicológico en la maternidad se desarrolla con ciertas características
específicas que implica un posicionamiento diferente al tradicional en el
campo de la salud mental.
La necesidad de una mayor sistematización, información y comunicación con
los neonatólogos y obstetras de guardia fue el motor que impulsó la
elaboración de la Entrevista Psicológica Perinatal (EEP) en los hospitales
donde venimos trabajando: Hospital materno Infantil “Ana Goitía“ (Avellaneda),
Hospital Meléndez (Adrogué), Hospital Naval Pedro Mallo (C.A.B.A.), y
Fundación Hospitalaria (C.A.B.A.)
Sabiendo que la entrevista psicológica como tal es imposible de ser
incorporada a la historia clínica, pues contiene información confidencial de los
pacientes, se resolvió la elaboración de este dispositivo.
En 1999 y con el propósito de incorporarla a la historia clínica neonatal la
entrevista fue transformada en un instrumento de diseño óptico de fácil
interpretación para el equipo médico (Oiberman, A., 2000).
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La resignificación de sucesos de vida relatados por la madre en los momentos


de la indagación psicológica, fue lo que llevó a considerar de qué forma estos
acontecimientos podían influir en el nacimiento del hijo y de qué manera podía
resignificarse para la madre ese niño, tomando en consideración los conceptos
de bebé real, bebé imaginado y bebé fantasmático de Lebovici (1996). La
Entrevista Psicológica Perinatal (EEP) discrimina a esos tres bebés:
A través de la indagatoria sobre sus sucesos significativos (life events)
ocurridos en ese último año o los anteriores, allí está en escena el bebé
imaginado.
Cuando indagamos sobre posibles conflictos infantiles, estamos trabajando
sobre el bebé fantasmático, aquel niño que ella se imaginó cuando jugaba a
las muñecas, producto de la elaboración del conflicto edìpico.
Y al observar su conducta ante el impacto del nacimiento, donde pueden
suceder dificultades en la lactancia, extrañeza ante el bebé, estamos ante el
bebé real.
Por lo tanto, la Entrevista Psicológica Perinatal (EPP), se transformó en un
instrumento de diagnóstico psico-perinatal eficaz para el trabajo de psicólogos
y neonatólogos en guardias hospitalarias.
Las características del dispositivo de la Entrevista Psicológica Perinatal (EEP)
son:
- Respetar la modalidad de entrevista psicológica
- Ser una entrevista de sesión única
- Tener flexibilidad de encuadre
- Trabajar con los tiempos del proceso de vinculación, es decir, con aparición
del bebé real, imaginado y fantasmático, así como también con la
resignificación de ese bebé en la historia familiar.
La Entrevista Psicológica Perinatal toma en cuenta: el grupo familiar, las
características de la pareja, la situación socioeconómica, la historia familiar, la
actitud ante el último embarazo, el impacto ante este nacimiento, los problemas
físicos y psicológicos suscitados durante el embarazo y los sucesos
significativos vividos por la madre durante el último año.
Es de destacar que en relación a los temas que emergen en la EPP, se
registran aquellos sucesos significativos que aparecen como la preocupación
principal de la madre en ese momento.
Se administra en las siguientes situaciones:
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1. Madres internadas por causa materna cuyos bebés no presentan ningún


trastorno.
2. Madres sanas (sin patología de posparto) cuyos bebés permanecen
internados por patología neonatal o prematurez.
La aplicación de la entrevista en el Servicio de Neonatología a lo largo de los
años permitió clasificar la problemática materna en siete categorías: Pareja,
Muertes, Social, Problemas actuales, Preocupación con otros hijos, Problemas
Maternos asociados al Embarazo: Físicos y Psicológicos, y Conflictos en la
Infancia.
Así como también permitió subdividir las categorías detectadas como
preocupantes para la madre, más detalladamente. Las mismas son:
1. Sucesos significativos (“life event”): de identificaron 22 clases de sucesos
significativos.
2. Problemas maternos físicos asociados al embarazo: Internación durante el
embarazo, Presión alta, Pérdidas, Diabetes, HIV, ETS, Chagas, otros.
3. Problemas maternos psicológicos: Temor por la salud del bebe, por la salud
propia, presentimiento de parto prematuro, angustia, psicosis, otros.
4. Conflictos infantiles: Abandono, fallecimiento de los padres, violación o
abuso en la infancia, otros.
5. Impacto ante el nacimiento: Dificultad de vínculo, dificultades de lactancia,
angustia por patología del bebé, rechazo hacia el bebé, duelo por fallecimiento
del bebé, duelo anticipado.
En relación a los temas que surgen durante la entrevista, se registraron
aquellos sucesos significativos que aparecen como la preocupación principal
de la madre en el momento de la misma, esté o no relacionada con su
maternidad. En el inicio de este trabajo nuestra mirada apuntaba a detectar
situaciones que afectaban a la madre y su grupo familiar durante el último año;
sin embargo, la construcción de este instrumento nos ha permitido constatar la
incidencia de ciertos sucesos significativos, tales como muertes de hijos o
personas cercanas ocurridas en años anteriores. Asimismo, vivencias
traumáticas de la infancia eran muchas veces resignificadas ante la llegada del
hijo.
En el transcurso de la aplicación de este dispositivo se incorporó el embarazo
en sí mismo como un elemento de preocupación, ya sea por problemas físicos
o psicológicos asociados al embarazo.; así como también el parto ó cesarea
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puede ser vivido como un suceso estresante en sí mismo. Y por último se


detectó el impacto que producía ese nacimiento en la madre y su pareja.
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Aplicación de la EPP:
La EEP se viene aplicando desde hace varios años en diferentes instituciones
de salud materno infantil
Se presentan a continuación los resultados obtenidos de la aplicación de la
EPP en el año 2010 en el Hospital Materno Infantil “Ana Goitia”
correspondientes a 232 madres:
Con respecto al número de hijo, se observó que 106 madres fueron
Primíparas (45,7 %) y 126 Multíparas (54,3%),
Sus edades oscilaron entre: 10 años: 1 madre, 16 años: 2 madres,
17-19 años: 29 madres (12,5%), 20-29 años: 103 madres (44,4%), 30-39 años:
55 (23,7%) y 40 en adelante: 42 madres (18%).
En cuanto al sexo de los bebes: 101 nenas (43,5%) y 129 varones (55,6%);
(en dos casos no hay dato).
El Nivel educativo de las madres fue el siguiente:
Primario Incompleto: 16 (6.9%)
Primario Completo: 34 (14,7%)
Secundario Incompleto: 88 (37,9%)
Secundario Completo: 70 (30,2%)
Terciario Incompleto: 4 (1.7%)
Universitario Incompleto: 4 (1,7%)
Universitario Completo: 1 (0,4%)
No datos: 15 (6.5%)
Su Situación Laboral fue: 173 madres no trabajan (74,6%) y 48 madres
trabajan (20.7%); (en 11 casos no datos: 4,7%)
En cuanto la Situación de pareja se observo lo siguiente::
Estable conviviente: 167 (72%)
Estable no conviviente: 30 (12,9%)
Madre sola con apoyo familiar: 23 (9,9%)
Madre sola sin apoyo familiar: 1 (0.4%)
Madre en situación de pareja inestable: 1 (0.4%)
Separación durante el embarazo: 8 (3.4%).
No datos: 2 (0.9%)
Datos del embarazo:
Control obstétrico del embarazo: 214 (92,2%)
Embarazo sin ningún control: 10 (4,3%)
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(No datos del control del embarazo en 8 casos: 3,4%)


Embarazo buscado: 107 (46,1%)
Embarazo no planificado: 116 (50%)
(No datos de la planificación del embarazo en 9 casos 3,9%)
Aceptación del embarazo desde su inicio: 170 madres (73,3%)
Al principio no aceptó el embarazo: 44 (19%)
No lo aceptó durante todo el embarazo: 4 (1,7%)
(No datos de la aceptación del embarazo en 14caoso: 6%)
Por otro lado, en cuanto a los temas que preocuparon a las madres (n=232) se
observó lo siguiente:
No manifestaron problemas: 22 (9.5%)
Manifestaron problemas: 210 (90.5%)

De aquellas madres que han manifestado problemas, se observó:

Tipos de problemas manifestados por la


madre durante la entrevista:

Life events 156 (67,2%)


Embarazo en sí mismo como life event 27 (11,6%)
Parto en sí mismo como life events 31 (13,4%)
Problemas Físicos 108 (46,6%)
Problemas Psicológicos 80 (34,5%)
Conflictos Infantiles 65 (18%)
Impacto ante el recién nacido 61(26,3%)

Dentro del grupo de madres que han manifestado sucesos significativos ó life-
events durante la EPP, los temas que emergieron fueron los siguientes:

Sucesos significativos:
Pareja 58( 25%)
Muerte 58 (25%)
Social 55( 23,7%)
Problemas Actuales 53(22,8%9
Otros hijos 30 (12.9%)
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En síntesis, en este apartado se presentó un dispositivo en salud mental


utilizado en Psicología Perinatal, que permite la expresión de emociones y
problemáticas en los momentos inmediatos y posteriores al nacimiento,
describiendo los datos obtenidos de su aplicación en el año 2010 sobre las
problemáticas específicas que emergen durante la misma.
Esta línea de trabajo de investigación – acción, iniciada en 1990, ha permitido
el enriquecimiento del campo teórico de la psicología perinatal, en tanto área
específica de la psicología de la primera infancia.

DIP: SCREENING DE REGISTRO MATERNO (S.R.M) EN SALA DE


INTERNACIÓN CONJUNTA
Se elaboró un dispositivo de pesquisa, para ser utilizado durante el rooming-in
médico. Este último consiste en revisar, cama por cama, a los bebés nacidos a
término y sanos que se encuentran con sus madres en la sala de internación
conjunta (SIC) por un período que puede ser de 48hs. en caso de parto normal
o de 72hs. en caso de cesárea.
Conjuntamente con el rooming-in médico, la psicóloga ingresa a la sala y toma
registro de la escena que se lleva a cabo en cada díada por medio del
Screening de Registro Materno (SRM), convirtiéndose de esta manera no
solamente en una evaluación médica del recién nacido sino también y
simultáneamente en una valoración de la situación vincular de esa díada.
Definimos Registro Materno al constructo que implica la capacidad de empatía
de la madre expresada en las conductas activas de cuidado, caracterizadas
por un estado de alerta y continuidad en sus cuidados. Los mismos deben ser
acordes y oportunos frente a los requerimientos del recién nacido, sustentando
la salud psicobiológica del hijo en la etapa de mayor vulnerabilidad.
De esta manera, la situación opuesta, es decir la ausencia del Registro
Materno (RM), estaría expresado en: conductas pasivas, en las que no
responde de manera adecuada y oportuna ante las necesidades del bebé
recién nacido. La situación extrema es la ausencia de Registro Materno, es
decir la ausencia de conductas/acciones destinadas al cuidado del recién
nacido.
La utilización del concepto RM, permite observar y clasificar su presencia o
ausencia, favoreciendo a su vez un criterio común en los equipos de salud para
la evaluación de las condiciones psicológicas en que la madre recibe el alta.
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De esta manera, la construcción del dispositivo de SRM – el cual tomó como


fundamentación teórica el constructo wininicotiano de Preocupación Maternal
Primaria y de Bion a través del Reverie Materno- permite el reconocimiento
de conductas maternas saludables y/o de riesgo en relación con su hijo recién
nacido.
A su vez, favorece el intercambio con los médicos para así progresivamente
ser incluido como criterio de alta psicológica.
Debido al contexto en que dicho dispositivo tiene lugar, resulta necesario
trabajar de manera rápida, eficiente y en forma interdisiciplinaria para poder
intervenir a tiempo frente a las altas, las cuales son decididas a partir de un
criterio médico sin tener en cuenta la complejidad que reviste todo el proceso
físico y emocional de la maternidad; especialmente en los casos de los
hospitales donde las grietas socieconómicas y las conflictivas que las mismas
conllevan, otorgan al fenómeno de la maternidad situaciones que deben ser
contempladas y respetadas en beneficio de la madre puérpera y su hijo para
evitar dificultades en el proceso vincular.
De acuerdo a lo registrado en el screening se evalúa la urgencia para intervenir
a través de una evaluación de la situación general de la madre, el bebé y su
entorno familiar. Si de acuerdo a los resultados, se detecta la existencia de
alguna situación que reviste riesgo para la vida o salud del niño, ya sea por
aspectos emocionales como físicos, o de otra índole, se realiza una evaluación
y toma de decisión con los médicos neonatólogos para demorar o dar curso al
alta del bebé.
Descripción de los campos y los ítems del DIP del Screening de Registro
Materno:
Consignación de datos: En el segmento superior de la grilla se completan los
datos de la sala y cama en que se encuentran la madre y el bebé.
También se consignan: edad, gestas, paras, cesáreas, abortos y número de
controles. Estos datos, son valiosos en tanto las diferentes combinaciones que
se pueden observar en la historia clínica, permiten un primer acercamiento a la
historia de maternidad de cada paciente. Por ejemplo: número de gestas, en
relación a abortos y cantidad de controles.
La observación y consignación de datos se realiza en dos momentos :
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 Al entrar a la sala:
Ubicación del bebé en relación a la madre: Podría ser un indicador de
cercanía o distancia afectiva entre ambos.
Actitud Corporal: se refiere a las características tónicas de los miembros
de la díada.
Estado de conciencia del bebe: alerta, llanto , quejoso, dormido.
Observaciones: permite recabar cuestiones que hacen a la singularidad de
la escena que se observa, como por ejemplo: comentarios, acompañantes,
preguntas por parte del médico o preguntas por parte de la madre o familiar
antes de que se inicie la examen clínico, o cualquier información que resulte
relevante para quien está observando.
 Durante y luego del examen clínico:
En esos momentos la escena inicial se modifica, debido a la necesaria
intrusión de un tercero (el neonatólogo) y el cambio de temperatura
vivenciada por el bebé al ser desvestido. Estas actividades hacen que sea
un período óptimo para observar la presencia y cualidad de las
interacciones.
El campo de Interacciones corporales está compuesto por:
 Los modos y características del contacto:
Por parte del bebé se presentan los ítems: busca el contacto corporal
con su madre, acepta el contacto corporal con su madre, se amolda al
cuerpo de su madre, mira a su madre.
En cuanto a la madre, los ítems son: acepta el contacto corporal con su
bebé, busca el contacto corporal con su bebé, el sostén es firme y cómodo,
manipula a su bebé de manera segura, mira y mantiene la mirada hacia su
bebé.
También aquí se registra el estado de conciencia del bebé, ya que este
contacto puede favorecer la disminución de tensiones en el niño o
aumentarlas, siendo en ambos casos indicadores a registrar.
 Lactancia:
La aceptación o no de ambas partes se torna evidente, no sólo en el
modo de sostener sino en la tolerancia a la leche materna, por parte del
bebé, y la disposición (consciente e inconsciente) materna para alimentar a
su hijo.
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En los primeros días es esperable que surjan dificultades en relación a la


técnica ya que también es un proceso de aprendizaje para la díada, pero la
imposibilidad para ajustarla es un indicador del clima afectivo que están
viviendo el bebé y la madre. También es importante observar en qué
estado de conciencia se encuentra el bebé cuando la madre le ofrece el
pecho, es decir si es el momento adecuado o no. Esto refleja claramente el
registro materno.
 Recursos para calmar a su bebé:
En este campo, se registra el estado de conciencia del bebé cuando el
médico finalizó su examen clínico. En relación a la conducta que presenta el
bebé, se señala qué acción lleva a cabo la madre y si esta es adecuada (en
relación al estado de conciencia del recién nacido). En este ítem, lo
importante es que se pueda registrar una conducta de la madre tendiente a
a calmar su bebé. Se señala esto porque es esperable que al ser los
primeros encuentros, aún no hayan encontrado el modo satisfactorio para
disminuir las tensiones; pero si existe una conducta, las posibilidades de
hallar el medio para el bienestar de ambos aumenta las probabilidades. La
situación contraria consiste en que ante la expresión de displacer por parte
del bebé la madre insista en una acción, aumentando la tensión, o en un
caso también opuesto, que no realice ninguna acción.
 Interacción de la tríada (madre-bebé-médico):
En este campo se señala si la madre escucha las indicaciones de los
médicos, si les comunica sus inquietudes y si manifiesta confianza hacia
ellos.
 Observaciones:
Aquí se consignan situaciones observadas que no están descriptas dentro
de los campos. Por ejemplo: si no ha sido posible registrar ninguna
interacción por parte de la madre, debido a que fue el o la acompañante
quien se ocupó del bebé durante el rooming-in.
Dada la complejidad que implica la maternidad, se torna necesario pensarla
desde su constelación, desde la ambivalencia que se presenta a partir de la
gestación hasta el encuentro con el hijo. Desde allí se parte hacia las salas de
internación conjunta acompañando al médico neonatólogo y utilizando el SRM,
para poder dar cuenta de los modos singulares en que cada madre se acerca
17

a su bebé, pesquisando en esos encuentros la presencia o ausencia del


Registro Materno.
De esta manera se pretende optimizar la detección de díadas que presentan
dificultades en su interacción, a través del screening e interviniendo con el
instrumento de la Entrevista Psicológica Perinatal (EPP) en base a lo
registrado, promoviendo la creación de un vínculo más saludable.
Aplicación del SRM:
A continuación se presentan algunos de los resultados obtenidos de la
aplicación del SRM en el Hospital Materno Infantil “Ana Goitia” correspondiente
a 36 díadas.
Relación de los ítems del campo: Interacciones Corporales
- El bebé busca contacto corporal con su madre. Ella ¿Acepta?
En veinticinco bebés, el 69,4 % no se observó la búsqueda de contacto. En 28
casos (77,8 %) la madre no acepta el contacto con el recién nacido.
Sólo en un caso (3,6%) el bebé busca el contacto corporal con su madre y ella
no lo acepta. Se registraron cinco casos en los cuales el recién nacido buscaba
el contacto y la madre aceptaba (13,9%).
- Búsqueda de contacto corporal con el bebé
En veintiocho casos, 77,8% las madres no buscan el contacto. De aquellas
díadas donde se registró esta conducta materna en trece casos (46,4%) el
bebé no acepta el contacto. Mientras que en igual otros 13 casos los bebés
aceptan el contacto a pesar de que su madre no lo busque.
La búsqueda de contacto por parte de la madre se observó en cinco casos
(13,5%) en los cuales la respuesta del recién nacido era de aceptación.
- Relación entre la manipulación segura de la madre y la aceptación –o no por
parte del bebé
En veintidós casos (61,1%) de la muestra la madre manipuló de manera segura
a su bebé. Sin embargo, se registra que en seis casos (27,3%) ante esta
acción materna el bebé no acepta el contacto corporal. Y en contraposición, en
catorce casos (63,6%) el bebé aceptó el contacto con su madre.
La otra conducta posible de la madre es no manipular al bebé.
- Sostén
En dieciocho casos (50%) la madre sostiene al bebé de modo firme y seguro.
Frente a ello, en catorce casos (77,8%) el recién nacido se amolda al cuerpo de
la madre, pero en cuatro casos (22,2%) el bebé no se amolda.
18

La madre no sostiene al bebé de manera firme y segura en 15 casos (41,7%),


de los cuales en trece casos (86,7%) el bebé no se amolda al cuerpo de la
madre.
- La mirada de la madre y la mirada del bebé
En veintisiete díadas (75%), la madre no mira al recién nacido, y en veinticinco
casos (69%%) el bebé tampoco mira a su madre.
A su vez, se logró registrar la interacción visual entre ambos en tres casos. En
otros 2 casos la madre miraba al bebé pero éste no le correspondía
A través de estos resultados, se puede observar las capacidades interactivas
del bebé y de qué modo las conductas llevadas a cabo por la madre resultan
adecuadas o no para que el niño continúe dispuesto a la interacción y al
establecimiento de un vínculo con ella.
Es decir, que la madre debe actuar como reguladora de las tensiones que
pueden desorganizar las conductas del recién nacido. Esto sólo es posible
mediante un sostén adecuado, manipulación segura y mirada que invita al
encuentro con su madre. Es contando con estas interacciones, en las que hay
una regulación mutua, como el recién nacido podrá desarrollarse sanamente.
Así, la detección de ausencia de regulaciones maternas, a través del SRM, ha
permitido intervenir a favor de la construcción de un vínculo sano.

DIP: ESCALA DE OBSERVACIÓN PARA EVALUAR SITUACIONES DE


VINCULACIÓN EN LA INTERNACION EN INCUBADORA (N-EOV-INC):
Este dispositivo fue específicamente diseñado para desplegarse ante
situaciones críticas de nacimiento: la internación en una Unidad de Cuidados
Intensivos neonatales – UCIN - de un bebe prematuro o con patología
neonatal. Dicho dispositivo comparte su basamento teórico-práctico con las
otras áreas de incumbencia de la Psicología perinatal, pero a su vez presenta
especificidades dadas por la situación que se aborda y por las demandas que
esa situación impone al psicólogo perinatal. Una de las características
principales consiste en que, a diferencia de los otros dos dispositivos
mencionados, aborda la situación vincular de la mamá, el bebé y la incubadora.
En relación a esto, existen dos hitos históricos de fundamental importancia:
Por un lado, la creación de las UCIN y los avances en la asistencia neonatal, lo
cual posibilitó la reducción de la morbimortalidad neonatal pero a su vez la
19

compleja asistencia que estos bebés suelen requerir, generan largos periodos
de internación.
Por otro lado, en los primeros tiempos el ingreso de los padres a las unidades
de internación neonatal no estaba permitido. Posteriormente se permitió el
ingreso de los padres pero con estrictos horarios de visitas a sus hijos
internados, y en la actualidad el abordaje del nacimiento como un fenómeno
familiar, llevó a abrir las puertas de las unidades, accediendo al ingreso
irrestricto de los padres. Este fenómeno de apertura de las unidades produjo
un cambio fundamental y fundante: los padres pasaron de ser ajenos a la
situación, a ser visitantes de sus hijos para finalmente ser acompañantes de su
hijo durante la internación.
Estos hitos históricos, permitieron el surgimiento de un nuevo fenómeno: la
vinculación madre-hijo durante la internación.
Durante ese tiempo de internación, madre y bebé comenzarán a vincularse, a
interactuar, a conocerse mutuamente.
Sin embargo, la interacción madre-hijo durante este período no será igual a la
que tiene lugar entre una madre y su bebé sano. La diferencia estará dada
porque en la díada madre-bebé sano, la mamá cuidará de su hijo en la
intimidad de su hogar, rodeada de su familia, lo acunará en brazos. En cambio,
en las díadas madre-bebé internado, la madre debe acompañar y cuidar a su
bebé en un ambiente medicalizado, aséptico, monitorizado, rodeada de
médicos, enfermeros, donde los ritmos y rutinas son indicaciones médicas. La
madre deberá poder construir junto a su bebé un clima de intimidad, de
contacto afectivo dentro de un ambiente público, dentro de la unidad de
cuidados intensivos neonatales.
Este contexto particular implicará que el proceso de vinculación en esta etapa
presente características diferentes, propias del contexto de internación. Sin
embargo, esa interacción que tiene lugar entre la madre y su hijo en incubadora
no es alterada en sí misma, sino que presenta características particulares
debido al contexto de internación neonatal.
Con el fin de poder valorar dicho proceso de vinculación madre-bebé internado
en incubadora, se desarrolló un instrumento de observación vincular a ser
aplicado en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales, denominado
N-EOV-INC.
20

El mismo consiste en una escala de observación de vínculo madre-bebé


internado en incubadora en UCIN, la cual consta de 21 ítems de conductas
observables, divididos en 6 Funciones:
La Función de acercamiento contempla la posición y distancia que adoptan
ambos miembros de la díada para la interacción. Esta función contiene ítems
referentes a la combinación de la posición adoptada por la madre y el bebé
para el desarrollo de la interacción diádica, en relación a la distancia física
entre la madre y la incubadora donde se encuentra su hijo. Ejemplo: La madre
se para al lado de la incubadora donde se encuentra su hijo a una distancia
menor de 30 cm entre el cuerpo de la madre y la incubadora. El bebé se
encuentra de frente a la madre.
La Función contacto con la incubadora se refiere a conductas de contacto y
apertura o no de la incubadora donde se encuentra el bebé. Por ejemplo: La
madre toca el plástico de la incubadora donde se encuentra su hijo, sin
introducir las manos en la incubadora.
La función corporal se refiere a conductas de contacto corporal y táctil entre
ambos miembros de la díada. Incluye ítems referentes a la ausencia de
contacto corporal directo entre la mamá y el bebé, tales como: no toca al bebé;
así como también conductas de contacto corporal entre la madre y su hijo, por
ejemplo; la madre acaricia la mano del bebé y el bebé acepta este contacto
corporal por parte de su mamá.
La Función visual contempla conductas de contacto visual y de miradas entre
ambos miembros de la díada. Los ítems de esta función evalúan conductas
visuales de ambos miembros de la díada y la distancia entre ambos al realizar
las mismas. Por ejemplo: La madre mira alejada al bebé (a una distancia
mayor de 30 cm entre el rostro de la madre y el del bebé). El bebé acepta la
mirada de la madre.
La Función verbal se refiere a conductas de contacto verbal, vocal y de
sonidos comunicativos. Esta función contiene ítems que discriminan las
conductas vocales comunicativas, por ejemplo: la madre le habla al bebé. El
bebé responde al estimulo verbal.
La Función Postural se refiere a la modificación de la postura corporal inicial
adoptada en la interacción y la consecuente modificación - o no - de la postura
corporal del otro miembro de la díada, como respuesta al cambio introducido.
Esta Función contiene ítems dinámicos de acercamiento y alejamiento para
21

ambos miembros de la díada: contempla la modificación de la postura corporal


inicial y la modificación de la postura corporal como respuesta.
Se refiere a las maniobras que realiza la madre con su cuerpo para acercarse o
alejarse de la incubadora donde se encuentra su hijo. De parte del bebé, la
función postural es el cambio de posición del cuerpo dentro de la incubadora,
de manera que esté más cerca o más lejos del plástico de la incubadora al lado
del cual se encuentra su mamá. Por ejemplo: el bebé gira todo su cuerpo hasta
tocar el plástico de la incubadora al lado del cual se encuentra su madre. La
madre inclina su cuerpo - se agacha - de manera tal de estar más cerca al
bebé.
La escala N-EOV-INC, ha sido estudiada en sus propiedades de confiabilidad y
validez, lo cual permite detectar situaciones de vinculación madre-hijo internado
en incubadora en UCIN (Santos, S, 2010). Así mismo, se estimaron los
correspondientes percentiles y puntajes Z lo que permite su valoración en:
- Situación vincular adecuada
- Situación vincular poco adecuada, y
- Situación vincular no adecuada.
Aplicación de N-EOV-INC:
Se realizó un estudio donde se administró la escala N-EOV-INC a 106 díadas
madre-hijo internado en incubadora en 3 servicios de neonatología
correspondientes a 2 hospitales públicos y una clínica privada de la Provincia
de Buenos Aires:
A partir de los resultados de la aplicación de la escala se pudo observar que la
interacción madre-bebé internado en incubadora se desarrolla a través de
diferentes canales de comunicación que crean la madre y su bebé:
Se observó que la mayoría de las díadas asumen posiciones cercanas y
frontales uno al otro para la interacción, abriendo la madre la incubadora para
poder tocar y ser tocada por el bebé. Los contactos táctiles y corporales son
mayoritariamente iniciados por la madre y se refieren a conductas donde existe
contacto directo piel a piel.
Las madres miran a sus hijos que se encuentran dentro de la incubadora,
generalmente paradas al lado de ella, recorriendo el cuerpo del bebé con la
mirada o mirando el rostro del bebé; así mismo el bebé mira a su madre, presta
activa atención visual, si ésta se encuentra cerca (ya sea a través del plástico
de la incubadora o con la incubadora abierta).
22

Durante la interacción, generalmente ambos mantienen la postura corporal que


asumen al inicio de la interacción, pero si realizan modificaciones posturales
mayoritariamente son acercamientos, es decir buscar posturas donde ambos
estén más cerca. Así mismo, más de la mitad de las madres permanecen en
silencio durante estos contactos, dejando entrever que la comunicación madre
–bebé es principalmente no verbal.
También vemos que aproximadamente 1 de cada 3 díadas responden
recíproca y positivamente a todos los contactos interactivos propuestos por su
pareja diádica, siendo también común que exista un contacto propuesto por la
madre que no sea respondido positiva y recíprocamente por el bebé.
Estos hallazgos nos permiten ver que la interacción madre-bebé, cuando éste
ultimo se encuentra en la incubadora es rica en contactos, es decir existe gran
variedad de conductas interactivas que pueden desarrollarse.
Estas afirmaciones irían en sentido contrario a aquellos postulados que
sostienen que la vinculación e interacción madre-bebé se ve obstaculizada por
la situación de internación.
Es cierto que en la situación de internación la interacción madre-bebé es
diferente a la situación en la que el bebé se encuentra en su casa con su
familia. Sin embargo, esto no significa que las vías de comunicación entre
ambos se vean coartadas, sino que encuentran caminos diferentes, propios del
contexto de internación, los cuales pueden conducir igualmente a una buena
vinculación entre la madre y su bebé.
Por lo tanto, se considera que a pesar de este contexto peculiar, es posible
mantener un intercambio afectivo conductal amplio con características propias
de la situación de internación.
Consideramos que la incubadora, en tanto dispositivo tecnológico necesario
para la vida del neonato en ese momento, puede intervenir en la vinculación de
la madre y su hijo de dos maneras:
Por un lado, puede funcionar como “obstáculo”, es decir a modo de limite de
plástico real que impide o dificulta el acercamiento y el contacto de vinculación
con su hijo ó como “parte de”, es decir como un elemento integrante de la
escena pero que no veda o impide el acercamiento mutuo en los distintos
registros de contacto: visual, corporal, verbal, acercamientos de posturas
corporales, etc.
23

Si se desarrolla una interacción con las características de esta última opción,


podremos observar la marcha de un proceso de construcción de un vínculo
materno filial saludable.
De esta manera, la escala constituye un método de observación vincular
específicamente desarrollado para estas situaciones de internación prolongada,
que contempla las variables particulares de la UCIN y posibilita una evaluación
más adecuada de la vinculación madre- hijo internado en Neonatología.
Así mismo, N-EOV-INC, presenta las siguientes propiedades específicas:
Toma en cuenta las características particulares de la situación de internación
en incubadora (puede ser aplicada por ejemplo en casos de bebés nacidos
prematuros, bebés que requieren asistencia respiratoria, alimentación por
sonda).
Es de fácil y rápida administración, características esenciales para que el
instrumento sea útil en situaciones de urgencia en internación.
Aporta a la labor diaria de los profesionales de la salud neonatal (neonatólogos,
enfermeras neonatales y demás agentes de la salud neonatal) una herramienta
de trabajo que permita detectar aquellos casos donde una derivación a un
agente de salud mental es necesaria. Así mismo, aporta a los psicólogos
perinatales, una herramienta práctica para evaluar el desarrollo de la
vinculación madre-hijo y su evolución, posibilitando una mirada integral de la
situación vincular. Es económica, ya que no requiere el uso de tecnologías
costosas y ha sido creada teniendo en cuenta las características culturales de
nuestro país.
Por lo tanto, como primer paso para alcanzar el desafío de cuidar y propiciar el
desarrollo de un sano vínculo materno filial, se hace necesario detectar
indicadores de establecimiento de situaciones vinculares de riesgo lo más
cercano a su origen posible, es decir, en los primeros momentos de vida del
niño durante su internación.
En nuestro país, los servicios de Neonatología no contaban con instrumentos
validados para la observación de la relación madre-hijo internado en
incubadora en UCIN. Los protocolos de observacion elaborados para períodos
de internación neonatal han sido escasos y no han sido estudiados en sus
propiedades de validez y confiabilidad, requeridas para todo instrumento de
evaluación psicológica estadísticamente probado.
24

De esta manera, los neonatólogos, enfermeras y demás profesionales que


trabajan en dichos servicios observaban diariamente los fenómenos que se
producen en la díada y varias veces detectan situaciones vinculares que
llaman su atención, pero no contaban con la posibilidad de tipificarlo ni de
registrarlo, lo cual impide las evaluaciones epidemiológicas y un trabajo
sistemático y generalizado de prevención primaria psicoafectiva, mientras el
bebé se encuentra internado en incubadora.
Contar con un instrumento de estas características posibilita la detección
temprana y su consiguiente intervención oportuna, fortaleciendo la posibilidad
de intervenciones de índole preventiva en salud mental perinatal dentro de un
contexto de asistencia como lo son las internaciones en unidades de terapia
intensiva neonatal.

Conclusiones
La utilización de los dispositivos de intervención perinatal (DIP) arriba
descriptos, permite la incorporación de la dimensión psico-vincular a la
historia clínica neonatal.
Cabe señalar que la modalidad de incorporación a las historias clínicas
permite que estos puedan ser leídas por las sucesivas guardias de
Neonatología, facilitando su interpretación al equipo médico, haciendo más
efectiva y práctica la comunicación interdisciplinaria del equipo asistencial.
La detección de los sucesos significativos, de problemas vinculares entre la
madre y su recién nacido, como así también de alteraciones en el
establecimiento del vínculo con un niño internado en UTI, implicó para el
equipo de salud tener en cuenta que el sentido del embarazo, del parto y
del puerperio no se puede pensar sólo desde el acto médico sino que la
constelación familiar, de pareja y social son significantes de alto impacto
ante la situación de embarazo y nacimiento.
Se comprobó que la palabra emerge cuando se ayuda a ordenar las
emociones suscitadas por el proceso de maternaje, reorganizando los
sucesos vividos anteriormente y ofreciendo a la madre la posibilidad de
reconstruirlos, siempre y cuando los psicólogos neonatales ofrezcan un
espacio y dispositivos específicos para la puesta en marcha de dicho
proceso.
25

El trabajo en equipo de los psicólogos con los neonatólogos, pediatras y


obstetras en el seguimiento de las madres y bebés internados en las distintas
áreas, implica un posicionamiento en el campo de la salud.
La doble crisis que atraviesa a la madre (vital y circunstancial) es generadora
de angustia y ansiedad: se trata de un sujeto humano que acude a otro para
pedirle ayuda y no siempre el saber médico puede contemplar ni valorar el
aspecto psicológico.
El fenómeno del acto médico no es meramente reductible a la acción técnica,
ya que allí hay un sujeto que sufre.
Introducir la dimensión de lo psicosocial de las madres y sus familias en los
efectores de atención materno infantil e introducir protocolos específicos de lo
“psicológico” en las historias clínicas, implica una manera de aliviar la crisis de
la relación médico - paciente (cuando se instituye) para tornarla nuevamente
operante en un sentido terapéutico.
Consideramos que el abordaje interdisciplinario, el trabajo en equipo y el
desarrollo de ideologías comunes compartidas por todos los profesionales de la
salud, es una solución al enfoque parcializado de los problemas de la madre y
del bebé. Por ello, es tan necesaria la colaboración plena del psicólogo a los
equipos de salud de los hospitales materno infantiles, capacitándolo como
agente de salud mental integrado a los servicios de guardia de los hospitales
materno infantiles. Es imprescindible incluir al Psicólogo Perinatal como un
profesional necesario en toda guardia neonatológica, del mismo modo que son
necesarios técnicos radiológicos, de laboratorio, enfermeras, obstétricas y
obstetras.
El proceso salud-enfermedad, en esta etapa, es preponderantemente
abordado por los médicos y con un enfoque que lleva con frecuencia a la
fragmentación en la atención de la salud de la madre puérpera y su bebé
(fragmentación entre lo físico y lo psíquico, o entre lo individual y lo familiar-
social).
Por el contrario, la salud debe ser considerada como el resultado de un
proceso en el que interactúan factores biogéneticos, psicológicos, sociales,
culturales o históricos.
La Psicología perinatal permite abordar la problemática de las situaciones
críticas de nacimiento desde una perspectiva psicológica, aportando
estrategias de intervención psicosociales al trabajo interdisciplinario.
26

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